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Universidad Nacional de Colombia

Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y Sociales


Historia Económica y Política de Colombia en el siglo XIX
Gabriela Cruz Alvarado

ALGUNOS CONCEPTOS BÁSICOS DE LA CIENCIA POLÍTICA Y SUS

RELACIONES.

La ciencia política es el estudio de la política, que según Hannah Arendt (1997) nace en los

hombres y en sus relaciones, por lo tanto, se podría entender la política como el estudio de la vida

en comunidad. Para esto, esta Ciencia utiliza ciertos conceptos básicos que describen la vida en

sociedad, como el estado, el país, la nación, el gobierno, los sistemas políticos, el régimen

republicano, la hegemonía y la dominación.

Dichos conceptos sirven para entender las relaciones sociales, las estructuras y formas de

organización, las formas de gobierno y las relaciones de poder entre los diferentes actores políticos

y se relacionan entre ellos. Por esto mismo, algunos como estado, país, nación, sistemas políticos

y gobierno (y a partir de este, el régimen republicano) son comúnmente confundidos. Otros como

hegemonía y dominación son poco entendidos por la gente del común.

Este trabajo delimitara con brevedad cada uno de los conceptos ya mencionados A partir de la

recopilación de diferentes autores. Asimismo, definirá cada uno de los conceptos y en muchos

casos, los diferenciará; teniendo en cuenta que estos se interrelacionan. Para esto, habrá tres

grandes divisiones de estos conceptos. Por un lado, el estado, país y nación. Por el otro, sistemas

políticos, gobierno y régimen republicano. Y, por último, la hegemonía y la dominación.


Diferencias, similitudes y relaciones entre los conceptos estado, país y nación

El estado

El estado es un concepto que ha cambiado a lo largo de los siglos y, por lo tanto, tiene diferentes

definiciones en diferentes autores desde la antigüedad. Ha sufrido una evolución a lo largo de la

historia, siendo influenciado por la coyuntura política, social, legal y cultural de las épocas de cada

uno de los autores que teorizan sobre él.

Para empezar, el estado ideal fue definido desde la antigua Grecia por Cicerón y posteriormente

por Platón (1992) en La República. Ahora bien, el estado es retomado en la edad media por San

Agustín de Hipona, quien habla del estado como el responsable de irrumpir con el pecado original

y de crear la paz, a partir del orden (citado en León 2013), mientras que en una visión más moderna,

El Príncipe de Maquiavelo (1971) introduce el concepto de estado como tal, en la frase “Todos los

Estados, todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres, han sido

y son republicas o principados.”(p. 6).

Kant (1989) lo define como “Un estado (civitas) es la unión de un conjunto de hombres bajo

leyes jurídicas” (p.45), añadiendo los componentes legal y jurídico a un estado premoderno, cuyas

principales características eran morales y políticas. Pero es Weber (1919) quien lo relaciona con

un monopolio de la violencia de manera legítima, en sus palabras: “el Estado, como todas las

asociaciones políticas que históricamente lo han precedido, es una relación de dominación de

hombres sobre hombre, que se sostiene por medio de la violencia legítima” (p. 84).

Por ello, el considera que es necesario que el estado ejerza dominación a partir de su poder de

coerción para serlo. Ernest Gellner (1988) sigue su idea y la afirma, añadiendo que el estado busca

mantener el orden por medio de este poder coercitivo y por lo tanto se ve materializado: “El estado
existe allí donde agentes especializados en esa conservación, como la policía y los tribunales, se

han separado del resto de la vida social. Ellos son el estado” (p.17). También, Bodin (1992)

entiende la soberanía como parte esencial de un estado y como diferenciador de un grupo de

individuos y un estado organizado.

Formas de estado

Han existido muchas formas de estado, que se ven marcadas por la manera en la que el gobierno,

el pueblo y el territorio (que son también las tres características de un estado). Históricamente, se

destacan los estados patrimoniales (que por muchos autores no son considerados estados, debido a

diferentes características feudalistas que lo distan de la concepción de estado moderna), los estados

totalitarios y los estados modernos, que son precedidos por los ya mencionados estados totalitarios

y están íntimamente relacionados con el concepto del estado de derecho.

