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AMORes CHIDOS
AMORes CHIDOS
Créditos
Coordinación: Mauro A. Vargas Urías
Textos y metodología: Eduardo Arriaga Ramírez, Ricardo E. Ayllón González, Tania
Hernández Chetrirquin, Pablo Sandoval Rubio
Corrección de estilo: Mauro Vargas Urías
Diseño gráfico: Patricia Carmona Hernández
Constituida legalmente en 2008, pero con trabajo efectivo desde 2003, GENDES fue
fundada por un grupo multidisciplinario de profesionales en ciencias sociales que se
ha comprometido con el análisis de las identidades masculinas y la erradicación de
la violencia de género. Ofrece distintas estrategias de atención para desarrollar otras
formas de ser hombres y mujeres, alternativas al modelo hegemónico, desde enfoques
que promueven la no violencia, el afecto, así como la equidad e igualdad de género en
los ámbitos comunitario, institucional, grupal e individual, priorizando el trabajo con
hombres.
DIRECTORIO DE INSTITUCIONES
Dilcya Samantha García Espinoza de los Monteros
Comisionada Nacional 3
Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres
Uno de los impactos profundos de éstas creencias es la manera cómo las mujeres y
hombres, han desarrollado el concepto de ser diferentes entre ellas y ellos, los refe-
rentes de la identidad y la conciencia femenina y masculina, han venido a determinar
las interacciones sociales con otras mujeres y/o con los hombres para crear vínculos
afectivos que no siempre son placenteros.
Muchas conductas sociales han tratado de invisibilizar a las mujeres como sujetas de
derechos desde que son niñas, luego entonces, su ser mujer se legitima en la medida
que se ven reflejadas en el otro, en lo diferente. Al crecer las jóvenes siguen atrapadas
en esta búsqueda y se recurre a la idea romántica de la media naranja para vivir en
compañía del otro.
Este miedo aprendido de las mujeres a enfrentar la vida en soledad tiene que ver con
el instinto de sobrevivencia, como no existimos, recurrimos a vernos reflejadas en los
otros. Esto en parte explica porque muchas mujeres naturalizan una serie de prácticas
violentas y permanecen unidas a parejas que repiten una serie de conductas agresivas
que van desde la descalificación verbal sutil hasta las expresiones más devastadoras
de ejercicio de fuerza física en su contra. Todo por “amor”, “lo hace porque me quiere”,
“yo lo voy a hacer cambiar”, son ideas que existen como parte de un imaginario social
que condiciona a las mujeres a la búsqueda permanente de la felicidad como un esta-
do de gozo que solo se alcanza en compañía de un ser amado.
2 De acuerdo con Martha Leñero: “se dice metafóricamente que para tener una mirada de género es nece-
sario mirar con lentes de género. Esto quiere decir que es indispensable enfocar la mirada para descubrir
los estereotipos de género y las desigualdades sociales que suscitan…”, es decir, “…la perspectiva de género
brinda una forma de ver y analizar situaciones diversas, develando las desigualdades sociales y culturales
entre mujeres y hombres que, de otra forma, pasarían inadvertidas o se seguirían viendo como normales o
naturales. A esta perspectiva también se le conoce como enfoque de género” (M. Leñero Llaca, 2010, p. 29).
3 El término relaciones afectivo-eróticas se refiere a una relación que tiene –entre otras múltiples di-
mensiones- dos dimensiones básicas entrecruzadas que son: la afectiva (emocional) y la erótica (deseo
sexual), sea en parejas heterosexuales u homosexuales. Anteponemos lo afectivo, en términos de subra-
yar y promover la importancia de desarrollar el espacio emocional de los hombres jóvenes y las mascu-
linidades alternativas, en el marco de prevenir las violencias en las relaciones de género, de noviazgo y
de otro tipo de vínculos entre jóvenes, sin dejar de reconocer la importancia de la dimensión del deseo
sexual en estas relaciones.
4 Masculinidad(es) es un concepto de contenido teórico y político, se refiere visibilizar que las di-
versas formas, prácticas, características y maneras de ser hombres (atributos que se adjudican y que
se componen de diversas conductas, actitudes, ideas, creencias, normas y expectativas de lo que
se debe ser) coexisten en un mismo espacio-tiempo social determinado por la clase social, la per-
tenencia étnica, escolaridad, etcétera. Tales características se adquieren (no son inherente a las
personas, no están en los genes, ni en el cerebro, ni en el sexo o en los órganos genitales, ni cons-
tituyen algo esencial de los varones) y se asumen en lo cotidiano como formas de las relaciones in-
terpersonales y sociales de dominación y subordinación, donde pueden traducirse en el ejercicio
de formas de dominio, control y opresión constante hacia las y los otros (mujeres y hombres). Des-
de lógicas machistas, implican cumplir ciertas normas, obligaciones, permisos (privilegios) y prohibi-
ciones que generan violencias y sufrimiento hacia quienes les rodean pero también hacia sí mismos.
5 Los estereotipos de género: son “…concepciones y modelos sobre cómo son y cómo deben com-
portarse la mujer y el hombre. El inconveniente de estos estereotipos es que implican desigualdades y
desventajas que restringen accesos y oportunidades sólo por el hecho de que se es hombre o mujer”
(M. Leñero Llaca, 2010, p. 19).
En el Programa también se abordan los significados y sentidos del noviazgo, así como
la diversificación de los tipos de vínculos entre jóvenes. Además, se establecen dis-
tinciones básicas entre los conceptos de agresión, violencia y conflicto; y se explican
las definiciones de los diferentes tipos de violencia8: emocional (o psicológica), física,
sexual y sus consecuencias. Se esgrimen las razones por las cuales consideramos la
violencia en el noviazgo fundamentalmente como violencia de género, sus vincula-
ciones con la construcción de las masculinidades desde un parámetro tradicional o
hegemónico y las posibilidades de sensibilizar en la construcción de masculinidades
alternativas, afectivas, respetuosas y no violentas. También se abordan algunos ele-
mentos para detectar ser víctima de violencia y para prevenir ejercer violencia en las
relaciones afectivas tanto en esa etapa de transición (la juventud) como también en
etapas y relaciones de la vida adulta de las personas.
7 La terapia de reencuentro es una metodología de trabajo grupal que busca construir relaciones de paz
mediante el autoconocimiento y la exploración de los procesos de vinculación afectiva. Se refiere también
al reencuentro de la persona consigo misma (auto-observarse, conocerse en sus pensamientos, emo-
ciones, sensaciones, imaginaciones); re-encontrarse como persona con un cuerpo sexuada (integrar el
erotismo como un eje de crecimiento personal, no de miedo o de daño); re-encontrarse entre los sexos
(abordar la dicotomía y la jerarquización que se hace de las personas en función de sus órganos genitales y
buscar un espacio de comunicación y de diálogo; re-encontrarse entre las culturas (se abordan los proce-
sos culturales que nos afectan y se aprende a reconocer esa diversidad como fuente de desarrollo personal
y comunitario). Para los conceptos que se aplican en la Guía, véase el apartado de marco conceptual. La
autora de esta propuesta metodológica es la psicóloga y pedagoga Fina Sanz, véase también la bibliografía.
8 No obstante que más adelante se definirán los tipos de violencia, conviene precisar que existen diver-
sas propuestas de clasificación de las formas de violencia. La tipología que aquí adoptamos está enmar-
cada en el contexto de sintetizar para comprender mejor el fenómeno de la violencia, es decir, con el
objetivo de describir y diferenciar las diversas expresiones de la violencia, como la psicológica, física y
sexual. En la realidad no ocurren de manera aislada, como lo anota Torres Falcón (2010) “…las distintas
formas de violencia van juntas. El maltrato psicológico siempre está presente; acompaña los golpes, el
control patrimonial, las limitaciones económicas; es la intención detrás de los actos concretos. Además,
existen en su propia especificidad: insultos, humillaciones, sarcasmos, silencio condenador.” Sin embar-
go, así como ocurren de manera simultánea, también pueden presentarse de forma separada.
La incorporación de acciones y programas integrales de educación dirigidos a las y
los jóvenes para la prevención de la violencia en el noviazgo en los espacios escolares 10
tanto públicos como privados, significa activar estrategias importantes tendientes a
erradicar la violencia de género, de manera efectiva y en el largo plazo. El Programa
Noviazgos Libre de Violencia y la Guía AMORes CHIDOS que lo complementa para sus
efectos operativos, pretenden ser, entonces, aportes concretos para avanzar en ese
sentido.
ACERCA DE LA GUÍA
Objetivo general 11
Sensibilizar e incrementar los conocimientos, habilidades y actitudes de las y los jóve-
nes de nivel bachillerato y universitario, en la prevención y atención/detección básica
de la violencia de género en el noviazgo y en otras relaciones afectivo-eróticas, desde
la perspectiva de género con énfasis en las masculinidades.
Objetivos específicos
• Reflexionar sobre la elección de pareja y las implicaciones de las relaciones afecti-
vas.
• Exponer, problematizar y analizar los significados que las y los jóvenes le asignan al
amor, al enamoramiento y al ejercicio de la sexualidad.
• Fomentar el diálogo para la resolución de conflictos entre las y los jóvenes y en sus
relaciones afectivas.
• Explorar el espacio emocional de las y los jóvenes y el reconocimiento de su impor-
tancia para prevenir la violencia en el noviazgo.
• Analizar las relaciones afectivas, amorosas y eróticas que conocen y comparten las
y los jóvenes.
• Problematizar las diferencias entre sexo y género en el marco de las relaciones
afectivo-eróticas en las y los jóvenes.
• Reflexionar sobre la forma en que el género se inscribe en los cuerpos y en la ma-
nera en que sentimos y nos comunicamos en esa etapa del ciclo vital de la existen-
cia, haciendo énfasis en las identidades de género y las masculinidades.
• Identificar que mujeres y hombres tenemos las mismas capacidades y derechos.
• Fomentar y fortalecer la conciencia sobre el contacto corporal afectivo y respetuo-
so entre las personas y en las relaciones de noviazgo.
• Revisar las concepciones y creencias de las y los jóvenes sobre la violencia de gé-
nero.
• Identificar los tipos de la violencia que existen en las relaciones afectivo-eróticas
y sus principales características como el control y relaciones de poder y dominio.
• Identificar situaciones de violencia de género que las y los participantes hayan su-
frido, así como situaciones en las que la han ejercido.
• Analizar alternativas y estrategias de búsqueda de apoyo entre los jóvenes que ejer-
cen o han sido receptores/as de violencia de género.
• Revisar los principales contenidos sobre la violencia y analizar los mitos y las alter-
nativas contra el ejercicio de la violencia de género.
• Reflexionar acerca de la expresión emocional en las y los participantes y su relación
con las identidades de género.
• Identificar las emociones, las señales corporales y su relación con el género y las
masculinidades para prevenir la violencia de género.
• Reconocer las señales corporales del enojo para diferenciarlas de la violencia y uti-
lizarlas como indicadores de prevención de actos violentos.
• Promover la expresión asertiva de las emociones.
• Facilitar la comprensión del retiro y la respiración como alternativas de espacio 12
personal y grupal para reducir el riesgo de ejercer violencia en las relaciones.
Población objetivo
Mujeres y hombres jóvenes de nivel bachillerato y universitario de los diferentes siste-
mas educativos en México.
Organización de la guía
La presente Guía AMORes CHIDOS en el Programa Noviazgos libres de Violencia, está
organizada en dos grandes bloques generales, en el primero, se abordan cuatro te-
mas/sesiones ejes de la Guía, a saber:
• Género.
• Noviazgo.
• Violencia en el noviazgo.
• Alternativas a las violencias.
Tales rubros constituyen la base temática que se desarrolla en los talleres, cada sesión
cuenta con objetivos específicos por tema, cuyo objetivo más amplio es la sensibili-
zación, la prevención y la atención/detección básica de la violencia en el noviazgo en
jóvenes.
Los cuatro temas son abordados en sesiones desde una lógica secuencial, en donde
cada tópico está relacionado con un marco conceptual y se abordan desde los si-
guientes enfoques: perspectiva de género, educación para la paz y derechos sexuales
y reproductivos como ejes transversales para el desarrollo e instrumentación de la
Guía AMORes CHIDOS.
CUADRO GENERAL DE TEMAS Y MARCOS CONCEPTUALES 13
Tema 1 GÉNERO
Marco conceptual: perspectiva de género, categoría de género, diferencia
sexo-género, asignación, estereotipos e identidad de género, aproxima-
ción a las masculinidades.
Tema 2 NOVIAZGO Y OTRAS RELACIONES AFECTIVO-ERÓTICAS
Marco conceptual: noviazgo, vínculos afectivo-eróticos, sexualidad, ero-
tismo, derechos sexuales y reproductivos.
Tema 3 VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Y TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Marco conceptual: violencia, tipos de violencia, violencia de género, vio-
lencia en el noviazgo, ciclo de la violencia, algunos mitos y realidades de la
violencia, aspectos de las prevalencias de violencia en el noviazgo.
Tema 4 ALTERNATIVAS PARA PREVENIR LAS VIOLENCIAS EN EL NOVIAZGO
Marco conceptual: la perspectiva de la terapia de reencuentro y las emo-
ciones, el marco ecológico y el programa Hombres Trabajando(se), ruta crí-
tica, y la perspectiva de la educación para la paz.
ESTRUCTURA
TEMÁTICA
Y
MARCOS
CONCEPTUALES
TEMA 1: GÉNERO
La perspectiva de género: conceptos, propósitos, aspectos centrales y 16
sus posibilidades
Concepto
La perspectiva de género1 se ha incorporado como una de las bases conceptuales más
importantes para el sustento de las ciencias sociales contemporáneas porque se trata
de una visión sobre las relaciones humanas, más específicamente, de una mirada crí-
tica sobre las relaciones inter e intra genéricas, sea entre femenino/masculino, en un
nivel, o mujeres/hombres, en otro nivel (Serret, 2008:15).
2 Véase Lagarde (1996) para una crítica feminista de ese sentido y visión androcéntrica y patriarcal de la
humanidad que excluye, subordina; y la construcción de una propuesta de equivalencia humana para el
desarrollo de las humanas y los humanos.
una nueva socialidad basada en el reconocimiento de la equivalencia humana3 y las
reivindicaciones por el derecho a la igualdad entre los seres humanos, particularmente 17
entre mujeres y hombres.
Las diversas posibilidades analíticas que emanan de esta perspectiva contienen, como
una de sus riquezas implícitas, la incorporación de conocimientos desde diversas dis-
ciplinas y teorías de las ciencias sociales que están abiertas a las discusiones, a la re-
flexión, al debate, a la confrontación racional y al disenso en relación con sus explica-
ciones, vías y limitaciones. Sin embargo, destaca un punto de consenso en cuanto a
la necesidad de ir develando y modelando las herramientas teóricas y conceptos para
explicar “…la persistente desigualdad entre mujeres y hombres” (Joan Scott, en Gutié-
rrez Castañeda, 2002: 13)
La mirada de género también nos sirve, a partir de un análisis crítico, para demostrar
que las diferencias biológicas entre los seres humanos no son la base, ni producen, ni
justifican las asimetrías ni las jerarquizaciones que se imponen en las relaciones y en
las condiciones socioculturales de ser mujeres, de ser hombres; y que esas relaciones
desiguales de poder –en lo social, en lo económico, en lo cultural o, por ejemplo, en
3 Para comprender de manera integral el sentido e implicaciones individuales y sociales de la perspec-
tiva de género es importante ampliar el conocimiento en relación con las críticas éticas, políticas, so-
ciales de diversas mujeres, hombres y de construcción de alternativas de socialidad que tienen como su
sentido general el derecho a la igualdad entre los seres humanos, entre mujeres y hombres en múltiples
contextos. Para una mirada didáctica sobre el florecimiento de las transformaciones y la generación
de las nuevas socialidades de los diversos movimientos feministas desde el siglo XVII al siglo XX, puede
verse Serret (2008, pp. 15–50).
el ámbito educativo- no solamente ocurren entre mujeres y hombres, sino entre las
mismas mujeres y entre los mismos hombres. 18
La visión de género tiene una relevancia no sólo científica, sino también ético-política,
porque como herramienta conceptual nos brinda, por un lado, un marco amplio de
interpretación científica de las realidades humanas y, por otro, cuenta con instrumen-
tos para posibilitar la reflexión, el diálogo, el aprendizaje y la educación, así como “…
el cuestionamiento ético acerca de lo injusta que resulta la aludida subordinación de
un colectivo humano” (Serret, 2008:51); y en ese sentido, también busca intervenir
para transformar las relaciones sociales y de género, demostrando con ello que las
desigualdades que emanan de esta jerarquización patriarcal no son naturales sino so-
cialmente aprendidas y por tanto modificables.
