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Pensamiento en Mesopotamia
El nacimiento de la civilización
A comienzos del VII milenio, los grupos agrícolas y ganaderos, al no poder separarse de
sus rebaños y de sus campos, se volvieron sedentarios; construyeron habitáculos y se unieron
formando pequeñas sociedades que se organizaron para el trabajo y la protección de sus
bienes. Del mundo vegetal extraen fibras textiles e inventan el arte del tejido. Asimismo, la
relación interpersonal, las destrezas individuales, la progresiva especialización del trabajo, etc.,
condujeron a la formación de la organización social que tendría como consecuencia, en el IV
milenio, la aparición del poblado y, poco después, la comunidad urbana.
Al periodo de Samarra le sucede el de Tell Halaf con una fecha aproximada entre el
5500 y el 4500 a. C.
La llanura aluvial comprendida entre el Tigris y el Éufrates era muy rica, lo que permitió
la subsistencia de una gran cantidad de población. Esto tuvo como consecuencia el que grupo
humanos, procedentes de Zagros habitara en las tierras de lo que sería Sumer con
asentamientos neolíticos que enlazarían con la etapa urbana. Los yacimientos de la zona sur de
Mesopotamia fueron Eridu, El Obeid, Uruk y Jemdet Nasr.
Ciertas costumbres funerarias confirman que los moradores del sur de Mesopotamia
creían en la vida en el más allá. Entre los objetos funerarios se han encontrado estatuillas que
representan seres humanos con cabeza de reptil.
Este momento se distingue sobre todo por el desarrollo de la agricultura y por la
adopción de sistemas de regadío sin los cuales el progreso de Mesopotamia no se podría
comprender.
La revolución urbana
Con el nombre de Mesopotamia se conoce el vasto valle aluvial drenado por los ríos
Éufrates y Tigris. La civilización mesopotámica cohabita con elementos de fuerza y violencia. El
Éufrates y el Tigris no son como el gran río egipcio; sus avenidas son variables e imprevisibles.
Soplan aires abrasadores o se desencadenan lluvias torrenciales. En Mesopotamia, la
naturaleza campa a sus anchas; en la plenitud de su fuerza, obstaculiza el trabajo de las
personas haciéndolas conscientes de su extrema vulnerabilidad. Ante estas manifestaciones de
fuerza, para él sobrenaturales, el iraquí de antaño se hallaba despistado e impotente. Presa de
la ansiedad, sentía que el orden de las cosas estaba en peligro. Difícilmente pues, se puede
entender la localización del paraíso en Mesopotamia por parte de la tradición hebrea.
Hasta el siglo XVII, Mesopotamia fue conocida sólo a través de la Biblia y de los
escritores clásicos. El final del siglo XVII y el comienzo del XVIII marcan una honda
transformación en la actitud de Occidente con respecto a Oriente. En el siglo XIX tuvo lugar
una carrera arqueológica que permitió sacar a la luz parte del misterio y del caudal de aquella
civilización.
Cuna de la civilización
Mesopotamia fue uno de los grandes focos de civilización avanzada. La fertilidad del
suelo de la Baja Mesopotamia posibilitó un excedente agrícola que facilitó la irrupción de los
grupos no relacionados de forma directa con la producción de materias primas. Esta nueva
economía se manifestó en la aparición de las ciudades y en la invención de la escritura y las
ciencias exactas; por otro lado, favoreció la división de la sociedad en clases.
Uno de los factores que aclaran la elevada productividad sumeria tiene que ver con el
desarrollo de las técnicas agrícolas como el arado de madera. Por otro lado, la ingeniería
hidraúlica logró irrigar muchas tierras que se habían transformado en áridas estepas. Esto tuvo
como consecuencia un importante excedente de alimentos que permitían alimentar a un
elevado número de profesionales que de este modo podían concentrarse en sus oficios. Esta
división del trabajo fue la base de la aparición de las primeras ciudades convertidas en
complicadas entidades sociales en las que sus ciudadanos llevaban a cabo funciones diversas y
con un alto grado de especialización.
Los excedentes agrícolas eran tan abundantes que permitían el intercambio comercial.
Estas relaciones comerciales se realizaban por ríos y canales mediante pequeñas
embarcaciones; por mar, en grandes barcos de vela; y por vía terrestre se organizaban
caravanas de asnos y mulas.
Durante dos milenos el foco de la actividad económica fueron los templos. En ellos se
planeaban las obras públicas y en ellos se descubrieron las ciencias exactas y la escritura.
