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Psicología Social

Desbunkerizando los Walter Vargas

dispositivos de trabajo Una de las módicas e ineludibles


curiosidades que me despierta la
lectura del diario es un escueto
recetario que se publica en la pe-
núltima página de Clarín. Se tra-
Clara Jasiner facŽtica de una construcci—n conjunta de dispositivos y subjetividad, ta de una sección que guarda al-
efecto complejo que implica darnos cuenta que replantear nuestras gún punto de contacto con nues-

L
es propongo pensar juntos una pregunta que me insiste hace pr‡cticas conlleva el compromiso de aceptar su relatividad y transito- tros Imperdibles literarios, pero
tiempo. ÀC—mo producir aperturas en nuestros dispositivos? riedad. se sostiene sobre una pretensión
Quienes formamos operadores grupales, asistimos a la progresi- Ahora bien ÀquŽ implican estos planteos en nuestra cotidianeidad co- más amplia, más ambiciosa y,
va crisis de los dispositivos con que trabajamos. Atravesamos una si- mo operadores grupales?. por así decirlo, más prescriptiva.
tuaci—n parad—jica, ya que al mismo tiempo que necesitamos dar con- Implica, por ejemplo, asumir que el dispositivo no es el objetivo. Lejos de recluirse en el modesto
sistencia a nuestras propuestas a medida que las producimos, es sin em- Que no hay tal cosa como un dispositivo. Que estos enfoques contri- compartir de gustos y experien-
bargo imprescindible que produzcamos aperturas. Nuestras modalida- buyen a engrosar la frontera que aleja lo grupal de lo comunitario y de cias personales y, por tanto, in-
lo subjetivo. transferibles, los protagonistas
des de trabajo grupal tienen como preocupaci—n los devenires de la
de Yo recomiendo hacen buena
subjetividad en los encuentros humanos y la producci—n de configu- La indagaci—n de esta problem‡tica nos conduce a un interrogante letra con la consigna y se revelan
raciones vinculares que permitan el crecimiento de todos y el desa- que aparece con rasgos fluorescentes, parpadeando para llamarnos la como entusiastas discípulos del
rrollo eficaz de los proyectos. Esta perspectiva conlleva una ineludi- atenci—n: ÀCœales son las modalidades que fueron potenciando la ri- Viejo Vizcacha.
ble vocaci—n por la flexibilidad, y la multiplicidad en funci—n de los gidificaci—n de los dispositivos? Sugiero a continuaci—n algunas, e in- Hay que ver la frescura con que
contextos cambiantes y diversos en que nos encontramos y desarrolla- vito al lector que desee hacerlo, a aportarnos sus ideas acerca de este acometen una empresa tan ar-
mos nuestro quehacer. No obstante lo cual y parad—jicamente, disposi- tema. En mi experiencia la suposici—n de que el grupo es un Òobje- dua, de camino escarpado si los
tivos como el del ÒGrupo OperativoÓ, en su intento de auto perpetuar- toÓ que se puede observar y coordinar Òdesde una distancia prefi- hay, de dudosa fecundidad y sus-
se, han devenido objetos de s’ mismos. Muchas instituciones de forma- jadaÓ, como si el coordinador o el observador se ubicaran afuera, ceptible de ser recibida en el me-
ci—n conciben hoy ÒGrupo OperativoÓ como un fin, en lugar de un me- es uno de las actitudes y creencias que facilitan bunkerizaci—n. jor de los casos con indiferencia
Muchas veces nuestra forma de pensar Òal grupoÓ como un ente y en el peor con franca ingratitud.
dio, y ello ha llevado a la creaci—n de una ortodoxia y al cierre y la ri-
Nada me cuesta confesar, sin
gidez. que existe m‡s all‡ de cada encuentro grupal, produce un efecto de embargo, que estos consejeros
Denomino bunkerizaci—n a estos efectos complejos que llevaron abstracci—n y totalizaci—n, que propende a rigidificar nuestras con- delivery se me han vuelto tan im-
a un cambio del objeto de la Psicolog’a Social, cambio que condu- cepciones y consecuentemente nuestras pr‡cticas. Aunque todos sa- prescindibles como el aire que
