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Por
Jessica Muñoz
Alberto Avendaño
Proyecto de investigación
Para el Grado de Magister en Educación
2017
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Tablas de Contenido
Página
Tablas de Contenido 2
1. Tema. 4
3. Descripción de la problemática 4
4. Pregunta problema. 6
5. Antecedentes (revisar) 7
Estudios nacionales 7
Estudios internacionales. 8
6. Justificación 11
7. Deficiencias de la Evidencia 12
8. Audiencia. 13
9. Definición de Términos 13
10. Objetivos 14
Objetivo General 14
Objetivos específicos 14
Introducción 16
Capítulo 3: Metodología 40
Participantes 41
Instrumentos 42
Procedimientos 43
Capítulo 4: Resultados 45
Capítulo 5: Discusión 49
Introducción 49
Resumen de Resultados 49
Contexto de Resultados 49
Conclusiones 49
Referencias 50
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1. Tema.
investigación
Por lo anterior el presente estudio constituye un primer paso para la identificación del
estado cognitivo en los dos hogares comunitarios que han servido como unidad de estudio,
contribuyendo así a que se comprenda de mejor manera su condición como sujeto activo
en un proceso de enseñanza.
3. Descripción de la problemática
intrafamiliar, los más vulnerables son las mujeres y niños, dicha violencia afecta
principalmente a los más pequeños del hogar. Si bien se tiene un seguimiento estadístico
de los casos de violencia intrafamiliar, la atención pública ha olvidado las repercusiones
que esta tiene sobre la niñez, y principalmente sobre su condición cognitiva, cuestión que
es necesario atender debido a que el niño es un sujeto active en la presente sociedad, y
también lo será en el futuro, por lo que se hace necesario que sea atendido en el presente a
fin de romper con patrones de comportamiento violento en las futuras generaciones, y para
ello es de gran relevancia la comprensión de su estado cognitivo resultante de un entorno
social violento (Abella, del Pilar Ahumada, Oviedo, Ramos, & Torres, 2017).
Ramírez (2021) también encontró que los hombres registraron 7.763 casos de
violencia intrafamiliar, un 26% de total de víctimas de este flagelo, las personas mayores
de 60 años, un 9% y la población LGTBI registró el 1% de casos atendido en las comisarías
de Integración Social. Además, sorprenden los datos de modalidades de violencia más
recurrente en los hogares; la principal causa de violencia intrafamiliar es la violencia
psicológica con una presencia del 52% durante el 2020, seguida por la violencia física en
el 39%. En cuanto al 2021, los datos de enero a febrero, muestran que el número de
personas atendidas por violencia intrafamiliar ascendió a 4.328.
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Cabe resaltar que cuando el niño nace lleva con el los impulsos amorosos y
agresivos que surgen del seno de la madre, y con el tiempo, podrá empezar a distinguir
entre ambos comportamientos. La agresividad complica las relaciones sociales que va
estableciendo a lo largo de su desarrollo, y dificulta su correcta integración en cualquier
ambiente. En esta situación la acción a seguir es la socialización de la conducta agresiva,
es decir, buscar cómo corregir el comportamiento agresivo para que derive hacia un estilo
de comportamiento asertivo y mejore directamente su vida social a corto y largo plazo. Así,
el niño puede en ocasiones tener un comportamiento distinto en el hogar al que tiene dentro
del salón de clases.
Sarabia (2018) indica que la violencia intrafamiliar tiene graves repercusiones para el
bienestar psicológico de los niños y niñas, sin importar la forma en la que han sido
expuestos a un escenario violento, y a su juicio la exposición puede presentarse tanto o en
carácter de testigo de los actos violentos, o bien como víctimas de la violencia. Si son
expuestos a la violencia dentro de la familia, estos presentan conductas agresivas y
antisociales, sobre todo conductas de inhibición, desconfianza y pueden presentar
problemas de aprendizaje, al referirnos a la violencia, no solo se habla de aquella que causa
un daño físico sino también emocional o psicológico que destruye a la persona dejando
graves secuelas para la víctima y el agresor.
4. Pregunta problema.
5. Antecedentes (revisar)
En la presente sección se exponen los estudios que de manera directa o indirecta abordan
las variables de estudio definidas para la presente investigación. Los estudios que aquí se
muestran como antecedentes corresponden tanto al ámbito nacional como al internacional,
y resultan de una búsqueda documental realizada en google académico, y considerando en
principio que los estudios abarcaran la relación entre las mismas variables de estudio aquí
consideradas. Sin embargo, la literatura muestra que las variables también han sido
estudiadas a profundidad por separado, es decir, no necesariamente en la relación que se
ha identificado para la presente investigación. Por ejemplo, la variable violencia
intrafamiliar encuentra un respaldo bibliográfico amplio sin considerar necesariamente su
relación con el desarrollo cognitivo.
Estudios nacionales
Estudios internacionales.
Los resultados de este estudio sugieren que las emociones desempeñan un papel importante
en la decisión de una mujer de poner fin a su relación abusiva. Por lo tanto, el apego
emocional puede considerarse un motivador esencial más que un obstáculo para separarse
del maltratador. En el estudio, los investigadores relacionan las emociones encontradas en
la población de estudio, como la depresión, la ansiedad y la ira como conductas resultantes
de la violencia intra familiar a la que se encentraron sometidas y concluyen que la
preocupación por el maltratador es un factor predictivo de la motivación para abandonar la
relación.
