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BALOTA 1
1. ¿Cuál es el objeto y método del Derecho Constitucional?
Objeto del Derecho Constitucional
Para Antonio Esmein el Derecho Constitucional tiene un triple objeto:
- Determinar la forma del Estado.
- Establecer la forma de los órganos del Gobierno.
- Fijar los límites de los derechos del Estado.
Para Andrés Houriou el Derecho Constitucional tiene por objeto la Constitución Política y Social del Estado.
Método del Derecho Constitucional
Etimológicamente método significa "camino a seguir". Desde un punto de vista científico, método es el recorrido
intelectual que emprende todo investigador para llegar al conocimiento de la verdad, es el procedimiento
ordenado para abordar el conocimiento científico.
En las Ciencias Jurídicas, el método es la interpretación jurídica que utilizan los ciudadanos, jueces, abogados y
funcionarios para determinar el contenido y alcance del derecho.
Existen dos métodos que presiden las investigaciones constitucionales, estos son:
o Método inductivo: Parte de la observación, comprobación y experimentación de casos particulares para
llegar a un principio general.
o Método deductivo: Parte de un principio general hacia casos particulares.
Por otro lado, los demás métodos derivan de aquella ramificación y son:
o Método exegético: Se ocupa fundamentalmente en determinar el sentido de la norma constitucional,
según el tenor literal y la lógica del "espíritu del legislador"; es decir, este método se atiene a lo que
señala el texto de la norma constitucional.
o Método teleológico: Con este método, el intérprete precisa el contenido de la norma constitucional
según su sentido finalista, es decir, por lo que buscaba el legislador al expedir esta noma.
- Redacte una demanda de Amparo solicitando se disponga la inclusión de un candidato al Congreso en la lista
de su partido, habiéndose declarado improcedente su inscripción por ser invidente y analfabeto.
EXPEDIENTE N°:
SECRETARIO:
CUADERNO:
ESCRITO: N° 01-2021
SUMILLA: Demanda de amparo
SEÑOR JUEZ ESPECIALIZADO DEL JUZGADO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPERIOR DE LIMA
Carmen Rosa Enciso Soto, identificada con Documento Nacional de Identidad N° 47241334, con domicilio real en Pasaje Santiago N°
161, Urbanización Santa Isolina, Comas, provincia y departamento de Lima, señalando domicilio procesal en la Casilla N° 4724 del
Colegio de Abogados de Lima; ante Usted me presento y respetuosamente digo:
I. PETITORIO
Al amparo del numeral 2 del artículo 200 de la Constitución Política del Perú de 1993 y del artículo 2 del Código Procesal
Constitucional, interpongo Demanda de Amparo contra el Tribunal Electoral Nacional (TEN) del partido político Alianza Por la Unión
del Perú (APUP), por vulnerar el contenido constitucionalmente protegido de mi derecho a ser elegido, consagrado en el artículo 31
de la Constitución Política del Perú.
Ello por cuanto dicho Tribunal ha emitido la Resolución N° 029-2020-TEN/APUP que declara infundada mi recurso de apelación
interpuesto contra la Resolución N° 034-2020-TELM/APU del Tribunal Electoral de Lima Metropolitana del APU que declara
improcedente mi solicitud de inscripción a la lista de postulantes a candidatos al Congreso de la República del Perú por adolecer de
una situación similar al deterioro mental, ocasionado por mi invidencia y analfabetismo.
En ese sentido, solicito a su judicatura declarar fundada la presente demanda de amparo y, en consecuencia, ordenar a los
demandados aceptar mi solicitud de inscripción a la lista de postulantes a candidatos al Congreso de la República del Perú.
II. DEMANDADOS
La presente demanda la dirijo contra:
- El señor Presidente del Tribunal Electoral Nacional del APU, Paolo Miguel Salazar Cáceres, con domicilio legal en
Avenida Los Faisanes N° 704, Urbanización San Sebastián, Chorrillos, provincia y departamento de Lima.
- La señora Vicepresidenta del Tribunal Electoral Nacional del APU, Roxana Jimena Alcántara Castilla, con domicilio legal
en Avenida Los Sauces, Urbanización Primavera, Los Olivos, provincia y departamento de Lima.
- El señor Secretario del Tribunal Electoral Nacional del APU, Jorge Felipe Gonzáles Bautista, con domicilio legal en Jirón
Las Begonias, Urbanización Villa Rica, Independencia, provincia y departamento de Lima.
III. FUNDAMENTOS DE HECHO
1) El 05 de octubre de 2020, presenté, ante el TELM del APU, una solicitud de inscripción a la lista de postulantes a candidatos al
Congreso de la República del Perú para el periodo 2021-2026.
