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Ciencias políticas y económicas.

Actividad #11:
Un relato mundial.
Organización: ONU.
Por Marie Louisa Wunderli.
Colegio Paulo Freire.
El agua, fuente de vida y preludio de un conflicto.
Dos naciones que comparten frontera en una isla en el norte del atlántico y cerca del continente
de Europa. Desde el principio han compartido aspectos que enmarcan una cultura cercana. Pero
siempre, a pesar de las similitudes, ha existido una tensión, y una amistad, que tambaleaba en la
mayoría del tiempo, debido a la falta de compromiso y de respeto. Pero había sido eso, tensión
por la mala relación entre ambos, nunca se había llegado a una situación que pusiera la seguridad
y la tranquilidad en vilo. Al menos no hasta hacia un corto tiempo.
Aris y Delian comparten igualdad en proporción de terreno, y la vegetación abundante esparcida
en toda la isla, con una gran variedad de especies en flora y fauna. Su principal orgullo que
ambas también poseen en compañía es un enorme lago. Una joya en medio del mar. Por muchos
años estas dos naciones gozaron de su pequeña biodiversidad, pero con la llegada e
intensificación de la Globalización, las cosas comenzaron a cambiar de manera negativa y la
tensión se acrecentó. La competencia de los dos países por llegar a la meta de la cúspide
comercial y la ambición de poder, fue causando estragos en el ambiente hasta el punto que
ambos estaban tan ciegos, que el problema que nunca creyeron o tomaron enserio alguna vez iba
a arribar a su isla.
Ese problema era la escasez de agua.
Todo debido a la inconciencia de proteger su ambiente. A la indiferencia, falta de sentido de
pertenencia y la pérdida de valores.
Ahí, la tensión se convirtió en algo más. Se convirtió en el preludio de una guerra inminente. No
paso mucho para que estallara el verdadero conflicto que se estableció gracias a la lucha de
ambas naciones en reclamar lo poco que quedaba de agua y tomar el control de gran parte del
lago como propio.
Y la violencia no tardó en aparecer.
El miedo y la incertidumbre se arremolinaban dentro de las mismas ciudades y pueblos, y
aquellos que vivían cerca de las fronteras eran los que más inseguridad sentían cada día que
pasaba.
El caos invadía cada rincón, y los enfrentamientos que comenzaron a desatarse, causaron
decenas de muertos que dio paso a la vulneración de derechos humanos.
Muchos de los habitantes en contra del conflicto se opusieron y manifestaron para buscar la paz.
Poco hizo eco en los más enfrascados en continuar el conflicto y pronto las voces de aquellos
que desesperadamente querían las paces quedaron casi en el olvido.
La situación empeoraba, y ninguna de las partes parecían querer llegar a un acuerdo. La ONU
fue entonces que un tiempo después vio la obligación de intervenir en el conflicto de ambas
naciones y por un fin, antes que se convirtiera en una situación irreversible y con consecuencias
aún más nefastas.
La ONU como en muchos otros conflictos envío una operación de mantenimiento de la paz a la
pequeña isla, en la que claramente tenían la intención de establecer un diálogo entre las partes
implicadas y supervisado por un representante enviado por el Secretario General. Y las tropas
que participaron en esta misión fueron concedidas por los Estados Miembros de Francia y del
Reino Unido.
A su llegada contribuyó a la cesación del fuego, a la detención de la violencia, además de tomar
el control del conflicto y pararlo en gran medida. Mientras se trabajaba en la recuperación del
equilibrio entre los civiles en las ciudades, los mediadores se reunieron con los líderes de ambas
naciones para tratar y encontrar una solución pacífica.
Y se advirtió de sanciones económicas que podrían aplicarse, si ninguno llegaba a establecer un
alto o si en el momento de que el acuerdo esté firmado y no cumplan con lo ya acordado.
La amenaza de sanciones y la insistencia de parte de los habitantes tanto de Aris como Delian,
aquellos que veían con más profundidad que la lucha y la desestimación de una unidad, era la
brecha de la paz y que continuando con aquellas acciones no iban a terminar salvando o
protegiendo a nadie. Por eso, el tiempo de terquedad se había casi esfumado de la cabeza de
muchos de los dirigentes, y por fin estaban dispuestos a negociar y a establecer un acuerdo en los
cuales ambos se beneficiarían y pondrían un alto a todo el daño que infringían a su tierra, sus
recursos y sus habitantes.
Luego de una larga charla, ambas partes acordaron acabar con el conflicto y firmar el acuerdo
que la ONU había establecido.
Ambas naciones tenían derecho de poseer parte del lago, claro de proporciones iguales y debían
cuidar el poco recurso que quedaba, con campañas cada poco tiempo para concientizar a los
habitantes de no malgastar el agua y usarlo con medida, además de cuidar su medio ambiente, sin
abusar de sus recursos para las actividades industriales. No alentar a más conflictos y establecer
una relación de apoyo entre ambos países, así cuando el uno lo necesite o tenga una crisis, el otro
debe brindar apoyo inmediato, en lo que disponga.
Era un acuerdo básico pero claro y sólido, que aceptaron los líderes, y quienes también dejaron
en claro su intención de respetar los puntos y velar por su cumplimiento.
Para los habitantes de Aris y Delian supuso un gran alivio al saber que había paz y que el
conflicto que una vez los aterrorizó, quedo como fragmento de su pasado, recordándoles el costo
de esas acciones como un reflejo de lo que puede llegar a ser un conflicto, y demostrándoles que
para solucionar diferencias y otros problemas existen otros medios pacíficos.
Esto les enseño a no volver a repetir el mismo error y también quedo como un ejemplo para otras
naciones.

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