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Analisis sobre la lectura “Antes de la separación de Panamá: La Guerra de los Mil Días,

El contexto internacional y el Canal”

Presentado por:
Ana Sofia Ocampo Libreros

Presentado a:
Carlos Alberto Cano

Universidad Libre Seccional Pereira


Programa De Economía
Pereira, Marzo
2022
Analisis sobre “Antes de la separación de Panamá: La Guerra de los Mil Días, El contexto
internacional y el Canal.”

En 1899 inició una guerra civil, la llamada Guerra de los Mil Días. Aunque el problema armado
entre liberales y conservadores no perjudicó a cada una de las zonas de la misma forma, separó mas
a la población. Ha sido quizá la guerra más desastrosa, tanto en los males ocasionados en la
economía nacional como respecto a las bajas humanas registradas. Esto se debió a la fragilidad del
criterio nacional de Colombia que poseía un sistema político poco apto para asistir a la negociación
del problema más urgente de la agenda mundial de la nación: la transacción de los derechos para
excavar y edificar por territorio de Colombia un canal que uniría el Oceano Atlántico con el
Pacífico en favor de USA. No cabe duda de que la crisis que atravesó Colombia marcó un cambio
importante en la conciencia nacional.

A partir de la aparición de su libro Café y problema en Colombia se asegura en líneas en general


que los componentes que ocasionaron este problema armado poseen su origen en el sistema de la
llamada Regeneración. Esta etapa de dominio conservador inició en los años 80 del pasado siglo
con el desplazamiento disidente liberal de los independientes dirigido por Rafael Núñez (presidente,
con interrupciones, entre 1880 y 1888). Desde el éxito de los independientes y conservadores contra
los radicales en la guerra civil de 1884/ 85, ha sido conformada una coalición gubernamental
nacionalista-conservadora.

Sin embargo la más grande reforma ha sido quizá la proclamación de Colombia como república
unitaria. El sistema político y las prácticas electorales manipuladoras adoptadas, favorecían al
ejecutivo (entre 1888 y 1904 no ha sido designado ningún liberal para el Senado).

Al triunfo de la hegemonía conservadora no sólo contribuyó la unidad a grado nacional y la


agotamiento del liberalismo en esos años, sino además la coincidencia de dichos componentes con
el auge cafetero." El crecimiento de la economía de Colombia central recompensaba de forma
notable a los caudillos liberales por haber sido excluidos del poder político.

Las fuerzas antigubernamentales (es mencionar, esas en oposición a los conservadores nacionalistas
en el poder) estaban entonces formadas por los liberales expulsados de la colaboración política, los
caciques regionales limitados en su poder por la gestión central de los recursos y los conservadores
históricos en desacuerdo con la dirección de Hacienda y la política monetaria. No obstante, no
existía ningún acuerdo entre los opositores una vez que, en 1895, ciertos liberales tomaron las
armas por primera ocasión.

Este conflicto armado se puede dividir en tres etapas: la primera fase es denominada "la guerra de
los caballeros" , la segunda, por su carácter desesperado, "guerra guerrillera" y la tercera
"confrontación liberal- conservadora en el departamento de Panamá'

1.) La fuerza armada nacional con sus seguidores en Colombia central, Antioquia, el norte del
Cauea y el sur del Tolima, contaban con 9 mil militares subjetivamente bien armados y formados.
Además la milicia del gobierno llenó sus filas con las 'clases bajas', primordialmente del sector de la
obra de la red de transporte, de las haciendas y de las minas; sin embargo, a diferencia de los
liberales, este poseía que reclutarlos a la fuerza, debido a que en medio de las capas bajas era bien
exitosa la carencia de respeto de los oficiales hacia los militares, a quienes sacrificaban como
ovejas. Otra medida de los conservadores para debilitar la revolución liberal ha sido la detención de
los oficiales rebeldes capturados y los civiles simpatizantes con la insurrección en la penitenciaría
actualizada de Bogotá (el panóptico) y otras prisiones.
Para financiar al batallón del gobierno se subieron la renta de licores, el impuesto derivado de la
posesión inmobiliaria y el impuesto nacional de degüello, se editó papel moneda, se recaudaron
(principalmente de los enemigos del gobierno) contribuciones extraordinarias, y se gravaron las
exportaciones del primordial producto de exportación, el café, con un impuesto particular.

2) El 31 de julio de 1900 fue derrocado Sanclemente, y llegó al poder Marroquín." Sin embargo, el
hecho de ceder el poder definitivamente a los conservadores históricos no fue suficiente para
convencer a los liberales alzados en armas y sus simpatizantes de terminar con la rebelión y entrar
en negociaciones.
Buscaron respaldo en el exterior, primordialmente en Venezuela, Ecuador y Centroamérica, y
adoptaron la estrategia guerrillera.