2) A pesar de cumplir con los requisitos establecidos en el artículo 30 del Reglamento Electoral del APUP, el 21 de octubre de
2020, el TELM me notificó la Resolución N° 034-2021, emitida el 20 de octubre de 2020, cuya parte resolutiva declara
improcedente mi inscripción, fundamentando su decisión en el hecho que por ser invidente y analfabeto adolezco de una
condición similar al deterioro mental que me impide expresar mi libre voluntad, por lo que no es apropiado que yo participe en
las Elecciones Internas del APU para ser elegido candidato al Congreso de la República.
3) Frente a tal decisión, el 23 de octubre de 2020, interpuse, ante el TEN del APU, recurso de apelación contra la Resolución
antes mencionada, argumentando que de ninguna manera ser invidente y analfabeto configuran una “situación similar al
deterioro mental que me impide expresar mi libre voluntad” y más bien, cumplo todos los requisitos que exige el artículo 30 del
Reglamento Electoral del APU para ser admitido como postulante a candidato para el Congreso de la República del Perú.
4) A pesar que mis argumentos están amparados por nuestro ordenamiento jurídico, el 30 de octubre de 2020, el TEN del APU,
me notificó la Resolución N° 029-2020-TEN/APUP, del 29 de octubre de 2020, que declara infundado mi recurso de apelación,
confirmando los argumentos del TELM y alegando, además, que soy un incapaz relativo, conforme al numeral 3 del artículo 44
del Código Civil, por lo tanto no puedo participar en la vida política de mi país como postulante a candidato al Congreso de la
República.
IV. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Amparo mi demanda en las siguientes normas jurídicas.
- Numeral 2 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú de 1993.
- Numeral 17 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú de 1993.
- Artículo 17 de la Constitución Política del Perú de 1993.
- Artículo 31 de la Constitución Política del Perú de 1993.
V. MEDIOS PROBATORIOS
V.1. Copia de mi solicitud de inscripción a la lista de postulantes a candidatos al Congreso de la República del Perú, del 05 de
octubre de 2020, dirigida al TELM del APUP.
V.2. Copia de la Resolución N° 034-2021 emitida por el TELM del APUP el 20 de octubre de 2020.
V.3. Copia de la Resolución N° 029-2020-TEN/APUP expedida por el TEN el 29 de octubre de 2020.
VI. ANEXOS
VI.1. Copia de mi Documento Nacional de Identidad.
VI.2. Copia del Carné de Abogado N° 47241-Colegio de Abogados de Lima, del señor Christian Anthony Mallqui Carrillo.
VI.3. Copia de mi solicitud de inscripción a la lista de postulantes a candidatos al Congreso de la República del Perú, del 05 de
octubre de 2020, dirigida al TELM del APUP.
VI.4. Copia de la Resolución N° 034-2021 emitida por el TELM del APUP el 20 de octubre de 2020.
VI.5. Copia de la Resolución N° 029-2020-TEN/APUP expedida por el TEN el 29 de octubre de 2020.
POR LO TANTO:
A Usted Señor Juez, le pido admitir a trámite la presente demanda de amparo, tramitándola conforme a su naturaleza y, en su
oportunidad, declarándola fundada.
Lima, 01 de noviembre de 2020
DEMANDANTE ABOGADO
o RAC a favor de la lucha contra el tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos (Expediente N° 2748-2010-
PHC/TC, caso Alexander Mosquera Izquierdo)
Esta vez, se trata de la interposición del RAC parte de la Procuraduría del Estado contra una resolución de
segundo grado estimatoria que haya sido emitida en el marco de un proceso constitucional que esté
relacionado con la comisión del delito de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos.
“15. (…) en los procesos constitucionales en que se haya dictado sentencia estimatoria de segundo grado
relacionados con el delito de tráfico ilícito de drogas y/o lavado de activos, excepcionalmente, la
Procuraduría del Estado correspondiente se encuentra habilitada –independientemente del plazo– para la
interposición de un recurso de agravio constitucional especial, el mismo que deberá concedido por las
instancias judiciales”.
El citado criterio ha sido precisado por el TC en el Expediente N° 2663-2009-HC/TC
Puede ser interpuesto por el demandado.
o RAC a favor de la lucha contra el terrorismo (Sentencia recaída en el Expediente Nº1711-2014-PHC/TC,
caso Víctor Polay Campos y otros)
El Tribunal confirma su competencia para revisar vía RAC las sentencias expedidas en procesos
constitucionales relativos a la comisión del delito de terrorismo que en segunda instancia hayan declarado
fundada la demanda.
