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CLASE 1 DE PRÁCTICOS
Lacan rescata de Freud la posición ética de su obra. Una de las cuestiones que hablan
de la dimensión ética de la obra freudiana es rescatar la dimensión singular de cada
sujeto.
Lacan sostiene que no puede ser psicoanalista quien no está metido en la subjetividad
de su época.
Sartre, a fines de la segunda guerra mundial, desarrolla una obra de teatro referia al
encierro de personajes que querían obtener su libertad. Sartre sostenía que “el
infierno es el otro” y que cada uno podría obtener su libertad prescindiendo del otro.
Lacan discute a Sartre y propone la posición contraria. Para Lacan, no hay salida sin
el otro. En relación a la psicopatología, no hay diagnóstico sin el otro. El diagnóstico
no se hace en soledad sino que supone un lazo entre el psicoanalista/psiquiatra y
otro.
Pero, por otro lado, podríamos decir que el diagnóstico que uno hace podría ser el
infierno de alguien o podría ser la libertad singular de alguien. Un diagnóstico es,
además de un hecho clínico, un hecho político. Determinar lo que uno es ha sido
utilizado a lo largo de la historia para segregar a la gente. Cada vez que uno dice lo
que alguien es, está discriminando; lo está metiendo en un gran universal con ciertas
características. La realidad es que cada uno no se ajusta del todo a ese diagnóstico
universal. Es aquello a lo que llamamos “lo singular”.
Cuando Freud dice que no se pudo descargar asociativamente, esto significa que no
ha podido ser traducido en términos simbólicos, no ha tenido una palabra que lo
nombre. En el análisis, si bien uno puede decir “mi trauma es tal cosa” y lo está
nombrando, hay algo del trauma que no se deja nombrar.
Freud no piensa que tener un trauma sea una contingencia. Todo el mundo está
traumatizado. Lo que es contingente, en todo caso, es cómo fue traumatizado cada
uno. Por ejemplo, el caso de los traumas de guerra: cuando explota una bomba en la
trinchera es el mismo acontecimiento para todos los soldados presentes y, sin
embargo, no todos salen con el mismo trauma.
Sin embargo, para cada uno de nosotros esto es vivido de manera singular, diferente,
al menos mínimamente. Hay maneras singulares de ser una ola del mismo mar, de
ser hojas del mismo árbol.
CLASE 1 SEMINARIO
Nuestra postura conlleva un horizonte ético. Vale aclarar la diferencia entre moral y
ética. La moral pregunta es si está bien o está mal; la ética pregunta por la orientación
de nuestras acciones (el norte).
Canguilhem (de teóricos) define que hay un prejuicio siempre para definir lo normal y
lo patológico, trazado desde un punto de mira ideal. Lacan lo sintetiza en el Seminario
7 y resume los prejuicios de la época en tres ideales: adaptación, autonomía y
genitalidad heterosexual. Lacan denuncia que los tratamientos estaban marcados por
esos ideales: se buscaban seres adaptados, autónomos y genitales heterosexuales.
Cuestiona esta ética que se tenía para dirigir los tratamientos.
En esta clase veremos el texto “El futuro de Mycoplasma laboratorium” de J.A. Miller,
este autor es una referencia contemporánea del Psicoanálisis mundial.
El título parafrasea el texto freudiano “el porvenir de una ilusión”. Freud se hace una
pregunta ética por el destino: ¿hacia dónde va la creencias religiosa, la creencia en
Dios? ¿Hacia dónde va la creencia en un padre que protege de las maldades de la
naturaleza con el hombre y de los imperativos culturales? También se pregunta por
el progreso de la ciencia y si va a terminar desplazando la creencia religiosa y la idea
de Dios.
Vemos que la pregunta de Freud es una pregunta, muy vigente, por la posición del
psicoanálisis entra la ciencia y la religión. En el texto Miller aborda esta misma
pregunta. Empieza con una noticia de 2005 en París sobre la creación de un
cromosoma sintético de una bacteria. Se inyectó en una celula bacteriana viva y eso
dio como resultado una entidad mixta, híbrida, con una parte molécula natural y otra
parte ADN artificial. Se pasó de la lectura a la escritura de un código genético, y eso
implica crear vida en los laboratorios.
Esto llevó a inmediatamente a una discusión bioética, ¿qué significa crear nuevas
vidas en los laboratorios? Esto espantó y horrorizó tanto a humanistas laicos como
religiosos. En este sentido, Miller nos pregunta: ¿cuál es la posición del Psicoanálisis?
¿Es de entusiasmo por el progreso científico o se identifica con cierto tradicionalismo
paternal y religioso?
Miller plantea que el Psicoanálisis tiene fuertes toques de pesimismo con respecto al
progreso. Freud piensa que los seres humanos estamos regidos por la vida pulsional,
pulsados por la pulsión, por los circuitos pulsionales y sus objetos. Esto significa que
hay un empuje pulsional que no tiende hacia ninguna forma de bienestar ni equilibrio
(ej.: la gente matándose por rollos de papel higiénico durante la pandemia tiene cierta
relación con el objeto anal). No hay armonía ni con el propio cuerpo ni con el otro,
tanto en la vida subjetiva como en los fenómenos sociales, políticos y culturales (ej.:
guerras). El pesimismo freudiano tiene que ver con la pulsión de muerte metida en la
humanidad en la vida de cada sujeto.
Lacan también tiene una visión pesimista basada en la pulsión de muerte y en cómo
se mete la pulsión de muerte en la ciencia. La pulsión de muerte se mete en todas las
acciones humanas, incluso en la acción científica, y eso lleva, por ejemplo, de estudiar
átomos a desarrollar la bomba atómica. En la actualidad, se articula la ciencia a la
tecnología generando una civilización de zombies que buscan saturar su goce con
objetos tecnológicos.
Miller provoca a sus colegas psicoanalistas y los alerta sobre el peligro de que ese
pesimismo, freudiano y lacaniano, lleve a que el psicoanalista busque un refugio
tradicionalista, en una tradición paternal y religiosa. También es un peligro
identificarse plenamente al sueño del progreso científico. Miller dice que “los
psicoanalistas no tienen que unirse al coro de llorona que suspiran por el tiempo
pasado. Cada uno es libre de ser humanista o cristiano, pero como analista no puede
ser tradicionalista, porque esa posición reactiva, reaccionaria y conservadora va a
contramano de su acto”. El discurso analítico debe encarnar una tercera vía.
Sin embargo, hay algo que nunca podrá ser modificado, que es indeclinable. Lo único
estructural para definir al ser humano es que el ser humano es un ser parlante, que
está atravesado para el lenguaje. Nacemos inyectados por la palabra, atravesados
por interpretaciones, sentidos, nombres. Las primeras expresiones de llanto ya son
rápidamente codificadas como necesidades (tiene sueño, quiere mamadera, etc.). La
palabra afecta el cuerpo del ser hablado.
Contingencia significa que siempre hay desviación subjetiva. Siempre hay desviación:
es la norma respecto a las proscripciones de la civilización. Siempre hay desviación
subjetiva y eso impide que los sujetos sean totalmente clasificables en algún casillero.
Singularidad significa que hay algo escrito en cada uno que es incomparable e
imposible de agrupar.
CLASE 2 DE PRÁCTICOS
El tema de la segunda semana es clínica de la paranoia clásica y actual.
Un diagnóstico no es una etiqueta ni un rótulo, sino una brújula que orienta nuestro
accionar. También nos pueden enseñar acerca de la evolución de determinado
cuadro clínico y cuáles van a ser las formas terminales a grandes rasgos. Digo a
grandes rasgos y esto nos introduce en la perspectiva de la singularidad, y cómo cada
quién encarna determinado cuadro clínico. Estas cuestiones las heredamos de la
psiquiatría clásica; los diagnósticos que aún usamos son el resultado de una larga
elaboración histórica por parte de los psiquiatras clásicos. Ellos fueron evolucionando
y abordando diagnósticos a medida que iban observando a los pacientes y sus
padecimientos.
Respecto a la paranoia, Kraepelin en su sexta edición (1889) reduce este cuadro, que
era absolutamente basto y vago, y lo define más precisamente como cuadro clínico.
Hasta la sexta edición, la paranoia nombraba, a grandes rasgos, la locura. Era el
diagnóstico que recibía el 80% de los enfermos internados. En la sexta edición
Kraepelin reduce el espectro que abarcaba la paranoia al introducir una nueva
categoría diagnóstica que es la “demencia precoz”. Aquellas paranoias mal
sistematizadas o demencias paranoides o con delirios fantásticos se desplazan y
empiezan a integrar la demencia precoz.
Otra característica que define la particularidad del delirio en la paranoia es que son
inquebrantales. Esto significa que no es fácil persuadir al paranoico de la verdad de
su delirio. Ellos tienen una certeza inquebrantable sobre la verdad de este delirio.
Otra cuestión importante que define al cuadro de la paranoia es que la memoria está
conservada. Puede haber falsificaciones de recuerdos, reinterpretaciones de
vivencias, inventos o transformaciones de recuerdos. Pero, en líneas generales, la
memoria está conservada.
El humor del paranoico está coordinado con el delirio y sus vicisitudes. Pueden ser
muy vehementes, pueden ser muy perspicaces, pueden estar muy tranquilos. Este
humor se va a coordinar con las vicisitudes del delirio.
Otro dato que define el cuadro de la paranoia es que es crónico. Kraepelin nos enseña
que este cuadro no tiene curación y su aparición se da entre los 25 y los 40 años.
Otro dato importante es que no desarrolla hacia la demencia. No tiene una forma
terminal de demencia (los que evolucionan a hacia la demencia se desplazan hacia
la demencia precoz).
Kraepelin indica que la meta del tratamiento consiste en prevenir que el sujeto sea
absorbido por sus delirios.
Freud intentó hasta su último respiro que el Psicoanálisis sea reconocido por la ciencia
y tratado como una ciencia. A mí me gusta pensar que el psicoanálisis es un hijo
ilegítimo de la ciencia. Quiero decir que el Psicoanálisis nace, crece y desarrolla en el
marco del discurso científico moderno, que Freud siempre quiso ser parte de la familia
de la ciencia, y fue la ciencia la que no lo reconoció como tal, la que no lo incluyó en
su familia.
¿Cómo llegamos de Freud a Lacan? ¿Cómo llegamos a decir en 1972 que el discurso
analítico se diferencia del discurso científico? Vamos a recorrer este trayecto en
nuestras actividades de esta semana.
Nos interesa que puedan ver la lógica de cada momento, entender el entramado que
se produce en cada momento, que reconozcan quienes son los protagonistas de cada
momento, que veamos los conceptos que surgen y los obstáculos que se les
presentan. Pero como estamos en psicopatología nos va a interesar qué entidades
clínicas aparecen en cada uno de los momentos. Vamos a ver la alienación mental,
las enfermedades mentales, los trastornos, sufrimientos, distintas maneras de
nombrar nuestro objeto de estudio. Este objeto de estudio no es algo objetivo, natural
e inerme sino una construcción permanente que está determinada por el discurso de
cada momento.
Por otra parte, Freud escribe la Psicopatología de la vida cotidiana. Freud plantea otra
lógica. Reconoce que hay fenómenos psíquicos que tienen un sentido pero, a
diferencia de Jaspers, piensa que esos sentidos no son comprensibles sino
descifrables. ¿Por qué son descifrables? Porque son inconscientes. ¿Y por qué son
inconscientes? Porque se han reprimido. Y se han reprimido porque la causa de esos
sentidos es sexual. Es una psicopatología que busca leer la clínica en el detalle
singular del lenguaje. Ahí Freud encontrará sueños, lapsus, chistes, equívocos y
olvidos de palabras.
Más allá de estas diferencias, Freud y Jaspers son parte de un mismo movimiento
que quiere instaurar una práctica en las exigencias de la ciencia. Esas exigencias
científicas encuentran soporte en la formalización matemática.
CLASE 2 DE SEMINARIO
La posición ética del psicoanálisis, más que en la búsqueda de grandes
clasificaciones, se sitúa en la idea de lo que es propio de cada sujeto. Pathos se
refiere al sufrimiento humano. La locura, la alienación mental, la enfermedad
psiquiátrica son distintos nombres que se le fueron dando a los sufrimientos humanos,
y nosotros nunca podemos perder de vista que cada vez, con cada paciente, lo que
está en juego es su modo de sufrimiento y cómo abordarlo para darle un tratamiento
posible.
La ficha empieza hablando de cómo llegar a una justa apreciación del pensamiento
de Clerembault. Clerembault teorizó acerca del automatismo mental y de los delirios
alucinatorios y paranoides. Es el movimiento previo para llegar a Clerembault, a quien
llegaremos en la 5ta semana de clases.
Las causas no están bien definidas. Está la idea de pasiones contrariadas, excesos,
alguna lesión.
Kraepelin sitúa, en principio, una definición de paranoia en la que está en juego algo
que no va a variar. Esta definición se mantiene desde un inicio. Esta definición pone
en juego la idea de una idea inquebrantable que se presenta en el sujeto y que nunca
se va a modificar, que es sostén de un aparato delirante coherente sistematizado.
Está la presencia de un desarrollo incidioso de una estructura delirante sostenida en
esa idea inquebrantable (por más que se la cuestione, él incorporará todo a su delirio,
a sostener esa idea que nunca va a modificar).
Podemos encontrar delirios en la demencia precoz, pero estos delirios nunca van a
tener la sistematización y la coherencia que encontramos en la paranoia. En la
demencia precoz se producen múltiples focos delirantes. Son delirios completamente
desarticulados, sin ningún tipo de organización ni coherencia, quizá muy floridos y
variados –quizás un día está fantaseando con una cosa y otro día con otra-. No se
prolongan en el tiempo y varían de contenido todo el tiempo.
CLASE 3 DE PRÁCTICOS
La historia de la psiquiatría y de la psicopatología es una construcción dialéctica con
vaivenes que incluyen obstáculos, controversias y avances. El malestar en la cultura
no sólo está presente hoy con esta cuarentena, por ejemplo, sino que siempre lo
estuvo y seguirá estando en tanto somos seres del lenguaje, del discurso, a diferencia
de los animales. El lenguaje a nosotros, los seres hablantes, no habita como un virus
incurable y nos contagia el maltendido, la pluralización de los sentidos, o la
inexistencia de la relación sexual (Lacan nombra este imposible en el ser hablante).
El tema de hoy es: Los síntomas. Lo Clásico y lo Actual de los síntomas en la Clínica
de la Demencia Precoz y/o la Esquizofrenia.
Para explicar su método de observación pura, Kraepelin decía que “la ignorancia de
la lengua del enfermo es en medicina mental una excelente condición de
observación”. Hoy estamos en las antípodas de la clínica kraepeliana, al menos en
este punto. Para el psicoanálisis la palabra es una herramienta fundamental (“somos
seres de lenguaje”).
Dentro de esta concepción empirista, organicista, sindrómica y sincrónica de la
enfermedad mental, Kraepelin escribe su tratado de psiquiatría. En esta clase
tomaremos la 6ta edición (1899) y la 8va edición (1913). A diferencia de la precisión
con la que describe la paranoia en la 6ta edición, que le otorgó amplio reconocimiento
entre sus colegas, la síntesis que realiza sobre la demencia precoz no llega a la misma
solidez teórico-clínica y, por el contrario, es bastante cuestionada.
Entonces este síndrome basal está compuestos por estos dos trastornos, el trastorno
volitivo y el trastorno afectivo. A estos se les suman los síntomas accesorios, entre
los que Kraepelin incluye las ideas delirantes, las alucinaciones, las depresiones, las
excitaciones. Son accesorios porque pueden aparecer o no, pero no son los síntomas
fundamentales que definen el diagnóstico diferencial de demencia precoz.
También hay síntomas negativos que significa que algunas funciones psíquicas
quedan conservadas en un inicio, a diferencia de las demencias orgánicas. Estas
funciones son la inteligencia, la memoria y la orientación. Esto es en un inicio porque
muchas veces, cuando los cuadros se agravan, estas funciones quedan
comprometidas como consecuencia de los síntomas fundamentales.
Esta tercera forma, la demencia paranoide, que generó grandes conflictos entre los
psiquiatras de la época, va a ser revisada y constituirá el núcleo de lo que luego se
llamarán parafrenias, en la 8va edición del tratado de Kraepelin.
Otra de las críticas al subgrupo de la demencia precoz (fantástica) las recibe de parte
de Serieux, Capgras (escuela francesa) y Bleuler (escuela alemana), quienes la
critican por estos mismos motivos: no todas comienzan precozmente, no todas
evolucionan de la misma manera y no todas tienen el mismo deterioro y la misma
desorganización de la personalidad en su final.
Kraepelin contesta a las críticas sobre la demencia precoz en su 8va edición y crea
una nueva entidad clínica: las demencias endógenas. En esta categoría ubicará, por
un lado, al grupo de las demencias precoces restringidas (formas ebefrénicas,
catatónicas y otras 9), en las que está severamente comprometida la unidad de la
personalidad y el trastorno afectivo severo; y por otro lado, a las parafrenias (nueva
entidad clínica intermedia entre la paranoia y la demencia precoz).
Es importante ubicar que estas controversias entre las escuelas psiquiátricas alemana
y francesa estaban sumergidas en el contexto político internacional de la 1 GM.
Estaban teñidas de rivalidades.
Bleuler, quien había sido muy crítico de la idea de demencia precoz de Kraepelin,
empieza a introducir lo que llama el grupo de las esquizofrenias. Una de las
características más destacadas de la nosología de Bleuler es la idea del mecanismo
generador de las enfermedades, que es lo que caracterizaba este incipiente tercer
paradigma de las estructuras psicopatológicas, que empieza a imponerse. Se deja de
lado el interés por ubicar las causas y estudiar el desarrollo, la evolución de la
enfermedad y sus causas terminales, y se empieza a poner el énfasis en encontrar
hipótesis psicopatológicas que puedan explicar los mecanismos generadores
estructurales de la enfermedad.
Bleuler toma de la teoría freudiana el lugar que tiene el afecto en las formaciones de
los síntomas. Esto le da una óptica muy particular a su nosología porque es la primera
vez que se utiliza un enfoque psicoanalítico para pensar una enfermedad psiquiátrica.
También hace una distinción de los síntomas en fundamentales y accesorios. Los
fundamentales están en todos los casos y los accesorios pueden o no estar en una
primera o segunda etapa, puede que aprezcan pero no siempre están presente. La
etiopatogenia para Bleuler es esta perturbación generadora que daña todo el cuadro,
esta desaparición de la capacidad de síntesis de la personalidad.
En cuanto a los síntomas fundamentales de la esquizofrenia, Bleuler los divide en
cuatro categorías:
● Trastornos de la asociación
● Trastornos de la afectividad
● Ambivalencia afectiva
● Autismo (predilección por la fantasía en oposición a la realidad, viene de
autoerotismo de Freud pero sin erotismo)
CLASE 3 TEO
Hoy vamos a retomar algo del primer video de Fabián Naparstek (TEO), siguiendo la
línea de Gabriel Racki (CET) en el texto sobre mycoplasma laboratorium.
Para pensar una psicopatología que esté a la altura de las circunstancias, que esté a
la altura de la época, tomaremos dos textos. Uno es el Ruiseñor de Lacan de Miller,
que es un pensador francés y contemporáneo, estrechamente relacionado con la
enseñanza de Lacan. Otro es mi texto (Mazzoni), llamado el diagnóstico en singular.
En cada sujeto siempre hay algo que lo hace incomparable a otro sujeto. Es decir
que, si bien una parte puede entrar en el campo de lo universal y ser un ejemplo de
ese universal, hay un punto en cada quién de incomparable, imposible de comparar
con otro sujeto. ¿Qué es ese incomparable de cada sujeto y cómo es que el
psicoanálisis se orienta por ello? Naparstek también explica en el primer video que
esta orientación tendría que ser por lo real. ¿Qué significa esto?
Vamos a empezar de a poco con esto, tengan paciencia. Pensemos en este real. Si
bien Freud no habla de real, simbólico e imaginario, que son conceptos de Lacan,
orientaciones para releer la enseñanza de Freud, podemos encontrar un antecedente
de esto real en lo que Freud plantea del síntoma. Freud advierte tempranamente que
el síntoma no es sólo sentido sino que tiene un punto pulsional, esto es lo singular del
síntoma, es ese modo de satisfacción paradojal que Freud encuentra en el síntoma.
En general, psiquiatría ve al síntoma como padecimiento, mientras que Freud, que
interlocutaba mucho esto, dice que en el síntoma hay una satisfacción paradojal; no
es una satisfacción que lleva al bien (ej: un sujeto va al análisis y dice siempre me
pasa lo mismo, repito lo mismo, aunque esto me haga mal; algo muy habitual en
toxicomanías). Esta idea de que la satisfacción no va del lado de bien marcó un antes
y un después, es un descubrimiento freudiano. Podríamos pensar que en el síntoma
no es todo sentido sino que hay una cara pulsional, una cara de satisfacción que hace
que se repita una y otra vez lo que nos hace mal, es un antecedente de lo que Lacan
va a llamar lo real.
A Lacan le lleva un tiempo definir lo real, tal como lo piensa a partir del seminario 11,
pero podemos encontrar antecedentes interesantes en los seminarios, como en el
sueño de Irma, y también en los teóricos de Naparstek. En el seminario 3 observamos
una interesante frase de Lacan, que dice que lo real es aquello que no entra en la
trama de lo simbólico y lo imaginario, es decir, que queda fuera de sentido. Hay algo
de lo real que escapa a esa trama y que podríamos llamar singular. Pulsión, real de
este modo definido, apuntan a esa característica singular del modo de satisfacción de
cada quien, que no entraría en un diagnóstico que sólo tome lo universal de la clase.
Por esta razón, tomando como base el texto de Miller, el Ruiseñor de Lacan, haremos
un recorrido por la singular respuesta que propone el psicoanális como salida de la
forma actual de diagnóstico universal. En este texto, Miller afirma que en la enseñanza
hay una parte que se trata de la repetición, que es absolutamente necesaria, se
sostiene en el modo de transmisión y que no hay que descartarla ni despreciarla,
repitiendo lo que ya está escrito. Pero también remarca que hay otra forma de
enseñanza que él denomina “la investigación”. La investigación es la búsqueda de lo
nuevo, de algo diferente. A esta vertiente de la enseñanza la define del lado de lo
singular.
Entonces tenemos de un lado, la enseñanza que es la repetición necesaria para saber
a dónde llegaron estos autores, pero por otra parte, la enseñanza que sería lo
singular, la investigación, lo nuevo. Por un lado la razón y por otro lado lo contingente,
ambos armando una trama.
Miller afirma, en comparación con esta lógica de la enseñanza como repetición y como
nuevo, toma la cuestión del diagnóstico y señala que el diagnóstico se refiere a una
clase. Hay clases diagnósticas como la parafrenia, la paranoia, la demencia precoz.
Por un lado está esa modalidad del diagnóstico universal por clases, que tiene una
larga historia. El psicoanálisis define clases como neurosis, psicosis y perversión.
Estas clases no tienen un fundamento en la naturaleza, no son especies naturales;
por eso, el individuo no entra del todo en lo universal. Sabemos que nuestras
categorías como neurosis, psicosis y perversión son artificios del lenguaje, que tienen
como fundamento al lenguaje mismo.
Entonces, tal como dice Keats y como piensa Borges, el ruiseñor es el mismo porque
pertenece a una clase, a un universal. Es una especie, es natural, se maneja por
instinto, aunque sean diferentes ruiseñores los que visitaron a los emperadores, a los
bufones. Son las mismas clases, tienen las mismas características y entran del todo
en un universal.
El ruiseñor no está atravesado por el otro, por la época, por el lenguaje. El ruiseñor
tiene un instinto que hace que él sepa cuando comer, dormir, despertar, procrear. En
ese sentido el ruiseñor es el mismo para todos. Pero los que sí son distintos, porque
si bien entran en un universal tienen un punto de singularidad, son Keats, Borges y
Lacan. Por eso Miller llama “el ruiseñor de Lacan”. Es el mismo ruiseñor en tanto clase
pero Lacan no es lo mismo que Keats, ni que los bufones, ni que los emperadores.
Entonces, para que quede claro, en el texto de Miller, hace una recorrida entre el
ruiseñor, la oda al ruiseñor de Keats, Borges cuando examina las críticas de los
ingleses de la época, y luego la posición de Miller frente a esto, que cuenta que cuál
es la posición de Lacan en relación a eso universal que representa el ruiseñor. El
ruiseñor es el mismo en tanto especie, Lacan no es lo mismo que los otros hombres
citados; esto es justamente la idea de sujeto, esta disfunción es el efecto del lenguaje
sobre el individuo, que lo aparta de la especie natural, lo aparte de lo universal e
introduce la dimensión singular. El sujeto es eso que aparta al individuo de lo
universal, de ser solamente un representante de algo universal.
Miller, siguiendo la lectura de Lacan, da cuenta del modo en que cada sujeto articula
su propio inconsciente con el otro. Es decir, su máxima singularidad, cómo le dirige
esa pregunta al otro, eso es singular. Ahí es donde el psicoanálisis propone hacer
diagnóstico.
Para finalizar, podríamos pensar que las estructuras, las clases, se refieren a lo típico,
a lo que puede ser clasificable, a aquello invariante que caracteriza al sujeto, pero
nada de esto nos habla de su singularidad, excepto que pertenecen a tal o cuál grupo.
Mientras que lo típico hace mención a lo singular, y un diagnóstico en singular trata
de ubicar al sujeto en aquello que es único. Es decir, cómo ese sujeto, de manera
singular, fue traumatizado por el lenguaje. Cómo el lenguaje toca de un modo singular
a cada quién. Es ahí donde el psicoanálisis, en esa singularidad, va a producir un
diagnóstico. Es un diagnóstico que vivifica, un diagnóstico que habla de la
particularidad de cada uno, de lo singular. La famosa respuesta del psicoanálisis es
caso por caso. Es en función de la singularidad que completa la estructura que es lo
universal, y esto es lo que se manifiesta caso por caso.
En los casos clínicos, vamos a tratar de pensar casos clínicos y de pensar el
diagnóstico en relación a la singularidad. Es muy importante que ubiquemos que
hacer un diagnóstico es una posición ética, y la posición ética que nos presenta el
psicoanálisis es hacer este esfuerzo de ubicar ese singular de la clase de esa manera
en que se expresa el sujeto.
les dije al inicio de este vídeo es muy importante que nosotros ubicamos que hacer
un diagnóstico es una es de una posición ética sí y la posición ética que nos presenta
el psicoanálisis es hacer este esfuerzo de ubicar ese singular de la clase de esa
manera en que se expresa el sujeto esa manera singular en que se expresa el sujeto
en el campo del universal y es solo escuchando eso singular que proponemos hacer
diagnóstico bueno les agradezco la escucha hasta acá espero que se han llegado
hasta acá les mando un abrazo y bueno ya que estamos y seguiremos trabajando y
nos vemos.
CLASE 3 SEMINARIO
Las formas clínicas son las formas que toma típicamente la presentación de una
enfermedad. Por ejemplo, en el caso de la demencia precoz podría ser la forma
ebefrénica o la forma catatónica, con distintos rasgos característicos pero todas con
el mismo síndrome basal. Definir si una enfermedad está presente en una persona es
hacer un diagnóstico. Esto siempre tiene un aspecto diferencial de comparación
semiológica, y otro positivo, es decir, reconocer los elementos que hacen a la
enfermedad misma.
Por ejemplo, para reconocer al COVID-19 hay síntomas como tos, fiebre, dolor en el
cuerpo, pérdida del olfato como la cuestión diferencial. El análisis bioquímico es lo
que daría el indicio positivo de la presencia del virus. Otro ejemplo es el caso de la
demencia precoz, ese síndrome basal que describe Kraepelin que se distingue de los
signos clínicos de la paranoia (sistema delirante, inquebrantable, con la conservación
de la claridad del pensamiento, el deseo la acción) y de los signos clínicos de la
psicosis maníaco-depresiva (cuadros agudos que se presentan periódicamente sin
deterioro). Allí está la posibilidad de comparar y es el deterioro terminal lo que
confirma positivamente el diagnóstico de la demencia precoz.
Por ejemplo, una persona llega a la consulta diciendo que no puede dormir. Hace días
que no come. No puede quedarse quieto. Se advierte su agitación, su hablar es
acelerado y poco coherente. Dice también que lo inquietan mucho que sus
pensamientos se transfieran por la radio y que sabe que lo quieren perjudicar.
Describir ese cuadro clínico del paciente en términos de insomnio, de anorexia, de
excitación hipomaníaca, de alucinaciones e ideas delirantes implica contar con un
fundamente, con un tesoro semiológico que requirió décadas de elaboración.
La figura de Pinel se destaca por haber dado el puntapié inicial con la fundación de
una nueva disciplina dentro de la medicina. Pinel recorta un padecimiento que define
como la perturbación de las funciones superiores del sistema nervioso (es decir, el
entendimiento y la voluntad), sin lesión de estructura, sin fiebre. Según Pinel, un
padecimiento desconocido en su esencia pero perceptible en sus efectos. Pinel se
dedica a su estudio sistemático por medio de la observación empírica, sin introducir
su propia subjetividad, separando así la locura como concepto social, que son los
errores y extravagancias de los que es susceptible la especie humana, y la distingue
de la alienación mental como un diagnóstico médico para una enfermedad. El estudio
de la alienación mental funda la psiquiatría como práctica, se funda la psiquiatría al
darle un objeto y un método.
Durante más de 50 años, los psiquiatras dedicaron su esfuerzo a esa búsqueda, con
una perspectiva más descriptiva en Francia y una más conceptual en Alemania.
Ambas escuelas con un criterio anátomo-clínico-evolutivo. Si el paciente de nuestro
ejemplo hubiera consultado en ese entonces, seguramente le hubieran hecho un
interrogatorio más exhaustivo, que hubiera permitido desde cuándo estaba así, si eso
era algo recurrente, si se había presentado algún otro tipo de signo o de
alucinaciones, si la interpretación delirante se articulaba de manera sistemática. O
sea, una pintura más detallada del cuadro clínica. Además no le hubieran dado el
mismo diagnóstico en París que en Heidelberg. Kraepelin lo hubiera diagnosticado
como un diagnóstico de demencia precoz. Es importante ver cómo el significado de
los mismos nombres varía según la época histórica, por ejemplo, Manía no es lo
mismo para Kraepelin que para Pinel.
Kraepelin en 1899 propone una nosología, es decir, una clasificación de las distintas
enfermedades que aspira a sintetizar todo el trabajo de la psiquiatría hasta entonces.
Esto resulta el punto culminante de la segunda fase de estructuración de la clínica
psiquiátrica y marca el inicio de la crisis del segundo paradigma. Esa síntesis ubica
entre una serie de psicosis orgánica, fruto de infecciones, intoxicaciones, lesiones,
etc., y formas degenerativas como las oligofrenias por ejemplo, las tres líneas de
trabajo que constituirán el problema más propio de la psiquiatría desde entonces.
La primera línea de trabajo son los estados delirantes crónicos no alucinatorios, que
es la paranoia. El segundo son los estados agudos de evolución periódica sin
deterioro, es decir, lo que Kraepelin llama las psicosis maníaco-depresivas. El tercero
son los estados, agudos o crónicos, que evolucionan hacia una forma de deterioro
particular, que él denomina demencia precoz. Esta síntesis es un punto culminante.
A partir de allí es evidente que la multiplicación de las entidades clínicas, un
detenimiento en el progreso del saber en ese punto y la falta de resultados en el plano
anatómico marcan el inicio de otra fase de estructuración de la clínica.
Allí se inicia el tercer paradigma, al que Bergerié llama “fase psicodinámica” y Lanteri-
Laura denomina como el “paradigma de las grandes estructuras psicopatológicas”.
Retomando al segundo paradigma y sus tres líneas de trabajo, luego de la 6ta edición
del manual de Kraepelin, se da un acuerdo con respecto a las psicosis maníaco-
depresivas. Los franceses habían llegado a conclusiones similares sobre la paranoia,
primero Sérieux y Capgras, luego Clérambault, quienes agregan al análisis de
Kraepelin una forma clínica particular, que coincide con su idea del delirio de
querulancia. El análisis estructural del tercer paradigma llevará a disolver ese grupo.
El punto más álgido de los debates se produce en torno a la demencia precoz. La
escuela francesa no acepta la construcción de Kraepelin porque distingue los cuadros
donde la desintegración, el deterioro es total, por ejemplo, la ebefrenia, de los estados
donde esa desintegración es limitada y que constituyen la mayoría de los casos. Ballet
llama a esos cuadros “psicosis alucinatoria crónica”. Con una hipótesis
psicopatológica, plantea un síndrome disociativo inicial al que la personalidad le
respondería con un delirio explicativo o no, dependiendo de la personalidad de base.
Era necesaria otra perspectiva de la clínica que no se opone sino que se complementa
con la perspectiva psiquiátrica. La de una escucha que pueda, quizás, hacer de esos
signos clínicos los signos de un pathos singular, de una pasión que enganchará a
nuestro paciente a la vida de una manera menos sufriente.
CLASE 4 PRÁCTICOS
Ubiquemos el contexto del tema de las parafrenias, las coordenadas históricas del
momento en que se producen los textos. Una categoría diagnóstica noes natural sino
que responde a un momento histórico determinado. Bergerié y Lanteri-Laura son
autores contemporáneos que intentan ordenar la psiquiatría clásica. Bergierie ubica
las clínicas sincrónica, diacrónica y psicodinámica. Lanteri-Laura ubica los
paradigmas de la alienación mental, el paradigma de las enfermedades mentales y el
paradigma de las grandes estructuras.
Recordemos a Kraepelin, uno de los máximos exponentes de la clínica diacrónica
según Bergerié. Porque Kraepelin ubica la caracterización clínica a lo largo del
tiempo, es decir, en su evolución, en su diacronía. Hace una descripción semiológica
a lo largo del tiempo: cómo se inicia un cuadro, cómo sigue y cuál es su fase terminal.
También es un representante de la escuela alemana de psiquiatría, en contraste con
la escuela francesa; las diferencias entre estas escuelas generan conflictos e influyen
en el cambio de propuestas clínicas.
Ante esto, los franceses critican a Kraepelin por agrupar bajo ese mismo nombre
(demencia precoz) a un montón de entidad que no siguen el mismo criterio evolutivo,
que empiezan distinto y terminan distinto. Piensen que la escuela francesa era más
celosa del detalle, en contraposición a la escuela alemana que estaba más centrada
en la caracterización global de la enfermedad.
A partir de las críticas recibidas por Kraepelin, en su octava edición produce el grupo
de las demencias endógenas. Endógenas porque tienen causas internas, y
demencias porque conducen a ese debilitamiento mental, al deterioro en las esferas
volitiva y afectiva. Dentro de este grupo de las demencias endógenas se encuentran,
por un lado, la demencia precoz restringida (que tiene 9 formas) y por otro lado, el
grupo de las parafrenias (el tema que veremos hoy, que a su vez tiene 4 formas). Este
grupo de parafrenias de la 8va edición es comparable a lo que Ballet en Francia llama
las psicosis alucinatorias crónicas.
En este sentido vemos una multiplicación de cuadros y entidad clínica. Por entonces
se quería localizar anatómicamente y se da un cruce entre psiquiatría y el
psicoanálisis con Freud. Freud dice que no sólo alcanza con lo observable del síntoma
que veo, sino que hay un mecanismo formador de síntomas. Pasamos de esta clínica
de la mirada a la clínica de la escucha. Esto tiene que ver con el quiebre de la clínica
diacrónica para el pasaje a la psicodinámica, a la construcción de hipótesis
explicativas sobre un cuadro clínico.
Entonces, les decía que las parafrenias en esta octava edición son una entidad
autónoma, independiente de la demencia precoz restringida, y juntas hacen a las
demencias endógenas. Y Ballet plantea, por su parte, las psicosis alucinatorias
crónicas que serían algo comparable. Como rasgos globales de la enfermedad
podríamos decir que este grupo de parafrenias no tiene un delirio tan sistematizado
como el de la paranoia. Tampoco tiene un deterioro mental tan pronunciado como el
del grupo de la demencia precoz. Hay ahí una entidad intermedia (y Kraepelin
reconoce que un pequeño número de casos). Ya a los mismos psiquiatras que
clasificaban en ese momento se les empieza a dificultar para hacer un diagnóstico
diferencial. El grupo de las parafrenias presenta 4 formas que ya vamos a desarrollar.
Veamos algunas de las características principales del grupo de las parafrenias y sus
4 formas. Cuando Kraepelin empieza a hablar de parafrenias, menciona la demencia
precoz y estos desórdenes en la esfera afectiva y volitiva, que predominan y dominan
el estado mórbido. Y dice que en contraste debemos pensar que en este pequeño
número de casos, a pesar de los puntos en común con la demencia precoz, hay un
mucho más leve desarrollo de los desórdenes de la emoción y la volición. La armonía
interior de la vida psíquica está menos involucrada. Y también habla de una coloración
paranoide común a las cuatro formas de las parafrenias.
Veamos algo de las sutiles diferencias entre las formas de la parafrenia según
Kraepelin.
Por otro lado, un tercer tipo es la parafrenia confabulatoria, que está muy relacionada
con la anterior. La parafrenia confabulatoria se distingue por el papel predominante
de los falsos recuerdos. Es un delirio persecutorio que se remonta en la niñez,
experiencias persecutorias de la niñez relatadas con mucho detalle. Esto también va
del lado de la megalomanía. También hay un curso progresivo. El inicio es
aproximadamente a los 30 años, esto nos separa del grupo de la demencia precoz.
Ballet define a las psicosis alucinatorias crónicas como formas de evolución crónica
sin una franca evolución demencial. Bajo este grupo nombra a un cierto número de
afectados por ideas de persecución con alucinaciones a las que la mayoría las
suceden ideas ambiciosas. Estas ideas, tanto de persecución como ambiciosas, se
yutxaponen y se suceden -para empezar a cuestionar un poco esto que dice él como
criterio evolutivo-. También habla de la etiología de la psicosis, que es indecisa, banal,
dice que la patogenia se nos torna oscura y que los recursos con los que contamos
para diferenciar las entidades son la sintomatología (como venimos viendo) y su
evolución. Entonces él dice que en el inicio de este grupo de las psicosis alucinatorias
crónicas lo que hay es un estado cenestésico penoso. Estado cenestésico penoso
significa sensaciones en el propio cuerpo, sobre sus órganos, sobre su estado interno.
Este estado lleva al sujeto a las ideas explicativas de persecución y ambición que se
yuxtaponen se suceden o se reemplazan. En el inicio del cuadro se presenta este
estado cenestésico penoso y después el sujeto intenta darle una explicación a eso
que le pasa, y allí aparecen las ideas de persecución y también las ideas de ambición.
