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Implicaciones de la violencia intrafamiliar en el desarrollo cognitivo de los infantes


en dos hogares comunitarios de Bogotá.

Por

Jessica Muñoz
Alberto Avendaño

Proyecto de investigación
Para el Grado de Magister en Educación

2017
2

Tablas de Contenido

Página
Tablas de Contenido 2

Capítulo 1: Establecimiento del Problema 4

1. Tema. 4

2. Justificación de la línea y sublínea del Programa a la cual se adscribe la


investigación 4

3. Descripción de la problemática 4

4. Pregunta problema. 6

5. Antecedentes (revisar) 7

Estudios nacionales 7

Estudios internacionales. 8

6. Justificación 11

7. Deficiencias de la Evidencia 12

8. Audiencia. 13

9. Definición de Términos 13

10. Objetivos 14

Objetivo General 14

Objetivos específicos 14

11. Alcances y límites de la investigación. 14

Capítulo 2: Revisión de literatura 16

Introducción 16

Preguntas de Investigación (revisar) 17

2.1. Marco teórico/marco referencial. 18

2.2. Marco normativo 37


3

Capítulo 3: Metodología 40

Participantes 41

Instrumentos 42

Determinación de Validez y Confiabilidad 43

Procedimientos 43

Capítulo 4: Resultados 45

Capítulo 5: Discusión 49

Introducción 49

Resumen de Resultados 49

Discusión de los Hallazgos y su Relación con la Literatura 49

Contexto de Resultados 49

Implicaciones de los Resultados 49

Limitaciones del Estudio 49

Conclusiones 49

Recomendaciones para Futuros Estudios 49

Referencias 50
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Capítulo 1: Establecimiento del Problema

1. Tema.

Implicaciones de la violencia intrafamiliar en el desarrollo cognitivo de los infantes en


dos hogares comunitarios de Bogotá.

2. Justificación de la línea y sublínea del Programa a la cual se adscribe la

investigación

La presente investigación se enmarca dentro de la línea de investigación denominada:


Sujetos, contextos y diversidades educativas, dentro de esta se asume el eje temático
educación inclusiva y diversidades. Esto se debe a que la presente investigación persigue
una mejor comprensión de la condición cognitiva por la que atraviesan los niños que
conviven o han convivido en un entorno de violencia intrafamiliar, ya que estos, en el
desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje se encuentran en desigualdad de
aprendizaje con respecto a los niños que no atraviesan por esta condición. Esto implica una
falta de reconocimiento de su condición particular de desarrollo cognitivo, por lo que se
encuentra en condición de exclusión sí se considera que el proceso de enseñanza no está
pensado para un acompañamiento integral que tome en cuenta tanto su condición social
como las limitantes cognitivas vinculadas a esta condición.

Por lo anterior el presente estudio constituye un primer paso para la identificación del
estado cognitivo en los dos hogares comunitarios que han servido como unidad de estudio,
contribuyendo así a que se comprenda de mejor manera su condición como sujeto activo
en un proceso de enseñanza.

3. Descripción de la problemática

Las estadísticas, según la secretaria de la mujer y la fiscalía general de la nación


señalan que cada año se desintegran cientos de familias a causa de la violencia
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intrafamiliar, los más vulnerables son las mujeres y niños, dicha violencia afecta
principalmente a los más pequeños del hogar. Si bien se tiene un seguimiento estadístico
de los casos de violencia intrafamiliar, la atención pública ha olvidado las repercusiones
que esta tiene sobre la niñez, y principalmente sobre su condición cognitiva, cuestión que
es necesario atender debido a que el niño es un sujeto active en la presente sociedad, y
también lo será en el futuro, por lo que se hace necesario que sea atendido en el presente a
fin de romper con patrones de comportamiento violento en las futuras generaciones, y para
ello es de gran relevancia la comprensión de su estado cognitivo resultante de un entorno
social violento (Abella, del Pilar Ahumada, Oviedo, Ramos, & Torres, 2017).

La violencia intrafamiliar es la causa de efectos devastadores que ponen en peligro


la estructura de la familia, y para que la violencia no se dé es sumamente importante formar
en sus integrantes cultura de respeto y la unidad familiar (Escudero, 2021). De acuerdo con
estadísticas de la Secretaría de Integración Social, de enero a diciembre de 2020, año de
confinamientos debido a la pandemia del COVID-19, atendieron a 29.839 víctimas de
violencia intrafamiliar, de las cuales 22.044 fueron mujeres, es decir un 74%. Quiere decir,
que 3 de cada 4 personas víctimas son mujeres y 7 de cada 10 tienen como victimaria a su
pareja, aseguró la Secretaría de la Mujer.

En lo referente a la población infantil, la Secretaría de Integración Social informó


que las niñas y los niños entre 6 y 12 años representaron el 10% de los casos atendidos; de
13 a 17 años en un 7% y las niñas y los niños de 0 a 5 años fueron afectados en un 6%
(Ramírez, 2021).

Ramírez (2021) también encontró que los hombres registraron 7.763 casos de
violencia intrafamiliar, un 26% de total de víctimas de este flagelo, las personas mayores
de 60 años, un 9% y la población LGTBI registró el 1% de casos atendido en las comisarías
de Integración Social. Además, sorprenden los datos de modalidades de violencia más
recurrente en los hogares; la principal causa de violencia intrafamiliar es la violencia
psicológica con una presencia del 52% durante el 2020, seguida por la violencia física en
el 39%. En cuanto al 2021, los datos de enero a febrero, muestran que el número de
personas atendidas por violencia intrafamiliar ascendió a 4.328.
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Lara y Pérez (2018), consideran la existencia de tres factores que desencadenan la


violencia en las familias, en primer lugar la falta de recursos psicológicos, y en segundo
lugar debe valorarse el elemento Social y comunitario en el que la violencia tiende a
volverse natural. De la Torre Zöllner y Gómez (2018) subraya que el comportamiento
agresivo de cualquier integrante de una familia afecta física y psicológicamente, tanto a si
mismo, como a los demás miembros del núcleo familiar.

Cabe resaltar que cuando el niño nace lleva con el los impulsos amorosos y
agresivos que surgen del seno de la madre, y con el tiempo, podrá empezar a distinguir
entre ambos comportamientos. La agresividad complica las relaciones sociales que va
estableciendo a lo largo de su desarrollo, y dificulta su correcta integración en cualquier
ambiente. En esta situación la acción a seguir es la socialización de la conducta agresiva,
es decir, buscar cómo corregir el comportamiento agresivo para que derive hacia un estilo
de comportamiento asertivo y mejore directamente su vida social a corto y largo plazo. Así,
el niño puede en ocasiones tener un comportamiento distinto en el hogar al que tiene dentro
del salón de clases.

Sarabia (2018) indica que la violencia intrafamiliar tiene graves repercusiones para el
bienestar psicológico de los niños y niñas, sin importar la forma en la que han sido
expuestos a un escenario violento, y a su juicio la exposición puede presentarse tanto o en
carácter de testigo de los actos violentos, o bien como víctimas de la violencia. Si son
expuestos a la violencia dentro de la familia, estos presentan conductas agresivas y
antisociales, sobre todo conductas de inhibición, desconfianza y pueden presentar
problemas de aprendizaje, al referirnos a la violencia, no solo se habla de aquella que causa
un daño físico sino también emocional o psicológico que destruye a la persona dejando
graves secuelas para la víctima y el agresor.

4. Pregunta problema.

De acuerdo a lo arriba expuesto para el presente estudio se formula la siguiente pregunta


de investigación, misma que presenta un vínculo directo con el objetivo de investigación
7

definido en una sección posterior. La problemática de estudio formulada en sentido de


interrogante es las siguiente:

¿Cuáles son las implicaciones que trae la violencia intrafamiliar en el desarrollo


cognitivo de los infantes en dos hogares comunitarios en Bogotá?.

5. Antecedentes (revisar)

En la presente sección se exponen los estudios que de manera directa o indirecta abordan
las variables de estudio definidas para la presente investigación. Los estudios que aquí se
muestran como antecedentes corresponden tanto al ámbito nacional como al internacional,
y resultan de una búsqueda documental realizada en google académico, y considerando en
principio que los estudios abarcaran la relación entre las mismas variables de estudio aquí
consideradas. Sin embargo, la literatura muestra que las variables también han sido
estudiadas a profundidad por separado, es decir, no necesariamente en la relación que se
ha identificado para la presente investigación. Por ejemplo, la variable violencia
intrafamiliar encuentra un respaldo bibliográfico amplio sin considerar necesariamente su
relación con el desarrollo cognitivo.

Por su parte, el desarrollo cognitivo también ha sido ampliamente abordado en relación


con otras variables y no necesariamente con la violencia intrafamiliar. La relación entre
ambas variables es escasa en la literatura, principalmente en el ámbito nacional. A pesar
de lo anterior, existen estudios que aborda esta relación, y estos se exponen a continuación.

Estudios nacionales

Correa y Salazar (2016) en su estudio titulado: Incidencia de la violencia intrafamiliar en


el desarrollo humano, caso específico del rendimiento académico del niño, niña y
adolescente en la comuna 9 de la ciudad de Medellín estudian el efecto de la
violencia intrafamiliar en el rendimiento académico de los niños, niñas y adolescentes de
8

la comuna, y para ello emplean la encuesta basada en la escala de Cisneros. La población


de estudio fue de 205 estudiantes de ambos géneros y del grado noveno al once en la
escuela Tomás Carrasquilla y Federico Ozanam, ubicadas en la comuna 9 de la ciudad de
Medellín. En su estudio hacen una clara identificación de elementos que caracterizan a la
violencia, sin embargo, el vínculo de la violencia con respecto al rendimiento académico
no queda claro, haciéndose notar unas deficiencias en tal sentido, aun así, los autores
manifiesta su preocupación con respecto a los altos índices de violencia encontrados en los
niños que asisten a las escuelas objeto de estudio, y a partir de ahí plantean la premisa de
que la violencia puede estar presentando un efecto sobre el rendimiento académico, aunque
esta relación no llega demostrarse de manera significativa, situación que también remarcan
los investigadores.

