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El cartílago es una estructura altamente resistente de capaz de soportar y amortiguar el

peso corporal.

¿Sabes qué es el cartílago? Aprende de su función amortiguadora

Entrando en materia, el cartílago articular es un tejido que amortigua el peso y facilita el


deslizamiento de los huesos sin que éstos sufran desgaste.

Es una superficie que no dispone de vasos ni nervios, sin embargo, se alimenta del
líquido sinovial.

Tiene un grosor variable que depende de su ubicación. Se localiza justo en el sitio de


engranaje de los huesos.

Ayuda a disminuir la fricción y a transferir equitativamente la carga en cada una de las


articulaciones.

Investigaciones recientes han demostrado que soportan aproximadamente 10 millones de


ciclos de carga articular en un año.

A simple vista, es un tejido brillante y consistente de color blanco. Como hemos


adelantado, recibe suministro nutricional del líquido sinovial.

De los diferentes tipos de cartílagos encontrados en la bibliografía pertenece al grupo


hialino y está formado por una variedad celular llamada condrocitos.

Cuenta con un intrincado entramado de fibras de colágeno tipo II y proteoglucanos que


refuerzan su estabilidad y representan 50% de la totalidad de su constitución.

Por una parte, el colágeno es una molécula que ofrece resistencia a las superficies óseas.
Al hervirse, forma un líquido gelatinoso con abundantes aminoácidos.

Su reducción articular se vincula con patologías como la osteogénesis imperfecta y el


déficit de micronutrientes como la vitamina C.

Por otro lado, los proteoglucanos son viscosos y afines al agua, presentando gran
resistencia frente a las cargas.

Existen suplementos como la condroitina y colágeno para el mantenimiento de la función


cartilaginosa que añaden resistencia a largo plazo.

La condroitina es el elemento principal del tejido conectivo de gran parte de los


vertebrados.

No sólo interviene en la constitución articular, también limita la propagación del daño de


las células nerviosas.

Gracias a los avances científicos, hoy disponemos de gran variedad de alimentos,


suspensiones y cápsulas que impiden la carencia de estas sustancias.
¿Cómo se compone el cartílago?

El cartílago articular presenta un componente celular y una matriz extracelular, las cuales
constituyen 5% y 95%, respectivamente, del total de su composición.

En cuanto a la celularidad, este tejido cuenta con condrocitos, condroblastos, fibrocitos y


fibroblastos.

De ellos, los condrocitos son responsables de la síntesis de proteoglicanos de la matriz,


mientras que los fibrocitos y fibroblastos se encargan de la síntesis del colágeno.

En cuanto a la matriz extracelular, encontramos proteoglicanos y glucosaminoglucanos


que participan en la formación de cadenas de ácido hialurónico.

Entre sus funciones se identifica la regulación del contenido de agua del tejido
cartilaginoso, el cual participa en su motricidad y lubricación.

También contiene fibras de colágeno tipo II que forman redes que dan soporte al resto de
los tejidos cartilaginosos.

80% obedece al agua, medio de formación de glucosaminoglucanos en el interior del


tejido cartilaginoso.

El cartílago se clasifica 3 variedades según sus características celulares, así se


distinguen:

Cartílago elástico: está formado por condrocitos rodeados por colágeno tipo II, el cual
interactúa con proteoglucanos y fibras elásticas.

No tiene vasos sanguíneos y está circunscrito por pericondrio. Su coloración es


amarillenta y goza de gran elasticidad.

Está presente en la epiglotis, la laringe, el pabellón auricular y las paredes del conducto
auditivo.

Cartílago hialino: tiene condrocitos agrupados y rodeados por una matriz rica en fibrillas
de colágeno tipo II al igual que el cartílago elástico.

Tiene una coloración blanquecina azulada y también es avascular, por lo cual se nutre del
líquido sinovial.

Es el más abundante del cuerpo humano, haciéndose notar en el aparato respiratorio y el


esqueleto de la nariz, costillas, esqueleto embrionario temporal y extremo de los huesos.

Cartílago fibroso: es una forma de transición entre el cartílago elástico y el hialino. Está
formado por condrocitos y colágeno tipo I.

Se encuentra entre las vértebras, bordes articulares, mandíbula, sínfisis del pubis,
meniscos y articulaciones esternoclaviculares.
Por sí solo el cartílago no forma parte de las articulaciones. Tal y como veremos más
adelante, huesos y músculos aportan al soporte articular.

Huesos, cartílagos, tendones y ligamentos: componentes de las articulaciones

La adherencia de las articulaciones es posible gracias a elementos que se acoplan con


gran precisión.

Con su conjugación podemos andar con libertad, estableciendo vínculos e interacciones


con los elementos que nos rodean.

Las estructuras óseas se mantienen en su lugar gracias a la presencia de cartílago, así


como de otras partes blandas que actúan como medios de soporte.