Actualmente, solo se utilizan dos grandes categorías jurídicas del estado, por un lado, el estado

unitario, que tiene un gobierno central que controla el poder ejecutivo, legislativo y judicial (Badía,

1974). Además, este puede ser tanto centralizado como descentralizado. Por otro lado, el estado

complejo, está conformado por unidades territoriales políticamente autónomas, es decir, estados

independientes entre sí; pueden ser simétricos o asimétricos (Badía, 1965).

El estado podría ser entonces, a partir de lo anterior, un régimen de organización humana

complejo, soberano y con poder sobre una población y territorio, con capacidad de coerción para

el cumplimiento de la soberanía interna y externa y el mantenimiento del orden y la paz del mismo.

El país
Por un lado, Karl Deutch lo define como “un área de múltiples interdependencias, o, por mejor

decir, un área geográfica donde confluyen interdependencias materiales, económicas, físicas y

psicológicas” (citado en Blanco 1982, p. 24). Entendiéndolo principalmente como un espacio

geográfico con una economía propia.

Por otro lado, la real academia de la lengua española lo define como “Territorio, con

características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de

un Estado.” Añadiendo así a la población, la característica cultural y, por lo tanto, de identidad y

nación; pero negando la necesidad de un estado para constituir un país.

Y La Vanguardia considera que un país tiene, además de lo ya mencionado, “una serie de leyes y

es políticamente independiente”, es decir que también es soberano sobre su territorio. Negando otra

vez que el país y el estado sean necesariamente lo mismo. Pues el estado, contrario al país, puede

ser no independiente políticamente.

Es decir, el país es un territorio geográfico delimitado por fronteras, con una población

determinada que ocupa dicho territorio y es políticamente soberano e independiente sobre el

mismo. Este puede o no tener un estado y un gobierno, pero goza de leyes y una economía propia.

La nación

El País dice que “entre los criterios enumerados como necesarios para que una nación lo sea

están la lengua, la etnia, el territorio, la historia y la cultura. Todos cambiantes y a veces difusos, y

además no son suficientes para conformar una nación.”. Es decir que es un concepto difícil de

definir, pues cambia y es dependiente de su contexto, por lo tanto, no es universalizable.


De la misma manera, Jorge Hurtado Hervas (2004) dice que “Nación es una comunidad humana

estable, históricamente formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio,

de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura.” (p.42) Por lo que

la nación comparte características históricas y contextuales que la forman como tal, con una

identidad propia.

Gellner (1988) lo delimita un poco más diciendo que un grupo de individuos se convierte en

nación cuando “los miembros de la categoría se reconocen mutua y firmemente ciertos deberes y

derechos en virtud de su común calidad de miembros”(p.20). Es decir que es la nación misma la

que se define como tal, a través de distintas características comunes que encuentran entre sí.

La relación entre estado y nación es interesante, pues, como dice Natalia Vargas Escobar (2011),

“La Nación que se vincula al Estado comienza a ser operativa sólo cuando existe un poder lo

suficientemente eficiente para organizar y difundir una idea oficial de Nación.” (p.112) Esto puede

hablarnos de una instrumentalización de la nación para los fines del estado, manipulando la

identidad por medio de los elementos que la definen.

Sistemas políticos, gobierno y régimen republicano

El gobierno y los tipos de gobiernos

Según Guadalupe Fernández (2015), “Es el conjunto de órganos depositarios del poder

público[…] es el órgano o conjunto de órganos depositarios del Poder Ejecutivo.” (p.274) Y,

además, es uno de los componentes del estado, así que podemos entenderlo como el poder y la

administración del estado. Específicamente, como ella lo dice, en cuanto al poder ejecutivo.
Lo ultimo esta en discusión, pues muchos reconocen también a las otras ramas del poder como

parte del gobierno. Por ejemplo, el Instituto Interamericano de Derechos Humanos (2012)

considera que:

