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REFUERZO DE PILARES
DE HORMIGÓN ARMADO
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Índice
10
1. INTRODUCCIÓN
Dentro del ámbito del refuerzo de estructuras, las intervenciones de refuerzo de pilares
de hormigón armado constituyen un tema de importancia. Los pilares tienen un
especial protagonismo, ya que un fallo en estos elementos pone en riesgo la
estabilidad global de la estructura.
Es importante discernir entre refuerzo y reparación, para lo cual cabe citar, por
ejemplo, las definiciones expuestas en la referencia [1.1]:
11
Las intervenciones de estructuras deben ser el fruto de una intensa labor de estudios y
análisis de profesionales experimentados y, según el caso, de la interacción entre
grupos interdisciplinares (arquitectos, topógrafos, ingenieros, etc.). Como sabiamente
aconseja el Ing. Luis Ortega Basagoiti “Hay que analizar lo máximo para intervenir lo
mínimo” [1.2]. Es justamente esta labor de evaluación de la estructura existente la que
conducirá a un diagnóstico cada vez más acertado, a medida que resulten más
evidentes las posibles causas que produjeron la disfunción de las construcciones.
12
Todo estudio de patología o rehabilitación sobre una estructura exige que, para poder
valorar la trascendencia estructural de los daños o la necesidad del refuerzo ante la
rehabilitación, se conozca suficientemente la estructura.
13
1
En el Código Técnico de la Edificación [1.6] se definen las bases y los procedimientos para la evaluación
estructural de edificios existentes, en concordancia con los principios del análisis de la seguridad
estructural, si bien se trata de planteamientos generales sin entrar en detalle en la propia evaluación.
14
1.6 BIBLIOGRAFÍA
[1.7] Fernández Gómez, J.; González Isabel, G.: Hostalet alba, F.; Izquierdo y B. de
Quirós, J.M.; Ley Urzaiz, J.; “Evaluación de la capacidad resistente de
estructuras de hormigón”. INTEMAC. 2001.
15
2. Conceptos generales
2.1 INTRODUCCIÓN
Este capítulo tiene como objeto repasar conceptos que servirán para posteriormente
explicar de forma detallada los diferentes tipos de refuerzo.
2.2 DUCTILIDAD
17
18
Algunas tipologías de refuerzo van a aumentar la ductilidad del pilar. Este aumento
puede afectar al reparto global de esfuerzos en una estructura próxima a la rotura. Por
ejemplo, si al realizar un refuerzo por confinamiento se aumenta la ductilidad de un
pilar frente a axiles de compresión, se provoca que los soportes adyacentes al
reforzado tiendan a sobrecargarse debido al aumento de los acortamientos del pilar
reforzado para deformaciones en rotura.
2.3 RIGIDEZ
2
Como se ha indicado en el capítulo 1, quedan excluidos de la presente monografía los casos de
refuerzos de pilares sometidos a la acción sísmica y a otras acciones accidentales como explosiones e
impactos o la acción del viento (como por ejemplo la rigidización de soportes de edificios en altura).
19
esfuerzos horizontales. Por ello, al proyectar se debe siempre analizar antes qué
acciones se quiere reforzar y la afección del refuerzo frente al resto de acciones.
2.4 PRECARGA
El refuerzo trabaja conjuntamente con la sección existente como una única sección. La
sección inicial de hormigón y el refuerzo colaboran en la resistencia a axil y/o flexión
del pilar antiguo. Así pues, la resistencia característica de la pieza reforzada (sin tener
en cuenta coeficientes parciales de minoración de materiales) se puede calcular como
la suma de las aportaciones del pilar antiguo y del refuerzo.
20
Al reforzar mediante sección compuesta hay que tener en cuenta la forma en que se
produce la entrada de la carga en el refuerzo del pilar de hormigón, puesto que ésta va
a condicionar el cálculo y los detalles constructivos. Cuando la carga se introduce por
un solo punto, por ejemplo el contacto entre el extremo del refuerzo y el elemento
estructural horizontal (viga, forjado, etc.) el refuerzo va a trabajar en toda su altura
como una sección compuesta. En este caso se produce una entrada directa de la
carga. En el caso en el que no se produzca esta entrada directa de la carga, la
transferencia se efectúa por mecanismos de adherencia entre el hormigón y el
refuerzo, a lo largo de una distancia conocida como longitud de transferencia [2.7].
21
Por último, siempre que se proyecten refuerzos y sistemas de entrada en carga habrá
que tener en cuenta las afecciones que provoca la disposición de éstos a la estructura
existente, instalaciones y acabados, puesto que para ejecutar algunos tipos de
refuerzo es necesario taladrar vigas o forjados. Estos taladros pueden cortar
armaduras y generar zonas de debilidad en el perímetro del apoyo.
2.6 CONFINAMIENTO
22
fc / fc0 Carbono
Vidrio
Sin
confinar
Acero
c / c0
23
Se admite que la estructura sufra daños ante una acción accidental, como las citadas
arriba, siempre que no sean desproporcionados con la acción, aunque como resultado
24
2º Las acciones concomitantes con la accidental no vienen definidas por sus valores
máximos, sino por sus valores de combinación frecuente o casi permanente.
, , , , , , ,
Donde G, P, y Q serían las acciones a que puede estar sometida la estructura dadas
por su valor característico; los valores los coeficientes parciales a emplear, y los
valores los coeficientes de combinación de acciones, todos ellos definidos en las
normas.
Esto significa que la acción de cálculo que hay que considerar en este caso sería
sensiblemente menor que la considerada en la combinación permanente, en casos
habituales entre el 50% y el 70% de la carga de cálculo permanente.
25
2.9 BIBLIOGRAFÍA
[2.3] Z. P. Bažant and Y. Kwon. “Failure of slender and stocky reinforced concrete
columns: test of size effect”. Materials and Structures, 27:79–90, 1994.
[2.6] Specht, M., K. Schade, and P. Nehls. “Instandsetzung zweier schornsteine aus
tonerdezementbeton”. Bautechnik, 63: 109-116, 1986.
26
[2.7] L. Pallares, J.L. Bonet, P.F. Miguel and M.A. Fernández de Prada.
“Experimental research on high strength concrete slender columns subjected to
compression and biaxial bending forces”. Engineering Structures,
30(7):1879-1894, 2007.
[2.9] J.L. Ramírez Ortiz, J.M. Bárcena Díaz, and J.M. Feijoo Gil. “Eficacia resistente
de pilares de hormigón armado de baja calidad reforzados por dos
procedimientos diferentes”. Informes de la Construcción, 272: 89-98,1975.
[2.10] J.L. Ramírez Ortiz, J.M. Bárcena Díaz, y J.M. Feijoo Gil. “Comparación
resistente de cuatro métodos de refuerzo de pilares de hormigón armado”.
Informes de la Construcción, 290: 57-68, 1977.
[2.12] Carlos Aire Untiveros. “Estudio experimental del comportamiento del hormigón
confinado sometido a compresión”. Tesis Doctoral, Universidad Politécnica de
Catalunya. Barcelona, 2002.
27
28
3. Sistemas de refuerzo
Este apartado tiene como objeto presentar una clasificación general de los distintos
tipos de refuerzo de pilares en función de su forma de trabajo, independientemente de
los materiales con que haya sido ejecutado. La adopción de una u otra forma de
trabajo del refuerzo es una decisión inicial del proyectista que condicionará cualitativa
y cuantitativamente el proyecto del refuerzo.
Los sistemas de refuerzo pueden ser de dos tipos: por sustitución o por colaboración.
Los refuerzos por sustitución son aquéllos que se proyectan para soportar todas las
cargas y en cambio los sistemas de colaboración tienen por finalidad incrementar la
resistencia de los elementos existentes, ya sea aumentando la sección del soporte, o
simplemente mejorando su resistencia a través del confinamiento. La entrada en carga
del refuerzo, que se discutió en 2.5, es un tema clave para comprender las diferencias
entre estas estrategias de refuerzo.
29
Los refuerzos por sustitución se proyectan para que el 100% de la carga de cálculo
sea soportada por el refuerzo, sin colaboración alguna del pilar original. El hecho de
que conceptualmente no se cuente con la resistencia de la sección existente,
obviamente conlleva que se prescinda de cualquier tipo de incremento de resistencia
previa de la sección del pilar antiguo. Por este motivo resulta conceptualmente
incorrecto hablar de una sustitución por confinamiento o zunchado de la sección
antigua.
Fernández Cánovas [3.1] propone que en el caso de los refuerzos con recrecidos de
hormigón armado donde se dispone una sección de refuerzo con una capacidad
resistente igual o superior a la que debería tener el pilar original se prescinda del pilar
existente a los efectos de cálculo y se suponga, por lo tanto, que toda la carga la
soporta únicamente el recrecido. Este mismo autor también recomienda que, en el
caso de refuerzo con perfiles metálicos, la sección de los mismos sea capaz de
soportar la totalidad de las cargas del soporte reforzado.
30
Con estos ensayos se demostró por primera vez de manera experimental que no basta
con suponer que el refuerzo se llevará el 100% de la carga del pilar antiguo sino que
debe prestarse especial cuidado en las condiciones de contorno y la forma de entrada
en carga del mismo. Por tanto, en el proyecto de un refuerzo debe analizarse la
interacción con la estructura existente y no ceñirse sencillamente al mero análisis
seccional.
Sólo será posible lograr el máximo aprovechamiento del refuerzo en caso de que se
pueda garantizar un comportamiento dúctil del pilar original y del mecanismo de
transmisión de cargas en la interfaz entre refuerzo y pilar existente, que permita la
redistribución interna de esfuerzos a consecuencia de la aparición de importantes
deformaciones previas al colapso, pudiéndose analizar la capacidad de la sección total
frente al total de las solicitaciones.
Por otro lado, tanto en este tipo de refuerzos como en los de sustitución, no siempre
se tiene en cuenta la variación de rigidez que el incremento de sección provoca a la
estructura original y que afectará sin duda a su comportamiento estructural global,
incluso al de pilares sobre cuya sección portante no se ha intervenido a consecuencia
de los hiperestatismos que puedan presentarse.
31
Cuando un pilar de hormigón confinado, ya sea con cercos de acero o con una camisa
de acero o FRP, se somete a compresión axial, el hormigón se comprime en la
dirección de la carga y se expande lateralmente por efecto Poisson. El sistema de
confinamiento (acero o FRP) se opone a esta expansión transversal traccionándose
lateralmente (dirección de los cercos) y aplicando sobre el núcleo de hormigón una
presión de confinamiento, que es la responsable del incremento de la resistencia y de
la deformación última del hormigón.
