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Sexualidad,
Paternidad y Cuidado
con Hombres Jóvenes.
Manual con perspectiva de género y
masculinidades para Facilitadores y Facilitadoras
Talleres sobre Sexualidad,
Paternidad y Cuidado con
Hombres Jóvenes.
Manual con perspectiva de género y masculinidades
para Facilitadores y Facilitadoras
Este Manual forma parte del Programa H, y de la Serie
Manuales EME.
Autoría y adaptación:
Francisco Aguayo, Michelle Sadler, Alexandra Obach y Eduardo Kimelman
CulturaSalud/EME
Contactos: faguayo@culturasalud.cl, msadler@culturasalud.cl, aobach@culturasalud.cl
Responsabilidades
Publicación financiada por el Fondo de Población de Naciones Unidas en Chile. Los hallazgos,
interpretaciones y conclusiones expresadas en este informe son de exclusiva responsabilidad de
los y las autoras y no reflejan necesariamente la opinión del UNFPA y no deben atribuirse de
ninguna manera a las Naciones Unidas, sus organizaciones asociadas, sus estados miembros, o
a los miembros de sus Juntas de Directores Ejecutivos o a los países que éstos representan. Las
Naciones Unidas no garantizan la exactitud de los datos que se incluyen en esta publicación y no
aceptan ninguna responsabilidad por las consecuencias de su uso.
Diseño y diagramación:
Fernanda Aguilera
Isabel Corral
Se permite el uso educativo del manual, pero no su reproducción comercial. Si el material se di-
funde, citar como: Aguayo, F., Sadler, M., Obach, A. y Kimelman, E. (2013) Talleres sobre sexualidad ,
paternidad y cuidados con hombres jóvenes. Manual con perspectiva de género y masculinidades para
Facilitadores y Facilitadoras. Santiago de Chile: CulturaSalud/EME.
Agradecimientos:
Manual Educación para la Acción: Hombres por el Fin de la Violencia contra la Mujer.
Autores: Daniel Lima, Benedito Medrado, Humberto Carolo y Marcos Nascimento
Instituto Papai, Brasil.
White Ribbon Campaign, Canadá.
Instituto Promundo, Brasil.
Por el Fin de la Explotación Sexual, ¿Qué Pueden hacer los Varones? Manual para la
sensibilización de adolescentes varones entre 10 y 14 años. Río de Janeiro: Promun-
do, 2008.
Autores y contribuyentes: Vanessa do Nascimento Fonseca, Marcos Nascimento y Bruno
Pizzi.
Apoyo técnico y financiero: Save the Children Suecia, Save the Children Noruega.
Colaboración: Intercambios.
El Programa H
El programa H es una iniciativa de la Alianza H, una red internacional de ONGs, agen-
cias de la ONU y organizaciones. El Programa H se compone de manuales socioedu-
cativos y otras herramientas para promover la equidad de género con hombres
jóvenes. Cuenta con 9 evaluaciones de impacto que evidencian cambios de actitudes
y de prácticas en los participantes de los talleres. Son parte de la Alianza H:
El Programa P
El programa P es un proyecto para promover la paternidad y el cuidado en los hom-
bres con una perspectiva de equidad de género. En este programa participan:
INTRODUCCIÓN
11 Introducción
12 Objetivos del manual
13 El Programa H, el Programa P y este manual
15 ¿Por qué trabajar con hombres jóvenes desde una perspectiva de género y
masculinidades ?
23 2. Sexualidad
35 3. Sexualidad Masculina
31 5. Sexualidades y Juventud
31 Algunos datos de la VI Encuesta Nacional de la Juventud sobre prácticas
sexuales en jóvenes (INJUV, 2010)
33 Atención de la salud sexual y reproductiva en la adolescencia y juventud
34 Barreras de acceso a los servicios de SSR desde un enfoque de masculinidades
37 6. Diversidad Sexual
39 7. Embarazo en la Adolecencia
41 La realidad del embarazo adolescente en Chile
42 8. Paternidad
43 Beneficios de la paternidad involucrada durante el periodo prenatal y
para la salud materna
44 Promover la paternidad de los hombres es importante para el desarrollo
de las/os hijas/os y para la calidad de vida de las familias
46 Promover la paternidad también es importante para prevenir la violencia
doméstica, el maltrato infantil y la violencia de género
48 Los hombres, la paternidad y el cuidado
50 De los roles tradicionales a compartir las tareas de cuidado
51 Promoviendo la paternidad y el cuidado en los hombres mediante talleres
52 Si los hombres cuidaran más de los hijos/as, ¿la situación sería diferente?
52 Promoviendo la paternidad en las prestaciones de salud
CAPÍTULO 2: ACTIVIDADES
CAPÍTULO 3: BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
“Talleres sobre Sexualidad, Paternidad y Cuidado con Hombres Jóvenes, manual con pers-
pectiva de género y masculinidades para Facilitadores y Facilitadoras”, es una herramienta
enfocada a facilitar el trabajo con jóvenes y adolescentes en las temáticas de sexualidad, pa-
ternidad y cuidado. El manual se presenta como una invitación para abrir la conversación y la
reflexión grupal en torno a estas temáticas con hombres adolescentes y jóvenes, abordando
los siguientes ejes:
Paternidad y cuidado:
la participación de los hombres en el cuidado de niños y niñas, y la distribución
equitativa de tareas de crianza y domésticas entre hombres y mujeres.
A través del abordaje de estas dimensiones este manual propone una metodología de educación
y transformación social en formato de talleres. Su objetivo es el de promover una mayor partici-
pación de los hombres jóvenes en todos los procesos relacionados con la sexualidad y paterni-
dad, y favorecer una reflexión que apunte hacia la generación de una sociedad más equitativa de
género y con mejores condiciones para el desarrollo de niñas y niños.
En las siguientes páginas se describen los contenidos y objetivos del manual, consideraciones
generales de la metodología, el marco conceptual y, posteriormente, las actividades de taller que
se proponen para ser realizadas con grupos de hombres jóvenes.
OBJETIVOS DEL MANUAL
Este manual se propone objetivos para ser alcanzados tanto con los/as facilitadores/as, como
con los jóvenes:
INTRODUCCIÓN
13
Este manual es parte de una serie de materiales y documentos educativos generados en el marco
del Programa H (Programa Hombres Jóvenes) y del Programa P (de Paternidad).
El Programa H fue creado por diversas ONGs latinoamericanas como Promundo Brasil, Papai y
Ecos de Brasil, y Salud y Género de México, con el apoyo de diversas instituciones como la Orga-
nización Panamericana de Salud y la Organización Mundial de Salud, entre otras. CulturaSalud/
EME es parte de la Alianza H y ha desarrollado manuales del Programa H al contexto chileno. El
Programa fue creado en respuesta a un emergente consenso internacional sobre la necesidad de
involucrar adecuadamente a los hombres jóvenes en los programas y políticas de salud, y para
apoyar el trabajo de las instituciones en ese desafío. En la actualidad, el Programa H es una alian-
za internacional que brinda asistencia técnica a organizaciones que desean iniciar, impulsar o
evaluar proyectos que promueven la salud y las relaciones de género equitativas entre las muje-
res y los hombres jóvenes. El Programa H tiene por objetivo que hombres jóvenes cuestionen los
modelos no equitativos que en muchas ocasiones acarrea la masculinidad. Asimismo, promueve
la reflexión sobre los “costos” que la masculinidad tradicional tiene para los hombres jóvenes, y
las ventajas que ellos pueden encontrar al incorporar comportamientos más equitativos de géne-
ro en sus vidas. El Programa H se ha aplicado en varios países del mundo, llevando a cabo talleres
educativos y campañas de estilos de vida equitativos de género, además de promover innovacio-
nes en centros de salud para atraer a los hombres jóvenes.
Este manual corresponde a una versión adaptada desde diversos manuales del Programa H y del
Programa P para el contexto chileno, por la organización CulturaSalud y su área de masculinidades
EME, que son parte de la Alianza H y P. Se trata del tercer manual del Programa H adaptado para
nuestro país por la organización CulturaSalud. El primero, llamado “Hombres Jóvenes por el Fin de
la Violencia, Manual para Facilitadores y Facilitadoras”, fue publicado en el año 2010 en el marco del
proyecto “Involucrando Hombres en el Fin de la Violencia de Género: Una Intervención Multipaís
con Evaluación de Impacto”, ejecutado en alianza con el Programa Integral de Salud de los y las
Adolescentes del Ministerio de Salud del Gobierno de Chile y financiado por el Fondo Fiduciario
de Naciones de Unidas para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El segundo, llamado
“Previniendo la violencia con jóvenes: talleres con enfoque de género y masculinidades, manual
para facilitadores y facilitadoras” fue publicado en el año 2011 para el Servicio Nacional de Me-
nores -SENAME-, en el marco del proyecto “Estrategia de Prevención de Violencia de Género para
Trabajar con Adolescentes Usuarios de Centros de Administración Directa y de la Red de Atención
de SENAME”. Este tercer Manual ha sido posible gracias al apoyo de UNFPA Chile.
La campaña de MenCare – Campaña de Paternidades Tú eres mi papá
www.campanapaternidad.org
INTRODUCCIÓN
15
La categoría de género alude a la construcción social que cada cultura realiza sobre la diferencia
sexual. Bajo esta premisa, el género es entendido como un producto social y no de la naturaleza,
que se define tanto por las normas que cada sociedad impone sobre lo femenino y masculino,
como a través de la identidad subjetiva de cada persona, y de las relaciones de poder particulares
que se dan entre hombres y mujeres en una cultura determinada.
Al contrario de nuestro sexo, que es un dato biológico, las definiciones de género cambian de
generación en generación, de cultura en cultura, y también dentro de diferentes grupos socioeco-
nómicos o étnicos, sumándose así a otras categorías generadoras de desigualdades, tales como
la clase social, la etnia, la edad, la orientación sexual, entre otras (Connell, 1997; Kimmel, 1997).
Si bien el foco en las mujeres es muy importante, se debe reconocer que el concepto de género
es relacional, lo cual quiere decir que solo se construye en las relaciones que se establecen entre
hombres y mujeres. Por lo anterior es esencial ampliar el significado comúnmente utilizado de
“género como sinónimo de mujeres” y extenderlo también hacia la comprensión de las masculi-
nidades, estableciendo el eje en las relaciones de género.
Masculinidades
El concepto de masculinidad(es) se refiere, a grandes rasgos, a cómo los hombres
son socializados y a los discursos y prácticas que se asocian con las diferentes for-
mas de ser hombre. De acuerdo a Connell, “la masculinidad, es al mismo tiempo la
posición en las relaciones de género, las prácticas por las cuales los hombres y muje-
res se comprometen con esa posición de género, y los efectos de estas prácticas en la
experiencia corporal, en la personalidad y en la cultura” (1997: 6).
Nuestra cultura occidental promueve un modelo de género que le otorga mayor valoración
a lo masculino por sobre lo femenino, e incentiva en los hombres ciertos comportamientos
como la competitividad, la demostración de virilidad, la búsqueda del riesgo y el uso de la
violencia en determinadas circunstancias. A este modelo de masculinidad se le denomina
“Masculinidad Hegemónica” (Connell, 1997), el cual promueve un tipo de masculinidad en
la cual, para que un hombre sea considerado como tal, debe ser activo, fuerte, no expresar
sus emociones, no demostrar miedo, ser jefe de hogar y proveedor, responsable y autóno-
mo, entre otras características (Olavarría y Valdés, 1998; Olavarría, 2001). Además, dentro
de los mandatos de la masculinidad hegemónica, el autocuidado y la valoración del cuerpo
en el plano de la salud son escasos ya que se asocian a la vulnerabilidad y, por ende, aparece
como un valor netamente femenino.
En América Latina las masculinidades que se han construido a lo largo de los años, se correspon-
den con los procesos históricos del mestizaje, la colonización y la vida republicana. La imagen del
hombre en este contexto ha estado fuertemente vinculada con la figura del “macho”, el “cabrón”, y
se define por el valor fundamental que representa el “honor” (Gutmann, 2000; Montecino, 1996).
Son las continuidades de dicho modelo, que se conoce como machismo, las que ponen en riesgo
la salud de hombres y mujeres, ente otros muchos factores.
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO ACTIVIDADES
19
1 MARCO
CONCEPTUAL
21
Enfoques tradicionales
Tanto desde la academia, como desde el mundo público y privado, las miradas y en-
foques que han primado para abordar a la población joven y adolescente han sido
más bien tradicionales y conservadoras, insertas en un entramado sociocultural
adultocéntrico que sitúa a lo adulto como punto de referencia para abordar el mun-
do juvenil en función del deber ser (madurez, responsabilidad, integración al mer-
cado de consumo y de producción, reproducción de la familia, participación cívica,
etc.). Estos enfoques tradicionales y adultocéntricos construyen y reproducen una
serie de supuestos y estereotipos sobre la juventud, entendiéndola como un momen-
to problemático, como una etapa de crisis, como un momento de riesgo o peligro en
función del objetivo de constitución de una identidad sana, no patológica. Todo esto
ha llevado a definir una serie de características que son consideradas como “norma-
les” o “anormales” en el comportamiento de adolescentes y jóvenes.
Otra perspectiva muy difundida para abordar a jóvenes y adolescentes ha sido la de-
mográfica, la cual ubica a la adolescencia y juventud como un grupo de edad, abor-
dado principalmente desde un punto de vista poblacional. Bajo esta perspectiva los
y las jóvenes serían un grupo integrado por todas las personas que coinciden en un
grupo de edad definido de acuerdo a intereses particulares relativamente homogé-
neos (Alpízar y Bernal, 2003). La OMS, por ejemplo, establece que la adolescencia
se ubica en todas las personas entre los 10 y los 19 años, y la juventud entre 15 y 24
años (Maddaleno, Morillo e Infante, 2003). En Chile, en cambio, de acuerdo al Insti-
tuto Nacional de la Juventud (INJUV) se consideran jóvenes todas las personas entre
los 15 y 29 años de edad. Es por ello que a veces se habla de adolescencia y juventud
indistintamente. Si bien este enfoque tiene la ventaja de que permite estandarizar
acciones públicas, no considera las diferencias en el desarrollo biológico y psicológi-
co de las personas, ni tampoco las diferencias en los contextos socioculturales donde
se desarrollan los/as adolescentes.
2. SEXUALIDAD
En occidente, hasta hace poco tiempo el peso de la religión católica en el discurso sobre la sexua-
lidad era muy fuerte. Desde este enfoque la sexualidad era vinculada únicamente a la reproduc-
ción y primaba sobre ella una visión negativa asociada al pecado y la culpa, llegando a ser fuente
de persecución y discriminación (IBID). Otro de los abordajes imperantes en occidente en las
últimas décadas ha sido el desarrollado por las ciencias biológicas y médicas, cuyos discursos
también ligan la sexualidad casi exclusivamente al proceso de reproducción, dejando todos los
otros aspectos constitutivos de la sexualidad (como lo son el placer, la emocionalidad involucra-
da, entre otros aspectos) fuera de los discursos hegemónicos. Los aportes más recientes prove-
nientes de las ciencias humanas y sociales han permitido establecer que la sexualidad va mucho
más allá de la biología: es también simbólica, ya que se vincula con las identidades, la expresión
de emociones, y los significados sociales que las personas le atribuyen (Giddens, 2007).
En la actualidad la sexualidad se entiende cada vez más como una dimensión vital que cada in-
dividuo ha de conformar y explorar, visión que se aleja de las miradas netamente normativas,
biologisistas y reproductivas y que, además de ampliar la comprensión, permite aumentar las
opciones personales en torno a la sexualidad. Así, si antes la sexualidad se definía a partir de la
heterosexualidad y de la monogamia, ahora está cada vez más aceptado el hecho de que existen
diversos tipos de comportamientos y de orientación sexual en una amplia variedad de contextos.
Estas transformaciones se han ido produciendo en el marco de un proceso social más amplio,
caracterizado por la individualización y singularización de las trayectorias sexuales (Giddens,
2007; Palma, 2006).
Luego de esta breve introducción, y para abrir la reflexión en torno a diversas dimensiones de la
sexualidad, a continuación presentamos una serie de definiciones básicas de los conceptos cen-
trales que guiarán la reflexión a lo largo de los capítulos siguientes.
Género: se refiere a la construcción social que cada cultura realiza en base a la dife-
rencia sexual. Se trata de un producto social que se define tanto por las normas que
cada sociedad impone sobre lo femenino y masculino, como a través de la identidad
subjetiva de cada persona, y de las relaciones de poder particulares que se dan entre
hombres y mujeres en una cultura determinada.
Identidad de género: se refiere a la pertenencia a un sexo u otro, es decir, sentirse
hombre o mujer.
Rol de género: “es el papel, acción o actitud asumido por una persona de acuerdo a
factores sociales, culturales, políticos, económicos, éticos o religiosos. Los roles de gé-
nero pueden derivar en estereotipos o discriminación si es que no se corresponden con
las verdaderas capacidades e intereses de las personas. Así, por ejemplo, durante gran
parte de la historia se ha pensado que el rol de género de la mujer es ser dueña de casa,
mientras que al hombre se le ha adjudicado la labor de proveedor. Lo mismo ocurre con
la afirmación “sólo las mujeres lloran y los hombres no”. Con el paso del tiempo ha que-
dado claro que muchos roles de género no son exclusivos de un determinado sexo, sino
que pueden ser desempeñados con igualdad por ambos, aunque con diversas formas
de expresión” (MOVILH, 2010: 7).
Orientación sexual: “está determinada por el deseo natural, tanto sexual, como amo-
roso y erótico hacia otras personas” (MOVILH, 2010: 7).
Conductas sexuales: “son las prácticas e historias sexuales de las personas que pue-
den ser siempre, o en algún momento, iguales o distintas a su orientación sexual y que
se encuentran muy influenciadas por el contexto social, político, cultural, religioso o
económico donde se inserta el ser humano” (MOVILH, 2010: 7).
Salud sexual: “El completo bienestar físico, psicológico y social relacionado con la
sexualidad. Ello supone contar con los medios que permitan relaciones placenteras
y seguras, la capacidad de decidir informada y autónomamente cuándo, con quién y
en qué circunstancias se vivirá la sexualidad. La salud sexual, de acuerdo con los do-
cumentos de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo del Cairo
(1994), supone la integración de los aspectos somáticos, emocionales, intelectuales y
sociales del ser sexual, de una manera que sea positivamente enriquecedora y desa-
rrolle la personalidad, la comunicación y el amor. Por esta razón, el concepto de salud
sexual entraña un enfoque positivo de la sexualidad humana, en tanto que el objetivo
de la atención de la salud sexual debe ser el desarrollo de la vida y de las relaciones per-
sonales, y no meramente el asesoramiento y la atención en materias de reproducción y
de enfermedades de transmisión sexual” (Valdés et al., 2011: 147).
Salud reproductiva: “La salud en la reproducción implica que las personas tengan la
capacidad de reproducirse, de vivir con seguridad el embarazo y el parto, y de regular
su fertilidad sin riesgo para su salud. Implica, además, el crecimiento y desarrollo sano
del niño o de la niña” (Valdés et al., 2011: 147).
Derechos sexuales y reproductivos: “se refieren al principio que establece que cada
ser humano debe vivir su sexualidad en libertad, sin coerción ni violencia y con acce-
so al mayor estándar disponible para la prevención y el cuidado de la salud, pudiendo
decidir de forma autónoma y responsable acerca de su vida reproductiva, el número y
espaciamiento de sus hijos e hijas” (Valdés et al., 2011: 145).
