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CONCEPTO Y CARACTERIZACIÓN
Comadira: son aquellas contratos celebrados por la administración publica con una finalidad de
interés publico y en los cuales por tanto pueden existir clausulas exorbitantes del derecho
privado o que coloquen al cocontratante de la administración publica en una situacion de
subordinación respecto de ella.
Los contratos administrativos son contratos, es decir estan identificados con la nocion
esencial de contrato, valida en el derecho privado, aunque puedan presentar caracteres
específicos de modo que participan y contienen elementos básicos en ese instituto. De modo que
se desechan los criterios que admiten que los contratos administrativos no son sino meros
actos administrativos bilaterales o simples actos administrativos, etc.
Los contratos administrativos son verdaderos contratos por que en ellos es posible reconocer:
Pero para que exista un contrato administrativo es preciso que una de las partes por lo menos,
que lo celebra sea la administración publica o sea uno cualquiera de sus órganos, con capacidad
suficiente para ello. Pero el hecho de que la administración publica concurra a celebrar un
contrato no es, como sabemos, razon suficiente para concluir que este deba ser administrativo,
es común que en tales condiciones el contrato pueda ser uno típico del derecho privado y regido
por sus normas.
Por esta definición en los contratos administrativos es dable reconocer una situacion de
derecho publico y es posible advertir normalmente la existencia de clausulas exorbitantes del
derecho privado (y por lo tanto propias de derecho publico) o que coloquen al cocontratante de
la administración en una situacion de subordinación respecto de esta.
(DROMI)
CARACTERIZACIÓN
Clausulas exorbitantes. Son clausulas derogativas del Derecho común, inadmisibles en los
contratos privados, porque rompen el principio esencial de la igualdad de los contratantes y de
la libertad contractual que prima en la contratación civil. En virtud de estas cláusulas, la
Administración puede ejercer un control de alcance excepcional, modificar unilateralmente las
condiciones del contrato, dar directivas a la otra parte, declarar extinguido el contrato por
sí y ante sí, imponer sanciones contractuales, etc.
Pueden ser:
Las prohibiciones de ceder o subcontratar existen por si, sin que para ello sea necesario
incluirlas expresamente en el contrato, porque pertenecen a la esencia de él y su derogación
solo procede por texto expreso, pactado en sentido contrario.
No todo convenio celebrado por el contratista con un tercero, respecto del cumplimiento del
contrato principal, implica un subcontrato, ni menos aún una cesión. Así, no son subcontratos
los acuerdos que el contratista realice con terceros para proveerse de fondos que faciliten la
ejecución del contrato, o con las personas que trabajan a destajo, o con sus proveedores.
A su vez, los terceros pueden invocar el contrato administrativo, por ejemplo, en la concesión
de servicio público, por el cual pueden exigir que el concesionario preste el servicio
correspondiente en la forma pactada. Lo convenido entre la Administración publica y el
contratista es la ley, a la cual habrán de sujetarse los usuarios del servicio, o de la obra, o
los contribuyentes beneficiarios de ella, según los casos. El precio del servicio público
concedido se fija también en el contrato, y los usuarios del servicio están obligados no solo a
ajustarse a él, sino también a soportar las variaciones que la Administración publica autorice
a introducir en el posteriormente.
ELEMENTOS
(DROMI) ELEMENTOS
Sujetos.
La administración: pueden ser sujetos de los contratos de la administración todas las personas
públicas, es decir: estado nacional, provincias y municipios, entidades autárquicas, empresas
del estado, corporaciones públicas, consorcios públicos, juntas vecinales públicas, y también
las personas privadas, que en el caso ejerzan función administrativa por delegación estatal.
(órgano estatal o no estatal en ejercicio de la función administrativa).
Los contratistas: pueden ser contratistas de la Administración Publica las personas privadas
físicas o jurídicas, nacionales o extranjeras, domiciliadas dentro o fuera del territorio de la
Republica, las personas públicas estatales y las personas públicas no estatales. En el contrato
de empleo público será siempre una persona física, en el contrato de concesión de servicios
públicos, obra pública, suministro, etc., generalmente se tratará de una persona jurídica,
aunque nada obsta para que sea una persona física.
El contratista persigue siempre un propósito distinto al del Estado, pues tiene por meta la
colocación productiva de su capacidad, de sus productos o de su actividad. Si el contrato
se celebra entre dos entes públicos sin esa desigualdad de propósitos, no habrá dos
voluntades opuestas y concurrentes, ni contrato, sino un acto complejo, una unión.
La PTN ha indicado que por efecto del principio de unidad de acción que guía al estado, las
relaciones que se entablan entre los organismos y entidades que integran la Administración
son de coordinación y colaboración, razón por la cual en ellas se encuentran, en principio
ausentes los poderes jurídicos exorbitantes, propios en cambio de aquellas relaciones que
se establecen entre el Estado y los Particulares.
Puede acontecer que un ente público pacte con otro la prestación de un servicio público,
con un fin económico diverso e interés patrimonial distinto existiendo, en suma, un
contrato administrativo (por ejemplo, si una municipalidad concede el servicio de
suministro de gas, energía electica, etc., a otro ente público estatal). Al respecto la PTN
ha sostenido que “la relación jurídica trabada entre los dos organismos estatales, por su
carácter interadministrativo, tenía como finalidad la concreción de un fin publico
determinado y no el afán de lucro de una de las partes. Los contratos interadministrativos;
se caracterizan por ser un modo de vinculación jurídica especifica entre organismos del
propio Estado, cuya relación jurídica, más allá de la forma jurídica de que tales
dependencias adopten, se encuentra regulada especialmente por el instrumento especifico
suscripto por ellas.
Competencia y capacidad. Los conceptos de competencia y capacidad integran el elemento sujeto.
Ambos atañen a la validez del contrato, porque los sujetos contratantes deben tener aptitud
legal para celebrar y ejecutar el contrato. Por lo tanto, como presupuestos del consentimiento,
se exige la capacidad jurídica del contratista de la Administración y la competencia del órgano
estatal o del ente que ejerce la función administrativa.
La competencia del órgano estatal en ejercicio de la función administrativa está regida por
el Derecho Público (ley 22.520, Decreto 438/92 y modificatorias, de ministerios 24.156 de
administración financiera y de los sistemas de control del sector publico LAFSC y LNPA).
En cuanto a las entidades autárquicas y empresas del estado, sus respectivas normas
estatutarias establecen la competencia contractual.