Dentro del grupo de refuerzos de pilares con hormigón pueden distinguirse varias
tipologías que sólo tienen en común el material constitutivo del refuerzo, puesto que su
base de funcionamiento es completamente distinta. Los refuerzos con hormigón
cubren cualesquiera de las formas anteriormente expuestas, pudiendo trabajar la
32
sección de refuerzo dispuesta por sustitución del pilar existente, conformando con él
una sección compuesta o bien cumpliendo la función de dotar de confinamiento al pilar
original [3.3-4].
Este método de refuerzo tiene la ventaja de ser mucho más resistente al fuego y a las
acciones exteriores que afectan a la durabilidad que los otros tipos de técnicas. Es un
tipo de refuerzo también apto para resistir esfuerzos de cortante de origen sísmico.
33
El espacio entre el encamisado y el soporte original se rellena con resinas epoxi (véase
por ejemplo [3.2]), o con morteros de cemento o con hormigón (véanse por ejemplo
[3.3-5]). Este método ha resultado ser muy efectivo, al proveer al hormigón del soporte
de un confinamiento lateral que hace que la ductilidad y la resistencia del soporte frente
a esfuerzos axiles, cortantes y flectores se incremente [3.5].
34
En el caso de que sea necesaria una buena adherencia entre el refuerzo y el soporte
original, previamente a la colocación de los elementos metálicos, se les debe
incorporar una capa de mortero de cemento o epoxi. Esta técnica es de uso común en
varios países del mundo, como Grecia [3.10], USA [3.11], Japón [3.12], República
Checa [3.13], España [3.14] o Italia [3.15].
a) Wrapping
35
b) Bobinado automático
Es similar al método anterior, pero se utiliza una máquina que impregna las fibras
continuas en un baño de resina antes de enrollarlas alrededor del pilar fabricando
una camisa de espesor, porcentaje de fibras y orientación de las mismas
controlados. Se obtiene así una camisa de mayor calidad y con un mayor
porcentaje de fibras. Como desventajas hay que señalar que requiere una inversión
en la máquina de bobinado y la dificultad para adaptarse a distintas formas de la
sección.
La camisa está formada por una o varias piezas prefabricadas que se adaptan a la
geometría del pilar. Suele fabricarse bien en dos piezas que se pegan entre sí al
colocarlas sobre el pilar, o en una sola pieza con una abertura longitudinal que
permite abrirla y envolver el pilar. Para que el confinamiento sea efectivo es
esencial que pilar y camisa estén en contacto, lo que se asegura bien pegándola
con adhesivos o bien inyectando un mortero sin retracción en el espacio entre el
núcleo de hormigón y la camisa.
Ventajas
36
Desventajas
Necesita una ejecución cuidada, sobre todo en la fase de hormigonado. Ya sea por
vertido o por proyectado.
Ventajas
Económico
Facilidad de ejecución.
Desventajas
Es un método poco flexible, con una geometría muy marcada, lo que hace que
absorban mal las desviaciones geométricas de los pilares de hormigón.
Se exige una cuidada preparación de la superficie del pilar a reforzar, así como de
la ejecución del relleno o inyección de la interfaz. Es muy difícil controlar el espesor
37
Ventajas
Económico.
Desventajas
Ventajas
38
El bajo peso de los materiales utilizados hace que sea muy fácilmente manipulable
en obra.
Desventajas
Es necesario que las superficies de los dos materiales a unir estén en perfectas
condiciones.
3.4. BIBLIOGRAFÍA
[3.2] Ramírez, J.L., Bárcena, J.M., Urreta, J.L., Sánchez, J.A. “Efficiency of short
steel jackets for strengthening square section concrete columns”. Construction
and Building Materials, Vol.11(5), pp.345-352, 1997.
39
[3.7] Uy, B. “Strength of reinforced concrete columns bonded with external steel
plates”Magazine of Concrete Research, Volume 54(1): 61-76, 2002.
[3.8] Xiao, Y., and Wu, H. “Retrofit of Reinforced Concrete Columns Using Partially
Stiffened Steel Jackets.” Journal of Structural Engineering, Volume 129(6):
725–732, 2003.
[3.9] Wu, Y.F., Griffith M.C., Oehlers D.J. “Numerical simulation of Steel plated RC
columns” Computers and Structures, Nº 82: 359-371, 2004.
[3.11] Oey, H.S., Aldrete, C.J. “Simple Method for Upgrading an Existing
Reinforced-Concrete Structure” Practice Periodical on Structural Design and
Construction ASCE 1(1): 47-50, 1996.
[3.14] Adam, J.M., Ivorra, S., Pallarés, F.J., Giménez, E., Calderón, P.A. “Axially
loaded RC columns strengthened by Steel caging. Finite modelling”
Construction and Building Materials 23: 2265-2276, 2009.
[3.15] Montuori, R., Piluso, V. “Reinforced concrete columns strengthened with angles
and battens subjected to eccentric load” Engineering Structures 3: 539-550,
2009.
40
[3.17] Richart, F. E., Brandtzaeg, A., Brown, R. L., “A study of the failure of concrete
under combined compressive stresses”, Engineering Experiment Station
Bulletin No. 185. University of Illinois, Urbana, 1928.
[3.18] Mander, J. B., Priestley, M. J. N. and Park, R., “Theoretical Stress-Strain Model
for Confined Concrete”, Journal of Structural Engineering, ASCE, 114(8):
1804-1826, 1988.
[3.19] Fardis, M.N. and Khalili, H., “Concrete encased in fiberglass-reinforced plastic.
Journal of the American Concrete Institute”. Proceedings, 78 (6): 440-446,
1981.
[3.20] Teng, J. G., Chen, J. F., Smith, S. T., Lam, L. “FRP strengthening of RC
structures”. New York, Chichester, England: John Wiley; 2002.
[3.23] CNR, “Guide for the Design and Construction of Externally Bonded FRP
Systems for Strengthening Existing Structures – Materials, RC and PC
structures, masonry structures”, CNR-DT 200 R1/2013, Italian National
Research Council, Rome, Italy, 2013.
[3.24] ACI, “Guide for the Design and Construction of Externally Bonded FRP
Systems for Strengthening Concrete Structures”, ACI 440.2R-08, American
Concrete Institute, Farmington Hills, MI., 2008.
[3.25] The Concrete Society Technical Report No. 55, “Design guidance for
strengthening concrete structures using fibre composite materials”, Third.
Edition, The Concrete Society, Camberley, 2012.
41
42
Las directrices expuestas en el presente capítulo están pensadas para guiar a los
técnicos en el proyecto de encamisados de refuerzo de hormigón armado, para los
casos más habituales en edificación y obra civil. Concretamente, se expone en primer
lugar cómo plantear esta tipología de refuerzo para soportes sometidos a cargas
fundamentalmente gravitatorias y esfuerzos de flexocompresión con compresión
dominante, y posteriormente se dan las guías esenciales para los casos en los que la
flexión toma mayor importancia.
Así mismo, cabe recordar que en la presente monografía se adopta la hipótesis del
lado de la seguridad, pero en muchos casos más representativa, de que el refuerzo
deberá llevarse la totalidad de las cargas existentes, sin contar con colaboración
resistente alguna de la estructura existente.
Además, se incluyen los casos en los que el encamisado está proyectado como
refuerzo por confinamiento, aunque en la actualidad es más habitual que para dicha
tipología se empleen materiales compuestos.
Por último, no debe olvidarse que en todo momento debe verificarse que la estructura
reforzada mantiene condiciones de estabilidad globales correctas. Por ejemplo, deberá
tenerse en cuenta que el reforzar tramos únicos (sin continuidad a través de los nudos)
para cargas gravitatorias, no supone que se esté actuando sobre los nudos y por lo
tanto habrá que revisar si la estructura sigue teniendo recursos suficientes para resistir
43
Una vez definidas las acciones, se establecen los modelos oportunos para la
determinación de esfuerzos de cálculo en el tramo o tramos de pilares a reforzar. En
general, para los casos más comunes de flexocompresión con compresión dominante,
valdrán lógicamente los métodos más sencillos de bajada de cargas, mientras que en
los casos en los que sea determinante la obtención de esfuerzos de flexión, tanto los
debidos a las cargas gravitatorias como a las acciones horizontales, podría ser más
recomendable el empleo de modelizaciones bidimensionales o tridimensionales por
elementos finitos.
44
Uno de los aspectos más determinantes para garantizar la efectividad del refuerzo es
la extensión del mismo. Es decir, en el caso de edificación, si hay que reforzar un pilar
de planta segunda, debido a que en esta planta se ha detectado un problema
localizado con la calidad del hormigón, será necesario reforzar tanto el tramo de planta
segunda como los tramos superior e inferior a este (plantas tercera y primera,
respectivamente) [4.2-3]. El objetivo es garantizar en la planta superior la transmisión
de cargas del pilar existente en un tramo sano al refuerzo antes de alcanzar la planta
afectada. De la misma manera, debe garantizarse la transmisión de cargas en una
longitud suficiente en la planta inferior (tramo sano) para que el pilar existente vuelva a
recoger toda la carga que paso a través del refuerzo. En la figura 4.1 se muestra un
croquis explicativo de la referida transmisión de cargas.
Fig. 4.1. Esquema de transferencia de cargas pilar existente-refuerzo por encamisado (cortesía de
INTEMAC)
45
46
1 2 3
a) Rotura frágil:
N g · fg N q · fq
Lt
ru · p
3
Como hemos indicado antes, dichos mecanismos no son aditivos. En primera instancia se movilizará la
adhesión entre hormigones, y posteriormente la trabazón entre éstos (llaves de cortante). La formulación
planteada por EHE-08 cubre estos dos mecanismos, aunque en estado límite último de los dos sólo se
moviliza el segundo.