3. SEXUALIDAD MASCULINA
Algunos investigadores (Fuller, 2001; Kimmel, 1992; Olavarría y Valdés, 1998; Viveros, 2002) han
demostrado cómo un cierto modelo de masculinidad dominante en las sociedades occidentales,
sobre todo latinoamericanas, exige distanciamiento de todo aquello que es visto como femenino,
imponiendo una manifestación permanente de “hombría” delante de otros hombres. Mostrarse
viriles, capaces de conquistar y de mantener relaciones sexuales con penetración, son aspectos
centrales en la vida de los jóvenes, y, a la vez, fuente de dudas y ansiedades. La atención de los jó-
venes se centra en el pene, símbolo de su virilidad, lo que acarrea una preocupación permanente
de los hombres desde su infancia con respecto del tamaño de su órgano sexual. Comparar, medir,
son comportamientos casi necesarios para acomodar o mitigar ansiedades construidas a partir
de los marcos sociales. Por todos estos motivos, el desempeño sexual se ha tornado vital para la
construcción de la identidad de género de los hombres. Asimismo las experiencias masturba-
torias y eyaculatorias están muy presentes en la vida de los hombres jóvenes y son socialmente
más aceptadas que para las mujeres.
Todos estos patrones de conducta y estereotipos sexuales son construidos socialmente. Un claro
ejemplo lo constituyen los significados en torno a la virginidad, que son diferentes para las jóve-
nes y los jóvenes. Mientras que en muchas culturas las adolescentes y jóvenes tienen algún tipo
de preocupación respecto a su primera relación sexual con penetración (de tipo moral, relativa
al dolor, al embarazo no deseado, etc.), para los adolescentes y jóvenes varones el inicio de la
vida sexual puede ser una fuente de prestigio y de poder frente a su comunidad. Esas diferencias
de género se observan también en temáticas como la infidelidad, la que puede recibir fuertes
sanciones sociales en el caso de las mujeres, mientras que en el caso de los hombres puede ser
incluso promovida.
Para los jóvenes, la convivencia con familiares, profesores, profesionales de la salud y colegas, así
como el contacto con informaciones ofrecidas por los medios de difusión, influyen en el proceso
de transformaciones que marcan la adolescencia y el inicio de la vida adulta, todos estos actores
sociales actúan como fuente de presión social, más que como apoyo o fuentes de información
adecuada. Las inquietudes masculinas (por ejemplo, cuando el hombre se pregunta si es hombre
de verdad o qué tiene que hacer frente al grupo de pares para serlo) no son por lo general abor-
dadas públicamente. La preocupación por la virilidad y por demostrar la capacidad de conquista
conduce muchas veces a los jóvenes a buscar expresiones intensas de reafirmación sexual mas-
culina: ser un “semental”, “agarrar a todas las mujeres que se pueda”, etc., o por lo menos hacer
creer que actúan de esa forma, garantizando así un lugar de prestigio en el grupo de convivencia.
Los jóvenes se sienten presionados a seducir a mujeres que sean aprobadas por el grupo de ami-
gos, y vanagloriarse de sus conquistas. En este sentido, los hombres suelen relatar sus conquistas
sexuales al grupo de pares, y el ritual se completa cuando el grupo acepta esas historias como
verosímiles. Sin embargo, muchas de sus historias, según lo que los mismo jóvenes reconocen,
son inventadas (OMS, 2000).
Desde un punto de vista de salud, hay algunas conductas de riesgo preocupantes que los hom-
bres suelen tener en la adolescencia justamente en el marco de estas creencias tradicionales en
torno a la sexualidad. Muchos adolescentes tienen sexo sin protección, no respetan o no negocian
las decisiones con sus parejas sexuales, o ejercen coerción o violencia sexual contra las mujeres.
Exponen de este modo a las mujeres y a ellos mismos a las ITS, al VIH, al embarazo no planificado
y a la violencia sexual (IBID).
Los derechos sexuales son derechos humanos y universales, basados en la libertad inherente,
dignidad, respeto e igualdad para todos los seres humanos. Tener una vida sexual plena es un de-
recho fundamental y por eso debe ser considerado un derecho humano básico. Los derechos re-
productivos, a su vez, remiten a la posibilidad de que hombres y mujeres tomen decisiones sobre
su sexualidad, fertilidad, sobre su salud relacionada al ciclo reproductivo, así como a tener hijos.
Violencia sexual
La violencia sexual es aquella violencia que se ejerce mediante presiones físicas o
psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada mediante coacción
o intimidación. La violencia sexual abarca el sexo bajo coacción de cualquier tipo,
incluyendo el uso de fuerza física, el acoso sexual, el matrimonio o cohabitación for-
zados, la prostitución forzada, el aborto forzado, la denegación del derecho a hacer
uso de la anticoncepción o a adoptar medidas de protección contra infecciones de
transmisión sexual, y los actos de violencia que afecten a la integridad sexual de las
mujeres tales como la mutilación genital femenina y las inspecciones para compro-
bar la virginidad.
El Informe Mundial sobre la Violencia y Salud define la violencia sexual como: “Todo
acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones
sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro
modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra personas, indepen-
dientemente de la relación de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el
hogar y el lugar de trabajo” (OPS, 2002).
“Dentro de la legislación chilena, los ilícitos relacionados
con violencia sexual son denominados delitos sexuales
y se entienden como actos agresivos que atentan contra
la libertad de las personas y la posibilidad de decidir,
específicamente sobre su sexualidad. La violencia sexual
no solamente se entiende como una violencia física, sino
también como una violencia psicológica, en la que se incluyen
todas las formas posibles de agredir, abusar o coaccionar la
sexualidad de una persona.” (Valdés et al., 2011)
5. SEXUALIDADES Y JUVENTUD
• Las prácticas preventivas de los y las jóvenes actuales dan cuenta de un bajo nivel
de uso de métodos de prevención en la primera relación sexual. El promedio de uso
de métodos de prevención en la primera relación sexual llega al 51,4% (hombres
52,9% y mujeres 49,8%). Estos datos dan cuenta de una tendencia al aumento en
el uso de tecnología preventiva si se los compara con los datos de la V Encuesta Na-
cional de Juventud del año 2006, que marcaron un promedio de 44,7%. Así, en la
actualidad, si bien más jóvenes usan métodos de prevención “en su primera relación
sexual”, todavía un 48,6% no los utiliza.
En Chile, tal como en otros contextos, los y las jóvenes no cuentan con suficiente in-
formación y educación en sexualidad y reproducción, ni tienen acceso adecuado a
servicios de salud sexual y reproductiva que les brinden atención integral, confiden-
cial y de calidad (Schiappacasse, Zepeda y Díaz, 2006). Los/as profesionales de aten-
ción de la salud reconocen que hay una serie de trabas burocráticas que dificultan el
ingreso de adolescentes a la atención. Por otro lado, asumen que les falta formación
y capacitación para atender a adolescentes desde un enfoque diferente al de riesgos,
así como saber más de temas de culturas juveniles, enfoque de género y masculini-
dades, protocolos de atención a adolescentes hombres, comunicación efectiva y de-
sarrollo de habilidades vinculares. Por otra parte, se identifican barreras culturales
tales como los enfoques reduccionistas respecto de la salud sexual y salud reproduc-
tiva. En ese sentido, se suele asociar la salud reproductiva de los/as jóvenes exclusi-
vamente a la prevención y atención del embarazo adolescente, y con foco puesto solo
en las mujeres. Desde esta visión, las necesidades en salud sexual de los hombres
quedan invisibilizadas y la atención a adolescentes en salud reproductiva se reduce
frecuentemente a temas de maternidad (Sadler, Obach, Luengo y Biggs, 2011).
Barreras de acceso a los servicios de
SSR desde un enfoque de masculinidades
Los y las profesionales de atención de salud reconocen que la atención a hombres
jóvenes presenta especiales barreras: falta de formación universitaria/técnica y de
capacitación en atención a hombres con enfoque de género y masculinidades; per-
cepción de que los hombres sólo requieren de la entrega de preservativos y que no
existen otros ámbitos de salud sexual y salud reproductiva que les competan; bajas
expectativas respecto de su asistencia y consulta a los servicios de salud, entre otras.
Algunos/as profesionales de salud prefieren no ofrecer servicios a los hombres por-
que se sienten incómodos conversando sobre asuntos de salud sexual y salud repro-
ductiva con ellos, y porque ello podría desviar recursos para atender a las mujeres
y poner en peligro la calidad y disponibilidad de esos servicios para ellas. Además,
también interfieren los valores, creencias y prejuicios del personal de atención, los
que a veces atentan contra los derechos de los/las adolescentes de recibir una aten-
ción de calidad, pertinente y oportuna. Junto con lo anterior, muchos prestadores de
salud sostienen que los/as adolescentes no se reconocen a sí mismos como sujetos
de derecho y no ven a las instituciones como entidades al servicio de ellos/as, sino
que consideran que están orientadas al público adulto. Ello provoca, que en muchos
casos los/as jóvenes no accedan a los centros de salud, ya que no se sienten con
el derecho a utilizarlos. Además, se percibe a los servicios de salud sexual y salud
reproductiva como espacios pertinentes solamente para adolescentes sexualmente
activos, y no como espacios de orientación, consejería y prevención en SSR para la
población adolescente (Sadler, Obach, Luengo y Biggs, 2011).
• Para lograr esta adhesión, los servicios deben considerar a los hombres
como protagonistas plenos, interesados en alcanzar una buena salud
reproductiva y preparados para cambiar su comportamiento respecto
del control de la fertilidad y de la salud sexual reproductiva en general.
Es preciso contar con personal cordial, sensible y calificado, disponer de
profesionales y técnicos con mayor información y mayores competencias
en la orientación de hombres, capaces de comprender la influencia del
género en las creencias, de promover comunicacionalmente cambios de
comportamiento, y de otorgar la orientación, consejería y servicios que
los hombres necesitan. Además, ser capaces de incentivar la consulta de
regulación de la fertilidad en los hombres como parte de los exámenes pre-
ventivos de salud y alentar a las mujeres a motivar a sus parejas para que
acudan a la consulta de salud sexual y reproductiva.
• La formación y capacitación de las y los prestadores deben enfatizar en
la necesidad de saber qué es lo que preocupa a los varones en relación
con su salud sexual y reproductiva, de comprender y respetar sus necesi-
dades, enfocando todo ello desde un análisis de género, para abordar su
atención en forma más efectiva. Es frecuente que cuando los hombres se
acercan a un consultorio o centro de salud les cueste expresar el motivo
de su consulta, y hablen de otra cosa, no de la verdadera razón de la vi-
sita. Una o un prestador de servicios sensible puede dirigir la conversa-
ción hacia los temas de la salud sexual y reproductiva e indagar acerca de
los intereses y preocupaciones de los usuarios. Se requiere especial de-
licadeza para formular preguntas sobre sexualidad que son más difíciles
para los hombres, tales como las referidas al placer, el vigor y la anatomía
sexual. La información debe entregarse en forma tranquila, empática, no
condenatoria. Para estimular la participación de los hombres, se deben
considerar los objetivos reproductivos de ellos, de sus parejas, así como
las decisiones que deben enfrentar juntos. Algunos hombres, especial-
mente los jóvenes, no quieren revelar su ignorancia acerca de la sexuali-
dad y la reproducción, de allí que quizás no hagan preguntas, se queden
callados y actúen de forma diferente si está presente con ellos la pareja,
esposa o novia. Una estrategia que ayuda a superar esta dificultad es que
un o una consejero o consejera se reúna brevemente con él antes de la
consulta y le de oportunidad de hacer preguntas confidenciales.
6. DIVERSIDAD SEXUAL
En Chile, cada año son asesinadas personas LGBT en razón de su orientación sexual, tal como se
registra en el Informe Anual Derechos Humanos Minorías Sexuales Chilenas del MOVILH. Uno
de los últimos casos de alta visibilidad pública fue la brutal golpiza al joven Daniel Zamudio por
parte de un grupo de jóvenes causándole la muerte. El año 2011 el congreso aprobó una ley de no
discriminación que lleva su nombre.
La discriminación hacia las personas LGBT se expresa como intolerancia hacia las formas de vida,
de afecto y de expresiones sexuales diferentes a la heterosexual. Así está expresado por ejemplo
en el Código Penal Chileno, que sí permite una relación de pololeo heterosexual de un mayor de
18 años con una menor de 14 a 18 años, y no así una relación entre dos personas del mismo sexo
de esas edades. Las personas LGBT no cuentan con respaldo jurídico cuando constituyen familia,
al no estar reguladas las uniones civiles, ni el matrimonio entre personas del mismo sexo, ni la
adopción o el apoyo estatal a la fertilización asistida. Así, por ejemplo, la Corte Interamericana
el año 2012 sentenció que Karen Atala fue discriminada en razón de su orientación sexual por la
justicia chilena al impedirle tener la tuición de sus hijos por ese hecho.
Hombres que tienen sexo con hombres
La realidad de que los jóvenes tengan prácticas sexuales con otros hom-
bres aún es fuente de ansiedad e inquietud para las personas, las familias
y las demás instituciones sociales. Prácticas homoeróticas y bisexuales en-
tre hombres jóvenes suele ser factor de tensión para el mundo adulto e
indican la existencia de prácticas socialmente menos valorizadas que las
heterosexuales, homofobia y un desconocimiento de los derechos sexua-
les de los jóvenes. Por ejemplo, es común, especialmente en las sociedades
latinas, encontrar casos en que los padres procuran asegurar la educación
y el control sobre la vida sexual de sus hijos, temiendo que puedan ser
homosexuales. Llegan incluso a acompañarlos a sus primeras relaciones
sexuales, estimulándolos a ello para que puedan aprender a comportarse
como “hombres” en su vida sexual. O envían a los jóvenes gay a “terapias
de reparación” para asegurar su heterosexualidad. En general, tales pro-
cesos de intolerancia para con la diversidad de orientaciones sexuales se
tornan tan crueles que acaban imponiendo a los muchachos una vida de
sufrimiento y exclusión, sin respeto a su capacidad de decisión, a sus de-
rechos sexuales y humanos. Es necesario por tanto trabajar con los hom-
bres jóvenes en deconstruir los prejuicios homofóbicos y la discriminación
hacia personas LGBT y promover la tolerancia formas de vida y de afecto
no heterosexuales. En el caso de los hombres homosexuales o bisexuales
es probable que requieran apoyo dada la alta discriminación existente y
la violencia en contextos como las escuelas hacia aquellos jóvenes que no
cumplen con el modelo de hombre “de verdad”: heterosexual, rudo, etc.
Los hombres que tienen sexo con hombres están expuestos a algunos
riesgos en su salud sexual, tales como el de infección de ITS, VIH (ONUSI-
DA, 2012). En el plano sexual el proceso de conocer otras personas y
tener sexo requiere prevenir riesgos (ITS, VIH, violencia) y tener con-
ductas de autocuidado.
7. EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA
El embarazo en la adolescencia es una realidad extendida tanto en nuestro país como en la re-
gión. En América Latina y el Caribe, el 18% de todos los nacimientos son de madres adolescentes
de 15 a 19 años. Este fenómeno nunca es un hecho aislado, sino influido por un conjunto de va-
riables macro y micro sociales que inciden fuertemente en su ocurrencia. Además, es síntoma de
múltiples problemas sociales, por ejemplo, se encuentra vinculado a problemas de pobreza, edu-
cación, inequidad de género, vulneración de los derechos, contextos familiares adversos y vio-
lencia sexual. Si bien este fenómeno ocurre en todos niveles socioeconómicos, predomina en los
sectores de menor nivel y en los países en desarrollo. Asimismo, es más frecuente en las jóvenes
que tienen bajo nivel educativo (Gómez, Molina y Zamberlin, 2011).
La evidencia muestra que padres y madres que han sido padres jóvenes cuentan con menor esco-
laridad y más dificultades económicas que aquellos que no lo fueron (Madrid, 2006). Ello porque
la respuesta social al embarazo adolescente suele estar asociada a estigmas, castigo social, falta
de apoyo, y presión para dejar la escuela. Asimismo, es frecuente que se presione a los y las jóve-
nes a cumplir con roles tradicionales de género en relación a la maternidad y paternidad. Es decir,
se espera que el padre adolescente provea económicamente y que la madre adolescente se haga
cargo de los cuidados de su bebé (Aguayo y Sadler, 2006).
Algunos estudios han demostrado que los estereotipos sobre el adolescente y sobre el embarazo
en la adolescencia en general, no pueden ser generalizados indiscriminadamente. Existen, por
ejemplo, padres que se involucran y se comprometen, tanto con sus hijos como con las madres
de ellos. Además, es necesario considerar que no todo embarazo adolescente es no deseado o no
planificado (Aguayo y Sadler, 2006). Por otra parte, cabe resaltar que cada vez más padres adoles-
centes están presentes en su paternidad. En el estudio Encuesta IMAGES Chile se encontró que
los padres jóvenes han sido más propensos a estar presentes durante el embarazo de su último
hijo en comparación con generaciones anteriores (Aguayo, Correa y Cristi, 2011).
Una de los principales dificultades de los hombres jóvenes en cuanto a la paternidad es la falta
de apoyo económico y social para llevar adelante la responsabilidad de educar y cuidar de sus
bebés, tarea exigida socialmente pero poco apoyada (Aguayo y Sadler, 2006). Otro problema es,
también, la idea de que el hombre –y en especial los adolescentes- no puede ejercer con compe-
tencia el cuidado infantil. Es importante, sin embargo, tener claro que no todo padre adolescente
es renuente a aceptar su paternidad y que no toda experiencia de paternidad es negativa para los
jóvenes, lo que se aplica también a las madres adolescentes. Para los padres y madres adolescen-
tes que tienen la voluntad de asumir su rol como tal, es de fundamental importancia fortalecer
sus redes de apoyo en la comunidad.
En los casos de padre y madre adolescentes se deben favorecer las mejores condiciones de cuida-
dos para el bebé pero, al mismo tiempo, proteger el desarrollo de la madre y el padre joven, por
ejemplo, que puedan proseguir sus estudios dando flexibilidad para que puedan cuidar y seguir
desarrollándose como personas (Aguayo y Sadler, 2006; Madrid, 2006).
Este manual entiende por “padres” a aquellos hombres que son progenitores biológicos o son pa-
dres adoptivos, residan o no con sus hijos e hijas, e independientemente de la relación o vínculo
que tuvieran con la madre. También se considera como tales a aquellos padres sociales o padras-
tros que cumplen las funciones de cuidado.
Norma Fuller define la paternidad como “un campo de prácticas y significaciones culturales y so-
ciales en torno a la reproducción, el vínculo que se establece o no con la progenie y el cuidado de
los/as hijos/as. Este campo de prácticas y significaciones emergen del entrecruzamiento de los
discursos sociales que prescriben valores acerca de lo que es ser padre y producen guiones de los
comportamientos reproductivos y parentales. Estos últimos varían según el momento del ciclo
vital de las personas y según la relación que establezcan con la co-genitora y con los hijos y las
hijas. Asimismo, estas relaciones están marcadas por las jerarquías de edad, género, clase, raza y
etnia” (Fuller, 2000: 37).
Parrini por su parte sostiene que “los estudios antropológicos e históricos permiten visualizar la
variabilidad histórico cultural de la paternidad y su carácter construido, ligado a determinados
contextos políticos, económicos, sociales; así como a ciertas configuraciones simbólicas e imagi-
narias. La paternidad será construida de maneras específicas en cada sociedad, en un momen-
to histórico dado y será afectada por los procesos socioculturales que se desplieguen en dicho
momento. No hay una respuesta a la paternidad para todas las culturas y sociedades humanas”
(Parrini, 2000: 70).
Estas aproximaciones para definir lo que se entiende por paternidad nos hablan de formas dis-
tintas de ser padres, dependiendo de los contextos y los tiempos históricos en que se desarrollan
dichos roles. Es por ello que concordamos con Benno de Keijzer, quien plantea que “…más que
hablar de paternidad como un tipo de relación, universal y predeterminada de los hombres con
sus hijos e hijas, habría que hablar de paternidades, en plural, porque hay formas bastante diver-
sas de ejercer la misma” (De Keijzer, 2000: 216). De esta manera, la paternidad es una experiencia
múltiple, heterogénea, que se despliega, entre otros factores, de acuerdo a las ideologías de géne-
ro imperantes en sociedades determinadas.