En las condiciones de competencia del órgano estatal debe incluirse la “capacidad subjetiva
del órgano, individuo físico” y la capacidad del obrar en el sentido del CCyC. Así, por
ejemplo, carece de valor jurídico el acto realizado por un funcionario mentalmente
enajenado.
Capacidad jurídica del contratista: podrán ser contratistas las personas naturales o jurídicas
que se hallen en plena posesión de su capacidad jurídica y de obrar. Las restricciones sobre la
capacidad jurídica pueden ser: penales (procesados y condenados); económicas (quebrados,
concursados, interdictos); administrativas (culpables de la recisión de contratos
administrativos); éticas (funcionarios públicos).
Art. 27. PERSONAS HABILITADAS PARA CONTRATAR. Podrán contratar con la Administración Nacional
las personas físicas o jurídicas con capacidad para obligarse que no se encuentren comprendidas
en las previsiones del artículo 28 y que se encuentren incorporadas a la base de datos que
diseñará, implementará y administrará el órgano Rector, en oportunidad del comienzo del período
de evaluación de las ofertas, en las condiciones que fije la reglamentación.
2. Los agentes y funcionarios del Sector Público Nacional y las empresas en las cuales
aquéllos tuvieren una participación suficiente para formar la voluntad social, de
conformidad con lo establecido en la Ley de Etica Pública, N° 25.188.
3. Los condenados por delitos dolosos, por un lapso igual al doble de la condena.
4. Las personas que se encontraren procesadas por delitos contra la propiedad, o contra la
Administración Pública Nacional, o contra la fe pública o por delitos comprendidos en la
Convención Interamericana contra la Corrupción.
5. Las personas físicas o jurídicas que no hubieran cumplido con sus obligaciones tributarias
y previsionales, de acuerdo con lo que establezca la reglamentación.
6. Las personas físicas o jurídicas que no hubieren cumplido en tiempo oportuno con las
exigencias establecidas por el último párrafo del artículo 8° de la Ley N° 24.156.
7. Los empleadores incluidos en el Registro Público de Empleadores con Sanciones Laborales
(REPSAL) durante el tiempo que permanezcan en dicho registro.
2. La facultad de aumentar o disminuir hasta un VEINTE POR CIENTO (20%) el monto total del
contrato, en las condiciones y precios pactados y con la adecuación de los plazos
respectivos.
7. La facultad de inspeccionar las oficinas y los libros que estén obligados a llevar los
cocontratantes.
Las decisiones del órgano colegiado deben tomarse en sesión ordinaria o extraordinaria
convocada en la forma, con el quorum y la mayoría que determine la ley, transcribiendo el
acuerdo en el libro de actas. La adopción, formación, integración y declaración de voluntad
deben sujetarse a las formalidades reglamentarias, respectando los principios de sesión, quorum
y deliberación.
Los vicios en la competencia y voluntad administrativas se rigen por las normas propias
del acto Administrativo,
Para que haya contrato se requieren dos voluntades válidas y opuestas que concurran a su
formación. Una de ellas es la de la Administración y la otra la del contratista. Es decir que
se exige para la validez del contrato, por un lado, la competencia del órgano que ejerce la
función administrativa y por otro, la capacidad del contratista.
Competencia y capacidad atañen a los sujetos contratantes y son presupuestos de validez del
contrato. El consentimiento como expresión de la voluntad valida común, importa la
manifestación de voluntad coincidente de cada uno de los contratantes (común o negocial).
El silencio administrativo solo vale como conducta positiva o asentimiento por parte de la
Administración, consentimiento tácito, cuando el orden jurídico expresamente lo prevé.
1. En el primer caso la ley simplemente levanta el obstáculo jurídico que impide actuar a
la administración, habilitándola para celebrar el contrato.
2. En el segundo caso, otorga los recursos para hacer frente a las obligaciones derivadas
del contrato (crédito presupuestario o autorización de gastar con determinado objeto,
hasta la concurrencia de cierta suma, durante determinado tiempo).
Objeto
El objeto de los contratos es la obligación por la que se constituye, que tiene por contenido
una prestación de dar, de hacer o no hacer, querida por las partes. Es decir, es la
consecuencia que se persigue al celebrarlo como factor determinante de la voluntad de las
partes.
1. Los contratos de la Administración pueden tener por objeto una obra o servicio público, y
cualquier otra prestación que tenga por finalidad el fomento de los intereses y la
satisfacción de las necesidades generales.
2. Las cosas que no están en el comercio no pueden ser objeto de los contratos privados, pero
sí de la Administración como ocurre con bienes del dominio público, por ejemplo, la una
concesión de uso especial de la dominialidad publica.
3. Durante su ejecución puede variar unilateralmente, dentro de ciertos límites y en razón del
interés público el objeto.
4. Su contenido debe ajustarse estrictamente a las normas del derecho objetivo, debiendo el
objeto ser cierto, posible, determinable o determinado y licito. El contrato que contenga
un objeto ilícito es nulo, por ejemplo, la constitución de un usufructo sobre bienes de
dominio público sin ley que autorice a hacerla, el llamado a licitación para construir una
plaza de toros estando prohibidas las corridas. El contrato ilícito por razón del objeto
comprende tres especies diferentes:
Forma. Marienhoff explicó que, en el ámbito de los contratos administrativos debe distinguirse
entre la forma y la formalidad, siendo esta última el procedimiento que debe seguirse para
arribar a una contratación válida
Las formalidades son los recaudos que han de observarse para la celebración del contrato. Es
importante destacar que el decreto 1023/2001— en su artículo 11 estableció que deberían
dictarse cumpliendo las formalidades de los actos administrativos los siguientes actos del
trámite contractual:
La forma escrita puede consistir en una escritura pública o en un instrumento público, por
la actuación del funcionario administrativo competente.
La inobservancia respecto de las formas prescriptas por las leyes y reglamentos para
instrumentalizar los contratos administrativos vicia de invalidez a estos.
El RCAN establece que las contrataciones se regirán por su régimen, su reglamentación, las
normas que se dicten en su consecuencia, por los Pliegos de bases y condiciones y por el
contrato o la orden de compre, según corresponda.
