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LA BARCA NO SE HUNDIRÁ, Y LA TORMENTA NO DURARÁ PARA SIEMPRE.

Mar 4:35-41
Juan 16:33  “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.” 

A partir de ahora, toda instrucción del Señor con respecto al crecimiento del reino de los cielos será con
aplicaciones prácticas. En la Enseñanza de los terrenos ya entendemos que quienes tienen el corazón correcto (el
de la buena tierra), que han recibido la semilla correcta(La Palabra de Dios, no olvidando que también hay malas
semillas que producen la cizaña, malas doctrinas y malas enseñanzas). Para quienes están en las condiciones
correctas entenderán la doctrina y vivirán la enseñanza dando en cada circunstancia el fruto esperado.
El fruto será el correcto, pero debe recibir el cuidado y la atención del que ha comenzado en nosotros la
buena obra y la Perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

I. EL QUE COMENZO EN VOSOTROS LA BUENA OBRA LA PERFECCIONARÁ.


(“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” Ef 4:13)

“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le
tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. (Mc 4:35-36)

1. Aquel día, cuando llegó la noche:


Todo el capítulo 4 es lo que sucedió en un solo día de continua enseñanza junto a la orilla del mar de Galilea,
cerca de Capernaum. Jesús había estado enseñando en parábolas, usando analogías acerca de terrenos (Mar. 3-
20), lámparas (Mar. 21-22), y semillas de mostaza (Mar. 30-32), a fin de explicar poderosas verdades sobre
el reino de Dios. Aunque las muchedumbres no podían entender el significado de las parábolas de Jesús, debido a
la incredulidad (cp. v. 13), el Señor “a sus discípulos en particular les declaraba todo ” (v. 34)
Pero ¡¡Ha llegado el momento de demostrar lo aprendido!! Y que incluiría como enfrentar nuestros temores
y miedos, donde la fe juega un papel importantísimo.

En los capítulos anteriores vimos los efectos que tenía la popularidad en el ministerio de Jesús. Donde quiera que
iba se encontraba rodeado por las multitudes que acudían de todas las partes del país buscando ser curados de
sus enfermedades (Mar 3:7-12). Muchos le buscaron por las razones equivocadas.
Podríamos hoy preguntarnos ¿Porque Jesús nos atrajo a Él?

Creo que siempre habrá tres clases de personas entre los que están cerca de Cristo y Ud. puede ser uno de estos.
A. Los curiosos, los que simplemente están en el evangelio porque es una novedad religiosa más.
B. Aquellos que vienen a Jesús porque quieren sacarle algo. No vienen porque Le amen; ni porque encuentren en
Él esperanza en sus palabras y ejemplo. Esto ha sido explotado por los sanadores modernos, por los que enseñan
la prosperidad, y en general por todos aquellos que no están cerca de la Palabra ni de Jesús.
Eso es lo que casi todo el mundo quiere hacer con Dios y con Su Hijo. Por cada oración que se eleva a Dios en
días de prosperidad, diez mil se Le dirigen en tiempo de adversidad. Muchas personas que no han hecho nunca
oración cuando brillaba el sol empiezan a orar cuando soplan los vientos fríos.
Muchas personas consideran que la religión «pertenece al servicio de ambulancias, y no a la primera línea de
fuego de la vida». Un recurso para las crisis. Es solo cuando se han metido en líos, o si la vida les asesta algunos
de sus golpes terribles cuando empiezan a acordarse de Dios.
Todos debemos ir a Jesús porque Él es el Único que nos puede dar lo necesario para la vida; pero si ese ir y esos
dones no producen en nosotros una respuesta de amor y agradecimiento y entrega, hay algo trágicamente
erróneo en nuestra situación. Dios no es simplemente Alguien a Quien podemos usar en el día de la desgracia; es
Alguien a Quien debemos amar y recordar todos los días de nuestra vida.
C. Aquellos que verdaderamente no nos apartaremos de Él, que confiamos en su Palabra y damos el fruto porque
la semilla si ha caído en buena tierra
Tal era la situación del trabajo del Señor que no tenían tiempo ni de comer (Mar 3:20). A lo que hay que añadir
las largas sesiones de enseñanza junto con las explicaciones posteriores en la casa. No es de extrañar, por lo
tanto, que Jesús estuviera realmente agotado, rendido físicamente.

2. Pasemos al otro lado:


De esta manera Jesús les hizo una promesa a Sus discípulos que ellos aún no entendieron. Él no dijo,
“Perezcamos en medio del Mar de Galilea.” Él prometió a Sus discípulos que ellos pasarían al otro lado.
¡¡La barca no se hundiría porque Jesús está en la barca!!
Nuestra madurez y crecimiento como Hijos de Dios va a comenzar siempre estando cerca del maestro y confiando
en su Palabra.
Al atardecer-anochecer (de un día lleno de actividad, Mr. 4:1), Jesús les ordenó a sus discípulos que fueran con Él
a la ribera oriental del mar de Galilea. Lógico entender nuestro Señor se encontraba en un estado de absoluto
agotamiento físico.
Lidiar con personas no es fácil y menos con multitudes. Es el momento de Su ministerio en el que se ve rodeado
por multitudes de personas que acuden masivamente de por todo el país, empujándole, apretujándole,
amontonándose a Su alrededor, exigiendo ser curados de muchas enfermedades.
Jesús busca que sus corazones se concentren no tanto sobre las curaciones físicas sino despertarlos a la realidad
de la verdad espiritual.
“El Lago de Galilea tiene 21 km de largo, en su medida más larga, y 13 Km de ancho, en lo más ancho de la
misma. En esta parte en particular era como 8 Km lo que les tomaría para cruzarla.”

Dice el comentario (Wiersbe) “Jonás terminó en una tormenta debido a su desobediencia, pero los discípulos se
metieron en la tormenta debido a su obediencia hacia el Señor.”

Jesús les había dicho a sus discípulos que dicha barca “debía estar preparada” para Él, a fin de que pudiera
usarla si y cuando fuese necesario.
No hay detalles insignificantes en la Palabra de Dios. La barca hace referencia al instrumento que Dios pone en
nuestras manos para llevarlo a Él. Habla de nuestra vida, de nuestro ministerio, de nuestro llamado, del talento
que nos entregó para que lo devolviésemos con intereses. HABLA DE LA BUENA OBRA QUE EL HA
COMENZADO EN NOSOTROS Y QUE BUSCA PERFECCIONAR NUESTRA FE.
¿Está lista nuestra barca en Santa María para lo que el Señor quiere usarnos?
¿Esta lista nuestra barca para pasar de ser leprosos rechazados, paralizados inútiles o secos y sin vida a una
nueva etapa de utilidad y fruto?
¿está lista nuestra barca para este nuevo tiempo con Él? Siempre hay que tener lista la barca.
Sin embargo, Él nunca dijo que en ella no íbamos a pasar por tormentas. Él nunca dijo que en esa barca no iba a
haber esas situaciones cambiantes entre lo favorable o adverso, problemas, tempestades, zozobra… sólo dijo,
tengan lista la barca.
Estoy seguro que desde el comienzo de este año pasado, de alguna forma El Señor deseaba que tuviésemos lista
nuestra barca. Es tiempo de que como congregación nos preparemos, que hayamos entendido el significado del
juicio de Dios sobre la iglesia. Que revaloremos nuestra escala de valores y usemos todos nuestros recursos para
mejorar nuestra adoración y oración, nuestro servicio, nuestra obediencia.
Jesús dice a sus discípulos que dicha barca “debía estar preparada” para Él, a fin de que pudiera usarla si y
cuando fuese necesario.
Resumiendo:
“Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le
tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. (Mc 4:35-36).
El bosquejo del verso 35 es el siguiente:
1. Aquel día, cuando llegó la noche: Un día en la vida de Jesús. Su trabajo y su humanidad.
Los que buscaban a Jesús de la manera equivocada.
a. Los curiosos.
b. Los interesados o aprovechados.
c. Los sinceros y realmente convertidos.
2. Pasemos al otro lado: Sus propósitos y promesas:
Él prometió a Sus discípulos que ellos pasarían al otro lado. ¡¡La barca no se hundiría porque Jesús
está en la barca!!
3. Le tomaron como estaba, en la barca:
Jesús dice a sus discípulos que dicha barca “debía estar preparada” para Él, a fin de que pudiera usarla si y
cuando fuese necesario.
DESICIONES QUE LOS DISCÍPULOS TENDRIAN QUE TOMAR CUANDO TUVIERON LISTA LA BARCA

1. Tenían la barca lista.


2. Tenían a Jesús con ellos.
3. Tenían que despertar a Jesús.
4. Tenían que remar.
Hermanos hay que trabajar. Dios ya hizo su parte, ya nos llamó, nos comisionó, nos ayudó en medio de las
circunstancias, nos librará de la tempestad, es hora de que pongamos manos a la obra.
Es hermoso tener a Jesús en la barca, y tener su presencia manifestada, sin embargo, hay trabajo que hacer.
Dios está buscando hombre y mujeres que estén dispuestos a poner sus hombros para la obra en su reino. Él
promete que traerá calma en nuestra vida, sin embargo, no nos quedemos con eso nada más, trabajemos para que
crucemos al otro lado, a donde nos está llamando. Pero ¡Cuidado! Dios solo llama a sus discípulos.
4. había también con él otras barcas:
El relato de Marcos se refiere solo a los que iban con Jesús, aunque había otras barcas que fueron testigos de la
tormenta y de su repentina calma, pero no fueron testigos directos de la enseñanza de Jesús sobre la fe. Esto
también no habla del testimonio que debemos dar a otros de la obra del Señor en nosotros.