CLASE 4 TEO
Vamos a leer un libro de un médico francés, Georges Canguilhem, que escribe el libro
“lo normal y lo patológico”. Luego leeremos al psicoanalista Jacques Lacan y su
artículo “Psicoanálisis y Medicina”. Y también un filósofo coreano que se llama Byung-
Chul Han que escribe “La Sociedad de la Transparencia”.
Pero, a grandes rasgos, al leer todas esas respuestas, propone ordenar propone a
ordenar esas respuestas alrededor de dos grandes teorías: lo que va a llamar una
teoría dinámica y una teoría ontológica. La teoría dinámica proviene de la medicina
griega; la teoría ontológica de la medicina egipcia.
En las dos teorías él subraya el problema que demuestra que entre lo normal y lo
patológico no hay un límite preciso. Entonces da un paso más y piensa en otra salida
para definir y ordenar qué es lo normal y lo patológico. Vayamos a la salida
estadística, pensemos qué es lo mejor para la mayoría, hablemos del promedio. Claro
que puede ser una variable a considerar pero también tiene un problema porque, a
veces, nos encontramos con una anomalía que no entra en el promedio, pero eso no
significa que sea una enfermedad. Incluso, a veces hay enfermedades, como las
caries, que son parte del promedio. Subraya nuevamente que es un problema
distinguir qué es lo normal y qué es lo patológico. Entonces busca otra salida, por
ejemplo, por el sufrimiento. Donde hay sufrimiento hay patología. Pero ahí
encontramos otro problema. ¿Qué pasa en esas enfermedades que empiezan con
una fase silenciosa? ¿En ese caso hay o no hay enfermedad?
En este texto Lacan va a subrayar dos rasgos: va a decir que el lugar del psicoanálisis
en la medicina es marginal y extraterritorial. Es marginal porque la medicina, la
ciencia, siempre ha mantenido al psicoanálisis a distancia, en el margen de su propio
campo. Como una ayuda terapéutica pero siempre exterior a la medicina y a la
ciencia. Es extraterritorial porque los analistas también se han mantenido no del todo
incluidos en el territorio de la medicina. ¿Por qué? Por una cuestión ética.
Lacan es muy poco complaciente con los médicos al hablarles. Es casi un provocador
y los va a provocar con la pregunta ética. Además podemos anticiparnos y decir que
Lacan en esa mesa redonda, que será publicado después bajo el título “Psicoanálisis
y Medicina”. En ese libro Lacan da algunas puntas precursoras de lo que después
desarrollará, por ejemplo, en El Filósofo Hans.
Lacan es un precursor al decir estas cosas en 1966, en una época en la que no había
internet, Google ni Wikipedia. Sin embargo, vean lo que nos dice… Lacan va a afirmar
que el discurso de la ciencia se empalma con el discurso capitalista y con la lógica de
mercado, y que ese empalme produce determinados efectos.
Uno de esos efectos es el aceleramiento en el que vivimos como producto del empuje
del discurso de la ciencia empalmado al discurso capitalista. Veremos si el COVID
frena un poco ese aceleramiento. Lo verificaremos después de la pandemia. Pero
podemos decir que vivimos en un tiempo de aceleramiento. En ese tiempo de
aceleramiento, la ciencia en sus laboratorios produce determinados objetos. Lacan va
subrayando en este escrito los objetos tecnológicos que en ese momento empiezan
y actualmente están muy desarrollados. Producen objetos tecnológicos que nos abren
al mundo pero también hacen que el mundo se nos meta, que el mundo nos observa.
Llama a eso una mirada omnipresente que está todo el tiempo viéndonos a nosotros.
Somos objetos nosotros de esos objetos.
Entonces, por un lado en los laboratorios se producen esos objetos tecnológicos. Por
otro lado y de manera bastante inédita, la toxicomanía es un producto de laboratorio,
en el empalme de la ciencia con el capitalismo. Esto es fuerte e inédito. Se podía decir
que la toxicomanía era una enfermedad, que era un hecho delictivo, pero decir que
es un producto de laboratorio es una afirmación bastante fuerte y médica muy
interesante para nosotros. Dice que va en un arco desde los tranquilizantes hasta los
alucinógenos. En ese contexto, en esa marco, Lacan se pregunta: ¿a qué responde
la ciencia? ¿A qué responde el capitalismo? ¿A qué responden los médicos? Por eso
les pregunta provocador a los médicos esto. El médico, que en alguna época fue ese
que se vestía de autoridad y prestigio. A dónde ha quedado, se pregunta Lacan en
1966, ese lugar del médico en la ciencia y en la sociedad. Entonces les pregunta:
¿acaso el médico hoy no es un empleado del sistema de salud, de la empresa de
salud? ¿Acaso el médico no responde a la lógica de mercado con su acto? ¿Acaso
no es un simple distribuidor de los objetos que se producen en la ciencia? ¿No es un
estandarizador del sujeto? ¿A qué responde el médico con su acto? Y agrega: en el
mejor de los casos, responde a la demanda del enfermo, a la demanda de curación.
Pero desconociendo algo que el psicoanálisis ha considerado fundamental.
¿Qué es lo que el psicoanálisis ha considerado fundamental en su lectura clínica?
Que la demanda no necesariamente se corresponde con el deseo, no necesariamente
encaja con el deseo. Que la demanda de curación no necesariamente es lo que se
desea. Que hay una diferencia entre la demanda y el deseo. ¿No les ha pasado que
algún familiar, algún amigo, les ha pedido algo con insistencia, se lo dan, y ahí se dan
cuenta ustedes y el amigo que no era eso, que no era complacer la demanda la que
se estaba buscando, que hay otra cosa en relación a una demanda, que vamos a ir
llamando deseo. Pone un pequeño recorte clínico: dice que lo viene a ver un joven
que está deprimido hace muchos años, y le pide por favor a Lacan que lo atienda.
Lacan lo atiende, lo escucha y después de esa primera sesión lo cita a las 48 hs. Ahí
ese joven deprimido le responde: “no, no, tan pronto no”. Ahí Lacan muestra como la
demanda no significa necesariamente la dimensión del deseo.
Entonces, para el psicoanálisis nuestra lectura tiene estos distintos niveles. Considera
la demanda pero a la luz del deseo y de esa diferencia que es el deseo, e incluye el
plano del goce. Entonces, ¿a qué responde nuestro acto? Responde a una
consideración del sujeto, que tiene distintos planos de análisis.
El título nos invita a pensar que vivimos en una sociedad que apunta a una
transparencia, a que seamos todos transparentes, a que seamos todos iguales y
transparentes, a que todo esté a la luz de todos. A una sociedad hiper-visibilizada, a
una sociedad donde esté todo expuesto. La llama “la sociedad de la exposición”. En
donde no hayan cosas veladas, íntimas, secretas, en donde lo velado, íntimo, secreto
está desvalorizado. Pero lo que hace es preguntarse a qué responde ese ideal de
transparencia (es la pregunta ética).
Para terminar. Para nosotros no hay clínica sin ética. Y esa ética se corresponde con
cada época. Es importante que tengamos un entendimiento acerca de las
coordenadas de la época, que estemos a la altura de la época, pero que no nos
subordinemos a ella, que no nos sometamos a ella. En ese juego estamos en la clínica
todo el tiempo.
CLASE 4 SEMINARIO
En esta semana hablaremos de los delirios pasionales. Además tienen otras dos
temáticas que son clínicas de las parafrenias clásicas y actuales, y el tema del pathos
del lenguaje. La concatenación de esos dos últimos temas tiene mucha relación con
esto.
Tenemos dos términos a ver durante la cursada. Por un lado, el tema del delirio y, por
otro lado, el tema de la pasiónl. La filosofía se ha encargado de las pasiones,
Descartes se ocupa de las pasiones del alma y su relación con el cuerpo. Spinoza,
Hobbes, muchos filósofos se refirieron al tema de las pasiones.
Por otra parte, los delirios pasionales se caracterizan por su patogenia; sus
componentes ya comunes y específicos; sus mecanismos ideativos; su extensión
polarizada que alcanza a veces niveles hipomaníacos; la puesta en juego inicial de la
voluntad; la noción de finalidad; el concepto director único; la vehemencia y las
concepciones completan desde el principio un rasgo reivindicativo común. Estos
delirios pueden ser autónomos, es decir, solamente una erotomanía, solamente celos
o reivindicaciones. También pueden mezclarse.
Es decir que en los delirios pasionales, tenemos por un lado las tres fases, tenemos
un postulado generador (o inicial) y las consecuencias que se deducen de él, el objeto
que está siempre presente en cada uno de estos delirios y los componentes del
sentimiento que generan este postulado. Estos delirios pasionales se distinguen
tajantemente de los delirios interpretativos.
La particularidad es que todo lo que ocurre, toda la pasión que toma a la persona la
generó el objeto. No la generó él, no es el enfermo quien ha tomado la iniciativa
amorosa sino que tal iniciativa vino del exterior, de un objeto que fue y puso en
movimiento esa pasión. Este descubrimiento es fundamental.
Este objeto tiene algunas características especiales: siempre es un objeto que se
considera ubicado dentro de una jerarquía superior, en un nivel superior. Por ejemplo:
un jefe, alguien de una clase social superior, que pertenece a otros trabajos.
La felicidad de ese objeto depende del sujeto en cuestión. Este objeto no puede ser
feliz sin él. Siempre es libre, aunque esté casado (“no importa, ese matrimonio no es
válido”). Todas las personas del entorno tienen un interés especial por esa historia de
amor, que es como una novela que transcurre para todos. El objeto aparece siempre
bajo la mirada de nuestro erotómano, lo vigila, ve a donde va, que es lo que hace,
sabe que hay intrigas por parte de las personas, conversaciones indirectas que
aparecen respecto de ese objeto. Y hay una simpatía casi universal de que ese
romance siga su curso.
A la vez, el objeto no es un objeto que solamente inicio la relación sino que tiene
conductas paradójicas que confunden un poco al erotómano, porque no es siempre
claro. Es un objeto que puede dar señales de que las cosas están muy bien o señales
de que no, y esas pueden ser pensadas como una puesta a prueba del amor que
tiene el sujeto como tal. Esas conductas paradójicas son bastante desestabilizadoras
para el erotómano en cuestión. La conducta paradójica siempre está presente. Ella
permite la acomodación de los hechos (ej: se supone que el objeto vacila por orgullo,
timidez, dudas, celos o también por abulia fundamental). Es decir que están los
hechos y la interpretación que él hace de esos hechos. Si bien hay una interpretación,
no pertenece al delirio interpretativo generalizado sino que está reducido, conducido
y armado alrededor de un objeto.
La conducta de este objeto y las paradojas dan lugar a ese momento de despecho e
incluso de rencor. Es importante la aclaración de Clerembault de que NUNCA HAY
ALUCINACIONES (es importantísimo saber qué es una alucinación para la psiquiatría
y qué es una alucinación para el psicoanálisis). Y diferencia entre una pasión normal
y esta pasión que es patológica.
Los comentarios que hay alrededor del tema dan cuenta de cómo el terreno en el cual
se despliega el delirio es el terreno del deseo. Es fundamental esta frase: “el
erotómano delira en el terreno del deseo” para interrogar, para ver qué pasa luego en
los casos que iremos viendo, en otros cuadros clínicos. ¿Qué es lo que pasa con el
deseo?
Clérambault va a tratar de distinguir sobre qué delira cada sujeto. Dice que el
paranoico delira con su carácter, mientras que el erotómano delira con su deseo.
Cuando aclara esto de que el paranoico delira con su carácter, define burdamente al
carácter como el “conjunto de emociones cotidianas mínimas que han alcanzado la
característica de habituales, cuya calidad está prefijada para toda la vida y cuya
medida está más o menos prefijada para cada día”.
Vamos a partir de una pregunta que se hace el autor: ¿el concepto de paradigma
sigue siendo operativo para pensar un cuarto movimiento de la historia de la
psiquiatría? Que haya habido tres grandes paradigmas para leer 200 años de clínica
psiquiátrica, ¿es condición suficiente para que haya un subsiguiente? ¿Qué haya
habido tres implica que va a haber un cuatro?
El autor propone dejar en suspenso la respuesta hasta tanto repasar cada uno de los
paradigmas y ubicar las particularidades de ellos y también las particularidades de los
momentos de pasaje entre ellos.
¿Por qué es fundamental entender los pasajes entre paradigmas, esos momentos
bisagra? Porque el inicio y el fin de un paradigma y el inicio del subsiguiente no se
dan por cortes abrupts y precisos, sino que, justamente, son momentos de
movimiento. Y en esos movimientos entre cada paradigma, vamos a encontrar que
hay restos de preguntas, de obstáculos o de cuestiones que sigan vigentes en el
nuevo paradigma. Entonces, un nuevo paradigma va a tener restos de su/s
antecesor/es.
Esto se puede ver claramente en el caso de Angélica Marchesini: “el trapecista sin
red”, donde se puede ver el modo en que algo toca, moviliza, atraviesa la vida de un
sujeto. Cómo cambia la vida del sujeto, cómo se las arreglaba hasta ese momento,
cómo un acontecimiento trastocó su vida y cómo fue encontrando soluciones para
poder seguir con sus cosas, su nueva invención, su nueva solución.
Volvamos al eje de nuestra clase. Esta vez hablaremos de Ackernecht, cuya tesis
fundamental es que la salud y la enfermedad no son nociones estancas. Él va a
demostrar esto con un estudio detallado y un recorrido por historia. Va a demostrar
como la salud y la enfermedad no son nociones estancas porque se mueven, porque
son coloreadas y van a estar pensadas según las coordenadas sociales, políticas y
económicas de su época y hasta el momento evolutivo de ese sujeto.
Él parte de las culturas primitivas y llega hasta Pinel. Los primitivos piensan a las
enfermedades como productos de causas sobrenaturales. Luego, la medicina
grecorromana, de la mano de Hipócrates, va a pensar que el original es natural. Es
decir que va a estar causado por un desequilibrio humoral del cuerpo. En la edad
media nos encontramos con un giro radical, y se vuelven a pensar las enfermedades
mentales como producto de causas sobrenaturales. Sin embargo, no es un completo
retorno las ideas de las culturas primitivas, ya que está teñido por la época: la causa
sobrenatural va a estar leída de la mano de lo religioso. En el momento siguiente, a
fines del S. XVIII nos encontramos, de la mano de Pinel, con que las causas de las
enfermedades tienen que ver con lo natural. Acá podemos ubicar un segundo
movimiento de retorno, pero no va a ser igual a la concepción grecorromana porque
va a estar teñido de la época de Pinel, pero va a conservar el espíritu hipocrático.
En los textos anteriores vienen viendo que hay dos grandes escuelas de la clínica
diacrónica: la escuela alemana y la escuela francesa. Ambas escuelas dialogan
permanentemente. La evidencia clara de esto es el tratado de psiquiatría de
Kraepelin, en donde vemos cómo va modificando sus ediciones a medida que va
dialogando con otros psiquiatras contemporáneos.
Por el lado de Kraepelin tenemos la paranoia, y por el lado de los franceses los delirios
interpretativos; tenemos el delirio de querulancia de Kraepelin y los delirios
reivindicativos de Serieux y Capgras. Tenemos la parafrenia de Kraepelin y las
psicosis alucinatorias crónicas de Ballet. Fíjense cómo en este paradigma proliferan
las entidades clínicas y esto produce un desorden clasificatorios. Además hay que
sumar las dificultades que tenían en encontrar la localización de las lesiones
anatómicas, que ellos entendían como causantes de las enfermedades. Es así como
la psiquiatría de la época reconoce y le da importancia a nuevas disciplinas. En este
punto se vuelven fundamentales los desarrollos de Janet, Bleuler y Freud.
Va a haber disciplinas que lean al síntoma como algo a corregir, a extirpar, a reeducar.
Y otras, como el psicoanálisis, que va a entender que el síntoma tiene una lógica
particular, singular. Hay que entender por qué está allí, a qué responde el síntoma,
porque es un modo que encontró el sujeto de resolver un conflicto, según Freud.
CLASE 5 TEO
Hoy vamos a articular los tres tiempos en la obra de Freud para hacer un
ordenamiento didáctico (cualquiera podría armar un ordenamiento diferente, eso
depende de los ejes que uno vaya tomando). Estos tres tiempos nos permiten pensar
tres momentos diferentes en la obra de Freud, de diferentes modos de ordenar la
nosografía para Freud, diferentes estructuras subjetivas.
Voy a nombrar algunas cuestiones de estos tres tiempos. Ustedes cuentan con un
teórico desgravado en la plataforma, así que lo pueden leer y tiene un poco más de
extensión.
Estos tres tiempos en la obra de Freud están divididos por dos momentos. Uno es
1900 y otro es 1920. Freud ubica el comienzo del psicoanálisis en 1900 (si bien ya
venía antes con elaboraciones importantes del psicoanálisis). 1920 también es un
momento bisagra, que divide su obra a partir de nuevos descubrimientos.
En la obra de Freud hay una primera idea de trauma, ligada a su teoría energética del
aparato psíquico, que el extrae de la termodinámica. Freud piensa que la energía se
desplaza por los cuerpos y además se transforma (ej: como la electricidad que llega
por un cableado de un lugar a otro) (ej 2: la energía eléctrica se transforma en energía
calórica cuando uno enchufa una estufa). Freud utiliza esa idea para pensar la energía
que se desplaza en el aparato psíquico. En el aparato hay huellas mnémicas por
donde se va desplazando la energía o afecto, de una huella mnémica a otra huella
mnémica, y se transforma (ej: plantea que la neurosis de angustia es la transformación
de la energía sexual que se transforma y se manifiesta en angustia).
Entonces, el trauma sucede cuando irrumpe una cantidad de energía que no pudo ser
descargada asociativamente ni motrizmente. Entonces Freud dice que eso
permanece en el aparato psíquico como un cuerpo extraño.
Todo esto está planteado por Freud previo al año 1900, con una idea que por ahora
no es la del inconsciente. En ese momento Freud habla de dos grupos psíquicos.
Hasta 1900, el inconsciente era definido por la vía negativa, es decir, es aquello que
no es consciente. Recién en el 1900 Freud da una definición del inconsciente a partir
de una legalidad propia. Tiene su propia regulación, sus propias leyes (compensación,
desplazamiento, contradicción, etc) que definen al inconsciente como tal. Cabe
aclarar que aquello que está en el segundo grupo psíquico, que es lo que luego va a
llamarse inconsciente, tiene una incidencia en la conducta y, por supuesto, en los
síntomas del individuo. Aquel cuerpo extraño que en el segundo grupo psíquico
produce un síntoma, que es el intento de descargar aquello que no fue descargado
en el momento traumático. En aquel momento, Freud tiene la idea de que si
lográramos descargar aquello, iba a desaparecer el síntoma. La finalidad del
tratamiento es, concretamente, la de eliminar los síntomas.
Cuando planteamos los tres tiempos de Freud, armamos un cuadro de doble entrada
(BUSCAR EN EL TEÓRICO PUBLICADO) donde figuran tres ejes: uno es el fin de
análisis, otro es la técnica y otro es la teoría. Cuando decimos la teoría, es esto de lo
que hablábamos, esta noción energética que permite definir el trauma y, en
consecuencia, al síntoma en tanto tal. El eje del fin de análisis se refiere tanto a en
dónde termina el análisis como a cuál es la finalidad del análisis. Para Freud era,
claramente, hacer desaparecer el síntoma. La técnica surge a partir de la concepción
teórica, era el intento de descargar ese cuerpo extraño por un vía, que en ese
momento era principalmente la hipnosis, que le permitía acceder al segundo grupo
psíquico, y desde allí poder hacer descargar ese cuerpo extraño. Una vez descargado
ese cuerpo, se suponía que el síntoma iba a desaparecer. Subrayo que, a mi gusto,
Freud era el primero en hacer terapias breves en el mundo. En esa época hacía
terapias de corta duración y muy focalizadas en el síntoma, y con cierto éxito que
hicieron que Freud se hiciera conocido, principalmente por curar ciertas histerias que
la medicina no podía curar. Pero Freud mismo se encuentra con las limitaciones de
ese tratamiento, especialmente el hecho de que en los casos que eso tenía cierto
éxito el síntoma volvía insistir, luego de un tiempo, bajo la misma forma o “con algún
disfraz psíquico”.
Entonces se produce el quiebre en el año 1900. ¿Cómo se pasa de un momento a
otro? En aquel momento a Freud le empieza a ir bien, porque encuentra una técnica
que produce efecto, empieza a tener pacientes que lo vienen a buscar, etc. Y sin
embargo, él ubica que si esa terapéutica no es duradera en el tiempo, hay algo que
no funciona. Y empieza a pensar que para que eso sea duradero hay que hacer un
cambio. Aquello que está en el segundo grupo psíquico debería pasar a la
consciencia. Entonces, luego del 1900, Freud propone que la finalidad del tratamiento
se divide en dos: una finalidad científica y una práctica. La finalidad científica es hacer
consciente lo inconsciente. Esto marca un cambio muy fuerte en Freud, porque la vía
de la hipnosis o la sugestión podía causar un efecto de descarga, pero aquello que
estaba en el segundo grupo psíquico no se movía, quedaba en el mismo lugar. Uno
se despertaba de la hipnosis, desconocía que había pasado por el estado hipnótico,
podía sentir una sensación corporal de descarga y cansancio pero no sabía lo que
había pasado. Entonces Freud empieza a pensar que si no se hace consciente lo
inconsciente, eso que está en el segundo grupo psíquico va a seguir teniendo
incidencia sobre el sujeto. Para esto propone una nueva técnica, que ya no es la
hipnosis. Propone la técnica de la asociación libre como intervención analítica a la
interpretación, con el objetivo de hacer consciente lo inconsciente y, finalmente, de
eliminar los síntomas.
Respecto a la teoría, en este momento surge, con todas las letras, la noción de
inconsciente con sus propias leyes. Es decir el aparato psíquico, como se observa en
el famoso “esquema del peine”, donde Freud plantea el inconsciente, el preconsciente
y la consciencia. También surge un concepto importante que es el concepto de
resistencia (así como la teoría energética surge de la termodinámica, la resistencia
surge de la mecánica). Es un concepto muy propio del dispositivo analítico y que está
ligado a cuando uno quiere mover algo de lugar. En este caso, hacer pasar de lo
inconsciente a la conciencia algo que está anidado en el inconsciente. Si yo no quiero
mover eso no hay ninguna resistencia (cuando Freud trabajaba con la hipnosis, antes
del 1900, todo quedaba en su lugar). Por ejemplo, cuando uno corre en una cinta
eléctrica, uno se mueve mucho pero está siempre en el mismo lugar. Uno se baja de
ahí y hasta puede contabilizar los kilómetros que supuestamente recorrió, pero uno
se sube y se baja en el mismo lugar. Es parecido a lo que pasaba en la hipnosis.
Cuando uno se despertaba estaba, exactamente, en el mismo lugar. La idea de Freud
es que hay que mover las cosas de lugar, que no hay que quedarse en el mismo lugar,
y que eso implica una resistencia (en mecánica esto equivale a mover un objeto, si
uno lo empuja el objeto ofrece cierta resistencia). Como todo quedaba en el mismo
lugar, el síntoma retornaba al poco tiempo. Entonces Freud propone moverlo de lugar,
hacer consciente lo inconsciente. Freud suponía también que respecto a ese cuerpo
extraño, que tenía incidencia sobre el sujeto, el sujeto puede hacerse responsable de
ese cuerpo extraño y a partir de ahí poder movilizar algo de manera diferente.
También surgen en esa época el concepto de transferencia (en la interpretación de
los sueños), respecto de la técnica surgen el concepto de interpretación y asociación
libre, y respecto del fin de análisis esta división entre hacer consciente lo inconsciente
y eliminar los síntomas.
A partir de allí surgen una serie de conceptos novedosos. Por ejemplo, la segunda
tópica: el yo, el ello y el super-yó. Sin abandonar la primer tópica, pero desplazando
el punto de lugar. Aparece un texto que abordaremos que es “inhibición, síntoma y
angustia”, donde Freud reubica las cuestiones respecto del síntoma. Y empieza a
pensar en esta época que no es tan claro que se pueda eliminar el síntoma como una
finalidad del análisis.
Eso reubica todas las cuestiones a partir de que él define al síntoma ahora como un
cuerpo extraño (aquel nombre que antes le daba al trauma ahora se lo da al síntoma
mismo), esto es como lo que ocurre cuando alguien recibe un disparo y tiene una bala
dentro del cuerpo, eso es un cuerpo extraño, y todo el organismo reacciona para
defenderse de ese cuerpo extraño; otro ejemplos es cuando uno tiene un transplante,
uno recibe un cuerpo extraño pero en este caso hay que bajar las defensas y estar
inmunodeprimido para dar lugar al cuerpo extraño. Esta idea freudiana del cuerpo
extraño y la defensa frente al cuerpo extraño es una idea y qué hacer con el cuerpo
extraño es una idea que utiliza Freud para pensar la cuestión con el síntoma. Si el
síntoma es un cuerpo extraño del cual tenemos que defendernos, hay que defenderse
“hasta ahí” porque, como el síntoma es ineliminable, entonces conviene bajar un poco
la defensa para hacerlo egosintónico. Esto es adaptarse un poco a ese cuerpo extraño
y poder convivir con él. Pero añade un dato más: no solamente es ineliminable el
síntoma, sino que es una parte del sí mismo. Es una idea totalmente novedosa: que
uno se puede definir a partir de su propio síntoma. No nos definimos tanto por
nuestras potencialidades sino por algo que en uno tropieza siempre de la misma
manera. Si pudiésemos eliminar el síntoma, en esa eliminación estaríamos perdiendo
algo de lo más singular que uno tiene. Hice referencia en un teórico a la película “El
Discurso del Rey” que se trata de un tratamiento (no psicoanalítico) que le daban a
un rey que tartamudeaba al hablar, hasta que llega el momento donde da su último
discurso y quien lo acompañaba le dijo “estuviste genial, salvo en una letra”, a lo que
el rey le respondió: “es que si no hubiese tropezado en esa letra, no hubiese sido yo
mismo”. Es decir que en ese tropiezo se encuentra algo de la singularidad, y toda la
cuestión se empieza a plantear en términos de qué hacer con ese sentido, más que
en eliminarlo. En esta época de Freud se cambian radicalmente las cosas: ya no es
la gran ilusión de que los síntomas se pueden eliminar completamente sino que lleva
a la prudencia de ver cómo nos las arreglamos con esos síntomas.
Esta división de Freud en tres tiempos sirve para orientarnos cuando leemos a Freud.
Entonces, si leemos un texto de 1919/1920 sabremos cuál es la definición de síntoma,
en qué punto está y cómo plantea las cosas Freud.
CLASE 5 SEMINARIO
Estas son las dos formas del automatismo mental que introduce Clérambault. Lo
importante, para él, es detectar estos fenómenos psicóticos sobre la base de estos
rasgos sutiles, de estas experiencias iniciales que dan cuenta de una estructura
psicótica. Clérambault nos enseña esta fineza en captar las manifestaciones
psicóticas antes de la aparición franca de la psicosis. Serían fenómenos discretos,
elementos mínimos que presentan sujetos que son estructurlamente psicóticos. La
estructura es un tema fundamental.
La escucha nuestra es siempre del detalle, a veces mínimo, pero sin perder de vista
la estructura que es la línea de fuerza que nos interesa para abordar un caso de
psicosis, neurosis o de la clínica en general.
El artículo que tienen para leer, llamado “automatismo mental y escisión del yo” fue
escrito por Clérambault. ¿Por qué se refiere a la escisión del yo? Porque el Yo no se
vive como propio, tiene este sentimiento de extrañeza. Es como si apareciera una
segunda personalidad, una segunda persona que le habla en la cabeza o en la nariz.
Esta segunda persona conduce al enfermo produciéndose, de esta manera, un
desdoblamiento de la personalidad. Por eso se produce esta escisión del Yo, donde
el Yo no se vive como propio. Se puede convivir con un automatismo mental, con
estos fenómenos, sin que suceda nada más, y quedan como fenómenos autónomos,
aislados, transitorios, sin que se le agregue ningún delirio. O que eso sucede y se
sobreagregue secundariamiente muchos años después.
CLASE 6 PRÁCTICO
Repaso por los principales temas🡪 psiquiatría clásica y los inicios de la clínica.
Son casos que ponen de relieve que lo singular se deriva de una práctica y esta
práctica es la analítica: tiene en consideración el caso por caso.
Es importante no forzar los casos🡪 no querer hacer entrar todos los conceptos en un
caso🡪 poder ubicar que conceptos se ajusta MEJOR al caso.
REPASO
Las causas de las enfermedades mentales son orgánicas, los síntomas responden a
lesiones cerebrales, lo cual cierra cualquier otra idea explicativa.
Por otro lado, a diferencia de Pinel🡪 mayor exponente de la clínica sincrónica-
sindrómica.
Estas 3 entidades como nos las presenta este autor constituyen las PSICOSIS:
extraordinarias porque presentan síntomas bien llamativos que no pasan
desapercibidos.
El lugar que ocupan los síntomas comunes en cada entidad🡪 estos son: las ideas
delirantes, los delirios, las alucinaciones.
K nos auxilia ya que él propone una diferencia entre los síntomas fundamentales los
que son constantes los que sí o si se tienen que presentar para arribar a un
determinado diagnostico y los síntomas accesorios que pueden ser transitorios,
pueden aparecer o no pero cuando aparecen permiten especificar el subtipo clínico
del cuadro.
En función de esto, podemos describir dos polos, dos extremos y un grupo central.
En el polo más alto de la clasificación se encuentra la paranoia🡪q a partir de la 6ta
edición es definida como un sistema delirante sin debilitamiento intelectual y sin
presencia de alucinaciones🡪 esta ausencia es la que permite una construcción de un
edificio delirante tan sólido, fuerte y tan inquebrantable.
En la paranoia se aprecia bien que los conflictos que el sujeto tiene son con otro, bien
definido, que pasa a ser el centro de su vida. El sujeto paranoico va a explicar todos
los hechos de su vida en relación a la construcción que hace del otro.
Hay un lazo efectivamente del sujeto con el otro, es una relación de tensión y esto
quiere decir que el sujeto coloca el afecto en este otro.
Si bien K no habla del otro, estas son cuestiones que se pueden deducir a partir de lo
que este autor describe del paranoico.
Restricción que K opera a partir de las críticas que recibe en su 6ta edición🡪
principalmente al subtipo demencia paranoide fantástica.
Aquí el sujeto presenta conflictos con su cuerpo y no con el lazo con el otro🡪 tiene el
aspecto de que el sujeto pierde ese sentimiento de unidad interior y su unidad se
encuentra muy comprometida.
No hay nada del conflicto con el lazo con el otro sino más bien se podría ubicar una
desafectación del otro🡪 es indiferente al entorno, no le interesa mantener
conversaciones, no tiene sentimientos profundos hacia otros. Hay muchos sujetos
que no se bañan🡪 dejan caer al cuerpo con respecto a los cuidados: desinterés a los
otros y también al propio cuerpo.
Breuler está influenciado por las ideas freudianas que introducen que los síntomas no
responden a una etiología orgánica sino que son manifestaciones que se forman por
mecanismos específicos que responden a causas subjetivas.
Es así que este autor postula como mecanismo subyacente la disociación de las
distintas funciones psíquicas en complejos independientes que comprometen la
unidad de la personalidad🡪 ESQUIZOFRENIAS.
Pero Breuler al tomar este término resta la cuestión de la erótica (libidinal) y queda
como síntoma el autismo.
La posición de este autor respecto de la etiológica de las enfermedades mentales es
ambivalente: entre los dos paradigmas porque para él los mecanismos freudianos
solo conciernen en la presentación de los fenómenos y se sigue tratando de una
afección de base orgánica. En este punto se aleja de Freud a quien si le interesa la
causalidad psíquica de los fenómenos de los síntomas.
Las perturbaciones se presentan a nivel del cuerpo y del lenguaje🡪 le falta algo en
relación al lenguaje (se encuentra perturbado esta relación).
Son también llamativos los síntomas corporales: perdida de unidad interior; el sujeto
lo experimenta como estar fuera del cuerpo🡪 tuvo que recurrir a un invento singular
para armar precariamente el cuerpo porque lo que se evidencia es la fragmentación
corporal que padece.
Unir las partes del cuerpo🡪 es contrarrestar aquella perdida de unidad que
experimenta.
Alucinaciones como un síntoma accesorio que también atentan contra esa unidad🡪
voces que le da órdenes al sujeto.
Entre los síntomas principales están las alucinaciones y los delirios crónicos.
El delirio que puede haber en esta entidad no tiene esa construcción tan fuerte como
en la paranoia porque hay presencia de alucinaciones.
Las ideas delirantes son otros de los síntomas fundamentales. Se puede ver bien que
Vive sola, trabaja🡪 los trastornos V y A no tienen una presencia central en el cuadro.
CLASE 6 TEO
Soy la Dra. Rosa Wainstein, médica psiquiatra. Hoy voy a tratar de transmitirles
algunas nociones básicas sobre las clasificaciones psiquiátricas modernas DSM y
CIE. Primero quiero aclarar que voy a hablar desde un discurso médico, son
clasificaciones médicas que tienen un enfoque teórico distinto al que ustedes vienen
desde el enfoque psicoanalítico de la cátedra. Piensen que están pensando las
psicopatologías desde la singularidad. Y los criterios para generar una categoría
dentro de estas clasificaciones tienen que ver con criterios universales, que no buscan
la singularidad del paciente sino criterios que vuelvan a esa categoría homogénea
diferente a otra categoría, y donde todos los sujetos cumplan con esos mismos
criterios.
Haciendo historia, les cuento que la CIE empieza a editarse en 1900 y tiene
reediciones aproximadamente cada 10 años. En la 6ta edición de 1950 aparece, por
primera vez, un capítulo para las enfermedades mentales.
La OMS, que era la más interesada en que se pudiera generar una clasificación
aceptada internacionalmente por todas las escuelas, consulta con algunos
epidemiólogos y recibe sugerencias para revisar estos criterios diagnósticos y poder
hacer modificaciones en el enfoque para generar un mayor consenso. Finalmente, la
asociación americana toma estas sugerencias y el DSM 3 es el primero que va a
lograr ese consenso. El DSM 3 sale recién en 1980, es el primero que consigue
aceptación a nivel internacional y se empieza a usar también como clasificación
diagnóstica en Europa. Es el primero que además de tener alguna intención
estadística tiene como objetivo también llegar a ser útil para el uso clínico en el
diagnóstico y para el uso en investigación, en relación a cómo se diagnostican
pacientes y con qué criterios entran en los protocolos de investigación.
A partir de ahí hubo revisiones hasta que aparece el DSM 4. Las diferencias entre
unas y otras son cambios en los criterios diagnósticos de algunos trastornos,
actualizaciones e incluso de algún trastorno nuevo. Lo más importante es que el DSM
4 respeta esa estructura categorial-multiaxial y que el DSM produce un cambio en
esto y ya empieza a tener un enfoque dimensional, donde se empieza a hablar de
espectros, y por otro lado ya no tiene una estructura multiaxial. El DSM 5 es una
clasificación que tiene tres secciones: la sección 1 es introducción, la sección 2 son
las categorías diagnósticas (lo más importante) y también hay una sección donde hay
escalas para medir distintas sintomatologías hasta trastornos que están en estudio
que aún no consiguieron suficiente validación para entrar en la sección 2 (pero que
podrían entrar en el futuro). Una segunda clasificación de los trastornos de
personalidad alternativa, que también está en investigación. O sea que también hay
cambios en cada uno de las ediciones, sobre todo entre el DSM 4 y el DSM 5, donde
va a haber muchos cambios. No me voy a referir a todos esos cambios por una
cuestión de tiempo y porque la práctica clínica actual, lo que es el sistema de salud
de la Argentina, aún requiere para el diagnóstico, tanto en las historias clínicas como
en las evaluaciones de discapacidad de las obras sociales, los criterios diagnósticos
del DSM 4 y de la CIE 10.
Les cuento brevemente cómo se desarrollaron las últimas ediciones del DSM 4 y 5.
Para actualizar cada una de las clasificaciones se forma la asociación psiquiátrica
americana, se forma un comité organizador con muchos especialistas y, a su vez,
forman grupos de trabajo por cada capítulo del DSM. En esos grupos de trabajo hay
especialistas en esas categorías diagnósticas, y esos grupos hacen revisión de todo
el material científico que se produce en los últimos años desde la edición anterior,
más las críticas o señalamiento de la última edición que durante el uso se vio que
había que reformular o que no fueron útiles. En base a toda esa información, ellos
arman una nueva propuesta para ese capítulo. Esa propuesta vuelve al comité
organizador, se hacen revisiones, incluso se desarrollan algunos estudios de campo,
pruebas de campo, con los criterios sugeridos/nuevos. Finalmente se hacen
borradores, esos borradores se publican para que también sean leídos por
especialistas para que puedan opinar, criticar o sugerir. Y después de todo ese
proceso recién se llega a la edición de un manual.
Centrándonos en lo que sería el DSM 4, les voy a contar cuáles son los 5 ejes y una
breve descripción de cada uno.
El Eje 1 es el eje de los trastornos clínicos o problemas que pueden ser objeto de
atención clínica. Estamos hablando del trastorno que trae a la consulta el paciente en
ese momento. Ese trastorno se diagnostica en el eje 1. Es el diagnóstico principal. Si
hubiera más de un trastorno en ese paciente (si el paciente presenta síntomas que
cumplen criterio para más de un trastorno), se puede hacer más de un diagnóstico,
es decir, si hay una comorbilidad. Es un diagnóstico que va a estar pensado para ese
momento, es el cuadro que presenta el paciente en ese momento. Digo esto porque
es distinto a lo que ustedes vienen viendo, es una perspectiva claramente médica.
Hoy el paciente puede consultar y tener un trastorno de ansiedad, y se diagnosticará
y tratará el trastorno de ansiedad. Ese mismo paciente puede asistir dentro de 5 años
en la consulta y en ese momento presentar un trastorno depresivo mayor. Y en ese
momento se hará el diagnóstico “trastorno depresivo mayor”. Está claro que este es
un enfoque médico. Ese diagnóstico en el eje 1 puede variar en distintos momentos.
Si yo estoy diagnosticando en el eje 1 una esquizofrenia, por supuesto que no espero
que más adelante ese diagnóstico se revierta. Por curso mismo de la enfermedad ese
diagnóstico se va a mantener. En todo caso, lo que se va a aclarar con distintos
especificadores es el momento de la enfermedad en ese transcurso longitudinal.
Digamos, si está en un primer episodio, si es un episodio posterior, si está
interepisódico, si tiene o no tiene síntomas interepisódicos o si está en un estadio
terminal. Ese diagnóstico no se va a modificar sino que va a tener especificadores
distintos de acuerdo al momento de la enfermedad en que se haga esa evaluación.