47
f
τru β (1,30 0,30· cd )·fctd β 0,7·fctd
25
Siendo, 0,2 para rugosidad baja, 0,4 para rugosidad alta, y 0,8 para
rugosidad alta y geometría de la junta que impide el
cabalgamiento.
fcd la resistencia de cálculo a compresión del hormigón más débil de
la junta (N/mm2)
fctd la resistencia de cálculo a tracción del hormigón más débil de la
junta (N/mm2)
Debe tenerse en cuenta que, al contrario de lo que ocurre en muchos otros tipos
de situaciones con esfuerzos rasantes en el contacto entre hormigones de
diferentes edades, en este caso la retracción juega un papel favorable al hacer
que el encamisado encorsete el pilar existente creando sobre la superficie de
contacto compresiones muy favorables. De hecho, una técnica para fijar zunchos
en pilares, cimentaciones, etc., es crear “zunchos por retracción”, que queda fuera
del alcance de la presente monografía.
b) Rotura dúctil:
fcd A
ru (1,30 0,30· )·fctd ( st f y ,d ·( ·sen cos ) · cd ) 0,25·fcd
25 s·p
fcd
lim 2,5· (1,30 0,30· )·fctd
25
48
Cabe indicar que, de acuerdo con EHE-08, para estados tensionales elevados
(rd>lim), la tensión de agotamiento viene dada por la expresión siguiente:
Ast
ru ( f y ,d ·( ·sen cos ) · cd ) 0,25·fcd
s·p
El primer método expuesto (rotura frágil), aunque normalmente su empleo queda del
lado de la seguridad, será suficiente para comprobar que extendiendo el refuerzo en
una planta superior al tramo reforzado y en un nivel inferior se garantizan unas
tensiones moderadas, puesto que, en general, la longitud de transferencia de la carga
será inferior a la altura libre del pilar en los niveles superior e inferior.
Debe tenerse en cuenta que en este caso las compresiones en el contacto se originan
al ponerse en tensión las ramas de los cercos, al intentar cabalgar el hormigón del
encamisado sobre la superficie de contacto, lo que justifica el empleo de los conceptos
de corte fricción.
fcd
ru (1,30 0,30· )·fctd · cd 0,25·fcd
25
Para secciones rectangulares y e/b ≥ 0,25, puede considerarse una mayor rigidez
del encamisado, y por lo tanto un reparto uniforme de las tensiones de compresión en
el mecanismo de fricción.
49
8 · st · f yd N g · fg N q · fq
cd Lt
(2 · b 2 · c ) · s ru · 4 m
Para secciones rectangulares y e/b < 0,25, la reacción se concentra en las zonas
achaflanadas de las esquinas. El perímetro eficaz a es 4·m (véase la figura 4.3 tomada
de [4.4]).
4 2 · st · f yd
cd 0,6·fcd
4m· s
N g · fg Nq · fq
Lt
c
ru · 4 m
w: rugosidad
Figura 4.3. Esquema de fuerzas movilizadas para secciones rectangulares y e/b < 0,25 [4.4]
st · f yd N g · fg N q · fq
cd Lt
R·s ru · 2 ·R
Cabe recordar que en todos los casos anteriores, se debe satisfacer la siguiente
expresión como cuantía mecánica mínima de armadura transversal:
st f
t ct ,k
s·e f yd
50
acero de estribado del refuerzo, sin sobrepasar el límite máximo establecido para la
tensión tangencial de agotamiento. Este hecho viene motivado por el hecho de que
para longitudes superiores no se garantiza la efectividad de la armadura de estribado
dispuesta en toda la longitud. Así mismo, en dicha investigación se dedujo que para
movilizar el límite elástico del acero de estribado del refuerzo era necesario contar con
una determinada rugosidad en el pilar existente y garantizar el cabalgamiento de las
superficies.
Por último, cabe indicar que las investigaciones realizadas por Mattock [4.6] en 1988, y
posteriormente en 2001 [4.7], llevaban a las siguientes expresiones, mucho más
favorables para el término correspondiente a la resistencia a corte del hormigón:
Cabe indicar que los valores propuestos por Mattock son aplicables a superficies de
rugosidad alta.
En el caso de que exista algún impedimento para intervenir en las plantas superior e
inferior a la del refuerzo, en ocasiones se puede plantear la alternativa del zunchado
en cabeza o en la bases, según se requiera para poder desviar o reconducir las cargas
del refuerzo a la estructura existente (véase la figura 4.4).
H H
51
Ello obliga a disponer una mayor cuantía en cabeza, en muchos casos elevada y de
difícil ejecución, pues debe quedar concentrada en los primeros centímetros del
encamisado para que ésta sea efectiva. Dicha solución es más favorable en el caso de
secciones circulares frente a rectangulares gracias al efecto anillo.
Otra alternativa, sobre todo para casos de solicitaciones bajas o moderadas, sería
comprobar si la propia armadura inferior del forjado (sólo la que pase por el nudo y
tenga garantizada su continuidad) es capaz de asumir el desvío de las bielas. En este
sentido, como se ha puesto de manifiesto en diferentes investigaciones
experimentales [4.8], siempre que haya contacto entre el encamisado y la cara inferior
del forjado, y por lo tanto se produzca este mecanismo de desvío de las bielas, debe
analizarse la capacidad del forjado pues ésta puede resultar condicionante.
Por último, en los casos en los que es necesario reforzar un pilar de arranque en
cimentación, es necesario transmitir adecuadamente los esfuerzos desde el refuerzo a
la cimentación existente, así como limitar las tensiones en el hormigón de dicha
cimentación. Para ello, lo habitual es realizar una pequeña zapata para el refuerzo
apoyando sobre la existente según se muestra en la figura 4.5.
52
PLANTA
Por este
e motivo
o, en la prácctica, cuanddo esto ocurrre, resulta más sencillo asumir laa falta
de capacidad del
d pilar y sus consecue ente pérdid
da de rigide ez, reforzando entonce es las
vigass que lo acometen. Es E decir, te eniendo en n cuenta qu ue el pilar no garantiza el
empo otramiento perfecto dee la viga, éssta ve reduccida su capaacidad a flexión en el apoyo
a
y por lo tanto, salvo
s que haya
h sido sobredimen
s nsionada, reequerirá su refuerzo. Dicho
D
erzo es mucho más se
refue encillo (porr ejemplo, encolando
e p
platabandass de acero o de
mateeriales comppuestos en cara inferio or) que el refuerzo
r dell nudo viga-pilar y el propio
p
sopoorte.
53
Poniendo como ejemplo los dos casos de edificación a los que antes se hizo
referencia, a continuación se expone cómo abordar su refuerzo:
Las leyes de esfuerzos axiles y de flexión en el pórtico a analizar serían como los
de la figura 4.6. Se supone que se ha llevado a cabo un dimensionamiento estricto
de soportes y vigas, por lo que si al acabar la estructura se advirtiese una baja de
resistencia del hormigón mediante el control de materiales realizado en la obra,
sería necesario analizar la necesidad de reforzar la estructura.
Esfuerzos axiles Esfuerzos de flexión
Caso a.1. El pilar de planta bajo cubierta requiere ser reforzado para el par N/M
solicitante, si bien no lo requeriría si se asume la plastificación del nudo (formación
de una rótula plástica).
En este caso, asumido que sólo se debe soportar el axil y un momento reducido,
dado que se redistribuyen los esfuerzos de flexión del nudo sobrecargando la viga,
el pilar de fachada existente es capaz, al menos en planta bajo cubierta, de soportar
los esfuerzos solicitantes sin requerir su refuerzo. Por ello, en el caso de que el
tramo inmediatamente inferior sí necesitase el refuerzo, bastaría con que la
prolongación del encamisado en la planta cubierta para así garantizar la transmisión
de esfuerzos referida en puntos anteriores. En la figura 4.7 se muestra el esquema
final del refuerzo.
54
A A’
ALZADO
Caso a.2. El pilar de planta bajo cubierta requiere ser reforzado para el par N/M
solicitante aunque se admita la plastificación del nudo (formación de una rótula
plástica).
Expuestos los dos supuestos anteriores a.1 y a.2, se considera necesario exponer
los condicionantes que dificultan la opción de que el refuerzo colabore eficazmente
con la jácena de cubierta para que ésta pueda mantener sus condiciones de
empotramiento con el pilar de fachada existente. Para ello, la armadura de
negativos de la viga debe transferir su tracción a la armadura del encamisado de
refuerzo lo que no resulta nada fácil, según se muestra en la figura 4.8.
55
Figura 4.8. Esquemas de armado de la estructura existente y refuerzo en el nudo pilar de fachada=viga de
cubierta
Como se muestra en la figura 4.8, para la situación original previa al refuerzo, dicha
armadura de negativos pasa por solape sus tracciones a la armadura del pilar, lo
que obliga siempre a disponer una longitud suficiente de solape entre ambas. En el
caso del encamisado, la posición de la armadura viene impuesta por los
condicionantes geométricos, por lo que ésta no puede disponerse solapando con la
armadura de negativos de la viga, o en la práctica es de difícil ejecución (requeriría
taladrar la viga en zonas con mucha armadura, intervenir en la cara superior de la
cubierta para garantizar longitud suficiente de solape, etc.). De hecho, en el mejor
de los casos, en función del número de barras de negativos de la viga, sólo
solaparía con una fracción del armado (dada la forma en U normalmente preferible
del encamisado en pilares de fachada).
Otra alternativa, que sería contar con la colaboración de la armadura del pilar
existente a efectos del solape (siempre que se tenga en cuenta, a efectos de la
comprobación del solape, la resistencia del hormigón del pilar existente), implica
materializar unos mecanismos de bielas y tirantes entre la viga, el pilar existente, y
el refuerzo, de compleja justificación según cada caso, y que obligaría a realizar un
análisis particular, no siendo objeto de esta monografía, más que exponer la
problemática al respecto.
56
Por último, cabe indicar que en ambos casos se solucionan los problemas que pudiera
haber en ELU, si bien pueden aparecer problemas de servicio que deben analizarse
(fisuración de pilares y vigas, aumento de las deformaciones de las vigas, etc.).
Consideraciones previas
57
El primer paso supone la limpieza de las caras del soporte existente. Esta primera
medida de intervención es muy importante para asegurar una buena adherencia del
hormigón nuevo con el hormigón antiguo. El hormigón existente debe quedar libre de
grasas, partículas sueltas, hormigón mal adherido al recubrimiento, etc. Con la ayuda
de un martillo ligero se deben golpear las caras del soporte antiguo para comprobar
que su hormigón está sano y compacto; y en caso contrario proceder a un saneo
mediante el uso de morteros de reparación. La limpieza del hormigón suelto, partículas
de polvo, organismos vivos como musgos, líquenes, etc., se puede hacer mediante
una técnica que combine el aire comprimido y agua a baja o media presión. Debe
tenerse la precaución de no abusar del agua para no saturar en exceso la interfaz (lo
ideal será que los poros se encuentren saturados, pero superficialmente la superficie
no se observe empapada).
Cuando se deba picar parte del pilar existente ya sea porque estuviese dañado o
porque el tratamiento de interfaz indicado en el proyecto exija que se remueva parte
de la sección del soporte existente (por ejemplo quitar el recubrimiento) deberán
preverse en su caso los medios de apeo necesarios para garantizar la estabilidad y
seguridad de la estructura intervenida. La descripción detallada de estos medios
queda fuera del alcance del presente trabajo.
