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EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO

Historia y antecedentes.

La ley 12.008 sancionada como consecuencia de la reforma constitucional provincial de


1994, vino a reemplazar al llamado “Código Varela”- ley 2961-, que rigió desde 1906
parcialmente hasta mediados de diciembre de 2003. Dicha ley que tenía la
denominación de “Código de Procedimientos en lo Contencioso Administrativo”, fue
concebida por el Dr. Luis Vicente Varela quien cumpliendo el decreto del Poder
Ejecutivo provincial de fecha 6 de junio de 1903, trabajó en el proyecto entre los meses
de junio y septiembre de 2003.
Las fuentes que utilizó el prestigioso jurista para elaborar el proyecto en general fueron
la ley española de 1888, -denominada Ley de Santa María de Paredes, por ser uno de
sus autores-, también acudió a los debates parlamentarios de la mencionada ley, a los
tratados de derecho administrativo de autores españoles, y en el jurista francés Vivien –
entre las principales fuentes en que se inspiró el autor-.

El Código y la Constitución

 La competencia en la materia contencioso administrativa siempre se mantuvo en


manos de la Suprema Corte provincial hasta que la última reforma constitucional
dispuso que dicha competencia estuviera a cargo de juzgados contenciosos
administrativos que debían crearse para comenzar a funcionar con un nuevo
código de la materia a sancionarse antes del 1º de octubre de 1997 –ver art. 215
de la Constitución provincial-.

 La materia también está contenida en el texto constitucional, donde se expresa: “


[…] Los casos originados por la actuación u omisión de la provincia, los
municipios, los entes descentralizados y otras personas, en el ejercicio de
funciones administrativas, serán juzgados por
tribunales competentes en lo contencioso-administrativo, de acuerdo con los
procedimientos que determine la ley, la que establecerá los supuestos en que resulte
obligatorio agotar la vía administrativa.”,
-confr. art. 166 3er párrafo de la Constitución provincial-

 El texto constitucional prevé que : “[…] Hasta tanto comiencen las funciones de
los tribunales en lo contencioso administrativo, la Suprema
Corte de Justicia decidirá, en única instancia y juicio pleno, todas las causas
correspondientes al
referido fuero que se hubieren iniciado, hasta su finalización”, -art. 215, 2do
párrafo de la C. Prov.-.

Con respecto a los magistrados que integrarían el nuevo fuero, el convencional


constituyente estableció que a diferencia de lo previsto en la primer parte de la cláusula
transitoria 217, que permitía la designación sin concurso, los jueces contenciosos debían
ser designados por el nuevo sistema que se creaba con el Consejo de la Magistratura, -
conf. art. 217, 2do párr. C. Prov.-.

 Sí bien la Constitución provincial disponía como fecha de entrada en vigencia


del nuevo código contencioso administrativo y en comienzo de actividades del
fuero especializado en octubre de 1997, y por otra parte también la ley 12162
modificando el plazo constitucional estableció una nueva fecha -1º de junio de
1999-, lo cierto es que la demora injustificada de los tres poderes del Estado
llevó a que la intención del convencional constituyente, recién se concretara el
15 de diciembre de 2003, cuando comenzaron a funcionar los juzgados de
primera instancia de la materia, en los departamentos judiciales de La Plata,
Mar del Plata, San Martín, San Nicolás y Lomas de Zamora.
Para una segunda etapa, el 25 de marzo de 2004 se pusieron en funcionamiento
los juzgados de Dolores, Mercedes, Necochea, San Isidro y Zarate-Campana

Ley 12.008

 Competencia. El código comienza su articulado, con una cláusula general


donde define la materia contencioso administrativa que estará dentro de su
competencia. El marco para fijar su competencia proviene del artículo 166 de la
Constitución provincial, la citada norma confiere competencia a los tribunales
contenciosos para el conocimiento y decisión de las pretensiones que se
deduzcan en casos originados por acción u omisión, en el ejercicio de funciones
administrativas, de los órganos de la Provincia, municipios, entes
descentralizados y otras personas, -confr. art. 1º, 1er párr. ley 12008-.
 El código anterior devino muy restrictivo, ya que solo permitía el reclamo por
una resolución definitiva dictada por el Poder Ejecutivo, las municipalidades o la
Dirección General de Escuelas, siempre que dicha resolución afectare un
derecho de carácter administrativo derecho subjetivo- establecido a favor del
reclamante por una ley, un derecho, un reglamento u otra disposición
administrativa preexistente.

 Para que pueda apreciarse lo sustancial de las modificaciones que trajo este
nuevo código, a modo de ejemplo diremos que era tan estricta y restringida la
interpretación que hacia la Suprema Corte sobre su competencia, que en cuanto
a los legitimados pasivos se declaraba incompetente para juzgar reclamos de
empleados públicos de Legislatura o del mismo Poder Judicial, también
contratos administrativos firmados por esos poderes.
 En cuanto a la importancia del agregado de la acción u omisión, debe tenerse en
cuenta que antes solo se permitía el acceso a esta vía cuando se trataba de
derechos subjetivos, y los mismos eran violados por una disposición definitiva
de los sujetos mencionados en esa primer a cláusula . No se le reconocía
legitimación a las asociaciones sindicatos - por sus afiliados; ni a los vecinos por
sentirse afectados por una habilitación para construir; ni tampoco a los oferentes
y concursantes a quienes solo se les reconocía un “interés legitimo”, que
únicamente les permitía impugnar en sede administrativa. Tampoco se le
reconocía legitimación a los agentes que reclamaban por ascensos, dado que era
calificada como una actividad discrecional no justiciable.

 La segunda parte del art. 1º, expresa que la actividad de los sujetos mencionados
en primer término, se presume realizada en el ejercicio de funciones
administrativas y regida por el derecho administrativo. Procediendo esta
presunción aun cuando se aplicaren por analogía normas de derecho privado o
principios generales del derecho, -art. 1º , 2do párr. de la ley-.
 En muchas ocasiones, cuando la norma no es demasiado clara se espera que el
alcance y la interpretación de la misma, esté a cargo de los jueces, -en este caso
es importante la opinión de la Suprema Corte, que dirime en esta jurisdicción los
conflictos de competencia-, más en supuestos como el que nos ocupa, por la
entrada en vigencia de un nuevo código que reemplaza a uno casi centenario que
nos rigió hasta fines de 2003.
 Entonces para interpretar la norma comentada, vale acudir a la jurisprudencia de
la Suprema Corte : es competencia del fuero contencioso administrativo decidir
las pretensiones que tengan por objeto la impugnación de actos administrativos
emanados de los órganos superiores de las cajas de previsión social de
profesionales cuando actúan en ejercicio de la función administrativa, aún
cuando se invocaren o aplicaren por analogía normas de derecho privado (cfr.
arts. 166 in fine de la Constitución provincial; 1 incs. 1º y 2º, 2 inc. 3º y 75 de la
ley 12.008 -texto según ley 13.101; art. 10 ley 6716), -confr. SCBA, causa B.
69.512 del 17-IX-2008-. También tenemos que, resultan competentes los
juzgados contenciosos administrativos, cuando versen sobre la responsabilidad
patrimonial, generada por actividad lícita o ilícita del municipio, aún cuando se
invocaren o aplicaren por analogía normas del derecho privado … -confr.
SCBA, causa 69.569 del 10-X-2008-. Asimismo, se consideró competencia de
los juzgados contenciosos administrativo, el reclamo por accidente en una
autovía al colisionar el actor con un animal suelto en ruta, -a pesar de no
demandar a la Provincia-, por la omisión de una de las personas mencionadas en
el art. 166 de la C. provincial, conflicto suscitado entre prestadores de servicios
públicos y concesionario y usuarios, -confr. SCBA, causa B. 69.947 del 18-III-
2009- .

 La ley en su art. 2º hace una enumeración de “casos” incluidos en la materia


contencioso administrativa, expresando que son de competencia de los juzgados del
fuero:
 La impugnación de actos administrativos, de alcance particular o general, y las
ordenanzas municipales. Se incluyen en esta categoría las impugnaciones deducidas
contra resoluciones dictadas por el Tribunal de Cuentas, por el Tribunal Fiscal, y por
cualquier otro tribunal administrativo, así también como de todos los actos
sancionatorios dispuestos en ejercicio de policía administrativa. Se cumple así con el
control judicial suficiente de la doctrina de la Corte nacional in re “Fernández Arias c.
Poggio”.
El mismo inciso 1º de la norma analizada prevé excepciones: están excluidas las
faltas municipales –art. 162, 2do párr. de la C. provincial-;
las faltas provinciales –art. 172 in fine C. provincial-; y faltas municipales y
provinciales de conformidad al art. 216 de la Constitución provincial (Art. 2º inciso
1ero de la ley 12.008).

 Las que se susciten entre prestadores de servicios públicos o concesionarios de


obras públicas y usuarios, en cuanto se encuentren regidas por el derecho
administrativo, -art. 2º inciso 2) ley 12.008-. Concesionarios de las autopistas,
cooperativas de electricidad, de gas, etc. y usuarios, siempre y cuando se trate de
cuestiones atinentes a normas administrativas.
 Las que versen sobre la responsabilidad patrimonial, generada por la actividad
lícita o ilícita de la Provincia, los Municipios y los entes públicos estatales
previstos en el artículo 1°, regidas por el derecho público, aún cuando se
invocaren o aplicaren por analogía normas del derecho privado –art. 2º inciso 4º
ley 12.008-. Cuestiones suscitadas por responsabilidad de los sujetos
mencionados en el primer artículo, por acción u omisión, por actividad lícita o
ilícita.
 Las causas vinculadas con tributos provinciales y municipales, -art. 2º inc. 5º ley
12.008-. Evidentemente se relaciona al cuestionamiento que se pueda hacer a
dichos tributos, dado que lo relacionado a la ejecución por apremio, las primeras
son contenciosas, las segundas no tramitan en el fuero civil o en su defecto en
juzgados de paz.

 También son competentes los juzgados contencioso administrativos – art. 2º


inciso 6º ley 12.008-, para las cuestiones vinculadas con contratos
administrativos, siempre en relación a su celebración, interpretación, ejecución o
rescisión, aunque fuere entre dos personas privadas, siempre y cuando su
finalidad sea pública, -confr. SCBA, causas B. 57.929 del 18-II-2009 y B.
69.021 del 8-VII-2008-.
 Otro supuesto, es las causas promovidas por los sujetos mencionados en el
artículo 1º de la ley, cuando las cuestiones que se sometan estén regidas por el
derecho administrativo, -art. 2º inciso 7º de la ley 12008, incorporado por la ley
13.101-. Lo novedoso del caso, es que con el anterior código las personas
mencionadas en el primer artículo no podían ser parte actora.
 Además también son competentes los juzgados del fuero para las cuestiones
relacionadas a la ejecución de tributos provinciales, -art. 2º inciso 8º de la ley,
también incorporado por ley 13.101-. Este inciso se refiere a la ejecución de
créditos fiscales en tributos provinciales de inmobiliario, automotor, impuesto de
sellos, etc. Por vía del apremio.

 Las que versen sobre limitaciones al dominio por razones de interés público,
servidumbres administrativas y expropiaciones, -art. 2º inciso 9º de ley 12.008
incorporado por ley 13.101-. El último inciso del artículo 2º con la reforma
introducida por la ley 13.101 incorporó dos instituciones que son típicas de la
materia administrativa como las servidumbres y expropiaciones, que habían sido
dejadas de lado por el primer legislador que intervino en la redacción del código
de la materia. De todos modos el legislador advierte al final de la norma, que la
mención de estos supuestos no es taxativa, ergo se podrían incorporar otras
situaciones a las ya enumeradas.

 El tercer artículo de la ley 12.008 incorpora una creación pretoriana de la


Suprema Corte, dado que en otras conformaciones y hasta mediados de la
década de los 90, estaba prohibido según interpretaba el mencionado tribunal,
incorporar cuestiones de inconstitucionalidad de las normas que se juzgaban en
este fuero. La norma en análisis expresa que: La competencia contencioso-
administrativa no quedará desplazada aún cuando para la resolución del caso
fuere necesario declarar la inconstitucionalidad de leyes, de ordenanzas
municipales o de actos administrativos de alcance general o particular, -art. 3º
ley 12.008-.

 Esta cuestión de plantear la inconstitucionalidad de las normas en la demanda


contencioso administrativa, que otrora era inconcebible en viejas
conformaciones de la Suprema Corte, se modificó tal como puede apreciarse en
los leading cases del mismo tribunal, “Molinos Río de La Plata”, causa B.
53.450 y “Cebitronic” causa B. 51.686 ambas del 3-III-1998 con voto del Dr.
Hitters en mayoría.

 Seguidamente la ley menciona los casos “excluidos” de la competencia


contencioso administrativa, haciendo alusión a tres supuestos:
 Las que se encuentran regidas por el derecho privado o por las normas o
convenios laborales, -art. 4º inciso 1º ley 12.008-. Como ejemplos se pueden
mencionar contratos que concreta la Administración por locación inmuebles,
cobro de pesos por contratos administrativos, etc. Los relacionados a tutela
sindical de empleados públicos, accidentes de trabajo de los mismos agentes.,
agentes públicos que se rigen expresamente por ley de Contratos de Trabajo
(LCT).

 Las que tramitan mediante los juicios de desalojo, interdictos y las pretensiones
posesorias, -art. 4º inciso 2º ley 12.008-. Como ejemplos de los criterios de la
Suprema Corte sobre la aplicación de esta norma, pueden verse sobre desalojo
causa B. 69.748 del 22-IV-2009, sobre interdicto de recobrar la causa B. 69.630
del 10-IX-2008, y sobre interdictos posesorios, la causa B. 69.854 del 10-VI-
2009.
 El tercer supuesto, se refiere a la solución de los llamado conflictos
interadministrativos provinciales que serán dirimidos por el Poder Ejecutivo
Provincial, conforme al régimen que al efecto se apruebe, -art. 4º inciso 3º de ley
12.008-. Cabe agregar que aún no se ha concretado la mencionada
reglamentación, pero que dichos conflictos se dirimen de conformidad a la ley
de procedimientos administrativos provincial – decreto-ley 7647/70-.

 Con respecto a los criterios de la determinación de la competencia en razón del


territorio, la ley comentada establece los siguientes criterios:

 El primer inciso de la norma establece la regla general, al expresar que: Será


competente el juzgado contencioso-administrativo correspondiente al domicilio
de las personas cuya actuación u omisión dé lugar a la pretensión procesal, -art.
5º inciso 1º ley 13.101-. Se cumple de este modo la intención del convencional
constituyente de la inmediatez del órgano judicial, dado que con el anterior
código todas las cuestiones se dirimían en La Plata, sede de la Suprema Corte-.
 Seguidamente se mencionan los supuestos de excepción a la regla establecida en
la primera parte de la norma analizada:
 Las relativas a la relación de empleo público, en las que será competente el juez
correspondiente al lugar de la prestación de servicios del agente, o al del
domicilio de la demandada, o al del domicilio del demandante a elección de este
último – inciso 1- a) del art. 5º-. Se establece una triple opción similar a las que
rigen en los procesos laborales, muy útil teniendo en cuanta que
mayoritariamente de algún modo, son cuestiones que se relacionan a derecho
alimentarios, y el agente no podía en la situación normativa anterior a veces
hacer frente a los gastos de litigar ///

 en otra jurisdicción lejos de su domicilio o de su trabajo, teniendo en cuenta que


pocos abogados se dedicaban a este tipo de litigio.
 Las que versen sobre pretensiones deducidas por reclamantes o beneficiarios de
prestaciones previsionales y pretensiones contra resoluciones de colegios o
consejos profesionales y sus cajas previsionales en las que será competente el
juez correspondiente al domicilio del interesado o al de la demandada, a elección
del demandante, -art. 5º, inciso 2- b) ley 13.101-. Se puede hacer similares
apreciaciones que en el caso descripto precedentemente.

 Las que se susciten entre prestadores de servicios públicos o concesionarios de


obras públicas y usuarios, en las cuales será competente el juez correspondiente
al lugar de ejecución de la prestación, -art. 5º, inciso 2-c) ley 13.101-. La única
explicación en este supuesto, es que el legislador prefirió aplicar este criterio del
lugar de la prestación del servicio, por sobre otras opciones.

 Las que versen sobre pretensiones relacionadas con contratos administrativos en


las que será competente el juez correspondiente al lugar de celebración del
contrato. Si el contrato lo admitiere en modo expreso, las referidas controversias
podrán plantearse, a opción del demandante ante el lugar de cumplimiento o el
del domicilio del demandado, -art. 5º, inciso 2- d) ley 13.101-. Aquí si bien se
prioriza la competencia en el lugar de ejecución del contrato, también se deja la
posibilidad de que las partes en el respectivo instrumento puedan fijar
expresamente el lugar del domicilio del demandado.
 Las correspondientes a servidumbres administrativas y expropiaciones, en las
cuales será competente el juez correspondiente al lugar de radicación de los
bienes involucrados. Este criterio se aplicará para las pretensiones resarcitorias
en el caso de las restantes limitaciones al dominio por razones de interés público,
salvo que ellas incluyan el pedido de anulación de un acto administrativo en
cuyo caso se aplicará la regla consagrada en el inciso 1) del presente artículo, -
art. 5º, inciso 2-e) ley 12.008-.

Improrrogabilidad de la competencia

 La competencia contencioso administrativa en razón de la materia es


improrrogable. Podrá comisionarse a otros tribunales la realización de
diligencias o medidas ordenadas en los respectivos procesos, -art. 6º ley 12.008-.
 La norma sobre improrrogabilidad de la competencia es bastante clara, y no
admite muchas discusiones, sobre la posibilidad de que las partes puedan de
común acuerdo modificar las competencias fijadas por la ley.
 En cuanto a la segunda parte del artículo, si bien está admitida y es normal y
habitual que se comisione a otros órganos judiciales diligencias del proceso que
se tramita en el juzgado, creemos que no es lo ideal, pues sería lo mejor que el
juez que deba dictar sentencia esté presente en todas las diligencias, como
declaraciones de testigos, absoluciones, o inspecciones oculares.

Conflictos de competencia.
 La norma describe las distintas situaciones que se dan dentro de estas
circunstancias relacionadas a los conflictos de competencia, que son numerosos sobre
todo teniendo en cuenta que se trata de un código de pocos años de vigencia, con
normas que a veces no son lo suficientemente claras para determinar qué juzgado es
competente.
 La ley dice que: Los conflictos de competencia entre los jueces contencioso
administrativos serán tramitados por vía incidental y resueltos por la Cámara de
Apelaciones en lo Contencioso Administrativo con competencia territorial común,
causando ejecutoria su decisión. Los conflictos planteados entre un Juez Contencioso
Administrativo o una Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y un
Tribunal de otro fuero, serán resueltos por la Suprema Corte de Justicia, causando
ejecutoria su decisión, -art. 7º según ley 13.101-. La regla establecida por la ley es
sencilla, si dos órganos son del mismo fuero y tienen una alzada en común, esta última
dirime el conflicto. Si se trata por ejemplo de conflicto entre un juzgado contencioso
administrativo y un tribunal laboral o juzgado civil, le corresponderá a la Suprema Corte
resolver.

 Durante el trámite del conflicto de competencia, se suspenderá el procedimiento


sobre lo principal, salvo las medidas cautelares o cualquier diligencia de cuya
omisión pudiere resultar un perjuicio grave, -art. 7º inciso 2º ley 13.101-. La ley
obliga al juez que recibe la causa, a que independientemente de la excusación
que formule, se aboque a la resolución de las cuestiones urgentes que puedan
causar un perjuicio grave, por ejemplo si se ha solicitado una medida cautelar, el
magistrado deberá sustanciarla independientemente de su excusación, el resto de
los trámites en cuanto no sean urgentes se suspende.
 Por último la norma determina, que: Cuando se declarase que el caso es
contencioso administrativo, se dispondrá la prosecución de las actuaciones en
esta vía. En tal supuesto, para verificar el cumplimiento del plazo previsto en el
artículo 18º, la pretensión se considerará presentada en la fecha de interposición
de la demanda aunque el juez sea incompetente, -art. 7º inciso 3 ley 13.101-.