Un eje que claramente cambió en relación al DSM 5. De hecho, al no haber ejes, uno
podría pensar donde están estas patologías. Están en el cuerpo principal en esa
misma sección 2 donde están todos los trastornos. Uno puede hacer un diagnóstico
de trastorno de personalidad, aunque no haya ejes, como el trastorno principal o un
diagnóstico de otra categoría y el trastorno de personalidad si fuera pertinente porque
ese paciente tiene los dos trastornos. En el DSM 4 hay una única clasificación para
los trastornos de personalidad, mientras que en el DSM 5 hay dos clasificaciones
distintas: una en la sección 2 y una alternativa en la sección 3, que se sugiere como
una posible nueva clasificación. Retraso mental ya no es evaluado desde el
coeficiente intelectual sino que hay otras herramientas para evaluar la funcionalidad
del paciente con otras escalas, y que demostraron ser más útiles y por eso se cambió
y no se sigue evaluando desde el coeficiente intelectual. La OMS tiene una escala
una escala que se llama WHODAS que habla de la funcionalidad en distintas área y
que es la que se aplica actualmente.
Además de la evaluación multiaxial, les quiero contar dónde podríamos buscar los
diagnósticos psiquiátricos que ustedes viendo hoy en día, cuando leen las escuelas
alemanas y francesas. La realidad es que las psicosis en el DSM 4 las podemos
encontrar en dos capítulos: uno es el capítulo de esquizofrenia y otros trastornos
psicóticos. Y el otro grupo es el capítulo de los trastornos del estado de ánimo. Otra
diferencia entre DSM 4 y DSM 5 es que en el DSM 5 ese capítulo está dividido y, en
realidad, hay un capítulo para los trastornos depresivos y otro capítulo para el
espectro bipolar. En DSM 4 es un solo capítulo: trastornos del estado de ánimo, e
incluye tanto los trastornos depresivos como los trastornos bipolares.
Después tenemos otros cuadros, por ejemplo, el trastorno delirante F-22. Este
trastorno tiene relación con lo que pensamos como paranoia. Tiene un criterio
diagnóstico A donde las ideas delirantes no son extrañas, implican situaciones que
ocurren en la vida real (ser seguido, envenenado, amado a distancia, engañado por
el conyugue). Claramente este criterio es diferente a criterio A de esquizofrenia. No
está incluyendo, por ejemplo, las alucinaciones. Aclara un criterio B nunca ha
cumplido A para esquizofrenia. Hay una nota que dice que el trastorno delirante puede
presentar alucinaciones pero, en general, esas alucinaciones están relacionadas al
tema delirante y son más característicamente alucinaciones táctiles, olfatorias. No es
característico que sean alucinaciones auditivas. Pero claramente no cumple criterios
A para esquizofrenia. Después está el criterio C. Excepto por el impacto directo de las
ideas delirantes y sus ramificaciones, la actividad psicosocial no está deteriorada de
forma significativa y el comportamiento no es raro ni extraño. Esta es la diferencia
sustancial también con los criterios para esquizofrenia. Esto sería la diferencia entre
un delirio estructurado como una idea que no es extraña, como la paranoia, de un
delirio disgregado con ideas extrañas de la esquizofrenia. Fíjense que la disfunción
que nos marca el criterio de la esquizofrenia acá claramente es al contrario, excepto
por lo que puede implicar directa relación con las ideas delirantes. El comportamiento
no es extraño, no hay un deterioro significativo. Estas son diferencias para que
ustedes vayan ubicando los cuadros en relación a las descripciones clásicas.
También tiene subtipos que son erotomaníaco, de grandiosidad, el celotípico, el
persecutorio, el somática, un tipo mixto y un tipo no especificado. Acá podríamos
correlacionar con los distintos tipos, por ejemplo, delirio pasional, delirios
interpretativos dentro de los cuadros clásicos.
Si avanzamos a los trastornos del estado de ánimo me interesa decir cómo está
estructurado el DSM 4. Lo que nos va a describir son el episodio depresivo mayor, lo
que es un episodio maníaco, un episodio mixto, un episodio hipomaníaco. Para cada
uno de ellos nos va a decir qué criterios se deben cumplir para llegar al diagnóstico
de episodio depresivo o episodio maníaco. Y a su vez, de acuerdo vamos a tener
distintos cuadros. Los trastornos depresivos, que sólo tienen episodios depresivos, y
los trastornos bipolares, que van a tener que ver con la sucesión de episodio
depresivos, episodio maníaco, o episodio depresivo y episodio hipomaníaco, cada
uno para el trastorno bipolar 1 o el trastorno bipolar 2. En cada uno de estos episodios
hay especificadores para ver si el episodio es leve, moderado o grave y, a su vez, si
tiene síntomas psicóticos o no tiene síntomas psicóticos. Y si tiene síntomas
psicóticos, si los síntomas psicóticos son congruentes o no con el estado de ánimo.
El estado depresivo y los síntomas son congruentes o no con ese ánimo depresivo.
Esa sería la forma de presentación de la psicosis dentro de los trastornos del estado
de ánimo en el DSM 4. Y acá vamos a correlacionarlos, en todo caso, con las psicosis
maníaco depresivas o las psicosis alternantes de los cuadros clásicos, o la melancolía
en relación a los trastornos depresivos con síntomas melancólicos, con síntomas
psicóticos. Van a ver que hay especificadores para cada uno de ellos.
Hago una aclaración más: la catatonía solamente en DSM 4 está especificada como
una variante de la esquizofrenia. En el DSM 5 está como un trastorno aparte y que se
puede ver en diferentes cuadros, no sólo en la esquizofrenia.
Otro dato que me interesa marcar es esto de cómo cada clasificación está influida por
el tiempo donde se desarrolla. Nosotros vemos todo lo que es el debate y la aparición
del género y las diferentes visiones de género en nuestra época. En el DSM ha habido
momentos donde estaba diagnosticada la homosexualidad como un trastorno,
momentos en donde con la evolución y las distintas revisiones la homosexualidad
pasó a ser un trastorno sólo si era egodistónica (no si era egosintónica). Hasta que
se sacó como trastorno del DSM. Y en el DSM 5 aparece como un trastorno la disforia
de género, que antes no existía como un trastorno. Fíjense cómo va apareciendo eso
en las actualizaciones, de acuerdo al momento histórico donde se dicta esa
clasificación
Un dato importante es que esta definición como trastorno hace que algo pueda o no
tener asistencia o que esté nomenclado en calidad de trastorno va a tener
implicancias de todo tipo. Entre otras, esto de que tengan o no cobertura desde las
intervenciones posibles para la práctica, desde terapias hormonales hasta cirugías.
Estas son parte de las implicancias que tienen las categorías diagnósticas que incluye
un manual.
PSICOSIS
CLASE 6
SEMINARIO 6 (NARCISISMO)
Bibliografía
CLASE 7 PRÁCTICO
TEXTO: Freud. Manuscrito, Paranoia.
EJEMPLO: Joven mujer de 30 años ,vive con su hermana mayor y hermano.. Alquilan
por un tiempo, un año, una habitación a un compañero del trabajo del hermano. Ese
hombre se va por seis meses, vuelve por un periodo breve y luego desaparece de la
vida de esta muchacha. Los hermanos lo extrañan a este hombre. Sin embargo la
menor, esta joven la cual nos ocupamos, le cuenta a la mayor que una vez aquel
hombre la intento poner en peligro y refiere a una escena de contenido sexual. Años
más tarde comenzó a quejarse de las actitudes de los otros y finalmente se formó un
delirio de ser notada y de persecución cuyo contenido era que unas vecinas le tenían
lástima como a una mujer que quedó para vestir santos. Hacían alusiones de este
tipo a que estaba a la espera de aquel hombre.
Este estado la aquejaba desde entonces por oleada con periodos de claridad
mental. Un caso que le llega a Freud derivado de Bleuler. Freud se empaña a curar
la paranoia restituyendo su peso al recuerdo de aquella escena pero nos trasmite que
no lo consiguió. La paciente se negó a recordar, lo reprimió. Freud ubica la defensa,
algo indudable en el caso como mecanismo. ¿Por qué se arma un paranoia y no un
síntoma histérico o representación obsesiva?
Ella se ahorraba vía la representación algo, no quería volver sobre eso. Se ahorra el
reproche de ser mala persona y luego lo escucha desde afuera. El contenido positivo
se conservó intacto pero algo varió en la posición, era un reproche interno y ahora
es una insinuación del exterior. Su juicio se trasladó hacia afuera, con eso algo
ganaba, es decir el juicio propio debía aceptarlo. En cambio, cuando eso viene
de afuera puede desautorizarlo y de este modo el reproche se mantiene a distancia
del yo.
Respecto de la primera pregunta responde que se trata del abuso, es decir del uso
excesivo de un mecanismo psíquico normal, el traslado o proyección. Abuso del
mecanismo de proyección a los fines de la defensa. Esto es normal mientras
mantengamos conciencia de nuestra propia alteración interior, si la olvidamos nos
queda solo una parte de ese silogismo que lleva hacia afuera y de ahí a la paranoia.
Se sobrestima de lo que de nosotros se sabe y no podemos admitirlo como tal. Lo
mismo ocurre con las representaciones obsesivas del mecanismo de
sustitución normal se abusa a los fines de la defensa.
Respecto de la segunda pregunta opina que es extensible a todos los casos. Toma
ejemplos: el del paranoico litigante, el alcohólico con delirio de celos, el hipocondríaco
con delirio de envenenamiento, el complot de persecución. Es el delirio de
persecución y el de grandeza que permite mantener apartado lo penoso, lo doloroso
del yo. En todos los casos, la idea delirante se sustenta con la misma energía con
que el yo se defiende de alguna otra idea penosa e insoportable. Freud nos dice
“Aman al delirio como asimismo”.
Este texto está dividido en tres secciones: Histeria, neurosis obsesiva, los estados
psicóticos. Freud examina con que se hace operar la defensa y llega a la conclusión
en todos los casos de que el factor constante va a hacer una vivencia traumática
primero de índole sexual y luego dándole relevancia al papel de la fantasía. Aquí
la defensa es el punto central dentro del mecanismo psíquico de las
neuropsicosis de defensa. Es el intento de reprimir una representación inconciliable
que entró en conflicto y en oposición al yo.
CLASE 7 TEO
Para acompañar este video🡪 teórico de Andrea Berger🡪 ella ubica todo el desarrollo
de la parte lingüística con mucho detalle de Saussure que Lacan toma para presentar
su teoría del sujeto.
La lógica del significante y la teoría del sujeto🡪 cuando nos referimos a la lógica:
ciencia formal que estudia las inferencias (las conclusiones que se derivan a partir de
ciertas premisas) y las teorías implican sistemas lógicos.
Podríamos decir que para llegar al sujeto, Lacan hace un desarrollo entendiendo a la
lógica del significante como aquella que produce al sujeto.🡪 Este es el final de la
historia🡪 vamos a tener que dar cuenta de por qué Lacan dice que el sujeto es efecto
del significante. ¿Qué quiere decir significante? ¿Qué quiere decir lenguaje? ¿De
dónde los toma? (De esto va a tratar el desarrollo del vídeo)
Voy a partir de algo que Lacan dice en el escrito “instancia de la letra” que afirma que
toda la estructura del lenguaje en el psicoanálisis se descubre en el inconsciente. Es
interesante para ordenar esta clase.
Lacan vuelve a Freud y encontramos el origen donde Lacan se toma para poder
afirmar/decir esta frase en un lingüista: Saussure (1857-1913)🡪 este autor define a la
lingüística de un modo totalmente novedoso: en ese momento estaban en la lucha
entre las Teorías Realistas y las Teorías Nominalistas🡪 Saussure va a romper con
esa “pelea” y va a introducir una lingüística totalmente moderna.
La teoría de Saussure llega a los oídos de Lacan por su amigo Lévi-Strauss🡪 había
aplicado la lingüística de Saussure al campo de la antropología; y en cierto punto,
Lacan toma la teoría de Saussure y la introduce al campo del psicoanálisis.
Saussure🡪 propone una lingüística como la ciencia que estudia un sistema de signos
que forman una lengua, forman un sistema🡪 es decir forman un conjunto de signos
que forman un lenguaje, que no tienen valor por sí mismos, ni por su materia, sino por
su relación con los demás.
En el teórico de Andrea hace una relación (que también la hace Saussure) con
respecto a una analogía entre lo que es el lenguaje y el juego de ajedrez. (Fijarse en
el texto).
1. Lengua- habla.
2. Significante- significado.
3. Sincrónico- diacrónico.
4. Sintagma- paradigma.
Estos 4 pares antagónicos son los que constituyen el lenguaje. Habíamos dicho que
propone que la lingüística es una ciencia que estudia un sistema de signos que forman
una lengua.
Hay un primer par que constituye el lenguaje que es: lengua y habla🡪 la lengua es
el conjunto de signos lingüísticos y el habla o palabra es el acto individual de
apropiación de esa lengua.
El otro par es el que ubica el signo lingüístico con 2 caras: que son el significado
que va sobre la barra y el significante que va debajo de la barra. Esto es el signo
lingüístico y está constituido por el significado que es el concepto de la cosa
y remite al significante; y el significante que es la imagen acústica🡪 pero por
“imagen acústica” no tenemos que entender que es el sonido sino que es la huella, la
marca, una representación del sonido.
Esta relación entre significado y significante es una relación que Saussure marca
como una relación absolutamente arbitraria🡪 que la silla se llame silla🡪 esa unión es
totalmente arbitraria. Lacan va a tomar esto, va a introducir una modificación en
el formato del signo y además va a extremar aun más la noción de arbitrariedad
del signo.
Hay dos formas de pensar la lengua como sistema de signos como de una manera
sincrónica (como un corte en un momento dado) o de una manera diacrónica
(como si fuera un flujo a lo largo del tiempo).
-Les propongo retomar como orientador de este video la frase: “toda estructura de
lenguaje es la que el psicoanálisis descubre en el inconsciente”.
-Lacan está discutiendo en este momento con los postfreudianos y va a decir que la
estructura del lenguaje es la estructura que un análisis descubre en un inconsciente🡪
tomando como referencia lo que dicen Saussure, Jakobson, Levi-Strauss y las
modificaciones que va a introducir Lacan.
Pensar al inconsciente como una estructura es vaciarla de ser toda una sede de
instintos y de significados.
Y lleva el signo al campo del psicoanálisis🡪 este cambio implica la función activa del
significante determinando al significado, su preexistencia.
Este cambio implica la primacía del significante por sobre el significado🡪 que muestra
que el significante pasa a significar cuando se combina con otro significante.
También cambia la función de la barra🡪 Lacan dice que hay una resistencia a la
significación, la barra remite a la represión y por otro lado, a la inexistencia de un
sentido propio.
Habíamos dicho que la relación que Saussure ubicaba entre significado y significante
era arbitraria🡪 Lacan extrema más esta idea🡪 dice que esta barra indicaría la
inexistencia de un sentido propio. La idea de que el significante que origina la génesis
del significado implica que el concepto de arbitrariedad señalado por Saussure es
insuficiente. Así Lacan en función a la experiencia del psicoanálisis señala que no hay
sentido propio. Es decir que la relación entre significado y significante, para Lacan, es
azarosa, contingente. Esto genera como consecuencia que el inconsciente se vacía,
deja de ser sede de contenidos y significados.
Ningún significante quiere decir algo de antemano🡪 de este modo, esta idea del
significante como huella tomado en términos de Saussure🡪 le sirve a Lacan para
vaciar de contenido al inconsciente: que no hay significados previos en el
inconsciente. No es un depósito de instintos. Si está vaciado de significados el
inconsciente es un inconsciente actual🡪 hay significantes pero sin contenido🡪 ya que
para Lacan un significante solo no significa nada🡪 está vaciado de sentido🡪 es decir
que el sentido se produce en su combinatoria con otro significante🡪 es efecto de esta
combinatoria.
El inconsciente entonces se lee en los cortes del discurso, en los fallidos; es cuando
el discurso tropieza en los lapsus🡪 allí es donde aparece esa significación o sentido.
No es que está dada en algún lugar retrogrado, en alguna parte como si lo pudiéramos
materializar🡪 se produce en esa misma combinatoria y en esos cortes del discurso.
Hay algo que siempre se nos va a escapar, que siempre queda un resto.
Para el video de hoy partimos de la idea de ubicar el título🡪 el pathos del lenguaje🡪
que ubicamos que quiere decir: la experiencia que el sujeto hace del lenguaje.
No hay un sentido único, para Lacan queda declarada la independencia de los dos
órdenes, entre el significante y el significado🡪 es decir la primacía de lo simbólico por
sobre lo imaginario. Es decir el significante pertenece al campo de lo simbólico y el
significado permanece al campo de lo imaginario.
Ej: en las películas de espionaje uno tiene que decir una palabra y te abren una puerta.
-Ahora vamos a ubicar cuestiones en relación al sujeto: la teoría del sujeto🡪 ¿en
donde se soportan las cadenas significantes? Se soportan en el sujeto.
Para Saussure el signo lingüístico es el corte producido en una masa amorfa, para
Lacan el significante es lo que podemos decir: corta, viene a producir ese sufrimiento
en la masa amorfa del ser viviente. Es ese efecto que produce en el cuerpo🡪 esa
pérdida de lo instintivo y es la introducción en el campo del lenguaje.
Entonces, para concluir, hoy podemos decir que a esta altura, en los años 50 de
Lacan🡪 la enseñanza clásica de Lacan🡪 encontramos a un sujeto definido por la
lógica del significante. No es que el sujeto domina el lenguaje sino que la idea de
Lacan es que es efecto del lenguaje🡪 que es en los interdicios entre significantes que
se produce el sujeto en su dimensión de sujeto sujetado por los significantes.
Pero tenemos también en el horizonte que acoplar la definición al sujeto en su
dimensión de goce que lo habita.
CLASE 7 SEMINARIO
Lo primero que podemos decir es que el estadío del espejo es la versión lacaniana
de la teoría del narcisismo freudiana. Con Freud vimos tres indicaciones centrales: en
1911, en el historial de Schreber, Freud define al narcisismo como una fase del
desarrollo libidinal, y la ubica entre el autoerotismo y la elección de objeto. En 1914,
en introducción del narcisismo, lo va a definir como un nuevo acto psíquico.
Más tarde, en 1923, en el texto “el Yo y el Ello”, Freud nos dirá que “el Yo, antes que
nada, es Yo corporal. No sólo una superficie, sino la proyección de una superficie”.
Es a partir de esta última definición que Lacan se basa para dar cuenta del estadío
del espejo.
Vamos a los textos de la semana. En el Capítulo 7, que se llama “la tópica del
imaginario”, Lacan discute con Melanie Klein acerca el caso Dick. Él va a decir que
todo el tema de las cantidades es relativo. Y trata de pensar el caso de manera
estructural. Para esto, se va a servir del estadío del espejo. Y para desarrollar ese
concepto se va a servir de la óptica, al igual que Freud. Recordarán que, en la
interpretación de los sueños, Freud explica el aparato psíquico a partir del
“esquema del peine”, sirviéndose de la óptica.
¿Por qué la óptica es tan importante? Porque en óptica las imágenes presentan
variedades singulares. Existen dos tipos de imágenes en óptica: una que llamamos
imágenes virtuales, estas imágenes que en tiempo de coronavirus están a la orden
del día, pero que en la época de Lacan él las ejemplifica con la imagen del espejo
en el cual yo me veo reflejado; luego tenemos las otras imágenes que llamamos
imágenes reales, estas imágenes son aquellas que se comportan en
determinadas condiciones como un objeto real, por ejemplo, el arcoíris. El
arcoíris es un fenómeno puramente subjetivo el cual nosotros vemos allí donde
no está. Sin embargo, podemos captar su imagen con una cámara fotográfica y lograr
una imagen objetiva.
La experiencia del ramillete invertido nos va a servir para pensar cómo se forma una
unidad, una totalidad, una Gestalt entre una unidad imaginaria y una fragmentación
corporal. Para que esta ilusión se produzca, hace falta un espejo cóncavo, que es el
que va a permitir obtener una imagen real. Además, en nuestro caso, vamos a tener
un florero que está a la vista, más un elemento real que, en nuestro caso, son el
ramillete de flores, las cuales están ocultas en el interior de la caja. El ramillete de
flores se reflejará en el espejo cóncavo para aparecer en el punto luminoso simétrico,
formándose así una imagen real, y lo que estaba oculto en un primer momento
aparecerá. Veremos entonces un ramillete de flores imaginario que se forma en el
cuello del florero, dando la ilusión de que esas flores están contenidas por él.
Con esta experiencia, Lacan nos quiere hacer sentir cómo, a partir de un nuevo acto
psíquico, las pulsiones parciales se reúnen al igual que las flores en el florero.
Y esto que en un primer momento no se ve aparecerá en un segundo momento,
cuando hayamos logrado la unidad. Por eso decimos que el cuerpo es una formación
imaginaria que se adquiere secundariamente. Es decir que no está desde el inicio.
Esto nos diferencia en la concepción de cuerpo que tiene el psicoanálisis de, por
ejemplo, la biología que lo piensa como un organismo.
Ahora bien, Lacan va a decir que para se arme esta ilusión es necesario algo
más: el punto justo desde donde se mira. De eso dependerá que la ilusión de
totalidad surja o no. Este punto justo, al que hace referencia Lacan, es la posición del
sujeto. Qué lugar ocupa el sujeto en el campo del otro, en el mundo simbólico.
Veamos cómo lo dice Lacan (Pág. 130): “¿Qué significa entonces este ojo que está
aquí? Significa que la relación entre lo imaginario y lo real, y en la constitución del
mundo que de ella resulta, todo depende de la situación del sujeto. La situación del
sujeto está caracterizada esencialmente por su lugar en el mundo simbólico.
Dicho de otro modo, en el mundo de la palabra. De ese lugar depende que el
sujeto tenga o no derecho a llamarse Pedro. Según el caso, estará o no en el
campo del cono”.
¿Qué nos quiere decir Lacan con este párrafo? Que para que se produzca la
imagen, para que se logre tener un cuerpo y poder armar el mundo a partir de
ahí, es necesario un acto de palabra. Y este acto de palabra viene del campo del
Otro, del Otro del lenguaje. Fíjense cómo todo está regulado a través del orden
simbólico, de su estructura. Este orden simbólico lo vamos a ubicar en el Ideal
del Yo. El Ideal del Yo es lo que guía al sujeto. ¿Cuál es el Ideal del Yo en esta
experiencia? Es desde donde el sujeto se mira, es el ojo, es la posición del
sujeto en el cono. La distingue de lo que llama el Yo Ideal, que es la imagen que
miro, que veo cuando me veo en el espejo.
Veamos cómo Lacan ubica esta distinción (Pág. 215): “En el hombre no puede
establecerse ninguna regulación imaginaria, verdaderamente eficaz y completa
sino es mediante la intervención de otra dimensión. Esta posición sólo puede
concebirse en la medida que haya un guía, que esté más allá de lo imaginario a
nivel del plano simbólico. Ese guía, que dirige al sujeto, es el Ideal del Yo (…) El
Yo Ideal, en tanto hablante, puede llegar a situarse en el mundo de los objetos
a nivel del Ideal del Yo, o sea, a nivel de donde puede producirse captación
narcisística con que Freud nos machaca los oídos a lo largo de todo este texto”.
Es decir que para que un sujeto se represente y se reconozca como una imagen
entera totalitaria y unificada necesita algo que le venga de afuera. Ese algo que el
sujeto encuentra en el afuera es lo que llamamos la identificación imaginaria o
narcisista. Entonces, para que el niño adquiera un cuerpo es preciso que, en un primer
momento, capte la imagen del otro semejante como una totalidad. A partir de que
puede aprehender esa imagen del otro semejante en tanto totalidad va a adquirir un
cuerpo. Fíjense que todo esto es algo alienante. Por eso decimos que el Yo no da
identidad; lo que da es unidad.
Éste es el esquema de los dos espejos. Acá tenemos el espejo plano y el espejo
cóncavo. Hasta acá la experiencia del ramillete invertido, que habíamos visto hace un
rato. Lacan entonces va a hablar de dos narcisismos: un primer narcisismo que
es común a todo ser vivo, tanto animal como humano, y es el que permite armar
el mundo a partir de la matriz del propio cuerpo. Es decir que la imagen real es
igual al objeto. Luego va a hablar de un segundo narcisismo, que es propio del ser
parlante, y es que la imagen en el ser humano está virtualizada. Su imagen
corporal aparece en el plano virtual. En el ser parlante siempre hay una distancia, una
hiancia, entre la unidad que reconozco como propia y la imagen virtual (lo que soy).
Su ser no queda captado completamente, no queda identificado con esa imagen. Por
eso decimos que se tiene cuerpo y no que se es un cuerpo.
La pregunta que nos podemos hacer es: ¿Si la imagen no conduce al objeto, como
en el caso del animal, qué es lo que conduce en el humano? Ahí Lacan nos va a decir
que lo que nos guía, lo que nos conduce hacia el objeto es lo simbólico. Y en particular
el Ideal del Yo, el cual está dirigido por la voz del Otro, ese otro que nos habla y nos
da soporte del Yo.
CLASE 8 PRÁCTICO
CASO SCHREBER.
El ya no pasa a ser una prostituta, sino que, en este momento acorde con el orden
del universo, tiene que producirse esa transformación en mujer para ser fecundado
por Dios y crear una nueva raza de hombre. “Razia de almas”, esto podría leerse
como un acotamiento en relación de las voces, no dejan de estar las voces, pero se
comienzan a reducir. Esto implica cierta pacificación del sujeto, el se va a ir
manifestando en la aceptación de la transformación de ese cuerpo femenino y el
empezar a disfrutar de esos momentos en donde Dios le exige esa transformación.
Esta emasculación de mujer deja de ser insultante y cambia a la posición de ser ahora
la mujer de Dios acorde con el orden cósmico. Esto ocurre y fue elegido. Empieza a
aceptar esas modificaciones en su cuerpo, en donde el se relaja y comienza la
feminización. Se ve como este cuerpo en un momento se ve desanudado, desarmado
por cuestiones dolorosas a partir del delirio persecutorio como esta nueva posición,
nueva reconciliación encuentra de esta manera pacificar al cuerpo. A partir de esto
empieza a levantar las banderas de la feminización. Esta pacificación es lo que le va
a permitir volver a dormir.
Cuando el apela en su juicio para lograr su libertad el no niega su delirio. Con su
transformación de mujer, afirma que él no le molesta a nadie siendo la mujer de Dios.
Los encuentros y dejarse invadir por los nervios femeninos, va formando una situación
en el cuerpo que le permite dormir tranquilo.
CLASE 8 TEO
El título ya nos muestra el movimiento, es decir, que el goce va a hacer una lectura
de la pulsión de Freud. Estos dos términos se equiparan pero no se aplastan, no se
reducen el uno al otro.
Ejemplo: en una reunión decís algo que no querías decir🡪 te preguntas ¿por qué dije
lo que dije si no era mi intención de decirlo?
Nosotros ahí entendemos🡪 ¿Qué hay ahí metido en el chismorreo? 🡪 Los invito a
contestar que lo que hay en el chismorreo no es otra cosa que satisfacción que se
maneja a sí misma, que no depende de nosotros, una satisfacción que nos hizo hablar
lo que no pensábamos hablar, lo que no teníamos el cálculo de hablar y lo que no
sabemos ni para que lo hemos dicho.
Harari subraya el chismorreo como un uso muy particular y flexible del lenguaje que
escapa a los animales y sus lenguajes rígidos y nosotros podemos entender que lo
que causa a ese chismorreo no es otra cosa que la dimensión de una satisfacción
loca o paradójica con lo que Lacan llamamos, ahí hay metido algo, de lo que llamamos
el goce.
Por otro lado, también dice Harari, nos parece interesante🡪 las ficciones: es decir que
con el lenguaje hacemos existir lo que no existe, nosotros hablamos de cosas que no
tienen su referencia objetiva, real, en la realidad exterior. Sin embargo, esas ficciones
que hacemos con el lenguaje tienen un efecto de verdad, tienen un efecto de creer
en ella y eso nos lleva a un efecto de verdad, tienen efecto de verdad sobre nosotros.
No solo que creemos en ella sino que porque creemos en ellas las transmitimos a
otras generaciones.
Pero podemos agregar algo mas🡪 nosotros con las ficciones, creemos en ellas, las
transmitimos y muchas veces las padecemos🡪 por lo que podemos agregar el
siguiente pensamiento: si creemos, las sostenemos, nos manejamos con ellas a pesar
de que las padecemos a veces, ¿no es que ahí hay metido algo de una satisfacción
paradójica? ¿No hay ahí algo con lo que Lacan llamamos goce?
Entonces, chismorreo y ficción nos permite pensar un uso flexible del lenguaje pero
ese uso flexible es porque es flexible a un uso de goce.
Para nosotros, desde Freud, desde 1915🡪 es un concepto límite entre lo psíquico
y lo somático. Limite🡪 podríamos decir “más litoral qué punto limítrofe”, es
decir, que ese borde no es tan preciso, Freud dice, entre lo psíquico y lo
somático, entre el lenguaje y el cuerpo. Entonces, el lenguaje muerde al cuerpo
y al morderlo tenemos ese efecto que es el efecto pulsional🡪 que hace que haya
ahí metido en nosotros, habitando en nosotros, una satisfacción que vamos a
terminar entendiendo con Freud🡪 paradójica, loca.
¿Cuáles son esos 4 elementos que precisa Freud? Son el objeto, la fuente, la fuerza
y la meta.
¿Qué nos dice Freud del objeto? 🡪 El objeto y la pulsión no están unidos de manera
univoca. Que hay objeto para la pulsión pero ese objeto es contingente, es variable.
No es que el hombre es a la mujer y la mujer al hombre🡪 puede ser que al hombre o
a la mujer el objeto sea un zapato🡪 es decir, que el fetichismo nos muestra que entre
la pulsión y el objeto no hay un orden predeterminado sino que es variable. Es
contingente.
Una vez que se elige ese objeto se fija y empieza a ser siempre el mismo.
Entonces, el objeto de la pulsión es cualquier objeto que una vez que se elije ya
empieza a ser ese.
La fuente es el cuerpo, es esa parte del cuerpo, ese borde del cuerpo que llamamos
zonas erógenas. Si ustedes quieren, dice Freud, es la boca que se besa a sí misma.
Entonces, tenemos el empuje🡪 lo que descubre Freud, es que esa pulsión que habita
en nosotros, tiene un empuje constante, que no es rítmico porque lo rítmico tiene
pausas, tiene un tiempo de descanso. Lo que describe Freud respecto a la pulsión es
que es un empuje constante.
Además aclara que cuanto más le damos de comer no se sacia sino que más pide,
más quiere.
La meta🡪 que es la satisfacción. Solo busca satisfacerse. Pero no con fin último
porque sino tendría punto de llegada sino como un recorrido que se satisface todo el
tiempo en forma circular. Es decir, que la meta es la satisfacción que se satisface en
el trayecto mismo, en el recorrido mismo de esa pulsión. En ese recorrido circular,
nos invita a pensar Freud, se circunscribe un agujero, en ese agujero va a pasar a
ocupar un lugar el objeto elegido de manera contingente, pero una vez elegido, se
fija.
Entonces tenemos: el goce del idiota, el goce pulsional, el goce del sentido y también
vamos a encontrar, entre otros goces, el goce del otro🡪 en la paranoia por ejemplo:
de ese otro que me persigue, el goce del otro sufrido, que me persigue, que me
acecha. Entonces ahí también tenemos otra dimensión del goce.
Lo que quiero decir con esto es que a partir de que Lacan va leyendo el goce apoyado
de la pulsión de muerte de Freud va ampliando con su clínica a una economía de
goces.
CLASE 8 SEMINARIO
Esta semana vamos a trabajar sobre la presentación del seminario 3 de Lacan: “La
Psicosis”. Lo vamos a organizar en 5 puntos.
Por ejemplo, tanto en la alucinación como el delirio se encontrarán con signos de una
significación que se impone, una dialéctica estancada que no se desplaza, que no
remite. Hablaremos de certeza, ahí hay una relación con el significante alucinatorio
o delirante de certeza. Todo eso lo ampliaremos en las próximas clases. Sólo se los
nombro para ubicar que trastornos del lenguaje quiere decir: definir el
fenómeno psicótico por la relación del sujeto con la palabra, con el orden simbólico,
con el lenguaje. Y especialmente quiero destacar que es un hecho de palabra, y eso
implica que hay un sujeto en juego.
En la misma línea quiero agregar que Lacan en la Pág 12/13 del Seminario 3 destaca
que Freud le entró a la psicosis por el lado de la paranoia. Entonces, exaltar eso para
Lacan es una manera de poner de relieve la relación del sujeto con la estructura del
lenguaje. Como ustedes saben, en la paranoia es más evidente y está muy alejada
de cualquier signo de deterioro o de demencia. Lacan enfatiza que no hay que asociar
la psicosis con la demencia, por eso entra del lado del polo paranoico de la psicosis.
Punto 3. El seminario plantea una atención que va a ser muy interesante de seguir
todo el año, que es la tensión entre tomar la psicosis como las otras estructuras
clínicas como estructuras irreductibles y bien diferenciables entre sí, y tomar la
fórmula “todos locos”. Por ser sedes del lenguaje, todos partimos de cierta locura. Es
interesante que nos orientemos por esa tensión, por esa dialéctica, y no
pensarla como una línea (que Lacan dice una cosa en un momento y dice otra en
otro que anula la anterior). Conviene pensar a Lacan como vueltas en toda su
enseñanza, como vueltas en torno a un agujero. Digo agujero porque son vueltas en
torno al estudio de cómo la palabra afecta al sujeto y al cuerpo, y eso nunca cierra.
Son vueltas diversas.
Ahora y para constatar esto de que la enseñanza de Lacan no es lineal y que tiene
diversas vueltas, en el mismo seminario 3 ya van a ver antecedentes de esta línea
que es la de partir de un denominador común para todos los seres hablantes, más
allá de la estructura (trans-estructural). Por ejemplo, la línea de Lacan en el capítulo
2, donde ubica como átomo de la comunicación para todos los seres del lenguaje la
alucinación verbal de Seglas. Es decir que el átomo de toda comunicación no es que
un sujeto emite un mensaje y el receptor lo recibe, sino que todos somos hablantes y
hablados al mismo tiempo. Eso es una fórmula de denominador común de la relación
con el lenguaje para todos. También tiene un antecedente diferente del seminario 3,
por ejemplo, en el final del seminario van a encontrarse no sólo con tratar a la psicosis
como una forma de relación con lo simbólico distinta, sino que destaca la virtud del
psicótico por sobre la neurosis, y la define de una manera muy bella diciendo que “el
psicótico no cree en papa noel”. Porque el psicótico tiene cierta lucidez sobre el hecho
evidente de que lo simbólico no pacifica, no es pacificante ni ordenador. Alude a cierta
lucidez del psicótico respecto de lo real que no la tiene un neurótico.
Luego Lacan realiza una amplia crítica que incluye a diversos psiquiatras y psicólogos
de la época y a todos los critica por lo mismo: porque desde algún punto comprenden,
y siempre es un punto ideal que aplasta el alojamiento de la relación del sujeto con la
palabra. Algunas críticas por ejemplo son la crítica a los continuistas, que son los que
siguieron estudiando la paranoia en la época de Lacan, se fue diluyendo y la fueron
estudiando como exageraciones, exacerbaciones de carácter. Como si la paranoia
fuese un exceso del carácter desconfiado. Hay una continuidad, algo exagerado de
la desconfianza se transforma en paranoia. Esa continuidad no permite captar
fenómenos cruciales como los inicios, el antes y el después de una psicosis, en los
que se manifiesta algo fundamental que le está pasando al sujeto. Esto se pierde
desde esta lógica continuista.
También, en el otro extrema, critica a los discontinuistas, como Clérambault,
diciendo que ponen en el centro la comprensión del fenómeno. Entonces
distribuye las psicosis entre lo comprensible, como las pasionales que se derivan de
un postulado pasional y se comprenden perfectamente bien, o lo que no se
comprende va para el lado de las psicosis orgánicas, tóxicas y psicosis alucinatoria
crónica.
Luego tiene la crítica que le realiza a Jaspers. Lacan está de acuerdo con Jaspers en
confiar en la palabra del psicótico, pero critica que éste hace una equivalencia entre
el sentido y lo que el clínico comprendo. Da ejemplos de la vida cotidiana que tienen
que ver con el capítulo de “relaciones de comprensión” de la psicopatología general
de Jaspers, como por ejemplo, que se comprende rápidamente que si uno está triste
es porque algo le está faltando. Lacan plantea que eso no es para nada evidente sino
que alguien se puede percibir como lleno y saturado y, sin embargo, estar triste. O
podríamos decir que un sujeto en falta no quiere decir que esté triste; a veces la falta
es un motor fundamental del deseo, por ejemplo. Lacan discute a Jaspers en estos
ejemplos como también en un hecho simple: si un padre le pega un hijo una
cachetada, el hijo llora, eso se comprende rápido y directo. Lacan dice que es
equívoco porque la cachetada, a veces, es un estímulo, apunta a generar a un
despertar y hay distintas reacciones respecto de la cachetada, y uno llora por distintas
cosas… Lacan cuestiona que sea de comprensión directa.
Pasemos a otra de las críticas que realiza Lacan, partiendo de ese hecho al ras de la
experiencia de que el sujeto está dividido por la palabra y es hablado y hablante al
mismo tiempo. Esto es una orientación fundamental. Yo estoy hablando y, al mismo
tiempo, hablo en este momento y soy hablado por un montón de cosas que se me
van ocurriendo mientras voy diciendo. Si parte de ese dato empírico contundente,
toda teoría sobre formas de síntesis son todos mitos, porque si el hecho fundamental
es que hablo y al mismo tiempo soy hablado, todo lo que sean teorías de síntesis son
mitos teóricos. Por ejemplo, la síntesis de la personalidad, la síntesis de las funciones
superiores e inferiores de Jackson o la síntesis de la psicología del Yo, son todas
discusiones de Lacan con sus contemporáneos. A todo eso lo pone del lado del mito.
Lo único seguro es que uno, al hablar, queda dividido.
La otra discusión que quiero destacar está al comienzo del capítulo 2, donde discute
la lógica de tomar a la psicosis desde el punto de vista de las conductas locas. Los
“patterns” (patrones) de conducta, los modelos de conducta, cómo se ubica un modelo
de conducta normal y un modelo de conducta loco. Entonces Lacan, que está con la
brújula de la relación del sujeto con la palabra, dice: no es nunca una guía para definir
el diagnóstico de la psicosis que la conducta sea loca. Es más, nuestros máximos
paradigmas de la neurosis que estudiarán en poco tiempo, Dora y el Hombre de las
Ratas, verán que se encuentran con Freud en medio de conductas loquísimas. Verán
que tiene una presentación muy loca y eso no los hace psicóticos. Entonces Lacan
también discute el tomar a la psicosis del lado de la conducta loca.
