BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA D E P U E B L A
E n r i q u e Dóger G u e r r e r o
Rector
G u i l l e r m o Nares Rodríguez
Secretario General
R i c a r d o M o r e n o Botelio
Vicerrector de Extensión y Difusión de ¡a Cultura
R i c a r d o Escárcega Méndez
Director Editorial
P r i m e r a edición: 2 0 0 2
ISBN: 968 863 555 3
©Benemérita U n i v e r s i d a d Autónoma de P u e b l a
Dirección G e n e r a l de F o m e n t o Editorial
A v . J u a n d e Palafox y M e n d o z a 4 0 6
Telfax 2 2 9 5 5 00, Ext. 5 7 6 8
Puebla, Pue.
Impreso y hecho e n México
Printed and made in México
PRÓLOGO
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Los cinco trabajos que forman este libro se inscriben e n u n a
n u e v a vertiente de investigación iniciada entre otros, por J o h n
Kicza y Doris A . L a d d , quienes abordan el tema de los empresa-
rios coloniales, sus negocios, sus familias, s u estilo de v i d a , sus
gustos, sus hábitos de diversión, y otros aspectos propios de las
familias de vieja estirpe.' F u e r o n presentados e n u n a m e s a de
trabajo e n l a X Reunión de historiadores mexicanos, estadouni-
denses y canadienses, verificada e n el año de 1 9 9 9 e n Forth
Worth, T e x a s . E l eje articulador de los trabajos lo constituye l a
inmigración europea y s u impacto e n l a conformación de l a oli-
garquía m e x i c a n a . E l marco temporal es l a etapa colonial y gran
parte del siglo XIX. P a r a cualquier especialista, curtido e n los ga-
jes del oficio de historiador, el tema es sumamente amplio, titá-
nico, complicado, y requiere de tiempo y del trabajo arduo de
equipo.
C o m o e n los trabajos señalados de Kicza y de L a d d , u n a de
las principales características de los inmigrantes europeos aquí
estudiados radica e n que a l llegar a l a N u e v a España, formaron
un grupo elitario, cerrado, reducido, con tintes aristocratizantes,
y abolengo. Dieron lugar a lo que los autores del libro definen
c o m o "oligarquía". Naturalmente que los integrantes de esta
oligarquía con raíces europeas tuvieron varias virtudes que los
John Kicza, Empresarios coloniales. Familias y negocios en la ciudad de
México durante los bortones, México, FCE, 1986 y Doris M. I_add, La noble-
za mexicana en la época de la independencia, 1780-1826, México, FCE,
1984.
s
 •'íóir«il CLEMENTE D E LAFRAGUA,
• UN INMIGRANTE E U R O P E O
. - , E N L A P U E B L A D E L S I G L O XVIII
r. <E ,

" . María del Pilar Paleta Vázquez

Clemente de L a f r a g u a ' fue u n prominente vecino de la ciudad

de P u e b l a de los Angeles en la segunda mitad del siglo XVIIi.
Nació, de acuerdo con datos que ofreció s u hijo José María^,
hacia el año de 1 7 2 0 en Olorón, poblado perteneciente a la re-
gión de la N a v a r r a francesa, referida en la documentación co-
mo N a v a r r a la baja, hoy parte de la d e n o m i n a d a Pirineos
Atlánticos.^
E l presente trabajo es resultado de u n seguimiento hecho a
través del Archivo General de Notarías del Estado de Puebla y
del Archivo General del H . Ayuntamiento de Puebla, y forma
parte de u n amplio estudio de la oligarquía poblana para el pe-
riodo 1780 a 1830, mismo que recoge, a partir de los expedien-
tes testamentarios, u n análisis de la conformación de las fortunas
de 150 representantes del grupo social, reconocidos como p u -

' E n la documentación notarial y en la documentación firmada por él o por

sus descendientes directos, se emplea la preposición en su nombre, a dife-
rencia de otro tipo de testimonios donde se les registra simplemente con el
apellido Lafragua.
^ Traslado de la síntesis del testamento, elaborada por José María de Lafra-
gua, 24 de noviembre de 1806, not. 3, AGNP.
^ Antiguamente se encontraba rodeado de la provincia de Gascuña, en Bearn.
L a actual región denominada Pirineos Atlánticos está rodeada por el mar de
Vizcaya, la región de Landas y la región de los Altos Pirineos. Ver: Dicciona-
rio Geográfico de Agostini, Méx., Planeta. Datapedia y Atlas de la Enciclope-
dia Hispánica, EDA, 1992. Braudel, Fernand La identidad de La Francia. El
espacio y la historia, t.l, Barcelona, Gedisa, 1993, pp. 37-46.

15
dientes.* Concepto que se acerca a la idea que presenta J o n h Kic-
za cuando señala que es la riqueza, la enorme riqueza, el prerre-
quisito para pertenecer a las grandes familas de empresarios
coloniales.^ D e acuerdo con los elementos que ofrece la d o c u -
mentación de l a época, u n pudiente e r a :
[...] un propietario de una fortuna, una riqueza que representó
sin la menor duda, una acumulación de excedentes que evi-
dentemente no fueron fruto de un trabajo absolutamente indi-
vidual o familiar [...] que además no constituian una simple
fortuna expresada en bienes suntuarios, se trataba más bien de
fortunas creadas y expresadas, así como acrecentadas en el
manejo de actividades productivas, fueran estas agrícolas, in-
dustriales o bien, en la propia distribución y comercialización
de productos, es decir fueron fortunas manejadas por medio de
•i'' empresas económicas de distinta magnitud [...f • ÍJI'.' <
ORÍGENES D E CLEMENTE LAFRAGUA -I
L a migración de hombres provenientes de N a v a r r a a l a N u e v a
España fue u n proceso continuo desde el siglo X V I , que particu-
larmente aumentó en los siglos XIX y X X , a decir de A r a m b u r u y
Usunáriz.^ Clemente de Lafragua fue originario de N a v a r r a pero
no emigró a l continente americano desde s u tierra natal, sino que
se naturalizó primero en Castilla para luego viajar a "las Indias
occidentales."