jo a un centramiento exclusivo en un dispositivo: el grupo operati- bemos que lo grupal produce un plus, un efecto que emerge m‡s ac‡, y respiro. Sin ellos no sé qué obra
vo. La propuesta de esta nota es abrir el juego acerca de nuestras al mismo tiempo m‡s all‡ de cada persona, se trata de efectos comple- de teatro ver, qué pilcha comprar,
pr‡cticas grupales y por consiguiente, acerca de nuestra autoproduc- jos. El sistema de met‡foras referidas a lo grupal exige ser interro- qué viaje programar y con qué
ci—n subjetiva en la construcci—n de esa pr‡cticas. La pregunta, estima- gado si deseamos producir aperturas, ya que muchas devienen c—di- clase de gente involucrarme. Sin
do lector, es ÀC—mo crear dispositivos, y c—mo me afecta subjetiva- gos cerrados, sectarios, que s—lo producen sentidos referidos a s’ mis- ellos, para decirlo de una vez,
mente esta producci—n? mos. Veamos algunos ejemplos. Se destaca en primer lugar el h‡bito ando sin brújula, al garete, como
de tomar cr—nica textual en la suposici—n de que es posible o deseable pan que no se vende y harina
Ahora bien, s—lo es posible reflexionar acerca de la apertura de los
que no se amasa. No tengo la
dispositivos, desde una modalidad que no se cierre sobre s’ misma. Y describir y abarcar todo lo que sucede. Este supuesto construye una po- menor idea de qué trole hay que
en la medida en que la autora de esta nota dŽ cuenta de su propia pre- sici—n mutuamente excluyente del observador y del ÒgrupoÓ, que que- tomar para seguir.
gunta, es decir, de su pr‡ctica con grupos operativos. da as’ encerrado en s’ mismo como en una celda respecto de la mirada No tenía, mejor dicho, porque
Tomando lo dicho en consideraci—n, en esta nota me propongo dos y la escucha que lo ÒobjetivaÓ. Otro ejemplo puede ser la idea casi hace unos días se me atragantó
cuestiones: La primera, punto de partida imprescindible, consiste en inexpugnable de que coordinar un grupo implica verlo, escucharlo, mi- la tostada y desde esa mañana
operar una apertura de este mismo dipositivo (nota period’stica). La rar el proceso grupal, como si el coordinador pudiera captar toda la dejé de ser quién era, di un giro
segunda implica dar cuenta de la idea de cierre como bunkerizaci—n de complejidad del acontecer grupal y luego ÒmostrarlaÓ al decirle a los de 180 grados y me convertí,
los dispositivos, tal como la he ido planteando a lo largo de mi tarea de miembros ÒquŽ est‡ pasandoÓ. Este milagro se logra mediante la ope- perdónenme la fanfarronada, en
formaci—n de operadores grupales. Es decir, los invito a producir, aqu’ raci—n del coordinador que consiste en interpretar lo latente. No s—lo un tipo feliz. ¿Qué como lo con-
se da por supuesto que pasan otras cosas que las que pasan, simplifi- seguí? Elemental. Acepté la sa-
y ahora, una modalidad que, incorporando lo virtual, trascienda la
bia sugerencia de un recomenda-
frontera interpuesta entre usted y quien escribe en este medio gr‡fi- cando las hip—tesis psicoanal’ticas acerca de lo inconsciente y de la otra dor de Clarín que me alertó so-
co. Mi propuesta es invitarlos a tener una interacci—n virtual para se- escena, adem‡s, se supone que hay alguien que puede saberlo y nom- bre las maravillas que depara
guir pensando nuevos dispositivos o nuevas formas de estar en ellos. brarlo, alguien que por lo tanto est‡ en una situaci—n de superioridad mudarse a Benavídez, tierra pro-
Estimado lector: quisiera convidarlo a tomar un desaf’o: DISPOSI- epistemol—gica: el coordinador. metida donde hay, cómo no, “ci-
TIVICEMOS JUNTOS. ÀC—mo? Construyamos un intercambio . Us- Estimados lectores, mi propuesta desbunkerizante de hoy, que espe- nes, supermercados y tranquili-
ted puede enviarme por correo, o por mail <cjasiner@fibertel.com.ar> ro sea enriquecida por los aportes de ustedes, consiste en Incluir un dad”.
