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Ivannia Morales 1-754-56

Ensayo sobre Crisis política,


económica y social en el período 1980-
1989.
Extraordinarios acontecimientos conmovieron la vida política y social panameña en la década 1980-
1990: golpes de estado, sucesión precipitada de gobiernos, grandes procesos de huelgas y luchas
obreras y populares, el surgimiento de la agremiación de los empleados públicos, aguda crisis
política y económica, sanciones económicas y una sanguinaria invasión del ejército norteamericano.
Tantos acontecimientos relevantes inevitablemente despiertan la curiosidad y mueven
reiteradamente la memoria de quienes pudimos vivirlos personalmente. Eso explica la reciente
aparición de cantidad de libros y publicaciones que abordan total o parcialmente este período de la
historia panameña.

A nuestro juicio estos años tan ricos en luchas sociales y políticas, en luchas de clases, requerían una
interpretación que estaba faltando, la interpretación desde el punto de vista de los intereses
históricos de la clase obrera panameña, una interpretación desde el método del marxismo
revolucionario. Es necesario que los trabajadores panameños reflexionemos sobre estos
acontecimientos, de los que hemos sido actores principales, para extraer de ellos las lecciones que
nos ayuden a seguir adelante en la lucha por una sociedad más justa, y un Panamá verdaderamente
soberano e independiente. Sólo con esta reflexión, que apenas se empieza a hacer, se podrán
superar los errores y limitaciones que han impedido, hasta hoy, que la clase obrera panameña se
constituya como clase políticamente independiente de las distintas fracciones de la burguesía
criolla.

Una conciencia plena acerca de los intereses del proletariado panameño en la década de los 90, sólo
puede ser posible a través de la comprensión de un acontecimiento como fue la invasión
norteamericana del 20 de diciembre de 1989. Pero, comprender la invasión requiere explicar a su
vez los intereses norteamericanos en Panamá y su confrontación con el régimen del General
Noriega. Desentrañar esta confrontación forzaba a estudiar las luchas sociales y políticas que
sacudieron Panamá a mediados de los 80, interpretándolas en el contexto latinoamericano.
Entender qué era el régimen norieguista no es posible si no se analiza la historia y las características
del régimen militar surgido en 1968. Explicar la crisis que llevó al golpe del 11 de octubre exige una
interpretación de la historia de la República. De esta manera, un tema nos fue conduciendo al otro.

Es casi innecesario reiterar que Panamá es un país cuya vida social y económica está fuertemente
determinada por su posición geográfica. Su carácter de istmo que une las porciones norte y sur del
continente americano, y de delgada franja de tierra que acorta el paso del océano Atlántico al
Pacífico, ha definido su papel histórico (desde la colonia) en la división internacional del trabajo,
como zona de tránsito de gentes y mercancías.
Ivannia Morales 1-754-56

Durante el período colonial, Panamá se convirtió en puente para el trasiego del oro y la plata
extraídos de los Andes peruanos en ruta hacia España. De la metrópoli llegaban mercancías
haciendo el camino inverso.

Esta característica central del papel desempeñado por Panamá en la división internacional del
trabajo se desarrolló más desde mediados del siglo XIX hasta hoy, cuando las facilidades geográficas
del istmo se estructuraron en función de una nueva metrópoli emergente, Estados Unidos, después
de siglo y medio de estancamiento y decadencia producto de su suplantación como vía de tránsito
(por el río La Plata y el puerto de Buenos Aires) y por la crisis del imperio colonial español. El
renacimiento experimentado por la "zona de tránsito" a partir de la década del 50 del siglo pasado,
puesta ahora al servicio del trasiego del oro californiano hacia la costa este de Estados Unidos, y de
gentes haciendo el camino contrario, quedaría desde entonces vinculado al desarrollo capitalista de
la potencia norteamericana

"desarrollo" de este capitalismo dependiente, al servicio del comercio mundial, ha sido el motor de
la historia económica, social y política de Panamá, y también la causa básica de sus contradicciones.
Si bien, en un primer momento, la construcción del canal por los norteamericanos pareció a los ojos
de la burguesía comercial panameña el cumplimiento de sus aspiraciones (revivir el esplendor
comercial que el istmo tuvo en la época colonial), no pasó mucho tiempo antes de que ésta
descubriera que el enclave colonial construido en las riberas del canal le excluía de la posibilidad de
enriquecerse a costa del "transitismo".

Estados Unidos estructuró el canal en función de su comercio a tal punto que la sociedad panameña,
incluidas sus clases dominantes y dominadas, quedaron al margen de los beneficios producidos por
la vía acuática. "Hacia 1916 la Compañía del Canal compra suministros por un valor de 12 millones
de dólares anuales, de los cuales sólo un 17% provienen de Panamá y corresponden a carbón, hielo,
suministros para los hoteles, etc.

Los beneficios directos obtenidos por Estados Unidos gracias al canal implicaron, entre otros, un
ahorro del 40% de su presupuesto militar en las primeras décadas del presente siglo, y un ahorro
acumulativo que sobrepasa los 20,000 millones de dólares, a razón de entre 6 y 10 dólares ahorrados
por tonelada métrica, debido a los reducidos peajes y a la exoneración del cobro de los mismos a
los buques de guerra de la Armada estadounidense y a su marina mercante. Mientras que Panamá
sólo recibió, en 70 años de existencia del canal (hasta los tratados de 1977), 67 millones de dólares,

Por lo dicho, podemos sugerir como hipótesis para los próximos años, que nos encontramos a las
puertas de la quinta gran crisis política de la historia republicana panameña. La cual nacerá de la
confrontación, por un lado, de los trabajadores y sectores populares contra los planes de
desmejorarle aún más sus niveles de vida, por parte de la burguesía panameña y del imperialismo
norteamericano; y por otro, de las propias confrontaciones a lo interno de la clase dominante a ver
quién se queda con la mejor parte del "pastel", representado por el canal y las "áreas revertidas".

La estabilidad política, la verdadera democracia, el desarrollo económico, el pleno empleo, los


salarios justos, etc. no serán accesibles al pueblo panameño mientras nuestro país viva sometido a
los designios del imperialismo norteamericano y a las injusticias de la sociedad capitalista.

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