Los contratos administrativos como regla generalísima, requieren la forma escrita. Algunas
veces, cuando así lo prevén las normas civiles —por ejemplo, las relativas a la
transferencia de inmuebles— exigen que se realicen por escritura pública. No obstante, debe
pensarse que los instrumentos privados que atestiguan la firma de un contrato
administrativo son firmados por un oficial público y se agregan a un expediente
administrativo, transformándose así en documentos públicos.
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Los elementos esenciales son aquellos indispensables para la existencia de los contratos y en
ausencia de los cuales el contrato no existe o es otro tipo distinto de acuerdo. Los elementos
naturales en cambio son aquellos que ordinariamente existen en todo contrato y forman parte de
el de pleno derecho, pero que los contratante pueden lícitamente excluir por una clausula
expresa, sin afectar la existencia del contrato.
Los elementos accidentales son aquellos que normalmente no corresponden a un contrato pero que
las partes pueden válidamente incluir en el.
Con referencia a los contratos administrativos consideramos elementos esenciales aquellos que
son indispensables para la plena existencia del contrato, aquellos que concurren a integrar y
determinar su especifica y propia naturaleza. Bastara la ausencia de uno solo de esos elementos
para que el contrato administrativo no exista.
Dentro de los elementos esenciales del contrato administrativo es posible efectuar una
diferenciación que distingue por un lado, los elementos esenciales propiamente dichos, que son
aquellos sin los cuales el contrato no puede existir y por el otro, los elementos esenciales
presupuestos, que son aquellos que estan implícitos o son necesarios para la configuración de
los elementos esenciales básicos o contribuyen al perfeccionamiento del propio contrato.
Para que se produzca el consentimiento es preciso, a su vez que existan las voluntades formadas
y expresadas de los sujetos actuantes, es decir de la administración publica y de los sujetos
particulares que con ella formalizan el contrato. La voluntad administrativa no es sino la
intención razonada y expresa de la administración de concurrir a producir un acto determinado,
voluntad que es exteriorizada por una declaración o manifestación concreta del órgano
correspondiente, adoptando las formas previstas para el caso.
Todo proceso de formación de voluntad administrativa esta jurídicamente regulado por normas de
distinto nivel, ordenamiento en el que no solo se determinan los órganos administrativos que
necesariamente deben intervenir, sino incluso los limites y la extensión de tal participación y
el valor decisorio o el asesoramiento de cada una de esas intervenciones.
Entre los vicios que pueden afectar la voluntad administrativa y a semejanza de lo que ocurre
en el derecho privado, se mencionan el error, dolo y la violencia.
- Con respecto al error hay acuerdo en que afecta la voluntad administrativa cuando se
refiere al objeto inmediato sobre el cual versa.
- En cuanto a la violencia como vicio de la voluntad administrativa se acepta que esta, la
fuerza o la intimidación, ejercidas contra el funcionario administrativo o contra
quienes integran el órgano administrativo que debe adoptar la decisión, vicia la
voluntad administrativa pues en tales condiciones el funcionario o el órgano
coaccionados no generan la voluntad administrativa eficaz. Sin embargo si la voluntad
expresada en tales condiciones coincide con el interés publico comprometido en el caso,
se la debe considerar valida y eficaz, pues no habría razon alguna que justificara su
desconocimiento.
- Con relacion al dolo, son aplicables en principio, los conceptos generales admitidos
en el derecho civil, pero teniendo en cuenta que el dolo raramente puede presentarse en
el derecho publico, por la propia estructura de la administracion, aunque invalidaría la
voluntad administrativa si fuera esencial, en relacioon con la declaración
administrativa.
Lo dicho no implica desconocer que si uno de los sujetos del contrato administrativo
debe ser siempre un organo administrativo actuando como tal, puede ocurrir que el otro
cocontratante sea tambien, otro organo administrativo, configurandose de ese modo el
caso de los llamados contratos interadministrativos, que no son sino aquellos en los
que todos los sujetos son organos administrativos que presentan ciertas
particularidades. Lo mas corriente es que esos contratos interadministrativos se
celebren entre organos de distintas administraciones, como ocurreen los concertados
entre diferentes municipios, o en los que el cocontratante es un ente autarquico, para
el logro de un objeto de interes publico.
- La competencia y la capacidad
Para que el contrato administrativo adquiera plena validez, para que exista en toda su
plenitud, es menester que los sujetos que lo celebran, el organo administrativo o en
general, la administracion por una parte, y el sujeto particular por la otra, hayan
actuado dentro de su aptitud legal para obligarse, aptitud que para la administracion
se denomina COMPETENCIA, mientras que para el sujeto particular constituye su
CAPACIDAD.
la causa:
Doctrinalmente se ha dicho que con la finalidad se expresa “porque se desea obtener determinado
objeto”(marienhoff) y esa idea puede ser trasladada en la esfera de los contratos
administrativos, expresando que con ella se aclara “porque se busca alcanzar aquello en que el
contrato consiste y que debe estar conforme con los fines de cada actividad o servicio, los que
a su vez estan directa o indirectamente señalados por el ordenamiento juridico”
Forma: a diferencia de lo ocurre en el derecho privado, en el que, por lo común, los actos
jurídicos no estan sujetos a formar predeterminadas impuestas por la ley, en el derecho
administrativo la observancia de la forma es la regla, lo cual resulta, de la especial
naturaleza del sujeto de que emana la actividad administrativa, es decir, de la
administración publica. Las formas, además, cumplen tambien en el derecho administrativo,
una innegable función de garantia, tanto en favor de los administrados, como en
salvaguarda del interés publico (marienhoff)
Se ha hecho un distingo entre la forma, propiamente dicha y las formalidades. Mientras que la
primera es el modo como se documenta la voluntad administrativa, conforme a las prescripciones
legales y reglamentarias, las segundas, en cambio son los requisitos que deben cumplirse para
expresar la voluntad administrativa en el acto de que se trate, pudiendo ser anteriores,
concomitantes o aun posteriores a ese acto (sayagues laso)
LNPA art 8° se refiere a la forma del acto administrativo: “se manifestara expresamente y por
escrito pudiéndose adoptar una forma distinta por excepción- en concreto, la verbal, cuando las
circunstancias lo permitieran”. Este criterio legal debe ser aplicado, directamente y por
extensión a los contratos administrativos, para la mejor actuación de la administración
publica. En consecuencia, los contratos administrativos estan sujetos al requisito de la forma
escrita, sin perjuicio de las demás prescriptas, y solo por excepción y cuando las
circunstancias lo permitan y justifiquen, se podrá recurrir a su celebración en forma verbal.
