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parálisis de sueño
Jolyon Jenkins
BBC
17 julio 2016
"La pesadilla" que el artista anglo suizo Henri Fuseli presentó en 1871 parece ilustrar la
aterradora experiencia de los que sufren parálisis del sueño.
La muralla que separa la fantasía y la realidad se derrumba... el infierno se
desata... duendes, brujas y otras criaturas míticas repentinamente aparecen,
reales y amenazantes.
"La habitación está zumbando por la energía eléctrica y yo sé que hay otra cosa ahí, algo
malo.
Por el rabillo de mi ojo puedo ver a un hombre arrugado con una criatura espantosa,
mitad araña, mitad cangrejo.
La criatura me agarra las piernas con sus muelas y el hombre salta sobre la cama. Siento
sus manos presionadas contra mi pecho... luego las siento apretando mi garganta".
Así le contó Laura a su neuropsicólogo clínico Paul Broks uno de sus episodios de
parálisis del sueño, un trastorno que puede ser extremadamente alarmante.
"En su forma básica, la parálisis del sueño ciertamente es muy común. Estás
medio dormido y medio despierto y te das cuenta de que no te puedes mover.
Típicamente dura unos segundos. Es desconcertante, pero no es grave", le
explica a la BBC Chris French, director de la Unidad de Investigación de
Psicología Anomalística de la Universidad Goldsmiths de Londres.
"Pero menos comunes son los casos en los que hay síntomas asociados, como
una sensación muy fuerte de que hay una presencia, algo en la habitación
contigo... así no lo puedas ver u oír, está ahí, y no tiene buenas intenciones:
quiere hacerte daño".
"A veces puedes ver y oír a esa presencia. Es una experiencia alucinatoria".
FUENTE DE LA IMAGEN,THINKSTOCK
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¿Por qué la parálisis? Y, sobre todo, ¿por qué las aterradoras escenas?
"Siempre empieza con sonidos silbantes repentinos y luego quedo totalmente paralizada...
aparte de mis ojos, puedo mover mis ojos.
Escuché la voz de mi papá, como si quisiera avisarme qué iba a pasar...
Lo vi parado en la puerta, un anciano harapiento. Tenía un caballo pequeñito, del
tamaño de un perro. Mi corazón palpitaba con fuerza. Él le dio un vistazo a la habitación,
se dio vuelta y se fue, seguido por su caballo".
Aterrador... ¿qué le está pasando?
Físicamente, "hay algo de evidencia de un aumento del flujo de sangre al área
menos racional del cerebro", señala Broks. "Y la amígdala -un pequeño grupo de
neuronas que está en lo profundo del cerebro y es el detector de peligro- entra en
hiperactividad".
Y por fuera, "a menudo experimentan dificultades para respirar, sensación de
presión en el pecho y un miedo intenso", completa French, antes de añadir lo que
se sabe de esta... hasta la palabra pesadilla queda corta.
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A veces, las alucinaciones se instalan en nuestro propio cuerpo, como en el caso del
síndrome de Alicia en el país de las maravillas.
"El síndrome del miembro fantasma es una experiencia muy poderosa y común",
le dice a la BBC Peter Halligan, experto en perturbaciones de la conciencia
corporal, al ilustrar cómo las alucinaciones pueden echar raíz en tu propio cuerpo.
"Afecta a cerca del 90% de los individuos que han sufrido cualquier forma de
amputación: no sólo son las extremidades, sino cualquier parte del cuerpo, hasta
los órganos internos".
Lo curioso es que incluso gente que ha nacido sin extremidades, puede
sentirlas.
"¡Pero nunca las tuvieron! De manera que esa conciencia del cuerpo no está
basada en la memoria autobiográfica", añade Halligan.
¿Quiere decir que la idea cuerpo es parte de la estructura del cerebro y está ahí
de antemano para que podamos tener sentido de identidad?
"Exactamente. Hasta donde nos muestra la evidencia, la idea del cuerpo ya está
ahí; es algo que desarrollamos pero ya está integrada en el cerebro".
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