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EL EMBARAZO
En este sentido, esta disciplina se solapa parcialmente con la psicología del desarrollo,
encargada del estudio del desarrollo ontogenético de los individuos (es decir, desde la
gestación hasta la vejez), aunque en este caso el foco está puesto específicamente en el
proceso de gestación y parto, y en el vínculo entre madres y padres, por un lado, y sus bebés,
por el otro.
l. 2 Embarazo.
El embarazo es el estado fisiológico de una mujer que comienza con la concepción del feto y
continúa con el desarrollo fetal hasta el momento del parto.
● Embarazo intrauterino
Se trata del embarazo que se lleva a cabo en el interior del útero, donde el óvulo ya
fertilizado se implanta en las paredes interiores del útero. Se puede decir que es el embarazo
más común que hay y es el que está considerado como normal.
Este embarazo está dividido en tres etapas: la primera desde la propia concepción hasta la
semana 12ª, la segunda desde la semana 13ª hasta la 20ª y la tercera se prolonga hasta el
nacimiento.
● Embarazo molar
Esta clase de embarazo puede ser bastante peligroso ya que la fertilización del óvulo se hizo
de manera anormal. La placenta crece sin parar, llegando a convertirse en quistes, el embrión
no se llega a formar y si lo hace, no sobrevive.
Se puede decir que es un tumor no cancerígeno de carácter benigno, que se desarrolla en el
útero. En un embarazo molar completo no hay ni tejido placentario normal ni embrión. Por
otro lado, no hay que olvidarse que puede llegar a tener complicaciones bastante graves que
pueden incluso derivar en cáncer. Por esa razón es de tanta importancia que el embarazo sea
supervisado en todo momento.
● Embarazo ectópico
El óvulo fertilizado se implanta fuera del útero, lo que hace que no pueda producirse un
embarazo completo dado que la vida de la mujer corre peligro, por lo que se debe intervenir
cuanto antes para evitar ese riesgo.
Los embarazos ectópicos suelen tener un importante impacto emocional en cada mujer dado
que es imposible que el bebé sobreviva, por eso la mujer que lo sufra debe recibir ayuda
psicológica en muchos casos. Es importante tener en cuenta que el hecho de que se haya
tenido un embarazo ectópico, no quiere decir que el siguiente vaya a ser igual, es muy
probable que se puedan tener embarazos completamente normales más adelante.
Primer mes: Los ciclos del embarazo comprenden los 9 meses en los cuales el embrión
evoluciona hasta alcanzar su completo desarrollo. Esta evolución abarca la fase en que es tan
solo un cigoto hasta convertirse en un bebé.
La primera semana de gestación comienza en la última semana de la menstruación. En la
segunda semana, un conjunto de folículos elegidos crecen, aunque solo uno es seleccionado.
Durante la tercera semana, el ovocito sale del folículo y viaja por las trompas de Falopio.
Las células se van dividiendo hasta formar tres tipos distintos, que en el futuro constituirán el
tejido del bebé. También se generan las células que darán lugar a la columna vertebral. En
esta etapa, el embrión tiene un tamaño tan pequeño que todavía no se puede apreciar en una
ecografía.
Asimismo, la madre empieza a experimentar síntomas muy leves. No será hasta la ausencia
de la próxima menstruación cuando la futura mamá sea consciente del embarazo.
Segundo mes: Este mes es fundamental, ya que es cuando se forma el corazón, órgano vital
para el futuro bebé.
Se inicia la formación de la médula espinal, el cerebro, el intestino y la piel.
También empiezan a formarse los ojos, las orejas, la nariz y el labio superior de la boca.
Es un mes de mucha evolución, pues el embrión empieza a adquirir forma humana. Los
cambios en la madre todavía no son notables, pero es posible que empiece a sentir algunos
síntomas como náuseas, vómitos o cansancio.
Cuarto mes: El feto se cubre de lanugo, un vello muy fino que recubre la piel y con una
capa de grasa llamada vernis.
Se forman las cuerdas vocales y aparecen los pliegues epidérmicos en la palma de las manos
y en los dedos.
En este mes, los ojos del feto suelen ser grandes, aunque los mantiene cerrados. Están muy
separados entre sí, pero la cara ya está bien definida.
