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EL ENSAYO

El ensayo es un género literario que se caracteriza por permitir desarrollar un tema


determinado de una manera libre y personal. Comúnmente, las personas escriben ensayos
para manifestar alguna opinión o idea, y sin tener que preocuparse de ceñirse a una
estructura rígida.

CARACTERISTICAS:
Estructura libre: desarrolla el tema de manera persuasivo y ameno
Estilo personal: Se puede combinar estilos (retóricos, irónicos, convincentes)
Variedad de temas: Preferencia por las ciencias humanas, sin embargo se puede abordar temas
científicos y técnicos.
Brevedad: las ideas se exponen con claridad y concisión posible.

ESTRUCTURA DEL ENSAYO:


Exposición: Presentación del tema que se va a tratar.
La tesis: El planteamiento central del ensayo, es decir aquello que se puede demostrar o justificar.
La conclusión: No es condición de todo ensayo, sin embargo al final se sintetizan las ideas del autor
expuestas a lo largo del ensayo.
La bibliografía: Uno de los requisitos de la mayoría de los ensayos es que el autor cite las principales
fuentes.
PRODUCCION TEXTUAL

1. Redacta un ensayo breve en la cual exponga su opinión acerca del Libro “El muchacho de la boina blanca”
Para ello, organiza la información recopilada en un esquema como el siguiente

Tema

Tesis Exposición Argumentación Conclusión

Síntesis que se
Planteamiento Enunciación Presentación de los desarrolla
a partir del
de lo que se de los hechos que permiten planteamiento
propone hechos comprobar el plante- escrito, puede ser un
Resumen de los hechos y
demostrar amiento inicial, es de
decir, la tesis. Tus opiniones

2. Cree que sus argumentos son pertinentes y convincentes? Por qué?


3. De acuerdo al siguiente ensayo literario, identifica la tesis, algunos ejemplos de
argumentación y conclusión

Ensayo literario “La llama doble” de Octavio Paz

El amor no nos preserva de los riesgos y desgracias de la existencia. Ningún amor, sin excluir a los más
apacibles y felices, escapa a los desastres y desventuras del tiempo. El amor, cualquier amor, está hecho de
tiempo y ningún amante puede evitar la gran calamidad: la persona amada está sujeta a las afrentas de la
edad, la enfermedad y la muerte. Como un re- medio contra el tiempo y la seducción del amor, los budistas
concibieron un ejercicio de meditación que consistía en imaginar al cuerpo de la mujer como un saco de
inmundicias. Los monjes cristianos también practicaron estos ejercicios de denigración de la vida. El
remedio fue vano y provocó la venganza del cuerpo y de la imaginación exasperada: las tentaciones a un
tiempo terribles y lascivas de los anacoretas. Sus visones, aunque sombras hechas de aire, fantasmas que la
luz disipa, no son quimeras: son realidades que viven en el subsuelo psíquico y que la abstención alimenta
y fortifica. Transformadas en monstruos por la imaginación, el deseo las desata.

Cada una de las criaturas que pueblan el infierno de San Antonio es un emblema de una pasión reprimida.
La negación de la vida se resuelve en violencia. La abstención no nos libra del tiempo: lo transforma en
agresión psíquica, contra los otros y contra nosotros mismos.

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