(DROMI)
Procedimiento por medio electrónico o digital. El RCAN sienta las bases para las contrataciones
públicas electrónicas, que brinda calidad, agilidad y confiabilidad en el quehacer de la
gestión pública.
Deberá considerarse que los actos realizados en formato digital firmados digitalmente cumplen
con los requisitos del artículo 8° de la Ley N° 19.549, su modificatoria y normas
reglamentarias, en los términos establecidos en las disposiciones referentes al empleo de la
firma digital en el Sector Público Nacional, las que se aplicarán, en el caso de las
contrataciones incluidas en los artículos 4° y 5° de este régimen, aun a aquellos actos que
produzcan efectos individuales en forma directa.
Los documentos digitales firmados digitalmente tendrán el mismo valor legal que los documentos
en soporte papel con firma manuscrita, y serán considerados como medio de prueba de la
información contenida en ellos.
Por lo tanto, la selección del contratista por cualquier procedimiento, no se agota en un acto
administrativo único, sino que es el resultado de varios actos, hechos, reglamentos y
actuaciones interadministrativas, que reciben concurrencia y colaboración de los particulares
por actos y hechos jurídicos privados, si el oferente es una persona privada.
Estas negociaciones preliminares no son ya indiferentes para el derecho: crean una "vinculación
jurídica especial" que origina derechos y deberes anteriores al contrato, precontractualmente,
y no confundibles con los derechos y deberes derivados del contrato.
Es sin duda arbitrario, y más aún para una concepción del contrato en función social, reconocer
que una de las partes tenga un derecho ilimitado a retirar su oferta, o que el Estado licitante
revoque, por razones de oportunidad, un llamado a licitación después de que el oferente irrogó
a su costa todos los gastos que genera presentar una oferta, o deje sin efecto un concurso de
anteproyectos cuando los terceros concursantes han concluido el trabajo, etcétera. Por ello
creemos que no puede negarse fuerza vinculante a la actividad precontractual.
Quien comparece a una licitación lo hace con la intención de obtener alguna ganancia. Siendo
así, es también evidente que en la hipótesis de una ilegal pretermisión queda configurado un
perjuicio, aunque fuera a título de chance, que merece reparación. Y así, para determinar su
magnitud corresponde, fundamentalmente, apreciar el monto global de la adjudicación.
La voluntad del cocontratante se forma y exterioriza de la misma manera y modo que en los
contratos de derecho privado. La voluntad administrativa en cambio esta sujeta a procedimientos
predeterminados, regulados por el derecho administrativo y que deben ser cumplidos siguiendo
lo previsto en las normas aplicables para evitar la presencia de vicios que podrían afectar
dicha voluntad administrativa y por consiguiente al mismo contrato. Nunca se debe confundir lo
que es la formación de voluntad administrativa, voluntad de contratar y de hacerlo de
determinada manera, con la formación del contrato administrativo, procedimiento por el cual se
llega a la determinación del cocontratante particular y al entrelazamiento de voluntades que
dara lugar al contrato
Conviene repetir que si bien el derecho administrativo no regula normalmente estos aspectos
puede ocurrir que en ciertas ocasiones introduzca algunas exigencias en cuanto a la expresión
de la voluntad de los cocontratantes o algunas otras modificaciones a ese régimen común.
Cuando asi ocurra tales normas deben ser aplicadas con preminencia a las vigentes en el derecho
privado.
en el régimen de los contratos de derecho privado, se suele destacar que el contrato supone por
una parte, una coincidencia de voluntades en el orden interno de los contratantes y al mismo
tiempo, que ambas voluntades o todas las que concurran al contrato se hayan exteriorizado.
Ese proceso que es propio de todos los actos jurídicos, bilaterales, implica en el derecho
privado toda una seria de etapas, durante las cuales las partes interesadas van determinando el
contenido del contrato y todas sus clausulas mediante una serie de ofertas y contraofertas,
discusiones y deliberaciones que hacen que los contratantes se vayan poniendo de acuerdo sobre
el contrato que proyectan, al punto de que cuando lo han logrado en su integridad, el contrato
nace con la adhesión individual de los contratantes al acto asi preparado. Si bien esta es la
forma típica como se forma la voluntad contractual en los contratos de derecho común, la
doctrina mas moderna ha aceptado que tambien puede adoptarse un procedimiento distinto
consistente en que una de las partes determine todas las cláusulas del contrato, mediante una
formula preestablecida, mientras que la otra solo puede aceptar o rechazar esa formula, sin
ninguna deliberación previa ni discusión entre los interesados, son los llamados contratos de
adhesión.
¿En que se funda ese predominio del sistema de los contratos de adhesión?
Las modalidades propias del derecho administrativo que rige los contratos administrativos, la
posición de subordinación que por lo común tiene en ellos el cocontratante particular frente a
la administración y la finalidad de interés publico que en todos los casos persigue la
administración con la relacion contractual que se establece, son las causas que hacen que en
esta contratación lo corriente es que los contratos se configuren por la via de la simple
adhesión del cocontrantante particular al esquema, las condiciones y las clausulas
preestablecidas por la administración, adquiriendo la estructuración del contrato automatismo
que se reconoce en los contratos de adhesión.
SISTEMAS DE SELECCIÓN DEL CONTRATISTA ESTATAL: LIBRE ELECCIÓN Y ELECCIÓN RESTRINGIDA O REGULADA
La doctrina nacional se inclino por sostener que el principio general en materia de selección
de contratistas estatales debe ser el de la libre eleccion¸ conforme al cual, en ausencia de
una norma expresa, en contrario, la administración puede elegir directa o discrecionalmente al
cocontratante, sin mas limitaciones que las que resulten válidamente oponibles a la actividad
discrecional. Marienhoff ha sostenido que la licitación publica constituye una excepción al
principio general de la libre elección del contratista; a aquel procedimiento, solo se debe
recurrir cuando una norma lo exige. El autor citado en el marco constitucional previo a la
reforma de 1994, preciso los fundamentos que en su opinión daban sustento a esa conclusion,
explicando que si el art 86 inc 1° CN atribuia al presidente de la nación la administración
general del país y la contratación administrativa en un caso de administración respecto de la
cual la dispocision citada carece de limitación especifica alguna referia al procedimiento de
selección, no cabia sino concluir que para elegir a los contratantes tenia aquel amplia
libertad.
