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LA BÚSQUEDA
LA RECUPERACIÓN
PEDAGÓGICA
EL FIN DE LA EDUCACIÓN
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Objetivos de Unidad
Se espera que a partir del desarrollo de la presente unidad, los alumnos
puedan:
- Sintetizar los problemas de la educación desde el marco histórico del
pensamiento occidental.
- Identificar los elementos pedagógico-salvíficos desde la perspectiva de la
revelación bíblica.
- Esbozar el panorama de la restauración desde la naturaleza relacional del
hombre en el marco del conflicto entre el bien y el mal.
Introducción
A lo largo de las consideraciones anteriores fue quedando claro que la
educación no depende directamente de la filosofía sino más bien de los
presupuestos con las cuales ésta trabaja. Y vimos que estos presupuestos son
aportados por la cosmovisión desde la cual se piensa, pero cuyos contenidos
de base se introducen irreflexivamente en la reflexión.
Riesgo y error
Sin haberlo advertido a tiempo el pensamiento ponentino puso en evidente
peligro a la humanidad, porque orientó el proyecto de educación –programa de
salvación- en un rumbo desafortunado. Finalmente, este proyecto se convirtió
en un pervertido designio de destrucción. En ese marco hoy se expande un
doble proceso: uno de toma de conciencia, y otro de desensibilización.
Pareciera (...) que toda esta tensión de muerte con que nos vemos
amenazados no atañe a la vida práctica, inmediata, cotidiana, la vida
que se puede contar: esa vida económica, social, amorosa, laboral,
estética... con la que se extiende en mosaico nuestra existencia.
Parecería que, no obstante unas muertes tan inmensas, seguimos
siendo los mismos: las prácticas de la realidad de los individuos no se
habrían modificado. Y esa ‘muerte del hombre’ y esa ‘muerte del mundo’
sólo atrae y preocupa a intelectuales desasosegados, y, más aún, a
esos intelectuales sólo les afectaría en su restringida vida intelectual, ya
que, cuando tienen que dialogar con la cotidianeidad que los envuelve,
también ellos están sometidos a unas reglas de mercado, a unos
egoísmos amistosos y a unos oportunismos políticos que en nada se
parecen resentir de esas muertes tan aparentemente catastróficas. El
sentido común de la cotidianeidad parece obviar la tragedia que
encierran esos grandes pronunciamientos porque –simplemente- es
urgente sobrevivir. (Lorite Mena, p. 19)
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El hombre concreto, aquel que tiene nombre propio, puede estar sometido a un
desajuste provocado por el concepto de normalidad que la pedagogía
convencional no siempre puede ver. (Los casos de anomalía extrema fueron
recogidos por la pedagogía diferenciada.) Educar teniendo como meta la
normalidad, puede transformarse en una aberración pedagógica. Si las metas
pedagógicas normalizadas no observan la procedencia ni la singularidad de los
educandos, sobrevienen los fracasos. Cada persona es única e irrepetible.
Descuidar este hecho implica la estandarización de la acción educadora. Luego
conduce a un reduccionismo en el trazado de las metas. La normalidad
estadística deja afuera a los que requieren el incremento de sus capacidades
de vida y de su desempeño personal y social. Por causa de los conceptos mal
planteados, se desvirtuaron las metas de la educación y se perjudicó a las
personas dejándolas fuera del marco de la esperanza.
Lo visto hasta aquí, sugiere que la pedagogía es una disciplina inconclusa. Las
limitaciones a las cuales está sometida le dejan ámbitos abiertos e irresueltos.
Reconocer las leyes que rigen al hombre, conocer su origen, su transcurrir y su
destino, son vetas que no se pueden evadir si queremos acertar con las metas
de la educación del hombre. Por cierto que una antropología pendiente, aplaza
la concreción de la pedagogía en general y de la educación en particular. Y así,
todas las demás disciplinas que apoyan el proceso de la educación, quedan
demoradas. El problema continúa si los responsables de la educación no
aciertan con el reconocimiento y el sentido de la existencia del hombre. Esta
incertidumbre impide construir las esperanzas. Tratar la educación del hombre
sin definiciones, obliga a prorrogar la organización pedagógica y la formulación
de los fines educacionales. Y este proceder está sustentado históricamente.
Por cierto que hubo correcciones y búsquedas y muchos aciertos. Marx, por
ejemplo, aterrizó de las alturas del idealismo y reconoció el valor de la materia.
Nietzsche descubrió el cuerpo humano. Freud encontró el rol del inconsciente.
Y así... Pero cada descubrimiento corrector fue un flanco parcial, reducido, que
frecuentemente producía daño mayor porque funcionaba en un contexto
estropeado. Y cuando estas figuras destacadas del pensamiento iban haciendo
su aparición, muchos adhirieron a sus propuestas porque corregía alguna veta.