Los resultados de este estudio pueden considerarse como una evidencia temprana de la
eficacia del modelo de intervención cognitivo-conductual para mujeres en situación de
violencia.
6. Justificación
Por lo anterior, el presente estudio tiene una relevancia social en dos dimensiones, por un
lado, la actualización del estado de la violencia intrafamiliar, y por el otro, el efecto que
esta tiene en el desarrollo cognitivo de los niños en condición vulnerable. Sin embargo, es
importante subrayar que la investigación no presenta una relevancia metodológica, esto
significa que no se plantea la construcción de una nueva metodología para estudiar las
relaciones entre las variables de estudio, situación que tampoco resta mérito al estudio, ni
afecta su carácter científico.
7. Deficiencias de la Evidencia
Hay consenso entre los autores en que el estrés asociado a ser testigo de la violencia
doméstica puede contribuir a la aparición de problemas emocionales y de comportamiento,
como la ansiedad, la depresión y los trastornos de la conducta, que afectan negativamente
al desarrollo cognitivo. Los estudios revisados también han sugerido que las familias con
un estado emocional deficiente están menos disponibles para el cuidado y la interacción
con el niño, lo que aumenta el riesgo de enfermedades y retrasos en el crecimiento y el
desarrollo (Lloyd, 2018).
Sin embargo, como punto de encuentro, los estudios disponibles presentan como limitación
el bajo número de participantes, lo que hace imposible generalizar los resultados, y así,
determinar una relación extrapolable entre la violencia intrafamiliar y el desarrollo
cognitivo.
Por otro lado, otra limitante encontrada hace referencia a la metodología con que se
desarrollan estos estudios, los que escasamente considera la existencia de un grupo control
que permita una comparación de datos. En este aspecto, también debe subrayarse la
ausencia de un sentido longitudinal de las investigaciones realizadas, situación que debe
de considerarse sobre todo cuando existe evidencia en la que se indica que las
consecuencias de la violencia intrafamiliar empeoran a largo plazo, lo que brindaría un
sentido de cronicidad de los síntomas, tales como depresión y ansiedad.
8. Audiencia.
El presente estudio considera como población de interés los niños de edades entre 1 y 5
años alojados en dos hogares comunitarios que se ubican en Bogotá, y también se
consideran a los Padres de familia de estos niños. Los dos hogares comunitarios
considerados como unidad de estudio son: hogar comunitario los supersónicos de la
localidad Rafael Uribe y hogar comunitario vida nueva ubicado en la localidad de
Fontibón.
9. Definición de Términos
10. Objetivos
Objetivo General
Valorar las implicaciones que trae la violencia intrafamiliar en el desarrollo
cognitivo de los infantes en dos hogares comunitarios en Bogotá.
Objetivos específicos
Introducción
Según la OMS, (2018), una de cada tres mujeres en todo el mundo ha sufrido
violencia doméstica, esto ha sido históricamente una constante en la población
latinoamericana, con una alta tasa en el contexto doméstico. Correa Flórez (2018) revisa la
Ley 1257 de Colombia de 2008 y muestra que, si bien existen formas legales de ejercer el
derecho penal, en ocasiones no se aplican adecuadamente y las sanciones en este caso aún
son insuficientes Salud y Defensa Comunitaria (2018) 59.639 casos de mujeres víctimas
de violencia doméstica (2018) publicado, incluyendo 72 violencia de pareja íntima.
psicológica por parte de su pareja. La violencia doméstica ocurre en todas las clases
socioeconómicas; las mujeres de las clases bajas suelen ser las más propensas a denunciar
¿Qué situaciones de violencia intrafamiliar afrontan los niños de los dos hogares
comunitarios que constituyen las unidades de estudio?
¿Cuál es el nivel de desarrollo cognitivo presentan los niños en las unidades de
estudio seleccionadas?
¿Qué afectaciones cognitivas presentan los niños de la muestra que experimentan
violencia intrafamiliar?
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Nelson (2017) indica que las investigaciones realizadas hasta la fecha indican que los niños
que viven en hogares con violencia doméstica corren un mayor riesgo de inadaptación que
los niños que no viven con este tipo de violencia. Sin embargo, si no se dispone de
información precisa y fiable sobre la prevalencia y la naturaleza de la exposición de los
niños a la violencia doméstica, los esfuerzos de prevención e intervención no pueden
diseñarse ni aplicarse. De tal manera que, las respuestas eficaces de los distintos sectores
de la sociedad dependen según Henry (2018) de las respuestas a varias preguntas, en
primer lugar, ¿cuántos niños están expuestos a la violencia doméstica, y cuáles son las
experiencias de estos niños? En segundo lugar, ¿Cómo afectan estos acontecimientos
traumáticos al desarrollo saludable de los niños víctimas?. En tercer lugar, ¿qué factores
aumentan el riesgo de sufrir los efectos potencialmente nocivos de la exposición de los
niños a la violencia doméstica o los protegen? En cuarto lugar, ¿qué tipo de intervenciones
pueden mitigar estos efectos negativos? Las respuestas a estas preguntas críticas son claves
para la atención de esta problemática social.