" Paleta Vázquez, María del Pilar, Los pudientes poblanos: sus fortunas y fami-
lias. 1760-1830. Un acercamiento a su larga historia de privilegios, Puebla,
BUAP, Colegio de Historia, tesis de licenciatura, 1990, 166 pp.
^ Kicza, John, Empresarios coloniales. Familias y negocios en la ciudad de
México durante los bortones. México, FCE, 1986, p. 30.
^ Paleta Vázquez, Op. cií., p. 18.
' L a referencia corresponde a la Navarra castellana. Véase: Aramburu, José
Miguel y Usunáriz, Jesús María en "De la Navarra de los Austrias a la Hora
navarra del XVIII en América" en Navarra y América, José Andrés-Gallego y
otros, Madrid, Mapfre, 1992, pp. 19-26. Sobre migración de la población de
los Alpes de la Alta Provenza hacia México, véase: Arenaga Mirallés, Sylvie,
Mexique. Una aventura exceptionelle, Voyageur au Mexique, Paris, 1 9 9 1 .
16
Olorón, lugar de nacimiento de Clemente de Lafragua, per-
tenecía a u n gran espacio territorial dividido de forma natural por
los Pirineos e n dos grandes regiones, y por lo mismo, cada u n a
claramente diferenciada de la otra, aunque denominadas de
igual m a n e r a : N a v a r r a .
N a v a r r a la B a j a estuvo vinculada estrechamente a la historia
de l a otra N a v a r r a , hasta que ambas sufrieron u n proceso de i n -
corporación a dos historias distintas y de forma también diferen-
te, h a c i a fines del siglo X V y principios del siglo X V I .
Olorón y s u región Navarra se integró a Francia desde el año
1598 como u n a región más de Francia, en cambio, N a v a r r a fue
conquistada en 1512 por el rey Fernando el Católico y poco des-
pués, en 1515, pasó a formar parte de la corona de Castilla, pero
con cierta autonomía, misma que conservó a través de los siglos
y que la hace hoy día u n a provincia autónoma.
Entre l a incorporación de las Indias a Castilla, l a N a v a r r a
B a j a a F r a n c i a y N a v a r r a a Castilla hay apenas u n a diferencia
de veinte años; con relación a l a primera y l a última, A r a m b u r u
resume ese proceso así:
A diferencia de Navarra, las Indias, de acuerdo con lo dispues-
to por el Papa en su bula Inter Caetera, debían unirse idefecti-
blemente a los reinos castellanos. Los efectos de ambas
anexiones fueron desiguales: mientras que Navarra se unió en
forma aeque principaliter, y por tanto conservó sus leyes, fue-
ros, privilegios e instituciones privativas, las Indias se agregaron
a Castilla por vía de accesión, es decir, ambos reinos se consi-
deraban una misma cosa y se gobernaban por las mismas leyes
de Castilla.^ , ,
Clemente partió de la región francesa, y se asentó e n territo-
rio castellano hasta lograr s u naturalización antes de arribar a
América. Y a e n tierras americanas, se instaló en la ciudad de la
Puebla de los Angeles como vecino, aproximadamente hacia el
año 1756, y al parecer también fue entre este año y 1 7 6 5 cuan-
do contrajo matrimonio con Josefa de E c h a n i z y Echeveite. E n
Aramburu, José Miguel y Usunáriz, ¡bidem, p. 20
17
P u e b l a viviría cincuenta y seis años aproximadamente, hasta s u
fallecimiento, tras u n a longeva v i d a y dejando u n importante
impacto en la historia de la región.
Su INTEGRACIÓN A L O S P U D I E N T E S ' ' ' ' " ' '
Económica • , , . • > • , " • < > . , , , ¡ .! .
Clemente de Lafragua fue u n comerciante que logró a c u m u l a r
u n a importante fortuna e n reales efectivos, comerciante intenso
y audaz, logró organizar u n a v i d a económica que vinculó s u
viejo y s u nuevo espacio de v i d a e n forma continua. L a activi-
d a d comercial le permitió a l iniciar l a década de los 8 0 , actuar
c o m o u n habilitador de comerciantes de diversos lugares de l a
N u e v a España e incluso como prestamista de comerciantes de
España y de los reinos de las Indias orientales.
S e puede v e r la razón de esta afirmación con algunos datos
que a m a n e r a de ejemplo muestran parte de s u actividad eco-
nómica e n los años 1 7 8 0 - 1 7 8 2 . E l 2 9 de marzo de 1 7 8 0 se
obligó a pagar a don Francisco Fernández de Elias l a cantidad
de 5 2 5 0 pesos escudos de 128/4 que le habilitó e n efectivo
desde el Puerto y Bahía de Cádiz: 1 0 2 0 e n el navio nombrado
" l a S a c r a F a m i l i a " ; 6 0 0 e n el titulado "Nuestra Señora de E c h e -
varría y A r a n a " ; 3 5 1 0 e n el " S r . S a n José", alias " E l G a l l a r d o " ;
y 1 2 0 e n " E l Bajel".^
Después, el 5 de diciembre de 1 7 8 1 , d o n Pedro García de
Huesca'° a nombre de d o n Manuel de Reyes comerciante de
Manila y residente de la Imperial Corte de México, le solicitó
n a d a menos que 4 0 0 0 0 pesos, los que necesitaba por u n año,
aceptando u n interés del 5 por ciento. Por supuesto, Clemente
dio l a cantidad a c o r d a d a . "
' AGNP, not. 3.
