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Cortés Montes Luis Eduardo

La Familia
La violencia en la familia
Introducción
Para analizar las medidas de protección en el ámbito de la violencia intrafamiliar, resulta
necesario determinar en donde se da esa violencia, es decir, cual es el entorno o entidad
que la hace distinta y con una regulación especial en relación a la violencia común, que
como se verá, es en el seno de la “familia”, por lo cual se debe abordar este último
concepto. La familia, de una manera global, puede definirse como un grupo social
primario unido por vínculos de parentesco, estos pueden ser: consanguíneos, de filiación
(biológica o adoptiva) o de matrimonio, incluyendo las alianzas y relaciones de hecho
cuando son estables. Se es parte de una familia en la medida en que se es padre o madre,
marido o mujer, hijo o hija, abuela o abuelo, tía o tío, pareja, conviviente, etc.
La concepción de la familia va más allá de la definición tradicional y fenomenológica en la
que sólo se le considera como una agrupación de individuos con lazos consanguíneos,
conyugales o de adopción, con vínculos e intereses en común, debe trasladársele a un
plano social, entonces veremos que la familia en realidad es un sistema, formado por un
conjunto de unidades interrelacionadas con características especiales
La violencia familiar es una acción de poder u omisión intencional, dirigido a dominar,
someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o sexualmente a cualquier
integrante de la familia, dentro o fuera del domicilio familiar, por quien tenga o haya
tenido algún parentesco por afinidad, civil, matrimonio, concubinato o a partir de una
relación de hecho y que tenga por efecto causar un daño.

Las personas que son parte de la familia son distintas entre sí, pueden ser de diferente
género y edad (mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes, jóvenes, personas adultas
mayores), tener mayor o menor fuerza física, diferir en opiniones o desempeñar trabajos y
actividades diversas. Sin embargo, estas diferencias no implican que algunas sean
superiores o inferiores, pues todas las personas son iguales en dignidad y tienen los
mismos derechos humanos. Vivir con respeto a la dignidad humana en la familia permite
convivir pacíficamente, en un ambiente libre de violencia, con confianza para expresar las
ideas y sentimientos. Nadie tiene derecho a maltratar o atentar contra la dignidad de las y
los demás.
Desarrollo
Es cierto que la violencia familiar ha ido cambiando a lo largo de los años y que ha pasado
por bastantes cambios en cuanto a la manera en que se desarrolla, como se ejerce y
demás. El cambio social es algo que también se ha visto reflejado en la violencia familiar,
pues conforme van cambiando su forma de actuar las generaciones pasadas, va a haber
un cambio en el futuro. Este cambio implica que una persona actué de diferente manera
a la que lo hacían sus padres, abuelos, etc… y esto va a reflejarse en la sociedad y
específicamente en la familia, en la forma en que actúan y se desarrollan con las personas
que son parte de su familia, en este caso se habla de la violencia y se verá como la
violencia en la familia ha ido cambiando con respecto al comportamiento de superioridad
de los hombres, ya sean como Esposos, hijos o hermanos.

Según una gráfica que realizamos, con base a respuestas de una encuesta realizada a
personas de diferentes edades entre hombres y mujeres, la violencia que se sufre en la
familia se ve rotundamente reflejada en las mujeres y se ve que las generaciones más
antiguas son las que han sufrido más de este tipo de violencia y se ve reflejado un claro
cambio a través de las generaciones.

En las barras moradas respecto a las casillas 1, 3, 5 y 7 se pueden observar cómo va de


