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Jubilación, Proyecto de vida y Participación social en la vejez.

Lic. Yasielski Maria Victoria


Lic. Gil Puente Ximena

En el transcurso de la cursada, hemos desarrollado distintas aristas del concepto de vejez y


entre tanto, puntualizamos que la vejez es concebida como como un estadio de evolución,
con patrones cambiantes de ocupación y actividad, de desarrollo de habilidades y exploración
de nuevos intereses.

En varias oportunidades se enfatizó que el Adulto Mayor debe ser protagonista en la


adquisición de nuevos roles y en la organización de su tiempo en actividades que potencien
aquellos aspectos de la vida social.

Recordarán ustedes que la capacidad de la persona para adaptarse y participar en sociedad es


un factor protector frente a la fragilidad. Estar activo, es un desafío que ofrece un resultado
positivo y satisfactorio: tener salud, relaciones sociales, independencia y autonomíai.

Ahora bien, otros de los cambios que acontecen a la persona, en esta etapa vital, es
justamente la instancia del Retiro y Jubilación. Dicho en otras palabras, el cese de la actividad
laboral con todo lo que ello implica.

La jubilación toma relevancia en los últimos tiempos, ante los acelerados cambios
demográficos y el aumento de la expectativa de vida. Sin lugar a duda, es un proceso que
requiere de un abordaje integral y de una intervención gerontológica, dado que en algunos
casos puede implicar un factor de riesgo, en especial para aquellas personas que han hecho del
trabajo una fuente de identidad.

“El impacto que puede tener para las personas la transición de una etapa activa a una etapa
menos activa puede desencadenar una serie de afecciones que puede ir en detrimento de la
salud física y emocional de la persona. Esto sucede porque no se ha podido dar el debido
proceso de aprestamiento a la jubilación ni la debida adaptación.”1

Si los hábitos, las rutinas y los roles, nos brindan identidad (¿quién soy?, ¿qué hago?, ¿Cuándo
y cómo?, etc.), imagínense, qué difícil es cambiar uno por otro. Resulta que en un momento
particular de la vida, cambia la organización del día, de las obligaciones, la disponibilidad
económica, los vínculos, las responsabilidades… casi, de un día para el otro. “Un día estas en
actividad y al otro día te llega el telegrama de retiro y chau..” dice una recepcionista que
trabajó 28 años frente al mismo mostrador atendiendo gente.

En Argentina, por ley, existe una edad jubilatoria obligatoria. Con lo cual, la edad cronológica
es el determinante de la capacidad laboral. Dicha edad, no es cambiante, pero así todo,
existen pocos programas de preparación que acompañen a dicha adaptación.

1
JUBILACION Y CALIDAD DE VIDA EN LA EDAD ADULTA MAYOR. Idalia Alpízar Jiménez Universidad
Nacional, Costa Rica, ialpizar@una.ac.cr. Vol. 31, N°.42, (15-26), ISSN: 1409-3928. Enero-Junio, 2011.
http://www.revistas.una.ac.cr/abra
Por supuesto, la adaptación implica tiempo, proceso, soltar e incorporar nuevas actividades,
nuevos proyectos. De lo contrario, llevará exigencia, estrés y angustia. Una buena adaptación
permitirá vivir esta etapa de la vida de manera placentera y con calidad. Logrando de esta
manera un envejecimiento activo y exitoso. Estar activo ofrece un resultado positivo y
satisfactorio: tener salud, relaciones sociales, independencia y autonomía ii.

La Jubilación

En la Argentina, aquellos hombres trabajadores mayores de 65 años que hayan realizado 30


años de aportes y mujeres mayores de 60 años con igual cantidad de años de aportes están en
instancia de jubilarse, de acuerdo a lo que dice la ley. Pero dicha instancia de retiro no debería
ser tomada exclusivamente basada en la edad cronológica como determinante de la capacidad
laboral, sino que debería tenerse en cuenta las particularidades de cada caso de acuerdo a las
aptitudes de cada sujeto en referencia a la tarea que se está desempeñando, además del
deseo de cada uno, la libertad o la voluntad de una persona, de poder elegir cuando quiere
retirarse y no que se le imponga dicho retiro.

