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Diccionario de la lengua española

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Vigesimosegunda edición del Diccionario de la lengua española

El Diccionario de la lengua española (oficialmente DLE desde la 23.ª edición


y DRAE hasta la 22.ª edición)12345 es un diccionario de idioma español editado y
elaborado por la Real Academia Española. La propia Academia también lo
denomina «Diccionario usual». Hasta la 22.ª edición, la RAE lo
abreviaba DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), pero desde la
23.ª usa la sigla DLE (Diccionario de la lengua española), debido a que en su
elaboración participan ahora todas las academias de la Asociación de Academias
de la Lengua Española.6 Es considerado el diccionario normativo de la lengua
española.78 En 2020, su edición en línea recibió mil millones de consultas.9
La primera edición de este diccionario data de 1780 y la edición más reciente es la
23.ª, de 2014. La 23.ª vio la luz el 16 de octubre de 2014, como broche a la
celebración del III Centenario de la institución. Tiene 2376 páginas y se editó en
un solo tomo (18 × 26 centímetros), encuadernado en cartoné con estuche.
También se publicó una versión en dos volúmenes, destinada a América, y otra
especial para coleccionistas. El número de artículos ascendió a 93 111, frente a
los 84 431 incluidos en la anterior edición.1011 Se revisó en 2017;12 su
actualización, conocida como versión electrónica 23.2, es de 2018;13 su
actualización, conocida como versión electrónica 23.3, es de 2019, y su
actualización, conocida como versión electrónica 23.4, es de 2020.14
Respecto a su carácter normativo, la propia academia aclara que las
recomendaciones y juicios que hace se basan en el uso normal del lenguaje hoy
día, y que se busca una unidad entre los muchos países con sus diferentes
normas. El diccionario incluye palabras de uso común extendido, al menos en un
ámbito representativo de entre aquellos en los que se habla el español o
castellano y además incluye numerosos arcaísmos y vocablos hoy en desuso,
para entender la literatura castellana antigua. Desde la 21.ª edición (1992) se ha
aumentado el número de acepciones propias de los países hispanohablantes,
cuyas Academias de la Lengua forman parte de la Asociación de Academias de la
Lengua Española (ASALE), dejando en claro el ámbito en que estas son
utilizadas.15

Títulos del diccionario[editar]


• Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia
Española, título entre la 1.ª (1780) y 4.ª edición (1803).
• Diccionario de la lengua castellana por la Real Academia Española, título entre
la 5.ª (1817) y 14.ª edición (1914).
• Diccionario de la lengua española, título de la 15.ª edición (1925) en adelante.

Orígenes y desarrollo del diccionario[editar]


La elaboración de un diccionario del español o castellano fue una de las primeras
tareas que se impuso la RAE en su fundación en 1713, editando en primer lugar
el Diccionario de autoridades (1726-1739) en seis volúmenes. Partiendo de esta
obra se elabora como compendio en un solo volumen el diccionario propiamente,
cuya primera edición data de 1780. El título completo de esta edición
fue Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia
Española, reducido a un tomo para su más fácil uso. Las razones enunciadas en
el prólogo para la publicación de este diccionario eran la necesidad de que el
público tuviera acceso a un diccionario entre el lapso de la primera edición
del Diccionario de autoridades y la tardanza en la publicación de una segunda
edición corregida y ampliada de este, ofreciéndose esta alternativa de más fácil
uso y menor costo. De esta versión reducida del diccionario se han publicado
veintitrés ediciones, mientras que la segunda edición del Diccionario de
autoridades quedó inacabada.
La primera edición del diccionario en un solo volumen tuvo nuevas versiones en
1783, 1791, 1803 y 1815. A partir de esta quinta edición se tituló
simplemente Diccionario de la lengua castellana, con ediciones en el siglo XIX de
1822, 1832, 1837, 1843, 1852, 1869, 1884 y 1899, con la que se alcanzaba la
decimotercera.
El siglo XX inició con la edición de 1914. En la decimoquinta publicación, de 1925,
cambió la denominación de lengua castellana para pasar a
denominarse Diccionario de la lengua española. Otras ediciones de ese siglo
fueron las de 1936-1939, 1947, 1956, 1970 y 1984, que hacía la vigésima edición.
La vigésima primera edición, de 1992, se publica también con una encuadernación
en rústica en dos volúmenes, en «formato de bolsillo»,16 a la que se añadiría su
versión en CD-ROM, que apareció en 1995. 2001 inició las versiones del DLE del
siglo XXI, que ofrece una versión consultable en línea. De su primera versión en un
tomo hasta la actual, el repertorio léxico prácticamente ha duplicado su número.
La primera edición de 1780 del diccionario usual ofrecía las etimologías de las
palabras, pero este dato fue desestimado en la edición de tres años después. Las
etimologías se reincorporaron en la edición de 1970.
Ediciones (año y número de edición)[editar]

Un ejemplar de la vigésima primera edición del Diccionario de la lengua española (1992). Esta
edición conmemoró el quinto centenario de la llegada de los conquistadores a América así
como el quinto centenario de la Gramática de Nebrija (1492-1992).