El Poder Legislativo, que tiene la autoridad pública de sancionar y promulgar leyes y

realizar control político; el Poder Ejecutivo, encargado de prestar los servicios del Estado,

y el Poder Judicial, encargado del control de la Constitución Política, de la administración

de la justicia y también de conocer las causas contra la administración pública. (p.22)

También podríamos decir que el gobierno es el poder del estado debido a su capacidad

coercitiva, debido a que, como Bobbio y Nicola Matteucci decían (1982), el gobierno es el “órgano

que tiene como tarea la de imponer las reglas de conducta y de tomar las decisiones necesarias para

mantener la cohesión del grupo”(p.22).

Es un concepto que, como todos los anteriores, ha evolucionado en la historia. Desde la

clasificación aristotélica, que divide las formas de gobierno en dos, las puras y las impuras. En el

primer grupo se encontrarían las monarquías, las aristocracias y las democracias; mientras que en

el segundo se encontrarían las mismas pero llevadas de una mala manera

(tiranía, oligarquía y demagogia).

En la antigua roma también se planteo el Polibio, que es un precursor de la división de poderes

y se considera un gobierno mixto, pues tiene las tres formas de poder ya mencionadas. La

monarquía representada por los cónsules, la aristocracia por el senado y la democracia siendo los

comicios del pueblo.

Esto hay que entender estas dos ideas de gobierno en un contexto en el cual el concepto de

estado no era real, hasta ese momento se estaban cimentando las bases que serían desarrolladas de
este concepto en el renacimiento y, por lo tanto, el gobierno no estaba relacionado al estado ni

mucho menos a la nación.

Con Maquiavelo eso cambia, pues ya vinos que el fue quien trajo a colación el termino como

tal. El distingue entre dos grandes formas de gobierno, siendo estas la monarquía (o el principado)

y la república.

Actualmente hay republicas, teocracias y monarquías. En cuanto a la república, el poder reside

en el pueblo y este es cedido a un jefe de estado. Existen seis tipos de república, que son repúblicas

presidencialistas, repúblicas parlamentarias, repúblicas presidencialistas con un primer ministro

ejecutivo pleno, repúblicas semi-presidencialistas, repúblicas parlamentarias mixtas y las

repúblicas unipartidistas.

Las monarquías son, por su parte, formas de gobierno donde el jefe de Estado es también el

jefe de gobierno. Dentro de esta se encuentran las monarquías constitucionales, monarquías

parlamentarias, monarquías semi-constitucionales, monarquías absolutas y la monarquía en la

mancomunidad de naciones (que es un caso especial, debido a que en la práctica son sistemas

parlamentarios). Por último, las teocracias son gobiernos en los que no existe la separación entre

el estado y la religión.

Los sistemas políticos

Gabriel Almond define el sistema político como un sistema de interacciones, propio de las

sociedades independientes, estos integran y adaptan mediante la coerción legitima. “Lo que

caracteriza al sistema político es el hecho de que sus disposiciones son obligatorias para todos los

integrantes del sistema.” (Rosales & Bolaños, 2012, p.17).


Un sistema político se diferencia de una forma de gobierno debido a que este ultimo se

encuentra dentro del primero, ya que el sistema político no solo reúne las organizaciones publicas

y las organizaciones sociales, sino también las creencias, comportamientos, valores y principios

que organizan una sociedad.

Por lo anterior, existe una relación evidente entre la cultura de una sociedad y su organización

política y gubernamental. Pero esta relación no es indispensable; según Ronald Cohen, este es el

caso generalmente, pero se han presentado sociedades que comparten sistema político y no

comparten una cultura entre si o el caso contrario, que se comparta la cultura, pero no el sistema

político.

Debido a esto, también es importante destacar la característica histórica que forman los sistemas

políticos. Ya que este fenómeno se presenta generalmente en África, donde la situación política es

complicada debido al proceso de colonización y la organización de cada una de las sociedades

previamente divididas de manera arbitraria en sistemas de gobierno postcoloniales. (Cohen, 1979).