Finalmente, una conclusión del capítulo 1. Va a decir que todo el amplio listado de
discusiones que planteó se pueden sintetizar como “todos están afectados por una
‘sediciente’ comprensión”. Entonces, como contraparte de eso dirá “de lo que se trata
es de poder alojar el fenómeno mínimo de la psicosis desde el punto de vista de la
relación del sujeto con la palabra”, repetimos eso todo el tiempo. Y da un ejemplo, en
el final de ese capítulo 1, de una propia presentación de enfermos donde relata que
un paciente está entrando en un mundo extraño que entró hace tiempo en ese mundo,
donde no sólo es espiado, observado, se le habla, se le indica, se lo mira, sino que
eso invade los objetos inanimados y no humanos, y que incluso se encuentra con un
auto rojo en la calle y dirá que no es por casualidad.
Lacan está describiendo en ese momento lo que llama una “intuición delirante”. El
sujeto al que lo están invadiendo este tipo de fenómenos (observado, mirado,
indicado) y lo siente eso también como un objeto inanimado, como un auto rojo. Él
siente que el auto rojo le está dirigiendo algo, no sabe qué pero por algo se cruzó con
eso. Entonces Lacan dice que ese fenómeno puede ser aplastado por la comprensión,
y juega un poco con que se puede comprender de un modo imaginario (diciendo que
el rojo significa cólera y enojo) o de un modo real (tal vez el rojo se le exalta por una
aberración perceptiva) o un problema de comprensión desde lo simbólico (relacionar
el rojo como opuesto al negro y que entra dentro de cierto orden simbólico de lo que
le representan a ese sujeto los colores, el discurso que representa al sujeto de alguna
manera).
Entonces Lacan dice que no se trata de ninguna de esas formas de comprensión, sino
que hay que alojar ese fenómeno mínimo como una significación que se le impone al
sujeto de un modo certero. Es una significación que no le dice nada, que no puede
explicarla demasiado. También Lacan llamará “significación de significaciones”, como
una significación cero, la más elemental. No puede decir mucho, sólo que algo le
significó el cruce con el auto rojo. Entonces Lacan insiste en que eso hay que alojarlo,
sin saturarlo de ningún sentido y de ninguna comprensión. Sólo si se aloja ese vacío
de significación, entonces habrá lugar para que el sujeto vaya respondiendo y
construyendo con sus propios hilos, con sus genuinos hilos subjetivos, tejiendo algo
respecto de ese fenómeno mínimo y sutil.
Conclusión. Luego de haber recorrido estos diversos puntos, espero que haya
quedado un clima de un Lacan que plantó posición con una ética bien apasionada,
decidida y entusiasmada, pero con ciertos clima de enojo con sus contemporáneos.
Por eso quiero terminar con cierta reflexión amorosa. Dejemos el amor para los
poetas, los artistas, los músicos. Los psicoanalistas sólo podemos decir del amor
“amor de transferencia”, que es lo que nos enseña Freud desde sus inicios. Y
podemos articular que toda esta posición ética de Lacan de alojar decididamente la
palabra del psicótico es una posición bien amorosa. Si pensamos el amor en su
fundamento de amor de transferencia, en su fundamento real, mínimo, es alojar la
palabra del otro, es abrir los poros a la palabra del otro. Entonces no está mal terminar
diciendo que Lacan está planteando una ética amorosa para la clínica del seminario
3.
CLASE 9 PRÁCTICO
TEMA: LO QUE ENSEÑA SCHREBER.
Flexi considera a Schreber incurable. No es así para Freud. Schreber mismo es quien
elabora los mecanismos de su curación.
Freud ubica, esto que también Schreber escribía con relación a que siempre se
pueden tramar la irrupción, el surgimiento de la fantasía del deseo con una frustración,
una privación en la vida real y objetiva que es esta falta de hijos sobre todo del hijo
varón. Freud dice que ante el orgullo que tenia Schreber a este por su linaje, resuelve
en el delirio a partir de estos hombres nuevos de espíritu Schrebianos esta
frustración.
Acerca de los mecanismos paranoicos, el complejo paterno y la proyección se
complican. Freud dice que vayamos al mecanismo de formación de síntoma y al de
represión. En los diferentes actos entra en aparición en el narcisismo. En el
narcisismo se toma este al cuerpo propio como objeto de amor. Lo que dice Freud es
que puede haber una demorada larga que esta produce una fijación y esta fijación
una predisposición patológica. Luego se va hacia la elección de objeto en la
sublimación de estas mociones en la camaradería, la amistad, etc. Luego una
irrupción, por ejemplo, el ocasionamiento de esta marea alta de libido homosexual,
provoca el desasimiento de esta sublimación y por regresión la vuelta a la fijación y a
la predisposición patológica.
En el caso de la paranoia, Freud lo ubica en el narcisismo en relación con la fuerza,
la magnificación que se produce en el yo al delirio de grandeza. En relación con la
demencia precoz la va a ubicar en el autoerotismo.
-La fijación: Ubicamos en este punto, esa demora lenta, ese punto predisponente. Es
la precursora de la condición para la predisposición para enfermar.
CLASE 9 TEO
Lo que llamamos habitualmente “tres registros”, son tres dimensiones, tres órdenes
que permiten pensar al campo al cual nos estamos refiriendo. Son tres registros que
están enganchados entre sí, que no es uno sin el otro. Luego, en la última enseñanza
de Lacan el mismo da unas indicaciones de las alteraciones que puede haber cuando
un registro se desgancha del otro. Pero en principio partimos de la idea que los tres
se encuentran enganchados y que uno tiene incidencia sobre otro. Lacan dice que no
es lo mismo el registro de lo imaginario, estudiado por la etiología en el campo animal
que en el campo del ser humano donde tiene la incidencia de lo simbólico.
Lo que interesa resaltar es cual es la diferencia entre el sujeto y el yo. Esto nos va a
ayudar a remarcar una diferencia entre lo simbólico y lo imaginario.
El sujeto es una instancia que esta determinada por lo significante. Lacan planteaba
que un significante representa al sujeto para otro significante, es decir que para Lacan
hay sujeto antes de que nazca el individuo y puede haber sujeto más allá de la muerte
del individuo y es más podría haber un sujeto más allá de la existencia o no de un
individuo. Cuando Freud plantea que alguien tiene un fallido eso es una sorpresa para
el individuo mismo, en este caso vamos a decir para el yo del individuo. A partir de
eso, y con la posibilidad de un análisis uno puede descubrir algo del sujeto del
inconsciente es decir que el inconsciente tiene un sujeto desconocido para el yo y eso
marca una distancia entre el yo del individuo y la instancia subjetiva que supone un
deseo inconsciente desconocido para el individuo. Allí marcamos una diferencia, el
yo supone siempre un desconocimiento del icc, uno cree que cuando está hablando
está diciendo lo que uno quiere decir, pero podría decir algo de otro orden de lo que
esta queriendo conscientemente decir y allí es donde surge el plus del deseo
inconsciente.
Para Lacan, el yo por excelencia tiene su ligazón con lo imaginario, lo ligamos también
con la imagen corporal. Otra cosa es el sujeto del inconsciente, ese sujeto tan tramado
en lo que Lacan define como estructura en el seminario 3 como un conjunto de
elementos covariantes. Cuando Lacan quiere decir conjunto, quiere decir que no hay
todos los elementos, conjunto es una cantidad X, pero no todos. Los elementos a lo
que hacemos referencia son a los significantes que esos significantes podríamos decir
en lo que Freud llamábamos “Huellas mnémicas o representaciones” y esos
significantes covarian entre sí, es decir se ligan entre sí.
En los términos de Lacan para que se cobre sentido hay que ligar un significante con
el otro y poder puntuar esa frase para que cobre un sentido. De hecho, el chiste, en
los términos de Freud y como los redefine Lacan a partir de la estructura significante
supone poner un significante uno al lado del otro y aparece un significante sorpresivo
que le da un sentido inesperado a eso que venia de una manera especial y ahí es
cuando surge el efecto de la risa y el efecto chistoso como algo totalmente
novedoso. Es decir que la manera en que covarian esos significantes dan un sentido,
dan múltiples sentidos por eso Lacan habla de la polisemia del significante. En el
campo del significante siempre se puede agregar un significante más, justamente
porque no es una totalidad. Un ejemplo es el juego del senku, es un juego oriental
que tiene tantas fichas como agujeritos tiene el tablero. Sin embargo, tiene tantas
fichas menos una, es decir que le falte una ficha es lo que permite que todas las
demás fichas se puedan mover en ese tablero. Esto es lo que proponemos en el
campo del significante. La importancia que le da Lacan al nombre del padre como un
jugador central en el campo de los significantes.
Hay otra definición de lo real que es lo que lo real es lo imposible lógico. Esta es una
definición que aparece en el seminario 12, mucho mas tarde y es una definición que
agrega algo más a la definición interior. El imposible lógico es una imposibilidad que
esta demostrada desde la lógica, es decir dentro del campo de los números naturales
y las operaciones pertinentes, 2+2 es 4. Es imposible que sea. Por ejemplo, uno
podría decir que es imposible contar todos los granitos de arena que hay en el
planeta. Cada sistema tiene su propio imposible, entonces ahora puedo decir que
cada sistema simbólico tiene su propio real. Esto le agrega a lo anterior que para cada
sujeto hay un real. De acuerdo como este entramado a la estructura simbólica en un
sujeto eso genera un real.
Podemos ver que el trauma esta ligado con lo real, Freud decía que el trauma es lo
que no se puede asociar en palabras. En términos de Lacan podríamos decir es lo
que queda por fuera de lo simbólico. Estos tres órdenes (real, imaginario, simbólico)
van a permitir ubicar cada una de las cuestiones dentro del campo mismo de la
psicopatología. También nos va a permitir una manera distinta de pensar el adentro y
el afuera, es decir que es lo que esta dentro del campo de lo simbólico(adentro). Es
a partir de estas tres dimensiones vamos a ver que algo esta inscripto o no esta
inscripto en ese campo de lo simbólico para determinado sujeto en especial y
solo de eso sabremos a partir de las consecuencias de esa inscripción o no en
el campo de lo simbólico. Y si esta inscripto o no, va a tener consecuencias en
lo simbólico, lo imaginario y en lo real.
La vivencia que uno tiene siempre con lo real es una vivencia de certeza, es una
vivencia a veces de angustia donde uno no duda de eso. En cambio, la vivencia que
uno tiene en el campo de lo simbólico y lo imaginario, es una vivencia de algo que
puede ser engañoso. Cuando uno se topa con lo real, no hay ninguna duda posible,
existe esa vivencia propia de la certeza o de la incertidumbre y Lacan también va a
decir de lo que no engaña.
CLASE 9 SEMINARIO
Lacan trabaja con lo que él llama los neologismos, podríamos decir inventada, un tipo
de significante especiales. Lacan presenta su encuentro con una paciente en la
presentación de enfermos, en la que él va a trabajar en la conversación de ella para
obtener en el decir de ella, lo que para Lacan es la rúbrica del delirio. No importa a
Lacan el valor puesto en un contenido del delirio, porque ese contenido podría ser
propio a cualquier estructura. La paciente se queja de las frustraciones, el contenido
del delirio no es lo central sino el modo de decir. Lacan dice que hay que abusar la
escucha para situar con mayor precisión el diagnostico estructural que el plantea.
Tiene que ver con obtener en el discurso de una delirante, como lo es esta
paciente, una palabra con una densidad especial, una palabra que tiene un peso
diferente. Una palabra que Lacan nos dice, que es el signo, el estigma, la rubrica
quiere decir firma, es lo que nos da cuenta de que ahí estamos frente a una
delirante, de que de ahí estamos hablando de una psicosis.
No ponemos el acento en el contenido, si se trata de una frustración, sino en esa
modalidad particular del lenguaje. Donde ella está en otro mundo, y en ese mundo la
palabra “galopinar” es un punto de referencia esencial.
¿Qué fenómenos del lenguaje podemos situar en Schreber? Lacan dice que hay que
tomar los trastornos del lenguaje de este caso. Pensemos allí este tipo de palabras
que se presentan en este modo particular de decir y en esa perspectiva estudiemos
allí la particularidad del peso de la especificidad de ese discurso. En el discurso mismo
es donde podemos situar de qué estructura estamos hablando y que recorrido va
haciendo con sus palabras y su armado delirante Schreber. En ese punto esas
palabras originales y plenas son como claves que nos dan ciertas claves para
entender todo el funcionamiento. Nos encontramos con un tipo de palabra, un tipo de
significante que tiene un peso propio que no se dialectiza, que no entra en un
interjuego significante (S1, S2) sino que podemos nombrar con un solo
significante(S1), un S1 en lo real.
En esa perspectiva Lacan diferencia dos tipos de fenómenos neológicos que nos
van a dar la rúbrica del delirio. Esos tipos de fenómenos son la intuición
delirante y el estribillo. La intuición delirante es una palabra plena que lo colma al
sujeto, por ejemplo, en Schreber la adjunción de nervios. Otra palabra con peso propio
es almicidio. Lacan va a decir que la alucinación verbal es uno de los fenómenos más
problemáticos de la palabra y tenemos que adiestrarnos, abusar la escucha para
poder situar este tipo de fenómenos que se presentan en el decir del sujeto.
El estribillo, una palabra que insiste que se repite una y otra vez estereotipadamente
y que es una palabra vacía que no tiene ninguna significación. Lacan nos dice que es
necesario encontrar el fenómeno elemental para situar que estamos frente a un
delirante. Nos va a hablar aquí de la certeza delirante, que es importante. No se trata
de que el loco crea en sus alucinaciones, los fenómenos pueden saber que no son
reales, es decir de la realidad. En su alucinación el loco no cree, pero tiene una
certeza. Esos fenómenos, esas alucinaciones le conciernen. Esa es una certeza
radical. Lacan dice que lo inquebrantable en el delirio es la certeza, esa
alucinación, ese fenómeno elemental, esa intuición delirante, esas voces
escuchadas se refieren a él. No importa lo que digan, no importa si creen o no en lo
que dicen, lo que no podemos dejar de dudar es que para el se presentan como una
certeza, como algo que le concierne. Por ejemplo, los crujidos que escucha en las
paredes, en la puerta pensaban que era para él, le concernían especialmente, allí
recibe lo inquebrantable. Certeza e enigma a la vez porque precisamente en esa
intuición delirante pero también con una dimensión de enigma absoluto. Lacan nos
dice que el síntoma inexplicado perturba cruel y dolorosamente su existencia.
Lacan va a decir que es importante situar cuáles son los elementos que se
presentan ante qué coordenadas, por un lado, se produce un
desencadenamiento. En Schreber el nombramiento como presidente. Por otro lado,
sabemos también que hay una irrupción de voluptuosidad de goce y en ese punto la
ruptura con ese otro absoluto del que dependía su discurso. Encontramos un primer
fenómeno fundamental para pensar que es el del alarido. Schreber no puede evitar
ese aullido que sale de su boca y que lo sorprende desde el exterior. Podríamos
pensar nos dice Lacan que es el momento del alarido es un S1 solo, un significante
asilado. Un significante que no se enlaza con nada, no entra en ningún juego
dialectizable. Es un momento de desgarro absoluto. Entre ese alarido y el acceso a
otra modalidad significante que es el pedido de ayuda, los llamados de socorro que
son escuchados por los nervios divinos. Nos encontramos que hay una producción
de significación del alarido frente a un vacío absolutamente enigmático, perplejizante
que no puede evitar y que lo deja en ese dolor, en ese crujido a el pedido de ayuda
donde se pone en juego la significación. Ya hay un pedido de auxilio, ya hay una
llamada de socorro ante la retirad de Dios, un periodo de ayuda que le viene también
desde el exterior escuchado por los nervios divinos. En el medio toda una serie de
fenómenos significantes como el crujido y ruidos especialmente hechos para él, los
milagros de los pájaros cantores y los insectos. Todos los fenómenos de duplicación
de imágenes de perdida en el espejo, de catástrofe imaginaria hasta arribar finalmente
a ese punto donde los fenómenos fundamentales llegan a una estabilización del
delirio donde puede rearmar su relación a Dios.
Las alucinaciones nos dicen Lacan, son un soporte de ese mundo, son un fenómeno
del lenguaje que se presenta como exterior al sujeto pero que le permiten puntos de
apoyo, lejos de ser algo que padece y le causa sufrimiento son también el punto en
donde se va a ir situando un armado posible.
CLASE 10 PRÁCTICO
Freud describió que normalmente el mundo exterior domina al ello por la vía de las
percepciones nuevas y por medio de las percepciones antiguas del mundo exterior.
El psicótico se crea soberanamente su propia realidad siguiendo los deseos del
ello. Luego mencionó a las esquizofrenias con la salida por la vía de apatía afectiva.
Llega al punto que va a nombrar a la paranoia, donde el delirio se presenta como
un parche dice Freud, colado donde originariamente se produjo la desgarradura
con el mundo exterior. Freud dirá que la formación delirante es el intento de
restablecimiento, la reconstrucción seria su parche singular.
Freud propone a la melancolía como el paradigma de las patologías producto de
la lucha entre el yo y el super yo. Las diferencias de las neurosis de transferencia
dándole el nombre de psiconeurosis narcisistas y no las va a separar de las otras
psicosis. Para el melancólico, lo que se empobrece no es el mundo exterior sino
su propio yo. Va a terminar neurosis y psicosis con la pregunta por el
mecanismo propio de la psicosis, que claramente no va a ser la represión ni la
proyección.
Hay una obediencia inicial, seguida por un posterior intento de huida; la neurosis no
desmiente la realidad, sino que no quiere saber de ella (no sin un considerable
desarrollo de angustia ante el retorno de lo reprimido). Freud va a decir que el
neurótico se refugia en su mundo de fantasías, que funciona al modo de una reserva
libidinal, es accesible para el yo y solo mantiene con él una dependencia más laxa.
En este mundo tan placentero encuentra nuevas formas de deseo.
Freud va a terminar diciendo que, tanto para la neurosis como para la psicosis, no
sólo cuenta el problema de la pérdida de la realidad sino el de su sustituto.
CLASE 10 TEO
TEMA: LA FUNCIÓN PATERNA. (TEMA QUE CORRESPONDE A LA S9)
Ubica un primer momento que llama de cataclismo imaginario. El mundo del sujeto
comienza a desintegrarse, es decir, se deslibidiniza, su cuerpo se fragmenta, se le
presentan sensaciones corporales que no entiende y lo desbordan, la imagen corporal
se transforma, se produce fenómenos de despersonalización y transitivismo. La
desarticulación de los registros hace que en cada registro suelto se presenten
fenómenos que muestren esa desarticulación.
Ubica un segundo momento en donde el habla del despliegue separado y la puesta
en juego del aparato significante, donde se produce la disociación, la fragmentación,
los trastornos del lenguaje (neologismos, intuiciones, fórmulas, estribillos, etc.)
Un tercer momento la reconstrucción. En el caso de Schreber, un delirio que estabiliza
la significación, le da una estabilidad que articula significante y significado. Esta
conclusión que el encuentra en ser la mujer de Dios, retoma la irrupción libidinal del
comienzo del desencadenamiento, allí donde no encontraba cómo responder. Él tiene
el fenómeno donde él siente la voluptuosidad de ser una mujer al momento del coito,
a lo que se resiste. Cuando el consigue significar a través del trabajo del delirio, su
lugar como ser la mujer de Dios, puede consentir a eso que siente por el sentido de
que la elaboración delirante le permitió encontrar un sentido.
CLASE 11 PRÁCTICO
CASO MARRANA
Este caso es producto de una entrevista que Lacan realiza a una paciente internada
en el hospital, en un dispositivo que se llama “presentación de enfermos” 🡪 Este
dispositivo proviene de la psiquiatría y Lacan hace una modificación muy importante:
el entrevistador está en calidad de psicoanalista y el entrevistado a título de sujeto 🡪
EL SABER ESTÁ DEL LADO DEL SUJETO 🡺 Lacan subvierte de esta manera todo
el dispositivo; es el analista quien acompaña el testimonio del sujeto pero no lo dirige.
Lo que surge en esa entrevista comporta beneficios para el paciente.
Si el saber está del lado del sujeto, el analista se deberá dejar guiar por ese saber sin
comprender. “Cuando comprendemos hacemos mal” dice Lacan, es decir, cuando
queremos significar rápidamente qué es lo que un sujeto nos está contando, cuando
queremos entender qué es lo que nos dice, nos equivocamos, porque nos adentramos
en los espejismos de lo imaginario.
“Lo importante no es comprender sino alcanzar lo verdadero” 🡪 En este momento,
para Lacan lo verdadero es lo simbólico, lo que está del lado del Otro.
Lo que el caso marrana nos enseña es que la alucinación no es una alteración
perceptiva sino que responde a un trastorno del lenguaje.
El caso consta de una mujer que es internada, que padece de un delirio de dos con
la madre. Esta noción de delirio de dos es estudiada por los psiquiatras franceses y
explican que hay dos personas que comparten el mismo delirio (por lo general,
pertenecen a la misma familia). Según Lacan, lo importante de este delirio es el
aislamiento excesivo de la pareja.
En este caso, la hija (paciente) vive con la madre sin lazo alguno con el mundo social
y sin relación con lo masculino. Viven en una especie de conventillo donde suponen
que una vecina tiene un amante y que este es un hombre casado que también vive
en el conventillo. Tanto a la madre como a la hija les parece intrusiva la presencia de
esta mujer y del amante. La vecina encarna entonces algo problemático para la
paciente 🡪 Eso problemático, para la paciente es algo del orden de lo sexual, lo que
tiene que ver con algo excesivo, con un goce que es del orden de lo inasimilable para
esta mujer.
Un día en el pasillo, en el momento en que salía de la casa, se encuentra con el
hombre (al que califica de malvado) y oye ahí algo grosero, tan grosero que en el
momento de la entrevista no lo quería contar. Sin embargo, Lacan espera para ver si
se predisponía a contarlo y lo hace 🡪 Cuenta que el hombre le dijo “marrana”, y que
previo a que el hombre le dijera eso, ella había dicho “Vengo del fiambrero”.
Entonces, hay dos significantes: Marrana (se lo adjudica al hombre) y Vengo del
fiambrero (lo que ella dice que dijo).
Lacan advierte que no hay que caer en la comprensión, pero que es algo que hasta
a él le pasó: Comenzó a relacionarlos con fiambrería, charcutería, cochino, cuerpo;
pero rápidamente sale de este equivocado.
Esta operación para Lacan es una operación estructural en tanto hay significantes
que se inscriben y hay otros que quedan por fuera.
Marrana como significante que retorna en lo Real 🡪 La mujer no puede asociar ese
significante, hay una falta de dialéctica (lo que se conoce como dialéctica
estancada). Es como una plomada. La certeza está allí presente. No hay posibilidad
de vincularlo con otra cosa.
Este retorno en lo Real lo localiza en este otro, en ese hombre indecente, o sea,
localiza esa voz proveniente de ese lugar.
elección de objeto»
[Con esto se responde la pregunta que hicieron llegar al foro. Por supuesto que hay
un material subido a la plataforma, que es un teórico donde se habla más a detalle de
estas cuestiones.]
CLASE 11 SEMINARIO
Hoy veremos el escrito de Lacan “La cuestión preliminar a todo tratamiento posible
de la psicosis”. Es un escrito realizado posteriormente al Seminario 3 de “las psicosis”,
que hemos estado recorriendo. En este escrito, con una distancia temporal, reafirma
muchos de sus conceptos, reformula bajo una nueva perspectiva, con pequeños
deslizamientos, en algunos casos, pero afirma nuevamente que el problema que
plantea la psicosis al psicoanálisis, tanto en la dimensión clínica como en la dimensión
teórica y la cuestión de su tratamiento.
Para empezar, recordemos el tema del¨ objeto humano¨. ¿Por qué es importante en
este escrito? Lacan va a formular que en la alucinación hay objeto, en contra de la
fórmula de la teoría de la percepción (que define alucinación = percepción sin objeto).
Él va a criticar esta idea a partir de la relación que el sujeto establece con su propia
palabra. Va a establecer que sí hay un objeto, que es un objeto indecible, pero
que está como tal.
Esto que les cito del Seminario 3 habla de los objetos humanos y dice que el objeto
humano se distingue por su neutralidad y su proliferación indefinida. No depende de
la preparación de ninguna coaptación instintiva del sujeto; como hay coaptación,
enganche de las valencias químicas entre sí. El hecho de que el mundo humano esté
cubierto de objetos se fundamenta en que el objeto de interés humano es el objeto
del deseo del otro.
La paciente vive con su madre. Lacan lo define como un “delirio de a dos” (Lacan ya
dice en el Seminario 3 que todo delirio es delirio de relación). De alguna manera, el
delirio de relación de esta paciente con su madre, la tiene prisionera en esa relación
dual y cualquier otra cosa que venga a interferir la rebasa. El momento en el que ella
escucha a Marrana, es algo que ella no dice, lo dice el otro. Cuando Lacan indaga un
poquito más, se encuentra con que la paciente había “murmurado” algo. El hecho de
que sea una murmuración tiene importancia, vemos en el campo de psicosis y su
relación a la palabra el modo en que se emplea que tiene una densidad, una textura,
una tensión especial para el sujeto. Aparentemente esta murmuración no tenía nada
que ver con este insulto pero es una frase indirecta, alusiva, no está dirigida en
particular a nadie y tampoco se sabe quién es el que la profiere. Ella dice en las
murmuraciones “vengo de la fiambrería” (o carnicería). Esta frase indeterminada,
alusiva, indirecta, deja esa indeterminación del sujeto. Esto quiere decir que no está
determinado su lugar en la producción de esa cadena significante. Su lugar en el otro.
Es decir, no hay una promoción de ese lugar desde el otro. Ella habla por alusión,
indirectamente y queda indeterminada, queda sin lugar. El insulto viene a detener esa
indeterminación. Otorga un lugar que no es muy agradable, es grosero (marrana). No
lo dice ella; lo dice el otro, es el otro el que determinada en lo real, bajo la forma de
un insulto, su lugar. Y detiene esa indeterminación.
Antes de empezar el análisis del caso marrana, dice que este hallazgo del análisis de
la alucinación del caso del delirio de a 2 es un hallazgo que solamente pudo ser hecho
por un sometimiento completo, “sumisión completa a la posición propiamente
subjetiva del enfermo”. Es una indicación de la posición que toma el analista
cuando habla con un paciente psicótico.
¿Qué quiere decir una sumisión a la posición del sujeto? Que sigue un fenómeno, ese
fenómeno que presenta marrana lo sigue, lo analiza, y no la significación, la
significación cultural, la que le podemos dar o le puede dar otro que escucha. No
interpretan los demás sobre eso, sino que seguimos al ras del fenómeno alucinatorio
qué es lo que está ocurriendo para determinar su posición en esa cadena significante
que profiere, que es un ejemplo de cadena rota. Indeterminación y determinación por
el insulto. Hay un significante que aparece en lo real y que da el índice de esa
cadena rota que ya está percibida en el modo alusivo de la frase “vengo del
fiambrero”. Dice: “así es como el discurso acabó por realizar su intención de rechazo
hacia la alucinación. en el lugar donde el objeto indecible es rechazado en lo real
se deja oír una palabra. Hay objeto, no puede decirse, es un objeto indecible, y
en tanto no puede decirse, rechazado como tal, se deja oír una palabra. La
alucinación es eso: se escucha una palabra de algo que no pudo decirse del
objeto.
El seminario 3 trabaja bastante la idea del emisor, del receptor, y concluye que
siempre se es receptor. Todo emisor es siempre receptor. Con lo cual esta paciente
muestra bien este tema. Y Lacan va a trabajar, para seguir los fenómenos a nivel
del lenguaje: el fenómeno de código y el fenómeno de mensaje. Estas formas
amplían los trastornos del lenguaje ya trabajados en el seminario 3 y de alguna
manera describen de diferente manera esas palabras que tienen una densidad
especial y que toman toda la situación del psicótico. Vemos a Schreber, por
ejemplo, muy preocupado por las palabras, que siempre le conciernen, siempre
están dirigidas a él y que tienen una densidad especial, quedan aisladas, no
pueden asimilarse al resto de la cadena.
Esta cuestión de la psicosis tiene un inicio preciso. Según Lacan, para que un psicosis
se desencadene es necesario que el nombre del padre forcluido, sin haber llegado
nunca al lugar del Otro, sea llamado en oposición simbólica al sujeto (significa un
lugar de terceridad respecto de la pareja imaginar a – a’, que ustedes han visto en el
esquema de L). Acá lo llama “un padre”. No se trata necesariamente del padre del
sujeto, sino de alguien que viene a un lugar tercero, que se sitúa en una posición
tercera. Ese un padre viene hacia el lugar donde el sujeto no ha podido llamarlo
antes.
Sobre el final del escrito agrega “desencadenado en lo real”: “Que el proceso por el
cual el significante se ha desencadenado en lo real, después de que se abrió la
quiebra del nombre del padre, es decir del significante, que en el otro en cuanto al
lugar del significante es el significante del otro en cuanto al lugar de la ley”. Es decir,
tenemos que distinguir el Otro, ese lugar del Otro habitado, funcionando con el
funcionamiento que permite la ley del significante, o es un Otro que no ha admitido
ese funcionamiento como tal.
CLASE 12 PRÁCTICO
Bibliografía a trabajar:
● Freud, “Duelo y Melancolía”
● Esque, “La depresión vista desde la perspectiva psicoanalítica”
Ambos textos nos van a permitir reflexionar acerca de diversos modos de respuesta
subjetiva a la pérdida y cómo en el centro de esas respuestas se pone en juego la
relación del sujeto a su propio saber inconsciente.
Duelo y melancolía
Freud en este texto va a tratar de echar luz sobre la naturaleza de la melancolía
comparándola con un afecto normal, o lo que el supone normal, en el sentido de lo
esperable en relación a atravesar una pérdida.
Qué tienen en común el duelo y la melancolía?
● Son respuestas a la pérdida de una persona amada. Ya sea que falleció o que
se produjo una separación.
● Puede ser la pérdida de alguna abstración que ocupe ese lugar como un ideal,
frase típica “se me cayó un ídolo” eso puede tener un peso serio para alguien.
● Alguien puede ser un lugar de pertenencia que se haya perdido
● Son comunes algunas de sus manifestaciones:
o Estado de malestar con profundo dolor
o Una cancelación del interés por el mundo exterior
o La pérdida de la capacidad de amar
o La inhibición en la productividad
Diferencias
● La melancolía se pone de manifiesto una rebaja en el sentimiento de sí que se
exterioriza en autorreproches y auto denigraciones y se extrema hasta una
delirante expectativa de castigo.
● En el duelo no hayamos esa perturbación del sentimiento de sí
● Si bien el duelo normal trae perturbación en el curso habitual de la vida, no se
le ocurriría considerarlo un estado patológico porque confiamos en que en
cierto tiempo la persona se va a recuperar y juzga inoportuno y dañino
perturbar el curso del trabajo de ese duelo
Cuáles son las condiciones para que todo esto suceda en la melancolía?
1) Este proceso parece elegir que la elecciòn de objeto se halla cumplido desde una
base narcisista, de suerte que la libido pueda regresar al narcisismo sin tropezar con
dificultades.
2) Hay que suponer un conflicto de ambivalencia con el objeto amado (central)
Pàg 248 La pèrdida del objeto de amor es una ocasión privilegiada para que salga a
la luz la ambivalencia afectiva con el objeto.
Es decir, no solo el amor en relación a ese objeto que se perdió sino también el odio.
Va a decir que este conflicto de ambivalencia va a estar entre lo fundamentos de la
melancolía. Si el amor que el objeto se refugia en la identificación narcisista, el odio
se ensaña con el objeto sustituto insultandolo, denigrándolo, haciendolo sufrir y
ganando en este sufrimiento una satisfacción sádica.
Este conflicto de ambivalencia es también lo que puede hacer que el duelo normal se
pueda tornar empatológico. Es decir, que se complique el trabajo del duelo, la
elaboración de la pérdida en la medida en que no pueda incluirse en el trabajo del
duelo ambos sentimientos que se tenían para con el objeto perdido. Es decir, no sólo
tratar sobre los sentimientos de amor, que se tenían en relación a esa persona (o
lugar) que se perdió, sino todo el odio, toda la bronca que estaba en juego en relación
a eso que se perdió. Las dos cuestiones.
Pág 252 sitúa en relación al duelo: para cada uno de los recuerdos y de las añoranzas
que muestran el lazo con el objeto perdido, la realidad pronuncia el veredicto: el objeto
ya no existe más y el yo interrogado (por así decir) si quiere compartir el destino de
ese objeto (es decir, la muerte) se deja llevar por la satisfacciones que le da el estar
con vida, y desata su ligazón con el objeto resignado. Podemos imaginar que esa
desatadura se cumple tan lentamente y tan paso a paso que al terminar el trabajo esa
líbido queda disponible para nuevos destinos.
En cuanto a la melancolía dice que también cabe suponer ese trabajo pieza por pieza
pero que la ambivalencia afectiva y la elección de objeto desde una base narcisista
agrega varias complicaciones a este proceso. Fundamentalmente lo que va a situar
Freud es en término de esas batallas de ambivalencia todos se sustrae de la
conciencia, es decir que no hay registro de ese conflicto de amor/odio en relación al
objeto que se perdió.
En cambio, lo que va a devenir consciente en la melancolía, es el conflicto entre el yo
y la instancia crítica.
Pág 255, intenta zanjar un poco cuales son los devenires del trabajo melancólico y
una pregunta que Freud se hace en relación a por qué la melancolía en ciertas
ocasiones se torna en manía ( eso le da que pensar): el conflicto en el interior del yo,
que la melancolía recibe a canje de la lucha por el objeto tiene que operar a modo de
una herida dolorosa central, una herida abierta que exige una contrainvestidura
grande en extremo.
Podemos pensar que con esta contrainvestidura, Freud está haciendo alusión a la
manía, a la solución melancólica tornándose en su revés, la manía como modo de
triunfo del yo sobre la instancia crítica. Pensemos la manía en términos del lugar, de
la inhibición propia del estado melancólico, la compulsión a hacer. El triunfo sería
sobre el yo en una instancia crítica, el yo que se vuelve a poner a hacer.
No obstante, esto lo va a plantear como una conjetura, le parece que no estaba del
todo claro la solución melancólica, y lo deja para futuras investigaciones.
En la melancolía y en el duelo patológico, el conflicto de ambivalencia se sustrae de
la consciencia, no hay registro del odio.
La hipótesis más fuerte de este texto es que el no querer saber respecto al propio
inconsciente tiene el precio del afecto represivo.
CLASE 12 TEO
El paradigma Schreber
Esa línea de investigación la sigue unos años después en mil novecientos treinta y
pico otro psiquiatra que se llama Seglas, ese psiquiatra va a proponer investigar el
campo de las alucinaciones, las describe: las simples, comunes, auditivas, las voces
que se escuchan desde afuera pero también propone otro conjunto de alucinaciones
que denomina “psicomotrices verbales”. ¿Qué describe con estas alucinaciones y
por qué nos importan? Si ustedes van a una clínica o un hospital de internados
van a ver que muchas veces los van a ver deambulando a los alucinados
modulando y pronunciando eso que escuchan desde afuera, por eso es
impactante ese tipo de alucinación y por eso Seglas se detiene en ellas. Es lo
que lo lleva a entender que la cuestión del adentro y el afuera es un problema,
que la cuestión de pensar a la alucinación como un trastorno perceptivo es un
problema, que es un trastorno del lenguaje, que las alucinaciones, para él, están
en el capítulo de los trastornos del lenguaje. Donde adentro y afuera es un
problema. ¿Qué es adentro y que es afuera? ¿Quién habla en la alucinación? ¿De
dónde salen esas voces? La psiquiatría deja pendientes esas preguntas. Freud
también deja pendientes estas preguntas. Freud también se embrolla en el adentro y
el afuera.
Es la manera en que el fue respondiendo a los problemas de las psicosis con sus
propias categorías. Pero además, el se define en esos años como quien invita a hacer
un retorno a Freud, por eso ese paradigma lo llamamos Schreber porque Schreber es
el estudio más detallado, podríamos decir, que hizo Freud de la psicosis, entonces
Lacan dice: “volvamos a Freud entonces volvamos a leer Schreber” pero cuando
vuelve a leer a Freud y cuando vuelve a leer a Schreber no nos tenemos que
equivocar, el no vuelve para ser freudiano sino que vuelve siendo lacaniano, es decir,
con sus categorías.
Ese retorno a Freud y por eso ese retorno a Schreber y por eso lo llamamos el
paradigma Schreber🡪 también es una respuesta a sus contemporáneos, a sus
interlocutores. ¿Quiénes son sus interlocutores en ese momento? Los
postfreudianos.
Llegan los postfreudianos que entonces dicen con criterio: ¿Cómo vamos a
rehusarnos a atender pacientes psicóticos si ellos llegan al consultorio? Entonces, un
paso muy interesante que dan los postfreudianos, es decir, abramos la puerta a las
psicosis, pero su manera de conceptualizar las psicosis y la clínica de las psicosis los
va llevando a lo que Lacan propone nombrar como una desviación de las pistas
freudianas. ¿Cómo piensan a grandes rasgos los postfreudianos? Es un
problema trabajar, tenemos que pensar como trabajar con la psicosis, entonces
algunos proponían trabajar con los núcleos que ellos creían neuróticos de los
pacientes psicóticos, trabajemos con los núcleos neuróticos, no trabajemos
con los núcleos psicóticos 🡪 o pensaban que cuantos más núcleos psicóticos,
mas gravedad; pensaban a la psicosis como gravedad respecto de la neurosis,
entonces lo pensaban en términos de núcleos, lo pensaban en términos de gravedad,
en algunas orientaciones lo pensaban en términos de carencia paterna porque falta
el padre. Es ahí cuando llega Lacan y en los años 50 le responde a los
postfreudianos invitándolos a retornar a Freud, a las pistas freudianas y
entender que no se trata de núcleos que cohabitan en un mismo sujeto sino que
se trata de dos funcionamientos distintos del lenguaje. Que una es el funcionamiento
psicótico del lenguaje y otra es el funcionamiento neurótico del lenguaje🡪 que el
funcionamiento neurótico del lenguaje nos muestra un funcionamiento
dialectico, un funcionamiento encadenado del lenguaje, mientras que, el
funcionamiento psicótico del lenguaje nos muestra un funcionamiento del
significante en lo real ¿Y qué significa el significante en lo real? Significa que está
suelto, que está solo, que queda desencadenado del resto del lenuaje.