La sociedad babilónica estaba compuesta por los patricios (awîlu) que ocupaban los
puestos de mayor relieve. Los plebeyos (mushkênum) formaban una clase social entre la de los
libres y los esclavos. Estos últimos (wardu) ocupaban la escala inferior de la sociedad.
Cosmogonías
Mitos de la creación
El hombre mesopotámico concebía la tierra (Ki) como un disco plano que flotaba sobre
la capa de agua dulce (Apsû). Todo el conjunto reposaba en el interior de una esfera, cuya
mitad superior constituía el Cielo (An) y la mitad inferior el inframundo (Kur). A su vez esta
esfera estaba suspendida en un «mar primordial» y sin límites.
Enûma elish
De la tumultuosa Tiamat los dioses fueron procreados a partir de su seno. Una vez
creadas las primeras deidades, ellas fueron engendrando a su vez otras. Anshar y Kishar se
unen para engendrar a Anu quien engendra a Ea. Posteriormente nacerán otras divinidades
alborotadoras. Tiamat, Apsû y Mummu deciden eliminar a estas ruidosas deidades. Pero Ea
arruina la criminal empresa. Narcotiza a Apsû y lo mata. Luego junto con su esposa Damkina
engendra a Marduk. Loca de furia por la muerte de Apsû, Tiamat declara la guerra a los dioses.
Crea monstruos, serpientes gigantes, dragones salvajes y otras entidades más. Sólo Marduk
planta cara a este terrible ejército.
Marduk va a retar a Tiamat. Traspasa su corazón con una saeta y le destroza el cráneo
con su maza. Marduk crea entonces las constelaciones, los fenómenos atmosféricos y los
manantiales a partir del cadáver de Tiamat. Posteriormente se da la creación de la humanidad
por Ea de acuerdo con los planes de Marduk.
El panteón mesopotámico
Las relaciones de las gentes de Mesopotamia con la naturaleza eran muy estrechas.
Esto desembocó en creencias en las que se hallan huellas de animismo. Las fuerzas de la
naturaleza fueron personificadas y transformadas en deidades. Cientos de divinidades integran
el panteón mesopotámico. El hombre está al servicio de los dioses, su existencia no tiene otra
justificación y todo incumplimiento de ese servicio es una falta. No hay que esperar nada en
este mundo ni en el más allá.
Por otro lado, la sociedad divina era una copia exacta de la sociedad humana pero
siempre superan al hombre en fuerza, poder e inteligencia además de que eran inmortales.
Divinidades cósmicas
La primera deidad de la tríada cósmica es An. Esta estaba muy alejada de los hombres,
ya que no sólo no velaba por ellos, sino que además era hostil. El diluvio se atribuía a él y a
Enlil.
El auténtico dios supremo de los sumerios es Enlil. Este elige a los reyes y es por la
única voluntad de él por lo que el mundo continúa existiendo.
Enki es inventor, protector de las técnicas, las ciencias y las artes. Enki es el mejor
aliado y amigo del hombre. De Enki es de quien procede la idea de crear a la humanidad para
que asumiese el trabajo de las divinidades. Su esposa es Ninki y su hijo Marduk.
Divinidades astrales
La tríada astral está formada por Shin (dios luna), Shamash (dios sol) e Ishtar (el
planeta Venus).
El dios luna aparece como «el primogénito del dios Enlil». La ideología teológica
babilónica lo consideró también como deidad de la vegetación. Constituyen la familia de Shin
su esposa Ningal, sus hijos Shamash e Ishtar.
Ishtar es la diosa del amor y del nacimiento. Se la identifica con Venus. A este planeta
se le considera dios cuando brilla por la mañana y como diosa cuando brilla por la tarde de
manera que goza de ambos sexos.
Otras divinidades
1) Ninurta: era el dios de la guerra. Era hijo de Enlil y tuvo por esposa a Gula, diosa de la
salud.
2) Adad: era el dios de la tempestad. Es hijo de Anu y de Bel y esposo de Shala.
3) Marduk: era el dios del exorsismo y «Señor de la Sabiduría» lo que posiblemente
implicaba que podía conceder la capacidad de curar y la vida superior.
4) Nabû: era el dios de la escritura. Es hijo de Marduk y esposo de Nanu.
5) Ashur: deidad guerrera.
6) Nergal: era esposo de Ereshkigal (gobernante del inframundo). Era la deidad del sol
abrasador del verano, de la fiebre y de enfermedades como la peste. Asimismo, era
una deidad de la vegetación.
