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Aislamiento de
microorganismos
fitopatógenos
Aislamiento de microorganismos
fitopatógenos
Violeta Muñoz R.
Ingeniera agrónoma, INIA Quilamapu
Viviana Cisterna O.
Profesora de Biología y Ciencias Naturales, Mg., INIA Quilamapu
Andrés France I.
Ingeniero agrónomo, Ph.D., INIA Quilamapu
Foto 5.2. Distribución de los síntomas en una planta de arándano. (A) Síntoma localizado
sólo en una rama de la planta de arándano; (B) colecta de la rama afectada y presencia
de tejido muerto en el interior de la madera.
Con frecuencia, una planta puede ser atacada por más de un patógeno, los que
pueden provocarle uno o varios síntomas de enfermedad. Como los síntomas
son diversos, una forma sencilla de describirlos es separarlos en tres categorías:
(i) síntomas hipertróficos o excesivo desarrollo de tejidos: como los tumores
o agallas (Foto 5.4.), la proliferación de raíces o escoba de bruja, la floración
excesiva, entre otros; (ii) síntomas atróficos que causan la disminución o falta
de desarrollo de tejidos u órganos: entrenudos cortos, desarrollo inadecuado
de las raíces, malformación de las hojas, falta de desarrollo en frutos y flores, y
clorosis por producción inadecuada de clorofila y otros pigmentos que causan
Foto 5.5. Inadecuada producción de clorofila o clorosis en hojas de (A) frutilla y (B)
arándano.
Foto 5.7. Presencia de cuerpos fructíferos (picnidios) del patógeno Neofusicoccum sp. en
muestra de arándano observada con lupa estereoscópica.
Foto 5.8. Aislamiento desde el cirrus producido por el patógeno Gnomoniopsis castanea ,
con ayuda de una aguja a partir de un fruto de castaño.
Se puede utilizar placas Petri, cajas plásticas o bandejas (Foto 5.9.A.) que deben
ser desinfectadas utilizando alcohol 70%, colocar papel absorbente en la base
y una malla plástica que evitará el contacto directo de las muestras con el
papel. Luego el papel se humedece con agua destilada (no es necesario que
el agua esté estéril) y se colocan las muestras distribuyéndolas sobre la malla
para evitar el contacto entre ellas (Foto 5.9.B.). La bandeja se cubre con una
bolsa plástica para formar un ambiente húmedo, pero favoreciendo el ingreso
de aire para evitar generar un ambiente anaeróbico (sin oxígeno). Luego se
incuban a 24 °C o a temperatura ambiente durante un máximo de 5 días o hasta
el desarrollo de signos (Foto 5.9.C.). Se debe observar diariamente las muestras
debido a que en la cámara húmeda también se propicia el crecimiento de
microorganismos saprófitos, los cuales pueden impedir el aislamiento del
patógeno debido a su rápido crecimiento y abundante producción de esporas
que colonizarán rápidamente las muestras.
Bebber, D. P., Ramotowski, M. A., & Gurr, S. J. (2013). Crop pests and
pathogens move polewards in a warming world. Nature Climate Change,
3 (11), 985-988.