Entonces tenemos el historial de Schreber (1911), esa frase en el historial del hombre
de los lobos (1918) y tenemos una pista más, dice Lacan, en un texto de 1925 de
Freud que se llama “la negación”. Es un texto de pocas hojas pero muy complejas
donde Freud trabaja el funcionamiento psíquico pero lo que subraya Lacan de ahí es
que hay un intento de Freud de pensar que la negación que negar algo implica
saberlo, implica haberlo afirmado, que para negar algo tiene que estar primero
afirmado. Si un paciente, como es lo que relata Freud, le cuenta que no soñó con su
madre, Freud interpreta que está afirmado que hay algo ahí con la madre, que para
decir NO primero hay una afirmación en juego, que se niega lo afirmado y que en el
campo de la psicosis no se trata de negación, no se trata de querer negar algo que
se, no se trata de negar algo que está afirmado; se trata de otra cosa, se trata de algo
que entiende en el orden de un agujero, un agujero en lo simbólico, es el agujero que
deja la no inscripción, así lo dice Lacan, la no inscripción de ese operador que es el
nombre del padre.
Entonces, con estas tres pistas, Lacan propone nombrar de una manera que no fue
nombrada por Freud, por eso decimos que retorna a Freud pero haciendo su propia
lectura y entonces propone la forclusión del nombre del padre como eso que organiza
la forma particular de la modalización del lenguaje en la psicosis. ¿De dónde saca
forclusión? Lacan saca este término del discurso jurídico, refiere a un derecho que ha
perdido el plazo, que ha perdido la posibilidad de ser usado, por prescripción pierde
la posibilidad, ha vencido ese plazo y ya no se puede nunca más. Por eso para Lacan
y contraponiéndose a los postfreudianos, no se es un poco neurótico y un poco
psicótico, sino que se trata de una estructura o de otra estructura, ninguna es más
grave que la otra, simplemente tienen 2 modos de funcionamiento del lenguaje
distintos. Una cuenta con el operador del nombre del padre y organiza el lenguaje de
determinada manera, la otra no cuenta con el ordenador, con el broche, con el
aparatito, con el punto de capitón del Nombre del Padre y, por lo tanto, se organiza
de otra manera.
El otro gran límite del paradigma Schreber es que no entró del todo la incidencia de
la dimensión del goce. Fíjense que hablamos del significante, hablamos de lo
simbólico, hablamos del significante en lo real en la psicosis pero no hablamos
demasiado del tema del goce.
Entonces, con esos límites es que Lacan seguirá superando su lectura en los años
subsiguientes.
Es una evidencia clínica que hay tipos clínicos, es decir, que es una evidencia de la
clínica que no es lo mismo atender a un sujeto neurótico que a un sujeto psicótico. Y
que si atendemos a un sujeto psicótico con el dispositivo de la neurosis la cosa va
para mal. Entonces, es una evidencia clínica esta diferencia pero también es una
evidencia clínica que la psicosis viene a nuestros consultorios y entonces estamos
obligados, estamos necesitando armar una conceptualización que nos permita
abordar esa clínica. El paradigma Schreber la aborda conceptualizando con el
ordenador de lo simbólico, con el ordenador de el nombre del padre, faltando en lo
simbólico y produciendo ese efecto que llamamos del significante en lo real, y ese
efecto del significante en lo real no es otra cosa que la aparición del significante suelto,
solo, desencadenado, pesado, que encontramos desde el neologismo hasta la
alucinación.
Bueno, llegados hasta acá, entonces dejaría, así como Lacan supera a Freud,
también podemos decir nosotros que seguiremos en ese camino superando los
obstáculos que la lectura de Lacan nos fue dejando.
CLASE 12 SEMINARIO
CET Marchesini
SEMANA 12
El significante en lo real.
Vamos a ver la segunda parte de “marrana”. El significante en lo real, el nombre de la
clase es ese y hace referencia a una respuesta psicótica. Digo una respuesta y no
una pregunta, porque cuando uno pregunta, algo no es asertivo. Si uno dice “usted
quiere tal cosa” es una aserción.
La pregunta no dice lo que es, no es un juicio, más bien es una demanda de
respuesta. Y en la psicosis hablamos de respuesta, debido a la forclusion del
significante del nombre del padre, que es un operador para ubicar el goce, para
localizar el goce. Cuando un sujeto no dispone de ese aparato el goce queda
deslocalizado. Como el caso de marrana, que ahora veremos la segunda parte,
cuando este significante esta forcluido aparece otro que profiere la palabra, solo entra
en su audiencia. Este nombre del padre no se ha inscripto en el gran Otro.
Entonces, el sujeto es una respuesta de lo real. Aparece el otro que es un portavoz
que no es el, el otro se impone al sujeto en la dimensión de la voz. Es por eso que
Lacan dice que el tema de la psicosis puede aclararse a partir del otro.
En el caso de marrana, ¿a partir de que otro? A partir del vecino, es por eso que todo
lo que le ocurre a esta mujer, que como vieron “marrana” es proferido por un vecino,
ese objeto que habla solo, ese que alcanza a la malvada e invasora vecina y en el
quizás reconoce una incidencia de goce. No es un significante que profiere ella, es
un significante del Otro. Y como sabemos en la psicosis está herida la relación con
el mundo, la relación con el Otro, el sentimiento de la realidad. Esto da cuenta de
que existe una lesión en el aparato significante. Un significante le falta al sujeto
(el nombre del padre) y le falta completamente. Hasta el punto de no haberse
inscripto nunca en ese armazón.
Lacan toma este caso de “marrana”, también conocido como “vengo del fiambrero”
para demostrar la estructura de la alucinación verbal. Lo que él quiere afirmar
finalmente es que las alucinaciones tienen una estructura de lenguaje, entonces
vamos a ver que este fenómeno de alucinación verbal es un fenómeno elemental.
Lacan en el seminario 3 toma a Jules Ernest Séglas, que lo conocen de la primera
parte del cronograma, de psiquiatría. Él trabaja en el hospital de la Sal Petrie (o algo
así) celebre en Paris y escribió en 1900 “La semiología de las enfermedades
mentales”. Lacan recomendaba fuertemente su lectura, por todas sus innovaciones
en el terreno de las alucinaciones. Tal era el reconocimiento que Lacan le tenía que
hablaba de la revolución Segleseiana. Henry Ey también manifestó su deuda con
Séglas.
Entonces, para ir cerrando, la idea central de este capítulo de Lacan es que, lo que
esta forcluido en lo simbólico retorna en lo real. Cuando no hay Nombre del Padre,
cuando no existe como simbólico, cuando no hay significación fálica que permita
domesticar esa introducción de goce. Al no estar localizado ese goce aparece
deslocalizado por todos lados, por las voces, por los vecinos. Entonces aparece ese
fenómeno intuitivo va a decir Lacan, que tiene este carácter de ser muy intrusivo.
Entonces, este Nombre del Padre, no existe como simbólico, aparece en lo real y
absolutamente fuera de sentido.
“Marrana” va a ocupar ese lugar de objeto indecible, de lo que no tiene nombre, surge
como un significante aislado fuera de la cadena y viene a designar el ser del sujeto.
En Schreber también veíamos fenómenos parecidos cuando aparece el significante
“luder”, que es un insulto y el sujeto lo toma como algo que apunta a su ser y que
refiere a una atribución subjetiva.
CLASE 13 PRÁCTICO
Ubicará a cada uno su forclusión. Cada uno inventará una manera de arreglársela
con eso, con el no hay relación sexual. Lacan tiene una ironía donde refiere que todo
el mundo es loco, delirante, no todos psicóticos, sino que todos nuestros discursos
son una defensa contra lo real. Esa defensa tiene una manera peculiar de presentarse
en cada uno de nosotros. La Singularidad es la brújula para orientarnos en las
respuestas sintomáticas que se presentan en nuestras consultas. Se abre todo un
campo muy amplio de las distintas respuestas sintomáticas frente a lo real. Esto no
nos exime en tratar de precisar si es una neurosis o una psicosis. Pero también
atendiendo a esos arreglos particulares. Que cada uno se procura para arreglárselas
con el no hay relación, con la forclusión del significante de la mujer, con el ser parlante,
con estar atravesados por el lenguaje que nos habla y somos hablados y tiene
carácter traumático. Tenemos que inventarnos un modo de arreglarnos con cómo nos
afecta el lenguaje.
Llegamos a la Clínica del Sínthome, que no se opone, sino que en todo caso entra
en tensión la clínica estructural con la clínica nodal, sostener esa tensión para que la
investigación sea más fructífera.
Volviendo al instrumento decimos que la singularidad de las invenciones va a llamar
a una clínica instrumental más flexible, más acorde a las presentaciones actuales. Lo
permite el estudio que Lacan hace cuando lee a Joyce, escribe el seminario 23.
Plasma nuevo campo conceptual que lo llama el Sinthome, se pone en primer plano
el goce, el tratamiento sintomático singular de ello, que abre una perspectiva clínica
muy amplia.
Las psicosis ordinarias son psicosis, no son una nueva categoría clínica, dice Miller,
se presentaron como en una zona de sombra borrosa, difíciles de precisar,
acompañadas por todas estas lecturas que hace Lacan de la declinación del NP, la
ascensión del objeto al cenit de la civilización, y un aumento de casos que empiezan
a interrogarnos, que no se encontraban los elementos precisos para poder concluir si
era una neurosis o una psicosis, caso raros que no entraban ni en una ni en otra
categoría, en esa clínica binaria, en esa clínica estructural ¿Cómo fueron
considerados por la orientación de Miller, orientación Lacaniana? En principio como
Los inclasificables de la clínica PSA, hay todo un seminario al respecto, que son
conversaciones sobre casuística, son casos que no cierran, que nos interrogan, nos
interpelan.
Aromí, A. y Esqué, J. definen que es una Clínica fina, tejida de sutilezas, cuenta con
una tonalidad y una gradación, y apunta a ubicar esos efectos de forclusión.
CLASE 13 TEO
TEÓRICO SEMANA 13 – TEMA: LA DIACRONÍA
EN LA PSICOSIS
CLASE 13 SEMINARIO
LOS INCLASIFICABLES-PSICOSIS ORDINARIA
Es en este tiempo nos encontramos con la metáfora de la botánica → Lacan ubica que
íntegro para hacer diagnóstico de psicosis, ya con esa nervadura del ste podemos
Por otro lado nos encontramos que en “Cuestión preliminar” Lacan hace este
movimiento de extraer la alucinación y la ubica en un pie de igualdad respecto a la
intuición delirante. La piensa todas ellas como alucinaciones y en ese punto las extrae
del campo de la percepción para ubicarlas de lleno en el trastorno del lenguaje.
Lo que quiero rescatar allí es que esto aparece de algún modo en el texto de “Psicosis
ordinaria”, por eso me detengo en estas dos letras que aparece en el esquema Y.
Lacan en el esquema Y escribe P sub 0: Esta P tiene que ver con esto del orden del
Pag 540 de Lacan, dice “Como leemos este ste fálico sub 0? En términos de este
desorden en la juntura íntima del sentimiento de la vida del sujeto” Es decir como el
Pareciera, y esto es lo que Lacan viene a ubicar en Joyce, que la escritura en esto de
ser artista, Joyce logró, le funcionó a modo de sinthome y logró mantener unidos los
3 registros, esto a modo de introducción.
Ahora me meto respecto a los textos:
Por un lado tenemos el texto de Psicosis ordinarias que es de 1998, y por otro lado el
paper de Racki <3, en ocasión del congreso.
¿Qué les señaló respecto al texto de psicosis ordinarias? Parte de una serie de
conversaciones clínicas y la propuesta del trabajo era justamente trabajar casos
“raros”, ¿Qué entendemos por casos raros? Que no responden a este primer tiempo
de la enseñanza de Lacan, no responden a los cánones clásicos de la psiquiatría
clásica. No nos encontramos con trastornos de lenguaje, (A modo Schreber), no nos
encontramos con un desencadenamiento de modo del encuentro de un padre en lo
real, con ese antes y después, con esto del orden de lo discontinuo a partir de la
eclosión del delirio. Sino que nos vamos a encontrar con fenómenos más sutiles, más
discretos, más ínfimos, pero que son signos de forclusión al modo, como más
próximos a la enseñanza de Lacan, esto que Lacan pesca en relación a Joyce tras la
paliza, pesca cierta relación de Joyce con su cuerpo, esto “que deja caer”, es una
sutileza muy ínfima pero que nos deja ubicar algo de lo forcluido.
Hay un texto de Miller que dictó 10 años después, en el 2008, que se llama “Efecto
retorno de las psicosis ordinarias”, voy a retomar algunas cuestiones que ustedes
encuentran en ese texto. Una de las cuestiones es que allí Miller retoma una antigua
discusión, incluso antes de las conversaciones clínicas, el había estado trabajando el
caso “El hombre de los lobos”, y es en este momento, 2008, donde Miller pesca que
en el historial del hombre de los lobos, (que sabemos que Freud lo plantea, lo
diagnostica en neurosis obsesiva) Freud comenta una alucinación que tuvo el
paciente alrededor de los 4 años, del dedo cortado, y que allí sin dudar Freud pesca
la forclusión y la relación tan particular del paciente con la castración (de hecho Lacan
retoma este impasse freudiano, y propone el término de forclusión). Miller nota que el
hombre de los lobos era un paciente actual, moderno, y que Freud no supo qué hacer,
cómo tratarlo, hizo agua al tratarlo de neurótico obsesivo cuando no lo era. Lo que va
a plantear Miller es que se trata de un caso de psicosis ordinaria. Lo que dice en esta
conferencia Miller es que la definición de psicosis ordinaria no es rígida, es decir que
no hay algo del orden de la precisión, como así tampoco un saber hacer en relación
a la psicosis ordinaria. Lo que él busca es producir un eco en el clínico.
elementos que nos permitan pensar en la neurosis, nos propone ir a pescar esto del
orden de este “desorden de la juntura íntima de la vida del sujeto” , ir a buscar que lo
hace palpitar.
Propone tres lugares en función de tres externalidades: subjetiva, corporal y social.
cuerpo.
social, en función del circuito, de su círculo; o bien una cierta fijeza en esta
identificación social. Por ejemplo: Lo que viene a funcionar a falta del NP, es el trabajo.
Entonces estos sujetos que por alguna cuestión del cuerpo o de una enfermedad,
tienen que pedirse una licencia y hay una caída subjetiva. No al modo de una caída
Ubicando estas cuestiones, para poder ver que mantuvo a este sujeto “enganchado”
en su vida hasta el momento, esa coyuntura, que se produjo este desenganche
respecto del otro.
¿Por que esto nos orienta? Justamente para pensar un reenganche posible de este
sujeto de este otro social, que pueda armarse de algún modo y reinsertarse, volver a
circular.
Por último, me voy a enfocar en una pregunta que justamente plantea Racki en su
papel y es una pregunta ordenadora, para ubicar estas consecuencias a nivel clínico,
teórico. La importancia de esta denominación de psicosis ordinaria.
Ej: El Joker y el efecto que produjo no solo en el ámbito psi. Como el discurso
capitalista produce sujetos caídos del sistema, marginados. Es pensar la clínica
actual, los síntomas actuales. Esa risa discordante que no encuentra un lugar en el
otro, esos chistes que no producen efecto en el otro y que el otro se los sancione. Y
lo interesante de ese movimiento “El joker” que lo presenta el periodista y como él se
toma de ese nombre, de ese ste otorgado en ese punto. Está bueno para pensar este
desarraigo en el sujeto, en cómo el sistema los empuja al desarraigo.
NEUROSIS
SEMANA 1 PRÁCTICO
SEMANA 1 TEO
Alli todavia el Otro está sin barrar, ahora voy a tratar de justificar por qué pero es
una pareja que ordena este momento de la enseñanza de Lacan, es la relación del
sujeto con el gran Otro donde encontramos todas las herramientas para dar cuenta
de la psicopatología en esta época de Lacan.
Lo primero que hay que tener en cuenta respecto del Otro, puede ser obvio pero es
que el Otro es otro, es lo diferente, es heteros, por eso Lacan le pone el nombre de
otro, es decir que si hay allí una pareja entre el sujeto y el Otro, es una pareja
disimétrica, es decir que el sujeto es diferente del Otro.
Hemos tomado otras definiciones que da Lacan del Otro, por ejemplo, es el tesoro
del significante, es el Otro del lenguaje, etc. Lo que si tenemos presente es que el
sujeto es determinado por el Otro, a tal punto que Lacan en un escrito “La cuestión
preliminar…” dice que todo lo que es del sujeto depende de lo que acontece en el
campo del otro, neurosis o psicosis. Es decir que eso tiene una fuerza muy presente
para Lacan, porque ese sujeto es un sujeto determinado en los significantes. Hay
una definición de Lacan que dice que un significante representa al sujeto para otro
significante y allí lo que se ve es que es en el juego de los significantes que está
determinado el sujeto.
También hemos visto una definición de estructura que se encuentra en el seminario
3, que es que la estructura es un conjunto de elementos covariantes, esos
elementos son los significantes que covarían entre si y que depende del cómo, la
determinación del sujeto en ese campo del otro.
Hay un paso más que da Lacan a partir del seminario 4, qué es preguntarse por el
deseo del otro, esto es un intento de vivificar a ese otro, de darle vida, de encarnarlo,
que no sea un otro abstracto, porque si el otro es el lugar de la determinación del
sujeto podríamos tener ya un determinismo como cualquier determinismo en la vida,
es decir, porque yo me enganché con los significantes de tal manera entonces me
va a pasar tal cosa en la vida, eso sería un determinismo lineal. Lo que le agrega
Lacan allí es la cuestión del deseo y es un lugar que no tiene significante, que no
tiene manera de representarse y que eso hace que haya un espacio para la decisión
del sujeto (esto es central) sino hay espacio para la determinación todo estaría ya
dado de antemano y lo único que habría que hacer es esperar, esperar que sucedan
las cosas por determinada fijación que ha tenido el sujeto en su momento.
Por ejemplo si de niño fui abusado entonces tal cosa y no habría nada para hacer,
en cambio en el psa Freud ya lo planteaba, supone una elección forzada, es
interesante porque es una elección en ese lugar específico del deseo, hay una
elección que no es de cualquier cosa, es dentro de cierto marco, dentro de cierto
determinismo.
La otra cuestión que plantea Lacan es que el sujeto por excelencia, vive, tiene
su morada, anida en ese lugar, justo en el deseo del otro, justamente ese lugar
donde en el otro no hay significante. Por eso es interesante la definición que
daba antes, que un significante representa al sujeto para otro significante porque
no hay un sólo significante que represente al sujeto sino que al menos hacen falta
dos y para que haya dos, entre uno y dos, tiene que haber una hiancia, tiene que
haber un vacío, para distinguir dos significantes tiene que haber un espacio entre
ellos dos. En ese espacio, vive el sujeto.
Noción crucial respecto del deseo del otro, por que en ese espacio entre los
significantes donde se encuentra el sujeto, es que el otro no puede decir todo,
no representa todo, no tiene significante para todo y en ese punto es donde
Lacan entonces escribe al Otro barrado.
Hay un segundo Lacan que tiene que ver con la relación del sujeto y el objeto
a:
Al objeto a, lo introduce como un resto, sino todo se puede decir toda operación
tiene un resto y lo pone también como el resto que hay en las divisiones que no dan
exactas.
[esto también lo podemos ver en Freud cuando habla del resto diurno, con los
sueños, tiene la idea de que toda operación diaria, es decir toda operación simbólica
de representación tiene un resto que se intenta elaborar en los sueños y los sueños
no alcanzan y al otro dia se intenta interpretar y así sucesivamente] Uno podría decir
que toda elaboración simbólica tiene un resto y que Lacan a ese resto en
principio lo llama objeto a.
Vale decir que ese resto tiene al menos dos perspectivas, un resto puede ser un
desperdicio, como por ejemplo la basura que es el resto que uno tiene que tirar
afuera, es decir lo que queda y se desecha, que eso también es propiamente humano,
los restos como desecho es un problema para lo humano no para el mundo animal.
Por otro lado hay un resto que no funciona como desperdicio, sino como una
causa, es decir que a mi me quede algo pendiente hace que yo me ponga a tratar de
reducir ese resto, en trabajar en pos de reducir ese resto, como se dice habitualmente
“no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” que si uno se queda con ese resto
entonces no podría dormir tranquilo, etc.
Ahora bien, Freud ubica que en algunos momentos el neurótico en vez de estar en el
lugar del sujeto dividido (que tiene fallidos, sueños, síntomas interpretables, etc) más
bien se ubica como un objeto, y especialmente como un objeto para el otro, porque
de hecho ese objeto que el neurótico supone sería el objeto que el Otro desearía.
Como dijimos en la primera clínica de Lacan, todo se centra en el campo de una
pregunta, este objeto sería en el campo de la neurosis lo que vendría a responder a
aquella pregunta.
Por ejemplo el hombre de las ratas tenía la idea de que un capitán con el cual él tenía
trato quería maltratarlo, es decir usarlo a él como un objeto de maltrato y todo el
asunto que se da alrededor de quedar como un objeto de maltrato de ese capitán que
además eso se instalaba en la relación con el analista, en este caso con Freud,
suponiendo que Freud también podría querer maltratarlo. Ese suponer que el otro
lo quiere maltratar ya es una respuesta a ¿qué me quiere el otro? de la que
hablábamos antes.
En el caso Dora ella a veces se queja de ser un intercambio dentro de cierta situación
pero nuevamente ubicada como un objeto, esto es algo bastante presente en la
neurosis, cuando el neurótico viene en una posición de objeto respecto del Otro que
supone una respuesta, estar en ese lugar del objeto le da la posibilidad de responder
a qué quiere el Otro.
Lacan dice ante la falta en ser el neurótico se inventa un falso ser, porque estar
en el lugar del objeto le da un ser, que Lacan termina llamando las desgracias
del ser es decir que le sirve como una respuesta pero es una respuesta que trae
sufrimiento, en algunos casos, esos casos serían los que recurren a un analista, ya
que es un sufrimiento que no pueden abandonar, y esta es la cuestión, porque si
pudiesen cambiar esa forma de responder al deseo del otro no habría problema. Lo
que trae el neurótico habitualmente es que no puede parar de repetir de ubicarse
respecto del otro siempre en el mismo lugar, siempre se tropieza de la misma
manera y con la misma piedra.
Hay un tercer Lacan que arma una pareja diferente, hasta ahora siempre en las
parejas estaba el sujeto, pero la instancia del sujeto en un sentido es totalmente
abstracta, es decir que depende de la relación que tiene el sujeto con el significante,
de hecho podría haber un sujeto independientemente de que exista un individuo, por
ejemplo en una novela uno podría encontrar al sujeto de esa novela, por ejemplo el
protagonista y podría ubicar al sujeto representado por esos significantes de la novela
y eso nunca fue encarnado en tanto tal, ya hemos dado ejemplos de esto haciendo
referencia al teatro.
El campo del goce se define a partir del impacto del significante en el cuerpo,
es a partir de ese acontecimiento de que tenemos un cuerpo que es tocado por
el significante, que hay goce, eso supone para Lacan el parletre que no es lo
mismo que el sujeto porque incluye algo del cuerpo, algo de lo vivo, con las
caracteristicas que eso tiene de lo pulsional que no incluía el sujeto.
Lacan da un paso más y es que a partir de que incluye al cuerpo, las cosas se ponen
en términos de qué hacer con ese cuerpo. Volviendo un poco atrás, define al goce
como hacer algo con un cuerpo, sea el propio o sea el del otro, esto es muy
interesante porque es parte del debate actual … ¿qué se hace con los cuerpos?
¿quién tiene derecho a hacer con el cuerpo propio y con el cuerpo de los otros? ¿qué
se puede hacer y qué no se puede hacer con el cuerpo propio y con el de los otros?
Por ejemplo el debate que se da con el tema del Aborto, ¿quién tiene derecho sobre
el propio cuerpo, es el Estado o es uno mismo? y lo mismo respecto de qué se puede
hacer y qué no con el cuerpo del otro. Todo eso que Lacan define en ese momento
es una cuestión central en la actualidad, en el debate social y el psa tiene algo que
aportar en ese punto.
Lo último que quiero resaltar respecto de este último Lacan es que la clínica se pone
en términos del hacer, ya no tanto del saber, los problemas son qué hace uno con
esto que es ineliminable, que es que uno tiene un cuerpo, que lo tiene que cuidar de
determinada manera, y que ese cuerpo es un cuerpo en términos que está tomado
por un síntoma, cada quién tendrá su propio síntoma en forma singular, este
síntoma es la consecuencia del impacto del significante en un cuerpo.
SEMANA 1 SEMINARIO
CET Doti, G Semana 1
Fabián Naparstek- La libertad del loco (2017)
En esta conferencia Fabián toca los temas de la locura, la libertad, lo femenino y el
amor. Toma como punto de partida el texto “Elogio de la locura” (1509/1511) de
Erasmo de Rotterdam, quien fuera filósofo, filólogo, humanista y teólogo irlandés.
Erasmo escribió ese texto como crítica al saber instituido de su época, en especial al
poder eclesiástico. Se refiere a este saber manera irónica y dice: “pobres locos que
se toman en serio a sí mismos y pretenden saber algo”, en términos coloquiales
podemos decir: “pobres locos aquellos que se la creen, que se creen saber algo”.
El personaje principal del texto es la locura quien, al final del texto, dice: “No hay
mortal que pueda ser feliz si no está iniciado en mis misterios” (en los misterios de la
locura). La primera conclusión que podemos sacar, es que para vivir y ser felices
necesitamos estar un poco locos.
Lacan, en el Seminario 3, toma la referencia y le da todo su valor porque puede extraer
del texto que la locura es el comportamiento normal del ser humano. Toma } a
Pascal, otro filósofo, que sigue la misma lógica de Erasmo y formula que “hay una
locura necesaria y que sería una locura de otro estilo no tener la locura de
todos.”
De modo que la segunda conclusión que podemos extraer, es que para Lacan la
locura no es igual a psicosis. Es una noción más amplia, más abarcativa, es trans-
estructural: nos toca a todos independientemente de la estructura que se trate;
en todo caso la psicosis es la locura de otro estilo. Acá ya tenemos un antecedente
de lo que más adelante a formular como “todo el mundo es loco, todo el mundo
delira”.
A medida que Lacan va avanzando en su enseñanza se da cuenta que no todo goce
puede negativizarse, hay un goce irreductible al sentido. Es un goce que se
escapa del dominio del Nombre del Padre. La significación fálica es un modo (entre
otros) de localizar el goce y tener una defensa contra lo real. Una de sus funciones es
que nos permite armar una realidad compartida con otros; nos permite armar “un
delirio compartido”. En cambio, el sujeto psicótico no cuenta con el Nombre del Padre
ni la significación fálica, entonces, se ve obligado a inventar una realidad propia.
Para lograrlo necesita de la ayuda de algo que vaya al lugar del Nombre del Padre.
En el caso de Schreber, lo que va a ese lugar es la metáfora delirante y en Joyce es
la escritura. Ambas son defensas singulares contra lo real.
En su conferencia Fabián enlaza la locura con la libertad. Para esto toma un texto de
1967 de Lacan que se llama “Pequeño discurso de Lacan a los psiquiatras”, donde
habla a los psiquiatras clásicos. Pare ellos, el loco era el alienado mental, Lacan refuta
esto y dice: “El loco es el hombre libre”. El loco es libre a los ideales, es libre en
relación al otro. Y prescindir del otro, del Nombre del Padre, produce
sufrimiento. Si bien la libertad puede ser un bien muy preciado, también tiene
algo insoportable.
El loco tiene el “objeto a” en el bolsillo, esto implica la presencia de las voces, de la
alucinación verbal, es la mirada del otro metiéndose por todas partes; por lo que la
presencia del “objeto a”, angustia.
Lacan hace referencia a este discurso y relaciona la locura con la época actual. Fabián
toma un párrafo de este texto (página 158) y dice: “cuanto más se somete a las
transformaciones de la ciencia, más domina toda nuestra vida cotidiana hasta la
incidencia de nuestros objetos a”. Acá Lacan hace una referencia del “objeto a” en
plural, apuntando a los aparatos tecnológicos.
“No puedo [quedarme en eso] aquí, pero sí es uno de los frutos más tangibles que
pueden ahora recoger todos los días, en lo que respecta a los progresos de la ciencia,
es que los objetos a cabalgan por todos lados, aislados, solos y siempre dispuestos
a atraparlos a ustedes en cualquier momento. No aludo a nada más que a la
existencia de lo que se llaman los mass-media, a saber esas miradas errantes y esas
voces locas de las que ustedes están naturalmente destinados a estar cada vez más
rodeados – sin que haya para soportarlos otra cosa que [lo que está interesado] por
el sujeto de la ciencia, quien se los vierte en los ojos y en las orejas”. Esta es una
referencia a la época actual y la relaciona con la locura, con tener el “objeto a” en el
bolsillo. Lo dice en 1967, hace más de 50 años, dos años antes de que el hombre
llegara a la luna, el mundo era otro. Pero él ya anticipaba que los aparatos
tecnológicos nos iban a invadir, que se nos iban a meter por todas partes.
La tercera conclusión que podemos extraer, es que cuanto más se prescinda
del Nombre del Padre, más presencia habrá del “objeto a”. Vamos a tener otros
modos de sufrimiento.
Esto no significa que la época del Nombre del Padre sea mejor, sino que cada
época crea su propia locura. Cada época crea sus modos de sufrimiento y sus
modos de abordarlos; de tratarlos o “mal-tratarlos”: Porque cuando el único
tratamiento posible es el “uno para todos”, el “para todos igual”, “para todos lo mismo”,
es un maltrato, porque se desconoce lo más singular del sujeto, eso inclasificable. Se
desconoce, no solo el modo en que cada sujeto se inventa una defensa contra lo real,
sino también el modo en logra enlazarse al otro.
Fabián también toma a Foucault quien, en “Historia de la locura” dice que, como la
presencia del loco angustia, el modo de tratarlo ha sido encerrarlo. Si el encierro
es el único modo de tratarlo, es un maltrato. Fabián agrega que la época del Nombre
del Padre no sólo se encargó de encerrar loco, también lo hizo con las mujeres,
reservándoles como único lugar posible el lugar de ama de casas. Ese también es un
modo de maltrato.
Lacan en este texto nos da una indicación precisa que es: “No retrocedamos frente
a la locura, a pesar de la angustia que nos pueda ocasionar.” Freud no retrocedió
frente a lo femenino. Él comenzó su recorrido con la paciente de Breuer, Ana O. Ella
en el transcurso del tratamiento hizo un síntoma histérico, el síntoma de embarazo.
Breuer se asustó y se fue de vacaciones, dejándolo cargo del tratamiento. Y Freud no
retrocedió, de la mano de sus pacientes histéricas, hizo la entrada a la feminidad, con
una pregunta en el horizonte: “¿Qué quieren las mujeres?”.
Freud hace posible otro tratamiento: las escucha, las aloja, se deja enseñar por
ellas y produce saber. Así surge el psicoanálisis: porque hubo un hombre que se
animó a hacer algo distinto de lo que hacían con las pacientes histéricas en esa época
(encerrarlas en hospicios). Freud permite descubrir lo que caracteriza al síntoma
histérico: un cuerpo que hace a su antojo, un cuerpo vuelto loco. En la conversión
histérica es donde mejor se verifica la puesta en juego de un cuerpo pulsional,
marcado por el significante, que no responde al saber médico, que rechaza las
imposiciones del Significante Amo.
Llegado este punto podemos preguntarnos ¿Qué angustia de lo femenino? Freud
responde que, lo que angustia, es el horror de la castración y, por esto, el sujeto
femenino es el primer sujeto segregado.
Lacan va más allá y responde que lo que angustia es que la mujer es “no-toda”.
Esto significa que lo femenino no queda completamente metido en la lógica
fálica. En este punto, podemos decir que el sujeto femenino, al igual que el loco es
libre. Podemos hacer una analogía: así como Erasmo con su Elogio de la locura hace
una crítica al saber instituido de su época; la histérica, con sus síntomas, pone en
jaque al saber médico hegemónico de su época, de la época del Nombre del Padre.
Por último tenemos el amor, que Freud señala como otra forma de locura, una locura
que permite hacer algo diferente respecto al otro sexo. El amor puede cumplir una
función de anudamiento; puede funcionar de antídoto frente al estrago porque
permite darle envoltura al goce.
A su vez, el amor de transferencia dentro del dispositivo analítico, es lo que da la
posibilidad de otro tipo de tratamiento que no sea el encierro, ni la medicación (Que
es el modo de tratar la locura de esta época, vía la pastilla). A partir del amor de
transferencia, tenemos la posibilidad de que el sujeto que viene a consultar,
pueda hacer con su propia locura al modo Joyce. Es decir, que pueda hacer un uso
de su síntoma diferente. Un uso original, singular, que le haga la vida más vivible,
menos sufriente. Esto con el telón de fondo de la dimensión ética, haciendo una
psicopatología de lo singular
SEMANA 2 PRÁCTICO
17/08/2020 – El síntoma en el caso Dora.
El caso Dora es un historial paradigmático en Freud, y lo que vamos a trabajar en esta
ocasión es qué nos enseña Freud sobre el síntoma en este caso.
Antes de comenzar, realizaremos una breve contextualización sobre el texto. Lo
escribe en 1901 y lo publica en 1905, siendo intermedio entre La interpretación de los sueños
(1900) y Tres ensayos de teoría sexual (1905). Se corresponde con el comienzo del 2º tiempo
en Freud (1900-1920), donde ya está conceptualizado el inconsciente y empieza a poner en
práctica la técnica de la interpretación junto con su complemento, del lado del paciente, de la
asociación libre. La idea de Freud era que, haciendo consciente lo inconsciente mediante la
interpretación, se iban a eliminar los síntomas. Sin embargo, se encuentra en la clínica con
que los síntomas no ceden, y algo de ello va a ubicar en este caso.
El motivo por el que Freud publica este caso es para intentar demostrar la teoría de
que mediante la interpretación se puede acceder a eso reprimido inconsciente, y de
esta forma, accederíamos al determinismo de los síntomas, a saber, qué hay detrás de
los síntomas. En este sentido, explica que los síntomas quieren decir algo y los va a ir a
descifrar tal como lo hace con los sueños. Por otro lado, va a postular una hipótesis central
en el epílogo, página 100: “La sexualidad (…) es la que presta la fuerza impulsora para cada
síntoma singular y para cada expresión singular del síntoma. Los fenómenos patológicos son,
dicho llanamente, la práctica sexual de los enfermos”. Se debe entender la sexualidad en
términos de trauma, es decir, en relación a lo energético, a lo excesivo para el aparato que
no se puede terminar de tramitar; esa energía que irrumpe en el aparato y no puede
descargarse. Es interesante esta referencia porque Freud dice que lo traumático va a ser la
fuerza impulsora, aquello que va a impulsar a la formación de síntomas. También
hacemos hincapié en lo que conocemos como la psicopatología de lo singular, ya que Freud
en este texto menciona que el síntoma es lo más singular de cada quien.
Para comenzar a trabajar sobre lo que nos enseña el síntoma en este caso, es
importante poder situar cuatro ejes orientadores. El primer eje, el más importante, va a ser
que toma al síntoma como un compuesto de elementos heterogéneos, pero esto lo
menciona como tal en 1917 en “Nuevos caminos de la terapia analítica”, y en el presente
historial de Dora es que sienta el precedente. Ahora bien, Freud se pregunta si el síntoma
histérico tiene un origen psíquico o somático, y, en la página 37 dice: “Todo síntoma histérico
requiere de la contribución de dos partes. No puede producirse sin cierta solicitación
{transacción} somática brindada por un proceso normal o patológico en el interior de un
órgano del cuerpo”. Acá lo que postula es que hay una parte del síntoma que se
corresponde con una cuestión somática, del cuerpo, y dice que esto sólo se produce una
sola vez, porque es la parte más fija del síntoma. Por otro lado, plantea que los sentidos, es
decir, el valor psíquico de ese síntoma, no están de entrada: “El síntoma histérico no trae
consigo este sentido, sino que le es prestado, es soldado con él, por así decir, y en
cada caso puede ser diverso de acuerdo con la naturaleza de los pensamientos sofocados
que pugnan por expresarse” (p. 37). En resumen, el síntoma está compuesto por un
elemento somático y por un sentido. El elemento somático tiene que ver con una zona del
cuerpo, con un órgano; refiere a esa zona erógena que va a ser la condición para la salida a
lo corporal. En cambio, los sentidos van a ser soldados por un elemento fundamental: la
fantasía. Es decir, hay dos elementos heterogéneos que se sueldan por medio de la fantasía.
El segundo eje se ubica en la página 39, y plantea al síntoma como solución. Explica
que en el síntoma hay una ganancia, pero esa ganancia, esa solución, no lo es para el yo. En
un principio, el síntoma es un huésped mal recibido, lo tiene todo en contra. Luego, en un
segundo momento, puede verse si hay una ganancia secundaria y el sujeto puede servirse
de su propio síntoma para obtener un beneficio en el mejor de los casos. Empero, en la nota
al pie de esta página (la cual escribe años después, cuando ya tiene la conceptualización de ganancia primaria
y secundaria) Freud dice:
“El enfermarse ahorra, ante todo, una operación psíquica; se presenta como la
solución económicamente más cómoda en caso de conflicto psíquico (refugio de la
enfermedad), por más que la mayoría de las veces se revele después inequívocamente el
carácter inadecuado de esa salida. Esta parte de la ganancia primaria de la enfermedad
puede llamarse interna, psicológica; es, por así decir, constante”.
Esta solución económicamente más cómoda no lo es para el sujeto, sino que lo que se
soluciona con el síntoma es el conflicto psíquico, y lo que se satisface y la ganancia que hay
es para la pulsión. En el síntoma hay una satisfacción sustitutiva de la pulsión, entonces,
en este sentido, es una solución.
El tercer eje tiene que ver con los sentidos. En la página 42 Freud plantea que el
síntoma tiene múltiples sentidos, puede tener más de un significado, pero, por lo menos
uno de esos sentidos es de carácter sexual: “va a figurar una fantasía sexual”. Esto va a
introducirlo con la metáfora de odres viejos y vinos nuevos: la parte de los sentidos es lo más
mudable del síntoma, en cambio, la parte somática es lo más fijo (el odre viejo vendría a referencias
lo somático por su fijeza, y el vino nuevo referencia los sentidos del síntoma como aquello que va cambiando).
El cuarto eje es lo que Freud introduce a partir del síntoma de Dora: existe una
precondición somática. ¿A qué se refiere con esto? Explica que hay una intensa activación
de la zona erógena que va a ser la condición, lo previo, para la posterior solicitación somática,
y es sobre esta precondición somática que se va a montar luego la fantasía como elemento
intermedio que une sentidos y lo somático. Con estos cuatro ejes ya planteados nos
interiorizaremos en el historial propuesto para descomponer los síntomas de la paciente.
Dora es una muchacha de 18 años, que fue llevada por su padre a analizarse con
Freud luego de haber encontrado una carta de ella en donde expresa no soportar más la vida,
y, prácticamente, se despide. Freud plantea que ya desde niña presentaba síntomas
neuróticos, principalmente, desde los 8 años que sufre disnea. A los 12 años comienza con
una tos nerviosa que va variando, y hasta pasa por momentos de una afonía total. Esta tos
nerviosa es el síntoma prínceps de Dora.