Pedro García de Huesca es el propietario de la mayor fortuna según estudio
de los expedientes testamentarios. Véase: Paleta Vázquez, María del Pilar ibi-
dem, p. 26
" AGNP, not. 3
18
P a r a el 3 de julio de 1782, por la d e u d a que él contrajo e n
1780, declaró haber recibido 1 6 2 0 pesos "por l a asignación de
riesgo sobre los navios Angélica y Lireña"; 3 6 3 0 pesos restan-
tes se perdieron de cuenta del acreedor por haber naufragado el
navio Gallardo, sin haberse salvado l a menor cosa. E n esta fe-
c h a canceló la citada escritura.'^ ; .
. U n mes después, el 6 de agosto del mismo año, refiere u n a
escritura otorgada en la ciudad de Cádiz el 3 0 de diciembre de
1 7 8 1 , en ella Clemente se obligó a pagar, a don Francisco Elias
la cantidad de 5 6 8 8 pesos "que le suplió y prestó en reales efec-
tivos", asegurando haber sido "de los más moderados e n aquel
comercio común".'^
Por escritura otorgada en Cádiz el 2 9 de diciembre de 1 7 8 1 ,
se obligó a pagar a d o n Antonio Alonso, "por otros comercios
de d i c h a " ciudad, 4 8 7 5 pesos ( 1 5 0 0 "por cuenta de l a m a r c a "
y 3 3 7 5 "por l a m a r c a " ) , indicando que lo trajo e n el navio
" C o m a n d a n t e de Azogues, S a n L e a n d r o " . D i o por otorgada l a
cantidad de 4 8 7 5 pesos. U n año más tarde, el 13 de diciembre
de 1 7 8 2 el capitán don Clemente de Lafr agua otorgaría l a c a n -
celación de d e u da.'*
L l a m a l a atención que s u testamento no lo registrara e n l a
ciudad de Puebla sino en la ciudad de México el 2 2 de m a y o de
1794, ello refleja la gran movilidad económica de Clemente más
allá de l a región articulada por l a ciudad de los Angeles.'^
E n 1 7 9 8 , a cuatro años de otorgar s u testamento, apareció
c o m o propietario de u n cajón de l a plaza pública.'^
Familiar
Clemente de Lafragua contrajo matrimonio alrededor de los
cuarenta años de edad con Jo sefa de E c h a n i s y Echeveite, es-
''¡bid.
''Ib.
'^ Sin duda es necesario realizar un sondeo por las notarías de la ciudad de
México para valorar con precisión su actividad mercantil desde la capital del
virreinato, y más aún, trabajar en documentación de Sevilla.
'^ Archivo del H . Ayuntamiento de Puebla, padrones 1798.
19
pañola pero hasta a h o r a no hemos encontrado la información Dejó como albacea a s u hijo José María quien se ocupó de
necesaria p a r a precisar si e r a criolla o peninsular. S e puede s u - su sepultura, y que de acuerdo con s u disposición testamentaria,
poner que contrajeron matrimonio hacia 1 7 6 0 , porque de decidió que fuese la ceremonia " c o n poca p o m p a " , manejando
acuerdo con s u propia declaración testamentaria, e n 1 7 9 4 to- la importante fortuna que Clemente dejó a sus herederos.
dos sus hijos eran mayores de edad.
Del matrimonio nacieron tres hijos: María Josefa, María R a m a Dufresne-Lafragua - •-
J u a n a y José María. < ' -• • < -. v .;.( .. •' ' " í - , • • , / - ; . - . , I

C a y e t a n o Dufresne contrajo matrimonio con María J o s e f a de

F a m i l i a Lafragua Lafragua, de este matrimonio nacieron varios hijos. A l menos se
Árbol genealógico
sabe que el mayor fue bautizado con el mismo nombre que el
padre: C a ye t a no. ;- / ;; ;
Clemente de Lafragua <^ ^ Josefa Echanis y Echeveyte Aún en 1780, aquel se reconoció como residente de Puebla y
comerciante "del correo de España",'^ con u n a amplia red de re-
laciones comerciales y crediticias: O a x a c a , Veracruz, las ciudades
de México, P u e b l a y Cádiz.
También tuvo incidencia en el gobierno local, aunque no d u -
rante m u c ho tiempo: en 1 7 9 1 fue alcalde ordinario de 2° voto y
María Josefa José María María J u a n a en 1 7 9 2 lo fue de primer voto. Murió antes que s u esposa María
< = = >
Josefa. Y a e n 1806, según se lee e n la testamentaría de Clemente
Cayetano Dufresne Mariana Ibarra J u a n José Darget
de Lafragua, ella se declaró como viuda del importante pudiente
/
poblano."
José María
P a r a el 19 de diciembre de 1 8 0 6 , J u a n a pidió u n a plaza v a -
cante e n el ejército p a r a s u hijo homónimo del padre, e n cali-
María J o se fa contrajo matrimonio con u n importante co-
dad de hijo de capitán fallecido.
merciante de l a ciudad C a y e t a n o Dufresne; María J u a n a con
Un año después - 1 3 de mayo de 1 8 0 7 - arrendó a J u a n A n -
J u a n José Darget, también comerciante y José María, dedicado
drés de Azcárate, vecino y comerciante de Puebla, s u casa de
al comercio, estableció matrimonio con M a r i a n a I b a r r a . " E l hijo
campo^° ubicada en los altos de S a n Francisco, pero casi de inme-
varón de Clemente tendría u n vástago a l que bautizó c o n s u
diato el contrato fue cancelado debido a u n problema de escasez
mismo nombre: José María, quien sería el abogado y escritor
de agua.^'
que dejaría huella e n l a historia política e intelectual del país e n
el siglo XIX. E n 1 8 0 8 J u a n a de Lafragua otorgó poder a J u a n Díaz G o n -
Clemente falleció el 2 8 de octubre de 1 8 0 6 , a la edad de zález para que cobrase deudas a s u favor en el comercio de
86 años; s u consorte Josefa E c h a n i s había fallecido meses atrás.
