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UNIVERSIDAD SAN GREGORIO DE PORTOVIEJO

CARREA DE ODONTOLOGÍA

URGENCIAS MÉDICAS ODONTOLOGICAS

TRAUMA MAXILOFACIAL

INTEGRANTES:
• ABELLA MARBELLA
• CHÓEZ ALEXIS
• LUCERO HERNÁN
• MENDOZA KENIA
• MINA LADY

PARALELO:
10mo “A”

PERIODO:

MAYO – SEPTIEMBRE 2022


ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN........................................................................................................... 3

2. OBJETIVOS.................................................................................................................... 4

2.1. OBJETIVO GENERAL .......................................................................................... 4

2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS.................................................................................. 4

3. MARCO TEORICO........................................................................................................ 5

3.1. ANATOMÍA DEL MACIZO FACIAL ................................................................... 5

3.2. FRACTURAS FACIALES AISLADAS .................................................................. 6

3.3. MANEJO DEL TRAUMA MAXILOFACIAL..................................................... 10

3.4. MANEJO DE LA VÍA AÉREA ............................................................................ 16

4. CONCLUSIÓN ............................................................................................................. 21

5. BIBLIOGRAFÍA........................................................................................................... 22
1. INTRODUCCIÓN
El trauma máxilofacial es una patología prevalente y compleja, siendo así necesario una
importante comprensión cabal del mecanismo y etiología, para que de esta manera se
pueda lograr un adecuado manejo, por ende, corresponde a todas las lesiones de origen
traumático que afectan al macizo facial, incluyendo tejidos óseos, blandos y las
estructuras alveolo dentarias.
Representa uno de los problemas de salud más considerables a nivel mundial,
especialmente por su alta prevalencia, diversidad etiológica y alta morbilidad, reflejando
alteraciones funcionales y estéticas, que establecen un alto costo social y económico.
La región maxilofacial comprende estructuras esenciales para la vida, un traumatismo
puede generar una amenaza vital debido a compromiso de la vía aérea, lesiones
intracraneales o hemorragias, y generar importantes secuelas visuales, déficit funcional y
estético a largo plazo; por tanto, es fundamental la evaluación y manejo temprano de estas
patologías con el fin de reducir la morbimortalidad y de esta manera evitar la necesidad
de reconstrucciones complejas posteriormente. (Harrod, 2014)
El diagnóstico y tratamiento del trauma máxilo facial debe realizarse de forma oportuna
por un profesional competente, para minimizar las secuelas de esta patología,
determinando en el presente trabajo investigativo los principales diagnósticos de trauma
máxilo facial incluyendo el traumatismo alveolo dentario, con sus respectivos manejos y
tratamientos de urgencia.
2. OBJETIVOS
2.1. OBJETIVO GENERAL
Determinar el manejo del trauma maxilofacial en la atención de urgencia por no
especialistas
2.2. OBJETIVOS ESPECIFICOS
• Definir los conceptos básicos del traumatismo maxilofacial que conforman en el
sistema anatómico del esqueleto de la cara
• Conocer los diferentes tipos de fracturas faciales y sus complicaciones
• Concluir con el manejo adecuado de la vía aérea en trauma maxilofacial de las
personas
3. MARCO TEORICO
3.1. ANATOMÍA DEL MACIZO FACIAL
La cara está formada por 14 huesos, que se articulan entre sí mediante suturas o
sincondrosis y comprende:
• Cresta supraorbitaria. Corresponde a la porción supraorbitaria del hueso frontal.
• Centro de la cara. Esta región se extiende superiormente desde el margen orbitario
inferior hasta la base de la fosa nasal. Está formada por el maxilar y el hueso malar
o cigomático.
• Maxilar. Huesos pares que forman el maxilar superior y contienen la dentición
superior. Forman los límites de tres cavidades (paladar, suelo y pared lateral de la
fosa nasal y suelo de la órbita). En cada lado presentan cuatro procesos:
cigomático, malar o frontal, alveolar y palatino.
• Arco cigomático. Compuesto, en la zona medial, por el proceso malar del maxilar;
por el cigoma en la zona central y por el hueso temporal en la zona posterolateral.
Forma parte de la pared lateral y suelo de la órbita.
• Mandíbula: Contiene los dientes inferiores.
La arquitectura de la cara está sustentada en zonas que, por su mayor grosor, actúan como
contrafuertes; soportan y protegen los músculos, ojos, dientes o la vía aérea y sirven como
protección ante la fuerza ejercida por un traumatismo. Todos los contrafuertes están
enlazados, por sí mismos o por otros, al cráneo o a la base del cráneo. Su grosor sirve
como punto de fijación del material quirúrgico en la reducción de las fracturas. De forma
arquitectónica se disponen cuatro contrafuertes horizontales y tres pares de contrafuertes
verticales. (Arduín, 2008)
Contrafuertes horizontales:
• Transversal supraorbitario: recorre los anillos orbitarios superiores pasando por la
unión nasofrontal.
• Transverso maxilar superior: va desde la porción escamosa del temporal hasta la
unión nasofrontal, pasando por el arco cigomático y el anillo orbitario inferior.
• Transverso maxilar inferior: discurre a lo largo del maxilar, encima del borde
alveolar dental. Su extensión posterior es el paladar duro.
• Transverso mandibular inferior: recorre el vértice de la mandíbula.
Contrafuertes verticales:
• Vertical maxilar lateral: desde encima de los molares posteriores atraviesa el eje
horizontal del cuerpo del cigoma y asciende por el anillo orbitario externo hasta
la sutura cigomaticofrontal. La porción posterior de este contrafuerte incluye la
pared orbitaria lateral y la pared lateral del seno maxilar.
• Vertical maxilar medial: desde la espina nasal anterior asciende por el anillo de la
apertura piriforme nasal hasta el proceso frontal del maxilar y llega hasta la unión
nasofrontal. La parte anterior de este contrafuerte incluye la pared nasal lateral y
la parte posterior, la pared orbitaria medial.
• Vertical maxilar posterior: corresponde a la unión pterigomaxilar, donde las
apófisis pterigoides del esfenoides se unen con la parte posterior del maxilar.
(Clark, 1998)