Los efectos económicos de la guerra guerrillera fueron terribles: se produjeron interrupciones en las
exportaciones, no sólo por falta de trabajadores en las haciendas sino además por las interrupciones
en el transporte, los robos y las confiscaciones de mercancías, reses y mulas. Además, a raíz de la
emisión masiva de billetes, la moneda de Colombia decayó cada vez más en el mercado exterior.
Nadie podía presagiar cuánto valdría reabnente, y es por lo cual nació un conjunto de financieros
especializados para la especulación de la moneda. Si ya los hechos económicos les parecían graves
a los líderes de los dos partidos, más les alarmaría la pérdida del control social de las élites. La
guerra, en efecto, se legitimaba a ella misma, autogenerando sus propias causas para prolongarse.
Aprovechando la desaparición de la jerarquía social, los oficiales y las autoridades locales hicieron
sus "negocios" por cuenta propia; conjuntos de militares se organizaron en pandillas bandoleras
aprovechándose en demasía de la inseguridad general.

3.) El tercer acto de la guerra sucedió en el istmo de Panamá, donde el oficial liberal caleño
Benjamín Herrera, de extensa trayectoria militar a lo largo de la hegemonía liberal, consiguió
conformar, luego de ciertos fracasos, un batallón numeroso, bien armado y disciplinado desde la
navidad de 1901. Su táctica consistía en mantener el territorio occidental y quedar ahí hasta que las
tropas gubernamentales se acercasen. El istmo estaba predestinado para ocupaciones militares de
los liberales de Colombia central, debido a que la mayor parte poblacional era liberal y la marcha a
partir de la provincia de Chiriquí hacía Localidad de Panamá, iniciada al rededor de 1900 por
Belisario Porras, originario de la provincia de los Santos, había preparado el lote.

En poco tiempo los liberales se impusieron en el frente marítimo, impidiendo que llegaran militares,
armas y municiones para ayudar a las tropas gubernamentales a partir del departamento del Cauca.

Esto significaría que a los rebeldes en el istmo les faltarían socios, debido a que las tropas
conservadoras de la Costa Atlántica se trasladarían ahí. Por tal fundamento Herrera puso además fin
a la guerra el 21 del mismo año, asumiendo una iniciativa de tranquilidad de los representantes
gubernamental. El célebre contrato por medio de el cual ha sido terminada esta guerra civil ha sido
firmado a bordo del barco de guerra de Estados Unidos Wisconsin, bajo el auspicio de los
representantes militares y consulares estadounidenses en el istmo.

Después de la guerra y sus consecuencias en un marco económico catastróficos para todas las capas
sociales y la muerte de aproximadamente 100 mil personas.

El hecho de que, bajo el sistema del nuevo 'hombre intenso' a grado nacional, de regreso luego de
una extensa ausencia como ministro plenipotenciario y Chargé d' Affaires en París, los políticos de
los dos partidos clásicos y sus respectivas facciones persiguiesen las mismas metas económicos, se
puso, ejemplificando, de manifiesto en el apoyo prestada por ciertos liberales con buenas relaciones
internacionales para la liquidación de la deuda externa de la nación. La enorme masa de Colombia
no se sentía representada en la política nacional.

La división del departamento de Panamá el 3 de noviembre 1903, casi un año luego de la


conclusión formal de la contienda armada entre los partidos en problema, no estaba asociada de
manera directa con los hechos de la Guerra de los Mil Días. No obstante, y como se verá, no se
puede negar una estrecha causalidad con esta guerra, debido a que el problema armado reflejaba la
imposibilidad total de la clase política para edificar un Estado central con una gestión racional, en el
que -aparte de los partidos- pudiesen fiar tanto los panameños como los EEUU. Como consecuencia
de esta debilidad política en Colombia, les fue servido a ambos el istmo en "bandeja de plata".

El regimen de la nación vecino Venezuela, incapaz y sin motivación para cerrar las fronteras,
dejaba pasar libremente a las tropas liberales colombianas una vez que éstas querían. Una vez que,
pese a el apoyo venezolana, la milicia liberal de Colombia ha sido derrotado en la contienda de
Palonegro, ciertos jefes sobreviventes disolvieron sus tropas para reforzar las operaciones en la
Costa Atlántica.