AGNP, not. 1
" A. del H . Ayuntamiento de Puebla, Libros de Actas de Cabildo, 1791-1792.
Ella falleció en 1837. Archivo del Sagrario Metropolitano de Puebla (ASMP).
" Dufresne y Darget son apellidos de familias de la región sureste de Francia y ^° AGNP, not. 3
los de Josefa Echanis y Echeveyte provienen de la región vasca. Agradezco La cancelación del contrato de arrendamiento se llevó a cabo por acuerdo
la referencia a la Dra. Solange Albero. mutuo el 14 de mayo de 1807. AGNP, Not. 3.

20 21
México, el 2 1 de julio lo dio para que cobrase sus deudas a favor
con el Tribunal de Minería ( 3 0 0 0 0 pesos) y con el C o n s u l a d o
de México ( 1 1 0 0 0 pesos).^^
E n este mismo año (1808) aparece u n C a y e t a n o Dufresne
c o m o alcalde ordinario del ayuntamiento de la ciudad de P u e -
bla, y entre 1 8 1 0 y 1 8 1 1 en el Batallón de Infantería u r b a n a del
que e r a propietario el conde de l a C a d e n a . Podemos pensar
que se trataba del hijo de Cayetano Dufresne y de María J o s e f a
Lafragua, probablemente el primogénito, el j o v e n p a r a el que
Josefa solicitaba, años atrás, u n a plaza vacante e n el ejército.
Por otra parte, se encuentra también el registro de u n Plácido
Dufresne como subteniente de banderas en el mismo batallón
páralos años 1810-11.^^
R a m a Darget-Lafragua
J u a n José Darget contrajo matrimonio con María J u a n a Lafragua,
él era u n importante comerciante de la N u e v a España y vecino
de Puebla, además de ser capitán graduado del ejército, según él
mismo se reconoció en 1806.
E n ese mismo año, Darget que se dijo comerciante de V e r a -
cruz y vecino de Puebla, otorgó u n a escritura e n la cual se decla-
ró marido legítimo de J u a n a Lafragua, y administrador "de s u
persona y bienes", en ella declaró haber recibido de s u padre po-
lítico don Clemente Lafragua, también capitán del ejército, la
cantidad de 10 0 0 0 pesos e n reales efectivos y moneda corriente
del cuño mexicano, a cuenta del pago de l a legítima materna de
María Juana.^* A fines del mismo año se declaró como vecino y
comerciante de Puebla (30 de diciembre). A l parecer esta afirma-
ción muestra s u integración abierta a l a v i d a regional.
^ AGNP, not. 3
^ Plácido Dufresne puede ser un segundo hijo de Dufresne y Josefa Lafragua;
hasta ahora nada nos lo permite asegurar. Archivo del H . Ayuntamiento de
Puebla, Expedientes, 1808.
^' 13 de marzo de 1806 Testimonio de pago, not. 3. AGNP.
^ Ibidem.
22
Cuatro días después, el 17 de marzo de 1806, Joaquín Arriaga
con quien poseía u n a tienda de pulpería en la esquina de Santo
t Domingo, dijo que Darget le hizo entrega de 10 0 0 0 pesos para su
administración por cinco años, en u n a tienda de la calle de G u e v a -
ra; por supuesto se trataba de l a herencia materna de María
Juana.^^
José Ignacio Amarillas, vecino y comerciante de Puebla, el 2 3
de agosto, recibió efectos de mercaderías por un valor de 657p. 4r.
3q., y dado que no le fue posible cubrir la deuda, el 10 de abril de
1807 se comprometió a pagar el resto de su adeudo en nuevas
condiciones hipotecando s u "Alasena de Quincallería", que tenía
ubicada e n el portal de l a Audiencia.^'
E l 2 de octubre de 1 8 0 6 otorgó u n poder a Vicente R i v e r a y
a Domingo V i v a n c o , vecinos de Cádiz, p a r a que llevasen sus
negocios e n l a dicha c i u d a d . P a r a el 3 0 de diciembre, Darget
''
se refería a sus suegros como y a fallecidos.^^
E l total de herencias que recibió María J u a n a fue de 5 0 3 1 0
pesos, sumadas las maternas y las paternas. Pero declaró que
recibía " l a s herencias paternas" e n calidad de dote (40 0 0 0
aproximadamente). Esto es importante porque si bien Darget
pudo hacer uso de tal fortuna en l a propia empresa, legalmente
no fue el dueño directo de ella.^°
Esta dote adquirió otro carácter, al ser tan elevada y reconocida
como tal; la suma fue protegida a beneficio de la acaudalada J u a n a
María Lafragua. Darget era entonces u n pudiente, pero quizá s u
presencia e r a relativamente n u e v a e n la v i d a económica y polí-
tica de Puebla, lo cierto es que a l recibir la "dote" prometió tra-
tar de no enajenarla, ni usarla p a r a pago de deudas.
E l 13 de m a y o de 1807, Agustín Gómez, vecino de T e p e x i
del Río, del partido de T u l a , hipotecó sus casas a fin de asegurar
el pago del préstamo que le hizo J u a n José Darget por efectos
=»/b.
