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29 enero 2010
Sección: Refrigeración, Sectores de la industria
Hoy en día nuestro ritmo de vida, las necesidades de alimentos y su suministro hacen
de la maduración de las frutas una necesidad para satisfacer al cliente. Para lograrlo,
el uso de procesos de refrigeración y mezcla de gases es de vital importancia
Valor nutritivo: En general, las frutas pierden vitamina C cuando maduran en el árbol y
durante el almacenamiento; en este caso, la pérdida depende en gran medida de la
temperatura, siendo mucho menor mientras es más cercana a 0°C.Otros elementos como
la provitamina A son sensibles al contacto con el oxígeno del aire, por lo que el pelado,
troceado y batido de frutas, debe realizarse justo antes de su consumo.
¿Cómo saber qué tipo de fruta voy a manejar para óptimos resultados?
Siempre es necesario conocer los productos con que se va a trabajar ya que durante su
manejo, conserva y refrigeración, algunas características específicas de estos requieren
cuidados especiales relacionados a temperatura, humedad relativa, etc. En el caso de las
frutas se necesita que los proveedores de servicios de refrigeración y acondicionamiento
de ambientes conozcan las variedades de frutas y para efectos de este texto existen dos
grandes grupos: climatéricas y no climatéricas.
Los frutos climatéricos, como el tomate, son inicialmente verdes y cambian a tonos
característicos de su variedad conforme la clorofila disminuye mientras maduran. En la
respiración disminuye el oxigeno (O2) y aumenta el dióxido de carbono (CO2) y etileno,
almidón, sólidos solubles y ácido ascórbico.
Por otra parte, los frutos no climatéricos, como hortalizas en general, fresas y cítricos,
no producen auto-catalizadores como Etileno, que toman del ambiente. Mientras este
elemento esté en el ambiente la maduración continuará, de lo contrario la intensidad
respiratoria disminuye y la maduración permanece estática. Por ejemplo, si al pimiento
verde en la planta se le aplica Etileno éste madura poniéndose rojo, pero si está fuera de
la planta seguirá verde, modificándose sólo en caso de previamente estar algo rojizo.
Esto es motivo de que algunos productos maduren en el árbol o planta y otros no; por
ejemplo, si cortamos melones antes de su maduración nunca van a madurar sin importar
la cantidad de Etileno aplicado.
El límite inferior para inactividad enzimática está entre 0°C y 2°C, pero a esta
temperatura se congela el agua del producto dándose expansión de esta que afecta las
células del tejido. Al descongelarse el tejido no reabsorbe el agua porque las células se
dañan y con ello la textura se modifica. Entonces, temperatura elevada o muy baja no es
conveniente, lo ideal es mantenerse un poco por encima de la temperatura de
congelación del fruto, para poder almacenar más tiempo y prolongar la vida útil.
Humedad relativa
Humedad relativa baja: implica una Humedad relativa alta: implica el desarrollo
deshidratación del producto, de microorganismos y podredumbre.
marchitamiento, pérdida de peso, etc.
Esta variable es importante en términos de frescura; permite que la fruta tenga mejor
apariencia o promueve formación de moho u otras características poco deseables.
Por eso, es importante jugar con la humedad relativa alta o baja; las más recomendadas
están entre 85% y 95%, pero siempre se debe tener en cuenta si el producto la admite o
no. Hay excepciones que deben de tener una humedad relativa mayor a 95% como los
frutos secos, bulbos, lechuga, apio, etc.
Renovación de aire
En casos donde dicho flujo tiene mayor velocidad a la necesaria, afecta al producto con
pérdida de agua y por ende de peso. Entonces, el ciudado en control de flujos de aire
refrescante forzosamente debe nivelarse para evitar quemar o deshidratar el producto.
Se recomiendan flujos de 17.66 CFM (30 m3/h).
Aunado a lo anterior, idealmente el aire utilizado debe estar libre de agentes que puedan
resultar perjudiciales para la calidad de las frutas, punto donde el filtrado y control del
aire deben cuidarse.
Durante el proceso de maduración la temperatura de pulpa nunca debe estar por encima
de 19°C, pues se produce un daño conocido como “cocinado o cooked”, efecto que
resulta en frutas con pulpas enblandecidas.
La humedad relativa ambiente, debe mantenerse en el orden de 95% a 98% por debajo
de éstas, las frutas tienen más sensibilidad al manchado con simples roces,
desmejorando la calidad y la presentación del producto.
Para entregar este fruto en su óptima calidad, se recomienda que recién empacada y pre-
refrigerada se almacene entre 9°C y 10°C, a esta temperatura, la papaya tiene un
proceso de maduración muy lento. El transporte debe estar a esta temperatura ya sea
usando un remolque, contenedor o celda de buque refrigerada. Cuando la papaya haya
llegado a su destino, la temperatura puede aumentarse para acelerar su maduración. Si la
temperatura es menor a 18°C, el cambio de color y la maduración son relativamente
lentos.
Recuerde que la papaya es como un melón, esta lista para comer cuando está mitad
amarilla. No permita que la fruta se madure demasiado porque esto disminuye su
duración de vida y sabor.
