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Habitando territorios: las familias

María Eugenia Otero

Según se sabe en el África negra y en la América indígena, tu familia es tu aldea completa,


con todos sus vivos y sus muertos. Y tu parentela no termina en los humanos. Tu familia
también te habla en la crepitación del fuego, en el rumor del agua que corre, en la
respiración del bosque, en las voces del viento, en la furia del trueno, en la lluvia que te
besa y en el canterío de los pájaros que saludan tus pasos…”

Eduardo Galeano- Familia

La pintora desliza su mano por la tela, como si la atravesara, un movimiento casi


imperceptible, el dolor del cuerpo, se tiñe con los colores de la paleta.

El calendario señala 1936. En la sombría Alemania, Hitler prohíbe los matrimonios


interraciales, y los árboles genealógicos se alzan como esfinges para demostrar la pureza de
la sangre.

En México, hinchada de rebeldía, Frida pinta a sus padres y a sus abuelos, (1) una mezcla
de sangre y continente, acompaña la reivindicación de sus orígenes mixtos. Su padre
alemán, de origen judío y su madre mexicana de padre indio y madre española. Todos,
incluida Frida en distintas versiones, están enlazados por una cinta roja. El mar, la tierra
mexicana y el patio de su casa azul, son la geografía elegida para deslizar la potencia de la
vida.

Cuerpo y psique enraizados, la subjetividad deviene integridad psicosomática, contextuada


en una genealogía. Una matriz simbólica, una usina que provee al cuerpo de una historia,
marcada por los antecedentes históricos libidinales acuñados y por la pertenencia a un
grupo familiar-cultural.

La territorialidad, hace referencia a una configuración abstracta, es una metáfora para


designar el espacio en el que se producen los movimientos del pensamiento, la circulación
de las intensidades deseantes. Es el soporte formal que configura el sentido y posibilita el
acontecimiento. (Díaz E, 2010).

La familia, territorio, espacio abierto para la producción de subjetividad. Lejos de pensar en


una geografía preocupada por las limitaciones, los lugares y las regiones, derivamos nuestra
mirada, hacia un pensamiento múltiple, de la mano de Deleuze y Guattari, (2) nos situamos
en una geografía secundada por la multiplicidad. De este modo, el territorio es pensado
como una construcción social, donde la subjetividad se anida y el deseo se vuelve su motor.

Un territorio es un acto, una relación, un ritmo, un movimiento desiderativo. En él pueden


(3)
abrirse diversas líneas de fuga para salir de un curso establecido implica también,
movimientos de apertura y despegue que promueven nuevas construcciones (4) Lo
imprevisible, el devenir y la creatividad son elementos esenciales para diseñar y conquistar
nuevas geografías.

Pensar entonces la familia, como una organización abierta, compleja, multidimensional y


fluctuante, entramada en la red: sujeto- vínculo- cultura, propone Ma. Cristina Rojas
(2007), implica la consideración de la misma, como un entramado intersubjetivo, una
matriz que tallará el devenir de los procesos de subjetivación en la infancia y en la
adolescencia.

Lo diverso, en las modalidades vinculares actuales, lo múltiple en las nuevas


configuraciones, hace posible pensar el pasaje de la “familia” a “las familias”. Deconstruir
y poner en tensión la figura de la familia de la modernidad, conlleva la consideración de las
familias como escenarios micropolíticos, en los cuales se despliegan procesos
inconscientes, territorios caracterizados por el flujo y la diversidad, pero también, como
señala Rojas (2007) por puntos de anclaje y permanencias, más allá de las funciones que se
despliegan en ellas.

Desataco la constitución del psiquismo en niños y adolescentes y su anclaje en las


funciones parentales. La familia pensada como una red de relaciones: funciones de
contención, sostenimiento y diferenciación, de establecimiento de mutuos intercambios e
incidencias en el espacio intergeneracional, de ligaduras y vínculos con otros, conector con
otras instancias sociales. El azar, lo aleatorio y lo múltiple se despliegan en el escenario de
un sistema abierto y complejo.

Durante un período histórico que se corresponde con la modernidad, la organización de la


familia conyugal, heterosexual se constituyó en occidente como un modelo relativamente
estable y hegemónico. Su predominancia, implantó en la cultura un modelo organizado en
torno de la autoridad del Padre. Se naturalizó su estructura congelando La Familia como
forma clásica, ejemplar y sagrada. Fue sobre esta estructura de la familia que el
psicoanálisis teorizó y produjo gran parte de sus desarrollos. Su estructura triangular
constituyó un campo privilegiado para la descripción de funciones que se recortan como
funciones simbólicas. Lugar del Padre, lugar de la Madre, lugar del Hijo, definiendo así,
las relaciones entre las partes y circunscribiendo el lugar de origen y circulación del deseo.
También de allí supo desprender el psicoanálisis “los complejos” y sus efectos en el
psiquismo, como factor esencialmente inconsciente.