Ilustración 1:Pilares verticales y horizontales de la cara. Corresponden a las líneas de mayor resistencia. Son los ejes de
sustentación de la arquitectura facial.

3.2. FRACTURAS FACIALES AISLADAS


• Fracturas nasales
Las fracturas nasales comprenden el 50% de las faciales. Pueden ser lesiones únicas,
cuando los traumatismos son de baja energía, o asociarse a otras a partir del aumento de
la intensidad del traumatismo. Si la energía es baja, suele ser suficiente la radiografía
simple lateral de huesos propios para un correcto diagnóstico. En traumatismos más
violentos, en los que se sospechan otras lesiones se requiere estudio mediante TCMD
Anatomía nasal
La nariz es una pirámide triangular con estructuras de soporte óseas y cartilaginosas. Está
formada por:
• Huesos propios o nasales: articulados con el proceso frontal del maxilar.
• Cartílagos laterales superiores o nasales: anterior y a ambos lados de la línea
media.
• Cartílagos laterales inferiores o alares: en ambas bases de la nariz.
• Cartílago septal: medial, unido a etmoides, vómer y huesos nasales.
Complicaciones
El hematoma septal debe ser drenado urgentemente, ya que su persistencia puede llevar
a la necrosis del septo nasal. La insensibilidad nasal indica la posibilidad de lesión del
nervio infraorbitario.

Ilustración 2:. A) Tomografía computarizada (adquisición volumétrica). Fractura con desplazamiento del septo nasal (flecha
roja). Fractura tipo IV. B) Tomografía computarizada coronal. Fractura conminuta del proceso nasal maxilar izquierdo
(flechas rojas). Se asocian a fractura del anillo orbitario superior (flecha negra).

• Fracturas de la mandíbula
La mandíbula es el segundo lugar más frecuente de fracturas faciales, dado que es el
único hueso móvil. La mandíbula tiene dos componentes verticales y horizontales unidos
por el centro. La parte vertical incluye el cóndilo, el cuello, la región subcondilar, la
apófisis coronoide, la rama y ángulo mandibular. La porción horizontal corresponde al
cuerpo y la región central consta de las regiones sinfisaria y parasinfisaria. El cóndilo se
articula con la fosa glenoidea y forman la articulación sinovial temporomandibular,
misma que absorbe las fuerzas transmitidas por el impacto
Complicaciones
Las fracturas trifocales, parasinfisarias y bicondilares, las bilaterales del ángulo de la
mandíbula y las fracturas bilaterales del cuerpo pueden dar como resultado una
contracción posterior e inferior sin restricciones del segmento mandibular anterior libre,
con pérdida del soporte anterior de la lengua del músculo geniogloso. La glosoptisis o
desplazamiento posterior de la lengua, el hematoma sublingual y submandibular y el
sangrado intraoral, generalmente asociados a esas fracturas, pueden producir compromiso
de la vía aérea.