Puede ser interpuesto por el demandado
o Sentencia interlocutoria denegatoria
“49. El Tribunal Constitucional emitirá sentencia interlocutoria denegatoria cuando:
a) Carezca de fundamentación la supuesta vulneración que se invoque;
b) La cuestión de derecho contenida en el recurso no sea de especial trascendencia constitucional;
c) La cuestión de Derecho invocada contradiga un precedente vinculante del Tribunal Constitucional.
d) Se haya decidido de manera desestimatoria en casos sustancialmente iguales. La citada sentencia se
dictará sin más trámite”.
16. ¿Cuáles son los tipos de sentencias constitucionales que ha desarrollado el Tribunal Constitucional?
El Tribunal Constitucional en el caso Poder Judicial contra el Poder ejecutivo (Expediente N° 004-2004-
CC/TC) ha establecido una doble clasificación: la primera distingue entre sentencias de especies o de
principio y la segunda diferencia entre sentencias estimativas o desestimativas.
Primera clasificación
Las sentencias de especie: se constituyen por la aplicación simple de las normas constitucionales
y demás preceptos del bloque de constitucionalidad a un caso particular y concreto. En este caso,
la labor del juez constitucional es meramente “declarativa”, ya que se limita a aplicar la norma
constitucional o los otros preceptos directamente conectados con ella.
Las sentencias de principio: son las que forman la jurisprudencia propiamente dicha, porque
interpretan el alcance y sentido de las normas constitucionales, llenan las lagunas y forjan
verdaderos precedentes vinculantes.
- Sentencias institucionales: Son aquellas que adicionalmente a su contenido interpretativo
y/o integrador se caracterizan por expresar decisiones trascendentales y relevantes para
el Estado y la sociedad, y en donde lo que se determina excede con largueza al mero
interés de las partes, y, que, por ende, se proyectan no solo hacia el presente inmediato,
sino que se extienden hacia el futuro comprometido de todos los integrantes de la
colectividad. Estas tienen como consecuencia la predeterminación y sujeción de los
planes y programas gubernamentales a los contenidos de dichos fallos.
- Sentencias instructivas: Se caracterizan por realizar, a partir del caso concreto, un
desarrollo jurisprudencial y doctrinario de los temas más importantes en discusión. Este
tipo de sentencias se justifican porque tienen como finalidad orientar a los jueces con
criterios que puedan utilizar en la interpretación constitucional que realicen en los
procesos a su cargo y, además, porque contribuye a que los ciudadanos ejerciten mejor
sus derechos.
Segunda clasificación
Las sentencias desestimativas: Son aquellas que declaran, según sea el caso, inadmisibles,
improcedentes o infundadas las acciones de garantía, o resuelven desfavorablemente las acciones
de inconstitucionalidad. En este último caso, la denegatoria impide una nueva interposición fundada
en idéntico precepto constitucional (petición parcial y específica referida a una o varias normas
contenidas o en una ley); además, el rechazo de un supuesto vicio formal no obsta para que esta
ley no pueda ser cuestionada ulteriormente por razones de fondo.
- Desestimación por rechazo simple: En este caso el órgano de control de la
constitucionalidad resuelve declarar infundada la demanda presentada contra una parte o
la integridad de una ley o norma con rango de ley.
- Desestimación por sentido interpretativo (interpretación estrictu sensu): En este caso el
órgano de control de la constitucionalidad establece una manera creativa de interpretar
una ley parcial o totalmente impugnada. Es decir, son aquellas en donde el órgano de
control de la constitucionalidad declara la constitucionalidad de una ley cuestionada, en la
medida que se la interpreta en el sentido que éste considera adecuado, armónico y
coherente con el texto fundamental.
En ese entendido, se desestima la acción presentada contra una ley, o norma con rango
de ley, previo rechazo de algún o algunos sentidos interpretativos considerados como
infraccionantes del texto supra. Por ende, se establece la obligatoriedad de interpretar
dicha norma de “acuerdo” con la Constitución; vale decir, de conformidad con la
interpretación declarada como única, exclusiva y excluyentemente válida.
Las sentencias estimativas: Son aquellas que declaran fundada una demanda de
inconstitucionalidad. Su consecuencia jurídica es la jexpulsión de la norma cuestionada del
ordenamiento jurídico, mediante una declaración de invalidez constitucional. En dicha hipótesis, la
inconstitucionalidad se produce por la colisión entre el texto de una ley o norma con rango de ley y
una norma, principio o valor constitucional. Estas pueden ser:
- Sentencias de simple anulación: En este caso el órgano de control constitucional resuelve
dejar sin efecto una parte o la integridad del contenido de un texto. La estimación es
parcial cuando se refiere a la fracción de una ley o norma con rango de ley (un artículo, un
párrafo, etc.); y, por ende, ratifica la validez constitucional de las restantes disposiciones
contenidas en el texto normativo impugnado. La estimación es total cuando se refiere a la
plenitud de una ley o norma con rango de ley; por ende, dispone la desaparición íntegra
del texto normativo impugnado del ordenamiento jurídico.