Hoy hallaría fundamento en los arts 99 inc 1° y 100 CN, los distintos sistemas de restricción
a esa libertad seran en consecuencia, exigibles solo excepcionalmente, lo cual ocurrirá cuando
una norma asi lo imponga requiriendo por ej; la licitación publica que constituirá un
requisito de cumplimiento inexcusable para el caso regulado.
Opinion de comadira
Señala que si los valores que deben informar el desarrollo de toda actividad estatal
precontractual son, en lo sustancial, la moralidad del accionar de los agentes
administrativos, la eficacia en la gestion del interés publico y la igualdad en la distribución
de los fondos públicos, dicho plexo valorativo debe ser respetado cualquiera sea el medio
escogido para elegir el contratista. por eso mismo agrega que cuando la administración
contrata siempre selecciona, en el sentido de que, al elegir el contratista, debe preservar la
moralidad de su accionar, la eficacia de la gestion, el trato igualitario a los oferentes y
potenciales proponentes. Desde este punto de vista, entonces, no cabe oponer libre elección a
selección o seleccionabilidad, sino antes bien, afirmar, la seleccionabilidad como un principio
general inherente a la contratación estatal, dentro del cual son distinguibles como especies,
la libre elección discrecional por un lado y los sistemas reglados de restricción a la
discrecionalidad funcionarial, por el otro.
Un fundamento de razon y justicia indica que la administración no debe actuar sin asegurar
previamente el procedimiento que ampare, al mismo tiempo, el interés publico gestionado por el
ente oficial, y el privado del particular que esta en condiciones objetivas de acceder a la
contratación publica. Sentada esta premisa, no parece dudoso que por el lado de la
administración la obtención de metas consagradas en el preámbulo constitucional esta mejor
garantizada al menos formalmente, con el empleo de procedimientos licitatorios públicos u
otros equivalentes en la restricción de la libertad funcionarial, en tanto obligan al agente
estatal a cumplir requisitos precisos de actuación que en el proceder discrecional se libran a
la razonabilidad del funcionario. Mas tambien desde la óptica de las garantías debidas a los
particulares, la utilización de procedimientos reglados y públicos de contratación resulta la
opción apropiada en el ejercicio de la función administrativa.
¿se puede considerar que atiende debidamente estos principios la libre elección por parte de la
administración?
Se puede apreciar que es tratado en forma desigual y por ende discriminado aquel a quien
estando objetivamente en condiciones de aspirar a la contratación con el estado no se le
permite competir con quienes, como el, pueden hacerlo al acceder en virtud de procedimientos de
selección no públicos.
El hecho de que la selección reglada y publica deba constituir el principio general en materia
de contrataciones del estado, no significa que el deba ser absoluto, porque se pueden dar
situaciones en las que por sus características, no resulte posible o conveniente su
implementación, en tales supuestos se podrá acudir a otros criterios de selección reglados o
directamente discrecionales.
(DROMI)
PROCEDIMIENTOS DE SELECCIÓN:
a.
a) LICITACION
Debe tenerse en cuente que, si bien la invitación se dirige a los proveedores inscriptos en la
base de datos del SIPRO (sistema de información de proveedores), se podrá extender la
convocatoria a otros interesados que no se hallen inscriptos en el sistema, la Administración
debe considerar y evaluar las ofertas presentadas por quienes no fueron invitados a participar
(art 25, inc. A RCAN y art 17 RRCAN) y la inscripción previa no constituye un requisito
exigible para presentar ofertas (art. 27 RCAN).
b. CONCURSO
• Es un medio de selección de la persona más idónea para ejecutar una prestación publica,
de ahí que se tengan en cuenta preferentemente las condiciones personales del candidato, para
proveer un cargo de profesor universitario, para realizar la maqueta de un monumento, proyecto,
esbozo o bosquejo de obre, etc. y su aplicación primordial sea en los contratos intuitu
personae, en los que las cualidades técnico-subjetivas sirven de mérito para la selección.
• El llamado a concurso público, tal como ocurre con el llamado a licitación, no es una
oferta de contrato por parte del Estado, sino un “pedido de ofertas”.
• De acuerdo con nuestra normativa, el procedimiento del concurso para la selección del
contratista es viable en los contratos de obra pública, de suministro, de concesión de servicio
público y de empleo público. La ley de obras públicas habilita el procedimiento concursal para
elaborar los proyectos previos de obras públicas, cuya ejecución ulteriormente se confía a un
tercero, quien será seleccionado por el procedimiento que corresponda.
• A fin de acreditar la idoneidad, exigida por el art 16, CN- para la admisión en los
empleos públicos, el concurso es el más apto de los procedimientos de contratación. Por él se
examina comparativamente la cultura, la capacidad intelectual, los méritos y los antecedentes
de los aspirantes.
c. CONTRATACION DIRECTA
Las notas de significación jurídica que caracterizan y dan especificidad a este procedimiento
de contratación son:
d. REMATE PUBLICO
e. INICIATIVA PRIVADA
De conformidad con esta modalidad, las personas físicas o jurídicas pueden presentar propuestas
al Estado para realizar los objetos contractuales. Las propuestas deben ser novedosas u
originales o que implique una innovación tecnológica o científica, que sea declarada de interés
público por el Estado Nacional a través de la jurisdicción o entidad con competencia en razón
de la materia.
Esta autoridad, en un plazo de 30 días, prorrogable por otros 30, por la complejidad del
proyecto, deberá declarar de interés público la iniciativa o desestimar la propuesta,
considerando el informe anterior. Si se desestima el proyecto, su autor no tendrá derecho a
percibir ningún tipo de compensación por gastos, honorarios u otros conceptos. Dentro del plazo
de 60 días de efectuada la declaración de interés público, la jurisdicción o entidad que la
hubiese declarado deberá convocar a licitación o concurso público, confeccionando el pliego de
bases y condiciones particulares, conforme los criterios técnicos, económicos y jurídicos del
proyecto de Iniciativa Privada.
Si la diferencia entre la oferta mejor calificada y la del iniciador fuese de hasta una 20%,
ambos serán invitados a mejorar sus ofertas, en el día, hora y lugar que se les comunique, de
lo que labrara el acta correspondiente. Si recibidas las mejoras ambas fueran de conveniencia
equivalente, será preferida la del autor de la iniciativa. Si no es seleccionado el autor de la
Iniciativa Privada, tendrá derecho a percibir del adjudicatario, en calidad de honorarios y
gastos reembolsables, un porcentaje del 1% del monto de la oferta que resultare adjudicada. El
estado nacional no estará obligado a reembolsar gastos ni honorarios al autor del proyecto por
su calidad de tal.