¿Qué consecuencia genera en el individuo la Jubilación?

 Económicas: reducción de ingresos


 Fisicas: no se produce por la jubilación en si, sino en la medida en que esta incide
negativamente en el individuo. Disminución de actividad fisica por ya no desplazarse
hasta el trabajo.
 Psíquicas: al igual que cualquier duelo, se extraña el trabajo que se “quería” y gustaba
hacer. Se extraña la rutina, el orden y el estar ocupado.
 Sociales: pérdida del contacto cotidiano con “compañeros” de trabajo o relaciones
laborales.
 Familiares: afecta a la vida de la pareja, cuyos ritmos se modifican.
“No cabe duda que con el retiro laboral se produce una ruptura en las condiciones de la vida
social; se produce una ruptura de las relaciones profesionales (no se ve ya a los compañeros de
empresa o fábrica), un cambio en la naturaleza de ciertas relaciones (ya no se puede hablar del
trabajo) y una modificación en las relaciones hogareñas con el cónyuge (se pasa de doce a
quince horas de vida en común a veinticuatro; de donde se desencadena una perturbación en
los equilibrios afectivos)”. (Jimenez 2011, pag 8)

Sin más, la jubilación implica un ajuste del individuo a la nueva situación de vida, por eso, es
escencial la prevención y preparación.

Prepararse para el retiro brindará bienestar físico y psíquico en el plano individual y el impacto
sera también a nivel social abarcando a la familia.
El acompañamiento en esta instancia es crucial.
Caso bailarina

A modo de graficar presentamos el caso de Ana una mujer que se dedicó de muy pequeña a ser
bailarina clásica. Para ella, los estándares de belleza, fuerza, agilidad entre otros, eran su eje y
estaban ligados con los estándares de sus valores. Tenía pocos amigos y ningún espacio de
interés fuera de la danza. Al retirarse de la vida profesional éste sentido de continuidad que la
acompaño casi toda su vida y coherencia se rompió. Sentía que no tenía rumbo y que su
sentido de identidad se había fragmentado. No podía integrar su plano nuevo fuera de la
danza. Trataba de evitar los espejos, hasta que un día se vio y se preguntó… ¿Quién es esa Sra.
Viejita y arrugada? ¿Soy yo? Tan linda que fui siempre y ahora quién soy?

Esta transición o adaptación que implica la jubilación, estará condicionada por características
de la personalidad de cada uno, capacidad de adaptación o resciliencia, reserva o capital de
salud de cada sujeto, soporte socioeconómico de cada uno, etc. Los cuales nos aportan o
restan a la hora de enfrentar dicho proceso.

¿Qué recomendar como médico a nuestro paciente que se jubila?

 No minimizar la situación, prestar atención, escuchar al paciente, sondearlo y


percatarse como impacta en él la instancia de retiro. Contemplar el concepto sobre el
grado de apego que tenía la persona ante ese objeto el trabajo.
 Recomendar en lo posible que lo haga como un proceso, paulatino, reduciendo de a
poco las horas de trabajo si se puede para de esta manera comenzar a hacer uso de
ese tiempo libre y llenarlo de nuevas ocupaciones.
En algunos países existen programas de preparación para la jubilación, cuentan con
trabajos de tiempo parcial o Contrato de relevo: parte del tiempo trabaja el Adulto
Mayor y parte del tiempo un joven aprendiz para que el 1ero. forme al 2do. Y
transmita asi saberes acumulados en años de trabajo. De esta manera no solo se
dignifica y reconoce la labor del trabajador que se retira sino que no se pierde ese
capital o saber hacer. Esto aumenta la solidaridad, aprovecha la experiencia
intergeneracional y derriba mitos.
 Promover proyectos nuevos, si el paciente no los tiene incentivar a buscarlos. Una
pregunta que ayuda a orientar es la de: “Que fue aquello que querías hacer y dejaste
de lado porque tenías la obligación de trabajar o de cuidar a tu familia? Bueno, quizás
sea momento de concretarlo” Esta consigna ayudo a Francisco quien luego de haberse
dedicado toda su vida al negocio de los materiales de construcción, pasados sus 90
años comenzó a aprender magia para cautivar a los niños siendo esto lo que más
quería.
 Encontrar y sostener una nueva rutina, acorde a habilidades y preferencias de cada
uno