Con respecto a la familia de Dora y su situación: tenía un hermano, a su madre y su
padre. Su padre había sufrido de distintas enfermedades, por lo cual se ve incrementada la
ternura hacia su padre. A causa de una de estas enfermedades, se mudan a la ciudad B.,
donde conocen y contraen amistad con el matrimonio del señor y la señora K, al punto de que
Dora cuida de sus hijos. Lo que más le preocupa es la relación de la señora K con su padre.
Por otra parte, Freud interpreta y sostiene que hay un enamoramiento de Dora por el señor
K. Sin embargo, trataremos de abocarnos a los síntomas de Dora y no a todas las
interpretaciones del historial.
Naparstek, en el teórico propuesto para esta semana, se pregunta si estos diferentes
síntomas que tiene Dora se tratan, justamente, de distintos síntomas, o de múltiples sentidos
de un mismo síntoma (distintos disfraces psíquicos de un mismo síntoma). Retomamos esto
para comenzar a descomponer el síntoma de Dora.
Respecto de los sentidos, Freud ubica el determinismo de los síntomas y los distintos
sentidos en los síntomas de Dora, al mismo tiempo en que ubica las identificaciones en juego.
Por otro lado –recordemos-, dice que uno de esos sentidos tiene un significado sexual: es un
sentido que refiere a una fantasía sexual y que encuentra en el síntoma de la tos nerviosa.
¿Cómo lo encuentra? A partir de una palabra que suelta Dora en la entrevista; cada vez que
habla de su padre toce de una manera particular y, en un encuentro dice que la señora K está
con su padre porque es un hombre con recursos. En esta palabra -por un parecido en la
lengua alemana- Freud interpreta que dice que su padre es un hombre sin recursos. Dora
toma esta intervención y explica que ella sabía de la impotencia sexual de su padre. A ello,
Freud le repregunta cómo es que tiene relaciones con la señora K, por lo que Dora responde
que hay otras formas de satisfacción sexual, haciendo referencia a la zona oral. En este
sentido, Freud toma este síntoma como aquel donde se representa la escena sexual entre la
señora K y su padre vía sexo oral. Empero, con esta tos espasmódica Dora responde a un
estímulo, que es un cosquilleo en la garganta: representa la escena fantaseada y responde a
un estímulo corporal. Con esto Freud quiere decir que, en todos los síntomas, en la base
está la solicitación somática (cosquilleo en la garganta).
Para que exista una solicitación somática es necesario un condicionamiento previo,
que sea la condición para que la solicitación somática se de en un lugar determinado… ¿Cuál
es la precondición somática en el caso Dora? La paciente decía que ella había sido una
chupeteadora de chica, y que había sido el padre quien la obligo a dejar esta costumbre hacia
el cuarto o quinto año de vida. Freud ubica en este chupeteo esa zona intensamente
activada, erogenizada, que fue la condición previa para la posterior solicitación somática en
esa zona: allí se aloja la fijación pulsional.
En la página 73, Freud dice:
“Debajo de todo en la estratificación cabe suponer un estímulo de tos real,
orgánicamente condicionado, vale decir, el grano de arena en torno del cual el molusco
forma la perla. Este estímulo es susceptible de fijación porque afecta a una región del
cuerpo que conservo en alto grado en la muchacha la significación de una zona erógena.
Por lo tanto, es apto para dar expresión a la libido excitada”.
En este extracto, Freud explica que hubo una fijación en la zona oral por el chupeteo, por
esa autosatisfacción o satisfacción autoerótica, y que, a partir de ahí, esa es la condición para
que esa zona, ese cosquilleo en la garganta, se presente.
Recalculando: hay un primer tiempo lógico, que es la cuestión somática como lo
pulsional. Como la pulsión es muda, no tiene un sentido, y para que esto quiera decir algo se
le tiene que agregar un sentido. A este primer tiempo le sucede un segundo tiempo lógico,
que va a ser lo que enmarca a la pulsión, lo que empieza a agregarle un sentido y va a tener
que ver con una escena en tanto ficción. Así como la pulsión es muda, la escena de un
sentido. Pensémoslo como el trauma: por un lado tenemos el trauma, y por otro lado tenemos
la escena traumática, la cual le agrega un sentido, el poder decir algo de…
Ahora bien, ¿cuál es la escena en el caso Dora que le va a dar un marco a lo
traumático? La escena es una que tiene con el hermano, donde ella se está chupando el
pulgar al tiempo en que le da tironcitos de la oreja del hermano. Hay una escena porque hay
otro; hay una autosatisfacción por el chupeteo en esa zona erógena intensamente activada,
pero se le agrega otro, ya no es Dora sola, por lo que va a tomar el marco de la fantasía. Esta
escena con el hermano va a ser la matriz sobre la cual se van a montar luego los
sentidos, las distintas fantasías: va a ser lo primero que suelde lo pulsional mudo con
los sentidos que van a venir luego.
A modo de resumen, podríamos pensar el caso de la siguiente manera: habría un
primer tiempo en el cual tienen lugar las satisfacciones autoeróticas (Dora con el chupeteo activa
la zona erógena) y un segundo momento donde a eso pulsional puro, mudo, autoerótico, se le
suma una escena, una fantasía que suelda esto que se enmarca a lo pulsional, donde ya hay
una elaboración psíquica sobre esa satisfacción pulsional y luego va a devenir el síntoma. En
Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad (1908) Freud va a agrega que tiene que
haber una renuncia a la satisfacción onanista; el sujeto tiene que estar en abstinencia para
que quede esta energía libre y pueda buscar una vía de descarga mediante el síntoma.
Es importante remarcar que la fantasía le da un marco a la pulsión, le va a poder dar un
sentido; después esa fantasía se va a reprimir, pero va a ser lo que sostiene los sentidos del
síntoma.
SEMANA 2 TEO
el concepto del síntoma
Este segundo período y por su escucha clínica pasa de pensar el síntoma como una
modalidad de descarga a pensarlo como un compuesto. Ya lo podemos ver presente
en Dora, que lo van a ver en prácticos y en fantasías histéricas y su relación con la
bisexualidad en el CET. También les recomiendo la lectura del teórico 15 de Fabian
“síntoma y fantasía que entrama de una excelente manera la lectura de toda esta
bibliografía que estoy citando.
SEMANA 2 SEMINARIO
CET Lejbowicz, J Semana 2
SEMANA 3 PRÁCTICO
1. El complejo paterno.
Freud, en este punto, empieza a delimitar el conflicto entre la sexualidad y el
padre. Nos remitimos al padre por algunas cuestiones que arman cierta matriz identificatoria
simbólica del Edipo que nos permitirá esclarecer un poco el síntoma, comprenderlo… El padre
también estuvo en el ejército donde también tuvo una deuda con el teniente A y B, deuda
paga e impaga porque no cumple con su juramento. Por otro lado, en la familia se bromeaba
que el padre se casa con la madre del paciente, habiendo tenido que optar por la mujer rica
(madre) o por la amada y pobre. Él elige no desde una posición deseante, sino desde un
cálculo; por interés elige a la madre del hombre de las ratas, porque es rica.
En el relato del Hombre de las Ratas se vislumbra que tiene miedo de que algo malo
le pase al padre, pero éste estaba muerto hace nueve años y el paciente lo relata como un
padre vivo. Nos dirigimos, entonces, a una escena puntual de la infancia donde está el padre:
en el onanismo, en la practica de la masturbación, aparece el padre como agente de la
prohibición de la satisfacción sexual, como agente que viene a perturbar esa satisfacción,
a reprimirlo. El Hombre de las Ratas lo insulta, y el padre le dice “seras un gran hombre o un
gran criminal”, ocupando el lugar de un padre que prohíbe y pone un límite al goce.
Llegamos al conflicto fundamental: moción sexual vs. figura paterna. Freud dirá que
un amor que deniega la satisfacción se muda en odio. Sin embargo, el odio no desaparece,
sino que es desplazado al inconsciente, teniendo, entonces, la ambivalencia hacía la
misma persona: el amor -corriente tierna- en términos conscientes, y el odio el término
inconsciente. Así, se logra ver que el deseo inconsciente es el de eliminar al agente
perturbador de la satisfacción sexual. Esto es lo que genera la ambivalencia afectiva, la cual
aporta el material que constituye la base de la duda e indecisión, clásico del obsesivo que lo
lleva a postergar indefinidamente.
Una escena lateral que el paciente dice como al pasar, es que, muerto el padre, él
supo que estaban arreglándole un casamiento: esto fue lo que ocasionó la enfermedad actual,
puesto que encendió una escena de su prehistoria: el padre eligiendo a la rica por sobre la
amada y pobre. Entonces, el conflicto es casarse con una mujer rica (siguiendo las huellas
de la voluntad padre), o casarse con la amada. Acá se esclarece aún más su síntoma: si se
casa con la amada puede ocurrirle algo malo a su padre en el más allá. Este era su temor:
que le pase algo al padre muerto si se casa con su amada.
Finalizando, Freud dice que enfermando es como el paciente se sustrae de la tarea de
enfrentar el conflicto. La clave es la incapacidad que presenta el obsesivo para afrontar y
decidir asuntos que tengan que ver con la vida, con el deseo, con el estar presente en la
escena (por ejemplo: casarse). Sabemos que, como consecuencia de la ambivalencia, está
la contradicción, la indecisión, la duda, y la postergación del acto {del acto como sujeto
deseante}. En este sentido, Naparstek dice en su libro: “El deseo del obsesivo es imposible,
y el obsesivo le hace imposible la vida al deseo.”
SEMANA 3 TEO
SEM 3 - Teo Berger
El síntoma ineliminable
La primera cuestión que quiero subrayar es que es una operación de lectura nuestra
leer en el texto de Freud al síntoma y al trabajo que él hace sobre el síntoma con el
término ineliminable.
Estamos hablando del tercer momento de Freud que comienza en 1920 con más allá
del principio del placer, la particularidad de momento es que empalma o dialoga con
el tercer Lacan (hace referencia al video de Fabian con los tres tiempos de Freud y el
otro donde plantea los tres tiempos de Lacan) en el sentido de que tanto Freud como
Lacan van a trabajar en ese momento alrededor de preguntarse por el síntoma, se
preguntan por qué encierra el síntoma más allá de los sentidos a descifrar, esto es lo
que moviliza el trabajo de ambos, lo que es más allá del sentido a descifrar.
Los dos terminan encontrando que el verdadero secreto del síntoma no son
sólo sentidos a descifrar sino que es una satisfacción, que llamamos paradójica
(por que está más allá del principio del placer) y esa satisfacción paradójica en
términos lacanianos es lo que llamamos goce.
Pero podemos decir algo más, la particularidad de esa satisfacción paradójica o
de ese goce no se reduce, no se subsume a los sentidos, es decir los sentidos
no lo absorben totalmente.... ese goce es irreductible a los sentidos, es decir a
lo simbólico, al campo de representaciones, ese síntoma en tanto satisfacción
es ineliminable.
Primer Freud, el reino de la sustitución, cree ahí que el síntoma está en el reino de la
sustitución, que es una representación por otra.
El segundo Freud nos va a hablar de un compuesto, entre sentidos y esa satisfacción
pulsional.
El tercer Freud ya se mete directo a tratar de estudiar y elucidar el síntoma en relación
a la exigencia de una satisfacción pulsional.
Podríamos decir que todo el texto de “inhibición, síntoma y angustia” es una pregunta
alrededor de qué es una neurosis, y lo interesante es que se responde con: inhibición,
síntoma y angustia.
¿Qué es la neurosis? ¿Es un problema o una solución? y se responde con: inhibición,
síntoma y angustia, tres pistas clínicas.
No son los primeros tres de Freud, ya conocíamos cc, icc y precc, los segundos tres
de Freud, yo, ello y superyó, y el tercer trío de Freud es inhibición, síntoma y angustia.
Tres pistas clínicas para responder qué es la neurosis y al responder con inhibición,
síntoma y angustia, Freud está respondiendo que la neurosis es una solución pero
problemática.
A tal punto que va a decirnos que es un refugio no del todo seguro, que mantiene esa
tensión, esa dimensión del conflicto.
La neurosis es una solución problemática a una exigencia de satisfacción de la
pulsión y eso da lugar a lo que llamamos, por estar enganchada más allá del
principio del placer, a esa satisfacción paradójica que no cesa de exigir pero no
drena libremente. Esto arma el estatuto del conflicto, el nudo del conflicto, y la
neurosis es la resolución a ese conflicto. A ese conflicto entre la pulsión y la
defensa. El síntoma es lo que drena esa exigencia de satisfacción que no cesa pero
que tiene que encontrar un curso de funcionamiento.
Ahora veamos algo sobre inhibición, la introduce como una limitación funcional
del yo, ni fisiológica, ni orgánica, el yo está limitado en alguna de sus funciones
por una traba libidinal, una perturbación libidinal por exceso o por defecto, es
decir porque se ha empobrecido o se ha excedido en su quantum libidinal.
Entonces, la inhibición es un trastorno libidinal, es decir que inhibición, síntoma y
angustia ya no están tan en la serie de los efectos semánticos, de los efectos de los
sentidos, de las representaciones intolerables sino en la vía de la perturbación
libidinal. Freud trata de ubicar cuál es el borde entre la inhibición y el síntoma, y
encuentra que no hay un borde preciso y que una inhibición puede terminar siendo
síntoma.
¿Qué define a la inhibición? Que el yo no se ve perturbado por esa limitación
funcional, dice que es como si la viera desde afuera. Lacan va a tomar estas
formulaciones, y va a decir es como si se viera el síntoma en una vidriera, es decir
afuera de uno mismo, la ven otros o la ve uno mismo pero fuera de uno mismo, es
decir no la ve como perturbación. El síntoma a diferencia de la inhibición se vive como
una perturbación en la unidad del yo y eso es lo que le permite a Freud empezar a
tejer relaciones entre el síntoma y el yo.
Vamos a ubicar algunas relaciones entre el síntoma y el yo, pero para eso vamos a
tener que definir, Cap 3 Pág 94, “¿qué es el yo?” y Pág 99 “¿Qué es el síntoma?” y a
partir de definirlos, las relaciones posibles entre el yo y el síntoma.
La particularidad que encuentra Freud es que esta función del yo con este lenguaje
articulado, con esta organización falla en su función de tratar de organizarse en
relación al ello y al superyó, y lo dice de una manera muy linda “el yo es un
intermediario entre sus distintos vasallajes” entres sus distintos amos, el superyó
y el ello.
El yo es una organización, un conjunto de elementos articulados que logran
relacionarse y ese lenguaje articulado de la mano del principio del placer trata de
servirle al aparato para intentar la paz y la síntesis, pero que esa función falla, que el
lenguaje falla, respecto de la exigencia de satisfacción. Falla en su función de
armonizar la paz entre las instancias, porque el ello, porque la exigencia de la pulsión
no se doblega al lenguaje articulado a la organización del yo.
Podemos decir entonces que el yo es una instancia que falla en su función de
intentar la paz en el aparato, porque la pulsión no deja de exigirle satisfacción.
Entonces el síntoma es un sustituto de la satisfacción pulsional, un sustituto de esa
satisfacción que no cesa pero no drena libremente, el yo no logra cercenarla y
entonces como resultado el síntoma como una sustitución de esa satisfacción
pulsional.
SEMANA 3 SEMINARIO
CET Bousoño, N Semana 3
Para trabajar sobre un texto escrito en 1907 y otro en 1926 es importante ubicar sus
diferentes contextos teóricos, son 20 años de diferencia. Freud fue enriqueciendo la
elaboración de su clínica. Fabián presentó las coordenadas de ese pasaje en el
Teórico 4 de 2014: “Los tres tiempos en Freud”. Es importante que tengan esa clase
como referencia, así como también el Teórico 15.
Antes que nada, hay una continuidad: la del trabajo clínico que produce esa
elaboración, desde 1894 cuando Freud recorta el cuadro de Neurosis Obsesiva. Cada
vez que Freud aborda el tema, señala la enorme diversidad de fenómenos que ofrece
su manifestación. En “Inhibición, síntoma y angustia” señala la gran variedad de
síntomas en las que puede expresarse.
¿Cuáles son esos fenómenos?
(ver página 10 de Acciones obsesivas y prácticas religiosas)
La práctica de acciones ceremoniales junto con un representar afectos o
impulsos obsesivos
☛ Son fenómenos que se sitúan en el plano del pensamiento o la acción, que se
imponen a la voluntad del sujeto, que no obedecen a una lógica consciente y que le
implican un esfuerzo y una atención permanentes.
¿Cómo define Freud a los ceremoniales neuróticos de las acciones obsesivas?
☛ Los define como pequeñas prácticas con agregados, restricciones, ordenamientos;
que para ciertas acciones cotidianas se cumplen de una manera idéntica o con
variaciones que responden a leyes. “Impresionan como meras formalidades carentes
de significado. Así también se presentan al enfermo como algo que éste sabe sin
sentido, pese a lo cual no los puede abandonar. Cualquier desvío se castiga con una
angustia insoportable, que lo fuerza a reparar lo omitido”
Por ejemplo, lavarse los dientes, una práctica pequeña cotidiana, puede volverse un
ceremonial neurótico si es que no puede dejar de hacerse con un orden particular:
tengo que destapar el pomo de cierta manera, poner cierta cantidad de pasta en cierto
orden estricto. Si no se hace así, produce angustia.
Las acciones obsesivas provienen de los ceremoniales, son sus componentes.
Implican acciones que impiden al enfermo ciertas cosas y le permiten otras, sólo
obedeciendo ciertas condiciones. Hay muchos ejemplos de esto en el caso del
Hombre de las Ratas. En el texto que estamos trabajando hay otros: Una mujer cada
mañana, se disponía de cierta manera, siempre igual, ante un mantel manchado
sobre la mesa del comedor y luego llamaba a su mucama con cualquier excusa para
que lo viera. Es un ejemplo que él retoma varias veces y trabaja con más detalle en
la Conferencia 17 “El sentido de los síntomas”.
Ejemplo más actual: Un muchacho de unos 25 años, cada mañana, al salir de su casa
se tomaba una foto con el teléfono justo en el momento que giraba las llaves cerrando
la puerta de calle. Durante el día, cuando lo asaltaba la duda de si había cerrado o no
miraba la foto. Un día en el colectivo se angustió enormemente, porque se dio cuenta
que se había olvidado de sacar la foto.
Freud dice que cualquier actividad puede convertirse en una acción obsesiva, si es
adornada con pequeños agregados, ritmada con pausas, repeticiones: dejar las llaves
de la casa siempre en el mismo lugar, ordenar el escritorio de la misma manera,
lavarse las manos, etcétera. Cualquier actividad insignificante puede volverse
expresión del conflicto que anida en la Neurosis Obsesiva. ¿Qué diferencia
ordenar un escritorio, de hacerlo como una acción obsesiva?: La rigidez de la acción
y la angustia, si ese accionar se detiene. Como dije, son fenómenos que se sitúan
en el plano del pensamiento o la acción, que se imponen a la voluntad del sujeto, sin
obedecer a una lógica consciente y que implican un esfuerzo y atención permanentes.
A diferencia de la Psicosis y de Histeria, los síntomas de la Neurosis Obsesiva
conservan sus formas de expresión desde la época de Freud, su carácter más bien
intrapsíquico antes que intersubjetivo, los pone un poco más a reparo de los cambios
de la época.
El tema de hoy es la defensa de la Neurosis Obsesiva. Para abordarlo, tenemos que
ir más allá de la descripción y explicitar las construcciones teóricas de Freud sobre su
clínica. En su primer tiempo Freud tiene la idea de que el aparato psíquico ante una
vivencia sexual que le resulta inconciliable (o conflictiva, inaceptable, traumática),
intenta defenderse separando el afecto ligado al recuerdo de la vivencia, de su huella
mnémica, su representación inconciliable. Esto genera dos efectos: el aparato
psíquico se separa en dos grupos de representaciones. Y el afecto debe buscar
alguna vía de tramitación.
☛ En la Histeria, el destino del afecto es la “investidura” de una representación
corporal. Se inviste una zona del cuerpo, en donde se produce la descarga
sintomática del afecto. Esto hace que Freud piense que la defensa histérica es eficaz,
porque produce la descarga.
☛ En la Neurosis Obsesiva el afecto, en cambio, se desplaza hacia otra
representación y queda en el terreno del pensamiento. Freud llama a este
desplazamiento “falso enlace”. Afirma que resulta menos eficaz como defensa,
porque ese afecto no consigue ser descargado y tiende a desplazarse entre huellas
mnémicas, exigiendo del aparato psíquico un esfuerzo permanente.
Freud destaca, entre los síntomas de la Neurosis Obsesiva a las “ideas obsesivas”:
ideas absurdas que se imponen a la conciencia como síntoma primordial, del que se
desprenden los otros. Va a definir a los síntomas obsesivos como “reproches”
transformados por la defensa. Son reproches debido a una acción sexual infantil
llevada a cabo con placer y luego inconciliable para el aparato psíquico. Mediante
falso enlace, esos reproches retornan como ideas obsesivas. Es esa relación entre
una satisfacción en más, vivida como placentera, y una instancia moral que la objeta,
el punto de desarrollo y progreso de la conceptualización posterior de Freud sobre la
Neurosis Obsesiva, que culmina con su texto “Inhibición síntoma y angustia”.
Freud cierra el Capítulo 6 de Inhibición síntoma y angustia con una serie de preguntas
en relación a la angustia, un tema central en la clínica, que en breve abordaremos.
SEMANA 4 PRÁCTICO
Retomando algunas palabras preliminares del historial de Dora, Freud dice que:
“En vista del carácter incompleto de mis resultados analíticos, no me queda otra
opción que seguir el ejemplo de aquellos exploradores que, tras largas excavaciones,
tienen la dicha de sacar a la luz los inapreciables aunque mutilados restos de la
antigüedad. He completado lo incompleto de acuerdo con los mejores modelos que
me eran familiares por otros análisis, pero, tal como haría un arqueólogo concienzudo,
en ningún caso he omitido señalar dónde mi construcción se yuxtapone a lo auténtico”
(p. 11).
Este fragmento llevo a un intercambio de palabras sobre lo que Freud llama
“auténtico” en este caso y sobre las construcciones que conforman al síntoma como
pieza testimonial del malestar de la paciente. La “construcción” es todo aquello que
colabora a la formación de síntomas (como la fantasía, la identificación), y de lo que
Freud llama el “edificio íntimo de las neurosis”. Nos acercamos a la construcción
subjetiva, que siempre será en términos de deducción lógica. En cuanto a las
identificaciones, Freud nos introduce sin más a lo que el psicoanálisis sabe de las
mismas, pronunciado ya en Introducción del narcisismo (1914).
1. Identificación originaria
☛Freud en la página 99 del texto dice: “El psicoanálisis conoce en la identificación
la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona.
Desempeña un papel en la prehistoria del complejo de Edipo (…) Se concilia muy
bien con el complejo de Edipo, al que contribuye a preparar”. Esta es la primera
deducción lógica que encontramos.
¿Como prepara al Edipo? El varón toma al padre como modelo o ideal, “esta
conducta nada tiene que ver con lo pasivo o femenino, al contrario, es masculina
(activa) por excelencia” (p. 99) La madre, en tanto, será investida como objeto.
Es decir, hubo acciones previas al Edipo en tanto “querer ser como” u “obtener algo”
del objeto. Esto es previo al Edipo porque no hay conflicto, ya que la conflictiva es
resultado de la trama edípica.
Página 100: “Es fácil aclarar el distingo entre una identificación de este tipo con el
padre y una elección de objeto que recaiga sobre él.” En el primer caso el padre es
“lo que uno querría ser”; en el segundo, “lo que uno querría tener”. La diferencia
depende de que la ligazón recaiga en el sujeto o en el objeto del yo.
La primera ligazón (identificación originaria) ya es posible, por tanto, antes de toda
elección sexual de objeto”. Como conclusión, la identificación es una ligazón
afectiva y aspira a configurar al Yo a semejanza del otro tomado como modelo.
1. Identificaciones al rasgo
En el texto de las identificaciones encontramos un ejemplo clínico: el síntoma singular
de la tos de Dora, en los términos que indica el entretejido sintomático. Esos términos
son, por ejemplo, el cambio de vía, los nexos de sentido, las diferentes orientaciones
de la identificación que enlazan a distintos momentos del síntoma, etc. El historial
de Dora es singular porque abre a la pluralidad y diversidad de las
identificaciones en la histeria. La tussis nervosa, el catarro, es el rasgo privilegiado
que se recorta con el cambio de vía. Expresa tanto al malestar materno como al
malestar paterno: es una identificación al rasgo de la persona objeto. Nos interesa la
identificación al rasgo porque participa de la formación de síntoma.
Ejemplo: Supongamos que una niña reciba el mismo síntoma de sufrimiento que su
madre, por ejemplo, tos constante, ello puede ocurrir por distintas vías.
☛La identificación puede ser la misma que la del complejo de Edipo, que implica
una voluntad hostil de sustituir a la madre. Y el síntoma expresa el amor de objeto por
el padre. Realiza la sustitución de la madre bajo el influjo de la conciencia de culpa:
‘Has querido ser tu madre, ahora lo eres al menos en su sufrimiento’”.
☛O bien el síntoma es el mismo que el de la persona amada (Dora imitaba la tos del
padre). En tal caso, la identificación reemplaza a la elección de objeto; la elección
de objeto ha regresado hasta la identificación. Dijimos que la identificación es la forma
primera y más originaria del lazo afectivo. Bajo la constelación de la formación de
síntomas (mediante represión y mecanismos del inconsciente), sucede a menudo que
la elección de objeto vuelve a la identificación: o sea, que el yo tome sobre si las
propiedades del objeto.
En estas identificaciones el yo copia en un caso a la persona no amada y en el
otro a la persona amada. En los dos, la identificación es parcial, limitada en un grado
sumo, pues toma prestado un único rasgo de la persona objeto.” (p. 100, 101).
1. Identificación masiva
☛Es frecuente un tercer caso donde la identificación prescinde por completo de
la relación de objeto con la persona copiada. Freud nos propone un ejemplo,
donde notamos que el mecanismo colabora activamente en la formación de una
“infección psíquica”, en términos del malestar: “Una muchacha recibió en el
pensionado una carta de su amado secreto, la carta despertó sus celos y ella
reaccionó con un ataque histérico, algunas de sus amigas, que saben del asunto,
pescarán este ataque, como suele decirse, por la vía de la infección psíquica. El
mecanismo es el de la identificación sobre la base de poder o querer ponerse
en la misma situación. Las otras querrían tener también una relación secreta, y bajo
el influjo de la culpa aceptan el sufrimiento aparejado” (p. 101).
El termino de “infección psíquica” forma parte de las diferentes definiciones que
nos va ofreciendo Freud, para ubicar la participación de la identificación en la
formación de síntomas. En este caso, hay una identificación del tipo histérico. En el
material clínico que encontramos en la Interpretación de los sueños, la función de la
identificación histérica se establece, no por ser un razonamiento posible para
conformar una situación patógena, sino por ser una identificación o apropiación
sobre la misma reivindicación etiológica.
Freud quiere destacar aquí, el carácter de hacer propia una vivencia significativa,
que constituye la identificación de querer ponerse en la misma situación.
Proponemos pensar esta identificación como una creación cuyo motor es un
mecanismo que identifica, no al objeto a incorporar, sino a un igual.: “Uno de los
«yo» ha percibido en el otro una importante analogía en un punto; crea así una
identificación con punto y es influida por esa situación patógena” (p. 101).
A Freud le sirve el ejemplo del pensionado para pensar la ligazón que se produce
en la masa, la idea del autor es que esta ligazón hace comunidad. Existe un ideal
en la conformación de la masa y cada uno de los «yo» no se identificaría sólo con
el ideal, sino con la relación que cada yo tiene con ese ideal. Para la conformación
de esta ligazón hay algo que el sujeto resigna. Algo de lo singular de cada uno se
resigna para conformar la masa. Lo singular que queda callado ¿es la semilla de lo
que va a elaborar después la neurosis?
SEMANA 4 TEO
Teóricos Mazzoni, Y Semana 4
✔tiene que ver con el núcleo traumático, vacío de sentido, que apuesta a los singular de
cada quien.
No es el inconsciente de la época de Freud (porque el inconsciente responde a una época.)
☛El inconsciente real que propone Lacan deja de lado todas estas cuestiones novelescas y
memoriosas, para pensar el inconsciente más del lado del núcleo traumático, de aquello
que deja marca en el cuerpo. Es un pasaje del síntoma como metáfora, al síntoma como
goce: aquel que no puede tramitarse vía la representación.
Leer un goce que traumatiza el cuerpo (sin relación al Nombre del Padre como cuestión de
lo edípico) se plantea como una nueva perspectiva para la práctica clínica, más allá de los
límites del inconsciente transferencial. Con lo único que contamos es con las marcas
singulares de goce, con el choque del goce en el cuerpo. Por ello, Lacan va a hablar del
parlêtre (“cuerpo hablante”) porque no sólo le da importancia a la cuestión del
significante, sino a la cuestión del cuerpo. El inconsciente real, también va a estar en
relación con ese efecto, con ese goce que choca sobre el cuerpo, lo traumatiza.
Como dijo Fabián, con Joyce vamos “hacia el inconsciente real”, que nos abre una
perspectiva en relación al cuerpo, a la interpretación, a la clínica. Y que nos sirve para pensar
la actualidad, que no cree en el inconsciente.
SEMANA 4 SEMINARIO
CET Racki, G Semana 4
Dialécticas en la histeria
Lacan J. (1951), Seminario 5: Cap. 20, parágrafo 3 y Cap. 22, parágrafo 3.
El término “dialéctica” es un término preciso y precioso para que recorramos distintas
formulaciones sobre la histeria. Piensen que, desde el primer Freud que enfatiza la
intersubjetividad de la histeria en oposición al solipsismo de la obsesión, pasando por
distintos momentos de Lacan -incluso hasta el último Lacan que tipifica la histeria en
relación con el amor del otro- podemos reconocer siempre, la experiencia clínica de la
histeria, a partir del rasgo de la dialéctica. Así que la primera gran definición de hoy
es “la histeria hace dialéctica”.
El invento del psicoanálisis viene de ahí: del encuentro entre aquellas primeras
histéricas que se presentaban con sus conversiones y del otro lado el deseo de Freud
de hacer, con ese padecimiento en el cuerpo, palabras que hablen, que digan. Hay
un entusiasmo mutuo de las histéricas y del deseo freudiano por producir un decir, un
saber más allá de la conciencia: sueños, fantasías, deseos inconscientes. De esa
dialéctica entre aquellas primeras histerias conversivas y el deseo de Freud, es que
se produjo el invento de la clínica psicoanalítica. Esta es la primera gran consecuencia
de la dialéctica histérica.
En el programa partimos de las elaboraciones freudianas sobre la histeria y la
obsesión (que dos grandes estilos defensivos respecto a la representación sexual
inconciliable). Ahora haremos un pasaje a lo que Fabián ha definido como “el primer
Lacan”, cuyas coordenadas son la relación del sujeto con el Otro barrado. En este
momento, se esfuerza por traducir toda la técnica freudiana a la estructura del
lenguaje. Lo que en Freud es “representación reprimida”, en términos “lenguajeros”
es que falta un significante en el Otro.
¿Qué significante falta? Aquél que condense, represente el ser y el deseo del
sujeto. Ese agujero es modalizado de dos maneras distintas por la histeria y la
obsesión.
☛♀La histeria lo hace como pregunta amplia por la sexualidad y la procreación
(esta es la forma en que lo plantea Lacan en el Seminario 3). El primer ejemplo que
da es de histeria masculina: el tranviario con su fantasma de embarazo.
El énfasis está puesto en esta modalidad de pregunta, que viene de la línea Freudiana
planteada en “Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad”, donde enfatiza
la relación entre histeria y fantasías con temática de sexualidad.
☛♂Del lado de la obsesión, hace de ese agujero en el Otro una pregunta por si
estoy vivo o estoy muerto. Eso también viene de un hilo freudiano del mecanismo
auxiliar del yo: Isolierung o aislamiento. Lacan lo traduce en términos de “la pregunta
aislada”, por si estoy vivo o estoy muerto.
Una de las fórmulas que resume todo lo que vienen aprendiendo de la clínica
freudiana es que la histeria hace del acontecimiento del cuerpo una pregunta, un
enigma a descifrar. Lo digo así, porque es una manera de seguir esta pista, de que
la histeria modaliza el agujero como una pregunta por la sexualidad en la procreación.
Hace del acontecimiento de la tos o la afonía un enigma a descifrar. Esto es un aporte
que ha hecho la histeria a la clínica psicoanalítica: con algo que sucede en el cuerpo
hacer una pregunta. Esto no es una obviedad, es un invento del síntoma histérico.
Un caso, específico, de hacer con el síntoma del cuerpo una pregunta o un enigma,
es el de Dora. Lacan, en “Intervención sobre la transferencia”, trabaja ese enigma
como un enigma por la feminidad. Pero quiero aclarar: este es un caso dentro del
amplio espectro de la pregunta por la sexualidad y la procreación; es un caso, una
variante posible. Entonces, quiero que tomen ese escrito, como una modalidad para
trabajar la amplia pregunta por la sexualidad y la procreación: la modalidad de hacer
una pregunta por lo femenino.
“Intervención sobre la transferencia” es un escrito que no tienen como obligatorio, es
bibliografía sugerida, solamente lo pongo como un ejemplo que trabaja Lacan con el
motorcito de la dialéctica hegeliana. Es un buen ejemplo para que se ubiquen bien en
esto de lo que Lacan ubica como “clínica de la pregunta”. Porque ahí, con el
motorcito de la dialéctica hegeliana (y dejando de lado las cuestiones de la novela),
él va explicando las transformaciones de Dora como un pasaje de un estado de
queja -por ser objeto de intercambio-, a ponerse a trabajar sus síntomas. Esta
es una posición de implicación con el síntoma, eso es la “rectificación subjetiva”
que también la histeria enseña.
Luego, dentro del trabajo del síntoma tenemos todo el motorcito de hacer del síntoma
del cuerpo un enigma a descifrar. Entonces comienza a descifrarse tanto la
identificación a la impotencia del padre, como fantasías sobre “la otra”; que también
tienen todo su peso en cierto aspecto de la clínica de la histeria: ya sea “la otra” del
lado de identificación a la mirada del hombre o versión de “la otra” -que es la más
potente clínicamente- qué tiene que ver con “la otra como el enigma”, encarnando
el misterio de lo femenino.
Hay otro pasaje de “las verdades de Dora” que tiene que ver con una gran matriz -el
recuerdo infantil de Dora chupeteándose y agarrada de la oreja del hermano- que
concentra identificación viril, fragmentación corporal, prevalencia del objeto oral, etc.
Toda esa travesía -dicha en términos del motorcito hegeliano dialéctico-tiene una
lógica: a partir del síntoma en el cuerpo, va descifrando el saber inconsciente
sobre eso y finalmente -Lacan lo enfatiza- Dora puede despojarse de las
respuestas neuróticas en las que está embrollada, a la pregunta por lo
femenino. Está enrollada en ciertas respuestas neuróticas que son: identificación viril,
fantasías sobre la otra, fragmentación corporal. Puede despojarse un poco de eso y
tener cierto acceso a lo femenino, más allá de esas respuestas neuróticas.
Lacan lo llama: “un acceso a cierto Maná”. Entonces, podemos leer el historial de
Dora, como una travesía de hacer del acontecimiento de cuerpo un enigma descifrar;
despojándose de ciertas respuestas neuróticas, hasta tener cierto acceso a lo
femenino.
✒Relación entre demanda y deseo: toda demanda tiene una doble dimensión que es
estructural. Una dimensión es pura demanda de satisfacción y otra dimensión es
una demanda de amor. Son dos frecuencias que siempre tiene la demanda, que es
no solamente la satisfacción de la necesidad, sino que el otro esté ahí presente o
ausente ante mi pedido (ese sería el registro amoroso de la demanda). Por otro lado,
el deseo, vive en el intervalo entre esos dos planos de la demanda.
SEMANA 5 PRÁCTICO
SEMANA 5 – CLC – Pérez Rean
Contrapunto el síntoma histérico y el síntoma obsesivo
❶ Primer eje: Síntoma y defensa (como mecanismo específico de la neurosis)
☛En la histeria nos encontramos con el síntoma conversivo, alojado en el cuerpo
(“salto a lo somático”). El síntoma en la histeria funciona como amalgama: en una
figuración se satisfacen las dos mociones opuestas. Freud plantea que la defensa es
“exitosa”, porque en un solo punto se satisfacen dos mociones opuestas. Por otro
lado, el síntoma es un compuesto de elementos heterogéneos: por un lado, lo
pulsional y por otro el sentido.
☛En la neurosis obsesiva pensamos el síntoma en relación con el falso enlace.
Ubicamos el lugar preponderante del “aislamiento”, en términos de la representación
que ha quedado debilitada, a raíz del falso enlace y la operación de la defensa. Sobre
su mecanismo especifico, hemos trabajado la hipótesis de Freud sobre su etiología
en términos de la desmezcla pulsional: regresión a la fase sádico-anal.
En términos de la defensa, por el mecanismo de desplazamiento, la neurosis obsesiva
instala nuevas defensas contra lo reprimido, el síntoma se aloja en el pensamiento.
La representación debilitada (nimia, insignificante) que queda en la consciencia recibe
el monto de energía de la representación que fue reprimida. Entonces a mayor
desplazamiento, el Yo implementará nuevas defensas contra la pulsión que se filtra
en las representaciones sustitutivas. Vemos que la defensa fracasa, la satisfacción
pulsional -o goce- se filtra. Esta vertiente Freud la denomina “erotización del
pensamiento”.
Así como la histeria desbarata la idea de “cuerpo armónico de la anatomía”, la
neurosis obsesiva desbarata el “campo de representaciones psíquicas”, apareciendo
un pensamiento que queda invadido por la satisfacción pulsional.
❷ Segundo eje: El complejo paterno y las identificaciones en juego.
☛En la histeria podemos ubicar la vertiente del amor al padre. En el historial de Dora,
en el sueño del alhajero (primer sueño), hay algo que queda situado en términos del
retorno del amor al padre. Podemos pensar en un interjuego entre el amor al padre y
las identificaciones, que se articulan todo el tiempo.
En cuanto a estas últimas, hemos trabajado el segundo tipo: la identificación al
rasgo. Dora se identifica al síntoma de su padre, al de su madre en tanto objeto rival
en el Edipo, a la otra mujer, etc.
☛En la neurosis obsesiva podemos retomar lo que trabaja Freud en el historial del
Hombre de las Ratas, donde ubica al padre como perturbador de la satisfacción
sexual. Allí vemos todo el derrotero sobre el papel del padre y también podemos
pensarlo de la mano de las identificaciones.