las ideas que le resuenan a partir de la lectura de este trabajo. Nosotros Principio de Incertidumbre en Nuestros Dispositivos. No les exija- Desde entonces voy de la butaca
daremos a conocer las propuestas que nos lleguen y las reflexiones que mos transparencia, ni neutralidad. Los dispositivos no son recipientes a la góndola y de la góndola a la
nos provoquen. inertes, son sistemas complejos formados por la interacci—n de seres tan hamaca paraguaya. Y no me jo-
o m‡s complejos aœn. Para desbunkerizar el Ògrupo operativoÓ, consi- den De la Rúa, Moyano, los de-
El compromiso de desbunkerizaci—n nos concierne a todos. A usted
socupados, los piqueteros, los
y a m’. Cada uno tendr‡ una propuesta, o podr‡ plantear distintas pro- dero que tenemos que empezar por dejar de pensarlo como una herra- chicos de la calle... Estoy vacu-
blem‡ticas u obst‡culos, o tendr‡ sugerencias para proponer. Pero de- mienta abstracta y por lo tanto ÒpuraÓ, lo cual nos obliga Òa estandari- nado contra la realidad y de acá
bemos ser concientes de las dificultades, personales e institucionales, zar y naturalizar Ò aquello inaprehensible, ca—tico, escurridizo, cam- no me saca ni Defensa Civil.
de los procesos de desbunkerizaci—n. ÀEstamos dispuestos a revisar la biante y vivo de la vida grupal. Desbunkerizar implica dejar entrar la
compleja producci—n polifacŽtica de dispositivos-subjetividad, subjeti- vida en nuestros dispositivos. DŽmosles Ðy dŽmonos- permiso para
vidad-dispositivos con que producimos y sobre todo, reproducimos y cambiar.
autoreproducimos nuestras pr‡cticas?
Abrir conlleva descubrir, hacer patente lo que est‡ cerrado, oculto.
Dos Seminarios
Descorrer el cerrojo o desencajar otra pieza semejante. Dejar en descu-
bierto una cosa, apartando las que la ocultan. Hender, rasgar, dividir.
de Verano
Horadar un cuerpo. Leo esta sinonimia que, por m‡s que abunde en pa-
labras, no logra capturar la magia del lenguaje. Me pregunto, Àcœal se-
1)Pensar en Red
r’a la hendidura necesaria, quŽ vivencia de rasgadura subjetiva y/o Complejidad y Nuevos
institucional nos acecha si repensamos e interrogamos nuestros dis- Paradigmas
positivos?
En un bucle recursivo de segundo orden, podemos utilizar el dispo-
sitivo configurado por esta comunicaci—n para reflexionar acerca de la 2) Subjetividad
producci—n de dispositivos y en ese devenir, ir construyendo juntos dis- y Vínculos
positivos abiertos. Producción de sentido
TomarŽ como punto de partida las ideas que formulŽ en ocasi—n de
los atentados a la Embajada de Israel y a la Amia. Al cierre o clausura y configuraciones
sobre s’ mismo que, a partir de all’ produjeron las instituciones, lo de-
nominŽ bunkerizaci—n. El acorazamiento de algunos dispositivos, cada Cada seminario constar‡ de 4
vez m‡s refractarios a interrogarse a s’ mismos, puede ser pensado en encuentros, de frecuencia semanal
tŽrminos de la met‡fora del bunker. Ahora bien, si hablamos de cierre
de los dispositivos y necesidad de apertura, lejos de un planteo mora- Denise Najmanovich
lista o que indique quŽ est‡ bien o mal, la perentoriedad de estos cam- Informes e Inscripci—n:
bios emerge en relaci—n con los complejos efectos de ajenizaci—n de lo 4771-2676 y 4778-7115
comunitario y tambiŽn en tŽrminos de producci—n de subjetividad.
Para los lectores de
M‡s que preguntarnos quŽ efectos producen nuestros dispositivos en Campo Grupal 20% de descuento
la construcci—n de subjetividad, ser’a perentorio indagar quŽ estilos de llamando al Tel: 4771-2676 hasta el
subjetividad producen nuestros dispositivos. M‡s ineludible aœn, se 12 de diciembre.
impone la perspectiva de interrogar la producci—n o emergencia poli-

Para engañar al mundo, parecer el mundo. W. Shakespeare Campo Grupal / 5

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