Algunas posibilidades
Mediante la mirada de género sobre un fenómeno, se puede lograr:
• Visibilizar a las mujeres, sus actividades, sus vidas, sus espacios y la forma en que
contribuyen a la creación de realidad social.
• Mostrar –cómo y por qué- cada fenómeno específico está atravesado por las rela-
ciones de poder y desigualdad entre los géneros, lo que caracteriza a los sistemas
patriarcales (Serret, 2008:65).
• Analizar la construcción social de las masculinidades y su papel en el problema de
la violencia de género entre jóvenes, en el ámbito de la educación.
• Visibilizar algunos de los componentes de género en el ámbito educativo, por ejem-
plo: Si existen desigualdades de trato, de acceso y de oportunidades entre mujeres
y hombres jóvenes.
Categoría de género
La aplicación de la perspectiva de género en el ámbito de las intervenciones sociales y
educativas, debe considerar la implicación de algunos retos básicos que están entre-
lazados:
Sexo y género4
Desde este enfoque, para dar cuenta del significado del “concepto de género” es im-
portante hacer una distinción y definición del “concepto de sexo”.
Por “género” se alude a una categoría o término como el conjunto o sistema de sig-
nificados, normas, prácticas, representaciones construidas por lo social con base en
características relacionadas con el sexo de las personas. En otros términos, el género
hace referencia “…a la fabricación cultural e histórica de lo femenino y lo masculino,
la cual se define como conjunto de prácticas, ideas y discursos relativos a la feminidad
y la masculinidad, que determinan el tipo de características consideradas socialmente
como masculinas (adjudicadas a los hombres) y como femeninas (adjudicadas a las
mujeres).
Por “sexo” se alude a la categoría o término que hace referencia al conjunto de carac-
terísticas y procesos biológicos tendientes a diferenciar la especie humana en hem-
bras o machos, no obstante, hay personas que pueden tener ambas características o
una mezcla o un estado intermedio entre esas dos posibilidades. El sexo se compone
de varios niveles: sexo cromosómico (tener X o tener Y); sexo gonadal (tener ovarios/
producir óvulos o tener testículos/producir espermatozoides; el sexo hormonal: tener
predominantemente estrógenos o testosterona, además de algunas otras característi-
cas anatómico-fisiológicas.
El género es un organizador básico tanto de la vida como de las relaciones de las per-
sonas en diferentes ámbitos, espacios, instituciones. Impone papeles y modelos de lo
que se debe ser y hacer como mujeres y como hombres. Para entender mejor la forma
en la que se da este ordenamiento de las relaciones sociales y los efectos que produ-
ce –como la violencia-- revisaremos cuatro de las bases o prácticas sociales de este
ordenamiento genérico:
• La asignación de género.
• Los estereotipos de género.
• La identidad de género.
• Los roles de género.
Los estereotipos de género son otra práctica o institución social y cultural. Consiste en
establecer un sistema de atributos, características y expectativas sociales consideradas
propias de niñas, de niños, de mujeres, de hombres, de lo femenino, de lo masculino,
que se traduzcan en normas fijas y obligadas, en un deber ser, o una convención social
y, finalmente, en una imagen o modelo (inherente, esencial, inmutable) asignado a
mujeres y hombres. Este modelo opera también como parámetro para imponer pro-
hibiciones, permisos/privilegios y obligaciones que, se supone, deben cumplirse en el
comportamiento y la personalidad del ser mujer u hombre. Estos modelos de deber
ser, son desiguales y jerárquicos, se refuerzan y trasmiten por los medios de comuni-
caciones, las familias, las comunidades, las escuelas, etc.
La identidad de género es otra institución que se construye en el contexto social, no
se nace con ella, sino que se llega a ser hombre o mujer en función de las experien- 21
cias de vida a lo largo de todo el ciclo vital de la persona. La identidad es un proceso
en constante transformación e implica una vivencia subjetiva, en otras palabras, es
la condición de sentirse o asumir la perte-
nencia a un género, sea mujer, sea hom-
bre. La identidad se va constituyendo por
procesos de significación de la percepción, Vínculos entre la masculinidad, la violencia
la autopercepción y el reconocimiento de y el noviazgo
los y las otras en un contexto social.
“El imaginario social promueve ciertas formas
La identidad de género también se expre-
sa mediante prácticas y discursos diversos de violencia masculina con un significado es-
como los religiosos, científicos, políticos, pecífico; el héroe solitario, violento y aguerrido
mediáticos, de la opinión pública, filosó- sigue ocupando un sitio central. Se enfatiza la
ficos, teóricos, patriarcales, académicos, valentía, el arrojo y la intrepidez —cualidades
sociales, culturales, individuales, que pro- altamente alabadas en la cultura patriarcal— y
ducen y reproducen ideologías de lo que se minimizan los daños producidos. Se subraya
es significa ser mujeres u hombres, a través el orden y la disciplina y se desconoce cualquier
de códigos culturales como las creencias, posibilidad de disentir. Se promueve la autori-
valores, papeles de género o roles y los es- dad del jefe de familia —el hombre de la casa— y
tereotipos o prototipos de los femenino y se ignoran los derechos del resto del grupo.
de los masculino.
Es frecuente que desde el noviazgo los hom-
Las identidades son construcciones so-
ciales porque implican una práctica, un bres intenten controlar la relación, en ocasiones
aprendizaje, una serie de asignaciones o la violencia física empieza con el primer em-
atributos impuestos desde lo social, sobre barazo. Es importante identificar ciertas pautas
lo que se espera (expectativas), lo que se para advertir que la violencia no surge de un día
debe ser/hacer (obligaciones/mandatos) o para otro, se va construyendo y reforzando con
lo que no se deber ser/hacer (prohibicio- la interacción cotidiana. Finalmente, la dimen-
nes) como niña, como mujer, como niño sión psicodinámica alude a los aprendizajes, los
o como hombre. Implican también valores, hombres asumen que la violencia es la vía más
creencias, funciones y modos de ser que rápida para aliviar la tensión, reprimen la es-
se pueden conformar en la cultura como fera emocional y desarrollan poca habilidad de
estereotipos o como una pluralidad de
comunicación; paralelamente, las mujeres in-
concepciones y formas de experimentar la
corporan modelos de dependencia y sumisión,
femineidad y la masculinidad.
tienen necesidad de expresar sus emociones y
Los roles de género son un sistema o con- miedo a la reacción del compañero.” (Torres Fal-
junto de funciones y prescripciones socia- cón, 2010, p. 60, 77)
les y culturales de lo que se deber hacer,
actuar y comportarse de acuerdo a lo considerado como femenino o masculino en un
cierto contexto social. “Estas funciones y papeles están distribuidos de manera jerar- 22
quizada, desigual y no equitativa” (M. Leñero Llaca, 2010:23).
Así, desde el enfoque de las masculinidades es posible evidenciar cómo estos aprendi-
zajes tienen consecuencias negativas para ellas, pero también para ellos mismos. Cada
vez más hombres reconocen los malestares personales que les producen estos este-
reotipos y mandatos, logrando descubrir que se trata de un ideal o modelo impuesto
por la cultura pero que, al asumirlo sin cuestionarse, lo reproducen y lo “naturalizan”.
Visibilizar que la masculinidad tradicional es, finalmente, una práctica que se puede
cambiar al distanciarse cada hombre de los mandatos machistas que ésta le impone
para desarrollar perspectivas de ser y de relacionarse con las mujeres y demás perso-
nas desde formas alternativas, respetuosas, afectivas e igualitarias, constituye uno de
los propósitos fundamentales del Programa.
Trabajar las masculinidades con los jóvenes, implica también, tener en cuenta una
visión no adultocéntrica, respetuosa de sus identidades, pero que permite también
cuestionar y visibilizar los estereotipos y prácticas rígidas de ser hombres que produ-
cen y reproducen las violencias.
Por último, importa tener en cuenta que el imaginario social de las masculinidades se
refuerza en el ámbito escolar, en el grupo de pares, en los medios masivos de comuni-
cación, siendo todos estos elementos, componentes de la cultura patriarcal.
TEMA 2: NOVIAZGO Y OTRAS RELACIONES AFECTIVo-eróticas
Concepto de noviazgo 24
El noviazgo se puede entender como una etapa significativa por la que atraviesan las
personas en tiempos y espacios específicos. Tiene muy variadas duraciones y maneras
de vivirse y es, en su representación social más significativa, parte de la etapa de tran-
sición de un ciclo de vida a otro (adolescencia, juventud, adultez). En la experiencia de
esta vivencia se van reproduciendo, en mayor o menor medida, las normas y prácticas
de género (papeles, estereotipos, roles), así como constituyéndose las formas de rela-
cionarse y de aprender a vincularse con la otra o el otro.
Estas primeras maneras de vinculación pueden implicar, entre otras posibilidades, si-
tuaciones de violencia y malos tratos. Hoy día se cuenta con evidencias de que vivir en
el marco de un noviazgo violento puede tener consecuencias a futuro en las formas
de establecer relaciones de pareja en la vida adulta, que pueden derivar en violencia
conyugal (Casique, 2010: 505) y en las formas de relacionarse con o sin violencia en
otros vínculos como las y los hijos, familiares, amigas y amigos o colaboradores/as en
el trabajo. Por ello, se ha reconocido que prevenir la violencia en el noviazgo en esa
etapa de transición de las y los jóvenes puede derivar en la disminución de futuras si-
tuaciones de maltrato o violencia en las relaciones de pareja en la adultez.
Todas estas formas de relación alrededor del noviazgo son consideradas por las y los
jóvenes como “menos importantes” y por eso giran a su alrededor, donde el noviaz-
go constituye un tipo de relación con más centralidad o reconocimiento que ofrece
estabilidad para ellas y ellos con respecto a las otras formas de vinculaciones que se
pueden dar en la actualidad.
Tanto las mujeres como los hombres jóvenes de la actualidad consideran el amor
como un factor fundamental y básico de su experiencia y en el establecimiento de
sus relaciones eróticas y de noviazgo, “…piensan que es la base de la unión conyugal y
entre sus proyectos a futuro está tener una pareja estable que se sostenga por el amor
compartido.” (Guevara Ruiseñor, 2009: 129)
“Las formas culturales del enamoramiento —en las que se pueden identificar estereoti-
pos de lo femenino y lo masculino— operan también entre los jóvenes que inician sus
acercamientos amorosos, tanto en las maneras de acercarse como en las formas de
contarlo.” (Leñero Llaca et al., 2011:31). Por ejemplo, en los hombres jóvenes, el no-
viazgo puede implicar distanciarse o ejercer por la presión de los pares, ciertos man-
datos o códigos del modelo de masculinidad tradicional (hegemónica), como el no
expresar emociones o sentimientos frente a algún desdén o rechazo amoroso y seguir 27
la consigna de “los hombres no lloran”, con un costo emocional y limitaciones para
desarrollar sus capacidades de vincularse amorosamente o de establecer relaciones
más significativas y profundas.
También, esta ideología del amor conlleva a que exista “...‘una idealización’ romántica
de las relaciones de noviazgo en donde no puede existir el conflicto.” (Saldívar Hernán-
dez, 2010: 53) Y eso dificulta ver las relaciones de noviazgo y otras relaciones como un
espacio de negociación y de ejercicio de habilidades para resolver las diferencias y los
conflictos inherentes a las interacciones y la coexistencia.
Bajo este mismo enfoque de reflexión se concibe al enamoramiento como parte del
proceso de construcción del amor y una experiencia significativa que puede implicar
“…fusión, goce, un estado de trance, alienación, locura, éxtasis.” (Sanz, 2007: 103). Se
puede vivenciar como una fantasía o idea-
lización de la persona, como una altera-
ción de la percepción del espacio-tiempo.
Enamoramiento y vulnerabilidad
A partir de lo vivencial y lo didáctico, es de-
cir, de la sensibilización y la educación, se
“Están muy enamorados, cualquiera puede ver-
abordan las experiencias y las reflexiones
sobre el aprender a amar desde el buentra-
lo. En la escuela y cuando salen con sus ami-
to (con base en el respeto, la equidad y sin gos, siempre buscan estar juntos. Presumen su
dañar/se) en el espacio personal, relacional amor. Pero si él o ella coquetea con otras per-
y comunitario con el fin de buscar trans- sonas, entonces se enojan, se insultan y pue-
formar los códigos afectivos. den incluso abofetearse. La reconciliación es lo
mejor. Pellizcos en los cachetes, leves nalgadas
Así, desde esta propuesta el maltrato es o palmaditas en la nuca o espalda. Y las pala-
considerado como reflejo de relaciones de bras de siempre: “no pasa nada. A ti es a quien
poder autoritario y un instrumento eficaz quiero”, y asunto arreglado. Tan recurrente es
de subordinación que se impone en la vida la escena que ambos se acostumbran. Con al-
cotidiana afectando de forma singular y sis- gunas variantes, así nace la violencia en el no-
temática a las mujeres, las niñas, niños, en
viazgo. Si se permite, del reclamo se pasa al
tanto que el papel social y la identidad de
esas personas se han configurado “…desde
insulto; del insulto a los golpes; de los golpes
una subjetividad pasivisada, para el someti- al sometimiento y de éste a la violencia sexual.
miento, la anulación de la autoestima y de
sí mismas, y para la vivencia de guiones por Las conductas violentas en las relaciones de pa-
y para los otros y no para sí mismas…” . reja no formales no son percibidas como tales
ni por las víctimas ni por los agresores, pues
En la construcción subjetiva de la iden- generalmente se confunden maltrato y ofensas
tidad de las personas se establecen las con amor e interés por la pareja.”
construcciones sociales del género que
“…invisibilizan la inequidad, la injusticia, la Aldar Adame. Tomado de Letra S, número 79,
desigualdad y el maltrato hacia las muje- febrero de 2003 (www.letraese.org.mx)
res, aceptando esto, sin reflexionar mucho,
como si así fueran, por descontado, las relaciones entre las mujeres y hombres…” .
29
Así, desde las técnicas vivenciales de la terapia de reencuentro, se propone trabajar
y visibilizar los procesos de construcción subjetiva de los vínculos de afecto y, espe-
cíficamente en el caso de la violencia de género en las relaciones de noviazgo, a fin
de indagar aspectos subyacentes en los vínculos. Darse cuenta de las fantasías, tales
como él va a cambiar, todo será distinto si yo me porto bien… y en las creencias que
se reproducen en otros vínculos del ciclo de vida de las personas: en la infancia, en la
familia, por ejemplo, creer que nos lo merecemos porque sentimos culpa de no haber
cumplido lo esperado, o porque nos han dicho alguna cosa como: si te pego es por tu
bien, es para educarte.