De acuerdo a Olavarría, más allá de las diferencias en las manifestaciones de las paternidades,
la paternidad, junto con el trabajo, aun constituyen mandatos fundamentales en la vida de los
varones adultos. Para este autor, la paternidad en nuestras sociedades es concebida como “uno
de los pasos fundamentales del tránsito de la juventud a la adultez”, y como “la culminación del
largo rito de iniciación para ser un “hombre” (Olavarría, 2001: 16). Estos dos mandatos estarían
incorporados en las identidades de los hombres desde la infancia, por lo que ellos sentirían que
su vida tiene sentido cuando han formado una familia y trabajan, es decir, cuando son capaces
de cumplir con el rol de proveedores. La característica de construcción cultural e histórica de
este tipo de paternidad y sus mandatos asociados ha quedado invisibilizada por la permanencia
en el tiempo de esta manera de ser hombre/padre, lo que la ha transformado en “natural”. Sin
embargo, “los cambios sociales, económicos y culturales acontecidos durante el último cuarto
de siglo en la sociedad chilena permiten en gran medida comprender el cuestionamiento que se
hace del referente de masculinidad y paternidad dominantes y de las prácticas inspiradas en es-
tos patrones, así como las demandas por cambios que hagan más “humanas”, íntimas, fraternas,
colaborativas, igualitarias, tolerantes y democráticas las relaciones entre hombres y mujeres y
entre padres e hijos” (Ibíd.: 18).
Mara Viveros (2002) describe tres temporalidades básicas de la paternidad: la primera es la idea
de paternidad con la que son socializados los hombres por sus padres y sus madres; la segunda
es la paternidad que resulta de la práctica de la protección, cuidado y crianza de los hijos e hijas;
la tercera trata de una dimensión proyectiva, donde la paternidad es una actividad trascendente
que se quiere prolongar en el tiempo.
De este modo, se puede observar la manera en que la socialización de género y los contextos
histórico-sociales definirán la forma en que los hombres desplegarán su rol de padres, y los signi-
ficados que cada cultura otorgará a las dimensiones y temporalidades de la paternidad. Esto nos
lleva a reflexionar respecto a las manifestaciones de paternidades que estamos presenciando en
la actualidad, y los cambios y continuidades que como sociedad queremos promover respecto a
dicho rol. En este sentido, promover paternidades comprometidas es uno de los grandes desafíos
actuales tanto por los beneficios que implica para los/as niños/as, para las mujeres y para los
mismos hombres, como por el avance que significa en términos de equidad de género. El sector
salud es uno de los campos centrales desde los cuales se puede trabajar en la promoción de pa-
ternidades activas, ya que permite involucrar a los hombres con su paternidad desde el inicio de
la relación con el/la hijo/a y, a la vez, da la posibilidad de generar nuevos vínculos con la mujer
gestante y madre, y de resignificar y resocializar las relaciones entre hombres y mujeres, basadas
en el respeto y la equidad.
Cuando los padres tienen una presencia de calidad en la vida de sus hijas/os, es-
tos tienden a desarrollarse mejor en diversas áreas como su salud física y mental,
motivación al estudio, rendimiento académico, desarrollo cognitivo y habilidades
sociales, presentan una mayor autoestima, menos problemas de conducta y mayor
tolerancia al estrés (Allen y Daly, 2007; Barker, 2003; Nock y Einolf, 2008). En una
revisión de 16 estudios longitudinales (22.300 casos, en 24 publicaciones), en los
que la variable de impacto de la participación del padre en indicadores de desarrollo
estuvo controlada, se encontró un impacto positivo en hijos/as que habían tenido un
padre involucrado en las siguientes áreas: menos problemas conductuales, menos
conflictos con la ley, menor vulnerabilidad económica posterior, mejores resultados
en escalas de desarrollo cognitivo, mejor rendimiento escolar, y menor estrés en la
adultez (Sarkadi, Kristiansson, Oberklaid y Bremberg, 2008).
En general, la presencia del padre también suele ser positiva para el ingreso fa-
miliar. Cuando están presentes, el ingreso tiende a subir, incluso aunque aporten
menos porcentaje que la madre al ingreso familiar -lo que ocurre con frecuencia-
(Barker, 2003).
La salud de los propios hombres tiende a ser mejor en aquellos que están involucra-
dos en su paternidad. Tienen mayor probabilidad de estar satisfechos con sus vidas,
vivir más, enfermar menos, consumir menos alcohol y drogas, experimentar menos
estrés, accidentarse menos, y de tener mayor participación en la comunidad (Allen y
Daly, 2007; Ravanefra, 2008). Por el contrario, se sabe que la ausencia de los padres
tiene enormes costos económicos y sociales directos e indirectos. Por ejemplo, en
Estados Unidos se encontró que los hogares con ausencia paterna suelen presentar
mayores costos para el Estado por medio de los programas de asistencia (Nock y
Einolf, 2008).
Todo niño y niña tiene derecho a conocer a sus padres y ser cuidado por
ellos (artículo 7).
El niño o niña que esté separado de uno o ambos padres tiene derecho a
mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres de
modo regular, salvo si ello es contrario al interés superior del niño/a (ar-
tículo 9).
Los datos del censo del año 2002 (Mideplan, 2011) en Chile muestran la
siguiente composición de hogares y familias:
• Un 11,6% de los hogares son unipersonales
• Un 9,7% son monoparentales con hijos/as (en su mayoría a cargo de
mujeres)
• Un 37,4% son biparentales con hijos/as, un 9,9% biparentales sin hijos/as
• Un 14,9% extensa biparental
• Un 7% extensa monoparental
• Un 3,2% familias compuestas
• Un 6,3% sin núcleo familiar
Los hombres, la paternidad y el cuidado
Las familias están cambiando (menos matrimonios y más convivencias, más control
reproductivo, familias con menor número de hijos/as) y las relaciones de género
también (más mujeres en el mundo del trabajo remunerado). Sin embargo, aun se
observa una gran resistencia -material y sociocultural- a que los hombres entren a
las tareas del cuidado de los hijos e hijas. En este sentido, aun vivimos en una cultura
con roles muy segregados según género, en la cual se promueve en las mujeres las
tareas de cuidado y el rol de madre, se les exige un óptimo desempeño en el pla-
no afectivo, se les habla del amor de madre o de instinto maternal, una caracterís-
tica supuestamente innata que orientaría la práctica materna diaria, definida en sí
como gratificante. Y en los hombres se sigue promoviendo el rol de proveedor, como
lo muestra un ejemplo de la Encuesta IMAGES Chile, según la cual un 87,5% de los
hombres estuvo de acuerdo con la frase “en general tengo la mayor responsabilidad
de proveer para mi familia” (Aguayo, Correa y Cristi, 2011).
Llama la atención que estos roles continúen tan segregados con los cambios que han
experimentado las relaciones de género en las últimas tres décadas, en especial con
el hecho de que hayan más mujeres en el mercado del trabajo remunerado y como
proveedoras económicas (Arriagada 2002, 2005). Los hombres no han cambiado en
la misma magnitud, si bien se muestran más interesados en los temas de paternidad,
todavía las mujeres son las que efectivamente pasan más tiempo cuidando, tal como
revelan las encuestas de uso de tiempo (SERNAM, 2009).
Nuestra sociedad todavía ve a los hombres como inhábiles para el desempeño del
cuidado infantil y, en cierta medida, están autorizados culturalmente para no par-
ticipar de esta tarea. La madre cuida, el hombre provee. Así, aun cuando un hombre
quiera asumir un papel activo en el cuidado infantil, las instituciones sociales –fami-
lia, escuela, trabajo, salud, y la sociedad en general– parecen excluirlo de esa posibi-
lidad (Aguayo y Sadler, 2006).
De un modo más amplio, percibimos que esa supuesta “incapacidad” para el cuidado
infantil se extiende a, o tiene origen en, otras áreas de la vida cotidiana. Los hombres
muchas veces son vistos (incluso por ellos mismos) como incapaces para cuidar de
una persona enferma, de un hijo/a, de los objetos a su alrededor, de la casa y, princi-
palmente, de sí mismos.
• Los hombres realizan pocas tareas domésticas excepto en asuntos como re-
paraciones y compras.
De los roles tradicionales a compartir las tareas de cuidado
En nuestra sociedad, el acto de cuidar de los/as niños/as, de las personas enfermas
y de los/as ancianos es visto como “cosa de mujeres”. El “arte de cuidar” aparece casi
como una condición natural de ser mujer. El “arte de cuidar” aparece casi como una
condición natural de ser mujer. Estos roles tradicionales generan muchos obstáculos
en la vida de las mujeres, como por ejemplo, una mayor carga de trabajo (sumando el
trabajo remunerado más el doméstico no remunerado) y barreras para acceder a un
trabajo remunerado. A esto se agrega el que los trabajos para mujeres suelen ser más
precarios. Sin embargo, cada vez vemos a más hombres ejecutando tareas relaciona-
das con el cuidado infantil, ya sea en la casa, en guarderías o escuelas.
La llegada de un/a hijo/a suele acentuar los roles segregados en una pareja. Por un
lado, es cierto que hay funciones que solo puede hacer la madre como la lactancia
materna. Además, es común que si solo hay licencia postnatal para uno de los dos
será la madre la que pase más tiempo cuidando y el padre seguirá trabajando remu-
neradamente. Sin embargo, es usual que terminado el tiempo de lactancia materna
y el postnatal las madres sigan pasando más tiempo al cuidado y los padres más dis-
tantes de esas tareas, incluso esto se observa en parejas donde padre y madre son
proveedores económicos.
Las instituciones –como las de salud o educación- con muchas de sus acciones desin-
centivan la participación de los padres. Por una parte, no consideran que el cuidado
o presencia del padre sea tan relevante como la de la madre. O, por ejemplo, si ambos
padres asisten a una cita o entrevista, es usual que los prestadores se dirijan más a la
madre con sus comunicaciones e indicaciones de cuidado.
Los espacios con hombres jóvenes como talleres son instancias muy apropiadas para
promover el que los hombres se involucren por un lado, en la salud sexual y repro-
ductiva y, por otro, en la paternidad y el cuidado, aunque aún no sean padres.
En una revisión de 58 programas con hombres de diferentes países y regiones, que
contaban con evaluaciones de impacto en el corto plazo, se encontró que los progra-
mas sí muestran impacto en actitudes y prácticas, o son prometedores en temas tales
como (Barker, Ricardo y Nascimento, 2007):
Por otra parte, las evaluaciones del Programa H de talleres con hombres jóvenes rea-
lizadas en Brasil y Chile han mostrado también que las sesiones socioeducativas con
hombres jóvenes sí tienen un impacto en las actitudes de género. Los autorrepor-
tes de los hombres muestran menos uso de violencia, mayor uso de preservativo y
menos síntomas de ITS. Este tipo de cambios de actitudes y comportamientos son
significativos en tanto ellos no solo afectan a los hombres sino también a las mujeres
(Obach, Sadler y Aguayo, 2011; Pulerwitz, Barker, Segundo y Nascimento, 2006).
Sabemos además que las prácticas de cuidado tienen relación con las actitudes de
género de los hombres (Aguayo, Correa y Cristi, 2011). Por ello es relevante que los
programas tengan contenido explícito de género, sean transformadores de género,
cuestionando el machismo y la violencia (Barker, Ricardo y Nascimento, 2007).
• orientaciones y protocolos más claros sobre cómo trabajar con familias y padres hombres;
• promover la paternidad con los hombres cuando participan en las prestaciones de salud y
también con las madres;
• dar indicaciones pro paternidad adecuadas para cada caso: cuando la madre es sola y no se
cuenta con el padre; en casos de padres separados; padres adolescentes que requieren un apo-
yo particular para participar en el cuidado y no abandonar sus estudios; casos donde hay alta
conflictiva de pareja e incluso violencia de género o violencia doméstica, etc.
http://www.crececontigo.gob.cl/wp-content/uploads/2012/11/2012-
11-22-Guia-Paternidad-activa-final_WEB.PDF
Las actividades deben ser entendidas como parte de un proceso grupal de reflexión y
educación participativa y no como estrategias terapéuticas. En este sentido, si se de-
tectaran casos que requieren de atención especializada de profesionales de la salud,
la recomendación es la de derivarlos a dicha atención.
Como facilitador/a, eres coprotagonista de este proceso junto al grupo. Tu estilo per-
sonal, tus habilidades para escuchar al grupo, para construir un clima seguro y respe-
tuoso, y para mantener la motivación serán aspectos clave a lo largo de las sesiones.
El proceso grupal propuesto en este manual y sus sesiones busca favorecer la re-
flexión y cambios en el comportamiento de los hombres jóvenes y así promover una
cultura de cuidado y equidad de género que involucre no solo a adolescentes y jóve-
nes, sino a la sociedad en su conjunto.
Número de sesiones
- Las actividades han sido diseñadas para realizarse como un programa integral. En
programas que han sido evaluados en diversos países se ha constatado que la reali-
zación de más de 10 sesiones tiene mayor impacto en los jóvenes. Si bien se ha visto
que la realización de sesiones aisladas también tiene algún impacto, se recomienda
la implementación de un proceso de grupo de varias sesiones, eligiendo aquellas del
manual que sean más motivantes y pertinentes a los intereses del grupo participante.
Conformación de grupos
- Se recomienda trabajar con grupos de entre 8 a 14 participantes.
- Si bien las actividades del presente manual están pensadas para el trabajo grupal con
jóvenes, algunos equipos que las han utilizado han optado por iniciar el trabajo de
manera individual con los jóvenes y luego agruparlos, otros han optado por trabajar
con grupos más pequeños que 8 personas. Es decir, la conformación de los grupos
va a depender del contexto en el cual se apliquen las actividades y de la convocatoria
que se realice.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
61
- Recuerda que en el trabajo grupal con hombres jóvenes compartir y analizar sus
experiencias y biografías es una metodología privilegiada que mantiene la motiva-
ción y que propicia el cambio de actitudes.
- Se recomienda que durante las sesiones se ofrezca algún alimento. Las bebidas y
alimentos son muy valorados por los jóvenes y ayudan a la permanencia en el pro-
ceso grupal.
- Algunas de las actividades contienen “Hojas de Apoyo” diseñadas para ser utiliza-
das como complemento. En la mayoría de los casos, se pide que se distribuyan es-
tas “Hojas de Apoyo” a todos los participantes o a los subgrupos de jóvenes que
se conformen de acuerdo a cada actividad. Para ello recomendamos reproducir
(fotocopiar o imprimir) las hojas necesarias en forma previa a la ejecución de la
actividad. Si esto no es posible, se puede copiar la “Hoja de Apoyo” en un pizarrón o
papelógrafo dispuesto en un lugar visible de la sala, o bien ir leyendo en voz alta el
contenido de la misma para que los jóvenes puedan seguir las instrucciones.
- Adapta lo que consideres necesario al contexto o realidad del grupo de jóvenes que
están participando.
- También al comienzo de cada actividad suele ser muy útil que cada participante
comente “cómo llega” a la sesión, si le ha ocurrido algo significativo en la semana, o
qué ha seguido pensando, sintiendo u observando respecto de los temas tratados
en la actividad anterior. Este compartir suele ser suficiente para darle un buen cli-
ma emocional a la sesión.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
63
-En muchas de las actividades se pide dividir a los integrantes del taller en subgru-
pos. Si bien la recomendación que aparece en las actividades es dividirlos en
subgrupos de entre 3 y 4 jóvenes, este número puede variar dependiendo de la can-
tidad de jóvenes que conformen el taller, de las dinámicas internas que presente el
grupo y del objetivo que se quiera lograr.
- Al final de cada sesión se recomienda hacer una breve evaluación sobre cómo resul-
tó la actividad en base a preguntas orientadoras tales como: ¿De qué me di cuenta
en la sesión de hoy? ¿Qué aprendí en la sesión de hoy? ¿Qué me llevo del encuentro
de hoy? De esta evaluación se pueden obtener aprendizajes para ser implementa-
dos en las siguientes sesiones.
- Al finalizar las sesiones se recomienda realizar algún acto ritual a través del cual se
reconozca la participación de los jóvenes y el compromiso adquirido con el progra-
ma. Se les puede entregar un certificado, un diploma, u otro elemento que destaque
su compromiso y su trabajo, y que demuestre que se valora su dedicación y partici-
pación en los talleres. Terminar con una convivencia celebrando la experiencia y la
amistad suele ser una excelente opción de cierre.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
65
- Algunas actividades abordan temas que son sensibles para los jóvenes, ya que ellos
mismos pueden haber vivido o estar viviendo esas experiencias. Cuando un parti-
cipante comparte una experiencia personal o íntima es un momento sagrado para
el grupo, y respetar a esa persona es un valor fundamental. Por esta razón, es muy
importante que los/as facilitadores/as cuiden que nadie se exponga, se le agreda o
sea víctima de burlas si los jóvenes deciden compartir sus historias.
- Si el clima del grupo o tu vínculo con el grupo estuviera tensionado, conversa con
otros/as facilitadores/as sobre tu experiencia y pregunta cómo han resuelto situa-
ciones similares.
En suma, la experiencia ha mostrado que tanto los grupos mixtos, como los grupos
que solamente están constituidos por hombres o por mujeres, tienen impacto positi-
vo. Por ello, el modelo de trabajo escogido debe responder al contexto específico en
el que se implemente cada taller.
¿Facilitadores hombres o facilitadoras mujeres?
¿Es recomendable que los facilitadores sean hombres cuando se trabaja con grupos
de hombres? La experiencia de las organizaciones que trabajan con jóvenes es que,
en algunos contextos, los hombres jóvenes prefieren trabajar e interactuar con un
hombre como facilitador, quien podrá escucharlos y, al mismo tiempo, servir de mo-
delo en tanto hombre. Sin embargo, otras experiencias sugieren que la calidad del/la
facilitador/a -la habilidad de movilizar el grupo, de escucharlos y de motivarlos- es
un factor más importante que su sexo. Una posibilidad recomendable es contar con
facilitadores/as hombres y mujeres trabajando en pareja, para mostrar a los jóve-
nes que es posible trabajar juntos para lograr la equidad y el respeto. No obstan-
te lo anterior, estamos conscientes de que no siempre es posible contar con más de
un/a facilitador/a, o de que formen equipos mixtos, por lo que, en dichos casos, se
recomienda adaptar el trabajo para que pueda ser llevado adelante por las personas
que estén motivadas y capacitadas. Cuando estas sesiones se realicen en un contexto
institucional, seguramente habrá recurso humano ya disponible. En estos casos es
deseable que los/as facilitadores/as se capaciten en estas temáticas y estén motiva-
dos/as a conducir un proceso grupal.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
67
Esta dinámica permite que los participantes se conozcan no solo desde sus datos
personales, sino también a través de la identificación que hagan con un personaje
de su elección.
Instrucciones: divide al grupo en duplas y pide que, durante 5 minutos, una persona
entreviste a la otra a partir de las siguientes preguntas: ¿con qué personaje te iden-
tificas (real, ficticio, de una película, un artista, un personaje histórico, etc.)?, ¿por
qué? En seguida, invierte los papeles y otorga otros 5 minutos al otro compañero:
el entrevistado ahora se convierte en entrevistador usando las mismas preguntas.
Luego pide que se pregunten mutuamente por qué escogieron dicho personaje, y
qué características de sí mismos ven reflejadas en el personaje. Junto con esto, pide
que compartan breves datos personales, por ejemplo, sus nombres, edad, con quién/
es viven, qué les gusta hacer, etc. Después, con el grupo completo reunido, pregunta
quién quiere comenzar. Si nadie se ofrece como voluntario, propón tú mismo/a a al-
guno de los participantes para que presente a su entrevistado, identificando primero
el personaje con el cual se identificó y las razones por las cuales eligió al personaje, y
luego sus datos personales. La idea es que todos tengan la oportunidad de presentar
a su compañero.
Esta dinámica permite entrar en contacto con los sentimientos, emociones de uno
mismo y del otro. Este modelo de presentación trabaja con la comunicación, el en-
cuentro, la solidaridad, la autoestima y el elogio.
Esta dinámica permite que los participantes se conozcan entre sí y compartan los
gustos que tienen en relación al uso de su tiempo libre.