3. Le tomaron como estaba, en la barca:


Jesús enseñaba a la multitud desde una barca justamente a la orilla del Mar de Galilea. Cuando la enseñanza
hubo terminado, Él no regresó a la orilla. Él simplemente les dijo a Sus discípulos, “Pasemos al otro lado.”
Dice el comentario Morrison “Ahora la enseñanza había terminado; Él estaba cansado; Él estaba deseando un
momento de descanso. Así que Él hizo que Sus discípulos cruzaran el lago, y ese es el momento al cual nuestro
texto se refiere – le tomaron como estaba . . . No esperaron hasta que trajeran algunos mantos. No enviaron a
un mensajero a la tierra. Cansado, y probablemente hambriento, le tomaron como estaba” . Era muy lógico su
cansancio al comenzar el viaje.
A Jesús Le debemos de tomar como está, para acercarnos a Él, es bajo las condiciones de Él.
a) No como deseamos que Jesús esté.
b) No como otros nos presentan a Jesús.
c) No de la manera que le vemos en la vida de otros.
Hermanos hay que trabajar. Dios ya hizo su parte, ya nos llamó, nos comisionó, nos ayudó en medio de las
circunstancias, nos libró de la tempestad, es hora de que nos pongamos manos a la obra.
Es hermoso tener a Jesús en la barca, y tener su presencia manifestada, sin embargo, hay trabajo que hacer.
Dios está buscando hombre y mujeres que estén dispuestos a poner sus hombros para la obra en su reino. Él
promete que traerá calma en nuestra vida, sin embargo, no nos quedemos con eso nada más, trabajemos para
que crucemos al otro lado, a donde nos está llamando.
Pero ¡Cuidado! Dios solo llama a sus discípulos.
4. había también con él otras barcas:
Jesús para ese momento tenía muchos discípulos, diferenciados de los doce escogidos llamados apóstoles. Una
pequeña barca, herramienta de trabajo en la pesca, tal vez propiedad de Pedro o Andrés, Jacobo o Juan no sería
suficiente para transportarlos a todos.
Cabe señalar que la palabra “discípulos” (mathētēs), usada en Mc 4:34, es un término amplio que significa
seguidor, aprendiz o alumno. Incluye a todos aquellos que habían mostrado algún interés en seguir a Jesús por
un tiempo. Aunque algunos de estos discípulos eran verdaderos creyentes, la mayoría finalmente se alejaría (Jn.
6:66; cp. Lc. 9:57-62). Porque así mostraría que ese interés superficial en el evangelio no es suficiente para la
salvación.
La fe de los verdaderos discípulos, al igual que la semilla en buena tierra, echa raíces y produce fruto perdurable,
lo que supone que la vida del verdadero creyente se caracteriza por la obediencia y la perseverancia.
El Señor reiteraría más adelante ese punto “a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis
en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos” (Jn. 8:31).
El relato de Marcos se refiere solo a los que iban con Jesús, aunque había otras barcas que fueron testigos de la
tormenta y de su repentina calma, pero no fueron testigos directos de la enseñanza de Jesús sobre la fe.
Esto también no habla del testimonio que debemos dar a otros de la obra del Señor en nosotros.
Los falsos discípulos son aquellos cuyo amor por Jesús “se enfriará. Mas el que persevere hasta el fin, éste será
salvo” (Mt. 24:12-13).
El mundo, la carne y satanás, nos ofrecen infinidad de barcas como alternativas para llevar en ellas a Jesús,pero
de manera incorrecta. La iglesia de hoy es carnal y apóstata. La iglesia de hoy presenta a Jesús de la manera
incorrecta.
La iglesia de hoy es totalmente ignorante y descaradamente adúltera en su concepto doctrinal y bíblico. El juicio
de Dios en los desiertos por los cuales pasamos es para que sepamos que hay en nuestro corazón, Si
verdaderamente seguimos al Dios verdadero o no. En cambio las tormentas repentinas que aparecen en cualquier
momento en nuestra vida son para probar y madurar nuestra fe.
Entonces a estos discípulos que lo acompañaban en las barcas, Jesús estaba a punto de mostrar su sorprendente
poder divino diseñado para llevarlos a tener una verdadera fe en Él.
El relato de Marcos se refiere solo a los que iban con Jesús, aunque había otras barcas que fueron testigos de la
tormenta y de su repentina calma, pero no fueron testigos directos de la enseñanza de Jesús sobre la fe. Esto
también no habla del testimonio que debemos dar a otros de la obra del Señor en nosotros.

II. ¿COMO SE PERFECCIONA LA BUENA OBRA?: POR MEDIO DE LAS TEMPESTADES.


Tormenta y tempestad son palabras casi sinónimas.
La tempestad está más relacionada con el viento y mucha lluvia y se usa en el contexto marítimo y la tormenta
más con los rayos. La tempestad además de la lluvia es repentina y por ello genera más caos. Las tormentas se
generan en tierra, pero en ambas el efecto es desastroso.
Cuando vemos las señales en los cielos, podemos saber que vienen las tempestades. Los discípulos pescadores,
expertos en conocer el estado del tiempo, posiblemente si hubiesen notado peligro de cruzar el mar, habrían
aconsejado al maestro que no lo hiciese por lo peligroso. Pero la tempestad fue tan repentina
“Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya
se anegaba.” (Mc 4:37)
Al nororiente del mar de Galilea tenemos lo que conocemos hoy como los altos del Golán. Una serie de montañas
escarpadas y elevadas (algunas de más de 3000 mts) que permiten las condiciones prefectas para que, de
manera inesperada los vientos fríos que bajan de ella desencadenen repentinas y fuertes tormentas sobre el mar.
Cuando los discípulos empezaron su travesía hacia la otra orilla, el mar empezaba a tornarse violento y
tormentoso, es por esto que cuando la tormenta está en su máxima dureza ellos recriminan a Señor ¿no tienes
cuidado que perecemos?
Esto indica que la tempestad ya había comenzado cuando Jesús se quedó dormido profundamente. Luc 8:23
“Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se
anegaban y peligraban.”
De no haber sido así, no le hubieran acusado de indiferencia ante su difícil situación. Si se hubiera quedado
dormido de inmediato y no se hubiera ni siquiera enterado de que se había desencadenado la tempestad, le
hubieran despertado para decírselo, pero le acusaron de indiferencia.
En medio del creciente peligro, Jesús se había quedado dormido. Eso era lo que les había molestado a los
discípulos, de modo que se acercaron a Él, preocupados y molestos, no sólo por el peligro evidente, sino por la
aparente indiferencia del Señor ante la necesidad de ellos.
Qué apropiadas serían las palabras de Jeremías si ellos las hubiesen conocido.
Jeremías 5:22 “¿A mí no me temeréis? dice Jehová. ¿No os amedrentaréis ante mí, que puse arena por
término al mar, por ordenación eterna la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no
prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán”.

Resumiendo:
LA BARCA NO SE HUNDIRÁ, Y LA TORMENTA NO DURARÁ PARA SIEMPRE. Mar 4:35-41
Juan 16:33  “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo.” 

I. EL QUE COMENZO EN VOSOTROS LA BUENA OBRA LA PERFECCIONARÁ.


(“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios” Ef 4:13)

DESICIONES QUE LOS DISCÍPULOS TENDRIAN QUE TOMAR CUANDO TUVIERON LISTA LA BARCA
a. Tener la barca lista.
b. Tener a Jesús con ellos.
c. Tener que despertar a Jesús.
d. Tener que remar.
Hermanos hay que trabajar. Dios ya hizo su parte, ya nos llamó, nos comisionó, nos ayudó en medio de las
circunstancias, nos librará de la tempestad, es hora de que pongamos manos a la obra.
Es hermoso tener a Jesús en la barca, y tener su presencia manifestada, sin embargo, hay trabajo que hacer.
Dios está buscando hombre y mujeres que estén dispuestos a poner sus hombros para la obra en su reino. Él
promete que traerá calma en nuestra vida, sin embargo, no nos quedemos con eso nada más, trabajemos para que
crucemos al otro lado, a donde nos está llamando. Pero ¡Cuidado! Dios solo llama a sus discípulos.
5. había también con él otras barcas:
El relato de Marcos se refiere solo a los que iban con Jesús, aunque había otras barcas que fueron testigos de la
tormenta y de su repentina calma, pero no fueron testigos directos de la enseñanza de Jesús sobre la fe. Esto
también no habla del testimonio que debemos dar a otros de la obra del Señor en nosotros.

II: ¿COMO SE PERFECCIONA LA BUENA OBRA?: POR MEDIO DE LAS TEMPESTADES


“Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se
anegaba.” (Mc 4:37)
Al nororiente del mar de Galilea tenemos lo que conocemos hoy como los altos del Golán. Una serie de montañas
escarpadas y elevadas (algunas de más de 3000 mts) que permiten las condiciones prefectas para que, de manera
inesperada los vientos fríos que bajan de ella desencadenen repentinas y fuertes tormentas sobre el mar.
Cuando los discípulos empezaron su travesía hacia la otra orilla, el mar empezaba a tornarse violento y tormentoso,
es por esto que cuando la tormenta está en su máxima dureza ellos recriminan a Señor ¿no tienes cuidado que
perecemos?
Esto indica que la tempestad ya había comenzado cuando Jesús se quedó dormido profundamente. Luc 8:23 “Pero
mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se
anegaban y peligraban.”
De no haber sido así, no le hubieran acusado de indiferencia ante su difícil situación. Si se hubiera quedado dormido
de inmediato y no se hubiera ni siquiera enterado de que se había desencadenado la tempestad, le hubieran
despertado para decírselo, pero le acusaron de indiferencia.
En medio del creciente peligro, Jesús se había quedado dormido. Eso era lo que les había molestado a los discípulos,
de modo que se acercaron a Él, preocupados y molestos, no sólo por el peligro evidente, sino por la aparente
indiferencia del Señor ante la necesidad de ellos.
Qué apropiadas serían las palabras de Jeremías si ellos las hubiesen conocido.
Jeremías 5:22 “¿A mí no me temeréis? dice Jehová. ¿No os amedrentaréis ante mí, que puse arena por
término al mar, por ordenación eterna la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas no
prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán”.