Declaración de incompetencia

 La ley determina en qué momento el juez contencioso administrativo deberá


analizar su competencia, y decidir si la acepta o se excusa. La norma establece
que: El juez, antes de dar traslado de la demanda, procederá a declarar, si
correspondiere, y por resolución motivada, su incompetencia. En tal supuesto
remitirá los autos al tribunal considerado competente, si perteneciere a la
jurisdicción provincial. En caso contrario, dispondrá su archivo, - art. 8º ley
13.101-.
  La norma describe el caso de que el juez directamente reciba de receptoria la
causa, pero puede suceder que previamente la haya recibido otro juzgado del
fuero, o de otro fuero como ser civil o laboral. En el primer supuesto si ambos
juzgados contencioso tienen la misma alzada, ella deberá dirimir el conflicto, si
no es así entiendo que deberá ser la Suprema Corte la que entienda en el tema de
las excusaciones. Si se trata de dos órganos de distinto fuero, también
corresponde resolver a la Suprema Corte, pero si es materia federal se
acostumbraba a ordenar el archivo del expediente.

Representación estatal y terceros

 De la representación de los órganos y entes estatales. El Fiscal de Estado


intervendrá en los procesos contencioso-administrativos, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 155 de la Constitución Provincial y las disposiciones
legales correspondientes, -art. 9 inciso 1º, según ley 13.101-. La intervención
del Fiscal de Estado en estos procesos tiene jerarquía constitucional y legal,
surge del art. 155 de la Constitución provincial y de la Ley Orgánica de la
Fiscalía de Estado –ver art. 1º del texto ordenado del decreto-ley 7543/69-,
donde se lo faculta para intervenir en representación de la Provincia en todos los
juicios donde se controviertan intereses del Estado, cualquiera sea su fuero y
jurisdicción.
 . Los representantes o letrados de los entes previstos en el artículo 1 tendrán los
mismos derechos y obligaciones de los demás que intervengan en el proceso. Se
exceptúan de esa regla, al Fiscal de Estado y al Asesor General de Gobierno,
quienes deberán ser notificados en sus despachos oficiales, -art. 9, inciso 4º
según ley 13.101-.

 Puede suceder, y así lo prevé la Ley Orgánica de la Fiscalía de Estado, que el


Fiscal demande la anulación de un acto provincial, -no es lo más habitual-, pero
el art.41 in fine de la mencionada ley no solo lo permite sino que lo exige, al
establecer que: cuando una resolución se dicte con transgresión a la
Constitución, a una ley o a un reglamento administrativo, el Fiscal de Estado
deducirá la demanda contencioso administrativa de inconstitucionalidad, según
corresponda ante la Suprema Corte de Justicia. En dichos supuestos la
representación de la Provincia será ejercida por el Asesor General de Gobierno –
art. 686 del C.P.C.C.- Ver SCBA, causa B. 54.012 del 7-III-1995-.
 Convalida lo anterior, que actualmente el mismo código ritual, establece
expresamente esa intervención, al establecer que: Cuando en el ejercicio de sus
funciones, el Fiscal de Estado promueva una pretensión anulatoria de un acto
administrativo emanado de una autoridad provincial, la defensa procesal de ésta
y la correspondiente intervención en el proceso, en representación de la parte
demandada, corresponderán al Asesor General de Gobierno, -inciso 2. del art. 9-

 La obligación de notificar al Fiscal de Estado en su despacho de La Plata para el


traslado de demanda y la acusación de negligencias, solicitud de caducidad y sus
resoluciones, surgen de los arts. 27 y 28 de la Ley Orgánica de Fiscalía de
Estado –decreto-ley 8650/76-. Las demás providencias mencionadas en el art. 27
serán notificadas en los restantes departamentos judiciales de la Provincia, a los
representantes del Fiscal de Estado en el domicilio por ellos constituido – art. 28
L.O.F.E.-

 Respecto de los demás órganos que no sean representados por el Fiscal de


Estado, la ley prevé que: Los Municipios y demás entes provinciales o
municipales que comparezcan como actores o demandados, y no estén
alcanzados por los términos del inciso 1), última parte del presente artículo,
serán representados por los abogados de sus respectivos servicios jurídicos, o
por los letrados que se designen, art. 9, inciso 3º según texto ley 13.101.

Coadyuvantes

 El nuevo código mantiene la figura del coadyuvante que estaba prevista en el


Código Varela, pero con el siguiente alcance:
 Los terceros directamente favorecidos por la actuación u omisión que diera lugar
a la pretensión, intervendrán como coadyuvantes en cualquier estado del
proceso. Su intervención no podrá hacer retrotraer, interrumpir o suspender el
proceso cualquiera sea el estado en que intervengan – art. 10, inciso 1º según
texto ley 13.101-.
 Luego agrega la norma analizada, que: En su primera presentación el
coadyuvante deberá cumplir, en lo pertinente, con los recaudos exigidos para la
demanda. Cuando hubiere más de un coadyuvante de una misma parte, el Juez
podrá ordenar la unificación de su representación, -art. 10, inciso 2º según texto
ley 13.101-. 
 Y finalmente, la norma expresa que: El coadyuvante tiene los mismos derechos
procesales que la parte con la que coadyuva. La sentencia tendrá efectos y hará
cosa juzgada en relación al coadyuvante, -art. 10, inc. 3º según texto ley 13.101-.

 La figura del coadyuvante había sido introducida en el código en 1906 por Luis
V. Varela, el codificador en su nota al art. 48 expresó, que dicha norma se
limitaba a amparar a quienes se beneficiaban con una decisión administrativa
amenazada en su ejecución por una demanda judicial y debido a que su interés
se mantenga.
 El coadyuvante puede intervenir tanto en defensa de la posición oficial como en
sustento de la postura privada, y en los dos casos puede asumir el rol de actor o
demandado. El único requisito es que se encuentre favorecido por el proceder
activo u omisivo, dentro del caso o contienda suscitada, -confr. Botassi, Carlos
A.; “El nuevo proceso contencioso…”.
 El coadyuvante tiene los mismos derechos procesales que la parte con la que
coadyuva, actúa con amplitud, algo que no es reconocido en la mayoría de los
códigos provinciales, que solo regulan al coadyuvante adhesivo. Su
participación en el proceso según Botassi, es voluntaria lo que lo distingue del
tercero, que en ocasiones puede ser obligado a presentarse en juicio.
 Jurisprudencia relacionada: SCBA, causa B. 56.769 del 18-III-2009.

Terceros

 El código contencioso si bien incorpora la figura clásica del tercero en el


proceso, lo hace con remisión al Código Procesal Civil y Comercial de la
provincia.
 La norma establece que: En los demás casos la intervención de terceros en el
proceso, se regirá por las normas del Código Procesal Civil y Comercial, -art. 11
ley 12.008-.
 Botassi elogia el acierto del legislador al sostener, que para qué reiterar un
sistema normativo que ya está vigente y en cuyo rededor ya se han expedido los
autores y jueces.
 En la jurisprudencia de la Suprema Corte, en particular en un voto del Dr. Soria,
se puede apreciar que este ministro asimila al “coadyuvante” con el “tercero
voluntario”, mientras para el “tercero obligado” le da la condición de tercero
adhesivo con el alcance previsto en el C.P.C.C. –ver SCBA, causa B. 68.436 del
28-V-2008-. En una caso donde se debatían cuestiones ambientales, el mismo
tribunal sin disidencia, tuvo la misma interpretación, -SCBA, causa 67.491 del
13-VIII-2008-.

Pretensiones
 El Código bonaerense de 1905 (arts.1º y ss) otorgaba a la pretensión en el
contencioso administrativo una función netamente revisora por parte del Poder
Judicial sobre actos de la Administración considerados ilegítimos, injustos o
denegatorios de los derechos de los administrados. Esta fue la doctrina de la
Corte provincial durante su vigencia (ver fallos B-49.498, B-54.790 y 54.628).
 Acatando dicha función y dentro del principio de congruencia, lo debatido en el
ámbito jurisdiccional no podía ser más amplio o diverso que lo planteado en
sede administrativa.
 El proceso contenido en este código de 1905 era un esquema de impugnación de
un acto administrativo contra una autoridad administrativa y hecho por quien
tenía un derecho subjetivo, incorporándose luego por vía pretoriana aquellos que
demandaran por un interés legítimo.
 El nuevo código contencioso administrativo –ley 12.008 y modif.- ha
modificado notoriamente dos circunstancias en cuanto a las pretensiones
procesales posibles de deducir: a) el Poder Judicial bonaerense ha dejado de ser
un organismo meramente revisor; y b) no puede descartarse la posibilidad de
extender su conocimiento a cuestiones no planteadas en sede administrativa.
 La pretensión procesal es más amplia y diversa. Ahora el reclamo hecho ante la
justicia es para que otro sujeto (una entidad de derecho administrativo o un
sujeto comprendido dentro de esa rama) cumpla el acto, la omisión o la
prestación objeto de dicha reclamación.
 La exposición de motivos de 1997 explica que el objeto de la pretensión ya no es
solo el acto administrativo denegatorio de derechos, sino que se contempla un
amplio abanico de pretensiones que abarca la anulación de actos administrativos
de alcance general o particular; el reestablecimiento o reconocimiento del
derecho o interés tutelados; el resarcimiento de los daños y perjuicios, la
declaración de certeza sobre una determinada relación o situación jurídica; el
cese de una vía de hecho administrativa; o el emplazamiento para el dictado de
un acto administrativo.
 La reforma de la ley 13.101 excluyó las pretensiones referidas a la anulación de
ordenanzas municipales y a poder exigir la realización de una determinada
prestación por parte de algunos de los entes previstos por el artículo 1º del
Código; e incluyó dentro de la competencia material de los juzgados contencioso
administrativos las ejecuciones fiscales provinciales (arts.2º inc.8 y 76 bis del
CCA).

Inciso 1º: Pretensión anulatoria de actos administrativos

 Es el caso típico de impugnación o anulación de un acto administrativo tal como


queda enunciado en el artículo 2 inciso 1º del mismo código. Es una de las
materias esenciales del proceso contencioso administrativo que es recogida del
código anterior: es la facultad de nuestros tribunales especiales para decidir la
anulación de un acto administrativo emanado de los sujetos previstos en estas
normas; pudiendo dichos actos tener un alcance general o particular y la nulidad
a requerirse puede ser total o parcial.
 Según Marienhoff la nulidad puede surgir por un vicio grave tanto en el objeto
como en el contenido del acto, la causa, la falta de competencia del ente
administrativo o la regularidad en su formación.
 Por su parte Bielsa clasifica las nulidades de los actos administrativos en dos
categorías: 1) Nulidades expresas o textuales que son las surgidas expresamente
por la mención en la ley; y 2) Nulidades Virtuales que son las emergentes de
una recta interpretación de la ley. Cuando el derecho administrativo establece un
requisito esencial, este es de orden público siempre y su omisión invalida el
acto.
 Si el acto es anulable, pues la falta de un recaudo puede subsanarse o superarse
por confirmación, no podrá pedirse tal anulación si ha transcurrido el plazo de
prescripción dentro del cual puede plantearse.
 Si la naturaleza de la nulidad es manifiesta y absoluta ella puede declararse
inclusive de oficio y es insusceptible de prescripción.
 Este inciso 1º tiene correlación con otros preceptos del código, pues el nuevo
cuerpo procesal otorga la posibilidad a los interesados de plantear una sola litis
en procura de la anulación del acto junto con el reclamo del resarcimiento del
daño que la actividad u omisión le ocasionó; o en su defecto plantear dos casos
autónomos: el de nulidad primero y luego del éxito de este, la demanda por los
daños y perjuicios ocasionados (art.20 del CCA).
 En cuanto a la anulación de ordenanzas municipales, hay que señalar que si bien
la versión inicial del nuevo código contencioso administrativo provincial lo
preveía expresamente en el inciso 1º del artículo 12, con la reforma introducida
al texto normativo por la ley 13.101 se elimina la referencia a la impugnación de
las ordenanzas municipales ante el nuevo fuero. A su vez se modifica el artículo
77 inc. “a” de la ley orgánica de las municipalidades (Dec. Ley 6769/58)
añadiendo el párrafo “Las ordenanzas serán consideradas ley en sentido material
y formal”. Por ello la vía para controvertirlas ya no será la pretensión procesal
administrativa sino la acción originaria de inconstitucionalidad ante la Suprema
Corte de Justicia provincial (arts.161 inc 1º de la Constitución provincial y 683
y ss del CPCC).
 Si la ordenanza tiene alcance particular o no normativo, la impugnación debe
hacerse según la pretensión del código contencioso administrativo (art.12
inc.1º), criterio sostenido por el Máximo Tribunal de la provincia ya que ha
señalado que solo puede ser objeto de impugnación originaria a tenor del
artículo 161 inc.1º de la Constitución de la provincia normas que, con
independencia de su denominación, constituyan mandatos generales, abstractos e
impersonales dirigidos a al comunidad (causa I 2902, “Querequeta”, res del 18-
12-02).
 Por último, la impugnación o anulación indirecta de las ordenanzas municipales
–a través del cuestionamiento de los actos particulares que aplican dicha
ordenanza- no presenta ningún obstáculo en cuanto a su procedencia en sede
contencioso administrativa en el marco del artículo 12 del código del fuero.

Inciso 2º: Pretensión de reconocimiento o restablecimiento

 de derechos o intereses tutelados


 El supuesto de esta pretensión radica generalmente en una actuación u omisión
del demandado mediante las cuales ha desconocido o hecho cesar un derecho, un
interés o un beneficio legítimo del actor.
 Según Perrino mediante este remedio procesal se pretende el restablecimiento, la
superación o reconstrucción de un estado anterior al creado por un
comportamiento administrativo ilegítimo que el actor no está obligado a
soportar.
 En los casos en que la vulneración o desconocimiento del derecho se produce
como consecuencia de un acto administrativo, ese reclamo se efectiviza por
medio de la via impugnatoria respectiva, ya que para que tenga cabida el
eventual reconocimiento judicial del derecho, es razonable que simultáneamente
sea dejado sin efecto el acto administrativo que lo denegó.
 Según Hutchinson esta vía procesal ha sido considerada como una pretensión de
relleno, de cierre o residual mediante la cual se puede reclamar frente a alguna
lesión que produzca la Administración y que no tenga otro cauce procesal, no
siendo admisible en aquellos supuestos para los cuales se hubieran previsto
especiales requisitos de admisibilidad.
 Por su parte, la Suprema Corte provincial ha señalado que esta pretensión estaría
implícita en un reclamo por ejemplo que anule una sanción impuesta a un
empleado público, ya que el reclamo de las remuneraciones devengadas estaría
implícito (SCBA 30/9/97 B 52.530 “Frelberg”).
 Por su parte Soria considera que esta pretensión no es accesoria de la anulatoria
y que su autonomía constituye un factor de primer orden para ensanchar las
posibilidades de tutela judicial efectiva en el ámbito del proceso administrativo
(SCBA 7/5/03 B-58.169 “Kissner”).
 La conjunción disyuntiva “o” empleada por el legislador no significa una traba
para que ambas pretensiones se articulen en forma conjunta.

Inciso 3º: Pretensión Indemnizatoria o resarcitoria

 Los casos de responsabilidad pública y de indemnización, tanto por acción u


omisión, mediando una conducta lícita o ilícita de la Administración se ventilan
sin mayores reservas en el ámbito del proceso administrativo.
 Debido a sus características, las pretensiones indemnizatorias se encuentran por
vía de principio comprendidas en el criterio de demandabilidad directa, tal como
lo ha sostenido la Suprema Corte provincial en el caso “Gaineddu”.
 Cuando se trate de pretensiones de impugnación de un acto puede requerirse el
resarcimiento conjuntamente con ella o en forma autónoma (art.20 del CCA).
 Históricamente se pasó de una irresponsabilidad absoluta del Estado y de sus
funcionarios por un hecho dañoso a un principio de responsabilidad plena. Hasta
los primeros años de la década del 30 solo se contemplaba como responsabilidad
estadual la surgida de los contratos y por los actos de gestión, desestimándose la
responsabilidad extracontractual.
 El primer fallo en el cual la Corte Nacional adjudica responsabilidad
extracontractual al Estado fue en el caso “Devoto” en el año 1933. Desde
entonces y hasta la actualidad la base de la responsabilidad fijada emerge de los
principios del derecho civil (art.1112 del Código Civil), ya que merced a la
modificación introducida por la ley 17.711 se ampliaron las posibilidades de
condenar al Estado en este punto.
 En la jurisprudencia de la Suprema Corte provincial, en un primer momento se
consideró que cuando se había atacado la legitimidad de un acto, la ausencia de
reclamo ante la Administración de los daños y perjuicios derivados, excluía el
tema de la potestad revisora que tenía dicho órgano (SCBA causa B 48.264
“García Leis” 27/4/82). Más recientemente adoptó el temperamento de la Corte
nacional estableciendo que cuando la Administración se pronunció sobre la
legitimidad del acto, una insistencia sobre el mismo punto reclamando los daños
configuraba un ritualismo excesivo y dispendioso (SCBA causa B 49.736
“Sahagún” 5/9/95).

Inciso 4º: Pretensión declarativa de certeza

 Con este precepto y respecto de las relaciones o situaciones jurídicas regidas por
el derecho administrativo, el nuevo código ha incorporado expresamente este
instituto resolviendo la expresa negativa mantenida por la Suprema Corte
provincial sobre el particular.
 Bajo el régimen anterior, la corte bonaerense sentó una doctrina contraria a la
admisión de este remedio preventivo que no persigue una sentencia constitutiva
de derechos o de condena del demandado, ya que consideró que no formaba
parte de su competencia originaria, aún cuando versara sobre una situación
regida por normas de naturaleza y contenido administrativos (SCBA causa B
52.692 “Fundación Mainetti” 30/10/90).
 La Suprema Corte en su actual integración admitió esta clase de acciones bajo la
órbita de su jurisdicción originaria cuando se tratara de casos contencioso
administrativos. El precedente fue “Caja de Previsión Social para Agrimensores,
Arquitectos, Ingenieros y Técnicos” (causa B 64.222 del 17/7/02) dejando de
lado el criterio que este tipo de pretensiones aún en materia administrativa eran
improponibles por no hallarse expresamente reguladas en el Código Varela.

 CARACTERÍSTICAS: en este presupuesto el agotamiento de la vía


administrativa resulta inaplicable ya que la pretensión meramente declarativa no
configura un remedio estrictamente impugnatorio. En todo caso el paso por una
vía administrativa previa sería una opción del reclamante pero nunca una carga
procesal.
 Esto está consagrado por el articulo 14 inciso 1º d) del CCA por lo cual se
establece la demandabilidad directa en protección del interés del afectado por la
falta de certeza acerca del alcance, modalidades o vigencia de una relación
jurídico-pública.
 En materia tributaria, esta acción puede promoverse sin necesidad de efectuar el
pago previo del gravamen (solve et repete), tal como lo indica el art.19 inc. 3 b
del CCA.
 Tampoco esta pretensión está sujeta al requisito temporal del plazo de caducidad
para su interposición (art.18 del CCA).
 La remisión normativa al artículo 322 del CPCC que hace este inciso apunta
solo al trámite aplicable, ya que del análisis de este artículo 12 inc.4º del CCA se
desprende que para la viabilidad de la pretensión es necesario: 1) que exista un
estado de incertidumbre acerca de una determinada relación o situación jurídica
sea referida a su existencia, modificación, extinción, modalidades o alcances; 2)
que esa relación o situación jurídica esté regida por el derecho administrativo; y
3) que la declaración jurisdiccional de certeza sea funcional para satisfacer el
interés jurídico de quien la postula.
 Difiere de lo normado por el artículo 322 del CPCC en relación que no se exige
para su procedencia que no exista otro remedio procesal idóneo a modo de vía
residual o subsidiaria. El texto del Código Contencioso Administrativo ha
ignorado este recaudo. Sostiene Soria que exigirle el tránsito por la pretensión
anulatoria puede afectar la efectividad de la tutela judicial de sus derechos o
intereses (art.15 de la Constitución provincial).