Esta dinámica permite que los participantes del taller se conozcan y recuerden los
nombres de sus compañeros.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
69
CAPÍTULO ACTIVIDADES
71
ACTIVIDAD 1 / Ser hombre y ser mujer, una
construcción social
OBJETIVOS
Discutir sobre los estereotipos y las expectativas de género que imperan en nuestra
cultura, y observar cómo los mismos limitan la vida de hombres y mujeres. Identifi-
car formas de ser hombres y mujeres entre los y las jóvenes en la actualidad.
IDEAS FUERZA
• Las características que se atribuyen a hombres y mujeres en cada cultura son
construcciones sociales.
• En nuestra cultura se educa a mujeres y hombres para tener actitudes acordes con los
estereotipos de género imperantes, los que muchas veces nos limitan y restringen.
MATERIALES
• Papelógrafo o pizarrón para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
• Lápices de tinta para cada grupo
• Hoja de Apoyo: Pensando sobre características tradicionales atribuidas a
hombres y mujeres (página 75) para cada grupo
• Hoja de Apoyo: Pensando sobre características actuales atribuidas a hombres
y mujeres jóvenes (página 76) para cada grupo
Paso 1
Divide a los participantes en grupos de entre 3 a 4 personas. Distribuye a cada grupo una Hoja de
Apoyo: Pensando sobre características tradicionales atribuidas a hombres y mujeres (página 75).
Pide que en cada grupo se elija a un moderador para que llene la Hoja de Apoyo, de acuerdo a lo
que van comentando sus compañeros. Pide que pongan en la lista cinco tipos de comportamien-
tos o cualidades que en nuestra sociedad tradicionalmente han sido definidas como apropiadas
o inapropiadas para hombres y mujeres. Explicita que las respuestas tienen que enfocarse en lo
que ellos creen que la sociedad opina de hombres y mujeres, y no en lo que ellos piensan sobre el
tema (pues esto se verá en la siguiente parte de este ejercicio). Explica que es importante que no
muestren sus respuestas a los otros grupos.
Paso 2
Junta al grupo completo en una reunión plenaria. Sobre un papelógrafo o pizarrón dibuja dos
columnas y escribe “hombres” y “mujeres” en la parte superior de cada una de ellas. Pide que los
grupos compartan lo que discutieron sobre las mujeres. Anota las respuestas en el papelógrafo o
pizarrón, en la columna “mujeres”, subrayando o destacando las que se van repitiendo. Pide aho-
ra a los grupos que compartan lo que discutieron sobre los hombres. En la columna “hombres”,
anota estas respuestas, destacando las que se van repitiendo.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
73
Paso 3
Pregunta a los participantes qué piensan de esos atributos o características y pide que hagan una
comparación entre ellas. ¿Cómo resumirían cada lista?
Paso 4
Tras escuchar las respuestas, pide a los grupos que se reúnan nuevamente y entrega a cada grupo
una Hoja de Apoyo: Pensando sobre características actuales atribuidas a hombres y mujeres jóvenes
(página 76). Pide que hagan las mismas listas (5 características para hombres y 5 para mujeres),
pero esta vez dando su opinión personal sobre cómo ven a los hombres y mujeres jóvenes en la
actualidad.
Paso 5
Junta al grupo completo en círculo en una reunión plenaria, y sigue los mismos pasos anteriores,
anotando en un papelógrafo o pizarrón las respuestas que vayan surgiendo con respecto a hom-
bres y mujeres.
Paso 6
En conjunto con los jóvenes, compara los resultados de ambas listas (características tradicionales
versus características de jóvenes actuales) y abre la discusión con las siguientes preguntas:
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió .
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Esta actividad trabaja las distinciones entre sexo (las diferencias bioló-
gicas entre hombres y mujeres) y género (las construcciones sociocul-
turales de lo masculino y lo femenino). Al contrario de nuestro sexo, que
tiene características generalmente inmutables, las definiciones de géne-
ro cambian de generación en generación, de una cultura a otra y den-
tro de los diferentes grupos socio-económicos, étnicos, entre otros. Las
construcciones de género usualmente están cargadas de estereotipos
que colocan a hombres y mujeres en categorías determinadas, las cuales
dictan lo que es apropiado e inapropiado para cada uno, limitando su
capacidad de aprendizaje y crecimiento.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
75
CAPÍTULO ACTIVIDADES
77
ACTIVIDAD 2 / Qué nos han dicho sobre la sexualidad
OBJETIVO
Reflexionar sobre el peso de la educación en los enfoques, discursos y actitudes
que tenemos en torno a la sexualidad, y compartir mitos, creencias y temores
culturales que existen en torno a este tema.
IDEAS FUERZA
• En nuestra cultura circulan una serie de mitos, creencias y temores en torno a
la sexualidad, que son la base del conocimiento que gran parte de la población
maneja con respecto a este tema.
• Todavía a la mayoría de los adultos les resulta difícil hablar abiertamente so-
bre sexualidad y realizar educación sexual. Esto limita la información que se
pueda obtener sobre sexualidad, sobre derechos sexuales y reproductivos,
sobre los riesgos en sexualidad (embarazo no deseado, ITS, VIH), y sobre la
negociación sin presión ni violencia en las decisiones en torno a este tema.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: La socialización en torno de la sexualidad (página 81) para
cada grupo
Paso 1
Divide a los participantes en grupos de 3 a 4 personas (se sugiere un mínimo de dos grupos).
Entrega a cada grupo la Hoja de Apoyo: La socialización en torno de la sexualidad (página 81) e
invítalos a que conversen en torno a las preguntas que ahí se plantean.
Paso 2
Pide a cada grupo que comparta recuerdos, imágenes, situaciones, bromas o anécdotas en torno
a las temáticas planteadas en las preguntas de la Hoja de Apoyo: La socialización en torno de la
sexualidad (página 81). Luego, pide a cada grupo que seleccione una de aquellas imágenes, situa-
ciones, bromas o anécdotas, y que construyan un breve guión para luego actuarlo o escenificarlo,
otorgando un rol específico a cada miembro del grupo.
Paso 3
Sociodrama (dramatización o actuación): dispón una zona de la sala como escenario y a los
participantes como público (puede ser en círculo o media luna). Pide a cada grupo que presen-
te su dramatización frente al grupo completo y que los demás escuchen con respeto y atención.
Señala que no hay actuaciones buenas o malas, que todas son importantes porque son una
creación colectiva.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
79
Paso 4
Una vez que todos los grupos hayan realizado sus representaciones, pide a los participantes que
se ubiquen en un círculo y cuenten su experiencia como actores y como público. Luego, abre la
discusión en torno a las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles fueron las situaciones que más les llamaron la atención respecto al tema (ya sean
personales o que escucharon de otros miembros de sus grupos)?
• ¿De qué se dieron cuenta a través de las representaciones?
• ¿Cómo se sintieron tanto como actores y/o como público al representar estas temáticas?
• ¿Consideran que es fácil o que es difícil conversar sobre sexualidad en nuestra sociedad?
• ¿Qué temores creen que tienen los adultos sobre la sexualidad?
• ¿Qué temores creen que tienen los jóvenes sobre la sexualidad?
• ¿Qué se decía a los hombres sobre sexualidad en las representaciones?
• ¿Qué se decía a las mujeres sobre sexualidad en las representaciones?
• ¿Por qué las diferencias?
• ¿Qué debiera considerar una buena educación sexual para jóvenes?
Paso 5
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/las facilitadores/as
• Esta sesión es una buena puerta de entrada para conversar sobre lo que
se dice y no se dice acerca de la sexualidad en los diferentes medios: fa-
milia, grupo de pares, escuela, etc. Es una instancia para revisar los pre-
juicios relativos a la sexualidad que existen entre los participantes.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
81
OBJETIVOS
Reflexionar sobre las diferentes opiniones y puntos de vista acerca de la sexuali-
dad, y cuestionar los prejuicios de género existentes sobre la vida sexual.
IDEAS FUERZA
• Son escasos los espacios que existen en nuestra sociedad para que los jóvenes
puedan dar sus puntos de vista y hablar libremente sobre sexualidad.
• Conversar e informarse sobre sexualidad entrega herramientas para que los
jóvenes puedan tomar decisiones sobre este tema, previniendo riesgos y cui-
dando su salud sexual.
MATERIALES
Hoja de Apoyo: Afirmaciones sobre sexualidad (página 85) para el/la facilitador/a.
Paso 1
Pide a los participantes que se sienten en sillas formando un cículo, dejando una silla vacía.
Paso 2
Explica que leerás en voz alta algunas afirmaciones sobre sexualidad, y que tras la lectura de cada
idea, los participantes que estén de acuerdo con ella se cambiarán de silla, y quienes no estén de
acuerdo con la afirmación, permanecerán sentados en su lugar.
Paso 3
Lee en voz alta la primera afirmación que aparece en la Hoja de Apoyo: Afirmaciones sobre
sexualidad (página 85), y da tiempo para que los jóvenes que estén de acuerdo con ella se cam-
bien de silla.
Paso 4
Pide a los participantes que se cambiaron de silla que levanten la mano para identificarlos. Luego
pídeles que expliquen las razones por las cuales estuvieron de acuerdo con la afirmación. Repite
la acción con quienes no se movieron. Modera un debate después de la lectura de cada una de
las afirmaciones y del cambio de sillas, guiando la discusión hacia el cuestionamiento de los pre-
juicios de género que limitan la vida de hombres y mujeres. Si hay dudas sobre los temas que se
discuten, da el espacio y tiempo para responderlas.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
83
Paso 5
Después de trabajar con todas las afirmaciones de la Hoja de Apoyo: Afirmaciones sobre sexuali-
dad (página 85), abre la discusión con las siguientes preguntas:
• ¿Por qué creen que las personas tienen opiniones diferentes sobre diversos aspectos de
la sexualidad?
• ¿Siempre tomaron una posición propia ante las afirmaciones o, en algunos casos, siguieron
al grupo?
• ¿Quiénes fueron minoría o quién se quedó solo en su posición? ¿Cómo fue esa experiencia?
¿Qué sintieron?
• ¿Cómo vio el grupo a las personas que fueron minoría?
• ¿Qué factores pueden incidir en estas diferentes opiniones? ¿La clase social? ¿Edad? ¿Reli-
gión? ¿Experiencias individuales de vida? ¿Qué otros factores?
• ¿Cómo se forman los valores u opiniones sobre la sexualidad?
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/las facilitadores/as
• A pesar de que el grupo sea del mismo rango etario y de la misma comu-
nidad, pueden existir opiniones diferentes sobre la misma afirmación.
Además de los factores socioculturales, las opiniones sobre un mismo
tema varían de acuerdo con factores individuales, la educación familiar,
la historia personal, la religión, entre otras variables.
• En esta actividad puede ocurrir que surjan preguntas para las que no co-
noces la respuesta. Por ejemplo, sobre especificidades de alguna infec-
ción de transmisión sexual. Es importante que expliques que no sabes la
respuesta, pero que la averiguarás para la siguiente sesión.
• Recuerda al grupo que siempre pueden asistir a una consulta con un pro-
fesional de la salud en su centro de salud más cercano. En Chile, las con-
sultas relativas a los temas tratados en esta sesión se llaman “consultas
de regulación de la fertilidad”.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
85
OBJETIVOS
Motivar la empatía de los jóvenes hacia todas las personas, sin importar sus dife-
rencias de orientación sexual, de comportamientos sexuales y/o de experiencias
vinculadas al ejercicio de su sexualidad.
IDEAS FUERZA
• Vivimos en sociedades altamente sexistas que discriminan a las personas, en-
tre otras razones, por su sexo, género y condición sexual. Estos prejuicios y
discriminaciones son formas de violencia social, simbólica y psicológica.
• La empatía es la base del respeto y la aceptación del “otro”, incluida la acepta-
ción de la diversidad sexual.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: El caso de Daniel Zamudio (página 90) para el/la facilitador/a
• Hojas de papel tamaño carta
• Tijeras
• Plumones
• Cinta adhesiva
Paso 1
Antes de que el grupo comience la actividad, selecciona el mismo número de frases que de parti-
cipantes en el grupo, de la lista propuesta a continuación. Puedes inventar otras frases o repetir
algunas si te parece adecuado. Escribe cada frase en la mitad de una hoja de papel tamaño carta, y
colócalas boca abajo en un lugar central de la sala.
• Soy heterosexual
• Soy gay
• Soy bisexual
• Soy transexual
• Tuve relaciones sexuales con otro hombre, pero no soy gay
• Tengo SIDA
• Tengo una infección de transmisión sexual
• He tenido sexo por dinero
• He participado en orgías
• Mi polola me fue infiel
• Soy infiel
• Soy virgen
CAPÍTULO ACTIVIDADES
87
Paso 2
Pide a cada participante que elija una hoja al azar, y que, sin mirarla, se siente junto al resto de
sus compañeros en un círculo mirando hacia afuera del mismo. Explícales que cada hoja contiene
una frase que se refiere a la característica de una persona o a una situación determinada que vive
alguien. Pide que lean en silencio la frase que les tocó, y que sin comentar o mirar al lado, se ima-
ginen a ellos mismos viviendo esa situación: ¿qué harían?, ¿qué les pasaría?, ¿cómo se sentirían?
Paso 3
Pide a los participantes que se pongan de pie, tomen un pedazo de cinta adhesiva y que peguen el
papel que recibieron en su pecho, con las letras a la vista.
Paso 4
Solicita a todos que caminen despacio por la sala con el papel pegado, leyendo en silencio las fra-
ses que los otros participantes tienen pegadas en su pecho, sin hablar. Otorga tiempo suficiente
para que caminen despacio y todos puedan leer las frases y que auto-observen cómo se sienten
frente a los distintos personajes.
Paso 5
Invita a los participantes a detenerse y a que cierren los ojos. Invítalos a imaginar, siempre con
los ojos cerrados, una historia o situación que tenga que ver con el personaje que les tocó (una
historia que después se pueda compartir con el grupo). Da tiempo suficiente para que todos pue-
dan “encontrar” su historia.
Paso 6
Ahora pide a los participantes que se sienten en círculo (esta vez mirando hacia dentro del círcu-
lo). Pide a cada uno que diga quien fue el personaje que más le llamó la atención y por qué.
Paso 7
Una vez que todos hayan dicho quien fue quien más le llamó la atención, pide a cada uno que na-
rre la historia que ideó sobre el personaje que le tocó. Invita a los demás a escuchar con atención,
respeto y empatía cada una de las historias.
Paso 8
Una vez que todos hayan contado su relato, junta a los participantes en una reunión plenaria,
manteniendo el mismo círculo con el que has trabajado durante la sesión. En una primera vuelta
de conversación, invita a que cada uno cuente cómo se sintió con su propio personaje y con las
opiniones que recibió por parte del grupo. Después, abre la conversación en torno a las siguien-
tes preguntas:
• ¿Qué les pasó al ir observando, luego dando su opinión sobre los personajes, y finalmente
escuchando las historias de cada uno de los participantes?
• ¿De qué se dieron cuenta o qué les llamó la atención?
• ¿Hubo momentos en que les dio risa o hicieron bromas? ¿Por qué creen que eso ocurre?
• Qué efectos creen que pueden tener las bromas descalificadoras en quienes las sufren?
• Las personas son agredidas con frecuencia por razón de sus diferencias, ¿por qué crees que
esto ocurre?
• ¿Cómo se sentirán esas personas cuando son agredidas o discriminadas?
• ¿Te has sentido discriminado? ¿Por qué?
Paso 9
Lee en voz alta la Hoja de Apoyo: El caso de Daniel Zamudio (página 90), explicando a los partici-
pantes que se trata de un caso extremo de violencia por la intolerancia a las diferencias de orienta-
ción sexual (si cuentas con recursos audiovisuales, se puede mostrar una noticia del caso en www.
youtube.com). Pide a los participantes que comenten sus opiniones con respecto a este caso.
Paso 10
Para finalizar la actividad, pide que todo el grupo se abrace haciendo un círculo (facilitador/a
incluido/a). Pide que se miren a los ojos, despidiéndose de esta sesión con la mirada, viendo con
aceptación a cada personaje y a cada persona. Puedes decir una frase de cierre como: “somos un
grupo y valoramos la diversidad de todos los participantes”.
Paso 11
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
89
Daniel Zamudio, nacido en el año 1987, fue un joven chileno que se convirtió en símbo-
lo contra la violencia homofóbica tras ser atacado y torturado en el Parque San Borja
de Santiago por un grupo de jóvenes, quienes, tras darle una terrible golpiza, le provo-
caron heridas que terminaron semanas después con su vida. El ataque contra Daniel,
perpetrado el 2 de marzo de 2012 por cuatro personas vinculadas presuntamente a
una pandilla de tendencias neonazis, causó conmoción en la sociedad chilena y levantó
el debate respecto a la homofobia en el país.
Uno de los jóvenes que atacó a Daniel entregó la siguiente versión de los hechos: “Como
a las 23:30 horas aproximadamente, ‘Pato Core’ se acerca y dice que va a despertar
a Daniel y le pone una patada en la sien con el talón y otra patada en la nuca (…) Me
sientan al lado de un árbol y comienzan (los dos, Alejandro y Pato) a pegarle a Daniel
patadas en la guata, en la cabeza, las patadas que le daban sonaban. Paran para tomar
(alcohol) y luego Alejandro primero empieza a orinar en el estómago a Daniel y luego
hace lo mismo el ‘Pato Core’. Ahí se sientan a tomar y a reírse de lo que le hicieron. ‘Pato
Core’ le rompe la botella en la cabeza de Daniel. Alejandro en eso, pesca el gollete de la
botella, le levanta la polera y le dibuja una esvástica en la guata y le propina dos ‘pun-
zasos’ en el lado izquierdo. Ahí Alejandro se pone al lado de Daniel y le grita ‘gay, lacra,
CAPÍTULO ACTIVIDADES
91
ensucias mi patria’ y le propina una patada en la cabeza. Alejandro toma un cigarro que
pidieron y que yo fumaba y con eso, quema a Daniel. A su vez Patricio le tira una colilla
en la cara. Va el Raúl, se sienta encima del pecho del Daniel, le pesca la cabeza de las ore-
jas y la comienza a azotar en el suelo y empieza a pegarle combos, demorándose sólo en
eso unos 15 minutos. El Raúl se para y comienza a pegarle una patada en la cabeza. Ale-
jandro orina nuevamente a Daniel y dice: tengo ganas de cagarlo encima. Luego el Pato
da vuelta a Daniel y le quiebra otra botella de ron en la cabeza, pesca el gollete y le hace
dos esvásticas en la espalda, diciéndole al Alejandro: ‘aprende, así se hacen los cortes’.
Ahí toma la piedra y Alejandro hace como que se le cae en la cabeza de Daniel. Luego,
Alejandro dice: ‘ya, quebrémosle la pierna’ y tira nuevamente la piedra en la pierna de
Daniel. Patricio hace lo mismo. Fueron tres veces que tiraban ellos tres la piedra sobre
la pierna de Daniel. Raúl se aburre y le tira varias veces la piedra en la pierna de Daniel,
y viendo que no pudo quebrársela con la piedra le hace una palanca con las manos y se
la quiebra. Ellos se ríen y dicen que sonó como hueso de pollo”.
La noticia del ataque a Zamudio fue difundida por diversas colectividades en defensa
de los derechos de minorías sexuales, en particular por el Movimiento de Integración y
Liberación Homosexual (Movilh), quienes anunciaron acciones legales contra quienes
resultaran responsables, además de solicitar formalmente una reunión con el Ministe-
rio del Interior. Movilh indicó que en Chile, entre 2002 y comienzos de 2012, 66 denun-
cias de agresiones físicas perpetradas por civiles habían sido registradas, afectando a
unas 250 personas. Gracias a las redes sociales, la noticia alcanzó gran difusión y ge-
neró un repudio total en la sociedad chilena, poniendo de manifiesto la discriminación
personas LGBT y a la diversidad sexual en Chile.
