Está en la página 1de 10

28 / Psicomotricidad e intervención educativa

mental, modificando su curso si fuera para el normal desarrollo del niño


preciso. Por ejemplo, cuando el niño y sus aprendizajes, sino que simul-
está aprendiendo a escribir, su activi- táneamente se pongan en marcha
dad motriz se basa en aprender los mo- sistemas de actividad cerebral y psi-
vimientos que su mano ha de hacer para cológica (sensación, percepción, re-
«dibujar» una letra, por ejemplo si- presentación, memoria, atención,
guiendo la línea de puntos en el cua- lenguaje, función simbólica, etc.),
derno. Cuando estos movimientos se que componen la base de lo que
han hecho automáticos en la escritura, concebimos por inteligencia.
es el cerebro (el que haciendo uso bien
de la «memoria auditiva», si se trata
de un dictado, de la «memoria visual», 5. DESARROLLO FÍSICO
si se trata de copiar, o bien del cono- Y PSICOMOTOR EN EL NIÑO
cimiento que ya posee sobre la escri-
tura, si se trata de una redacción libre) 5.1. Algunas nociones sobre
el que representa mentalmente los es- el desarrollo orgánico
tímulos gráficos que quedarán escritos
en el papel. 5.1.1. Valoración del crecimiento
b) Capacidad de simbolización. Se logra y desarrollo
mediante la manipulación, transposi-
ción y combinación mental de las per- La valoración del crecimiento y desarrollo en-
cepciones. Así, una determinada per- globa diferentes aspectos, entre los que se encuen-
cepción puede formar parte de una tran: la talla, el peso, la magnitud de las extremi-
cadena de actos significando una cosa dades, el contorno del cráneo, el perímetro torácico,
diferente de su correspondencia real la maduración de los huesos, la maduración sexual,
(por ejemplo, cierto movimiento puede el desarrollo dentario, el desarrollo psicomotor, los
ser simbolizado por el número 1, otro cambios somáticos y el desarrollo e incremento de
por el número 2; un círculo verde pue- los distintos órganos y sistemas. No obstante, aquí
de significar una palmada, uno rojo una vamos a mostrar solamente los índices para poder
pisada, etc.). valorar el incremento de la «talla» y el «peso», por
su sencilla aplicación y por su enorme interés.
— Las representaciones mentales pue-
den hacer referencia a segmentos 5.1.1.1. La estatura
corporales estáticos o en movimien-
to, a objetos o situaciones de la rea- La talla o estatura es la medida que hay entre
lidad exterior o a ambos paralela- el extremo de la cabeza y la planta de los pies. Se
mente, siendo posible fijar un orden evalúa en decúbito supino (en los niños con me-
de dificultades progresivo. nos de 5 años) y en posición de pie, si son mayo-
— En conclusión, la consecución de res de 5 años. A partir de la medida alcanzada, se
estos objetivos posibilita el que me- contrasta con los valores que se presentan en la ta-
diante la actividad corporal (bien bla correspondiente (véanse tablas).
tomada en sí misma, bien en rela-
ción con el mundo exterior), y a tra- 5.1.1.2. El peso
vés de una planificación de activi-
dades, se puedan educar no sólo La valoración del peso debe realizarse con el
hábitos neuromotrices necesarios niño desnudo, en ayunas y con posterioridad a la

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
La psicomotricidad / 29

evacuación de la vejiga y el recto. Tras la medida La valoración de estas medidas se realiza del
conseguida, se confronta con los valores que se siguiente modo:
muestran en la tabla correspondiente.
Para usar adecuadamente las tablas de talla y — Se considera que el niño tiene un peso o ta-
peso, debemos comprobar el sexo del niño, ya lla «normal» si las puntuaciones obtenidas
que las puntuaciones se diferencian si es niño o se hallan en las columnas que van desde el
niña. Tras la selección de la tabla, a partir del 25 por 100 hasta el 75 por 100.
sexo del niño, miraremos la fila que le pertene- — Se puede afirmar que un niño muestra cier-
ce según su edad. En ella buscaremos los valo- to «retraso» o «adelanto» en el crecimiento
res de talla y peso más cercanos a los que hemos si estas puntuaciones se hallan por debajo
alcanzado al medir al niño. del 25 por 100 o por encima del 75 por 100.

