Está en la página 1de 105

AXEI TBOEGER .

ELE]IA ILECHTOVA

Salud y Alimentación

entre los Shuar

ililililililililillffi|il|il
18147

rnundo shuqr
198¡t
f¡qii:¡itt{"i:*f}it i tr *r, i ?o ¡ii i:*'

"-ss r,
:r&\b.{,\B,a:r.b

T ,t* s"f s"f l: * frr iY Á,s ff:r"

üi3gl
preserttación
No podemos imaginarnos la Organización
Sbum sin el PROGRAMA DE SALUD.

El cophal buma¡o tiete imporuncia ttas-


l.r cerdente en toda hbor de promoción, Si es cier-
to que e¡ Mo¡ona - Santiago ftnciona desde dé-
cada bospitales, tanbién es cie¡to que h gente
Sbaar se moia por mo¡dedura de setpientes
a poca disuncia de éstos. Enfermedades conu
giosas decimaban Ia población Sbuar,

Los médicos no visiuban a los Sbuar y


éstos, enfermos, siempre debían acudir al Hos
pital del centro urbano. Era necesaio ir bacia
ellos, tarea ardua y nada fácil.

Al no contot con el peronal propio o


ecuatoriano, se solicitó la colaboración al
SERVICIO DE VOLUNTARIOS ALEMANES,
El Directot de ettorce$'*. GEBHARD ENGEL
at¿nüó i¡mediotsne¡tc:. la solicitad. Así, en
1.968, empezó el progmma con la enfermetas
alemanas, Sru. Ma¡iaa SHICK, Sru HILDA, el Dr
Jorge PIJTHENDORTER y Sza,, tuego con los
doctores Arel KROEGER y Elma ILECKOVA
oiginaia de Cbecoslooaquia, y finalmente csa los
doctorcs KAY y Elke TOPP y Ha¡s PETER. En
el eqripo del Dr, Axel trab$aron con entusias-
mo Ia S¡u. Gisela PAWELZIG y el Sr. Herbert
HAYNA, enfermeros,
lr
i'
-t

Fi

*lt
Actualmente, y gracias al conaenio entre
el Ministeio de Salud y h Federación Sbuar, 16
Aaxiliares de enfermerla reemplazan al peronal l,
extranjero. Esperamos también que pronto
éste PROGRAMA DE SALUD cuente con tnédi-
cos Sbuar.

El grupo médico se bizo acreedor de reco-


nocimiento y gratitud de parte del pueblo Sbuar
y su recuerdo petduta en los Centros.

El presente trabaio es muestra elocuente


de la dedicación y entregtt al PROGRAMA de
parte del equipo méd.ico que colabora con la
Federación Sbaar.

P.]UAN SHUTKA

Sucúa, Octubre 1.976

E
INTROI)U(I(IION

I . Aspectos Geog¡áfi cos.


Los indígenas shuar (Jíbaros) fueron los antiguos pobladores del sureste
del Ecuador. Esta región se extiende desde las estribaciones de los An-
des hacia el Este, cerrando al Norte los ríos Palora y Pastaza, llegando
por el Sur hasta la frontera con el Perú.

La región cubre aproximadamente 30.000 Km2, y está habitada por u-


nos 20.000 shuar según datos aproximados. (Mapa 1). El área donde vi-
ven los shuar corresponde, más o menos, a la Provincia de Morona San-
tiago del Ecuador. Superficie de la Provincia 29.14O Km2. Habitantes
de la Provincia 38,4 mil en total,6,5 mil en la zona urbana,31,g mil
en la zona rural (15a).

2. La ftlfraestructura-
La selva subtropical y tropical cubre toda la región, la magnitud de pe-
queños y correntosos ríos y el terreno irregular han impedido hasta aho-
ra al tomar eficientes medidas infraestructurales.

Sólo el Sur de dicha región está relativamente abierto al tráfico: Guala-


quiza está unida a zamora y Loja por una carretera y t¡ene conección
abierta. En comparación con la parte sur, el norte está en desventaja. La
única vía de comunicación es una carretera entre ras ciudades de Mén-
dez, sucúa y Macas. A finales del año 1.9,72 van a terminar ra conección
hasta Limón en el sur y más luego hasta pastaza en er Norte. Ahora e-
xiste solamente un transporte aéreo de sucúa y Macas a pastaza y cuen-
cia. Aviones más pequeños y av¡onetas proveen a las Misiones que están
dentro de la región, como: Chiguaza, Taisha, Macuma, Santiago, Miazal,
Yaupi, Yapi, Kankaim y otros.