Otro concepto importante para trabajar con las y los jóvenes es el espacio personal.
“Hay personas que no distinguen su espacio personal propio, o no lo reconocen en
relación con la otra persona; por lo tanto, no se hace una diferenciación clara entre
lo que desean compartir y lo que no, en lo que uno es y lo que es la otra persona, tor-
nándose muy demandantes los vínculos; y cuando no se reconocen los límites entre el
yo y el otro es muy fácil invadir y dejarse invadir, o sentir que la propia vida o bienestar
depende de la otra persona, en vez de sentir que depende de sí misma o de sí mismo;
sintiendo que la vida de la otra persona le pertenece; por lo tanto, la puede maltratar…”
(González Serratos, 2009:139).
Tanto los derechos humanos como los derechos sexuales constituyen una dimensión
imprescindible y una base de información para la construcción de herramientas para
la prevención de la violencia, toda vez que a partir del conocimiento e incorporación
de los derechos se pueden brindar elementos para prevenir el maltrato y para que me-
joren los vínculos afectivos en la vida cotidiana, sea en los ámbitos escolar, familiar o
directamente entre las y los jóvenes.
La sexualidad es una vivencia básica e inherente al ser humano que abarca todo el ciclo
vital de las personas. Contempla dimensiones como el erotismo, los vínculos afecti-
vos, la reproductividad, el género y la orientación/preferencia sexual. Sin embargo,
esta actividad suele permanecer oculta o exclusivamente ligada a la reproducción, por
diferentes motivos –culturales, religiosos o ideológicos- que, en su mayoría, están re-
lacionados con la persistencia de un basamento patriarcal. 30
Para que los derechos se encuentren al alcance de las y los jóvenes es necesario:
• Hacer visibles las necesidades específicas de los y las jóvenes.
• Mirar a las y los jóvenes como interlocutores válidos.
• Reconocer sus capacidades de decisión.
• Erradicar valores culturales y prácticas sociales discriminatorias.
• Proporcionarles conocimientos suficientes sobre la sexualidad y el cuerpo.
• Brindar servicios educativos y de salud específicos para su etapa de vida.
Sin embargo, contamos ya con un marco internacional y nacional relacionado con los
derechos, objetivos y pautas de política educativa para la educación de la sexualidad
y la salud sexual en todos los niveles y, en específico, en el sector de adolescentes y
jóvenes, el cual está basado en enfoques científicos, integrales y laicos1.
1 Se pueden consultar, entre otros: la Declaración de Principios de las FEMESS, Federación Mexicana de
Con base en esa perspectiva, se abordan en la Guía algunos aspectos básicos de la 31
sexualidad desde una definición técnica que incluye un enfoque de derechos sexuales
y reproductivos de las y los jóvenes, que considera al ámbito escolar como un espacio
significativo para transformar los códigos, las relaciones y las prácticas de la sexualidad
y la salud sexual en un marco de respeto y de derechos humanos.
En México se cuenta con la Cartilla Nacional por los Derechos Sexuales de las y los
Jóvenes, “…avalada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y más de
160 organizaciones” (www.andar.org.mx).
2 El artículo 6 de la Cartilla que dice “Derecho a vivir libre de violencia sexual” implica protección ante
cualquier forma de violencia que afecte el disfrute pleno de su sexualidad. Todas las personas tienen
derecho a la libertad, a la seguridad jurídica, a la integridad física y psicológica. Ninguna persona debe
acosar, hostigar, abusar o explotar sexualmente a otra. El Estado debe garantizar el no ser torturada/o,
ni sometida/o a maltrato físico y psicológico, abuso, acoso o explotación sexual (Artículos 1, 4, 20, 21 y
22 de la Constitución).
TEMA 3: VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Y TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
Para poder diferenciar la violencia en el noviazgo de otros tipos de violencia, como la
violencia conyugal o de pareja, o la violencia entre pares, hemos seguido la propuesta 33
de Castro y Casique (2010: 21) sobre el concepto de violencia de género, desde el cual
otorgan un peso importante al origen social y cultural del ejercicio de la violencia, así
como al patrón sistémico y estructural de dominación en las relaciones entre mujeres
y hombres, entre lo femenino y lo masculino, que privilegia a los hombres y lo mascu-
lino con respecto y en detrimento de las mujeres y lo femenino.
Violencia de género
En este texto entenderemos la violencia
de género como: “cualquier daño a otra
persona perpetrado contra su voluntad,
que tiene un impacto negativo sobre su ¿Qué es la violencia?
salud física o psicológica, sobre su desa-
rrollo y sobre su identidad, y que resulta “La violencia es todo acto que tiene como fin
de las desigualdades de poder (es decir, de controlar, someter o devaluar a otra persona”.
género) que explotan las distinciones en-
Hay muchas formas de ejercer la violencia, en-
tre hombres y mujeres, en los hombres y
tre ellas están: golpearla, decirle palabras que la
en las mujeres, contra las mujeres y las ni-
ñas; la violencia de género las afecta prin- ofendan, humillarla delante de otros, no hacerle
cipalmente a ellas en todas las culturas.” caso cuando habla, entre otras cosas más.
(Jeanne Ward, traducción libre y cursivas
añadidas de Castro y Casique, 2010: 21) Todas las personas, mujeres y hombres, niñas,
niños, ancianos, ancianas, adultas y jóvenes
Por ello es importante reiterar que el gé- podemos ser objeto de violencia. Sin embargo,
nero constituye una dimensión social y hay diferencias importantes dependiendo de
cultural que se expresa en las prácticas circunstancias como la edad o el sexo.
cotidianas cuyos significados, percepcio-
nes, asignaciones e identidades se basan La violencia es mucho más común de lo que
en las diferencias de sexo entre las perso-
pudiera pensarse, pero no nos damos cuenta de
nas, estableciendo socialmente dicoto-
ello porque muchas veces ha sido parte de las
mías y jerarquizaciones en las relaciones
entre mujer/hombre e impulsando diná- cosas con las que hemos crecido desde niños y
micas relacionales que implican diferen- que hemos visto como “normales” en nuestra
cias de poder sistemáticas y estructurales sociedad. Por ejemplo, cuántas veces no hemos
que reproducen, en sí mismas, formas de escuchado cosas como: “la letra con sangre en-
violencia que han llegado a constituirse en tra”, “quien te pega... te quiere bien”, “es me-
un gran sistema de opresión naturalizado jor un buen golpe a tiempo”.
e invisibilizado. CNEGySR de la Secretaría de Salud, Folleto, “Los
hombres jóvenes y la violencia”
Para entender cómo opera este sistema de
opresión en la violencia en el noviazgo, coincidimos con la necesidad, señalada por
Castro y Casique (2010: 22–23), de asumir un marco de análisis que permita, a partir 34
del enfoque de género, explicar por qué y cómo es que la violencia se vive, afecta y tie-
ne consecuencias muy distintas para las mujeres y para los hombres, además de poder
precisar los sentidos (motivos y fines) de la violencia, es decir, puntualizar si la violencia
que se ejerce es desde el afán de controlar y dominar, por acciones de respuesta o de
defensa propia.
1 “Un hallazgo consistente y desconcertante para quienes se adentran en el tema, es que la prevalencia
de violencia en el noviazgo entre jóvenes adolescentes y en edad universitaria es igual o comparable
según sexo”. (Casique, 2010). Esto es interpretado desde algunas posturas como si la violencia en el
noviazgo entre jóvenes fuese igual, equivalente o simétrica entre ambas partes y no hubiese diferencias
de género o de motivos, fines y consecuencias al ejercer o sufrir la violencia. Aquí es importante seña-
lar que no se trata de minimizar ningún tipo de violencia, finalmente el objetivo es erradicar cualquier
tipo de violencia en todos los ámbitos de la vida humana, evidenciando que el enfoque de género y las
herramientas metodológicas que de él emanen son importantes para poder interpretar el complejo
fenómeno de la violencia.
mismo tipo” (Castro y Casique, 2010: 23).
35
Por ejemplo, en las situaciones de violencia física, no obstante que en algunos ca-
sos puede ser bidireccional o recíproca entre las y los jóvenes, no se puede poner en
un plano simétrico general lo que experimentan mujeres y hombres, por tres razones
fundamentales: la primera, porque los daños en la salud siempre son mayores en las
mujeres que en los hombres que sufren violencia de sus parejas; segunda razón, por-
que el significado de la violencia y la forma en que ésta se conceptualiza difieren para
hombres y para mujeres en la relación de noviazgo; tercera, porque los “aprendizajes”
que asimilan los varones y las mujeres de la violencia en la pareja son diametralmente
diferentes, pues se orientan a consolidar a cada persona en su rol socialmente “espera-
do”: los hombres en su papel de agentes que ejercen y se benefician de la dominación,
las mujeres en su papel de agentes sumisas y conformistas con la inequidad de género
(Castro y Frías, 2010: 33).
A manera de ejemplo de las posibilidades de lectura de los actos de violencia a partir del género,
algunos hombres “proveedores” o “jefes de familia” tienen relativamente mayor permisividad
para el ejercicio de la violencia en el ámbito doméstico, siempre que sostengan económicamente
a su familia, mientras que, de las “amas de casa”, se espera que se ocupen del hogar y cuiden
a niñas y niños, las y los adultos mayores y personas con discapacidad –independientemente de
estar o no insertas en el mercado de trabajo. En algunos casos, la construcción de la identidad
femenina, relacionada con la domesticidad y la dependencia, imposibilita a las mujeres para
que salgan de la dinámica de violencia por parte de su pareja afectivo-erótica. Por su parte, la
construcción de las identidades masculinas, ligada al ejercicio del poder y la violencia para re-
solver conflictos, facilita que si la pareja percibe que, de alguna manera, la mujer no se ajustó
a su papel, fue más allá de los límites establecidos o desafió sus derechos, puede reaccionar
de manera violenta. En las relaciones de noviazgo y entre personas del mismo sexo también
subsiste esta dinámica de violencia. (Saucedo González, 2011: 71)
Tipos de violencia
Para efectos operativos adoptaremos la siguiente tipología de la violencia que perte-
nece a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aunque es
importante aclarar que existen otras propuestas para clasificar las formas de violencia.
Violencia psicológica
Cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica. Puede consistir en negli- 36
gencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación,
marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restric-
ción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depre-
sión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e, incluso, al suicidio.
Violencia física
Cualquier acto que inflige daño no accidental, que usa la fuerza física o algún tipo de
arma u objeto que pueda provocar, o no, lesiones, ya sean internas, externas o ambas.
Violencia sexual
Cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por
tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso
de poder que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebir-
la como objeto.
Fase de paralización
El análisis del género y de las masculinidades engloba también una mirada que es múl-
tiple en sus estrategias y metodologías e incorpora un marco de intervención factible
de complementarse con las diferentes teorías, conceptos y metodologías de diver-
sas aproximaciones para abordar el fenómeno social de la violencia en las relaciones
afectivo-eróticas entre jóvenes.
Es el caso del marco ecológico, desde el cual se logra visibilizar la interacción entre va-
rias dimensiones (lo individual, lo relacional, lo comunitario y lo social) y para el caso de
la Guía, cuyos contenidos se enfocan en las y los jóvenes de educación media superior,
se logra comprender de manera integral la condición de ser joven (Espinosa, 2010: 10),
considerando el ámbito escolarizado como un espacio significativo para transformar
las relaciones y prevenir la violencia de género en el noviazgo. A partir de esta visión
en relación con el fenómeno de la violencia en el noviazgo, se hace referencia a los si-
40
Realidades y argumentos en contra de mitos y estereotipos sociales en relación con
las violencias y el maltrato:
• “No son pérdidas de control”. Las llamadas “pérdidas de control” son controladas. El hombre
violento agrede cuando la mujer es más vulnerable, cuando no hay nadie que pueda ayudar
a la mujer que agrede, en situaciones de mayor aislamiento. En otros contextos y con otras
personas no se descontrolan o lo hacen mucho menos.
• “La familia siempre ayuda a la mujer”. Las familias no siempre fomentan la autonomía, el
respeto y el valor de las diferencias; aún se ejerce violencia física o castigos hacia las mu-
jeres, niñas y niños como forma de “corregir o educar”. Por eso no se puede dar por hecho
que la familia y vínculos cercanos a la joven la ayuden y apoyen.
• “La violencia es solo el golpe”. Hay otras formas de violencia a parte de la física que son
menos evidentes o más sutiles o difíciles de detectar, como la psicológica, la sexual, la econó-
mica y tienen el mismo objetivo de limitar, controlar y someter la autonomía de las mujeres.
• “Son parejas que se agreden mutuamente”. El proceso o ejercicio de la violencia de género
se sustenta en la desigualdad, estereotipos y dominación de hombres hacia las mujeres por
el simple hecho de ser mujeres, es una forma sistemática de dominarla y controlarla a ella,
que puede generar lo que se conoce como violencia reactiva como respuesta de defensa ante
la violencia de los hombres.
• “Son hombres enfermos”. No obstante que puede haber casos de hombres que ejercen vio-
lencia por causas de algún daño orgánico cerebral, más del 95 por ciento de los hombres que
ejercen violencia no tienen algún trastorno o daño cerebral.
• “El alcohol u otras dependencias son la causa”. Los hombres que ejercen violencia, la ejercen
cuando han consumido alcohol y también cuando no lo han consumido; el alcohol y otras
sustancias no son la causa, aunque pueden asociarse a desinhibición y la violencia se agrava,
o son utilizados para autojustificarse y no asumir la responsabilidad de sus actos.
• “Es gente de bajos recursos e inculta”. La violencia y todos los tipos de violencia ocurren en
todos los grupos, estratos, clases sociales o condiciones sociales, el único rasgo común de
los hombres agresores es tener o haber tenido un vínculo afectivo con la persona que sufre
o sufrió su violencia.
• “La idea del amor romántico”. En general, el significado del amor romántico se mitifica y
se asocia a la atracción, pasión, emociones intensificadas y expectativas diferenciadas para
mujeres y hombres. En las mujeres se asocia a la entrega total, anularse por el otro, a una
relación de larga duración y aceptación incondicional de los hombres, por eso se puede con-
fundir los celos, el control y el dominio de él con expresiones de “amor”. Y en los hombres se
asocia a poseer o sentirse dueños de las mujeres: ella le pertenece o es puro placer erótico.
guientes aspectos: de manera particular, nos ayuda a entender el complejo fenómeno
de la violencia en el noviazgo y también a intervenir en ese campo de relaciones para 41
transformarlas hacia condiciones de equidad e igualdad de derechos entre jóvenes.
• “¡Si no le gusta, que se vaya!”. Pedirle a ella que deje su trabajo, sus proyectos y que se
refugie. Sería más adecuado que el hombre que ejerce violencia deje el hogar y a la mujer
proporcionarle medidas de protección.
• “¡Que denuncien!”. Es importante que la mujer tenga primero una estrategia clara de a
dónde acudir, los recursos de los que dispone, qué lapso de tiempo y quién y cómo será
atendida en lo psicológico, lo social, lo jurídico.
• “Es un asunto privado”. La violencia contra las mujeres es un grave problema social, es un
delito y las instituciones, los grupos sociales, las comunidades, las familias y las personas
tenemos responsabilidad de prevenirla y erradicarla en todos los ámbitos.
• “Son problemas que tienen arreglo”. Se requieren más políticas públicas de prevención y
erradicación de la violencia contra las mujeres –sean adultas, jóvenes, niñas- en todas las
relaciones sociales y espacios sociales; no solamente actuar en las crisis.