La posmodernidad con sus cambios epocales, sociales y culturales, trajo otros modos de
organización familiar que provocaron, entre otras cosas, la caída de LA familia como
átomo de parentesco, modelo exclusivo de organización de los vínculos filiatorios, como
unidad de linaje (Lacan, 1938/2012), como organización triangular conyugal, reguladora de
las sexualidades y las reproducciones. Se incorporaron otros modos de organización
vincular, de filiación-afiliación y de crianza. Los vínculos de alianza y consanguíneos,
propios de la familia nuclear, se vieron sobrepasados y otras fórmulas de crianza más
cercanas a vínculos solidarios, replantearon la parentalidad no limitada a las tradicionales
estructuras de parentesco (Lévi-Strauss C1981). Su condición de grupalidad al servicio de
la crianza en un entramado vincular, posibilitó definir nuevos lugares y modos de relación,
también fundantes de subjetividad, por fuera de la clásica triangulación Madre-Padre-
Hijo/a.

En la actualidad se nos presentan familias en distintos estados de organización, ampliando


el universo de las funciones familiares y cuestionando ciertos lugares fijos, naturalizados.
Nuevos estados, territorios de organización familiar que conviven sin que ninguno
hegemonice o imponga su formato sobre otros.
En nuestro país estos cambios en la organización familiar son regulados por una
legislación(5) que ha entrado recientemente en vigencia, y que ha incorporado novedosas
normativas que los acompañan. Las transformaciones de la familia, de las cuales el discurso
jurídico se ha hecho cargo, nos demanda a quienes trabajamos con
niños/as/adolescentes/familias, actualizaciones que traen consecuencias en nuestros
conceptos y nuestra práctica, que deben ser revisadas a la luz de estos nuevos discursos.

Sorprendidos por la vertiginosidad de las transformaciones, no hace falta esperar tanto


tiempo para que los cambios culturales nos obliguen a re-pensar la cuestión, y en esto el
Psicoanálisis nos sigue acompañando. Esta turbulencia social producirá efectos sobre la
escena psicoanalítica, por el lado de los pacientes y de la formación de los
clínicos (Derrida y Roudinesco, 2003, p. 46).

El psicoanálisis en su carácter de pensamiento abierto, tiene que incorporar y producir a


partir de esta nueva realidad que pide nuevas simbolizaciones. Un pensamiento
actualizado sobre las condiciones de producción de subjetividad en la niñez/adolescencia
necesariamente se presenta como un pensamiento interdisciplinar. Este trabajo
interdisciplinario cobra especial valor, señala A. Grassi (2017), cuando se trata de los
Derechos de los niños y lo que venimos destacando sobre el sentido de “escuchar” al niño.
Escuchar teniendo en cuenta que “ser escuchado” es un derecho que debe tener lugar en el
espacio jurídico, pero que planteado en un trabajo interdisciplinario, el derecho a ser
escuchado, es el derecho a que se sepa leer su discurso en los distintos niveles que el
psicoanálisis supo diferenciar como manifiesto y latente, y nunca por fuera del discurso
familiar, donde se inscribe. Ese lugar geométrico, donde se constituye en sujeto singular, y
sujeto de grupo, es donde su palabra puede quedar alienada. A la vez no se trata solamente
de “escuchar”, sino de leer sus producciones gráficas, sus juegos, sus modelados, y en otro
plano sus síntomas, si se quiere tomar el término escuchar en toda su amplitud.

A través de un fallo inédito una jueza de familia de Tucumán reconoció la triple filiación
de una nena de nueve años que no quería elegir entre sus dos papás: “Juli tenés razón,
cuando decís que no querés elegir entre tus dos papás tenés derecho a conservar a los dos.
También tenés razón al no permitir a los grandes- y admiro tanta valentía- que te exijan
este tipo de elección. No hay nada que elegir vos no tenés que elegir entre J y R. Porque
según lo que hablamos y me hiciste saber, es que sentís que los dos son tus papás. Listo,
esto es lo importante y así lo voy a escribir en esta sentencia. Esto quiere decir, que voy a
hacer que el Estado registre en tu acta de nacimiento a R además de J y a L (su madre). A
los tres: con lo cual vos vas a tener en los papeles (acta) dos papás y una mamá. Y con eso,
ellos tres tienen los mismos derechos y obligaciones (ellos con vos y vos con ellos)”,
manifestó la magistrada en la resolución, en la que se dirigió a la niña en un lenguaje claro,
cercano y con una tipografía especial, (Comic Sans) para aumentar la cercanía entre las
dos. (7)

Los avances que muestra el discurso jurídico, debieran correlacionarse con


transformaciones en el trabajo clínico con niños/adolescentes, dados los entrecruzamientos
discursivos que plantea la familia como instancia productora de subjetividades.

