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Características del absolutismo

 No existía propiamente un Estado, o en todo caso el Estado se reducía a la figura del rey.
No había poderes públicos, ni Estado de derecho. La voluntad del monarca era ley, y en tanto
ley, era incuestionable.

 El derecho del monarca a la autoridad era de origen divino, o sea, había sido puesto por
Dios mismo para gobernar. Por esa razón, se esperaba de él que también fuera el jefe temporal de
la iglesia en su dominio.

 La voluntad del rey no tenía límites, y debía regir en materia económica, religiosa, legal,
diplomática, burocrática y militar.

 La autoridad del rey era vitalicia y hereditaria.


El modelo de sociedad absolutista continuaba siendo feudal, a pesar de que pronto la aparición
del capital y de la burguesía llevó a concentrar la economía en las ciudades.

Representantes del absolutismo


Hubo pensadores y teóricos que disertaron sobre el absolutismo, llegando a defenderlo como
sistema natural de gobierno o como el mejor de los disponibles. Algunos de ellos fueron Jean Bodin
(1530-1596), Thomas Hobbes (1588-1679) o Jacques Bossuet (1627-1704).

Por otro lado, un recuento de monarcas que practicaron la doctrina del absolutismo incluye a:

 Luis XIV de Francia, el “Rey Sol” (1638-1715).


 Felipe V de España, “el Animoso” (1683-1746).
 Carlos XII de Suecia (1682-1718).
 Jacobo II de Inglaterra (1633-1701).
 Federico I de Prusia, el “Rey Sargento” (1688-1740).
 Carlos II de Inglaterra (1630-1685).
 Pedro I de Rusia, “Pedro el Grande” (1672-1725).
 Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico (1685-1740.
 Gustavo III de Suecia (1746-1792).
 Fernando VII de España, el “rey felón” (1784-1833).

El fin del absolutismo


La caída del absolutismo en Europa se dio con el Congreso de Viena de 1814 que restauró
la monarquía tradicional, una vez derrotado el imperio de Napoleón Bonaparte. En contra de la
voluntad de sus pueblos, nuevos monarcas absolutos se sentaron en sus tronos, y se pensó que se
podía desandar el camino político de la Revolución Francesa, en lo que se llamó la “Restauración
europea”. Sin embargo,
las ideas liberales y revolucionarias ya habían sido sembradas y, con la excepción del Imperio ruso
que duró hasta 1917, la mayoría de las monarquías absolutistas de Europa sucumbieron a la
oleada revolucionaria de 1848, conocida como la Primavera de los Pueblos o el Año de las
Revoluciones. Fueron
revoluciones liberales y nacionalistas, en las que se dieron las primeras muestras de un movimiento
obrero organizado. Aunque en su mayoría fueron contenidas o reprimidas, dejaron en claro la
imposibilidad de sostener mucho más el absolutismo como sistema de gobierno.
Ahora te toca a ti…“Elaborar explicaciones Históricas”

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