• La conducta violenta es algo innato, que pertenece a la “esencia del ser humano”.
Tomado de Mendi Zuaro, 2004.
2 Es importante señalar que las cifras relacionadas con las prevalencias sobre los y las jóvenes que ejer-
cen y/o sufren violencia en sus relaciones se enmarcan en diversos contextos y en un amplio marco de
análisis y de discusiones, teorías y concepciones que están en marcha. Entre los consensos generales
destaca el reconocimiento de los múltiples niveles y dimensiones, formas, tipos y consecuencias de la
violencia, no siempre fáciles de abordar tanto en la investigación como en la intervención. Sobresale
también que no todos los abordajes teóricos actuales reconocen o asumen las vinculaciones con la
construcción del sistema sociocultural de género, así como sus implicaciones con las identidades de
ser mujeres y varones, con los estereotipos de la feminidad y la masculinidad, etc.; es decir, no todos los
marcos de análisis incluyen un enfoque de género. Se puede ver, por ejemplo, la violencia en el noviaz-
go como un problema “simétrico” independientemente del género y que, por tanto, no se necesita un
enfoque de género para abordar el problema (Castro y Casique, 2010, pp. 12–13).
la Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo de 2007 (en adelante ENVINOV).
Se cuenta además con datos de la Encuesta Nacional sobre Exclusión, Intolerancia y 42
Violencia en Escuelas Públicas de Nivel Medio Superior (ENEIV, 2007); y en ese mismo
nivel del sistema educativo, se cuenta también con los hallazgos de varios estudios que
muestran las manifestaciones y magnitudes que presenta la violencia en el noviazgo.
Para contextualizar esos resultados es importante tener en cuenta que la violencia3 en
el noviazgo puede clasificarse, principalmente, en tres grandes tipos: violencia emo-
cional, violencia física y violencia sexual. Finalmente, es pertinente destacar que “…la
forma de violencia más prevalente es el noviazgo es la emocional y, de hecho, las con-
secuencias y daños causados por ésta pueden ser tanto o más devastadores que los de
la violencia física” (Castro y Casique, 2010: 23).
2006 Encuesta sobre la Dinámica de las Re- • 25 por ciento de las estudiantes sufría vio-
laciones en el Noviazgo entre las Estu- lencia emocional; 16 por ciento física; 3 por
diantes de Bachillerato y Preparatoria, ciento sexual y 2 por ciento económica.
con 5,143 estudiantes de sexo femeni-
no en varios estados del país (Inmuje-
res, 2007a).
2006 Estudio con 13,293 estudiantes de 12 a • 28 por ciento de prevalencia de violencia to-
24 años de edad de escuelas públicas tal (emocional y física) entre estudiantes de
del estado de Morelos (Rivera-Rivera, escuelas de Morelos.
Allen, Rodríguez-Ortega, Chávez-Aya-
la, y Lazcano-Ponce, 2006).
2006 Estudio con una muestra de estudian- • 5.2 por ciento de violencia física, 15.2 por
tes de preparatoria en San Cristóbal de ciento de violencia sexual y 2 por ciento de
las Casas, Chiapas (Méndez y Sánchez violencia sexual en las relaciones de noviaz-
citados en (Casique, 2010: 5). go.
3 Violencia “es un acto y omisión intencional, transgrede un derecho, ocasiona un daño y re-estructura
una relación de poder” (Torres Falcón, 2010: 72).
2006 Encuesta Nacional sobre la Dinámica • 25 por ciento de las mujeres adolescentes y
43
de las Relaciones en los Hogares, 2006, jóvenes solteras manifestaron haber sufrido
mujeres de 15 a 29 años. algún tipo de violencia.
• 24 por ciento de las solteras sufrió violen-
cia emocional al momento de la entrevista o
con su última pareja; 6.2 por ciento violencia
física, 4.4 por ciento violencia sexual.
• 71 por ciento de las participantes tienen en-
tre 15 y 24 años de edad.
(Jácome del Moral, Medina, y Orozco Corona,
2010, p. 98)
2007 Estudio con 7,960 estudiantes de se- • 9.4 por ciento de mujeres y 8.6 por ciento
cundaria, preparatoria y universidad en de hombres sufrieron violencia psicológica
Morelos. mientras que 9.9 y 22.7 por ciento respecti-
vamente, sufrieron violencia física.
2007 Encuesta sobre Exclusión Intolerancia • 11 por ciento de mujeres y 6.2 por ciento de
y Violencia en Escuelas de Educación varones sufrieron violencia sexual.
Media Superior en México, con 13,727 • 26 por ciento de los adolescentes varones
estudiantes, 81. 2 por ciento ha tenido sufrió alguna forma de violencia física en el
una relación de noviazgo. noviazgo, para las mujeres la cifra es de 10
por ciento.
• Los adolescentes que sufrieron violencia fí-
sica o sexual en su último noviazgo tienden a
asistir a escuelas con mayor conflicto y vio-
lencia que los adolescentes que no experi-
mentaron estos tipos de violencia.
• Las y los adolescentes no involucrados en
alguna forma de violencia escolar presentan
la proporción más baja de violencia sexual
en el noviazgo (5.4%), mientras que aquellos
que sí lo están (tanto ejerciéndola como su-
friéndola) presentan la proporción más alta
de violencia sexual en el noviazgo (18.1%).
(Castro y Frías, 2010, p. 36).
2008 Estudio sobre coerción sexual, con en- • 33.4 por ciento del total refiere que vivió
trevistas a 320 estudiantes universita- coerción sexual y mencionan al novio/a
rios. (57%) como el principal perpetrador. (Saldí-
var Hernández, 2010, p. 51)
2008 Estudio cualitativo sobre la correlación • 77 por ciento de hombres han ejercido vio- 44
entre consumo de alcohol y violencia lencia psicológica contra la mujer durante la re-
en el noviazgo, entre jóvenes del área lación de noviazgo. (Guzmán Facundo, López
metropolitana de Nuevo León García, y Rodríguez Aguilar, 2010, p. 74)
Por otra parte, para el análisis de la población general de jóvenes en México en esta materia, se
cuenta actualmente con los resultados tanto de la citada Encuesta Nacional sobre Exclusión, In-
tolerancia y Violencia en escuelas Públicas de Nivel medio Superior en México de la SEP de 2007
(Castro y Frías, 2010) como de la también mencionada ENVINOV 2007 (Véase Castro y Casique,
2010), de las cuales retomamos algunos datos que pueden ilustrar elementos y magnitudes sobre
la violencia en el noviazgo en el ámbito nacional, como se verá a continuación:
“En general: 46.1 por ciento de los hombres y 38.4 por ciento de las mujeres, es decir,
un total global de 42.4 por ciento de los jóvenes de 15 a 24 años de edad que tienen
una relación de noviazgo o la tuvieron en los 12 meses previos al levantamiento de la
encuesta, sufrió alguna forma de violencia en el noviazgo (Castro y Casique, 2010, p.
222)”.
“Este enfoque parte del supuesto de que, cotidianamente, cada persona está inmersa
en una multiplicidad de niveles relacionales –individual, familiar, comunitario y so-
cial–, donde pueden producirse distintas expresiones y dinámicas de violencia” (In-
cháustegui Romero y Olivares Ferreto, 2011, p. 20).
1 El reconocimiento de la complejidad de este problema (de la violencia de género), implica atacar sus
manifestaciones y prevenir su ocurrencia con el trabajo de las personas, las relaciones, las comunidades
y la sociedad en su conjunto (Incháustegui Romero y Olivares Ferreto, 2011:10).
2 Como señala M. Torres: “En realidad, cualquier análisis sobre violencia debe reconocer la importancia
de los mensajes culturalmente construidos sobre roles y comportamientos de hombres y mujeres, así
como las desventajas de estas últimas en términos de poder. Pero éste no es el único factor explicativo.
Hay que incluir aspectos personales, situacionales y socioculturales específicos. El modelo ecológico
subraya la interrelación entre cuatro esferas: macrosistema, exosistema, microsistema y esfera perso-
nal” (Torres Falcón, 2010:75) .
48
Para salir de una relación violenta o de maltrato:
Es importante saber que es probable que tengas que tomar una decisión en cuanto
a la relación que te causa daño o sufrimiento, lo cual a veces es difícil o te puede
llevar a experimentar miedo, tristeza u otra emoción por separarte de esa persona,
o a recibir críticas de tus pares, amigas y amigos.
Con estos apoyos, paso a paso, lograrás salir de esa relación violenta o de maltrato
en tu relación de noviazgo. Recuerda: no se vale que te lastime quien dice que te
ama.
Llegarás así a disfrutar de tu nueva vida, ya dirigida por ti misma de forma inde-
pendiente y autónoma, volviendo a ser una persona alegre, sociable, valerosa, op-
timista, dispuesta a vivir intensa y satisfactoriamente con tus amistades y familia.
Aunque lo puedas creer imposible o muy difícil, tú puedes dar ese gran paso de
terminar con esa relación que te ha producido tanta ansiedad, tristeza, malestar
emocional, desvalorización personal, angustia e incluso dolor físico más o menos
grave. (Adaptado de Gálligo Estévez, Fernando, 2010: 26)
Macrosistema Mesosistema Microsistema Individual 49
Modelos sociales o re- Problemáticas sociales Conflictos en las rela- Carga histórica
presentaciones socia- identificables en es- ciones Autoestima baja
les cuelas, barrios, grupos Contexto familiar con Dependencia
Relaciones de poder Pobreza violencia Indiferencia
Violencia estructural Desempleo Socialización Comunicación pobre
Impunidad Falta de afecto
En el nivel mesosocial se puede visibilizar una esfera todavía más amplia en donde se
encontrarían las relaciones o interacciones comunitarias, es el espacio de los vecinda-
rios, el barrio, los ambientes escolares y laborales más próximos. En este nivel se pue-
den observar muchos de los códigos culturales que naturalizan y justifican el ejercicio
de las violencias y en cómo interactúan con factores como la identidad de género
tradicional o machista. Como señalan Incháustegui Romero y Olivares Ferreto (2011:
23), en este nivel “…es necesario observar la presencia de riesgos como el papel de las
formas violentas de la identidad masculina hegemónica, principalmente en la adoles-
cencia y la juventud, que llevan a asumir actitudes o actividades de alto riesgo, como
cometer robos, enrolarse en bandas o participar en actividades del crimen organizado.
Después de todo, a través de estos códigos –transmitidos en las prácticas sociales co-
lectivas– se reproducen los comportamientos violentos en las comunidades y barrios”.
Alternativas relacionales:
• No enjuiciar, es decir, “reconocer que se ejerce violencia, es un paso importante”.
• No ser cómplice, culpabilizar, coludirse o justificar la violencia y prevenir que se
reproduzca más violencia o se “naturalice” el ejercicio de la violencia.
• Alentar y apoyar a la persona para que busque ayuda profesional en asociaciones
u organizaciones civiles especializadas o en instancias públicas con servicios de
intervención con hombres para dejar de ejercer violencia.
Alternativas relacionales:
• Apoyar a la persona que recibe violencia y garantizar su seguridad emocional, física
y la confidencialidad.
• Escuchar a la persona sin juicios morales y evitar juzgarla o culpabilizarla de la si-
tuación. 51
• Tener claro que la responsabilidad de la violencia es de la persona que la ejerce.
• Alternativas sociales y comunitarias:
• Reconocer la importancia del apoyo y la ayuda profesional, sea ésta psicológica,
legal y/o social (refugios, trabajo reeducativo) hacia mujeres y hacia hombres.
• Identificar los recursos institucionales y públicos que se encuentran cercanos al
domicilio de la persona (alguna asociación que ofrezca atención, centro de aten-
ción especializado, líneas telefónicas de atención a la violencia, teléfonos de emer-
gencia, módulos policiacos, etc.)
• Conocer las instituciones que atienden la violencia contra las mujeres y a hombres
agresores, conocer sus direcciones, horarios, servicios, requisitos, etc.
Alternativas en la política pública:
• Conocer las leyes federales y locales que existen y protegen los derechos de las
mujeres.
• Apoyar las iniciativas ciudadanas en contra de la violencia de género.
Asume que el conflicto no significa violencia sino que es una herramienta de trans-
formación y desarrollo de las personas y las comunidades. Siendo consustancial a las
relaciones humanas, lo que se requiere es desarrollar y potenciar las habilidades para
la vida, tales como: el autoconocimiento, la empatía, la asertividad, la toma de decisio-
nes, el pensamiento crítico y creativo, el manejo de las emociones, de las tensiones y
la resolución de los conflictos.
En la Guía se retoman en todas las sesiones con diferentes técnicas cuatro de las es-
trategias metodológicas para el trabajo de prevención de la violencia en el noviazgo,
a saber:
La socioafectiva o vivencial
Facilita la construcción grupal en un ambiente que privilegia la autoestima y la con-
fianza para apoderar a personas y a colectivos, desarrollando las habilidades necesa-
rias para comunicarse, cooperar y aprender a resolver los conflictos. Esta metodología 52
ha sido la columna vertebral de la educación para la paz y los derechos humanos.
La participativa
Facilita los procesos de discusión, análisis, reflexión y construcción de conceptos,
ideas, valores y principios, a partir del trabajo individual y colectivo. Se privilegia el co-
nocimiento de quienes participan en el proceso educativo.
La problematizadora o reflexivo-dialógica
Provoca procesos de confrontación y problematización que facilitan y apoyan la toma
de decisiones ante situaciones cotidianas en las cuales se polarizan dos o más dere-
chos. Favorece el desarrollo del juicio moral.
El papel general del equipo facilitador es sensibilizar a las y los jóvenes, a los grupos y a
la comunidad escolar sobre la importancia de la prevención de la violencia de género
y, en particular, de la violencia en el noviazgo. Para lo anterior se requiere “lograr que
las y los participantes encuentren un espacio sensible para abordar la problemática
de la violencia, escucha respetuosa, inclusión de nuevas formas de trato, creación de
confianza, establecimiento de una comunicación clara y fluida [con las y los partici- 54
pantes jóvenes] a lo largo del proceso”(Híjar y Valdez Santiago, 2010: 17–18).
Enlistamos pautas específicas para el perfil de las y los facilitadores en cuanto a habilidades,
capacidades y actitudes, que se recomiendan para garantizar un óptimo desempeño en los pro-
gramas reeducativos con hombres que ejercen violencia (Híjar y Valdez Santiago, 2010: 18–19).
Habilidades y capacidades
• Autenticidad.
• Expresión verbal clara, precisa y sencilla.
• Capacidad de análisis y síntesis.
• Interés por su trabajo y por el grupo que conduce.
• Capacidad para despertar y conservar la atención del grupo.
• Potencial para establecer buenas relaciones interpersonales.
• Habilidad para integrar a las/los participantes y orientarles al logro de los objetivos propuestos.
• Experiencia para el manejo de situaciones difíciles.
• Capacidad y hábito de escucha.
• Creatividad para manejar situaciones imprevistas.
• Entusiasmo.
• Previsión para adelantarse a los acontecimientos y a los problemas.
• Orden para coordinar los elementos humanos, materiales y técnicos antes y después del de-
sarrollo de las sesiones del Programa.
1 Lo recomendable sería que en cada plantel se contará con un mínimo de sensibilización del personal
directivo, del personal docente, del personal administrativo e incluso del personal de intendencia, en
cuanto a la perspectiva de género y aspectos básicos de la cultura institucional, como los protocolos de
intervención para casos de acoso sexual y hostigamiento sexual, entre otros aspectos.