III. LA PERFECCION DE LA BUENA OBRA EN LAS TORMENTAS NECESITA DE LA FE.


LA HUMANIDAD DE JESUS.
Las Escrituras hablan tanto de la deidad como de la humanidad de Cristo. Su persona es plenamente divina y
completamente humana, un principio que la iglesia primitiva defendió y la Iglesia fiel debe cuidar.
Aunque la naturaleza humana que recibió el Hijo de Dios en su encarnación le permite experimentar la
humanidad, Él no existe como dos personas. Él es una sola persona con dos naturalezas: la divina y la
humana.
La deidad de Cristo efectúa la caracterización (que implica carácter y personalidad) de su naturaleza humana.
Dios el Padre preparó el cuerpo humano físico de Cristo (He. 10:5-7)
Heb 10:5-7 “Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me
preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He
aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí.” ( cf.
Sal. 40:6-8) para la encarnación, de manera que el Hijo de Dios pudiera hacer la voluntad del Padre. Cada
naturaleza posee su propia voluntad.
En Jua 17:24 “Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén
conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la
fundación del mundo.” La divina voluntad de Cristo aparecerá en su relación trinitaria con el Padre antes de la
fundación del mundo. Sin embargo, en el jardín de Getsemaní, Jesús conforma su voluntad humana a la del
Padre (Mt. 26:39).
Esta dualidad en el seno de una única persona puede verse también en los primeros años de la juventud de
Jesús, cuando asombró a los maestros del templo con su sabiduría y el conocimiento de las Escrituras, al hablar
desde su naturaleza divina, pero después se sometió su voluntad humana a los deseos de sus padres (Lc. 2:47,
51-52). No fue cuestión de personalidades contrapuestas, sino de dos naturalezas distintas, aunque
perfectas.
La condición humana implica atravesar, no solo encontrarse, con lo que la humanidad suele experimentar. Desde
el inicio de su vida encarnada, hasta el final de su viaje terrenal, Jesús experimentó:
1. El nacimiento (Mt. 2:1),
2. El crecimiento (Lc. 2:40), Él tuvo un nombre humano. Se le llamó Jesús,(Jesús de Nazaret), El Cristo, El
hijo del hombre, El carpintero.
3. Su agotamiento (Jn. 4:6), Él tuvo Limitaciones físicas e intelectuales: Se cansó, tuvo sueño (Mr. 4:38).
hambre(Mt. 4:2; 21:18), sed(Jn. 4:7; 19:28), sufrió, lloró (Lc. 19:41; Jn. 11:35), entristeció(Mt. 26:37),
enojó (Mr. 3:5), Se sujetó a ser tentado. (Mt. 4:1; He. 4:15, hebreos 2:18; 4:15-17) ¡Pero no pecó!
4. Su compasión (Mt. 9:36),
5. Su amor (Mr. 10:21; Jn. 11:3, 5, 36),
6. Su gozo (Lc. 10:21; Jn. 15:11).
Tuvo Limitaciones espirituales.
7. Su oración (Mt. 14:23; He. 5:7), Dependía del poder del Espíritu Santo para hacer la obra de Dios.
(Hechos 10:38).
8. Tenía una relación humana con Dios el padre. (Marcos 15:34). Lo llamó "Dios mío"
9. Su sufrimiento (Mt. 16:21; Lc. 22:44; He. 2:18),
10.Su muerte (Mr. 15:37-39; Lc. 23:44-46; Jn. 12:24, 33; Ro. 5:6, 8; Fil. 2:8).
11.Asimismo, experimentó primero lo que experimentarán finalmente todos los seres humanos: la
resurrección (Mt. 17:9; Jn. 2:22; 21:14; Hech. 3:15; 1 Co. 15:20).
Jesús fue, en realidad, verdadera y completamente humano, a la vez que verdadera y completamente Dios.
Jesús tenía un cuerpo exactamente como el nuestro, que sentía hambre, sed, dolor, cansancio y que necesitaba
reposo. No es de admirarse que su cuerpo en aquellos momentos demandase descanso, pues había estado todo
el día muy diligente ocupándose de los negocios de su Padre. Había estado predicando al aire libre a grandes
multitudes, no es de extrañar que "cuando llegó la tarde" y concluyó su tarea, se quedase "dormido".
El escritor de la epístola a los hebreos ha escrito, de la forma más precisa y hermosa, sobre la necesidad de la
humanidad de Cristo y de la gran bendición que le corresponde a la humanidad, por la condición humana de Él:
“Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo
sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo. Pues en cuanto él mismo
padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (He. 2:17-18). Él es “Jesús
de Nazaret, varón aprobado por Dios” (Hech. 2:22). Él es el único “mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:5). Sí: “¡He aquí el hombre!” (Jn. 19:5).

“Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no


tienes cuidado que perecemos?”
La forma verbal “(estaba) … durmiendo” describe a Jesús durmiendo tranquilamente. Lucas 8:23 da la
impresión de que Jesús se puso a dormir tan pronto como (o casi tan pronto como) la barca abandonó la playa.
Muy pronto se hallaba profundamente dormido, mostrando que debía estar cansadísimo, y dando a entender
también que su confianza en el Padre celestial(su propio Padre)nunca fallaba. Ni el rugir de los vientos,
ni la acometida y estruendo de las olas, ni aun el girar y descender de la barca, que rápidamente se anegaba,
fueron capaces de despertarle. La verdadera humanidad de Jesús se muestra en Su corto descanso en la barca.
Él se cansó y a veces dormía cuando podía.
Declaraciones de Jesús
Hay varios ejemplos en los que Jesús se refiere a sí mismo como "hombre".
1. En Juan.8:40 habla de sí como "hombre que os he hablado la verdad".
2. Jamás niega la referencia y relación que sus opositores y críticos hacen de él como "hombre" (Mateo
11:19).
3. En el relato de la tentación (Mateo 4:4) "hombre" es sinónimo de "yo".
El título "Hijo del Hombre" es un término que define la humanidad de Jesús, pero este título tiene también la
intención de dirigirnos a entender también su Deidad.
En los evangelios se utiliza desde el principio dos títulos: "Hijo de Dios", referido a su Deidad, e "Hijo del
Hombre" que se refiere a su humanidad.(Mt 8:20), especialmente aquellos que asocian el sufrimiento con tal
expresión, como Marcos 8:31.
4. Hay otros ejemplos en el que la expresión "Hijo del Hombre", le señalan como investido de autoridad y
gloria, (Marcos 13:26 y 14:62.)
Heb 2:14-15 “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo
mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,
y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a
servidumbre.”
Cristo tiene dos naturalezas perfectas, la divina y la humana. No es la mitad hombre y la mitad Dios, pero en Él
se manifiesta la naturaleza divina completa y la naturaleza humana perfecta.
Este aspecto de la humanidad de Cristo tiene que ver con la Encarnación. (Dios se hizo carne y habitó entre
nosotros, Jn 1:14)
Aunque podamos entender lo que significa su Deidad, es propio para la correcta comprensión de este tema
contestarnos las siguientes preguntas:
(a) ¿Quién se encarnó? (b) ¿Cómo se encarnó? (c) ¿Cuál fue el propósito de su encarnación?
La doctrina de la encarnación es una revelación de carácter Puro y santo y para esto es importantísimo depender
de la Palabra de Dios.
Por lo menos se nos revelan siete razones principales de la encarnación:
(1) para que El pudiera manifestar lo de Dios al hombre;
(2) para que El pudiera manifestar lo del hombre a Dios;
(3) para que El pudiera ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote;
(4) para que El pudiera destruir las obras del diablo;
(5) para que El pudiera ser Cabeza de toda la creación;
(6) para que El pudiera sentarse sobre el trono de David;
(7) para que El pudiera ser el Redentor del género humano. cada uno de estos aspectos con la debida
amplitud.
Los hechos relativos a la humanidad de Cristo pueden resumirse en parte de la manera siguiente:
A. LA HUMANIDAD DE CRISTO FUE PREVISTA ANTES DE LA FUNDACION DEL MUNDO
Apocalipsis 13:8, donde se declara con respecto a Cristo que Él es el "Cordero que fue inmolado desde el
principio del mundo." Todos los pasajes que se refieren a Cristo como Cordero tratan sobre su humanidad. Se
relacionan con su cuerpo humano, con el perfecto sacrificio por el pecado. La humanidad de Cristo, así como todo
el plan de la Redención, la tenía Dios en sus planes desde antes de la fundación del mundo. La cruz, con su
sacrificio humano, es un hecho eterno tanto en propósito como en efecto.

B. EN EL A.T. EXISTIA LA ESPERA DE UN MESIAS HUMANO Esta espera era de dos clases:
(a) la representada en los símbolos: De más de cincuenta símbolos de Cristo que se hallan en el Antiguo
Testamento, la mayoría representa, ya sea directa o indirectamente, entre otros rasgos, la humanidad de Él. Es
obvio que dondequiera que se derrama sangre, o se sacrifica un cuerpo, o aparece una persona simbólica, se
indica el elemento humano.
b) la predicha en las profecías: Es suficiente citar algunas citas proféticas.
1. "Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá
en la cabeza y tú le herirás en el calcañar" (Gn. 3: 15).
2. Por tanto, el Señor mismo os dará señal; He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo,
y llamará su nombre Emanuel" (lsaias. 7: 14 ). Lo que la virgen iba a concebir y a dar a luz era un hijo
humano; sin embargo, ese Hijo debía ser Emanuel, que traducido es: "Dios con nosotros."
3. "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo
dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de
Jehová de los ejércitos hará esto" (lsaias. 9:6, 7).

C. UNA PROFECIA ESPECIFICA DEL NUEVO TESTAMENTO


1. "Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS. Este
será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su
padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María
dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El
Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual
también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios" (Lc. 1:31-35).

D. LA VIDA DE CRISTO SOBRE LA TIERRA


Está escrito: "Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos" (He. 2: 17). Se nos declara que Él
es humano de varias maneras:
l. POR SUS NOMBRES. Jesús es su nombre humano. Está relacionado con su vida humana, su cuerpo, su
muerte, y con la gloria que se le otorgó por causa de su gracia redentora (Fil. 2:5-9). Algunas veces se le llama
"El Hombre Cristo Jesús" y alrededor de ochenta veces, "El Hijo del Hombre."
2. POR SU PARENTESCO HUMANO. Se emplean varias expresiones indiscutibles con respecto a su parentesco
humano: "'descendencia, en cuanto a la carne", "su hijo primogénito", "de la descendencia de éste"; "su padre
David", "la descendencia de Abraham", "hecho de mujer", "vino de la tribu de Judá." Cada una de estas
expresiones declaran la humanidad de Cristo.
3. POR EL HECHO DE QUE EL POSEIA CUERPO HUMANO, ALMA Y ESPIRITU.
“En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne,
es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este
es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo"
(l Jn. 4:2, 3).
"Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte" (Mt. 26:38). "Habiendo dicho
Jesús esto, se conmovió en espíritu" (Jn. 13:21).
4. POR SUS LIMITACIONES HUMANAS. En este punto nos hallamos frente al contraste más grande entre la
Deidad y la humanidad de Cristo.
Él se cansó; invitó, sin embargo, a los cansados a acudir a Él en busca de descanso.
Él tuvo hambre; aunque Él era "el pan de vida."
El sintió sed; y fue, no obstante, "el agua de la vida."
Él estuvo en agonía; sin embargo,
El sanó toda clase de enfermedad y quitó todo dolor.
El "crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia"; con todo, Él era desde la eternidad.
Él fue tentado; no obstante, El, como Dios, no puede ser tentado.
El limitó sus propios conocimientos; aun cuando,
Él era la Sabiduría de Dios. Él dijo: "Mi Padre es mayor que Yo" (con referencia a su humillación, ya que el
Hijo tuvo que llegar a ser un poco menor que los ángeles); pero Él también dijo: "El que me ha visto, ha visto al
Padre." "Yo y el Padre uno somos."
El oró, lo cual les corresponde a los humanos; sin embargo,
Él contesta la oración. Él dijo: " ... más ésta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas"; a pesar de eso, a
Él le es dada toda potestad en el cielo y en la tierra.
Él durmió sobre una almohada en la barca; sin embargo, se levantó y reprendió la tempestad.
Él fue bautizado, acto que sólo les toca a los humanos; empero, permanentemente Dios declaró que Él era su
Hijo.
Él caminó dos jornadas largas hasta Betania; aun cuando él sabía en qué momento había muerto Lázaro.
Él lloró en la tumba de este hombre; sin embargo, lo sacó de la muerte a la vida.
Él confesó que a Él le darían muerte; no obstante, sólo unos minutos antes había recibido la declaración
inspirada de Pedro, en la cual el apóstol afirmó que Jesús era el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Él preguntó: "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?"; pero, Juan nos dice que " ... no tenía
necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre."
Él tuvo hambre; y sin embargo era capaz de volver las piedras en pan. Mas El no hizo esto; pues si lo hubiera
hecho, no hubiera sufrido como sufren los hombres.
Él dijo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? "; pero el mismo Dios a Quien El clamaba
era el que "estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo."
Él murió; sin embargo, Él es Vida eterna.
Durante su ministerio terrenal funcionó dentro de lo que es perfectamente humano; y libremente funcionó
también
en su vida terrenal dentro de lo que es perfectamente divino.
Su vida terrenal, por tanto, da tanto testimonio de su humanidad como de su Deidad.
D. LA MUERTE Y LA RESURRECCION DE CRISTO
Aparte de su humanidad, no hubiera podido derramarse la sangre; la sangre de Cristo, sin embargo, se califica
como sumamente "preciosa" por el hecho de que era la sangre de la Divinidad Trina. Dios no sólo utilizó al Jesús
humano como sacrificio; Dios estaba en Cristo como Agente reconciliador. "Porque la sangre de los toros y
de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo cual, entrando en el mundo dice:
Sacrificio y ofrenda no quisiste ... no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para
hacer tu voluntad ... En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de
Jesucristo hecha una vez para siempre" (He. 10:4-10).
E. LA HUMANIDAD DE CRISTO SE DESCUBRE EN SU ASCENSION Y EN SU OFICIO ACTUAL.
Mientras los apóstoles estaban mirando fijamente al cielo, lo vieron subir allí con el cuerpo resucitado. Él se sentó
"a la diestra del poder de Dios." De Él se dice que es "el Hijo del Hombre que está en el cielo." Esteban,
cuando lo vio, después que El ascendió, dijo: "He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que
está a la diestra de Dios." Por medio de su humanidad, Cristo ha llegado a ser "misericordioso y fiel sumo
sacerdote en lo que a Dios se refiere." Él está ahora en el cielo como nuestro Sumo Sacerdote. Su ascensión
y su actual ministerio en el cielo declaran su humanidad.
F. LA HUMANIDAD DE CRISTO ES EVIDENTE EN SU SEGUNDA VENIDA Y EN SU REINO
Los mensajeros angelicales dijeron: "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así
vendrá como le habéis visto ir al cielo."
Él dijo de Sí mismo: " ... y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y
gran gloria. Será entonces cuando "se sentará sobre el trono de su gloria"; se sentará sobre "el
trono de David su padre." La humanidad de Cristo se ve, pues, tanto en su segunda venida como en su reino.