Por su parte Manotas, Brito, y Sprockel (2016) En su estudio titulado: impacto de


experiencias traumáticas sobre el desarrollo cognitivo, emocional y familiar en niños y
adolescentes víctimas de violencia. Desarrollan un diseño transaccional descriptivo, no
experimental, que, valiéndose de la encuesta como técnica para la recolección de datos,
específicamente utilizada para valorar la parte familiar relacionada con el grado de
desempeño cognitivo y emocional del niño con el objetivo de establecer el desempeño
cognitivo en la memoria expresiva de los niños. Encontrando diferencias significativas, en
los grupos objeto de estudio, de manera que los niños con experiencias traumáticas previas
presentan problemas en su vocabulario, y, además, se observó que estos eventos
traumáticos pueden afectar el desempeño en las mediciones del Coeficiente Intelectual;
asociado con las dificultades en sus relaciones familiares, a nivel psicoafectivo y educativo.

Estudios internacionales.

Shurman y Rodriguez (2006) desarrollaron una investigación titulada Cognitive-affective


predictors of women’s readiness to end domestic violence relationships, dan seguimiento
a una población de 85 mujeres reclutadas en refugios de violencia doméstica y
programas de vivienda para mujeres maltratadas. La edad de los participantes oscilaba
entre los 18 y los 55 años. Debido a que los participantes fueron reclutados en refugios, la
muestra consistió principalmente en mujeres de bajos ingresos.
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Los resultados de este estudio sugieren que las emociones desempeñan un papel importante
en la decisión de una mujer de poner fin a su relación abusiva. Por lo tanto, el apego
emocional puede considerarse un motivador esencial más que un obstáculo para separarse
del maltratador. En el estudio, los investigadores relacionan las emociones encontradas en
la población de estudio, como la depresión, la ansiedad y la ira como conductas resultantes
de la violencia intra familiar a la que se encentraron sometidas y concluyen que la
preocupación por el maltratador es un factor predictivo de la motivación para abandonar la
relación.

Dabkowska (2007) en su estudio denominado “Relaciones entre los componentes


emocionales y cognitivos de la alexitimia y el TEPT en víctimas de violencia doméstica”,
hicieron uso de la escala de Alexitimia de Toronto (TAS-20), de 20 ítems, que se utiliza
para medir tres dimensiones interrelacionadas de la alexitimia: 1. Dificultades para
identificar los sentimientos, 2. Dificultades para describir los sentimientos, 3. Pensamiento
orientado al exterior. El objetivo del estudio fue evaluar la correlación entre los factores
del TAS-20 y la intensificación de los síntomas del trastorno de estrés post traumático
(TEPT).

Como parte de su procedimiento se estimó la presencia y el grado de alexitimia utilizando


la Escala de Alexitimia y el grado de intensificación del TEPT se basaron en el TEPT-I. El
grupo de estudio estaba formado por 30 mujeres que habían sufrido violencia doméstica.
Las mujeres eran residentes de albergues para víctimas de violencia. Los investigadores
encontraron una correlación significativa entre las puntuaciones del factor 2 (dificultades
para describir los sentimientos) del TAS-20 y la intensificación del TEPT (la correlación
es significativa al nivel 0,05, coeficiente de correlación de Spearman 0,383, p = 0,037). No
hubo relación significativa entre las puntuaciones del TEPT-I y las puntuaciones de los
subfactores 1 y 3. Como resultado destacan que los aspectos cognitivos y/o afectivos de la
alexitimia están asociados al trastorno de estrés postraumático, y el factor más significativo
para la aparición de síntomas de TEPT fue la dificultad para verbalizar las emociones.
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Silva et al. (2012) investigaron la asociación entre la desnutrición y el bajo rendimiento


cognitivo y además el efecto de la violencia doméstica en esta asociación. Este estudio
transversal incluyó a niños y niñas de 7 a 14 años que asistían a escuelas primarias públicas.
Los participantes fueron seleccionados como parte de un estudio más amplio cuyo objetivo
era identificar los factores asociados a la anemia en niños y adolescentes matriculados en
escuelas públicas de Salvador, Brasil. Mediante un muestreo aleatorio simple, se
seleccionaron 264 estudiantes, lo que correspondía al 25% de la muestra original. Para ello,
se confeccionó una lista de alumnos y se sortearon los nombres para seleccionar a los
participantes en el estudio. Los resultados del estudio confirman que la exposición a la
violencia doméstica era un posible factor de confusión de la asociación entre la
desnutrición y el desarrollo intelectual inferior a la media.

Habigzang, Aimèe, Petroli, y Pinto (2018) desarrollaron un estudio cuasi-experimental


titulado: Evaluation of the impact of a cognitive-behavioral intervention for women in
domestic violence situations in Brazil. En este estudio se incluyó una evaluación pre-test,
seguida de la intervención y una evaluación post-test.

Los resultados de este estudio pueden considerarse como una evidencia temprana de la
eficacia del modelo de intervención cognitivo-conductual para mujeres en situación de
violencia.

Alves et al. (2019) en su investigación: “Evolución y análisis de los factores culturales y


cognitivos relacionados con la violencia doméstica contra las mujeres”, se utilizaron dos
muestras de mujeres con una edad mínima de 18 años de edad, víctimas de un acto agresivo
perpetrado por el cónyuge, pareja, novio actual o anterior, quienes acudieron a los servicios
médicos forenses tras denunciar el caso a la policía. Los participantes fueron seleccionados
Aleatoriamente y se les realizó una entrevista con preguntas cerradas para caracterizar a la
víctima y al presunto agresor. Los resultados sugieren una influencia positiva de los
factores culturales que permiten la violencia doméstica, pero no encuentran relación en la
violencia doméstica.
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6. Justificación

El comportamiento de la sociedad está regido por valores y normas auto impuestas y


aceptadas por el colectivo social. Los individuos que forman parte de este colectivo se
apegan a estas normas no coercitivas a fin de garantizar su afectación en el grupo social,
obligándose a la preservación de un comportamiento en el que se respete el equilibrio de
derechos que poseen los demás sujetos sociales. Para esto, la sociedad necesita de sujetos
que contribuyan al desarrollo de la misma y, por ello es clave la construcción de
comportamientos adecuados en la etapa de la niñez.

El presente estudio al considerar desarrollo cognitivo presente en infantes de hogares


comunitarios, toca una problemática muy poco abordada desde la academia, las que
adquiere mayor relevancia al considerar que los niños considerados como población de
estudio han sido víctimas inconscientes de la violencia intrafamiliar en la que se desarrollan
sus relaciones sociales y su capacidad de aprendizaje. La literatura disponible evidencia
que estos niños pueden desarrollar conductas agresivas como resultado del entorno en el
cual se han criado, y estas mismas conductas pueden trasladarse a su descendencia,
generándose así un círculo vicioso con graves repercusiones tanto para su núcleo familiar
como para la sociedad en su conjunto.

Por lo anterior, el presente estudio tiene una relevancia social en dos dimensiones, por un
lado, la actualización del estado de la violencia intrafamiliar, y por el otro, el efecto que
esta tiene en el desarrollo cognitivo de los niños en condición vulnerable. Sin embargo, es
importante subrayar que la investigación no presenta una relevancia metodológica, esto
significa que no se plantea la construcción de una nueva metodología para estudiar las
relaciones entre las variables de estudio, situación que tampoco resta mérito al estudio, ni
afecta su carácter científico.

En cuanto a la relevancia teórica, debe de apuntar que el estudio tampoco persigue la


elaboración de un nuevo constructo teórico con respecto a las variables de estudio. Por el
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contrario, retoma del conocimiento ya existente y lo aplica en una situación particular


especial y temporalmente limitada.

7. Deficiencias de la Evidencia

Hay consenso entre los autores en que el estrés asociado a ser testigo de la violencia
doméstica puede contribuir a la aparición de problemas emocionales y de comportamiento,
como la ansiedad, la depresión y los trastornos de la conducta, que afectan negativamente
al desarrollo cognitivo. Los estudios revisados también han sugerido que las familias con
un estado emocional deficiente están menos disponibles para el cuidado y la interacción
con el niño, lo que aumenta el riesgo de enfermedades y retrasos en el crecimiento y el
desarrollo (Lloyd, 2018).

Sin embargo, como punto de encuentro, los estudios disponibles presentan como limitación
el bajo número de participantes, lo que hace imposible generalizar los resultados, y así,
determinar una relación extrapolable entre la violencia intrafamiliar y el desarrollo
cognitivo.
Por otro lado, otra limitante encontrada hace referencia a la metodología con que se
desarrollan estos estudios, los que escasamente considera la existencia de un grupo control
que permita una comparación de datos. En este aspecto, también debe subrayarse la
ausencia de un sentido longitudinal de las investigaciones realizadas, situación que debe
de considerarse sobre todo cuando existe evidencia en la que se indica que las
consecuencias de la violencia intrafamiliar empeoran a largo plazo, lo que brindaría un
sentido de cronicidad de los síntomas, tales como depresión y ansiedad.

Otra limitante encontrada, el predominante enfoque psicológico que se contempla al


estudiar la relación entre la violencia intrafamiliar y el desarrollo cognitivo, relación que,
además, se estudia principalmente en adultos, y con mucho énfasis en mujeres. Finalmente
vale destacar, que diversos estudios consultados muestran una falta de seguimiento a la
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población considerada en el proceso de investigación, por lo que los datos terminan


teniendo un sentido transversal.

8. Audiencia.

El presente estudio considera como población de interés los niños de edades entre 1 y 5
años alojados en dos hogares comunitarios que se ubican en Bogotá, y también se
consideran a los Padres de familia de estos niños. Los dos hogares comunitarios
considerados como unidad de estudio son: hogar comunitario los supersónicos de la
localidad Rafael Uribe y hogar comunitario vida nueva ubicado en la localidad de
Fontibón.