• Saber explicar la diferencia entre los aspectos biológicos (sexo) y los aspectos so-
ciales (género), así como los procesos e interrelaciones entre ambos conceptos. 55
• Idealmente, conocer y comprender la violencia en su dimensión real y desde una
perspectiva no sólo profesional sino personal, para que puedan reconocer la vio-
lencia que han vivido en sus propias vidas y poder reconocer la violencia que pue-
dan estar padeciendo las personas con las que trabajan, siguiendo la recomenda-
ción de Pepa Horno Goicoechea (2009: 15) para profesionales que trabajan con
víctimas y/o agresores, en este caso en el ámbito educativo.
• Tener conocimientos básicos sobre el enfoque de derechos humanos: conceptos
de justicia, igualdad, paz, libertad, dignidad; comprender los conceptos desde lo
racional y desde lo vivencial.
• Conocer en forma básica el marco normativo acerca de la prevención, atención y
erradicación de la violencia contra las mujeres y la violencia de género.
• Explicar aspectos sobre sexualidad, educación de la sexualidad y el marco concep-
tual básico y ético para abordarla desde una perspectiva de los derechos sexuales y
reproductivos de las y los jóvenes.
Cómo actuar para ser parte de la solución para lograr hacer lo mejor posible
• Tener una escucha activa y comprensiva (mantener todos los sentidos y concentración al tes-
timonio, no interrumpir a la persona).
• Apoyar la expresión fluida de sus pensamientos, emociones y sensaciones.
• Fomentar la construcción de un ambiente de confianza y diálogo sobre lo que siente.
• Se requiere conocer los significados de la violencia, los tipos de violencia y sus consecuencias
y apoyar a la persona para que pueda reconocer las situaciones de violencia.
• Informarle sobre las características de las situaciones de violencia (p.ej. que pueden ir desde
los insultos, descalificaciones, el control, dominio y celos, hasta la violencia física: empujones,
golpes, cachetadas); y que ninguna de esas manifestaciones son formas de resolver conflictos
en las relaciones.
• Mostrar calma, confianza en la confidencialidad.
• Fomentar que se puede solicitar apoyo profesional de diverso tipo y que asuma sus propias
decisiones sobre su propia atención.
• Ser empáticas/os.
• Creer y validar sus vivencias y experiencias.
• Facilitar un espacio seguro, que garantice confidencialidad y sea cálido/tranquilo.
• Estar atenta/o al lenguaje no verbal (de quien habla y de quien escucha).
58
Cómo actuar para ser parte de la solución para lograr hacer lo mejor posible
(continúa)
ESTRUCTURA
GENERAL DE LA
INTERVENCIÓN
Y TÉCNICAS DE
TRABAJO GRUPAL
Y DE LOS TEMAS
ESTRUCTURA DE LA INTERVENCIÓN: SENSIBILIZACIÓN, PREVENCIÓN Y ATENCIÓN 60
BÁSICA DE LA VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Y EN OTRAS RELACIONES AFECTIVO-
ERÓTICAS ENTRE JÓVENES
Sesión 1 GÉNERO
• Objetivo: contribuir a la identificación y reflexión crítica de los com-
ponentes de género existentes en las relaciones afectivo-eróticas en-
tre las y los jóvenes, que favorecen el ejercicio de la masculinidad he-
gemónica.
• Técnicas instruccionales 1.
Sesión 2 NOVIAZGO Y OTRAS RELACIONES AFECTIVO-ERÓTICAS
• Objetivo: indagar y reflexionar en torno a las construcciones persona-
les, relacionales y sociales del amor y la sexualidad de las y los jóvenes.
• Técnicas instruccionales 2.
Sesión 3 VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO Y TIPOS DE VIOLENCIA DE GÉNERO
• Objetivo: reconocer los principales tipos de violencia y la violencia
masculina presentes en las relaciones afectivo-eróticas, identificando
estrategias que faciliten su detección y atención.
• Técnicas instruccionales 3.
Sesión 4 ALTERNATIVAS PARA PREVENIR LAS VIOLENCIAS EN EL NOVIAZGO
• Objetivo: identificar estrategias a nivel personal y relacional para de-
tener la violencia de género, la violencia masculina y reflexionar sobre
la importancia de construir relaciones respetuosas y equitativas entre
mujeres y hombres jóvenes.
• Técnicas instruccionales 4.
SESIÓN 1: género
SESIÓN 1 GÉNERO 61
Objetivo: contribuir a la identificación y reflexión crítica de los componentes de gé-
nero existentes en las relaciones afectivo-eróticas entre las y los jóvenes, que favo-
recen el ejercicio de la masculinidad hegemónica.
El animal en que me vine Facilitar la distinción entre personas parti- 25’
cipantes y favorecer la apertura grupal para
el trabajo conjunto por medio del conoci-
miento de los nombres de las personas par-
ticipantes.
Expectativas Conocer las impresiones iniciales sobre el 20’
taller y realizar el encuadre temático.
Construcción de acuerdos Consensar los acuerdos que facilitarán el 15’
desarrollo del taller.
Cuestionario curioso Distensión, conocimientos y formación de 15’
subgrupos.
¿Cómo son las mujeres y Discutir y reflexionar sobre la categoría de 60’
hombres en la relaciones? género.
Éste es un abrazo Reflexionar sobre la construcción de las 40’
masculinidades por medio del contacto
corporal.
Respuestas colectivas al Responder reflexivamente a las frases del 30’
pre-test apartado “A” del pre-test y fomentar el diá-
logo en la resolución de diferencias entre las
y los jóvenes.
Cierre Explorar el estado emocional en el que las y 10’
los jóvenes se encuentran después del taller.
TÉCNICAS INSTRUCCIONALES 1
El animal en que me vine 62
Tema: Presentación de participantes.
Objetivo: Facilitar la distinción entre personas participantes y favorecer la apertura
grupal para el trabajo conjunto por medio del conocimiento de los nombres de las
personas participantes.
Material: Ninguno.
Tiempo: 25’
Número de participantes y tipo de población: Entre 15 a 25 jóvenes de educación me-
dia superior.
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Bajo.
Procesamiento y cierre:
En la presentación se anima a cada participante a presentarse y se le hacen preguntas
de acuerdo al animal que haya escogido. Por ejemplo, si alguien dice “me vine en una
gaviota” se le puede preguntar “¿y te viniste volando?” con el objetivo de amenizar la
presentación y que el grupo se interese en el animal de cada persona.
Expectativas
Tema: Expectativas sobre el taller.
Objetivo: Conocer las impresiones iniciales sobre el taller y realizar el encuadre temá-
tico.
Material: Plumones, rotafolios y cinta adhesiva.
Tiempo: 20’
Número de participantes y tipo de población: Entre 15 a 25 jóvenes de educación me-
dia superior.
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Bajo.
Procesamiento y cierre:
El objetivo del taller es reflexionar sobre el papel de los hombres jóvenes en sus rela-
ciones de noviazgo, con el fin de transformar los estereotipos de género y promover
relaciones equitativas de buen trato con sus parejas.
Construcción de acuerdos
Tema: Acuerdos.
Objetivo: Consensar los acuerdos que facilitarán el desarrollo del taller.
Material: Rotafolios y plumones.
Tiempo: 15´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio amplio para los participantes.
Grado de riesgo: Bajo.
Procesamiento y cierre:
A partir de las propuestas de los participantes, se realiza el encuadre del taller, de ma-
nera tal que se establezcan acuerdos básicos como los siguientes:
• Respeto a todas las personas participantes y a sus opiniones, sin importar que sean
diferentes entre sí. Al ser un espacio con una metodología vivencial, no hay res-
puestas o comentarios buenos o malos, correctos o incorrectos, sino es un espacio 65
que busca problematizar y reflexionar sobre las relaciones entre las y los jóvenes.
• Turnos para hablar, por lo que habrá que pedir la palabra y no interrumpir a otros
participantes, enfatizándose la importancia de la escucha para una adecuada co-
municación.
• Tener el celular en modo silencio, para no interrumpir al taller. Si necesitan realizar
o recibir alguna llamada, atenderla fuera del salón.
• Hablar en primera persona, es decir, hablar de las propias experiencias e ideas, sin
interpretar lo que le pase al grupo o a sus participantes, con lo que se invita a ha-
cerse responsable de las propias percepciones y opiniones y, por tanto, a evitar la
generalización.
• La confidencialidad, es decir, que las opiniones y experiencias que sean compartidas
dentro del taller por las y los participantes, son confidenciales y deben permanecer
y comentarse exclusivamente en el taller, por lo que se exhorta a cada participante
de no comentarlo fuera del espacio y tiempo de las sesiones.
• La participación y corresponsabilidad, de manera que los aportes que cada perso-
na haga al grupo serán muy importantes para construir un espacio de confianza y
aprendizaje. En este sentido, las personas facilitadoras serán las responsables de
coordinar las actividades grupales, pero la manera en que se desarrolle y el diálogo
que se genere será también una contribución colectiva.
• Voluntariedad, esto significa que cada ejercicio puede ser o no realizado por las y
los participantes del grupo, ya que partimos del ejercicio de la libertad y del pro-
pio auto-cuidado, por lo que cada persona puede decidir en algún momento no
realizar algún ejercicio; sin embargo, se le comenta que si decide no realizar la
actividad en turno, sea respetuoso/a del trabajo del resto de las y los participantes,
promoviéndole un ejercicio de auto-observación para que analice por qué decidió
no participar.
• Se habla también de las características del taller, es decir, que serán cuatro sesiones
de cuatro horas, se indica el horario, las características del lugar.
• Se ponen a consenso las ideas propuestas por los y las participantes del grupo y de
las personas facilitadoras y se explica la importancia del compromiso asumido por
cada persona con el grupo para llevar a cabo los acuerdos.
• El rotafolio con los acuerdos es colocado en un lugar visible del espacio durante las
cuatro sesiones. En caso de que en algún momento del taller no sean cumplidos los
acuerdos, se abrirá un espacio en el taller para hablar de la situación, refrendarlos
y/o complementarlos.
Cuestionario curioso 66
Tema: Distensión, conocimientos y formación de subgrupos.
Objetivo: Realizar una técnica de distensión, conocimientos y formación de subgru-
pos.
Material: Ninguno.
Tiempo: 15´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio amplio y sillas.
Grado de riesgo: Bajo.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se sintieron con la actividad?
¿Qué cambios hubo antes y después de realizarla?
rocesamiento y cierre:
Es importante mencionar que el conocimiento entre las y los participantes permite
crear un ambiente de confianza grupal. La última instrucción (buscar a las personas
que tengan los mismos genitales que tú) permite crear subgrupos por sexo, por lo que
se mantienen esos subgrupos y se utilizan para la siguiente actividad.
Fuente:
Adaptación de la técnica “El tesoro humano” tomada del libro “La alternativa del juego 67
II. Juegos y dinámicas de educación para la paz” del Seminario de Educación para la
Paz, Madrid, 2000.
Preguntas generadoras:
¿Cómo son las mujeres en las relaciones?, ¿cómo son los hombres en las relaciones?,
¿observan diferencias entre hombres y mujeres? 68
¿Esas características se pueden invertir?, ¿las de mujeres a hombres y viceversa?, ¿por
qué se dan esas diferencias?, ¿las diferencias son vividas de la misma forma por muje-
res y por hombres?, ¿quiénes viven mayor desigualdad y violencia?, ¿cómo se va cons-
truyendo una sociedad machista?
¿qué mandatos tienen los hombres y las mujeres?
Procesamiento y cierre:
Durante el procesamiento del taller se van comparando las características que escri-
bieron para hombres y mujeres. Por ejemplo, si dicen que los hombres son rudos, se
pregunta: ¿las mujeres pueden ser rudas? Y se van comparando las principales carac-
terísticas mencionadas.
A continuación se inserta una reflexión teórica sobre género, sexo y relaciones de po-
der, preferentemente, con el apoyo de una presentación electrónica que contenga los
principales conceptos de manera clara y debidamente sustentada.
Las diferencias que pueden existir entre hombres y mujeres pueden ser analizadas a
partir de los conceptos de sexo y género, en donde el sexo se refiere a todas aquellas
diferencias que existen en los cuerpos de hombres y mujeres y que no pueden ser in-
vertidas, en cambio, el género se refiere a la manera en que la sociedad nos construye
mujeres y hombres a partir de ciertos mandatos y estereotipos que minimizan a las
mujeres respecto de los hombres, creando relaciones de poder que generan condicio-
nes de desigualdad y violencia.
Este es un abrazo
Tema: Masculinidades.
Objetivo: Reflexionar sobre la construcción de las masculinidades por medio del con-
tacto corporal.
Material: Ninguno.
Tiempo: 40´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Alto. Al ser un ejercicio de contacto corporal que cuestiona mandatos
de masculinidad, algunas personas, generalmente, hombres, pueden sentirse confron- 69
tados, por lo que en caso de ser necesario se recuerda el acuerdo de voluntariedad
para realizar los ejercicios.
Preguntas generadoras:
¿Qué observaron? ¿Sucedió algo diferente entre hombres y mujeres?
¿Por qué reímos?
¿Cómo se sintieron los hombres?, ¿cómo es el contacto corporal entre hombres?,
¿cómo es la expresión de afecto y emociones en hombres?, ¿cuáles mensajes sociales
se imponen a los hombres?
Procesamiento:
A partir de las experiencias expresadas por las y los participantes durante el ejercicio,
se promueve una reflexión alrededor de la construcción social de las masculinidades,
la masculinidad hegemónica y el vínculo de la masculinidad con la violencia. Las mas-
culinidades aluden al conjunto de atributos, valores, conductas y funciones que les
son dadas a los hombres como “esenciales” en una determinada cultura y sociedad.
La masculinidad hegemónica es un proceso de búsqueda permanente y reafirmación 70
constante de asimetrías en las relaciones entre hombres y mujeres y entre los hombres.
Fuente:
Adaptación de la técnica “Este es un abrazo”, tomada del libro “La alternativa del juego
I. Juegos y dinámicas de educación para la paz” del Seminario de Educación para la
Paz, Madrid, 2000.
Preguntas generadoras:
¿Lo que decimos acerca de que mujeres y hombres podemos hacer las mismas cosas,
sucede en la realidad?
Procesamiento y cierre:
Es importante reconocer las desigualdades de género que se viven en lo cotidiano en
el ámbito de la sexualidad, en lo económico y en las decisiones importantes de la rela-
ción, ya que en la medida en que vamos reconociéndolas, podemos irlas transforman-
do. En muchas ocasiones, podemos pensar que es importante la igualdad entre hom-
bres y mujeres, pero es importante contrastar lo que pensamos con lo que hacemos.
Cierre
Tema: Cierre.
Objetivo: Explorar el estado emocional en el que las y los jóvenes se encuentran des-
pués del taller.
Material: Ninguno.
Tiempo: 10´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio de trabajo amplio.
Grado de riesgo: Bajo.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se van del taller?
Procesamiento y cierre:
Se agradece la participación en el taller y los comentarios que hayan dado las y los par- 72
ticipantes. Si alguien expresó que se va con dudas, en la siguiente sesión se abrirá un
espacio para aclararlas, por lo que es importante que el equipo facilitador tome nota
de lo que surja.
SESIÓN 2: Noviazgo y relaciones AFECTIVO-ERÓTICAS en jóvenes
SESIÓN 2 NOVIAZGO Y RELACIONES AFECTIVO-ERÓTICAS EN 73
JÓVENES
Objetivo: indagar y reflexionar en torno a las construcciones personales, relacionales
y sociales del amor y la sexualidad de las y los jóvenes.