Pero ninguno de ellos encontró a Dios. En realidad hicieron la ruptura con Dios.
Y aun eso fue necesario, porque el Dios cristiano, europeo, ya no era el Dios
bíblico. El eje cristiano ya no pertenecía a Cristo. De modo que todos los
aportes fueron valiosos, pero no tuvieron un eje de cohesión significativa. Más
bien se diversificaron los ejes y dejaron la seguridad de la reflexión salvífica a
la deriva. Fue un pensamiento débil.
La Búsqueda
Desde 1872, Elena G. White hizo público lo que debió ser la educación
apropiada. En enero de ese año escribió el primer tratado de lo que ella misma
tituló como la educación apropiada. El ángulo destacado de esta orientación
enfatizó la necesidad de organizar la pedagogía desde Dios, de quien el
hombre es imagen. Su pedagogía tuvo en cuenta el retorno del hombre a Dios
(primera relación significativa). También tuvo en cuenta el entorno colocando al
hombre en un contexto obligatorio de trabajo material y manual para el sostén
existencial (segunda relación significativa). Y además se detuvo en el complejo
mundo del hombre y sus relaciones con sus semejantes (la tercera relación
significativa). Las tres dimensiones relacionales estuvieron presentes.
El tema de Dios
En una entrevista que dio poco después de la Segunda Guerra Mundial, pero
que prohibió publicar hasta después de su muerte, en 1976, Heidegger dijo:
‘Después de Nietzsche, la filosofía no puede ofrecer ayuda ni esperanza alguna
para el futuro de la humanidad. Todo lo que podemos hacer es esperar que
reaparezca un Dios. Ahora sólo un dios puede salvarnos’” (Página 12, 15 de
octubre de 2004, www.pagina12.com.ar.). Evidentemente no se trata del Dios
“europeo”, cargado de conceptos espurios acoplados durante la Edad Media.
Heidegger intuye otro Dios.
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Tal vez Derrida, tan cercano a la reflexión heideggeriana haya acertado con
sus planteos de la necesaria deconstrucción: un diseño de análisis que busca
penetrar el lenguaje cargado de supuestos que esconden estructuras
inhibidoras de la reflexión apropiada. Y por cuya causa no podemos avanzar.
La deconstrucción es una forma de desarmar una tendencia de pensamiento
dominante desde su interior. Derrida quiso rehacer toda la filosofía anterior,
descifrando los textos de los filósofos. Dice Horacio González, sociólogo y
ensayista: “Derrida nunca hizo saber si esos textos ‘deconstruidos’ contenían
todos los signos de lo que era necesario conocer de las cosas, o si el oficio de
desmontarlos para descubrir su radical relación con la muerte dejaría
finalmente al mundo sin textos”. (“Deconstrucción y confesión”. Clarín.
10.10.2005)
Este estado había sido planteado desde la metafísica por Heidegger, quien
luchó denodadamente por esclarecer la situación que le toca, luego, al hombre.
Se trata de una desterritorialización que deja al hombre en desamparo, sin
lugar, sin patria, sin hogar (Heimatlosigkeit).
El hombre
Alguna vez el entorno “decía algo”. “El sistema devora al mundo de la
vida, y con la destrucción de éste se acaba la particularidad de las
subjetividades. Es la ‘sociedad sin hombres’” (Mèlich, 129).
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La Recuperación Pedagógica
Mientras subsistan los moldes antiguos retomados por la modernidad, y que la
posmodernidad ya señaló caducos, continuaremos en el círculo de la
búsqueda. La ausencia de fe es una cuestión clave para comprender el
problema. La duda fue establecida como un método de seguridad, en forma
“oficial” por Descartes. Y produjo desconciertos copiosos. Finalmente
quedamos creyendo en la duda. El problema se instala cuando
profesionalizamos la duda para poder “llegar” a puerto seguro. Y no se trata de
favorecer una mentalidad crédula, mítica o irreflexiva. El problema radica en
que eliminamos las bases de la reflexión, la cosmovisión que podría dar
certeza. Fue eliminada la revelación por considerársela mitológica. Pero en su
lugar se construyeron simulacros que fueron creídos como más reales que la
realidad (Baudrillard). Y sobre ellos se construyó la filosofía de la educación.