TABLA 1.1
Peso y talla en varones por edades (tomado de García y Martínez, 1994, p. 21)

Edad 3% 10% 25% 50% 75% 90% 97%

0 m. kg 2,63 2,86 3,13 3,40 3,76 4,13 4,58


cm 46,3 48,1 49,3 50,6 52,9 53,3 54,6
3 m. kg 4,81 5,03 5,35 5,72 6,17 6,58 7,44
cm 56,8 57,8 59,3 60,4 61,8 62,8 63,7
6 m. kg 6,35 6,71 7,08 7,58 8,16 8,71 9,43
cm 63,0 63,9 65,2 66,4 67,8 69,3 70,4
9 m. kg 7,53 8,07 8,48 9,07 9,75 10,39 11,07
cm 67,7 68,8 69,8 71,2 72,9 74,2 75,9
12 m. kg 8,39 8,89 9,48 10,07 10,08 11,52 12,38
cm 71,3 72,4 73,3 75,2 76,9 78,1 80,3
15 m. kg 8,98 9,53 10,16 10,75 11,52 12,34 13,33
cm 74,4 75,6 77,0 78,5 80,3 81,5 84,2
18 m. kg 9,57 10,12 10,80 11,43 12,20 13,15 14,29
cm 77,5 78,8 80,3 81,8 83,7 85,0 88,2
2 a. kg 10,57 11,20 11,93 12,56 13,47 14,47 15,83
cm 82,7 84,2 85,8 87,5 89,4 91,1 94,6
2,5 a. kg 11,43 12,07 12,88 13,61 14,61 15,65 16,78
cm 86,9 88,5 90,2 92,1 94,1 96,2 99,5
3 a. kg 12,25 13,02 13,74 14,61 15,65 16,69 17,78
cm 90,6 92,3 93,9 96,2 98,5 100,5 102,8
3,5 a. kg 12,93 13,79 14,65 15,56 16,65 17,74 18,82
cm 94,3 96,0 97,5 99,8 102,5 104,5 106,5

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
30 / Psicomotricidad e intervención educativa

TABLA 1.1 (continuación)

Edad 3% 10% 25% 50% 75% 90% 97%

4 a. kg 13,65 14,56 15,42 16,55 17,69 18,78 20,09


cm 97,5 99,3 100,8 103,4 106,5 108,5 110,4
4,5 a. kg 14,33 15,33 16,19 17,42 18,78 19,91 21,50
cm 100,6 102,4 104,0 106,7 109,9 112,3 114,3
5 a. kg 15,65 16,60 17,96 19,41 21,09 22,54 24,13
cm 102,1 105,3 108,3 111,3 114,2 116,7 119,5
5,5 a. kg 17,60 19,05 20,68 22,36 24,09
cm 108,3 111,2 114,4 117,5 120,1
6 a. kg 17,46 18,55 20,14 21,91 23,63 25,58 27,71
cm 108,5 111,2 114,1 117,5 120,8 123,5 126,2

TABLA 1.2
Peso y talla en mujeres por edades (tomado de García y Martínez, 1994, p. 22)