Inciso 5º: Pretensión de cesación de una vía de hecho administrativa

 Para establecer que se entiende por vía de hecho de la administración podemos


recurrir al artículo 109 del Decreto Ley 7647/70 el cual señala que “La
Administración Pública no iniciará ninguna actuación material que limite
derechos de los particulares sin que previamente haya sido adoptada la decisión
que le sirva de fundamento jurídico”. (Igual texto en relación con la
Administración municipal se establece en el artículo 109 de la Ordenanza Gral.
267/80).
 Para autores como Dromi y Hutchinson las vías de hecho se configuran cuando
se dan los siguientes extremos: 1) Un acto material, una acción directa de la
Administración, un hacer de la actividad administrativa. 2) que ello importe el
ejercicio de actividades administrativas. 3) que esa actuación no se ajuste a
derecho por carecer de un acto administrativo, de una norma general que lo
avale o que tome como base un acto irregular por no haberse observado los
procedimientos administrativos correspondientes. 4) debe existir además un
atentado o una lesión de un derecho o garantía constitucionalmente reconocidos.
 Antes de la vigencia del nuevo código contencioso administrativo la Suprema
Corte provincial había exceptuado de la competencia administrativa aquellas
situaciones de vías de hecho entendiendo que siendo una actividad irregular de
la Administración, ello estaba contemplado en preceptos del código civil según
se hubiera actuado con culpa, error, negligencia u otro elemento vicioso (SCBA
causas B 57.106 del 5/3/96; B 57.601 del 8/10/96; B 55.432 del 23/11/93; B
57.738 del 20/10/96).
 El nuevo código contencioso administrativo modificó esta situación y podemos
señalar lo siguiente: 1) el caso está expresamente contemplado entre una de las
pretensiones a entender por el fuero. 2) la acción no está supeditada a la
instancia o los reclamos administrativos previos (arts.14 inc.1º d y 21 inc. 1º del
CCA). Se trata de uno de los supuestos expresos de demandabilidad directa. 3)
el plazo para deducir la demanda es de 90 días computados desde que la vía de
hecho fuera conocida por el afectado, bajo apercibimiento de caducidad (art.18
inc. e del CCA). 4) fuera del plazo de interposición de la pretensión, el
procedimiento por el cual tramitará es el sumarísimo previsto por el art.496 del
CPCC.

Inciso 6º: Orden judicial de pronto despacho

 El procedimiento a seguir en esta pretensión especial denominada amparo por


mora, está normado en el artículo 76 del CCA, el cual establece una vía de
tramitación sumarísima claramente acotada en su objeto.
 El objeto es único, ya que puede atacarse la morosidad y sólo ella, y no es
acumulable con otro. Por este medio el interesado procurará obtener una
intimación judicial dirigida a la Administración para que se pronuncie ante el
vencimiento de los plazos que tiene para emitir el acto resolutorio o instrumental
correspondiente, no pudiendo ampararse en el silencio.
 No cabe acudir a esta pretensión para obtener una prestación, una obligación de
dar y otro tipo de obligación que no consista en la expedición del acto
administrativo, instrumental o resolutorio omitido.
 Esta pretensión no está sujeta a un término de caducidad (art.18 del CCA) y no
exige el agotamiento de la vía administrativa a pesar que no es comprendida
dentro de las excepciones del artículo 14 del CCA, ya que ello sería técnica y
conceptualmente insostenible.
 Vale recordar que la configuración del silencio denegatorio del artículo 16 del
CCA no obsta la utilización de esta pretensión. Así lo determina expresamente el
artículo 76 inciso 4º del CCA.
 Como antecedente puede citarse en la provincia al proyecto de Luis V Varela
por el cual se proponía que vencido el plazo de seis meses desde iniciado el
procedimiento se podía intimar a la Administración a que despache las
actuaciones. No tenía el nombre de amparo por mora pero la pretensión era
idéntica. La solución posterior a la intimación en caso que la Administración no
resolviera, era la retardación que era similar al silencio administrativo. El
legislador no siguió el proyecto de Varela y reguló solo la retardación (art.7 del
viejo código).
 En el orden nacional, el amparo por mora fue regulado en los artículos 28 y 29
de la ley nacional de procedimiento administrativo.

 Legitimación activa: puede iniciarla aquel que fuere parte en un procedimiento


administrativo. El artículo 10 del Decreto Ley 7647/70 establece que la
actuación administrativa puede iniciarse de oficio o a petición de cualquier
persona o entidad pública o privada, que tenga derecho o interés legítimo.
 Debe acreditarse la mera situación objetiva de la mora administrativa, esto es
que la Administración ha dejado vencer los plazos fijados sin emitir un dictamen
o resolución.
 El trámite es de especiales características ya que el Juez no resuelve el tema de
fondo. Admitida la procedencia de la pretensión el Juez debe requerir a la
autoridad administrativa interviniente que en un plazo no mayor de cinco días
informe sobre las causas de la demora aducida.
 Una vez contestado el informe o vencido el plazo para hacerlo, el Juez podrá
rechazar el pedido o aceptarlo librando una orden judicial de pronto despacho
para que la Administración despache las actuaciones en el plazo prudencial que
se establezca según la naturaleza y complejidad del asunto.
 En caso de incumplimiento de la orden por parte de la Administración, el código
provincial no contiene ningún tipo de sanción a diferencia del código de nación
que prevé la sanción al funcionario (art.29). Tratándose de una orden judicial el
funcionario que no la cumple podría incurrir según Hutchinson en el delito
previsto por el artículo 249 del código penal. También podría el Juez aplicar
astreintes a dicho funcionario.
 La sentencia dictada es recurrible por reposición en el plazo de tres días. Sin
embargo la Cámara de apelaciones contencioso administrativa de La Plata ha
resuelto que la decisión de fondo resulta apelable (causa “Domínguez” del
31/8/04 y “Gallo” del 10/8/04)

Legitimación activa.
 Con respecto a la “legitimación activa” el código es muy amplio, sobre todo
teniendo en cuenta lo restringido que era el que lo precedió, sumado a ello los
criterios restrictivos que tuvo la Suprema Corte para habilitar la instancia
judicial.
 Según Botassi en la Provincia de Buenos Aires el “incidente” de habilitación de
instancia judicial se transformó en un obstáculo procesal de dificultad superior al
propio litigio sobre el fondo del asunto. Todo accionante para arribar ganancioso
a la sentencia definitiva, debía triunfar primero en ese minijuicio previo,
engorroso y árido donde las presunciones jugaban en su contra y donde todas las
situaciones dudosas eran resueltas de manera adversa a su postura.
 La norma sobre legitimación activa, expresa que: Está legitimada para deducir
las pretensiones previstas en el presente Código, toda persona que invoque una
lesión, afectación o desconocimiento de sus derechos o intereses tutelados por el
ordenamiento jurídico, -art. 13 ley 12.008-.
 Según Botassi, el nuevo C.C.A. en su concreta referencia a la invocación por la
parte accionante de toda forma de afectación de “derechos e intereses tutelados
por el ordenamiento” permite afirmar que quedan comprendidos no sólo quienes
posean un derecho subjetivo (exclusivo, perfecto e individualizado, según la
definición clásica) sino también aquellos que compartan, en concurrencia con
algunos o muchos, un interés determinado que se apoye en una norma o
principio jurídico que le otorgue sustento.
 El mismo autor, la referencia del art. 13 a quienes encuentren sus derechos o
intereses “tutelados por el ordenamiento jurídico” debe complementarse con las
disposiciones de la Constitución Nacional reformada de 1994 que configura un
régimen directamente operativo de protección de los denominados derechos de
incidencia colectiva (derecho a la salud y a un adecuado nivel de vida, al
usufructo de los recursos ambientales, al funcionamiento continúo y eficiente de
los servicios públicos, al consumo en condiciones equitativas, a la información
veraz y otros). Ver SCBA, causa B. 60.094 del 19-V-1998.
 Siguiendo a Botassi en su trabajo sobre “legitimación activa” , el destacado
jurista manifiesta que aplicando por analogía lo prevenido en el segundo párrafo
del art. 43 de la Constitución Nacional para el juicio de amparo, cuando se trate
de situaciones en que se vean comprometidos los derechos colectivos debe
otorgarse legitimación activa al Defensor del Pueblo (Provincial o municipal) a
las organizaciones no gubernamentales (ONGs) con personería cuyo objeto
social apunte a la defensa de tales derechos.
 Respecto a los entes públicos estatales y a la acción de lesividad, señala el autor
que de conformidad al art. 2º inciso 7) se determina que la competencia
contencioso administrativa comprende las controversias promovidas por los
“entes públicos estatales previstos en el art. 1º (Provincia de Buenos Aires,
municipios, entes descentralizados, empresas estatales y de economía mixta).
Por su parte el art. 9º inc. 3)alude a la representación judicial de los entes
estatales que comparezcan “como actores”.
 Del juego de las normas mencionadas supra Botassi deduce que estaría
incorporada al código la “acción de lesividad”, apoya también sus conclusiones
en lo previsto en el art. 12 inc. 1º que habla de que incluye la “pretensión
anulatoria” si referir quién actúa como parte demandante. Otro argumento que
da, es sobre el coadyuvante a quien si bien se lo define como un tercero
favorecido por la conducta oficial, el código no indica que siempre su rol será de
defensor de la parte estatal. Coincidimos con Botassi que al no estar incluida
otrora la “acción de lesividad” la Administración hizo un uso abusivo de los
“generosos” – como los llama él- arts. 114 y 117 de la ley de procedimientos
administrativos, que permitía al órgano estatal revocar por si sus propias
resoluciones. De todos modos vale agregar que dicha conducta fue siempre
avalada por la Suprema Corte provincial en anteriores integraciones. Agregamos
que tampoco ahora el legislador incluyó la mencionada “acción de lesividad”,
por lo que puede interpretarse que mas allá de la opinión del mencionado autor,
actualmente tampoco resulta obligatorio para la Administración acudir a una vía
que no está expresamente prevista.
 Respecto al Fiscal de Estado como vimos el nuevo art. 9 inc. 2º lo autoriza a
presentarse como actor, para promover una acción anulatoria emanado de una
autoridad provincial. Estando la defensa del Estado en este caso, a cargo del
Asesor General de Gobierno.

Requisitos de admisibilidad de la pretensión. Supuestos de agotamiento de la vía


administrativa.

 El art. 14 del nuevo código contencioso administrativo, fue muy controvertido,


dado que muchos autores consideraron que contrariamente a lo previsto por la
Constitución reformada, aquí se volvían a materializar resabios de aquella
“doctrina” restrictiva y a veces in descifrable que manejara la Suprema Corte en
anteriores integraciones, -se publicaron cientos de artículos criticando esos
criterios de la SCBA que emanaban de la causa B 50.359 "Lesieux" -res. 11-XII-
86-. No obstante ello, a más de cinco años de la vigencia de esta norma, la
aplicación que hicieron los magistrados de la misma, ha sido razonable y
equilibrada, teniendo siempre presente los contenidos constitucionales para
determinar el acceso a la instancia judicial.
 También se cuestionó esta norma, porque según expresa parte de la doctrina, la
misma contradice lo previsto en el art. 166 de la Constitución provincial que en
su 4to párrafo al mencionar la competencia de los tribunales contencioso
administrativo, expresa que serán juzgados “por los procedimientos que
determine la ley la que establecerá los supuestos en que será necesario agotar la
vía”, -art. 166 in fine de la Constitución provincial-. Nada dice la norma
constitucional sobre que existe una demandabilidad directa en todos los casos,
sino más bien expresa que la ley que reglamente esa cláusula determinará el
proceso, y esa u otras leyes establecerán en qué casos serán necesario agotar la
vía.
 La norma mencionada en su primera parte, dice así: Sin perjuicio de los demás
requisitos previstos en el presente Código, será necesario agotar la vía
administrativa como requisito de admisibilidad de la pretensión procesal en
todos los casos salvo los siguientes supuestos: […], -art. 14 primera parte de la
ley 12.008-.
 En el primer supuesto que trata la norma, expresa que: Cuando el acto
administrativo definitivo de alcance particular hubiera sido dictado por la
autoridad jerárquica superior con competencia resolutoria final o por el órgano
con competencia delegada sea de oficio o con la previa audiencia o intervención
del interesado, -art. 14, inciso 1-a) según texto ley 13.101-.
 El inciso transcripto supra, no tiene demasiados problemas para su
interpretación, para determinar dónde se agota la vía, es importante consultar las
normas que le otorgan competencia a los funcionarios del órgano ante quien ser
reclame. Esa competencia, surge en algunos casos de las normas
constitucionales, de leyes o reglamentos, pues puede tratarse de normas que
asignen competencia al órgano superior, o delegaciones – permitidas
legalmente- a un funcionario subordinado. Ejemplo en casos de empleo público,
la decisión final será del ministro o de un intendente, titular del órgano
deliberante, siempre de aquél órgano que haya designado al agente.
 Si el órgano competente para dictar el acto final ha emitido la resolución
pertinente la vía se considerará agotada, es decir no se requiere obligatoriamente
interponer un recurso de revocatoria contra ese acto administrativo, para acudir a
la instancia judicial. Recordemos que la Suprema Corte en otras integraciones
alternaba criterios para agotar la vía, en algunos caso solicitando una revocatoria
sobre el acto final, y en otras no.
 Otra situación regulada por la norma, excusa el agotamiento de la vía, se da:
“Cuando mediare una clara conducta de la demandada que haga presumir la
ineficacia cierta de acudir a una vía administrativa de impugnación o cuando, en
atención a particulares circunstancias de caso, exigirla resultare para el
interesado una carga excesiva o inútil. La interposición de la demanda importará
la interrupción de los plazos de caducidad para la presentación de los recursos en
sede administrativa”, -art. 14, inciso 1-b) según texto ley 13.101-.
 Tal como se puede apreciar, el legislador consideró que no en todos los casos se
exige el agotamiento de la vía, si el mismo puede resultar una carga excesiva o
inútil, dado que por ejemplo la Administración dilata irrazonablemente su
decisión, o bien porque en casos análogos viene resolviendo de la misma manera
en contra de lo que solicita el reclamante. La norma le da chance al quien intenta
incursionar en la instancia judicial, por si se le deniega la continuidad en el
proceso, al interrumpir el plazo para presentar recursos en sede administrativa.
 Otra situación regulada por la norma en análisis, respecto a la excepción del no
agotamiento de la vía, se da: Cuando se impugnare directamente un acto
administrativo de alcance general emanado de la autoridad jerárquica superior o
del órgano con competencia delegada por aquella, -art. 14 inc. 1-c) según texto
ley 13.101-.
 Lo previsto en el inciso precedente, se complementa con lo dispuesto en el
inciso 2º de la norma analizada, que prevé: La falta de impugnación directa o su
desestimación, de un acto de alcance general, no impedirá la impugnación de los
actos individuales de aplicación. La falta de impugnación de los actos
individuales que aplican un acto de alcance general, tampoco impedirá la
impugnación de éste, sin perjuicio de los efectos propios de los actos
individuales que se encuentren firmes o consentidos, -art. 14 inc. 2º texto según
ley 13.101-.
 En el primer supuesto, no se debe agotar la vía cuando el acto de alcance general
sea dictado por la autoridad jerárquica superior, o el órgano con competencia
delegada. Quiere decir, que si el reglamento ha sido dictado por ejemplo por el
Gobernador, para impugnarlo no hace falta agotar la vía, pero tampoco – si por
ejemplo- el acto lo dictara un funcionario de jerarquía inferir a quien se le haya
delegado por ley las funciones que tenía el superior.
 En el segundo inciso de la norma, también se refiere a actos de alcance general,
eximiéndose de la impugnación del acto de alcance general, cuando se quiera
impugnar directamente el acto de aplicación individual. Anteriormente no era
así, y se llegaba al absurdo de que uno debería leer todos los reglamentos al
publicarse, para no consentirlos antes del acto de aplicación individual, pues
según el momento en que éste último se aplicara, se podía dar la circunstancia de
que el plazo para la impugnación hubiere fenecido.
 En la otra parte del inciso, la norma prevé que se puede impugnar el acto de
alcance general, aún sin haber impugnado el acto individual de aplicación, pero
ello no impide que se generen efectos que por falta de impugnación oportuna se
hallen firmes y consentidos. Como podrá apreciarse, parece siempre conveniente
impugnar el acto de aplicación individual dentro de los plazos estipulados para
presentar el recurso correspondiente.

Agotamiento de la vía administrativa ante tribunales administrativos y entes


reguladores.

 En el artículo 15 el código contencioso administrativo, regula el agotamiento de


la vía, pero en este caso de los actos de los tribunales administrativos, y los entes
reguladores, ya no de la administración central o de los municipios.
 La norma establece: En el supuesto de pretensiones de anulación de actos
administrativos emanados de Tribunales de la Administración Pública o de entes
reguladores de servicios públicos el agotamiento de la vía administrativa se
regirá por las disposiciones que determinen los procedimientos ante los mismos.
Las normas previstas en el presente Código serán de aplicación supletoria, -art.
15 ley 12.008-.
 En los casos de los tribunales administrativos -Tribunal Fiscal y Tribunal de
Cuentas-, como así también en los de los entes reguladores de servicios públicos,
las reglas para el agotamiento o no de la vía deben buscarse en las normas que
regulan la actividad de dichos organismos, y solo en caso de no estar regulados,
se aplicará supletoriamente la normativa del código contencioso administrativo.

Silencio administrativo

 Este instituto otrora regulado en el anterior ordenamiento en el art. 7º, y se había


previsto como mecanismo específico para cuestionar el comportamiento omisivo
de la Administración, habilitando cuando se configuraban los supuestos
previstos en la norma “la acción de retardación”, no computándose en este caso
el plazo de caducidad para interponer la acción judicial, ya que ante el
incumplimiento del plazo original que tenía la Administración para dictar la
resolución definitiva, se interponía un “pronto despacho” en sede administrativa,
y transcurrido el plazo bimestral sin que se dictara el acto administrativo
pertinente, quedaba expedita la instancia judicial.
 La norma actual – art. 16- en su primer inciso, establece: Cuando hubiere
vencido el plazo que alguno de los entes mencionados en el artículo 1º del
presente Código, tuviese para resolver un recurso, reclamo o petición planteados
en sede administrativa, el interesado podrá solicitar pronto despacho. Esta
solicitud deberá presentarse, a opción de aquél, ante la dependencia donde se
hallaren radicadas las actuaciones, ante el órgano responsable del procedimiento
o bien ante la autoridad jerárquica superior con competencia resolutoria final.
Transcurridos treinta (30) días hábiles administrativos desde la presentación del
pronto despacho, sin que se dictare el acto correspondiente, se presumirá la
existencia de una resolución denegatoria o adversa para el interesado y quedará
expedita la instancia judicial, -art. 16 inciso 1º texto según ley 13.101-.
 La norma actual en su primer parte es similar a la anterior vigente, pero ofrece
en principio la alternativa de presentarlo ante quien debería resolver el trámite, o
bien ante otro órgano distinto donde se halle en ese momento radicado el
expediente o trámite. En cuanto al plazo para resolver el “pronto despacho” el
legislador prefirió el antecedente más breve, que era el de la Ordenanza General
267, que preveía un mes, contra el plazo bimestral establecido en el código
anterior, no se habla ya de “acción de retardación”, aunque los efectos del
vencimiento del plazo para responder el pronto despacho, si continuare la
omisión de la Administración, los efectos serían similares a los previstos en la
normativa derogada.
 La segunda parte de la norma analizada, está redactada en términos similares,
pero contempla el retardo, demora u omisión de la Administración en el dictado
de actos de trámite o preparatorios.
 Allí el legislador, dispuso que: También podrá promoverse la pretensión sobre la
base del silencio administrativo, cuando alguno de los entes enunciados en el
artículo 1° del presente Código omitiere o retardare el dictado de actos de
trámite o preparatorios. En tal supuesto, el interesado podrá solicitar el pronto
despacho en los términos establecidos en el inciso anterior y transcurridos treinta
(30) días hábiles administrativos desde esta solicitud, sin que se dictare el acto
correspondiente, se presumirá la existencia de una resolución denegatoria o
adversa para el interesado y quedará expedita la instancia judicial. – art. 16
inciso 2º, según texto ley 13.101-.
 Antes la Suprema Corte era reacia a reconocerle al justiciable el acceso a la
instancia judicial por demora en el dictado de actos de trámite o preparatorios,
entonces cuando la Administración acudía a esas maniobras podía verse
totalmente frustrado el derecho del reclamante. Soria que en esa época no
integraba de dicho tribunal hacía notar esa injusticia en un trabajo de doctrina.