En todos los procedimientos de selección que se inicien por una iniciativa privada, el autor de
la misma conservara los derechos por dos años, desde la declaración de interés público de la
iniciativa.
f. Además de deberá incluir una garantía de mantenimiento en la forma prevista por la ley
17.804, seguro de caución o fianza bancaria, preestablecido su valor con rangos, de conformidad
con una escala establecida que relaciona el monto de la garantía con la inversión prevista.
Esta garantía será ejecutable en caso de no presentación de la oferta.
Una vez calificada la iniciativa como de interés público, la Administración puede optar por el
llamado a licitación pública o a concurso de proyectos integrales. En este caso el iniciador
deberá presentar los “términos de referencia”
a. de los estudios
La normativa establece una preferencia que juega a favor del autor de la iniciativa que se tomó
como base para el procedimiento de selección.
• En todos los casos en que las ofertas presentadas fueran de equivalente conveniencia,
será preferida la de quien hubiera presentado la iniciativa.
• Se entiende que existe equivalencia de ofertas cuando la diferencia entre la oferta del
autor de la iniciativa y la oferta mejor calificada no supera el 5% de esta última. Si la
diferencia entre la oferta mejor calificada y la del iniciador fuese superior a la indicada
precedentemente, hasta en un 20%, el oferente mejor calificado y el autor de la iniciativa
serán invitados a mejorar sus ofertas, en forma simultánea y en sobre cerrado.
Los derechos del autor de la iniciativa tendrán una vigencia de dos años, a partir de su
presentación, aun cuando no sea declarada de interés público. Si la iniciativa fuese declarada
de interés público y luego el concurso de proyectos integrales fuese declarado desierto, no se
presentaren ofertas admisibles, o el llamado fuera dejado sin efecto por cualquier causa, el
autor de la iniciativa conservara los derechos previstos por el plazo de dos años a partir del
primer llamado, siempre y cuando el nuevo llamado se realice utilizando los mismos estudios y
el mismo proyecto.
Este procedimiento motiva a los particulares en la realización de los proyectos en los que
tengan interés, movilizando la inversión con finalidad productiva en base a su decisión.
g. CONTRATACION LLAVE EN MANO
Llave en mano: cuando se estime conveniente para los fines públicos concentrar en un único
proveedor la responsabilidad de la realización integral de un proyecto.
Esta modalidad se efectuará cuando se estime conveniente para los fines públicos concretar en
un único proveedor la responsabilidad de la realización integral de un proyecto.
Los pliegos de condiciones particulares podrán prever que los oferentes se hagan cargo de la
provisión de repuestos, ofrezcan garantías de calidad y vigencia apropiadas, detallen los
trabajos de mantenimiento a realizar y todo otro requisito conducente al buen resultado de la
contratación.
h. COMPRA INFORMATIZADA.
CRITERIO DE SELECCIÓN
Se ha señalado que los contratos administrativos estan caracterizados por un régimen juridico
exorbitante
(Dromi) son clausulas derogatorias del derecho común, inadmisibles en los contratos privados,
porque rompen el principio esencial de la igualdad de los contratantes y de la libertad
contractual que prima en la contratación civil. En otros términos son clausulas inusuales en
el derecho privado o que incluidas en un contrato de derecho común resultarían ilícitas, por
exceder el ámbito de la libertad contractual y contrariar el orden publico. Estas
estipulaciones tiene por objeto crear en las partes derechos y obligaciones extraños por su
naturaleza a los cados de las leyes civiles o comerciales.
Las clausulas exorbitantes pueden ser virtuales o implícitas y expresas o concretas (ejemplo de
las primeras son las que autorizan a la administración a rescindir o modificar unilateralmente
el contrato, a dirigir y controlar su ejecución. Son clausulas expresas las incluidas
concretamente en el texto de un contrato. Los limites de estas clausulas estan señalados por
la juridicidad de la actividad administrativa, tanto en su aspecto reglado como discrecional.
Algunas de las previsiones de ese régimen juridico exorbitante estan explícitamente indicadas
en el art 12 del dec 1023/2001
Especialmente tendrá:
b) La facultad de aumentar o disminuir hasta un VEINTE POR CIENTO (20%) el monto total del
contrato, en las condiciones y precios pactados y con la adecuación de los plazos respectivos.
Se podrá hacer uso de esta opción por única vez y por un plazo igual o menor al del contrato
inicial.
Cuando éste fuere plurianual, no podrá prorrogarse más allá de UN (1) año adicional, en las
condiciones que se determinen en las normas complementarias.
Art. 13. — FACULTADES Y OBLIGACIONES DE LOS COCONTRATANTES. Sin perjuicio de las facultades y
obligaciones previstas en la legislación específica, en sus reglamentos, en los pliegos de
bases y condiciones, o en la restante documentación contractual, el cocontratante tendrá:
Para ello se deberá verificar que el cesionario cumpla con todos los requisitos de la
convocatoria al momento de la cesión.
c) La obligación de cumplir las prestaciones por sí en todas las circunstancias, salvo caso
fortuito o fuerza mayor, ambos de carácter natural, o actos o incumplimientos de autoridades
públicas nacionales o de la contraparte pública, de tal gravedad que tornen imposible la
ejecución del contrato.
El cocontratante debe asumir no solo las obligaciones que estén formalmente expresadas en el
contrato, sino tambien todas aquellas que puedan ser una consecuencia comprendida en el, el
cuando deberá ser interpretado con arreglo al principio de buena fe, debiendo el cocontratante
actuar con la debida diligencia propia de quien es un colaborador de la administración publica
en la realización de un fin de interés publico.
Las causas que eximen la responsabilidad del cocontratante, SON LA FUERZA MAYOR Y EL HECHO DE
LA ADMINISTRACIÓN. La fuerza mayor se define como un acontecimiento independiente de la
voluntad de los cocontratantes, imprevisible, inevitable que impide la ejecución de las
obligaciones contractuales o el cumplimiento del contrato. Para que se considere configurada
debe reunir cuatro elementos básicos: exterioridad, o sea, debe ser exterior a los
cocontratantes, independiente de su voluntad; imprevisibilidad; irresistibilidad; en el sentido
de llegar a configurar una total imposibilidad de cumplimiento y actualidad, no aceptándose
que pueda constituirla un evento posible o un riesgo, por grave que sea.