Canasta de frutas Actividad de distensión. Recordatorio lúdico 10’
de los nombres de las personas integrantes
del grupo y de los facilitadores.
Recuento de la Sesión 1 Retomar el encuadre del taller, presentar a 15’
las y los nuevos participantes y recapitular
las principales reflexiones.
Mi pareja ideal Reflexionar sobre la elección de pareja y las 50’
implicaciones de género que tal decisión
conlleva.
Yo soy el amor, Yo soy el Reflexionar, problematizar y ampliar las 60’
enamoramiento, Yo soy la significaciones que las y los jóvenes le han
atracción sexual asignado al amor, al enamoramiento y a la
atracción sexual.
Mapeo de relaciones Reconocer y analizar las relaciones afecti- 60’
vas, amorosas y eróticas que se dan y cono-
cen las y los jóvenes participantes.
Respuestas colectivas al Responder reflexivamente a las frases del 25’
pre-test apartado “B” del pre-test y fomentar el diá-
logo entre las y los jóvenes.
Masaje de espaldas y cie- Cerrar la sesión por medio de un contacto 20’
rre corporal afectivo y respetuoso.
TÉCNICAS INSTRUCCIONALES 2
Canasta de frutas 74
Tema: Actividad de distención. Recordatorio lúdico de los nombres de las personas
integrantes del grupo y de los facilitadores.
Objetivo: Preparar al grupo para las actividades del taller a través de recordar los nom-
bres de las y los participantes.
Material: Ninguno.
Tiempo: 10´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio amplio y sillas.
Grado de riesgo: Bajo.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se sintieron durante el juego? ¿Alguien perdió en el juego?
Procesamiento y cierre:
Este juego pertenece a la metodología de Educación para la Paz y tiene como propósi-
to la formación de grupo, en donde un primer paso es recordar el nombre de todas las
personas y reconocerlas. Al mismo tiempo, cambia la dinámica de los juegos en donde
suele haber una persona que pierde y tiene que salir del juego, en cambio, este juego
incluye a todas las personas.
Fuente:
Técnica “Limón-limón” tomada del libro “La alternativa del juego II. Juegos y dinámicas
de educación para la paz” del Seminario de Educación para la Paz, Madrid, 2000.
Recuento de la sesión 1 75
Tema: Recordatorio encuadre y temas.
Objetivo: Retomar el encuadre del taller, presentar a las y los nuevos participantes y
recapitular las principales reflexiones.
Material: Ninguno.
Tiempo: 15´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Bajo.
Preguntas generadoras:
¿Cuáles fueron los acuerdos que se propusieron la sesión pasada?
¿Cuáles son los temas que les parecieron más importantes?
¿Existe alguna duda sobre lo que reflexionamos en la sesión anterior?
Procesamiento y cierre:
De forma breve se recapitulan los principales acuerdos y reflexiones de la sesión ante-
rior, ya que será la base para las siguientes sesiones.
Mi pareja ideal
Tema: Pareja.
Objetivo: Reflexionar sobre la elección de pareja y las implicaciones de género que
esta decisión conlleva.
Material: Rotafolios y plumones.
Tiempo: 50´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio de trabajo.
Grado de riesgo: Bajo.
Instrucciones o pasos a seguir: 76
• Se les pide a las y los participantes que imaginen que vamos a ir a una fiesta en
diferentes vehículos como: auto, moto, bicicleta, helicóptero, avioneta, autobús,
transporte público, taxi, caballo, etc., y que pueden transportar a un determinado
número de personas. La persona facilitadora les indicará el vehículo y el número de
personas y las personas deberán agruparse en círculo (el auto a 5 personas; la moto
a 2 personas, el micro a 10 personas, etc.)
• Una vez que estén agrupados, se les pedirá que respondan a una pregunta sobre
cómo sería su pareja ideal que podrían encontrar en esa fiesta. Las preguntas que
se pueden realizar son:
• ¿Qué color de ojos tendría tu pareja ideal?
• ¿Qué altura tendría tu pareja ideal?, ¿mediano, bajo, alto?
• ¿Qué color y forma de cabello te gusta de tu pareja ideal?, ¿café, negro, rojo,
rubio?, ¿lacio, chino, ondulado?, ¿corto, largo?
• ¿Qué sexo tendría tu pareja ideal?, ¿mujer, hombre, otro?
• ¿Qué color de piel tendría tu pareja ideal? ¿moreno, blanco, apiñonado, negro?
• ¿Qué complexión tiene tu pareja ideal?, ¿delgado, robusto, mediano, ancho?
• ¿Qué tipo de música le gusta a tu pareja ideal?
• ¿Cómo es su personalidad?
• ¿Cuál es el pasatiempo favorito de tu pareja ideal?
• ¿Qué expresiones o juegos sexuales preferiría tu pareja ideal?
• ¿Qué deporte le gustaría a tu pareja ideal?
• ¿Qué forma de vestir tiene?
• ¿Qué posición económica?
• Después de cada pregunta, se comparte en equipos y después se hace una peque-
ña lluvia de ideas grupal.
• Continúa la indicación al modificar el vehículo y número de personas para ir a la
fiesta y se lanza una nueva pregunta. Se lanza la pregunta y si es necesario se ejem-
plifica.
• El número de preguntas que se realicen al grupo, depende del tiempo que se tenga
disponible.
• Se realiza una discusión grupal acerca de cómo elegimos pareja y la influencia del
género.
Preguntas generadoras:
¿Cómo elegimos pareja?
¿Qué es lo que me gusta y me seduce de alguien?, ¿de qué me enamoro?
¿Se espera lo mismo de hombres y mujeres?, ¿qué implicaciones tienen estas diferen-
cias?
¿Qué aspectos son importantes para que me enamore?, ¿qué aspectos son negocia-
bles y cuáles no?
Procesamiento y cierre:
Es importante identificar los criterios basados en creencias e ideas con la que elegimos 77
a nuestras parejas, reflexionar si tales valoraciones se encuentran determinadas por
mandatos de género y estereotipos de lo que deben ser las mujeres y los hombres.
Así, se menciona que las parejas, el amor y la sexualidad son aspectos que están in-
fluenciados por el género y los mandatos sociales para hombres y mujeres, con impli-
caciones que pueden causar desigualdad y, en ocasiones, violencia, si se viven desde
esquemas tradicionales o machistas.
Por otro lado, se habla de características ideales, pero en lo real ¿en qué de eso esta-
rían dispuestos/as a flexibilizarse o cambiar? Un concepto que consideramos impor-
tante en las relaciones es lo negociable y lo no negociable (desde los conceptos de la
Terapia de Reencuentro) en donde cada persona puede decidir qué aspectos puede
acordar que existan en una relación (lo negociable, por ejemplo: el color de cabello)
y cuáles no está dispuesta a aceptar o cambiar (lo no negociable, por ejemplo que se
ejerza violencia).
Fuente:
Técnica adaptada del Taller “Amor/Desamor” de Terapia de Reencuentro realizado por
Fina Sanz.
Preguntas generadoras:
¿Qué es el amor?, ¿qué es el enamoramiento?, ¿qué es la atracción sexual?
¿En qué se parecen?, ¿en qué son distintas?
¿Cuál será mejor de las tres?, ¿con cuál de las tres se quedarían?
¿Necesariamente están los tres en una relación de noviazgo?, ¿se tiene que pasar por
los tres procesos?
Procesamiento y cierre:
Resulta importante entender que dentro de las relaciones como el noviazgo existen
diferentes procesos como pueden ser el amor, el enamoramiento y la atracción sexual.
Por un lado, el amor es un proceso en el que existen emociones, pensamientos y accio-
nes de las personas con involucramientos, intensidades o duraciones distintas (Sanz,
2003). Según Lagarde (1999), un amor no patriarcal es la experiencia de mantener el
yo, fortalecerlo y desarrollarlo con acciones concretas en el tiempo y el espacio. Por
otro lado, el enamoramiento es un intenso estado pasional y anímico, en el que existe
una idealización de la persona amada; mientras que la atracción sexual, se refiere a los
elementos de la seducción que pueden atraernos de una persona, como pueden ser
su apariencia, lo que dice y cómo lo dice, su manera de vestir, su cuerpo y su lenguaje
corporal así como elementos de su personalidad que nos resultan agradables y atrac-
tivos (Sanz, 2003).
Preguntas generadoras:
¿Qué relaciones afectivo-eróticas existen o puede haber entre jóvenes?
¿Quién o quiénes la conforman?
¿Qué acuerdos hay?, ¿son hablados o solo se asumen?
¿Qué se puede y qué no se puede hacer?
¿Cuál es su duración?
¿Cuáles las hacen más los hombres y cuáles las mujeres?
¿En qué consisten este tipo de relaciones afectivo-eróticas?
¿Las personas que participan en este tipo de relaciones están de acuerdo o existe algún
tipo de coerción?
Procesamiento y cierre:
En una primera parte de la reflexión grupal, se buscará identificar las diferentes formas
de relaciones afectivo-eróticas que existen entre las y los jóvenes, así como sus prin- 80
cipales características, por lo que se puede preguntar sobre cómo se dan, con el fin de
que las y los jóvenes identifiquen y clarifiquen sus dinámicas de relación.
Preguntas generadoras:
¿Qué es un acuerdo y qué no lo es?
¿El amor y la sexualidad la viven de la misma manera hombres y mujeres? ¿Por qué? 81
Procesamiento y cierre:
Reflexionar sobre la forma en que construimos nuestras relaciones nos permite hacer
conscientes las relaciones de poder en las que nos adentramos, lo cual es fundamental
para comenzar a transformarlas en relaciones que tengan como base el respeto y los
acuerdos.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se sintieron en el ejercicio?
¿Cómo se van del taller?
Procesamiento y cierre:
Se agradece la participación en el taller y los comentarios que hayan dado las y los
participantes.
Si alguien expresó que se va con dudas, en la siguiente sesión se abrirá un espacio para
abrirlas.
Fuente:
Adaptación de la técnica “Masaje de espaldas” tomada del libro “La alternativa del jue-
go I. Juegos y dinámicas de educación para la paz” del Seminario de Educación para la
Paz, Madrid, 2000.
SESIÓN 3: Violencia en el noviazgo y tipos de violencia de género
SESIÓN 3 VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO 83
Objetivo: reconocer los principales tipos de violencia y la violencia masculina pre-
sentes en las relaciones afectivo-eróticas, identificando estrategias que faciliten su
detección y atención.
Me pica aquí Preparar a las y los asistentes para las activi- 20’
dades del taller.
¿Qué es la violencia? Conocer las concepciones y creencias de 45’
las y los jóvenes sobre la violencia.
Los animales Formar equipos de una manera lúdica que 5’
permita la distensión grupal.
Proyección de videos Identificar las diversas formas de violencia 55’
GENDES que existen en las relaciones afectivo-eró-
ticas entre jóvenes, así como sus principales
características (como el control y las rela-
ciones de poder).
Mitos sobre la violencia Analizar las principales falsas creencias alre- 30’
dedor de la violencia.
¿Ejerzo violencia? Identificar si los y las participantes han ex- 35’
perimentado o ejercido violencia, así como
iniciar el tema de las alternativas.
Respuestas colectivas al Responder reflexivamente a las frases del 20’
pre-test apartado “C” del pre-test y fomentar el diá-
logo entre las y los jóvenes.
Éste soy yo Mostrar una herramienta de respiración para 20’
centrarse en sí mismo/a y contener las emo-
ciones generadas en la sesión.
TÉCNICAS INSTRUCCIONALES 3
Me pica aquí 84
Tema: Actividad de distención.
Objetivo: Preparar a las y los asistentes para las actividades del taller.
Material: Ninguno.
Tiempo: 20´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de nivel medio su-
perior.
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Medio. Al existir contacto físico entre las y los participantes, será im-
portante remarcar que este contacto debe ser respetuoso.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se sintieron en el ejercicio? ¿Cómo se han sentido en el taller?
¿Tienen alguna duda de lo que hemos visto hasta ahora?
Procesamiento y cierre:
Se pregunta a las personas cómo se sintieron durante el ejercicio, si fue difícil o fácil
hacerlo, y se habla de cómo se han sentido en el grupo durante las dos sesiones ante-
riores.
Fuente:
Adaptación de la técnica “Me pica aquí” tomada del libro “La alternativa del juego I.
Juegos y dinámicas de educación para la paz”, del Seminario de Educación para la Paz,
Madrid, 2000.
¿Qué es la violencia? 85
Tema: Violencia.
Objetivo: Conocer las concepciones y creencias de las y los jóvenes en relación a la
violencia.
Material: Papelógrafos, plumones, cinta adhesiva.
Tiempo: 45´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de nivel medio su-
perior.
Situación física requerida: Espacio libre.
Grado de riesgo: Medio. Es importante que durante el tema de violencia se observe al
grupo, tanto desde lo no verbal como desde los comentarios expresados, pues pue-
den surgir personas que recuerden y narren hechos de violencia que han vivido du-
rante esta actividad (o que quieran hacerlo después de la sesión, de manera discreta),
por lo que será importante, por un lado, agradecer lo compartido y reconocer que su
identificación es el primer paso para cambiar, para tener más información sobre las
herramientas sobre estos casos se puede consultar el marco conceptual. Por otro lado,
es necesario prevenir posibles canalizaciones para atender situaciones concretas de
violencia que las o los participantes puedan estar viviendo.
Preguntas generadoras:
¿Qué es la violencia?
¿Cómo la definirías?
¿Qué tipos de violencia existen en las relaciones de noviazgo y otras relaciones de
pareja?
¿Cómo se vincula con los estereotipos de las mujeres y los hombres?
¿Cómo se vincula con los tipos de relaciones?
En el amor, en el enamoramiento y en la atracción sexual… ¿existe violencia?
86
Procesamiento y cierre:
La violencia en el noviazgo se define como todo acto, omisión, actitud o expresión que
genere o tenga el potencial de generar daño emocional, físico o sexual a la pareja afec-
tiva con que la que se comparte una relación íntima sin convivencia ni vínculo marital
(Castro y Casique).
Al hablar de los tipos de violencia, existe la creencia de que algunos actos violentos
son menos graves que otros, por ejemplo, la violencia emocional (decirle “tonta”) tiene
menos impacto que la física (empujarla o golpearla), sin embargo, es importante re-
marcar que aunque la violencia física es más evidente y visible, la violencia emocional
suele estar naturalizada y no cuestionarse socialmente, además de ser más difícil de
detectar, pero que al ser ejercida cotidiana y sostenidamente, tiene grandes impactos
a mediano y largo plazo en la autoestima e independencia de quien la vive, por lo que
todos los tipos de violencia impactan a la persona que la recibe. Así, desde nuestro en-
foque: no hay violencia pequeña, cualquier tipo de violencia genera daños.
Por otro lado, cabe aclarar que el ejercicio de clasificar los tipos de violencia tiene
el propósito de conceptualizar, analizar e ilustrar las distintas formas en que se da la
violencia para así poder comprender o entender mejor algunas características y es-
pecificidades de las expresiones de las violencias y ciertos matices, no obstante, los
tipos de violencia pueden ocurrir de manera aislada, mezclada o simultáneamente,
por ejemplo, la violencia emocional está siempre implicada en la violencia física y en
la violencia sexual. Para profundizar en la información teórica, se puede consultar el
marco conceptual.
Los animales 87
Tema: Distención, formar grupos.
Objetivo: Formar equipos de una manera lúdica, promoviendo la distensión grupal.
Material: Papeles que tengan escrito el nombre de animales, bolsa o caja.
Tiempo: 5´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de nivel medio su-
perior.
Situación física requerida: Espacio libre amplio.
Grado de riesgo: Bajo.
