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Estrategias para Precios
Estrategias para Precios
Igual que yo. Pero los estudios nos dicen que eso no importa. Cuando
lees un precio por escrito, tu cerebro lo acompaña de forma no
consciente con la versión auditiva de ese precio (Dehaene, 1992). Ni
siquiera necesitas verbalizar el precio en tu mente: tu cerebro lo hace por
ti lo quieras o no.
Es más probable que comparen el precio de los plazos (99) con el precio
total de la competencia (500). Una diferencia enorme que haría que
nuestra propuesta fuese mucho más atractiva. Pero no te hagas a la idea
equivocada. La gente no es imbécil. Saben que comparar 99 euros con
500 euros no es exacto.
“…los honestos van ‘arriba’, al Cielo, mientras que los pecadores van
‘abajo’, al Infierno. En los medios de comunicación, los críticos dan
‘pulgares arriba’ a las buenas películas y ‘pulgares abajo’ a las
malas. ...La gente que consume drogas está ‘de subidón’, pero cuando la
euforia disminuye llega ‘el bajón’” (Meier y Robinson, 2004, página 243)
Pero, ¿qué tiene que ver eso con el precio? Dado que conceptualizamos
los números más pequeños como pertenecientes al lado izquierdo,
colocar los precios a la izquierda puede hacer que la gente conceptualice
magnitudes más pequeñas, alterando así la percepción del
precio (Coulter, 2002). Dado que también podemos asociar los números
con una magnitud vertical (los números pequeños se corresponden con la
parte de abajo), lo ideal es colocarlos al fondo a la izquierda.
Bonus: Dado que una casa es una compra racional, se suele aumentar el
impacto psicológico usando un número preciso y no redondeado
(362.798,76 €, por ejemplo)
No sólo se usa la táctica del precio inicial elevado, sino que se le asigna
también un valor preciso. Es un estudio, Janiszewski y Uy (2008) pidieron
a los participantes que estimasen el precio real de un televisor de
plasma basado en el precio de venta sugerido. Que era de 4.998, 5.000
ó 5.012 dólares.
¿La guinda del pastel? Incluso si los clientes potenciales no se dan cuenta
conscientemente del ancla numérica del vendedor, no hace falta nada
más que exponerles a ella para que funcione. En las tiendas online, sólo
haría falta mencionar el número total de clientes cerca del precio.
Cuando la gente genere su precio de referencia, ese número elevado
desencadenará el efecto ancla (y su precio de referencia será mayor).
Si el precio está por debajo de 100, es mejor usar un porcentaje (25% de descuento,
por ejemplo)
Si el precio es de más de 100, es mejor usar un valor absoluto (25 dólares de
descuento, por ejemplo)En ambos casos, estaremos escogiendo el descuento
con el número más elevado (que influirá en la percepción de la
magnitud).
Al dar una razón para los descuentos, se refuerza la idea de que ese
precio nuevo es poco habitual. Como el precio es anormal, la gente
tiende menos a asimilarlo dentro de sus precios internos de referencia.