Ilustración 3:Fracturas de mandíbula. Tomografía computarizada (adquisición volumétrica). A) Fractura


parasinfisaria. B) Fracturas de la rama, del ángulo y subcoronoidea. C) Fractura del cóndilo. D) Fractura de la
apófisis coronoides.

• Hueso malar o cigomático


La configuración de tetrápodo del malar se presta a fracturas complejas; las aisladas son
raras. Además, el cigoma sirve como punto de unión para los músculos de la masticación
y la movilidad facial, pero, entre estos, es el masetero el que proporciona la fuerza
deformante intrínseca más significativa en el cuerpo y el arco cigomáticos.
Anatomía
El hueso malar o cigomático se describe como un tetrápodo situado en la parte superior
y lateral de la cara: forma la prominencia de la mejilla, parte de la pared lateral y el suelo
de la órbita, y partes de la fosa temporal e infratemporal. Presenta una superficie malar y
otra temporal.
Complicaciones
Las posibles complicaciones asociadas con estas fracturas incluyen mala posición malar,
enoftalmos, alteraciones visuales y alteraciones sensoriales persistentes de la mejilla por
afectación del nervio infraorbitario.

Ilustración 4:Tomografía computarizada (adquisición


volumétrica). Fracturas en ambos huesos cigomáticos
(flechas) con afectación del suelo orbitario en el lado derecho.
• Fracturas orbitarias
Las fracturas orbitarias pueden producirse por traumatismo cerrado o penetrante o bien
estar asociadas a otras fracturas faciales. Las agresiones son la causa más frecuente de
fractura por traumatismo directo. Las fracturas «puras» son las que afectan a las paredes
orbitarias únicamente, mientras que las fracturas «impuras» son las que afectan además
al anillo orbitario.
Anatomía
La órbita está formada por un armazón óseo que engloba el ojo, la glándula lacrimal,
nervios, vasos y grasa. Los huesos que la componen son el frontal, malar, maxilar,
etmoides, esfenoides, lacrimal y palatino. Entre ellos se articulan mediante sincondrosis
y forman las paredes orbitarias. Los huesos que componen la pared medial e inferior son
más débiles y propensos a la fractura, especialmente la pared del etmoides.
Complicaciones
Se puede producir cualquier complicación de las descritas anteriormente en las fracturas
aisladas.

Ilustración 5:Tomografía computarizada craneal. Fractura del


suelo de la órbita con desplazamiento de 4 mm de fragmento en el
interior del seno maxilar (flecha roja). Gas intraorbitario (asterisco)
y atrapamiento del músculo recto inferior (flecha blanca).

• Fracturas nasoorbitoetmoidales
El complejo nasoorbitoetmoidal (NOE) es la confluencia del seno frontal, los senos
etmoidales, la fosa craneal anterior, las órbitas, el hueso frontal y los huesos nasales.
La fractura NOE se refiere a lesiones que involucran el área de confluencia de la nariz,
órbita, etmoides, la base del seno frontal y el suelo de la base craneal anterior. El área
incluye la inserción de los tendones cantales mediales.
Complicaciones
Las secuelas a largo plazo de las fracturas NOE incluyen ceguera, telecanto, enoftalmos,
retrusión de la parte medial de la cara, fístula de líquido cefalorraquídeo, anosmia, epífora,
sinusitis y deformidad nasa. (M. García., 2020)

Ilustración 6:Fractura nasoorbitoetmoidal. Coronal. Fractura de la


encrucijada orbitonasal (círculo). Fracturas del tabique nasal y de la
órbita izquierda (flechas).