• 1780 (1.ª)
• 1783 (2.ª)
• 1791 (3.ª)
• 1803 (4.ª)
• 1817 (5.ª, consultable en línea)
• 1822 (6.ª, consultable en línea)
• 1832 (7.ª, consultable en línea)
• 1837 (8.ª)
• 1843 (9.ª)
• 1852 (10.ª)
• 1869 (11.ª)
• 1884 (12.ª, consultable en línea)
• 1899 (13.ª, consultable en línea)
• 1914 (14.ª, consultable en línea)
• 1925 (15.ª)
• 1936/1939 (16.ª)
• 1947 (17.ª)
• 1956 (18.ª)
• 1970 (19.ª), última que conservó inclusiones de refranes en cada artículo.
• 1984 (20.ª)
• 1992 (21.ª)
• 2001 (22.ª, consultable en línea)
• 2014 (23.ª, consultable en línea)
• 2020 (versión electrónica 23.4, consultable en línea)
Todas las ediciones, desde 1780 hasta 1992, son consultables en línea en
el Nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española.

Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia


Española, reducido a un tomo para su más fácil uso, 1780. Portada interior.

Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española


[…]. Prólogo, 1.ª página.

Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española


[…] Prólogo, 2.ª página.

Diccionario de la lengua castellana compuesto por la Real Academia Española


[…]. Académicos.

Soportes utilizados[editar]
Hasta la vigésima primera edición (1992)17 el soporte utilizado fue el papel. Ese
año, además de su formato tradicional como libro, el diccionario se editó en CD-
ROM y también en dos libros de bolsillo. El 25 de octubre de 1994 se registró
el dominio web «rae.es»18 con fecha de expiración en 2025. Con la vigésima
segunda edición (2001) se añadió un nuevo aporte al introducir el diccionario en
internet y de acceso libre por parte de todos los usuarios. Esta versión digital
estaba a caballo19 entre la vigésima primera edición impresa del año 1992 y la
vigésima tercera edición impresa del año 2014, y ya anticipaba definiciones de
palabras que fueron luego modificadas en la edición de 2014.20 La vigésima
tercera edición del Diccionario de la lengua española fue puesta a disposición del
público mediante consulta gratuita el 21 de octubre de 2015. El 2 de noviembre de
2015, por medio de su cuenta oficial21 en Twitter @RAEinforma22 se invita a
consultar en línea la última edición del diccionario académico en su
nuevo subdominio web. Asimismo, en dicha cuenta también informan sobre
hechos o acontecimientos relacionados con su página web principal, e invitan
cordialmente a que «lo tengan en cuenta para futuros accesos y para actualizar
los enlaces publicados en páginas externas».23

Ediciones[editar]
En la cuarta edición del diccionario (1803) se fijaron y se incorporaron al alfabeto
castellano los dígrafos ch y ll como letras separadas y parte de la ordenación
alfabética. Dicha decisión cambió en 1994 (X Congreso de la Asociación de
Academias de la Lengua Española), donde los dos dígrafos quedaron ordenados
en su lugar correspondiente en el alfabeto latino. También se cambió en 1803
la x por la j cuando la grafía representa el fonema velar /x/ (excepto en vocablos
como Caxamarca, México, Texas, etc., que la conservan, aunque correspondan a
/x/ en español), y se eliminó el acento circunflejo (^).
Las primeras ediciones son mucho más extensas, incluyen la traducción al latín de
los vocablos y, en algunos casos, dan ejemplos de su uso, especialmente en
forma de dichos populares, y reseñan parte de su evolución. Un dato curioso es
que aparece muger («mujer») siguiendo la usanza de la época. La entrada de la
letra x es interesante y muestra la riqueza de las primeras ediciones. Aquí se
reproduce un fragmento de lo que muestra la 3.ª edición de 1791:
x. Vigésima tercia letra en el orden de nuestro alfabeto, y décima octava de las consonantes.
Es semivocal, y tomada de los latinos, entre los quales tenía el valor de dos consonantes; y
unas veces fuerza de c y s, y otras de g y s. En castellano conservamos el sonido de la c y s,
como en exâmen, exôtico; pero el de la g y la s lo convertimos en otro mucho más fuerte y
gutural, tanto que no la distinguimos de la j, o g fuerte; como en xamugas, exército. La X se
usa por transmutación en lugar de otras letras en voces que vienen de otras lenguas; como:
se muda la S en X en las voces latinas vesica, inserere, que nosotros volvemos vexiga,
é inxerir, y las dos ss del italiano basso, que nosotros volvemos baxo.

Menciona otras transmutaciones: xaga en chaga y luego en llaga, y el


de xapeo en chapeo. Otro dato que ofrece es que la x se obtiene juntando dos v,
con lo que explica el valor de diez (cinco más cinco) en los números romanos.

Críticas[editar]
A lo largo de su historia, el diccionario de la Real Academia ha sido objeto de
muchas y variadas críticas.24 Entre los diversos motivos de tales críticas pueden
citarse los siguientes:

• El investigador del CSIC Javier López Facal, en una entrevista del 2011, lo
consideraba un diccionario arcaico en su planteamiento y de calidad inferior a
otros.25
• El profesor de ictiología Alfonso L. Rojo en su estudio de definiciones
relacionadas con los peces del diccionario de 2001 encuentra
«inconsistencias, incorrecciones, atraso y errores».26
• La lexicógrafa Montserrat Alberte considera que, en materia de diccionarios,
«la Academia, a lo largo de los siglos, se ha caracterizado más por lo que
anunció y no llegó a hacer, que por lo que efectivamente hizo».27
• La catedrática de lengua española Esther Forgas critica el «sesgo ideológico
presente en las definiciones del diccionario académico».28
• A pesar de su pretendido panhispanismo, se lo considera un diccionario
hispano centrista.2930
• El lexicólogo y periodista mexicano Raúl Prieto Río de la Loza criticaba
ácidamente el centralismo y las definiciones del diccionario de la Real
Academia Española. Publicó varios libros al respecto.31

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