Olszowy, Jaffe, Dawson, Straatman, y Saxton (2020) indican que las investigaciones
presentan diferentes términos para referirse a los niños que viven en hogares con violencia
doméstica. Para referirse a estos niños las primeras investigaciones hablaban de estos niños
como como "testigos" u "observadores" de la violencia. En los últimos cinco años, estos
términos han sido sustituido por el de "exposición" a la violencia, que es más inclusivo y
no hace suposiciones sobre la naturaleza específica de las experiencias de los niños con la
violencia.
Dillon (2017) puntualiza que los estudios disponibles en los que se abarca a niños
expuestos a la violencia doméstica se concentran en: (1) estudiar como el comportamiento
agresivo y los problemas de problemas de conducta; (2) conductas de interiorización (como
depresión, ansiedad y baja autoestima); (3) funcionamiento intelectual y académico; (4)
desarrollo social (competencias sociales sociales con los compañeros y los adultos, por
ejemplo; y (5) la salud física y el desarrollo. Otros estudios incluyen la concurrencia del
maltrato infantil y la exposición a la violencia doméstica, así como también los factores
que median o modifican los resultados de los niños.
Las investigaciones indican que los niños expuestos a la violencia doméstica demuestran
comportamientos externalizantes y conductas de interiorización diferentes a los niños de
hogares no violentos En concreto, los estudios que examinan las diferencias entre grupos
en estos comportamientos revelaron que los niños expuestos a la violencia doméstica
tienden a ser más agresivos y a presentar problemas de comportamiento en sus escuelas
y comunidades, desde rabietas hasta peleas (Health, 2018, July).
Pérez, Montoya, Gómez, y Bernal (2021) indican que los problemas de comportamiento
problemas de comportamiento interiorizado incluían depresión, comportamientos suicidas,
ansiedad, miedos, fobias, insomnio, etc. suicidas, ansiedad, miedos, fobias, insomnio, tics,
y baja autoestima. Los pocos estudios que evaluaron los problemas relacionados con el
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DiBonaventura et al. (2018) refiere que los niños expuestos a la violencia doméstica
demostraron una capacidad de concentración deteriorada, dificultades en sus tareas
escolares y puntuaciones significativamente más bajas en medidas de habilidades verbales,
motoras y cognitivas. Los estudios que examinaban el desarrollo social encontraron que
tanto los niños como las niñas procedentes de hogares violentos mostraban niveles de
competencia social significativamente más bajos, como habilidades de resolución de
problemas y niveles más bajos de empatía, que los niños del grupo de comparación niños
del grupo de comparación. Sin embargo, tambien se ha encontrado que no existe relación
significativa entre la exposición de los niños a la violencia y niveles más bajos de
competencia social.
Giuntella, Rieger, y Rotunno (2020) puntualizan en que las diferencias en la salud física
no encontraron pruebas claras de una relación causal entre la exposición a la violencia
doméstica y los problemas de salud.Este tipo de estudios encontraron que entre 45% y 70%
de los niños expuestos a violencia doméstica son también víctimas de abusos físicos y que
hasta el 40% de los niños víctimas de abuso físico también están expuestos a la violencia
doméstica. Los niños que viven en hogares de violencia doméstica también corren un
mayor riesgo de abuso sexual que los niños de hogares no violentos.
Para Nesset et al. (2019) la violencia tiene distintas manifestaciones cuyos principales
elementos son en términos generales la existencia de un conflicto familiar, interpersonal,
social o político no resuelto por medios pacíficos. Se trata de un acto en el que interviene
la voluntad de hacer daño por parte de quien lo ejecuta, así como también la falta de
voluntad de quien lo padece.
Se encuentra entre los factores de estilo de vida más prevalentes; además, un gran número
de pruebas sugieren que la agresión infantil es un precursor de la adulta, esto, se debe según
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Vázquez, Romo, Luis, Gónzalez, y Yedra (2019) consideran que los adultos que han sido
abusados, hace probable que al crecer formen familias violentas, lo que ha llevado a
muchos autores a acuñar la expresión "transmisión intergeneracional de la violencia".En
otras palabras, el maltrato al que se somete a los niños ahora, contribuirá, casi con toda
seguridad, a la violencia potencial en las familias que estos jóvenes establecerán. Tal como
lo indica el estudio de Walton y Pérez (2019) en donde han demostrado que las hijas de
mujeres con violencia familiar al llegar a la edad adulta, sean posibles víctimas de este tipo
de violencia, mientras que los jóvenes son mucho más propensos a convertirse en los
actuales agresores de la familia.
Raby (2018) informó que las mujeres que habían sufrido violencia familiar en la infancia
tenían 2,6 veces y 3,3 veces más probabilidades de sufrir abusos moderados y graves, en
comparación a las mujeres que nunca lo habían sufrido. Del mismo modo, las víctimas de
violación por parte de una persona que no era su pareja tenían casi seis veces más
probabilidades de sufrir abusos. Por otro lado, un estudio transversal de madres de niños
hospitalizados elaborado por Delgado y Idrogo (2018) describe que el 42% de ellos tenía
antecedentes de violencia en su familia de origen. Por lo que el autor indicaba que este
fenómeno sobre las víctimas se generaba por que los menores no contaban con las
capacidades de autodefensa, autoestima y seguridad, lo cual los volvía más vulnerables a
nuevas lesiones en sus hogares.