Sin embargo, el conocimiento derivado del presente estudio no se limita a la población de


interés, presentando utilidad para futuras investigaciones tanto para estudiantes de grado
como para estudiantes de maestría interesados en cualquiera de las variables aquí
consideradas tanto de manera independiente como en su relación de dependencia.

9. Definición de Términos

Para este trabajo de investigación se consideran las siguientes conceptualización de


las variables:

Considerando de forma indirecta el planteamiento de Sánchez Valdez (2021) la


violencia intrafamiliar o violencia doméstica se concibe como cualquier incidente o patrón
de incidentes de control, coerción, comportamiento amenazante, violencia o maltrato entre
personas que son, o han sido, compañeros miembros de una misma familia,
independientemente del género o la sexualidad. El abuso puede abarcar, pero no se limita
a: psicológico, físico, sexual, financiero, emocional .
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A partir de la exposición conceptual de Nelson (2017) para el presente estudio el desarrollo


cognitivo se entiende como un proceso integral de construcción y cambio, en el que los
niños participan activamente. Este proceso involucra transformaciones en las esferas
cognitiva, afectiva y social que definen al niño como persona en un contexto social. En
términos específicos, se concibe al desarrollo cognitivo como un proceso que permite al
niño construir de manera progresiva sus diferentes capacidades para responder a las
demandas de su contexto social.

10. Objetivos
Objetivo General
Valorar las implicaciones que trae la violencia intrafamiliar en el desarrollo
cognitivo de los infantes en dos hogares comunitarios en Bogotá.

Objetivos específicos

1. Identificar los niños que presentan situaciones de violencia intrafamiliar en dos


hogares comunitarios en Bogotá.
2. Establecer el nivel de desarrollo cognitivo de los niños de dos hogares comunitarios
en Bogotá utilizando la herramienta “inventario del desarrollo infantil”.
3. Determinar las afectaciones a nivel cognitivo que experimentan los niños de dos
hogares en Bogotá que experimentan violencia intrafamiliar.

11. Alcances y límites de la investigación.

La investigación se limita a estudiar el comportamiento de dos variables en dos unidades


de estudio en dos unidades de estudio claramente delimitadas, por lo que los resultados no
necesariamente son extrapolables a otros contextos. Las investigadoras restringen su
alcance a un sentido descriptivo, según el cual se identifica a los niños que se encuentran
de un entorno de violencia intrafamiliar en las unidades de estudio, se establece el nivel del
desarrollo cognitivo que presentan estos niños, y se identifican los efectos que sobre ellos
ha provocado la violencia intrafamiliar, esto, a partir de la aplicación de instrumentos
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validados. De igual manera, existe un compromiso para identificar la presencia o ausencia


de una relación entre las variables.

Sin embargo, no se trasciende la esfera descriptiva, esto es, no se aborda el origen de la


violencia intrafamiliar identificada, la que de antemano se sabe que tiene un
comportamiento multifactorial que escapa al alcance del presente estudio.

En cuanto a las limitaciones previstas, ha de valorarse que la violencia intrafamiliar tiene


una condición natural de confidencialidad, lo que pueda limitar la fluidez de la información
necesaria para el estudio, sobre todo al tratarse de niños.
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Capítulo 2: Revisión de literatura

Introducción

Durante el último año en Colombia, particularmente en Bogotá, la violencia


intrafamiliar se ha incrementado debido a la situación de la pandemia COVID19, que
incrementó exponencialmente las cifras durante la detención a las que estuvo expuesta la
ciudad y por ende las casas de la capital. Sin embargo, existen estrategias que pueden
ayudar a paliar este problema dentro de la familia. Según la Cámara de Comercio de
Bogotá, “La violencia intrafamiliar es cualquier abuso de poder cometido por un miembro
de la familia contra otro; Dominar, subyugar, controlar o agredir física, psicológica, sexual,
económica o económicamente, puede suceder fuera o dentro del hogar familiar”. Sin
embargo, este no es un fenómeno nuevo en Bogotá ni en el mundo.

A finales de la Edad Media, las mujeres fueron descritas como "inherentemente


inferiores a hombres" debido a sus "emociones y falta de autoridad" (Mauri, 2016); Este
concepto cobró fuerza al promover la desigualdad y las violaciones de derechos (OMS.,
2018).

Según la OMS, (2018), una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido
violencia doméstica, esto ha sido históricamente una constante en la población
latinoamericana, con una alta tasa en el contexto doméstico. Correa Flórez (2018) revisa la
Ley 1257 de Colombia de 2008 y muestra que, si bien existen formas legales de ejercer el
derecho penal, en ocasiones no se aplican adecuadamente y las sanciones en este caso aún
son insuficientes Salud y Defensa Comunitaria (2018) 59.639 casos de mujeres víctimas
de violencia doméstica (2018) publicado, incluyendo 72 violencia de pareja íntima.

El número de casos no es menos alarmante, en un estudio realizado por Cardona (2015)


como parte del EDDS, más de 50 mujeres en la capital del país denuncian violencia
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psicológica por parte de su pareja. La violencia doméstica ocurre en todas las clases
socioeconómicas; las mujeres de las clases bajas suelen ser las más propensas a denunciar

El entender como este tipo de situaciones generan afectaciones a nivel psicológico y de


desarrollo cognitivo en los directamente implicados, en este caso, los niños, requiere
establecer diferentes frentes de análisis, en este caso puntual se hace necesario identificar
los casos en los cuales, si se ven sometidos a estas difíciles situaciones, y realizar un análisis
del desarrollo cognitivo frente a otros niños que n o son sometidos a dichas situaciones.

Preguntas de Investigación (revisar)


Los cuestionamientos que se plantean en esta investigación en congruencia con los
objetivos específicos son los siguientes:

¿Qué situaciones de violencia intrafamiliar afrontan los niños de los dos hogares
comunitarios que constituyen las unidades de estudio?
¿Cuál es el nivel de desarrollo cognitivo presentan los niños en las unidades de
estudio seleccionadas?
¿Qué afectaciones cognitivas presentan los niños de la muestra que experimentan
violencia intrafamiliar?
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2.1. Marco teórico/marco referencial.

Henry (2018) comenta que la violencia doméstica amenaza seriamente la salud y el


bienestar emocional de los niños. Sin embargo, sólo recientemente los investigadores se
han centrado en los niños afectados por la violencia doméstica. Aunque la preocupación
por las mujeres maltratadas ha crecido durante las ultimas tres décadas, los debates sobre
sus hijos no aparecieron en investigaciones hasta la década de 1980. Los escritos iniciales
contenían principalmente especulaciones indirectas y no científicas, sin discutir el estado
de conocimientos sobre los niños expuestos a la violencia doméstica. Estos niños han
permanecian invisibles para los investigadores, en parte, debido a la ausencia de datos
significativos sobre la naturaleza y el alcance del problema.

Nelson (2017) indica que las investigaciones realizadas hasta la fecha indican que los niños
que viven en hogares con violencia doméstica corren un mayor riesgo de inadaptación que
los niños que no viven con este tipo de violencia. Sin embargo, si no se dispone de
información precisa y fiable sobre la prevalencia y la naturaleza de la exposición de los
niños a la violencia doméstica, los esfuerzos de prevención e intervención no pueden
diseñarse ni aplicarse. De tal manera que, las respuestas eficaces de los distintos sectores
de la sociedad dependen según Henry (2018) de las respuestas a varias preguntas, en
primer lugar, ¿cuántos niños están expuestos a la violencia doméstica, y cuáles son las
experiencias de estos niños? En segundo lugar, ¿Cómo afectan estos acontecimientos
traumáticos al desarrollo saludable de los niños víctimas?. En tercer lugar, ¿qué factores
aumentan el riesgo de sufrir los efectos potencialmente nocivos de la exposición de los
niños a la violencia doméstica o los protegen? En cuarto lugar, ¿qué tipo de intervenciones
pueden mitigar estos efectos negativos? Las respuestas a estas preguntas críticas son claves
para la atención de esta problemática social.

El término "violencia doméstica" de acuerdo con Correa y Salazar (2016) se refiere


normalmente a la violencia entre parejas íntimas adultas. La gama de conductas incluidas
en este término actualmente varía según el contexto en el que se utiliza. Las definiciones
clínicas suelen ser más amplias que las jurídicas, asi por ejemplo, una fuente clínica define
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la violencia doméstica como un patrón de comportamientos agresivos y coercitivo, que


incluye ataques físicos, sexuales, y psicológicos, así como coerción económica, que los
adultos o los adolescentes utilizan contra sus parejas íntimas. Por el contrario, un código
modelo sobre violencia doméstica y familiar limita su definición a los actos de daño físico,
incluidos los actos sexuales involuntarios o la amenaza de daño físico.

Olszowy, Jaffe, Dawson, Straatman, y Saxton (2020) indican que las investigaciones
presentan diferentes términos para referirse a los niños que viven en hogares con violencia
doméstica. Para referirse a estos niños las primeras investigaciones hablaban de estos niños
como como "testigos" u "observadores" de la violencia. En los últimos cinco años, estos
términos han sido sustituido por el de "exposición" a la violencia, que es más inclusivo y
no hace suposiciones sobre la naturaleza específica de las experiencias de los niños con la
violencia.

De acuerdo con Paravic-Klijn y Burgos-Moreno (2018) la exposición a la violencia


doméstica puede incluir ver u oír los sucesos violentos, la participación directa, o
experimentar las secuelas. En la actualidad no existen datos de prevalencia nacional
científicamente creíbles sobre la exposición de los niños a la violencia doméstica. Por lo
anterior, Fernández Picón, Quiñones Flores, y Prado Juscamaita (2019) consideran que la
estimación de la prevalencia de la violencia doméstica requiere definiciones claras de lo
que constituye la violencia doméstica y la exposición a esta, además, se requiere formas de
verificar que la violencia y la exposición se produjeron.

