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CRECIMIENTO Y DESARROLLO NORMAL Y

PEDIATRÍA ANORMAL

CRECIMIENTO Y
DESARROLLO VACUNA BCG

VACUNA BCG

Vacuna BCG: Es una preparación de bacterias vivas atenuadas derivadas de un cultivo de bacilos de Calmette y
Guérin (Mycobacterium bovis)

Tuberculosis: La Tuberculosis (Tb) es una enfermedad infecciosa producida por el Mycobacterium tuberculosis,
bacilo ácido alcohol resistente (BAAR). La infección se transmite por vía respiratoria, inhalando gotitas contaminadas
procedentes de enfermos bacilíferos (pacientes con baciloscopia de esputo positiva).

Es una enfermedad de distribución universal endémica, predomina en los estratos socioeconómicos bajos, sin
embargo, también se presenta en otros estratos sociales. Su reservorio principalmente es el ser humano. En algunas
zonas, afecta al ganado vacuno y en raras ocasiones a los primates, los tejones u otros mamíferos.

En el 2014, se estima que enfermaron de Tb 9.6 millones de personas en el mundo de los cuales 5.4 millones fueron
hombres, 3.2 millones mujeres y 1 millón de niños; del total, el 12% fue VIH positivo. En ese año, la Tb causó 1.5
millones de muertes, de ellas 0.4 millones fueron personas coinfectadas con VIH y cerca de 150,000 fueron niños.

La meningitis tuberculosa se considera una forma diseminada grave de tuberculosis primaria. No obstante que se ha
mejorado el indicador de reducir la mortalidad en los niños menores de 5 años, la tuberculosis meníngea aún es
causal de mortalidad y se ha notado incremento en la edad escolar y adolescencia. Lo cual amerita reforzar la
profilaxis, la identificación de casos bacilíferos y fortalecer la aplicación de la vacuna BCG.

La vacuna BCG protege de las formas graves de Tb, en especial la tuberculosis miliar y la meningitis tuberculosa. A
pesar de los avances en el diagnóstico, tratamiento y mejora de la notificación de los nuevos casos, Tb continúa
siendo una de las más grandes amenazas de salud.

Factores de riesgo

El mayor riesgo de infección guarda relación directa con la magnitud de la exposición y al parecer con factores
genéticos del huésped. El riesgo de desarrollar la enfermedad varía en función de la edad, siendo más alta en
mayores de 10 años mientras que la presencia de formas graves predomina en menores de 5 años. Otros factores
que influyen son:

Bajo peso al nacimiento (menos de 2 kg)


Desnutrición
Diabetes Mellitus
Insuficiencia renal crónica
Infección por VIH y otras formas de inmunosupresión primaria o adquirida (tratamiento con esteroides y/o
quimioterapia).

El complejo mycobacterium tuberculosis: M. tuberculosis, M. canetti, M. bovis, M. microti, M. africanum, son BAAR.
Todos ellos son agentes patógenos de los seres humanos y M. bovis principalmente del ganado vacuno. Pertenecen
a la familia Mycobacteriaceae del orden Actinomicetales y son microorganismos aerobios estrictos.

El mecanismo de transmisión es por contacto con secreciones nasofaríngeas de personas con tuberculosis pulmonar
activa y bacilífera, por ingestión de leche sin pasteurizar u otros productos lácteos no pasteurizados contaminados
con M. tuberculosis o M. bovis y por la vía transplacentaria.

El periodo de incubación va desde el momento de la infección hasta que aparece la lesión primaria, de 4 a 12
semanas, sin embargo, pueden transcurrir meses o años entre la infección y la enfermedad tuberculosa.

Inmunidad

Los linfocitos y los macrófagos activados producen la inmunidad protectora en la tuberculosis. El bacilo ingresa al
organismo por las vías respiratorias a través de la inhalación de gotitas de secreción o aerosoles contaminantes al ser
inhalados llegan al pulmón, donde se reproduce la micobacteria. La infección se establece al ser fagocitado por los
macrófagos alveolares y las células epiteliales de las vías aéreas, en donde se replica y se disemina a través de
conductos linfáticos.

