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CUIDADOS ESPECIALES DE RECIEN NACIDO (ACTIVIDAD BAÑO Y

LIMPIEZA DEL OMBLIGO)

El encuentro con la tina:

1. Sumerge al bebé en el agua de forma lenta, comenzando por


los pies, luego la colita y, finalmente, la espalda. Su cuerpo debe
quedar semi-sentado, no sumerjas su cabeza ni los brazos,
porque queda muy acostado y puede sentirse inseguro.

2. Sujeta al niño con control, ubica tus dedos pulgares y corazón


detrás de las orejas del bebé, de modo que el dedo índice le
sostenga la cabecita y puedas manipularlo con tu mano
dominante (derecha o izquierda). Otra manera de hacerlo es apoyando la cabeza del bebé
sobre tu brazo y pasa tu mano debajo de la axila del niño para sostenerlo con firmeza. Si
llora, puedes distraerlo con un juguete.
3. Aplícale el champú, en primera instancia, en la cabeza. Luego, baña el resto del cuerpo,
de arriba abajo, para terminar en los pies. Recuerda que si es pequeño solo jabón.

4. Vierte el agua de la vasija sobre el cuerpo del bebé hasta que le quites todo el jabón o el
champú.
5. Sécalo con toques suaves para que la piel de tu bebé no se lastime y pasa muy bien la
toalla por cada uno de sus pliegues, el cuello, las axilas y los dedos, en especial de los pies,
para evitar que se acumule humedad en estas áreas.

Área a área
El ombligo: en el niño recién nacido, el llamado muñón umbilical debe secarse y caerse, en
promedio, entre 10 y 21 días después del nacimiento. Sin embargo, requiere cuidados muy
especiales para que no se vaya a infectar.

En estos casos, la recomendación médica es que asees, con cuidado, la circunferencia del
área con alcohol yodado y procures que la zona quede seca después del baño. Al caerse el
ombligo, debes continuar con el aseo para evitar que haya una contaminación. En caso de
que el ombligo se vea enrojecido, caliente o presente secreción debes consultarlo con el
médico.
La nariz: la mayoría de pediatras sugieren utilizar suero fisiológico para limpiar la nariz
del bebé; la función del suero fisiológico es mantener hidratada la nariz para que él pueda
respirar mejor. Es clave que lo asees antes de lactar o de dormirlo y que se asegures que el
suero esté a temperatura ambiente, ya que si está frío, las vibrisas (vellos de la nariz) se
quedan quietas, y deben moverse para eliminar bacterias y microorganismos.
Algunas madres ponen el suero entre los senos para calentarlo. Otra opción es tomarlo con
una jeringa y calentar al baño María. Se deben emplear de 3 a 7 cc y lo importante es la
técnica: acuesta al bebé boca arriba, gira su cabeza a un lado, manteniéndola bien sujeta, y
aplica el producto en el orificio nasal superior y luego repítelo en el otro orificio, girando la
cabeza del bebé hacia el otro lado. No uses más de 30 cc por cada fosa nasal.

Las orejas: la limpieza de esta área se debe realizar justo a la hora del baño. Con ayuda de
un algodón, limpia el pabellón externo de las orejas. Si existe una acumulación de mugre,
utiliza el aceite que el pediatra te indique y retíralo solo con agua. En estos casos se debe
evitar introducir limpiadores de algodón, comúnmente usados por los adultos para evitar
que la cera tape el oído e impida su buen funcionamiento; la misión del cerumen (sustancia
amarillenta que llamamos cera secretada por el oído humano) es proteger el oído de
posibles infecciones.

Pliegues: en estos lugares es donde se acumula mayor mugre en los recién nacidos. El
primer paso para cuidar estas áreas es bañar con agua y un jabón suave y luego secarlos
muy bien para evitar irritaciones en su piel. Los pliegues están debajo de las axilas,
alrededor del cuello, la nuca, y en medio de los dedos de las manos y de los pies.
Cuidado con las uñas: el momento ideal para cortar las uñas del recién nacido, lo cual debes
hacer semanalmente para evitar que el bebé se hiera y mantenga sano, es mientras duerme y
trata que sea muy preciso el toque que des con el cortaúñas, especial para bebés, para evitar
lastimarlo y, obviamente, que despierte. También puedes hacerlo después del baño, cuando
el niño está rejalado.

Ten en cuenta

- Adecúa un espacio que le proporcione tranquilidad a tu bebé para bañarlo y que se vuelva
cotidiano.

- Ese lugar debe ser un ambiente cerrado, como la habitación.

- Puedes bañarlo en las mañanas o las noches, eso depende de la disponibilidad de tiempo
que tengas, pero eso sí, procura que siempre sea a la misma hora.

- Ten siempre a mano todo lo que vas a necesitar.

- Presta mucha atención a los movimientos que realices y concéntrate en el baño de tu bebé,
no te estreses, ni hagas de ese momento algo tensionante, por el contrario, debe ser un
momento placentero para tu bebé y de conexión con tu hijo para ti.

- Por ningún motivo dejes solo a tu bebé.


¿Qué alimentos debo darle a mi bebé a partir de los 6
meses?
La introducción de nuevos sabores en la dieta del bebé es un proceso que requiere
paciencia, constancia y amor. Aquí te presentamos una práctica guía para iniciar el
proceso.

