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JUBILACION

Aspectos a trabajar en la orientación

 Roles desempeñados

 Miedos

 Actividades - Intereses

 Gestión del tiempo - Planificación

 Información (Recursos, cambios físicos y psicológicos, mayor autoconocimiento...)

Objetivos de la orientación para la jubilación

 Aportar información suficiente que permita afrontar con más conocimiento y con


herramientas específicas la orientación en la transición en procesos de jubilación.

 Favorecer la reflexión sobre esa realidad y ese momento vital para ser capaces de
orientar fomentando la calidad de vida de los futuros jubilados y jubiladas.

 Entender la jubilación como otro momento del devenir de los sujetos, con


particularidades propias. Otro, ni más ni menos, que otro momento del desarrollo, con
grandes posibilidades para el desarrollo y el crecimiento personal.

 Conocer, para poder afrontar, aspectos psicosociales del envejecimiento,


desasociando el significado de jubilación a las características culturales prejuiciosas del
envejecimiento, tales como pasividad, inactividad, pérdida de estatus y poder,
asimismo, afrontar con seguridad los temores e incertidumbres posibles, de las
personas que viven esta etapa.

El trabajo del orientador

Los orientadores apoyarán a personas en el proceso final de su trayectoria profesional y en el


inicio de un nuevo ciclo vital:

 Informando y facilitando el descubrimiento de ventajas personales que puede suponer


la jubilación.

 Desasociando jubilación a mitos y prejuicios.

 Conociendo los cambios psicosociales asociados al envejecimiento para facilitar el


afrontamiento y eliminar prejuicios.

 Formando para orientar en la adquisición de hábitos saludables y en la planificación de


los años de vida venideros.

 Elaborando estrategias para fomentar el autoconocimiento y el crecimiento personal


asociado e esta etapa.
Es importante que el orientador se plantee ciertas preguntas y que reflexione
para posicionarse e identificar dificultades propias ante este tema: ¿Es necesario prepararse
para afrontar la jubilación?, ¿Puede significar la jubilación, como el término latino indica,
júbilo, o por el contrario representa un “Fin” con mayúsculas con todo lo que eso conlleva?.
¿Se puede uno preparar para este acontecimiento?, ¿Cómo me sentiría ante el hecho de mi
jubilación?, ¿Significa que se está envejeciendo?, ¿Cómo se puede orientar a alguien en esta
etapa vital?

Los datos nos dicen que existen una serie de alteraciones psicológicas y sociales frente al
hecho de la jubilación y posiblemente todos tenemos experiencias de algún ser cercano o
conocido sobre la vivencia de su jubilación. Sabemos que se va a tener más tiempo después del
momento de jubilarse y que se está repleto de datos y de experiencia, y la cuestión es: Qué
significa para cada uno este periodo y de qué manera se puede orientar personal y
socialmente.

Ejercicios y propuestas para trabajar como orientadores

Se plantean a continuación algunos ejercicios de reflexión interesantes para llevar a cabo con
las personas a orientar en su proceso de jubilación:

 De qué me jubilo / de qué no me jubilo. La persona deberá indicar estos datos


tratando de concretar lo más posible, poniendo ejemplos claros de su cotidianeidad.

 Desarrollar el propio proyecto de vida.

En líneas generales, desarrollar un proyecto de vida supone, después de informarnos y


reflexionar, pensar, planificar y decidir cómo queremos vivir esos años del proceso de
envejecimiento, preparándonos, eligiendo que actividades (que sean fuente de placer, de
esparcimiento y de desarrollo personal) vamos a incluir en él, desarrollando hábitos de
autocuidado, participando en la sociedad. Tiene que ver con el sentido que cada uno de
nosotros le demos a nuestra vida y a nuestra independencia, entendiendo que ésta es siempre
parcial, y a nuestras potencialidades.

La clave está en buscar cuales son las motivaciones, los motores para seguir viviendo con
intensidad. Cultivar las aficiones propias que uno ha dejado olvidadas, o a las que no ha podido
dedicarse suficientemente con anterioridad.

El objetivo a largo plazo al desarrollar nuestro proyecto de vida es mejorar nuestra calidad de
vida, es decir, llegar a experimentar un sentimiento de bienestar psicofísico y socioeconómico
en el que influyen tanto factores personales o individuales (salud, independencia, satisfacción
con la vida, autoestima) como factores socioambientales. Dicho proyecto de vida debe,
asimismo, ser lo suficientemente flexible como para permitir ir añadiendo cambios en función
de nuestras expectativas con respecto al proyecto y la contrastación del mismo con la realidad
que nos rodea.

