Está en la página 1de 6

UT 1.

Alimentación

5. Etapa 0-6 meses

Leche materna
La leche materna es el alimento natural que está mejor diseñado para satisfacer las
necesidades de los bebés humanos. Tiene todos los nutrientes necesarios, en las
cantidades perfectas y es fácil de digerir.
Más allá de los beneficios nutricionales, la leche materna ayuda a construir y
fortalecer el sistema inmunitario del bebé y favorece de forma especial el
vínculo madre-hijo/a. Amamantar, además de ser alimento, también es refugio,
protección, calor y alivio del dolor.
Existen bases científicas sólidas que demuestran que la lactancia materna es
beneficiosa tanto para el bebé como para las madres y para la sociedad en su
conjunto porque:

★ Protege al bebé frente a infecciones (de oído, respiratorias, digestivas,


etc.), evita alergias y ayuda a prevenir la obesidad.
★ Favorece el apego y el vínculo.
★ Ayuda a la recuperación de las madres después del parto y las protege
de enfermedades futuras (reduce el riesgo de cáncer de ovario y mama, la
diabetes de tipo 2 y la depresión postparto).
★ Es ecológica, higiénica y económica.

Por todas estas razones, se recomienda la alimentación exclusiva con leche


materna durante los primeros 6 meses de vida y continuar el
amamantamiento, junto con las comidas complementarias adecuadas, hasta
los dos años de edad o hasta que la madre y su hijo o hija quieran.
El efecto beneficioso de la lactancia materna es mayor cuanto más tiempo dure esta
lactancia. Por ello, el hecho de que la madre se reincorpore al trabajo o que el bebé
vaya a una escuela infantil no debiera suponer el abandono de la lactancia
materna, contra su voluntad.

Cuestiones prácticas en la Escuela Infantil (LM)


Muchos bebés que toman solo pecho y no tienen chupete, tienen muchas
dificultades en estar cómodos con el biberón. Les suelen producir muchas
arcadas y lo pasan muy mal con un biberón en la boca. O directamente ni abren la
boca para succionar.
Los bebés tienen un reflejo en la boca (reflejo de extrusión) que les protege de
atragantamientos y ahogos, este reflejo se activa cuando la comida o un objeto
sobrepasa la mitad de la lengua. Por esa razón, la tetina les suele dar asco cuando
la tienen en la boca. El reflejo, a medida que el bebé crece, se posterioriza pero
sigue presente.

La única solución es intentar que la tetina no entre demasiado en su boca, pero


esto a la vez hace que el bebé cierre demasiado la boca para poder succionar y
luego puede hacer lo mismo en el pecho. Debemos tener mucha paciencia para que
el bebé poco a poco se vaya acostumbrando.

¿Es mejor tetina anatómica o redonda?

Cuando el bebé succiona el pezón se alarga en su boca y llega hasta la unión del
paladar duro y el blando. El pezón solo toma la forma de las tetinas anatómicas, las
que son aplastadas por uno de sus lados, cuando el bebé no succiona del todo
bien. Si mama con eficacia el pezón tan solo se alarga dentro de su boca. Para los
bebés que toman el pecho lo ideal es una tetina redonda o alargada y de 2cm,
lo más blanda posible de cara a no forzar las estructuras orales del bebé.

¿Cómo puedo conseguir que la acepte?

Si no hay más remedio que darle la leche en biberón lo más importante es que el
bebé esté sentado, no tendido y el biberón esté lo más horizontal posible para
que el bebé pueda regular el flujo que recibe. Se puede sentar en el regazo del
cuidador, estimular el reflejo de succión con la tetina tocando los labios y los
carrillos, esperar que abra la boca e intentar ver si succiona la pezonera.

Para ellos no es nada complicado aceptar la nueva situación (estar sin su madre) y
recibir la leche en un recipiente tan diferente al pecho, así que es necesario tener
mucha paciencia y esperar a que la acepten.

Leche de fórmula
Las leches adaptadas son sucedáneos de leche de vaca modificada para parecerse
a la leche materna. En general, contienen más hidratos de carbono y proteínas y se
digieren con mayor dificultad.
Existen dos variedades, las llamadas “de inicio” indicadas al menos hasta los
4-6 meses y las “de continuación”, que se comienzan a ofrecer a partir de esta
edad. En general, se recomienda continuar con la fórmula de inicio hasta el año, ya
que las “de continuación” son nutricionalmente menos correctas, aunque constituyen
una alternativa más económica.