Este paso no será siempre necesario. Dependerá de las hipótesis de cálculo del
refuerzo respecto al comportamiento más o menos monolítico que se espere ocurra
entre los hormigones. Por ejemplo, puede ser relevante en los tramos de transferencia
de cargas entre el soporte existente y el refuerzo. En caso que el proyecto así lo
disponga, las técnicas serán las apropiadas para generar una rugosidad que,
cualitativamente puede ser calificada como baja, media y alta. Los métodos que
actualmente se disponen para medir cuantitativamente la rugosidad in situ son aún
pocos y costosos. Por este motivo se dispone de patrones de comparación visuales
para indicar el grado de rugosidad exigido por el proyectista. El ICRI [4.10] propone
medir visualmente la rugosidad mediante 9 perfiles de superficie, los cuales se pueden
observar en la figura 4.9.
58
1 2 3
4 5 6
7 8 9
59
(c) Chorro de agua a alta presión: Este método también conocido como
hidrodemolición para presiones >800 MPa, sirve para eliminar capas de material
de forma controlada y sin producir prácticamente ningún daño en el hormigón ni en
las armaduras existentes [4.11]. Este método está libre de vibraciones. Debe
tenerse en cuenta que produce una penetración profunda de humedad en el
hormigón.
Es fundamental proceder al achaflanado de las aristas del pilar existente para evitar la
concentración de tensiones en dichas aristas en el encamisado, y así minimizar la
fisuración en las esquinas del mismo (incluso por la propia retracción y contracción
térmica inicial), aspecto que se ha comprobado tanto teórica como experimentalmente.
Dicho aspecto es determinante siempre, pero especialmente cuando el encamisado
presenta espesores pequeños en relación con la escuadría del pilar existente
(e/b<0,25).
60
La práctica de unir las armaduras longitudinales existentes con las del refuerzo
mediante horquillas (bentdownbars) está muy extendida en las rehabilitaciones de
soportes en Grecia. En la figura 4.11 se presenta un caso práctico y un esquema
empleado en unos ensayos de laboratorio donde la horquilla era un redondo16. Las
horquillas se sueldan cada cierta distancia, siendo para ello preciso descubrir las
armaduras antiguas, para luego proceder a soldar las horquillas al menos en uno de
los lados de las barras. Especial precaución debe tenerse en casos donde la armadura
longitudinal del pilar existente es de acero estirado en frío o en los casos donde el
acero es de baja soldabilidad, pues se requieren procedimientos especiales de soldeo.
61
Figura 4.11. Esquema de horquilla para unos ensayos y ejemplo de aplicación en la práctica [4.14]
Es muy importante entender los dibujos y notas que figuran en los planos del proyecto
para comprobar que se sigue lo más fielmente la idea prevista por el proyectista para
el trabajo del refuerzo.
62
Lo opuesto son los casos en los que es preciso pasar las armaduras piso a piso como
se ve en la figura 4.14. Las armaduras se pueden distribuir en las caras o agruparse
en las esquinas. Está claro que cuando se deben atravesar los forjados el proyectista
intentará reunir los redondos en manojos de barras agrupados en las esquinas de la
camisa.
63
Figura 4.14. Continuidad de las armaduras longitudinales a través del forjado (cortesía de INTEMAC)
64
Los cercos de los refuerzos suelen ejecutarse en dos piezas que, o bien se anclan
individualmente, o bien se sueldan entre sí. La decisión de anclar o soldar las ramas
de los semi-cercos dependerá nuevamente de las hipótesis de proyecto y de cómo se
prevé que trabaje el pilar reforzado.
Como regla general puede adelantarse que cuando el refuerzo vaya a trabajar
fundamentalmente bajo acciones normales, es decir, transmitiendo esfuerzos
principalmente longitudinales, el anclaje con patillas a 90º será suficiente (ver figura
4.16). Sin embargo cuando se prevea que el refuerzo trabaje por confinamiento será
imprescindible que se anclen las patillas a 135º (figura 4.17) en el núcleo confinado o
caso contrario se suelden adecuadamente los extremos de los cercos. El anclaje con
patillas a 135º o mediante soldadura también será necesario en el caso de refuerzos
de pilares en zonas sísmicas, para garantizar su ductilidad. De esta forma se evita la
pérdida de confinamiento y por tanto de ductilidad al evitar que las ramas de cercos se
abran, logrando además evitar el pandeo de las armaduras longitudinales del
encamisado.
65
Cabe mencionar que es una regla de buena práctica que los cercos se monten
contrapeados para evitar la formación de un plano de fallo frágil en la camisa.
Figura 4.16. Cercos con patillas a 90º similares a las empleadas normalmente en edificación en zonas de
baja actividad sísmica
Figura 4.17. Anclaje de cercos a 135º para poder transmitir tracciones por el efecto de confinamiento
Es muy frecuente presentar los cercos en dos partes en forma de “U”, solapando las
ramas por soldadura o con la longitud de solape correspondiente. En cualquiera de los
66
dos casos, es deseable que los cercos se monten contrapeados para evitar la
formación de un plano de fallo frágil en la camisa, tal y como se ha indicado
anteriormente.
Recubrimiento 20 mm
Dimensiones (mm)
dc
Figura 4.18. Taladro practicado en la losa para el hormigonado del encamisado (cortesía de INTEMAC)
67
Existe también la posibilidad de que la segunda fase se realice de otra forma, dejando
sin hormigonar un collar de unos pocos centímetros, y completando posteriormente la
camisa con un mortero tixotrópico o mortero seco tipo prepack, de modo que se
produzca el efectivo contacto con la losa superior (véase la figura 4.20).
Figura 4.20. En el esquema se muestra un hormigonado en dos fases del refuerzo [4.12]
68
Los espesores de las camisas con hormigón normal rondan los 7 cm a 10 cm puesto
que requieren ser compactadas mediante vibradores convencionales para evitar
coqueras, nidos de grava y otras imperfecciones que podrían aparecer durante el
hormigonado. Con la idea de reducir los espesores se suele recurrir a ejecutar las
camisas con hormigones o morteros con características autocompactables SCC o
HAC y de alta resistencia HR o AR. Últimamente también han comenzado a usarse,
con excelentes resultados en lo referente a la adherencia con el hormigón antiguo,
hormigones reforzados con fibra y de alta resistencia.
- Se puede disminuir el espesor del recrecido hasta 5 cm, aunque por debajo de este
espesor se ven comprometidos otros aspectos (durabilidad, adecuada respuesta
estructural en zonas de transferencia, etc.).
El empleo del hormigón proyectado ha ido creciendo en los últimos 10 años en España
en obras de rehabilitación. El hormigón proyectado tiene la ventaja de que permite
cubrir de una sola vez todo el fuste del pilar. Como el hormigón que se emplea suele
ser convencional, el encamisado puede llegar a experimentar una separación por
retracción en los extremos (capitel y base), lo cual debe ser tenido en cuenta a la hora
del proyecto.
69
La técnica del proyectado permite realizar espesores de camisa menores que los
obtenidos con hormigón vertido, aunque por los motivos antes expuestos no resulta
conveniente proyectar espesores menores a los 5 cm. Quizás el principal problema de
este técnica sea el llamado efecto sombra que se puede producir tras las armaduras,
por lo que se recomienda que sea realizada por personal especializado. Las
principales ventajas del proyectado son que con esta técnica se obtiene un material
perfectamente compacto y que posee una excelente adherencia al hormigón del
soporte antiguo.
70
Conviene en estos casos comenzar desde la parte inferior hacia la superior para evitar
que el rebote contamine la parte inferior del refuerzo. Es frecuente el empleo de
formulaciones epoxi para evitar el problema fundamental de esta técnica, que es el
descuelgue de la masa en coronación.
Si se desea una superficie final lisa, debería realizase una última proyección sobre la
que fratasar con regla, pues si esta operación se hace sobre la capa resistente se
corre el riesgo de afectar a la adherencia con el soporte o capas previas.
La tipología del refuerzo en edificación está ligada a la ubicación del soporte. Soportes
centrales en edificios permiten ser recrecidos en las cuatro caras, formando por tanto
un forro o camisa que envuelve por completo el pilar existente (ver figura 4.23).
71
Existente Nuevo
Nuevo
Existente
(a) (b)
Figura 4.24. Ejemplos de refuerzo de pilar de medianera. a) [4.19] b) [4.12]
72
K = Nu / Nd
73
Como se indica, el encamisado tiene, de por sí, mayor sección que el pilar existente,
así como un hormigón de mayor resistencia (se adopta un HA-30 para el refuerzo).
Como armado, por las dimensiones del encamisado, se disponen cuatro barras 16.
Además, este armado cumple con los criterios de cuantía mecánica mínima indicada
por la EHE-08. No obstante, como se muestra más adelante se incluye una armadura
de piel adicional de 112 por cada cara para el control de la fisuración, sin que sea
necesario que dicha armadura sea continua entre los diferentes tramos del refuerzo.
NBd = 2.600 kN
MBd = emin · NBd = 52 mkN
d = NBd / Ap.R = 2.600 / 180.000 = 14,44 N/mm2 < f3cd = 20,29 N/mm2 según artículo
61.2 de la EHE, dado que en este caso se puede contar con la mejora por
confinamiento del hormigón de la zapata. Distinto caso sería una zapata de
medianería en la que la situación del pilar sobre la zapata fuera excéntrica (es decir, si
el pilar estuviera situado en el borde de la zapata).
Dados los resultados obtenidos, bastaría con realizar unos taladros en la zapata para
anclar la armadura principal la longitud neta de anclaje, no siendo necesario anclar la
armadura de piel.
74
Supóngase que en este caso fuese necesario disponer dicha zapata de reparto. Las
dimensiones en planta propuestas serían, por ejemplo, de 1,15x1,15 m, lo que se
traduce en un vuelo de 400 mm. Para dicho vuelo se requeriría un canto mínimo de
200 mm, aunque antes habría que verificar si se garantiza el anclaje de la armadura
principal (artículo 69.5.1.2 de la EHE-08).
Por lo que se fija un canto de 300 mm. Cabe indicar que en el caso de que existan
otros condicionantes que limiten el canto de la zapata del refuerzo, se podría realizar
parte del anclaje de la armadura en la zapata existente.
75
Dependiendo de la sección del pilar a reforzar, cuando la dimensión del pilar existente
sea elevada y por lo tanto la separación entre bandas también lo sea será necesario
disponer armadura específica suplementaria en las zonas indicadas en la figura 4.27,
armadura que se puede dimensionar fácilmente mediante el método de bielas y
tirantes.