- Sentencias interpretativas propiamente dichas: En este caso el órgano de control
constitucional, según sean las circunstancias que rodean el proceso constitucional, declara
la inconstitucionalidad de una interpretación errónea efectuada por algún operador judicial,
lo cual acarrea una aplicación indebida.
Dicha modalidad aparece cuando se ha asignado al texto objeto de examen una
significación y contenido distinto al que la disposición tiene cabalmente. Así, el órgano de
control constitucional puede concluir en que por una errónea interpretación se han creado
“normas nuevas”, distintas de las contenidas en la ley o norma con rango de ley objeto de
examen. Por consiguiente, establece que en el futuro los operadores jurídicos estarán
prohibidos de interpretar y aplicar aquella forma de interpretar declarada contraria a la
Constitución.
- Sentencias interpretativas-manipulativas (normativas):
a. Sentencias reductoras: Son aquellas que señalan que una parte (frases, palabras,
líneas, etc.) del texto cuestionado es contraria a la Constitución, y ha generado un
vicio de inconstitucionalidad por su redacción excesiva y desmesurada. En ese
contexto, la sentencia ordena una restricción o acortamiento de la “extensión” del
contenido normativo de la ley impugnada. Dicha reducción se produce en el ámbito
de su aplicación a los casos particulares y concretos que se presentan en la vía
administrativa o judicial.
Para tal efecto, se ordena la inaplicación de una parte del contenido normativo de la
ley cuestionada en relación a algunos de los supuestos contemplados genéricamente;
o bien en las consecuencias jurídicas preestablecidas. Ello implica que la referida
inaplicación abarca a determinadas situaciones, hechos, acontecimientos o conductas
originalmente previstas en la ley; o se dirige hacia algunos derechos, beneficios,
sanciones o deberes primicialmente previstos.
En consecuencia, la sentencia reductora restringe el ámbito de aplicación de la ley
impugnada a algunos de los supuestos o consecuencias jurídicas establecidas en la
literalidad del texto.
b. Sentencias aditivas: Son aquellas en donde el órgano de control de la
constitucionalidad determina la existencia de una inconstitucionalidad por omisión
legislativa.
En ese contexto procede a “añadir” algo al texto incompleto, para transformarlo en
plenamente constitucional. En puridad, se expiden para completar leyes cuya
redacción presenta un contenido normativo “menor” respecto al exigible
constitucionalmente. En consecuencia, se trata de una sentencia que declara la
inconstitucionalidad no del texto de la norma o disposición general cuestionada, sino
más bien de lo que los textos o normas no consignaron o debieron consignar.
En ese sentido, la sentencia indica que una parte de la ley impugnada es
inconstitucional, en tanto no ha previsto o ha excluido algo. De allí que el órgano de
control considere necesario “ampliar” o “extender” su contenido normativo,
permitiendo su aplicación a supuestos inicialmente no contemplados, o ensanchando
sus consecuencias jurídicas.
La finalidad en este tipo de sentencias consiste en controlar e integrar las omisiones
legislativas inconstitucionales; es decir, a través del acto de adición, evitar que una ley
cree situaciones contrarias a los principios, valores o normas constitucionales.
Es usual que la omisión legislativa inconstitucional afecte el principio de igualdad; por
lo que al extenderse los alcances de la norma a supuestos o consecuencias no
previstos para determinados sujetos, en puridad lo que la sentencia está consiguiendo
es homologar un mismo trato con los sujetos comprendidos inicialmente en la ley
cuestionada.
El contenido de lo “adicionado” surge de la interpretación extensiva, de la
interpretación sistemática o de la interpretación analógica.
c. Sentencias sustitutivas: Son aquellas en donde el órgano de control de la
constitucionalidad declara la inconstitucionalidad parcial de una ley y,
simultáneamente, incorpora un reemplazo o relevo del contenido normativo expulsado
del ordenamiento jurídico; vale decir, dispone una modificación o alteración de una
parte literal de la ley.
Ahora bien, debe aclararse que la parte sustituyente no es otra que una norma ya
vigente en el ordenamiento jurídico.
Así, dicha sentencia presenta dos aspectos. Por un lado, un contenido anulatorio,
mediante el cual se declara inválida una parte de la disposición legal; y de otro, un
contenido reconstructivo, mediante el cual la disposición aparece con un contenido
compatible con la Constitución.
d. Sentencias exhortativas: Son aquellas en donde el órgano de control constitucional
declara la incompatibilidad constitucional de una parte o la totalidad de una ley o
norma con rango de ley, pese a lo cual no dispone su inmediata expulsión del
ordenamiento constitucional, sino que recomienda al Parlamento para que, dentro de
un plazo razonable, expida una ley sustitutoria con un contenido acorde a las normas,
principios o valores constitucionales.