Edad 3% 10% 25% 50% 75% 90% 97%

0 m. kg 2,63 2,81 3,13 3,36 3,67 3,90 4,26


cm 47,1 47,8 49,0 50,2 51,0 51,9 53,6
3 m. kg 4,45 4,85 5,17 5,62 5,99 6,35 6,76
cm 55,8 56,9 57,9 59,5 60,7 61,7 63,1
6 m. kg 5,76 6,40 6,80 7,26 7,94 8,44 9,07
cm 63,0 63,9 65,2 66,4 67,8 69,3 70,4
9 m. kg 6,85 7,53 8,03 8,71 9,43 10,16 10,98
cm 65,4 67,0 68,4 70,1 71,7 72,0 74,1
12 m. kg 7,62 8,35 8,98 9,75 10,43 11,25 12,29
cm 68,9 70,0 72,3 74,2 75,9 77,1 78,8
15 m. kg 8,21 8,98 9,66 10,43 11,16 12,07 13,15
cm 71,9 73,3 75,6 77,6 79,4 80,8 82,8
18 m. kg 8,80 9,62 10,3 11,11 11,88 12,84 14,02
cm 74,9 76,8 79,0 80,9 82,9 84,5 86,7
2 a. kg 9,80 10,66 11,48 12,29 13,25 14,38 15,60
cm 80,1 82,0 84,7 86,6 88,9 91,0 93,3
2,5 a. kg 10,70 11,57 12,43 13,43 14,47 15,69 17,33
cm 84,5 86,3 89,3 91,4 93,8 96,4 98,7
3 a. kg 11,61 12,52 13,43 14,42 15,69 16,96 18,96
cm 88,4 90,5 93,4 95,7 98,1 101,1 103,5

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
La psicomotricidad / 31

TABLA 1.2 (continuación)

Edad 3% 10% 25% 50% 75% 90% 97%

3,5 a. kg 12,47 13,38 14,29 15,38 16,78 18,33 20,55


cm 92,0 94,2 96,9 99,5 102,0 105,4 108,0
4 a. kg 13,25 14,15 15,20 16,42 17,96 19,73 21,86
cm 95,2 97,6 100,3 103,2 105,8 109,6 112,3
4,5 a. kg 13,93 14,92 16,01 17,46 19,10 21,18 23,09
cm 98,1 100,9 103,6 106,8 109,3 113,5 116,2
5 a. kg 15,29 16,37 17,11 18,78 20,05 21,86 23,50
cm 102,6 105,0 107,2 109,7 112,9 115,4 118,0
5,5 a. kg 17,24 18,51 19,96 21,41 23,22
cm 107,8 110,2 112,8 116,1 118,9
6 a. kg 16,87 17,96 19,46 21,09 22,77 24,58 26,63
cm 108,0 110,6 113,2 115,9 119,3 122,3 125,4

5.1.2. El desarrollo neuromotor ción motriz, provocando una descarga en el apa-


rato muscular de tipo automático e incontrolado.
Entre las diferentes funciones que el niño va ad-
Estos actos reflejos son innatos y conforman la
quiriendo gradualmente con el proceso de desarro-
primera manifestación de la motricidad del recién
llo, es necesario que nos centremos puntualmente
nacido, junto con los movimientos bruscos, am-
en el desarrollo de la función neuromotriz. Los ti-
plios, irregulares y privados de intencionalidad.
pos de actos motores que pueden producir el mo-
Un ejemplo de este tipo de acto lo compone el
vimiento del cuerpo humano son tres: el acto mo-
reflejo de succión, a través del cual el simple con-
tor-reflejo, el acto motor voluntario y el acto motor
tacto de los labios del niño con el pezón mater-
automático (García y Martínez, 1994).
no produce de forma inmediata y automáticamen-
5.1.2.1. Acto motor reflejo
te los movimientos de succión que le posibilitan
alimentarse.
El estímulo, mediante los analizadores sensi- El esquema del acto motor reflejo es el si-
tivos, llega a los centros automáticos de regula- guiente:

CENTROS
ANALIZADORES AUTOMÁTICOS APARATO
SENSITIVOS DE REGULACIÓN MUSCULAR
MOTRIZ

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
32 / Psicomotricidad e intervención educativa