Nos cuidamos en la medida en que conocemos los cambios a los que nos vamos a enfrentar en
este proceso y prevenimos con nuestras actitudes y comportamientos los procesos de un
envejecimiento patológico. La disminución de nuestros temores y miedos a no saber como
manejarnos en situaciones complejas, mejora nuestra salud bio-psico-social, de manera que
aportemos vida a los años y no años a la vida, como dice la OMS.

En la medida en que la vivencia de este proceso sea positiva y se pueda ir cumpliendo el propio
proyecto de vida se podrán desarrollar estrategias y mecanismos de participación social para
poder llegar a ser agentes de cambio en la sociedad, generando nuevos modelos de jubilación
distintos al actual modelo algo deficitario.

 Hacer una lista de lugares nutricios, actividades nutricias, personas nutricias. Este
ejercicio ayudará en la elaboración del Proyecto de Vida.

 Hacer un nuevo Currículo. Análisis DAFO: Debilidades, Amenazas, Fortalezas y


Oportunidades. Estableciendo los objetivos que se desearían alcanzar

 Fomentar las relaciones sociales. Gozar de la relación con los demás es toda una
garantía de salud mental: cultivar los vínculos de la familia, de las amistades, es una
buena manera de sentirse vivos, de constatar que para los demás tenemos un valor y
una significación. Mantener nuestras vinculaciones con el entorno y las personas es
también una forma de aferrarnos a la realidad y de relativizar las dificultades. La
importancia de las relaciones con el entorno ha venido subrayada por las
investigaciones relacionadas con el apoyo social, y el nivel de estrés y calidad de vida.
La conclusión es clara: hay una relación inversa entre la red social de una persona y las
disfunciones físicas y / o psicológicas; cuánto menores son las redes sociales, mayores
son las patologías, (Albarracín y Goldestein, 1994).

 Participación en todas aquellas actividades que además de suponer una vinculación


social, activan y mantienen las capacidades intelectuales y emocionales: actividades
culturales o artísticas, estudios, visitas culturales, viajes, utilización de nuevas
tecnologías (Internet, correo electrónico).

 Realización de actividades individuales o grupales: Video Forum: "En el estanque


dorado", (Universal, 1981) con Henry Fonda, Katharine Hepburn y Jane Fonda como
protagonistas, donde aparece el tema de la Jubilación y el declive físico. "Las ballenas
de Agosto", (Alive Films,1987), con Bette Davis, Lilliam Gish y Vincent Price, en la que
se presenta el tema de la dependencia y dos formas diferentes de enfocar el
envejecimiento. Lecturas: La hoja roja: Miguel Delibes.

El as en la manga: Rita Levi Montalcini (Drakontos. Ed. Crítica. Barcelona, 1999) La orientación
va a ser asimismo información, asesoramiento sobre dudas, sobre aspectos de la propia
persona que ella misma desconocía, sobre recursos, sobre procesos psicológicos, va a ser un
proceso de aprendizaje que puede generar mucha ilusión y motivación a la persona que va a
jubilarse. Puede resultar una experiencia muy gratificante, un comienzo y además un
encuentro del que orientador también se verá beneficiado pudiendo enriquecerse mucho de la
experiencia de estas personas.
Conclusión

Como hemos ido viendo a lo largo de este artículo es necesario que los orientadores se
identifiquen con quien trabajan y que puedan reflexionar sobre la problemática que van a
afrontar. Es en el movimiento de acercamiento al otro, en el intento de ubicarnos en su
situación y problemática donde se ponen en juego las acciones y también las limitaciones de
los técnicos.

Es fundamental que el orientador crea en el proyecto de vida de la persona que se jubila,


discriminando claramente el proyecto de vida de la idea de plan, que afronte sin temores el
desarrollo evolutivo en esta etapa y que no lo vea con la distancia de su edad sino con
cercanía, con autoridad y con confianza en las potencialidades mutuas. Es necesario la
responsabilidad y la aceptación de la precariedad de todos los proyectos, en todas las edades.
Es necesario que el orientador tenga claro desde donde y para qué realiza las intervenciones.

Si pensamos que el objetivo del trabajo con adultos en fase de jubilación o prejubilación, es
colaborar con ellos en la tarea de responsabilización de sus propias vidas, generando un
nuevo proyecto, se abre una multitud de posibilidades para la integración de propuestas en un
proceso donde se comparten la capacidad de reflexión y crítica. Entendiendo que habrá
aspectos, emociones y momentos críticos que no hay que negar y que hay que adaptarse a
cada persona. Haciendo hincapié en eso, en ser persona sin desempeñar ningún rol
profesional, sin ocupar ningún cargo o puesto en determinada empresa o puesto de trabajo.