Por consiguiente, la aportación venezolana referente a los preparativos, el abasto de material bélico
y de militares así como la disposición de la región nacional para las tropas liberales que se retiraban,
eran componentes bastante importantes en favor de la causa liberal aunque no decisivos, a raíz de la
postura vacilante de Castro. En 1902, una vez que comenzó la tercera etapa de la guerra civil, el
apoyo venezolana a los liberales se disminuyó radicalmente debido a que el territorio entró en una
crisis político-económica.

A partir de un inicio, el dictador ecuatoriano acogió favorablemente a los rebeldes liberales y les
ofertó su participación, proporcionándoles dinero, reclutando milicianos y aprovisionándoles con
fusiles Marlincher, los respectivos cartuchos y 2 cañones Krupp." Debido a este político de visibles
tendencias modernizadoras, las tropas de la insurrección en la costa Pacífica del departamento
istmeño pudieron conservar a lo largo de el año 1900 su campaña militar. Por medio de las armas y
municiones proporcionadas por el territorio vecino, los liberales se recuperaron además en la parte
sur de Colombia y en toda la costa Pacífica.

En conclusion, la carencia de continuidad y de coordinación entre los simpatizantes de la causa


liberal a grado universal, tuvo por efecto que los liberales no tuviesen en ningún instante alguna
probabilidad de conseguir el control absoluto a lo largo del territorio nacional. El apoyo a partir de
fuera bastaba para conservar temporalmente la supremacía militar en varias zonas fronterizas y de
las sostas Atlántica y Pacífica, y además para comenzar una guerra de guerrillas bastante positiva en
algunas porciones de Colombia central donde se contaba con la ayuda poblacional local. No
obstante, esa ayuda no ha sido suficiente para desestabilizar decisivamente la hegemonía
conservadora en los apartamentos más poblados de Colombia central, Antioquia y el Cauca. El
regimen en Bogotá, pese a estar aislado dentro del entorno latinoamericano, consiguió conservar el
ingreso de armas y municiones compradas en los mercados mundiales y pagadas con los recursos
nacionales.

Ademas, los representantes de dichos territorios industrializados ejercieron presión sobre los
partidos en problema para evadir el ataque de determinados fines estratégicos. No obstante, los
resultados fueron ambivalentes.

A finales de noviembre de 1901, cuando el navío gubernamental Próspero Pinzón iba a atacar y
bombardear la localidad de Colón, ocupada por los rebeldes, los cónsules francés, del Reino Unido
y de Estados Unidos, quienes tenían interrelaciones con las dos piezas bélicas, lograron en una
acción concertada junto con los comandantes de ciertos navíos extranjeros presentes, que el
enfrentamiento tuviera sitio fuera de la concentración urbana. Una lucha en Cólon hubiera
provocado fuertes perjuicios a las gigantes inversiones extranjeras en esta urbe portuaria. Tanto los
liberales como las tropas del Próspero Pinzón tenían que admitir las

Asimismo, en agosto de 1902, el comandante del cañonero de Estados Unidos Ranger, alarmado
por la atemorizada colonia foránea, impidió a los liberales cañonear la localidad de Panamá. En las
localidades portuarias de Santa Marta y Colón intervinieron de igual manera buques
estadounidenses para evadir males a la propiedad extranjera. Mientras tanto que el intervencionismo
en el istmo de Panamá daba los resultados esperados por las potencias extranjeras, los esfuerzos de
reconciliación en el problema fronterizo con Venezuela fueron menos exitosos. La presión
diplomática que ejercía a partir de Washington el Secretario de Estado, John Hay, en ventaja de
evadir una guerra abierta entre los ejércitos gubernamental de Colombia y de Venezuela, terminó
poco alentador. Este prestigioso político estaba preocupado por la creciente pérdida de seguridad en
la zona y por los esfuerzos para aguardar a la Segunda Conferencia Interamericana sobre la solución
pacífica de los conflictos en América, que se celebraría del 22 de octubre de 1901 al31 de enero de
1902 en Ciudad de México. Además, el regimen conservador de Colombia, en apuros, invitaba a los
representantes de Alemania y Francia en Caracas a presionar a Castro y a admitir una solución
política. De esta acción no pudieron ser efectos positivos, debido a que entonces los representantes
del continente Europeo en Venezuela, como ya hemos dicho, habían perdido su confianza en los
canales diplomáticos. Tras el fracaso liberal de Palonegro, los guerrilleros rebeldes habían
localizado su primordial centro de acción en estas regiones, saqueando las haciendas de los
conservadores y bloqueando el transporte entre Bogotá y el flujo de agua Magdalena. El líder más
alto de los guerrilleros en esta zona ha sido el comandante Ramón Marín, mulato y antiguo
empleado en las minas de la compañía inglesa The Western Andes Comp.