5.1.2.2. Acto motor voluntario a la boca para saciar la sed. En este acto pode-
mos distinguir tres momentos diferentes:
Mediante los analizadores sensitivos, el estí- 1. La estimación de las solicitudes en fun-
mulo es enviado a la zona prefrontal de represen- ción de la experiencia vivida.
tación; ésta, a su vez, creada la imagen mental, 2. La creación de la imagen motriz del mo-
conduce sus impulsos a la zona motora del cere- vimiento, debido a la intervención del área
bro y a los centros automáticos de regulación mo- motriz cortical.
triz. Igualmente estos centros han recibido la in- 3. La ejecución del acto a través del despla-
formación de los analizadores sensitivos. Con zamiento del cuerpo o de sus segmentos
todo ello se produce la respuesta del aparato mus- con un objetivo concreto.
cular, que muestra un carácter intencionado y pre-
ciso. Un ejemplo de acto motor voluntario lo for- El esquema del acto motor voluntario es el si-
ma el hecho de coger un vaso de agua y llevarlo guiente:

ZONA PREFRONTAL CORTEZA


ANALIZADORES DE CEREBRAL
SENSITIVOS REPRESENTACIÓN Impulso motriz
MENTAL

CENTROS
AUTOMÁTICOS
DE REGULACIÓN
MOTRIZ

APARATO MUSCULAR

5.1.2.3. Acto motor automático El acto motor automático se produce por la re-
petición de actos voluntarios que se van convirtien-
El estímulo, mediante los analizadores sen- do en un hábito, de manera que ya no es precisa la
sitivos, llega a las zonas motoras de la corteza representación o imagen mental para su realización.
cerebral, creando un impulso que, regulado en Un ejemplo de esta clase de actos lo constituye la
los centros automáticos, origina la respuesta del automatización de la marcha o la escritura. El es-
aparato muscular. quema del acto motor automático es el siguiente:

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
La psicomotricidad / 33

en el que lo más significativo es la maduración del


CORTEZA
ANALIZADORES CEREBRAL Sistema Nervioso. El Sistema Nervioso está cons-
SENSITIVOS impulso motriz tituido por células nerviosas o neuronas, cuyo nú-
mero (entre 100 mil millones y 1 billón) se encuen-
tra ya presente desde antes del nacimiento y se
mantiene durante el resto de la vida.
Durante los primeros meses y años, el cerebro
está sujeto a cambios importantes que mejoran su
CENTROS
AUTOMÁTICOS
funcionamiento, fundamentalmente el que tiene lu-
APARATO gar en el córtex, y que tienen que ver con el cre-
DE MUSCULAR
REGULACIÓN cimiento y refinamiento de las redes de comunica-
MOTRIZ ción entre las neuronas (Greenough, 1993;
Greenough et al., 1988, citados por Berger y
Thomson, 1997, p. 184). Las neuronas se comuni-
El perfeccionamiento de la función motriz evo- can entre sí por medio de unas estructuras finas y
luciona desde los actos reflejos y los movimientos ramificadas denominadas dendritas que forman vías
incoordinados y sin meta específica característicos de comunicación entre diferentes neuronas, a tra-
del recién nacido hasta los movimientos coordina- vés de lo que se denomina conexiones sinápticas.
dos y precisos del acto motor voluntario y los há- Desde el nacimiento hasta la edad de 2 años se
bitos motores del acto motor automático. multiplica por cinco la densidad de las dendritas en
el córtex, lo que permite a las neuronas conectarse
con una cantidad cada vez mayor de otras neuronas.
5.2. Bases del desarrollo psicomotor Al mismo tiempo, estas redes de comunicación se
hacen más refinadas y especializadas gracias a un
En general, la psicomotricidad, al contener re- proceso en el que neuronas y dendritas se recubren
laciones entre psiquismo y movimiento, posee unos de mielina: sustancia blanca de tipo graso que fun-
componentes: madurativos, vinculados a la madu- ciona como aislante de las células nerviosas y faci-
ración paulatina del cerebro; y relacionales, que lita la transmisión de información de una célula a
propician que el niño vaya siendo cada vez más otra. Este proceso de mielinización, que tiene lugar
capaz de establecer contacto con los objetos y las con mayor rapidez desde el parto hasta los 4 años,
personas a través del movimiento y de la acción. pero que continúa hasta la adolescencia, permite al
A su vez, el desarrollo psicomotor del niño (que niño adquirir un control neurológico cada vez ma-
pretende que éste llegue a controlar el propio cuer- yor sobre sus funciones motoras y sus aptitudes sen-
po, a fin de extraer de él las máximas posibilida- soriales, y facilita el funcionamiento intelectual.
des) también contiene dos componentes: Por ejemplo, estudios realizados demuestran que
los recién nacidos tienen mecanismos motores re-
— Externo o práxico: la acción. flejos esenciales para la supervivencia: hociqueo,
— Interno o simbólico: la representación del succión, moro, etc., encontrándose que la mielini-
cuerpo y sus posibilidades de acción. zación de los nervios que controlan estas activida-
des está ya establecida antes del nacimiento, cosa
Durante la infancia, el desarrollo físico viene que no ocurre con las sinapsis responsables de otras
dado por el incremento de los parámetros peso y conductas, como la mielinización de las partes re-
talla, que tiende a ser más rápido durante los dos lativas al sistema auditivo (que empieza en torno a
primeros años de vida y más lento aunque regular los 6 meses) y la del sistema visual (que comien-
a partir de esta edad. Este desarrollo físico viene a za poco antes del nacimiento y termina en pocos
su vez acompañado por el desarrollo del cerebro, meses) (Delval, 1996, pp. 173-174).