La edad promedio de presentación de tuberculosis meníngea es entre los 7 a 11 meses de edad; el tiempo promedio
de la primoinfección es tres meses previos al inicio del síndrome meníngeo, por ello la edad óptima de vacunación es
antes de la edad promedio de infección, es decir en el periodo de recién nacido.

Los niños representan entre el 10-20% del total de enfermos. El foco primario habitualmente es el pulmonar y por lo
general se adquiere por el contacto con un adulto enfermo. La infección tiende a generalizarse en los menores de 5
años y en niños con desnutrición o con enfermedades que ocasionan algún grado de inmunosupresión. En la mayoría
de los casos la infección primaria cursa asintomática o con síntomas inespecíficos (fiebre, malestar general, tos). Un
pequeño porcentaje de niños desarrollará enfermedad pulmonar (neumonía, derrame pleural) y/o extrapulmonar
grave (meningitis, tuberculosis miliar) en los 12 meses siguientes a la infección; un porcentaje más reducido
desarrollará manifestaciones renales u óseas hasta 12 meses después de adquirir la infección.

PREVENCIÓN

Vacuna BCG

La vacuna BCG fue desarrollada por Albert Calmette y Camille Guérin a partir de una cepa de Mycobacterium bovis
aislada de una vaca con mastitis tuberculosa en el Instituto Pasteur en Lille, Francia. Después de 13 años de haber
realizado siembras en papa glicerinada, lograron una cepa atenuada. Fue administrada por primera vez en 1921 en
humanos. En 1928, la Liga de las Naciones recomendó la vacunación con BCG; desde entonces, más de tres mil
millones de personas han sido inmunizados con la vacuna en todo el mundo. En 1974 se introdujo en el programa de
inmunización de la OMS, actualmente se recomienda que países donde existía alta prevalencia de tuberculosis se
aplique lo más pronto posible después del nacimiento.

En México se inició la vacunación con BCG en 1951, y desde 1993 se incorporó al Programa de Vacunación
Universal, la cobertura de vacunación en los menores de cinco años se mantiene alrededor de 95%.

La vacuna se presenta en una ampolleta o frasco ámpula de color ámbar con liofilizado y una ampolleta o frasco
ámpula con 1 mL de solución salina isotónica inyectable para reconstituir (10 dosis de 0.1 mL cada una). Un agente
estabilizador, como el glutamato monosódico o la albúmina, se agrega a la preparación, pero no se le añade ni
adyuvante ni agente conservador.

La vacuna se debe mantener a una temperatura de 2ºC a 8ºC.

El efecto protector de la vacuna puede verse afectado por diversos factores, como son:

El manejo de la cadena de frío


La técnica inadecuada para la aplicación
Medio ambiente
Características de la población o diferente preparación de BCG.

La vacuna no evita la enfermedad en personas expuestas al bacilo, sin embargo, evita las formas graves y la
diseminación linfohematógena de la enfermedad. Para tuberculosis pulmonar el rango de eficacia en diferentes
estudios está entre el 2% y el 80%. Para formas extrapulmonares la eficacia es de 74 a 85%. La duración del efecto
protector tiene un rango de 10 a 60 años, aunque no se conoce con certeza.

Posterior a la vacunación, se desarrolla la respuesta inmunitaria entre 8 y 14 semanas, lo cual se pone de manifiesto
a través de la reacción a la prueba tuberculínica (PPD).

Esquema, dosificación, vía y sitio de aplicación

Se debe asegurar la vacunación a todos los niños recién nacidos con peso >2000 g previo a su egreso del hospital o
en el primer contacto con los servicios de salud, preferentemente antes del año.

