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PARADIGMA DE ENSEÑANZA

Laura Fernanda Mateus Flórez


Junio de 2022

Universidad Pedagógica Nacional

Licenciatura en música

Paradigmas de la educación artística del Siglo XX


¿Cuál es, será o quiero que sea mi paradigma de enseñanza?

“Nuestra época mecanizada sigue un camino que va convirtiendo al hombre en

máquina. Sólo el espíritu del canto podrá salvarnos de este fin”.

Kodaly
Basándonos en la teoría sociocultural, Vygotsky, hace énfasis en que el desarrollo

cognoscitivo se lleva a cabo a medida que se internalizan los resultados de las relaciones

sociales y estos se dan a través de la cultura en la cual se está inmerso. Estamos en una

sociedad que ha olvidado el ser en busca de bienes materiales, y por ello la decisión de basar

mi paradigma de enseñanza musical en el ser. El mismo Willems señalaba “Formar la

personalidad humana se hace imprescindible en un mundo particularmente materialista,

centrado en el desarrollo de la inteligencia que descuida lo afectivo y lo sensorial” (Willems

1961). Y así como Willems, grandes personajes del siglo XX como Suzuki, Dalcroze, Delors

o Kodaly entendían la importancia de este hecho y a raíz de este, se pueden desprender

formas de abordar la enseñanza musical.

Delors define dentro de los cuatro pilares de la educación el “Aprender a Ser” y “Aprender a

vivir juntos” y Willems señala: “La verdadera música puede venir de la necesidad de

expresarse, y ella se crea de dentro y no de fuera” * . El ser es el lugar donde todo inicia;

desde una idea es que se toman las acciones y ello sólo tiene comienzo en el ser. Dentro de

las tres dimensiones del ser se encuentran la física, la socioafectiva y la cognitiva.

Con respecto a la dimensión socioafectiva o emocional, Daniel Goleman menciona: “Nuestra

capacidad de aprendizaje, está ligada a nuestra inteligencia emocional”; si queremos que los

niños y niñas aprendan, debemos buscar este hecho donde uno de los pasos es el

conocimiento de sí mismo, el cual, según señala Dalcroze, se puede lograr a través de la

música: “La música lleva a sentir y a expresar, entonces permite adentrarse en el

conocimiento de sí, abre la posibilidad de identificar emociones, construir memorias y

asociaciones entre estas, es una forma sutil de construcción personal, grupal y social”.

En el Manual de Estilos de Aprendizaje, se menciona que, según Gardner, hay activadores o

desactivadores de las inteligencias y dentro de éstas, las experiencias paralizantes son


aquellas que disminuyen las capacidades y a menudo están llenas de emociones negativas

como vergüenza, culpa, temor, ira etc. Por ello, este paradigma se considera importante y

lleva a otro punto, lo que Suzuki señala como “Un entorno de Calidad”.

La música no debe generar traumas, sino que debe “enseñar paz y comprensión”, logrado a

través de la disposición. Uno de los elementos empleados por Suzuki era la venia; también el

generar un ambiente de no competición y sí cooperación, y el ver el error como parte del

aprendizaje. Es común que uno de los paradigmas de la sociedad sea ver el error como algo

fatal pero al volver la mirada suelta sobre ello, se ve como parte normal del aprendizaje y

aplica para todas las edades.

Otro de los paradigmas que se suele dar de forma inconsciente es la comparación, y se puede

tornar paralizante. Un maestro debe aprender a ver las diferencias y valorarlas y entender que

cada persona puede tener distintos estilos de aprendizaje. De la parte emocional, pasamos

ahora al eje cognitivo. Al estudiar por ejemplo la teoría de los hemisferios cerebrales o

aquella de los cuadrantes cerebrales, se puede entender esta diversidad y la forma de abordar

algunos casos.

Por ejemplo, si se encuentran en una misma clase de música dos estudiantes y a uno (A) se le

facilita mucho la creatividad, el expresarse; y al otro alumno (B) por el contrario le cuesta

este ejercicio, si no se tuviera en cuenta lo anterior, es común que el Maestro diga: “Mira

cómo A sí puede y tu no”, y entonces se caería en la comparación tóxica. En cambio, sí se

sabe sobre los diferentes estilos de aprendizaje, se pueden tomar vías alternas y pensar que B,

por ejemplo tiene una fortaleza en su hemisferio Izquierdo y que a través de ejercicios de

lenguaje o deducción se pueden facilitar aprendizajes. De igual forma en un salón con niños y

niñas de varias edades, si el Maestro entiende las etapas del desarrollo cognitivo planteadas
por Piaget, va a saber qué puede esperar de cada uno y de esa misma forma enfocar la

enseñanza.

Grinder y Bandler fueron los precursores de la programación neurolingüística y de ellos se

puede tomar otro elemento para este paradigma: el lenguaje. A través del lenguaje se pueden

crear currículos ocultos desde lo auditivo, kinestésico y visual. Podemos usar ese lenguaje

para el entorno positivo y para la disposición en todos los ámbitos y cómo lo señala Dalcroze,

generar una actitud en la que el cuerpo y la conciencia se encuentren dispuestos a

incorporarse de manera integral al hecho musical, lo que nos lleva a la tercera dimensión del

ser: lo corporal.

Recordemos que Willems asociaba esta dimensión al pulso y Dalcroze, a la unión entre

música y movimiento. Dentro de lo corporal, Willems y Kodaly encuentran la voz como una

herramienta que permite abordar todas las cualidades del sonido, y es Kodaly quien establece

la secuencia de preparación, presentación y aplicación, que hablarían sobre el cómo musical.

Kolb, con el aprendizaje óptimo, habla sobre los tipos de estudiante, y pienso que se debe

pasar por todas las etapas (Reflexivo, teórico, experimentador y activo). Para tal fin, la

secuencia de Kodaly; unido al movimiento del que habla Dalcroze; la disciplina y la audición

que señala Suzuki, los engranajes de reloj que propone Willems y los cuatro niveles que

propone Orff pueden ser las herramientas que responden aprender a conocer y aprender a

hacer de Delors.

Por último, es el maestro el que debe dar mayor ejemplo y aplicar en sí mismo todo lo que se

ha hablado anteriormente, desde el ser; se debe reflexionar constantemente y tener en cuenta

el entorno para transformar a través de la música sin dejar de lado los conocimientos

musicales. Al fin y al cabo: “La educación , bien entendida, no es tan solo una preparación
para la vida; es, en sí misma, una manifestación permanente y armoniosa de la vida”.

(Willems, 1961).

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