Y es cierto que nos cuesta abordar el problema del tiempo. No podemos entrar
al ámbito de la omnipotencia de Dios y definir su tiempo. Desde la perspectiva
humana, y dentro de sus limitadas posibilidades de decir lo indecible,
afirmamos que el tiempo de Dios es eterno (aunque nunca podamos captar sus
dimensiones). De ese tiempo indiviso el hombre puede captar fragmentos; es
su tiempo; el del hombre. ¿Qué impide a Dios estar en su tiempo y al mismo
tiempo en el tiempo del hombre, si el tiempo del hombre es un fragmento del
transcurrir concreto total? Qué el tiempo de Dios sea tiempo eterno, ¿le quita
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Abordar al ser que está ahí, en el tiempo y en el espacio, nos obliga a tomarlo
en su dimensión bella y perfecta; pero también nos exige mirar su naturaleza
decrépita y su miseria. Así fue encarado por la comprensión hebrea. Fue ese
ser también llamado alma viviente. La revelación no deja el espacio desierto.
Incluye la información nefasta. Por eso nuestras consideraciones también
requieren el abordaje de la vergüenza: la mutilación de las relaciones. Las
explicaciones que los hebreos recogieron permite a la pedagogía mantener
aquel cuadro de equilibrio como meta. Pero al mismo tiempo la narración
hebrea provee explicaciones de los absurdos que carga el hombre. Si la
reflexión pedagógica se abstiene de este tramo de la historia humana, sólo
podrá conseguir aportes parciales para los problemas de la educación
contemporánea.
Naturaleza Naturaleza
Las reacciones son fruto de las alteraciones a las cuales fue arrojado el
hombre. Rota la legalidad de las relaciones (y de la vida) el hombre quedó
sometido a consecuencias inevitables, implícitas en la legalidad transgredida.
RELACIÓN Señorío (Gén. 2:7,21,22) Igualdad (Gén. 2:18,23) Dominación (Gen. 1:28, 2:15,19,20)
REACCIÓN El hombre se esconde de su superior El hombre acusa a su igual El hombre pierde su dominio
(Gén. 3:9,10) (Gén. 3:12) (Gén. 3:18,21)
EFECTOS Brecha entre el hombre y la divinidad Reajuste de relaciones humanas Espinos y cardos / trabajo arduo
(Gén 3:22,24 / Isaías 59.2 (Gén. 3:16) (Gén. 3:17-19)
Sustitutos de la divinidad, imágenes, aislamiento, disgregación de alma-cuerpo, deificación del trabajo, divinización
RELACIONES idolatría, panteismo, antropoteismo, abuso de poder, engaño, egoísmo, suicidio, de la naturaleza, explotación irracional,
ABERRANTES indiferencia, ateísmo, egolatría, deísmo, disensión, explotación, homicidio acopio de bienes innecesarios,
desobediencia, corrupción moral, esclavitud, infidelidad, fornicación, corrupción económica, zoofilia, etc
zoolatría, astrolatría, etc. adulterio, corrupción política, culto a los
muertos, etc.
Concluyendo
¿Es la recuperación del hombre una utopía más? Por muchas razones, a veces
confusas y en su mayor parte incomprensibles, nuestra visión de las cosas es
defectuosa.
Trabajo Práctico A
1) Para pensar y contestar
2) Vuelva otra vez sobre el pensamiento de Lorite Mena y sintetícelo.
3) Lea con detenimiento el problema de la normalidad. Condense el tema.
4) Haga un sucinto panorama del desajuste histórico de la filosofía de la
educación.
5) Retome a Spranger y critíquelo a la luz de lo que fue viendo en este
curso.
6) ¿Qué temas claves trató E. G. White a partir del año 1872?
7) ¿Qué mensaje tajante dejó Heidegger?
8) ¿Cuál fue el proyecto de Derrida?
9) Vuelva sobre el pensamiento de Postman.
10) ¿Qué afirmación hace Beriain? Argumente a favor o en contra.
11) Vuelva sobre Mèlich y sintetice el olvido de Occidente.
12) ¿En qué coinciden los ecologistas y los pensadores bíblicos?
13) Sintetice el pensamiento de Augé.
14) Vuelva sobre Mèlich y sintetice su pensamiento.
15) Observe la relación revelación-simulacro. ¿Por qué aparece el
simulacro?
16) Observe la reflexión de Veloso y destaque la validez de su propuesta.
17) Sin tiempo y sin espacio no hay ser. Abordar al ser que está ahí, nos
obliga a dos dimensiones del hombre, ¿cuáles?
18) Explique al hombre en el contexto de la rotura de relaciones.
19) Deténgase en el cuadro del desajuste humano y explíquelo en pocas
palabras.
20) Observe el cuadro que está a página entera y coméntelo.
21) Mencione los cuatro elementos que están presentes en la cita de E. G.
White al referirse a la comprensión de la verdadera educación.
22) Y finalmente recuerde que educar significa restaurar en el hombre la
imagen de Dios.
Trabajo práctico B
Lectura-reflexión.