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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE MONTERREY

MATERIA: PSICOLOGÍA DEL ADULTO Y ADULTO MAYOR


CATEDRÁTICO: LIC. EDITH AHIDE HUERTA DE COSS

Investigación de las pensiones en México

Alumna: Karen Deyanira Martínez Sandoval


Matrícula: 408008
Grupo: 3A

Monterrey, N.L. a 02 de agosto del 2022


La pensión que un trabajador recibirá al momento de su retiro en el esquema de
capitalización individual depende de varios factores como los rendimientos de su
ahorro, las comisiones cobradas por la administración de los recursos, el
porcentaje de contribución, la edad de retiro, la esperanza de vida y la densidad
de cotización, entre otros.
Una variable fundamental es la densidad de cotización (dc). Este indicador se
define como la proporción de periodos con aportación que el trabajador ha
realizado al sistema de pensiones respecto del total de tiempo que ha
permanecido en el mercado laboral.
El sistema de pensiones en México cuenta con una institucionalidad compleja que
incluye, a nivel federal, siete instituciones que entregan beneficios en esquemas
contributivos y no contributivos, sin contar los subsistemas creados en entidades
federativas; municipios y universidades. Por tanto, el sistema pensionario
mexicano está fragmentado, con reglas y requisitos dispares entre ellos y
beneficios desiguales para la población. Existen cuatro pilares que sustentan el
sistema de pensiones en México que se interrelacionan en las instituciones
pagadoras de pensiones. Estos pilares son: pilar 1: reparto; pilar 2: capitalización
individual; pilar 3: ahorro voluntario y pilar 0: no contributiva. Aunque el objetivo de
las reformas en pensiones del IMSS (1997) y del ISSSTE (2007) fue reducir
déficits pensionarios, el cambio creó una generación de transición que recibe
pensiones del esquema de reparto. El gasto en pensiones, en 2017, ascendió a
3,12% del PIB; 95% es gasto en pensiones de reparto y 5% son recursos que se
dirigen a pensiones no contributivas. El gasto en pensiones ha crecido de manera
constante a partir de 2005, principalmente por obligaciones antiguas.
Las pensiones bajo el régimen de cuentas individuales consideran el seguro de
retiro, seguro de cesantía en edad avanzada, seguro de vejez y pensión
garantizada. Los trabajadores tendrán derecho a un seguro de retiro, incluso antes
de las edades de retiro y tiempos de cotización establecidos para las demás
pensiones, siempre que la pensión vitalicia que se calcule con el ahorro en
capitalización individual sea 30% mayor que la pensión garantizada, sumando la
prima del seguro de sobrevivencia para los familiares derechohabientes.
La pensión por vejez se diferencia de la pensión de cesantía en edad avanzada
por la edad de retiro; es decir, para recibir la pensión de vejez, el trabajador
deberá contar con 65 años o más. En los casos anteriores, el monto de la pensión
es determinada por la magnitud del ahorro en la cuenta individual, a partir del cual
se calcula una renta vitalicia o retiros programados contratados con aseguradoras
que los mismos trabajadores eligen. Además, con los mismos recursos de la
cuenta individual, el pensionado debe adquirir un seguro de sobrevivencia para los
familiares derechohabientes. El monto de este seguro depende de la
Administradora de Fondos para el Retiro (AFORE) que el trabajador haya
seleccionado.
El análisis del gasto público en pensiones inicia con la evolución del ejercicio de
estos recursos para pensiones contributivas por instituciones, la cual se muestra
en el cuadro 8. Cabe mencionar que los recursos que se dirigen a aportaciones a
la seguridad social que se depositan en las cuentas individuales del sistema de
capitalización individual, por fines comparativos, han sido excluidos del gasto
público en pensiones que se presenta en este estudio. En el anexo 1 se presentan
los datos de los aportes públicos por cotizaciones.
La problemática central radica en la generación de transición, ante un escenario
donde los nuevos trabajadores ya no estarán aportando a los pensionados
actuales. Por lo tanto, el gobierno es el que funge como garante y quien termina
aportando dichos recursos a través de ingresos obtenidos por fuentes adicionales
como los impuestos.
Otra forma de medir la magnitud del costo que el sistema de pensiones de
beneficio definido representa en el largo plazo o de las pensiones que se pagarán
a la generación de transición en su totalidad, es a través de las valuaciones
financieras y actuariales que cada institución lleva a cabo para reconocer este
problema. Asimismo, algunos autores han elaborado estos ejercicios para
dimensionar el problema. Sin embargo, los cálculos son distintos entre ellos,
debido a las diferencias en las metodologías e información utilizada, el año en el
que se realizan los ejercicios y los supuestos que se utilizan.
Encontramos una institucionalidad del sistema de pensiones mexicano
sumamente compleja, se trata de un sistema altamente fragmentado, con reglas
muy desiguales. Lo más deseable sería la unificación de sistemas, de no ser
completamente posible, al menos debería buscarse una ley marco que
estableciera lineamientos generales.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 Aguirre Farías, F. M. (2012). Pensiones... ¿y con qué? México: Fineo
Editores.
 Arenas de Mesa, A. (2019). Sistemas de Pensiones en la Encrucijada:
Desafíos para la Sostenibilidad.
 ASF (2016). Sistema Nacional de Pensiones. Auditoría de Desempeño 15-
0-06100-07-0068. Obtenido de
http://informe.asf.gob.mx/Documentos/Auditorias/2015_0144_a.pdf.

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