Está en la página 1de 3

LA COSECHA ESPIRITUAL

Ver.27.- Los judíos consideraban impropio que un rabí le dirigiera la palabra a una mujer en público.
Esta mujer
 (1) era samaritana, miembro de la odiada raza mixta,
 (2) tenía una mala reputación, y
 (3) estaba en un lugar público.
Ningún judío respetable le hablaba a una mujer bajo estas circunstancias. Pero Jesús lo hizo.
El evangelio es para todos, sin importar raza, posición social ni pecados cometidos.
Jesús cruzaba cualquier barrera por predicar las buenas nuevas y, quienes lo seguimos, no podemos hacer
menos.
Ver.28-29.- El dejar su cántaro puede indicar que estaba tan absorta en las palabras de Jesús que no cabía
otro pensamiento en su mente, o podría indicar que estaba tan apurada para compartir su testimonio

 Su primera misión, la de buscar agua para tomar, quedó postergada mientras atendía un asunto más
apremiante.
La invitación que hace la mujer nos hace recordar las palabras de Jesús (1:39Venid y ved Jesús responde a la
pregunta de donde moraba) y de Felipe (1:46 Ven y ve le dice Felipe a Natanael que era el mesias).

Ver.30.- Tal efecto tuvo en sus mentes el simple testimonio de la mujer.


Ver.31.- mientras estaba lejos la mujer. Rabbí, come—Cansancio y sed vimos que él sentía; aquí es revelada
otra de nuestras debilidades a la cual el Señor estaba sujeto, el hambre.

 Maestro, come - Sabían que estaba muy gastado tanto por el hambre como por el cansancio.
Ver.32.- Tengo comida para comer que vosotros no sabéis - Nuestro bendito Señor aprovecha cada
oportunidad para elevar las mentes de sus apóstoles a las cosas celestiales MATEO 4:4
Ver.33.- Este es uno de los muchos casos en los que los discípulos tardaron en comprender al
Salvador.
Ver.34.- Podemos aprender que el negocio principal de la vida no es evitar la fatiga o buscar la
provisión de nuestras necesidades temporales, sino hacer la voluntad de Dios.
 Llegó a ese lugar cansado y sediento, ya la hora acostumbrada de las comidas, probablemente
hambriento; sin embargo, se presentó una oportunidad de hacer el bien, y se olvidó de su fatiga
y hambre, y encontró consuelo y alegría en hacer el bien, en buscar salvar un alma.
Ver.35.- 1. que hay tanto estímulo para intentar salvar almas como el agricultor tiene para levantar
una cosecha.
2. que el evangelio está preparado para causar una impresión inmediata en la mente de los hombres.
Debemos esperar que así sea. No debemos esperar a algún período futuro, como si no pudiéramos
esperar resultados inmediatos. Este pueblo malvado e ignorante, aparentemente poco probable que se
viera afectado, se volvió a Dios, escuchó la voz del Salvador y acudió en multitud a él.
3. Debemos esperar avivamientos de la religión. He aquí un ejemplo de ello bajo la propia predicación
del Salvador. Las multitudes se emocionaron, conmovieron y vinieron a aprender el camino de la vida.
4. No sabemos cuánto bien se puede hacer conversando incluso con un solo individuo. Esta
conversación con una mujer resultó en un profundo interés sentido en toda la ciudad, y en la
conversión de muchos de ellos a Dios.
5. ¡Qué males pueden resultar de no cumplir con nuestro deber! Con qué facilidad habría alegado
Jesús, si hubiera sido como muchos de sus discípulos iniciados, que estaba cansado, que tenía
hambre, que se consideraba impropio conversar con una mujer a solas, que ella era un carácter
abandonado, y que no podía ¡Sed pocas esperanzas de hacerle bien! ¿Cuántas conciencias de
ministros y cristianos se habrían satisfecho con un razonamiento así? Sin embargo, Jesús, a pesar de
su fatiga y sed, y de todas las dificultades del caso, se dedicó seriamente a buscar la conversión de esta
mujer. ¡Y he aquí qué glorioso resultado! ¡La ciudad se conmovió y se encontró una gran cosecha lista
para ser recogida! “No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no
desmayamos.”
Ver.36.-
 El que siega - El que recoge la cosecha, o el que predica que las almas se convierten a Cristo.
 Recibe salario - El trabajador en la cosecha recibe su salario. Jesús dice que será así con los que
trabajan en el ministerio: no permitirá que se queden sin recompensa.
 Recoge fruto para la vida eterna - Convierte las almas, que heredarán la vida eterna. La cosecha
no es temporal, como la recolección del grano, sino que dará como resultado la vida eterna.
 Que tanto el que siembra... - Es un trabajo unido. Poco importa si sembramos la semilla o si
cosechamos la cosecha. Es parte del mismo trabajo, y cualquiera que sea la parte que hagamos,
debemos regocijarnos. Dios da el crecimiento, mientras que Pablo puede plantar y Apolos
regar. El maestro Señor nuestro, que siembra la semilla en este tiempo por medio de su
palabra, se regocijará con el ministro del evangelio que puede recoger la cosecha, y ambos se
unirán para dar toda la alabanza a Dios.
Ver.37.- Uno siembra... - Un hombre puede predicar el evangelio, y con poco efecto aparente; otro,
que le sucede, puede seguir trabajando en lo que sembró. La semilla, enterrada durante mucho
tiempo, puede brotar en una cosecha abundante.
Ver.38.- Yo os envié - En la comisión que os ha dado de predicar el evangelio. No habéis trabajado ni
os habéis afanado en preparar el camino para la gran cosecha que ahora ha de recogerse.
Otros hombres trabajaron -
(1) Los profetas, que trabajaron durante mucho tiempo para preparar el camino para la venida del
Mesías.
(2) los maestros entre los judíos, que han leído y explicado la ley y enseñado al pueblo.
(3) Juan el Bautista, que vino a preparar el camino. Y,
(4) El Salvador mismo, quien por su ministerio personal enseñó a la gente y la preparó para el éxito
que habría de acompañar a la predicación de los apóstoles.
1. Que el hombre que es coronado con un éxito eminente no tiene motivos para “jactarse” sobre los
demás, así como el hombre que siega un campo de grano debe jactarse sobre el hombre que lo
sembró. El trabajo de ambos es igualmente necesario, y el trabajo de ambos sería inútil si Dios no
diera el aumento.
1Corintios 3:6 Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios.
2. No debemos desanimarnos si no logramos un éxito inmediato. El hombre que siembra no se
desanima porque no ve brotar “inmediatamente” la mies. Por la mañana sembraremos nuestra
semilla, y por la tarde no detendremos nuestra mano, porque no sabemos si prosperará esto o
aquello; y debemos salir llevando la semilla preciosa, aunque "llorando".
3. Cada parte de la obra del ministerio y de enseñar a los hombres es necesaria, y debemos
regocijarnos de que se nos permita participar, por humilde que sea, en llevar a los pecadores al
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

También podría gustarte