Una vez que el legendario "negro Mario" concentró en las cercanías de Honda cerca de 2 mil
militares, Gillies, así como el representante francés, Paul Richoux, ofrecieron a Marroquín sus
buenos oficios como mediadores. Con este fin se juntaron el 3 de abril 1902 en la vivienda de John
Russell, el director de las minas de Frias, Gillies, Richaux, el comerciante inglés John Owen por
una sección y Marin, su secretario Virgilio Leiva y otros liberales por otra. El regimen en Bogotá
había enviado como encargado a su subsecretario de Guerra, quien, de consenso con el informe de
Gillies, no estaba. Sin embargo, pidieron la ayuda extranjero en el momento de rendir sus armas,
debido a que las concesiones verbales gubernamental no les inspiraban demasiada confianza.
No obstante, el regimen no cooperó en la busca de un convenio para finalizar la guerra, debido a
que abusó del armisticio unilateral, proclamado de parte de los guerrilleros, para mover una
gigantesca proporción de municiones de Honda a Bogotá.

Los gobiernos conservadores tenían un fiel aliado en el regimen de Francia. Una vez que, en 1898,
comenzaron las negociaciones sobre la prórroga de los derechos para edificar el Canal entre la
Compagie Nouvelle y el regimen de Colombia, la organización francesa, de la cual todo el planeta
sabía que jamás podría ser capaz de concluir la obra empezada, siguió una estrategia bastante
reservada.

Francia prestaba sus servicios al regimen conservador no sólo por medio de la inyección de capital
y credibilidad universal, sino además por medio del Institution Building relacionadas con las
Fuerzas Armadas. La delegación de instructores de esta nación ha sido contratada en 1897 con la
intención de reorganizar al Batallón e implantar el espíritu profesional en el cuerpo humano de
oficiales. A esto se sumó que los contactos político-militares con Francia facilitaron al regimen de
Colombia la compra de armas anteriormente y a lo largo de la guerra.
Mientras tanto que la postura gubernamental francés era indudablemente pro del gobierno, la
postura oficial de Gran Bretaña frente a el regimen conservador de Colombia se puede caracterizar
de 'semi-fría'.

Otras quejas dirigidas por el representante de Gran Bretaña al regimen de Colombia han tenido su
origen en el mal trato de los jamaiquinos.

La sentencia de un tribunal suizo en octubre de 1899 en alusión a la reclamación de la compañía de


creación de trenes Punchard, Lowther McTaggart contra el regimen de Colombia, contribuyó a
tensar la interacción entre el regimen de Su Majestad y los conservadores colombianos en el poder.

A lo largo de la Guerra de los Mil Días los ejércitos liberal y conservador lucharon ahí además por
el control de los recursos y los medios de transporte.
Aparte de la propiedad, otro aspecto que influyó en la diplomacia alemana, tanto en el Auswartiges
Amt en Berlín como en la legación en Bogotá, ha sido la rivalidad geoestratégica del Reich con los
EEUU. Esto se debía a que Alemania carecia de artefactos de legitimación, artefactos que sí tenían
los EEUU como por ejemplo la ideología Monroe de 1823 yel tratado Mallarino-Bidlack de 1846.
Si bien la marina alemana había intervenido en 1895 en Nicaragua y estaba preparando una acción
militar contra Venezuela a partir de 1901, el Imperio Alemán no cuestionó de facto la ideología
Monroe. No obstante, aunque aún no arriesgó desafiar abiertamente a los EEUU, en el Auswartiges
Amt todos los cambios en favor de los EEUU fueron vigilados con recelo.

Las organizaciones estadounidenses se concentraban en escasas regiones geográficas, lo que


facilitaba su custodia a partir del exterior. Las reclamaciones de los hombres de negocios
estadounidenses y del tren de Panamá, que habían perdido mercancías e inmuebles con un costo
notable, no fueron respaldadas enérgicamente por la legación en Bogotá y el State Departament.
Esto se debía a que los burócratas estadounidenses temían el deterioro de la postura de los EEUU en
las negociaciones por el Canal. Cuanto más evidente era la necesidad para esta nación de tener
ingreso a un canal interoceánico y garantizar de esta modalidad el paso de sus flotas.