Las diferentes metodologías presentes en los estudios de violencia y exposición de niños a


la violencia, han dado lugar a una importante variabilidad en las estimaciones de
prevalencia y dificultan la comparación de los datos entre los distintos estudios. Abella et
al. (2017) considera que, aunque ninguna base de datos proporciona estimaciones fiables
de prevalencia, los resultados de las investigaciones insisten en que la violencia doméstica
se da en gran número de hogares con niños. Las fuentes de datos existentes, incluyendo
informes nacionales sobre la delincuencia y las encuestas basadas en la población, son
limitadas en una serie de formas.
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Siguiendo el planteamiento de Rivera, Martínez, Figueiredo, Pérez, y Fernández (2021) la


violencia doméstica es un delito y un problema de salud pública. Los códigos penales se
han revisado en los últimos años para ampliar las categorías de actividades que se
consideran violencia doméstica y para reforzar la reforzar la autoridad de los agentes de
policía para intervenir en situaciones violentas o potencialmente violenta o potencialmente
violenta. Todos los países han aprobado algún tipo de legislación sobre violencia
doméstica que prevé civil y penal para los actos de violencia en el hogar. En la última
década se han publicado varias revisiones de las investigaciones sobre los efectos de la
violencia doméstica en los niños se han publicado en la última década.

Dillon (2017) puntualiza que los estudios disponibles en los que se abarca a niños
expuestos a la violencia doméstica se concentran en: (1) estudiar como el comportamiento
agresivo y los problemas de problemas de conducta; (2) conductas de interiorización (como
depresión, ansiedad y baja autoestima); (3) funcionamiento intelectual y académico; (4)
desarrollo social (competencias sociales sociales con los compañeros y los adultos, por
ejemplo; y (5) la salud física y el desarrollo. Otros estudios incluyen la concurrencia del
maltrato infantil y la exposición a la violencia doméstica, así como también los factores
que median o modifican los resultados de los niños.

Las investigaciones indican que los niños expuestos a la violencia doméstica demuestran
comportamientos externalizantes y conductas de interiorización diferentes a los niños de
hogares no violentos En concreto, los estudios que examinan las diferencias entre grupos
en estos comportamientos revelaron que los niños expuestos a la violencia doméstica
tienden a ser más agresivos y a presentar problemas de comportamiento en sus escuelas
y comunidades, desde rabietas hasta peleas (Health, 2018, July).

Pérez, Montoya, Gómez, y Bernal (2021) indican que los problemas de comportamiento
problemas de comportamiento interiorizado incluían depresión, comportamientos suicidas,
ansiedad, miedos, fobias, insomnio, etc. suicidas, ansiedad, miedos, fobias, insomnio, tics,
y baja autoestima. Los pocos estudios que evaluaron los problemas relacionados con el
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funcionamiento cognitivo y académico encontraron diferencias entre los niños de hogares


violentos, frente a los no violentos.

DiBonaventura et al. (2018) refiere que los niños expuestos a la violencia doméstica
demostraron una capacidad de concentración deteriorada, dificultades en sus tareas
escolares y puntuaciones significativamente más bajas en medidas de habilidades verbales,
motoras y cognitivas. Los estudios que examinaban el desarrollo social encontraron que
tanto los niños como las niñas procedentes de hogares violentos mostraban niveles de
competencia social significativamente más bajos, como habilidades de resolución de
problemas y niveles más bajos de empatía, que los niños del grupo de comparación niños
del grupo de comparación. Sin embargo, tambien se ha encontrado que no existe relación
significativa entre la exposición de los niños a la violencia y niveles más bajos de
competencia social.

Giuntella, Rieger, y Rotunno (2020) puntualizan en que las diferencias en la salud física
no encontraron pruebas claras de una relación causal entre la exposición a la violencia
doméstica y los problemas de salud.Este tipo de estudios encontraron que entre 45% y 70%
de los niños expuestos a violencia doméstica son también víctimas de abusos físicos y que
hasta el 40% de los niños víctimas de abuso físico también están expuestos a la violencia
doméstica. Los niños que viven en hogares de violencia doméstica también corren un
mayor riesgo de abuso sexual que los niños de hogares no violentos.

Martínez (2009) considera que muchos estudios no definen claramente la violencia


doméstica o la exposición de los niños, ni suelen obtener una corroboración independiente
de que el incidente violento se produjo. Pocos estudios proporcionan definiciones de
exposición infantil a la violencia doméstica, y de los niños a la violencia doméstica,
caracterizándola como auditiva o visual de las peleas físicas entre los padres. Estos estudios
utilizaron informes no corroborados del niño y de la madre para indicar que el niño había
presenciado la violencia.
22

La mayoría de los estudios revisados no demostraron el reconocimiento de importantes


cuestiones relacionadas con el desarrollo, entre ellas (1) una apreciación del niño en su
totalidad a través de múltiples aspectos del funcionamiento, (2) sensibilidad a la etapa de
desarrollo del niño y a las habilidades apropiadas para esa etapa, y (3) reconocimiento de
la importancia de hacer un seguimiento del funcionamiento a lo largo del tiempo. La
mayoría de los estudios no consideran la edad como una variable en su diseño de
investigación, y gran parte de estos estudios únicamente incluyen en sus muestras a niños
en edad escolar, pocos estudios examinan múltiples etapas de desarrollo, considerando las
diferencias en los resultados de los niños en función de la edad, incluso son escasos los
estudios con diseño de investigación longitudinal para estudiar el impacto de la exposición
a la violencia doméstica a lo largo del tiempo (Drange & Havnes, 2019).

Para Nesset et al. (2019) la violencia tiene distintas manifestaciones cuyos principales
elementos son en términos generales la existencia de un conflicto familiar, interpersonal,
social o político no resuelto por medios pacíficos. Se trata de un acto en el que interviene
la voluntad de hacer daño por parte de quien lo ejecuta, así como también la falta de
voluntad de quien lo padece.

Ybarra, Wilkens, y Lieberman (2017) consideran que la violencia alude a un conjunto de


acciones donde se aplica algún tipo de fuerza, que involucra factores tangibles o
intangibles, pudiendo tener manifestaciones físicas, psicológica, económicas, y sociales,
mismas que pueden manifestarse de diferentes formas, en lo que incide la cultura y
contexto. El interés por el estudio de la violencia es una temática relativamente reciente,
y en la literatura pueden encontrarse diferentes denominaciones o modalidades de
expresión, como, por ejemplo, violencia contra la mujer, violencia de género y víctimas de
la violencia.

Antecedentes de violencia familiar

Se encuentra entre los factores de estilo de vida más prevalentes; además, un gran número
de pruebas sugieren que la agresión infantil es un precursor de la adulta, esto, se debe según
23

Vázquez, Romo, Luis, Gónzalez, y Yedra (2019) consideran que los adultos que han sido
abusados, hace probable que al crecer formen familias violentas, lo que ha llevado a
muchos autores a acuñar la expresión "transmisión intergeneracional de la violencia".En
otras palabras, el maltrato al que se somete a los niños ahora, contribuirá, casi con toda
seguridad, a la violencia potencial en las familias que estos jóvenes establecerán. Tal como
lo indica el estudio de Walton y Pérez (2019) en donde han demostrado que las hijas de
mujeres con violencia familiar al llegar a la edad adulta, sean posibles víctimas de este tipo
de violencia, mientras que los jóvenes son mucho más propensos a convertirse en los
actuales agresores de la familia.

Raby (2018) informó que las mujeres que habían sufrido violencia familiar en la infancia
tenían 2,6 veces y 3,3 veces más probabilidades de sufrir abusos moderados y graves, en
comparación a las mujeres que nunca lo habían sufrido. Del mismo modo, las víctimas de
violación por parte de una persona que no era su pareja tenían casi seis veces más
probabilidades de sufrir abusos. Por otro lado, un estudio transversal de madres de niños
hospitalizados elaborado por Delgado y Idrogo (2018) describe que el 42% de ellos tenía
antecedentes de violencia en su familia de origen. Por lo que el autor indicaba que este
fenómeno sobre las víctimas se generaba por que los menores no contaban con las
capacidades de autodefensa, autoestima y seguridad, lo cual los volvía más vulnerables a
nuevas lesiones en sus hogares.

No obstante, desde el nivel socioeconómico, la violencia familiar ocurre en todas las clases
sociales, sin embargo, existe evidencia de que las familias de bajos ingresos tienen una
mayor incidencia a este tipo, de acuerdo con Lima (2019) esto surge, debido a que en la
población más vulnerable existe mayor nivel de desigualdad de género, haciendo que las
mujeres tengan limitadas oportunidades de educación y empleo. Por ejemplo, en los
Estados Unidos, la incidencia de violencia física contra la pareja dentro del número de
familias con bajos ingresos es cinco veces mayor, que, en familias sin tales condiciones.
Estudios realizados en México han comprobado que el estatus socioeconómico tiene una
relación inversa con la violencia, es decir, a mayor calidad de vida menos violencia
familiar.
24

En cambio, algunos estudios han instaurado una relación entre la violencia doméstica y el
concepto de salarios más bajos, y esta se aplica a hombres y mujeres, esto, acorde P. A.
López (2020) se debe a la historia de abuso en la infancia que obtuvo la persona, esto se
encuentra relacionado con la disminución de los ingresos en la edad adulta.26

Patrones culturales

Tal como describe Biehl y Locke (2017) la sociedad patriarcal utiliza la agresión de los
hombres contra las mujeres basándose en el uso de la violencia como herramienta de
control, el concepto de masculinidad relacionado con la dominación, es el que más influye
en la alineación de opiniones sobre el abuso doméstico contra las mujeres. La teoría, goza
de un amplio consenso en el ámbito internacional. En Colombia, los elementos históricos
y culturales tienen un impacto significativo en el tipo de relaciones interpersonales que
existen, que en algunos casos pueden promover actitudes violentas dentro de la familia.