La relación con el otro desde uno mismo, sin ocupación laboral. El orientador no debe verse
afectado por la posición u ocupación previa de la persona porque eso ya no desempeña un
papel de importancia, excepto en sus experiencias y en su “tener”, pero no en su “ser”, en
terminología de Erik Fromm.

Tal vez, a partir de aquí podamos trabajar en temas como el lugar que ocupa en su familia, sus
modelos identificatorios, sus miedos e inseguridades. En definitiva, sobre los distintos soportes
de su personalidad, los que le permitirán o no profundizar en la intervención y proyección vital
haciendo un trabajo conjunto intenso y valioso.

No podemos pensar que no podemos ayudar a una persona de mucha experiencia y que está
en ciclo decadente, hay que confiar, no infantilizar ni trivializar, debemos ser capaces de
plantear un proyecto de vida serio. Asimismo este trabajo supone un importante papel como
agentes de cambio social influyendo con nuestra actitud y propuestas sobre el imaginario
social, ayudando a romper prejuicios y moldes excesivamente rígidos que la sociedad ha ido
generando respecto a este momento vital.

Como hemos ido viendo toda medida preventiva para conseguir un buen ajuste en el camino
hacia la jubilación pasa por mirar adelante tratando de planificar los años venideros, así mismo
ha quedado claro que las diferencias individuales van a ser evidentes en este proceso de
jubilación y por ello la orientación no puede ser estática, sino que serán acciones dinámicas,
que orienten a las personas a concebir su situación futura como algo importante que debe
planificarse y que hay varios aspectos que van a influir en la diferente manera de afrontar la
jubilación.
Aspectos a tener en cuenta

Siempre tendremos en cuenta las diferencias individuales en cuanto a necesidades, valores y


objetivos de las personas que se jubilan.

El orientador trabajará en la orientación teniendo en cuenta:

 La jubilación como tránsito continuo. Para ello planificarán conjuntamente


actividades: en el hogar, actividades lúdicas, acciones profesionales independientes.
Así como objetivos vitales que se quieren conseguir, además de favorecer la
planificación conjunta con el resto de miembros con los que convive y conforman el
sistema social y afectivo.

 Planificación de acciones igualitaria ente hombres y mujeres, pero atendiendo a las


diferencias de deseos, necesidades, objetivos y valores. Los orientadores deberán ser
lo más libres posibles de los estereotipos culturales en cuanto a los roles de género y a
los valores y prejuicios sociales, igualmente propios de nuestra cultura, sobre la
jubilación y el envejecimiento.

 El desarrollo de habilidades personales y el desarrollo psicológico: Planteando


habilidades de comunicación personales, estrategias de prevención de problemas
psicológicos, estrés, distimia, inestabilidad, favoreciendo un mayor autoconocimiento
ante esta etapa y conceptualizando la nueva situación. Nuevos objetivos personales,
familiares, sociales. Dando técnicas de autocontrol, relajación, planificación y gestión
del tiempo.

 La aceptación de la nueva realidad física y mental. Informando y facilitando medidas


preventivas de salud física y psicológica.

Eric Fromm dice que “el ritmo de la noche y el día, del sueño y la vigilia, del crecimiento y la
vejez, la necesidad de sustentarnos con el trabajo y de defendernos, son factores que nos
obligan a respetar el tiempo si deseamos vivir; pero una cosa es respetar el tiempo y otra es
someterse a él y que el tiempo se vuelva el amo. El actual modo de producción exige que cada
acto esté exactamente programado y la mayor parte de nuestra vida esta gobernada por el
tiempo y su transcurso. Solo en nuestro tiempo libre parece que tengamos cierta oportunidad
de elegir”.

La jubilación puede ser esa oportunidad de elegir desde uno mismo, desde el sentido de la
propia vida, desde los deseos, produciendo, actuando, viviendo, en definitiva, siendo.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer


un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que
trate tu caso en particular.

Si deseas leer más artículos parecidos a Orientación psicológica en procesos de jubilación, te


recomendamos que entres en nuestra categoría de Psicología social.
¿Cuál es el impacto emocional de la jubilación?