En alusión a la ejecución de sus metas estratégicas en el istmo por medio de negociaciones


bilaterales, el secretario de Estado presentó 2 demandas: primero, reclamó el establecimiento de
estaciones de carbón sobre las islas de Bahía de Panamá bajo el único control de la US Navy, y
segundo, exigió los derechos para concluir la obra del Canal. No obstante, los EEUU se
equivocaron plenamente al pensar que la agotamiento institucional llevaría a los políticos
colombianos a estar dispuestos a hacer más grandes concesiones. A la vista de tan alta separación
política en el territorio, la enorme mayor parte poblacional (con exclusión de Panamá) coincidía en
2 aspectos: la autonomía formal del Estado de Colombia en el istmo debía ser respetada, y los
derechos para concluir la obra del canal debían ser buen comercio para el territorio. Aparte de la
contraposición interna ante la comercialización de los derechos para concluir el canal bajo la
predominación de un solo territorio extranjero, otros obstáculos impidieron la transacción del canal:
la inseguridad sobre el costo que tenían que costear los EEUU a la Compagnie Nouvelle por sus
tareas llevadas a cabo, sus grupos y sus derechos; la preferencia del Congreso de los EEUU hacia el
plan nicaragüense; y el contrato Clayton-Bulwer entre Gran Bretaña y EEUU vigente.
Paralelamente, Marroquín mandó al ministro más preparado de su gabinete, el jefe de Interacciones
Exteriores, Carlos Martínez Silva, con amplios poderes para comerciar con los políticos de
Washington. A fines de marzo de 1901, el apoderado de Colombia otorgó al Departamento de
Estado un archivo preliminar en el que esbozó las condiciones para que los EEUU pudiesen
concluir la obra del canal por sí mismos. Sin embargo el regimen en Bogotá desautorizó el objetivo
de su propio enviado particular y limitó la prórroga de la concesión a 99 años." Desde julio se
suspendieron las negociaciones a raíz de diferencias entre Martínez Silva y Marroquín.
En el último mes del año Marroquín privó formalmente a este político de su precepto y lo sustituyó
por su ministro de Guerra, José Vicente Concha "que ignoraba el lote que pisaba, y ni siquiera
hablaba inglés"." En lo que Martínez Silva viajó a México junto con Rafael Reyes para representar
a su territorio en la Segunda Conferencia Interamericana, Concha elaboró en marzo de 1902 un
rnemorándum." Este archivo, muy semejante al de Martínez Silva, ha sido calificado como posible
por el Secretariado de Estado para una futura negociación." En el Artículo 2 se consagró lo
próximo: "Los USA van a tener derechoexcIusivo para excavar, edificar, mantener, explotar,
observar (control) y defender un canal marítimo del Atlántico al Pacífico."

En lo concerniente a los puntos de vista cIave para Colombia, mejor dicho la garantía de la
neutralidad en el istmo, la autonomía territorial y la recompensación, este objetivo divergía bastante
de los anteriores, perseguidos por Martínez Silva y Concha.

Mientras tanto que las interrelaciones entre EEUU y el regimen de Colombia se encontraban en un
punto muerto, las negociaciones entre Washington y Londres progresaban.

El caso se agudizó, debido a que a inicios de octubre de 1901 los liberales concentraron alrededor
de 1.500 militares armados entre Panamá y Colón." Ha sido entonces una vez que la prensa de
EEUU, histérica por la presión que ejercían Alemania, Gran Bretaña e Italia sobre Venezuela,
insistió en que sólo los EEUU estuviesen legitimados para intervenir en el istmo." El 20 de
noviembre los insurgentes liberales entraron en la localidad de Colón por medio de vagones del
tren, ocupando rápido los puntos de vista estrategicos.

Las expectativas de una solución definitiva con respecto al canal incrementaron una vez que los
marineros se retiraron a partir del tratado de tranquilidad.
En poco tiempo se sabía que el Congreso no ratificaría el traspaso de los derechos para concluir la
obra del canal así como lo había previsto el Tratado Hay-Herrán. La exclusiva personalidad de
prestigio en Bogotá (fuera de ciertos panameños) que tomó parte públicamente a favor del acuerdo
negociado por Herrán, ha sido el comerciante y político liberal Enrique Cortés. Empero el
argumento determinante para cambiar el tratado, era que se exigiera una indemnización más alta de
la que habían ofrecido los EEUU. Este telegrama ha sido entregado por Beaupré a Luis Carlos Rico,
el entonces ministro de Interacciones Exteriores, que lo abandonó pasar al Congreso. Si bien tal
últimátum llevaba el fin de que en Colombia se ratifiquase inmediatamente el tratado Hay-Herrán,
los diputados del Senado consideraron mayormente que esta vez no se dejarían extorsionar. luego
de otro intento de presionar a Rico, en el cual Beaupré negaba la alternativa de cambiar algo en el
tratado negociado, el Senado desaprobó el acuerdo Hay-Herrán.

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