Se puede distinguir perfectamente el cuello, que separa la cabeza del resto del cuerpo.
Los dientes empiezan a formarse.
Con respecto al tamaño, puede medir entre 8,5 y 18 cm. Su peso será de unos 150-170
gramos.
Las funciones de sus glándulas sudoríparas y sebáceas empiezan a desarrollarse.
Sexto mes: En este mes se forman las cejas, el cabello y las pestañas, así como los músculos.
Y así lo evidencia esta información del profesor de Obstetricia y Ginecología de la
Universidad de Valencia, Juan V. Ramírez.
El bebé ya puede reconocer los sonidos claramente y responder perfectamente a estímulos
como la música.
Pasa a medir unos 27-32 cm y pesar desde 450 gr hasta unos 750-1000 gr.
Se pueden palpar las diversas partes del cuerpo del pequeño a través de la pared abdominal.
La piel del bebé empieza a volverse opaca y más resistente. El bebé puede abrir y cerrar los
ojos, además de hacer gestos, como sacar la lengua. Las proporciones del cuerpo empiezan a
igualarse en relación a su cabeza.
Se termina el segundo trimestre y el estado de gestación ya se evidencia. La barriga de la
madre es bastante grande y el peso del feto aumenta, por lo que la madre se sentirá cansada,
con dolores de espalda, molestias e incomodidades en ciertas posturas.
Séptimo mes: En este periodo, se desarrollan los pulmones y el esqueleto se hace más
consistente.
La grasa empieza a acumularse en el cuerpo, lo que le permitirá controlar la temperatura
después del nacimiento.
Se pigmenta el iris del ojo y la piel.
El lanugo que cubre su cuerpo desaparece.
La longitud del feto puede ser de 33 a 38 cm, aproximadamente, y puede llegar a pesar hasta
unos 1100-1300 gr.
En este mes, debido al tamaño del bebé, la madre se encuentra limitada de algunos
movimientos y siente constantemente presión en la vejiga, lo que le genera ir al baño con
mayor frecuencia.
1.3 Parto
Se considera un parto a término, es decir a tiempo normal, el que ocurre entre las 37 y 42
semanas desde la fecha de última regla. Los partos ocurridos antes de las 37 semanas se
consideran partos prematuros y los que ocurren después de las 42 semanas se consideran
partos postérmino.
1. Fase de dilatación
2. Fase de expulsivo
3. Fase de alumbramiento
El parto puede ser un parto sencillo, es decir de un solo feto o bien múltiple, de dos o más
fetos. La vía de parto puede también variar, puede ser un parto vaginal, es decir que el feto es
expulsado por el canal de parto natural (vagina) o bien un parto abdominal, es decir, por el
abdomen de la madre (cesárea).
Los partos vaginales pueden ser eutócicos, estos son los partos normales, o bien
instrumentados, que precisan de instrumentos aplicados por el médico para ayudar en el
parto vaginal. Estos instrumentos son los fórceps, las espátulas o las ventosas.
1.4 Puerperio.
Al término del parto iniciaste un periodo que se extiende por unos 45 a 60 días llamado
puerperio fisiológico (aunque en mujeres que dan de amamantar por un periodo prolongado y
activo, el puerperio se les extiende un poco más).
● Puerperio inmediato:
Desde el punto de vista fisiológico éste consiste en el esfuerzo que tu organismo debe realizar
en las primeras 24 horas después del parto se centra en la retracción (definitiva) y en la
contracción (temporaria) de la fibra muscular uterina. En tres horas tu organismo se regula en
pulso, temperatura y tensión arterial. En este periodo de tiempo estás bajo observación y
controla la contracción correcta de tu matriz.
● Puerperio clínico:
Abarca en promedio la primera semana luego del parto y también es llamado puerperio
precoz. En estos días comienza la producción de la leche materna, la involución genital de la
mujer y la aparición de los loquios, que son las secreciones genitales compuestas por tejido
de placenta, moco y sangre.