* Carta dotal, 1807, AGNP, not. 3
m
de u n a tienda que poseía " e n la esquina de la Carnicería" y se
comprometió a pagar los 3 0 0 0 pesos.^'
P a r a ese mismo año, T h o m s o n lo señala c o m o propietario
de u n almacén de bienes europeos, no obstante y a no apareció
en s u registro correspondiente a l año de 1820.^^
R a m a Lafragua-Ibarra ' ' ; A : v : i ; . ^ Í Í , V . ,:f;;A.\ii;., •
José María Lafragua nació hacia el año 1 7 6 5 , dedicado c o m o
su padre a l comercio y a l crédito. P a r a 1 8 0 5 y a e r a considerado
un p u d i e n t e . E l 2 1 de julio de 1 8 0 7 nombró a J u a n Díaz G o n -
zález como s u apoderado p a r a que cobrase a l T r i b u n a l de Mine-
ría el total de 5 0 0 0 0 pesos que le adeudaba.
Contrajo matrimonio con Mariana Ibarra, declarada española,
quizá hacia el año 1812. Lamentablemente José María falleció en
1813, apenas siete años después del deceso de su padre, muerte
sorpresiva pues fue resultado de u n contagio en la epidemia que
ese año azotó a la ciudad de Puebla. E l historiador Eduardo Gó-
mez H a r o informa que esta epidemia se inició u n año antes, y
que muchos individuos la creyeron u n a epidemia de fiebre
amarilla cuando, e n realidad, se trataba de peste.^*
P a r a atender a los enfermos se formó la Junta de Sanidad,
que se integró con u n presidente, tres representantes del cabildo
eclesiástico y el propio José María Lafragua, nombrado como re-
presentante del ayuntamiento de la ciudad, junto con d o n Miguel
Alducín y los síndicos. Además participaron varios particulares,
entre ellos algunos facultativos. E s a junta se estableció el 16 de
enero de 1 8 1 3 . S u presidente fue don Ciríaco de L l a n o , gober-
nador e intendente, pero dado que éste no pudo asistir, lo susti-
31 AGNP, not.,3 • '-^ '-"^ ' "
33 Thomson, G u y Economics and societi; in Puebla. 1800-1850 (tesis), fotoco-
pia, 1973, abril 25.
33 A. Ayuntamiento de la ciudad de Puebla. Expedientes d e l 8 0 5
3^ Gómez Haro, Eduardo. La ciudad de Puebla y la guerra de independencia.
Con un apéndice que contiene la historia de la misma ciudad durante el si-
glo XIX hasta 1910. Puebla, Gobierno del estado de Puebla, Secretaría de
Cultura, Col. Portal poblano no. 2 1 , 1996, pp. 100-104.
tuyó el doctor don José Ignacio de Arancibia, obispo electo de
O a x a c a y gobernador de la mitra de Puebla.
L a junta organizó a profesores de medicina y cirugía,^^ dis-
tribuidos e n los dieciséis cuarteles en que se dividió la ciudad y
distribuyó medicinas con el a p o y o de siete boticas, a la vez que
repartió u n a Cartilla impresa por don Pedro de la R o s a .
A tres meses de iniciada su labor e n l a junta, José María v i o
nacer a s u hijo, posiblemente el único que concibió, porque po-
co después él mismo fallecería, dejando v i u d a a M a r i a n a y
huérfano a s u hijo. Según Gómez H a r o , en septiembre de 1 8 1 3
se detuvo la epidemia, con u n saldo de 4 8 6 2 6 personas conta-
giadas y 7 1 2 5 muertos. Entre éstos falleció José María de L a -
fragua, quien por entonces vivía con s u mujer, M a r i a n a Ibarra,
en l a casa núm. 8 de la Calle de Herreros.
L A F O R T U N A D E LA FAMILIA L A F R A G U A - E C H A N I S
E l testamento de Clemente de Lafragua fue otorgado el 2 2 de
m a y o de 1 7 9 4 , ante Mariano B u e n a n u e v a de Arroyo, escribano
de la ciudad de México,^'' pero los datos de s u fortuna datan del
año 1 8 0 6 , año en que falleció. E l caudal que logró a c u m u l a r e n
su matrimonio alcanzó u n monto de 1 6 3 , 4 5 7 , 3 6 pesos p a r a
1806, constituyendo u n a de las fortunas altas de l a oligarquía.
P a r a l a época ( 1 7 7 0 - 1 8 3 0 ) se encontró u n abanico de fortunas
que iban de los 6 0 0 0 0 0 pesos, l a más elevada, hasta los sesen-
ta mil pesos entre las menores detentadas por l a oligarquía de la
región poblano-tlaxcalteca.
E n u n conjunto aproximado de 1 5 0 casos de fortunas re-
flejadas en juicios testamentarios ubicados en el Archivo de Nota-
rías, el Judicial del INAH y el municipal de la ciudad de Puebla, se
puede encontrar la distribución que ofrecemos en el cuadro si-
guiente. S e precisan datos e n dos periodos que abarcan la época
' Se indica que los curanderos que quisieron participar fueron excluidos. Ibid.
p. 102.
'' Leicht, Hugo Las calles de Puebla, Pue., JCMMMP, S*" ed., 1992, p. 213.
' Hasta ahora no hemos logrado localizar su testamento. Mariana murió en
agosto de 1839, ASMP.