No obstante, desde el nivel socioeconómico, la violencia familiar ocurre en todas las clases
sociales, sin embargo, existe evidencia de que las familias de bajos ingresos tienen una
mayor incidencia a este tipo, de acuerdo con Lima (2019) esto surge, debido a que en la
población más vulnerable existe mayor nivel de desigualdad de género, haciendo que las
mujeres tengan limitadas oportunidades de educación y empleo. Por ejemplo, en los
Estados Unidos, la incidencia de violencia física contra la pareja dentro del número de
familias con bajos ingresos es cinco veces mayor, que, en familias sin tales condiciones.
Estudios realizados en México han comprobado que el estatus socioeconómico tiene una
relación inversa con la violencia, es decir, a mayor calidad de vida menos violencia
familiar.
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En cambio, algunos estudios han instaurado una relación entre la violencia doméstica y el
concepto de salarios más bajos, y esta se aplica a hombres y mujeres, esto, acorde P. A.
López (2020) se debe a la historia de abuso en la infancia que obtuvo la persona, esto se
encuentra relacionado con la disminución de los ingresos en la edad adulta.26
Patrones culturales
Tal como describe Biehl y Locke (2017) la sociedad patriarcal utiliza la agresión de los
hombres contra las mujeres basándose en el uso de la violencia como herramienta de
control, el concepto de masculinidad relacionado con la dominación, es el que más influye
en la alineación de opiniones sobre el abuso doméstico contra las mujeres. La teoría, goza
de un amplio consenso en el ámbito internacional. En Colombia, los elementos históricos
y culturales tienen un impacto significativo en el tipo de relaciones interpersonales que
existen, que en algunos casos pueden promover actitudes violentas dentro de la familia.
A como señala Ewig (2018) el bajo nivel educativo, desempleo, drogadicción, nacimientos
prematuros, años de matrimonio y una edad más temprana en la que se inician las relaciones
sexuales son factores relacionados con la violencia familiar, concordando de esta forma,
con los estudios analizados en este documento. Por otro lado, en Colombia, como en el
resto del mundo, preexiste un largo recorrido a raíz de la aprobación de las perspectivas de
género al analizar la violencia familiar, lo que muestra la importancia del empoderamiento
de las mujeres como una de las primeras destrezas para trabajar en prevenir y erradicar este
anómalo social.20
Acorde a diversos estudios, los abusadores no tienen un perfil, es decir, no hay dos
agresores iguales, aunque se puede indicar que sí existen ciertas características que son
muy comunes en gran medida. De acuerdo con Pérez et al. (2021) los abusados suelen ser
personas con evidentes valores tradicionales e interiorizan profundamente la información
relacionada con el proceso de socialización masculina bajo el cual determinan sus ideales.28
25
Para Tarazona (2017) luego de un largo proceso histórico, los hombres se han
acostumbrado a ver a las mujeres como personas inferiores que deben cuidarlas y
respetarlas, lo cual se debe a su papel tradicional en la familia de brindar protección,
además de hacer justicia a través de la autoridad que le corresponde29. No obstante, Velis,
Álvarez, y López (2018) afirman que los maltratadores suelen ser personas poco
obstinadas, que tienen dificultad para expresar sus sentimientos así como los hechos que
quieren y esperan de los demás.
Según Aguilar (2018), una imagen muy difundida es que el abusador es de una clase social
baja, pero de hecho puede pertenecer a cualquier nivel social, lo único que puede distinguir
a una persona de otra es la forma de abuso. En términos generales, las personas de
diferentes grupos sociales bajas o medias, abusan de sus parejas de manera obvia, mientras
que los abusadores de clases medias a altas lo harán de la misma manera, pero, desde una
violencia psicológica y económica, siendo afectado un aspecto esencial en determinadas
situaciones, la característica del agresor.
Para Galaso (2019) otra peculiaridad que suelen tener los abusadores es la negación hacia
la violencia y el alcance de la responsabilidad de lo que puede acontecer en la relación. Por
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último, no se debe obviar la tolerancia hacia la violencia, ya los varones que violan a las
mujeres, son parte de una concesión social indiscutible. Puesto que los abusadores son
reconocidos como tal en sus comunidades, pero aún se les permite mantener una vida social
activa sin ningún inconveniente, afortunadamente, esta situación está comenzando a
revertirse debido a los cambios recientes en la sociedad.
De acuerdo con Bernial (2020) según el trastorno de personalidad que puedan presentar
los hombres que maltratan a sus parejas se dividen en diferentes tipos:
Maltratador narcisista-antisocial; cree que es superior a los demás y los obliga a vivir de
acuerdo con sus propios estándares, cuando no se satisfacen sus necesidades y expectativas,
demuestra su enojo de manera violenta.
física, sino también la emocional y la de género son actos de abuso. Suelen exhibir
comportamientos violentos no solo en el entorno familiar, sino también fuera del él, como
una forma de conseguir lo que quieren y superar su frustración, así mismo, presentan
trastornos de personalidad narcisistas o antisociales; ante esto, Luna (2019) destaca que
son personas que utilizan con frecuencia la violencia y que generalmente son víctimas y/o
testigos de abusos graves durante la infancia.