Longitud de transferencia:
76
fcd 8 · st · f yd
ru (1,30 0,30· )·fctd · cd 0,25·fcd cd
25 (2 · b 2 · c ) · s
st f
t ct ,k
s·e f yd
Por último, cabe indicar que si se empleara la expresión aportada por la investigación
de Navarrete [4.4], se obtendría una longitud de:
77
El resto de detalles vienen condicionados por los mismos criterios que en pilares
convencionales (cuantías mínimas, estribado en zonas de solape de armadura
longitudinal, etc.), resultando los croquis que se muestran en la figura 4.28.
Figura 4.28. Geometría y esquemas de armado del encamisado en las plantas tipo
78
la ampliación de la anchura del tablero, por aumento del número de carriles de la vía
superior, con el consiguiente incremento de acciones solicitantes, tanto permanentes
como debidas a la sobrecarga. El pilar tenía un fuste único de sección circular sobre el
cual se disponía un capitel superior son sendos voladizos transversales.
79
Figura 4.29. Geometría y esquemas de armado del encamisado (cortesía de TORROJA Ingeniería)
80
El refuerzo de pila fue calculado, por tanto, como una pila de nueva planta, con
comportamiento como ménsula tanto longitudinal como transversalmente,
comprobándose en segundo orden mecánico y geométrico con la sección final.
= 2,9
= 2,7
81
82
fcd,conf = fcd·(1+1,5··w)
donde,
w
A ·l i f yd
sw ,i
·
Acc ·st fcd
donde,
Asw,i Área de cada una de las armaduras transversales de confinamiento
li Longitud de cada una de las armaduras transversales de confinamiento
Acc Área del núcleo de hormigón confinado (véase la figura 4.32)
st Separación longitudinal de las armaduras transversales de confinamiento
Figura 4.32. Cuantía volumétrica de confinamiento para diferentes tipos de sección [4.1]
Factor reductor función de la disposición de la armadura de confinamiento y el
tipo de hormigón.
c·e·s
83
Tipo de hormigón:
c = 1,0 (fck≤ 50 MPa) c = 1,2 - fck/250 (fck> 50 MPa)
∑ , ,
1
6
Para secciones con cercos circulares e = 1,0
Una vez dimensionadas las armaduras, se adopta para el encamisado un espesor que
permita su hormigonado y que garantice unas adecuadas condiciones de durabilidad
de las armaduras. En cuanto a las armaduras longitudinales, su disposición vendrá
condicionada por cuantías mínimas.
Por último, existen dos aspectos que deben ser contemplados para esta tipología de
refuerzo:
Puesto que el refuerzo se limita a los diferentes tramos aislados de pilar, debe
analizarse si en algún caso puede llegar a ser condicionante la resistencia del nudo
por aplastamiento del hormigón de los forjados.
84
No deben olvidarse que existen casos en los que debe analizarse la influencia del
problema de resistencia del pilar existente sobre las condiciones de inestabilidad
por pandeo, pues el encamisado para confinamiento no tiene entre sus objetos
mejorar las condiciones de rigidez del soporte aunque indirectamente lo haga (lo
difícil es su cuantificación, en compatibilidad con el efecto que se busca de
confinamiento4). En efecto, en el caso de entrada en carga del refuerzo debe
analizarse la situación del soporte existente frente a pandeo, teniendo en cuenta su
módulo de deformación y las deformaciones de acortamiento que experimenta en la
fase de confinamiento. Esta condición puede ser crítica para soportes relativamente
esbeltos, y que en condiciones normales de comprobación (es decir, sin considerar
el efecto de confinamiento del hormigón) no tendrían problema alguno de pandeo.
Son válidas aquí las mismas recomendaciones expuestas en el punto 4.2.2 anterior,
en particular algunos detalles específicos expuestos allí para los casos de refuerzos
por confinamiento.
4
En la normativa española EH-91 [4.23] y normas predecesoras se limitaba el efecto favorable de
zunchado para esbelteces geométricas superiores a 5. De hecho, para valores superiores a 10
consideraba el efecto completamente nulo. En las normas posteriores se eliminó dicha penalización y se
introdujeron las fórmulas expuestas en el presente apartado para valorar el efecto del confinamiento. Por
otro lado, en [4.24] se indica un método para tener en cuenta la esbeltez de la columna reforzada
mediante la introducción de un momento flector de segundo orden en el dimensionamiento del soporte.
85
Para ello, se ejecutará una camisa de hormigón perimetral que envuelva al fuste
original en toda su altura, sin conexión de la armadura longitudinal con la cimentación.
La entrada en carga en el fuste se llevará a cabo sobre el fuste original a través del
aparato de apoyo previsto en proyecto.
86
DATOS:
De acuerdo con lo expuesto en el punto 4.3.1 se tiene que la resistencia del hormigón
confinado del pilar será:
fcd,conf = fcd·(1+1.5 w)
Para una sección circular y con cercos como armadura transversal se tiene una
cuantía mecánica volumétrica de confinamiento:
w = ·
·
² / .
w = · = 0,198
/ .
c·e·s
= 1,0·1,0·(1-75/(2·1.260))2 = 0,941
87
Se tendría entonces:
fcc = Ke·Kl·fl
Ke: Factor reductor de efectividad del confinamiento debido a que la presión sobre el
elemento transmitida por las armaduras no es uniforme y depende de la configuración
del armado: forma de la sección, separación entre cercos, separación entre barras
longitudinales, etc.
Kl: Factor entre 4 y 5. Siguiendo a Richart (1928) [4.25] se tomará igual a 4,1.
fl: Presión lateral que proviene de los cercos ante la deformación producida en el pilar
por efecto Poisson.
88
Sustituyendo valores:
s’= 75 – 16 = 59 mm
dc = 1.260 mm
Ae= 4· = 1,189 m²
Admitiendo que la cuantía de armadura longitudinal (cc) del pilar original fuese de un 6
por mil: Acc= 1,239 m²
Luego, fck,confinado = 28 + 7,28 = 35,28 MPa, valor similar al obtenido con la formulación
de EHE-08.
4.4 BIBLIOGRAFÍA
89
[4.7] Mattock, A. “Shear Friction and High Strength Concrete”. ACI Structural
Journal, enero 2001.
[4.8] Ramírez Ortiz, J.L., Bárcena Díaz, J.M., Feijoo, J.M. “Comparación resistente
de cuatro métodos de refuerzo de pilares de hormigón armado”. Informes de la
Construcción, núm. 290, mayo 1977.
[4.10] Guideline No. 03732. “Selecting and specifying concrete surface preparation for
sealers, coatings, and polymer overlays”. International Concrete Repair
Institute; 1997.
[4.11] Guideline No. 03737. “Guide for the Preparation of Concrete Surfaces for
Repair Using Hydrodemolition Methods”. International Concrete Repair Institute;
2004.
[4.12] Emmons, PH. “Concrete repair and maintenance illustrated”. United State of
America: Robert Means Co.; 1993.
[4.14] Vandoros, K.G., Dritsos, S.E. “Concrete jacket construction detail effectiveness
when strengthening RC columns”, Construction and building materials. Vol 22:
264-276, 2008.
[4.16] Jannadi, M.O., Tahir, B.M. “A concrete pier: case history of failure and repair”,
Construction and building materials. Vol 14: 7-16, 2000.
90
[4.21] Espeche, A., León, J., Navarrete, E., Velasco, C. “Aplicación del micro-HAC al
refuerzo de pilares mediante encamisados”, 739-748, 2008.
[4.24] The Concrete Society Technical Report No. 55, “Design guidance for
strengthening concrete structures using fibre composite materials”, Third.
Edition, The Concrete Society, Camberley, 2012.
[4.25] Richart, F., Brandtzaeg, A., Brown, R.L. The failure of plain and spirally
reinforced concrete in compression. Urbana University of Illinois. Engineering
Experiment Station Bulletin, nº190, 1929.
91
92
5. Refuerzos metálicos
Las directrices expuestas en el presente capítulo están pensadas para guiar a los
técnicos en el proyecto y ejecución de los elementos metálicos para los casos más
habituales de edificación y obra civil. La exposición se centra en elementos sometidos
a cargas fundamentalmente gravitatorias y esfuerzos de flexocompresión con
compresión dominante. En la primera parte del capítulo se expone cómo plantear un
refuerzo por sustitución, que es aquel en el que se desprecia la colaboración del pilar
existente, debiendo resistir el refuerzo la totalidad de las cargas. En la segunda parte
se establecen las directrices esenciales para los casos en los que se quiera
aprovechar el aumento de resistencia del hormigón al zuncharlo con un elemento
metálico de refuerzo. Por último se dan directrices sobre el comportamiento de
refuerzos mixtos, es decir refuerzos en los que se puede contar conjuntamente con la
resistencia del pilar de hormigón y del propio refuerzo frente a cargas gravitatorias.
93
El cálculo del refuerzo por sustitución se puede realizar bajo el amparo de la normativa
EAE [5.1] o el EC-3 [5.2], dentro de las prescripciones para evaluar pilares
compuestos. Para el caso de refuerzo por confinamiento no existe una normativa que
regule el proyecto del refuerzo de forma completa. No obstante, existe una amplia
bibliografía y prescripciones normativas que pueden ser utilizadas para el proyecto de
refuerzos mediante zunchado, tal y como se expone más adelante.
En las ocasiones en las que se pueda contar con la estructura existente con garantías,
el proyecto de refuerzo se podrá plantear como si se tratara de una estructura mixta, si
bien se deberá tener en cuenta el nivel de precarga para estimar la capacidad del
conjunto estructura existente más refuerzo. En el punto 5.4 se analiza el efecto
conjunto de ambos y se dan referencias bibliográficas al respecto.
Queda fuera del objeto del capítulo el dimensionamiento de refuerzos frente acciones
horizontales, tales como el viento, la acción sísmica, u otras acciones accidentales
(impactos, explosiones, etc.). En estos casos la mayor complejidad no se encuentra en
el dimensionamiento del refuerzo, cuyo proyecto es análogo al de un nuevo soporte,
sino en los nudos y en los mecanismos de transferencia de esfuerzos de unos niveles
94
a otros a través de los mismos, lo que lleva a disponer unos detalles en nudos y
elementos estructurales auxiliares que deben ser estudiados con detalle. Actualmente
se están desarrollando investigaciones en nuestro país centradas en obtener el
proyecto óptimo del refuerzo del nudo para soportar este tipo de cargas [5.3], [5.4],
[5.5].