Plazo para deducir la pretensión

 La existencia de un plazo de caducidad constituye una prerrogativa procesal


propia de la Administración pública, consecuencia del denominado régimen
exorbitante del derecho privado. La Corte ha señalado la constitucionalidad de
dicho instituto justificando su existencia en la necesidad de dar seguridad
jurídica y estabilidad a los actos administrativos (CSJN Fallos 289-196; 296-
251; 307-1016; 316-246 y 2180).
 Se discutió si el plazo perentorio puede considerarse de caducidad o de
prescripción. En el orden provincial, desde el viejo código de 1905 analizando
su artículo 13, se configura un plazo de caducidad, por lo cual el interesado que
no ejerce en término la demanda judicial pierde su derecho a accionar y ni
siquiera le asiste un derecho natural como ocurre en los casos de prescripción.
 Mientras en el Código anterior según el citado artículo 13 se establecía un plazo
único de 30 días, en la ley 12.008 t.o. se disponen dos plazos diferentes: 1) De
90 días para las pretensiones que tramitan en proceso ordinario –anulatoria,
reconocimiento de derecho, indemnizatoria y de cesación de una vía de hecho-;
y 2) De 60 días para el proceso sumario de ilegitimidad, sumario de
impugnación de sanciones en materia de empleo público y para impugnación de
resoluciones de colegios o consejos profesionales, aunque esta última pretensión
fue modificada por la ley 13.325 y ahora debe interponerse un recurso ante el
órgano administrativo en el plazo de 15 días siendo competencia de la Cámara
de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo de la región (arts.74 y 75 del
CCA).

 Vale aclarar que en los casos de silencio denegatorio a que alude el artículo 16
del CCA no rige plazo de caducidad puesto que es irrazonable que la
Administración pueda beneficiarse como consecuencia de su propia mora.
 El plazo de caducidad comienza a correr de la siguiente forma: 1) Para las
pretensiones anulatorias de alcance particular y de reconocimiento de derecho a
partir del día siguiente a la notificación del acto que agota la vía administrativa.
2) Para las anulaciones de actos de alcance general desde el día siguiente a la
fecha de publicación o del acto definitivo que agota la vía administrativa. 3) Para
vías de hecho administrativas desde que fuera conocida por el afectado.

Pago previo en materia tributaria.

 La norma actual ha mejorado mucho la situación del justiciable en relación a lo


previsto en el Código Varela, que exigía el pago previo a la promoción de la
acción, de todo lo ordenado como pago de alguna suma de dinero, proveniente
de liquidación de cuentas o de impuestos, siempre claro está en relación a la
resolución que motivare la demanda, -confr. art. 30 ley 2961-.
 La disposición que nos rige actualmente, expresa en su primer parte: Será
obligatorio el pago previo a la interposición de la demanda, cuando se promueva
una pretensión contra un acto administrativo que imponga una obligación
tributaria de dar sumas de dinero, -art. 19 inciso 1º según texto ley 13.101-.
 Entendemos que el texto de la norma transcripta, sólo se refiere a impuestos – no
multas e intereses-, donde parece mas adecuada la denominación del “solve et
repete”, que se había desvirtuado tanto al incluir en dicha figura todo tipo de
deuda, no solo tributos.
 La segunda parte de la norma, le impone un deber al juez, al exigirle el control
del cumplimiento del requisito establecido en el inciso anterior. Al establecer,
que: Antes de correr traslado de la demanda, el Juez verificará el cumplimiento
de este requisito procesal, a cuyo fin procederá a intimar al demandante el pago
de la suma determinada, con exclusión de las multas y recargos, dentro del plazo
de diez (10) días, bajo apercibimiento de desestimar por inadmisible la
pretensión, -art. 19 inciso 2º texto según ley 13.101-.
 El magistrado al controlar los requisitos de la demanda, supervisa también el
cumplimiento del pago previo de parte del actor, y en caso de no estar
efectivizado el mismo, debe intimar a la parte actora, para que en el plazo
perentorio de diez días cumpla con ese requisito, bajo apercibimiento de
desestimar la demanda. Puede ocurrir que la parte invoque algún impedimento
que justifique el incumplimiento de este precepto, ello se debe analizar
estrictamente, pero si la causa es que el monto pude impedirle acceder a la
justicia, justificado y probado dicho impedimentos, las normas constitucionales
y las de los tratados pueden eventualmente allanarle el camino. Ver C.S. in re
“Barrancas de Belgrano” de 1988.
 El último inciso de la norma, contempla las situaciones donde no será exigible el
requisito del pago previo. Así, lo dispuso el legislador: “inciso 3º)El pago previo
no será exigible cuando:
 a)Su imposición configurase un supuesto de denegación de justicia. 
 b)Se deduzca una pretensión meramente declarativa. En este supuesto, la
autoridad provincial o municipal tendrá derecho a promover contra el
demandante el correspondiente juicio de apremio”, -art 19 inciso 3º según texto
ley 13.101-.
 El primer supuesto está relacionado a lo explicado en el cuadro anterior, el actor
debe demostrar – con la prueba correspondiente-, que no cuenta con medios para
cumplir ese requisito, que de ser exigido pude privarlo del acceso a la justicia.
 En el segundo caso, está relacionado a la “acción declarativa de certeza”, por esa
vía se pude impugnar la norma que crea o impone el tributo, e incluso pedir su
inconstitucionalidad, si bien no se exige el pago previo, tampoco procede una
medida cautelar para suspender un apremio en ejecución o uno por iniciarse. O
sea, que mientras discute el tributo por la acción declarativa, pueden ejecutarle el
crédito.

Pretensión resarcitoria e ilegitimidad de los actos administrativos

 El art. 20 del código expresa que: 1. Juntamente con la pretensión de anulación


puede reclamarse el resarcimiento de los daños y perjuicios, aplicándose el plazo
de caducidad del artículo 18 del presente Código., -art. 20 inciso 1º) texto según
ley 13.101- Mientras, que en el inciso siguiente establece, que: “2. El interesado
podrá deducir la pretensión de resarcimiento de daños y perjuicios, como
reclamo autónomo luego de finalizado el proceso de anulación que le sirve de
fundamento y dentro del plazo de prescripción de la misma”, -art. 20, inciso 2º
según texto ley 13.101-.
 El legislador le dio contenido al texto del art. 20 dándole al actor dos
posibilidades, por un lado iniciar conjuntamente la pretensión anulatoria con la
de daños y perjuicios siempre dentro del plazo de caducidad previsto en el art.
18 del código, -confr. art. 20 inc.1º, texto según ley 13.101-;
 por otra parte, teniendo como principal objetivo acelerar el trámite, permite que
se accione por la anulación de un acto, pudiendo el actor apuntar en un proceso
más rápido al logro de ese objetivo, para luego en el caso de serle favorable la
sentencia, si en el plazo bianual de prescripción para ese tipo de acción
presentara la demanda por daños y perjuicios, -confr. art. 20, inc. 2º según texto
ley 13.101-.
 Debe destacarse que la presentación de las dos pretensiones -anulación y daños
y perjuicios-, por separado suele tener más sentido si se tiene en cuenta que de
acumularse ambas, como resulta obvio se deberá acompañar y producir muchas
más pruebas, que si fuera una anulatoria común autónoma. No puede soslayarse
que uno de los problemas con que se encuentra el fuero, es la falta o escasez de
peritos, y las demoras en producir los dictámenes periciales, -prueba propia del
daño-. En cambio cuando solo se trata de una pretensión anulatoria, a veces
basta con las actuaciones administrativas, y eventualmente alguna que otra
prueba testimonial o confesional.

Cesación de vías de hecho administrativas – Trámite

 El nuevo código de la materia, incorporó este valioso instituto que permite a los
justiciables, la posibilidad de dar una respuesta más rápida a sus reclamos, ya no
cuando se trate de impugnar un acto administrativo, sino justamente cuando la
ausencia de dicho acto, convierte prima facie la actuación de la Administración
en una conducta reprochable por no ajustarse al “principio de juricidad” que
debe orientar toda su actividad.
 La norma pertinente, expresa: “1. Contra las vías de hecho producidas por
alguno de los entes previstos en el artículo 1°, podrá deducirse la pretensión
directamente en sede judicial, sin que sea menester formular un reclamo previo
en sede administrativa. 2. A excepción de lo relativo al plazo para la
interposición de la demanda, el trámite de esta pretensión se regirá por las
disposiciones relativas al proceso sumarísimo previstas en el Código Procesal
Civil y Comercial”, -art. 21 ley 12.008-.
 A pesar de que la situación se hallaba regulada por el art. 109 del decreto-ley
7647/70 (LPABA), hacia falta este refuerzo incorporado al código de la materia
como una pretensión expresamente prevista, para hacer cesar la conducta
prohibida en el la ley de procedimiento administrativo. Soria sostiene que la
falta de protección procesal en la legislación anterior, provocaba que ni aún
mediante un amparo, se lograra ponerle límites a esta irregularidad. El
mencionado autor, -ahora ministro de la Suprema Corte-, afirmó que el núcleo
duro del concepto en cuestión alude a la actuación material administrativa no
basada en título alguno. Requerir su cesación, implica pretender que el juez
ponga fin a un atentado grosero a los derechos efectuados por entes públicos, sin
cobertura jurídica justificante ni decisión administrativa habilitadora. Esta
pretensión no requiere reclamo administrativo previo, ni agotamiento de la vía.
El cese de la actuación material constituye, entonces, el objeto de una pretensión
presidida por la regla de la demandabilidad directa –según refiere Daniel Soria-.

MEDIDAS CAUTELARES

 A diferencia del código anterior, la nueva normativa prevé un marco más amplio
para que las partes puedan acudir a la instancia judicial con menos limitaciones,
y a la vez con más alternativas para el magistrado que ahora cuenta con un menú
amplio de posibilidades para encuadrar la situación que amerite la concesión de
este remedio precautorio.
 Así tenemos, que el art. 22 del código vigente, establece un principio general
estableciendo los requisitos que prima facie deberán estar presentes para que se
confiera tal medida.
 De lo anterior, resulta que podrá disponerse medidas cautelares siempre que: a)
Se invocare un derecho verosímil en relación al objeto del proceso, -conf. inc. 1
a) del art. 22 según texto ley 13.101-.
 O sea, que tal como en las medidas cautelares previstas en el C.P.C.C. el primer
análisis también se centra en la existencia del requisito de la “verosimilitud del
derecho” o el “fumus bonis iuris”, como algunos prefieren denominarlo con un
lenguaje más técnico. ////
 según Piero Calamandrei, se trata de la apariencia del buen derecho, es decir, el
cálculo de probabilidades de que el solicitante de la medida, será en definitiva el
sujeto del juicio de verdad, plasmado en la sentencia; se trata de la apariencia del
buen derecho emitiéndose un juicio preliminar, el cual no toca fondo del juicio
principal.
 Respecto al segundo de los requisitos que impone la norma, tenemos que deberá
existir la posibilidad de sufrir un perjuicio inminente o la alteración o el
agravamiento de una determinada situación de hecho o de derecho, -conf. Inc. 1
b), art. 22 C.C.A.-.
 Aquí nos encontramos tal como ocurre en el derecho procesal civil, con otro
requisito conocido, “peligro en la demora” o “periculum in mora”, es decir que
exista riesgo manifiesto de que quede ilusoria la ejecución del fallo en caso de
serle favorable cuando se resuelva el fondo de la cuestión sometida a
juzgamiento.
 Ambos requisitos deberán evaluarse con mayor rigurosidad que en el caso del
derecho procesal civil, dado que lo que suele cuestionarse en estos casos es un
“acto administrativo” que goza de legitimidad” del que gozan en principio todos
los actos administrativos, no obstante ello, recordemos que tal como lo sostiene
la S.C.B.A. esa presunción es iuris tantum, y puede eventualmente ser
desvirtuada con una prueba adecuada. –ver SCBA, causa C. 88046, sent. del 6-
V-2009-.
 Un tercer requisito que impone la norma, que no tiene su correlato en las
medidas precautorias contempladas en las normas procesales civiles, es respecto
de la “no afectación del interés público” cuando se otorgue la medida, -confr.
Inc. 1-c) art. 22 del C.C.A.-. Y ello es así, porque podría ocurrir que estando
presente los dos primeros requisitos para otorgar la medida, ante la ausencia de
este tercer requisito, el magistrado eventualmente podría denegar la medida
cautelar. Por ejemplo si la concesión de la medida afectara algún servicio
público.
 En el segundo inciso de la norma analizada, marca sustancialmente la diferencia
con el régimen anterior, dado que le confiere al magistrado una serie de
alternativas, que le permite escoger – en el caso de otorgarla-, no sólo la medida
peticionada por la parte, sino la que el juez considere más adecuada para
satisfacer esa situación planteada.
 El legislador atendiendo las peculiaridades de la materia, estableció, que el juez
podrá adoptar toda clase de medidas que resulten idóneas para asegurar el objeto
del proceso, tanto las regladas en el código ritual específico, como las previstas
en el Código Procesal Civil y Comercial, -confr. art. 22, inciso 2 del C.C.A.
 La norma se complementa con lo contemplado en la última parte de su
redacción, que expresa que podrán disponerse medidas de contenido positivo,
con el objeto de imponer la realización de una determinada conducta a la parte
demandada. A tal fin, el juez deberá ponderar, además de los extremos previstos
en el inciso 1, la urgencia comprometida en el caso y el perjuicio que la medida
pudiera originar tanto a la demandada como a los terceros y al interés público, -
confr. art. 22, inciso 3 del C.C.A.-.
 Como podemos apreciar, la evaluación de la situación que se pondera al
momento de decidir la concesión de la medida cautelar, debe ser compleja, ya
que estimamos que deben reunirse todos los requisitos y recaudos que exige el
legislador en esta normativa.

Oportunidad. Caducidad de las medidas cautelares.

 Con respecto a la oportunidad para solicitar las medidas, el ordenamiento


establece que: las medidas cautelares podrán solicitarse en modo anticipado,
simultáneo o posterior a la promoción de la demanda. Se decretarán sin
audiencia de la otra parte; sin perjuicio de lo cual el juez, en atención a las
circunstancias del caso, podrá requerir un informe previo a la parte demandada o
a la alcanzada por la medida solicitada, que deberá ser contestado en un plazo no
mayor de cinco (5) días, -confr. art. 23, inciso 1º, texto según ley 13.101-.
 La normas contempla básicamente tres momentos para requerir la medida
cautelar, antes de promover la demanda – de modo anticipado a su presentación
en la instancia judicial-, simultáneamente a la presentación de la acción, o
cuando se encuentre tramitando el proceso judicial. Todo lo cual permite darle al
justiciable la posibilidad de presentarse ante el magistrado requiriendo la medida
en el momento en que lo considere oportuno, no necesariamente cuando
promueva la acción o después de promovida, como acaecía otrora.
 El segundo inciso de la norma, contiene los supuestos donde resulta aplicable la
caducidad de “pleno derecho” de la medida cautelar, respecto sólo de aquellas
solicitadas en forma anticipada.
 Así, tenemos que, tratándose de una pretensión de anulación, si estando agotada
la vía administrativa, la demanda no fuere interpuesta dentro de los treinta (30)
días siguientes al de la notificación de la medida cautelar. El plazo de caducidad
correrá a partir del día siguiente al de la notificación del acto que agote la vía
administrativa, -confr. Art. 23, inciso 2-a) según texto ley 13.101-.
 El legislador decidió que no era menester abandonar la vía para reclamar una
medida cautelar, mientras se peticionaba en la instancia administrativa la
anulación del acto. Ello permite por un lado acudir a la instancia judicial en el
momento que la Administración dentro del reclamo pertinente, se negó a
conceder una medida cautelar. También es ventajosa la situación normada,
porque si se concede la medida en el ámbito judicial, el peticionante tendrá la
tranquilidad de seguir con el agotamiento de la vía, en una situación no del todo
apremiante, al haber conseguido la tutela.
 Pero si agotada la vía, en los casos donde proceda una pretensión anulatoria,
notificada la resolución respectiva que pone en conocimiento del justiciable
dicha circunstancia, si no se interpone la demanda dentro de los treinta días de
ocurrida tal situación, procede la caducidad de “pleno derecho” de la medida
cautelar que se otorgara. Con respecto al plazo de 30 días, el mismo comienza a
correr desde el día siguiente de la notificación supra mencionada. Los términos
en ese caso se computaran en días hábiles judiciales, dado que se trata de un
plazo procesal.
 Mientras que por otra parte, en aquellos casos en que no se trate de situaciones
que den lugar a la interposición de pretensiones anulatorias, se estará a los
plazos previstos en el Código Procesal Civil, -confr. Art. 23, inciso 2-b) según
texto ley 13.101-.
 En la última parte de la norma, se hace referencia al tema de las costas y los
daños producidos en caso de decretarse la caducidad de la medida cautelar
otorgada, por vencimiento del plazo. Poniendo a cargo de quien ha obtenido la
medida anticipada el pago de las costas, y el que corresponda a los daños
causados. Agregando además, que ya no se podrá pedir nuevamente la misma
medida, por la misma causa, - confr. art. 23, inciso 3º, texto según ley 13.101-.
 Puede apreciarse, que el legislador ha tenido en cuenta la conducta
negligente de quien habiendo pedido una medida anticipada, y que la misma
hubiera sido otorgada, y luego dejara transcurrir el plazo contemplado en la
norma para que proceda la caducidad, haciéndolo cargo expresamente de las
costas y los daños que eventualmente pudiera ocasionar.
 Es decir que el legislador le ha dado al justiciable un amplio margen de
posibilidades para solicitar distintos tipos de medidas en diferentes tiempos,
existiendo un notable contraste con lo contenido en el Código Varela, donde
solamente estaba prevista como medida cautelar la suspensión del acto
administrativo. Pero habiendo varios requisitos que cumplir para que se la
otorguen, o luego para mantenerla, deberá el peticionante tener presente no
incurrir en ninguna conducta que implique, en principio el abandono del
reclamo.

Contracautela.