Las partes blandas tienen una configuración específica que facilita la ejecución de
algunos movimientos, impidiendo otros que resultan lesivos para la articulación.

De manera que aparte del cartílago, se diferencian la membrana sinovial, las bursas, los
ligamentos y los tendones.

Ya hemos visto que el cartílago reduce la fricción y el desgaste del tejido óseo. Junto a él
encontramos las bursas.

Estas últimas se distribuyen entre los huesos y ligamentos amortiguando el roce entre las
articulaciones.

Por otro lado, la membrana sinovial engloba la cápsula articular y produce líquido sinovial.

Este nutritivo líquido es viscoso y transparente y se comporta como una sustancia


lubricante.

Los ligamentos son bandas de tejido duro que se localizan alrededor de la articulación
para ayudar a sostenerla y evitar que se desperdigue.

Finalmente, los tendones sujetan la musculatura y controlan su motricidad.

Todas estas eficientes estructuras facilitan la puesta en marcha de un gran número de


movimientos sin sufrir lesiones.

Por el contrario, su maltrato provoca inmovilidad y aumento de volumen de los tejidos


circundantes.

Esta situación es extremadamente dolorosa y a menudo requiere de terapia física y


rehabilitación.

Estas medidas terapéuticas ayudan al fortalecimiento de todas las estructuras inmersas


en la lesión.

Así que actúa oportunamente y evita secuelas permanentes que impidan tu óptimo
desempeño.
Mantente activo e independiente y anda por la vida con la seguridad de atender las
necesidades de tu cuerpo.

Recuerda que el cuidado de la salud empieza por ti mismo. Aliméntate saludablemente y


ejercita con regularidad. ¡Inicia los cambios ahora mismo! ¡No esperes más!

¿Cuántas articulaciones tiene el cuerpo humano?

El cuerpo humano es una creación perfecta que cuenta con 360 articulaciones que se
disponen armónicamente para conseguir gran variedad de movimientos.

En medio de la diversidad, encontraremos articulaciones rígidas como las de la cabeza,


cuya finalidad es la de resguardar el cerebro.

Aparte de las 86 articulaciones craneales, tenemos 6 en la garganta, 66 en el interior del


tórax, 31 en las extremidades inferiores y 32 en los brazos.

Cada una de éstas conecta los huesos y ayuda a movilizar nuestro cuerpo hacia adelante,
hacia atrás y a cada lado.

En todo el conjunto encontraremos articulaciones fijas como las craneales, otras que se
mueven con total libertad y algunas que lo hacen parcialmente.

Hay articulaciones fibrosas formadas por cartílagos, colágeno o tejido sinovial. En general,
se mantienen unidas por tendones, ligamentos y músculos que definen su movilidad.

Las articulaciones más pequeñas del cuerpo humano están representadas por la cadena
de huesecillos ubicada en el interior de los oídos.

Yunque, estribo y martillo se articulan para favorecer la transmisión y resonancia de los


estímulos auditivos.

En el extremo contrario, las grandes articulaciones de las extremidades inferiores como la


de las rodillas y los pies sufren a consecuencia del excesivo peso corporal.

Ello conduce a limitación funcional y ausentismo laboral. Además potencia la inestabilidad


postural, favoreciendo la incidencia de accidentes y caídas.

Con el objetivo de evitarlos oportunamente es necesario incidir en los factores de riesgo


que comprometen la funcionalidad de estas articulaciones.

La falta de ejercicio y el sobrepeso producen terribles consecuencias que se manifiestan a


corto y largo plazo.

Mantenlas a raya y evita que tus acciones repercutan negativamente en tu vida. Toma el
control y desplázate con éxito todos los días.
Influencia del peso corporal en las articulaciones

Los problemas articulares varían según cada paciente, sin embargo, en la mayor parte de
los casos tienen un común denominador: el sobrepeso.

En condiciones normales, las rodillas soportan todo el peso corporal. Este valor se
multiplica por 5 a 6 veces cuando el individuo sube escaleras.

Por tal motivo, una persona con sobrepeso magnifica el impacto articular, afectando
notablemente el desempeño de sus rodillas.

Conforme el peso va subiendo, aumentan las molestias, lo cual compromete en igual


medida el arco de la planta de los pies.

Esta presión es precursora de dolores y deformidades crónicas que afectan el rendimiento


de estas articulaciones.

La afección de la rodilla puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero suelen


hacerse más notorias cuanto mayor es la edad del individuo.

Aunado a ello, especialistas en el área sostienen que a mayor peso más grande es el
daño funcional de la región, independientemente de la edad.

Las formas de presentación clínica más frecuentes incluyen la tendinitis, los esguinces,
los desgarros musculares y la osteoartritis.

Por un lado, la tendinitis es la inflamación del tejido tendinoso como resultado de la


utilización excesiva del tendón durante actividades como correr o saltar.

Por otra parte, los esguinces resultan de la extensión excesiva de los ligamentos,
mientras que los desgarres son producto de la ruptura de las fibras musculares.