El régimen republicano

Para entender el concepto de “Régimen republicano” hay que comprender primero la república

por separado. La república se ubica genealógicamente en la res publica romana, que era

considerada como un equivalente al estado o en este caso, al imperio y al reino romano. Res publica

se refiere entonces a todo lo que es común, publico, lo que es del pueblo.

También, en otra concepción, la res publica sería el equivalente romano al termino griego de

Politeia, que es también con concepto difícil de definir y traducir, pero que en términos generales

se refiere al gobierno, más específicamente a el gobierno del pueblo.


La res publica toma fuerza como estado desde la edad media y el renacimiento, principalmente

con Maquiavelo, que la convierten en el estado premoderno, en búsqueda de la representación del

pueblo en relación con el estado. Podía tener forma de monarquía, democracia, oligarquía, tiranía,

etc. Es con las revoluciones burguesas del siglo XVIII, que forman las primeras republicas

modernas (Francia y Estados unidos).

Por lo tanto, la republica en términos actuales es un sistema de gobierno cuyo pilar es la

representación y participación ciudadana. Así, el régimen republicano es entendido como una

forma de gobierno con un jefe de estado una constitución, ambas elegidas por el pueblo y en

búsqueda de una representación del mismo. Existen cuatro tipos de regímenes republicanos: el

régimen republicano parlamentario, el régimen republicano presidencialista, el régimen

republicano unipartidista y el régimen republicano semi-presidencialista.

La hegemonía y la dominación desde la sociología y la ciencia política

La dominación política

La dominación es una dinámica de poder en la que uno de los sujetos puede imponerse ante

otros, por medio de la fuerza, la violencia coercitiva, las leyes, la economía o la política. La

dominación política se puede dar en dos grandes escenarios: dentro del estado y fuera del estado;

es decir, entre el estado y el pueblo o entre estados y sistemas económicos.

Max Weber plantea tres tipos de dominación, la dominación tradicional, la dominación carismática

y la dominación racional-legal. Estas pueden coexistir dentro de un mismo sistema de dominación

utiliza en gran parte sin reflexión crítica.


Para Claus Leggewie (2017), de la dominación política “se comprende una relación social reciproca

y asimétrica de dar órdenes y brindar obediencia, en la cual una persona, un grupo o una

organización pueden obligar a otros (temporalmente) a obedecer.”(p.5)

La hegemonía
La hegemonía es un concepto sociológico que nace de la crisis del pensamiento marxista en la

primera guerra mundial. Es planteado por Antonio Gramsci, quien desarrollo la teoría de la

dominación cultural, en la cual plantea que las estructuras sociales planteadas por la clase

dominante crean un dominio cultural, generando una imposición de la cosmovisión de dicha clase

dominante.

En sus propias palabras la hegemonía es una “dirección política, intelectual y moral”, así, para

él, la hegemonía tiene un fuerte componente ideológico, que también es impuesto a la sociedad

subordinada como herramienta para el cumplimiento de los fines de la sociedad dominante. Estos

pueden ser fines políticos, económicos, culturales, religiosos, etc.

Posteriormente, Ernesto Laclau y Chantal Mouffe definen la hegemonía como una relación de

poder político. En esta relación la sociedad subordinada realiza actividades no beneficiosas para la

misma, pero están en beneficio de la sociedad dominante.

Conclusiones

A lo largo de este ensayo se han logrado dos conclusiones, basadas en las posturas de cada uno

de los autores expuestos. En primer lugar, es muy importante diferenciar entre si y entender cada

uno de los conceptos planteados en este ensayo, para poder entender la realidad política global y
local en la que nos encontramos como comunidad política. Esto nos ayudara a hacer cambios

significativos, informados y acertados en los problemas que encontremos.

En segundo lugar, estos conceptos no son independientes los unos de otros, sino que por el

contrario son necesarios para ser entendidos individualmente, así pues, no podrían existir sin los

demás. Es importante destacar esto, pues al estar en una la realidad compleja, con relaciones locales

e internacionales complejas, los conceptos tienen que ser igualmente complejos para representar a

cabalidad la política.
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