En comparación con los agresores anteriores, estas personas solo tienen incidentes de
violencia con sus familias. Generalmente, la relación entre estas personas es más estable y
satisfactoria, y su comportamiento sexual es más libre, aunque pueden ocurrir trastornos
obsesivo compulsivos y rasgos de personalidad dependientes, en ellos, rara vez se
encuentran trastornos de personalidad.
Ante esto, Gutiérrez y Hernandez (2019)enfatizan que son abusadores de bajo riesgo, ya
que por lo general, no muestran una actitud positiva hacia la violencia y, a menudo,
muestran un alto sentido de auto-culpa. Así mismo, Álvarez (2020) destaca que es más
probable que los abusadores que tienen bajos niveles de comportamiento violento, se vean
limitados a entornos familiares-pareja, sin contar con otros factores de riesgo adicionales
28
No obstante, con el tiempo, los abusadores tanto en sus familias y parejas enfrentarán una
serie de variables de riesgo, como el abuso de sustancias, antecedentes penales e
impulsividad excesiva, que es probable que afecte la gravedad y frecuencia del abuso al
pasar el tiempo5.
Walker (1978), abordó una teoría establecida que permite explicar los cambios periódicos
en la violencia conyugal y las razones por las que muchas mujeres siguen atrapadas en
relaciones tan violentas, este ciclo consta de tres etapas diferentes, cada una de las cuales
tiene diferente tiempo e intensidad, denominándose "ciclo violento". Al abordar estos tres
puntos, suele ser más fácil descubrir el sufrimiento físico y/o emocional de otros, ya sea
por medio de la observación y escucha, esto se debe a que todos los seres humanos expresan
sufrimiento, miedo o problemas de alguna manera.
De acuerdo con Walker (1978) los patrones médicos de la violencia se aplican a muchas,
aunque no a todas, las mujeres agredidas, y también se observa que el periodo de abuso
extremo varía en la relación a cada cónyuge, incluso dentro de la misma familia, la
hipótesis del círculo de maltrato explica por qué tantas mujeres sobrellevan el maltrato del
agresor durante momentos tan prolongados. Demostrando que la violencia suele ser
inestable en una relación entre marido, mujer y familiar, porque lo que está, suele ir
acompañada de una actitud emocional y de arrepentimiento contrastantes que definen el
lado violento de los hombres, para las personas, que desean acabar con la violencia en su
vida, sin dejar a la familia por fuera son fáciles de caer en ilusiones, pensando que son
amadas y que nunca le volverán a maltratar.
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Muchos supervivientes, especialmente las mujeres y los niños que han dependido de los
hombres, pueden no condenar públicamente a su agresor por miedo a las repercusiones o a
empeorar la circunstancia. No obstante, otras personas, como los ancianos y los
discapacitados, pueden no ser capaces de expresar su relato de lo que les sucedió, pero
existen algunos indicadores o señales que permiten descubrir posibles situaciones de
violencia familiar
Ahmed et al. (2018) consideran que, en la niñez, necesariamente se atraviesan por cierto
tipo de etapas, y cada una de ellas presenta importantes cambios. Sobre estas etapas ejerce
influencia los patrones de crianza, las dificultades intrafamiliares y los roles asignados en
el núcleo familiar, porque los niños son dependientes afectivamente de sus padres,
copiando el comportamiento observado e imitando los roles que se desempeñan en el
hogar; lo que supone que cualquier cambio en su contexto familiar modifica su desarrollo
emocional, generando dificultades futuras, como la construcción de relaciones afectivas
distintas a las de su infancia.
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Para Alves et al. (2019) el bienestar y las relaciones sanas son las bases del aprendizaje.
Por ello, debe de considerarse que los costes inmediatos y a largo plazo de la violencia
doméstica pueden ser significativos, y con efecto en la educación de los niños, con
consecuencias a largo plazo en su desarrollo. Muchos tipos de maltrato se producen en el
ámbito doméstico, considerándose un comportamiento controlador y coercitivo en las
relaciones familiares. Además de verse afectados por el maltrato físico, los niños pueden
verse afectados por el maltrato doméstico no físico basado en el control coercitivo, como
el aislamiento, la vigilancia continua, el abuso verbal y psicológico.
Lloyd (2018) plantea que aunque el referente conceptual más conocido es el de violencia
doméstica, en la literatura están presentes varios términos como violencia de pareja y
violencia interparental, y a veces los términos se utilizan indistintamente. La violencia
doméstica y la protección de los niños es un área compleja y multifacética, por lo que es
común que la violencia doméstica coincida con otros problemas.
del Carmen Álvarez y Chávez (2018). plantean que estas experiencias, en adelante ACEs
tiene efectos duraderos en la edad adulta, y pueden constituir una fuente de angustia
psicológica a largo plazo, así como tener efectos longitudinales en la salud física, el abuso
de sustancias, la violencia interpersonal y las autolesiones. El "trío tóxico" formado por la
violencia doméstica, el abuso de sustancias y los problemas de salud mental de los padres
puede hacer que los niños corran el riesgo de sufrir daños y traumas complejos, dificultad
su capacidad cognitiva.