3.3. MANEJO DEL TRAUMA MAXILOFACIAL


Mortalidad del trauma
(Trunkey, 1983), describió que las muertes por trauma presentan una distribución
trimodal, mismo que dentro de los primeros 60 min se presenta el primer peak, que
incluye las muertes inmediatas o muy tempranas, representando aproximadamente 45%
de todas las muertes por trauma (asociadas principalmente a traumatismos cerebrales
graves o del sistema cardiovascular). El segundo peak incluye muertes tempranas (entre
1 a 4 h) y representan 34%; estos son causadas por lesiones neurológicas o
cardiovasculares. El tercer peak corresponde a muertes tardías, mayor a una semana,
asociadas a infecciones y fallas orgánicas, representando alrededor de 20% del total de
fallecidos.
En la actualidad existe un debate sobre este concepto trimodal clásico, puesto que la
literatura más reciente ha determinado que existirían otros factores más determinantes
que el tiempo, no obstante, lo que queda claro es que la gran mayoría de las muertes
prevenibles requieren de una evaluación e intervención rápida, por lo que se refuerza la
importancia del manejo prehospitalario, la derivación a centros con capacidad de
resolución y el concepto de la “hora de oro” para permitir una adecuada reanimación del
paciente. (Andersson, 2012)
Triage

Pese a no existir un estándar internacional que haya demostrado superioridad en la


realización de triage, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados
Unidos ha establecido guías para la realización del triage en pacientes traumatizados,
mismos que contienen cuatro niveles de evaluación para establecer la gravedad de un
paciente y la necesidad de derivación a un servicio de urgencia hospitalario. (Sasser,
2011)
El primer paso corresponde a • Escala de coma de Glasgow ≤ 13.
criterios fisiológicos: • Presión arterial sistólica < 90 mmHg.
• Frecuencia respiratoria < 10 o > 29
respiraciones por minutos.
• Necesidad de soporte ventilatorio.

El segundo paso corresponde a Heridas penetrantes, mutilaciones, fracturas pélvicas o


los criterios anatómicos: craneales.
El tercer paso es evaluar el Energía involucrada; mecanismos de alta energía son
mecanismo del trauma: criterios de estudio.
Por último, el cuarto paso son • Edad.
las consideraciones especiales: • Comorbilidades.
• Embarazo.

Ilustración 7: niveles de evaluación para establecer la gravedad de un paciente y la necesidad de derivación a un


servicio de urgencia hospitalario

Evaluación primaria y reanimación

La evaluación primaria tiene como objetivo identificar las lesiones y condiciones del
paciente, de manera sistemática, permitiendo la identificación de acciones tiempo
dependiente. El propósito es identificar la mayor amenaza para la vida y realizar
precozmente las maniobras necesarias para reanimar al paciente, basandose en los
principios fundamentales del manejo del trauma.
Examen físico maxilofacial

El examen comienza con la inspección, evaluación de asimetrías, equimosis, y


hematomas, presencia de dolor, inspección del SCALP, laceraciones faciales y presencia
de cuerpos extraños. Luego se realiza la palpación de los contornos de estructuras óseas
buscando deformidades o diástasis. El maxilar debe ser palpado bimanualmente buscando
movilidad del segmento óseo, palpar el cuerpo y arco cigomático, borde inferior
mandibular y la rama. Se debe evaluar la dinámica mandibular en guías excursivas
(apertura, cierre y lateralidades), buscando cualquier limitación mecánica. La palpación
de los cóndilos mandibulares debe ser bilateral, en reposo y dinámica, buscando la
presencia de dolor, aumentos de volumen o silencio condíleo. Si se sospecha una fuga de
líquido cefalorraquídeo, se debe realizar una evaluación por el equipo de neurocirugía y
considerar el uso de profilaxis antibiótica. (Lynham, 2004)

Ilustración 8:Fractura de tercio medio por trauma de alta


energía. Ante esta signología facial, debe sospecharse
fractura compleja de la cara, fractura de base de cráneo
con o sin pérdida de LCR.

Se sugiere realizar evaluación sensorial del paciente con ojos cerrados (nervio trigémino
en sus ramos: V1 región frontal, V2 región infraorbitaria, y V3 en labio inferior y
mentón). Mientras que las lesiones motoras del nervio facial se pueden evaluar mediante
instrucciones: levantar la frente (ramo temporal), cerrar los ojos (ramo cigomático), inflar
las mejillas y mostrar los dientes (ramo bucal), mover el labio inferior (ramo marginal
mandibular)
Es importante destacar que el examen maxilofacial va de la mano en muchas
oportunidades con la evaluación primaria. Muchas condiciones del trauma cráneofacial
pueden comprometer la vía aérea, columna cervical, generar hemorragias, entre otros. En
trauma cráneofacial es importante buscar dirigídamente eventuales obstrucciones de la
vía aérea en donde las causas pueden ser múltiples; hemorragias de estructuras faciales u
orales, aspiración de cuerpos extraños, regurgitación de contenidos gástricos, obstrucción
con la lengua en pacientes inconscientes o con fracturas mandibulares bilaterales.
(DeAngelis, 2014)

Ilustración 9:Radiografía de Tórax. Se observa imagen


radiopaca a nivel cervical, correspondiente a prótesis dental
aspirada.