No debe olvidarse que en todo momento debe verificarse que la estructura reforzada
debe mantener condiciones de estabilidad globales correctas. Por ejemplo, deberá
tenerse en cuenta que el reforzar tramos aislados, es decir sin continuidad a través de
los nudos, no supone que se está actuando sobre éstos y por lo tanto habrá que
revisar si la estructura sigue teniendo recursos suficientes para resistir las cargas
horizontales, a través de los mecanismos que existían en la estructura sin reforzar.
La alternativa consiste en identificar cuáles son exactamente los tramos que requieren
estrictamente el refuerzo, extendiendo el mismo en los tramos superiores e inferiores
95
necesarios para garantizar la transmisión de cargas entre los pilares existentes y los
angulares empresillados. Esta problemática es análoga a la ya explicada para los
refuerzos de encamisado de hormigón armado (véase el capítulo 4 anterior). Cuando
se disponen capiteles para la introducción de la carga debe estudiarse la capacidad
del nudo para absorber el desvío de cargas que se produce (véase la figura 5.2). Este
desvío requiere, generalmente, la disposición de un elemento que soporte la tracción
en la parte inferior del nudo, puesto que la armadura dispuesta en la estructura
existente no suele ser suficiente.
Figura 5.2. Desvío de cargas desde la estructura existente al refuerzo cuando existen capiteles
La solución puede pasar por zunchar la cabeza superior del soporte, a modo de que el
propio capitel reforzado asuma dichas tracciones, siempre que se garantice el paso de
las tracciones del forjado a través de las tensiones de contacto entre capitel y forjado
(véase la figura 5.3), o se dispongan pernos que por corte puedan transferir a los
elementos metálicos la carga de desvío (véase la figura 5.4). No obstante, la solución
mediante pernos no siempre es viable cuando hay densidades elevadas de armado
inferior del forjado.
96
Figura. 5.3. Posible mecanismo de desvío de cargas del soporte al refuerzo garantizado por el capitel y su
rozamiento con el forjado
Figura 5.4. Posible mecanismo de desvío de cargas del soporte al refuerzo garantizado por el capitel y la
disposición de pernos de anclaje
Otra alternativa para garantizar la referida transmisión de cargas sería pasar por
adherencia (superficie del hormigón-superficie del encamisado metálico) los esfuerzos
del soporte existente al encamisado metálico, a lo largo de los tramos inmediatamente
superior e inferior al tramo que sea necesario reforzar (de forma análoga a lo mostrado
en la figura 4.1 del punto 4.2.1). En este sentido en el EC-4 [5.6] se hace referencia a
los valores que pueden tomarse como límite para la tensión máxima de adherencia
97
entre dichos materiales. En esta misma línea, aunque es menos frecuente, existen
proyectistas que optan por disponer pasadores en dicho tramo de transferencia para
que sean las barras pasantes las encargadas de realizar la transmisión de cargas del
pilar existente al refuerzo (efecto pasador). En la figura 5.5 se muestran posibles
alternativas de transmisión de cargas.
Por otro lado, se deben plantear detalles en los capiteles que eviten concentraciones
de tensiones altas, puesto que, si se dispone un capitel con poca superficie, se puede
producir el aplastamiento del hormigón en los nudos (uniones pilar-viga, pilar-forjado)
de la estructura [5.7-8]. Así mismo, dichos capiteles y basamentos deben estar
98
correctamente rigidizados, en la mayor parte de los casos, para que toda la superficie
de éstos sea efectiva.
donde:
5
Las expresiones siguientes han sido particularizadas para soportes de cuatro angulares empresillados,
por ser la tipología más habitual entre los refuerzos metálicos por sustitución. Para el análisis de otras
tipologías y/o de la formulación general, véanse las normativas de referencia EAE [5.3] o EC-3 [5.4].
99
12 2
1
donde:
donde:
e0 es la imperfección local e0, igual a L/500, siendo L la altura libre del tramo de
soporte empresillado de refuerzo.
100
,
2
, ,
101
102
, ,
1
- El número de tramos en los que las presillas dividen a los cordones deberá ser
igual o mayor que tres.
Para los casos habituales de refuerzo es normal que estas dos condiciones no
resulten determinantes.
Consideraciones previas
En el caso de un pilar por sustitución, la zona de refuerzo no tiene por qué quedar en
contacto con el soporte existente. No obstante se reitera que es fundamental estudiar
en detalle la transmisión de cargas entre la estructura existente y el refuerzo, puesto
que esta transmisión sí necesita el contacto entre refuerzo y estructura existente.
103
Como se muestra en la figura 5.7 es deseable traer de taller la mayor parte de las
soldaduras realizadas. Lo habitual es disponer los angulares en contacto de las
esquinas del soporte existente a modo de encofrado perdido. En las zonas donde se
exija el contacto eficaz entre refuerzo y pilar existente, se aplicará la resina o el
mortero sobre las caras interiores de los angulares, presionando éstos contra las
aristas del soporte de hormigón a modo de pegado, y sujetándolos con gatos o
sargentos hasta el soldado de las presillas.
104
Una vez colocados los angulares metálicos se procede a la soldadura de las presillas
sobre los angulares.
Figura 5.8. Capitel bajo cubierta. Detalle del relleno para asegurar el contacto entre capitel y vigas
105
Habrá que analizar si los perfiles de refuerzo cumplen los requisitos de resistencia a
fuego indicados por la normativa, de acuerdo con el uso y la ubicación del mismo,
puesto que en caso contrario será necesario valorar la protección pertinente. Dicha
protección se puede realizar mediante la proyección con vermiculita y/o pinturas
intumescentes, si bien cada caso deberá ser estudiado de forma detallada.
En caso de utilizar resinas o morteros en las zonas de transferencia habrá que tener
en cuenta la posibilidad de que se modifiquen sus propiedades ante aumentos de
temperatura, puesto que una pérdida sustancial de la adherencia podría tener como
consecuencia la inutilización del refuerzo en hipótesis de fuego.
106
formada por forjados reticulares de 250 mm de canto y luces iguales en las dos
direcciones. La carga actuante en el soporte es NEd=2.600 kN, estando en compresión
centrada. En la planta superior el pilar presenta una sección de 300x300 mm y un axil
de cálculo de 2.227,0 kN. El forjado presenta en la zona de ábacos una armadura
inferior de 12/150 mm (acero B500S).
1 1
1 10 83,33
12 12
Las comprobaciones a realizar para comprobar la idoneidad del pilar como se indicó
anteriormente son:
Comprobación de la presilla
107
En cuanto a las últimas, el número de tramos en los que las presillas dividen a los
cordones deberá ser igual o mayor que tres. En este caso, siendo la separación de
presillas = 50 cm, resulta un total de siete tramos, por lo que se cumple
holgadamente esta condición. Además, se debe cumplir que “ ” no será superior a
50·imin. Para un angular L150.150.15 dicho radio de giro mínimo es de 2,93 cm, por lo
que se cumple esta condición ( = 50 < 50·2,93).
350
21,53 71.2.3.2 1
16,26
29.492,38
2
210.000 · 29.492,38 10
10 49.899,11
3500
12 2
1
12 12 · 4 210.000 · 248,54 10
· , · ,
10 20.821,16
1 500 1
· , ·
2 2 210.000 · 248,54 10
10 41.210,26
500
108
,
2.600 · 0
. . 22,11
1 1
. , . ,
Donde M’Ed es el momento exterior, el cual se considera nulo en este caso, pues como
se indicaba en el enunciado del ejemplo, el pilar está en compresión centrada.
210.000 · 104,34 10
, 10 8.650,27
500
2.790 · 275
0,298
, 8.650,27 10
Para los angulares se considera la curva europea de pandeo b, con lo que se obtiene
un coeficiente de pandeo igual a = 0,97. La resistencia del cordón viene dada por:
ME 22,11
VE π π 19,85kN
L 3,5
a 50
V VE 19,85 31,05 kN
h 31,96
a 0,5
M VE 19,85 4,96 kN
2 2
109
A f 100 · 10 · 275
VR 10 151,21 kN
√3 γM √3 · 1,05
t h 1 · 10
S 25 cm
4 4
4 2.790 · 275
0,248
49.899,11 10
Para los angulares se considera la curva europea de pandeo b, con lo que se obtiene
un coeficiente de pandeo igual a χ=0,98. La resistencia del soporte viene dada por:
2.600
0,908 1
, 2864,4
110
.
10 14,45 / < 16,67 / Correcto
275
1,1
15 33,54
3 3 25
1,5
Siendo,
t Espesor de la placa
Viendo que el valor “c” obtenido es bajo y que las tensiones obtenidas en el contacto
forjado-capitel eran ajustadas (recuérdese que en el supuesto de reparto uniforme de
tensiones), se asume, que los angulares de capiteles y basamentos deberán ser
rigidizados. Para una disposición de rigidizadores como la de la figura 5.9, se
recalculan las tensiones de cálculo.
111
c
Zonas no eficaces
Rigidizadores
.
10 24,5 / 16,67 /
. ,
275
1,1
20 44,72
3 3 25
1,5
.
10 14,99 / 16,67 / Correcto
. ,
112
Figura 5.10. Esquema de bielas y tirantes del desvío de cargas entre estructura y refuerzo en el nudo
, ,
, ,
113
Siendo,
= 52º
75,4
90,48
y son los esfuerzos de cálculo en el forjado en cada una de las dos direcciones.
A la hora de estimar dicho valor, se recomienda ser conservadores a la baja, pues a
mayor momento, mayor compensación del desvío de bielas en el nudo. En este
sentido, como es evidente, serán más desfavorables los nudos donde no exista
continuidad del forjado o vigas en alguna de las direcciones (por ejemplo, pilares de
esquina y de fachada).
556,75
706,53
sen
335,11
127,96
45
45 9,39
114
De acuerdo con los datos facilitados, el forjado presenta en la zona de ábacos una
armadura inferior de 12/150 mm. Se hace notar la importancia de tener la certeza de
que no vea comprometida su efectividad la armadura inferior que exista por detalles de
armado tales como solapes insuficientes, etc. En este caso se tiene garantizado que
por el pilar pasarán al menos 212, lo que supone una capacidad a tracción de
(limitando la tensión en el acero a 400 N/mm2 siendo el acero B500S):
2.227 10
4.639
0,4 4 300
De acuerdo con el artículo 6.7.4.2 del EC-4, “en ausencia de un método más preciso,
la longitud de introducción de las cargas no debería superar 2·d o L/3, siendo d la
dimensión transversal mínima y L la longitud del pilar”. Por ello, en este caso se
supera con creces ambos mínimos, no pudiendo dar por válido el valor de longitud de
transferencia antes obtenido. En cualquier caso, dicho valor supera la altura libre de la
6
Cabe indicar que el Código Modelo CEB 2010 [5.5] plantea valores más reducidos para dicha tensión
rasante. Concretamente, como primer mecanismo de transferencia de esfuerzos rasantes entre hormigón
y acero se cita el mecanismo de adhesión, indicando como referencia un valor del orden de 0,1 N/mm2.