Procesamiento y cierre:
Se pregunta al grupo si fue fácil y difícil encontrarse, así como los elementos que les
ayudaron a que esto sucediera. Se habla de la importancia de la comunicación y la es-
cucha para lograr objetivos.
Fuente:
Adaptación de la técnica “El zoo” tomada del libro “La alternativa del juego I. Juegos y
dinámicas de educación para la paz”, del Seminario de Educación para la Paz, Madrid,
2000.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se observan en los videos los roles de género?
¿Qué tiene que ver la violencia con la forma en que nos enseñan o nos dicen que de-
bemos ser hombres o mujeres?
¿Hay relaciones de poder?, ¿quién toma las decisiones importantes?, ¿cómo se toman?
¿Hay un tipo de violencia presente en todos los videos?
¿Cómo reconocer cuándo sí es violencia?
¿Cuál es el ciclo de la violencia?
¿Quién es responsable de la violencia?
¿La violencia sólo tiene efectos en la persona que la recibe?
Procesamiento y cierre:
La violencia en el noviazgo tiene una base importante en los roles de género, al colo-
car a mujeres y hombres en lugares que propician la violencia (eje de identidad de las
mujeres-amor-comprensión versus eje de identidad de los hombres poder-domina-
ción-agresividad).
Estos roles generan relaciones de poder en las relaciones y, por tanto, se crean contex-
tos de desigualdad y vulneración que afectan mayoritariamente a las mujeres.
Así, por ejemplo, es necesario analizar las intenciones detrás de lo que hacemos y
decimos y con qué objetivo, por ejemplo, ¿qué es significa ser caballeroso?, ¿qué hay
detrás de eso?, ¿se coloca a la mujer en un lugar de debilidad?
En la violencia física el daño puede llegar causarle dolor o heridas que pueden ser
permanentes; emocionalmente, se daña su dignidad, autoestima y se limita el goce de
sus derechos; al cometer violencia sexual, la persona agredida se siente afectado todo
su ser: su cuerpo, sus emociones, su autoestima. Además, suele culparse y criticarse a
la mujer por “aceptar” la violencia.
Los efectos para la persona agresora pueden ser la vergüenza, la tristeza, la culpa y
otras emociones que las pueden orillar al aislamiento y la depresión profunda, si no lo
manejan de manera adecuada, suelen traducir tales emociones en enojo y agresión,
volviendo a ejercer violencia desde un círculo pernicioso que les cuesta trabajo reco-
nocer y cambiar. En el siguiente ejercicio se continuará reflexionando sobre esto. Los
ejercicios de violencia ocasionan que la confianza, la intimidad y el amor de la pareja se
vayan perdiendo. Para profundizar en la información teórica sobre la violencia puede 90
consultarse el marco conceptual.
Fuente:
Los videos son tomados de dos proyectos realizados por GENDES: “Visiones con ac-
ción: prevención de violencia en el noviazgo con jóvenes en Iztacalco, D.F.” apoyado
por Proyectos sociales Pfizer 2011 y el proyecto “Mujeres empoderadas asaltan la web.
Construcción de proyectos de vida con equidad de género” del Fondo Proequidad 10ª
Edición del INMUJERES.
Mitos de la violencia
Tema: Mitos.
Objetivo: Analizar las principales falsas creencias alrededor de la violencia.
Material: Dos letreros grandes con las siguientes frases: “De acuerdo” y “En desacuer-
do”.
Tiempo: 30´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de nivel medio su-
perior.
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Medio. Es importante que durante el tema de violencia se observe al
grupo así como los comentarios realizados, pues pueden surgir personas que evoquen
y narren hechos de violencia que hayan vivido durante la actividad (o se expresen des-
pués de ésta, buscando discreción), por lo que será importante agradecerles lo com-
partido y reconocer que su identificación es el primer paso para cambiarlo. Se sugiere
tener a la mano un directorio de canalizaciones para derivar casos de violencia que
requieran de atención inmediata. Para tener más información sobre las herramientas
sobre estos casos se puede consultar el marco conceptual.
Frase 2. Los hombres no son del todo responsables de la violencia porque pierden el
control o porque consumen alcohol o drogas.
Argumento: La violencia es una decisión, los hombres cuando ejercemos violencia de-
cidimos dañar y controlar a las personas desde situaciones de poder. Sólo 5 por ciento
de los hombres que ejercen violencia tiene algún problema psiquiátrico que limita sus
facultades. Aunque el alcohol u otras drogas agravan la violencia, no son su causa sino
factores asociados. El alcohol no hace violento a un hombre que no lo es, pero sí pue-
de hacer la violencia más extrema. Además los hombres violentos lo son, aún cuando
no beben. El concebir a la violencia como una enfermedad o como una pérdida de
control, puede ser una justificación y una falta de responsabilidad de ésta.
Frase 3. Las mujeres provocan la violencia o les gusta que las maltraten, si no fuera así,
ya se habrían separado.
Argumento: La violencia nunca se encuentra justificada y es responsabilidad absoluta
de quien la ejerce. Una mujer que ha vivido violencia continuamente, construye una
dependencia total a su pareja y sus recursos personales se han dañado y disminuido.
Por lo que además exigirle que se vaya de su casa, corte a su novio, deje su trabajo
y/o se esconda, es revictimizarla. Sería más adecuado que fuera el maltratador quien
asumiera su responsabilidad y la respetara, que abandonara el domicilio familiar y se
garantizaran medidas de protección para la mujer.
Frase 5. La ropa sucia se lava en casa: no debe hablarse de los problemas más que en
la pareja.
Argumento: El hecho de que la violencia exista en espacios íntimos, como son nuestras
relaciones afectivo-eróticas, no significa que sea un problema individual, sino que es
importante reconocer que la violencia afecta a muchas personas en nuestra sociedad
y que debemos resolverlo como un problema de social y de salud pública. Una frase
importante que debemos recordar es: “lo personal también es político” y se refiere a
que todo lo que sucede en nuestra vida personal tiene un impacto en la forma en que
se lleva la sociedad y la política, por esto es necesario que como personas y sociedad
aprendamos a crear relaciones y redes que ayuden a transformar las relaciones de vio-
lencia. Así, si hablamos de nuestros problemas con otras personas podemos expresar
nuestros sentimientos, podemos buscar y escuchar soluciones alternativas
Nota: en todo momento será importante crear y cuidar un clima de respeto entre las
opiniones, de manera que cada una sea escuchada y respetada.
Procesamiento y cierre:
Existen creencias generalizadas alrededor de la violencia, por lo que reflexionar sobre
ellas y cuestionarlas es fundamental para cambiar esas lógicas sociales.
Fuente:
El contenido de esta técnica fue desarrollada por GENDES, pero su procedimiento es
retomado de la técnica “Barómetro de valores” tomada del libro “La alternativa del jue-
go II. Juegos y dinámicas de educación para la paz”, del Seminario de Educación para
la Paz, Madrid, 2000.
¿Ejerzo violencia?
Tema: Revisión individual de ejercicios de violencia.
Objetivo: Identificar si las y los participantes han experimentado o ejercido violencia,
así como iniciar el tema de las alternativas.
Material: Cuestionarios y plumas.
Tiempo: 35´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de nivel medio su-
perior.
Situación física requerida: Sillas, algunas mesas y espacio amplio.
Grado de riesgo: Alto. El reconocimiento de la propia violencia, ejercida o recibida, no 93
resulta tarea fácil, pues requiere de la introspección sincera de las propias conductas.
En este sentido, pueden contactarse con las situaciones personales de violencia ex-
perimentadas, por lo que será importante monitorear a las personas del grupo y si es
necesario, brindar un espacio de contención y/o de canalización oportuna.
Instrucciones o pasos a seguir:
• Se reparte a cada participante un cuestionario autodiagnóstico para que lo resuel-
van e identifiquen si han vivido o ejercido violencia en sus relaciones afectivo-eró-
ticas.
• Se les pide que lo resuelvan individualmente y después de 10 minutos se agrupan
de forma libre en parejas para compartir sus respuestas.
Preguntas generadoras:
¿Con lo que hemos visto en estas sesiones, podemos identificar si ejercemos o pade-
cemos la violencia?
¿Qué pasaría si además del noviazgo, aplicáramos estas preguntas a otro tipo de re-
laciones afectivo-eróticas?
Procesamiento y cierre:
Es importante saber si sufro violencia o si ejerzo violencia, toda vez que un primer paso
es reconocer la violencia para poder cambiarla.
Así también, puedo establecer acuerdos claros con mi pareja, saber qué quiere o qué
necesita cada quién y qué podamos decir, saber cómo nos estamos sintiendo es im-
portante para evitar la violencia. En la medida en que no se pueden expresar las emo-
ciones, los sentimientos, las experiencias o las necesidades en las relaciones, se puede
estar en riesgo de un contexto de violencia.
A los hombres puede costarles reconocer el ejercicio de la violencia, por lo que una
tarea fundamental es promover la responsabilidad de actos o acciones de violencia
que hayan ejercido.
Preguntas generadoras:
¿Cómo sabemos, entonces, qué es violencia y qué no?
¿Cuáles son los elementos necesarios para que realmente sea un acuerdo?
Procesamiento y cierre:
Existen actos de violencia que pueden ser muy claros, como lo es la violencia física y
ciertas formas de violencia verbal (cosificar, menospreciar, amenazar), sin embargo,
existen otros tipos de agresiones dentro la violencia emocional, como los llamados
“micromachismos” que son más difíciles de identificar, por lo que una clave importante
para identificarlos serán aquellas conductas que buscan controlar y dominar, que res-
tringen el poder personal, la autonomía y equilibrio psíquico de las mujeres.
De modo, que para que un acuerdo lo sea realmente, las dos personas deben de tener
el poder personal de decidir y conocer las implicaciones de sus actos.
Preguntas generadoras:
¿Cómo se sintieron durante el ejercicio? ¿Cómo se van de la sesión?
Procesamiento y cierre:
La respiración es una herramienta importante para contactar quiénes somos y cómo 96
nos sentimos, por lo que este sencillo ejercicio podemos realizarlo las veces que que-
ramos.
Al final, se agradece la participación en el taller y los comentarios que hayan dado las
y los participantes.
Si alguien expresó que se va con dudas, en la siguiente sesión se abrirá un espacio para
expresarlas.
Fuentes:
Ejercicio retomado del Programa Hombres Trabajándo(se) Curso 1, Modelo CECEVIM,
Cuaderno de trabajo. Fundamentos para entender y erradicar la violencia intrafamiliar
masculina. CECEVIM/GENDES.
SESIÓN 4: ALTERNATIVAS A LA VIOLENCIA en el noviazgo
SESIÓN 4 ALTERNATIVAS A LA VIOLENCIA EN EL NOVIAZGO 97
Objetivo: identificar estrategias a nivel personal y relacional para detener la violencia
de género, la violencia masculina y reflexionar sobre la importancia de construir re-
laciones respetuosas y equitativas entre mujeres y hombres jóvenes.
Conejos/as y conejeras Preparar a las y los asistentes para las acti- 20’
vidades del taller y comenzar a reflexionar
sobre las temáticas vistas
¿Qué hacer ante la violen- Analizar las alternativas que se tienen a nivel 40’
cia? individual, relacional, social y político contra
la violencia en el noviazgo.
Manos y emociones Reflexionar acerca de la expresión emocio- 50’
nal en las y los participantes.
Silueta del enojo Reconocer las señales corporales del enojo, 40’
diferenciarlas de la violencia y aprovecharlas
como recurso de prevención.
Respiración por los pies Facilitar la comprensión de la respiración 30’
como alternativa de espacio personal para
reducir el riesgo de ejercer violencia.
Respuestas colectivas al Responder reflexivamente a las frases del 20’
pre-test apartado “D” del pre test y fomentar el diá-
logo en la resolución de diferencias entre las
y los jóvenes.
Evaluación final Obtener elementos para evaluar el taller y 20’
conocer su impacto en las y los participan-
tes.
El animal en que me voy Conocer los principales aprendizajes que las 20’
personas participantes se llevan del proce-
so.
TÉCNICAS INSTRUCCIONALES 4
Conejas, conejos y conejeras 98
Tema: Actividad de distensión.
Objetivo: Disponer a las y los asistentes a las actividades del taller y comenzar a re-
flexionar sobre las temáticas vistas.
Material: Ninguno.
Tiempo: 20´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Espacio amplio para trabajar.
Grado de riesgo: Bajo.
Preguntas generadoras:
¿Qué emociones tienes después de la última sesión?
¿Te quedaste con dudas sobre la sesión pasada?
Procesamiento y cierre:
De forma breve se recapitulan las principales reflexiones de la sesión anterior.
Fuente:
Adaptación de la técnica “El inquilino” tomada del libro “La alternativa del juego II.
Juegos y dinámicas de educación para la paz”, del Seminario de Educación para la Paz,
Madrid, 2000. 99
Preguntas generadoras:
¿Qué podemos hacer ante la violencia?
¿Qué podemos hacer como personas?
¿Qué podemos hacer en nuestras relaciones?
¿Qué podemos hacer socialmente?
¿Qué podemos hacer políticamente?
Procesamiento y cierre:
Se exponen y discuten con el grupo las siguientes alternativas:
Aunque son muy importantes las alternativas políticas y sociales contra la violencia,
pensamos que el ámbito donde cada individuo tiene más acción es el personal, ya que
comenzar con el propio reconocimiento del ejercicio de la violencia es responsabili-
zarse de ella, para detenerla y comenzar a transformar las relaciones.
Manos y emociones
Tema: Expresión emocional.
Objetivo: Reflexionar acerca de la expresión emocional en las y los participantes.
Material: Música relajante y bocinas.
Tiempo: 50´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior. 101
Situación física requerida: Espacio amplio.
Grado de riesgo: Alto. En esta técnica, al tener como objetivo el contacto de emocio-
nes, resultará importante monitorear las expresiones de las y los participantes, sobre
todo en aquellos sentimientos como el miedo, el enojo y la tristeza, por lo que durante
el ejercicio se debe enfatizar en la respiración para procesar esas emociones, así como
cuidar el establecimiento de un clima de confianza para la expresión respetuosa de las
experiencias.
Procesamiento y cierre:
Después de que algunas personas hayan compartido cómo les fue con la expresión de
las emociones, es importante explicarles que cada emoción tiene un lenguaje corpo-
ral, es decir, que se expresan a partir de determinadas señales corporales: una posición
una respiración, cierta tensión corporal, una manera de mirar y de ponerse frente a las
otras personas.
Las emociones no son buenas ni malas, son simplemente una forma de sentir, humana,
pueden aparecer y desaparecer, transformarse y reciclarse, pero si no se saben mane-
jar, si se bloquean o se experimentan mucho tiempo, pueden causar daño.
Además, algunos elementos de las emociones se aprenden desde el género, así a los
hombres y a las mujeres nos enseñan a expresar o inhibir ciertas emociones, de mane-
ra que a las mujeres se les enseña a expresar el miedo y la tristeza y a inhibir el enojo,
mientras que a los hombres se les enseña a inhibir el miedo y la tristeza y expresar el
enojo como un eje de su identidad masculina.
Fuente:
Técnica tomada del Taller “Autoconocimiento para el cambio” de la Terapia de Reen-
cuentro de Fina Sanz.
Preguntas generadoras:
¿Qué señales corporales acompañan al enojo?
¿Qué diferencias existen entre el enojo y la violencia?
¿De qué nos sirve conocer el riesgo fatal?
¿Qué se puede hacer con el enojo?