Pensemos en todas las preocupaciones que pudieron mantener a Jesús despierto.


1. Él se podría preocupar sobre los líderes religiosos y políticos y lo que planeaban en contra de Él.
2. Él se podría preocupar sobre Su familia, quienes pensaban que Él estaba fuera de sí.
3. Él se podría preocupar sobre las multitudes angustiadas, dolidas y tristes con sus necesidades.
4. Él se podría preocupar sobre los discípulos que Él escogió.
5. Él se podría preocupar sobre el futuro, porque Él sabía cuál era Su destino.

Con todas estas cosas que Él tenía para preocuparse, Jesús no estaba preocupado. Él se durmió en una barca
que se mecía. “El sueño del Señor no solamente era el sueño por el cansancio; también era el descanso de la fe,
pues hay un descanso en la fe como también una vigilia en la fe.” (Cole)

Mar 4:38 “Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron:


Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos”

Heb 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
Resumen:
Antes de aprender de la enseñanza de estar en medio de las tormentas y cómo reacciona nuestra fe en oposición
a nuestro temor y del poder mostrado sobre los elementos (Que nos muestra parte de su divinidad),
Recordemos que pocos milagros de los que nos refieren los Evangelios debieron producir en el espíritu de los
apóstoles más impresión que este. Recordemos que cuatro de ellos, al menos, eran pescadores. Pedro, Andrés,
Santiago y Juan, y conocían probablemente desde su juventud el mar de Galilea y sus tormentas.
Que vamos a aprender de esto:
1. Que los servidores de Cristo no estaremos exentos de tormentas durante nuestro servicio.
Como discípulos y seguidores estaremos aprendiendo los riesgos de la obediencia y del deber. Los vemos no tan
perfectamente como se quisiera, asistiéndole en su ministerio y escuchando su palabra, diariamente dan
testimonio al mundo, porque ya era conocidos como los seguidores del carpintero, y proclaman que a pesar del
rechazo ya no tan disimulado de los religiosos, ellos creían en Jesús, lo estaban aprendiendo a amar. y no se
avergonzaban de darlo todo por El; y, sin embargo, vemos a esos mismos hombres angustiados, juguetes de la
tempestad, y en peligro de ahogarse, no poder sostener la prueba a causa de sus temores y la falta de fe.

Esta es una lección para nosotros. Si somos verdaderos cristianos no debemos esperar que nuestro viaje al cielo
sea muy tranquilo y suave. Hemos sido advertidos de antemano de esto y por lo tanto no debe sorprendernos
tener que sufrir como los demás hombres, enfermedades, pérdidas, aflicciones y desengaños.
1Pe 4:12-16 “Queridos hermanos, no se extrañen de verse sometidos al fuego de la prueba, como si
fuera algo extraordinario. Al contrario, alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, para
que también se llenen de alegría cuando su gloria se manifieste. Dichosos ustedes, si alguien los
insulta por causa de Cristo, porque el glorioso Espíritu de Dios está continuamente sobre ustedes. Si
alguno de ustedes sufre, que no sea por asesino, ladrón o criminal, ni por meterse en asuntos
ajenos. Pero si sufre por ser cristiano, no debe avergonzarse, sino alabar a Dios por llevar ese
nombre.”

Dios nos ha prometido perdón gratuito y completo, gracia durante el viaje y Gloria al fin; pero no que no
tendremos aflicciones. Nos ama demasiado para hacernos semejante promesa. Por medio de las tribulaciones nos
enseña muchas lecciones preciosas que sin ellas nunca aprenderíamos. Con las tribulaciones nos muestra nuestra
ignorancia, ineptitud, inutilidad y nuestros vacíos, nos atrae al trono de la gracia, purifica nuestros afectos, nos va
separando del mundo y llevándonos para el cielo. Entonces debemos dar gracias por las borrascas que estemos
pasando.
2. Que nuestro Señor Jesucristo fue hombre real y verdadero.
Recordemos su actitud calmada y aparentemente desinteresada “durmiendo”.
Tenía un cuerpo exactamente como el nuestro, que sentía hambre, sed, dolor, cansancio y que necesitaba
reposo. No es de admirarse que su cuerpo en aquellos momentos demandase descanso, pues había estado todo
el día muy diligente ocupándose de los negocios de su Padre. Había estado predicando al aire libre a grandes
multitudes, no es de extrañar que "cuando llegó la tarde" y concluyó su tarea, se quedase “dormido".
Heb 4:15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras
debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.”
El Salvador, en quien se nos manda confiar, es realmente hombre y Dios. Conoce las pruebas del hombre porque
las ha experimentado, y puede comprendernos cuando a El clamamos por ayuda desde este mundo de angustias.
Es el Salvador que para nuestro consuelo necesitamos día y noche.
3. Que nuestro Señor Jesucristo es, como Dios, omnipotente.
Lo vemos haciendo lo que es milagroso: habla a los vientos y lo obedecen; se dirige a las olas y se someten a sus
órdenes; cambia una tormenta furiosa en calma con unas pocas palabras: "Calla, enmudece".
Estas palabras eran las de Aquel que creó al principio todas las cosas. Los elementos conocían la voz de su Señor,
y, como siervos obedientes, se sosegaron.
Recordemos siempre. Nada es imposible para nuestro Señor Jesucristo; no hay temporal de pasiones, por fuertes
que sean, que no dome; ni genio, por violento y áspero que sea, que no cambie. No hay conciencia, por turbada
que se encuentre, que no aquiete y calme. Ningún hombre debe jamás desesperar, pues bástele rendir su
orgullo, y acercarse humillado a Cristo confesando sus pecados.
tentaciones grandes? Todo eso es nada, si Cristo está de nuestra parte, y estamos con El en la nave. Más grande
es El que está por nosotros, que todos los que están contra nosotros.
4. Que nuestro Señor Jesucristo es excesivamente sufrido y compasivo con su pueblo.
Vemos a sus discípulos manifestando una gran falta de fe y dominados por los mas injustificables temores.
Olvidaron tan rápido de los milagros hechos por su maestro días antes, olvidaron su interés y preocupación por
ellos en tiempos pasados, como cuando volvieron agotados de una jornada de pesca sin haber encontrado nada
No veían otra cosa que el peligro del momento. Despertaron apresuradamente y con gran terror al maestro
recriminándoles “¿No te importa que perezcamos?" Vemos a nuestro Señor tratarlos dulce y tiernamente: no los
reprocha con amargura; no los amenaza con despedirlos a causa de su incredulidad; tan solo les dirige esta tierna
pregunta, ¿Por qué teméis? ¿Cómo es que no tenéis fe? Recordemos bien esta lección. El Señor Jesús es muy
compasivo y tierno en su misericordia. "Como un Padre compadece a sus hijos, así el Señor compadece a los que
le temen" Salmo 103.13.
No siempre nos tratará de acuerdo a nuestros pecados, (aunque jamás tendrá por inocente al culpable), pero
siendo “lento para ira pero grande en misericordia” no nos premiará según nuestras iniquidades; ve nuestra
debilidad; comprende nuestras flaquezas; ve todas las deficiencias de nuestra fe, de nuestra esperanza, de
nuestro amor y de nuestro valor, y sin embargo, nonos lanza lejos de sí; nos soporta; nos ama hasta el fin; nos
levanta cuando caemos; nos dirige por el buen camino cuando fallamos.
Su paciencia, como su amor, es una paciencia incomprensible. Cuando ve que el corazón es recto, se complace
en
perdonar muchas faltas.
A final del estudio de esta porción de Marcos debemos tener en claro la consoladora certeza de que Jesús no ha
cambiado. Tiene aún el mismo corazón que cuando cruzó el mar de Galilea y aplacó la tormenta. Sentado en el
cielo, a la diestra de Dios, Jesús simpatiza aún con su pueblo, y es aún sufrido, compasivo y omnipotente.
El Salvador nos manda a confiar. Él es realmente hombre y Dios. Conoce las pruebas del hombre porque las ha
experimentado, y puede comprendernos cuando a El clamamos por ayuda desde este mundo de angustias. "No
tenemos un gran sacerdote que no pueda conmoverse con el sentimiento de nuestras debilidades".
Heb. 4.15.