mayor a menor en cuanto a cuanta violencia ha habido a través de esas generaciones,
siendo la generación de mujeres de edades arriba de 77 años y la menor las mujeres de
edades de entre 18 y 34 años.
Esto no solo aplica para las mujeres, pues también en los hombres sucede lo mismo, la
violencia intrafamiliar ha bajado con respecto a las generaciones pasadas, según la
encuesta.
Esto apunta un claro cambio de comportamiento en la sociedad que ha influido
directamente en la familia, pero ¿Por qué? ¿Qué ha hecho que el comportamiento cambie
así a través de las generaciones? Bien pues aquí se va a buscar una respuesta.
Difícil es dar una fecha exacta de cuándo se creó la familia. Ésta, tal como la conocemos
hoy, tuvo un desarrollo histórico que se inicia con la horda; la primera, al parecer, forma
de vínculo consanguíneo. Con el correr del tiempo, las personas se unen por vínculos de
parentesco y forman agrupaciones como las bandas y tribus. Las actividades de la
agricultura obligan contar con muchos brazos, de allí entonces la necesidad de tener
muchos hijos e integrar el núcleo familiar a parientes, todos bajo un mismo techo. Con la
industrialización las personas y sus familias se trasladan a las ciudades, se divide y
especializa el trabajo, los matrimonios ya no necesitan muchos hijos y económicamente
no pueden mantenerlos; surge la familia nuclear o conyugal que contempla al padre, la
madre y los hijos
La probabilidad de que quien es testigo de violencia parental durante la niñez repita la
historia como adulto es alta. Se cree que las generaciones de mujeres más jóvenes, con
niveles de educación más alta y acceso a información, tienen más probabilidades de
romper este ciclo.
Y así es como empieza un cambio, a través el tiempo, la sociedad le ha dado más valor a la
mujer y su busca un trato totalmente igualitario al que se le da al hombre, poco a poco las
mujeres han ido levantando la voz y se han hecho notar y luchan por un trato digno,
comenzando en educar bien a sus hijos e hijas en la familia, cambiar el pensamiento y la
ideología de que un hombre debe ser o es superior a la mujer y que la mujer debe ser
siempre la que está como esclava, que debe de ser quien debe planchar, lavar ropa,
cocinar y todas esas tareas del hogar.
Las generaciones de mujeres se dieron cuenta que pueden hacer más que lavar un simple
traste y estar condenadas a repetir sus rutinas del hogar, ellas pueden estudiar igual que
un hombre, pueden trabajar al igual que un hombre y ganar lo mismo o hasta más, se
dieron cuenta que pueden ser y que son muy valiosas en la sociedad y gracias a esos
pensamientos, a esa ideología, la mujer tiene una mejor educación.
Esa educación evolucionó y se esparció, las maestras mujeres, enseñaban esos valores a
las niñas y niños, para que estos crecieran en un entorno más respetuoso, tanto en su casa
como en la escuela y en un futuro en sus familias y trabajos, así es como se esparce el
cambio.
Así las personas ya tienen un cambio de ideología total, un cambio de comportamiento
que afecta todo su entorno. En las familias pasa que a la mamá se le da un valor aún más
grande, ya no es la que se tiene que hacer cargo de las tareas del hogar o en caso de que
tenga una hija, ya no son ellas las que únicamente se tienen que hacer cargo de esas
tareas, sino que ahora es un trato justo, ahora todos ayudan por igual, cada quien tiene
una tarea, y con el respeto es lo mismo, ya no se trata a la mujer con inferioridad como
antes y si bien es cierto que en muchos hogares aún existe este tipo de violencia, se busca
eliminar completamente, que no haya ningún tipo de violencia psicología, física e incluso
sexual, entre muchas otros tipos de violencia que pueden existir.

Conclusión
La violencia familiar es un problema grave que siempre ha existido, es muy común y
frecuente en nuestro país, que afecta a muchas familias y que ocasiona muchas
consecuencias en la sociedad ya que la mayoría de las veces repercute en el
comportamiento de las personas que sufren de violencia familiar, e igualmente reaccionan
de manera agresiva con otras personas o por otro lado se vuelven temerosas, callados,
solitarios o solitarias, y esto en los dos casos les genera traumas a lo largo de su vida que
tal vez nunca superen.
Uno de los problemas más grandes de esta situación es que se sigue como patrones
ejemplo: el papá de Sutanito golpea y/o insulta o ejercer cualquier tipo de violencia a su
mamá y cuando Sutanito crece y se casa golpea y/o insulta o ejerce cualquier tipo de
violencia a su esposa porque esto fue lo que vio a lo largo de su vida en su seno familiar, o
por lo contrario Menganita ve como su padre golpea y/o insulta o ejerce cualquier tipo de
violencia a su mamá y que su mamá no hace nada, y cuando Menganita se casa su esposo
la golpea y/o la insulta o ejerce cualquier tipo de violencia contra ella, y ella se lo permite
porque cree que es correcto, ya que eso es lo que ella vio en su casa durante su vida con
su padre y con su madre y así sucesivamente.
¿Y acaso este problema no tiene solución?
Por supuesto que la tiene, y debemos empezar desde nuestros hogares, comenzando por
nosotros mismos a hacer el cambio, ya que muchas veces nos rolamos el papel de
agresores y de víctimas de violencia, y esto, efectivamente no da solución, si no que
coadyuva a la intensificación de esta problemática, por lo cual hay que considerar que
nunca hay que perder la comunicación sana con la familia, nunca perder la veracidad y la
credibilidad que se debe tener con cada uno de los integrantes de la familia, y siempre,
tener en mente que la violencia genera más violencia y no nos lleva más que a la
destrucción de nosotros mismos y los que nos rodean.

Referencias:
“Hacia la Sociología”

Cuarta edición

María Cristina Puga espinosa Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM

Jacqueline Peschard Mariscal Centro de Estudios Latinoamericanos, UNAM Facultad de Ciencias


Políticas y Sociales, UNAM

Teresa Castro Escudero Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM

http://repositorio.uchile.cl/tesis/uchile/2008/de-seura_c/pdfAmont/de-seura_c.pdf

https://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/es/violencia-intrafamiliar-se-repite-generaciones/

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