 Ya hemos hecho referencia a los requisitos de las medidas cautelares en el


proceso civil, mencionamos que como requisitos comunes tenemos la
“verosimilitud del derecho” y “el peligro en la demora”, y como nota distintiva
que en las cautelares del contencioso administrativo deberá analizar si la medida
otorgada “no afecta el interés público”. Luego el legislador incorpora el tercer
requisito de las medidas cautelares en el proceso civil, que es la contracautela.
 Este último requisito ha sido incorporado en el código de la materia, cuando se
expresa, que: si se hiciere lugar a la medida cautelar, el juez fijará el tipo y
monto de la caución que deberá prestar el peticionante por las costas, daños y
perjuicios que se derivaren en caso de haberla peticionado sin derecho. El juez
graduará el tipo y monto de la caución, de acuerdo con la mayor o menor
verosimilitud del derecho y las circunstancias del caso, -confr. art. 24, inciso 1º,
texto según ley 13.101-.
 En este primer inciso la norma deja en manos de la discrecionalidad, la
prudencia y la razonabilidad del magistrado la ponderación del monto de la
contracautela. Agrega además como mandato adicional, que el juez deberá el
“tipo” y “monto” de la caución, es decir que no necesariamente deberá ser en
dinero en efectivo por lo que surge del texto analizado, por otra parte en cuanto
al monto el mismo deberá calcularse en relación a los daños y perjuicios que la
medida pueda ocasionar si fue pedida sin derecho por el justiciable, pero además
en función a la verosimilitud del derecho –a mayor verosimilitud menor
caución-, y a las circunstancias de hecho. En cuanto a esto último, a modo de
ejemplo puede suceder que la cautelar sea para detener la construcción de una
obra o emprendimiento que no tiene estudio de impacto ambiental, en atención a
esta circunstancias incluso puede omitirse el requisito de la caución, a pesar de
no estar expresamente prevista esta situación en las excepciones que a
continuación analizaremos.
 Las excepciones “expresas” al cumplimiento del requisito de la “caución”,
pueden separarse básicamente en dos categorías.
 La primera de ellas, es la eximición de la caución, cuando el que pida la medida
cautelar sea el Estado “lato sensu”, así tenemos que: no se exigirá contracautela
cuando la parte que solicitare la medida cautelar fuere la Provincia, un
municipio o un ente provincial o municipal, -confr. art. 24, inciso 2º, texto según
ley 13.101-.
 El motivo del privilegio anterior, se debe a que el legislador ha entendido que
cuando algunos de los sujetos mencionados en este inciso solicita una medida
cautelar, deberá ser en general para cumplir objetivos relacionados al “interés
general”, que la Administración tiene en mira para cumplir sus objetivos, y
además porque se lo supone solvente para afrontar cualquier daño que pudiera
ocasionar el otorgamiento de una medida pedida sin derecho. Recordemos que
ante el pedido de una medida de ese tipo, el juez hace una ponderación no tan
estricta de la situación, como la que realiza para resolver el fondo del asunto.
 La segunda categoría expresa mencionada por la norma, al cumplimiento del
requisito de la caución, tiene que ver con la calidad de los sujetos que piden la
medida, pues para permitir a las personas que reclaman cuestiones sobre empleo
público, jubilaciones u otros que hayan solicitado el beneficio de litigar sin
gastos previstos en el C.P.C.C., la norma los libera de dicha carga. Recordemos
que como se mencionó ut supra, también pueden quedar comprendidos en esta
categoría quienes reclamen medidas cautelares por cuestiones ambientales, y
eventualmente también podría ser extensiva esta situación a reclamos de
usuarios y consumidores, sobre todo teniendo en cuenta la tutela que les
confieren los textos constitucionales, a los derechos ambientales y derechos de
usuarios y consumidores.
 El texto analizado, expresa que: En los supuestos de pretensiones deducidas en
materia de empleo público o en materia previsional por los agentes o
reclamantes de beneficios previsionales, o a quien interviniere en el proceso con
beneficio para litigar sin gastos, se exigirá únicamente la caución juratoria, -
confr. Inc. 3, art. 24 C.C.A.-.

Suspensión de la ejecución de un acto administrativo.

 El código ritual ha dedicado una norma particular a este tipo de medida, tal
como lo hizo en su momento Varela en la normativa que rigió casi durante cien
años en la Provincia. En la primera parte de la norma, se hace una remisión al
inciso 1º del artículo 22 del código contencioso, respecto a los requisitos que
deben ser evaluados por el magistrado para el otorgamiento de la medida, esto es
en cuando a: 1º)verosimilitud del derecho, 2º)peligro en la demora y 3º)no
afectación del interés público. En lo que atañe a la “contracautela” o “caución”,
resulta aplicable todo lo visto respecto del art. 23 del mismo ordenamiento.
 La norma analizada, expresa que: Las partes podrán solicitar la suspensión de la
ejecución de un acto administrativo siempre que se alegare fundadamente el
cumplimiento de los recaudos previstos en el artículo 22 inciso 1). El juez
deberá evaluar si la medida suspensiva tiende a evitar prejuicios irreversibles,
aún cuando pudieren ser objeto de una indemnización posterior, -confr. Art. 24,
inciso 1º, texto según ley 13.101-.
 La segunda parte de la norma analizada, establece una serie de requisitos que
deberían ser cumplidos en sede administrativa, para que el juez comience el
análisis de la situación para el otorgamiento de la medida cautelar de
“suspensión del acto”. En este sentido exige, que se peticione expresamente esa
situación ante la Administración, y que pasados cinco días sin que se responda,
se considerará denegado la solicitud habilitando el reclamo en sede judicial.
Entendemos que si se habilita el pedido en estas condiciones en que existe
silencio de la Administración, también deberá – con más razón-, tenérselo por
cumplido cuando exista una negativa “expresa” de parte del órgano.
 El texto de la norma expresa: para decretar la suspensión de la ejecución de un
acto administrativo será necesario el planteo previo de esa medida en sede
administrativa y que su resolución hubiera sido adversa para el peticionante.
Presentada la petición en sede administrativa el estado deberá expedirse en el
plazo de 5 días hábiles, fenecidos los cuales sin que hubiere un pronunciamiento
expreso se presumirá la existencia de resolución denegatoria quedando expedita
la instancia judicial, -confr. art. 25, inciso 2º, texto según ley 13.101-. Este
requisito muchas veces es soslayado, por considerárselo excesivamente ritual.
Levantamiento de la medida cautelar por razones de interés público. Cambio
de circunstancias.

 Con respecto al levantamiento de las medidas cautelares ya otorgadas, la


legislación prevé que cuando los órganos estatales, invoquen fundadamente que
la medida afecta el interés público, pueden solicitar su levantamiento. De la
presentación se da traslado a la parte beneficiada por la medida para que se
manifieste sobre la presentación por el plazo de cinco días, y luego de ello el
juez resuelve.
 Hay que tener en cuenta que el magistrado ya efectuó una ponderación sobre la
no afectación al interés público para conceder la medida, así que entendemos
que en el supuesto contemplado en la norma, debería el Estado traer nuevos
argumentos no hayan sido ponderados previamente por el juez.
 La norma, expresa en su parte pertinente: Si la Provincia, un municipio, o un
ente provincial o municipal invocasen fundadamente, en cualquier estado del
proceso, que la medida cautelar dispuesta provoca un grave daño al interés
público, el juez, previo traslado a la contraparte por cinco (5) días, resolverá
sobre el levantamiento o mantenimiento de la medida, -confr. Art. 26, según
texto ley 13.101-.

 En la segunda parte de la norma comentada, se expresa que cuando el


magistrado resuelva levantar la medida cautelar, otrora con el código anterior la
Suprema Corte ejerciendo la competencia en la materia contencioso
administrativa, cuando levantaba una medida cautelar ante una situación similar,
obligaba al funcionario titular del órgano a prestar caución juratoria con el
mismo fin que la norma actual, ello fue cuestionado y la caución finalmente se
puso en cabeza del órgano estatal que el funcionario representaba.
 En caso de que se resuelva dejar sin efecto la medida, se declarará a cargo del
peticionante la responsabilidad por los daños y perjuicios que ello pueda causar
en el supuesto de que se hiciese lugar a la demanda, -confr. Art. 26, inciso 2º,
texto según ley 13.101-.

PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO- LEY 12.008 Y SUS


MODIFICATORIAS

El texto del art. 27 según la ley 13.101, refiere en su proemio: “Estructura y


formalidades. La demanda será presentada por escrito y contendrá: […]”,
estableciendo en los distintos incisos, los contenidos esenciales – estructura y
formalidades-, que deberá tener el escrito de “demanda”.
En sus dos primeros incisos, se expresa que: “1. El nombre y apellido, domicilio
real o legal según corresponda, domicilio especial constituido y demás
condiciones personales del demandante”, y “El nombre y apellido, domicilio y
demás condiciones personales del demandado”.

Tal como se puede apreciarse, allí se exigen requisitos comunes que suelen
pedirse en cualquier código procesal civil, lo cual en principio no presupone
ninguna dificultad de interpretación. Como puede apreciarse son los requisitos
comunes que se exigen en todo escrito que se presente en sede judicial.
En cambio en el tercer inciso, por ser más específico es donde se debe prestar
especial atención, dado que el legislador incluye allí cuestiones que son muy
específicas de códigos procesales de esta materia.
Tenemos entonces, que el inciso 3º de la norma en análisis, reza lo siguiente:
“La individualización y contenido de la actuación u omisión administrativa que
configura el caso, precisando los motivos por los que se considera lesionado,
afectado o desconocido el derecho o interés jurídicamente tutelado del
demandante”.
• Aquí puede percibirse la relación entre la norma y la competencia asignada
al fuero, pues se exige que se identifique cuál es la “acción” u “omisión”
administrativa que configura el caso, o sea que ello se vincula al artículo
166 in fine de la Constitución provincial y a la cláusula general del artículo
1º del código contencioso administrativo, pues allí se hace alusión a los
sujetos pasivos – estatales y otros que cumplan funciones administrativas-
que pueden ser demandados, y a que dichos sujetos pueden incurrir en
omisiones o actividades que puedan afectar derechos subjetivos o intereses
jurídicamente tutelados. O sea que se debe identificar el acto o la omisión
en los deberes de los sujetos mencionados en las cláusulas citadas para tener
por cumplido este requisito.

• De todos modos si de la presentación no surgiera claramente esta


circunstancias, se podrá intimar al presentante para que subsane los
defectos o aclare los términos de la demanda. Ya que por ejemplo, no todos
los reclamos dirigidos a los sujetos mencionados en los artículos citados son
competencia del fuero. Como ejemplo de lo anterior, vale recordar que
como se vio en los temas de competencia con la jurisprudencia de la
Suprema Corte, un cobro de pesos dirigidos a un sujeto de los mencionados
en los arts. 1º del código ritual y 166 de la Constitución provincial, no sería
competencia de este fuero, tampoco lo referido a multas impuestas por
órganos de la Administración pública provincial.

En el inciso 4º se hace referencia a las cuestiones de hecho, expresándose que


debe realizarse: “La relación metódica y explicada de las circunstancias del caso,
con especial referencia a los hechos en que se funde la pretensión, expuestos en
modo conciso y claro”. Este recaudo tiene que ver con particularidades que no
se presentan en la demanda judicial común, civil, laboral o comercial. Se exige
que la demanda contenga todo lo relativo al trámite administrativo. En
relación a lo anterior es importante que narre los hechos con claridad sobre
todo su situación respecto de la administración, -si era o es agente, proveedor,
contratista-, sobre la petición que efectuara en sede administrativa, o sobre los
derechos o intereses afectados, sobre la resolución denegatoria en el caso que la
hubiere, o la falta de respuesta de la Administración, que configure el silencio o
retardo, y que de lugar a un amparo por mora o a la demanda con otras
pretensiones.

• También allí puede justificarse prima facie, la excepción al agotamiento de


la vía, para que no se le exija ese requisito, o bien para aclarar el tema de
los plazos respecto a la presentación en sede judicial de las distintas
pretensiones.
• Asimismo, cabe agregar, que si la Administración no remitiera los
antecedentes que se le requieren por el artículo 30 del código, el juez podrá
tomar como base la exposición de los hechos realizada en la demanda, y
declararla admisible dando el pertinente traslado, -conf. arts. 30 inc. 2) y 32
in fine ley 12008, según texto ley 13.101-.

• Según Tribiño, se exige a los interesados una marcada acentuación de la


carga vinculada a la narración de los hechos y del derecho aplicable, pues el
actor debe controvertir los fundamentos esenciales contenidos en las
decisiones impugnadas, o en su defecto de las omisiones en que incurriera
la Administración en perjuicio del demandante.
• Se debe evitar la redacción que describa cuestiones secundarias no
vinculadas al objeto principal de la pretensión, o que no se relacionen a los
hechos determinantes para el caso que se deba resolver.
• Las apreciaciones subjetivas, como que calificar de injusta o irrazonable la
decisión administrativa, sin aportar pruebas de poco sirve para la solución
del caso.

El inciso 5º de la ley, prevé que deberá consignarse: “El derecho en que se


funda la pretensión, expuesto sucintamente”. Cada una de las pretensiones
establecidas en el código contencioso administrativo, tiene su fundamento
normativo, mal podemos entonces interponer una acción pretendiendo que sea
tramitada en este fuero omitir la cita de las normas pertinentes pues en ellas y
en los hechos narrados por el demandante se encuentran los presupuestos que
justifican la intervención de estos órganos jurisdiccionales. Si en los hechos y en
el derecho está bien encaminada la pretensión correspondiente, y si a eso le
sumamos que fue presentada en tiempo oportuno, o se explica en el escrito por
qué se invoca la excepción al agotamiento de la vía, en principio se comienza
bien el camino procesal, mas allá de lo que resulte respecto a la viabilidad de la
acción.

• Además, el cumplimiento de estos requisitos, permite una adecuada defensa


de la parte contraria, que no podrá aducir “defecto legal” para evitar que
se siga adelante con el proceso iniciado.
• El correcto planteamiento de los hechos y del derecho, tanto en la demanda
como en la contestación, simplifican de un modo importante el tratamiento
del caso de parte del magistrado, ya que una vez trabada la litis, tendrá una
vez producida la prueba un panorama completo para dictar la sentencia,
salvo, claro está que el juez ante la falta de algún elemento – y cuando se
den las condiciones que fija para ello el código ritual- acuda a las “medidas
de mejor proveer”, que son parte de las facultades que tiene el director del
proceso.

• No hay que olvidar hacer referencia a la “competencia territorial”, pues en


algunos supuestos – empleo público, casos previsionales-, existen opciones
que el actor deberá elegir en la primera oportunidad que se presente, -ver
art. 5 de la ley-.
• Respecto al inciso 7º -último de la norma que habla sobre la estructura y las
formalidades de la demanda-, está relacionado a la “prueba”, así tenemos
que se expresa en el texto: “El ofrecimiento pormenorizado de toda la prueba
cuya producción se propone en el proceso”.
• Hay que tener presente, que como resulta acertado técnicamente, el
legislador solo hace una mención mínima a la cuestión probatoria, dado que
resulta aplicable en esta parte del proceso todo lo previsto en el Código
Procesal Civil y Comercial provincial, que sea compatible con el proceso
que estudiamos.

• En el art. 28 de la ley, se mencionan los documentos que deben acompañarse


con la demanda y eventualmente con la contestación de la misma. La norma en
análisis en su primera parte, dice lo siguiente: “Documentos que deben
acompañarse con la demanda.1. Junto con el escrito de demanda, deberá
acompañarse toda la prueba documental que estuviese en poder del
demandante. En particular, deberán acompañarse los siguientes documentos:
[…]”.De la transcripción del comienzo de la norma, se puede apreciar que yerra
el legislador en la redacción, porque mal puede “acompañarse” toda la prueba
que se encuentre en “poder de la demandada”, pues lo que en realidad
corresponde es que se mencione dicha prueba, identificándola correctamente, y
explicando que la misma se halla en poder de la contraria, por lo tanto debe
proponérsela como prueba para ser requerida mediante el oficio correspondiente.

• La norma comentada en el primer inciso, continúa de la siguiente manera: “a)


El instrumento que acredite la representación invocada, con arreglo a lo
dispuesto en el Código Procesal Civil y Comercial”. Como en mucho otros
casos, podemos también notar que esta parte de la norma, remite al Código
Procesal Civil y Comercial, respecto de la representación.
• En el mismo inciso, la segunda parte expresa: “b) La documentación, o la
referencia de donde se hallare, del título en que se funda el derecho o interés
jurídicamente tutelado que se invoque por el demandante”. Aquí se trata de
identificar el acto administrativo que le otorgue por ejemplo, la designación
como personal con estabilidad, o la ordenanza que le confiera el derecho al
cobro del rubro que reclama, también puede ser un contrato que vincula al sujeto
con la Administración demandada, o una Ordenanza que le otorga algún tipo de
derecho.

• En el último apartado del primer inciso, se recuerda que se deberá acompañar


con la demanda, copias para traslado, del escrito presentado, y copias de la
documentación, en tantas copias como partes del proceso sean. Además no debe
olvidarse que se deberá acompañar, la cantidad de copias necesarias para que los
peritos que intervengan tengan su juego correspondiente.
• Respecto al segundo inciso del art. 28, tenemos que se establece lo siguiente: “2.
En lo pertinente, se aplicarán las mismas reglas para la contestación de
demanda y la reconvención”. Esta parte de la norma es de simple interpretación,
dado que solamente prevé las mismas reglas procesales, tanto para la
contestación de demanda como para una eventual reconvención.