¿Cuál creen Ud que era el propósito de Jesús al decidir pasar al otro lado?
¿No pudo haber descansado en la casa de Capernaum?
Este pasaje demuestra que Jesús calma la tempestad y a continuación le presentamos 4 aspectos importantes
que debes saber sobre lo que vivieron los discípulos y Jesús en la barca.
Mar 4:38 “Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron:
Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? ”
1. "Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?"
Cuando la tormenta estaba desbordada y sin control, aquellos hombres llegaron a angustiarse; estaban a merced
de las olas y en serio peligro de morir ahogados. Recordemos que al menos cuatro de los apóstoles que iban en
esa barca eran pescadores que conocían desde su juventud el mar de Galilea y sus tormentas. Esto nos enseña
varias cosas:
a. El Señor puso a prueba su fe en el ámbito de su vida cotidiana.
b. Las tribulaciones y pruebas de la vida nos muestran nuestra inutilidad e incapacidad aun en aquellas cosas
que pensamos "dominar" bien. El control es del Señor, no nuestro.
c. Estas situaciones nos quitan todo orgullo y autosuficiencia y sirven para atraernos al trono de la gracia.
El principio divino es aplicable en estas situaciones donde Él ha dicho “Bástate mi gracia; porque mi poder
se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,
para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2Cor 12:9)
Mientras ellos luchaban con la tempestad para controlar la barca, el Señor estaba durmiendo. A ellos esto les
pareció una actitud un tanto irresponsable, así que le despertaron de forma brusca en medio de acusaciones.
Ellos debían estar pensado: "¿cómo puedes estar durmiendo tan tranquilo en medio de la tempestad? Despiértate
y ayúdanos". Algunas veces nosotros también atravesamos por situaciones difíciles y tenemos la
impresión de que Dios no se interesa por nuestras dificultades, que no contesta a nuestras
oraciones. Y casi tenemos la tentación de pensar como Elías les dijo a los profetas de Baal, "¿no estará dormido
vuestro dios?" (1 Reyes 18:27).
Pero es interesante como Pedro entendió y enseñó lo que aprendió en esta y en otras muchas ocasiones: (1
Pedro 5:7) "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".

2. "¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?"


Extraña pregunta en medio de semejante situación y cuando los discípulos estaban en peligro de perder sus
vidas.
Lógicamente estarían atemorizados y asustados.
Por supuesto, el temor de los discípulos era natural e instintivo; ¿pero dónde estaba su fe? El Señor puso el
dedo en la llaga con su pregunta: "¿Cómo no tenéis fe?".
¿Cuál era el mayor peligro que los discípulos y nosotros tenemos?
El peligro no era el viento o las olas sino la evidente incredulidad de los discípulos. Y así el Señor indicó algo que
ocurre con mucha frecuencia: nuestros mayores problemas están en nosotros, no en nuestro entorno .
El Señor esperaba que después de tantas manifestaciones de poder como habían visto de él, ya deberían haber
sabido que el barco donde iba el Maestro no podía hundirse. El Señor lo había dicho al comenzar la travesía:
"pasemos al otro lado". Esto tendría que haber sido una garantía para ellos. Pero el problema fue que
se dejaron llevar por sus sentimientos y emociones en lugar de la palabra del Señor (una tendencia realmente
frecuente en el cristianismo de nuestros días).

3. "¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?"


Pero aun había otra cosa que debían aprender: el hombre que dormía sobre el cabezal era nada menos que Dios
manifestado en carne. Cuando se levantó, con una autoridad natural, mandó al viento furioso y al mar
embravecido que callaran e inmediatamente se hizo grande bonanza.
Seguramente ellos recordarían las palabras del salmista: (Sal 89:8-9)
Este incidente abrió los ojos y las mentes de los discípulos a la majestad de Jesús. Intuyeron que estaban en la
presencia de Dios, pero sus mentes no podían entenderlo con facilidad; ¿cómo podían pensar que Jesús, que
hacía un momento dormía agotado en la popa de la barca, era el eterno Dios? Así que, cuando la tempestad se
calmó, nuevamente volvieron a tener temor, pero en esta ocasión ya no era por las olas del mar embravecido,
sino por la majestad divina de Cristo.
4. "Reprendió al viento"
El Señor no se presentó como los demás profetas que oraban a Dios para que accediera dominar los elementos
adversos, sino que intervino como si fuera Dios. Algunos han notado que las palabras que usó en este caso
fueron exactamente las mismas con las que reprendió al demonio que le había interrumpido en la sinagoga de
Capernaum (Marcos 1:25).
Vivimos en un mundo que es peligrosamente hostil a la vida humana por causa de la caída, y sólo el hecho de
que Cristo sea su sustentador (Hechos 1:3) hace posible su supervivencia. Nuestro planeta es escenario
constantemente de huracanes, tempestades, terremotos, sunamis, sequía, aludes, rayos, volcanes, fuego, frío,
epidemias, virus, y todos ellos de vez en cuando amenazan y destruyen la vida. Pero el evangelio de Jesucristo es
el anuncio de la liberación de todo aquello que amenaza a la existencia humana.
Mar 4:39  “Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se
hizo grande bonanza.  Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
Lo que sucedió en la barca nos enseñará a actuar ante las tempestades repentinas de nuestra vidas.  
1. "Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?"
La respuesta del Señor será la misma para nosotros cuando estemos en los momentos más grande de debilidad y
después de respondernos la pregunta ¿Será que El Señor no tiene cuidado de nosotros?
“Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me
gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.” (2Cor 12:9)
Algunas veces nosotros también atravesamos por situaciones difíciles y tenemos la impresión de que Dios no se
interesa por nuestras dificultades, que no contesta a nuestras oraciones
1 Pedro 5:7 "Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros".
¿ En qué situaciones debemos confiar en una sencilla palabra que nos introduce a grandes promesas?
1. No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mat 4:4).
2. “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra
vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.” Mat 5:11-12.
3. “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no
os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.”
Mat 6:33-34
4. “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los
días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mat 28:20 .
5. “Entonces Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es imposible, mas para Dios, no; porque todas las
cosas son posibles para Dios.” Mar 10:27.
6. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién
es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Luc 10:22,Jn 3:35.
7. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
y os recordará todo lo que yo os he dicho. Jn 14:26.

8. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su
propósito son llamados. Rom 8:28”
9. El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él todas las cosas? Rom 8:32, 1 Cor 1:5
10. “el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los
que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por
Dios.” 2Cor 1:4.
11. “Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en
todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra;” 2Co 9:8
12. “En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas
las cosas según el designio de su voluntad”, Efe 1:11.
13. “Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús,
mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo”, Fil 3:
14. “Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que
habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.”
Heb 2:10
15. “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”. 1Jn 1:9.
16. “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”. 1Pe 5:7

2. "¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?"


Ante cada prueba, tempestad, desierto, disciplina siempre debemos llegar a preguntarnos si tenemos la suficiente fe
para soportar, y si así no fuere. ¿Dónde conseguimos esa fe?
Recuerde que nuestros mayores problemas están en nosotros, no en nuestro entorno .
El Señor esperaba que después de tantas manifestaciones de poder como habían visto de él, ya deberían haber
sabido que el barco donde iba el Maestro no podía hundirse. El Señor lo había dicho al comenzar la travesía:
"pasemos al otro lado". Esto tendría que haber sido una garantía para ellos. Pero el problema fue que se
dejaron llevar por sus sentimientos y emociones en lugar de la palabra del Señor (una tendencia realmente
frecuente en el cristianismo de nuestros días).
3. "¿Quién es este, que aun el viento y el mar le obedecen?".
Debemos responder primero la pregunta de si en verdad Él no tiene quedado de nosotros, y después de medir
nuestra fe ante esta respuesta, pues importa mas la calidad que la cantidad de nuestra fe, podemos enfrentarnos
ante nuestras emociones y reconocer ¿Quién es este? Y que clase temor estamos teniendo.
El miedo cobarde, ese espíritu de cobardía, o el espíritu de poder, amor y dominio propio que ya tenemos.(1 Tim
2:17)
La importancia de la lección
Tenemos aquí una lección muy importante que debemos aprender: el hecho de estar andando fielmente en
los caminos del Señor no nos librará de atravesar por las tormentas y tempestades de la vida. El
Señor no promete continuos tiempos de bonanza a los suyos, ni que seamos librados siempre de experiencias
amargas o de peligro. Pero de lo que sí podemos tener seguridad en estas circunstancias, es de dos cosas:
1. Que el Señor estará con nosotros durante todo el camino.
2. Que nada podrá impedir que lleguemos "al otro lado"
Que podemos aprender de las tempestades de la vida.
Anticipándonos a las tempestades, que definitivamente vendrán debemos tener en cuenta ciertos elementos
como:

1. Sabiendo que vendrán tormentas y tempestades bueno es tener un refugio asegurado y preparado.
2Sa 22:3 “Dios es mi refugio, él me protege; mi escudo, me salva con su poder. Él es mi escondite
más alto, mi protector y Salvador. ¡Tú me salvas de la violencia!”  

2. Sabiendo que vendrán tormentas y tempestades, bueno es conocer las señales claves de un peligro
inminente.
Job 22:4  ¿Acaso te castiga, O viene a juicio contigo, a causa de tu piedad? 
Sal 25:9 Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. 

3. Sabiendo que vendrán tormentas y tempestades bueno es tener Vigilancia continua.


1Pe 4:7 Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 

Las tempestades son permitidas por Dios (Jon 1:4) como juicio o una manera de llevar al
arrepentimiento.
Job 9:17 “Porque me ha quebrantado con tempestad, Y ha aumentado mis heridas sin causa”, pero la
razón de Marcos es mostrarnos si en verdad tenemos fe. ¿Cómo no tenéis fe? es la pregunta que nos llevará
a evaluarnos
Las tempestades aparecen de repente y por lo general causan caos y posible destrucción, porque
ninguna tempestad terminará en algo bueno si la asumimos mal, pero también son de corta duración, a
diferencia de los desiertos o pruebas que nos maduran en la paciencia y que pueden ser de más tiempo que las
tormentas.
Cada uno tiene un propósito específico, Por ejemplo:

A. Los desiertos revelan el estado del corazón en la obediencia


Dt_8:2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años
en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de
guardar o no sus mandamientos.

B. Las tribulaciones producen en nosotros paciencia, madurez y esperanza.


Rom 5:3-4. Al mismo tiempo nos sentimos seguros incluso en las tribulaciones, sabiendo que la
prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la
esperanza. (BLA95)

C. Las tormentas o tempestades miden el tamaño o cantidad de nuestra fe en oposición al


tamaño y cantidad de nuestros temores.
Mar 4:40 Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
a. Las tormentas humanamente no se pueden evitar o calmar. Pero es una maravillosa
oportunidad de ejercitar nuestra confianza en El Señor qué nos ayudara a soportar. Por eso sabiendo que las
tempestades vendrán siempre es bueno anticipar un refugio.
“Entonces claman a Jehová en su angustia, Y los libras de sus aflicciones. Cambia la tempestad en
sosiego, Y se apaciguan sus ondas.” Salm 107:28-29.

b. El miedo irracional, la cobardía y todo temor está asociado a las tempestades.