La fuerza mayor produce dos efectos distintos: cuando aparece como una situacion transitoria,
temporaria, da lugar a la suspensión o paralización de la ejecución del contrato, tambien en
forma transitoria. Si el obstáculo en cambio, es permanente, la situacion seria irreversible y
la fuerza mayor originaría la rescisión del contrato o en su caso, de la prestacion
inejecutable, sin responsabilidad para el cocontratante por el incumplimiento.
El precio en este tipo de contratación, puede adquirir distintas formas recibir diferentes
denominicaciones. Es posible distinguir en el precio dos modalidades, según sea la persona
obligada a su pago.
A veces es la misma administración publica la que esta obligada y debe pagarlo, como ocurre
por ej: en el contrato de obra publica o de suministro; en otros, en cambio, el precio va
siendo pagado por otras personas que no han sido parte en la relacion de un servicio o de una
prestacion que ha sido objeto del contrato admnistrativo, como sucede, en el contrato de
concesión de servicios públicos.
Uno de los principios que rigen la existencia del precio en la contratación administrativa es
el de su intangibilidad, lo que significa que no puede ser variado o alterado, sino no es por
medio de un nuevo acuerdo de las partes que lo concertaron, sin que tenga cabida, el principio
de mutabilidad existente en favor de la admnistracion. Pero si el precio es intangible no
implica que sea inmutable, puesto que es natural que pueda sufrir variaciones, cuando estas
resultan de las mismas clausulas del contrato celebrado o cuando se ha producido la alteración
de elementos no contractuales de la remuneración, por ej; por voluntad del legislador.
El precio contractual debe ser pagado en el lugar, tiempo, la forma y las condiciones que hayan
sido estipuladas. El precio no siempre es pagado en una sola entrega, sino que en muchos casos
se lo hace en otras formas: pagos parciales, pagos anticipados, siempre parciales, que pueden
ser hechos con un destino determinado de antemano, por ej; acopios. Los pagos parciales no
producen los efectos del pago definitivo, principalmente en cuanto a la percepción de intereses
debidos y por los cuales no se ha hecho reserva al percibir los pagos parciales. El retardo de
la A.P en el pago del precio habrá de significarle el pago de intereses moratorios, siempre que
haya mediado interpelación, y que el retardo no se le sea imputable al propio cocontratante
particular, pudiendo ser la interpelación tanto judicial como extrajudicial y resultar incluso
de reclamos administrativos, si son expresos. La interpelación no es necesaria cuando esta
dispensada en el contrato o cuando fuere objetivamente innecesaria.
Como toda rescisión la que se pronuncia a pedido del cocontratante particular en las
condiciones examinadas, producirá la extinción de la relacion contractual hasta entonces
existente y dara lugar cuando asi corresponda al pago de los daños y prejuicios sufridos por
aquel.
El contrato administrativo, una vez celebrado importa para el cocontratante particular una
situacion general que es tenida en cuenta por el, y que resulta de cierto equilibrio económico
financiero que surge de la idea de considerar el contrato como un todo, y en el que los
intereses de las partes se condicionan entre si, intereses que son, por un lado, la pretension
de la A.P de satisfacer determinado interés publico y por el otro, la posibilidad del
cocontratante particular de lograr un beneficio inicialmente calculado. Sin embargo ese
equilibrio económico financiero, la ecuación financiera del contrato, puede resultar afectado
por causas imputables a la A.P o causas no imputables a esta, sobrevinientes, imprevistas y por
ello mismo, no tenidas en cuenta al celebrarse el contrato, lo que se traduce, para el
cocontratante particular en una disminución del beneficio calculado. Cuando estas situaciones
se producen el cocontratante particular tiene derecho a exigir, reuniéndose determinadas
condiciones que tal equilibrio sea restablecido o que los perjuicios ocasionados sean al menos
atemperados. Es que el cocontratante si bien debe soportar como en todo contrato el riesgo
normal propio de cualquier negocio, no debe cargar con un riesgo anormal que lo privaría de
sus ganancias razonables, encontrando este derecho su fundamento juridico de las disposiciones
constitucionales y legales que le den sustento en el hecho de que resulta justo que entre los
derechos y obligaciones correlativas del cocontratante exista una equivalencia honesta, de
modo que el cocontratante no sea sacrificado en aras de una finalidad cuya atención corresponde
prioritariamente a la administración.
La ecuación financiera del contrato puede verse afectada por tres causas
(DROMI)
1. Continuidad
Toda cuestión vinculada con la ejecución contractual debe resolverse con sujeción al criterio
de la continuidad, pues los contratos administrativos se hacen para cumplirse y se los debe
ejecutar en la medida en que el interés público exige que esa ejecución sea ininterrumpida o
continuada.
La regla de la continuidad tiene carácter general, por lo cual su aplicación solo puede
obviarse en los casos en que las excepciones estén expresamente reconocidas y se las aplique
con alcance restrictivo. Las excepciones a dicha regla son: “fuerza mayor”, “hechos de la
Administración” y los “hechos del participe” que impiden o retardan la ejecución del contrato.
La Administración Publica puede modificar unilateralmente los términos para variar las
prestaciones debidas por el contratista en la ejecución del contrato por razones de interés
público (art 12 a y b RCAN). Las alteraciones dispuestas por la Administración son, en
principio, obligatorias para su contratista, excepto en los casos en que se infringe los
limites reglados y o discrecionales del ius variandi.
1. Es una consecuencia impuesta por finalidades de interés público, se tiene a lograr una
más eficiente realización de la justicia distributiva.
1. Toda modificación debe respetar la sustancia del contrato y esencia de su objeto. Una
alteración que no contemplara tales limites daría lugar a la conformación de un contrato
diferente, en principio no querido por el contratista. Las modificaciones que van más
allá de la mutabilidad razonable dan derecho al contratista a la rescisión y a pago de
los perjuicios que hubiere sufrido, salvo que hubiere renegociación del contrato.
Visicitudes
(DROMI)
Expiración del término. Cuando un contrato se formaliza por un plazo determinado, cumplido el
termino o transcurrido el plazo previsto, el contrato expira, cesado sus efectos. En este caso
adquiere relevancia, por encima del objeto del contrato, el plazo o término del mismo: la
Administración pública desea asegurarse durante ese lapso la prestación de un servicio o la
provisión de un suministro.