• El art. 30 del código hace referencia a los “nuevos documentos” que pueden
presentar las partes, que se pueden presentar en el proceso después de presentada
la demanda o contestada la misma, en el primer inciso establece tres requisitos, a
saber: “a) Ser de fecha posterior a la demanda y su contestación y tener
relación directa con la cuestión sometida al proceso. b) Ser de fecha anterior,
pero con juramento de la parte que los presente, de no haber tenido antes
noticia de su existencia. c) Habiendo sido individualizados en la demanda o
contestación, la parte sólo los haya podido obtener después de presentado el
escrito respectivo”.
• La norma es suficientemente clara, describiendo el legislador los distintos
supuestos donde procede la presentación de estos “nuevos documentos”. El final
de la norma en el segundo inciso, hace referencia al traslado de los “nuevos
documentos” presentados por la parte que haga uso de la norma en estudio.
• El segundo inciso del art. 29, expresa que: “2.   En tales casos se dará vista a la
otra parte, quien deberá cumplir la carga prevista en el artículo 37° inciso 2)
del presente Código”. El traslado de la nueva documentación, asegura que la
parte contraria a quien presentara dicha prueba, pueda expedirse sobre la misma,
ya sea para cuestionar su procedencia, para reconocer o desconocer la prueba, y
eventualmente para dar su punto de vista sobre la documentación que no fue
acompañada con la demanda o con la contestación.
• El art. 30 del código texto según ley 13.101, regula sobre la “remisión de
expedientes administrativos por el ente demandado”. Debe tenerse en cuenta,
que el objetivo de esta norma es solamente para la realización del examen de
admisibilidad por parte del juzgado, esto es contar con la documentación
pertinente, necesaria para ese acto procesal.
• El primer inciso de la norma comentada, expresa: “Cuando correspondiere por
las características del caso, el Juez requerirá por oficio al órgano o ente
correspondiente los expedientes administrativos relacionados con la pretensión
deducida, los que deberán serle remitidos en su totalidad dentro de los quince
(15) días. El órgano competente de la autoridad requerida deberá dar
constancia firmada, con indicación de fecha y hora, de la recepción del oficio
pertinente”. Mientras que en la segunda parte del artículo comentado, se dice:
“Si la autoridad requerida no remitiere los expedientes en el plazo
correspondiente, el Juez proseguirá la causa en la forma prevista en el artículo
32º, última parte, tomando como base la exposición de los hechos contenida en
la demanda, sin perjuicio de la facultad de la demandada de ofrecer y producir
toda la prueba que estime corresponder a su derecho”.
• De la norma comentada se puede apreciar que si la demandada remite en
términos la documentación requerida, procede el traslado de la misma a la
actora, para que amplíe o modifique la demanda. En cambio si la demandada no
cumple con la remisión de los expedientes o actuaciones administrativas, luego
de efectuado el examen de admisibilidad teniendo como base los hechos
relatados por la actora, se efectuará cuando corresponda el traslado de la
demanda, para que la contraria responda en el plazo de ley.
• Cabe agregar, que no hay que confundir la exigencia de esta norma, con el
derecho que la corresponde a la demandada, aún incumpliendo el mandato del
art. 30, para cuando se le confiere traslado de la demanda, acompañe toda la
prueba que considere necesaria para su defensa, incluyendo si lo creyere
conveniente la que no presentara al serle requerida por esta norma.
• El art. 31 del código en su redacción según ley 13.101, legisla sobre el “examen
de admisibilidad de la demanda”, dentro de esta etapa el legislado incluye la
posibilidad que tiene la actora para subsanar los defectos que pudiera tener su
escrito de inicio. El primer inciso del art. comentado expresa: “Antes de dar
traslado de la demanda, el juez examinará si la pretensión reúne los requisitos
de admisibilidad”.Entre los requisitos que analiza el magistrado, se encuentran –
entre otros – el agotamiento de la vía cuando corresponda, o la excepción al
agotamiento de la misma; los plazos para interponer la acción; el pago previo o
“solve et repete”, cuando la norma lo exija, etc.
• La misma norma en su segundo inciso, refiere al examen de la competencia de
parte del juez, es decir que allí es donde el magistrado debe expresar si se
considera o no competente para entender en esa causa.
• En este segundo inciso, se hace referencia a la obligación que tiene el juez de
ordenar la subsanación de los defectos que pudiera tener la demanda, en el caso
de que ya se haya declarado competente. La norma en el mencionado inciso,
reza lo siguiente: “Si la pretensión no cumpliere alguno de los requisitos de
admisibilidad, y de ser ello posible, el juez, determinará la subsanación de los
defectos incurridos dentro del plazo que al efecto fije, el que no podrá ser
inferior a cinco (5) días, bajo apercibimiento de desestimar la pretensión. Si
ello fuere improcedente, declarará inadmisible la pretensión deducida”.
• Por supuesto, que si la demanda fuera manifiestamente improcedente, así será
declarado por el juez, dado que ya no habría defectos que corregir, que le
permitieran continuar con el proceso. En cuanto al plazo para subsanar, lo fija el
juez discrecionalmente con el límite de piso que establece la norma comentada.
• En el cuarto inciso del art. 31, se dispone que tratándose del requisito del “pago
previo” o “solve et repete”, el plazo para subsanar o cumplir dicho requisito es
el establecido en el art. 19, 2da parte del código, que fija el plazo para subsanar
la falta de este requisito en diez (10) días.
• El texto de la norma comentada, dice así: “En el supuesto del artículo 19° del
presente Código, se aplicará el plazo establecido en el inciso 2) de la citada
norma”.
• También puede suceder, que el requisito del pago previo no se cumpla, porque el
actor considera que el mismo no puede ser satisfecho dado que por su monto
puede eventualmente constituir un impedimento para el acceso a la justicia, en
este caso acreditada tal circunstancia, no se exigirá el pago previo.
• El art. 32 – texto ley 13.101- titulado “Ampliación o transformación de la
demanda”, consta de dos partes la primera es cuando la demandada responde
positivamente al pedido de remisión de las actuaciones administrativas, en ese
caso se da traslado a la parte actora para que en el plazo de quince (15) días para
que amplíe o transforme la demanda, dado que pueden existir pruebas o datos
que lleven a la parte a modificar su planteo original. A modo de ejemplo, se
puede dar que la Administración acompañe algún decreto que se hallaba
pendiente, o algún documento que la parte actora desconocía.
• La parte pertinente de la norma comentada dice así: “Recibidos los expedientes
administrativos en Secretaría, la parte actora, dentro de los quince (15) días de
notificada por cédula tal recepción, podrá ampliar o transformar la demanda
[…]”.
• Mientras que la segunda parte del artículo comentado, establece que: “Cumplido
el referido trámite o vencido el plazo, el Juez dispondrá correr traslado de la
demanda, previo examen de admisibilidad conforme a lo dispuesto en el artículo
31 del presente Código”.
• En esta parte de la norma, se dispone que cuando se cuente con la
documentación requerida, o en el supuesto que vencido el plazo otorgado para la
presentación de la misma sin que se cumpla la requisitoria, el juez examina la
admisibilidad de la demanda, y se pasar este filtro, confiere el traslado de la
demanda por el plazo de ley.
• Vale recordar que como expresamos anteriormente la no presentación de las
actuaciones requeridas de conformidad al art. 30 del Código ritual, no impide
que la misma documentación sea presentada con la contestación de la demanda.
• El artículo 33 de la ley comentada aborda el tema de las “notificaciones” en el
expediente judicial, exponiendo en un listado no taxativo distintas opciones que
se pueden dar en relación a este acto procesal, cuando se deba dar traslado de la
demanda. Así tenemos que debemos notificar: “1.Al Fiscal de Estado, cuando
la pretensión fuere dirigida contra la Provincia o un ente provincial cuya
representación legal le correspondiere. 2. Al Intendente Municipal, cuando la
pretensión fuere dirigida contra una Municipalidad. Si se tratare de una
impugnación contra una ordenanza municipal, también deberá notificarse al
Presidente del Concejo Deliberante. 3. A la autoridad superior del ente
descentralizado provincial cuando la pretensión fuere dirigida contra aquél,
cuya representación procesal no estuviere a cargo del Fiscal de Estado. ///
• 5. A la autoridad superior de la persona pública no estatal, cuando la
pretensión fuere dirigida en su contra. Al particular demandado, con arreglo a
las reglas del Código Procesal Civil y Comercial. 6. Al Asesor General de
Gobierno, cuando se diere el supuesto del artículo 9° inciso 2) del presente
Código. ”.
• Resulta importante observar las reglas mencionadas en cada caso, dado que no
es un baladí el acto de la notificación de demanda, pues en la práctica suelen
cometerse errores por la falta de adecuación a la norma, o cuando aparece alguna
persona de las omitidas en el catalogo materializado por el legislador.
• Respecto al primero de los supuestos, se cuestionó en principio la regla de
notificar al Fiscal de Estado las demandas contra la Provincia, pero ello surge de
la de la Ley Orgánica de dicho organismo.
• En los artículos 34, 35 y 36 del código ritual, se tratan las “excepciones”, sobre
este instituto procesal, se puede decir que el tema de la excepción guarda
paralelismo con otro concepto de liminar importancia dentro del Derecho
Procesal como lo es la pretensión. Las excepciones son una forma de oponerse a
la pretensión; supone una defensa frente al ataque que es la pretensión. En ese
sentido equivale a defensa, o sea todo lo que el demandado puede aducir para
proteger su derecho, evitando el progreso de la pretensión del actor.
• La acción, como derecho a atacar, tiene una especie de réplica en el derecho del
demandado a defenderse. Toda demanda es una forma de ataque; la excepción es
una especie de defensa contra ese ataque del demandado, - Ver Hutchison-.
• Para Couture la “excepción” es el poder jurídico del demando, que le habilita
para oponerse a la acción promovida contra él. En cierto modo, la excepción es,
la acción del demandado.
• Hay que tener presente cuando se plantean excepciones se debe hacer de modo
prolijo verificando en su caso los presupuestos para que la misma sea tratada y
proceda, como así también el tema del plazo, pues alguna de ellas pueden ser
tratadas al comienzo del proceso y al final, depende la forma y la situación como
se planteen y en qué plazo se hace, pueden prosperar al comienzo mismo del
proceso, e impedir que una demanda que estaba alcanzada por alguna de las
excepciones que concluyen el proceso, se deje para el final, pudiéndose tratar al
comienzo.
• En el primer inciso, se establecen los plazos para interponerlas, las formas y los
efectos que su presentación produce dentro del proceso.
• En el primer inciso de la norma comentada, se expresa que: “1. Dentro de los
primeros quince (15) días del plazo para contestar la demanda, la demandada
podrá oponer, en un solo escrito, las excepciones de previo y especial
pronunciamiento previstas en el artículo siguiente. La oposición de excepciones
suspende el plazo para contestar la demanda en relación a todos los
emplazados en la causa, aún respecto de aquellos que no las hubieren opuesto”.
• La norma establece el plazo para la presentación, permite acumular en una sola
presentación mas de una excepción de previo y especial pronunciamiento de las
previstas en el artículo 35, y describe los efectos de la presentación de
excepciones de este tipo, cuando existen más de un demandado.
• Los siguientes dos incisos de la norma, complementan los recaudos de la
presentación de excepciones, al decir que: “2. Con el escrito respectivo se
acompañará toda la prueba documental y se ofrecerá la restante.  
• 3. Del escrito de oposición de excepciones se correrá traslado a la parte
contraria, quien deberá contestarlo dentro de los cinco (5) días de notificado,
personalmente o por cédula, plazo en el cual deberá agregar la prueba
documental y ofrecer la restante”.
• Aquí se estipula sobre la presentación de la prueba tanto de parte de quien opuso
la excepción, como de la parte contra la que va dirigida la misma. Asimismo se
fija la forma de notificar la excepción, y el plazo que tiene la parte contra quien
se opone para responder el traslado y eventualmente presentar la prueba que
creyere conveniente.
• Los incisos 3 y 4 de la norma comentada, completan los pasos de este mini
proceso dentro del expediente judicial, al respecto se dice que: “4. Contestado el
traslado o vencido el término para hacerlo, y no habiéndose ofrecido prueba, o
siendo ésta desestimada por el juez llamará autos para resolver, debiendo
pronunciarse en un plazo de quince (15) días. 5. Si se ofreciere prueba y el Juez
la considerase procedente, se abrirá un período para su producción no mayor
de diez (10) días, vencido el cual se procederá conforme a lo dispuesto en el
inciso anterior”.
• Básicamente esta parte de la norma, prevé dos situaciones: si se contesta la
excepción sin ofrecer prueba – o no se contesta en término-, o bien la prueba
presentada es desestimada por el juez, este llama a autos para sentencia, y debe
resolver la o las excepciones planteadas en el plazo de quince días.
• /// Continuando con lo anterior, si se presenta prueba por parte del
“excepcionado”, y la misma es declarada procedente por el magistrado, éste
“abre a prueba” por un plazo que no podrá superar los diez días, luego de lo cual
vencido el plazo, producida o no la prueba a la que se hizo lugar, se procede
como en el supuesto anterior, esto es llamar a autos para sentencia y resolver en
el plazo de quince días. El legislador incluye en el último inciso una situación
que no es propia de las excepciones, pero la asimila en cuanto al trámite, cuando
expresa: “6. Las reglas previstas en el presente Capítulo se aplicarán, en lo
pertinente, al trámite de las excepciones opuestas contra la reconvención”.
• El artículo 35 del código ritual, en el texto de la ley 13.101, trata sobre las
distintas “excepciones admisibles” que permite el legislador en estos procesos
contenciosos administrativos. Se incluyen en esta norma ocho excepciones que
podrán interponerse como “de previo y especial pronunciamiento”, de las cuales
dos también pueden interponerse para ser resueltas como el fondo del juicio al
momento del dictado de la sentencia.
• Cuando se habla de “excepciones de previo y especial pronunciamiento”, se está
diciendo que las mismas se tratan al comienzo del proceso, o sea al momento de
ser opuestas siguiendo el procedimiento regulado en la norma anterior. No
obstante ello, si estas excepciones no son interpuestas en el plazo de los
primeros quince días para contestar la demanda, y se plantean posteriormente en
el plazo que resta para cumplir con la contestación, estas excepciones serán
tratadas con la sentencia final – las de los incisos g) y h) las otras no-, se
aconseja en lo posible presentarlas oportunamente dentro del plazo inicial de
quince días como dice el artículo 34, dado que por ejemplo si fuera la excepción
de “prescripción”, y cuando se den las circunstancias para que prospere, si se
presenta inicialmente se evita la tramitación de un proceso, que llevará tiempo y
generará gastos de recursos para finalmente terminar rechazando la demanda por
la excepción planteada.
• La norma comentada establece las siguientes excepciones: “Sólo se admitirán
como previas las siguientes excepciones: “a) Incompetencia del juez.  
• b) Falta de personería en el demandante, en el demandado o en sus
representantes. c) Litispendencia. d) Defecto legal en el modo de proponer la
demanda, por no cumplir con los requisitos enumerados en el artículo 27° del
presente Código d) Defecto legal en el modo de proponer la demanda, por no
cumplir con los requisitos enumerados en el artículo 27° del presente Código. e)
Cosa Juzgada. f)    Transacción, conciliación y desistimiento del derecho. g)
Falta de legitimación para obrar en el demandante o en el demandado cuando
fuere manifiesta, sin perjuicio, en caso de no ocurrir esta última circunstancia,
de que el juez la considere en la sentencia definitiva. h) Prescripción. i)   
Inadmisibilidad de la pretensión, por no cumplir con los requisitos previstos en
los artículos 14°, 15°, 16°, 18° y 19° del presente Código, por demandarse la
nulidad de un acto administrativo consentido o impugnarse un acto que no
revista la condición de definitivo o asimilable, de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 14°”. Mientras que en el segundo inciso de la norma comentada, se
expresa que: “2. Las excepciones enumeradas en los apartados g) y h) podrán
también oponerse como defensa de fondo al contestar la demanda”.
• La primera de las excepciones o sea “incompetencia”, pueden darse varios
supuestos ya sea se trate de incompetencia en razón de la “materia”, del
“territorio” o del “tiempo”, deberá en cada caso analizarse que tipo de
incompetencia es la que se da, para saber cuáles serán las reglas a seguir. Por
ejemplo puede darse en un “daños y perjuicios” una cuestión de competencia
entre un juez contencioso administrativo y un juez civil, ante la inexistencia de
una alzada en común, el expediente se elevará a la Suprema Corte como tribunal
común y superior para que este resuelva. En el caso de plantearse la
incompetencia entre dos juzgados del fuero, deberá resolver la respectiva
Cámara cuando la tengan en común, sino la misma Suprema Corte provincial.
• La “falta de personería” se daría por el incumplimiento en lo normado en el
artículo 28 del código ritual, a no acreditarse en debida forma la personería
invocada por los sujetos mencionados en la norma de referencia.
• En relación a la “falta de personería” señala Palacios, que dos son las causales
susceptibles de condicionar la admisibilidad de la excepción del falta de
personería: la ausencia de capacidad procesal en el actor o en el demandado y la
falta, defecto o insuficiencia de la representación - necesaria o voluntaria- de
quienes comparecen al proceso en nombre de aquéllos. Recuerda Hutchinson -
parafraseando a Argañaraz-, que la autoridad administrativa no podrá prevalerse
de esta excepción de falta de personalidad en el actor o su representante, si esa
personalidad había sido admitida en instancia administrativa.
• En cuanto a la excepción de “litispendencia”, se configuraría por la existencia
de otro proceso donde coinciden los sujetos, el objeto y la causa, resulta lógico
entonces que no se permita la tramitación de dos juicios que tengan las
coincidencias señaladas. Debe recordarse que, en el ámbito procesal en general,
la situación de litispendencia se produce cuando existe otro proceso entre las
mismas partes, en virtud de la misma causa y por el mismo objeto, es decir,
frente a la coexistencia de las pretensiones cuyos elementos son idénticos. La
notificación de la demanda, entre otros efectos procesales, produce el obstáculo
a la promoción de un nuevo juicio por el mismo asunto. El fundamento de la
litispendencia es evitar la posibilidad de fallos contradictorios, en desmedro de
la institución de la cosa juzgada, - Hutchinson-.
• La excepción de “defecto legal” en el modo de proponer la demanda, hace
referencia al incumplimiento de los requisitos establecidos en la norma que trata
sobre la estructura y forma de la demanda, y está relacionada a la omisión de
alguno de los requisitos allí señalados – ver artículo 27 del código-.
• Sostiene Hutchinson, siguiendo a la doctrina procesalista, que se puede decir de
la excepción de “defecto legal”, que constituye un medio procesal para
denunciar la omisión o la formulación imprecisa y ambigua de las enunciaciones
legalmente exigibles al escrito de interposición de demanda. Tiene como causa
la omisión en la demanda de datos o formas exigidos como requisitos por el
ordenamiento, que obstaculiza y pone en riesgo el principio constitucional de la
inviolabilidad de la defensa en juicio.
• La excepción de “cosa juzgada” se relaciona a la existencia de una sentencia
que se encuentra firme sobre las mismas causas y objeto donde intervienen las
mismas personas, que en el proceso que se inicia, tampoco allí de darse este
presupuesto se puede seguir con el nuevo proceso. La excepción de cosa juzgada
tiende a asegurar la inmutabilidad e irrevocabilidad de las cuestiones ya
resueltas con carácter firme en un proceso anterior, y de evitar, por lo tanto, el
pronunciamiento de una segunda sentencia eventualmente contradictoria. La
admisibilidad de esta excepción se halla supeditada al requisito de que entre la
sentencia firme y la pretensión posterior medie identidad en relación a los
sujetos, al objeto y a la causa, - Hutchison-.
• La “falta de legitimación”, especialmente la falta de legitimación activa, se
funda en la carencia manifiesta de letimatio ad causam, o sea que no media
coincidencia entre las personas que efectivamente actúan en el proceso y las
personas a las que la ley habilita, especialmente, para pretender o contradecir
respecto de la materia sobre la que versa el mismo.
• Trata de favorecer la economía procesal tornando innecesaria la tramitación de
un juicio en todas sus etapas, cuando desde el principio existe certeza que es
procedente la defensa de la falta de acción. Es verificable de oficio por el órgano
judicial. Así no puede ser demandado el Estado provincial cuando la cuestión
reclamada reconoce su causa en la actividad administrativa de un ente
autárquico – Hutchinson-.
• La excepción de “prescripción” de un derecho es un impedimento de carácter
sustancial y no formal que hace a la existencia misma del derecho pretendido y
puede ser invocado por la parte en el juicio aunque no se haya invocado en sede
administrativa. Debe ser opuesta obligatoriamente por la Administración, y sólo
por excepción se permite su renuncia.
• La interposición de la excepción no implica necesariamente que deba tratarse
como de previo y especial pronunciamiento, ya que sólo puede ser decidida en
esa calidad cuando no fueren necesarias pruebas para decidir sobre el carácter de
la acción, los hechos que la motivan ni sobre el cómputo del plazo; en caso
contrario debe diferirse al momento de la sentencia definitiva, - Hutchison-.
• En lo que atañe al último inciso de la norma comentada, allí convergen varios
supuestos, relacionados al “agotamiento de la vía” cuando el mismo resulte
obligatorio, y no se justifique la excepción a dicho agotamiento – ver artículos
14 y 15 del código-.
• También se puede interponer cuando se intente acceder a la instancia judicial por
“silencio” – antes llamada “retardación”-, y por ejemplo no se hubiere
interpuesto el “pronto despacho” en sede administrativa, ante el incumplimiento
de la Administración para responder en término un reclamo o petición del actor,
-ver respecto al silencio artículo 16 del código ritual-.
• Otro supuesto de excepción es ante el vencimiento de los plazos previstos en el
artículo 18 del código ritual, dado que estaría cumplido el plazo de “caducidad”
previsto para interponer la acción correspondiente. En el código anterior, esto se
definía como “incompetencia”
• continuando con lo anterior, en el “Código Varela” que rigió hasta diciembre de
2003, ante la falta de una norma específica sobre este tipo de excepción, la
Suprema Corte históricamente en inveterada jurisprudencia, consideraba que
vencido el plazo de caducidad – que era de 30 días-, procedía la “excepción de
incompetencia”, ya que por una cuestión temporal el tribunal no podía entender
en ese proceso.
• Para concluir con el comentario de esta norma, se recuerda que ante la no
presentación de las excepciones de “falta de legitimación” y “prescripción”
dentro de los quince primeros días del plazo para contestar demanda, las mismas
serán tratadas al resolver la cuestión de fondo, como primer punto de la
sentencia, dado que de prosperar ya no se justifica el tratamiento de las restantes
cuestiones planteadas en el proceso.
• El artículo 36 según redacción ley 13.101 del código ritual, trata sobre la
“Resolución de las excepciones”, la norma básicamente se divide en dos partes,
en el primer inciso se expresa que: “1. La decisión del juez que desestimare las
excepciones planteadas, ordenará la reanudación del plazo para contestar la
demanda, lo que deberá hacerse dentro de los treinta (30) días de notificada”.
• Esta parte de la norma, no contiene mucha complejidad, dado que ante el
rechazo o desestimación del juez a la excepción interpuesta deberá reanudarse el
plazo suspendido, y comienza a correr un plazo de 30 días desde la notificación
para contestar la demanda.
• En el segundo inciso de la norma comentada, se describen las distintas
circunstancias, que pueden darse según que excepción ha sido acogida por el
magistrado, y la conducta a seguir por el mismo. El tratamiento de esta segunda
parte, lo iremos tratando separadamente para su mejor comprensión.
• Así tenemos, que en el apartado a) del inciso 2º del artículo 36, se expresa
que: “a) En el caso de la excepción prevista en el inciso 1), apartado a) del
artículo anterior, aplicará lo dispuesto en el artículo 8°”. De prosperar esta
excepción, el magistrado por resolución motivada, declarará su incompetencia.
En tal supuesto remitirá los autos al tribunal considerado competente, si
perteneciere a la jurisdicción provincial. En caso contrario, dispondrá su archivo.
• En el apartado b) del segundo inciso del artículo 36 se establece, que: “b) En
el caso de las excepciones previstas en los apartados b) y d) del artículo
anterior, fijará el plazo dentro del cual deben subsanarse los defectos, bajo
apercibimiento de tener al demandante por desistido del proceso. Subsanados
ellos, se aplicará lo dispuesto en el inciso anterior”.
• Esta parte de la norma, trata la situación de cuando procedan las excepciones de
“falta de personería” y “defecto legal”, el trámite es sencillo en este caso, si se
subsanan los defectos dentro del plazo dispuesto por el juzgado, se notifica esta
circunstancia y se otorga un plazo de 30 días para contestar demanda. De no
corregirse los defectos, como la misma norma lo indica el juez declarará que se
tiene por desistido del proceso.
• En el apartado c) del inciso 2º del artículo 36, se expresa que: “c) En el
supuesto de las excepciones previstas en el inciso 1) apartado i) del artículo
anterior, cuando se refieran a la falta de agotamiento de la vía administrativa o
a la no configuración del silencio administrativo, conforme a lo dispuesto en los
artículos 14° y 16°, determinará si fuere procedente, el modo de subsanar tales
defectos, aplicándose lo dispuesto en el apartado anterior. Caso contrario, se
declarará la inadmisibilidad de la pretensión”. La norma estipula, que el juez
otorga un plazo a la parte actora, para que subsane los defectos de
incumplimiento de los artículos 14 o 16 – según sea por falta de agotamiento de
la vía, o por no configurarse el silencio-, y en caso de que no se cumpla
declarará la inadmisibilidad de la pretensión por incumplimiento de los
requisitos de los artículos citados.
• Concluyendo con la norma comentada, el apartado d) del inciso 2º del artículo
36, establece que: “d) En el caso de las excepciones previstas en el inciso 1)
apartados c), e), f), g) y h) del artículo anterior, así como en el supuesto
previsto en el apartado i) del mismo precepto, en lo referente a los casos no
previstos en los apartados precedentes de este artículo, se declarará la
inadmisibilidad de la pretensión”. En esta parte de la norma, el legislador
dispuso, que si prosperan las excepciones de: litispendencia; cosa juzgada;
transacción, conciliación, o desistimiento del derecho; falta de legitimación para
obrar; prescripción o incumplimientos para el agotamiento de la vía o la
configuración del silencio, el juez “declarará inadmisible la pretensión”.
• Con respecto a la “contestación de demanda” -artículo 37 del código ritual-, en
principio hay que tener en cuenta los requisitos, estructura y formalidades
establecidos por el legislador para la demanda.
• Los primeros dos incisos de la norma comentada, dicen así: “1. La contestación
de la demanda se efectuará por escrito. Contendrá, en lo pertinente, los
requisitos establecidos en el artículo 27° del presente Código. 2. En ese escrito,
el demandado deberá reconocer o negar en forma categórica cada uno de los
hechos expuestos en la demanda, así como pronunciarse en la misma forma
sobre la autenticidad de los documentos que se le atribuyen. El silencio o la
ambigüedad en la contestación de tales extremos, podrá considerarse como
reconocimiento de los hechos, de la autenticidad de los documentos y de su
recepción”.
• La norma exige además de cumplir con los recaudos establecidos en el artículo
27 del código ritual, negar “categóricamente” los hechos dado que como suele
suceder a veces, las negativas genéricas no son eficaces para desconocer los
hechos. La misma situación se da con el desconocimiento de los documentos,
pues si no los desconoce expresamente, se tendrán por reconocidos con los
efectos propios que produce esta circunstancia. La norma expresamente pone
énfasis sobre el acto de desconocimiento, dado que si no es expreso y
contundente, se pueden tener por reconocidos los hechos, como también los
documentos en su autenticidad y recepción. Estos extremos deben ser cumplidos
oportunamente, pues luego de la contestación, el desconocimiento ya sería
además de inoportuno ineficaz.
• El tercer inciso del artículo 37, prevé que: “3. Podrán invocarse hechos que se
opongan a los alegados por el actor o argumentos de derecho que no se
hubieran planteado en el procedimiento administrativo, siempre que se
relacionen con el objeto de la pretensión”.
• Con el código anterior, en la interpretación de la Suprema Corte, se
aplicaba estrictamente el “principio de congruencia” en relación a lo actuado en
instancia administrativa. Actualmente, tal como lo plantea la norma este
requisito se ha elastizado permitiendo la invocación de hechos no planteados por
la actora, pero relacionados al objeto de la pretensión.
• También en el caso de la demanda, se permite plantear hechos o
cuestiones que no necesariamente están planteados en la instancia
administrativa, como puede ser por ejemplo la solicitud de indemnizaciones.
• El artículo 38 del código regula sobre el “plazo para contestar demanda”, la
norma de sencilla redacción – que no requiere de comentarios para ser
interpretada-, establece lo siguiente: “1. El plazo para contestar la demanda
será de cuarenta y cinco (45) días. 2. Si fueran dos o más los demandados, el
plazo será común. Cuando procediere la suspensión o ampliación respecto de
uno, el plazo se suspenderá o ampliará respecto de todos”.
• El artículo 39 contempla la “reconvención”, tampoco - como en el supuesto
anterior-, esta norma requiere demasiados comentarios, pues su redacción simple
permite interpretarla sin dificultades.
• El artículo 40 del código ritual texto según ley 13.101, trata sobre las
“Diligencias ulteriores”, al respecto en su primer inciso, se expresa que: “1.Si al
contestar la reconvención la parte reconvenida agregase nuevos documentos, se
correrá traslado de los mismos a la reconviniente, por el término de cinco (5)
días, para que reconozca o desconozca su autenticidad, lo que se notificará por
cédula”.
• Mientras que en el inciso 2, la norma dispone que: “2. Contestado el traslado de
la demanda o reconvención, en su caso, o vencidos los plazos para hacerlo,
resueltas las excepciones previas, y siempre que se hayan alegado hechos
conducentes acerca de los cuales no hubiese conformidad entre las partes, el
Juez recibirá la causa a prueba, procediendo a tal fin de acuerdo a lo previsto
en el artículo 41”. La redacción de la norma no trae aparejada ninguna dificultad
para su interpretación, dado la sencillez de su texto.
• La “audiencia preliminar” incorporada por el artículo 41 en él código ritual,
por la ley 12.008 –luego modificada por la ley 13.101-, fue según nuestro
criterio, uno de los grandes aportes del legislador al proceso contencioso
administrativo. Sí bien este acto procesal, se halla incluido en varios
ordenamientos nacionales, provinciales y extranjeros, y con la aplicación de
varios artículos del código procesal civil y comercial de la Provincia, se podía
implementar –gracias a la remisión que hace el art. 77 del C.C.A.-, el hecho de
que estuviera expresamente previsto en este proceso, ayuda enormemente a
agilizar el trámite haciéndolo más rápido y expeditivo, si se tiene en cuenta que
al depurar la prueba dejando la estrictamente necesaria para la resolución del
caso, los tiempos en muchas ocasiones se abrevian notablemente.
• Si bien uno de los objetivos principales de esta norma, apunta a depurar el
proceso excluyendo aquella prueba que sea improcedente o inconducente,
tampoco debe descartarse que estando todos los letrados presentes luego de
trabada la litis, allí en ese espacio se pueda intentar llegar a una conciliación o
acercamiento entre las partes para que se concrete un acuerdo.
• Con respecto al intento de conciliación, el mayor obstáculo reside en que
muchas veces los abogados que representan a los municipios o al Fisco, no
cuentan con facultades e instrucciones para conciliar, de todos modos no debe
dejarse de intentar esta posibilidad que permitiría eventualmente ponerle fin al
proceso.
• Como ventaja de esta audiencia, también se puede destacar que en la misma,
existe posibilidad de interrogar a los letrados sobre la utilidad de cierta prueba
propuesta por ellos, y de acuerdo a su respuesta evaluar si la prueba resulta
pertinente o no.
• También se ha aprovechado esta audiencia para incluir nuevos puntos de pericia,
a los solicitados por las partes, o bien incluir preguntas a los pliegos para las
declaraciones de absolventes o testigos en jurisdicción ajena al juzgado.
• Asimismo, en la mencionada audiencia, se puede informar a las partes sobre
alguna medida de mejor proveer que el juez pueda considerar importante
introducir en esa instancia.
• Además, en las mismas audiencias se ha informado a las partes sobre algún
reconocimiento judicial, que el magistrado quiera agregar a la prueba ya
existente.
• Tenemos entonces, que cumplido lo previsto en el inciso 2º del artículo 40, es
decir contestada la demanda y/o reconvención y resueltas las excepciones, el
juez fija fecha para la realización de la audiencia.
• La norma en análisis, -artículo 41-, en su primera parte dice así:
• “Audiencia. Determinación de los hechos y de la prueba. 1. A los fines de
lo establecido en el artículo 40 inciso 2) del presente Código, el Juez citará a
las partes dentro de los quince (15) días a una audiencia, que se celebrará con
su presencia en la que: a)Fijará por sí los hechos articulados que sean
conducentes a la decisión del proceso, sobre los cuales versará la prueba y
desestimará los que considere inconducentes, de acuerdo con las constancias de
la causa […]
• b)Recibirá y resolverá en el mismo acto el pedido de oposición a la apertura a
prueba de la causa, para lo cual será necesario escuchar a la contraparte.
• c) Recibirá y resolverá en el mismo acto las manifestaciones de las partes,
si las tuvieren, con referencia a lo prescrito en el artículo 42° del presente
Código.
• d) Declarará cuáles pruebas son procedentes para la continuación del
juicio.
• e) Declarará si la cuestión fuere de puro derecho, con lo que la causa
quedará concluida para definitiva […]”.
• Son varios los pazos que se deben cumplir en esta audiencia, de allí la
importancia de tener bien leído el expediente al momento de realizarla. Además
como se hace en la práctica, existe un proyecto de acta que se lee a todos los
presentes –todos los letrados y en ocasiones concurren también las partes-, los
hechos conducentes sobre los que versará al proceso de acuerdo a la postura de
las partes y al orden que estableció el juzgado, desestimando aquellos hechos
que fueren inconducentes en cumplimiento de lo previsto en el punto a) del
inciso 1º del artículo 41.
• Seguidamente se le pregunta a las partes, si existe oposición a la apertura
a prueba, y en caso de haberla se resuelve en el acto –previo escuchar a la otra
parte-, dado que es obligatoria la presencia del juez en esta audiencia. Por lo
general, salvo que sea un caso donde se pueda resolver con las constancias del
expediente administrativo, existe consenso en la apertura a prueba.
• De este modo se da cumplimiento a lo previsto en el punto b) del inciso 1º del
artículo 41.
• La ley exige interrogar a las partes sobre la existencia de un “hecho nuevo” de
conformidad a lo previsto por el artículo 42 del código. De haberlo, se recibe la
propuesta de la parte que invoca, se concede la palabra a las otras partes y se
resuelve de conformidad a la norma citada. Aunque como veremos luego en el
análisis del artículo 42, los “hechos nuevos”, pueden eventualmente invocarse –
cumpliendo el resto de los requisitos- hasta cinco días después de la audiencia
del artículo 41. Se cumple así con lo estipulado por el apartado c) del inciso 1º
del artículo 41.
• Mientras que para el caso del apartado d) del inciso 1º de la norma antes citada,
se deberá declarar que pruebas son procedentes para la continuación del juicio.
• Finalmente en el apartado d) del inciso 1º del artículo 41, se prevé que cuando
la cuestión sea declarada de “puro derecho”, quedando entonces para definitiva,
esto es que se deberá dar traslado a las partes para que aleguen y luego
presentados los alegatos, o vencido el plazo para que se acompañen y no sean
incorporados por las partes, pasará el expediente a la etapa de “autos para
sentencia”.
• Todo lo cual se regula en el 2º inciso del artículo 41, que dice así: “2.Si en la
audiencia prevista en el inciso anterior, las partes manifestaren que no tienen
ninguna prueba a producir o que ésta consiste únicamente en las constancias
del expediente o en la documental ya agregada y no cuestionada, se dejará
constancia de ello. El Juez correrá traslado por cinco (5) días comunes, para
que las partes expongan sus alegaciones sobre los hechos y el derecho
controvertidos en la causa”.
• En el artículo 42 de la ley, se regula todo lo concerniente a los “hechos
nuevos”, presentados luego de celebrada la audiencia preliminar del artículo
41, en el primer inciso se describe la situación que da lugar a la aplicación de
esta norma, mientras que en el segundo inciso se establece cuál será el
procedimiento a seguir por esa presentación de hechos nuevos.
• La norma expresa: “1. Cuando con posterioridad a la contestación de la
demanda o reconversión, ocurriese o llegase a conocimiento de las partes algún
hecho que tuviese relación con la cuestión que se ventila, podrán alegarlo hasta
cinco (5) días después de celebrada la audiencia prevista en el artículo 41 del
presente Código. 2. Del escrito en que se alegue tal circunstancia, se dará
traslado a la otra parte, quien dentro del plazo para contestarlo podrá también
invocar otros hechos en contra posición a los alegados. En este caso quedará
suspendido el plazo de prueba hasta la notificación de la resolución que los
admita o deniegue”.
• La norma es suficientemente clara, se invoca “hechos nuevos” por una de las
partes, se da traslado de la misma a la otra parte, ésta a su vez puede invocar
otros hechos replicando a los presentados por la primera, luego de lo cual se
resuelve por el juez hacer lugar o no a la presentación. Mientras tanto el plazo
para la producción de la prueba, queda suspendido hasta la notificación de la
resolución que admita o deniegue.