OBJETIVOS
Aumentar el conocimiento del grupo respecto de los órganos sexuales internos y
externos del hombre y de la mujer, observando cuál es la relación que los parti-
cipantes establecen con sus cuerpos. Conversar sobre los cuidados que los hom-
bres y las mujeres jóvenes deben tener con su cuerpo reproductivo.
IDEAS FUERZA
• Es importante que los jóvenes conozcan su cuerpo reproductivo, para conectar-
los con el cuidado de la propia salud sexual y reproductiva.
• Los hombres participan, al igual que las mujeres, en los procesos de salud sexual y
salud reproductiva.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Aproximándonos al cuerpo reproductivo (página 95) para el/la
facilitador/a
• Hoja de Apoyo: Órganos sexuales masculinos y femeninos (página 96) para el/la
facilitador/a
• Papelógrafo o pizarrón para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
• Una bolsa
Paso 1
Antes de comenzar la actividad, recorta los nombres de los órganos sexuales masculinos y fe-
meninos de la Hoja de Apoyo: Aproximándonos al cuerpo reproductivo (página 95), y colócalos
en una bolsa. Además, pega un papelógrafo en un lugar visible de la sala, y dibuja una línea que
divida la hoja en dos columnas. En la parte superior de una columna anota “órganos sexuales
masculinos” y en la otra anota “órganos sexuales femeninos”.
Paso 2
Comienza la sesión pidiendo a los participantes que nombren en voz alta los órganos sexuales
masculinos y femeninos que conozcan, y anota en la columna correspondiente lo que vayan di-
ciendo. Explícales que pueden decir los nombres “oficiales”, nombres de fantasía o sinónimos con
que se nombran los órganos, y que no se preocupen si lo que dicen es correcto o incorrecto.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
93
Paso 3
Una vez que hayan nombrado todos los órganos sexuales que conozcan, revísalos con el grupo
uno a uno, discutiendo si son o no órganos sexuales, y preguntando al grupo para qué sirven.
Complementa o corrige la información si fuera necesario. A continuación, anota en cada columna
los órganos sexuales que no hayan nombrado de la lista que aparece en la Hoja de Apoyo: Órganos
sexuales femeninos y masculinos (página 96), y explica para qué sirve cada uno.
Paso 4
Divide a los participantes en dos grupos. Entrega a cada grupo una copia de la Hoja de Apoyo:
Órganos sexuales masculinos y femeninos (página 96). Explícales que realizarán un juego que
consiste en representar a través de mímica los órganos reproductivos. Para comenzar, un in-
tegrante de un grupo saca un papel de la bolsa previamente preparada y representa el órgano
que le tocó, con el fin de que su grupo adivine de cuál se trata. Los integrantes del grupo pue-
den consultar la Hoja de Apoyo si lo consideran necesario. Otorga un tiempo limitado para
que adivinen de qué órgano se trata. Si el grupo logra adivinar la representación de su com-
pañero, reciben un punto. Si no logran adivinar, no reciben puntaje. Mientras se realiza la re-
presentación, el grupo adversario observa. Los grupos se turnan hasta que la bolsa se vacía.
Paso 5
Anota los puntos de cada grupo, pide un aplauso para el grupo ganador y luego un aplauso para el
grupo que obtuvo el segundo lugar. Felicita a los equipos por su participación.
Paso 6
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Esta actividad es una ventana para discutir con los participantes sobre el
compromiso que deben tener los hombres en las decisiones reproductivas.
• Explica que a pesar de que en muchas culturas se considere que los cui-
dados con el cuerpo reproductivo sean sólo inherentes a la mujer, estos
también deben ser una preocupación del hombre ya que cuidarse cons-
tituye un factor de protección para la calidad de su salud en el presente y
en el futuro.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
95
PENE CLÍTORIS
ESCROTO VAGINA
PREPUCIO ÚTERO
TESTÍCULOS OVARIOS
Pene: Miembro con función urinaria y reproductiva. Es un órgano muy sensible cuyo
tamaño varía de hombre a hombre. La mayor parte del tiempo, el pene está flácido,
pero cuando los tejidos del cuerpo cavernoso se llenan de sangre durante la excitación
sexual, aumenta el volumen y se pone duro a lo que se le da el nombre de erección.
En una relación sexual, cuando el pene es muy estimulado, suelta un líquido llamado
esperma o semen que contiene a los espermatozoides. La salida del esperma, que es la
eyaculación, provoca una intensa sensación de placer llamada orgasmo.
Escroto: Es una especie de bolsa atrás del pene que tiene varias capas, entre las cuales
está una piel muy fina recubierta por vellos cuya coloración es más oscura que la del
resto del cuerpo. Su aspecto varía de acuerdo al estado de contracción de la muscula-
tura. Por ejemplo, en el frío el escroto se queda más corto y arrugado, y en el calor más
liso y alargado. El escroto contiene los testículos.
Prepucio: Es la piel que recubre el glande (cabeza) del pene. Cuando el pene está erec-
to, el prepucio, por lo general, queda estirado hacia atrás dejando el glande descubierto.
Glande: Es lo que se conoce como cabeza del pene. Su piel es muy suave y tiene mucha
sensibilidad.
Próstata: Es la glándula responsable del 30% del volumen del esperma de un hombre.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
97
Vesículas seminales: Son dos bolsas que contribuyen con líquido para que los esper-
matozoides puedan nadar.
Canales deferentes: Son dos canales muy finos que salen de los testículos y sirven
para conducir los espermatozoides hasta la próstata.
Canal eyaculatorio: Está formado por la unión del canal deferente con la vesícula se-
minal. Es corto y recto, y casi todo su trayecto está situado al lado de la próstata, termi-
nando en la uretra.
Pene
Vesícula
Seminal
Próstata
Epídimo
Testículos
Canal Uretra Escroto
Eyaculatorio
ÓRGANOS SEXUALES FEMENINOS EXTERNOS
Labios menores: Son finos y no tienen vellos. Pueden verse cuando apar-
tamos los grandes labios con los dedos. Son muy sensibles y aumentan de
tamaño durante la excitación.
Vagina: Es una abertura alargada por donde salen las secreciones vaginales,
la sangre menstrual y el bebé. También esta vinculada al placer durante el
acto sexual.
Cuello uterino: Es la parte inferior del útero. Tiene un orificio por donde sale
la menstruación y por donde entran los espermatozoides. Durante un parto
normal se dilata lo suficiente para dejar pasar al bebé.
Cuerpo uterino: Es la parte mayor del útero que crece durante el embarazo
y vuelve al tamaño normal después del parto. Está constituido por dos capas
externas, la más superficial llamada peritoneo y luego hay un tejido muscular
llamado miometrio. La capa interna se llama endometrio y se desprende con
la menstruación renovándose todos los meses.
Trompas uterinas: Son dos, una a cada lado del útero. Cuando llegan al ova-
rio, se abren en forma de flor. Es por dentro de las trompas que los óvulos
viajan hacia el útero.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
99
Ovarios: Son dos, del tamaño de dos aceitunas grandes, uno a cada lado del
útero, suspendidos por un ligamento nervioso y por capas de piel. Dentro de
ellos se desarrollan y almacenan los óvulos. Los ovarios producen las hormo-
nas femeninas.
Útero
Ovario Ovario
Cuello Uterino
Vagina
Monte Venus
Labios
Mayores
Meato Clítoris
Uretral
Vagina
Labios
Menores
Ano
ACTIVIDAD 6 / Descubriendo el cuerpo erótico
OBJETIVOS
Informar acerca de cómo funciona el cuerpo erótico, discutiendo lo que es el deseo,
la excitación y el orgasmo.
IDEAS FUERZA
• Mucho del conocimiento que manejemos sobre nuestros cuerpos eróticos
provienen de mitos y creencias culturales, donde se reproducen ideas falsas y
confusas respecto a la sexualidad.
• Por esta razón, resulta fundamental acercar a los jóvenes a sus propios cuerpos
y a la dimensión erótica de éstos desde espacios de respeto, diálogo y conoci-
miento de sus derechos, que les entreguen información válida y de calidad.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Cuerpo Erótico (página 102) para el/la facilitador/a
• 2 papelógrafos o cartulinas para cada grupo
• Plumón y lápices de colores para cada grupo
Paso 1
Divide a los participantes en grupos de entre 3 a 4 personas y entrega a cada grupo dos papeló-
grafos o cartulinas, y lápices.
Paso 2
Pide a cada grupo que dibuje con un plumón la silueta de un cuerpo masculino usando todo un
papelógrafo. Pide que inventen un personaje, que le pongan nombre, indiquen su edad, y que
marquen todas sus zonas erógenas y que construyan una historia de aquel personaje en torno a
su vida sexual, involucrando las zonas erógenas identificadas (coméntales que luego comparti-
rán las historias con todo el grupo en plenaria). Pueden dibujar dentro y fuera de la silueta para
dar contenido a su personaje.
Paso 3
Luego de haber concluido el ejercicio con el cuerpo masculino, pide a los grupos que hagan lo
mismo con la silueta de un cuerpo femenino.
Paso 4
Una vez que todos hayan terminado, pide a los grupos que cuelguen sus dibujos y que presenten
en plenaria a sus personajes con sus respectivas zonas erógenas.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
101
Paso 5
Paso 6
Para finalizar, lee o resume los contenidos de la Hoja de Apoyo: Cuerpo erótico (página 102), y
pregunta a los participantes si tienen más comentarios o dudas. Si las tienen deja un tiempo para
responderlas.
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Es importante resaltar que tanto los hombres como las mujeres tienen
un cuerpo erótico.
Se puede decir que existen cuatro fases del placer sexual: deseo, excitación,
orgasmo y relajación.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
103
Por más excitada que esté una pareja al momento de una relación sexual,
es importante que exista espacio para incorporar el uso de un método
anticonceptivo y de protección frente a infecciones de transmisión se-
xual, para que ambos puedan tener una experiencia lo más satisfactoria
posible, y para negociar qué y cómo se hace. En todo encuentro sexual se
deben respetar los derechos de ambos participantes: al deseo, a no ser
obligados a hacer algo que no se quiere, al buen trato y la no violencia, etc.
ACTIVIDAD 7 / Salud y riesgo, infecciones de transmisión
sexual (ITS) y VIH/SIDA
OBJETIVOS
Reconocer las infecciones de transmisión sexual (ITS), y la importancia de su detec-
ción y prevención en el contexto de la sexualidad y la salud reproductiva.
IDEAS FUERZA
• Existen una serie de mitos en torno a las ITS y, en especial, en torno al VIH/SIDA,
derivados de los prejuicios y estereotipos sexistas y homofóbicos que imperan en
nuestra sociedad.
• Es de crucial importancia que los jóvenes accedan a información de calidad res-
pecto a las ITS, y que se empoderen en estos temas para poder cuidar de su salud
sexual con conciencia y responsabilidad.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Principales infecciones de transmisión sexual (pag 107) para el/la
facilitador/a
• Papelógrafo o pizarrón para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
• Imágenes y/o videos de ITS
Paso 1
Paso 2
Lee en voz alta las ITS que nombraron y pide a los participantes que digan lo que saben de cada
una de ellas (cómo se contagian, cuáles son sus síntomas, etc.). Tras la opinión de los participan-
tes sobre cada ITS, lee lo que corresponde a ellas en la Hoja de Apoyo: Principales infecciones de
transmisión sexual (pag 107), donde aparecen las ITS más comunes. Repite esto con todas las
ITS que los participantes nombraron, y agrega aquellas que no nombraron. Si los participantes
nombran alguna ITS que no aparece en la Hoja de Apoyo, puedes proponer como tarea colectiva
buscar información sobre aquella ITS para la próxima sesión.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
105
Paso 3
Repite la misma secuencia anterior con el VIH/SIDA: pide a los participantes que digan todo lo
que saben acerca del VIH/SIDA, y luego complementa con la información de la Hoja de Apoyo:
Principales infecciones de transmisión sexual (pag XX). Es importante que discutan cómo se pre-
viene el VIH/SIDA, y cómo se puede (y no se puede) contagiar. En este paso se pueden explorar
ciertas creencias que imperan en nuestras sociedades sobre el VIH/SIDA, como que solo afecta a
personas “promiscuas” u homosexuales.
Paso 4
Con el objetivo de complementar la información sobre las ITS y el VIH/SIDA discutida en los
pasos anteriores, comparte con los participantes imágenes y/o videos de las principales
ITS (que puedes encontrar en internet).
Paso 5
Paso 6
Habla sobre la importancia del uso del condón en todos los encuentros sexuales para prevenir ITS y
para proteger tanto la propia salud, como la de las parejas sexuales. Comenta sobre la importancia de
saber reconocer los síntomas para saber si se tiene una ITS, así como la importancia de acudir a un
centro de salud y tomar los medicamentos adecuados para cada una de estas enfermedades en caso
de que se presenten. Explica que el VIH no tiene síntomas visibles y que la única forma de saber si se
tiene VIH es a través de un examen de sangre llamado test de ELISA o test de VIH.
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Recalca que uno de los modos más seguros de prevención de una ITS
o del VIH es el uso de preservativo en todos los encuentros sexuales
(encuentros heterosexuales o de HSH (hombres que tienen sexo con
hombres) (UNAIDS, 2012). Es importante también mencionar que las
personas que están expuestas a violencia sexual corren más riesgo de
infección de una ITS o del VIH/SIDA.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
107
Gonorrea: En los hombres, los síntomas son ardor al orinar y secreción ama-
rilla y purulenta por el pene. Las mujeres no presentan síntomas al inicio de
la enfermedad, sólo después de algún tiempo cuando sienten dolor al orinar,
secreción y dolor en el bajo vientre. Si la enfermedad no se trata, puede ata-
car el corazón y los huesos, así como imposibilitar a la mujer a tener hijos.
En las mujeres embarazadas puede provocar el aborto, adelantar el parto y
provocar problemas en el bebé.
VIH/SIDA: También es una ITS, pero puede ser trasmitida de otras formas
además del contacto sexual y no presenta síntomas visibles como las otras
infecciones. Es necesario un examen de sangre para saber si la persona está
infectada. El SIDA es causado por el Virus de Inmunodeficiencia Humana
(VIH) que ataca el sistema de defensa del organismo, aumentando la posibi-
lidad de la persona de adquirir ciertas enfermedades que pueden llevar a la
muerte. Estas enfermedades son provocadas por bacterias, virus y otros pa-
rásitos que normalmente el organismo combate con su mecanismo de defen-
sa. Cuando entran en contacto con un portador del virus del SIDA, se tornan
muy peligrosas porque se aprovechan de la inmunodeficiencia de la persona
provocando las llamadas enfermedades oportunistas: herpes, tuberculosis,
neumonía, candidiasis y tumores.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
109
OBJETIVOS
Conocer los métodos anticonceptivos disponibles y promover la participación de los
hombres en su uso en la prevención del embarazo no planificado, las ITS y el VIH.
IDEAS FUERZA
• El uso de métodos anticonceptivos debe ser una decisión dialogada y consensua-
da en la pareja.
• Es importante involucrar a los hombres jóvenes en todos los procesos de salud
sexual y reproductiva. La prevención del embarazo no planificado, de las ITS, del
VIH y de la violencia sexual también es asunto de hombres.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Métodos anticonceptivos (página 114) para cada participante
• Muestras de anticonceptivos, dibujos o fotos de los mismos
• Hoja de papel para cada grupo
• Lápices de tinta para cada grupo
Paso 1
Divide a los participantes en cinco grupos, y entrega a cada grupo hojas de papel y lápices de
tinta. Explica que cada grupo trabajará en torno a un método anticonceptivo y que conversarán
sobre lo que saben de dicho método, anotando las principales ideas que surjan. En caso de no
haber participantes suficientes, asigna más de un método por grupo.
Paso 2
Asigna aleatoriamente un método a cada grupo y explica en palabras sencillas de qué se trata
cada método:
- Grupo 1: Métodos Hormonales
- Grupo 2: Dispositivos Intrauterinos
- Grupo 3: Métodos de Barrera
- Grupo 4: Métodos Naturales o de Abstinencia Periódica
- Grupo 5: Ligadura y Vasectomía
CAPÍTULO ACTIVIDADES
111
Paso 3
Pide a cada grupo que trate de responder las siguientes preguntas sobre los métodos que recibieron:
- ¿De qué manera este método impide el embarazo?
- ¿Cómo se utiliza?
- ¿Cuáles son los mitos y las verdades sobre este método?
- ¿Cuáles son sus ventajas?
- ¿Cuáles son sus desventajas?
- ¿Cuál es la opinión del grupo sobre este método?
Paso 4
Una vez que los grupos hayan terminado, entrega la Hoja de Apoyo: Métodos anticoncepti-
vos (página 114) a cada grupo para aclarar sus dudas y para que cuenten con información
complementaria.
Paso 5
Otorga unos minutos para que cada grupo lea la Hoja de Apoyo y luego pide a cada grupo que pre-
sente en plenaria un resumen de las características, ventajas y desventajas del método revisado,
y que relaten los aspectos centrales del debate generado en el grupo.
Paso 6
Una vez que todos los grupos hayan presentado, abre la discusión con las siguientes preguntas:
• ¿De quién debiera ser la responsabilidad del uso del método anticonceptivo en una pareja
heterosexual? ¿Del hombre, de la mujer, de ambos? ¿Por qué?
• ¿Cuáles son los métodos que previenen tanto un embarazo no planificado, como las ITS, y el
VIH?
• En el caso de que se olvide usar el preservativo o que éste se rompa, ¿qué se podría hacer?
• ¿Cuáles les parecen los métodos adecuados a usar para un encuentro sexual ocasional, un
pololeo que comienza, un pololeo establecido (varios meses)?
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
113
Hoja de Apoyo: Métodos anticonceptivos
El preservativo masculino
y femenino, protegen de
los riesgos de la conta-
Ventajas
CAPÍTULO ACTIVIDADES
115
Vasectomía: interrumpe la
Espermicidas que matan o
salida de espermatozoides
inmovilizan a los esperma-
Impiden la ovulación. Usar- en la eyaculación.
tozoides. Deben ser utiliza-
los bajo orientación médica. Ligadura: impide el encuen-
dos en combinación con el
tro del óvulo con el esperma-
preservativo o diafragma.
tozoide.
OBJETIVOS
Conocer el preservativo y aprender a usarlo correctamente. Estimular en los jóvenes
su negociación y uso, debatiendo con ellos sobre las principales barreras para su uso.
IDEAS FUERZA
• Involucrar a los hombres jóvenes en el uso y negociación de los métodos anticon-
ceptivos junto a sus parejas sexuales es tarea clave .
• El preservativo (masculino o femenino) está recomendado para todos los encuen-
tros sexuales, y es el único método que previene el embarazo no planificado, las
ITS y el VIH.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Historias sobre uso del preservativo (página 119) para los participantes
• Hoja de Apoyo: Preservativo femenino (página 120) para el/la facilitador/a
• Hoja de Apoyo: Preservativo masculino (página 121) para el/la facilitador/a
• Preservativos masculinos y femeninos (de haber estos últimos)
• Plátano o pene de goma
Paso 1
Divide a los participantes en grupos de entre 3 a 4 personas, y entrega a cada grupo una de las
historias para completar que aparecen en la Hoja de Apoyo: Historias sobre uso del preservativo
(página 119).
Paso 2
Invita a cada grupo a completar la historia inventando un desenlace, y luego pide que preparen
una actuación con la historia para presentarla frente a todo el grupo.
Paso 3
Sociodrama (dramatización o actuación): dispón una zona de la sala como escenario y a los
participantes como público (puede ser en círculo o media luna). Pide a cada grupo que presen-
te su dramatización frente al grupo completo y que los demás escuchen con respeto y atención.
Señala que no hay actuaciones buenas o malas, que todas son importantes porque son una
creación colectiva.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
117
Paso 4
Al finalizar las representaciones, puedes mostrar un preservativo masculino y explicar sus ca-
racterísticas y los cuidados al momento de usarlo (te puedes apoyar en la Hoja de Apoyo: Pre-
servativo masculino (página 121). Puedes utilizar un plátano o un pene de goma para hacer la
demostración.