115
planta primera, por lo que no bastaría con extender el refuerzo en el tramo superior, ni
siquiera con el chapado continuo planteado.
0,6
,
116
10 pasadores
20 (planos de corte)
2.227
min , , ,
19 10
0,29
,
10.000 8
Coeficiente que depende de la esbeltez del conector (en este caso =1
117
/
0,09
Donde,
/
314,16 640 314,16 640 25
0,09 0 25 0,5 0 0 1,4
150 200 1,05 150 200 1,05 1,5
25
1,48 0,4 0,55 3,67
1,5
118
2.227
50,2 25
, 1,48 150 200
/
314,16 640 314,16 640 25
0,09 2,3 25 0,8 0,5 0 0,9
150 200 1,05 150 200 1,05 1,5
25
4,11 0,5 0,55 4,11
1,5
2.227
18,06 9
, 4,11 150 200
Factor que depende del tipo de agujeros que se utilicen (en este caso, para
agujeros estándar es igual a 1,0)
Número posible de planos de deslizamiento
Coeficiente de rozamiento, de entre 0,2 para superficies sin tratar o
galvanizadas, y de hasta 0,5 en función del tipo de tratamiento que se le aplique
Esfuerzo de pretensado de cálculo del tornillo según la expresión,
0,7
119
Para la estimación de la resistencia mejorada del hormigón del soporte reforzado por
confinamiento, se puede plantear la siguiente ecuación:
Donde,
120
En los estudios realizados para el caso de acero que confina al hormigón (Mander
et al. [5.15], Cusson and Paultre [5.14]) se supone que en pilares de sección
cuadrada o rectangular el hormigón confinado es el área sombreada en la figura
5.12, mientras que en el resto de la sección el confinamiento es despreciable.
Figura 5.12. Efecto del confinamiento pasivo introducido por el refuerzo [5.13-15]
121
1
2
Siendo:
Cabe indicar que en la revisión de Regalado [5.17] sobre estos coeficientes se incluye
otro parámetro adicional que penaliza la eficacia del confinamiento según la esbeltez
geométrica del pilar (g). A partir de las expresiones que recomiendan Regalado [5.17]
y Jiménez [5.18] para evaluar el incremento de resistencia debida al confinamiento, se
puede estimar el valor del parámetro ksl en función de la esbeltez geométrica de la
siguiente manera: si g es mayor que 10 no se considerará la mejora de resistencia
que se está evaluando. Si es inferior a 5 se considera ksl = 1, interpolándose entre
122
Por otro lado puede evaluarse la máxima tensión de confinamiento que es capaz de
ejercer un empresillado a partir del equilibrio de las fuerzas que afectan a una porción
de sólido (véase la figura 5.13). Estas ecuaciones se corresponden con las que
consideran Hadi y Li [5.20] en sus investigaciones experimentales, y ya habían sido
previamente presentadas por Mirmiran et al. [5.13] en el estudio de pilares confinados
por fibras de carbono.
b
Sección AA’
presillas
st b fl 2
A’ A’
Obteniéndose:
siendo
123
Por otro lado, en el caso de secciones circulares, por el equilibrio de medio cerco
circular (siendo dc el diámetro del soporte):
Por último se hace notar que esta tipología de refuerzo presenta un inconveniente para
la hipótesis de fuego, puesto que al producirse un aumento de temperatura se perderá
la efectividad del confinamiento. En efecto, a partir de ciertas temperaturas el acero
verá reducido su módulo de deformación y su resistencia, por lo que será vital proteger
las chapas y/o angulares y presillas para garantizar el tiempo de resistencia fuego
requerido. En caso contrario el refuerzo puede que no llegue a suponer ninguna
coacción lateral para el pilar de hormigón a reforzar.
124
Cabe indicar que se deben seguir las mismas pautas de ejecución que las expuestas
en el apartado 5.2.2 anterior, con las salvedades indicadas anteriormente.
125
32 400
300 300 4 113,1 2.077,35
1,5 1,15
480
Siendo k1 =4,1
150
1 1 0,56
2 2 300
Siendo ks = 0,50:
480 10
4,65 /
4,1 0,5 0,56 300 300
80,3
126
96.211,3 2.565,6
,
32
96.211,3 2.052,5
1,5
513,13
Siendo,
k1 =4,1
kg = 1 Encamisado continuo
ks = 1 Sección circular
513,13 4,1 1 1
513,13 10
1,30 /
4,1 1 1 96.211,3
127
1,30 350
0,91
2 2 275/1,1
128
Sin embargo existen distintas líneas de investigación que han cuantificado cómo se
realiza la trasmisión de cargas entre el hormigón del soporte original y el acero del
refuerzo, y cómo se consigue que los dos elementos trabajen de manera conjunta sin
disponer de capiteles que provoquen la entrada en carga directa del acero del
refuerzo.
Nu Nu,c Nu,ref
Siendo,
Nu,c Axil último del soporte de hormigón armado existente para la pareja de
esfuerzos de cálculo Nd/Md
129
Nu,ref Axil último del soporte metálico empresillado de refuerzo para la pareja de
esfuerzos de cálculo Nd/Md
Tampoco debe olvidarse que en este tipo de refuerzos deben comprobarse los nudos
de la estructura existente, de cara a analizar si existen cuantías de armadura
suficientes en la estructura horizontal como para garantizar la desviación de las bielas
que redirigen parte de la carga del pilar existente a los capiteles dispuestos, aspecto
ya explicado en el apartado 5.2 para los refuerzos por sustitución. Otro aspecto a
analizar es la transmisión de esfuerzos de flexión entre la estructura existente y el
refuerzo, en soportes sometidos a flexocompresión con flexión dominante.
130
5.5 BIBLIOGRAFÍA
[5.3] Garzón-Roca, J., Adam, J.M., Calderón, P.A., Valente, I. Finite element
modelling of Steel-caged RC columns subjected to axial force and bending
moment. Engineering Structures, 40 (2012) 168-186.
[5.4] Garzón-Roca, J., Ruiz-Pinilla J., Adam, J.M., Calderón, P.A. An experimental
study on steel-caged RC columns subjected to axial force and bending moment.
Engineering Structures, 33 (2011) 580-590.
[5.7] J.L. Ramírez Ortiz, J.M. Bárcena Díaz, and J.M. Feijoo Gil. “Eficacia resistente
de pilares de hormigón armado de baja calidad reforzados por dos
procedimientos diferentes”. Informes de la Construcción, 272: 89-98,1975.
[5.8] J.L. Ramírez Ortiz, J.M. Bárcena Díaz, y J.M. Feijoo Gil. “Comparación
resistente de cuatro métodos de refuerzo de pilares de hormigón armado”.
Informes de la Construcción, 290: 57-68, 1977.
[5.9] Fib MODEL CODE for Concrete Structures 2010. Federation Internationale du
Beton. Ernst and Sohn, Berlin, 2013.
131
[5.10] Richart, F., Brandtzaeg, A., Brown, R.L. The failure of plain and spirally
reinforced concrete in compression. Urbana University of Illinois. Engineering
Experiment Station Bulletin, nº190, (1929).
[5.11] Ahmad, S.H. and Shah, S.P..Complete triaxial Stress-Strain curves for
concrete. Journal of the Structural Division-ASCE, 108 (1982) 728-742.
[5.12] Mander, J.B., Priestley, M.J.N. and Park, R. Theoretical stress-strain model for
confined concrete. Journal of Structural Engineering-ASCE, 114 (1988) 1804-
1826.
[5.13] Mirmiran, A., Shahawy, M., Samaan, M. and El echary, H. Effect of column
parameters on FRP confined concrete. Journal of Composites for Construction-
ASCE, 4 (1998) 175-185.
[5.15] Mander, J.B., Priestley, M.J.N. and Park, R. Observed stress-strain behavior of
confined concrete. Journal of Structural Engineering-ASCE, 114 (1988) 1827-
1849.
[5.18] Jiménez, P., García, A. y Morán, F. Hormigón armado. Ed. Gustavo Gili.
Barcelona, 2000.
[5.20] Hadi, M.N.S. and Li, J. External reinforcement of high strength concrete
columns. Composite Structures, 65 (2004) 279-287.
132
133
135
Cuando un pilar de hormigón confinado, ya sea con cercos de acero o con una camisa
de acero o FRP, se somete a compresión axial, el hormigón se comprime en la
dirección de la carga y se expande lateralmente por efecto Poisson. El sistema de
confinamiento (acero o FRP) se opone a esta expansión transversal traccionándose
lateralmente (dirección de los cercos o fibras) y aplicando sobre el núcleo de hormigón
una presión de confinamiento, que es la responsable del incremento en la resistencia y
la deformación última del hormigón.
Los ensayos publicados sobre elementos de hormigón confinados con FRP [6.12-14]
muestran que las curvas tensión-deformación tienen una forma característica,
representada en la figura 6.1, formada por un primer tramo en el que el
comportamiento correspondería al del hormigón sin confinar (para valores pequeños
de la deformación transversal del hormigón la presencia del FRP tiene poca
influencia), y en la segunda rama el hormigón está fisurado y la expansión lateral
activa el efecto de confinamiento del FRP. Con un nivel de confinamiento suficiente
esta segunda rama es también ascendente, con una mayor pendiente cuanto mayor
sea la rigidez del sistema de confinamiento.
136
fc / fc0
Carbono
Vidrio
Sin confinar
c / c0
En los últimos años se han propuesto diversos modelos sobre el comportamiento del
hormigón confinado con FRP, la mayoría de ellos empíricos [6.15-16], donde la
resistencia a compresión axial, la deformación axial última y el comportamiento
tensión-deformación se determinan usando expresiones cerradas obtenidas
principalmente mediante el ajuste de resultados experimentales; también se han
propuesto algunos modelos analíticos [6.17-19] en los que se tiene en cuenta de
manera explícita la interacción entre la camisa de FRP y el núcleo de hormigón a
través de la compatibilidad de desplazamientos y condiciones de equilibrio.