En la región funcionan cuatro hospitales: Gualaquiza, Limón, Méndez


y Sucúa. En la parte Norte de la región hay un hospital fiscal en LimÓn
y dos hospitales de la Misión Salesiana (Sucúa y Méndez) atendidos por
los médicos de la Sanidad.

En Macas existe la Jefatura Provincial de Salud y un dispensario médico


de la Sanidad el cual va a organizarse como Centro de Salud. El cantón
Palora, que tiene mejor accesibilidad desde Pastaza, está actualmente to-
!
davía sin atención médica pero va a tener desde 1.973 un Subcentro de
Salud. Las misiones poseen pequeños dispensarioe, con botiquines, al- -,
gunos provisto de camas, donde trabaian enfurnreras a menudo gradua-
das.

De la región &l Sur (cantón GtJalaquiza) no nos ocupamos en este in-


forme.

3r. Flslrur:tura tlc la población.

El área a lo largo de la carretera Limón-Macas, es el terreno preferido


por los colonos que vienen al Oriente de todas partes del país'
CREA (Centro de Renconversión Económica del Azuay) empezó un ex-
tenso proyecto de colonización del Valle del Upano. AlreCedor de todas
las Misiones (excepto Miazal y Yaupi) existe un pequeño núcleo de co-
lonos.
Muchos Shuar son desplazados de su asentamiento tradicional y for-
mando grupos apartados, en busca de una zona iibre de !a codicia de los
colonos.
LoS Shuar se retiran de estas zonas más adentro hacia la selva. Una mez-
cla con la población blanca practicamente no exíste.
Los Shuar de dicha Región se han formado con el estímulo de los mi-
sioneros salesianos en comunidades llamadas Centros (Comunas), los
cuales unidos forman la "Federación de Centros-Shuaras", con sede en
Sucúa.

I
Las viviendas están .liseminadas en toda la zona, dándose el caso de
To1*'
demorar varias horas entre las casas mas aleiadas y el núcleO central'
dos f os moradores suelen reunirse cada semana para el trabajo colectivo
(,,minga,,) en favor de la comunidad, clirigidos por el síndico que es la
máxima autoridad del centro; ayudan al síndico, el Visíndico ¡ el se-
cretario, además, en algunos centros, el catequista, encargado de la For-
mación religiosa Y social.
En varios centros se ha organizado una cooperativa Ganadera, en forma
comunitaria. El lugar más importante del Centro es la plaza, donde está
pla-
ubicada la escuela y en algunos casos la capilla. Delante de éstas una
za amplia, rodeada de algunas chozas; en la escuela se imparte la ense-

ñanzaelemental; la capilla es para las asambleas religiosas'

Las comunidades Shuar formadas por la Misión Evangelica y la Misión


Salesiana se han const¡tu íoo en una forma similar'

B. ME'I'ODOS DE, LA INVESTIGACION

La investigación del estado de salud y de la alimentación se realizó en

tres estapas. l. Etapa: lnvestigación Básica con un exámen sistemático de


la población de 5 centros Shuar y de los alumnos de 4 escuelas misionales
(desde Enero hasta Abril de 1.971).

2. Etapa: lnvestígación Adicional, con cuest¡onarios en otros 31 Centros


Shuar (desde Mayo hasta Diciembre de 1.971).
3.Etapa: Experiencias y examenes no sistemáticos en las visitas de casi to'
dos los Centros Shuar durante los años 1.971 V 1.972.

l . La Invcstigación liásica
l.l . Zona de la Investigacií¡n Básica.
En la Zona Norte y Este, entre los 90 existentes fueron elegidos
c¡nco centros de la región (Mapa 2). Esta elección se hizo de acuerdo a la
dispersión geográfica y cultural de la Región: dos centros situados en la
Zona de contacto con la colonización blanca; Kuchantza y Kamanchain
(cantón Méndez) más Santa Teresita (cantón Sucúa). Dos centros se
encuentran en las áreas de misiones más alejadas: Mutintza (Parroquia
Sevilla Don Bosco) y San Pedro (Parroquia Chiguaza). Finalmente un
centro muy aislado en la zona Este de la región: Tut¡n Entza (Parro-
quia Taisha).
Siendo muy homogénea la población shuar, la premeditada elección de
estos centros parece hasta cierto punto representativas de todos los habi-
tantes.
v,
o ro o
rf, o o ()
c C\I
q r\ r.l)
oq
N t)

=
(J
rir ñ \f

r\
J o o
a o (\l o
rf)
o
o c\
- e?
(Y) ñ \ G?

a c\l


Fl
tc
o o
o o
o o o o
o o o
z u?
ñ¡ 'q
ñl
rÍ,
ñ
to
c.¡
oq
C\
,N
o

t¡¡ (!