Pruebas y alegatos

• Plazo para producir la prueba: El artículo 43, fija el plazo máximo de cuarenta
(40) días a partir del día hábil siguiente a la celebración de la audiencia
preliminar del artículo 41, o en su defecto desde que se resuelve la denuncia de
“hecho nuevo” prevista en el artículo 42 del código, y a partir del día siguiente a
que se notifique la admisión o negación del hecho nuevo.

• La norma comentada según texto 13.101, dice así: “Plazo de producción de las
pruebas. El plazo de prueba será fijado por el Juez y no excederá de cuarenta
(40) días. Dicho plazo es común y comenzará a correr a partir del día siguiente
al de la fecha de celebración de la audiencia prevista en el artículo 41 del
presente Código”.
• La ley dedica solo un artículo a la “prueba pericial”, dejando a salvo que en el
caso de peritos que sean “funcionarios” o “agentes” públicos, no podrán ser
recusados excepto que se hallen en dependencia jerárquica del órgano
demandado. A modo de ejemplo, si el demandado es el Municipio de Dolores, si
puede ser recusado un perito médico que se desempeñe en relación de
dependencia de la demandada en dicho nosocomio municipal.
• El artículo 44, expresa lo siguiente: : “Prueba de peritos. No será causal de
recusación para los peritos la circunstancia de que sean funcionarios o agentes
públicos, salvo cuando se encontraren bajo la dependencia jerárquica directa
del órgano cuya actuación u omisión diera lugar a la pretensión”.
• Declaración de funcionarios públicos – artículo 45-: Expresa Hutchinson que
surge implícitamente que no procede la absolución de posiciones del
funcionario, que eso se acepta en la mayoría de los códigos de la materia y la
doctrina, que no aceptan la confesional de los funcionarios, ya que los actos
sobre los que se manifiestan son escritos y, por tanto, pueden perfectamente
probarse sin necesidad de declaraciones confesionales.
• La norma en comentario, expresa lo siguiente: “Declaración de funcionarios
públicos. Cuando fuere parte la Provincia, un municipio, o un ente provincial o
municipal, las preguntas a los funcionarios públicos tramitarán por oficio
dirigido a la autoridad superior del ente que en cada caso correspondiere. Las
contestaciones, por escrito, deberán efectuarse dentro de los veinte (20) días
posteriores a la recepción del oficio”.
• Medidas de mejor proveer – artículo 45-: Hutchinson opina que sin perjuicio de
recaer sobre las partes la carga de la prueba, el juez no tiene al respecto una
situación meramente pasiva, receptiva. El puede cooperar al esclarecimiento de
los hechos dictando medidas de prueba para mejor proveer. Tiene la potestad
para ordenar las diligencias necesarias para el esclarecimiento de la verdad de
los hechos. Esta potestad puede ejercerse aún después de cerrado el período a
prueba, tal como se expresa en la norma.

• La norma comentada según texto ley 13.101, dice lo siguiente: Medidas para
mejor proveer. El Juez podrá ordenar de oficio la producción o ampliación de
toda medida de prueba que considere conducente a la averiguación de la verdad
de los hechos. Esta potestad podrá ejercerse en cualquier estado del proceso, aún
después del llamamiento de autos para sentencia. La decisión será irrecurrible”.

• Vencimiento del plazo de prueba – artículo 47- : Expresa Hutchinson en el


comentario de este artículo, que toda vez que la negligencia supone el abandono
de los trámites procesales pertinentes, tratándose de la acreditación de los
extremos fácticos invocados en defensa de la posición de la parte, si se
encontraba pendiente de sustanciación alguna prueba luego de que el secretario
haga constar el vencimiento de período probatorio, no se halla la parte
negligente en la posibilidad de requerir que se ordene la producción de prueba
en el expediente. La norma en comentario -ley 13.101-, dice así: “Vencimiento
del plazo de prueba. Vencido el plazo para la producción de las pruebas, el
Secretario lo hará constar por nota puesta en los autos al pie de la última
diligencia practicada. Después de ello, de la prueba pedida por las partes y no
realizada, sólo podrá producirse aquella que el Juez considerase conducente o
necesaria para mejor proveer”.

Alegatos – artículo 48 según ley 13.101-: Sostiene Hutchinson, que la presentación


del alegato no es una carga para la parte, sino una mera facultad. Es, sin embargo,
un trámite importante para la efectiva defensa del derecho de la parte. Por lo
expuesto se puede vislumbrar su importancia, ya que, atendiendo a que contiene una
recapitulación ordenada de todo lo que resulta para la parte […] pone de manifiesto
“su verdad” a una sola lectura, auxilia al juzgado para el estudio y la apreciación del
juicio. La norma comentada, expresa: “1.Una vez que las pruebas recibidas a
petición de las partes, o las mandadas producir de oficio por el Juez estén reunidas,
se pondrán los autos en la Secretaría por el término de diez (10) días comunes,
dentro de los cuales las partes podrán presentar el alegato sobre el mérito de la
prueba producida.

• 2.Presentados los alegatos o vencido el plazo indicado en el artículo anterior o


el establecido en el artículo 41 inciso 2), el Juez llamará autos para sentencia”.
• Para concluir con los comentarios de esta etapa, recordemos que luego de los
alegatos, y aún habiéndose llamado a “autos para sentencia”, el juez si lo
considera pertinente antes de abocarse a dictar la sentencia, puede disponer en
virtud de las potestades que le confiere el código, de las llamadas “medidas de
mejor proveer”. A veces existe el error de formación en el abogado, que
habiéndose omitido la producción de una prueba por negligencia, solicita las
medidas de mejor proveer como si fuera un derecho de las partes.