En este tipo de sentencias se invoca el concepto de vacatio setentiae, mediante el
cual se dispone la suspensión de la eficacia de una parte del fallo. Es decir, se
modulan los efectos de la decisión en el tiempo. Dicha expresión es un equivalente
jurisprudencial de la vacatio legis o suspensión temporal de la entrada en vigencia de
una ley aprobada.
e. Sentencias estipulativas: Son aquellas en donde el órgano de control de la
constitucionalidad establece, en la parte considerativa de la sentencia, las variables
conceptuales o terminológicas que utilizará para analizar y resolver una controversia
constitucional. En ese contexto, se describirá y definirá en qué consisten
determinados conceptos.
- Redacte una resolución que declare improcedente una demanda de amparo interpuesta sin que no se haya
agotado la vía administrativa.
17. ¿Qué modelo de control de constitucionalidad se aplica en el Perú?
En el Perú se aplica un sistema dual de control de constitucionalidad, donde coexisten, de manera autónoma, el
sistema de control concentrado y el sistema de control difuso.
o Sistema de control concentrado (artículo 201 de la Constitución): En este modelo la salvaguarda de la
Constitución se encuentra a cargo del Tribunal Constitucional, que es un ente particular y autónomo del
resto de los órganos del poder estatal.
En puridad, este sistema se basa en la existencia de un órgano del Estado, diferente y autónomo de los
tradicionales (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), que ejerce control a partir de una privativa jurisdicción
constitucional. A este ente, compuesto por magistrados orgánicamente ajenos al cuerpo administrador de
justicia ordinaria, se le reserva el derecho excluyente y exclusivo de determinar la inconstitucionalidad de
una ley y, por extensión, la facultad de su derogación con efectos rescisorios generales, así como el
establecimiento de los mecanismos de corrección del acto inconstitucional.
Las características que presenta este modelo son:
- Concentrado o condensado: La declaración de inconstitucionalidad corresponde ser ejercida única y
exclusivamente por un órgano especializado, que en nuestro país es el Tribunal Constitucional.
- Principal: El pronunciamiento de inconstitucionalidad se produce cuando se plantea directamente,
ante el órgano especializado, un proceso especial denominado acción de inconstitucionalidad. Para
ello, no es necesaria la existencia previa de un juicio, causa o cuestión judicial.
- Abstracto: El órgano especializado se encarga de analizar una norma cuestionada de
inconstitucionalidad, en forma aislada e independientemente de la existencia de un caso concreto
que afecte intereses particulares. En ese contexto, se promueve una resolución de puro derecho.
- Eficacia General: El pronunciamiento de inconstitucionalidad opera de manera derogante y genérica.
Las consecuencias de la decisión del órgano especializado afectan al Estado y a todos los
ciudadanos adscritos a él. En tal sentido, la declaración de inconstitucionalidad tiene efectos erga
omnes y abrogativos. Generalmente ex nunc (a futuro).
o Sistema de control difuso (artículo 138 de la Constitución): El origen de este modelo tuvo lugar en los
Estados Unidos, cuando el presidente de la Suprema Corte, John Marshall, en la sentencia dictada en el
caso Marbury vs. Madison –de 24 de febrero de 1803–, aplicó a un caso particular y concreto el principio
de supremacía de la Constitución frente a una norma con rango de ley del Estado; así como la atribución
de la judicatura para la revisión judicial de la validez constitucional de los preceptos legales.
En este modelo la salvaguarda de la Constitución se encuentra a cargo del órgano judicial ordinario (se le
denomina también de revisión judicial –Judicial Review– o de contralor judicial). Así, la pluralidad de los
jueces ordinarios tiene la potestad de establecer la inconstitucionalidad de las normas dentro del marco
de una controversia judicial concreta.
Reúne las siguientes características:
- Difuso o descentralizado: Ya que la declaración de inconstitucionalidad es una atribución que
corresponde ser ejercida por cualquier autoridad judicial, con prescindencia de su grado o jerarquía
funcional.
- Incidental o concreto: Debido a que el pronunciamiento de inconstitucionalidad surge a partir de la
existencia previa de una cuestión judicial generada a través de cualquier proceso rutinario y
planteado entre personas naturales y/o jurídicas. Ergo, no puede ser planteada como una acción
directa.
- Relativo o especial: El pronunciamiento solo alcanza a las partes comprometidas en una cuestión
judicial. En tal sentido, la declaración de inconstitucionalidad solo tiene efectos, en principio, inter
partes e inaplicativos.