MODOS ANORMALES
No habiéndose previsto en el contrato clausula alguna en relación con los bienes del
particular, si el Estado se apodera de ellos deberá indemnizar al contratista por su
valor, pues de lo contrario se trataría de un despojo, en merito a lo establecido por el
art 17 de la CN que tutela el derecho de propiedad no solo respecto de cosas afectadas a
la prestación del servicio, sino también a las obras que haya realizado el contratista y
de que se hubiera apropiado el Estado.
Los bienes del concesionario están amparados por la inviolabilidad de la propiedad que,
en principio solo cede ante la expropiación por causa de utilidad pública formalmente
declarada y previa indemnización.
Rescate. Es la decisión unilateral de la Administración por la que, debido a razones de interés
público o general, pone fin al contrato antes del vencimiento del plazo, asumiendo directamente
la ejecución del mismo. Procede en aquellos contratos que, por la naturaleza de su objeto,
suponen una actividad que originariamente compete al Estado y que puede ser reasumida por la
administración Publica.
Debe ser total, comprender todo el servicio u obra pública concedidos. En este sentido,
le son aplicables los mismos principios que regulan la expropiación parcial.
Puede producirse en cualquier momento que el interés general así lo exija. No requiere
preaviso al concesionario, sin embargo, debe notificárselo y no necesita de norma alguna
que lo disponga expresamente.
Rescisión. Es el modo de extinción por el que se pone fin a un contrato en vías de ejecución.
Cabe distinguir:
La Rescisión, en este caso, siempre dará derecho a la indemnización del particular puesto que
es un derecho que le asiste, en tanto ella ha sido declarada por razones de interés público y
no por culpa del contratista.
a. El contratista queda librado de los efectos que pudiera producir un nuevo contrato para
proseguir con la prestación debida, lo cual no implica que no deba encarar las sanciones
pecuniarias impuestas y los daños o perjuicios ocasionados a la Administración.
b. Por otro lado, el efecto de la recisión puede obligar al contratista a hacerse cargo de
las consecuencias onerosas del nuevo contrato o de la ejecución directa de las
prestaciones, siempre y cuando ello hubiere sido expresamente previsto en el contrato o
cuando las normas que rigen la contratación así lo dispusieren. En este supuesto.
También proceden las sanciones pecuniarias y la indemnización de daños y perjuicios a
favor de la administración. El RCAN indica esta sanción por supuestos que puedan ser
considerados actos de corrupción y como penalidad por culpa del cocontratista.
En este supuesto cabe incluir la fuerza mayor financiera absoluta con causa en las graves
crisis económicas, que afectan los derechos y las obligaciones contractuales, y causan la
ruptura de la ecuación económica del contrato, tornando imposible la continuidad de las
prestaciones sin una recomposición.
Para que proceda el contrato debe versar sobre materias que constituyan facultades concurrentes
entre el Estado federal y los Estados provinciales, en las cuales la Nación haya cedido su
preeminencia autorizando o tolerando, de modo expreso o tácito, la contratación por parte del
Estado provincial. Las facultades concurrentes son aquellas que pueden ser ejercida tanto por
la Nación como por las provincias, como acontece en el caso de las rutas que, no obstante
transcurrir en el territorio de un solo estado provincial, tienen una trascendencia económica y
social que repercute en otras partes del territorio nacional o los ríos que integran una cuenca
hídrica respecto de la cual las tareas que se realicen en una provincia puedan beneficiar o
perjudicar a otras.
1. El objeto del contrato local tiene que ser de materia concurrente e interjurisdiccional.
Debe producir efectos económicos en más de una provincia y llegar a un público general.
2. El contrato original debe haber sido declarado por una provincia, o cedido a esta por la
nación, en virtud de una delegación explícita o implícita del estado nacional, esto es,
que puede haber tenido lugar por medio de autorización o incluso por simple tolerancia.
Por otro lado cuando la administración publica ha celebrado un contrato con una persona
jurídica, la disolucion de esta atrae como consecuencia la finalización del mismo.
En relacion con la quiebra del contratista, la administración puede considerar que su contrato
ha quedado resuelto en los términos del art 147 de la ley 24.552 en tanto la prestacion
pendiente del fallido fuere personal e irremplazable. Cuando se trate de la quiebra de una
empresa que explota servicios públicos imprescindibles, el art 189 y ss de la misma ley,
regulan las normas particulares a seguir para asegurar la continuidad de la administración.
Renuncia
En los contratos administrativos, cabe el arbitraje como excepción y con carácter restrictivo,
en los casos en que las cuestiones a dilucidar no afecten ni al orden publico, ni al orden
constitucional, ni agravien a la autoridad del estado o a su soberanía. En el supuesto de que
las cuestiones fueran sometidas a árbitros iuris, estos podrán pronunciarse sobre cuestiones
jurídicas dentro de los limites señalados. Sin embargo los árbitros no pueden tomar decisiones
que impliquen el ejercicio de prerrogativas de la administración publica o de funciones
esenciales del estado.
Renegociación y reconversión:
Durante el desenvolvimiento de la ejecución de los contratos administrativos pueden producirse
contingencias de distinto origen que dificultan y hasta imposibilitan la materialización de su
normal ejecución. Se trata de circunstancias sobrevinientes que, o bien no pudieron ser
previstas por las partes al momento de perfeccionar el contrato; o habiendo sido conjeturadas
resultaron superadas por el curso de los acontecimientos o el desarrollo mismo del contrato.
La revisión del contrato implica un proceso de renegociación y hasta la reconversión del mismo.
La renegociación busca restablecer la eficacia y la vigencia del contrato publico, tiene como
meta alcanzar el objetivo o fin del contrato por razones de legalidad, de oportunidad, de
servicio, de actualidad, de igualdad o de progreso
a) Renegociación
Significa reequilibrar los elementos del mismo contrato, sin que importe una variación
sustantiva en la prestacion.
b) Reconversión.
No cualquier hecho puede dar lugar a una renegociación o reconversión del contrato
administrativo. Para que tenga lugar un proceso de renegociación o de reconversión debe
existir una imposibilidad real, en tanto incompatibilidad con la función del contrato, de
cumplirlo en las condiciones primigeniamente pactadas. El menoscabo o la alteración o la
imposibilidad de lograr la eficacia del fin contractual puede responder a tres grupos de causas