O ?ct
go
O $ (o (O c,
ñl
U (D6 ñ o o) @ ñ¡
o-o
8-(f,
(f, e\¡ ñt ñl (Y)
Tr
bg
F(9 ci
o?

¿ q
t¡¡ -at
a¡'=F oo
ooro oc)
oo oo oo oo (u
L
5? ñ¡ (o o,
oro(o
ñ¡ oo
(Ile oo
tc' (Y'
(E
f
PX (r) (ll co t¡i - t
(n
ct) \E
=(u ]t
o
(J L
c
(t)
C)
rl
tl) o @ rf) o !o
lc '3d N
g o o (I, @ c
bE a ú? o2 €(,
(n
o rY
t¡J
(f)
st c\| ro ci .!
F E
(¡,
(l)
r¡.
¡ (E
.9 ah
(g ü
NC
'96 üE ffi-s (o
.f
(o
f (U
E zr¡JF
-(9
(J C'
CL
gi
cc)
g"B C'
f
cr)
.9
.G
C)
.9
(E l
t¡-

;ii-{ I
if*it¡l:.
1.2. (lar¿rctr:rísti<':rs <lr: lr¡s (lcnlros (N{apa 2)

lo. Kuchantza - KamanchaÍr.' Dos centros vecinos a una hora de distancía


de la Misión Kuchantza. De aquí se puede llegar a Méndez (cabezera
cantonal) en un cuarto de hora. Una vez a la semana por lo menosva
a Méndez un miembro de cada familia.
2o. Santa Teresíta: A dos horas y media de Sucúa. Normalmente va una
persona de la familia, cada semana al pueblo.
3o. Mutintza: A siete horas de camino de Sevilla D. Bosco. Centro bien or-
ganizado. Aproximadamente una vez al mes va algún miembro de la fa-
milia a Sevilla D. Bosco o a Macas.
4o. San Pedro: A quince minutos a pie de la Misión Chiguaza con estruc-
tura similar a la de un pueblo. A chiguaza unicamente se puede llegar
por avioneta. La mercadería es transportada por avión.
5o. Tutín Entza.' A cinco horas a pie de la Misión Taisha, en donde hay
base militar que se provee de todo lo necesario por medio del avión, u-
nas o'dos veces por semana. El centro Tutin Entza está muy aislado en
la selva, mas o menos una vez al mes alguien de la familia sale a la Mi-
sión de Taisha. Sin embargo allí hay escasas posibilidades para hacer
compras.

Datos Sr¡bre la fundación de las Misioncs-

Sucúa 1.933, Kuchantza '1.924, Sevilla Don Bosco 1.944, Chiguaza


1.gil, Taisha 1.958, Misión Evangélica Sucúa 1 .912.

1.3. Rcalizaciórr ¡lc la Irrvcstis¿rci<ln Básica.


156 familias shuar fueron examinadas en dichos centros y además los
alumnos de las 4 escuelas misionales siguientes: Kuchantsa, Sevilla D.
Bosco, Chiguaza y Taisha. En total se examinaron a 1.268 personas,
e!,o corresponde a cerca de un 6,3 ! de toda la población Shuaren el
Ecuador. (aproximadamente 20.000 personas). B
B. MA'I'IiRIALES Y METODOS DE LA INVESTIGACION BASICA

Medidas Antropométricas.

Fueron ejecutadas por un enfermerO graduado, según las recomendaciones


de la OMS (48) Medición del peso con una báscula de plataforma. La bás-
cula usada de vez en cuando fue comparada con otras balanzas (lím¡te de
error 0,5 kg.)
Niños pequeños fueron pesados con sus madres. A los niños hasta los 4
años de edad se les ha pesado desnudos, a las otras personas en vestidos li-
geros y s¡n zapatos.

Medición de la talla.
Fue hecha con un metro metálico sujetado en la pared. Mediciones del pe-
rímetro braquial, toráxico y cefálico con la cinta métrica; comprobaciÓn
frecuente de ambos instrumentos.