No obstante, cabe señalar que, de manera mediata por efecto del stare decisis un pronunciamiento
puede alcanzar eficacia plena. Ello en razón a que, respecto al precedente vinculante, un órgano
jurisdiccional deberá seguir lo obligatoriamente decidido por otro de mayor jerarquía.
- Declarativo: Puesto que, al decidirse la inaplicabilidad de la ley al caso concreto, generará su
inobservancia, por lo que dicha ley no surte efecto alguno en el caso sometido a consideración.
- Redacte una demanda de Hábeas Corpus contra un juez penal que no cumple con expedir el mandato de
excarcelación de una persona detenida, luego de haber transcurrido tres días de tener los autos en su poder.
18. ¿Cuáles son los derechos que se protegen mediante el proceso de Hábeas Data?
Mediante el proceso de Hábeas Data se protege dos derechos fundamentales: el derecho de acceso a la
información y a la autodeterminación informativa o protección de datos personales; ambos están reconocidos
en los incisos 5 y 6 del artículo 2 de la Constitución Política del Perú de 1993:
“Artículo 2.- Toda persona tiene derecho:
(…)
5. A solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de cualquier entidad pública, en
el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptúan las informaciones que afectan la intimidad
personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional.
El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del Juez, del Fiscal de la Nación, o de
una comisión investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se refieran al caso investigado.
6. A que los servicios informáticos, computarizados o no, públicos o privados, no suministren informaciones
que afecten la intimidad personal y familiar”.
Así, en el inciso 3 del artículo 200 de la Constitución Política del Perú se establece que la Acción de Hábeas
Data es una garantía constitucional que procede contra el hecho u omisión, por parte de cualquier autoridad,
funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se refiere el artículo 2, incisos 5 y 6 de la
Constitución.
En ese sentido, en el artículo 61 del Código Procesal Constitucional, Ley N° 28237, se señala que:
“Artículo 61.- Derechos protegidos
El hábeas data procede en defensa de los derechos constitucionales reconocidos por los incisos 5) y 6) del
artículo 2 de la Constitución. En consecuencia, toda persona puede acudir a dicho proceso para:
1) Acceder a información que obre en poder de cualquier entidad pública, ya se trate de la que generen,
produzcan, procesen o posean, incluida la que obra en expedientes terminados o en trámite, estudios,
dictámenes, opiniones, datos estadísticos, informes técnicos y cualquier otro documento que la
administración pública tenga en su poder, cualquiera que sea la forma de expresión, ya sea gráfica, sonora,
visual, electromagnética o que obre en cualquier otro tipo de soporte material.
2) Conocer, actualizar, incluir y suprimir o rectificar la información o datos referidos a su persona que se
encuentren almacenados o registrados en forma manual, mecánica o informática, en archivos, bancos de
datos o registros de entidades públicas o de instituciones privadas que brinden servicio o acceso a terceros.
Asimismo, a hacer suprimir o impedir que se suministren datos o informaciones de carácter sensible o
privado que afecten derechos constitucionales”.
- Redacte una demanda de amparo interpuesta por una empresa que alega que se han vulnerado sus derechos
fundamentales.
19. ¿Cómo se dio la polémica entre Hans Kelsen y Carl Schmitt sobre el guardián de la Constitución?
Carl Schmitt publica Der Hüter der Verfassung (El guardián de la Constitución); mientras que Hans Kelsen, le
dedica una larga reseña con el título Wer soll der Hüter der Verfassung sein? (¿Quién debe ser el guardián de
la Constitución?).
La polémica entre Kelsen y Schmitt, sobre quien debe ser el guardián de la Constitución, versa sobre diferentes
maneras de entender el Derecho y, más concretamente, sobre las diferentes maneras de entender cómo es y
cómo debe ser la interpretación de la Constitución.
Kelsen afirmaba que la garantía de la Constitución debía estar en manos de un órgano de naturaleza
jurisdiccional (y, por tanto, un órgano presidido por los principios de independencia e imparcialidad). Schmitt, sin
embargo, consideraba que dicha garantía debía estar en manos del Jefe de Estado (y por tanto de un órgano
de naturaleza política).
El trabajo de Schmitt sobre la defensa de la Constitución aparece en el año 1931, en un contexto político
complicado. Su planteamiento sobre la figura del Jefe de Estado como el verdadero guardián de la Constitución,
frente a aquellos que se decantan por una instancia parlamentaria o judicial, debe entenderse en ese contexto
y, desde un concepto de Constitución entendida como decisión del conjunto del pueblo sobre el modelo y la
forma de unidad política. Para Schmitt, los parlamentos, tal y como habían sido configurados por el liberalismo,
como instancias que pretenden lograr acuerdos sobre intereses parciales contrapuestos, no podían ser
considerados como los guardianes últimos de la Constitución. Como tampoco lo podían ser los jueces, ya que
la única legitimidad de éstos es de tipo jurídico, esto es, su función no es otra que la de interpretar y aplicar las
normas jurídicas desde un razonamiento de tipo jurídico, aspecto imposible cuando de lo que se trata es de
interpretar la Constitución.