Si el paciente presenta compromiso de conciencia, se debe considerar la intubación


precoz, mismo que se necesitan indicadores para el manejo avanzado tales como:

1. Incapacidad para ventilar: Por obstrucción de las vías aéreas, trauma torácico,
parálisis o fatiga respiratoria.
2. Incapacidad para oxigenar: Lesión por inhalación, síndrome de dificultad
respiratoria aguda o edema pulmonar.
3. Protección de las vías aéreas respiratorias: Estado mental de inconsciencia, o
conciencia alterada, traumatismo cráneofacial grave (fractura panfacial), sangrado
oral abundante con riesgo de aspiración.
Ilustración 10:Intubación submentoniana en
trauma facial complejo. Paciente con
contraindicación para intubación nasal.

En casos de una vía aérea difícil con obstrucción de la vía aérea alta, el manejo quirúrgico
de urgencia de la vía aérea no debe retrasarse, siendo indicado la realización de una
cricotiroidotomía de urgencia.

Se describe que alrededor del 0,3 a 19,3% de los pacientes que presentan fracturas
faciales, tienen algún tipo de lesión cervical asociada. Por lo tanto, además de la vía aérea,
es importante evaluar la columna cervical de manera simultánea al comienzo de la
evaluación del paciente. (Morris, 2008)
Evaluación neurológica
Se debe realizar una evaluación íntegra del estado neurológico del paciente y reevaluar
frecuentemente. Especial énfasis debe ponerse en los nervios craneales, los que deben ser
evaluados según el protocolo habitual.
Factores de riesgo
Mecanismos de alta energía
Antecedentes del
Muerte de uno de los accidentados
accidente
Sospecha de lesión penetrante de cráneo
Edad > 65 años
Epilepsia
Tratamiento anticoagulante oral o coagulopatía previa
Antecedentes del
Antecedentes de enfermedad neuroquirúrgica previa
paciente
Alcoholismo crónico
Abuso de drogas
Paciente sin apoyo social
Segunda consulta
Pérdida de conciencia mayor a 5 min
Elementos de la Cefalea intensiva y progresiva
anamnesis Vómitos explosivos
Presencia de convulsiones
Amnesia pre o post traumática
Presencia de déficit neurológico
Hallazgos del Presencia de otorragia
examen físico y Presencia de otorragia y rinorraquia
neurológico Signos de fractura de base de cráneo (ojos de mapache, signo de Battle)
Agitación psicomotora
Estudio
Presencia de fractura de cráneo
radiológico

Es común encontrar durante el examen neurológico la presencia de parestesias en


fracturas del tercio medio facial o en fracturas mandibulares, las cuales están asociadas
principalmente a la compresión de los ramos del nervio trigémino. La mayoría de estas
lesiones tienen resolución espontánea, por lo que su manejo por especialidad se debe
realizar diferidamente. (Ellis, 2000)
Evaluación oftalmológica
La derivación oportuna al oftalmólogo es clave para evitar secuelas graves, y las
indicaciones para derivación son: cualquier lesión penetrante del globo ocular, cuerpo
extraño intraocular, rotura del globo, reducción de agudeza o campo visual, lesiones
corneales, hifema, deformidad de la pupila, reflejo fotomotor alterado, hemorragia vítrea,
desprendimiento de retina.
La evaluación oftalmológica debe incluir un examen de la córnea, conjuntiva, párpados,
evaluación de campo y agudeza visual, movimientos oculares y reflejo pupilares. Las
posiciones relativas del canto medial y lateral deben ser evaluadas en búsqueda de
desprendimientos del ligamento cantal o una lesión naso-orbito-etmoidal.
Imagenología
El estudio radiológico tiene como limitante la sobreproyección de las estructuras
presentes en la región maxilofacial.
En la actualidad se considera a la tomografía computarizada del macizo facial como el
examen de elección y gold standard para evidenciar y caracterizar rasgos de fracturas
faciales. En caso de no contar con equipos de imágenes tridimensionales existen otras
técnicas que pueden ser útiles. Es importante evaluar la indicación de imagenología sobre
todo en pacientes pediátricos. (Mehta, 2012)

Ilustración 11:Reconstrucción tridimensional de fractura panfacial Le Fort III derecha, Le Fort I


izquierda, y fractura de cuerpo mandibular bilateral.