Para preparar el biberón se puede utilizar agua de la red pública hirviéndola un


minuto o envasada apta para uso infantil (mineralización débil). Los biberones
serán preferiblemente de vidrio o de plásticos libres de Bisfenol A (BPA),
según una normativa reciente de la Unión Europea.
En general, no se considera recomendable calentar el biberón en el microondas
porque no recibe el calor de manera homogénea y podrían producirse quemaduras
en la boca del lactante. Puede calentarse al baño María o en el
calientabiberones e incluso ofrecerse a temperatura ambiente. Se comprobará
la temperatura de la leche antes de ofrecerla. Debe estar tibia.

Se puede ofrecer un biberón cada 3 o 4 horas durante el día.


Hay que permitir al bebé que tome la cantidad que necesite, sin forzarle a que
acabe los biberones.

La cantidad diaria de alimento es variable, como ORIENTACIÓN podría ser:

Preparación adecuada del biberón de fórmula


1. Lavarse las manos a fondo, durante un minuto como mínimo.
2. El biberón y la tetina tienen que estar limpios, sobre superficies

adecuadas o papel, evitando usar trapos de cocina.

3. Hervir el agua para el biberón. No dejar enfriar el agua durante más de 30

minutos antes de hacer la mezcla, pues se enfriaría demasiado y no

alcanzaría los 70 ºC necesarios para destruir las bacterias

4. Leer atentamente las instrucciones del envase de la leche artificial y usar

las cantidades exactas de polvo y agua indicadas. Disminuir o aumentar el

agua o la leche en polvo constituye un riesgo para la salud del bebé.

5. Llenar el biberón con el agua indicada, es importante que la temperatura

de la misma no baje de los 70 ºC. Añadir al agua la cantidad de polvo

indicada en el envase.

6. Cerrar y agitar para que el polvo se reconstituya y no queden grumos.

7. Enfriar introduciendo el biberón en un recipiente con agua fría.

8. Comprobar que la temperatura de la mezcla es correcta depositando unas

gotas de leche en la muñeca. La leche tiene que estar templada, no es

necesario que esté caliente.

9. Ofrecer la leche al bebé, cabe recordar que la leche artificial también se

administra a demanda, tanto en cantidad como en el intervalo de tomas. La

leche que el bebé no haya tomado puede ser guardada solo durante las dos

siguientes horas. Si no la toma, será necesario desecharla.

Existe otra opción, en el caso que se quieran dejar tomas de leche artificial
preparadas. Se trata de seguir todos los pasos hasta el punto 8. Una vez enfriada la
leche se deja en la nevera a una temperatura inferior a 5 grados. Para calentar esta
leche tan solo es necesario sumergirla en un poco de agua caliente e ir removiendo
para que el contenido se caliente de manera homogénea. La leche preparada solo
puede estar 24 horas en la nevera, si no se usa habrá que tirarla.

También es muy importante no dejar restos de leche artificial en los


biberones y lavarlos a fondo tras cada uso, se puede usar el lavaplatos, ya que es
muy fácil que queden restos de leche que pueden ocasionar contaminación cruzada.
No es necesario esterilizar los biberones si podemos garantizar un lavado a fondo
de todos sus elementos.

El momento de la comida en el grupo de bebés


El momento de la toma, ya sea leche materna o fórmulas artificiales, debe ser
tranquilo y relajado.
Aunque el bebé depende de quien le cuida para satisfacer su necesidad de
alimento, se muestra activo en todo el proceso. Es un momento de miradas y una
oportunidad privilegiada para comunicarse.
Antes de la comida la voz de la persona adulta da sentido al momento. El bebé
anticipa y se prepara al ver el babero, el biberón y al sentir como le toman en brazos
a la vez que verbalizan las acciones. Es el momento de una coreografía propia. El
biberón se debe dar siempre en brazos, en una postura cómoda y con el bebé
apoyando su cabeza sobre el brazo. Desde esta posición puede observar con
atención, asir con sus manos el biberón, estrechar las manos del adulto, distinguir la
delicadeza y firmeza con la que se le sostiene, puede moverse.
Succiona a su ritmo y para o reinicia la actividad como necesite. Percibe y
comprueba la temperatura, consistencia y textura y comunica sus preferencias,
cuándo es suficiente y cuándo necesita más, es decir, regula sus necesidades de
alimento. Debemos respetar y estar atentos a todas esas señales, potenciando
así el papel activo del niño y de la niña, dando significado a sus reacciones,
permitiendo que intervenga, coparticipando.
El horario de las tomas lo marca la criatura y no la escuela. Cada uno tiene su
ritmo y su momento durará más o menos respetando sus gustos y costumbres.
Debemos de adoptar las medidas organizativas adecuadas para disponer de
tiempos en los que poder dedicarnos en exclusiva al bebé que alimentamos,
sin interrumpir la toma.
Nota: consejos válidos para biberones de leche materna y de fórmula.

Fuentes: Guía Comer en la Escuela Infantil del Principiado de Asturias,


www.albalactanciamaterna.org.

También podría gustarte