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Armijos y Costa (2017) subrayan que la violencia doméstica o violencia intra familiar,
afecta a todos los grupos socioeconómicos y a todos los orígenes. Las víctimas son
predominantemente mujeres, que se enfrentan a dificultades comunes cuando dejan a su
pareja abusiva. Las investigaciones demuestran que es en el momento de abandonar, o
después de haberlo hecho, cuando la mujer corre más peligro. Por otro lado, es frecuente
que las víctimas de la violencia doméstica sigan viviendo con sus agresores, arriesgando
incluso su propia seguridad, antes que arriesgarse ellas mismas, y sus hijos, a quedarse sin
hogar.
Ahmed et al. (2018) consideran que en la escuela, los profesores desempeñan un papel
fundamental en la identificación de problemas cognitivos que pudieran estar relacionados
a la violencia doméstica, debiendo considerar tal condición en el proceso de enseñanza y
aprendizaje. La exposición a la violencia doméstica genera una multitud de respuestas y
necesidades y es importante que los niños y jóvenes no sean considerados como un grupo
homogéneo o carente de la capacidad de crecimiento y recuperación postraumática, es
decir, no debe de considerarse que los niños están permanentemente dañados por vivir con
la violencia doméstica
Aunque algunos niños que sufren violencia doméstica, como resultado de su afectación al
desarrollo cognitivo, mostrarán dificultades en su trabajo escolar, otros mostrarán un alto
rendimiento en la escuela, esto, de acuerdo con Cáceres y Rodriguez (2021) puede deberse
a que para algunos niños que viven en un entorno de violencia intrafamiliar, o violencia
domestica la vida escolar puede representar una vía de escape . Del mismo modo, mientras
que algunos estudiantes afectados por la violencia doméstica experimentarán los entornos
educativos como una fuente de continuidad y seguridad, otros los experimentarán como un
desafío, por lo tanto, es esencial tener en cuenta que existe una amplia gama de respuestas
a la violencia doméstica entre los niños, por lo que se considera importante reconocer los
contextos individuales y familiares antes de analizar la educación preventiva en las
escuelas.
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Para Armijos y Costa (2017), lo que ocurre en la infancia y la adolescencia tiene profundas
implicaciones para el bienestar en la vida adulta. Se trata de una problemática que requiere
un cambio de actitud social en el que la violencia doméstica deje de ser trivializada como
"una más" o presentada como culpa de las víctimas. La violencia doméstica debe abordarse
como una preocupación de salud pública y no solo como un problema privatizado e
individualizado.
Abella et al. (2017) indican que los tabúes culturales pueden hacer que la revelación de la
violencia doméstica, incluida la violencia "basada en el honor", sea aún más difícil para los
miembros de ciertas comunidades. Los profesionales, incluidos los profesores que son los
responsables de la protección de la infancia en su centro educativo, necesitan
conocimientos, formación y estrategias para indagar sobre el abuso, y cómo gestionar tanto
las revelaciones como las no revelaciones.
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Dick et al. (2021) indican que diversos estudios han evidenciado que el control del
razonamiento lógico tiende a mejorar con la edad, pero es necesario atender esta situación
en edades tempranas de modo que el rendimiento cognitivo medido mediante pruebas de
capacidad intelectual es superior cuando las pruebas se administran a niños mayores de 11
años. 19 Según varios autores, factores asociados a los propios niños, a sus familias y a sus
escuelas contribuyen al bajo rendimiento escolar y al bajo desempeño en las pruebas de
desarrollo cognitivo. La naturaleza de la muestra incluida puede explicar, en parte, los
bajos niveles cognitivos encontrados en este estudio, ya que los participantes eran niños
pobres matriculados en escuelas públicas, que suelen tener escasos recursos pedagógicos.
De acuerdo con Walton y Pérez (2019) las consecuencias a largo plazo de la exposición a
la adversidad en la infancia están bien documentadas, especialmente sus efectos en el
desarrollo del niño y el aumento de la vulnerabilidad a los problemas de salud mental
posteriores Aunque adversidades como la negligencia crónica o el abuso han sido
ampliamente descritas en la literatura, las consecuencias negativas de la exposición a la
violencia de pareja en los niños están menos documentadas. En la mayoría de los casos las
definiciones oficiales, y la mayor parte de la investigación, la exposición de los niños a la
violencia domestica suele tratarse de forma diferente al maltrato infantil.