Otro punto a considerar es que la papaya produce Etileno y su sensibilidad es alta, así
que debe tenerse cuidado con el almacenamiento mixto (con otras frutas).
Las humedades altas de 90% a 95% son esenciales, maximizan la calidad post-cosecha
y previenen de desecación. La pérdida de agua puede ser significativa a través de en
áreas dañadas o maltratadas del fruto. Periodos prolongados en humedades superiores al
rango óptimo o la condensación puede estimular el crecimiento de moho en la
superficie.
Se prefieren temperaturas entre 7°C y 10°C, con humedad de 85% a 90%. La vida de
almacenamiento está entre 12 y 15 días a 7°C pudiéndose extender hasta 21 días. Si los
melones tienen madurez de consumo o se maduran con Etileno a 100 PPM durante 24
horas, las recomendaciones comerciales para el embarque o almacenamiento a corto
plazo va de 2.2°C a 5°C, ya que periodos mayores resultan en daños al producto.
La aplicación de Etileno de 100 PPM a 150 PPM por 18 a 24 horas a 20°C será
utilizado para inducir la maduración de consumo de los melones Honeydew
fisiológicamente maduros. Las frutas inmaduras fisiológicamente no se ablandan ni
desarrollan una calidad sensorial característica incluso al aplicar tratamiento de Etileno.
Para la cosecha, las piñas deben haber alcanzado su madurez de consumo con el
máximo contenido de azúcar y aroma típico de la especie. Es importante que quien
determina el momento de la cosecha, conozca los criterios de madurez a aplicar ya que,
la piña es no climatérica y por tanto si se cosecha inmadura, su presentación y sabor no
mejoran trás la cosecha.
Para enfriar piñas, se recomiendan sistemas de aire forzado que permitan bajar
rápidamente la temperatura, eliminando el calor que trae de campo. El enfriamiento
rápido evita pérdida de peso y marchitez. Se debe tener especial cuidado con el control
de temperatura que no debe ser menor a 10°C; ya que como otras frutas tropicales, ésta
es muy susceptible a daño por frío. Puede soportar temperaturas menores a 10°C por
periodos cortos dependiendo de su grado de madurez, pues entre menos maduras, son
más susceptibles. El daño inicia a 6°C y se manifiesta con manchas cafés en la
superficie y corona del fruto. Parte de la pulpa también se torna café, adquiriendo aroma
y sabor desagradables, cabe mencionar que a 7°C la piña durará varios días.
En muchas partes del mundo, la piña se come de distintas formas, unas de las más
comunes es trozada, pero, ¿qué pasa cuando sobran?
Una vez trozada la piña, para conservarla se debe pelar, cortar, introducir en bolsas de
plástico y congelarse directamente. Aproximadamente 10 horas antes de consumirse, se
deja descongelar, y así, la piña conserva sus propiedades nutritivas (entre ellas su
contenido en fibra y vitamina C), y su delicado sabor dulce, además de permitir
aprovechar al máximo esta fruta.
Maduración, almacenamiento y refrigeración de los cítricos
Los cítricos son frutos no climatéricos; si se cortan inmaduros su sabor y dulzor no
mejorarán, esto es porque no continuarán madurando después de la cosecha, por lo que
no deben recolectarse verdes. Es muy importante cosecharlos cuando fisiológicamente
ya estén maduros, es decir, cuando ya han alcanzado su máximo desarrollo y buena
relación entre la concentración de azúcares y acidez. Por lo general, un cambio de color
de la cáscara puede ser buen indicador de madurez. La fruta está madura, cuando el
color de la cáscara pasa de verde oscuro a claro, amarillento o anaranjado, dependiendo
de la variedad, sin embargo, no es muy confiable cuando las diferencias de temperaturas
entre el día y noche no son muy marcadas como en regiones tropicales donde por
ejemplo, las naranjas no desarrollan su color anaranjado característico. Por otro lado,
cuando las diferencias de temperaturas son muy grandes, el cambio de color se presenta
antes de que la fruta madure fisiológicamente, lo que puede conducir a cosechar frutas
completamente coloridas pero inmaduras fisiológicamente. Cuando el cambio de color
no es confiable, se recomienda usar como indicador de madurez el porcentaje de jugo,
grados Brix y relación sólidos totales/acidez.
Cuando las frutas van a ser sometidas a tratamientos de desverdización refrigeradas por
periodos más o menos largo o cuando permanecen más de 24 horas antes de su
selección y empaque, se recomienda pre-tratarlas con fungicidas para prevenir su
infección. Este tratamiento debe realizarse antes de 48 horas.
Dependiendo del mercado de destino, los cítricos pueden almacenarse por corto tiempo
a temperatura ambiente y para periodos de almacenamiento mayores deben
almacenarse en refrigeración. La fruta empacada puede almacenarse varias semanas o
meses a temperaturas de 3°C a 8°C, sin embargo, las toronjas deben mantenerse entre
10°C a 15°C para evitar daño por frío con humedad relativa de 85% a
90%.Temperaturas cercanas a 0°C producen daños a la mayoría de los cítricos.