Paso 5
Después de mostrar cómo se usa el preservativo masculino, haz lo mismo con el preservativo
femenino (solo si tienes acceso a éste, sino puedes mostrar una imagen, fotografía o video de
www.youtube.com para que el grupo lo conozca. Además, te puedes apoyar en la Hoja de Apoyo:
Preservativo femenino, página 120).
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Aprovecha de conversar con los jóvenes respecto a los temores y mitos
que existen en torno al preservativo, y aclarar todas las dudas que vayan
surgiendo con el fin de promover el uso de éste. A través de la conversa-
ción es necesario ir deconstruyendo las diferentes creencias que dificul-
tan el uso del preservativo.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
119
Historia 1
En la disco Juan conoció a Luisa y la atracción fue inmediata. En la madrugada
se fueron juntos a la casa de Juan y aunque él llevaba un preservativo consi-
go, estaba tan excitado que no le dijo nada a ella y…
Historia 2
Pedro estaba con Mariana acariciándose y besándose. Luego de desvestirse
ambos, ella le dice que sin preservativo no tendrá sexo….
Historia 3
Lucho estaba con Paula besándose y tocándose y él le dice a ella, “no ten-
go condón”. Ella le dijo “no te preocupes llevo puesto condón femenino”,
entonces….
Historia 4
La noche del sábado Carla y Julio decidieron que tendrían sexo y salieron a
comprar un preservativo. Cuando llegaron a la estación de servicio y se dis-
ponían a a comprarlo se encontraron de frente con unos amigos…
Historia 5
Después de una fiesta, Pepe estaba con Joyce y le dice, “no tengo condón”. Ella
le dijo ”no te preocupes yo siempre tengo uno en la cartera”, él pensó….
Hoja de Apoyo: Preservativo Femenino
Modo de uso:
- Primero, busca una posición cómoda, como por ejemplo, de pie con una
pierna encima de una silla, o agachada. Después, comprueba de que el anillo
interno está en el fondo del preservativo.
- Asegura el anillo interno apretándole por el medio hasta hacer un “8”. Intro-
duce el preservativo empujando con el dedo el anillo interno por el canal de
la vagina.
- El anillo interno debe quedar encima del hueso de la pelvis, de manera que
la mujer podrá sentir curvando el dedo índice cuando esté a unos 5 cm den-
tro de la vagina.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
121
Modo de uso:
- Antes de abrir la envoltura verifica su aún tiene validez, si no está roto y si es
lubricado.
- Para colocarlo, es necesario que el hombre esté con el pene erecto. Obser-
va si el preservativo está del lado correcto. Antes de desenrollarlo deje un
saliente en la punta para que sirva de depósito al semen, apretándola para
sacar el aire. Después es sólo desenrollarlo hasta la base del pene.
OBJETIVOS
Sensibilizar a los jóvenes con respecto a la necesidad de conversar y negociar con la
pareja sexual el uso de métodos de protección en las relaciones sexuales, en especial
del condón masculino. Sensibilizar respecto a las creencias y mitos culturales en torno
al uso del preservativo.
IDEAS FUERZA
• Lo que las personas piensan sobre el condón y su uso influye en sus comporta-
mientos sexuales.
• En las sociedades sexistas las mujeres están en una posición de menor poder de
negociación respecto al cuidado de su salud sexual. Negociar no quiere decir ga-
nar a toda costa, sino buscar la mejor opción para ambas partes, es decir, generar
un contexto en el cual todos y todas ganen y se respeten los derechos de ambos.
MATERIALES
• Papelógrafo o pizarrón para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
• Papel tamaño carta para cada grupo
• Lápices de tinta para cada grupo
Paso 5
Divide a los participantes en 4 grupos (sin importar el número de participantes por grupo), y
explica que participarán en un debate. Entrega a cada grupo una hoja tamaño carta y pídeles que
en esa hoja anoten argumentos para defender una idea, la que discutirán con otro grupo en el
debate. Es importante mencionar que, aunque no estén de acuerdo con el tema que les toca argu-
mentar, la idea es que busquen opiniones que lo avalen y que tengan base en el sentido común de
nuestra cultura. Motiva a que todos los integrantes del grupo se animen a participar.
Reparte una de las siguientes ideas o temas a discutir a cada grupo:
Nota: en grupos mixtos o de mujeres, o de considerarse pertinente en sesiones con hombres, esta sesión podría incorporar
tanto el condón masculino como el femenino.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
123
Paso 2
Luego de otorgar un tiempo para que cada grupo comente y anote sus argumentos, pide que el
grupo 1 (G1, que defiende el tema “Las razones por las cuales los hombres quieren usar condón”)
y el grupo 2 (G2, que defiende el tema “Las razones por las cuales los hombres no quieren usar
condón”) pasen adelante a debatir. Ubícalos frente a frente y genera un debate entre ambos gru-
pos, siendo tú el/la moderador/a y el resto de los participantes observadores. Modera la actividad
pidiendo a un integrante de uno de los dos grupos que comience defendiendo su tema durante un
minuto. Luego, un integrante del grupo contrario responderá a dicho argumento durante un minu-
to, argumentando desde la posición asignada y así sucesivamente hasta que todos hayan hablado
o se agoten los argumentos. Si los jóvenes se quedaran sin argumentos, puedes introducir alguna
pregunta que motive la discusión, por ejemplo, ¿es necesario el uso del condón para evitar la trans-
misión de infecciones sexuales?, a lo que cada grupo responderá desde la posición asignada.
Paso 3
Al finalizar, otorga unos minutos a cada grupo para que organicen un argumento de cierre en
base a todo lo que se ha dicho, y pide que un voluntario de cada grupo lo exponga.
Paso 4
Repite el ejercicio con los dos grupos restantes (G3 y G4) quienes trabajaron en torno a los mis-
mos temas pero desde la perspectiva de las mujeres. Coméntale a estos grupos que la idea es que
intenten ponerse en el lugar de las mujeres y argumentar desde dicha lógica. Durante los debates,
escribe en el papelógrafo o pizarrón los argumentos más importantes que vayan apareciendo,
tanto para el uso, como para el no uso del condón.
Paso 5
Tras el debate, pregunta a los participantes cómo se sintieron y de qué se dieron cuenta al estar
defendiendo la posición que les tocó. Pide a los participantes que estuvieron de observadores su
opinión acerca de los debates y argumentos presentados.
Paso 7
Una vez finalizados los debates, abre la discusión con las siguientes preguntas:
• ¿Las y los jóvenes usualmente usan preservativo cuando tienen sexo?
• ¿Cómo se da una negociación respecto al uso del condón en la vida real?
• ¿Cuál es el mejor momento para negociar el uso del condón?
• ¿Se utilizan algunos de los argumentos expuestos en el debate en la vida real? ¿Cuáles?
• ¿Se negocia de la misma manera con distintos tipos de pareja? (Por ejemplo, parejas sexuales
ocasionales, pololas estables, parejas del mismo sexo, etc.)
• ¿Qué temas de salud sexual y de salud reproductiva surgen a partir de los debates? (Por ejem-
plo embarazo, enfermedades de transmisión sexual, etc.).
• ¿Conocen otros métodos de protección? ¿Cuáles? ¿Cómo se usan? (Aplicar esta pregunta solo
en caso de no haber hecho la Actividad N°8: Sexualidad y anticoncepción).
Paso 8
A modo de cierre pide a cada participante que comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
• Hay muchas barreras y mitos culturales para el uso del condón, por
ejemplo, se inhibe el que las mujeres puedan proponer su uso ya que al
hacerlo se les considera “fáciles”. Otro mito es que el condón disminuye
el placer sexual. Hay también barreras de acceso: la disponibilidad de
preservativos y su costo suele ser un problema para los jóvenes.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
125
ACTIVIDAD 11/ Violencia sexual: ¿es o no es?
OBJETIVOS
Educar en el derecho de las personas a tener encuentros y relaciones sexuales li-
bremente elegidas y consensuadas. Comprender qué es la violencia sexual y cómo
se manifiesta en diversas situaciones.
IDEAS FUERZA
• Una forma muy invisibilizada de violencia es la llamada violencia sexual. La
mejor forma de prevenir esta forma de violencia es visibilizándola y hablando
de ella.
• El machismo de nuestra cultura avala en muchas ocasiones la violencia sexual
a través de diversos comportamientos como la presión y el acoso sexual. Hay
que considerar que la mayoría de las veces la violencia sexual ocurre entre
personas conocidas como pololos/as, convivientes, parejas y parientes.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Violencia sexual: ¿es o no es? (página 129) para cada grupo
• Papelógrafo o pizarrón para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
Paso 1
Escribe en el pizarrón o papelógrafo que esté dispuesto en un lugar visible de la sala, las siguien-
tes frases:
• Es violencia sexual
• No es violencia sexual
• Tenemos dudas
Paso 2
Divide a los participantes en grupos de entre 3 y 4 personas, y entrega a cada grupo una copia de
la Hoja de Apoyo: Violencia sexual: ¿es o no es? (página 129). Pide a los grupos que lean los casos
de la Hoja de Apoyo, y que los clasifiquen de acuerdo a las tres categorías escritas en el pizarrón o
papelógrafo (es violencia sexual, no es violencia sexual, tenemos dudas).
CAPÍTULO ACTIVIDADES
127
Paso 3
Después de que todos los grupos hayan discutido los casos, forma una reunión plenaria. Lee en
voz alta cada caso y pide que un representante de cada grupo diga cómo lo clasificaron, y que
argumente qué razones tuvieron para esa elección. Anota en el pizarrón o papelógrafo la clasifi-
cación que cada grupo hizo para cada caso. Si hay discrepancias entre los grupos, es decir, que un
caso se clasifica de distinto modo, abre la discusión, el debate y la reflexión en torno a los temas
que vayan apareciendo.
Paso 4
Después de que se hayan comentado todos los casos, abre la discusión con las siguientes preguntas:
• ¿Qué nos muestra este ejercicio?, ¿qué les llama la atención?
• ¿Existe la violencia sexual en relaciones íntimas como el pololeo, la convivencia o el matrimonio?
• ¿Quiénes son más propensos a vivir situaciones de violencia sexual, los hombres o las mu-
jeres?, ¿por qué?
• ¿Los hombres también pueden ser víctimas de violencia sexual?
• ¿Cuáles serían las consecuencias de haber sufrido violencia sexual?
• ¿Cómo se puede prevenir la violencia sexual?
Paso 5
Después de comentar las preguntas para la discusión, se sugiere conversar con el grupo sobre lo
que es violencia sexual y sus distintas manifestaciones. Si fuera de interés para el grupo, también
se puede invitar a alguien de la comunidad o de alguna institución social, académica o guberna-
mental, que sea especialista en el tema de violencia de género o en violencia sexual.
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
129
Caso 1. Todo el mundo dice que Mariana es una “mujer fácil”. Ella dice abier-
tamente que le gusta el sexo y por lo mismo, ha tenido mucho sexo en su
vida. Un viernes ella va a una fiesta en la casa de Pedro y toma mucho, hasta
que se le “apaga la tele”. Pedro aprovecha la situación, se encierra con ella en
la pieza y tienen sexo mientras ella sigue inconsciente.
Caso 3. Desde hace pocos meses César está trabajando como junior en una
empresa importante y está muy contento con su trabajo. Una noche su jefe,
Roberto, le dice que siente atracción por él y que quiere tener sexo con él, y
que si acepta lo va a ayudar a conseguir un acenso en la empresa.
Caso 5. Pablo tiene 17 años y nunca había tenido relaciones sexuales. Sus
amigos siempre se rieron de él diciéndole que era virgen y que por eso era
menos hombre que ellos. Una noche lo llevaron a un prostíbulo y pagaron
a una trabajadora sexual para que tuviera sexo con él. Él no quería acos-
tarse con ella, pero terminó haciéndolo porque se sintió presionado por
sus amigos.
Caso 6. David y Paulina están casados hace dos años. A veces David llega tar-
de a la casa y Paulina ya está durmiendo. Él la despierta para que tengan
sexo. Algunas veces ella no tiene ganas, pero David insiste tanto que ella
tiene sexo con él para que la deje tranquila. Hay veces en que esto sucede
cuando él está borracho.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
131
Caso 7. Marlene tiene 13 años, ella y su familia tienen muy poco dinero. Juan
Carlos tiene 45 años y le ofrece a Marlene ayudar a su familia económicamente
a cambio de tener relaciones sexuales con ella. ¿Es violencia sexual?
OBJETIVOS
Identificar distintas formas de violencia en una relación de pareja y ampliar reperto-
rios de lo que significa una relación libre de violencia y con buen trato.
IDEAS FUERZA
• La violencia en la pareja se suele presentar tempranamente, durante el primer
año de relación, por lo tanto se necesita hacer prevención desde el noviazgo.
• Cuando hay hijos la violencia de pareja los afecta como testigos.
MATERIALES
No se requieren.
Paso 1
Explica al grupo que el propósito de la actividad es discutir y analizar los diferentes tipos de vio-
lencia que algunas veces usamos en nuestras relaciones íntimas, y discutir sobre posibles formas
de demostrar afecto y vivir las relaciones con respeto.
Paso 2
Divide a los participantes en 4 grupos. Solicita que dos de los grupos inventen una breve historia
relativa a violencia en las relaciones de pareja (matrimonio, convivientes, pololos, etc.), y que
los otros 2 grupos inventen una breve historia sobre una relación de pareja basada en el respeto
mutuo y sin escenas de violencia. Explica a los participantes que la violencia puede ser física o
presentarse de otras formas (psicológica, sexual, control, etc.). Pídeles que basen sus historias
en ejemplos de personas o en incidentes que hayan presenciado o escuchado entre sus pares,
familia o comunidad.
Paso 3
Otorga unos 10 a 15 minutos a los grupos para que armen sus historias y las ensayen para ser
actuadas frente a todos los participantes.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
133
Paso 4
Sociodrama (dramatización o actuación): dispón una zona de la sala como escenario y a los
participantes como público (puede ser en círculo o media luna). Pide a cada grupo que presen-
te su dramatización frente al grupo completo y que los demás escuchen con respeto y atención.
Señala que no hay actuaciones buenas o malas, que todas son importantes porque son una
creación colectiva.
Paso 5
Terminadas todas las escenificaciones, haz un círculo en plenaria y pregunta a los participantes
cómo se sintieron tanto en el rol de actores como en el de público. Luego, abre la dicusión con las
siguientes preguntas:
• ¿Los ejemplos que fueron usados en las historias de violencia, son realistas?
• ¿Qué motivos crees que causan la violencia en las relaciones de pareja?
• ¿Solo el hombre usa la violencia física contra la mujer?
• ¿Cuándo ves este tipo de violencia, qué haces normalmente? ¿Qué podrías hacer?
• ¿Los ejemplos de una relación saludable presentados en las historias son realistas? ¿Es posible
construir una relación basada en el respeto? ¿Nosotros vemos eso en nuestra cotidianidad?
• ¿Qué podemos hacer individualmente para construir relaciones de intimidad saludables?
• ¿Cómo afecta la violencia de pareja a los/as hijos/as?
• ¿Cómo se puede proteger a la persona que sufre violencia de pareja?
• ¿Si vemos que un/a vecino/a sufre violencia de pareja, qué podemos hacer?
• ¿Si una amiga te dice que su pareja ejerce violencia sobre ella, qué harías? ¿Qué le dirías?
• ¿En una relación hombre-hombre o mujer-mujer, podría haber violencia al igual que en una
relación hombre-mujer?
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
135
ACTIVIDAD 13 / Collage de la violencia doméstica
OBJETIVOS
Identificar las formas de violencia doméstica que a veces ejercemos, o que a veces
otros ejercen sobre nosotros.
IDEAS FUERZA
• La violencia es un asunto muy serio. Tiene costos humanos muy grandes, causa
mucho dolor y deja huellas, desde lesiones físicas hasta daños mayores, incluso la
muerte. También deja huellas psicológicas, como miedo, impotencia, dolor, pena,
rabia y deseos de venganza.
• Todos hemos sido testigos o protagonistas de alguna forma de violencia en nues-
tro entorno tanto comunitario, como escolar y familiar.
MATERIALES
• 4 papelógrafos para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
• 4 hojas tamaño carta para cada participante
• Lápices de tinta para cada participante
• Revistas y diarios para recortar
• Tijeras
• Pegamento
Paso 1
Coloca cuatro papelógrafos en los muros o en lugares visibles de la sala, poniendo los siguientes
títulos en cada uno:
Paso 2
Explica que el propósito de la actividad es hablar tanto de la violencia doméstica que hemos reci-
bido, como de aquella que hemos ejercido alguna vez, y conversar sobre cómo nos hemos sentido
en esas situaciones.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
137
Paso 3
Entrega a cada participante cuatro hojas de papel tamaño carta, diarios y revistas, tijeras y pega-
mento. Pide a cada uno que copie el número de los cuatro títulos expuestos, uno en cada hoja. De
esta manera, tendrán una hoja con el número 1, otra con el número 2, otra con el número 3 y una
última con el número 4. Luego, pídeles que escriban o dibujen en cada hoja alguna experiencia o
sentimiento según corresponda. Ademas de escribir y dibujar, pueden pegar recortes de diarios
y/o revistas que muestren o apoyen sus ideas. No es necesario escribir o dibujar con mucho deta-
lle, basta con una idea o frase. Explica que lo anotado y/o dibujado será luego compartido con todo
el grupo.
Paso 4
Una vez que los participantes hayan terminado, pide que cada uno pegue sus hojas en el papeló-
grafo correspondiente y que, al hacerlo, explique sus collages a todo el grupo.
Paso 5
Después de que cada joven haya expuesto sus collages, abre la discusión con las siguientes preguntas:
• ¿Cuáles son las violencias más frecuentes que aparecen en las respuestas o dibujos?
• ¿Qué huellas o marcas (físicas y psicológicas) pueden quedar en una persona que ha sufrido
violencia doméstica?
• ¿Cómo nos sentimos cuando hemos sido víctimas de violencia doméstica?
• ¿Conversaron con alguien (familiar, amigo, profesor, etc.) tras haber recibido algún tipo de
agresión o violencia?
• ¿Una persona que ha sido objeto de violencia doméstica, estará más predispuesto a usar vio-
lencia o ejercerá menos violencia?
• ¿Cómo podemos interrumpir este ciclo de violencia doméstica?
• ¿Qué nos ayudaría para ponernos “en los zapatos” de quién sufre o ha sufrido alguna violencia
doméstica?
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
139
ACTIVIDAD 14 / Un caso de embarazo no planificado en
la adolescencia
OBJETIVOS
Involucrar a los hombres jóvenes en la prevención del embarazo adolescente no pla-
nificado, reflexionando sobre las consecuencias que tiene para hombres y mujeres, a
partir de la presentación de un caso.
IDEAS FUERZA
• La responsabilidad de la prevención de un embarazo no planificado en las rela-
ciones sexuales es de ambos miembros de la pareja, del hombre y de la mujer.
• En nuestra sociedad existen prejuicios e incluso castigos sociales a quienes han
tenido un embarazo adolescente. Los jóvenes que han sido padres necesitan
del apoyo de todos: familia, amigos, escuela, sector salud, etc., tanto para cuidar
como para seguir desarrollándose como jóvenes, ya que se adelantan algunas ta-
reas vitales en sus vidas tales como cuidar y proveer a un hija/o.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: La historia de Kevin y Danae (página 143) para cada grupo
• Lápices de tinta para cada grupo
Paso 1
Divide a los participantes en grupos de entre 3 a 4 personas. Informa que cada grupo recibirá una
pequeña historia para compartir.
Paso 2
Explica que la historia se encuentra dividida en tres partes. Entrega la primera parte de la Hoja de
Apoyo: La historia de Kevin y Danae (página 143) a cada grupo y pide que una vez leída, respon-
dan las preguntas. Cuando hayan terminado, entrega a cada grupo la segunda parte de la historia,
y pide que también respondan las preguntas. Cuando terminen, entrega la tercera parte de la
historia e indica que respondan el último conjunto de preguntas.
