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Reporte de lectura

Fecha:26/08/2022
1er. Trimestre/2do Piso
Felipe de Jesús López Vázquez
1. El desarrollo mental del niño
El desarrollo psíquico del niño da inicio desde que nace hasta la etapa adulta,
es compatible con el crecimiento que va teniendo por las diferentes etapas
(niñez, adolescencia y adultez), y el completo desarrollo de los órganos.
Así pues, Jean Piaget describe que el desarrollo que vamos teniendo, se va
equilibrando, que pasamos de un estado menos equilibrado a un estado
superior de equilibrio. Ya nos lo describe el libro Seis estudios de Psicología
con diferentes patrones por ejemplo en nutrición cuando tenemos hambre y
comemos algún alimento, ya hay un equilibrio en el cuerpo.
Dice el autor Piaget (1964) “La forma final de equilibrio alcanzado por el
crecimiento orgánico es más estática que aquella hacia la cual tiende el
desarrollo mental, y primordialmente más inestable, de tal modo que, una vez
finalizada la evolución ascendente, se inicia automáticamente una evolución
regresiva…” (p.11).
Por lo tanto, para describir la evolución del niño y el adolescente es una
construcción continua, al igual que en las neuronas que se van desarrollando
continuamente, lo mismo sucede con la evolución se van edificando poco a
poco, el autor nos pone como ejemplo la construcción de un gran edificio, que
cada agregación va siendo más sólida, cada una de fases se va de forma
gradual hasta que todo este de modo equilibrado y que vaya siendo más
estable.
Para tener una mejor compresión del desarrollo mental del niño se
distinguen seis etapas o periodos de desarrollo, en la primera etapa se
observan los reflejos o ajustes hereditarios, por ejemplo, cuando el doctor
utiliza el martillo de reflejos para detectar alguna anomalía del sistema nervioso
central. En la segunda etapa las primeras costumbres motrices y las primeras
percepciones organizadas. En la tercera etapa las regulaciones afectivas
elementales y las primeras fijaciones exteriores de la efectividad. Estas
primeras etapas constituyen por sí mismas las primeras del periodo lactante
hasta de 18 meses a 24 meses antes del desarrollo del lenguaje y
pensamiento.
En la cuarta etapa de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos
interindividuales espontáneo que corresponde desde los dos años hasta 7. En
la etapa cinco se da el inicio de la lógica y de los sentimientos sociales de
cooperación, esta corresponde desde los siete hasta los 12 años. La sexta
etapa dice Piaget (1964) “etapa de las operaciones intelectuales abstractas, de
la formación de la personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en la
sociedad de los adultos (adolescencia)” (p.14). Cada una de las etapas se
identifica por la aparición de estructuras originales, cuya construcción se
distingue de las anteriores.
Nos describe Piaget (1964), Claparéde “Ahora bien, tal como ha
demostrado, una necesidad es siempre la manifestación de un desequilibrio:
hay necesidad cuando algo, al margen de nosotros o en nosotros mismos (en
nuestro organismo físico o mental) se ha modificado, y se trata de reajustar la
conducta en función de este cambio” (p.15).
Podemos decir al respecto que una necesidad tiende a la incorporación de
cosas y personas a la actividad propia del sujeto por lo tanto a asimilar las
estructuras ya construidas, y a reajustar los objetos externos. Se puede
denominar «adaptación» al equilibrio de estas asimilaciones y acomodaciones.
El recién nacido y el lactante
Este periodo se extiende entre el nacimiento y la adquisición del lenguaje
del infante que este marcado por su extraordinario desarrollo mental. Además,
hay tres fases entre el origen y el final de este periodo la de los reflejos, la de la
organización de las percepciones y costumbres, y la de la propia inteligencia
sensorio-motriz.
En primer lugar, en los reflejos de succión se van afinando con el ejercicio,
nos pone de ejemplo cunado el niño mama mejor después de las primeras dos
semanas y poco va a conducir sistemáticamente para asimilar una parte del
universo de la succión.