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
34 / Psicomotricidad e intervención educativa

La maduración cerebral y el proceso de mie- to de barrido del codo y, por último, los
linización permiten el progreso de los diferentes garabatos circulares, que requieren una
procesos cerebrales. Por ejemplo, gracias a la mie- rotación de la muñeca.
linización e interconexión de las neuronas del área
frontal durante el primer año, aparecen los pri- — Tercero: El desarrollo de estas leyes va per-
meros mecanismos de autocontrol y autorregula- mitiendo que se produzcan logros importan-
ción de los actos motores reflejos, desaparecien- tes que tienen que ver con la percepción,
do las conexiones sinápticas destinadas a ellos como la coordinación ojo-mano, y la deno-
(succión, hociqueo, etc.) y apareciendo las prime- minada «psicomotricidad fina».
ras habilidades cognitivas (Berger y Thomson, — Cuarto: La psicomotricidad fina supone ya
1997, pp. 184-185). un desarrollo específico de los elementos
motores y nerviosos de los dedos. Por tan-
to, es posterior a la denominada «psicomo-
5.2.1. Evolución tricidad gruesa», que implica el dominio de
grupos musculares más extensos, sobre todo
El desarrollo psicomotor va evolucionando del relacionados con la locomoción, el equili-
siguiente modo: brio, el control postural, etc.

— Primero: Los movimientos iniciales del niño Por eso, el dominio de la escritura debe ir siem-
son incontrolados. Pero poco a poco van pre precedido de un dominio de la psicomotricidad
siendo cada vez más voluntarios y coordina- gruesa.
dos, de forma que al final del 2.º año (l.ª in-
fancia) ejerce un control bastante avanzado
de todo su cuerpo. 5.3. Desarrollo del control postural
— Segundo: Esta evolución se va produciendo
de acuerdo con dos leyes del desarrollo: De acuerdo con las dos leyes anteriormente men-
cionadas, el niño va consiguiendo:
• Ley céfalo-caudal, según la cual el niño em-
pieza controlando la cabeza, y zonas próxi- 1. Controlar los movimientos, giros, etc., de
mas a ella, y de ahí va extendiendo dicho la cabeza, de forma que, hacia los 3-4 me-
control hacia abajo, hasta llegar a las partes ses, la sostiene ya como prolongación del
más inferiores del cuerpo. tronco.
• Ley próximo-distal. Al mismo tiempo que 2. Afianzar, también en torno a los 3-4 meses,
el niño va controlando su cuerpo de arri- lo que antes denominamos coordinación ojo-
ba hacia abajo, lo va controlando desde mano. Por eso, el niño empieza a ser capaz
el eje de su organismo hacia los latera- de dirigir sus manos en la dirección de lo
les (muñeca y dedos). Es por ello por lo que ve el ojo (si bien el cogerlo adecuada-
que la articulación del hombro se con- mente con los dedos se irá produciendo du-
trola antes que la del codo, y ésta antes rante los meses siguientes).
que el control de la muñeca, para termi- 3. Sentarse hacia los 4-5 meses, pero con apo-
nar con el control de los dedos. Por este yo, y más tarde (7-8 meses) el niño será ca-
motivo, en la enseñanza del aprendizaje paz de sentarse sin ayuda.
lectoescritor debemos tener presente esta 4. Desplazar primero todo el cuerpo, antes de
progresión, ya que los garabatos desor- andar. Para ello, gatea o, estando sentado,
denados se anteponen a los garabatos en empuja su cuerpo con los brazos. Esto ocu-
zigzag, que precisan sólo un movimien- rre hacia los 8 meses.