3.4. MANEJO DE LA VÍA AÉREA


Métodos manuales:

• Elevación del mentón

La maniobra de extensión cefálica y elevación del mentón puede ser realizada por
personal Lego, es decir aquellos que no son proveedores de cuidados de la salud, en
pacientes con y sin lesiones traumáticas, aunque se debe tener especial cuidado en
pacientes traumatizados pues la elevación del mentón usualmente se acompaña de una
hiperextensión de la columna cervical, lo cual complica lesiones que pueden ser
irreversibles. Esta técnica cierra la boca y permite una movilización indirecta de los
componentes musculares de la lengua que están insertados en la mandíbula.

• Tracción mandibular:

Es la técnica más segura para abrir la vía respiratoria en pacientes con traumatismo,
genera una alineación más efectiva entre el mentón, el hiodes y la epiglotis y además se
puede practicar por lo general sin extender el cuello.

Métodos mecánicos

• Cánulas Orofaríngeas:

La función de este tipo de cánula es sujetar la lengua hacia delante para asistir en el
mantenimiento de una vía aérea abierta y ventilar a un paciente que no está apneico o que
esta inconsciente y no tiene reflejo nauseoso. La inserción incorrecta puede desplazar la
lengua hacia la hipofaringe, lo que causa obstrucción de la vía aérea.
• Cánulas Nasofaríngeas:

Son tubos sin manguito, de goma o plástico blando. Están indicadas cuando es
técnicamente difícil o imposible introducir una cánula orofaríngea debido a un reflejo
nauseoso intenso, un trismo, un traumatismo peribucal masivo o una sutura con alambre
de los maxilares.

• Intubación Orotraqueal:

La intubación endotraqueal es reconocida como el patrón de oro (gold standard) para


asegurar la vía aérea, suministra una adecuada oxigenación y proporciona la protección
más segura contra la broncoaspiración una vez el tubo este bien insertado, para ello se
deben auscultar ambos campos pulmonares y el epigastrio, verificar la presencia de vapor
de aire a través del tubo endotraqueal, observación del epigastrio en busca de elevación
durante la insuflación que orienta hacia intubación esofágica, marcación de los
centímetros a nivel de la comisura labial que indica la longitud del tubo introducido,
saturación de oxígeno con pulsoxímetro, capnógrafo, radiografía de tórax para observar
la posición del tubo.

• Intubación Nasotraqueal:

Esta técnica consiste en la inserción de un tubo de calibre más pequeño que los utilizados
en la intubación orotraqueal a través de las narinas, previo a la introducción del tubo se
debe lubricar la fosa nasal Esta contraindicada en pacientes con fractura de base de cráneo
y en pacientes con traumatismos faciales severos, con fracturas de maxilar con movilidad
tipo Lefort II y III por su riesgo de introducción intracraneana.
• Intubación Retrograda:

La intubación retrograda es una técnica alternativa cuando se ha fallado con los métodos
convencionales como la laringoscopia directa, intubación nasal y fibroscopia como
consecuencia de la anatomía desfavorable en los traumatismos faciales, sangrados
profusos y en pacientes con limitado movimiento del cuello y de la apertura oral.

• Máscara Laríngea:

Proporciona una conexión entre la vía aérea anatómica y un sistema respiratorio externo.
Su seguridad y eficacia se ha documentado bien desde su introducción como método de
uso general para la vía aérea. La máscara laríngea es una mezcla entre la máscara facial
y el tubo endotraqueal en términos de posición anatómica, grado de invasión.