Nos dice Piaget (1964), “Entre los tres y los seis meses (normalmente hacia
los cuatro meses y medio) el lactante empieza a captar lo que ve y esta
capacidad de prensión, y posteriormente de manipulación, duplica su poder de
formar nuevos hábitos” (p.20).
Para construir los actos de inteligencia se pueden evocar dos factores, en
primer lugar, las conductas precedentes se duplican y diferencian cada vez
más hasta adquirir una agilidad para registrar los resultados de la experiencia,
un bebé no se conforma solo con reproducir simples movimientos y gestos,
sino que los varia intencionadamente para ver los resultados.
Hay en ello, por tanto, una asimilación sensorio-motriz comparable con lo que será
posteriormente la asimilación de lo real mediante las nociones y el pensamiento.
El desarrollo intelectual es transformar la representación de las cosas, hasta
modificar o invertir la posición inicial del sujeto en relación a ellas. Según Piaget
(1964),
“pero, por el hecho mismo de esta indisociación primitiva todo lo que es
percibido es centrado sobre la actividad propia…, debido precisamente a que
es inconsciente de sí mismo, mientras que el mundo exterior se objetivará en la
medida en que el yo se construirá como actividad subjetiva o interior” (p.22).
Nos dice Piaget (1964), “El esquema práctico del objeto es la permanencia
sustancial atribuida a los cuadros sensoriales, y es pues, de hecho, la creencia
según la cual una figura percibida corresponde a «algo» que sigue existiendo aun
cuando no se perciba” (p.23). Aquí ejemplifica cuando el lactante reconoce algunos
cuadros sensoriales, además el lactante sabe que al realizar una acción su familiar
estará de nuevo con él. Pero esto no prueba tampoco que el lactante le atribuya
un cuerpo existente en el espacio cuando no la ve.
La conducta implica también los valores de los sentimientos, así pues, la
inteligencia y efectividad constituyen dos aspectos complementarios de toda
conducta humana.
En la segunda fase (percepciones y hábitos), corresponde a una serie de
sentimientos elementales o afectos perceptivos que están relacionados con lo
modalidades de la propio actividad el placer y el dolor, así como los primeros
sentimientos de éxito y fracaso.
Conclusiones
Es fundamental conocer el desarrollo mental del niño, para conocer su
aprendizaje. Al revisar la lectura y recordar lo que vimos en clases aprendí que el
ser humano tiene que tener un equilibrio, que es impulsado por una necesidad o
una pregunta, me doy cuenta de todos los cambios que tenemos que pasar, desde
la madurez de los órganos, las relaciones sociales y que el desarrollo mental es
una construcción continua, y que al final hay una evolución regresiva. En
ocasiones queremos conocer su comportamiento , por que esa conducta, al
analizar la lectura te das cuenta de la importancia que es conocer que hay un
equilibrio, una conducta, como interactúa el lactante con la sociedad, para haya un
equilibrio entre lo que el busca, no ponía el ejemplo la lectura de que si está
cansando necesita reposo. Hay 6 etapas o periodos desarrollo y que cada etapa
constituye un equilibrio y evolución mental, esto finaliza cuando hay una
satisfacción de la necesidad. Me llamo la atención los hábitos que va formando a
lo largo de su desarrollo, hay un paralelismo constante entre la vida afectiva y la
vida intelectual. La conducta en la afectividad e inteligencia son indisociables y
constituyen los dos aspectos complementarios de toda conducta humana. El niño
en las percepciones y hábitos ya empieza la actividad del placer, del dolor y de los
primeros éxitos y fracasos que tendrá en su desarrollo durante la niñez, la etapa
adolescente hasta llegar a la adultez. Todo esto se vincula que tenemos que
conocer como es el aprendizaje del niño desde la teoría psicogenética,
constructivista, teoría del pensamiento complejo hasta llegar a las neurociencias.

Bibliografía
Piaget, J. (1964). Seis estudios de psicología. J. (Marfa, Trad.; 1.ª ed.). Labor (Trabajo
original publicado en Año 1964). https://es.scribd.com/doc/6976248/Jean-Piaget-Seis-
estudios-de-Psicologia.pdf.
Piaget (1964)

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