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
La psicomotricidad / 35

5. Aproximadamente hacia los 9 meses, y has- largo del 2.º año el niño consigue sostenerse de pie,
ta los 12, sostenerse de pie y caminar, pri- caminar solo, correr y saltar. Entre los 2 y los 6 años
mero apoyándose y después suelto. es capaz de realizar movimientos cada vez más pre-
6. A los 16 meses ya puede corretear, y algo cisos con las piernas (por ejemplo, subir escaleras),
más tarde dar pequeños saltos. incluso durante la carrera, la cual puede ser acele-
rada o frenada según convenga. El niño empezó des-
Evidentemente, no todos los niños se desarrollan arrollando la musculatura de los hombros y ahora,
del mismo modo ni al mismo ritmo. Las diferencias mediante la psicomotricidad fina, ejercitará la mus-
entre unos y otros, en principio, no tienen que ver culatura de los dedos para poder realizar correcta-
con el desarrollo intelectual. No obstante, un niño mente actividades de precisión, como el dibujo (co-
que tienda a explorar cuanto le rodea acumulará más menzando con el trazo de líneas verticales, pintar
experiencias y, por tanto, su despensa perceptiva será con dedos y el dibujo de los círculos que requiere
probablemente más rica. En cualquier caso, el des- el dominio de la rotación de la muñeca hacia los 3
arrollo psicomotor se producirá siempre a caballo en- años), el recortado (3-4 años), el trazado de curvas
tre la maduración biológica y la estimulación social. y rectas (4-5 años), la preescritura (5-6 años), etc.,
que son fundamentales para la iniciación del apren-
dizaje escolar. Sobre el comienzo del aprendizaje de
5.4. Desarrollo físico y progresos la escritura, el hecho de que entre los 5-6 años el
en el autocontrol del niño desarrollo de la motricidad fina permita al niño es-
en Educación Infantil cribir no significa que la comprensión del trazo grá-
fico y su significación estén adquiridas. Esto es, el
Los niños preescolares crecen más lentamente proceso madurativo motor no tiene que ir en para-
que en etapas anteriores, si bien su talla y peso si- lelo al cognitivo. En este sentido, debemos tener pre-
guen aumentando con regularidad. En lo que respec- sente que, como proponen Vayer (1971) y Picq y
ta al cerebro, las neuronas aumentan sus ramifica- Vayer (1969), citados por Mora y Palacios (1993):
ciones a través de las dendritas, consiguiendo así un
mayor número de conexiones con otras neuronas. Como principio general, en caso de duda, pare-
Todo ello favorece el desarrollo del cerebro a un rit- ce más aconsejable esperar que correr, sobre todo
mo bastante acelerado hasta la edad de 4-5 años. teniendo en cuenta que esa espera puede ser apro-
Después el desarrollo seguirá unas pautas algo más vechada muy constructivamente desde el punto de
lentas. Durante estos años finaliza la mielinización. vista educativo para afianzar las bases motoras, cog-
Los axones de las neuronas más largas se cubren de nitivas y motivacionales de la escritura (p. 135).
una sustancia blanca denominada mielina (ya men- Por otro lado, y como manifestación del dominio
cionada anteriormente) que favorece el paso más ace- que él ejerce ya sobre su cuerpo, entre los 2 y 3 años
lerado de los estímulos de un lado a otro de la neu- el niño termina de controlar los esfínteres (las heces
rona. También, en torno a los 5-6 años, la elevada antes que la orina, y el control diurno antes que el
maduración del lóbulo frontal permitirá al niño re- nocturno). De forma progresiva, sin prisas, hay que
gular y planificar su conducta. De ahí que muchas ayudarle a conseguirlo, y, en la medida de lo posi-
conductas, que antes eran involuntarias, pasen ya a ble, rodeándolo de un ambiente lúdico y relajado.
estar regidas por la corteza cerebral y, por tanto, a
ser voluntarias. También se controla más la atención,
volviéndose ésta más consciente. 5.5. Hacia el dominio psicomotor
El progresivo desarrollo de las dos leyes de ma- en el niño de Educación Infantil
duración va permitiendo al niño un mayor control
del cuerpo. Empezó controlando los brazos y ahora Este dominio se va consiguiendo mediante una
va controlando las piernas (ley céfalo-caudal); a lo serie de procesos, que nosotros vamos a conside-