Exámenes de Laboratorio.
Fueron ejecutados por una ayudante de médico, graduada. Determinación
de la hemoglobina según SAHLI. Nuevas soluciones fueron comparadas con
las viejas. Cálculos de los glóbulos rojos en la cámara de BURKER. Examen
de Heces frescas, con solución salina y colorado con solución de Lugol. A
veces a causa del gran número de exámenes a realizarse, no fue posible
examinar las placas antes de media hora. Para mejorar el resultado, en 30
casos fue utilizado el método de concentración en solución salina.

Exámenes Clínicos.
Los exámenes de los niños fueron realizados por una médica especiali-
zada en Pediatría, los exámenes de los adultos por un médico en medicina
general. Las enfermedades fueron tratadas con medicamentos llevados o
fueron enviados a los hospitales locales.

r0
Pruebas Tuberculínicas.
Con PPD (RT23 con Tween 80). Control de la reacción después de72
horas, en algunos casos después de 48 horas. Una duración de 10mm. fue
calificada como Dosit¡va.

C RE,SULTADOS DE LAS INVES'I'IGACIONES.

1. La Situación Socio - Económica.

1.1. Modo de Vida.


El modo de vida de los Shuar se or¡enta en muchos aspectos según
normas tradicionales. Esta impresión se tiene más en la zona del Sures-
te, donde todavía no hay mucho contacto con la colonización.
En la actualidad, y cada vez más, el hombre se ded¡ca a la ganadería.
El tiene en la chacra (parcela) cultivos de c¡ertos productos para su propio
consumo. La cacería y la pesca van perdiendo su importancia vital en rela-
ción con la proximidad de la civilización colonial. La regla que existe es:
mientras mas alejado está el centro de la selva, tanto más importante es el
significado de la cacería y la pesca, m¡entras que el contacto cbn la civiliza-
ción colonial confiere mas importancia a la ganadería y al comerc¡o que se
inicia en las poblaciones de los colonos. La mujer se ocupa de los quehace-
res de la casa y de los niños, trabaja una gran parte del día en la chacra y a-
compaña al hombre a la cacería. El intercambio del dinero y el comercio no
desempeñan todavía un papel importante.

L.2.La liducación. (tab. I y 2 graf. l)


Mientras mas avanzada es la edad mas baio es el grado de educación.
El grado de la enseñanza es semeiante para ambos sexos. De 2.560 per-
sonas mayores de 6 años de edad hubo 950 analfabetos F 37,1 v"). De
2.035 personas mayores de 10 años de edad hubo 735 analfabetos
(- 36,1 "t).

ll
944 Personas mayores de 6 años asistieron al 1o. - 3er. grado de la
primaria (- 36,5 *).
539 asistieron al 4to. - 6to. grado l- 23,2 *) y 57 asistieron al Ciclo
Básico l-2,2.h\.
Una persona term¡nó la Universidad.

1.3 Matrimonio (tab. 3)


Al casarse el marido cuenta normalmente con una edad de 20 años, la
esposa tiene más o menos entre 17 y 19 años. En el momento de la
investigación la esposa más joven tenía 16 años y el marido más joven
20 años.
En 638 matrimonios los maridos fueron 65 veces más jóvenes que sus
esposas (- 1O,2 rl.). 14 de los cónyuges se habían casado por segunda
vez (- 2,2 "nl.
Algunos, según la antigua costumbre, han tomado dos o tres mujeres.
las cuales casi siempre son hermanas. Despues de la muerte de uno de los
cónyuges, casi siempre hay un nuevo matrimonio. Sobre la viudad tiene
derecho el hermano del difunto.

1.4. Tamaño de las Familias.


En las 440 familias investigadas, vivían 2.747 personas. El promedio
de las personas fue 6,2 (familia: Matrimonio con los hijos o solteros
adultos).

1.5. licrtilidad. (Tab. 4) 'i;

4M madres tenían un promedio de 5 niños. Las madres comprendi-


da en la edades de 30 - 50 años, tenfan un promedio de 6 niños. A-
demás habían tenido abortos 27,6 *de las madres, promedio 1,8 ve-
cee. (Tab.5).

1.6. Distrilr,ución de Edad y Sexo. (Tab. 6 y gáf. 2l


En la población investigda habla un 19,5 o¿de menores de 5 años. .

l2
Más de la mitad (53,4 v") eran menores de quince años. En el grupo
más joven de edad prevaleció el sexo masculino, en el grupo más viejo
el sexo femenino.