Paso 3
Cuando todos los grupos hayan terminado, pide a cada grupo que elija a un representante para
que comparta las respuestas del grupo con todos los demás participantes.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
141
Paso 4
Una vez que todos los grupos hayan presentado sus respuestas, abre la discusión con las siguien-
tes preguntas:
• ¿Cuál es la reacción del joven cuando sabe que su novia está embarazada?
• ¿Y si fuera con una joven con la que él solo salió una vez?
• ¿Por qué no usaron preservativo si tenían?
• ¿Qué opciones tiene una pareja joven cuando sabe que va a tener un hijo?
• ¿Qué opciones tiene una joven cuando sabe que está embarazada?
• ¿Cómo se siente un joven cuando sabe que va a ser padre?
• ¿Qué cambiará en su vida?
• ¿La sociedad le exige lo mismo a una madre joven embarazada que al padre joven?
• ¿Qué apoyos necesitan los jóvenes que van a ser padres?
• ¿Tienes amigos que hayan sido padres y/o madres? ¿Cómo ha sido su situación de maternidad/
paternidad?
• ¿Qué dificultades han tenido?
Paso 5
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Refuerza el concepto de que los hombres son fértiles al igual que las mu-
jeres, y que es su responsabilidad evitar un embarazo no planificado.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
143
Parte I.
Preguntas:
¿Qué siente un joven cuando está enamorado?
Kevin y Danae se veían casi todos los días y cuando no estaban juntos se en-
viaban mensajes y se llamaban por teléfono. Un día, la mamá de Kevin, con
quien él vivía, tuvo que ir a cuidar a una tía enferma a Villa Alemana. Kevin
pensó que era la oportunidad para invitar a Danae a su casa. ¡En una de esas
pasa algo!, pensó para sí. Danae llegó más linda que nunca. Conversaron un
rato, comenzaron a besarse, y las caricias fueron cada vez más apasionadas…
Preguntas:
¿Quién tendría que pensar en la anticoncepción? ¿Danae, Kevin o ambos?
CAPÍTULO ACTIVIDADES
145
Parte III.
Danae y Kevin hicieron el amor. Fue muy placentero para ambos y no usaron
ninguna protección aunque tenían preservativos. Danae pensó que en unos
días más tendría que volver a Antofagasta y que echaría mucho de menos a Ke-
vin. Kevin también quedó bajoneado, nunca en su vida había sentido una pa-
sión tan fuerte. La despedida fue triste, pero prometieron escribirse todos los
días por facebook y llamarse una vez a la semana. Dos meses después, Danae
llamó a Kevin diciéndole que estaba embarazada y que no sabía qué hacer…
Preguntas:
¿Por qué creen que ellos tuvieron sexo sin usar condón?
¿Qué puede pensar o sentir un hombre joven cuando sabe que su polola está
embarazada?
OBJETIVOS
Reflexionar sobre la situación de vivir la experiencia de un embarazo no planificado, las
maneras de abordarlo para hombres y mujeres, y sus implicaciones afectivas y sociales.
IDEAS FUERZA
• La noticia de un embarazo no esperado es un momento de impacto en la biogra-
fía, cualquiera sea la situación de la pareja y la edad de los protagonistas, y es
común que en situaciones de este tipo se activen modelos machistas en los que se
atribuye mayor responsabilidad a las mujeres.
• Los adolescentes requieren mucho más apoyo en una situación de este tipo de-
bido a su menor autonomía social y económica, y a que existe estigmatización
social con el embarazo en esa etapa.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Estoy embarazada (página 149)
• Caja pequeña
Paso 1
Prepara tres mensajes en los que una mujer cuenta a su pareja sexual (pololo, novio, o relación
casual) que está embarazada. Puedes utilizar los que están en la Hoja de Apoyo: Estoy embaraza-
da o inventar otros mensajes que resulten más cercanos a la cultura del grupo. Procura que los
mensajes reflejen situaciones diversas. Dobla cada uno de los mensajes por separado y colócalos
en una caja.
Paso 2
Divide a los participantes en tres grupos de 3 a 4 personas, y pide que cada grupo retire uno de
los mensajes de la caja.
Paso 3
Pide a cada grupo que lea su mensaje y que se imagine una historia a partir de éste. Solicita que la
historia contemple por lo menos tres aspectos:
a) Qué tipo de relación tenía la pareja
b) Cómo fue entregado el mensaje
c) Cuál fue la reacción de quien lo recibió
CAPÍTULO ACTIVIDADES
147
Paso 4
Una vez que los grupos hayan armado y comentado su historia, pídeles que preparen una drama-
tización en torno a la misma y otorga un tiempo para que lo hagan.
Paso 5
Sociodrama (dramatización o actuación): dispón una zona de la sala como escenario y a los
participantes como público (puede ser en círculo o media luna). Pide a cada grupo que presen-
te su dramatización frente al grupo completo y que los demás escuchen con respeto y atención.
Señala que no hay actuaciones buenas o malas, que todas son importantes porque son una
creación colectiva.
Paso 6
Luego invita a debatir sobre las historias. Puedes comenzar reflexionando sobre las semejanzas y
las diferencias entre las historias. Abre la discusión con las siguientes preguntas:
• ¿Hombres y mujeres son igualmente responsables en situaciones como éstas? ¿Por qué?
• ¿Si él asume la paternidad, qué necesitará hacer?
• ¿Existe diferencia entre un embarazo que se da en una relación de largo tiempo, y otro que se
da en una relación casual?
• ¿Cómo se siente el hombre cuando recibe la noticia de que su pareja está embarazada?
• ¿Y si él no quiere tener el hijo/a y ella sí? ¿Qué pasaría en ese caso? ¿El padre debiera apoyar
igual? ¿De qué manera?
• ¿Pedirías la prueba del ADN? ¿En cuál de las tres historias? ¿Por qué?
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Esta situación presenta una buena oportunidad para hacer ver los pre-
juicios machistas y la asignación de responsabilidades diferentes e in-
equitativas para hombres y mujeres frente a un embarazo. Aprovecha las
historias para que afloren los prejuicios y se pueda reflexionar crítica-
mente sobre ellos.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
149
MENSAJE 1
Hola, ¿cómo estás?
La que te escribe es Bety. ¿Te acuerdas de mí? Nos conocimos hace unos tres meses
en una fiesta. Fue una noche inolvidable, a pesar de que no me acuerdo bien lo
que sucedió. Lo que sé es que estoy, o mejor dicho, estamos con un “pequeño pro-
blema” y me gustaría conversar contigo sobre eso. Mi papá me decía que beber
más de la cuenta es cosa de personas inconscientes. ¡No le creía y sucedió esto!
Fue muy bueno conocerte y la sintonía de nuestros cuerpos fue inmediata. Co-
mencé a creer en el “amor a primera vista”. No estoy queriendo decir que te
amo, pero fue muy bueno conocerte y en la cama nos entendimos muy bien,
pero podríamos haber usado preservativo ¿no? Fuimos tontos y ahora estoy
embarazada. Me hice unas pruebas y no hay dudas. Espero que no te sientas
presionado, pero tomé la decisión de enviarte esta nota con Paula.
Quiero encontrarme contigo el lunes para conversar personalmente. ¿Qué crees
que debemos hacer?
Besos; Bety
MENSAJE 2
Hola mi amor
No tuve valor para hablar contigo personalmente, por eso te escribo esta nota.
La semana pasada me estaba sintiendo un poco extraña, con náuseas y con la
sensación de que estaba pasando alguna cosa. Cuando me dejaste en la casa,
después de nuestra fiesta de aniversario de dos años de noviazgo, casi te llamo
porque creí que te había sucedido un accidente o algo parecido. Estaba sintién-
dome paranoica.
No quiero asustarte, pero voy directo al asunto. Me hice una prueba y confirmé
que estoy embarazada. Como mi menstruación a veces se atrasa, pensé que
podría ser un atraso más, y no te dije nada. Ese método de eyacular afuera, sólo
podría terminar en eso. No estoy queriendo culparte, pero es que estoy confun-
dida. No sé qué hacer ahora. Eres la primera persona en saberlo a través de esta
nota. Sé que no es la mejor forma, pero no sabía cómo decírtelo cara a cara.
¿Qué crees que debemos hacer?
Te amo mucho; Marcia
MENSAJE 3
Hola mi amor
¡Espero que te haya gustado el viaje! Te tengo una buena noticia. Ayer fui al
médico. Ahora ya no somos dos, sino tres. Tuve que salir rápido. Te veo por la
noche.
Besos: Rita
ACTIVIDAD 16 / El legado de mi padre
OBJETIVOS
Reflexionar sobre la experiencia de paternidad con el propio padre y sobre cómo nos
gustaría ser como papás con nuestros/as hijos/as
IDEAS FUERZA
• Para el desarrollo de cada persona es muy importante reconocer quiénes fueron
las figuras de apego significativas, y el legado que se recibió de cada una de ellas.
• Los vínculos significativos de cada biografía van dejando un legado, a veces amo-
roso, a veces doloroso.
MATERIALES
• Hojas de papel para cada participante
• Lápices de tinta para cada participante
Paso 1
Entrega a cada participante una hoja de papel y pídeles que escriban una carta a su papá (o a
quien haya sido su figura paterna o masculina de referencia más significativa). Explica que la car-
ta será confidencial, es decir, no tienen que firmarla ni tampoco entregarla a el/la facilitador/a.
Paso 2
Otorga tiempo para que los participantes puedan pensar y escribir sus cartas, poniendo por escrito
todas las cosas que quisieran decir y compartir con sus padres (o figuras paternas significativas).
Si hay participantes que no pueden escribir, pídeles que piensen en silencio lo que quieren
decirle a su padre o figura paterna significativa, y que lo retengan en su mente, o que hagan un
dibujo y que en el momento de compartir utilicen el dibujo para explicar el mensaje que diri-
gen a su padre.
Paso 3
Invita a los participantes a ubicarse en lugar cómodo (dentro de la sala o fuera de ella si el lugar lo
permite) para escribir la carta.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
151
Paso 4
Una vez que todos hayan escrito sus cartas, entrega a cada uno de los participantes otra hoja de
papel y pídeles que completen las siguientes ideas:
Paso 5 (opcional)
Paso 6
Forma un círculo con todos los participantes. Abre la discusión con las siguientes preguntas:
- ¿De qué se dieron cuenta con el ejercicio de escribir esta carta?
- ¿Qué elementos del propio padre o figura paterna les gustaría transmitir o heredar a sus
hijas/os?
- ¿Qué elementos o actitudes del propio padre o figura paterna NO quisieran transmitir o here-
dar a sus hijas/os?
- ¿Identificaron asuntos pendientes con el propio padre?
- ¿Qué aspectos de mi padre me costó más enfrentar?
- ¿Cómo habrán sido los modelos de paternidad en la época de nuestros padres o abuelos?
- ¿Cómo influyó el machismo en la paternidad de nuestro padre?
Paso 7
Finaliza la sesión con un mensaje positivo, ayudando a los participantes a darle un sentido de
aprendizaje a experiencias difíciles o dolorosas que pudieran haber surgido durante la conversa-
ción. Insiste en la idea de que revisar el pasado y reflexionar sobre ello es reparador.
Paso 8
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
153
OBJETIVOS
Reflexionar sobre la importancia del rol del padre y promover actitudes de pater-
nidad activa, corresponsable y presente. Identificar diversos referentes o modelos
de paternidad.
IDEAS FUERZA
• La presencia del padre, en la medida que mantenga un vínculo de calidad y de
buen trato, tiene un impacto positivo en la vida de sus hijos/as.
• Fomentar la paternidad activa de los hombres significa promover la corresponsa-
bilidad entre la madre y el padre en torno a la presencia, al cuidado diario de los
hijos/as, y las tareas domésticas.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Ser padres en la vida cotidiana (página 157) para cada grupo
Paso 1
Divide a los participantes en grupos de 3 a 4 personas, y entrega a cada grupo la Hoja de Apoyo:
Ser padres en la vida cotidiana (página 157). Asígnale una situación distinta a cada grupo.
Paso 2
Pide a los grupos que lean la situación asignada y que inventen un final o desenlace para esa his-
toria. Explica que a cada grupo posteriormente se le pedirá que actúe esa historia.
Paso 3
Sociodrama (dramatización o actuación): dispón una zona de la sala como escenario y a los
participantes como público (puede ser en círculo o media luna). Pide a cada grupo que presen-
te su dramatización frente al grupo completo y que los demás escuchen con respeto y atención.
Señala que no hay actuaciones buenas o malas, que todas son importantes porque son una
creación colectiva.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
155
Paso 4
Una vez que los jóvenes hayan realizado las representaciones, abre la discusión con las siguientes
preguntas:
• ¿Qué tipos de padres existen en nuestra sociedad?
• ¿Qué significa ser un buen papá? ¿Qué significa ser un mal papá?
• ¿Cuál es el rol que cumplen los padres en la vida de los hijos/as?
• ¿Qué tipo de padres les gustaría ser a ustedes?
• ¿Qué valores les gustaría enseñarle o trasmitirle a sus hijos/as?
• ¿Cómo les gustaría que sus hijos/as los vieran como papá?
• ¿Qué características positivas rescatan de alguna figura masculina que sea o haya sido impor-
tante en sus vidas?
Paso 5
Sintetiza las ideas y experiencias centrales del debate, y refuerza los aspectos positivos relativos
a la paternidad que surgieron desde los propios jóvenes.
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
157
Situación 1
• Julián va a ser padre por primera vez. Su polola Carla está a punto de dar a
luz a la hija de ambos. En medio de la noche empiezan las contracciones.
Todo indica que el bebé va a nacer, Julián, Carla, la mamá de Carla y dos de
sus hermanas parten al hospital. Una vez allá ingresan a Carla a la sala de
partos y la matrona pregunta quién de los presentes va a entrar a recibir a
la bebé junto a Carla. Deciden que…
Situación 2:
• A Manuel le robaron su bicicleta a la salida del supermercado. No tiene plata
para tomar la micro por lo que debe ir caminando hasta su casa, la cual que-
da a 20 cuadras del lugar donde está. Manuel está cansado, ya es de noche,
no ha comido nada en toda la tarde. Además, tuvo un problema grave con
uno de sus mejores amigos, situación que lo tiene muy enojado. Al entrar
a su casa, después de una larga caminata en medio del frío del invierno,
se encuentra con su hijo aun despierto y llorando fuertemente porque no
quiere irse a dormir. Manuel…
Situación 3:
• Jonathan vive junto a su mujer y su hija pequeña de allegados donde sus sue-
gros. Su mujer trabaja todo el día como vendedora en una casa comercial y
Jonathan hace algunos trabajos en construcciones menores, nada muy esta-
ble. Esto hace que pase gran parte del día en la casa escuchando a su suegra
decir que su hija se sacrifica para poder mantener a la familia mientras él
flojea y no se mueve por encontrar un trabajo estable. Jonathan habla con
amigos y vecinos para ver qué puede hacer, pero le dicen que la situación
está mala, la construcción está lenta y le aconsejan tener paciencia. En la casa
Jonathan debe hacerse cargo de la niña y la suegra constantemente le critica
la forma en que la cuida. Un día la niña le hace una fuerte pataleta a Jonathan
y la suegra le grita que no sabe controlar a su hija. Entonces Jonathan…
Situación 4:
• A Carlos le acaban de pagar un dinero que le debían hace mucho tiempo. Está
feliz y con ganas de celebrar. Camino a su casa se encuentra con sus amigos en
la esquina, quienes lo incitan a ir a un local cercano a tomar unas cervezas para
celebrar. Carlos sabe que esas cervezas se pueden convertir fácilmente en una
noche completa de juerga, y que su hijo lo está esperando en la casa para ver
juntos su programa de televisión favorito. Los amigos de Carlos intuyen que
está dudando y le dicen que no sea “mamón”, que no sea “macabeo” y que vaya
con ellos a relajarse un rato y celebrar su paga. Carlos sabe que si va se quedará
sin plata, que su hijo lo está esperando, pero los amigos insisten. Carlos…
ACTIVIDAD 18 / Qué significa ser un padre activo
durante la gestación y el nacimiento
OBJETIVOS
Reflexionar sobre lo que puede hacer el padre durante la gestación y el nacimiento
para contribuir al bienestar y la salud de su bebé, de la madre, y de sí mismo, y promo-
ver que los padres se involucren en su paternidad desde la gestación.
IDEAS FUERZA
• El vínculo padre – hija/o se construye desde antes del nacimiento. La espera acti-
va del hija/o ayuda al proceso de construir ese vínculo.
• Durante la gestación y el nacimiento el padre se va involucrando en su paternidad
a través de múltiples acciones tales como: apoyo emocional a la madre, acom-
pañamiento a los controles prenatales, masajes a la madre, conversaciones con
la madre, decidir en conjunto el nombre del hija/o, preparación del nacimiento,
preparación de la llegada del/la hijo/a a la casa, hablarle al hijo/a que está en el
vientre, estimulación prenatal con música, entre otras.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Preguntas sobre paternidad durante la gestación y el nacimiento
(página 161)
Busca dos invitados/as que puedan hablar sobre experiencias de paternidad activa e invo-
lucrada para que participen como panelistas. Por ejemplo, un padre comprometido en la
crianza, y una mujer cuya pareja sea un padre involucrado. Si consigues solo un invitado,
igual puede realizarse la sesión.
Prepara un set de preguntas para los/as invitados/as en tarjetas destinadas para dicho fin.
Puedes usar las que proponemos en la Hoja de Apoyo: Preguntas sobre paternidad durante
la gestación y el nacimiento (página 161) o bien inventar otras.
Paso 1
Organiza la sala como un panel o foro. Ubica a los/as invitados/as en el lugar destinado para
los panelistas.
Paso 2
Pide a los panelistas que se presenten, y luego pide al grupo que también lo haga.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
159
Paso 3
Pide a los panelistas que vayan sacando las tarjetas con preguntas, las que deben estar prepa-
radas antes de empezar la actividad (ver Hoja de Apoyo: Preguntas sobre paternidad durante la
gestación y el nacimiento (página 161) y que vayan respondiéndolas. Las preguntas no son exclu-
sivas para un solo panelista , sino que pueden ser respondidas por varios panelistas.
Paso 4
Una vez que los panelistas hayan contestado las preguntas, invita a la audiencia a expresar sus
opiniones y experiencias en relación a lo que han compartido los expositores. Algunas preguntas
que se puede hacer a los participantes son:
• ¿Qué les llamó la atención sobre lo que hablaron los panelistas?
• ¿Cuáles son los obstáculos que ustedes han enfrentado –o han visto y/o conocido- para ser
un padre activo y participativo desde la gestación?
• ¿Qué se puede hacer para estimular y apoyar a los padres a que participen más durante el embarazo?
Paso 5
Finaliza la sesión agradeciendo a los y las panelistas, y a la audiencia, por su participación y relato
de experiencias. Resume las ideas clave y sugerencias que hayan surgido durante el encuentro.
Refuerza la idea de que es importante que los padres participen en el cuidado de una manera
positiva, tanto para las/os hijos/as como para la pareja (o ex pareja), y para ellos mismos. Y que el
vínculo padre hijo/a se construye desde la gestación.
Paso 6
Propón a los participantes que continúen conversando sobre el tema, por ejemplo, a través de las
siguientes acciones:
• Preguntándole a las mujeres de su familia o comunidad que han sido madres cómo fue su
experiencia de gestación, y si se sintieron o no apoyadas por su pareja.
• Buscando información sobre gestación en los materiales del Chile Crece Contigo (www.crececontigo.cl).
• En el caso de jóvenes que estén viviendo esta etapa, planteando la importancia de poner en
práctica maneras de brindar apoyo, cariño y seguridad a la madre embarazada, manteniendo
las prácticas positivas de apoyo que ya estaban haciendo, y agregando algunas conductas
positivas nuevas.
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Los controles prenatales son una ventana muy importante para construir
el vínculo padre – hija/o y para apoyar a la madre. Las ecografías son un
momento de especial significado emocional para el padre y la madre.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
161
• ¿De qué forma se vincularon ustedes y sus parejas con su hijo/a durante el
embarazo?