Indicaciones

Para la inmunización activa contra las formas graves de tuberculosis (miliar y meníngea).
Vacunación habitual en todos los recién nacidos con peso >2,000 gramos, previo a su egreso del hospital.
Vacunar a niños menores de 5 años y excepcionalmente a los menores de 14 años, que no hayan sido
vacunados; o en el primer contacto con los servicios de salud antes del año de edad. Por ejemplo, niños
provenientes de países donde no se administre la vacuna BCG.
Niños no vacunados que tengan PPD no reactor y estén expuestos a personas con tuberculosis.

Contraindicaciones

Embarazo.
Enfermos de leucemia.
Enfermos con tratamiento inmunosupresor (corticoesteroides, antimetabolitos, agentes alquilantes, radiaciones,
etc.), evitar la vacunación durante el tratamiento.
Pacientes con inmunodeficiencias primarias (IDP) no se vacunan. En niños con antecedentes de hermanos
fallecidos precozmente por sospecha de IDP o con sospecha clínica o diagnóstico confirmado de IDP, es
preferible descartar la enfermedad antes de vacunar.

Precauciones

Enfermedad moderada o grave, con o sin fiebre, posponer la vacunación.


Recién nacidos con peso menor de 2,000 gramos, posponer la vacunación hasta alcanzar el peso igual o mayor
a 2,000 g.
Diferir la vacunación en las personas con enfermedad de la piel como eczema, dermatitis, ictiosis, psoriasis o
hemangiomas, hasta que la piel no tenga lesiones; o se puede colocar la vacuna BCG alejada de las lesiones o
en el lado contralateral en piel sana.
Es desnutrición grave, angiopatías o hemopatías graves posponer la vacunación hasta la resolución de la
enfermedad.
Posponer la vacunación en las personas que reciben tratamiento para la infección latente de la tuberculosis, por
la probabilidad de que la terapia inactive la vacuna BCG.
Debido al riesgo de linfadenitis regional, no se debe administrar ninguna vacuna adicional en el brazo utilizado
para la vacunación con BCG, durante al menos tres meses. La aplicación simultánea con otras vacunas es
posible siempre y cuando no sea en la misma extremidad.
El BCG puede ser administrado al mismo tiempo que otras vacunas vivas atenuadas parenterales, incluyendo
vacunas contra sarampión, rubéola, parotiditis, varicela, herpes zoster o fiebre amarilla. Si no es posible, es
preferible separar por al menos 4 semanas de intervalo entre ellas. Puede administrarse de manera simultánea
o con cualquier intervalo con vacunas inactivadas o vacunas orales.
La administración reciente de transfusiones sanguíneas o de inmunoglobulinas no contraindica la aplicación de
BCG, en caso de una transfusión sólo hay que esperar el periodo de observación para las reacciones
transfusionales (24 horas) y aplicar la vacuna BCG.
Existe riesgo elevado de desarrollo de BCG generalizada (diseminada) en los lactantes infectados por el VIH,
por lo que la vacuna BCG no se debe utilizar en los niños que se sabe tienen dicha infección (VIH positivos
confirmado por laboratorio), tengan o no síntomas.
Se considera que puede recibir la vacuna antes del alta hospitalaria, el recién nacido asintomático hijo de madre
VIH positiva, siempre y cuando la mamá se encuentre tomando tratamiento antirretroviral y tenga una carga viral
indetectable alrededor del nacimiento, de lo contrario no se le administre la vacuna al recién nacido. Sin
embargo, lo ideal es que se difiera la vacunación con BCG en los recién nacidos de madres que se sospecha o
se sabe que son positivas a VIH, hasta que se descarte la infección por el VIH en el bebé.
No se administra la vacuna en el recién nacido hijo de madre VIH positiva cuando la mamá no reciba
tratamiento antirretroviral o profilaxis antirretroviral durante el parto o que tenga carga viral elevada o
desconocida. En estos casos antes de aplicar la vacuna, primero se debe descartar infección perinatal mediante
el resultado negativo de dos estudios de PCR para VIH en el recién nacido.