Las concepciones contemporáneas de vínculo nos invitan a pensar suplementariamente, (7)


señala Berenstein (2004) desde una lógica que parte del Dos, desde la acción de lo vincular
que habilita a una multiplicidad de orígenes que no conforman una unidad sino que se
reúnen y sostienen en la diversidad (Altobelli, Guaragna, Otero 2019)

No solo desde el amparo materno se sostiene la subjetividad del naciente. Esto implica
pensar el encuentro parento-filial desde una perspectiva de hospitalidad (Derrida, 2008;
Kleiman, 2011) allí, se construyen el lugar parental y el lugar del niño. La hospitalidad en
tanto gesto que invita a advenir, a habitar un espacio que no se prefigura anticipadamente,
que no define un huésped y un anfitrión.

Las familias, como un rizoma se despliegan convirtiéndose, en un mapa con múltiples


entradas, promoviendo el recorrido de un territorio en varios sentidos. El mapa no produce
algo cerrado sobre sí mismo, reconstruye impulsando nuevos espacios, senderos diversos,
aperturas inéditas hacia dimensiones no calcadas. (Díaz E ,2010).
Bibliografía:

Altobelli, H Guaragna Agustina y Otero Ma. Eugenia (2019) El devenir niño y adolescente.
Violencia, funciones parentales y sus efectos de poder. En Grassi, A. y Otero, Ma.E. (Comps.)
Entramados vinculares y subjetividad. Niños, niñas, adolescentes y familias en psicoanálisis. Buenos
Aires: Entreideas

Derrida, J (2008) La hospitalidad. Buenos Aires: Ediciones de la Flor

Derrida J y Roudinesco E (2003) Y mañana qué… Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica

Kleiman, S (2011) Familias con niños y adolescentes Buenos Aires: Ediciones del hospital

Díaz, E: (2014) “La investigación habitada por devenires.” En: Gilles Deleuze y la ciencia.
Modulaciones epistemológicas II. Buenos Aires: Biblos

----------- (2010) “Para leer Rizoma” en: Entre la tecnociencia y el deseo. La construcción de una
epistemología ampliada. Buenos Aires: Biblos

Grassi, A y Otero Ma. Eugenia (2017) Subjetividad, estados familiares y el signo de lo epocal. Inédito

Lacan, J. (2012). Los complejos familiares en la formación del individuo: ensayo de análisis de una
función en psicología. En Otros escritos pp. 33 96. Buenos Aires: Paidós. (Trabajo original publicado
en 1938)

Lastra S y Ma. E. Otero (2019) Lecturas de Piera Aulagnier. Construcciones acerca de la clínica y la
transmisión docente. En: Grassi, A. y Otero, Ma.E. (Comps.) Entramados vinculares y subjetividad.
Niños, niñas, adolescentes y familias en psicoanálisis. Buenos Aires: Entreideas

Lévi-Strauss, C. (1981). Las estructuras elementales del parentesco. Barcelona: Paidós

Otero, Ma. E (2018) Territorios adolescentes. Cartografías de un devenir en Territorios Adolescentes


y entretiempo de la sexuación A. Grassi- Comp. Buenos Aires: Entreideas,

Rojas, Ma. C Pensar la/s familia/s hoy: estar solo con otro. La familia más allá de la sangre. Artículo
Revista: Psicoanálisis e Intersubjetividad N 2. Año 2007

Roudinesco, E. (2003). La familia en desorden. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.


Notas:

1- Frida Kahlo: “Mis abuelos, mis padres y yo” 1936. Óleo y témpera sobre cinc 30 x 340 cm MOMA,
Nueva York
2- Filósofos post estructuralistas ligados a las llamadas filosofías de la diferencia que marcan la
postmodernidad. El post estructuralismo afirma lo fortuito, lo aleatorio, la diferencia y trata de superar
la tendencia de contemplar la realidad como la unión de dos opuestos. La filosofía de Deleuze y
Guattari es denominada por los propios autores como una “teoría de las multiplicidades”, lo que
implica superar las dicotomías entre consciente e inconsciente, historia y naturaleza, cuerpo y alma
3- Los procesos de desterritorialización están constituidos por líneas de fuga, huidas, devenires, flujos de
deseo que escapan a las estructuras de organización y control
4- La operación de reterritorialización es aquella mediante la cual el poder establecido, reacomoda un
territorio que ha sufrido desterritorializaciones
5- Ver el nuevo Código Civil, especialmente el Libro segundo donde se plantean las relaciones de
Familia. También sobre la titularidad y ejercicio de la responsabilidad parental, sobre los deberes y
derechos de los progenitores, sobre el cuidado de los hijos, de los hijos afines. Todas cuestiones a
tener en cuenta especialmente cuando se presentan casos de divorcios.
6- Articulo Página 12 “Juli tenés razón”, el fallo de una jueza de familia que terminó con la pelea de dos
papás”. 17-2-2020 Buenos Aires
7- Como destaca Isidoro Berenstein, “El termino suplemento o suplementario describe una pieza
agregada que nunca formará parte de aquello que sostiene o completa” 2004:24

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