Unidad Escritos Apostólicos

Lección Nº1 Enseñanza de fe y obras según Santiago

Texto Áureo Santiago 2:26
Objetivo Que el alumno entienda la unidad entre fe y obra

Introducción
La carta universal de Santiago ha sido objeto de múltiples conflictos a través de la
historia. El mismo Martín Lutero la consideraba una carta menor por estar en aparente
desacuerdo con las enseñanzas neo testamentarias acerca de la justificación por fe
impregnadas en las cartas paulinas.
El gran conflicto que encontramos en ella, hace referencia a su enseñanza acerca de las
obras como medio justificador (2:24). Pablo ocupo gran parte de sus escritos en dar a
conocer que ya no somos justificados por medio de las obras de la Ley, sino por medio
de la fe en Cristo. Ante esto ¿cómo se explica que uno le de tanta importancia a la fe y
otro tanta importancia a las obras? ¿habrá una aparente contradicción entre las
enseñanzas canónicas? La lección de hoy tiene por objeto que se entienda la unidad de
pensamiento entre las enseñanzas de la fe y las obras, como presentan un mismo
razonamiento, una como un inicio y otra como el resultado de este.

I. Justificación Por la Fe
Iniciamos dando por sentado que entendemos (ya visto en unidades pasadas y como
base de fe del creyente) que todos hemos sido justificados por medio de la fe. Veamos
ahora las enseñanzas de Santiago con referencia a las obras

II. Las obras

Para Santiago las obras tienen mucha relevancia dentro de la vida del creyente, tanto así
que asevera lo siguiente:
 Que el creyente es justificado por medio de las obras
(Santiago 2:24)
 Que un creyente apartado de las obras carece de salvación (Santiago 2:14)
Si tomaremos estos versos apartados de su contexto, ajenos al libro por completo, nos
enfrentaríamos a la problemática de una evidente contrariedad en las Escrituras. Pero al
mirar la enseñanza en su total, veremos la armonía de esta.

A. Las obras y la Ley

Sabemos que las enseñanzas paulinas asimilan las obras con la Ley mosaica, ya que esta
obligaba al hombre a justificarse ante Dios por medio de lo que obrara. Ejemplo
 Romanos 3:20, 28
 Gálatas 2:16
 Efesios 2:8-9
Pablo dejó muy en claro que nada de lo que el hombre hiciere como obra le llevará a
justificarse delante del Padre. Además nos enseña que la Ley ha muerto como medio
justificador:
  Gálatas 3:24-26
 Romanos 7:2-6

Entonces ¿cómo armoniza con las enseñanzas de Santiago?

B. La ley de Santiago
Santiago como persona fue un judío celoso de sus tradiciones y por ende ligado al
pensamiento de la Ley, el libro de Hechos da prueba de ello. Por eso, no debe ser raro
que exprese su pensamiento a través de un medio que le era familiar. Así, es el mismo
Santiago quien se encarga de aclarar que no se refiere a la Ley mosaica, sino a una
nueva ley, distinta, una ley que está en la gracia:
 1:25 “…la perfecta ley, la de la LIBERTAD…”
 2:8 “Si en verdad cumplís la ley REAL…”
 2:12 “… ser juzgados por la ley de la LIBERTAD”

Con estos versos podemos echar las bases para entender que en la mente de Santiago
no busca reafirmar la Ley como medio salvífico, sino expresar un medio de explicación
práctico y valedero, en ideas comunes, para sus lectores judíos. La enseñanza eterna es
estar atentos al cumplimiento de una ley (obras) que se adquiere mediante la
justificación por la fe. Desarrollemos esta idea en el siguiente punto.