1.7 Mortalidad de los niños y de los adultos. (investigación Básica y


Adicional).
En 471 familias shuaras se ha preguntado el número de los niños
muertos y las causa del fallecimiento.
De 573 pen¡onas muertas, murieron 545 con menos de quince años
de edad. De estos 545 niños fallecidos 230 menores de un año
142,2 "hl.
223 (4O,9"t.) entre 1,0 y 4,99 años y g2 117,2q.1entre 5 y 14,99 años.

Causas principales de la mortalidad de los niños. ( con menos de l5 años,


545 fallecidos).

1.- Bronquitis, Gripe 108 fallecidos 2Q,O.t.


2.- Diarrea, Parásitos lntestinales 85 fallecidos 16,0 v"
3.- Tosferina 75 fallecidos 14,O .t.

4.- Síndromes y estados mal defi- 73 fallecidos 13,5 c"


nidos.
5.- Sarampión 56 fallecidos 10,3 v.
Con tétano murieron 6 niños y 7 más con calambres y la sistomato-
logía del tétano. 10 de los niños fallecidos tenían una anemia llamativa
antes de su muerte. 27 niños murieron de accidentes. 2 de los fallecidos
tenían la sistomatología de la tuberculosis ganglionar.

Causas principales de la mortalidad infantil. (230 fallecidos)

1.- Bronquitis, Gripe 64 fallecidos 28,O.t.


2.- Síndromes y estados mal definidos 46 fallecidos 2O,O "t
3.- Tosferina 26 fallecidos 11,3 or.

f3
4.- Diarrea, Parásitos lntestinales 21 fallecidos 9,'l v"

5.- Fallecimiento del recién nacido 12 fallecidos 5,2 "t


6.- Enfermedades con fiebre 11 fallecidos 5,0 vo
7.- Sarampión 9 fallecidos 3,9 "¿
8.- Por falta de leche materna 7 fallecídos 3,0 vo

Causas principales de la mortalidad de los pre-escolares de


I - 4, 99 airos de edad. (223 fallecidos)

1.- Tosferina 43 fallecidos 19,2 "n


2.- Diarrea, Parásitos Intestinales 41 fallecidos 18,3 "¡"

3.- Bronquitis, Gripe 38 fallecidos 17,O "t.


4.- Sarampión 32 fallecidos 14,3 v,
5.- Síndromes y estados mal definidos 17 fallecidos 7,6 vo

6.- Enfermedades con fiebre 17 fallecidos 7,6 "t"

Causai principales de la mortalidad de los niños de 5 - 14, 99 años


de edad. (92 fallecidos).

1.- Diarrea, Parásítos Intestinales 23 fallecidos 25,O.n


2.- Accidentes 1 7 fallecidos 18,5 "r"
3.- Sarampión 1 5 fallecidos 16,2 ot
4.- Síndromes y estados mal definidos 10 fallecidos 10,9 v"
5.- Enfermedades con fiebre y vómitos 8 fallecidos 8,8 v"
6.- Tosferina 6 fallecidos 6,5 v.

Sobre las causas de defunciones de adultos, solamente se recibieron


informaciones parciales de los viudos:
50 personas dieron informaciones sobre la muerte de sus cónyuges.
Como causas principales indicaron enfermedades con síntomas llamativos
o acci..entes: asesinato 7, mordedura de culebra 7, diarrea 3, enfermeda-
des con tos (tuberculosis ?)4, tuberculosis diagnosticada 1, hemorragia del

l4
útero 1, hemorragia post parto 2, apopleiía 1, operación 1, cáncer, tétanol,
enfermedades febril 1, y ahogo 4. En 16 casos, la muerte fue causada por
enfermedades desconoci das.

1.8. Mortalidad y crecimiento de la población Shuar en el año 1.971.

En una muestra de la población Shuar de 6.643 personas nacieron


durante el año 1.971 , 363 niños y murieron 1 15 personas. De estos datos
se calcula:

Tasa de crecimiento vegetativo anual - 3,7v"


Tasa de mortalidad general - 17,5 vo

En una muestra mas grande de la población Shuar nacieron 438 níños


en ef año 1.971.62 niños menores de 1 año murieron en el mismo año. Se
calcula:
Tasa de la mortalidad infantil -
141,5 "t"
En esta segunda muestra de la población se encuentran los datos si-
guientes:

Causas principales para la mortalidad de los niños con menos de 15 años


(1.971: ll5 niños fallecidos).

1.- Bronquitis, Gripe 26 fallecidos 26,6 "r.