Eventos supuestamente atribuibles a la vacunación con BCG

Los eventos adversos están relacionados con el tipo de la cepa, la dosis, la edad y la técnica de aplicación de la
vacuna.

Entre el 90 al 95% de las personas vacunadas con la BCG presentan una reacción local, con eritema, induración y
dolor seguido de cicatrización en los tres meses siguientes. La evolución habitual en un paciente vacunado con BCG
es la siguiente: al aplicar la vacuna aparece una pápula edematosa que permanece 15 a 30 minutos. Después de 2 a
3 semanas aparece una mácula (mancha roja) que se puede endurecer al cabo de la tercera y cuarta semanas. Entre
la cuarta y sexta semanas aparece un nódulo eritematoso en el sitio de aplicación, que puede aumentar en 1 a 2
semanas más, en algunos casos con formación de un absceso y desarrollo de una pequeña úlcera que deja escapar
serosidad. La zona de vacunación debe ser lavada con agua y jabón durante el baño, no requiere la aplicación de
soluciones antisépticas ni de manipulación.

Entre la 6a y 12a semanas aparece la costra que posteriormente se desprenderá dejando una cicatriz queloide,
generalmente menor a 10 mm de diámetro, pero que dependerá de la piel de cada niño y perdura toda la vida. Esta
cicatriz está ausente en 10 a 20% de los vacunados, sin que se asocie con la falta de protección, por lo que no es una
indicación de revacunación. La presencia de la cicatriz o el diámetro de la reacción no predice la inmunidad frente a la
enfermedad; y la ausencia de la cicatriz no es indicativo de que la persona no ha sido vacunada.

La aparición de un nódulo precoz o el desarrollo de la úlcera de forma exagerada y rápida, en la primera semana
posterior a la aplicación de la vacuna, antes de la 4a semana, obliga a descartar de forma inmediata infección por
tuberculosis adquirida previamente y estado inmune del vacunado, por lo que es importante la adecuada vigilancia de
la evolución de la lesión y el estudio y seguimiento del paciente para confirmar o descartar enfermedad.

La linfadenitis simple o no supurativa se presenta entre el 1 y 6% de los vacunados, hasta 6 meses después de la
vacunación (generalmente alrededor de 2 a 4 meses después de la vacunación) presentan crecimiento de 1 a 2
nódulos linfáticos regionales (axilares, supraclaviculares 18%, cervical 24% del mismo lado de la aplicación de la
vacuna) de más de un centímetro, está asociada a la administración subcutánea en vez de intradérmica. La
recuperación de la linfadenitis axilar o cervical suele ser espontánea.

La linfadenitis supurativa local y regional se presenta en 387 casos por millón de personas vacunadas; especialmente
cuando la BCG se administra de forma subcutánea o la dosis es mayor que la establecida. El ganglio linfático es
mayor a 1.5 cm de diámetro, tiene trayecto fistuloso, es ipsilateral al sitio donde se aplicó la vacuna, hay cambios en
la piel subyacente. La linfadenitis supurativa local se presenta en los siguientes cinco a seis meses después de la
vacunación, y persiste por varias semanas. La linfadenitis regional que aparece en los primeros 2 meses, la presencia
de adenopatías de 3 cm o más y las lesiones que persisten por más de 6 meses o fistulizan, deben ser revisadas por
el especialista.

Los factores relacionados para el desarrollo de linfadenitis son una inadecuada técnica (aplicación subcutánea),
exceso de dosis (megadosis), la virulencia residual de la cepa vacunal y, la concentración de las partículas vivas
(viabilidad del producto final).

Las reacciones anafilácticas y alérgicas son muy raras con BCG.