El nuevo paradigma : La productividad de los mayores

Tradicionalmente la vejez se asociaba con enfermedades, dependencia y falta de


productividad. Sin embargo, en la actualidad, la realidad no coincide con esta opinión. Con
la edad, la mayoría de las personas se adaptan al cambio y se convierten en recursos
potenciales para la comunidad.

Contribuyen a través de actividades tanto remuneradas como voluntarias.

Hay que cambiar la idea tradicional de que aprender es el trabajo de los niños, trabajar es
responsabilidad de los adultos y el retiro el destino de los mayores.

Transformar ese rol sin rol en un rol con rol. Que “les” asigne responsabilidades, status y
prestigio social que no sea laboral.

Proyecto de Vida

El proyecto de vida es la forma que las personas tenemos de plantearnos nuestra


existencia, para conseguir nuestras metas y deseos en relación a distintos ámbitos de
desarrollo personal y social: el trabajo, la familia, la red social de apoyos y afectos, los
intereses y aficiones, etc

A lo largo de nuestra vida, todos vamos construyendo nuestro propio proyecto de vida. El
mismo está relacionado por nuestra experiencia y biografía, pero también por nuestra
situación actual, nuestras expectativas de futuro y por los apoyos con que contamos. Las
personas mayores, aun estando en la última etapa del ciclo vital, también tienen sus
propios proyectos de vida. El proyecto vital solo concluye con la muerte.

En la vejez, tiene gran importancia poder continuar con el proyecto singular de vida así
como lograr dar valor y un significado positivo a lo vivido. Los diferentes recursos
asistenciales y los equipos técnicos deben convertirse en apoyos que permitan que las
personas usuarias continúen y completen sus proyectos de vida.

La continuidad del proyecto vital, evitando rupturas no deseadas con los hábitos y estilos
de vida, resulta entonces esencial.
Participación social

Participar contiene en esta visión dos elementos centrales: “Es una acción colectiva
dirigida a lograr cierto objetivo común en el sentido de involucrarse, de formar y tomar
parte del proceso”. Es decir que es un proceso en el cual diversos actores diseñan,
cooperan, colaboran e implementan objetivos comunes.
Hablar sobre las formas de participación, implica interrogarnos sobre qué tipo de sujeto
queremos promover y particularmente quién es el adulto mayor que participa.

A la hora de analizar y planificar actividades con y para adultos mayores las cuestiones que
hacen a su dificultad para que la sociedad los tenga en cuenta como actores relevantes no
puede obviarse, por tanto, las diversas formas suelen tener como eje común la integración
social.

Sin embargo, nos preguntamos si el resguardo de los adultos mayores entre pares no
profundiza su aislamiento con respecto al resto de la comunidad. Es decir, que la solución
a la problemática de la exclusión deberá tener en cuenta la paradoja que encierra en sí
misma e idear nuevas formas que sumen a otros actores y generaciones en su estrategia.

Cabe destacar que estas categorías no son necesariamente excluyentes y pueden darse en
forma combinada, es así que las organizaciones de personas de edad -llámese Centros de
Jubilados, Club de Abuelos, Redes de Personas Mayores, etc. – cuentan con actividades de
diverso tipo entre su oferta.

