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Resumen de las Garantías Fundamentales en Panamá

Las garantías fundamentales son el conjunto de medios que la Constitución Nacional,


entendida como la cumbre de las Leyes que un estado establece, pone a disposición de los
habitantes a efectos de sostener y defender sus derechos frente a las autoridades, y frente
a otros individuos o grupos sociales. Son el mecanismo por el que se limita y se pone un
freno a la arbitrariedad y al carácter unilateral de las acciones del Estado.
Por ejemplo: el derecho fundamental a la defensa durante el juicio. Están también
relacionadas con las garantías procesales, que son las instituciones y los procedimientos de
seguridad creados a favor de las personas, precisamente para que dispongan de los
medios para hacer efectivo el goce de sus derechos.
 
El Capítulo Primero del Título II, por su parte, establece las "Garantías fundamentales". El
Estado asume la obligación de proteger la vida, el honor y bienes de sus nacionales y de los
extranjeros que estén bajo su jurisdicción (artículo 17). Según el artículo 30 no hay pena de
muerte, y los artículos 21 y 23 (habeas corpus) protegen a la persona contra arresto y
privación de libertad arbitrarios. La aplicación de medidas lesivas a la integridad física,
mental o moral de los prisioneros queda prohibida por el artículo 28, mientras que el artículo
20 establece la igualdad de todos ante la ley, con ciertas diferencias entre panameños y
extranjeros.
El derecho a la libertad de religión y culto podrá ser ejercido "sin otra limitación que el
respeto a la moral cristiana y al orden público" por el artículo 35, en el cual se "reconoce
que la religión católica es de la mayoría de los panameños".
Los artículos 37 al 41 consagran los derechos de libertad de expresión, de reunión y de
asociación. Se reconoce el derecho a la propiedad privada (artículos 30, 44-49), así como el
derecho de formular peticiones (artículos 41 y 50), el derecho al proceso regular (artículos
19, 21, 22, 25 y 31-33), la inviolabilidad del domicilio (artículo 26) y de las comunicaciones
privadas (artículo 29) y el derecho de residencia y tránsito (artículos 26 y 27). 
Ámbitos de aplicación
En general, las primeras partes de las Constituciones se orientan a las declaraciones, los
derechos y las garantías y se consagran cuáles son las que tienen aseguradas todas las
personas. Las garantías constitucionales contienen precauciones procesales así como
limitaciones al poder público, y constituyen una protección de la libertad.
En este sentido, uno de los ámbitos que mayores garantías constitucionales ofrece es el de
los procesos jurídicos, en la medida que se observa que incumplir con ellas sería exponer a
una persona a ser privada de su libertad en forma injusta.

El Garantismo
En este último sentido es que existe una corriente de pensamiento dentro del derecho que
se denomina garantismo, que asume que las garantías establecidas por las constituciones
están lejos de practicarse en los hechos, en la mayoría de los casos.
En rigor de verdad, los pactos y las convenciones sobre Derechos Humanos que sientan las
bases sobre estas garantías muchas veces están lejos de ser un reflejo de lo que ocurre en
la realidad, y más bien los sistemas jurídicos y penales tienden a reproducir las
desigualdades de la sociedad.
El garantismo pretende partir del reconocimiento de los derechos fundamentales de los
individuos, y de su efectiva protección y tutela como piedra fundamental en el estado. El
garantismo asume la existencia de poderes más allá de la interacción individual de los
individuos, y por lo tanto abarca una dimensión jurídica a la vez que una política. Esto último
constituye una típica fuente de crítica hacia los garantistas, que también son cuestionados
por la tendencia a la relativización del delito que su teoría conlleva.
Cuando los regímenes de gobierno totalitarios alcanzan el poder, una de las acciones
típicas es la de suspender las garantías constitucionales, precisamente para evitar tener
límites en esa práctica. Es por esto que suele entenderse a la garantía como una
herramienta de la sociedad para protegerse a sí misma.

Algunos ejemplos
1. El Habeas Corpus, una institución jurídica que busca evitar arrestos y detenciones
arbitrarias.
2. El Habeas Data, el derecho a acceder a la propia información en cualquier registro o
banco de datos.
3. El recurso de amparo, como demanda jurídica realizada cuando ciertos derechos no
se cumplen.
4. La igualdad ante la Ley, garantía fundamental en el Estado de derecho.
5. Una persona no puede ser condenada dos veces por el mismo hecho, ni ser
expuesto al riesgo de ser perseguido por una acción por la cual ya fue sobreseído.
6. El derecho a la jurisdicción, a una sentencia justa y motivada.
7. Todas las personas tienen derecho a no declarar contra sí mismos.
8. La presunción de inocencia.
9. El derecho fundamental a la defensa durante el juicio.
10. El derecho a ser juzgado por jueces competentes e imparciales.
11. Nadie puede ser privado de su libertad sino en virtud de una orden emanada por una
autoridad competente.
12. La sanción de las Leyes tiene vigencia para el futuro, no pudiendo tener efecto sobre
hechos pasados.
13. La acción de cumplimiento, el proceso por el que se protege a las personas cuando
las autoridades se encuentras renuentes a cumplir su función.
14. La preeminencia de la Constitución Nacional por sobre todas las Leyes.
15. En este último sentido, cuando una norma jurídica contradice disposiciones
constitucionales, se puede recurrir a la justicia para pedir que quede sin efecto.
16. Todas las cuestiones relativas a evitar la discriminación racial.
17. Todas las cuestiones relativas a evitar la violencia de género.
18. Para los niños, la totalidad de los derechos consagrados en la Convención sobre
los Derechos del Niño.
19. Todas las personas están protegidas contra la tortura y otros tratos crueles,
inhumanos o degradantes.
20. La totalidad de los derechos consagrados en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.

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