Los estudios experimentales han mostrado que el fallo en los elementos confinados
con FRP se produce por la rotura de las fibras, siempre que se haya dispuesto una
longitud de solape suficiente (se recomienda que sea como mínimo 200 mm y seguir
las especificaciones del fabricante). Un aspecto muy importante es que se ha
demostrado en los ensayos que en la rotura la deformación última de la fibra (que se
denomina deformación última efectiva f,eff) es mucho menor que la deformación última
obtenida en ensayos de tracción normalizados del FRP [6.20] (ver apartado 6.3.4).
0 1
137
1 1
donde
es un coeficiente adimensional
con
138
fccd
Hormigón confinado
arctg Et
fcd
Hormigón no confinado
c0 ccu
En cuanto a su durabilidad, los FRP son en general materiales con muy buenas
condiciones de durabilidad y resistentes a la corrosión. Sin embargo pueden sufrir
cierta degradación de sus propiedades a largo plazo en determinados ambientes
agresivos o condiciones de carga. En las guías de cálculo publicadas [6.8-10] pueden
consultarse los factores reductores propuestos para obtener los valores de cálculo de
las propiedades mecánicas de los FRP. Estos factores tienen en cuenta, en función
del tipo de material y exposición, la posible degradación de propiedades a largo plazo
debido a condiciones ambientales (alcalinidad, humedad, temperatura) o modo de
carga (fatiga, fluencia). Dentro de los FRP los sistemas carbono/epoxi, que son los
más habituales en refuerzo de estructuras existentes, son los que presentan mejor
durabilidad.
Resistencia química
Las fibras de carbono y aramida tienen una excelente resistencia a ataques de tipo
químico. La mayoría de las fibras de vidrio son atacadas por los álcalis, pero no por los
ácidos. Existen fibras de vidrio álcali-resistentes formuladas para su uso en ambientes
alcalinos. Las fibras de aramida pueden absorber humedad.
Radiaciones ultravioleta
Las radiaciones ultravioleta no afectan a las fibras de carbono ni a las de vidrio. Las de
aramida pueden cambiar de color y reducir su resistencia, aunque el efecto es muy
pequeño cuando las fibras están embebidas en resina.
139
Sobre las resinas puede producirse fragilización y erosión superficial, que podría
facilitar la penetración de humedad o agentes agresivos. Para evitarlo, en las
aplicaciones donde el refuerzo vaya a estar expuesto directamente a la luz solar se
recomienda normalmente aplicar una pintura protectora.
Conductividad eléctrica
Las fibras de vidrio y aramida no son conductoras, pero las de carbono sí. Las fibras
de carbono no deberían colocarse en contacto directo con el acero para prevenir que
se forme un par galvánico. La conductividad de la fibra de carbono debe tenerse en
cuenta en otras circunstancias, por ejemplo no debe cortarse la fibra en ambientes con
riesgo eléctrico.
Las fibras, especialmente las de carbono, resisten muy bien las altas temperaturas.
Las de vidrio tienen menor resistencia, y las de aramida no deben emplearse por
encima de 200ºC. En todos los casos la resistencia térmica viene limitada por las
resinas y adhesivos. Debe considerarse la temperatura de transición vítrea (Tg) de la
resina empleada, que para las resinas epoxis habituales está entre 60ºC y 80ºC,
aunque pueden formularse resinas con valores superiores de Tg. Al superarse esta
temperatura la resina se degrada de manera irreversible y no es capaz de transmitir
los esfuerzos entre las fibras. Como precaución es recomendable seleccionar una
resina cuya Tg sea superior en 15ºC a la temperatura máxima de servicio [6.10].
Deben disponerse sistemas de protección cuando sea necesario. En situaciones
donde el fuego sea un condicionante importante (por ejemplo túneles o espacios
cerrados) debe también considerarse al elegir la resina la generación de humos y su
posible toxicidad.
Una vez establecidas las acciones actuantes y los esfuerzos de cálculo en el elemento
que se va a reforzar, mediante las formulaciones existentes recogidas en la normativa
para soportes de hormigón armado tradicional se determinan las propiedades
resistentes que se requieren en el hormigón, y a partir de éstas puede calcularse el
refuerzo con las ecuaciones que se proponen en los siguientes subapartados.
Normalmente el cálculo del refuerzo consistirá en la elección de un material de
refuerzo (fibra + resina) entre los disponibles comercialmente, y a partir de las
propiedades (resistencia, módulo de elasticidad y deformación de rotura) se determina
el espesor de refuerzo necesario o número de capas a aplicar.
140
/
,
1 2,6
,
0,05
La deformación axial última del hormigón ccu puede obtenerse a partir de la presión de
confinamiento efectiva fl,eff y de la resistencia de cálculo del hormigón sin confinar fcd,
mediante la siguiente expresión [6.8]:
,
0,0035 0,015
141
fl
j j
Figura 6.3. Acción de confinamiento en secciones circulares
1 1
2 2
donde
142
1
,
2
1
2
143
hormigón no
confinado
Hormigón no
confinado
rc
h’ h
b’ = b -2 rc
b
144
Así, el coeficiente kH viene dado por la relación entre el área del núcleo central y el
área total de hormigón de la sección. Para una sección rectangular de lados b y d, con
las esquinas redondeadas con un radio de curvatura rc:
1
3
con
En los casos en que la relación de lados b/d sea mayor que 2, o alguno de ellos sea
mayor de 900 mm, no se recomienda el refuerzo con materiales compuestos salvo que
se asegure su efectividad mediante la disposición de las armaduras o con ensayos
adecuados.
Influencia de la esbeltez
La resistencia última del hormigón confinado con FRP está fuertemente relacionada
con la deformación de rotura de la camisa de FRP. Los estudios experimentales han
mostrado que esta deformación última f,eff es mucho menor que la deformación última
fu obtenida en ensayos de tracción normalizados del FRP.
145
La Guía FIB [6.7] señala como posibles causas el estado triaxial de tensiones de la
camisa de FRP, la calidad de la ejecución del refuerzo y la forma curva de la camisa,
especialmente en las esquinas de pilares rectangulares con radios de curvatura
pequeños. Otra causa posible es que en los momentos previos a la rotura el hormigón
está fisurado internamente produciéndose deformaciones no homogéneas que pueden
conducir a concentraciones locales de tensiones a las que es muy sensible el FRP.
La guía FIB indica que para el cálculo deben tomarse valores apropiados de la
deformación última efectiva, y que dado que los datos disponibles hasta el momento
son limitados, los valores de f,eff deben justificarse experimentalmente.
La deformación última efectiva del FRP f,eff se calcula, conforme a la guía del CNR,
minorando el valor característico obtenido en ensayos de tracción mediante
coeficientes reductores en función del modo de aplicación y de la exposición del
refuerzo, y se limita en cualquier caso a un valor de 0,004 para evitar una fisuración
excesiva en el hormigón. Para los sistemas de refuerzo habituales con fibra de
carbono resulta más limitante este valor de f,eff=0,004 .
146
Con valores mayores del radio de redondeo se obtendrá mayor efectividad del
refuerzo, aunque en ocasiones éste valor está limitado por el recubrimiento que tenga
el pilar original. Si no se lleva a cabo el redondeo de las esquinas la efectividad del
refuerzo puede ser nula.
En el caso de que los recubrimientos de las armaduras existentes en las esquinas del
soporte sean reducidos o nulos, impidiendo el picado para la ejecución de dicho
redondeo, será preciso realizar el mismo mediante el recrecido de la sección
147
Figura 6.6
6. Redondeo previo
p de esqu
uinas (cortesíía de SIKA)
2) A
Aplicación
n de la camisa de matterial comp
puesto
148
Figura 6.7. Aplicación de fibra de carbono mediante wrapping (cortesía de BETAZUL), bobinado
automático y camisas prefabricadas [6.1]
También puede formarse el encamisado con elementos prefabricados, bien dos piezas
que se pegan entre sí al colocarlas sobre el pilar, o en una sola pieza con una abertura
149
longitudinal que permite abrirla y envolver el pilar. Para que el confinamiento sea
efectivo es esencial que pilar y camisa estén en contacto, lo que se asegura bien
pegándola con adhesivos o inyectando un mortero sin retracción en el espacio entre el
núcleo de hormigón y la camisa. Esta técnica presenta también limitaciones en cuanto
a formas y tamaños de la sección, y no está indicada si no hay que reforzar un número
elevado de pilares con la misma geometría. Sí se ha utilizado en algunos casos en
pilares cuadrados o rectangulares en los que se quiere modificar la forma de la
sección para aumentar la eficacia del confinamiento. Se colocan camisas circulares o
elípticas que sirven también como encofrado y se hormigona el espacio entre la
sección cuadrada o rectangular original y la camisa.
3) Necesidad o no de protección
Por último, en caso necesario, se dispondría una protección frente a fuego del
refuerzo. En efecto, dado que las resinas pierden sus propiedades entre unos 70ºC y
90ºC, normalmente, esta tipología de refuerzo se recomienda para casos en los que
en situación accidental de fuego se garantiza un coeficiente parcial de seguridad
superior a la unidad. En caso contrario, debe disponerse una protección que garantice
que, durante el tiempo de evacuación, no se alcanzan las temperaturas antes
referidas.
En este mismo sentido, si el soporte pudiera estar sometido a altas temperaturas por
soleamiento o por instalaciones cercanas, debe garantizarse su protección para evitar
el calentamiento por encima de la temperatura de transición vítrea.
150
/
,
1 2,6
Se parte de un valor de fcd del hormigón sin confinar de 32 N/mm2, por lo que para
conseguir en el hormigón confinado que fccd= 40N/mm2, la presión de confinamiento
efectiva debe ser de:
, 0,954 /
Por otra parte, para lograr que el confinamiento sea efectivo, ha de cumplirse
fl,eff/fcd > 0,05, es decir fl,eff > 1,6 N/mm2, por lo que esta condición es la que condiciona
el cálculo.
151
Al ser sección circular, y envolver el refuerzo toda la altura del pilar keff = 1 y fl,eff = fl, y
se obtiene el nº de capas n de fibra que debe aplicarse para que fl,eff > 1,6 N/mm2:
1
,
2
4 4 0,167
Se obtiene que se deben aplicar 2 capas de fibra de 0,167 mm de espesor, y con ello
se tiene:
fccd = 44 N/mm2
Si se redondean las esquinas del pilar con un radio de 20 mm, kH = 0,5, y por tanto el
nº de capas necesarias es:
, 1,6
1
,
2
Obtenemos que son necesarias n=4 capas de fibra, teniendo para este caso:
152
fccd = 44 N/mm2
6.6. BIBLIOGRAFÍA
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