Se da aproximadamente del día 11 al 45 después del nacimiento del bebé. En este periodo se
recupera el peso del útero antes del embarazo, pues es tanto lo que cambia el útero después
del alumbramiento que mientras hacia el final de la gestación medía 32 centímetros cuando
nace tu bebé apenas mide 7. También desciende su peso: de pesar 1,5 kilogramos el útero
vuelve a pesar 60 gramos. Esta etapa puede llegar incluso a los 6 meses si la madre escoge
una lactancia activa para alimentar a su bebé.
Además desaparece la pigmentación cutánea, las estrías cambian de un color rojizo a un tinte
nacarado. Y la pared abdominal está flácida, los músculos rectos del abdomen están estirados
pero, todo esto, con el tiempo, irá contrayéndose. De lo contrario, con gimnasia, poquito a
poco, el abdomen irá recuperando su tonicidad.
Está dividido en tres etapas: la primera desde la propia concepción hasta la semana 12ª, la
segunda desde la semana 13ª hasta la 20ª y la tercera se prolonga hasta el nacimiento.
Embarazo intrauterino
Embarazo molar
Embarazo ectópico
Embarazo de alto riesgo
Embarazo múltiple o intra abdominal
El embarazo comprende los 9 meses en los cuales el embrión evoluciona hasta alcanzar su
completo desarrollo. Esta evolución abarca la fase en que es tan solo un cigoto hasta
convertirse en un bebé.
6. ¿Qué sucede en el primer trimestre?
El primer trimestre del embarazo son los primeros tres meses después de la concepción. Los
signos de los inicios del embarazo son: falta de períodos menstruales, fatiga, agrandamiento
de los senos, distensión abdominal y náusea.
Se definen los genitales,Los ojos del feto suelen ser grandes, aunque los mantiene cerrados.
Están muy separados entre sí, pero la cara ya está bien definida. Se puede distinguir
perfectamente el cuello, que separa la cabeza del resto del cuerpo, los dientes empiezan a
formarse. La madre comienza a aumentar de peso. Este incremento equivale,
aproximadamente, a un 10 % del peso total que ganará durante todo el embarazo, se reducen
las náuseas y los vómitos, ya que el nivel hormonal se estabiliza y disminuyen los riesgos de
aborto natural.
Durante el tercer trimestre, el feto sigue creciendo en tamaño y peso. Los pulmones todavía
están madurando y el feto comienza a posicionarse cabeza abajo. El bebé es capaz de respirar
y realizar los movimientos de succión y deglución al mismo tiempo.
Empieza a fabricar su propia sangre. Hacia el final del tercer trimestre, el feto mide 19 a 21
pulgadas de largo y pesa, en promedio, seis a nueve libras.
Se considera un parto a término, es decir a tiempo normal, el que ocurre entre las 37 y 42
semanas desde la fecha de última regla. Los partos ocurridos antes de las 37 semanas se
consideran partos prematuros y los que ocurren después de las 42 semanas se consideran
partos postérmino.
Glosario de la unidad 1
1. Embarazo: El embarazo es el estado fisiológico de una mujer que comienza con la
concepción del feto y continúa con el desarrollo fetal hasta el momento del parto.
2. Feto: Un feto es un bebé antes del nacimiento, que se desarrolla y crece en el interior del
útero. En los seres humanos, el período fetal empieza ocho semanas después de la
fecundación de un óvulo por un espermatozoide y termina en el momento del
nacimiento.
5. Puerperio clínico: Abarca en promedio la primera semana luego del parto y también es
llamado puerperio precoz. En estos días comienza la producción de la leche materna, la
involución genital de la mujer y la aparición de los loquios, que son las secreciones
genitales compuestas por tejido de placenta, moco y sangre.
8. Lanugo: El lanugo es un vello corporal aterciopelado, muy fino, que tienen todos los
bebés durante la gestación. Su función principal es proteger la piel del bebé, que es muy
fina y no tiene grasa subcutánea, por lo que el lanugo actúa de capa protectora.
10. Parto: El parto se define como la expulsión de un (o más) fetos maduros y la placenta
desde el interior de la cavidad uterina al exterior.