• Combitubo:

Es un dispositivo de vía aérea de doble lumen (dos tubos) con un diámetro externo de 13
centímetros. Presenta dos balones: uno distal, pequeño que puede quedar ubicado traqueal
o esofágico, y otro proximal de mayor volumen que se ubica en la orofaringe. Cuando el
tubo queda alojado en el esófago, a través de esta luz distal se puede succionar contenido
gástrico, mientras por la otra luz se ventila hacia la laringe por medio de pequeños
orificios ubicados en el segmento de tubo que queda entre los dos balones.
Métodos transtraqueales

• Vía Aérea Quirúrgica (Cricotiroidotomia, Traqueostomía):

Cuando el compromiso de la Vía aérea es inminente y los intentos de intubación han sido
fallidos, se debe considerar la cricotiroidotomía o la traqueostomía. La técnica de la
cricotiroidotomía consiste en la inserción de un tubo traqueal apropiadamente
seleccionado según el tamaño a través de una incisión justo debajo de la membrana
cricotiroidea. (MARTÍNEZ, 2007)

Intervención Inicial En El Trauma Maxilofacial

El manejo del paciente víctima de trauma maxilofacial debe ser transdisciplinario ya que
con frecuencia la situación es de politraumatismo, es decir que se afectan diferentes
estructuras del cuerpo humano, y por consiguiente se hace necesaria la intervención de
especialidades médicas y odontológicas que permitan garantizar un correcto y efectivo
abordaje. La prioridad absoluta en la resucitación inicial de cualquier paciente víctima de
trauma con compromiso ventilatorio es asegurar una vía aérea permeable y proporcionar
una adecuada oxigenación.
La integridad de la vía aérea es un factor determinante en los primeros minutos en los
cuales debe ser evaluada y abordada, por tal motivo se debe inspeccionar cuidadosamente
identificando y extrayendo los potenciales peligros que representan algunos materiales en
boca y faringe, como sangre o cuerpos extraños, alimentos, dientes, trozos de prótesis
dental, esquirlas óseas).
El trauma dental y las heridas maxilofaciales en general cursan con hemorragias
significativas por ser una estructura altamente vascularizada, pues al controlar el sangrado
protegemos la vía aérea y prevenimos el desarrollo de un shock hipovolémico.
El sangrado generalmente cede a la compresión, si no mejora, se intenta ligar el vaso
comprometido, si es imposible y el sangrado es masivo, es necesario ligar la arteria
carótida externa. (Helwani, 2006)
De tal forma que se debe verificar además si hay edema o hematomas progresivos, tamaño
y movilidad de la lengua verificando que no presente signos de obstrucción que cursa con
algunos signos que deben ser reconocidos para determinar la intensidad del compromiso,
el cual varía entre leve a muy grave o total, por ende si el paciente puede respirar de
manera ruidosa, presenta aleteo nasal, mismo que utiliza los músculos accesorios de la
respiración, y se muestra confuso y agitado; puede tornarse además pálido, taquicárdico
y la presión sanguínea se incrementa, aún en un estadio temprano de hipoxia e
hipercapnia. (Thierbach, 2002)

4. CONCLUSIÓN
El trauma como tal es la demarcación del máxilo facial que corresponde a una compleja
patología, donde su prevalencia ha ido en aumento debido al cambio e incremento de sus
factores etiológicos, pues la dificultad del manejo de estos cuadros es multidisciplinaria,
por lo que cada especialidad tiene un rol importante al momento de realizar un correcto
tratamiento, ya que al ser lesiones multifactoriales y generalmente asociadas a
traumatismos de alta energía, la evaluación inicial de urgencia es fundamental, para
diagnosticar y manejar eventuales compromisos y complicaciones de estructuras vitales
vecinas al territorio máxilo facial.

Por ende, cuando el paciente posee un trauma maxilofacial condiciona actitudes


especiales durante su manejo inicial que comprende especialidades médicas y
odontológicas por el apremiante compromiso de la vía aérea por trastornos anatómicos
sumado a las hemorragias y en ocasiones cuerpos extraños (piezas o prótesis dentales,
fragmentos óseos o cartilaginosos).

Concluyendo así que un manejo coordinado del profesional odontológico puede


intervenir en el tratamiento inicial de los pacientes con trauma maxilofacial, garantizando
la vida, funcionalidad y la estética del paciente, pues de no ser así estos pacientes pueden
verse afectados por los factores determinante que pueden llegar a deteriorar la capacidad
funcional de masticar, de hablar, de abrir y cerrar la boca, es así que la permeabilidad de
la vía aérea es primordial en el manejo de todos los pacientes que sufran un traumatismo
maxilofacial a fin de asegurar una adecuada ventilación tisular lo que previene el
metabolismo anaeróbico que deteriora el pronóstico de vida.
5. BIBLIOGRAFÍA
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