De la sentencia.

• Afirma Hutchinson, que la sentencia es la decisión judicial motivada que


normalmente pone fin al proceso de cognición, en cualquier instancia y por la
cual el tribunal satisface las pretensiones y resistencias deducidas por las partes,
aplicando el ordenamiento jurídico. Dicho acto es la culminación del proceso
administrativo, traducido en un acto de voluntad que pone término a un conflicto
de intereses. Dictada la sentencia en un juicio y agotadas las vías recursivas, ella
se convierte en firme y, consecuentemente en inimpugnable. Al decir el derecho
en su fallo, el juez completa el ciclo que se inicia con el nacimiento de la ley y
que culmina con su aplicación. Para ello se da vida a la norma, interpretándola, y
al hacerlo cumple con su cometido de hacer justicia. Mediante la sentencia
desarrolla esta tarea y en ella los razonamientos que determina su decisión.

• El código en su artículo 49 establece el “plazo para dictar sentencia” en el


proceso ordinario, tener presenta este dato dado que hay otros plazos para otro
tipo de procesos que contiene la normativa. El plazo se computa desde que
quede firme el llamado de “autos para sentencia”.

• La norma comentada expresa lo siguiente: “Plazo para dictar sentencia. La


sentencia en el proceso ordinario se dictará dentro del plazo de sesenta (60)
días desde que la providencia de autos quede firme y observará en lo pertinente
los requisitos establecidos en el Código Procesal Civil y Comercial”.
• El artículo 50 del código – según texto ley 13.101-, regula sobre la “sentencia
que hace lugar a la pretensión”, la norma da un menú sobre las distintas
situaciones que el legislador preveía como posibles de darse en ese supuesto.
• El artículo comentado dice así: “Sentencia que hace lugar a la pretensión. La
sentencia que haga lugar a la pretensión podrá decidir: 1. El restablecimiento o
reconocimiento del derecho o interés jurídicamente tutelado y la adopción de
las medidas o actos necesarios a tales fines…”.
• En este caso la sentencia no sólo reconocerá esas situaciones, sino que también
adoptará las medidas necesarias para que dicho reconocimiento o
reestablecimiento se concreten.
• El segundo inciso de la norma comentada dice así: “2.La anulación total o
parcial del acto administrativo de alcance general o particular impugnado”.
• Hutchison sostiene sobre esta parte de la norma, que cuando la pretensión
consistiera en declarar no conforme a derecho un acto (general o particular), la
sentencia estimatoria así lo dispondrá y declarará la nulidad total o parcial o la
anulabilidad, según proceda, del acto declarado contrario a derecho. Es decir no
se limitará a declarar contrarias a derecho las actuaciones impugnadas, sino que
procederá a declara nulo el acto – sí a ello hubiese lugar-. Agregamos que
también se puede dar que se analice en el juicio una anulación de oficio de la
Administración, en ese supuesto, se puede dar de declarar nulo un acto, y válido
el que lo anulara.
• El inciso 3º del artículo comentado, se refiere al caso de una sentencia que trate
sobre “vías de hecho”, en ese supuesto la sentencia dispondrá la cesación de esa
vía de hecho, y le indicará a la Administración la conducta a seguir.
• En el inciso 4º de la norma comentada, se hace referencia a la
“inconstitucionalidad” de normas o actos impugnados en el proceso. Vale
recordar que con la aplicación del código anterior, durante mucho tiempo estaba
prohibido por criterio jurisprudencial de la Suprema Corte, acumular la acción
contenciosa y la de inconstitucionalidad, a partir de los leading cases “Tres
Cruces” y “Cerbitronic”, se comenzó a admitir, y luego el legislador en esta
nueva normativa lo admite expresamente. El juez en este proceso según sea
aplicable esta norma, deberá declarar expresamente la inconstitucionalidad de la
norma o acto impugnado.
• En el 5º inciso del artículo 50, se legisla sobre “la declaración de certeza”
sobre la relación o situación jurídica regida por el derecho administrativo,
motivo de controversia.
• Entiende Hutchinson que en la declaración de certeza el juez entiende en
pretensiones que tiendan a obtener una sentencia meramente declarativa para
hace cesar un estado de incertidumbre sobre la existencia, alcance o modalidades
de una relación jurídica administrativa.
• También sostiene el mismo autor, que la sentencia afirmativa de la pretensión de
la actora efectúa la declaración de certeza sobre la relación o situación jurídica
regida por el derecho administrativo, motivo de la controversia. Agregamos,
como ejemplo que se puede tratar de una situación planteada por la actora,
respecto al pago de una tasa, un canon, etc.
• El inciso 6º del artículo 50, trata sobre el resarcimiento de daños y perjuicios
reclamados, la parte pertinente de la norma comentada dice así: “6. El
resarcimiento de los daños y perjuicios reclamados. A tal efecto, fijará la
cuantía de la indemnización o, cuando por las características del caso ello no
fuere posible, establecerá las bases para la liquidación del monto indemnizable,
cuya definitiva determinación quedará diferida a la etapa de ejecución de la
sentencia”.
• Según refiere Hutchinson, en el caso de resarcimiento de daños y perjuicios, la
sentencia estimatoria de la pretensión reconocerá el derecho del actor, con
indicación de quien viene obligado a indemnizar, y estableciendo el quantum
indemnizatorio. Cuando no se pueda determinar en la sentencia el monto
indemnizatorio, el cálculo se diferirá para la etapa de ejecución de la sentencia.

Costas

• En referencia a este tema, Hutchinson explica que sea la sentencia estimatoria o


desestimatoria, deberá resolver sobre costas y honorarios. Agrega, que el
proceso administrativo implica una serie de gastos que varían según su
complejidad, y a veces también de acuerdo a su duración: son los gastos del
proceso. Dentro de dichos gastos, las costas son una especie del género gastos
del proceso y pueden conceptualizarse como aquella porción de los gastos
procesales cuyo pago recae sobre las partes que intervienen en un proceso
determinado y reconocen a éste como causa inmediata o directa de su
producción. Son, por lo tanto, como los demás gastos procesales, un efecto
necesario del proceso cuya diferencia de los otros consiste en que su pago recae
sobre las partes.
• Se criticaba el sistema de costas por su orden del Código Varela, pero el
legislador en contra de todas las opiniones volvió a ratificar con la ley 13.101
esa forma de aplicación de costas, que fue convalidada en su constitucionalidad
por las distintas cámaras contencioso administrativas del fuero provincial hasta
que se dictó la ley 14.437 en el año 2013 que impuso las costas a la parte
vencida. La norma comentada en su texto según ley 14.437, expresa lo siguiente:
• Artículo 51.- (Texto según Ley 14.437) El pago de las costas estará a cargo de
la parte vencida en el proceso. Sin embargo, el juez podrá eximir total o
parcialmente del pago de las costas al vencido, siempre que encontrare mérito
para ello, expresándolo en su pronunciamiento, bajo pena de nulidad.
• Cuando la parte vencida en el proceso fuere un agente público o quien hubiera
reclamado un derecho previsional, en causas en materia de empleo público o
previsional, las costas le serán impuestas solo si hubiere litigado con notoria
temeridad.
RECURSOS

• Concepto: Se lo puede definir como aquella función jurisdiccional por la cual el


mismo tribunal que dictó una resolución u otro superior revisa un
pronunciamiento judicial, confirmándolo, modificándolo, dejándolo sin efecto o
dictando uno nuevo y distinto.
• Los remedios procesales en estudio fueron tratados en el código contencioso
administrativo de la siguiente manera: a) Procedimientos recursivos que se
ventilan en la misma instancia: la aclaratoria (art.52) y reposición (art.53 y 54);
b) Procedimientos que se deciden en una instancia superior: el recurso de
apelación (arts.55 a 59); y c) Procedimientos que se plantean en el grado
supremo de jerarquía judicial. Esto se contempla en el artículo 60 al referirse a la
eventual procedencia de los recursos extraordinarios contra las sentencias
definitivas de las Cámaras de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo por
ante la Suprema Corte de Justicia provincial.
• Si bien nuestro cuerpo normativo provincial no contempla el recurso
extraordinario federal, ello no es óbice para dejarlo planteado al iniciarse la
acción en primera instancia por aplicación de la ley nacional 48.

• ACLARATORIA: debe plantearse dentro de los cinco días de notificada la


sentencia definitiva con el fin de corregir errores materiales, aclarar algún
concepto ambiguo o contradictorio del fallo o suplir cualquier omisión incurrida
en el tratamiento y decisión de algunas de las pretensiones planteadas y
debatidas en el proceso.
• Si bien es cierto que en principio procede contra la sentencia definitiva, se ha ido
ampliando este remedio y el mismo se puede aplicar contra todo tipo de
providencias cuando sea procedente aclarar algún contenido en ellas que no
implique la interposición de otro recurso como la reposición o apelación.
• La aclaratoria tiene que ser resuelta por el Juez dentro de los 5 días a su planteo
sin substanciación alguna. Puede ser a pedido de parte o de oficio por el Juez
(art. 36 inc.3º del CPCC por aplicación del art.77 del CCA).
• Vale recordar que en comparación con el CPCC el plazo es más amplio ya que
en aquel es de tres días (art.166) y acá es de cinco. Además la introducción de
este medio NO SUSPENDE NI INTERRUMPE el plazo para la interposición
de los otros recursos a los cuales la parte tuviera derecho.

• REPOSICIÓN: Procede contra las providencias simples o interlocutorias a fin


que el órgano que las dictó las revoque por contrario imperio. Aquí hay una
importante diferencia con el juicio civil y comercial ya que el CPCC prevé este
recurso solo contra providencias simples, lo cual genera en aquel fuero ciertos
problemas cuando lo que se intenta atacar es la concesión o denegación de una
medida cautelar por ejemplo, cuestión que la ley 12.008 t.o. tiene superada a
través del texto de este artículo.
• El recurso debe interponerse y fundarse por escrito dentro de los tres días de
notificada la resolución atacada, pero si esta se dictare en una audiencia debe
interponerse en forma verbal en ese mismo acto. El Juez debe resolver su
admisibilidad dentro del plazo de cinco días.
• Vale recordar que al igual que en el caso de la aclaratoria, la interposición de
este recurso NO INTERRUMPE NI SUSPENDE los plazos para el planteo de
otros recursos a que tuviera derecho la parte interesada.
• Si se trata de providencias que causen un gravamen que no pueda ser reparado
con la sentencia definitiva, se podrá acompañar a la reposición con el recurso de
apelación en subsidio. De lo contrario la resolución que recaiga hará ejecutoria.
• En los casos que la resolución dependiere de hechos controvertidos, el Juez
podrá imprimir al recurso de reposición el trámite de los incidentes (arts.175 y ss
del CPCC).
• Al igual que en los procesos civiles, no se sustanciarán los recursos planteados
contra providencias dictadas de oficio o a pedido de la parte que recurre. Esto se
motiva en que se trata de actividades y controversias entre el juzgador y la parte
requirente, a los cuales resultaría ajena la contraria. Esto deja abierto a contrario
sensu que si se ataca una providencia dictada por el juzgado a pedido de la
contraparte, debe sin dudas sustanciarse. Del mismo modo, si se incluye la
apelación en subsidio, debe sustanciarse de acuerdo a las reglas impuestas por el
artículo 58 del CCA.

• RECURSOS ANTE INSTANCIAS SUPERIORES: Es interesante el repaso


de los antecedentes que llevaron a la actual redacción y esquema de los artículos
del CCA que regulan este instituto: El proyecto de 1997 del Ejecutivo
bonaerense carecía de recursos ante instancias superiores de grado ya que
preveía tribunales de instancia única como el caso del fuero laboral provincial
por lo cual los únicos recursos posibles contra la sentencia definitiva eran los
extraordinarios contenidos en el artículo 161 de la Constitución provincial.
• El poder legislativo modificó esencialmente ese sistema y mediante la ley
12.008 en su texto original instauró un recurso de casación y sancionó la ley de
creación del fuero -12.074- estableciendo además de los tribunales contencioso
administrativos de 1º instancia un tribunal de casación del fuero con sede en la
ciudad de La Plata. Este recurso de casación se limitaba a la impugnación de la
sentencia definitiva bajo ciertos supuestos que surgían de vicios de
procedimiento (errores in procedendo) o de juicio o del derecho aplicado
(errores in indicando). Finalmente el art.60 especificaba los casos de
procedencia de recursos extraordinarios ante la Suprema Corte provincial contra
las sentencias del tribunal de casación.
• La ley 12.310 de 1999 elimina la casación e incorpora el recurso de apelación,
modificándose paralelamente la ley 12.074 para crear cuatro cámaras de
apelaciones del fuero en La Plata, San Martín, San Nicolás y Mar del Plata. Los
recursos extraordinarios estaban previstos contra las sentencias de las Cámaras
de Apelaciones pero sólo los dispuestos por el artículo 161 inciso 3º de la
Constitución provincial (Inaplicabilidad de ley y nulidad), lo cual fue ampliado
por el decreto promulgatorio 1937 de agosto de 1999 que observó dicha
circunstancia quitando la expresión “inciso 3º” por lo cual hacía procedente el de
inconstitucionalidad también.
• Las leyes 13.101 y 13.118 del año 2003 fijan finalmente este cuadro: 1)
Creación de Juzgados unipersonales de 1º instancia en todas las ciudades
cabecera de cada departamento judicial con competencia en dichos territorios; 2)
se mantiene el recurso de apelación, dándole un marco procesal según el fuero; y
3) Se establecen cuatro cámaras con asiento en La Plata, San Martín, Dolores
(luego se modificó por Mar del Plata) y San Nicolás.
• APELACIÓN: Este recurso en el fuero Contencioso Administrativo tiene
algunas características distintas a la apelación en sede civil y comercial nacidos
de la especial naturaleza de la materia en examen, por lo cual se debe prestar
especial atención a sus diferencias para no cometer errores respecto a los plazos
y requisitos.
• El artículo 55 en sus cuatro incisos señala que serán susceptibles de recurso de
apelación: a) las sentencias definitivas; b) las que declaren la inadmisibilidad de
la pretensión procesal; c) las que se decidan sobre medidas cautelares; d) las que
aún recayendo sobre una cuestión incidental terminen el litigio, hagan imposible
su continuación, afecten el cumplimiento de la sentencia o generen un gravamen
que no pueda ser reparado por la sentencia definitiva; e) las providencias simples
que causen un gravamen irreparable con la sentencia definitiva.
• El Código establece puntualmente la apelación contra la resolución que declara
inadmisible la pretensión procesal por dos fundamentos importantes: no
justificar el excesivo rigor formal y el ritualismo inútil, por un lado, y el derecho
de acceso a la justicia por el otro. Asimismo deja establecido que el recurso de
apelación comprende el de nulidad por defectos en la sentencia.
• En cuanto al plazo, forma de interposición y efectos, el artículo 56 establece que
el recurso de apelación contra la sentencia definitiva deberá ser interpuesto
dentro de los 10 días contados a partir del día siguiente al de su notificación. En
los demás supuestos el plazo será de 5 días. Aquí encontramos una clara
diferencia con el CPCC, ya que prevé un único plazo para apelar que es de 5
días –art.244-.
• La apelación se debe presentar por escrito fundado ante el Juez cuya sentencia
es impugnada, debiendo contener dicho escrito la crítica concreta y razonada de
las partes del fallo que el apelante considere equivocadas no bastando con la
mera remisión a presentaciones anteriores. Otra importante divergencia con el
CPCC -y que ha provocado en los primeros años del fuero rechazos de recursos
de apelación- ha sido la necesidad del planteo por escrito (no prevé la forma oral
como en el fuero civil) y fundado en esa misma oportunidad, dejando de lado la
presentación de memoriales para las apelaciones concedidas en relación (art.246
del CPCC) y la expresión de agravios para las concedidas libremente (art.254
del CPCC).
• Una de las razones que llevan a la interposición de la apelación y
fundamentación conjunta nace del hecho de carecer el Juez de primera instancia
de atribuciones sobre la decisión en cuanto a la concesión o a la negativa del
remedio como lo establece el artículo 58 del CCA, criterio que la jurisprudencia
de Cámara –como Mar del Plata por ejemplo- ha modificado exigiendo que sea
concedido el recurso en primera instancia o rechazado por cuestiones de falta de
fundamentación del escrito o por interponerse fuera del plazo legal.
• Cuando la cámara que debe entender en el recurso tenga su sede en otra ciudad,
en el escrito de interposición y su contestación deberá constituirse domicilio en
aquella.
• En relación a los efectos, establece que será suspensivo a excepción de las
providencias que dispongan medidas cautelares que será devolutivo –o no
suspensivo como la doctrina actual lo denomina-.
• El artículo 57 señala que en el escrito de interposición del recurso de apelación
contra sentencias definitivas en procesos ordinarios (a diferencia del 254 del
CPCC excluye los procesos sumarios) las partes podrán: a) indicar las pruebas
denegadas o que no hubiesen podido producirse antes de la sentencia y que
tuvieren interés en practicar en razón de su importancia actual para la resolución
del conflicto; b) articular hechos nuevos acaecidos después de dictada la
sentencia definitiva o conocidos con posterioridad a la misma, siendo
sustanciados junto con el recurso.
• Del recurso de apelación presentado, el Juez de primera instancia deberá correr
traslado a la otra parte por igual plazo al señalado para su interposición (10 días
para los que sean contra sentencia definitiva y 5 para el resto), el cual se
notificará personalmente o por cédula. Contestado o vencido el plazo para
hacerlo se remitirán las actuaciones a Cámara dentro del plazo de 5 días.
• En lo pertinente, el trámite probatorio y la articulación de hechos nuevos en
segunda instancia el artículo 57 establece además que se regirán por las normas
previstas en el CPCC para el trámite de los recursos de apelación concedidos
libremente. En los restantes supuestos de apelación, las partes no podrán ofrecer
pruebas ni alegar hechos nuevos.
• En resoluciones aplicables tanto a los hechos nuevos como al ofrecimiento
probatorio, la Suprema Corte bonaerense admitió la incorporación de distintos
actos administrativos si son posteriores y modificatorios de lo que es causa del
proceso, aún cuando sean presentados fuera de las etapas procesales respectivas
(causa B.52.418 del 25/3/97).
• El orden de estudio y votación de las causas para pronunciar sentencia en
segunda instancia será determinado por sorteo y la misma deberá dictarse dentro
del plazo de 30 días a contar desde la fecha del sorteo del expediente. Respecto a
las apelaciones de medidas cautelares, su admisibilidad y procedencia deberá
dictarse dentro del término de 5 días.

RECURSOS EXTRAORDINARIOS:

El artículo 60 del CCA establece que contra las sentencias definitivas de Cámara
procederán los recursos extraordinarios previstos en la Constitución de la Provincia
de Buenos Aires aplicándose las normas previstas por los artículos 278 a 303 del
CPCC, con la salvedad que no será de aplicación en el recurso extraordinario de
inaplicabilidad de ley lo dispuesto por los artículos 278 y 280 del CPCC sobre valor
del litigio y depósito previo cuando el mismo se interponga contra sentencias que
recaigan en materia de impugnaciones a resoluciones del Tribunal de Cuentas y
Fiscal de Apelación.

Bibliografía

• Hutchinson, Tomás; “Código Procesal Contencioso Administrativo”, Editorial


Scotti, Buenos Aires 2005.
• Hutchinson, Tomás; “Derecho Procesal Administrativo”, Tomos II y III,
Editorial Rubinzal Culzoni, Santa Fe 2009.

CATEDRA DERECHO ADMINISTRATIVO II


UNIVERSIDAD ATLANTIDA ARGENTINA

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