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
36 / Psicomotricidad e intervención educativa

rar separadamente, pero que se producen todos a 5.5.4. El control respiratorio


la vez (el desarrollo de estas conductas constituye
el contenido de los distintos capítulos de este ma- Resulta positivo para el niño aprender a contro-
nual). Son los siguientes: lar, en determinados momentos, su respiración, por-
que eso también se relaciona con la atención y con
las emociones. El control respiratorio implica cono-
5.5.1. La independencia motriz cer cómo se respira y dominar, parcialmente al me-
nos, el ritmo y la profundidad respiratorios.
Supone la capacidad de controlar cada uno de
los segmentos motores. El niño, por tanto, es ca-
paz de realizar un movimiento complejo con una 5.5.5. El equilibrio
mano, permaneciendo quieta la otra. Permite la des-
aparición de: Se ve favorecido, ya desde el primer año, por
el desarrollo del cerebelo. La independencia, coor-
— Sincinesias (movimientos parásitos —inne- dinación y el tono se apoyan también en el domi-
cesarios, involuntarios e incontrolados—) so- nio del equilibrio, el cual se desarrolla, a su vez,
bre todo linguales, labiales, faciales y ma- gracias a ellos.
nuales.
— Paratonías (exagerada tensión muscular en
una zona concreta del organismo, sin un mo- 5.5.6. La estructuración del espacio
tivo que la justifique).
Mediante la acción, el niño desarrolla la ima-
gen de su cuerpo situado en un espacio en el que
5.5.2. La coordinación existen planos distintos (arriba-abajo, delante-de-
trás, izquierda-derecha, etc.). De ahí pasará a re-
Permite realizar movimientos complejos en los presentarse mentalmente estas nociones espaciales.
que intervienen varias partes del cuerpo, gracias a Ello le permitirá mejorar sus aprendizajes, como
la independencia de los patrones motores. Por tan- los de escritura, lectura, cálculo, etc.
to, más que opuesto a la independencia motriz, es
un proceso que se complementa con ella. Estos mo-
vimientos complejos pueden llegar a automatizarse, 5.5.7. La estructuración del tiempo
por ejemplo, en casos como la escritura.
Pasa lo mismo que con los elementos espacia-
les, sólo que las nociones temporales son más di-
5.5.3. El tono fíciles de dominar, debido a que su apoyo percep-
tivo es menor. Por eso, el aprendizaje de los
Posibilita al niño adaptarse a cada situación, conceptos temporales suele ir más atrasado que el
al proporcionar a los músculos la tensión ade- de los espaciales.
cuada. Se relaciona con la atención, ya que ésta Conclusión final: el desarrollo y la diferen-
se resentirá si existe más tensión de la debida, ciación de todos y cada uno de estos componen-
y con la emoción, ya que las emociones fuertes tes, que, a la vez, forman una unidad, es lo que
tienden a ir acompañadas de tensiones muscula- permite al niño adquirir el esquema corporal,
res (y viceversa). De ahí la importancia de la re- siendo el contenido de los capítulos de este ma-
lajación. nual.

