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¡Buen comienzo!
Conceptos iniciales: ¿Qué entendemos por género, sexo, identidad de género y orientación
sexual?
El género es todo aquello que se espera de nosotres por ser "hombres" o "mujeres" en un contexto
histórico y cultural determinado. Es el conjunto de creencias, características, actitudes que tenemos
que nos construyen en esa identidad. Abarca desde la ropa que usamos o no, el pelo largo o corto,
hasta cómo nos relacionamos con nuestras parejas, amigues, o familias.
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El género no refiere exclusivamente a las mujeres, idea muy impregnada aún en el sentido común,
sino que es una categoría relacional de poder que involucra a todas las personas.
El género refiere a los aspectos que se le atribuyen socialmente a una persona, esto quiere decir,
que aprendemos a ser hombres y mujeres según lo que las sociedades van definiendo como lo
propio de lo femenino y lo masculino.
Durante décadas estos aspectos, estuvieron reducidos a una estructura binaria que caracterizó a
las personas en dos categorías, “varones” o “mujeres”. Esta forma particular de organización
social es presentada como algo que se define sobre la base de la “biología” y asumida como la
forma “natural”.
Cuando se incorpora la categoría género como una construcción social, el sexo se reduce a
nuestra corporalidad. Esta definición influye en la mayoría de los aspectos de nuestras vidas como
el trabajo, la economía, el parentesco, la sexualidad, entre otras dimensiones de la vida humana.
La sociedad ha vinculado la diferencia sexual anatómica con la identidad de género, la expresión
de género y el deseo sexual y afectivo de una manera lineal y binaria.
Ahora, a qué hacen referencia estos conceptos que acabamos de nombrar.
La identidad de género es aquella “vivencia interna e individual del género tal como cada persona
la siente, la cual puede corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento,
incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Esto puede involucrar la modificación de la apariencia o
la función corporal a través de medios farmacológicos, quirúrgicos o de otra índole, siempre que
ello sea libremente escogido. También incluye otras expresiones de género como la vestimenta, el
modo de hablar y los modales” (Artículo 2 de la Ley de identidad de género).
Todes, todas y todos tenemos una identidad de género que vamos construyendo a lo largo de
nuestras vidas. Hay personas que se sienten identificadas con el género que le asignaron al nacer,
en estos casos se habla de personas cisgenero. Hay otras personas que no se autoperciben con el
género asignado al nacer, aquí hablamos de personas transgenero. También existen personas que
no se identifican con ningún género, en estos casos hablamos de no binaries.
La ley de identidad de género, que nombramos más arriba, es un derecho ganado luego de una
larga lucha llevada a cabo por LGBTI+. El desconocimiento legal de la identidad propia es la base
para muchas desigualdades y violencias.
Muchas veces se cree que nuestra identidad de género está relacionada con las formas en que nos
expresamos. Afirmar esto es un error, la expresión de género hace referencia a las
construcciones de género socialmente asociadas a masculinidades o feminidades culturalmente
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establecidas; ropa, modos de hablar, gestos o actitudes.
Cada persona debería ser libre de elegir, según sus experiencias personales, de que manera
expresar su género.
Esto quiere decir que una persona (sea trans o cis) puede elegir como llevar el pelo, que ropa usar
o realizarse cirugías sin que esto ponga en cuestión su identidad de género. Escindir estos dos
conceptos nos ayuda a construir sociedades libres de discriminación, prejuicios y violencias
simbólicas.
El último concepto que queda por definir es Orientación Sexual, esta “es la capacidad de cada
persona de sentir una profunda atracción emocional, afectiva y sexual por personas de un género
diferente al suyo o de su mismo género, o más de un género, así como a la capacidad de mantener
relaciones íntimas y sexuales con estas personas” (Principios de Yogyakarta).
La orientación sexual puede cambiar o mantenerse igual a lo largo de la vida de una persona. Es
importante que todes podamos vivir con libertad nuestra orientación sexual.
En conclusión, la sociedad patriarcal contempla dos opciones de existencia válidas, y esencialistas,
pues atribuye a características biológicas/esenciales a nuestras decisiones de vida.
De esta manera si nacemos con pene o vulva solo tenemos una opción. En el primer caso la
expresión de género debería ser masculina, la identidad debería ser la de un varón y el deseo
sexual y afectivo debería estar orientado hacia una mujer; en el segundo caso la expresión de
género debería ser femenina, la identidad debería ser la de una mujer y el deseo sexual y afectivo
debería estar orientado hacia un varón.
Esquematizar el sexo y relacionarlo a nuestra corporalidad excluye a las diversidades sexuales, y
esconde un gran entramado de desigualdades que se sostienen y se justifican porque se asumen
como parte de la “naturaleza”.
Entonces, incorporar estas categorías hace que se visibilicen las relaciones asimétricas y
jerárquicas que se dan entre hombres, mujeres y personas LGBTI+; permite que se desnaturalice
el binarismo biológico varón-mujer; posibilita el reconocimiento de la diversidad sexual e identitaria
y nos hace comprender que todo lo que somos está atravesado por el género.
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Diversidad e Interseccionalidad
¿Qué es? ¿Cómo surge?
Video Complementario:
https://www.youtube.com/watch?v=85tKM6oQwJg
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Bibliografía
- Mattio E. ¿De qué hablamos cuando hablamos de género?
https://programaddssrr.wordpress.com/sexualidad-genero-y-poder/