UNIDAD II
PSICOLOGÍA PERINATAL
Para bien o para mal, la paternidad acentúa transitoriamente elementos típicos de la estructura
y de la realidad psíquica del sujeto. Bydlowski (1991), una de las primeras psicoanalistas
francesas que han examinado la clínica perinatal después de Deutsch, Bibring y Benedek, se
ha referido a esto como la “transparencia psíquica” de la mujer embarazada. Pero, como
elemento clínico y técnicamente central para nuestra definición de la psicología clínica
perinatal, esta transparencia psíquica parental no es, a priori, más que virtual. La relativa
actualización (1) de su significado es solo una potencialidad y, de hecho, será confirmada o
no. El aumento de la capacidad asociativa inherente a la vivencia perinatal no se
corresponderá con las oportunidades de subjetivación más que en la medida en que las
características internas y externas del aparato psíquico del sujeto, de sus espacios
intersubjetivos –de pareja, familiar, profesional– y el seguimiento médico-psico-social
perinatal (maternidad, neonatología, pediatría, centros de acogida, etc.) sean o no adecuados
para la contención y la elaboración. El estrés causado por esta condición se multiplica por
diez en el caso de un embarazo o un parto con problemas médicos “patológicos” y/o
trastornos de la paternidad temprana y desarmonías precoces padres-feto-bebé, etc.
Además, el primer aspecto de la psicología clínica perinatal será explorar la realidad psíquica
cotidiana consciente- inconsciente, subjetiva-intersubjetiva del sujeto en situación de
(re)convertirse en padre, de ser cuidador y nacer humano en sus formas “normal” o
“patológica”, individual, matrimonial y grupal. Favorecer que los padres y cuidadores
dispongan de un marco íntimo, privado e institucional propicio para el metabolismo de esta
ampliación de los procesos asociativos verbales y no verbales (sobre todo somáticos),
inherentes a las transformaciones biopsicológicas de la paternidad y del acompañamiento
profesional, constituye el segundo aspecto de la psicología clínica perinatal.
Las estrategias de prevención médico-psico-social primaria, han de tener en cuenta todos los
actores involucrados y sólo son eficaces en la medida en que estimulen la metabolización de
los procesos en curso y sean, además, interdisciplinarias. En cuanto a la prevención
secundaria, se refiere a la provisión de dispositivos que permitan los encuentros
intersubjetivos de padres y cuidadores en situación de dificultad. La inclusión en psicología
clínica de lo “normal” y de lo “psicopatológico” y, por tanto, de la prevención primaria y
secundaria, es esencial. De hecho, como veremos, la historia de la psicología clínica perinatal
demuestra la insatisfacción y el abuso que supone, para los padres y feto/bebé, atender
únicamente los casos “ruidosos” que son objeto de una respuesta psiquiátrica puntual. La
ampliación de la red psiquiátrica y de la psicología clínica perinatal a la gran variabilidad de
lo perinatal “normal” y a la atención interdisciplinaria en salud, que tiene en cuenta a todos
los participantes (prevención primaria), ha permitido humanizar el parto y el reconocimiento
de patologías ocultas, silenciosas o visibles (prevención secundaria). En efecto, existe el
riesgo de que los signos de sufrimiento “ordinario” en lo perinatal se ignoren o trivialicen y
de que evolucionen subterráneamente. La recurrencia, todavía subestimada, de los trastornos
de ansiedad, del estado de ánimo, los trastornos psicosomáticos, las desarmonías relacionales
familiares, los trastornos psicosomáticos del bebé, etc. demuestran fácilmente esta ceguera
cultural. Denunciando el espejismo de una “normalidad” médica convencional de la
paternidad (es decir, defensivamente idealizada y fuente de exclusiones violenta), la
prevención primaria perinatal se justifica por la gran variabilidad individual en la naturaleza,
contenido y cronología de la madurez anticipatoria de los padres del feto/ bebé (Missionier,
2003). Frente a esta prevención parental espontánea, la prevención institucional intentará ser
“a medida”. Se llevará a cabo en una filiación humanista, proponiendo un entramado ritual
interdisciplinario que favorezca el reconocimiento, la acogida compartida y el dar sentido a
las potenciales de esta crisis que oscila entre la vulnerabilidad y la creatividad.