7) Dumuzi: debió ser una deidad infernal. Algunos textos hablan de su muerte anual, de
su descenso al infierno, de la ausencia de vegetación en la tierra durante el tiempo que
permaneció en el infierno y del renacer de la vegetación al volver de nuevo a la tierra.
También existían pequeños demonios. Cualquier tipo de enfermedad había que ponerla en el
lugar de estas peligrosas entidades.
El templo y los sacerdotes
El lugar del culto era el templo donde las divinidades viven y los hombres les sirven. En
los santuarios más antiguos eran levantados a modo de una terraza elevada sobre la que se
alzaba un pequeño templo. Cuando estas edificaciones evolucionaron hasta adquirir aspecto
de torres, recibieron el nombre de zigurat.
Por otro lado, los sacerdotes formaban una clase social jerárquica y cerrada. El oficio
de sacerdote era hereditario y para ejercerlo se exigía un aceptable conocimiento de la
literatura sumero-acádica.
En lo alto de la cúspide está el en. El sangamakh poseía una dignidad algo inferior. El
urigallu ocupaba el lugar inmediato al del sumo sacerdote. Los êribbîti podían acceder a
lugares del templo vetados asimismo gestionaban la economía del templo y notificaban al
soberano sobre distintos temas. Había también otros grupos de funcionarios de menor rango:
los interpretadores de sueños, los adivinos, los conjuradores, etc. Junto al grupo de sacerdotes
varones existía también un grupo de sacerdotisas.
Ética
El hombre babilónico se mostraba ante sus deidades en el acto de culto. De ahí que el
pecado se estimara como una transgresión de orden ritual más que moral. El enfermo
desconocía la mayoría de las veces a qué deidad había molestado sin intención al violar
cualquiera de los incontables preceptos.
Mitos y poemas
El mito de Atrahasis
Las relaciones del individuo con la dinámica hostilidad que le envuelve: una naturaleza
imprevisible y poco benigna, la enorme dificultad que entraña el trato con los demás en una
sociedad estratificada son problemas que los mesopotámicos procuraron solucionar por medio
del diálogo con sus deidades. Quizá sea en los mitos donde las gentes de Mesopotamia se
preguntaban a propósito de la extrema fragilidad de la condición humana.
Inaugurada por los sumerios una intensa actividad mitológica parece haber
impregnado todo el pensamiento religioso
Mito de Atrahasis: los Annunaki, la casta divina ociosa y dominante, quieren transferir su
penosa tarea en los palacios de las divinidades a los siete Igigi. Estos últimos rehúsan trabajar y
destruyen sus útiles. Anu intercede entonces para intentar algún tipo de convenio. Finalmente,
se acuerda crear a la humanidad para que sea ella y no los dioses la que trabaje.
Posteriormente, Enlil se siente incómodo por el ruido de los hombres e intenta hacerlos
desaparecer. Sin embargo, Ea consigue evitar la tragedia hasta que Enlil provoca un diluvio del
que saldrá airoso sólo Atrahasis.
El poema de Gilgamesh
El poema relata la tentativa fallida del rey de Uruk por obtener la inmortalidad y su
gran decepción al no conseguirla.
En primer lugar, van a la mansión de los dioses que se encuentra en una montaña para
coger madera y construir una puerta. La montaña está protegida por un monstruo (Khumbaba)
el cual se encuentra en el Bosque de los Cedros. Al final consiguen matar al monstruo. Poco
después, la diosa Ishtar, impactada por la belleza de Gilgamesh, se enamora y le desea como
amante. Sin embargo, el rey de Uruk la desprecia. Esto hace que la diosa solicite a su padre
que cree el toro celeste para matar a Gilgamesh. Sin embargo, Enkidu consigue darle muerte.
Entonces éste secciona una pata del toro y la arroja ante Ishtar. Acto seguido, Enkidu es
castigado y muere. Unos días después de velar el cuerpo de su amigo, Gilgamesh comienza a
sentirse invadido del miedo a la muerte. Es entonces cuando el rey de Uruk inicia una aventura
para saber por Utnapishtim el medio de adquirir la inmortalidad. Tras pasar por diversas
pruebas, Gilgamesh encuentra la planta que le devuelve la juventud, pero le es arrebatada por
una serpiente. Resignado, regresa a Uruk. Se conforma con la fama de lo que ha hecho en la
vida en lugar del deseo de ser como los dioses.
