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Se desconocen aún las causas especificas que generan este trastorno, pero se
estima que puede estar ocasionado por una combinación de factores bio-psico-
sociales.
Algunos estudios han demostrado que uno de los factores de riesgo que pueden ser
causantes de esta psicopatología son las lesiones cerebrales. Se ha comprobado
que estas lesiones en ciertas áreas del cerebro pueden generar diferentes tipos de
trastornos, entre ellos el trastorno de conducta. Se ha demostrado también que las
mujeres con trastorno de conducta -en comparación con las que no presentan
trastorno de conducta- tienen una función cerebral alterada, similar a la de los
varones, quienes tienden a tener una mayor agresión y trastorno de la conducta.
EL TRASTORNO DE LA CONDUCTA
Se define por un patrón de comportamiento persistente y repetitivo, donde se
violan los derechos básicos de los demás o importantes normas sociales,
incluyendo además comportamientos agresivos que causan daño físico,
amenazas, crueldad, comportamientos no agresivos que causan pérdidas o
daños a la propiedad, fraudes, robos y violaciones graves de normas. Los
estudios señalan que entre un 20-40% de niños/as con TDAH sufrirán además un
Trastorno de la Conducta.
Tipos
Trastorno Disocial
Este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento persistente y
repetitivo en el que se violan los derechos básicos de los otros o normas
sociales adecuadas a la edad del sujeto.
Depresión
El inicio del trastorno se produce entre los 15 y 45 años, produciéndose un gran
impacto en la educación, productividad, relaciones sociales y funcionamiento de la
persona. Suele presentarse con mayor frecuencia en mujeres que en hombres. Los
síntomas de la depresión pueden incluir: sentirse triste o “vacío”, perdida de
interés en sus actividades favoritas.
Trastorno de personalidad
Son un grupo de afecciones en las cuales una persona tiene un patrón
prolongado de comportamientos, emociones y pensamientos que es muy
diferente a las expectativas de su cultura. Estos comportamientos interfieren con
la capacidad de la persona para desempeñarse en las relaciones interpersonales, el
trabajo y otros contextos.
El tratamiento para el TC entraña una serie de retos tanto cognitivos como conductuales y emocionales, donde la
implicación de la familia, el niño, la escuela y otros centros es cardinal para mejorar la conducta.
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