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org
La psicomotricidad / 37

5.6. Desarrollo motor del niño — El «desarrollo psicomotor» continúa acelerado.


en Educación Primaria — Las posibilidades de «relajamiento global y
segmentario» van en aumento.
5.6.1. Desarrollo motriz — La «coordinación dinámico-general y óculo-
en el niño de 6-8 años segmentaria» va perfeccionándose, a causa
de que el desarrollo muscular es más lento
Las principales características del niño a estas
y los pequeños músculos tienen un desarro-
edades son las siguientes:
llo mayor.
— El «equilibrio» mejora.
— Crecimiento acelerado de la «talla».
— La «independencia» de los brazos y piernas
— Se considera una etapa de «transición».
con relación al tronco.
— Se desarrollan las posibilidades de un «con-
— Período de «espontaneidad» en los movi-
trol postural y respiratorio».
mientos.
— Se afirma definitivamente la «lateralidad»
— Etapa de gran actividad (11-12 años), y la
(6-7 años).
«velocidad» alcanza su máximo desarrollo.
— Se independizan los «brazos» con relación
— La «resistencia física» va en aumento, al
al tronco.
igual que el poder de recuperación.
— Bajo nivel de resistencia, ya que se «fati-
— Etapa en la que se concluye la elaboración
gan» con mucha frecuencia.
definitiva del «esquema corporal».
— Dificultades en relación con la «coordina-
— La «independencia» de la derecha en rela-
ción motriz fina».
ción con la izquierda.
— Se mantiene la «edad de la gracia» (típica
de los 3 años), de la «espontaneidad» y la
«soltura» en los movimientos.
6. PSICOMOTRICIDAD Y EDUCACIÓN
— Etapa de máxima «flexibilidad», a partir de
la cual empieza un atraso progresivo.
La psicomotricidad en sus inicios tenía como
— Período de gran «habilidad» y «precisión».
objeto el estudio de aquellos trastornos motores que
— Etapa de afianzamiento de las «habilidades
parecían indicar una relación estrecha entre lo so-
motrices básicas».
mático y lo psíquico. Sus técnicas de intervención
— Se deben seguir planteando las actividades
se consideraban de rehabilitación mecánica, en que
escolares de forma «lúdica».
lo corporal se reducía a ser un simple «instrumen-
— La presencia del adulto continúa siendo un
to de intervención». Distintos estudios científicos
factor esencial en el establecimiento de las
permitieron más tarde un análisis más detenido de
distintas formas de reacción respecto a él
las relaciones concretas entre lo psíquico y lo so-
mismo y al mundo exterior.
mático, demostrando experimentalmente la unidad
psicosomática. Esta segunda etapa, basada en estu-
5.6.2. Desarrollo motriz dios sobre casos individuales con trastornos neuro-
en el niño de 8-12 años orgánicos, supuso un avance muy importante, ya
que permitió empezar a hablar de técnicas especí-
Las características más destacables en este pe- ficas psicomotoras, diferenciándolas de otras técni-
ríodo son las siguientes: cas de rehabilitación. Se llegó a comprobar que
determinados casos de hiperactividad, torpeza moto-
— Continúan los cambios corporales de la fase ra, etc., podían no estar relacionados con lesiones
anterior en relación con el «tamaño» y «pro- localizadas; a estos cuadros asociados a una inma-
porciones», pero con un crecimiento muscular durez psicomotora se les empezó a denominar
algo más lento que en la etapa que le precede. «disfunción cerebral mínima».

© Ediciones Pirámide

booksmedicos.org

También podría gustarte