El monólogo del justo sufriente y el diálogo del amo y el siervo
El Diálogo del amo y el siervo es un poema en el que nos encontramos con un diálogo
contradictorio entre un amo y su criado.
La idea principal de este mito acadio es el deseo de inortalidad. El héroe es Adapa («el
Sabio», el cual pierde la gran ocasión de obtener la inmortalidad.
En la antigua Mesopotamia enterrar a los muertos y rendirles culto era una obligación
bajo pena de que su espíritu vagase por la tierra asustando a los vivos.
Las ideas mesopotámicas sobre el destino del hombre después de la muerte no son
muy precisas. Se habla del «País sin retorno» que yace en las entrañas de la tierra. En ese
lugar, bajo la autoridad de la diosa Ereshkigal y de su esposo Nergal los espíritus de los
muertos deambulan sin rumbo, hundidos en el fango sin otros alimentos que los que sus
familares le han proporcionado.
El mito de Inanna/Ishtar
La ausencia de Innana tiene como consecuencia el cese de toda procreación entre los
seres vivos. Después de un tiempo, Inanna volvió a la vida y retornó a la tierra.
El mito de Nergal y Ereshkigal
El espíritu del muerto espera el entierro en tanto que éste no reciba sepultura, no
puede el alma disfrutar de reposo. En el caso de no cumplir este deber, la sombra del difunto
deambulaba sobre la tierra causando temor y daño a los vivos.
Lo más frecuente era dejar transcurrir tres días después del fallecimiento antes de
inhumar el cadáver. Los habitantes de Babilonia tenían la costumbre de enterrar a los difuntos
en sus casas. Una vez enterrado, el difunto seguía necesitando todo tipo de cuidados y
atenciones
Los sacerdotes
Los mesopotámicos creían ver fantasmas, genios malignos, portadores de males físicos
de toda índole y entidades infernales.
El médico para curar las enfermedades en muchas ocasiones recurría a los conjuros.
Actuaba así porque se pensaba que la enfermedad la originaba una entidad demoníaca. Por
ello, para exorcizar a los enfermos era necesario que interviniesen uno o varios sacerdotes
conjuradores.
La adivinación
Entre las prácticas adivinatorias más antiguas estaban las relacionadas con la
interpretación de los sueños. Hubo otras formas de adivinación más populares siendo la más
común el examen del hígado. Los babilonios pensaban que el alma habitaba en el hígado y
empleaban el de los corderos para efectuar toda clase de predicciones. A esta forma de
adivinación hay que sumar la predicción basada en el examen de la forma y posición que
adoptaban las gotas de aceite de sésamo lanzadas en el agua. Otra forma para adivinar el
futuro fue el incienso. Se observaban la forma y dirección del humo. Una modalidad
adivinatoria que también practicaron los mesopotámicos fue la astrología. Es una forma de
adivinación que sigue uno de los más antiguos principios mágicos, variante de la tesis de que lo
semejante produce lo semejante o de que «lo que ocurre arriba ocurre abajo».
La idea de relacionar el tránsito de los astros nocturnos con los asuntos humanos
produjo importantes avances científicos. Uno de ellos fue la creación del círculo de 360º
basado en la idea de un año de 360 días a lo largo del cual las estrellas se movían. Ese
movimiento condujo a la creación por los babilonios del zodiaco.
El legado de Mesopotamia
Escritura y literatura
La búsqueda de estas culturas olvidadas comenzó en el siglo XIX y aún hoy continúa. A
pesar de las discrepancias considerables a que dan lugar el conjunto de las tradiciones
mesopotámicas, todas ellas dieron lugar a una corriente cultural poderosa.
Mesopotamia puede presumir de ser la cuna donde nació la escritura. Ella alumbró
nuevos modelos de gestión, relaciones múltiples entre diversos grupos, intercambios de toda
índole y en todos los niveles.
Las tablillas nos han ofrecido textos jurídicos, históricos, religiosos. Desde la época de
Hammurabi algunos templos constituyeron bibliotecas en las que las tablillas clasificadas por
género se amontonaban en cestos.
Ciencia y técnica
Los mesopotámicos sobresalieron en matemáticas y astronomía. Las matemáticas
surgieron debido a las necesidades económicas y administrativas de los templos, y
conservaron siempre un carácter empírico. En aritmética los sumerios idearon un sistema
sexagesimal; en el II milenio, los babilonios introdujeron el sistema decimal y en el siglo III a. C.
el cero.