Cursan con dolor, hinchazón y marcha dificultosa con apoyo.

También se describe la osteoartritis, una variedad de inflamación degenerativa que afecta


principalmente a las personas de la tercera edad.

Los traumatismos también se presentan con abrumadora frecuencia. Su manejo inicial


consiste en la inmovilización, la aplicación del hielo local y la analgesia.

Para evitar las secuelas, es muy importante hacer ejercicios y mantener un peso acorde a
la talla, sexo y edad.

Con ello se reduce la posibilidad de desarrollar futuras complicaciones en las rodillas y


demás articulaciones.

Después de todo tener una vida tranquila y libre de dolor bien merece la pena.

Cartílagos naturalmente fortalecidos


Las superficies articulares necesitan estar protegidas por robustos cartílagos que ayuden
a mantener su funcionalidad independientemente de los años transcurridos.

A fin de lograr este necesario objetivo, [p12a] es un completo suplemento que contiene
vitaminas, hierbas, minerales y vegetales que mantendrán tu sistema óseo al día.

Su composición incluye L-histidina, una sustancia que favorece la síntesis de proteínas


musculares para ganar mayor resistencia física.

Aunado a ello, el boro de [p12t] interviene en el metabolismo de minerales como el cobre,


el calcio, el fósforo y el magnesio, necesarios para la salud ósea.

Además es un elemento esencial para garantizar la absorción de la vitamina D y por ende,


del calcio.

También participa en la reducción de los niveles de colesterol, la inflamación y el riesgo


de osteoporosis.

El extracto de yuca de [p12a] aumenta la concentración de antioxidantes y saponinas


favoreciendo la resolución de problemas cardiovasculares, gastritis y artritis.

Contiene Harpagophytum procumbens, una planta surafricana conocida popularmente


como garra del diablo.

Dicha planta forma parte de la medicina tradicional, siendo utilizada para tratar el dolor
articular y la tendinitis, gracias a su potencial analgésico y antiinflamatorio.

Su contenido de vitaminas del grupo B y zinc restituye la movilidad articular y fortalece los
huesos.

El cobre ha demostrado ser eficiente en la prevención de la osteoartritis, incidiendo en la


detención del proceso inflamatorio y la reparación del cartílago.

Su aporte de glucosamina y condroitina fortalece el tejido conectivo, confiriendo


elasticidad a las articulaciones.

En términos de movimiento, contiene manganeso, una sustancia necesaria para formar


cartílagos, energía e insulina.

De este modo, se saca provecho de la glucosa obtenida de la alimentación para


mantenerte vigoroso y activo.

El boro es imprescindible para la salud ósea y articular, puesto que facilita la absorción del
calcio.

Adicionalmente, ejerce importantes efectos antiosteoporótico, antiinflamatorio,


anticoagulante y reductor de los triglicéridos y colesterol.

Por todo eso y más, usa [p12t], la alternativa natural que tu cuerpo necesita para sentirte
sano y renovado.
Fortalece tus cartílagos de una vez por todas

Para tener cartílagos resistentes es necesario tener una alimentación rica en colágeno.
Esta sustancia es de origen animal, por lo cual no está disponible en frutas ni verduras.

Por tal motivo, si quieres acceder a este elemento presta especial atención a estos
productos:

Patas de cerdo y de vaca.

Caldo de huesos de carne y pescado.

Gelatinas a base de productos animales.

Para favorecer su absorción debemos hervirlos, preparando caldos aderezados con


vegetales.

Aunque suelen ser muy grasosos y de difícil digestión, cuentan con valiosas cantidades
de colágeno como parte de su composición.

No es necesario consumir esta forma de colágeno a diario a menos que exista alguna
deficiencia provocada por artritis, fracturas o heridas.

Siempre que mantenga una dieta rica en vitaminas y minerales, el adulto sano promedio
produce suficiente colágeno por sus propios medios.

Para reforzar esta acción, existen algunos alimentos que promueven la regeneración
natural de colágeno, entre ellos:

Frutos cítricos como el limón, la naranja y los arándanos.

Remolacha, fresas y manzanas ricas en licopteno.

Apio, ajos, cebolla y pepinos con alto contenido de azufre.

Leche de soya y queso con elevada cantidad de genisteína.

De este modo, conseguirás articulaciones fortalecidas que te permitirán andar y ejercitar


enérgicamente sin morir en el intento.

Jamás olvides que el cuidado del tejido óseo y cartilaginoso está al alcance de tu mano.

La preservación de sus funciones te dará la libertad de desempeñarte con soltura en tus


actividades rutinarias.

Recuerda que mereces vivir feliz y sin preocupaciones. Mantén a raya la posibilidad de
sufrir lesiones, conserva un peso saludable y agradece la alegría de vivir.

Camina a paso seguro y disfruta plenamente tu existencia. ¡Lo vales!

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