2.- Diarrea, Parásitos Intestinales 24 fallecidos 20,9 "n
3.- Sarampión 16 fallecidos 14,O v.
4.- Tosferina 1 1 fallecidos 9,6 vo

5.- Fallecimiento del recién nacido 8 fallecidos 7,O ot

6.- Tétano 5 fallecidos 4,4't

t5
Causas principales de la mortalidad infantil (1.971). (62 fallecidos).

1.- Bronquitis, Gripe 19 fallecidos 30,6 v.


2.- Diarrea, Parásitos Intestinales 12 fallecidos 19,4 v"
3.- Tosferina 8 fallecidos 12,9 "t
4.- Fallecimiento del recién nacido I fallecidos 12,9 vo
5.- Sarampión 7 fallecidos 11,3 ot

6.- Tétano 4 fallecidos 6,5 v.

Causas principales de la mortalidad de los pre-escolares de


I - 4,99 años (1.971). (35 fallecidos).

1.- Diarrea 12 fallecidos vl,3 v,


2.- Bronquitis, Gripe 7 fallecidos 2O,O v"
3.- Sarampión 5 fallecidos 14,3 v"
4.- Anemia 5 fallecidos 14,3 oh

No hay ninguna diferencia llamativa de la mortalidad entre las partes


Norte y Sur de la Provincia
Los mayores de edad murieron especialmente de accidentes y algu-
nos de sarampión.

1.9. Curación de los enfermos.


La forma de curación de todos los centros investigados es semejante.
Los shuaras casi siempre tratan de curar a sus enfermos por medio de una
medicina natural propia, si no hay posibilidades de conseguir remedios.
Algunas enfermedades son tratadas con medicamento de las boticas
de los pueblos mas cercanos. Los enfermos muy graves son llevados a los
hospitales de la región, otras enfermedades especialmente las psicosomáti-
cas y los fracasos terapeúticos de los médicos son atendidos por los brujos.
Los remedios preferidos son: ant¡b¡ót¡cos, calcio, vitamínas, purgan-
tes. Un tratamiento con antibiótico suele durar no mas de dos días.

t8
2.- Forma de Alimentación.

2.I. LaAlimentación.
Los shuar tienen tres com¡das diarias. Las mujeres cocinan en el suelo
con fuego abierto en un cuarto de la estancia principal.
A las embarazadas o a los niños pequeños no se les nutre mejor. Los
escolares aún cuando tíenen un largo camino que recorrer, llevan
consigo un poco de comida (por ejemplo un plátano).

Tabla 8. Alimentación básica.


frita.
Yuca en cada comida, siempre cocinada, rara vez
Plátano en cada comida, casi siempre cocinado o asado. Maduro lo
comen crudo.
Camote y Papachína a menudo como alimento adicional.

Casi siempre la comida se compone solamente de estos alimentos.


Además se toma chicha, un líquido preparado de yuca y camote cocinado,
mast¡cado o molido y fermentado por la saliva.
La chicha es tomada también fuera de las comidas conio refresco.
La alimentación básica en todas las regiones es la misma, pero ex¡sten
variaciones entre familias y centros, en cuanto se refiere al consumo de
leche, huevos y carne.

Tabla 9. El consumo familiar de leche, huevos, carne.

consumo nunca veces


Raras A veces Frecuentemente
No. oto (1 - 3 veces (1 - 3 veces (4 - 7 veces
mensualmente) Semanalmente) semanalmente)

t7
'l'abla 9. lll consumo familiar de leche, huevos, carne.

Consumo nunca Raras veces A veces Frecuentemente


No. oto (1 - 3 veces (1-3 veces (4 - 7 veces
mensualrnente) semanalmente) semanalmente)
No. .ró No. vo No. oto

Leche
(27 familias) 13 48 933 27 3 11
Huevos
(22 familias) -- 838 733 628
Carne
(22 familias) -- 523 12 57 419

t8
Número de las familias interroga.das
Casi la mitad de los interrogados nunca tomó leche. Sófo aproxima-
damente una décima parte suele tomar leche regularmente.
Los propietarios del ganado no suelen ordeñar las vacas. Frecuente-
mente tienen cierta aversión contra el sabor de la leche, teniendo la creen-
cia de que el espíritu de un familiar difunto ha penetrado en algún animal
y por eso no comen de é1. Además el tomar leche es cosa de los bebes, de
los pequeños. Los mayores se sienten como disminuidos si toman leche.
Poco a poco van dejando esas creencias.
Especialmente en Tutin Entsa y en San Pedro el consumo de las le-
che fue mínimo. En Tutin Entsa y Mutintza se come más carne que en los
demás centros.