De manera tal que, la literatura concuerda en que en los niños el desarrollo cognitivo se
presenta desde el inicio de su vida, se puede establecer que desde el inicio de formación de
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las primeras redes neuronales los procesos cognitivos inician su desarrollo, hasta alcanzar
en las edades de 3 a 6 años en donde los procesos básicos se afianzan y dan bases para
establecer los más complejos. Sin embargo, en muchas ocasiones dichos procesos se ven
afectados por factores internos (biológicos o genéticos) o factores externos (entorno
social).
del Carmen Álvarez y Chávez (2018). aseguran que desde temprana edad, los niños son
capaces de construir categorías con los objetos, clasificarlos de acuerdo con sus semejanzas
y ordenarlos en función de sus diferencias. Esto supone agruparlos con arreglo a
determinadas condiciones o cualidades. De esta manera, los niños descubren
progresivamente los principios de la llamada lógica a partir del uso de la clasificación
Las investigaciones convergen en que ser testigo de la violencia de género no solo afecta
al desarrollo socioemocional, sino que de acuerdo a Graham-Bermann y Perkins (2010)
tambien existe un impacto en el coeficiente intelectual del niño y en sus funciones
cognitivas, como la memoria . Un estudio sobre 1.116 gemelos citado por Delaney-Black
et al. (2017) descubrió que la exposición a la violencia de género en la infancia estaba
relacionada con una disminución del coeficiente intelectual en comparación con los niños
no expuestos, y que la gravedad y el número de episodios violentos a los que se había
expuesto en el hogar estaban asociados a una mayor disminución del coeficiente
intelectual.
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Otro estudio previamente realizado por Koenen, Moffitt, Caspi, Taylor, y Purcell (2003)
descubrió que los niños que habían presenciado la violencia de género tenían, por término
medio, un coeficiente intelectual 8 puntos inferior al de los niños no expuestos, incluso
cuando se controlaban posibles variables de confusión, lo que sugiere una interacción entre
la angustia relacionada con el trauma y las habilidades cognitivas en los niños que habían
presenciado la violencia de género en el hogar. Al igual que con el desarrollo emocional,
un estudio longitudinal citado por Drange y Havnes (2019) descubrió que los efectos
cognitivos que comprometen gravemente son acumulativos y que la exposición repetida y
creciente a la violencia intra familiar era predictiva del compromiso escolar .
De acuerdo con Cuartas et al. (2019) las experiencias adversas en la infancia, incluida la
exposición a la violencia intra familiar, tienen efectos mensurables en múltiples áreas del
cerebro. Aunque no hay ningún estudio que analice directamente el efecto de la exposición
en el cerebro a este tipo de violencia, si es posible observar los estudios retrospectivos de
las diferentes estructuras cerebrales que maduran durante la infancia y la niñez temprana.
Se ha comprobado que la exposición a experiencias adversas, incluida la violencia
intrafamiliar, afecta al desarrollo del eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA) y a las
estructuras cerebrales relacionadas con el propio testimonio (corteza auditiva y visual).
Wang y Tian (2021) plantea que teniendo en cuenta las primeras etapas de investigación
de la prevalencia y los efectos de la exposición de los niños a la violencia doméstica, no es
sorprendente que haya muchas lagunas en la base de conocimientos y deficiencias en los
métodos de investigación. Un enfoque de investigación prometedor consiste en acercarse
lo más posible al incidente de violencia a través de auténticas colaboraciones entre los
investigadores y los profesionales en cargados de intervenir cuando se produce la violencia,
es decir, el personal de las fuerzas del orden, el personal de los programas de violencia
doméstica y los servicios de protección de la infancia.
37
Hasta julio de 2012, un caso de violencia intrafamiliar en Colombia podía archivarse así.
Una reforma al Código de Procedimiento Penal cambió esa situación y determinó que todo
hecho de violencia intrafamiliar que se conozca debe investigarse de oficio, es decir,
independiente de si la víctima quiere que la justicia actúe. Así se arman, por ejemplo, los
38
expedientes por homicidio. Tres años después de haber cambiado la ley, la Fiscalía
argumentó que es tal la desproporción entre las denuncias versus las condenas, que resulta
un sinsentido evitar que la víctima desista del proceso si lo desea.
En 2012 se presentaron 30.110 casos, pero sólo 552 terminaron en sentencia condenatoria.
“En relación con el delito de violencia intrafamiliar, se propone que continúe siendo un
delito oficioso, porque implica una mayor gravedad, pues afecta en forma directa la
integridad física, psicológica o sexual de la víctima y, adicionalmente, opera como un
delito subsidiario, ya que supone que no esté previsto otro delito que sea sancionado con
una pena mayor.
La ley 1257 de 2008, busca prevenir todas las formas de discriminación contra la mujer –
incluida, por ejemplo, la económica-, tardó seis años en ser reglamentada. La misma ley
dispone que la víctima decide si quiere o no ser confrontada con el agresor en cualquier
instancia, determinación que obedece a la necesidad de especial protección estatal que
requiere la víctima.
39
.
40
Capítulo 3: Metodología
En este apartado se desarrollan los elementos metodológicos que brindan sustento a los
datos encontrados, otorgan sistematicidad a la investigación, y además brindan un sentido
objetivo al estudio. En principio debe destacarse que la investigación se ha desarrollado
bajo un enfoque cuantitativo, lo que implica que la problemática de estudio que permiten
determinar la existencia de un conocimiento con respecto a las variables de estudio, las
que pueden ser definidas y operativizadas por medio de instrumentos que adquirido su
validación en estudio antecedentes a la presente investigación.