A como señala Ewig (2018) el bajo nivel educativo, desempleo, drogadicción, nacimientos
prematuros, años de matrimonio y una edad más temprana en la que se inician las relaciones
sexuales son factores relacionados con la violencia familiar, concordando de esta forma,
con los estudios analizados en este documento. Por otro lado, en Colombia, como en el
resto del mundo, preexiste un largo recorrido a raíz de la aprobación de las perspectivas de
género al analizar la violencia familiar, lo que muestra la importancia del empoderamiento
de las mujeres como una de las primeras destrezas para trabajar en prevenir y erradicar este
anómalo social.20

Tipología del maltratador o victimario

Acorde a diversos estudios, los abusadores no tienen un perfil, es decir, no hay dos
agresores iguales, aunque se puede indicar que sí existen ciertas características que son
muy comunes en gran medida. De acuerdo con Pérez et al. (2021) los abusados suelen ser
personas con evidentes valores tradicionales e interiorizan profundamente la información
relacionada con el proceso de socialización masculina bajo el cual determinan sus ideales.28
25

Para Tarazona (2017) luego de un largo proceso histórico, los hombres se han
acostumbrado a ver a las mujeres como personas inferiores que deben cuidarlas y
respetarlas, lo cual se debe a su papel tradicional en la familia de brindar protección,
además de hacer justicia a través de la autoridad que le corresponde29. No obstante, Velis,
Álvarez, y López (2018) afirman que los maltratadores suelen ser personas poco
obstinadas, que tienen dificultad para expresar sus sentimientos así como los hechos que
quieren y esperan de los demás.

A como señala, M. López, Arenas, y González (2018) estas personas se encuentran


empobrecidas emocionalmente y tienen ciertas dificultades de comunicación, el cual se
refleja en el hecho de que se encuentran aislados e indefensos, incapaces de comunicar sus
emociones y sentimientos, en términos de estado emocional. En la práctica, no se parte de
que los hombres no puedan expresar sus sentimientos, ya que según Pérez et al. (2021), el
analfabetismo de los hombres les impide expresar este sentimiento, es por ello, que cuando
ocurren actos de violencias y se solicitan testimonios de vecinos y/o amigos, se crean
muchos calificativos, tales como que es una persona agradable, simpática, dulce, amable y
tranquila. Para Raby (2018) esto ocurre porque en ocasiones se señala que el abusador es
una persona que fue víctima de violencia o fue testigo de tal comportamiento en su niñez,
pero, numerosos estudios han demostrado que es imposible deducir que el atacante fue
maltratado de niño.

Según Aguilar (2018), una imagen muy difundida es que el abusador es de una clase social
baja, pero de hecho puede pertenecer a cualquier nivel social, lo único que puede distinguir
a una persona de otra es la forma de abuso. En términos generales, las personas de
diferentes grupos sociales bajas o medias, abusan de sus parejas de manera obvia, mientras
que los abusadores de clases medias a altas lo harán de la misma manera, pero, desde una
violencia psicológica y económica, siendo afectado un aspecto esencial en determinadas
situaciones, la característica del agresor.

Para Galaso (2019) otra peculiaridad que suelen tener los abusadores es la negación hacia
la violencia y el alcance de la responsabilidad de lo que puede acontecer en la relación. Por
26

último, no se debe obviar la tolerancia hacia la violencia, ya los varones que violan a las
mujeres, son parte de una concesión social indiscutible. Puesto que los abusadores son
reconocidos como tal en sus comunidades, pero aún se les permite mantener una vida social
activa sin ningún inconveniente, afortunadamente, esta situación está comenzando a
revertirse debido a los cambios recientes en la sociedad.

Existen caracterizaciones establecidas, las cuales parten de un rasgo de personalidad


“común”, en donde algunos autores consideran que los hombres que maltratan a sus
cónyuges no tienen buena reputación, puesto a que no siguen el mismo patrón, sino que se
comportan como grupos heterogéneos, no obstante, todas estas personas tienen algo en
común y es que han mantenido su relación con la víctima más o menos durante mucho
tiempo.

De acuerdo con Bernial (2020) según el trastorno de personalidad que puedan presentar
los hombres que maltratan a sus parejas se dividen en diferentes tipos:

Maltratador borderline-esquizoide; es una persona fluctuante emocionalmente, muy


turbulento, propenso a la sobre acción y tiene una personalidad violenta-explosiva.

Maltratador narcisista-antisocial; cree que es superior a los demás y los obliga a vivir de
acuerdo con sus propios estándares, cuando no se satisfacen sus necesidades y expectativas,
demuestra su enojo de manera violenta.

Maltratador pasivo dependiente-compulsivo; Se trata de una persona con baja autoestima


y fuerte dependencia, para ello, utiliza la violencia para lidiar con su frustración. Sin
embargo, Holtzworth, Meehan, Herron, Rehman, y Stuart (2000) y Cols., diferencian tres
tipos de personas, enfocándose en las variables más destacadas:

 Maltratadores habitualmente violentos- antisociales.


Estas personas se consideran grupos de alto riesgo y tienen un impacto significativo en la
violencia, representan una violencia moderada y severa, en donde, no sólo la agresión
27

física, sino también la emocional y la de género son actos de abuso. Suelen exhibir
comportamientos violentos no solo en el entorno familiar, sino también fuera del él, como
una forma de conseguir lo que quieren y superar su frustración, así mismo, presentan
trastornos de personalidad narcisistas o antisociales; ante esto, Luna (2019) destaca que
son personas que utilizan con frecuencia la violencia y que generalmente son víctimas y/o
testigos de abusos graves durante la infancia.

 Maltratadores borderline/disfórico o impulsivos.

Estas personas infligen violencia física, psicológica, emocional y sexual de forma


moderada y severa, con altos niveles de ira e inestabilidad emocional, tienen problemas
para controlar los arrebatos de ira, impulsividad e inestabilidad y pueden ser demasiado
dependientes y celosos de su pareja. Además, pueden fluctuar rápidamente desde el control
hasta el inicio del enojo y exhibir características específicas de personalidad insultante, con
emociones aterradoras y enojo a largo plazo. De acuerdo con Bernasconi (2018), son
considerados como abusadores de riesgo moderado.

 Maltratadores limitados al ámbito familiar (sobre controlados).

En comparación con los agresores anteriores, estas personas solo tienen incidentes de
violencia con sus familias. Generalmente, la relación entre estas personas es más estable y
satisfactoria, y su comportamiento sexual es más libre, aunque pueden ocurrir trastornos
obsesivo compulsivos y rasgos de personalidad dependientes, en ellos, rara vez se
encuentran trastornos de personalidad.

Ante esto, Gutiérrez y Hernandez (2019)enfatizan que son abusadores de bajo riesgo, ya
que por lo general, no muestran una actitud positiva hacia la violencia y, a menudo,
muestran un alto sentido de auto-culpa. Así mismo, Álvarez (2020) destaca que es más
probable que los abusadores que tienen bajos niveles de comportamiento violento, se vean
limitados a entornos familiares-pareja, sin contar con otros factores de riesgo adicionales
28

(como enfermedad mental o impulso) que no permiten aumentar la intensidad y frecuencia


durante un cierto período de tiempo.

No obstante, con el tiempo, los abusadores tanto en sus familias y parejas enfrentarán una
serie de variables de riesgo, como el abuso de sustancias, antecedentes penales e
impulsividad excesiva, que es probable que afecte la gravedad y frecuencia del abuso al
pasar el tiempo5.

Circulo de la violencia familiar

Walker (1978), abordó una teoría establecida que permite explicar los cambios periódicos
en la violencia conyugal y las razones por las que muchas mujeres siguen atrapadas en
relaciones tan violentas, este ciclo consta de tres etapas diferentes, cada una de las cuales
tiene diferente tiempo e intensidad, denominándose "ciclo violento". Al abordar estos tres
puntos, suele ser más fácil descubrir el sufrimiento físico y/o emocional de otros, ya sea
por medio de la observación y escucha, esto se debe a que todos los seres humanos expresan
sufrimiento, miedo o problemas de alguna manera.

De acuerdo con Walker (1978) los patrones médicos de la violencia se aplican a muchas,
aunque no a todas, las mujeres agredidas, y también se observa que el periodo de abuso
extremo varía en la relación a cada cónyuge, incluso dentro de la misma familia, la
hipótesis del círculo de maltrato explica por qué tantas mujeres sobrellevan el maltrato del
agresor durante momentos tan prolongados. Demostrando que la violencia suele ser
inestable en una relación entre marido, mujer y familiar, porque lo que está, suele ir
acompañada de una actitud emocional y de arrepentimiento contrastantes que definen el
lado violento de los hombres, para las personas, que desean acabar con la violencia en su
vida, sin dejar a la familia por fuera son fáciles de caer en ilusiones, pensando que son
amadas y que nunca le volverán a maltratar.
29

Sólo cuando el ciclo de abuso se ha repetido numerosas veces, la víctima pierde la fe en


las promesas del agresor, por lo que se determina el perfil excesivo y repugnante de la
relación actual, la cual explora en ese momento, la idea de obtener ayuda para poner fin al
ciclo de violencia.

Muchos supervivientes, especialmente las mujeres y los niños que han dependido de los
hombres, pueden no condenar públicamente a su agresor por miedo a las repercusiones o a
empeorar la circunstancia. No obstante, otras personas, como los ancianos y los
discapacitados, pueden no ser capaces de expresar su relato de lo que les sucedió, pero
existen algunos indicadores o señales que permiten descubrir posibles situaciones de
violencia familiar

En cuanto a los efectos de la violencia en el niño, Cáceres Dueñas y Rodriguez Acosta


(2021) apuntan a que los cinco primeros años de vida del individuo es un período de vital
importancia ya que es en este tiempo en el que se adquiere la mayor parte de habilidades y
conocimientos, de igual manera, en esta etapa se determina su carácter. Uno de los puntos
de mayor atención en la convivencia del niño es la conducta agresiva, la que puede
perjudicar la convivencia del niño o niña, así como su desarrollo cognitivo y emocional,
por lo que el núcleo familiar adquiere notable relevancia en la dimensión sociocultural del
infante, debido a que de este dependerá el desarrollo afectivo que será clave en su
interacción personal y capacidad cognitiva.