2$
de aplicación de las refonnas borbónicas y la etapa inmediata de otra de 2 5 0 0 0 pesos de u n a "general de Minería" con sus rédi-
la declaración de independencia de México. tos. U n porcentaje relevante de la fortuna está invertido c o m o
préstamo, a uno de los comerciantes pertenecientes al C o n s u l a -
Promedios de las fortunas do de Cádiz.
de los pudientes poblanos en pesos^^
A cada hijo correspondió u n a cantidad de 4 8 3 1 0 pesos co-
. , .. 1776 a 1830
mo herencias. L a estructura de la división de la fortuna es la si-
guiente: ,,„ , „ ,, : , .
Siglo x v i i i ' ' ' Siglo X I X
1776-1800 1801-1810 1811-1830
Prueba"" de la C u a r t a de Albaceazgo

8 4 9 4 5 p. 9 6 2 9 7 p. 6 8 4 4 3 p.
13,974.6.6 castigos 29,896.4.2 V, Quinto
9 3 1 5 3 p. 6 8 4 4 3 p. 2,552.5 cuenta de Albaceazgo - 2.992.5 rebaia de cuenta de
albaceazgo
2,000 Mejora de María Juana 27,343.7.2 2/4 Remanente
del quinto
Fuentes. A G N P y A . J . - INAH, secc. P u e b l a 48,310 Legítima de María Juana
48,310 Legítima de María Josefa 39,862.0.3 'A Tercio
48,310 Legítima de José María 2.000 Mejora
Estas cifras constituyen u n a aproximación a los montos que 163,457.3.6 Caudal líquido 37,862.0.3 -A Remanente
reflejan la acumulación de riqueza expresada en términos mo- del Tercio
netarios por los "pudientes poblanos" en esta última etapa del
dominio colonial español.^' Y la división concreta de la riqueza, a beneficio de los here-
De tal suerte que en el periodo en que fallece Clemente de L a - deros se dividió de m a n e r a precisa, de esta forma:
fragua, con la posesión de u n a fortuna aproximada de 2 0 0 0 0 0
pesos, si consideramos agregadas las herencias maternas que y a C u e n t a de división:
se habían distribuido a los hijos pocos meses antes de s u propio
fallecimiento, su caudal se encuentra entre los más elevados del 3,000 Alhajas, plata labrada y miscelánea
11,207.4 Deuda $ 11,000 del Consejo v réditos
grupo estudiado. H a y que insistir que el más alto de toda la
30,565.7.2 Escritura de $30,000 de minería con réditos
etapa fue de 6 0 0 0 0 0 pesos mientras que el promedio iba de los 3.536.4.10 en efectivo
sesenta mil a los noventa mil pesos. '48,310 María Josefa
Del total de la fortuna quedó un caudal líquido (separando
17,146.2.8 Deudas Juan Antonio Carazo, comerciante español del
castigos por convenio, quinto y tercios) de $ 144 9 3 0 0 0 0 que
Consulado de Cádiz
constituyó el caudal divisible para los herederos. L a fortuna es- 20,500 Deuda José Rodríguez Conde y réditos
taba constituida por efectivo, alhajas y plata, miscelánea, casas 0,000 Recibidos a cuenta en dinero
2,000 Reales efectivos para su mejora
habitación y deudas activas. Particularmente se encuentra " u n a
663.5.4 Reales
escritura de 3 0 0 0 0 pesos de minería" que incluye sus réditos y 50,310 María Juana

33 Paleta Vázquez, María del Pilar, /bidem, pp. 58-72. ' Las cifras se recuperan del expediente testamentario con indicación en pe-
3'/faid. sos, reales, granos y fracciones.

m
832 Deuda de la testamentaría del difunto Sebastián Pérez
500 Deudas dudosas y perdidas
$ 25,000 (2) del General de Minería y réditos
50,943
9,183 Reales efectivos
61,458.2.3
13,148.2.3 Deudas pasivas de su cargo
48,310. José María"'
María J u a n a Lafragua recibió en total, con u n a casa y otros
bienes c o m o muebles, ropa y joyas: 6 0 4 0 0 pesos. : .
María J o sef a recibió u n a propiedad u r b a n a , e r a la casa de
sus padres, ubicada en el barrio de los altos de S a n Francisco,
en el paraje llamado de Almoloya, y cuyo valor e r a de 5 4 3 0
pesos. Hu g o Leicht asegura que esta finca se ubicaba cerca de
la que habría de ser propiedad de Esteban de Antuñano, " c a -
mino a l cerro de Belén".*^
Su P A P E L E N T R E L O S EMPRESARIOS POBLANOS
Clemente de Lafragua guarda u n a estructura de fortuna m u y
particular entre el grupo de pudientes que hemos estudiado de
1770 a 1830, el alto porcentaje que arroja su fortuna e n forma de
crédito "activo" lo hace u n caso especial. U n empresario de la re-
gión y la época con u n a estructura cercana a la de Lafragua, fue
José Bernardo Aspiroz, perteneciente a u n a familia de larga tradi-
ción en la ciudad de Puebla y s u región, también inmigrante de
N a v a r r a pero e n este caso de l a N a v a r r a castellana. Véase el si-
guiente cuadro comparativo:
' Condiciones de distribución de la herencia: $ 1 000 de limosnas, 200 misas
de a peso, dos casas se entregarán a las hijas; el interés que producen, $ 4
mil, insertos en tres o cuatro negociaciones, serán para José María; éste es
nombrado albacea desde el 20 de enero de 1792, y en caso necesario sería
Juan José Darget o José Segundo López Cordero. AGNP, not. 3, carta dotal
1807. Las cifras se expresan en pesos, reales, granos y fracciones.
• Leicht, Hugo. Ibidem. p. 2 1 1 . E n el Archivo del registro público de la pro-
piedad y del comercio de Puebla no existe información sobre este predio, só-
lo aparecen registros a partir del siglo XIX.