La enfermedad tuberculosa diseminada, “BCGosis” o también llamada BCG diseminada es muy rara, con una
prevalencia estimada de 0.59 / 1 millón, el microrganismo (M. bovis de la vacuna) está presente en al menos dos
sitios anatómicos a distancia de la zona de vacunación, o al menos en sangre o médula ósea. La presencia de M.
bovis en el esputo y el líquido pleural es un sitio infección diseminada por BCG, se manifiesta por afectación sistémica
con fiebre, pérdida de peso, anemia, linfadenopatía y hepato-esplenomegalia.

La BCGosis se expresa como sepsis del lactante y puede ser mortal en niños con inmunodeficiencia primaria (IDP) o
infección por VIH. Los tres tipos de IDP más relacionadas con BCGosis son la inmunodeficiencia combinada severa,
el síndrome de susceptibilidad mendeliana a infecciones micobacterianas y la enfermedad granulomatosa crónica.
Los niños infectados con el VIH tienen un riesgo muy elevado de desarrollar una infección diseminada por BCG
(9,920/1 millón); además pueden presentar el síndrome inflamatorio de reconstitución inmunitaria por BCG dentro de
los 3 meses siguientes a la iniciación de la terapia antirretroviral, la cual es una infección latente por el bacilo de la
vacuna que se hace evidente una vez que el sistema inmunitario recupera su función (3 a 14.8%). El retraso en el
diagnóstico de la BCGosis alcanza una tasa de mortalidad del 80% incluso bajo tratamiento. Puede ocurrir una doble
infección por M. tuberculosis y M. bovis; esto es, que desarrolle linfadenopatía regional por BCG asociada a la
infección pulmonar con M. tuberculosis. La evaluación por un especialista debe ser inmediata para iniciar tratamiento.

La osteítis/osteomielitis por BCG es una complicación rara y grave, afecta la epífisis de huesos largos y puede ocurrir
años después de aplicada la vacuna; en estos casos está indicado el tratamiento antituberculoso.

Otras complicaciones infrecuentes comprenden lesiones granulomatosas y tuberculoides, exantemas generalizados,


histiocitomas e infiltrados neumónicos por BCG; estos últimos se relacionan con la aspiración occidental del producto.

Con frecuencia se ha observado eritema alrededor y en el sitio de la aplicación del BCG o formación de costras en el
sitio de la inoculación del bacilo de Calmette-Guérin en la Enfermedad de Kawasaki (EK), que es una vasculitis
multisistémica aguda, autolimitada y febril que afecta a niños.

Medidas de control

En el caso del recién nacido que vive en un medio bacilífero, por ejemplo que la madre se encuentre enferma con
tuberculosis, es importante descartar infección en él, por lo que se deberá realizar un completo historial clínico, una
revisión exhaustiva del paciente para descartar tuberculosis congénita o neonatal, realizar pruebas de gabinete y
laboratorio (PPD, radiografía de tórax AP y lateral, cultivos de jugo gástrico u otra secreción o líquido, pruebas
moleculares, etc.) de preferencia en un medio hospitalario; con la anterior y de acuerdo al estadio en el que se
encuentre la madre se deberá determinar el manejo del recién nacido:

Si la madre tiene baciloscopías positivas, con o sin tratamiento contra tuberculosis, y en el recién nacido se ha
descartado la infección y clínicamente se encuentra bien, es importante iniciar quimioprofilaxis con isoniacida en
el bebé y posteriormente valorar con PPD aplicar o no la vacuna BCG, su seguimiento será por 2 años.
Cuando la madre haya completado el tratamiento con tuberculosis previo al embarazo, con baciloscopías
negativas y, el recién nacido se encuentre sano, se deberá aplicar la vacuna BCG sin quimioprofilaxis. Es
prioridad la búsqueda de contactos de todo adulto con tuberculosis para detección de otros casos, sean o no
menores de 5 años.

Manual de vacunación. Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia. 24 de noviembre de 2017.
https://www.gob.mx/salud%7Ccensia/documentos/manual-de-vacunacion-edicion-2017

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