Ángel es un hombre de 65 años de edad, que desde hace aproximadamente un mes presenta
sensación de falta de aire y se siente más cansado de lo habitual. Tras realizarse un chequeo
médico y comprobar que todo está bien, acude a nuestro centro, donde nos explica que ha
estado durante algunos meses preparando (a nivel empresarial) su jubilación, tras cuarenta
años dedicado a su propio negocio, y que desde hace algo más de un mes y medio, está
“oficialmente” jubilado. Asimismo, explica que en casa las cosas no van del todo bien, ya que su
esposa ha sido diagnosticada de una enfermedad crónica, y que uno de sus hijos está en
proceso de separación. Explica también, que desde que tiene esta sensación de falta de aire y
de cansancio, ha empezado a introducir ciertos cambios en su vida: ha dejado de hacer
deporte, realiza más trayectos en coche para no cansarse, evita situaciones de estrés y
alimentos “inadecuados”, etc; ya que cree que de esta manera controlará mejor los síntomas
mencionados y conseguirá que desaparezcan antes. Ángel presenta una reacción de ansiedad
relacionada con su jubilación.

Muchas veces, a la persona que se jubila le cuesta aceptar este cambio vital ya que implica un
cambio de rol importante. Es habitual la tendencia a asumir, durante el transcurso de nuestra
vida, la identidad de cada uno de nosotros con el rol profesional que tenemos (el abogado, la
maestra, el oculista, la diseñadora, el pastelero), por ello, en el momento de la jubilación, nos
encontramos con otras muchas identidades que también forman parte de nuestra vida y a las
que seguramente no les estábamos prestando tanta atención como la que le prestaremos a
partir de este momento: yo como persona, yo como padre/madre, yo como abuelo/a, yo como
esposo/a, etc.

Fases de adaptación.

Según los estudios realizados, existen diversas fases de adaptación a la jubilación, aunque no
todos pasamos por todas ellas, ni tampoco en el mismo orden.

 Fase de “Luna de miel”. Ocupa los primeros días que siguen al momento de la
jubilación. Suele aparecer una sensación de estar de vacaciones, pero mejor, ya que no
existe la presión de ver cómo se acaban los días, y la persona suele sentirse “feliz” de
estar jubilada, por lo que realiza planes múltiples y sus expectativas suelen ser
elevadas.

 Fase de “Desencanto”. Pasadas las primeras semanas, puede que las cosas no sean
como esperábamos (dificultades para llevar a cabo todos los planes que habíamos
hecho, ser conscientes del cambio económico que supone la jubilación, sentir cierta
nostalgia del trabajo, enfrentarnos a nuestro “nuevo yo”). Es entonces cuando puede
aparecer sintomatología ansiosa o depresiva (fruto de la decepción o la frustración);
contrarrestándose, en algunas ocasiones, con hiperactividad, y en otras,
abandonándose las actividades habituales.

 Fase de “Reorientación”. La etapa anterior nos obliga a buscar nuevas expectativas,


más realistas y ajustadas a la nueva situación.
 Fase de “Estabilización”. Es el momento en el que nos adaptamos a la jubilación,
aceptando nuestro nuevo estatus y alcanzando un equilibrio entre las posibilidades y
los recursos.

Factores de riesgo.

Podemos encontrarnos con diversas variables que, según los estudios realizados, pueden
aumentar la probabilidad de presentar una mala adaptación a la jubilación:

 Falta de proyectos personales y de tareas en las que ocupar el tiempo.

 Una jubilación anticipada o forzada.

 La presencia de estresores diversos, tales como problemas de salud, económicos,


familiares, etc.

 Tener una baja red de apoyo social, así como no tener pareja.

 Tener un bajo nivel educativo.

¿Cómo gozar de una jubilación positiva?

Es recomendable tener bien planificada la jubilación, ya que nos adaptamos mejor a aquello
que esperamos que suceda; en el caso de Ángel, se había ocupado excesivamente de los
aspectos más “administrativos” y se había olvidado de pensar en los aspectos más personales.
Anticiparnos a la jubilación nos ayudará; por ejemplo, podemos empezar a realizar actividades
propias de la jubilación antes de habernos jubilado.

También es muy importante estar rodeados de la familia y los amigos, y mantenernos activos,
tanto socialmente como intelectualmente y físicamente. En este sentido, Ángel se encontró
con un panorama familiar complicado, y además, fruto de sus síntomas de ansiedad, empezó a
abandonar actividades que para él eran placenteras, tales como el deporte o caminar,
pensando que así evitaría la aparición de los síntomas ansiosos, pero no hizo más que
empeorar el cuadro.

La jubilación es el momento, también, de realizar aquellas actividades que quizás no hemos


podido hacer por falta de tiempo (aprender idiomas, acudir a clases de baile, cocina o
jardinería, escribir, o incluso iniciar unos estudios).

Por último, tenemos que comprender que es un cambio vital, y como tal, conlleva un periodo
de adaptación que durará algún tiempo. En el caso de Ángel, su impaciencia y exigencia
también le estaban dificultando el proceso, dado que no se estaba permitiendo que el
transcurso de la adaptación tomara un tiempo.

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