Ahmed et al. (2018) consideran que, en la niñez, necesariamente se atraviesan por cierto
tipo de etapas, y cada una de ellas presenta importantes cambios. Sobre estas etapas ejerce
influencia los patrones de crianza, las dificultades intrafamiliares y los roles asignados en
el núcleo familiar, porque los niños son dependientes afectivamente de sus padres,
copiando el comportamiento observado e imitando los roles que se desempeñan en el
hogar; lo que supone que cualquier cambio en su contexto familiar modifica su desarrollo
emocional, generando dificultades futuras, como la construcción de relaciones afectivas
distintas a las de su infancia.
30

Para Alves et al. (2019) el bienestar y las relaciones sanas son las bases del aprendizaje.
Por ello, debe de considerarse que los costes inmediatos y a largo plazo de la violencia
doméstica pueden ser significativos, y con efecto en la educación de los niños, con
consecuencias a largo plazo en su desarrollo. Muchos tipos de maltrato se producen en el
ámbito doméstico, considerándose un comportamiento controlador y coercitivo en las
relaciones familiares. Además de verse afectados por el maltrato físico, los niños pueden
verse afectados por el maltrato doméstico no físico basado en el control coercitivo, como
el aislamiento, la vigilancia continua, el abuso verbal y psicológico.

Lloyd (2018) plantea que aunque el referente conceptual más conocido es el de violencia
doméstica, en la literatura están presentes varios términos como violencia de pareja y
violencia interparental, y a veces los términos se utilizan indistintamente. La violencia
doméstica y la protección de los niños es un área compleja y multifacética, por lo que es
común que la violencia doméstica coincida con otros problemas.

De acuerdo con Cuartas, Grogan-Kaylor, Ma, y Castillo (2019), la co-ocurrencia de


problemas estresantes en los primeros años de vida suele denominarse experiencias
adversas en la infancia (ACEs, por sus siglas en inglés). Las experiencias adversas en la
infancia, son un constructo que surge de una larga línea de estudios sobre eventos
traumáticos que tienen lugar en la infancia, como la violencia doméstica, el abuso sexual,
físico y emocional, la disfunción del hogar y la negligencia.

del Carmen Álvarez y Chávez (2018). plantean que estas experiencias, en adelante ACEs
tiene efectos duraderos en la edad adulta, y pueden constituir una fuente de angustia
psicológica a largo plazo, así como tener efectos longitudinales en la salud física, el abuso
de sustancias, la violencia interpersonal y las autolesiones. El "trío tóxico" formado por la
violencia doméstica, el abuso de sustancias y los problemas de salud mental de los padres
puede hacer que los niños corran el riesgo de sufrir daños y traumas complejos, dificultad
su capacidad cognitiva.
31

Armijos y Costa (2017) subrayan que la violencia doméstica o violencia intra familiar,
afecta a todos los grupos socioeconómicos y a todos los orígenes. Las víctimas son
predominantemente mujeres, que se enfrentan a dificultades comunes cuando dejan a su
pareja abusiva. Las investigaciones demuestran que es en el momento de abandonar, o
después de haberlo hecho, cuando la mujer corre más peligro. Por otro lado, es frecuente
que las víctimas de la violencia doméstica sigan viviendo con sus agresores, arriesgando
incluso su propia seguridad, antes que arriesgarse ellas mismas, y sus hijos, a quedarse sin
hogar.

Ahmed et al. (2018) consideran que en la escuela, los profesores desempeñan un papel
fundamental en la identificación de problemas cognitivos que pudieran estar relacionados
a la violencia doméstica, debiendo considerar tal condición en el proceso de enseñanza y
aprendizaje. La exposición a la violencia doméstica genera una multitud de respuestas y
necesidades y es importante que los niños y jóvenes no sean considerados como un grupo
homogéneo o carente de la capacidad de crecimiento y recuperación postraumática, es
decir, no debe de considerarse que los niños están permanentemente dañados por vivir con
la violencia doméstica

Aunque algunos niños que sufren violencia doméstica, como resultado de su afectación al
desarrollo cognitivo, mostrarán dificultades en su trabajo escolar, otros mostrarán un alto
rendimiento en la escuela, esto, de acuerdo con Cáceres y Rodriguez (2021) puede deberse
a que para algunos niños que viven en un entorno de violencia intrafamiliar, o violencia
domestica la vida escolar puede representar una vía de escape . Del mismo modo, mientras
que algunos estudiantes afectados por la violencia doméstica experimentarán los entornos
educativos como una fuente de continuidad y seguridad, otros los experimentarán como un
desafío, por lo tanto, es esencial tener en cuenta que existe una amplia gama de respuestas
a la violencia doméstica entre los niños, por lo que se considera importante reconocer los
contextos individuales y familiares antes de analizar la educación preventiva en las
escuelas.
32

Ahmed et al. (2018). puntualizan en que dado el amplio espectro de respuestas


conductuales a la violencia doméstica, los profesores deben estar atentos a los cambios que
se producen en los niños, algunos de ellos se vuelven retraídos y otros asumen conductas
perturbadoras hacia otros niños. Sin embargo, las respuestas de confrontación pueden ser
difíciles de explicar, sobre todo si los factores subyacentes no son obvios o no se
comprenden, en cuyo caso es probable que esos niños no sean atendidos, y únicamente
etiquetados como problemáticos, lo que puede llevar a que el personal de la escuela
malinterprete el comportamiento de los estudiantes y que tomen medidas disciplinarias

Cuartas et al. (2019) encontró que un número creciente de estudiantes excluidos de la


escuela tienen necesidades de salud mental, y de manera particular, los niños afectados por
la violencia doméstica y/o que viven en la pobreza tienen más probabilidades de ser
excluidos de la escuela en comparación con sus compañeros. Esto es preocupante en el
contexto de las escuelas centradas en los resultados de los exámenes, por encima del papel
de las escuelas en el reconocimiento y la satisfacción de las necesidades de los niños
vulnerables o desfavorecidos.

Para Armijos y Costa (2017), lo que ocurre en la infancia y la adolescencia tiene profundas
implicaciones para el bienestar en la vida adulta. Se trata de una problemática que requiere
un cambio de actitud social en el que la violencia doméstica deje de ser trivializada como
"una más" o presentada como culpa de las víctimas. La violencia doméstica debe abordarse
como una preocupación de salud pública y no solo como un problema privatizado e
individualizado.

Abella et al. (2017) indican que los tabúes culturales pueden hacer que la revelación de la
violencia doméstica, incluida la violencia "basada en el honor", sea aún más difícil para los
miembros de ciertas comunidades. Los profesionales, incluidos los profesores que son los
responsables de la protección de la infancia en su centro educativo, necesitan
conocimientos, formación y estrategias para indagar sobre el abuso, y cómo gestionar tanto
las revelaciones como las no revelaciones.
33

Dick et al. (2021) indican que diversos estudios han evidenciado que el control del
razonamiento lógico tiende a mejorar con la edad, pero es necesario atender esta situación
en edades tempranas de modo que el rendimiento cognitivo medido mediante pruebas de
capacidad intelectual es superior cuando las pruebas se administran a niños mayores de 11
años. 19 Según varios autores, factores asociados a los propios niños, a sus familias y a sus
escuelas contribuyen al bajo rendimiento escolar y al bajo desempeño en las pruebas de
desarrollo cognitivo. La naturaleza de la muestra incluida puede explicar, en parte, los
bajos niveles cognitivos encontrados en este estudio, ya que los participantes eran niños
pobres matriculados en escuelas públicas, que suelen tener escasos recursos pedagógicos.

La teoría del aprendizaje basada en los conceptos de refuerzos y observación,


otorgando importancia a los procesos mentales internos del individuo (cognitivos), así
como a la interacción del sujeto con los demás en su entorno fue elaborada por Bandura y
Walters (1977), e inicialmente fue conocida como teoría del aprendizaje social, para
posteriormente denominarse Teoría Cognitivo Social a partir de los años 80. El contenido
de esta teoría parte de que los seres humanos adquieren destrezas y conductas de forma
operativa e instrumental, rechazando así el aprendizaje conductista. En este contexto la
expresión “factores cognitivos” hace referencia a la capacidad de reflexión y
simbolización, procesos de comparación, generalización y autoevaluación por parte del
individuo. Esto implica la aceptación de que el comportamiento depende tanto del
ambiente, como de los factores personales como la motivación, atención, retención y
producción motora.

Yılmaz, Yılmaz, y Demir Yılmaz (2019). plantean que el aprendizaje observacional


ha demostrado que los seres humanos adquieren conductas nuevas sin un reforzado obvio
y hasta cuando carecen de la oportunidad para aplicar el conocimiento. De acuerdo con
esta teoría, el comportamiento no se realiza exclusivamente por medio de lo que aprende
el individuo de forma operativo y clásico, sino que además lo hace de forma indirecta, esto
es mediante la observación, a lo que se suma la representación simbólica de personas y
situaciones
34

En el planteamiento de Pournaghash Tehrani, Ghalandarzadeh, Farahani, y Pashaei


Bahram (2018). la exposición a la violencia de pareja puede tener efectos duraderos en el
desarrollo socio-emocional y neurológico del niño. Las investigaciones se han centrado en
los efectos de esta sobre las mujeres o los niños mayores, y las consecuencias de este tipo
de violencia durante la primera infancia están menos documentadas. Sin embargo, cabría
esperar efectos significativos en el desarrollo, ya que el cerebro del niño y los sistemas
relacionados con el estrés son especialmente susceptibles a los estímulos ambientales.