Un principio bíblico clave es causa y efecto —cosechamos lo que sembramos. Muchos pasajes bíblicos recalcan la
verdad de que la obediencia a Dios trae bendiciones, pero desobedecerlo automáticamente trae maldiciones.
Por ejemplo, Deut 28 nos da una lista de bendiciones con su causa: “Acontecerá que si oyeres atentamente
la voz del Eterno tu Dios, para guardar y poner por obra todos tus mandamientos… vendrán sobre ti
todas estas bendiciones…” (vv. 1-2).
Pero el versículo 15 comienza una lista de los efectos negativos de la desobediencia: “Pero acontecerá, si no
oyeres la voz del Eterno tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que
yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán”.

En la historia de Marcos Los discípulos pasarían ante una tempestad física, pero hay tormentas que se producen
también en otro sentido. Los verdaderos servidores del Señor jamás estaremos exentos de tormentas durante
nuestro servicio y debemos saber cómo reaccionar.
Pensemos en las tormentas de nuestra vida, en las circunstancias que provocan en nosotros gran ansiedad.
Cualquiera que sea nuestra dificultad, tenemos dos opciones:
a. Preocuparnos y suponer que a Jesús no le importa o…
b. Resistir el miedo y poner toda su confianza en El.
Cuando el pánico quiera hacer presa de nosotros, debemos confesar nuestra necesidad a Dios y confíe en que El
cuidará de nuestra vida.
¿Nos hemos sentido así en alguna ocasión?
Los sucesos que mencionan las Escrituras fueron escritos para nosotros, y para ilustrar exactamente lo que nos
sucede en el ámbito espiritual o humano de nuestras vidas. ¿Quién de nosotros no se ha sentido de ese modo en
alguna ocasión?
Nos encontramos en una situación difícil, y da la impresión de que a Dios no le importa.
No hay respuesta a nuestras oraciones, pues Él parece indiferente. No da la impresión de suceder nada cuando
acudimos a Él preocupados, aturdidos y dominados por el pánico. Clamamos a Él, y no obtenemos respuesta. Eso
era la situación con la que se enfrentaron los discípulos.
Aunque los relatos de los Evangelios mantienen una unidad básica, las exclamaciones de los despavoridos
discípulos son presentadas de diferentes maneras.
Mateo dice, “Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo, ‘¡Señor, sálvanos, que perecemos!’ ”
Lucas, “¡Maestro, Maestro, que perecemos!”
Marcos, “Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? 
Es razonable suponer que en una situación de tan terrible desesperación, los discípulos gritarían unos una cosa, y
otros otra.
¿Qué otro sentido podemos darle a su exclamación de “Maestro, no te importa que perecemos” excepto el de ser
una crítica adversa a Jesús, como si todo lo que pudiese suceder a sus discípulos no le importara. El reproche no
fue nada suave y significaba: “¿Tan poco valor tenemos para ti? Con la muerte mirándonos de frente, ¿cómo
puedes
dormir? ¿No te importa que nos devore, trague este mar embravecido?”.
Excusando y sin juzgar a los discípulos debemos reconocer que su actitud era:
a. Estaban totalmente atemorizados: en semejante situación aún las personas que normalmente son leales y
valerosas dicen a veces cosas que después lamentan.
b. Su amargura no se halla exenta de cierto grado de confianza. Si esto no fuese verdad, ellos a pesar de su
experiencia en navegar no se habrían dirigido a un “carpintero” para que les socorriera. Sin duda que su fe
distaba mucho de ser perfecta, pero aun la “poca fe” es fe, y tiene esperanza de purificarse y crecer.

IV. TODO PERFECCIONAMIENTO EN LA BUENA OBRA ES UN MILAGRO DE DIOS.


“Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo
grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
Nuestro Señor literalmente reprendió al viento y materialmente "puso una mordaza" al mar, y a continuación
reprendió amorosamente a sus discípulos. Ellos habían acudido a Él con las palabras: "¿no tienes cuidado que
perecemos?".
Jesús le habla separadamente al viento y al mar. Al viento lo reprende; al mar le dice, “¡Calla! ¡Sosiégate! El
resultado se indica también separadamente; el viento se calmó y el mar se sosegó.
¿Por qué estáis así amedrentados?” ¿No resulta esa una extraña pregunta que hacer a unos hombres que
habían corrido el peligro de perder sus vidas?
Sólo un momento antes, estaban tambaleándose en una barca que se llenaba rápidamente de agua, en medio de
una gran tempestad, sin esperanza de obtener ayuda. ¿Por qué no iban a estar atemorizados? Pero, a pesar de
ello, Jesús les preguntó: "¿Por qué estáis asustados?". Y, a continuación, da la razón para Él ¿Cómo no tenéis
fe?
Cuando nos dejamos dominar por el miedo, pavor, susto esta es la actitud que adoptamos, ¿no es cierto?
Aprendemos, que nuestro Señor Jesucristo es Dios, omnipotente. Lo vemos haciendo lo que es milagroso: habla a
los vientos y lo obedecen; se dirige a las olas y se someten a sus órdenes; cambia una tormenta furiosa en calma
con unas pocas palabras: "Calla, enmudece".
Ahora bien, el milagro no reside en el apaciguamiento de la tormenta, pues incluso la naturaleza haría eso al
final, sino en lo súbitamente que ocurrió.
El verbo “reprendió” es el mismo en los tres casos relatados en los evangelios. Lo importante de la expresión
“reprendió al viento” es que Jesús hace valer su autoridad sobre los elementos de la naturaleza, de modo
que hubo una profunda (literalmente “gran”) calma. Fue una calma inmediata y no que la aguas se demoraron en
calmarse ante la orden divina. ¡No se podía esperar menos¡ La obra del Señor jamás será incompleta o a medias.
Nada es imposible para nuestro Señor Jesucristo; ni las pasiones humanas más tormentosas por fuertes que sean
Él dominará. Los genios más violentos y ásperos Él cambiará. Las conciencias turbadas, azotadas apaciguará y
calmará
No desesperemos, solo sometamos nuestro orgullo y acerquémonos confiadamente y humillados a Cristo
confesando nuestros pecados. No perdamos nuestra esperanza de terminar nuestro viaje seguros que Él es
poderoso para guardar nuestro depósito para aquel día
Nosotros como los discípulos manifestamos casi siempre falta de fe y somos dominados por temores. Olvidamos
la obra poderosa del Señor y su continuo interés pos cada uno de nosotros. Solo vemos el peligro del momento y
pecamos cuando dudamos de la integridad del Señor y de su Palabra.
V. LA PERFECCION DE LA BUENA OBRA SIEMPRE SERA EN AMOR POR MEDIO DE LA FE.
“Los otros héroes de la fe” (hebreos 11:33-40)
Por fe, algunos resultaron victoriosos por encima sus circunstancias.
“Los otros héroes de la fe” (hebreos 11:33-40)
Por fe, algunos resultaron victoriosos por encima sus circunstancias.
Que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones,
apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron
fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos
mediante resurrección.

Por fe, algunos resultaron victoriosos por debajo sus circunstancias.


Mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros
experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados,
aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de
pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era
digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
Nosotros tenemos más razones para tener fe, más razones para mantenernos en la fe, que las que tuvieron estos
héroes de la fe. “Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo
prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos
perfeccionados aparte de nosotros”
A pesar de que ellos alcanzaron buen testimonio mediante la fe, ellos nunca vieron la promesa de la misma forma
en que nosotros la vemos desde este lado de la cruz.
Ellos no recibieron lo prometido. ¿Por qué?
a. Porque Dios estaba proveyendo alguna cosa mejor para nosotros: Se nos ha provisto una cosa mejor
(viendo y disfrutando de la obra completada de Jesús por nosotros). Tenemos razones mucho mejores para
aferrarnos a la fe, y no dejar que el desánimo y los tiempos difíciles nos derroten.
b. para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros: La idea de perfeccionados es
“completados.” Ellos no podían ser hechos completos hasta el sacrificio de Jesús; ellos anhelaban a Jesús y su
obra, nosotros lo vemos hacía atrás – ¡y disfrutamos de su obra!

Mar 4:40 “Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?”
¿Qué es lo opuesto a la fe? EL TEMOR. Y cuando esta emoción aparece, debemos revisar el estado de nuestra
fe.
¿Significa que el creyente no puede sentir miedo? NO. Pablo fue un hombre atacado por miedos, sustos, temores
naturalmente humanos.
2Co 7:5 Porque de cierto, cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestro cuerpo, sino que
en todo fuimos atribulados; de fuera, conflictos; de dentro, temores.
Esa es la primera lección que aprendemos de este incidente. La fe es siempre la respuesta frente a
nuestros temores, sean los que fueren.
La misma certera pregunta de Jesús a sus discípulos será hecha a nosotros continuamente.
"¿Cómo no tenéis fe?".
Es evidente que no la tenemos siempre. Hemos olvidado todo lo que Él les había dicho en el sermón del monte
acerca de lo mucho que el Padre nos ama: " Sois de mucho más valor que las flores y que los pájaros. Si
Dios se ocupa de ellos, ¿cuánto más no se ocupará de vosotros, oh hombres de poca fe?" (Mateo
6:26-30).
Jesús estaba en la barca con los discípulos, y la suerte de ellos sería la misma para Jesús, pero ellos se habían
olvidado de eso.
La fe y el temor no pueden coexistir. La fe se describe en hebreos 11:1 como estar "seguros de lo que no
vemos".
Es una absoluta convicción de que Dios está siempre trabajando tras el escenario tormentoso de nuestras
tormentas,
en cada área de nuestras vidas, incluso cuando no hay pruebas tangibles que apoyen ese hecho.
Por otra parte, el temor, en pocas palabras, es incredulidad o una convicción débil. Cuando la incredulidad
empieza a dominar nuestros pensamientos, el temor se apodera de nuestras emociones. Esta es una ley física
que se llama la ley del vacío y que enseña que este no existe y que si existiera debe ser ocupado por algo
Nuestra liberación del temor y la preocupación se basa en la fe, que es todo lo contrario de la
incredulidad.

El término temor del griego es: “Fobeo”, que se aplica al sentimiento que conduce a la cobardía, a la timidez,
que es igual decir: falta de valor para enfrentar las cosas.
El temor desde el punto de vista científico y teológico, tiende a llevar a la persona temerosa a otros campos
relacionados con el temor
Deilo: De donde se deriva “Tímido Cobarde”, tiene que ver con el sujeto que se deja dominar por el temor y está
sumergido en él. (Mar 4:40)
Ekfobos: Denota la intensidad del temor. Es donde éste ha tomado total control del sujeto. (Marc 9:6, Heb
12:21)
Entromos: Tiene que ver con la manifestación física del temor, producto de su intensidad y su influencia. (Hech
7:32, 16:29, hebreos 12:21).
Después de haber analizado el término “temor” en sus diferentes aplicaciones, debemos comprender que lo
contrario a la fe, no es la duda sino el temor.
Por esta causa, una persona que viva en temores no puede andar en fe, porque el resultado del temor
es la duda.
Además de eso, el temor nos neutraliza por completo, psicológicamente nos deja estancados, inmóviles.
El temor tiene tanto poder como la fe, pero en forma negativa; son dos poderes que mueven el mundo espiritual.
Podemos decir que: La fe es lo que mueve a Dios, el temor mueve al diablo.
satanás sabe que nunca podrá hacer algo en contra de nosotros a menos que le demos lugar a través del temor;
satanás sabe que Dios nunca podrá realizar en nosotros sus propósitos sino es a través de la fe, y ésta es la
causa por la cual él trata de mantener al creyente en temores.
Los términos “Fe” y “Temor” son dos polos opuestos y, por lo tanto, incompatibles. Quien vive en
temores no puede moverse en fe, y donde hay fe no hay lugar para el temor.