C. La Fe y las obras
Santiago realiza sus enseñanzas desde el punto posterior a una justificación hecha por
medio de la fe. El aborda el tema de las obras o la ley de las obras, como el resultado de
un corazón que ha creído en fe, y que si ha creído, debe dar pruebas de ello mediantes
sus hechos. Veamos:
 La fe debe ir acompañada no solo de un oír, sino de un hacer, de lo contrario
solo nos engañamos creyendo tener fe (1:22)
 El que persevera en la libertad, siendo hacedor de esta, vivirá en un consecuente
obrar (1:25)
 Debe existir coherencia entre lo que se confiesa (fe) y lo que se hace (obra)
(2:12)
Ante lo anterior, podemos decir con plena certeza que lo que busca Santiago es que cada
creyente que ha sido justificado por medio de la fe, viva conforme a esta justificación
dando prueba de ello mediante sus obras, de lo contrario, simplemente es un persona
que cree creer, pero que esta lejos de aquello. Veamos:
 2:14 no es provechosa la fe sino hay obras, ya que es una falsa fe careciendo de
salvación.
 2:17 una fe que no tiene obras, a la luz de toda la enseñanza ya descrita, es
muerta en sí misma, ya que es falsa
 2:18 se puede demostrar en lo que creo por medio de lo que hago, pero no puedo
demostrar lo que creo si nada hago.
 2:19 prueba de una fe falsa y sin salvación son los demonios, quienes creen (fe)
e incluso tiemblan, pero no por esto serán salvos, ya que sus obras están lejos de
lo establecido por Dios.
 2:20-23, 25 el caso del Padre de la Fe es ejemplo a seguir, si bien es cierto como
explica Pablo que Abraham creyó y le fue contado por justicia, la prueba de ese
 creer se demostró al estar dispuesto a sacrificar a su hijo, obrando en obediencia,
provocando que su fe se perfeccionara por medio de su actuar. Lo mismo Rahab
quien dio muestras de su fe al obrar.
 2:26 la perfecta unidad que hay entre el pensamiento de Pablo y el de Santiago,
se ve en este verso que expresa la importancia del uno y del otro. De la forma
que el cuerpo necesita espíritu para vivir, así también la fe necesita de las obras
para existir.

Conclusión
Al observar nuevamente las aseveraciones de Santiago descritas en el encabezado II,
podemos decir que el apóstol Santiago no buscaba enseñar una nueva forma para ser
declarados justos ante el Padre, sino buscaba que existiera una fe verdadera en él
comprobada a la luz del accionar en nuestra vida. Si no es así, tal vez carecemos de
salvación.
 Unidad Escritos Apostólicos
Lección Nº2 Las obras de la fe en el creyente
Texto Áureo Santiago 2:26
Objetivo Que el alumno conozca el obrar que debe realizar como prueba de su fe

Introducción
La clase pasada vimos como existía una unidad de pensamiento entre la justificación
por la fe y lo que enseña Santiago en referencia a las obras. En esta clase nos
enfocaremos a ver cuáles son las obras que el apóstol nos pide que existan en la vida
del creyente como prueba de una fe verdadera y salvadora.

I. Las obras de la fe
Las siguientes evidencias deben estar en todos aquellos que han creído en fe en Dios:

1. Tener gozo y una actitud paciente en medio de las pruebas (1:2-4; 5:10-11)
2. Tener fe acompañada de convicción (1:5-8)
3. Contentarse con lo que se posee, sabiendo que somos pasajeros (1:9-11)
4. Estar firmes para no ceder ante la tentación (1:12-15)
5. Reconocer las bendiciones de Dios sobre nuestras vidas (1:16-18)
6. Tener dominio propio (1:19-20)
7. Estar dispuestos a recibir la corrección divina con mansedumbre (1:21)
8. Oír la Palabra y ponerla en práctica (1:22-25; 2:12)
9. Mostrar aprecio por el necesitado (1:27a; 2:15-16)
10. Mantener una actitud de santidad (1:27b; 4:4-5)
11. No hacer acepción de persona (2:1-5, 8-9)
12. Obedecer y aceptar toda la Palabra por igual (2:10-11)
13. Ser misericordioso (2:13)
14. Dominar la lengua para no maldecir del projimo (1:26; 3:5, 9-10)
15. Llevar frutos que demuestren nuestra fe (2:17-20; 3:13)
16. Desechar la sabiduría mundanal (doble ánimo, celos, contenciones, mentiras,
perturbaciones, obras perversas, incertidumbre, hipocresías, codicias, asesinato,
envidia, deleites mundanales) (1:8; 3:14-16; 4:1-3)
17. Vivir en la sabiduría divina (pureza, pacificación, amabilidad, benignidad,
misericordia, buenos frutos, paz) (1:5; 3:17-18)
18. Someterse a Dios y resistir al diablo (4:7)
19. Arrepentirse de los pecados (4:8-10)
20. No juzgar (4:11-12)
21. Incluir a Dios en nuestros planes (4:13-17)
22. Ser justos en nuestros deberes (5:4-6)
23. Ser pacientes y afirmar el corazón hasta la venida de Cristo (5:7-8)
24. Ser de palabra (5:12; 1:8)
25. Amar al pecador y hacerle volver al camino (5:19)
Conclusión
Esforcémonos para demostrar que nuestras obras son prueba de nuestra fe. Cultivemos
en nuestra vida el deseo de crecer en Cristo, y demostrar al mundo nuestra fe por
medio de nuestras obras.