Para Schmitt, la interpretación de la Constitución es una actividad política en la que prima la decisión sobre la
norma, la voluntad sobre la razón. La Constitución no es un marco abierto. Se trata de un proyecto político de
unidad, de una decisión clara y rotunda, que no puede ser dejada en manos ni de los jueces ni del Parlamento,
sino de aquel que puede ser capaz de expresar la voluntad del pueblo. Y en este sentido, es el Jefe del Estado,
el representante del pueblo y de su unidad, el sujeto situado por encima de intereses parciales, a quien le
corresponde su custodia.
Kelsen también adopta un planteamiento voluntarista, si bien algo más limitado. Su teoría pura del Derecho
impone una serie de dimensiones de racionalidad que atemperan, en cierta medida, este voluntarismo. Por otro
lado, la Constitución, para este jurista, no es un proyecto cerrado. Y no lo es de manera clara en cuanto
establece cauces y procedimientos de actuación desde los que se deben adoptar decisiones materiales. Así, el
Parlamento es el órgano legitimado para desarrollar la Constitución y es quien debe desarrollar las cuestiones
de índole material, lo que debe ser respetado por el Tribunal Constitucional.
En relación con el significado y el papel de la Constitución, la diferencia entre ambos puede ser descrita
tomando como referencia su posición sobre el pluralismo. Schmitt adopta un punto de vista crítico con el
pluralismo, en el sentido de concebir a la Constitución como un proyecto cerrado de unidad basado en la
decisión soberana del pueblo; Kelsen, por el contrario, asigna a la Constitución el papel de garantizar el
pluralismo. Y en relación con el garante último, la tensión entre Kelsen y Schmitt no es una tensión entre
Tribunal Constitucional y Jefe del Estado, sino entre Parlamento y Jefe de Estado.
Se trata, en definitiva, de una tensión entre dos teorías políticas. Por un lado la de Kelsen que desde un
planteamiento relativista concibe la actividad política como una búsqueda de compromisos renovables, siendo
el Parlamento la instancia que mejor se acomoda a ello; y, por otro la de Schmitt, que desde planteamientos
cognoscitivistas, concibe la política en términos de amigo-enemigo y, por tanto como una actividad dirigida a la
imposición de una determinada ideología, siendo la figura del Jefe del Estado, la que mejor se acomoda a ello.
En Kelsen, la garantía de la Constitución efectuada por un Tribunal Constitucional debe limitarse a aspectos
formales y, en lo que se refiere a cuestiones materiales solo en aquello que directamente se deduzca del texto
de la norma constitucional.
Su posición sobre quién debe ser el guardián de la Constitución era diferente. Y esta diferencia puede
explicarse tanto desde la desconfianza de Schmitt hacia las instancias parlamentarias ancladas en el
pensamiento liberal, cuanto por la exigencia de racionalidad presente en la propuesta kelseniana sobre el
concepto de Derecho (representada por su construcción escalonada).
Schmitt concibe la interpretación de la Constitución como una actividad política, lo que le lleva a rechazar de
plano la asignación de papel alguno en lo referente a su garantía al Poder judicial. Kelsen, por el contrario,
entiende que la interpretación de la Constitución puede ser contemplada como una actividad también jurídica,
además de política. La dimensión política aparece cuando de lo que se trata es de abordar cuestiones referidas
a valores o derechos, la jurídica cuando de lo que se trata es de establecer competencias y procedimientos.
Schmitt fue un crítico del liberalismo político (aunque no del liberalismo económico). Según este autor, el
liberalismo, entendido como un planteamiento que se ocupa del establecimiento de límites al Poder, es una
propuesta errónea que traiciona el ideal democrático. El ideal democrático está representado por la figura del
Jefe del Estado, a quien le corresponde guardar y vigilar el destino del Estado y la unidad política. En Schmitt,
“la figura del Parlamento es rechazada porque es precisamente del Parlamento de quien hay que guardar la
Constitución”.
Por el contrario, Kelsen confiaba en las instituciones parlamentarias, en el sentido de ser las que mejor se
acomodaban a su concepción de la política como búsqueda de compromisos. Ahora bien, la representación de
esta idea en el Derecho, exigía de un órgano que tuviera como principal misión el control del Parlamento a las
formas establecidas en la norma básica del sistema jurídico. De ahí su posición sobre el Tribunal Constitucional
como guardián de la Constitución, eso sí, desde una comprensión de su actuación limitada, en lo básico, al
control de la forma, esto es, del procedimiento.