La fe es: La certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


El temor es: La incertidumbre de lo que se espera y no se desea, la desconfianza de lo que no se ve.

Ejemplos Bíblicos acerca del contraste que hay entre la fe y el temor.


a) En el evangelio de Marcos, la noticia que le trajeron a Jairo acerca de la muerte de su hija produjo temor en él.
Jesús, conociendo los principios de la fe, lo reprendió y le dijo: “No temas, cree solamente”. Con estas
expresiones lo que Jesús le quiso decir a Jairo fue: “no le añadas a tu fe temor”
“Mientras él aún hablaba, vinieron de casa del principal de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto;
¿para qué molestas más al Maestro? Pero Jesús, luego que oyó lo que se decía, dijo al principal de la
sinagoga: No temas, cree solamente”. (Marcos 5:35.36).
b) El Evangelio de Marcos presenta el caso donde los discípulos estuvieron amedrentados a causa de la
tempestad que se desató durante la travesía del mar. Y gracias a esto Jesús se dio cuenta que los discípulos no
tenían fe por causa del temor.
c) En el Evangelio de Mateo, la duda entró en Pedro, producto del temor, al ver que se hundía, en medio de las
olas producidas por el fuerte viento.
“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Él
dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el
fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al
momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”.
(Mateo 14:28.32).

Una de las cosas que indica que en nosotros hay fe, es que nada de lo que nos digan en contra de la
Palabra nos producirá temor; es decir, si lo que nos dicen en contra de la Palabra no roba la paz, la
confianza, y la seguridad es un indicativo de que en ti hay fe.
Smith Wigglesworth, famoso predicador y evangelista dijo: “El temor mira la circunstancia, la fe pasa sobre
ella”.
Don Gossette, el escritor del libro “Cómo vencer al Temor”, dijo que “darle lugar al temor es como darle
lugar al diablo”, y agregó “el temor es un imán del diablo, es un cáncer espiritual, el temor es una
fortaleza satánica que no les da cabida a las palabras de Dios”.

A. 1ª Jn 4:18 dice: “Que el temor lleva en sí castigo”


1Jn 4:18  “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor
lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”

B. El temor trae sus consecuencias.


Todo lo que le sobrevino a Job fue producto de sus temores. “Porque el temor que me espantaba me ha
venido, y me ha acontecido lo que yo temía. No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado;
no obstante, me vino turbación”. (Job 3:25.26)
Salomón en sus escritos corrobora lo antes dicho. El texto dice: “El temor del hombre pondrá lazo. Más el
que confía en Jehová será exaltado”. (Prov 29:25)
La única respuesta que tenemos como creyentes para combatir el temor, es la fe. Alguien dijo: “El temor tocó a
mi puerta, la fe le contestó, pero nadie respondió”.
El temor produce consecuencias en la vida de sus víctimas, que incluso pueden conducir hasta la muerte. El
temor produce inseguridad; la inseguridad, desconfianza; la desconfianza, incertidumbre; la incertidumbre, duda;
la duda, preocupación; la preocupación, afán; el afán, la ansiedad; la ansiedad, el desasosiego; el desasosiego,
inestabilidad; la inestabilidad, tensiones nerviosas; las tensiones nerviosas, depresión; la depresión, problemas
cardiacos, problemas estomacales, tales como úlceras, gastritis y, finalmente, la muerte.

La fe produce: gozo, paz, confianza, seguridad, estabilidad, prosperidad, salud, vida. La fe es un reposar o
descansar en Dios.
¿QUÉ PRODUCE TEMOR EN EL CREYENTE Y NO LO DEJA VIVIR EN PAZ?
Se ha demostrado psicológicamente que lo que produce el temor en una persona es la falta de confianza y
seguridad que se tiene en uno mismo o en quien nos estemos apoyando (puede ser en algo o en alguien).
Y acá es donde entra el amor.
Por eso la biblia declara que lo que no proviene de la fe es pecado (Rom 14:23), porque duda del amor
inalterable de Dios y su propósito de bien para sus hijos. Dios no es un padre de venganza. Su venganza será
sobre el pecador irredento y su enemigo declarado, pero: Luc 11:9-13 “Y yo os digo: Pedid, y se os dará;
buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla;
y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿o si
pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión ?
Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”

1Jn 4:18 “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor
lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.”
En amor no hay temor (la clase de «temor» mencionado no es un temor Piadoso ni una reverencia filial, sino más
bien un temor servil hacia un amo o de un criminal ante un Juez); antes bien, el perfecto amor echa fuera el
temor (Dios tiene un Amor Perfecto por nosotros, y si tenemos un amor perfecto por Él, que, sin duda, lo
podemos tener, por consiguiente sabemos que Él va a sustentarnos, por eso no hay nada de qué temer): porque
el temor tiene pena. (Es debido a la culpa que los hombres temen lo que está por venir.) De donde el que teme,
no está perfecto en el amor. (Si no entendemos correctamente la Cruz, entonces no somos hechos perfectos en
el amor.(BE EXPOSITOR).
En cuanto al creyente: El temor es una reacción ante el pecado y cuando un creyente tiene temor de algo o
alguien es porque no tiene confianza y seguridad en él mismo y en lo que se está apoyando, en este
caso, en Dios y en su Palabra.
Cuando un creyente tiene temor de algo o alguien es porque no tiene confianza y seguridad en él mismo y en lo
que se está apoyando, en este caso, en Dios y en su Palabra.
Según la Palabra de Dios, cuando un creyente deposita toda su confianza en Él Señor y se siente seguro de lo
que él es en Dios, no hay lugar para el temor y reina la paz.
Isaías 23:4: “No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo,
siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia ”
Isaías 26:3: “Tú guardarás en completa paz aquel cuyo pensamiento en ti perseveran porque en ti ha
confiado”.
Salmo 23:4: “Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás
conmigo”.
Salmo 27:1: “Jehová es mi luz y mi salvación ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida ¿de
quién me he de atemorizar?”.
Salmo 112:7: “El justo no tiene temor de malas noticias porque su corazón está firme confiado en
Jehová”.
Hebreos 13:6: “De manera que podemos decir confiadamente el Señor es mi ayudador; no temeré lo
que pueda hacer el hombre”.
1ª Pedro 5:7: “Echando toda nuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros ”.
“En paz me acostaré, y así mismo dormiré porque silo tú me haces vivir confiado ” Salmo: 4:8.

¿Cuál es la causa por la cual el creyente no confía ni se siente seguro de Dios y de su Palabra?
Porque no conoce la integridad que hay en Dios y en su Palabra.
Nunca podemos estar confiados y sentirnos seguros en aquello en lo cual no hemos visto integridad; por lógica,
nunca podremos tener confianza y seguridad en Dios y en su Palabra mientras no conozcamos su integridad.
¿Porque los discípulos y nosotros reaccionamos de igual manera ante circunstancias imprevistas que nos
desubican y causan temor y miedo?
Cual fue la pregunta y la observación que Él Señor hace a sus discípulos
Jesús les dijo: ‘¿Dónde está vuestra fe?”.
¿Tenía una razón para dicha observación? Sí la tenía, Jesús les había dado una palabra al momento en que se
embarcaron. Él les dijo: “Pasemos al otro lado”. Estas palabras son suficientes para no temer a ninguna
circunstancia. Si Él dijo: “pasemos al otro lado”, pase lo que pase, venga lo que venga, indiscutiblemente vamos a
pasar al otro lado porque Él lo dijo y Él no miente.
El problema estuvo en la falta de confianza y de seguridad que los discípulos tuvieron en las palabras de Jesús. Y
éste es uno de los graves problemas en los que el creyente está sumergido, en la falta de confianza y seguridad
que tienen en la Palabra, por no conocer la integridad de Dios.
Tenemos que entender que la fe no es algo que podemos producir en nosotros mismos. La fe es un
don (Efesios 2:8-9).
Se describe como un fruto (o característica) que se produce en nuestras vidas por el Espíritu Santo (Gálatas
5:22-23).
La fe cristiana es una garantía segura en un Dios que nos ama, que conoce nuestros pensamientos y
se preocupa por nuestras necesidades más profundas.
Esa fe sigue creciendo a medida que estudiamos la biblia y aprendemos los atributos de su maravilloso carácter.
Cuanto más aprendamos acerca de Dios, más podemos verlo obrando en nuestras vidas y nuestra fe crece más
fuerte.
Una fe que crece es lo que deseamos tener y lo que Dios quiere producir en nosotros. Pero, ¿cómo en la vida
diaria, podemos desarrollar una fe que vence nuestros temores?
La biblia dice, "la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Rhema)(Rom 10:17). El estudio
cuidadoso de la palabra de Dios, es importante en el desarrollo de una fe fuerte. Pero también el uso de esta
como la Rhema de Dios. La palabra declarada, revelada y usada de Dios como la Espada del Espíritu. Efe 6:17 “Y
tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra(Rhema) de Dios;” 
Logos : Es la palabra eterna y hace referencia a la Biblia en su totalidad. La verdad eterna de Dios (Mt 24:35)(Jn
12:38).
Rhema: Es una palabra específica del Señor para un momento específico, que se aplica individualmente.(2 Cor
12:4)
1 Ped 1:23-25 “Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra
(logos) de Dios que vive y permanece para siempre. Porque: Toda carne es como hierba, y toda la
gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra (rhema )
del Señor permanece para siempre. Y esta es la palabra (rhema) que por el evangelio os ha sido
anunciada”.