De acuerdo con Walton y Pérez (2019) las consecuencias a largo plazo de la exposición a
la adversidad en la infancia están bien documentadas, especialmente sus efectos en el
desarrollo del niño y el aumento de la vulnerabilidad a los problemas de salud mental
posteriores Aunque adversidades como la negligencia crónica o el abuso han sido
ampliamente descritas en la literatura, las consecuencias negativas de la exposición a la
violencia de pareja en los niños están menos documentadas. En la mayoría de los casos las
definiciones oficiales, y la mayor parte de la investigación, la exposición de los niños a la
violencia domestica suele tratarse de forma diferente al maltrato infantil.

Algunas investigaciones muestran que la exposición a la adversidad durante los primeros


5 años de vida puede tener efectos duraderos en el desarrollo del cerebro (Perry, 2002; Fox
et al., 2010; Bick y Nelson, 2016). A lo largo de este delicado periodo, las interacciones
con sus cuidadores forman un importante elemento de su entorno de aprendizaje, y vital
para su desarrollo, por lo que tanto las experiencias positivas como las negativas afectan al
desarrollo socioemocional y cognitivo del niño y a la maduración de las estructuras
cerebrales asociadas (Schore, 2001). Dos aspectos críticos de la interacción con los
cuidadores primarios son esenciales para el desarrollo del cerebro: (1) una relación o apego
continuo y seguro entre el cuidador y el niño; y (2) una corregulación sensible con el
cuidador en presencia de un factor estresante para ayudar al niño a desarrollar y aumentar
su capacidad de regulación independiente de las emociones.

De manera tal que, la literatura concuerda en que en los niños el desarrollo cognitivo se
presenta desde el inicio de su vida, se puede establecer que desde el inicio de formación de
35

las primeras redes neuronales los procesos cognitivos inician su desarrollo, hasta alcanzar
en las edades de 3 a 6 años en donde los procesos básicos se afianzan y dan bases para
establecer los más complejos. Sin embargo, en muchas ocasiones dichos procesos se ven
afectados por factores internos (biológicos o genéticos) o factores externos (entorno
social).

del Carmen Álvarez y Chávez (2018). aseguran que desde temprana edad, los niños son
capaces de construir categorías con los objetos, clasificarlos de acuerdo con sus semejanzas
y ordenarlos en función de sus diferencias. Esto supone agruparlos con arreglo a
determinadas condiciones o cualidades. De esta manera, los niños descubren
progresivamente los principios de la llamada lógica a partir del uso de la clasificación

La exposición a la Violencia domestica puede influir tanto en el bebé como en su


responsable cuidador, interfiriendo en la corregulación diádica de las emociones. Mueller
y Tronick (2019) indican que diversos estudios constatan que la violencia doméstica o
violencia intra familiar, conduce a un deficiente apego entre la madre y el bebé, así, las
mujeres que sufrieron violencia durante el embarazo o en el primer año posparto tenían un
apego más débil con sus bebés, y además, percibían a sus hijos como más difíciles, y
presentaban dudas sobre sus cualidades como madres, esto, en comparación con las
mujeres no expuestas a la violencia intra familiar.

Las investigaciones convergen en que ser testigo de la violencia de género no solo afecta
al desarrollo socioemocional, sino que de acuerdo a Graham-Bermann y Perkins (2010)
tambien existe un impacto en el coeficiente intelectual del niño y en sus funciones
cognitivas, como la memoria . Un estudio sobre 1.116 gemelos citado por Delaney-Black
et al. (2017) descubrió que la exposición a la violencia de género en la infancia estaba
relacionada con una disminución del coeficiente intelectual en comparación con los niños
no expuestos, y que la gravedad y el número de episodios violentos a los que se había
expuesto en el hogar estaban asociados a una mayor disminución del coeficiente
intelectual.
36

Otro estudio previamente realizado por Koenen, Moffitt, Caspi, Taylor, y Purcell (2003)
descubrió que los niños que habían presenciado la violencia de género tenían, por término
medio, un coeficiente intelectual 8 puntos inferior al de los niños no expuestos, incluso
cuando se controlaban posibles variables de confusión, lo que sugiere una interacción entre
la angustia relacionada con el trauma y las habilidades cognitivas en los niños que habían
presenciado la violencia de género en el hogar. Al igual que con el desarrollo emocional,
un estudio longitudinal citado por Drange y Havnes (2019) descubrió que los efectos
cognitivos que comprometen gravemente son acumulativos y que la exposición repetida y
creciente a la violencia intra familiar era predictiva del compromiso escolar .

De acuerdo con Cuartas et al. (2019) las experiencias adversas en la infancia, incluida la
exposición a la violencia intra familiar, tienen efectos mensurables en múltiples áreas del
cerebro. Aunque no hay ningún estudio que analice directamente el efecto de la exposición
en el cerebro a este tipo de violencia, si es posible observar los estudios retrospectivos de
las diferentes estructuras cerebrales que maduran durante la infancia y la niñez temprana.
Se ha comprobado que la exposición a experiencias adversas, incluida la violencia
intrafamiliar, afecta al desarrollo del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA) y a las
estructuras cerebrales relacionadas con el propio testimonio (corteza auditiva y visual).

Wang y Tian (2021) plantea que teniendo en cuenta las primeras etapas de investigación
de la prevalencia y los efectos de la exposición de los niños a la violencia doméstica, no es
sorprendente que haya muchas lagunas en la base de conocimientos y deficiencias en los
métodos de investigación. Un enfoque de investigación prometedor consiste en acercarse
lo más posible al incidente de violencia a través de auténticas colaboraciones entre los
investigadores y los profesionales en cargados de intervenir cuando se produce la violencia,
es decir, el personal de las fuerzas del orden, el personal de los programas de violencia
doméstica y los servicios de protección de la infancia.
37

2.2. Marco normativo

A nivel institucional, en Colombia, el Ministerio de Justicia de Colombia en el año 2012


generó un marco normativo en torno a la violencia basada en género, donde clasifican la
protección a la mujer con estrategias que contemplen la prevención, intervención y justicia.
En particular la violencia contra la mujer se entiende como cualquier acción dirigida al
sexo femenino que deje como resultado daño físico, sexual o psicológico, incluyendo
también amenazas, coacción o privación de libertad. De acuerdo a lo anterior, la violencia
en contra de la mujer abarca violencia sexual, física o psicológica producida en la familia,
dentro de la comunidad en general o perpetrada y/o tolerada por el estado.

En la Cámara de Representantes había un proyecto de ley “engavetado” que tiene un


enunciado concreto que prendió las alarmas entre quienes trabajan en violencia de género.
Se trata del proyecto 021 de 2015, que busca reformar el Código Penal y el Código de
Procedimiento Penal. En su texto, se proponen algunos cambios en la manera como hoy
se ejerce, el debido proceso de quien es investigado: pide más claridad a la hora de expresar
los cargos por los cuales está siendo procesado, agregándolos “en términos que sean
comprensibles” tanto en el escrito de imputación como en la audiencia de acusación. Con
el propósito de fortalecer las investigaciones, se pide que se pueda solicitar ante jueces de
control de garantías la conducción de personas que puedan tener información útil para la
investigación.

En cuanto a la violencia intrafamiliar, las mujeres podrían salir perdiendo si resulta


aprobado, porque este proyecto sugiere, una vez más, que sea un delito conciliable, es decir,
que la víctima pueda conciliar con su victimario.

Hasta julio de 2012, un caso de violencia intrafamiliar en Colombia podía archivarse así.
Una reforma al Código de Procedimiento Penal cambió esa situación y determinó que todo
hecho de violencia intrafamiliar que se conozca debe investigarse de oficio, es decir,
independiente de si la víctima quiere que la justicia actúe. Así se arman, por ejemplo, los
38

expedientes por homicidio. Tres años después de haber cambiado la ley, la Fiscalía
argumentó que es tal la desproporción entre las denuncias versus las condenas, que resulta
un sinsentido evitar que la víctima desista del proceso si lo desea.

En 2012 se presentaron 30.110 casos, pero sólo 552 terminaron en sentencia condenatoria.
“En relación con el delito de violencia intrafamiliar, se propone que continúe siendo un
delito oficioso, porque implica una mayor gravedad, pues afecta en forma directa la
integridad física, psicológica o sexual de la víctima y, adicionalmente, opera como un
delito subsidiario, ya que supone que no esté previsto otro delito que sea sancionado con
una pena mayor.

No obstante, se propone que en los casos en que se presente se admita el desistimiento de


la víctima”, se lee en el proyecto de ley 021 de 2015 que, hasta ahora, no ha tenido mayor
eco en el Congreso. La inquietud de quienes conocen del tema de violencia de género es
que el proyecto resulte aprobado posteriormente.

Es en el marco de la violencia intrafamiliar es donde se perpetran los feminicidios. Volver


conciliable la violencia intrafamiliar es dar al traste con los avances de los movimientos de
las mujeres porque implica aumentar la vulnerabilidad de las mujeres, y, además, es obviar
la responsabilidad del Estado en materia de protección de sus derechos. Al eliminar la
querella, se logró que las víctimas tuvieran respuesta por parte del Estado, porque está
obligado a investigar las medidas de atención y protección para ponerlas a salvo.
La Ley de Seguridad en 2011, con la que se aumentaron, entre otros, las penas para los
mayores de 14 años y menores de 18 que participaran en la comisión de delitos graves, la
violencia intrafamiliar quedó reconocida como un delito querellable.