Encontramos la identificación al padre en dos puntos: la deuda de juego; que
aparece en el conflicto y desencadena la neurosis obsesiva del paciente. Y la deuda
de amor; siendo que el padre también había quedado bajo el conflicto de elegir entre
la mujer amada y la mujer rica. Por último, podemos detenernos a considerar la
identificación en el síntoma al significante “rata”. En el historial surge el relato del
paciente de “ser pegado como un ser roñoso que en la ira muerde”.
❸Tercer eje: Puntos de fijación.
☛En la histeria, según el historial de Dora, la fijación se da en torno a la satisfacción
del objeto oral (Dora la chupeteadora).
☛En la neurosis obsesiva, en el Hombre de los Ratas el significante “rata” despierta
la sensibilidad del complejo anudado al erotismo anal. Lo articulamos en relación
con la hipótesis de la desmezcla pulsional, como punto de fijación en la fase sádico-
anal de evolución libidinal, que da cuenta del mecanismo en juego para la neurosis
obsesiva.
Caso clínico actual: “Del pánico a la obsesión” de Alejandra Glaze
Cita de Lacan en el texto La Tercera “El sentido del síntoma no es aquel con que se
lo nutre para su proliferación o su extinción, el sentido del síntoma es lo real, lo real
en tanto se pone en cruz para impedir que las cosas anden”.
En el historial de Freud del Hombre de las Ratas, desde el inicio del tratamiento se
expresa una neurosis obsesiva completa, en la primera consulta el paciente ya se
presenta el glosario de síntomas, representaciones y actos obsesivos. Aquí, en
cambio, encontramos una presentación en la que el síntoma obsesivo parece
construirse como punto de llegada. Se arma luego de atravesar ciertos avatares al
interior del tratamiento. Para situar el caso, hay que señalar la lógica que la analista
le imprime al construirlo, ubicando cuatro puntos centrales:
1 De la angustia a la inhibición: Se trata de un joven de 19 años cuyo motivo de
consulta tiene que ver con un “ataque de pánico”: un monto de angustia que lo invade,
que lo invade en el cuerpo, que no aparece mediada ni ligada a ninguna
representación, sino que remite a la emergencia de lo que es nombrado como un
trastorno actual, los trastornos de ataque de pánico.
Este primer momento se trata de hacer un pasaje desde ese síntoma en el cuerpo/
angustia a la inhibición, que se presenta bajo lo que el paciente llama “me paralizo”:
así es como siente el funcionamiento de su vida que se ve perturbada en casi todas
sus actividades. Entonces, pasa desde este trastorno de ataque de pánico -que le
viene nombrado desde afuera como “ataque de pánico”- hacia la inhibición (limitación
funcional del yo). Además, en este primer tiempo, la analista ubica y trabaja todas las
perturbaciones y embrollos del paciente en relación con la demanda. Ubica que el
“paralizarse” queda ligado a la frase “pedir de más”, que se le arma sobre todo en
relación a las mujeres.
2 Pasaje desde el punto de inhibición hacia lo un primer síntoma: “las
mujeres”: Comienza el trabajo de ligar la gran dificultad que se le presenta al paciente
en cómo aborda el tema de la sexualidad y su relación con las mujeres. Es un trabajo
de ligar algo con su posición fantasmática en relación con deseo del Otro. Parece
localizarse algo en el sentido del quedar “fuera de lugar”. Esta es una cuestión que el
paciente trabaja sobre sus recuerdos, en el material que presenta al interior del
tratamiento. Este quedar “fuera de lugar” está ligado a la vertiente sintomática del
“estar incómodo”. El “estar incomodo y el “sentirse afuera” brindan la posibilidad de
construir la neurosis infantil propiamente dicha.
3 Pasaje desde el síntoma de la “incomodidad” hacia el “sentirse
importante”: En tanto habla de su posición fantasmática, ubica algo en relación al
deseo, pero ya en otro punto: algo queda liberado de sus embrollos con la demanda.
Algo se separa de ese enganche al Otro, en términos de lo que el Otro espera de él:
“Cuando nadie esperaba nada de mí, me fue bien”. Allí queda situado un momento
particular dentro de su tratamiento.
4 Pasaje desde la inhibición hacia el síntoma obsesivo: En un primer tiempo
apareció una angustia irrumpiendo en el cuerpo que lo llevó a consultar, luego
emergió una inhibición que comenzó a trabajar en el análisis y finalmente se logró
llegar a la estructura subjetiva del paciente articulada en torno al síntoma obsesivo.
La analista describe cómo aparece esto dentro de la cura, el paciente comenzó a
hablar de los pensamientos lo invadían: “La cabeza que no puede parar, una máquina
que tengo”. Nace la aparición de la neurosis obsesiva como punto de llegada. No
como una neurosis o síntoma obsesivo que se presenta al inicio de la consulta (como
en el Hombre de las Ratas) sino como punto de llegada, como un síntoma que se
construye al interior de análisis mismo. Es interesante ver como ésta puede ser una
modalidad de presentación actual, donde no vemos de entrada una neurosis obsesiva
completa, sino que es algo que se arma. Y se verá como sigue, según la singularidad
del sujeto.
SEMANA 5 TEO
SEM 5 - TEO Berger
La clínica de la pregunta
Hablaremos de la clínica de la pregunta del sujeto al Otro. A partir de esa pregunta
se va a producir un efecto: el Deseo. Los intentos de respuesta serán las
identificaciones (como el fantasma, el síntoma y el yo).
Lacan ubica a la Neurosis como una pregunta del sujeto al Otro alrededor de su ser,
alrededor de ¿qué es?, ¿qué desea?, ¿quién soy?, ¿qué deseo?. En la clínica esa
pregunta se modula en la posición histérica de una manera y en la posición
obsesiva de otra. Son dos modulaciones a la misma pregunta.
☛ “El sujeto recibe su mensaje en forma invertida del campo del Otro”
Otro camino que toma Lacan para hacernos pensar en este poder determinante del
☛ “El deseo es el deseo del Otro”
Otro camino que Lacan toma para explicar esta intención del sujeto al Otro y el
poder determinante del Otro, es a través de la fórmula de la necesidad y la
demanda, que tiene como resultado un resto llamado Deseo.
Imaginemos un bebito que llora y grita en función de alguna necesidad. Ese llanto,
ese grito, sólo se constituye en llamada a partir de que haya un Otro que lo
interprete como demanda. Entonces va, lo alza, le da la mamadera, le cambia el
pañal. Le va a dar una versión posible a ese llanto, lo va a interpretar de alguna
manera, pero esa interpretación nunca es absoluta o exacta, es una versión. Hay un
resto entre ese llanto y lo que se interpreta de eso, y como esa interpretación
nunca es exacta, deja un resto que llamamos Deseo.
Entonces el lenguaje nos da un marco que nos ubica y localiza entre significantes,
pero ninguno nos nombra totalmente. Ninguno nombra totalmente quien es o que
desea Andrea. Justamente porque el Deseo es eso que resta de toda interpretación
que venga del Otro del lenguaje. Esto lo explica a través de estos dos caminos. Y lo
ejemplifica con el caso Dora y el caso del tranviario.
Hay otra cuestión muy interesante: Lacan se refiere a este caso como “histeria
traumática” pero también la nombra “histeria masculina”, quiere hacer un corte con
el hecho de pensar a la histeria relacionada a las mujeres, quiere separar la histeria
de lo femenino.
Esta historia comienza con los griegos. para ellos la histeria era una enfermedad de
las mujeres (“Histeria” viene de útero). Era un trastorno hormonal de las mujeres y
se lo llamaba el globus histéricos. Sydenham en 1680 (aprox) afirma que la histeria
es solo de mujeres y además las acusa de ser simuladoras: “quieren manipular y
engañar a los médicos”.
En respuesta a esto, varios años después, en 1880 y pico, viene Charcot a decir
que no son simuladoras, sino que “son enfermas de los nervios”. Contemporáneo a
Charcot viene Freud a contestarle y dice que “no son enfermas de los de los
nervios, sino sujetos que denuncian una verdad reprimida”. Si bien fue un cambio de
perspectiva radical, Freud no terminó de desembrollar el nudo que había entre
histeria, femineidad, mujeres y maternidad (una de las salidas femeninas del
Edipo).
Pero Lacan propone pensar que hay una dialéctica entre lo simbólico y lo
imaginario, por lo cual lo imaginario le presta una gestalt, una forma, un imaginario o
imagen al significante falo. Lo imaginario brinda a lo simbólico una prestancia
imaginaria. Por eso muchas veces ahí se produce una confusión entre pene y falo,
lo que origina los derroteros de la Neurosis.
Por ejemplo, la histérica va a buscar en quien supone que lo tiene aquello que le
falta (falta a nivel del ser). ¿Quién supone que lo tiene? Otra u otro. Si es Otro, está
confundiendo allí lo imaginario con lo simbólico, está confundiendo la prestancia
imaginaria, confundiendo a quien tiene el pene como si eso representará al falo. En
el caso de la histeria masculina, puede buscarlo en quien supone que lo tiene o, a
veces, en él mismo; suponiendo que lo tiene (porque tiene un pene) pero creyendo,
erróneamente, que eso que tiene está a nivel del falo. Ese es el derrotero de la
Neurosis, en eso se pierde: confunde al falo, que es un significante, con el
pene. Y busca lo que le falta a nivel del ser en quien supone que lo tiene.
(Página 254)
El síntoma del tranviario, ese dolor en el cuerpo, persiste más allá de que los
médicos le dicen que no tiene nada. Hay un síntoma, una molestia, un dolor difuso
que se irradia a nivel de las costillas que le resulta enigmático. Por lo que decide
trabajarlo y va a ver al psicoanalista. Lacan lee que ese síntoma se apoya en un
fantasma de embarazo y procreación.
Este caso, en el Seminario 3, le sirve a Lacan para puntear las diferencias entre
Histeria, Neurosis y Psicosis. El tranviario tiene un fantasma de embarazo y
procreación como Schreber, tienen eso en común. Pero en Schreber el fantasma
es delirante, literal, cargado de certeza sobre ese embarazo y procreación de los
schreberitos que iban a poblar el mundo. En cambio, el fantasma del tranviario es
un enigma, hay que interpretarlo, está reprimido.
SEMANA 5 SEMINARIO
SEMANA 6 PRÁCTICO
LDC Carpi, A Semana 6
¿Para qué sirve el sueño de la Bella carnicera? La Histeria nos orienta sobre el deseo
insatisfecho, como estrategia para crearlo y mantenerlo vivo. La histérica muestra su
estructura en la característica del sujeto como sujeto deseante.
La lectura freudiana
Empecemos por la lectura que hace Freud en La interpretación de los sueños (1900).
Se corresponde al comienzo del segundo tiempo freudiano, donde ubicamos las
nociones de: inconsciente, represión, formaciones del inconsciente, interpretación
para hacer consciente lo inconsciente. En este sueño, Freud nos habla del deseo por
primera vez y su particularidad como deseo insatisfecho, no realizado, no colmado.
Este sueño le sirve a Freud para presentar los síntomas histéricos sostenidos por la
identificación y nos permite apreciar la particularidad del deseo en la clínica.
Freud se confronta con una paciente “astuta”, que se presenta bajo la modalidad del
desafío histérico. Así como el Hombre de las Ratas había leído Psicopatología de la
vida cotidiana, la Bella carnicera conocía los trabajos de Freud acerca de los sueños
como cumplimiento de deseo. Se acercó diciéndole que ha tenido un sueño que no
coincide con su teoría en tanto cumplimiento de deseo. Freud la invita a relatar el
sueño y ella relata: quiere dar una cena y en la heladera sólo tiene un trozo de salmón
ahumado. Tras varias dificultades, tiene que renunciar a la cena. “¿Dónde está el
cumplimiento de deseo allí?” Le pregunta. Freud responde que, en apariencia tiene
razón, pero la invita a trabajar el sueño, asociando.
La paciente empieza a asociar, comenzando por su marido, quien es carnicero
y está enamorado de ella. Aparece algo de lo que ella se priva hace ya mucho tiempo:
tiene deseos de comer todos los días un sándwich de caviar, y está convencida que
si lo pidiera, el marido se lo daría… pero no se lo pide para que no se lo de. Freud
dice que parece que la mujer se ve en la necesidad de mantener un deseo
insatisfecho.
Esto también aparece en el relato con su amiga “la flaca”, de quien el marido
habla bien. Ella quien le pregunta: “¿Cuándo vuelve usted a invitarnos? ¡Se come tan
bien en su casa!” (p. 166). Si recordamos el sentido en el sueño, que es no dar una
comida, el deseo de la paciente sería decirle que no a la demanda de la amiga,
no engordar a la flaca y satisfacer a su marido (a quien le gustan las redondeces).
Por otra parte, Freud pregunta por el trozo del salmón ahumado. La paciente
dice que es el plato preferido de la amiga. Además, ubica que la amiga se priva del
salmón como ella del caviar.
Ambas, rechazando su deseo de caviar o salmón, consiguen mantener su deseo
insatisfecho. Freud explica que el deseo de salmón ocupa en la economía
psíquica libidinal de la flaca, el mismo lugar que el caviar para la Bella carnicera.
Así, presenta la identificación histérica, la identificación por infección psíquica vista en
Dora y en Psicología de las masas y análisis del Yo. Sin embargo, recordemos que
este texto es previo a los mencionados. En 1900, en este sueño, ubica que la
identificación histérica es la que hace comunidad: en el inconsciente la Bella
carnicera, ocupa el mismo lugar que la flaca en el deseo.
La lectura lacaniana
Pasemos a la lectura que hace Lacan del sueño, que trabajaremos desde Dirección
de la cura y desde el capitulo 20 del Seminario 5, ambos son del año 1958, un año
muy importante para Lacan, ya que está elaborando el concepto de falo (también es
la época del escrito La significación del falo). En esta época, el falo es equivalente al
significante de la falta.
Lacan va a tomar el deseo insatisfecho como concepto freudiano para darle una
vuelta más. Toma este sueño como paradigma de la estructura histérica, pensada
desde el deseo en tanto insatisfecho. La “Bella carnicera” es el nombre que le da
Lacan, remarcando en este sueño el deseo insatisfecho como la modalidad del
deseo que caracteriza a la histérica. Este sueño sería ejemplar para dar cuenta del
deseo en la Histeria.
Lacan señala que el deseo es deseo de deseo, no deseo de un objeto. La histérica
pone en evidencia una de las características del deseo que es la insatisfacción (otra
característica es la imposibilidad del deseo del obsesivo.) En la Histeria se habla de deseo
como deseo insatisfecho. La histérica está siempre en relación con un deseo, pero
a condición de que este no se cumpla.
❄El salmón ocupa el mismo lugar en la economía psíquica de la flaca, que el caviar
para la Bella carnicera. Pero más allá de los objetos que se traten (salmón o caviar),
hay que pensarlos como significantes privilegiados en la cadena, ya que indican el
lugar de la falta en el Otro.
⤷ No se trata entonces de un objeto sino de significantes, lo que nos permite decir
que el deseo es siempre deseo de otra cosa. Hay “metonimia”: el deseo se desliza
en la cadena significante.
⤷ Lacan nos dice que este sueño también es una “metáfora” de deseo, en tanto es
sustituto de un significante por otro produciendo un efecto de sentido. Se trata
entonces de un deseo que sustituye a otro: el deseo de salmón de la amiga sustituye
al deseo de caviar de la paciente. El salmón es la metáfora del caviar, que
representamos de la siguiente forma: Salmón
Caviar
Freud afirma que la identificación histérica se sostiene en esta sustitución, ya que el
salmón para la flaca desempeña el mismo papel y ocupa el mismo lugar que para la
paciente. Entonces, el deseo de caviar es un deseo de mujer colmada… que no
quiere ser una mujer colmada… entonces necesita una falta, buscar algo que la
descomplete para sostener la insatisfacción y que el deseo siga vivo.
¿Qué demanda la histérica? ¿Qué demanda la Bella carnicera? La demanda es
siempre demanda de amor. ¿Qué quiere la Bella carnicera? Quiere caviar. ¿Qué
desea la Bella carnicera? Que no se lo den. Lacan dice que desea caviar, pero en
tanto que le falta.
➰❓El deseo es el deseo del Otro.
La pregunta del neurótico es siempre por el deseo del Otro. Es al Otro al que le dirige
la pregunta. Sabemos que el sujeto se constituye en el campo del Otro y busca
su reconocimiento. En la medida en que el Otro lo reconoce, lo constituye como
sujeto, pero el Otro no tiene todos los significantes. Entonces, desde el grafo del
deseo, ubicamos la Neurosis del lado de las respuestas.
La histérica se pregunta por lo femenino, el obsesivo se pregunta por la muerte y la
existencia. Pero no hay un significante en el campo del Otro para responder a esto.
Lacan lo trabaja así: “El matema que ubica es el matema del significante de la falta
en el Otro, el significante del Otro barrado, el Otro tachado.” Esto quiere decir que el
Otro no está completo, le falta un significante. El matema del significante del Otro
SEMANA 6 TEO
SEM 6 - TEO Mazzoni
Seminario 5, Capítulo 20. Lacan toma el sueño de la Bella carnicera, una paciente de
Freud. El caso va a servir para pensar la diferencia entre deseo y demanda. Algo que
introduce Lacan, no presente en Freud en el análisis que hace.
De acuerdo con lo que propone Fabián estamos en el segundo tiempo de Lacan.
Tenemos la Neurosis pensada como la clínica de la pregunta y una dialéctica entre
un sujeto que está barrado (un sujeto deseante) y un Otro que también está barrado.
Lacan toma sueño de la Bella carnicera y ubica el desarrollo que hace Freud, que es
en términos de sustitución de un significante por otro. Esto permite dar cuenta de la
“identificación histérica”, no como imitación, sino con un mecanismo psíquico en
juego. Se puede leer de esta manera: ella tiene deseo de caviar, al que le dice que
no. La amiga tiene un deseo de salmón al que también le dice que no. Lo que el ICC
hace es jugar a la sustitución, que le permite estar en el lugar de la amiga; es decir,
el lugar que ocupa en el sueño, vía la aparición en el sueño del salmón. Allí hay una
metáfora, un nuevo sentido, ella está representada en el sueño a través de un
significante de la otra; el salmón representa a la amiga y representa algo de un deseo
no cumplido de esta amiga, que es caviar. El caviar ha sido eliminado de la cadena,
nadie podría saber cuál es su deseo.
La operación que hace Lacan no es solamente mostrar cómo el ICC opera por
sustitución metafórica sino que en este sueño hace una diferencia entre la
demanda y el deseo. Esto es crucial y no está en Freud. Freud no hace diferencia
entre demanda y deseo.
¿Qué es el deseo?
No es deseo de una cosa, sino que el deseo está jugado en el terreno de la falta. Hay
un pasaje por el campo del Otro, a partir de la demanda, por ser sujeto de la
necesidad. Pero el Otro es un Otro barrado, que no tiene todos los significantes, no
puede interpretar toda la demanda. Lo que resta de esa operación es la dimensión
del deseo. Se produce en el sujeto la dimensión de una falta porque el Otro está
barrado, no puede responder con significantes a esa demanda en forma absoluta. Y
queda este resto, que es el deseo. Deseo como pura diferencia.
Para que haya deseo tiene que haber una falta, un vacío, porque si no hay falta no
se mueve el deseo. No hay que confundir deseo con demanda, porque el deseo se
aplastaría si se confunde con la demanda. Pero para que haya hueco tiene que haber
falta en el Otro, esta es la dialéctica entre el sujeto y el Otro. La falta en el Otro
implica un Otro también deseante, el deseo está mediado por el deseo del Otro.
Donde en el Otro falta algo, es donde uno puede localizarse como deseante. Si
encontramos un Otro absoluto, que tiene todos los significantes no se va a producir
ese lugar para que el sujeto pase y se instale.
Si somos neuróticos, cuando entramos en lo simbólico quedamos alienados en estos
significantes del Otro. Esta entrada implica la falta en ser: un sujeto dividido, que
queda representado por un significante que deja un resto que no puede ser dicho. El
efecto fundamental de esto es el deseo. El deseo es la metonimia de la falta en ser,
es lo que desliza entre la cadena de significantes. Esta es la trampa del neurótico.
Por ejemplo, puede desviarse en el camino, y terminar yendo al yo: m., mediante
la pregunta cortocircuitada por el yo, como el caso del tranviario. Aquí el encuentro
con los instrumentos médicos despertaron la pregunta amordazada.
También puede elegir el camino que lo lleva al síntoma: S(A).
Asimismo, tenemos el desvío fantasmático, fantasma: ($<>a). En este momento
esa “a” tiene que ver con la cuestión imaginaria, con una matriz simbólico-imaginaria.
Podemos identificar el fantasma en Dora, en el recuerdo de ella tirándole de la oreja
al hermano mientras se chupaba el dedo. En el fantasma el Neurótico vierte sus
modos de relación al Otro. El fantasma articula al sujeto con un objeto, una escena,
un texto imaginario simbólico que de alguna manera responde a esas preguntas de
quién soy y qué deseo.
La escena que se arma en el fantasma pone en juego la dimensión del sujeto dividido
entre significantes. La trampa del neurótico es que hace desear, porque al pasar por
el campo de Otro, le pide lo reconozca y lo nombre. Pero el campo del Otro lo único
que tiene para devolver es significantes; por eso el sujeto queda dividido, definido
entre significantes, no hay un significante que define al sujeto, se escapa la esencia
misma de su ser, la “falta en ser”: eso que tiene que ver con la dimensión del deseo
y no con la dimensión significante.
☛El fantasma, el síntoma, el yo, implicarían respuestas anticipadas a esa pregunta,
para que no se despliegue del todo y no produzca este punto de angustia, que
tiene que ver con el encuentro con el Otro que no tiene todas las respuestas.
Lacan introduce el grafo del deseo para dar cuenta de que la Neurosis es la clínica
de la pregunta. Por un lado está el recorrido de la línea de la pregunta que finaliza en
el encuentro con el significante del Otro barrado o deseo del otro. Se ve como la
Neurosis trata de esquivar esto con los desvíos para evitar la angustia del encuentro
con el Otro mediante el yo, el síntoma y el fantasma.
Formas del deseo neurótico
El deseo neurótico como imposible o como insatisfecho, plantea dos estrategias
diferentes con un mismo fin: no saber nada acerca de la falta del Otro. Vamos a
justificar por qué, viendo como se juega el deseo en la Histeria y en la Neurosis
Obsesiva.
☛💎❤El deseo en la Histeria: La posición histérica se encarga de sostener el deseo,
pero también lo padece: padece ser la que sostiene el deseo como deseo del Otro.
En su síntoma no hace más que mostrar que el deseo va más allá de la demanda.
Este es el esfuerzo del sujeto histérico: demostrar que el deseo es lo que resta a la
demanda.
Tenemos el ejemplo la Bella carnicera, quien se ubica sosteniendo el deseo, incluso
al costo de hacerse privar de lo que quiere. Entonces, deseo denegado que Lacan
lee como deseo insatisfecho: “quiero, te demando caviar para que no me lo des, para
seguir deseándolo y para que vos desees darme lo que yo deseo como quiero, pero
te pido que no me lo des”. Esto es sostener el deseo más allá de la demanda, es
sostener el deseo como deseo del Otro.
☛⚔✖El deseo en la Neurosis Obsesiva: Ubicamos el deseo como imposible, al
hacerse esclavo de un Otro, al que lo eleva al lugar de amo para no saber nada de
su deseo. El Otro, para el obsesivo, es un Otro completo, sin barrar, absoluto.
Degrada el deseo del Otro y lo transforma en demanda, para poder darle al Otro y
no angustiarse frente a la dimensión de la falta (el deseo no se trata de
objetos/cosas que se dan). La dimensión de la falta es la que hace que el sujeto y el
Otro sean deseantes. Es lo que hace que haya lugar en el campo del Otro para el
sujeto y en el campo del sujeto para abrir la dimensión deseante.
El obsesivo padece el deseo como imposible porque padece este Otro, este amo que
lo maneja y todo se le vuelve imposible, el mundo se le vuelve imposible. Ese Otro
puede estar encarnado en el jefe, un amigo, la esposa, etc. “No puedo salir a jugar
porque no me deja mi marido”. El deseo obsesivo tiene una modalidad que evita el
encuentro con el Otro y
Tanto el deseo histérico como el deseo en el campo de la Neurosis obsesiva
son dos formas de padecimiento y estrategias para no saber nada de la falta en
el Otro. Ambos evitan la pregunta la pregunta acerca de ¿quién soy?, ¿qué deseo?.
Hay que evitar descartar la dimensión de sufrimiento que implica tanto la
insatisfacción como la imposibilidad. Se padece el deseo como deseo insatisfecho,
se padece el deseo como deseo imposible. Hay que buscar este deseo en los
casos clínicos, esto es fundamental en la lectura de los casos.
SEMANA 6 SEMINARIO
CET Vargas, R Semana 6
SEMANA 7 TEO
SEM 7 - TEO Berger
El tema de esta semana es Síntoma Mensaje, pero vamos a dialogar con el tema de la
semana que viene que es Síntoma Goce, esto se debe a que ni Freud ni Lacan avanzan
superando o descartando lo anterior, sino que son vueltas alrededor de lo real de la clínica.
Síntoma Mensaje
Instancia de la letra…
Estos son años donde a Lacan se le empieza a criticar que su clínica es de palabras, sentidos,
metáforas… es una clínica de equívocos lenguajeros pero que no toca lo que afecta al cuerpo,
los afectos.
SEMANA 7 SEMINARIO
CET Marchesini, A Semana 7
➰❓ Hasta aquí nos hemos referido al deseo en términos generales: como deseo del
Otro, deseo insatisfecho y deseo. Ahora, ¿Qué es el deseo inconsciente al que
Lacan hace referencia?
Cuando hablamos de deseo se trata de un objeto, no de un sujeto. No es una
persona, no es un anhelo, no es una ambición. Es un objeto que implica la fijación.
Este sujeto del significante se va a detener, el deslizamiento infinito de la cadena se
va a detener, por esta fijación que va a dar el objeto. El objeto dado como la huella
del sujeto. Dice Miller en la página 34: “El deseo solo causa el deseo por intermedio
de un objeto”. El concepto de objeto es fundamental. Objeto con relación al cual el
sujeto queda fijado. Sino habría un deslizamiento infinito metonímico.
El neurótico produce esta introducción del objeto en el campo del Otro. Esto explica
su dependencia, su apego transferencial al Otro; cosa que no ocurre con el sujeto
psicótico. Habíamos hablado de que la neurosis o la psicosis, depende de lo que tiene
lugar en el Otro y este Otro es una función universal, es un lugar en el Otro, “Tesoro
de los Significantes”, que es un poco una abstracción.
Al introducir el tema del fantasma vamos a incluir aquello en el Otro que es también,
objeto: el Otro no es solo significante, también en el Otro está el objeto. En Freud
lo encontramos bajo el concepto de “objeto perdido”. El neurótico tiene una pasión de
ir hacia el Otro en busca de lo que le falta; sufre la falta en ser, entonces va hacia el
Otro en busca de aquello que le falta. Y, en cada Otro, cree encontrar ilusoriamente,
lo que va a complementar su falta en ser. Esta idea implica que el objeto está en el
Otro, entonces voy hacia el Otro en busca de ese objeto.
Este objeto no es algo que se pueda representar. Es un objeto que no se articula
al sujeto, sino a su propia división. Es algo que hay, pero que no pude definirse
bien que es y el sujeto tiene con eso una relación de desconocimiento (el fantasma,
a diferencia del síntoma, implica una relación de desconocimiento).
Entonces, el fundamente de mi relación al Otro va a estar marcado por el
deseo, pero más atrás del deseo estará la pulsión, el goce y el objeto. En eso
radica el verdadero lazo al Otro.
SEMANA 8 PRÁCTICO
LDC Liberman, D Semana 8
SEMANA 8 TEO
SEM 8 - Teo Naparstek
Ubicado esto pasamos a una formulación que da Lacan en el seminario 10, que si bien no es
el último Lacan, anticipa esta concepción del síntoma.
Aquí plantea que el síntoma es goce (pág 139) “Como ustedes saben, el síntoma no puede
ser interpretado directamente se necesita para ello la transferencia, o sea, la introducción del
otro”.
Lo que está diciendo es a contrapelo de lo que él mismo venía planteando siguiendo a freud,
de que el síntoma es una metáfora, o sea, que es interpretable y que tiene sentido como todas
las formaciones del inconsciente, en este caso está diciendo algo bien diferente ya que
propone que el síntoma es goce y no puede ser interpretado y que no tiene nada que ver con
el otro, luego lo aclara aún más y agrega lo siguiente: “quizás todavía no lo captan ustedes
bien y me dicen, bien, si, esto es lo que está diciendo usted del acting out no forma parte
esencial de la naturaleza del síntoma que deba ser interpretado (...) hay que decir por otra
parte, que el acting out llama a la interpretación pero la cuestión es ciertamente saber si esta
es posible, demostraré que sí (...) tratándose del síntoma, está claro que la interpretación es
posible pero con una determinada condición añadida, a saber, que la transferencia esté
establecida, en su naturaleza, el síntoma no es como el acting out que llama a la
interpretación, puesto que demasiado a menudo se lo olvida. Lo que el análisis descubre en
el síntoma es que el síntoma no es llamada al otro, no es lo que muestra al otro, el síntoma
en su naturaleza es goce, no lo olviden, goce revestido sin duda, no lo necesita a ustedes
como el acting out, se basta a sí mismo.
Esto marca el aspecto autoerótico del goce, está poniendo de un lado al síntoma como goce
autoerótico que no tiene nada que ver con el otro, y del otro lado pone al otro, con los sentidos,
con lo posible de interpretar, etc.
Es decir, que el síntoma, en tanto tal, no tiene nada que ver con el otro.
¿Porqué alguien llevaría una satisfacción autoerótica al campo del otro?
Una respuesta posible es que suponemos que ese síntoma que es un goce que se
autosatisface, algo pasó con ese síntoma que dejó de ser tan satisfactorio como lo era antes.
Uno debería inferir que si el síntoma funciona bien no debería ir a ver a un psa, porque se
autosatisface y le alcanza, por lo tanto cuando uno recibe a un paciente debería preguntar
¿Cuál era su síntoma?
Por otro lado, lo que está planteando Lacan es que para que ese síntoma sea interpretable
hace falta sobre agregarle la transferencia (síntoma/natural + artificial). Ese artificio es hacer
creer a alguien que ese síntoma tiene un sentido, cuando eso se logra ya hay implicado algo
del otro, y es a partir de esa creencia que puede empezar a analizarlo e interpretarlo.
Esa creencia que no está en la naturaleza del síntoma, permite el análisis del mismo. Al final
del tratamiento algo de ese sentido se termina vaciando para llegar nuevamente al núcleo del
síntoma.
Que el síntoma tenga sentido está ligado a la idea del Edipo, del NP, es decir, que Lacan en
este seminario pueda arribar que hay algo en la naturaleza del síntoma que es vacío de
sentido, es que se trata de un síntoma por fuera del campo del NP.
Cuando pluraliza los NP pone en cuestión al Padre Universal, como si fuese el Dios ún ico y
para todos por igual, que es la idea por excelencia judeo cristiana.
Entonces, hay un aspecto del síntoma que no tiene ningún sentido y que lo único que trae
para el sujeto es un goce que no sirve para nada, que no tiene ningún beneficio, al menos
para el sujeto, se satisface a sí mismo (las pulsiones se satisfacen a sí mismas de manera
anárquica, el edipo hace creer que eso tendría algún sentido en el marco de la novela
familiar). Lo que plantea Lacan es que en un punto, en su núcleo no tiene ningún sentido y
que hay algo de ese síntoma que es irreductible, al estilo de esas satisfacciones que son muy
habituales hoy en dia, como alguien que no puede parar de consumir drogas y sabe
perfectamente que eso lo lleva a la muerte, que es una satisfacción que no tiene ningún
beneficio, sin embargo no lo puede dejar de hacer, también lo podemos ver en los trastornos
alimenticios.
Lo que aporta es una concepción que está muy ajustada a la época, no es un Lacan que
discute consigo mismo, va cambiando de acuerdo a la subjetividad de la época.
SEMANA 8 SEMINARIO
CET Kwint, E Semana 8
SEMANA 11 PRÁCTICO
Semana 11 – CLC
fobia
SEMANA 11 TEO
✒Freud (1926), Inhibición síntoma y angustia, Cap 7, 8, 9, 10
✒Freud (1032), Conferencia 32: La angustia y la vida pulsional.
✒Naparstek, Angustia (Cap 21-teorico 19). En Teóricos 2014
Vemos que la angustia tiene que ver con el síntoma, se relaciona con este, pero
no es su causa. Como causa tendríamos que ubicar al peligro de castración o
la represión.
La angustia está al inicio, desencadena el mecanismo de la represión. Solo, en la
medida en que la construcción del síntoma puede eludir fantasmaticamente la
situación de peligro, puede hacer desaparecer la angustia.
La angustia -en tanto reacción frente al peligro y en tanto el yo puede reproducirla
como señal del peligro- tiene el papel de desencadenante de los mecanismos de
defensa, en general, y de la represión, en particular. Ocupa el lugar de
desencadenamiento de la represión y en esta medida ocupa un lugar en la formación
del síntoma, en tanto el síntoma es retorno de lo reprimido.
SEMANA 11 SEMINARIO
Podemos ubicar este texto dentro del primer tiempo freudiano. Freud, en épocas muy
tempranas de su enseñanza, dentro de lo que llama las “Neurosis de angustia”,
caracteriza una forma sintomática como “Ataque de angustia”. Su semiología
corresponde a la descripción de lo que hoy se conoce como “Ataque de pánico”.
Aporta una explicación epistémica, que articula a los desarrollos sobre la angustia.
Por aquel tiempo, divide a las neurosis en dos grandes grupos: por un lado tenemos
a la “Neurosis de defensa”, cuyos cuadros son: la histeria, las representaciones
obsesivas y fobias, las psicosis alucinatorias y las paranoias. Tienen mecanismo de
defensa y su etiología es sexual-infantil. Por el otro lado, están las “Neurosis actuales”
y dentro de ellas: las neurosis de angustia y la neurastenia. No cuentan con
mecanismo de defensa y su etiología es sexual-actual.
Es importante tener en cuenta que Freud va a hacer diferentes desarrollos y teorías
acerca de la angustia.
☛En el primer tiempo, piensa que la angustia es efecto de la represión. La represión
es lo que causa la angustia. Esto lo han estudiado cuando vieron, en la primera parte
del año, el “Manuscrito H”.
☛En el tercer tiempo Freudiano, con “Inhibición síntoma y angustia”, invierte la lógica.
Va a decir que la angustia es lo que causa la represión. Ahí todo el tema está
focalizado en la “angustia de castración”, evaluando si es esta la que genera la
represión.
“Neurastenia”: Es un cuadro que tiene un proceso psíquico insuficiente; ya que,
si bien la energía (o excitación somática) se descarga a través del onanismo, es un
modo de satisfacción autoerótico, autístico; donde hay una ruptura con el otro. Esto
está en sintonía a la época actual y el “síntoma goce” (conceptualización que Lacan
hace del síntoma en su última enseñanza/tercer Lacan).
“Neurosis de angustia”: Se caracteriza por una acumulación de excitación
somática, que no puede ser descargada; ya sea por abstinencia voluntaria o por
incapacidad de procesamiento psíquico. Esta acumulación de excitación se
descargará a modo de ataque. En la NA se pueden manifestar una serie de
fenómenos muy diversos, apareciendo combinados o solos, pero todos giran
alrededor de un síntoma principal: la angustia.
Entonces, si tomamos la vertiente del síntoma pensándolo como síntoma-goce,
podemos decir que las neurosis actuales están en sintonía con esta
conceptualización y con lo que hoy se conoce como “síntomas actuales” o
“patologías del acto”. El síntoma-goce, además de prescindir del otro, se basta a sí
mismo. Tampoco hay una localización del goce, aparece de manera deslocalizada,
en trastornos vagos y difusos.
Página 103: “La última de las condiciones etiológicas que debo señalar, no parece a
primera vista de naturaleza sexual, y es que también la neurosis de angustia se
genera -ciertamente para ambos sexos-, por el factor del trabajo excesivo, del
empeño agotador”. De este párrafo se destaca el significante “excesivo”.
En el Capítulo 5 de “Psicología de las masas y análisis del yo”, Freud también hace
referencia al pánico. Lo utiliza como un índice de miedo, tanto colectivo como
individual, que se presenta bajo la forma del “exceso”. Acá tenemos otra vez, esta
característica propia del pánico.
Allí, también va a hacer referencia a la “angustia pánica”, que se genera en el grupo,
frente a la caída del líder. Esto ya lo había mencionado Enriqueta en el video de la
semana 8.
SEMANA 12 PRÁCTICO
SEMANA 12 TEO
La angustia y el deseo del Otro
Bibliografía:
Teórico de Fabián Naparstek
Algunos parágrafos del seminario 10 “La angustia” de Lacan.
En el psa, en el video anterior pudimos ver como Freud ubica a la angustia como EL
afecto, displacentero que se vive en el cuerpo y que tiene su sede en el yo. Esa
angustia para Freud, está articulada a la amenaza de castración en el marco del
complejo de Edipo.
Lacan, seminario 10, es el lugar donde más sistematiza el tema de la angustia. Va
por las pistas de la psiquiatría, la filosofía, la literatura, recorre esas pistas. También
lo sigue a Freud, pero para separarse de él.
Entiende a la angustia, ya no en términos de la amenaza de castración alrededor de
la organización fálico genital, en el marco del Edipo, con el agente del padre como
amenaza de castración, sino que se separa de Freud y dice la castración no es una
amenaza, está producida y debemos entenderla en la relación del sujeto y el lenguaje.
El choque entre el sujeto y el lenguaje es castración y le hace perder algo al
lenguaje y algo al sujeto. De ese choque algo en el campo del Otro se pierde, algo
en el campo del sujeto también. Lo empieza a nombrar como objeto, como pequeño
objeto a, que no es ningún objeto consistente de la realidad, del conocimiento.... sino
que es un lugar topológico alrededor del cual se localiza esa pérdida que se produce
entre el choque del sujeto con el lenguaje. Entonces la angustia va a estar referida
a la castración, pero ya no a la amenaza de castración sino que está referida a
la relación del sujeto con el otro.
La relación del sujeto con el otro, atravesado por una falta, por una pérdida, ese resto
en cada uno de esos campos. La castración que entendemos en el marco del
lenguaje, y la llamamos deseo del Otro.
La angustia tiene que ver con el deseo del Otro, y lo entendemos como el campo del
Otro atravesado por una falta.