Desde la primera hora de su nacimiento y hasta los seis meses de edad, tu bebé debe ser
alimentado exclusivamente con leche materna. No necesita ningún otro alimento, ni siquiera
agua. La leche materna es un alimento tan poderoso que provee todos los nutrientes que tu
bebé requiere para desarrollarse plenamente y crecer sano y feliz.
 

Sin embargo, toda vez que tu bebé cumple sus primeros seis meses, la lactancia materna
exclusiva deja de ser suficiente para atender sus necesidades nutricionales y es necesario
comenzar a incluir nuevos alimentos complementarios en su dieta.
De hecho, es solo hasta ese momento que el organismo de tu bebé tendrá la madurez necesaria a
nivel neurológico, renal, gastrointestinal, inmunológico para tolerar la ingesta de alimentos
diferentes a la leche materna.
 
Pero no siempre los cuidadores saben cómo introducir los alimentos correctos en el momento
adecuado, con las texturas indicadas para la edad del niño, y en la cantidad y la variedad
suficiente.
 
Este desconocimiento o falta de información con respecto a prácticas de alimentación adecuadas
contribuye, entre otros factores, a que los niños y niñas menores de 5 años sean altamente
vulnerables a padecer malnutrición.
 
Para prevenir ese riesgo y resolver las dudas e inquietudes más frecuentes con respecto a la
alimentación complementaria, hemos desarrollado una guía orientadora sobre todo lo que debes
tener en cuenta con respecto a la alimentación de tu niña o niño a partir de los 6 meses y hasta los
2 años.
 
Las pautas que aquí te presentamos son tomadas de las ‘Guías Alimentarias Basadas en Alimentos
para las mujeres gestantes, madres lactantes y niños y niñas menores de 2 años’.
 
Así sabrás qué alimentos puedes ofrecer al bebé en cada etapa de su desarrollo, a partir de los
primeros 6 meses de vida, en qué cantidades y en qué presentaciones.
 

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cocinar
 
Recomendaciones generales
 
 
6 a 8 meses

-Ten en cuenta que la frecuencia de las comidas debe ser progresiva, hasta llegar a tres comidas
diarias a los 8 meses.
-Ofrece un alimento nuevo a la vez junto con uno ya conocido cada 2 a 4 días, según la tolerancia
del bebé.
-Inicia con 4 a 6 cucharadas postreras por comida, hasta llegar gradualmente a media taza (4
onzas).
-Ofrece comidas muy espesas tipo puré hasta que aparezca la habilidad de masticar.
 
 
9 a 11 meses
 
-Empieza a ofrecer alimentos finamente picados, machacados y que el bebé pueda coger con la
mano.
-Evita aquellos que por su forma ocasionen riesgo de atoramientos como uvas, nueces o trozos
granes de zanahoria o manzanas.
-La cantidad de alimentos por comida debe ser de media taza (4 onzas).
-Ofrece al menos 3 comidas diarias y uno o dos refrigerios de acuerdo con el apetito de tu bebé.
 
 
12 a 23 meses
 
- Continúa dando de lactar las veces que el niño o la niña quiera, después de las comidas.
- Ofrece variedad de alimentos sólidos con diversas texturas: pueden ser picados en trozos
pequeños, desmechados o molidos.
- La cantidad de alimentos para comida principal debe ser de 1 taza o plato (8 onzas).
- Ofrece al menos 3 comidas diarias y, de acuerdo con el apetito de tu bebé, uno o dos refrigerios.
- No ofrezcas productos procesados como los de paquete, bebidas azucaradas y embutidos, entre
otros.
  
 
 
En todos los casos:
 
- Permite que tu bebé agarre con sus propias manos los alimentos mientras come y, si es
necesario, deja que se ensucie, para que experimente de forma segura las texturas, olores y
sabores.
- Recuerda ofrecer los alimentos despacio y con paciencia, animando a tu bebé a comer de forma
amorosa y positiva.
- Cuando introduzcas un nuevo alimento, ofrécelo varias veces y en diferentes preparaciones para
favorecer su aceptación.
- Ofrece frutas y verduras que sean de tu región de residencia y que estén en cosecha.
- Prefiere siempre los alimentos preparados en casa.
- No adiciones sal, azúcar, ni condimentos a las preparaciones.
- No olvides ofrecer a las niñas y niños la diversidad de alimentos propios de su territorio.
- Incluye diariamente en las comidas una porción de alimentos de origen animal como carnes,
vísceras, huevos y quesos frescos.
- No ofrezcas carnes frías como salchichas, jamón, mortadela, salchichón, entre otros.
-Recuerda que tu bebé debe tener su propia cuchara, vaso y plato.
- En el momento de la alimentación evita el uso de la televisión, teléfono y otras distracciones.
-Haz de las comidas un momento para compartir en familia y establece horarios de alimentación
para que tu bebé desarrolle una rutina que luego, transforme en hábito.
- Para el desarrollo de las niñas y los niños promueve actividades que involucren el juego y el
movimiento.
 
 
Guía para la introducción de alimentos para niños y niñas de 6 a 23 meses*
 
*Tomado de las ‘Guías alimentarias basadas en alimentos para mujeres gestantes, madres en
período de lactancia y niños y niñas menores de 2 años de Colombia

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