La ley 1257 de 2008, busca prevenir todas las formas de discriminación contra la mujer –
incluida, por ejemplo, la económica-, tardó seis años en ser reglamentada. La misma ley
dispone que la víctima decide si quiere o no ser confrontada con el agresor en cualquier
instancia, determinación que obedece a la necesidad de especial protección estatal que
requiere la víctima.
39

En cuanto a la educación el marco normativo de la Educación en Colombia es uno de los


antecedentes relevantes para la presente investigación. En su carta magna (constitución
política de 1991) y la Ley 115 General de Educación de 1994, se indica “que todos los
colombianos tienen derecho a acceder a la educación para que se fortalezca su calidad de
vida como en su desarrollo personal, económico y cultural”. Este principio es reglamentado
por la Ley 30 de 1992, que lo estableció como un proceso permanente que posibilita el
desarrollo de las potencialidades del ser humano de una manera integral, esto, en la
búsqueda del desarrollo pleno de los estudiantes y de su formación académica o
profesional, razón por la que la educación se constituye como un servicio público cultural,
inherente a la finalidad social del Estado, y que puede ser ofrecido tanto por este último
como por entidades privadas (Colombia, 1992)

.
40

Capítulo 3: Metodología

En este apartado se desarrollan los elementos metodológicos que brindan sustento a los
datos encontrados, otorgan sistematicidad a la investigación, y además brindan un sentido
objetivo al estudio. En principio debe destacarse que la investigación se ha desarrollado
bajo un enfoque cuantitativo, lo que implica que la problemática de estudio que permiten
determinar la existencia de un conocimiento con respecto a las variables de estudio, las
que pueden ser definidas y operativizadas por medio de instrumentos que adquirido su
validación en estudio antecedentes a la presente investigación.

De acuerdo con el enfoque cuantitativo se vincula a los estudios donde es posible la


medición de la variable de manera tal que, la subjetividad del investigador al valorar
discrecionalmente un dato, no tiene espacio, porque el dato resultante de la aplicación de
instrumentos validados permite tangibilizar el comportamiento de las variables, y en el
caso específico, la variable: violencia intrafamiliar, además de poder conceptualizarse a tal
punto que su comprensión es similar en diferentes contextos geográficos, es posible
identificar su manifestación de manera concreta.

La segunda variable: el desarrollo cognitivo, también presenta manifestaciones


tangibilizables, mismas que han sido consideradas en un instrumento validado que permite
identificar de manera objetiva el estado el desarrollo cognitivo, tanto niños como en
adultos. Por otro lado, el estudio se desarrolló en un sentido descriptivo no experimental,
porque no se desarrolló una manipulación de variables. La no manipulación de las variables
obedece en principio al sentido transversal del estudio, de acuerdo al cual se recolectan
datos en un tiempo determinado sin replicarse esta recolección en periodo de tiempo
distintos y posteriores.

El sentido transversal del estudio, también obedece a que la población de estudio no tiene
una estancia permanente en la unidades de investigación identificadas, es decir, en los dos
hogares comunitarios, y a esto se suma el sentido de confidencialidad alrededor de la
variable violencia intrafamiliar. La estancia temporal de los niños en la unidad de estudio,
41

de acuerdo a la información brindada por el equipo directivo de estos, se interrumpe de


manera continua debido a las restricciones económicas de los padres de familia, y como
resultado, algunos niños no regresan al mismo hogar comunitario, o bien cambian a otro,
a lo que debe de agregarse que debido al problema de salubridad mundial, muchos niños
fueron retirados de estos hogares comunitarios de estos hogares comunitarios.

La situación antes expuesta, también limita la manipulación de las variables, y es por esta
razón que el estudio se desarrolló en un sentido descriptivo, lo que implica la identificación
del estado cognitivo que presenta la población de estudio que ha estado expuesta a
condiciones de violencia intrafamiliar. Los estudios que se desarrolla bajo un enfoque
descriptivo permiten identificar la existencia de situaciones y eventos en su estado natural,
especificar las propiedades que presenta un determinado grupo poblacional

Participantes
Se consider como población de studio a los niños en edades entre 2 y 5 años de dos hogares
comunitarios en Bogotá, específicamente el hogar comunitario los supersónicos de la
localidad Rafael Uribe y el hogar comunitario vida nueva ubicado en la localidad de
Fontibón.

Muestra

Se seleccionaron a 26 niños en los dos albergues comunitarios. Debido lo reducido de la


cantidad de niños que obligadamente debe de tener cada hogar comunitario, no fue posible
trabajar con una muestra más amplia, por lo que se decidió aplicar un censo, actividad que
implica recolectar datos o información sobre el total del universo de estudio. Para la
identificación del contacto que el niño ha tenido con situaciones clasificadas como
violencia intrafamiliar, se recurrió previamente al equipo coordinador de las dos unidades
de estudio, quienes confirmaron que los niños que ahí se atienden se encuentran en
condición de vulnerabilidad social, específicamente, vinculados a situaciones de violencia
intrafamiliar declarada en el momento de ingreso del niño es decir, estas dos unidades de
42

estudio se seleccionaron por el conocimiento previo que las investigadoras tenían sobre la
condición social de los niños ahí atendidos.

Criterios de inclusión:
Se consideró como criterio de inclusión la edad del niño.
Permanencia del niño durante los últimos dos meses.

Criterio de exclusión:
Edad superior a los cinco años.
No fue criterio de exclusión el género.
No fue criterio de exclusión el lugar de residencia del niño en

Instrumentos

El para la recolección de los datos en el presente estudio es se hizo uso del instrumento
conocido como: Inventario de Desarrollo Battelle, de Newborg, Stock y Wnek; con
elementos adaptados para la versión española por Sanz López, Guijarro Granados, y
Sánchez Vázquez (2007)

El Inventario de Battelle es una batería de preguntas que tienen por finalidad de evaluar
las habilidades fundamentales presentes en el desarrollo de niños comprendidos entre el
nacimiento y los ocho años. su aplicación tiene un carácter individual y busca
proporcionar información con respecto los puntos débiles y fortalezas que un niño puede
presentar en diversas areas de su desarrollo, y así, se facilita la elaboración de programas
intervención puntuales. Esta prueba tiene aplicaciones en el ámbito clínico, y en
evaluación de la educación en edades tempranas.

El inventario en busca la obtención de datos en medio de la observación que realiza el


docente guiado por un examen estructurado de ítems en 4 dimensiones de la vida del niño
43

Se considera una prueba con un alto índice de objetividad y rigor en relación a otras
pruebas similares enfocadas en los inventarios de desarrollo. Los ítems que forman parte
de la prueba se presentan un formato estandarizado que presenta la conducta a evaluar,
así como los criterios para definir la puntuación por cada respuesta. En su versión
completa la prueba esta compuesta por 341 ítems divididos en las siguientes áreas:
- Personal/Social.
- Adaptativa.
- Motora (Motricidad Gruesa y Motricidad Fina).
- Comunicación (Receptiva y Expresiva).
- Cognitiva.

Cada una de las áreas presenta subáreas (o áreas de habilidades específicas). También
permite que los resultados obtenidos se comparen con edades equivalentes de desarrollo
en cada una de las áreas, lo que permite comparar los resultados obtenidos por grupos de
edades. En el desarrollo del presente estudio, se siguió el agrupamiento por edades, que
de acuerdo a la prueba debe de ser identificado en meses, evaluando únicamente la
dimensión cognitiva que la prueba indica de acuerdo a un grupo de edad específico. Por
lo tanto, no se evaluaron las conductas que la prueba considera como apropiadas para
grupos de edades superiores a los 59 meses.

Determinación de Validez y Confiabilidad

Esta prueba, elaborada por un grupo de profesionales de diversos campos, se desarrolló


inicialmente en el año 1984, aunque la adaptación española es del año 1996.

Procedimientos

Las condiciones de aplicación del Inventario siempre son las mismas, el área Motora,
Comunicación y Cognitiva se administran de forma individual a cada niño. Para la
selección y formación de los grupos se tuvo en cuenta el criterio de edad, para asi formar
grupos homogéneos.
44

Los análisis estadísticos se realizaron con el Programa excell para Windows. Se han
utilizado pruebas no paramétricas descriptivas debido al escaso número de sujetos; el
mismo programa se utilizó para la realización de gráficos. De las 4 areas que mide la
prueba, se midió 1, la cognitiva, en esta se miden las siguientes sub áreas:

Área Cognitiva: Mide las capacidades y habilidades de naturaleza conceptual.


• Discriminación perceptiva.
• Memoria.
• Razonamiento y habilidades académicas.
• Desarrollo conceptual.

Procedimientos para la recolección de datos. Los pasos que integraron el estudio


fueron:
Análisis de datos.
Consideraciones Éticas
45

Capítulo 4: Resultados

8
DISTRIBUCION DE EDADES
7
7
(EN MESES)
6

5
4 4
4
3 3 3
3

0
0–5 06 11 12 – 23 24 – 35 36 – 47 48 – 59
Total 3 4 3 7 3 4

Puntuación 0 – 5 meses.
3.5
3
3

2.5
2
2

1.5
1
1

0.5

0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Sigue un estímulo visual 1 2
Explora objetos 3
46

Puntuación 06 -11 meses


3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Levanta una taza para para
1 3
conseguir un juguete
Busca un objeto
2 2
desaparecido

Puntuación para 12 – 23 meses


2.5

1.5

0.5

0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Extiende los brazos para
obtener un juguete colocado 1 1 1
detrás de una barrera
Se reconoce a si mismo
como causa de 2 1
acontecimientos
47

Puntuación para 24 – 35 meses


6

0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Empareja un circulo un
5 2
cuadrado y un triángulo
Repite secuencias de dos
3 3 1
dígitos

Puntuación para 36 – 47 meses


3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Identifica los tamaños
2 1
“grande y pequeño”
Identifica objetos sencillos
3
por el tacto
48

Puntuación para 48 – 59 meses


4.5
4
3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Responde a preguntas
3 1
lógicas sencillas
Completa analogías
4
opuestas

Total de puntuaciones asignadas en dimensión


cognitiva
30 26
25
20
15 11 11
10
5
0
Total de niños en cada puntaje
Puntuación 2 11
Puntuación 1 26
Puntuación 0 11
49

Capítulo 5: Discusión
Introducción
Resumen de Resultados
Discusión de los Hallazgos y su Relación con la Literatura
Hallazgos de la primera pregunta de investigación.
Hallazgos de la segunda pregunta de investigación.
Hallazgos de la tercera pregunta de investigación.
Contexto de Resultados

Implicaciones de los Resultados

Limitaciones del Estudio


Conclusiones
Recomendaciones para Futuros Estudios
Entre las recomendaciones sugeridas para futuros estudios, se tienen las
siguientes:
50

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