El sujeto se angustia en relación al deseo del Otro, en tanto está concernido por ese
deseo. Se pregunta ¿Qué soy para el otro? Para ese otro que está habitado por una
falta. Esa pregunta es la que inquieta y angustia al sujeto.
Angustia frente a la falta en el campo del otro.
En ese camino Lacan ubica que la fobia muestra cómo la angustia marca una señal
en relación a la posibilidad de ser el objeto del goce del otro.
La fobia es una manera de frenar la posibilidad de ser ese objeto de goce.
Otra manera que tiene Lacan en el seminario 10 de hablar de esto, son los fantasmas
de vampiros, en donde hay una pareja que se besa, y en un momento uno de los dos
saca los colmillos, y en ese momento en donde se transforma en ser el objeto de goce
del otro. Ser esa pura sangre a ser chupada por el vampiro.
Lacan juega con un apologo de la mantis religiosa, es un insecto bastante solitario
salvo en el momento de la reproducción, gira su cabeza 180° y se devora al macho.
Lacan juega con esa imagen para graficar que la angustia está en ese momento,
en esa tensión entre que gira la cabeza y el macho se ve reflejado en los ojos
de la hembra a punto de ser devorado. La angustia está ahí, en ese margen.
En el seminario 10, Lacan señala la temporalidad de la angustia. Es la posibilidad, los
puntos suspensivos, la amenaza, la tensión temporal de lo que puede pasar, esa
inquietante extrañeza en términos de Freud que no es más que la tensión temporal
de cada análisis.
SEMANA 12 SEMINARIO
CET Lejbowicz, J Semana 12
SEMANA 13 PRÁCTICO
CLC – Semana 13
Vamos a ver dos presentaciones de casos actuales de niños, donde lo que ocurre no
es exactamente una fobia, es decir, no es ni tan diferente de la fobia, ni tiene las
características para ser fobia.
Retomamos el tiempo cero, donde lo que rige para el niño es la premisa universal
del falo, premisa que no refiere únicamente a que todos tienen pene, sino que todos
gozan de la misma manera, que hay algo universal en esto. En ese momento, el niño
y la madre están en una relación imaginaria, el niño está colmando a la madre en su
falta {el niño queda en lugar del falo imaginario de la madre}. Lo que ocurre allí,
es que esto le genera un inconveniente al niño (Juanito), inconveniente que aparece
cuando una parte de su cuerpo empieza a moverse, Esto puede ser enmarcado en la
frase: “es el momento de la emergencia del pene real”, donde el niño empieza a
tener inconvenientes. Este es el pasaje de ser el falo de la madre a tener el falo.
Como Fabián indicia en el teórico, el tener implica la posibilidad de perderlo. Es
decir que, en ese momento, el niño queda atrapado en la relación imaginaria con su
madre, porque él nunca está a la altura de poder satisfacerla por completo. Empieza
a pescar que hay un más allá de lo que él puede darle. El niño queda prisionero, como
un elemento pasivizado, a merced de los significantes del Otro.
Vayamos a los casos… Por un lado, tenemos una breve viñeta de Beatriz Sureño
(incluida en el libro Desarraigados, de Miller y otros). Por otro lado, tenemos el caso
de Roxana Vogler. Ambos casos tienen puntos en común. La presentación es de
niños que ya vienen diagnosticados con cuestiones referidas a la alimentación,
específicamente, con un cuadro de anorexia. Ahí entra la mirada y la escucha del
psicoanálisis, el escuchar qué hay de particular en eso que, desde otros lados,
pueden llamar anorexia. ¿A qué viene a responder la anorexia? ¿Qué se hace con lo
que trae el niño? ¿En qué lugar está posicionado el niño?
Nos podemos hacer una pregunta: ¿por qué no es una fobia? Diremos que no es
una fobia clásica, porque no aparece un objeto con el que la angustia se anude y
localice. Lo que aparece es el arreglo particular que tiene que hacer cada niño para
poder continuar. Pensemos en que el análisis apunta a la constitución del
inconsciente, y tratemos de rastrear cuál es el arreglo posible en estos casos…
El caso de Vogler es sobre una niña de 11 años que no solamente sufre de anorexia,
sino que también siente que un cuerpo no reconoce, aparece una extrañeza, un
cuerpo vivido con extrañeza. Esto nos lleva a la fobia como elucubración de saber:
¿cuál será el saber en juego en esto? La niña está transitando algo referido al saber
sobre su pubertad, sobre la sexualidad, sobre la feminidad, etc., y debemos interrogar
en qué posición queda ella en relación a esto.
En esta presentación inicial, donde la niña tiene un cuerpo que no reconoce, donde
llora, donde no quiere comer, aparecen otros datos: duerme con la madre y, para ello,
desplaza al padre, quien duerme en su habitación, Sobre el padre se sabe poco, solo
se sabe lo que dice la madre. Un padre que se lo presenta como depresivo, que no
aporta mucho en la casa, no se entera de las cosas que pasan, etc. La niña presencia
peleas entre los padres.
Vogler retoma un significante que presenta la niña en las entrevistas, que es el
significante “separada”, significante que utiliza para marcarle a la niña que ella no está
separada de su madre, lo cual comienza a generar un movimiento en análisis.
Este primer momento tal vez lo podemos enmarcar en algún título: Quedar engullida
en el goce materno, donde quedaba reducida al objeto nada, donde quedaba en un
estado de indeterminación (como en el caso Juanito), donde queda pegada a su
madre.
A medida que se van haciendo estos movimientos, con el significante “separada”,
empiezan a disminuir los síntomas en el cuerpo, y empiezan a aparecer sueños, es
decir, hay un inconsciente que está respondiendo al análisis. En esos sueños, ella
comienza a soñar con otra familia que le da cosas dulces. Ahí, la analista le marca
que cambió a sus padres por unos más dulces. Esto de algo dulce empieza a generar
algo, y se comienza a armar un recorrido que podemos marcar como segundo
momento, un recorrido en torno al objeto oral.
En el primer momento, la madre mencionaba que su hija era muy fantasiosa, y este
término es algo despectivo, porque no tiene la misma connotación que decir “es algo
imaginativa”. Sobre esto, la niña puede definirse a sí misma, ya no como lo hacía su
madre, sino que se define como “imagiloca”. De esta forma particular en la que se
nombra, surgen algunos movimientos. Se hace youtuber, arma un blog donde
empieza a contar su camino, su tránsito de la “imagiloca” a la “imagicura”. Aparece el
rasgo de invención, la producción: el síntoma como invención.
La niña empieza a armar una nueva ficción, empieza a duelar ese cuerpo de niña que
empieza a abandonar. Ahí, Roxana toma el significante “boca cerrada”, respecto de
que la niña no le contaba al padre las cosas que le pasaban. Hay un pasaje del “boca
cerrada” al empezar a contar: esa boca que estaba cerrada para el alimento y para el
decir, era una boca en la que no entraba ni salía nada. No sólo entró el alimento, sino
que empezaron a salir cosas, empezó a hablar con su padre, a contarle lo que le
pasaba con su cuerpo. Se sorprendió por la respuesta de su padre, que había un Otro
que también escuchaba, no era solo ese “otro depresivo que no estaba al tanto de
nada”, sino que hay un Otro que también podía escuchar y opinar. Se le armó una
imagen de un padre, de un Otro, más vivificado. Había algo de deseo que tal vez ella
no estaba enterada, era un padre que también deseaba cosas. Esto cambia la
relación entre ellos, empiezan a salir los fines de semanas, empieza a cambiar el
vínculo con su padre, y esto permite que la niña pase de estar pegada a la madre a
moverse hacia otro lado…
A partir de esto vuelven a aparecer nuevos sueños donde sueña con Alicia en el país
de las maravillas: ella está comiendo con los personajes, y estos se transforman en
sus compañeros de clases (ella había mencionado que los compañeros de clases se
besaban). Ahí, la analista marca el quedarse comiendo para no besarse con los
compañeros; a ella le da vergüenza y dice: “no se besar, tengo que aprender”.
Claramente, una referencia al momento que transita, una referencia de la pubertad.
Luego fue con un sándwich, que la analista le pide al padre que se guarde para
después. Ahí, ella habla de que todo el tiempo sentía ruido en la casa, tanto por sus
hermanitos como en general, sentía todo el tiempo ruido, y ella no podía encontrar un
lugar propio que no esté tapado de juguetes ni ruido. Comienza a poder manifestar lo
que le estaba pasando, el querer encontrar un lugar propio, se sentía asfixiada/tapada
de tanto ruido y juguetes. Esto que decimos, de quedar en esta posición sin que haya
una función de corte que la saque de ese lugar.
SEMANA 13 PRÁCTICO
SEM 13 - Teo Mazzoni
Fobias
Vamos a hacer una lectura de las fobias teniendo como referencia ISA y el seminario 4.
Voy a partir de Freud, en ISA, que propone articular la noción de angustia a las distintas
formas psicopatológicas.
En el video anterior desarrollé la angustia con la histeria y la NO, entonces voy a retomar esto
en este video.
Voy a hacer un recorrido super corto en relación a lo que habíamos ubicado:
angustia - represión - el fracaso de lo reprimido - síntoma
Donde podíamos pensar que el síntoma si bien estaba en relación a la angustia, no es el
desencadenante del síntoma, sino que la angustia desencadena la represión.
Pero el síntoma en tanto puede evitar fantasmáticamente la situación de peligro que es la que
genera la angustia, entonces el síntoma puede hacer desaparecer la angustia.
Ahora vamos a ver lo que ocurre con la fobia, la angustia se liga a un objeto. Lo que surge
a partir de esto es que se produce (en este caso en Juanito) el miedo al caballo.
Se pregunta Freud cuál es el síntoma en el caso de las fobias, no es la angustia, sino que es
la sustitución, y es el desplazamiento del objeto de donde proviene el peligro.
Se desplaza el objeto, en el caso Juanito, del padre al caballo. Entonces ya no se le teme al
padre, se resuelve el conflicto de ambivalencia de amor - odio al padre y eso se desplaza
hacia el caballo.
Freud adjudica al síntoma la función de resolver la ambivalencia respecto del padre, y
ubica la característica en esta forma de neurosis, define al síntoma como el
desplazamiento del objeto.
En las fobias en tanto la angustia permanece ligada al objeto al cual se desplaza esa
fuente de angustia, también podemos encontrar los mecanismos auxiliares. Muchas
veces se piensa que eso es la fobia, todo el parapeto fóbico, no poder salir a la calle, en el
caso de Juanito que los caballos se tumben, todo esto que son mecanismos auxiliares para
mantener más a raya el objeto al cual se desplaza la fuente de peligro. Eso ya se
considera parte de la fobia.
Lacan habla por primera vez de suplencia del padre en la neurosis, ya sabemos que madre,
padre, niños, son lugares.
Nos propone que lo que sucede en la fobia es que el NO del padre, del segundo tiempo del
Edipo, puede ser sustituido en el campo de la neurosis, por ejemplo por un caballo.
Ubica en este seminario lo que llama la carencia del padre, es decir la falta. Tengan en
cuenta que no se trata del padre de la realidad, como ubicamos en el seminario 3, lo
importante es que esté a la altura de la función.
No se trata de una carencia del padre en la realidad, sino de su posición simbólica.
Lacan en uno de los escritos dice que a los 5 años, Hans fue abandonado por las carencias
de su medio simbólico. En ningún momento vemos que su padre lo abandona, o la madre,
ambos estaban muy presentes, sino que fue abandonado simbólicamente.
En el seminario 4, el dejado en banda de Juanito se refiere a la función simbólica del padre,
la fobia no es un problema, es un intento de solución, pero ésta no es aceptable, lo que
impide pasear. Lo confirma la familia de Juanito, porque él no quería salir a la calle, entonces
es una solución que va acompañada de un gran sufrimiento.
Si la fobia, es una tentativa de solución, Lacan se pregunta ¿Cuál es el problema? nos
dice que el problema es lo simbólico, la carencia simbólica del padre. Ese padre que
tiene que venir a decir que NO, no termina de poder dar las herramientas para producir
eso. Pero a pesar de esto, estamos en la metáfora paterna, estamos dentro del campo de la
neurosis, son todas las travesías que suceden en la neurosis.
Lo simbólico que rodea a Juanito es endeble, pero no es sólo esto, sino que el problema es
del goce. Juanito moviliza los medios de solución simbólica que tiene a su cargo pero algo no
puede ser tomado por esa solución que él encuentra y tiene que buscar una solución
improvisada.
La cuestión planteada a Juanito aparece por las sensaciones que recibe y experimenta de su
órgano. Las fobias en este sentido, trabajan en una zona fronteriza donde se condensa el
hallazgo significante (el caballo), las pulsiones parciales de amor y odio en relación al objeto
y el cuerpo tomado por ese goce. Ese órgano que produce movimientos y que son de los más
hetero, que hay para ese sujeto. Juanito moviliza toda esa simbolización, todos esos medios
simbólicos que tiene para encontrar una solución y no la termina de encontrar, entonces tiene
que inventarse una improvisada. Y esto, Lacan dice, está la carencia del padre y también
están estas sensaciones que experimenta en su órgano.
El sueño de Hans que precede a la invasión del significante fóbico testimonia este proceso
que está en obra. Han llora y le dice a la mamá, que había soñado que ella estaba lejos y que
no tenía ninguna mamá para hacerle cumplidos. Este sueño sobre la experiencia actual,
donde se encuentra el, es un sueño sobre su experiencia, sobre su momento en el que es
sacudido por ese goce, de esas primeras erecciones que siente como heteros, no autos,
como algo externo… y la mami se le fue, el caballo vendrá a su socorro para encontrar esta
solución improvisada.
Es así que se abre para Hans un nuevo modo de ensanchar el mundo y de explorar los
enigmas del deseo del Otro.
Lacan hace del caballo un nombre del padre de recambio, si bien no habla de la
pluralización del NP, nos está advirtiendo de algo.
El caballo, objeto fóbico, un reemplazo del nombre del padre. Esto es lo que va a llevar más
tarde a preguntarse a Lacan mismo si de hecho no es acaso todo nombre del padre, un
nombre del padre de recambio. No en el seminario 4 pero si más adelante.
El modo en el que piensa Lacan el caso Juanito puede arrojar una sospecha de lo que al fin
y al cabo, que el nombre del padre no es más que un nombre de padre entre otros.
Son significantes entre otros, acá se reemplaza por el caballo. El caballo es al que le tiene
miedo, Juanito no logra tenerle miedo al padre, el padre no logra simbólicamente representar
ese NO del segundo tiempo del Edipo. Entonces Juanito se inventa una solución, algo a que
temer.
(estamos en el campo de lo simbólico) Lo que cae cuando pensamos al nombre del padre en
plural, es la idea de solución típica y abrimos así la dimensión a la singularidad
SEMANA 13 SEMINARIO
CET Bousoño, N Semana 13
✒Lacan J, Seminario Libro 4 Cap XIII: parágrafo 2-3 y 4; cap XIV: parágrafo 2 y 3;
cap XXI: parágrafo 3.
La relación de objeto
Este es un seminario donde Lacan aborda la clínica, interrogando la relación de
la madre con su deseo y su feminidad, más allá de los hijos. Y cómo el niño,
Juanito, se inscribe en esa relación de la madre con su propia falta. Articulado con
esto, continúa en juego la elaboración sobre la función paterna. Las conclusiones
que Lacan obtenga del curso van a ser de largo alcance en su enseñanza.
En el primer capítulo, Lacan distingue Edipo de castración. Agrega que Freud
nunca llegó a articular plenamente la incidencia psíquica precisa de esta última. En
el intento de hacerlo, Lacan va a abordar la Fobia. Se va a preguntar en qué
consiste y su función.
A partir de la página 225, Lacan desarrolla la relación del niño con la madre que
existe como alteridad radical, como “Otro” con mayúsculas. Hay una serie de
momentos donde la Fobia toma su función.
❶Lacan destaca que hay un primer momento lógico, en el que el par presencia-
ausencia de la madre, no solo constituye la distinción significante, la dimensión
simbólica y subjetiva; sino que también en ese movimiento, ella (o el Otro primordial)
toma distintos valores: la madre omnipotente ofrece su presencia como un don,
como un signo de amor. La satisfacción esencial para el ser humano se vuelve
objeto de amor, pero la madre puede negar ese signo y entonces, frustrar.
❷En un segundo momento lógico, el niño intenta ubicarse como objeto que aporta
satisfacción a la madre; intenta ser amado. Entonces acciona: busca, responde,
llora, balbucea, come o no, se hace encima o va al baño, etc. Explora con su
accionar las respuestas del otro. ¿Cómo obtener una sonrisa, una caricia, esa
presencia del otro que es signo de amor?, ¿Qué es lo que hace que el otro no
responda?. Para el niño, es una experiencia fundamental, saber si sus intentos
gobiernan algo de esa presencia que necesita, que ama, que desea. Es una
cuestión central, como el niño capta lo que es para su madre.
Si bien Lacan va a hablar de la lógica del fantasma mucho más adelante, recuerden
lo que estudiamos cuando hablamos del fantasma: respuesta a los vaivenes y
caprichos del deseo del Otro; el fantasma como “montaje irrisorio” -según lo define
Miller- que permite cierto dominio. El sujeto dirige la escena, dirige al Otro, y vela el
hecho de que sino sería una marioneta de ese Otro. El fantasma es una respuesta
con la que la Neurosis articula la realidad; y cuando vacila, produce Angustia.
❸En un tercer momento, el niño percibe que no está solo: La mujer que hay en la
madre, quiere algo distinto que el niño. Lo que técnicamente llamamos el “falo”, un
valor enigmático que puede presentarse como un brillo que se desplaza en distintos
objetos, que es el centro de su deseo (recordar que estamos en el terreno de la
Neurosis). A partir de esa percepción de que no está solo, el niño se presenta a la
madre como si él mismo se lo ofreciera. Desde posiciones y en grados diversos,
puede identificarse con la madre, identificarse con el falo, identificarse con la madre
como portadora de falo, presentarse como portador del falo (página 226). Cada
niño, a su manera, intenta poder colmar a su madre o a su otro primordial. El niño
intenta seducir a la madre aparentando ciertas cualidades imaginarias, intenta ser el
falo de la madre.
❹Este es el punto de inicio de la observación de Juanito, previo a la Angustia (lo
que Fabián llama tiempo cero). En ese contexto, las sensaciones corporales toman
relevancia, los efectos de la irrupción del cuerpo ubican el cuarto momento. Lacan
dice: cuando el pene de Juanito empieza a moverse, empieza a masturbarse
(página 227). Hagamos la salvedad, de que esas sensaciones corporales no son
exclusivas de los niños, las niñas también las tienen y se masturban. La presencia
de esas sensaciones de irrupción de la satisfacción, abre una brecha enorme para
el niño porque no sabe qué hacer con eso. Son sensaciones que le permiten saber
que hay una dimensión de la satisfacción materna, que no va a poder colmar.
Entonces Lacan acentúa que, no es tanto que la madre intervenga prohibiendo -eso
es circunstancial- sino que el pene toma una dimensión real y eso produce Angustia.
¿Qué es esa Angustia? Página 228. “Es el afecto correlativo del momento de
suspensión del sujeto, en un tiempo en el que ya no sabe dónde está hacia un
tiempo en el que va a ser algo en lo que ya nunca podrá reconocerse”. Es el afecto
que surge en el momento en el que el sujeto se encuentra suspendido, sin saber
qué lugar tiene para el Otro y sin que pueda saber que va a hacer, porque desde
dónde está no lo puede reconocer.
Así como cuando hablamos del Estadio del Espejo, y decíamos que no era solo la
descripción de un momento del desarrollo, sino que implicaba la lógica de la relación
del sujeto con su imagen; eso mismo vale para esta definición de la Angustia: No
sólo es válida para un momento del desarrollo, sino que señala el afecto que se
presenta cuando se produce una separación de la idea que cada uno se hace de su
lugar en el mundo. Y se manifiesta una dimensión más real de la existencia.
Juanito, en el momento de la Angustia, puede medir la diferencia que hay entre
cumplir con una imagen y tener algo real que ofrecer para satisfacción de la madre.
Lo que puede ofrecer se lo imagina como algo miserable. En este punto todo
depende de lo que el niño es verdaderamente para la madre. Página 243: “La
dimensión original de cada sujeto, es siempre correlativa de la realidad de la
perspectiva intersubjetiva, tal como está arraigada en cada sujeto”. O sea, la
dimensión original -lo que el niño “es” verdaderamente- está en sintonía con su lugar
en el Deseo del Otro, con cómo se inscribe con relación a la falta fundamental, a la
castración materna, a ese falo que es objeto del deseo de la madre esto. Tiene que
ver con como se inscribe en relación con el Deseo del Otro, que es su Otro.
Página 244. Lacan aplica las leyes del lenguaje y va a decir que el lugar del niño
puede ser una de estas opciones:
El de la metáfora del amor parental: recordemos la metáfora como operación de
sustitución significante, productora de una significación nueva y un lugar nuevo para
el sujeto.
El de la metonimia del deseo de falo: desplazamiento que lo condena a un sin
sentido, en ese caso es todo el cuerpo del niño el que se ve amenazado, despegado
del lugar del amor y amenazado de verse tomado como objeto de Goce del Otro, de
satisfacción sin amor.
❺A partir de aquí se abren dos caminos. El quinto momento entonces podemos
subdividirlo en a y b.
☛ Camino A: Página 367. En términos de función, “padre”, es quien se ocupa
sexualmente de la madre, es quien asume esa función concreta. (Lacan aquí
anticipa la noción de perversión que planteará después.) Se ofrece una versión
vivible del goce, le ofrece al niño una versión de un gozo humanizado. Es desde ese
ejercicio concreto que el orden simbólico es introducido. La ley con sus defensas
traslada lo imaginario, que estaba en juego en la relación madre niño con el falo y le
permite al niño, una presencia que se soporte en el mundo real, tal como está
organizado con su trama simbólica. Le permite no anularse, lo que es la Fobia no
ocurre. No es tanto que el padre dice que “no”, sino que con su hacer, con su
ocuparse de la satisfacción de la madre, está diciendo “tu madre no es asunto tuyo”.
A partir de allí se recorta “lo que no” y “lo que sí”. Es una articulación que tiene que
ver con los hechos. Así se establece un orden, que le permite al niño esperar su
tiempo para acceder a su pareja.
En la página 366 Lacan agrega que, si el padre cumple esa función, opera la
castración paterna. Aquí viene la definición de castración de Lacan: Se produce la
anulación del pene real del niño, en una operación de simbolización, de
negativización del goce, que transforma al pene real en significante: el falo. Esto
implica que el niño pueda acceder a su virilidad legítimamente. El falo entra en una
dialéctica, en una articulación, en un orden, que permite que el niño acceda a este.
Esa operación permite un desarrollo dialéctico de la subjetividad (recordar la función
del Nombre del Padre en la psicosis, con esos elementos indialectizados).
El camino A le da al niño un lugar y lo pone a esperar el acceso a su sexualidad,
“legítimamente”.
☛Camino B: Es el de la Fobia. El padre de Juanito, si bien era muy amoroso con su
mujer, no se ocupaba sexualmente en ella. “Se obstina en no querer castrar”, dice
Lacan. Esta interpretación se distancia de la de Freud: Debido a esta carencia
paterna (carencia de “encarnación simbólica”, según Miller) la castración -como
operación de simbolización- no se produce. El pene real no queda anulado,
entonces Juanito queda atrapado en el punto de encuentro entre la pulsión real -el
cuerpo- y el juego imaginario -tramposo- con la madre.
Entonces se produce una regresión: “El término regresión es aplicable a lo que
ocurre, cuando el objeto real junto con la actividad dirigida a hacerse con él,
sustituye a la exigencia simbólica”. (Pg 191) Podemos formularlo míticamente así:
Cada vez que Juanito no encontraba el signo de amor de la madre, se aferraba al
pecho, buscando satisfacción en una oralidad erotizada. A eso le llaman Lacan
“regresión”. Por lo que estando en la encrucijada, sintiéndose insuficiente para
brindar satisfacción a su madre, teme ser devorado por ella.
El punto clave de la Fobia es el momento en el que esa mordida, esa devoración,
llega a ser simbolizada. Se sustituye la mordida por la mordida del caballo. Y entra
en la dialéctica. Los caballos surgen de la Angustia, pero traen el miedo. El miedo
es algo articulable, lo que permite estructurar el mundo, definir un adentro y un
afuera, darle una organización, armar un mapa que resguarde un lugar para el
sujeto.
La Fobia, entonces, es el resultado de la operación mediante la cual un objeto es
elevado a la función de significante. Esto es lo a Juanito le permite soportar los
efectos de su pene real. Su dispositivo fóbico hace suplencia del padre real, lo
reemplaza en su función.
La interrogación de Lacan por la función paterna continúa, y esta conclusión -que un
síntoma haga de Nombre del Padre- lo lleva a interrogar si la función paterna es
efectivamente algo más que un síntoma. Se lo cuestiona.
La cura de la Fobia (que el miedo se vuelva soportable) se produce cuando Juanito
puede articular la castración como relato significante. Esto le permite un desarrollo
dialéctico, cuando lo real -el pene, la presencia de la hermana- se resitúan en lo
simbólico vía lo imaginario, en un movimiento que le permite una simbolización
progresiva. Lacan va a utilizar el esquema Lambda, dando cuenta de como Juanito
le “hace hacer” a su hermana -su doble imaginario-: la hace montar a caballo. Y esto
le permite dominar la situación.
PERVERSIÓN
SEMANA 14 PRÁCTICO
SEMANA 14 TEO
PERVERSIONES
Bibliografía:
El término perversiones surge a mitad del siglo XIX, distintos personajes estudian
comportamientos sexuales que estaban considerados como degeneraciones, ellos los
trasladan al campo de la medicina, los piensan como enfermedades.
Lo interesante era ver el movimiento que esto implicó, y los movimientos que produjo luego
en nuestra historia, de la psicopatología, del psa y de la psiquiatría.
Siguiendo los lineamientos que nos propone Foucault en la historia de la sexualidad
podríamos arrancar a grandes rasgos, proponiendo como en la edad antigua ciertos
comportamientos sexuales eran totalmente permitidos, adultos con efebos. Tenemos a
Socrates en Grecia enamorado, y una gran amplitud aceptada de comportamientos sexuales.
Un poco más restringido era en Roma, en donde no todo estaba habilitado, sin embargo, se
consideraba como signo de dominación un amo podía tener relaciones sexuales con un
esclavo.
Vemos un panorama que empieza a cambiar con la expansión del Cristianismo y un discurso
moral y religioso, que se empieza a entramar alrededor de una norma establecida por un
discurso, compuesta por dos coordenadas. Estas atañen, por un lado al objeto, un partener
del sexo opuesto al servicio de una meta, la reproducción.
Entonces, objeto y meta entran en una determinada norma, al servicio de un discurso moral
y religioso. Toda conducta o comportamiento sexual que se desviara de esa norma, de ese
ideal, era nombrado como degenerativo. Allí fueron a parar ciertos comportamientos
sexuales que se desviaban de esa norma tomada por el discurso de la Edad Media.
Freud dice si esto es así, debemos preguntarnos ¿cómo llegamos a una sexualidad normal?
Al decir que la sexualidad es perversa y polimorfa, estamos afirmando que la pulsión no tiene
ni objeto ni meta determinado a priori, no los tiene programados.
La perversión entonces, por estructura, no es más que una modalidad de satisfacción
que tiene los rasgos de la ampliación y la descomposición, tiene los dos rasgos de la
fijación y la exclusividad.
En este contexto, 1905, Freud nos invita a pensar que mientras la perversión es el actuar
directo, el positivo, la neurosis, es el negativo, es la represión de esa sexualidad perversa y
polimorfa. A lo largo del camino, y a partir de 1920, no podemos decir que la neurosis
reprime lo que la perversión actúa, sino que son dos modalidades de defensa. Son dos
maneras de defenderse de lo que para Freud es la castración materna.
Lacan siguiendo esa pista de Freud, nos dice que perversión y neurosis son dos maneras de
posicionarse frente a la castración del campo del Otro. Eso le permite a Lacan decirnos que
la perversión es una posición subjetiva, es un modo de respuesta, distinto de la neurosis pero
que tienen en común la castración en el campo del Otro.
Hay dos tiempos en donde trata de abordar el tema de la perversión, Seminario 4 y 6, donde
lo aborda desde el paradigma del fetichismo.
Trata de entender las perversiones desde ese paradigma, alrededor del deseo del Otro, de la
identificación del sujeto al falo imaginario, pensar que hay un objeto imaginario que podría
completar ese deseo del Otro, entonces el niño identificado a ese falo imaginario, tratando de
hacer funcionar el velo. La función de velo del fetiche, de cortina, de pantalla, querer hacer
creer que hay algo donde puede haber nada. Esa es la lógica que aborda Lacan desde la
perspectiva del fetichismo entendiendo que los ordenadores conceptuales son deseo del Otro
(madre insaciable), falo imaginario (función del velo), y el sujeto identificado a ese falo
imaginario, tratando a partir de esa identificación velar ese agujero, esa falta.
Esto no queda ahí, por eso se suma el parágrafo del Seminario 16.
Lacan agrega que el fetichismo es muy interesante, incluso el contrapunto entre fobia y
fetichismo. Ahí donde el fetiche desconoce, la fobia se padece y en esa tensión que hay entre
el objeto fetiche y objeto fóbico.
Esto nos deja en un borde difícil de diferenciar, desde el Seminario 10 y en el 16 lo retoma,
propone pensar a la perversión ya no con el paradigma del fetichismo sino con el paradigma
del masoquismo. La perversión la entendemos bien si entendemos el masoquismo, el
sadismo, el exhibicionismo, voyeurismo, no como contrapuestos. Tanto el masoquista como
el sádico están ubicados en el mismo lugar.
El masoquismo pone al sujeto en el lugar del objeto.
El choque entre el sujeto y el lenguaje, algo se perdía, algo del orden del goce, el lenguaje
negativiza el goce, el goce absoluto es mítico, anterior al encuentro entre el sujeto y el otro.
Una vez que se produce el encuentro, una vez que el lenguaje nos atraviesa, algo del goce
absoluto se pierde. Ahí es donde empieza la construcción del objeto a, eso que pierde queda
lógicamente localizado en lo que Lacan propone escribir como objeto a. Que no es ningún
objeto de la realidad, sino que es una escritura, una manera topológica de localizar eso
perdido a nivel del goce.
Del seminario 10 al 16, Lacan ya se empieza a meter con el goce, y entonces el horizonte de
la perversión es restituir el goce perdido al campo del Otro. Si en el encuentro algo se pierde
a nivel del goce, es interesante que la posición perversa, es una posición subjetiva y por eso
la llama estructura subjetiva, que se identifica con ese objeto para restaurar eso perdido en
el campo del Otro.
En este contexto es que podemos empezar a pensar esa diferencia de posición del perverso
respecto del neurótico.
Lacan toma algo pendiente de Freud, la fórmula donde la neurosis era el negativo de la
perversión. El mismo Freud después de 1920 ya no sabe bien cómo argumentar esa misma
fórmula y es aquí que Lacan propone una nueva: Si el fantasma en la neurosis es ese sujeto
barrado por la falta y que sale a buscar al campo del Otro eso que le falta, en la perversión el
fantasma está invertido, y es el sujeto identificado a ese objeto que se dirige al Otro creyendo
que puede restituirle lo perdido.
SEMANA 14 SEMINARIO
CET Karpel, P Semana 14
Freud-Fetichismo
SEMANA 15 TEO
SÍNTOMA Y GOCE
Síntoma es un sufrimiento, abordamos el síntoma porque es el sufrimiento que trae la gente
para curarse.
Según Freud, el síntoma es un cuerpo extraño, extraterritorial, pero también lo dice así Lacan.
Con este cuerpo extraño hay que mantener un equilibrio, ya que es ineliminable.
Miller lo nombra como una garrapata, está agarrado a uno, con el cual hay que convivir.
El síntoma también hemos dicho que habla, tiene un sentido, pero también tiene un aspecto
mudo que es el aspecto pulsional. Esa pulsión que se satisface de manera muda y que hace
que el síntoma sea algo de lo cual uno no se pueda desprender.
Lo mejor es hacerse amigo del síntoma, apropiarse y no dejar que el síntoma se apropie de
uno.
Otra cosa que hemos destacado es que el síntoma es lo más singular de cada quien, es una
paradoja, es molesto pero es lo más singular de cada uno, si lo eliminamos vale la pena?
Vuelve a mencionar el ejemplo de la película del discurso del Rey.
El psa frente a esto propone una salida singular de relacionarse con eso, en psicopatología
no nos dedicamos a esto, lo veremos en clínica de adultos.
En Freud hay una manera de rescatar al síntoma, que Lacan en su última enseñanza nombra
como el derecho al síntoma de cada quien. Apropiarse de lo más singular que cada uno tiene
para poder hacer algo novedoso con eso.
Este recorrido que hemos hecho es porque nuestra mirada apunta a diagnósticos singulares.
SEMANA 15 SEMINARIO
CET Vargas, R Semana 15
Este un título que nos invita a pensar tanto el concepto de goce como el de soledad.
¿De qué soledad se trata? Hemos visto el primer día de clases otro texto de Miller,
“Microplasma Laboratorium”, donde ya encontrábamos el concepto de singularidad.
Siempre estuvo la tensión entre los términos de clasificación y singularidad.
Miller da una definición de goce y habla de esa soledad. Hace un recorrido que inicia
con Freud, leído desde Lacan, sobre la inexistencia de la complementariedad
sexual. Freud descubre que no hay complementariedad y que la sexualidad no está
destinada a los fines de la reproducción. La forma de transmitir eso la encuentra con
el concepto de pulsión, que es el que toma Miller. La ciencia ha demostrado que para
la reproducción no se trata ni de hombres no de mujeres, todo se reduce al
espermatozoide y la gameta. La ciencia pudo separar la reproducción de la
sexualidad. Freud también descubrió una forma de entender la sexualidad que no se
adecua a la necesidad, que encuentra una satisfacción que no tiene que ver con la
satisfacción de la necesidad, que tiene una finalidad que no se expresa como el
instinto. Este concepto es el de pulsión.
Este descubrimiento freudiano de la sexualidad no implica una sexualidad por
doquier, no se trata de una concepción del mundo en donde se ve la sexualidad como
un todo, no es un pansexualismo.
Freud aborda el concepto de “cosmovisión” surgido en 1914. Este es una forma de
ver el mundo en conjuntos, que tiene principios importantes, que aplican a una
sociedad determinada. Este concepto también influyó a algunos personajes de la
historia del psicoanálisis, como Jung, Jaspers.
Freud en esta última conferencia sobre la cosmovisión, dice claramente que el
psicoanálisis no podría ser una cosmovisión particular, porque está llena de grietas,
de dificultades, es incompleta. No habría un interés de formar un sistema. También
preserva la noción de singularidad. A pesar de que vemos clasificaciones freudianas,
en los historiales clínicos que hemos dado el tema de la singularidad ha estado
presente.
El tema que está puesto en cuestión es el de la complementariedad. La proposición
lacaniana de que no hay complementariedad sexual, se apoyaría sobre el
descubrimiento inicial Freudiana en lo que atañe a la sexualidad.
Promediando el texto van a encontrar la definición de goce. Freud descubrió que
hay en el cuerpo del ser humano una sustancia entre comillas. Una entidad, un ser,
un funcionamiento raro, que está alojado en el cuerpo del hombre como también en
el cuerpo de la mujer y que eso no sirve para la reproducción de la especie ni para
establecer la relación sexual con otro cuerpo. Sino al contario, tiene que ver con
establecer una relación especial con el propio cuerpo. Es lo que llamamos con Lacan
el goce. Es un concepto que él articula no en relación con los otros -aunque eso esté
presente en el recorrido de la pulsión- sino que se enlaza con el cuerpo propio. Ya
hemos visto las dificultades que han presentado los diferentes casos con relación a
este lazo con el cuerpo propio.
Por lo tanto, esta forma de ver las cosas es una forma de materialista, es el
materialismo del goce. ¿Cuál es su finalidad?, ¿Para qué sirve? La finalidad está en
relación a una satisfacción que le atañe a él, es un goce absoluto. Encontramos que
no está de ningún lado, no está del lado de nada más que él mismo, obtiene su
finalidad en él mismo, es el reinado del goce para el goce. Para que se entienda lo
que es el goce muestra como, por ejemplo, alguien puede aceptar un chupete en lugar
de un alimento, allí está ese punto que Freud marca donde la boca se besa a sí
misma. Por lo tanto, el hambre tampoco se corresponde con el objeto en cuestión.
Por otro lado, está el tema de la soledad del goce. ¿Por qué decimos que hay una
soledad allí? Si bien hay un circuito que puede hacer necesario el pasaje por el otro,
también hay algo que enlaza con la sexualidad: la muerte. Se trata de un tipo de
soledad que se puede experimentar respecto de ese goce. El párrafo dice: “Se puede
morir en lugar del otro, pero cada uno está solo frente a la perspectiva de la muerte”.
Cada uno está solo con su goce. Equipara sexualidad y muerte en tanto ambas tienen
su dificultad para ser representadas.
Uno se pregunta cuál es la función de un analista respecto de esta soledad del goce.
Si el sujeto se aviene a bucear en sus propias palabras, dirigiéndose hacia su propia
singularidad, la función del analista podría consistir en que este sujeto no se asuste
tanto cuando los velos se caigan. Hemos estudiado las funciones del velo, una de
ellas es hacer que esta soledad no sea tan descarnada. Cuando caen los velos, que
pueden ser los ideales, el altruismo, el amor. ¿Qué se descubre? que estamos
encerrados en una prisión de fantasmas, de síntomas, de deseos, de recuerdos, de
grandes ideas, de pequeñas cosas, encerrados en nuestra prisión de amor y odio, de
aburrimiento, de alegría, de sufrimientos. Que todo esto está para gozarse y que
gozarse en el fondo está para nada.
El final del texto habla de que este goce necesita instrumentos, pero que a veces
estos instrumentos y medios no se adecúan muy bien; por lo que darán al sujeto más
trabajo, es algo complicado la vida.
Cuando terminaba de hacer el recorrido del programa pensaba qué mantener hasta
el final este tema de la singularidad nos llevaba a algo que no era tan auspiciante. Sin
embargo, tiene una buena noticia el tema del goce y esa soledad: resistir a hacer
ingresar a alguien que demanda un tratamiento a ser clasificado dentro de un
conjunto, sin contemplar su singularidad. Hacerlo tiene algunas dificultades, pero
también tiene esta elección que hace el psicoanálisis a partir de Freud.
Por eso quería leerles, esa última conferencia que les mencioné sobre la cosmovisión;
donde Freud dice que el psicoanálisis no contempla todo, no presenta absolutismo.
La soledad del goce también es la soledad de encontrar una práctica y de abordar un
problema que se presenta en alguien y considerar siempre este punto singular, el
cuño singular del síntoma.