Huevos. Se comen en todas las comunidades. Las gallinas son a me-


nudo utilizadas para el consumo de carne y por eso prefieren usar los hue-
vos para la cría.

Carne. La cantidad de carne consumida varfa mucho; el orígen de la


carne es: carne de res, animales de la selva (sajino, guatuza, lumucha, ar-
madillo, nronos, ardillas, póigc). En la zo#df i¡ólonizaciü+,{$La. Teresi-
ta, Kamanchain, Kuchantsa) la carne se obtiene del gnado y de los chan-
chos, como dtclro anteriormente y en los cerfrroo mas alejadc (Mutintza,
Tutin Entza) de animale¡ de la selva.

La alimentación con pescado tiene una importancia secundaria en


los centros de la investigacién. En las cornunidades situadas en la zona
sur @rca de algun rfo la pesca tiene bastante importancia.
Las tablas 10 a 12 dan cuenta del consumo de alimentos comple-
mentarios.
Tabla 10. (vér página aparte)
Tabla I l. Alimentos comprados en el pueblo.
Manteca, azúcar, pan, zanahoria, sal, cebolla.

tg
'I'abla 12. Alimentos (luc no consumen casi nr¡nca.
Aceite, cebo, mantequilla. Cebada, Trigo. Lechuga, col, nabo, arve-
ja, choclo, lenteja.
El tÍpico menú de una familia es el siguiente:
Desayuno: Plátanos verdes cocinados. chicha (preparada el día anterior).
Almuerzo: Yuca y algo de papa-china cocinadas. (una parte de la yuca co-
cinada es utilizada para hacer la chicha). Cada uno toma dos
tazas de chicha. El resto, queda para la merienda.
Merienda: Yuca cocinada. sopa de yuca con plátanos, cebolla y sal,
chicha.

como comida favorita indicaron la siguiente: plátano maduro (b ve-


ces), camote (5 veces), Yuca 4 (veces), carne de animales salvajes (4 ve-
ces), carne de gallina, papa-china, carne de pescado (cada uno 2 veces).

2.2. La alimentación de los niños menores de 26 meses.

96 madres hablaron de la alimentación de sus niños pequeños. La le-


che materna es el alimento básico. 16 ./. de las madres habfan ter-
minado la lactancia dentro del tercer y septimo mes, 3l v" dentro de
la segunda parte del primer año. Las madres de los centros alejados
ocasionalmente solían continuar la lactancia hasta el tercer año del
niño (6"¡").

18 "r" de las madres empezaron en los primeros tres mes€s con una
alimentación adicional. 22 * dentro del cuerpo y sexto mes;27 v"
dentro del septimo y noveno mes y 22 "rc,n los últimos meses de pri-
mer año de los niños. 16 "/" tomaron los biberónes.
i.r
como alimento les dieron yuca, plátano, huevos, 25 q"utilizaron le-
che de vaca,32 v" también carne.

20
2.S.Abastecimiento de Agua.
Según las explicaciones de 22 madres de familia de los 5 centros de
la investigación básica, el agua es traída de rfos pequeños de los al-
rededores. El agua de lluvia se usa solo raras veces. De acuerdo a ins-
pecciones propias, la calidad del agua difiere según los lugares donde
se saca. Existen riachelos con fondo de piedras que parecen limpios.
(sta. Teresita) y arroyos con orillas lodosas (Tutin Entsa, Mutintsa).

Todas las familias interrogadas sabfan que el agua para beber debe
ser hervida, pero admitieron que lo hacen solamente de vez en cuando. De
todas maneras raras vec€s toman agua pero la utilizan sin hervir para
preparar la chicha.

De 76 centros shuar, 41 tenían ríos pequeños o grandes para cojer


agua; en 27 centros tenían arroyos y riachelos. solamente 8 centros tenían
una vertiente que brota de la tierra, 2O de las fuentes de agua se catificaron
durante la inspección con "sucio" v 10 con "limpio".