Procesamiento y cierre:
El enojo es una emoción como todas las otras, no es ni buena ni mala, y como todas
las emociones, contiene señales corporales que nos advierten de su presencia. El co-
nocer las señales corporales nos sirve para el “darnos cuenta”, identificar qué pasa en
mi cuerpo y tener opciones ante lo que siento.
Un concepto que se trabaja con hombres que quieren dejar de ejercer violencia, es el
de “riesgo fatal” y se refiere al momento en que las sensaciones corporales cambian
e indican que se está a punto de cometer violencia. Identificar el riesgo fatal permite
responsabilizarse de las propias emociones y tener dos opciones: 1) cometer violencia,
o 2) hacer algo creativo para procesar el enojo, no pasar mi riesgo fatal y no ejercer
violencia.
Para manejar el enojo se hacen ejercicios de respiración, como el “Este soy yo” o “Res-
piración por los pies” para poder transitar y reciclar esta emoción.
Cuando se identifica el riesgo fatal, se puede hacer un “retiro” con la pareja. El retiro es 105
una herramienta que se usa cuando estamos en riesgo fatal en un momento de tensión
con la pareja. Así, para usarlo, se acuerda previamente con la pareja que cuando con-
tacte mi riesgo fatal, le haré una señal y saldré del espacio en el que estamos mi pareja
y yo por 60 minutos, para manejar mi riesgo fatal y no violentarla.
Preguntas generadoras:
¿Cómo te fue en el ejercicio? ¿Pudiste hacerlo?
¿Cómo te sientes después de realizarlo? ¿Cómo sientes tu cuerpo?
Procesamiento y cierre:
La respiración es una herramienta importante para no pasar el riesgo fatal y transitar el
enojo, ya que nos permite centrarnos en nuestro espacio personal y relajar las señales
corporales.
Para que sea efectiva debemos incorporarla como una herramienta cotidiana y practi-
carla continuamente, ya que si no la hemos practicado, en el momento del riesgo fatal
nos resultará más difícil aplicarla.
Fuente:
Técnica tomada del Taller “Autoconocimiento para el cambio”, de la Terapia de Reen-
cuentro de Fina Sanz.
Preguntas generadoras:
¿Quién es responsable de la violencia?
¿Qué hacer cuando vivo violencia?
¿Qué hacer cuando alguien cercano está viviendo violencia?
Procesamiento y cierre:
Durante la discusión y reflexiones será importante recordar de forma breve el conteni-
do teórico abarcado a lo largo de todo el taller, algunos de los temas más importantes,
son:
• Las características del amor y del enamoramiento para remarcar la idealización y
dependencia que se hace durante el noviazgo y algunas relaciones afectivo-eróti-
cas, lo que dificulta identificar que se vive violencia.
• Las características de la violencia y el daño que produce en la autoestima y autono-
mía de quien la padece, así como el ciclo de violencia que se acompaña de “recon-
ciliaciones” e incremento en la violencia.
• Identificar, detener y cambiar la violencia no es un hecho fácil o sencillo, requiere
de acciones en el ámbito individual, en nuestras relaciones así como en las dimen-
siones comunitaria y social que, sumadas, contribuyan a su erradicación. De ma-
nera que por un lado, es fundamental su reconocimiento, expresarla a alguien de
confianza y buscar ayuda profesional.
• Para dejar de ejercer violencia son pasos fundamentales el asumir la responsabili-
dad y buscar ayuda profesional.
Evaluación final 108
Tema: Evaluación final del taller.
Objetivo: Obtener elementos para evaluar el taller y conocer su impacto en las y los
participantes.
Material: Rotafolios, plumones, cinta adhesiva.
Tiempo: 20´
Número de participantes y tipo de población: Entre 15-25 jóvenes de educación media
superior.
Situación física requerida: Un espacio amplio para los rotafolios.
Grado de riesgo: Bajo.
Preguntas generadoras:
¿Cuál es tu evaluación general del taller?
Procesamiento y cierre:
Después de contestar las preguntas de los rotafolios y los cuestionarios de evaluación,
se pide a las y los participantes si quieren compartir de manera general su evaluación
del taller.
Preguntas generadoras:
¿Con qué animal te vas? ¿Y de qué va cargado?
Procesamiento y cierre:
Se agradecen los comentarios y la participación que cada joven haya tenido en el taller
y se resaltan aspectos del trabajo grupal que hayan resultado relevantes para llevar a
cabo el proceso.
Se nombran nuevamente las instituciones que pueden apoyarles a transformar las re-
laciones de violencia.
ANEXOS
Anexo 1: Formatos de evaluación del taller 110
Evaluación diagnóstica Pre y Post de la o el Participante
Nombre del Taller Noviazgos libres de violencia
Lugar de realización
Fecha
Sexo
Edad
Escolaridad
En esta hoja, encontrarás una serie de frases relacionadas a los contenidos del taller
que estás cursando. Su único objetivo es conocer los conocimientos que te llevarás
tras tu participación. No es un examen, no tienes que sentirte presionado/a o ansioso/a
por lo que respondas. Al contrario, responde de la forma más sincera que puedas para
que se puedan reflejar tus conocimientos con honestidad. Por favor, selecciona las
respuestas que consideres apropiadas.
A. De las siguientes actividades, señala quién las debe hacer dentro de una relación de
noviazgo, si Hombres (H), Mujeres (M), Ambos (A) o Ninguno (N), colocando la primera
letra de la opción que elijas al inicio:
___1) Tener iniciativa sexual.
___2) Pagar el cine o los lugares para divertirse.
___3) Contar la vida sexual a otras personas para alardear.
___4) Comprar o conseguir condones.
___5) Decidir cuándo se termina la relación.
B. De las siguientes frases, determina con cuáles estás de acuerdo (A) y con cuáles es-
tás en desacuerdo (D), colocando una “A” o “D” al inicio
___1) No se escoge a quien amar, el amor escoge a las personas.
___2) Las parejas abiertas funcionan si son producto de un acuerdo.
___3) Planear las relaciones sexuales antes de tenerlas, les quita la magia.
___4) Al iniciar una relación hay que hablar de los acuerdos y compromisos.
___5) Las relaciones casuales funcionan mejor que aquéllas que son “tradicionales”.
C. De las siguientes situaciones, marca con una “S” aquéllas que consideres o creas
que SÍ son hechos de violencia y con una “N” aquéllas que NO creas que son violencia.
___1. Gritarle a mi pareja porque fue infiel.
___2. Evitar que mi pareja tenga amistades o se relacione amistosamente con sus ex-
parejas.
___3. Pedirle a mi pareja que no me toque.
___4. Revisar el celular, mail, facebook o twitter de mi pareja, porque creo que me está
siendo infiel. 111
___5. Cuando estoy enojado/a, decirle a mi pareja que no quiero hablar en ese mo-
mento.
¡Tu opinión es muy importante para nosotros! Por favor, marca con una cruz la opción
que refleje mejor tu punto de vista.
Por favor contesta lo siguiente (en caso de necesitar más espacio, puedes usar la parte
trasera)
1. ¿Qué temas o actividades del taller te gustaron más o te parecieron más útiles?
Derechos sexuales: “Los derechos sexuales abarcan los derechos humanos que ya se
reconocen en las leyes nacionales, en los documentos internacionales de derechos
humanos y en otras declaraciones de consenso. Comprenden el derecho de todas las
personas para que, libres de coacción, discriminación y violencia, puedan:
• Alcanzar el nivel más alto posible de salud sexual, lo que comprende el acceso a
servicios de atención de salud sexual y reproductiva.
• Buscar, recibir y divulgar información con relación a la sexualidad.
• Recibir educación de la sexualidad.
• Respeto de su integridad física.
• Elegir su pareja.
• Decidir si se quiere ser sexualmente activo o no. 115
• tener relaciones sexuales consensuales;
• contraer matrimonio consensual;
• decidir si la persona quiere tener hijos o no, y cuándo quiere tenerlos; y
• llevar una vida sexual satisfactoria, segura y placentera” (World Association for Se-
xual Health, 2008: 163).
Micromachismos: son tipos de tácticas utilizadas por los hombres, reforzadas por los
papeles y normas de género y las masculinidades, que son difíciles de detectar, por
ejemplo el chantaje, en donde se usa la presión moral, psicológica, económica o la
personalidad con el objetivo de someter o crear un malestar en la mujer. (Saldívar Her-
nández, 2010, p. 53). Se entiende también como comportamientos cotidianos sutiles
–o difíciles de detectar- de algunos hombres en la vida cotidiana con las mujeres: la
caballerosidad por ejemplo; en realidad mediante este trato, se mantiene una relación
desigual y de dominación/superioridad que supone que las mujeres son delicadas, me-
nos fuertes y necesitan la protección de un hombre.
Noviazgo: supone una relación afectiva íntima entre dos personas (con una persona
del mismo o del otro sexo), por lo general jóvenes (se puede aplicar a adolescentes e
incluso en personas adultas) que sienten atracción física y emocional mutua y que sin
cohabitar buscan compartir sus experiencias de vida (Castro y Casique, 2010: 17).
Sistema sexo/género: forma de dominación que especializa las jerarquías entre los
seres humanos en función de la simbolización de las diferencias de sexo biológico.
“Entonces, podemos llamar sistema sexo-género al proceso en el cual se relaciona
socialmente a las personas con una serie de características, de expectativas y de opor-
tunidades –dependiendo de su sexo biológico- de acuerdo con la apropiación o la
identificación que cada persona hace de éstas. Por ejemplo, el sistema sexo-género
conforma nuestra vida cotidiana, la manera en que hablamos, vestimos, caminamos,
reímos, si acaso lloramos y dónde guardamos nuestro llanto, si lo compartimos en pú-
blico o lo hacemos en privado” (Guzmán Ramírez y Bolio Márquez, 2010: 26).
Sexo: “El sexo se refiere a las características biológicas que definen a los seres hu-
manos como hembra o macho. Estos conjuntos de características biológicas no son
mutuamente excluyentes ya que hay personas que poseen ambas, pero estas carac-
terísticas tienden a diferenciar a los seres humanos como machos y hembras. . En
muchos idiomas, en el lenguaje común, suele utilizarse el término sexo para significar
“actividad sexual”; sin embargo, para fines técnicos en el contexto de las discusiones
sobre sexualidad y salud sexual, se prefiere la definición anterior” (World Association
for Sexual Health, 2008: 162).
Perspectiva de Género: “…es una noción feminista que ha sido generada para cuestio-
nar el carácter esencialista y fatal de la subordinación de las mujeres”. (Serret, 2008:
54). “…se hace alusión a una herramienta conceptual que busca mostrar que las dife-
rencias entre mujeres y hombres se dan no sólo por su determinación biológica, sino
también por las diferencias culturales asignadas a los seres humanos. Mirar o analizar
alguna situación desde la perspectiva de género, permite entonces entender que la 119
vida de las mujeres y hombres puede modificarse en la medida en que no está “natu-
ralmente” determinada…Este enfoque cuestiona los estereotipos con que somos edu-
cados y abre la posibilidad de elaborar nuevos contenidos de socialización y relación
entre seres humanos.” (Inmujeres, 2007b: 104). Se hace alusión también como enfo-
que de género, visión de género, mirada de género y contiene también el análisis de
género. En ciertos lenguajes tecnocráticos se llega hablar de la variante género (como
si el género fuera una variante y como si pudieran compatibilizarse dos perspectivas
epistemológicas tan diferentes: una positivista y la otra historicista). Se le llama tam-
bién el componente género y se le homologa al componente medio ambiente, al com-
ponente salud, etcétera” (Lagarde, 1996, p. 13).
Violencia en el noviazgo: todo acto, omisión, actitud o expresión que genere, o tenga
el potencial de generar daño emocional, físico o sexual a la pareja afectiva con la que
se comparte una relación íntima sin convivencia ni vínculo marital (Castro y Casique,
2010: 22).
Cuidarte A.C.
http://www.cuidarte.org.mx/programas/prevencion-de-violencia.html (consultada 4
de Julio de 2012).
El programa Prevención de violencia en el noviazgo está dirigido a los adolescentes y
jóvenes para iniciar o sostener una relación constructiva de pareja, libre de maltrato,
de abuso y de violencia. Trabajan en la sensibilización social de la problemática a través
de la campaña social El noviazgo no es un ring. Cuentan con el taller dirigido a jóvenes
NOVI: No violencia en mi noviazgo.
GENDES, AC
http://www.gendes.org.mx/info/ (consultada el 4 de julio, 2012).
En esta página se habla acerca de género, desarrollo y masculinidades además de pu-
blicar contenidos acerca de estos temas en las redes sociales de la misma organiza-
ción. Las publicaciones de la organización están disponibles para descarga gratuita.
IMIFAP / Violencia
http://www.violencia.org.mx (consultada el 4 de julio, 2012).
El Instituto Mexicano de Investigación de. Familia y Población, A. C. IMIFAP, crea una
pagina especializada en el tema de violencia, aquí encontrarás un video llamado “Pre-
vención de violencia en el noviazgo”, información sobre la violencia en el noviazgo, un
taller dirigido a jóvenes, mujeres y personal de salud llamado “Yo Quiero, Yo Puedo…
prevenir violencia” y recomendación de libros.
ONU-Mujeres / Di No ÚNETE
http://saynotoviolence.org/es.
Di NO– ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres es la plataforma global
en internet de ONU Mujeres creada para contribuir a la campaña del Secretario Gene-
ral ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres a través de la movilización
social.
• Incháustegui Romero, T., y Olivares Ferreto, E. (2011). Modelo ecológico para una
vida libre de violencia de género. México: Comisión Nacional para Prevenir y Erra-
dicar la Violencia contra las Mujeres. Consultado en: http://www.conavim.gob.mx/
work/models/CONAVIM/Resource/309/1/images/MoDecoFinalPDF.pdf
• INEGI. (2006, México, Agosto). “Estadística a propósito del día internacional de la
juventud. datos nacionales.” INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA
E INFORMÁTICA. Consultado en: http://www.inegi.gob.mx/inegi/contenidos/es-
panol/prensa/Contenidos/estadisticas/2006/jovenes06.pdf
• INEGI. (2007). Encuesta Nacional sobre Violencia en el Noviazgo 2007. Manual de
la entrevistadora. INEGI. Consultado en: http://www.inegi.gob.mx/est/contenidos/
espanol/metodologias/encuestas/hogares/manual_ent_envin07.pdf
• Inmujeres. (2007a). Encuesta sobre la dinámica de las relaciones en el noviazgo
entre los estudiantes de bachillerato y preparatoria de una escuela privada, 2006.
México: inmujeres. Consultado en: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_
download/100906.pdf
• Inmujeres. (2007b). Glosario de género. México: Inmujeres. Consultado en: http://
cedoc.inmujeres.gob.mx/documentos_download/100904.pdf
• Inmujeres. (2008). Guía metodológica para la sensibilización en género: Una herra-
mienta didáctica para la capacitación en la administración pública. México: Inmu-
jeres. Consultado en: http://basica.sep.gob.mx/dgei/pdf/acticultu/GUIAMETODO-
LOGICA1.pdf
• Instituto PROMUNDO. (2001). De la violencia para la convivencia. Trabajando con
hombres jóvenes. Brasil: IPPF/RHO.
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Ipas México. Consultado en: http://www.ipas.org/es-MX/Resources/Ipas%20Publi-
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aspx
• Ipas, et al. (2008). Género o sexo: A quién le importa? Módulo de capacitación en
violencia de género para promotores y promotoras comunitarios que trabajan con
mujeres y hombres jóvenes de pueblos indígenas y rurales (2a Reimpresión, 2011.).
México: Ipas México. Consultado en: http://www.ipas.org/es-mx/resources/
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