28
Dos "prestamistas' poblanos
Nombre Año Fortuna ,
Clemente Lafragua 1806 186,010 p. ;: , )
José Bernardo Aspiroz 1811 274,624 p.
Los dos pudientes registran el mayor porcentaje de s u fortuna
en lo que denomina "activo", o mejor dicho, crédito a favor, que
tenía dos orígenes: las actividades mercantiles y el crédito nume-
rario.
L a estructura de la fortuna de Lafragua se registró e n 1 8 0 6 ,
prácticamente en la etapa de la Consolidación de los vales re-
ales e n la N u e v a España, y e n apariencia no se v i o afectada por
tal medida económica, a diferencia de otros casos e n que las
quejas por los estragos provocados por tal medida son constan-
tes e n los expedientes testamentarios. E s claro que el crédito de
Lafragua p oc a o ninguna relación tuvo con l a institución de
crédito de mayor significación e n la época novohispana, l a Igle-
sia y la que sufrió directamente el efecto de la ley.
E l "activo" representaba 8 3 por ciento de s u caudal, sin e m -
bargo, al desglosarlo encontramos que u n a parte m u y importante
de él correspondía a "inversiones mineras", ellas representaban el
4 4 por ciento y el restante 3 9 por ciento era efectivamente u n
conjunto de deudas a favor. E n reales manejó u n porcentaje del
10 por ciento. Í H; : . ; :< •
L a fortuna contó entre las deudas a favor, con u n a muy impor-
tante, la que comprometió a J u a n Antonio Carazo, comerciante es-
pañol del Consulado de Cádiz -quizá una compañía-; las restantes
deudas son definitivamente crédito que revela u n a gran capaci-
dad de circulante y tan solo el porcentaje de sus reales lo confirma.
E n cambio, sus deudas en contra tan sólo alcanzaron los 13 0 4 8
pesos, que representaban 7 por ciento de su caudal, significaba
esto que s u fortuna gozaba de u n a gran estabilidad, a l menos e n
el corto plazo. ^
29
 DESINTEGRACIÓN D E LA FORTUNA
L a desintegración de la fortuna puede observarse en los riesgos
que implicaba el manejo de u n porcentaje tan alto en crédito, la
familia Lafragua Echanis dividió el caudal paterno y materno a l di-
vidirse la fortuna de forma inmediata entre los herederos. Así lo
asentaron: "Estando acordes los herederos en hacer división en especie
y por adjudicación (...)"*^
Esta decisión pesó sin duda de forma negativa en la permanen-
cia de la riqueza en manos de los herederos Lafragua, porque a dife-
rencia del común de las familias de la época, lograron acumular una
fortuna pero no conservaron uno de los mecanismos centrales de
mantenimiento de la riqueza acumulada: el albaceazgo prolongado.
Todos los hijos recibieron por acuerdo, sin conflicto y con todos los
procedimientos que implicaba el proceso, partes iguales del re-
manente del caudal. José María Lafragua había sido nombrado
albacea por s u padre, s u papel fue impecable en ese sentido,
pues realizó sus funciones e n forma satisfactoria a todos los here-
deros: la cuenta y división de bienes. Pero precisamente por tal ac-
tuación no preservó la unidad de la fortuna en s u conjunto, no
prolongó el manejo de la misma en sus manos, como albacea. L a
empresa familiar no aseguró su sobrevivencia.
De esta familia surgió sin d u d a , u n a línea de hombres p u -
dientes por vía genealógica, los descendientes recibieron u n a
importante fortuna y habrían de partir de esta herencia p a r a
conformar nuevos negocios. Pero es evidente que José María
Lafragua, y pese a ser u n reconocido comerciante no acumuló
el monto de fortuna de s u padre, por supuesto el azar estuvo
presente en esta historia familiar, pues murió e n 1 8 1 3 .
Poco tiempo atrás había nacido su hijo José María, nieto de
Clemente. Este último sin duda trascendió en fama por s u partici-
*3 Carta dotal 1807, AGNP. E n este sentido, el historiador José Miguel Quinta-
na menciona que la fortuna heredada a José María (Francisco de Paula) fue
malgastada por José García Huesca, conocido molinero y pudiente de la re-
gión y quien aparece como padrino de Lafragua en el registro de su bautis-
mo, el 3 de abril de 1813, ASMP.
José Miguel Quintana. Lafragua. Político y romántico. Méx. DDF, col. Metropo-
litana, 1974,1974, 187 p.
pación como abogado y político del siglo XIX, pero vivió con po-
breza, sus estudios en el Colegio Carolino los realizó gracias a la
beca que le dio sostenimiento.** Y s u intenso trabajo le permitió
llevar u n a v i d a relativamente cómoda pero sin lujos, alejado de
empresas económicas redituables, y a decir de sus biógrafos, sin
familia que le apoyase. Estos refieren, además, que sus intentos
de formar negocios no fructificaron.
COMENTARIOS FINALES
L a fortuna de Lafragua como muchos caudales, seguramente ali-
mentó la integración de riquezas de mayor extensión y solidez, ella
dio sin duda movilidad al circulante, incentivando actividades co-
merciales en la región poblano-tlaxcalteca y fuera de ella. Papel
significativo que no se vinculó a la acción crediticia de la Iglesia.
L a riqueza construida por Clemente Lafragua tiene u n a c a -
racterística particularmente interesante porque s u estrategia
económica, por lo que se puede observar e n s u expediente tes-
tamentario y en el seguimiento de sus actividades económicas
en l a N u e v a España, se fundó en la inversión y el crédito, patrón
no común con el resto de la oligarquía. A u n el activo invertido e n
el Tribunal de Minería, más que u n a inversión en u n a actividad
productiva debe considerarse c o m o u n a actividad crediticia,
pues se trata de u n préstamo hecho a e s a institución. E n c a m -
bio, la otra inversión minera puede pensarse de otra m a n e r a ,
quizá como fuente de metal y recursos monetarios, y por s u -
puesto productiva.