La cuestión de ocupar el tiempo libre con tareas pretexto, tales como manualidades o
artesanías que nadie consumirá y que no representan significatividad para quien las realiza
es habitual entre las personas de edad.

Pensar en Participación Social es pensar e actividades comunitarias voluntarias que


pueden estar unidas a Programas donde la organización de mayores resulta un brazo
indispensable a la hora de detectar a sus participantes y facilitar su acceso a la prestación.

También resultan interesantes las propuestas donde son los mismos mayores, junto a
personas de otras generaciones, quienes deciden cuáles son los proyectos comunitarios
que quieren desarrollar.
La autoestima se ve fortalecida cuando las personas encuentran un sentido que trasciende
sus propias necesidades para incluir al otro en su proyecto personal. Que la actividad sea
verdaderamente requerida por otros, esto realmente confiere a sostener este sentido de
utilidad y de ser necesarios para otros.

El anterior, es un ejemplo de voluntariado social. Su función es de gran ayuda y contribuye


en gran medida a la sociedad dado que ese tiempo de sostener y brindar contacto a los
bebes, muchos de los profesionales en un terapia no tienen ya que están abocados a otras
tareas asistenciales. Su aporte es valorado, útil y reconocido dado que los profesionales de
la salud, aducen que los bebes se recuperan mas rápido, aumentan de peso, y responden
mejor con su aporte.

Envejecimiento Activo

Envejecimiento activo es el proceso de aprovechar al máximo las oportunidades para tener


un bienestar físico, psíquico y social durante toda la vida.

El objetivo es extender la calidad, la productividad y esperanza de vida a edades


avanzadas.

Además de continuar siendo activo físicamente, es importante permanecer activo social y


mentalmente participando en:

• actividades recreativas

• actividades con carácter voluntario o remuneradas

• actividades culturales y sociales

• actividades educativas

• vida diaria en familia y en la comunidad

Este término fue adoptado por la OMS a finales de 1990.

La salud y la productividad dependen de una variedad de factores o determinantes, que


rodean a los individuos, las familias y los estados.

Ligados entonces al:

 Género y cultura
 Sistemas sanitarios y sociales
 Factores económicos: Ingresos, trabajo y protección social
 Factores del entorno físico
 Factores comportamentales
 Factores del ambiente social
 Factores personales

¿Qué acciones favorecen un Envejecimiento Activo?

o Redes familiares y redes sociales.


o Salud mental.
o Entornos amigables.
o Nutrición.
o Salud bucal.
o Actividad física.
o Prevención de accidentes y caídas.
o Prevención y atención del maltrato.
o Atención de adicciones.
o Conocimiento de uso de medicamentos.
o Promoción de envejecimiento saludable en educación básica y
media superior.

A modo de Conclusión

La jubilación puede acarrear a situaciones de crisis en personas que no tienen un proyecto de


vida o contactos sociales fuera del trabajo.

Sin una nueva rutina el sujeto puede sentir un vacío, desorientación, no saber que hacer, con
la consecuente baja en su autoestima, viviéndolo como un castigo en lugar de una
recompensa.

Pensar y ayudar a pensar ésta instancia con mucho tiempo de anticipación, posicionándose a
transitar un proceso de búsqueda de nuevos objetivos, nuevas faceta, verse a uno mismo más
allá que como un trabajador y encontrar una nueva dirección y sentido a la vida, un nuevo
proyecto vital permitirá afrontar la etapa de la vejez de manera activa y con bienestar.

i
Del Barrio E. Uso del tiempo entre las personas mayores[en línea]. Madrid: Ministerio de trabajo y
asuntos sociales; 2007. URL disponible en:
http://www.imsersomayores.csic.es/documentación/perfiles/index.html
ii
Del Barrio E. Uso del tiempo entre las personas mayores[en línea]. Madrid: Ministerio de trabajo y
asuntos sociales; 2007. URL disponible en:
http://www.imsersomayores.csic.es/documentación/perfiles/index.html

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