Dios quiere que lo conozcamos y que confiemos totalmente en Él para que dirija nuestras vidas. Es a través de
escuchar, leer y meditar en las escrituras, que comenzamos a experimentar una fe fuerte y segura que excluye la
preocupación y temor.
Tener un tiempo de quietud en oración y adoración, desarrolla una relación con nuestro Padre celestial, que
incluso nos ve a través de la más oscura de las noches. En los Salmos, podemos ver una imagen de David, quien,
como nosotros, experimentó momentos de temor.
Salmos 56:3 revela su fe con estas palabras: "En el día que temo, yo en ti confío".
El Salmo 119 está lleno de versículos que expresan la forma en que David atesoraba la palabra de Dios: "Con
todo mi corazón te he buscado; no me dejes desviarme de tus mandamientos" (v. 10);
"En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos" (v. 15);
"En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti " (v. 11). Estas son palabras reveladoras
que nos brindan sabiduría hoy en día.
Dios es bondadoso y comprensivo respecto a nuestras debilidades, sin embargo, Él quiere que sigamos adelante
en fe, y la biblia es clara en cuanto a que la fe asombro
La adversidad es la herramienta más eficaz de Dios para desarrollar una fe fuerte. Este patrón es evidente en las
escrituras. Dios toma a cada uno de nosotros a través de situaciones aterradoras, y en la medida que
aprendemos a obedecer la palabra de Dios y le permitimos que sature nuestros pensamientos, nos damos cuenta
que cada prueba o tribulación se convierte en un peldaño para una fe más sólida y profunda.
Nos da esa capacidad para decir, "¡Él me sustentó en el pasado, me llevará hoy y me sostendrá en el futuro!".
Dios obró de esta manera en la vida de David. Cuando David se ofreció para pelear contra Goliat, dijo: "El
Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la
mano de este filisteo" (1 Sam 17:37).
David conocía al Dios que lo había sostenido a través de situaciones peligrosas en el pasado. Él había visto y
experimentado el poder y la protección de Dios en su vida, y esto desarrolló dentro de él una fe audaz.

La Palabra de Dios tiene abundantes promesas para que nosotros las tomemos y las reclamemos para nosotros
mismos.
1. Cuando nos enfrentamos a problemas financieros, Fil 4:19 nos dice, "Mi Dios, pues, suplirá todo lo
que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" .
2. Si estamos ansiosos por una decisión futura, el Salmo 32:8 nos recuerda que Dios "Te haré
entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos".
3. En la enfermedad, podemos recordar que Rom 5:3-5 dice, " Y no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia,
prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha
sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado" .
4. Si alguien se vuelve en contra de nosotros, podemos ser consolados por las palabras de Rom 8:31, "… Si
Dios es por nosotros ¿quién contra nosotros?".
5. A lo largo de toda la vida seguiremos enfrentándonos a diversas pruebas que nos causarán temor, pero
Dios nos asegura que podemos experimentar la paz a través de cada situación: "Por nada estéis
afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego,
con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros
corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús" (Fil 4:7).

¿Cómo cree usted que se habrían comportado aquellos hombres de haber tenido fe?
Supongamos que su fe hubiera sido fuerte, su fe en Él y en el cuidado y el amor de Dios; ¿qué hubieran hecho?
Una cosa es segura, no le hubiesen despertado, le hubieran dejado descansar. Él estaba cansado y tenía una
gran necesidad de descansar. Ellos hubieran permitido que descansase, porque su fe les habría recordado dos
factores de gran importancia: Primero, que la barca no se hundiría, que no se podía hundir mientras
estuviese en ella el Dueño del océano, de la tierra y del cielo. En segundo lugar, que una tempestad
no dura para siempre.
VI. LA BUENA OBRA PERFECCIONADA PRODUCE TEMOR.
“Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el
mar le obedecen?”
La palabra "asombro", que aparece en algunas versiones, significa "temor", pero es una clase de temor diferente
al que ocurre antes. En el caso anterior era un temor cobarde, pero aquí estamos hablando acerca de
un temor que implica un profundo respeto que lleva, en el fondo, el asombro . Y cuando su fe fracasó,
quedaron más impresionados al ver la obra de su maestro sobre los elementos que les llenó de una gran
reverencia: "¿Quién es éste, que aun el viento y el mar lo obedecen, y que controla todos los
elementos del mundo natural? ¿Quién es?". Lo maravilloso de este incidente es que, a pesar de que los
discípulos suspendieron su examen de fe, se había fijado el fundamento para una nueva expresión de fe la
próxima vez que fuese puesta a prueba. Su propio fracaso les presentó la posibilidad de una nueva expresión de
fe en el futuro.
La Biblia menciona dos tipos específicos de temor. El primer tipo es beneficioso y debe ser fomentado. El
segundo tipo es una pérdida, perjuicio, daño y debe ser superado.
El primer tipo de temor es el temor del Señor. Este tipo de temor no es necesariamente miedo que
signifique estar temeroso de algo. Más bien, es un temor reverencial por Dios; una reverencia por Su poder y
gloria. Sin embargo, también es un apropiado respeto por Su ira y enojo. En otras palabras, es un reconocimiento
de todo lo que es Dios, lo cual viene a través de conocerlo a Él y todos Sus atributos.

El temor del Señor comprende muchas bendiciones y beneficios.


1. El Salmo 111:10 dice, “El principio de la sabiduría es el temor de JEHOVÁ; buen entendimiento
tiene todos los que practican sus mandamientos. Su loor permanece para siempre”.
2. Proverbios 1:7 declara, “El principio de la sabiduría es el temor de JEHOVÁ; los insensatos
desprecian la sabiduría y la enseñanza”.
3. Proverbios 19:23 dice, “El temor de JEHOVÁ es para vida, y con él vivirá lleno de reposo el
hombre; no será visitado del mal”.
4. Proverbios 14:26-27 declara, “En el temor de JEHOVÁ está la fuerte confianza, y esperanza
tendrán sus hijos”.
5. El temor de JEHOVÁ es manantial de vida, para apartarse de los lazos de la muerte”
Por todo esto, se puede ver que el temor del Señor debe ser fomentado. Sin embargo, el segundo tipo de
temor mencionado en la Biblia no es beneficioso en absoluto. Este es el “espíritu de cobardía” mencionado en 2
Timoteo 1:7 donde dice, “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de
dominio propio”. Así que podemos ver desde el principio que este “espíritu de temor” no viene de Dios.
Sin embargo, algunas veces estamos temerosos; algunas veces este “espíritu de temor” nos vence, y para vencer
este temor necesitamos confiar y amar a Dios completamente.
1Juan 4:18 nos dice, “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque
el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”. Sin
embargo, nadie es perfecto, y Dios lo sabe y por eso nos ofrece aliento contra el temor a través de la Biblia.
Por ejemplo, Isaías 41:10 nos anima “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy
tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia”.
A menudo tememos el futuro y lo que será de nosotros. Pero Jesús nos recuerda que Dios se preocupa por las
aves del cielo, así que, ¿cuánto más proveerá para Sus hijos? “Así que no temáis; más valéis vosotros que
muchos pajarillos” (Mateo 10:31). Tan solo estos pocos versículos cubren diferentes tipos de temor. Dios nos
dice que no temamos estar solos, o estar demasiado débiles, o no ser escuchados, y no temer por nuestras
necesidades físicas. Y estas exhortaciones continúan a través de la Biblia, cubriendo los diferentes aspectos del
“espíritu de temor”.

En el Salmo 56:11, el salmista escribe, “En Dios he confiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el
hombre?”. Este es un asombroso testimonio del poder de confiar en Dios. Lo que el salmista está diciendo es
que, a pesar de lo que suceda, él confiará en Dios porque conoce y entiende Su poder.
La total y completa confianza en Dios, es la clave para vencer el temor. Confiar en Dios es rehusarse a ceder ante
el temor. Es acudir a Dios aún en los tiempos más oscuros y confiar en que Él arregle las cosas. Esta confianza
procede de conocer a Dios y saber que Él es un Dios bueno. Como dijo Job cuando estaba experimentando unas
de las pruebas más difíciles registradas en la Biblia, “He aquí, aunque él me matare, en él esperaré” (Job
13:15).
Una vez que hayamos aprendido a poner nuestra confianza en Dios, ya no tendremos temor de las cosas que
vengan contra nosotros.
Seremos como el salmista que con confianza dijo: “…alégrense todos los que en Ti confían. Den voces de
júbilo para siempre, porque Tú los defiendes. En Ti se regocijen los que aman Tu nombre” (Salmo
5:11).
Cómo reacciona Jesús ante el reclamo de sus discípulos, no vemos en el reproche, amargura, ni lo amenaza con
despedirlos a causa de su incredulidad; tan solo les dirige esta tierna pregunta, ¿Por qué teméis? (acobardarse,
miedo, susto). ¿Cómo es que no tenéis fe?
El Señor Jesús es muy compasivo y tierno en su misericordia. "Como un Padre compadece a sus hijos, así el
Señor compadece a los que le temen" Salmo 103.13.
No trata a los creyentes según sus pecados, ni los premia según sus iniquidades; ve su debilidad; comprende sus
flaquezas; ve las deficiencias todas de su fe, de su esperanza, de su amor y de su valor, y sin embargo, no los
lanza lejos de sí; los soporta; los ama hasta el fin; los levanta cuando caen; los dirige por el buen camino cuando
se equivocan. Su paciencia, como su amor, es una paciencia incomprensible. Cuando ve que el corazón es recto,
se complace en perdonar muchas faltas. (Mt. 8:18, 23–27; Lc. 8:22–25)
Ese es el motivo por el que las personas tienen miedo, porque pierden la fe y esta es reemplazada.
La fe es la respuesta al temor.
Así es como Dios obra en nuestra vida, haciendo exactamente lo mismo con nosotros. Pone a prueba nuestra
fe todo el tiempo, para que podamos crecer. Y si nuestra fe es lo suficientemente fuerte nos daremos
cuenta de que Él puede ocuparse del problema y que sabe cómo hacerlo, pero incluso si nuestra fe es débil, no
nos dejará que nos hundamos por completo, sino que nos sostendrá y nos ayudará a superarlo y, de un modo u
otro, en el proceso pondrá el fundamento de una nueva visión de Su poder que permitirá que nuestra fe sea más
fuerte la próxima vez.
¿no es natural suponer que aquella falta de fe fue para Jesús un asunto tan importante, que consideró necesario
referirse a ella antes y después de realizar el milagro?
¿Y no es también verdad que los discípulos fueron embargados por el temor dos veces; primero a causa de la
tempestad, y segundo a causa de la presencia de Aquel que calmó la tempestad?
Lc. 8:24, Lucas 8:25 deja bien claro que los discípulos estaban atemorizados no sólo antes, sino también después
del milagro. Se habían asustado por la tormenta. Pero luego se llenaron de temor por la presencia de Aquel que
de forma tan repentina, completa, y dramática había calmado la tempestad.
Lo que Jesús realmente dijo fue, “Aún no tenéis fe? (véase también Mr. 8:17–21; 9:19). Eran “hombres de
poca fe”, es decir, hombres demasiado tímidos como para descansar en el consuelo y la confianza que debieron
haber obtenido de la presencia, promesas, poder y amor de su Maestro (Mt. 6:30; 8:26; 14:31; 16:8; Lc. 12:28);
eran demasiado vacilantes para percibir que el amoroso cuidado del Padre les era otorgado por medio del Hijo.
Aún sin fe; es decir, ¿sin fe a pesar de todo lo que habéis visto, oído y experimentado? La partícula “aún” no
debe pasar inadvertida. Al usarla, Jesús les está enseñando que las experiencias de la vida acontecen a los
hombres con un propósito determinado. Se deben aprovechar para crecer en santificación.

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