- Redacte una demanda de cumplimiento contra una autoridad que se niega a cumplir con una resolución del
Tribunal del Servicio Civil que ordena la reposición de un trabajador despedido arbitrariamente.
20. ¿Qué efecto y valor tienen las sentencias emitidas por el Tribunal Constitucional?
La sentencia constitucional es toda aquella resolución que pone punto final a un proceso constitucional, sea en sede
judicial, sea en sede constitucional. Pero con carácter de firme.
La sentencia del Tribunal Constitucional (TC), más que un acto procesal que pone término a un conflicto jurídico, es
además una decisión con trascendencia política, ya que en ella se realiza una labor de interpretación de valores y
principios, así como una actividad integradora del Derecho.
Efectos
o Las sentencias de inconstitucionalidad de una norma legal tienen efectos para todos ( erga omnes) y para
el futuro (ex nunc). También poseen efectos derogatorios, pues al día siguiente de la publicación de la
sentencia del TC, queda sin efecto, la norma legal incoada (artículos 103 y 204 de la Constitución, y 81 del
CPCo). Tienen fuerza de ley. Adquieren la calidad de cosa juzgada (artículo 82 del CPCo), por lo que no
pueden ser contradichas por razón procesal de la forma (cosa juzgada formal) o por razón sustantiva del
fallo (cosa juzgada material), en sede judicial ordinaria o especial ni modificada por una nueva ley del
Congreso o del Poder Ejecutivo. Finalmente, vinculan a todos los poderes públicos (artículo 82 del CPCo),
siendo exigible no solo para las partes del proceso sino para todos los órganos constitucionales, tribunales
ordinarios y demás autoridades administrativas.
o Las sentencias de los otros procesos constitucionales tienen efectos inter partes; es decir, en principio, solo
surten efectos entre las partes del proceso, salvo que la sentencia constituya un precedente vinculante,
supuesto en el cual sus efectos trascienden a las partes del proceso. La calidad de la cosa juzgada es
relativa, ya que una vez agotada la jurisdicción interna, quien se considere lesionado en sus derechos
fundamentales que la Constitución prevé, puede recurrir a los tribunales internacionales, constituidos según
los tratados o convenios de los que el Estado peruano es parte (artículos 205 de la Constitución y 114 del
CPCo). En ese sentido, se puede recurrir al Sistema Interamericano de Derechos Humanos a fin de solicitar
la revisión de una sentencia del TC en materia de tutela de los derechos fundamentales, por considerar que
no es conforme con la Convención Americana de Derechos Humanos.
Valor
De acuerdo al artículo 202 de la Constitución, el TC es el órgano supremo de interpretación, integración y control de
la Constitución. En ese sentido, el valor de sus sentencias radica en que, a través de ellas, el TC puede establecer:
o Doctrina jurisprudencial o jurisprudencia constitucional: Es un conjunto de sentencias que contienen
criterios de interpretación y aplicación de las normas que guían las decisiones adoptadas en esas
sentencias. El último párrafo del artículo VI del Título Preliminar del CPCo alude a la doctrina
jurisprudencial del TC en los siguientes términos: “Los Jueces interpretan y aplican las leyes o toda norma
con rango de ley y los reglamentos según los preceptos y principios constitucionales, conforme a la
interpretación de los mismos que resulte de las resoluciones dictadas por el Tribunal Constitucional”.
Así, la doctrina jurisprudencial vincula a todos los jueces en los fundamentos relevantes que han incidido en
la solución del conflicto de derechos (ratio decidendi). Por tanto, a fin de determinar cuáles son los criterios
que integran la doctrina jurisprudencial del TC, se deberá identificar la ratio decidendi de sus decisiones.
o Precedente constitucional: El artículo VII del Título Preliminar del CPCo establece que “Las sentencias del
Tribunal Constitucional que adquieren la autoridad de cosa juzgada constituyen precedente vinculante
cuando así lo exprese la sentencia, precisando el extremo de su efecto normativo. Cuando el Tribunal
Constitucional resuelva apartándose del precedente, debe expresar los fundamentos de hecho y de
derecho que sustentan la sentencia y las razones por las cuales se aparta del precedente”.
A diferencia de la doctrina jurisprudencial, aquí el TC debe precisar el extremo de la sentencia que tiene
efecto normativo. Por otro lado, la fuerza vinculante del precedente alude a que tiene efectos similares a
una ley; es decir, alcanza a todos los justiciables y es oponible frente a los poderes públicos. Finalmente,
se debe tener en cuenta que una resolución que no haya adquirido la calidad de cosa juzgada no puede
convertirse en precedente.
- Redacte un proceso de amparo en donde se invoque la vulneración al derecho a la educación, por haberse
expulsado a un estudiante de una Institución Educativa Privada.