"" E n 1835 se recibió como abogado; dedicado a la literatura, redactó en va-
rios periódicos. E n 1841 fue electo diputado del Congreso en México por el
partido federalista, perseguido por Santa Anna. E n 48 fue senador propieta-
rio, suplente de Cosme Furlong y en 1856-1857 fue ministro de Goberna-
ción de Comonfort. E n la Guerra de Tres años fue embajador de España. E n
1867 fue magistrado de la Suprema Corte de Justicia, redactó los Códigos
Civil y Penal, director de la Biblioteca Nacional, catedrático de Historia en la
Escuela Preparatoria, ministro de Relaciones hasta 1875. Finalmente legó
una parte de su biblioteca y fortuna al Colegio del Estado. Ver Leicht, Hugo,
op.cit., González Peña, Carlos. Un idilio roto. Gobierno del Estado de Pue-
bla, Secretaría de Cultura, Comisión Puebla V Centenario, Leauras históri-
cas núm. 39, Pue., 1993, pp. 41-48.
3i;
• A diferencia de la gran mayoría de las familias de l a élite
poblana y en general, de los pudientes poblanos, ni Clemente
Lafragua, ni sus descendientes, a l menos de la primera genera-
ción, lograron integrar empresas productivas, ni verticales ni hori-
zontales, careciendo de u n a base creadora de recursos. Cierto es
que el efectivo que permanentemente prestaron, recibieron e invir-
tieron, los presenta como unos comerciantes sólidos, lo fueron
pero n o contaron c o n u n a fortuna ligada directamente a u n a a c -
tividad agrícola o industrial. Este punto central de diferenciación
con el resto de los oligarcas poblanos es, quizá, lo que explica
que l a fortuna parezca desintegrarse a l poco tiempo de l a divi-
sión inmediata de la herencia paterna; prácticamente simultá-
nea a la materna.
Esto último es fundamental, pues l a inversión productiva de
los pudientes es u n rasgo común que se puede observar e n las
estructuras de las fortunas de los poblanos prominentes de siglo
XVII y XVIII.*^
L a familia Lafragua empleó el mecanismo del albaceazgo
c o m o u n recurso administrativo sin dar el tiempo necesario p a r a
la reproducción del caudal, como se observa e n otros muchos
casos. P o r supuesto h a y que considerar s u participación e n el
gobierno local y su integración a diferentes cuerpos militares. L a
estrategia económica seguida por Clemente, José María el hijo,
Darget y Dufresne, obedecen casi a l mismo patrón de actividad
económica y prácticamente e n l a m i s m a área de actividad. Q u i -
zá el monto heredado de forma individual, hizo pensar a los i n -
tegrantes de esta familia que no hacía falta mantener l a fortuna
e n l a administración de u n a sola m a n o familiar; tal vez n o lo
consideraron necesario.
...I'"'
' Para el estudio de algunos casos de fortunas del siglo XVll, véase De la Peña,
José, Oligarquía y propiedad en Nueva España (1550-1624), Méx., FCE, Seo.
Obras de historia, 1983, 308 p., y otros casos de fortunas de fines del siglo
xviii, véase; Paleta Vázquez, María del Pilar, op. cit.
" P U E S NO H A V I E N D O L O AQUI...."
. ^. ; MÉDICOS E X T R A N J E R O S R E S I D E N T E S
. :' • E N MÉXICO 1 7 5 0 - 1 8 5 0
L u z María Hernández Sáenz
Pues no haviendolo aquí un Profesor como
el [director de la Escuela de Cimgía] parece
se debe ocurrir a España.**
Durante la última etapa de la Colonia y la primera de la época
independiente, numerosos facultativos extranjeros cuyos nom-
bres se h a n perdido en los cuantiosos archivos municipales, con-
tribuyeron a l desarrollo de la medicina mexicana. Este bosquejo
pretende rescatar la memoria de estos profesionales delineando
las características generales que, como grupo, los separaban de sus
colegas nacionales, analizando el papel que jugaron individual y
colectivamente y evaluando sus contribuciones al desarrollo de la
medicina y sociedad mexicanas. E l presente estudio explora tam-
bién los lazos de estos profesionales con el establecimiento militar,
enfocándose en las importantes pero poco conocidas contribucio-
nes de dos cirujanos militares: Antonio S e r r a n o y P e d r o V a n d e r
Linden.
Desde tiempos de l a colonia, y e n contra de l a legislación
vigente, médicos y cirujanos extranjeros residían y practicaban e n
la N u e v a España. Virreyes como Bernardo de Gálvez traían con-
sigo o facilitaban la entrada de facultativos europeos en contra-
vención de la ley, mientras que otros médicos (o supuestos
médicos) aprovechaban el tenue control de las autoridades p a r a
entrar y practicar clandestinamente.*' L o s nombres de estos ex-
tranjeros no aparecen más que esporádicamente e n los d o c u -
mentos contemporáneos, indicando que durante los primeros
dos siglos de la colonia constituían casos aislados. T a l situación
** Reporte de Gabriel Ocampo, 1793, Archivo General de la Nación (AGN),
ramo hospitales, vol. 53, exp. 7, ff. 155-162v, 1 6 1 .
*' Luz María Hernández Sáenz, Learning to Heal. The Medical Profession in
Colonial México 1767-1831. New York: Peter Lang, 1997, 233-34. : ; :
33