• ¿Qué obstáculos han enfrentado para poder pasar más tiempo con su
hijo/a?
OBJETIVOS
Prepararse para el parto de su hija/o, abordar todas las inquietudes que tengan los
jóvenes sobre el parto y destacar la importancia del acompañamiento del hombre
a la madre en todas las instancias de; pre parto, parto y de su participación en los
primeros cuidados del bebé.
IDEAS FUERZA
• El nacimiento es un momento de alto significado emocional para la madre y el padre.
• Cuando el padre está presente en el parto es clave su rol de apoyo a la madre,
quien vive una experiencia físico-emocional muy intensa. Al mismo tiempo el pa-
dre tiene su propia experiencia emocional de recibir a su hija/o, momento muy
importante en la construcción de un vínculo padre-hija/o.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Con el papá involucrado, ¡todo el mundo gana! (página 166) para
cada participante
• Una colchoneta
• Cojines
Paso 1
Explica que para reflexionar sobre el papel de los hombres en el parto se hará una simulación de
lo que acontece en una sala de partos. Algunos de los jóvenes harán el papel de padres, otros el
papel de madres, otros de bebés y otros de matronas/es o personal de salud.
Paso 2
Pide a los participantes que formen grupos de 4 personas. Si queda algún grupo con menos de 3
participantes, distribúyelos en otros grupos, los que quedarán conformados por 5 o más miem-
bros. Pide a cada grupo que asigne los siguientes roles: madre a punto de parir, padre, bebé, ma-
trona o matrón, y en caso de haber más de 4 participantes, otras personas del personal de salud.
Los grupos también podrían ser de 3 participantes y, en dichos casos, los bebés pueden estar
representados por un cojín.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
163
Paso 3
Paso 4
Solicita que se actúen los procesos de parto, un grupo a la vez. Los bebés pasan lentamente por
el canal de parto. Van representando con creatividad los diferentes papeles de esta escena de un
parto. Los padres irán apoyando a la madre en este parto y finalmente recibirán al bebé junto con
la madre. Recuerda que el bebé puede ser reemplazado por un cojín para que sea más fácil tomar-
lo en brazos. Cada padre se queda unos minutos haciendo el contacto piel a piel y libremente de-
cide si se queda en silencio, si le habla al bebé, si le canta, o si hace otra cosa. El ejercicio termina
cuando se han realizado todos los partos.
Paso 5
Como actividad opcional, si algunos de los participantes que hicieron roles diferentes del de pa-
dres quisieran hacer la experiencia del contacto piel a piel con su bebé (cojín o persona), puedes
dar unos minutos para que hagan esa parte del ejercicio. Si son más de uno, lo pueden hacer en
simultáneo.
Paso 6
Forma un círculo para reflexionar sobre el ejercicio realizado. Invita a los participantes a compar-
tir cómo se sintieron en su papel (madre, padre, bebé, personal de salud). Abre la discusión con
las siguientes preguntas:
• ¿Cómo se sintieron en el papel que les tocó? ¿Cómo se sintieron las madres en el parto?
¿Cómo se sintieron los padres? ¿Cómo se sintieron los bebés? ¿Cómo se sintió el personal de
salud?
• ¿Por qué es importante la presencia del padre en el parto (para la madre, para el bebé, para el
propio padre)?
• ¿Qué apoyos necesita la madre y cuáles podemos darle como padre?
• ¿Cómo creen que se sentirá un padre que quiere estar en el parto y no puede (por trabajo,
porque no alcanza a llegar, porque la madre no quiere que entre, entre otras razones)?
Paso 7
A modo de cierre refuerza las experiencias y sugerencias positivas expresadas durante el ejerci-
cio. Si este ejercicio es realizado con un grupo de hombres que serán padres pronto, sugiere que
hagan una visita a la maternidad, que compartan una lista de cosas a llevar en el bolso al hospital,
explica cómo inscribir al hijo en el registro civil y cómo tomar el postnatal de 5 días para el caso
de los padres trabajadores con contrato.
Paso 8
Si te parece pertinente puedes entregar a cada participante una copia de la Hoja de Apoyo: Con el
papá involucrado, ¡todo el mundo gana! (página 166)
Paso 9
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
165
• Este ejercicio suele ser lúdico y divertido. Si surgen bromas deja que
sean un paréntesis breve, luego es bueno recordar al grupo la importan-
cia de experimentar los roles que les tocó en la escena de parto.
• Los padres que se involucran en la vida de sus hijos/as se sienten más sa-
tisfechos con su vida y animados a seguir involucrados.
• Los padres involucrados cuidan más de su salud física y mental.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
167
ACTIVIDAD 20 / La experiencia de cuidar
OBJETIVOS
Trabajar con el grupo la experiencia de cuidar, explorando conflictos, dudas e inquie-
tudes a partir de un ejercicio práctico de cuidar un globo o huevo durante una semana.
IDEAS FUERZA
• Aprender cuidar de otras/os y de uno mismo es una habilidad humana funda-
mental. El cuidado de otros/as no solo incluye el cuidado de bebés y niñas/os,
sino también de ancianos, personas enfermas y otras.
• El machismo ha hecho que sean las mujeres sean las principales cuidadoras. Sin
embargo, el mundo ha cambiado. Ahora las mujeres trabajan tal como los hom-
bres y corresponde a los hombres compartir las tareas de cuidado desde la co-
rresponsabilidad.
MATERIALES
• Globos pequeños para llenar con agua, o un huevo.
• Plumón para cada participante.
Considera que para realizar esta actividad, se requiere de un tiempo en dos sesiones dife-
rentes y seguidas. En la sesión de preparación de la actividad, sigue los siguientes pasos.
Paso 1
Entrega un globo pequeño lleno de agua, o un huevo, a cada participante. La idea es que el ele-
mento usado pueda durar una semana, o el tiempo que transcurra entre dos actividades.
Paso 2
Explica a los participantes que cada uno de ellos hará de papá (en caso de ser grupos mixtos, las
mujeres harán de mamá) y que el globo o huevo será su hijo/a.
Paso 3
Solicita a los participantes que dibujen en el globo o huevo la cara del hijo/a que imaginan, usan-
do los plumones. Pueden dibujar los ojos, la boca, la nariz, el pelo, etc. Anima a los participantes a
dar vida a sus “hijos/as”, otorgándoles un nombre y apellidos, un sobrenombre, o lo que sea que
se les ocurra para personalizarlos.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
169
Paso 4
Invita a los participantes a cuidar de sus bebés, llevándolos siempre consigo para donde quiera
que vayan, y nunca dejándolos desamparados. Pídeles que traigan al bebé- globo o bebé-huevo
de regreso a la siguiente sesión de taller.
Paso 5
Durante la siguiente sesión de taller, debate con el grupo sobre las experiencias que tuvieron cui-
dando al bebé-globo o bebé-huevo. Abre el debate con las siguientes preguntas:
• ¿Cómo fue la experiencia de cuidar?
• ¿Cómo interfirió en su cotidianeidad el bebé-globo o bebé-huevo?
• ¿Qué sentimientos surgieron?
• ¿Qué dificultades enfrentaron?
• ¿Qué fue lo que más les gustó?
• ¿Pidieron ayuda a alguien?
• Cuando no podían estar con él/ella, ¿qué hacían?
• Y si realmente fuera un/a hijo/a, ¿cómo sería para ti la experiencia?
• Y si fuera una persona enferma, ¿cómo sería para ti cuidarlo?
• ¿Qué nos enseñaron en casa sobre cuidar?
• ¿Qué se enseñó a las mujeres y qué a los hombres?
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
OBJETIVOS
Promover en los jóvenes un mayor involucramiento en el cuidado diario de los hi-
jos/as; promover el apego padre hija/o y el aprendizaje sobre los cuidados y nece-
sidades de un/a bebé.
IDEAS FUERZA
• Es fundamental crear hábitos diarios y espacios de relación íntima entre el papá
y su bebé. Aun para los padres que trabajan todo el día fuera de casa o que están
separados de la madre, el hábito de dedicar un tiempo de calidad para estar con
el bebé (alimentándolo, bañándolo, cantándole, meciéndolo, vistiéndolo, hacién-
dolo dormir, etc.) colabora a crear la conexión emocional necesaria para una bue-
na relación padre-hijo/a.
• Los hombres no han sido tan entrenados como las mujeres en habilidades de
cuidado, pero están igualmente capacitados y pueden aprender a realizar esas
tareas. Lo único que los hombres no pueden hacer es amamantar.
MATERIALES
No se requieren.
Busca invitados/as que puedan hablar sobre los primeros cuidados del bebé, para que par-
ticipen como panelistas. Por ejemplo, puedes invitar a una matrona o matrón a dar lo que en
el sector salud se llama una “charla de educación al alta” (charla que el personal de salud da
a padres y madres que han tenido un hijo/a y están por partir a su hogar). En caso de que en
el grupo haya jóvenes que han sido padres, puedes hacer un panel con ellos (en lugar de los
invitados/as), o hacer un panel con invitados/as y jóvenes que hayan sido padres.
Paso 1
Presenta a la matrona o matrón e invítala/o a compartir con el grupo cuáles son los primeros cui-
dados que necesita un bebé y cuáles son algunos de los dilemas más frecuentes: dificultades con
la lactancia, llanto, cólicos, entre otros. En el caso de que en el grupo haya jóvenes que han sido
padres, pideles que compartan su experiencia, aprendizajes y dilemas con los primeros cuidados
del bebé.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
171
Paso 2
Abre una ronda de preguntas, invita al grupo a realizar todas sus consultas a la persona invitada o, si
no hay invitados, al grupo. Procura que las inquietudes se vayan resolviendo y que durante la sesión
se promueva una mayor participación de los padres en las tareas de cuidado del/a recién nacido/a.
Deja un tiempo de media hora o más para este diálogo y privilegia el que los padres puedan compartir
abiertamente sus inquietudes y preguntas, y que otros padres participantes puedan responder desde
su propia experiencia (qué les ha dado resultado, cómo resolvieron los dilemas, etc.)
Paso 3
Concluye la sesión reiterando que los hombres son capaces de cuidar a los bebés y satisfacer
todas sus necesidades (a excepción del amamantamiento). Reitera que la maternidad y la pater-
nidad son construcciones sociales, es decir, su ejercicio se aprende en la sociedad, y que la prác-
tica comprometida nos lleva a ser competentes en el rol de cuidador y con ello superar los roles
tradicionales de género.
Paso 4
Invita a aquellos participantes que son padres que exploren nuevas formas de cuidar e involu-
crarse en los cuidados de su hija/o como mudar más seguido, lavar la ropa del bebé, vestir al
bebé, hacerlo/a dormir, hacer tareas domésticas, etc.
Paso 5
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Cuando nace un bebé se puede producir una separación de los roles por
razones prácticas y culturales. Por ejemplo, la madre puede comenzar
haciéndose cargo de casi todas las tareas de cuidado del bebé y el padre
puede comenzar siendo un espectador que participa solo en ciertos mo-
mentos. Es clave revertir esa tendencia que reproduce una distribución
inequitativa de los roles de género, a través de la comunicación entre
madre y padre, y acciones concretas de participación del padre en las
tareas de cuidado.
• Es importante que el/la facilitador/a haga ver que las posibilidades del
hombre para cuidar a los bebés son las mismas que las mujeres, excepto
en lo relacionado con la lactancia materna. Que las diferencias en los ro-
les están dadas por razones culturales, por el peso de la tradición.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
173
ACTIVIDAD 22 / Paternidad, un desafío compartido
OBJETIVOS
Reflexionar sobre el tiempo que hombres y mujeres dedican al cuidado y atención de
hijos e hijas, y promover la corresponsabilidad y una distribución más equitativa en-
tre padre y madre de las tareas de cuidado y crianza de hijos e hijas.
IDEAS FUERZA
• Corresponsabilidad significa que madre y padre hacen las tareas de cuidado y
domésticas.
• Avanzar hacia un arreglo más equitativo en la distribución de las tareas de cui-
dado y domésticas es un desafío fundamental para las parejas modernas, sobre
todo para aquellas en que ambos trabajan remuneradamente.
MATERIALES
• Hoja de Apoyo: Con el pastel del tiempo (página 177) para cada participante
• Lápices de tinta para cada participante
• Hojas de papel tamaño carta para cada participante
Paso 1
Entrega a cada uno de los participantes una copia de la Hoja de Apoyo: Con el pastel del tiempo
(pag. 177). Diles que se imaginen que cada círculo es un pastel y que corresponde a un día de 24
horas. Pídele a cada uno que divida el pastel con líneas correspondientes a los porcentajes de
tiempo que dedican a cada una de las tareas de su vida cotidiana: trabajar, dormir, comer, recrear-
se, trabajar en el hogar, etc. También deben identificar el tiempo que dedican a labores de crianza,
educación y cuidado de hijos/as, si corresponde.
Paso 2
Una vez terminado el pastel de la distribución de tiempo personal, pide que dibujen otro(s)
pastel(es). En caso de ser padres, pide que dibujen el pastel de tiempo de su pareja o madre de su
hijo/a. En caso de no ser padres, pídeles que dibujen otros dos pasteles de tiempo que represen-
ten a alguna pareja que sea muy cercana a ellos: su propia madre y padre, su madre y su pareja, su
abuelo y abuela, u otra pareja de la cual conozcan cómo distribuyen su tiempo.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
175
Paso 3
Abre el espacio para que cada participante pueda presentar sus pasteles del tiempo y compartir
sus reflexiones. A los que son padres pídeles que comparen ambos pasteles (el propio y el de la
madre de su hijo/a) y que compartan sus reflexiones al hacer esta comparación. A quienes hicie-
ron los pasteles con sus padres y madres, u otras parejas, también pídeles que los comparen.
Paso 4
Los pasos que siguen a continuación se pueden realizar si la actividad del pastel les deja tiempo,
o bien en lugar de dicha actividad.
Paso 5
Divide a los participantes en dos grupos, grupo A y grupo B. El grupo A prepara una dramatizació
de una pareja en la cual la madre hace todas las tareas de cuidado. El grupo B prepara una esce-
nificación de una pareja en la cual el padre está muy involucrado en las tareas domésticas y de
cuidado de sus hijos/as.
Paso 6
Sociodrama (dramatización o actuación): dispón una zona de la sala como escenario y a los
participantes como público (puede ser en círculo o media luna). Pide a cada grupo que presen-
te su dramatización frente al grupo completo y que los demás escuchen con respeto y atención.
Señala que no hay actuaciones buenas o malas, que todas son importantes porque son una
creación colectiva.
Paso 7
Haz un círculo con todos los participantes. En una primera ronda pregunta cómo se sin-
tieron en el papel que les tocó representar. En una segunda ronda conversa en torno a las
siguientes preguntas:
- ¿De qué se dieron cuenta a través de las dramatizaciones?
- ¿Qué les llamó la atención en ambas situaciones representadas?
- ¿Qué ventajas y desventajas le ven a cada situación?
- ¿Cómo es la posición de la madre y del padre en cada situación?
Paso 8
Pide a los participantes, a modo de tarea, que se involucren por lo menos en una activi-
dad doméstica que generalmente no hacen y que para la próxima sesión preparen una
reflexión en torno a dicha experiencia.
Paso 9
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
177
Recreación
Educación hijos/as
Trabajar
Cuidado hijos/as
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
179
OBJETIVOS
Visibilizar las tareas de cuidado que un/a hija/o requiere, cómo la cultura asigna roles
de cuidado a hombres y mujeres, y la importancia de compartir dichas tareas.
IDEAS FUERZA
• Los hombres pueden hacer todas las tareas de cuidado y crianza, a excepción de
la lactancia.
• Los roles de cuidado están cambiando, sobre todo porque cada vez más mujeres
son también proveedoras económicas del hogar. En parejas donde el hombre y la
mujer son proveedores es clave aspirar a la corresponsabilidad. En parejas don-
de uno es proveedor y el otro/a está a cargo del cuidado de los/as hijos/as es
esperable que existan algunos roles complementarios.
MATERIALES
• Dos cajas vacías (por ejemplo de zapatos)
• Dibujos, recortes o fotos de personas, objetos, animales y/o plantas. Al menos 2
imágenes por participante.
Paso 1
Presenta las dos cajas a los participantes y cuéntales que una de ellas representará a un hombre
y la otra a una mujer.
Paso 2
Reparte las imágenes al azar a todos los participantes (al menos dos imágenes por participante).
Pídeles que coloquen en la caja que representa a la mujer las imágenes que ellos crean que ella
tendría más condiciones y capacidades para cuidar. En la otra caja, pídeles que coloquen las que
crean que el hombre tiene más condiciones y capacidades para cuidar.
Paso 3
Una vez que los participantes hayan terminado de ordenar las imágenes en las cajas, sácalas una
a una, presentándolas al grupo y enunciando en voz alta la imagen de la cual se trata.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
181
Paso 4
Paso 5
Paso 6
Habla de la importancia de que los hombres se involucren en las tareas de cuidado de los hijos/as
y en las tareas domésticas, y que compartan con la pareja dichas tareas de modo corresponsable,
sobre todo si ambos trabajan (remuneradamente). Invítalos a experimentar gestos de cuidado
con personas cercanas a ellos (hijos/as, pareja, amigos).
Paso 7
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
CAPÍTULO ACTIVIDADES
183
ACTIVIDAD 24 /Campaña de paternidad, transformándonos
en agentes de cambio
OBJETIVOS
Promover el cambio de las pautas culturales
machistas en la población y difundir pautas
de paternidad activas y equitativas de género.
Construir en conjunto con los jóvenes un plan
práctico de acción para promover la paternidad
activa en sus comunidades y entre sus pares (es-
cuelas, barrios, grupo de fútbol, entre otros).
IDEAS FUERZA
• Las campañas de paternidad ayudan a difun-
dir actitudes y modelos de padres involucra-
dos y equitativos en el cuidado y crianza.
• Como grupo podemos hacer incidencia en
nuestra comunidad para promover la pater-
nidad y la equidad de género. Una campaña
es una herramienta para ello.
MATERIALES
• Papelógrafo o pizarrón para el/la facilitador/a
• Plumón para el/la facilitador/a
• Papelógrafos para cada grupo
• Lápices de colores para cada grupo
Paso 1
Explica a los participantes que el propósito de la actividad es generar una campaña para pro-
mover la paternidad en sus comunidades. Comenta que en diversos países del mundo se hacen
campañas para promover el vínculo de los padres con sus hijos e hijas. Puedes mostrar algunos
ejemplos de campañas, por ejemplo, revisar el sitio web www.campanapaternidad.org.
Paso 2
Pide a los jóvenes que formen grupos de entre 3 y 4 participantes, y entrega a cada grupo pape-
lógrafos, lápices de colores, plumones y cualquier otro material que pueda servirles para hacer
un afiche. Explícales que cada grupo creará el lema de una campaña de paternidad, una imagen
que la acompañe, y contenidos referidos a la temática. Otorga tiempo para que creen sus afiches.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
185
Paso 3
Pide a cada grupo que pegue su afiche en un muro de la sala, y que elija a un representante para
que exponga el contenido frente a todos los participantes. Valora positivamente las ideas y crea-
tividad de los grupo.
Paso 4
Tras la presentación de todos los afiches pide a los jóvenes que comenten los trabajos de sus com-
pañeros, y que, entre todos los participantes, seleccionen la(s) mejor(es) imagen(es) y lema(s)
para crear una campaña.
Paso 5
Paso 6
A modo de cierre, pide que cada participante comparta cómo se sintió en la sesión y qué aprendió.
Apuntes para los/as facilitadores/as
• Introduce la idea de que cada uno de los participantes puede ser parte
de la campaña propuesta con su mensaje y con su ejemplo, y que de esa
manera cada uno de los jóvenes se transforma en un factor de cambio.
CAPÍTULO ACTIVIDADES
187
CAPÍTULO ACTIVIDADES
189
3 BIBLIOGRAFÍA
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Este Manual forma parte del Programa H, y
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