En ocasiones es necesario realizar una intervención psicológica más intensiva, ya sea por la
presencia de psicopatología o distrés emocional marcado, por hospitalizaciones más largas o
bebés con mayor morbilidad o alteraciones neurobiológicas graves o por indicadores de
riesgo vincular (por ejemplo, padres que están poco con su hijo o hija o madres adolescentes
con escasa red de apoyo). La mayoría de las intervenciones son psicoterapéuticas de breve
duración, ajustándose a las características especiales de este periodo. En cualquiera de los
casos la atención que se proporciona debe ser sensible, orientada a las fortalezas e
individualizada.
Hay que tener presente que cada familia requiere intervenciones diferenciadas, pero todas
tienen en común:
1. El foco en ellos como madre o padre
2. Facilitar la puesta en marcha de sus recursos y red.
Intervención en crisis. La presencia de elevado estrés en las madres ha sido asociado con
problemas de regulación en los bebés y con un desarrollo psicomotor y del lenguaje más
pobre (Melnyk et al., 2006). El bienestar parental debe ser, por tanto, un importante foco de
atención y cuidado en neonatología.
Programa de Riesgo Social.Cuando se detectan necesidades especiales (socioeconómicas,
afectivas, de apoyo sociofamiliar…) en las familias, se movilizan recursos para cubrir al
menos parcialmente esas necesidades. La estrecha colaboración con Trabajo Social permite
responder a las necesidades socioeconómicas y activar la red de servicios sociales, y otros
recursos sociocomunitarios.
Intervención en la Unidad de embarazo de Alto Riesgo.Los obstetras, matronas y
neonatólogos piden intervención en situaciones de crisis con madres embarazadas cuando se
encuentran hospitalizadas con amenaza de parto prematuro.
4 ¿Además del primer aspecto perinatal que más explora la psicología clínica en este
campo?
Explorar la realidad psíquica cotidiana consciente- inconsciente, subjetiva-intersubjetiva del
sujeto en situación de (re)convertirse en padre, de ser cuidador y nacer humano en sus formas
“normal” o “patológica”, individual, matrimonial y grupal. Favorecer que los padres y
cuidadores dispongan de un marco íntimo, privado e institucional propicio para el
metabolismo de esta ampliación de los procesos asociativos verbales y no verbales (sobre
todo somáticos), inherentes a las transformaciones biosociológicas de la paternidad y del
acompañamiento profesional, constituye el segundo aspecto de la psicología clínica perinatal.
10 ¿Qué hay que tener presente al hacer una intervención en una familia?
Hay que tener presente que cada familia requiere intervenciones diferenciadas, pero todas
tienen en común:
Intervención en crisis. La presencia de elevado estrés en las madres ha sido asociada con
problemas de regulación en los bebés y con un desarrollo psicomotor y del lenguaje más
pobre (Melnyk et al., 2006). El bienestar parental debe ser, por tanto, un importante foco de
atención y cuidado en neonatología.
Programa de Riesgo Social. Cuando se detectan necesidades especiales (socioeconómicas,
afectivas, de apoyo sociofamiliar…) en las familias, se movilizan recursos para cubrir al
menos parcialmente esas necesidades. La estrecha colaboración con Trabajo Social permite
responder a las necesidades socioeconómicas y activar la red de servicios sociales, y otros
recursos socio comunitarios.
Intervención en la Unidad de embarazo de Alto Riesgo. Los obstetras, matronas y
neonatólogos piden intervención en situaciones de crisis con madres embarazadas cuando se
encuentran hospitalizadas con amenaza de parto prematuro.
Glosario de la unidad 2
1. Psicología perinatal: La psicología perinatal es la rama de la psicología que abarca el
embarazo y nacimiento de un bebé, como una crisis vital, lo cual produce un cambio
psíquico en la mujer y el hombre que van a ser padres. Abarca el tratamiento de la
madre desde el embarazo, parto y puerperio
7. Postnatal: La etapa postnatal es la etapa donde nace la criatura. Ahí termina la etapa
intrauterina que era la etapa fetal propiamente dicha. Al nacer ya no es un feto, sino es
un recién nacido; llamamos recién nacido a todo bebé que nace hasta los 28 días de
vida.
8. Recién nacido: Un neonato o bebé recién nacido es un bebé que tiene 28 días o
menos desde su nacimiento, bien sea por parto o por cesárea.