El sentido transversal del estudio, también obedece a que la población de estudio no tiene
una estancia permanente en la unidades de investigación identificadas, es decir, en los dos
hogares comunitarios, y a esto se suma el sentido de confidencialidad alrededor de la
variable violencia intrafamiliar. La estancia temporal de los niños en la unidad de estudio,
41
La situación antes expuesta, también limita la manipulación de las variables, y es por esta
razón que el estudio se desarrolló en un sentido descriptivo, lo que implica la identificación
del estado cognitivo que presenta la población de estudio que ha estado expuesta a
condiciones de violencia intrafamiliar. Los estudios que se desarrolla bajo un enfoque
descriptivo permiten identificar la existencia de situaciones y eventos en su estado natural,
especificar las propiedades que presenta un determinado grupo poblacional
Participantes
Se consider como población de studio a los niños en edades entre 2 y 5 años de dos hogares
comunitarios en Bogotá, específicamente el hogar comunitario los supersónicos de la
localidad Rafael Uribe y el hogar comunitario vida nueva ubicado en la localidad de
Fontibón.
Muestra
estudio se seleccionaron por el conocimiento previo que las investigadoras tenían sobre la
condición social de los niños ahí atendidos.
Criterios de inclusión:
Se consideró como criterio de inclusión la edad del niño.
Permanencia del niño durante los últimos dos meses.
Criterio de exclusión:
Edad superior a los cinco años.
No fue criterio de exclusión el género.
No fue criterio de exclusión el lugar de residencia del niño en
Instrumentos
El para la recolección de los datos en el presente estudio es se hizo uso del instrumento
conocido como: Inventario de Desarrollo Battelle, de Newborg, Stock y Wnek; con
elementos adaptados para la versión española por Sanz López, Guijarro Granados, y
Sánchez Vázquez (2007)
El Inventario de Battelle es una batería de preguntas que tienen por finalidad de evaluar
las habilidades fundamentales presentes en el desarrollo de niños comprendidos entre el
nacimiento y los ocho años. su aplicación tiene un carácter individual y busca
proporcionar información con respecto los puntos débiles y fortalezas que un niño puede
presentar en diversas areas de su desarrollo, y así, se facilita la elaboración de programas
intervención puntuales. Esta prueba tiene aplicaciones en el ámbito clínico, y en
evaluación de la educación en edades tempranas.
Se considera una prueba con un alto índice de objetividad y rigor en relación a otras
pruebas similares enfocadas en los inventarios de desarrollo. Los ítems que forman parte
de la prueba se presentan un formato estandarizado que presenta la conducta a evaluar,
así como los criterios para definir la puntuación por cada respuesta. En su versión
completa la prueba esta compuesta por 341 ítems divididos en las siguientes áreas:
- Personal/Social.
- Adaptativa.
- Motora (Motricidad Gruesa y Motricidad Fina).
- Comunicación (Receptiva y Expresiva).
- Cognitiva.
Cada una de las áreas presenta subáreas (o áreas de habilidades específicas). También
permite que los resultados obtenidos se comparen con edades equivalentes de desarrollo
en cada una de las áreas, lo que permite comparar los resultados obtenidos por grupos de
edades. En el desarrollo del presente estudio, se siguió el agrupamiento por edades, que
de acuerdo a la prueba debe de ser identificado en meses, evaluando únicamente la
dimensión cognitiva que la prueba indica de acuerdo a un grupo de edad específico. Por
lo tanto, no se evaluaron las conductas que la prueba considera como apropiadas para
grupos de edades superiores a los 59 meses.
Procedimientos
Las condiciones de aplicación del Inventario siempre son las mismas, el área Motora,
Comunicación y Cognitiva se administran de forma individual a cada niño. Para la
selección y formación de los grupos se tuvo en cuenta el criterio de edad, para asi formar
grupos homogéneos.
44
Los análisis estadísticos se realizaron con el Programa excell para Windows. Se han
utilizado pruebas no paramétricas descriptivas debido al escaso número de sujetos; el
mismo programa se utilizó para la realización de gráficos. De las 4 areas que mide la
prueba, se midió 1, la cognitiva, en esta se miden las siguientes sub áreas:
Capítulo 4: Resultados
8
DISTRIBUCION DE EDADES
7
7
(EN MESES)
6
5
4 4
4
3 3 3
3
0
0–5 06 11 12 – 23 24 – 35 36 – 47 48 – 59
Total 3 4 3 7 3 4
Puntuación 0 – 5 meses.
3.5
3
3
2.5
2
2
1.5
1
1
0.5
0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Sigue un estímulo visual 1 2
Explora objetos 3
46
1.5
0.5
0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Extiende los brazos para
obtener un juguete colocado 1 1 1
detrás de una barrera
Se reconoce a si mismo
como causa de 2 1
acontecimientos
47
0
Puntuación 2 Puntuación 1 Puntuación 0
Empareja un circulo un
5 2
cuadrado y un triángulo
Repite secuencias de dos
3 3 1
dígitos
Capítulo 5: Discusión
Introducción
Resumen de Resultados
Discusión de los Hallazgos y su Relación con la Literatura
Hallazgos de la primera pregunta de investigación.
Hallazgos de la segunda pregunta de investigación.
Hallazgos de la tercera pregunta de investigación.
Contexto de Resultados
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