3. Resultados de los exámenes físicos, antropométricos y crínicos.

3.1. Los resultados de la Investigación Básica.

3.1.1. Exámenes Físicos.


Número total de examinados 1.208. Nrimero de ros examinados en
los centros 774 y en las escuelas 494. Número de examinados en los
centros por grupos de edad 0 -l año;33 personas; I _ 4 años: 125
personas; 5 - 14 años: 273 personas; lS - lg años: 60 personas; más
de 20 años: 283 personas.
cabello: color castaño oscuro hasta azúl-negro. En algunas familias lige-
ramente rojizo. solamente una vez fue encontrado un niño mal
nutrido, de pelo ralo y roiizo.6 niños con cabello ralo y fino,3 de ellos
entre I y 4 años. Solamente casos extremos fueron tomados en esta esta-

2l
d ística a causa de la subjetividad de los juicios.
Cuero cabelludo: La enfermedad más frecuente del cuero cabelludo de los
niños son costras gruesas y amarillentas que se forman
sobre una induración inflamada (micosis?, piojos?, impetigo por stretoco-
cos o stafilococos?, seborrea?) 58 niños sufrían de esta enfermedad.
6 personas, todas menores de 14 años sufrfan de seborrea del cuero
cabelludo.
Cara: Un niño con facies lunar. Dos personas con acné vulgar. Los shuaras
tienen poco o ningún crecimiento de la barba maSculina.
Oreias: 10 niños tenÍan eczema auricular impetigenisada (6 de los niños
entre 1 - 4 años,4 de ellos entre 5 y 14 años).
Afecciones de los ojos: De las 1.268 personas examinadas 35 (2,81 )
sufrían conjuntivitis, especialmente los grupos de
corta edad. Frecuentemente hay una pigmentación escleral difusa. 16 per-
sonas con pterigion (1,3 v.) casi exclusivamente después de2O años. Se en-
contraron l0 niños del grupo 1 - 4 años con blefaritis angular (8,0 vJ en
este grupo de edad). 100 personas (7,9 qJ tenían opacidades bien delimita-
das en la superficie de la córnea del tamaño de la cabeza de un alfiler. A
menudo estas leucomas eran bilaterales y estaban colocadas en la zona
marginal de la córnea. Estas opacidades se las encontró en todas las eda-
des, pero principalmente entre el grupo de 5 - 14 años y después de los 20
años. 20 personas con opacidades informaron subjetivamente tener una
mala adaptación a la oscuridad.
En total la ceguera nocturna (Hemeralopía) fue indicada por 25 personas
(2,O'¡1.
Opacidades de la Córnea en los Centros.
Kuchantsa
Kamanchain 21 ,6 "r de todos los examinados
Sta. Teresita 8, 1 vn de todos los examinados
Tutin Entsa 7,5 oh de todos los examinados
Mutintsa 2,4 vo de todos los examinados
San Pedro 2,3 vo de todos los examinados

22
Ocasionalmente se indicó como causa de esta opacid;.d, las picadu-
ras de insectos, el roce de plantas, sarampión. La mayoría de los afectados
desconocían su causa.
Varias personas tenían estrabismo, casi siempre la forna familiar. 4
ancíanos tenían catarata senil. Un típico arco senil se presentó en tres per-
sonas. M¡entras en otras 7 una blanca y difusa zona marginal de la córnea.

casos oftalmológicos singulares: Microftalmo, lridociclitis, Flicte-


na.
Afecciones del Aparato Respiratorio:

Nariz: Rinitis serosa y purulenta en 69 personas (5,5 "r.) especialmente en


los niños pequeños 129,6 'tl del grupo de edad 1 - 4 años).
Pulmones: 70 personas (5,5"r") tenían la tos desde más de tres semanas. 19
personas (1,5v") indicaron en la anamnesis una hemoptisis' A
135 personas (10,7 v") se le auscultaron estertores en los pulmones. Los
ruidos bronquiales con los sfntomas de bronquitis se encontraron en 52
personas (4,1 v.). Los ruidos patológicos en los pulmones se encontraron
proporcionalmente en todos los grupos de edades.

El Aparato Digestivo:

Labios: 20 personas (1,6 v.) tenían estomatit¡s angular, todasellas meno-


res de 19 años. 17 ten ían verrugas en la parte interna de los labios
1,3 "d.
Casos singulares: labium leporinum (2 casos), herpes labial. Algunos casos
con labios secos, pero sin poder establecer el grado de una queilosis.
Lengua: 141 personas (11,2 vJ presentaron la lengua suburral. Casos espo-
rádicos de lengua geográfica, lengua cicatrizada (queloid), lengua
escrotal.
Dientes: 316 personas (24,9 q") tenían dientes cariados. En término medio
2,4 dientes con caries pero sin contar la probabilidad de caries de

23
aquellos dientes que ya faltaban.
Los dientes empezaron a cariarse ya desde la niñez (16,8 "r" entre
1 - 4 años) hasta alcanzar casi la mitad del totalde caries (45,1 "t"en el gru-
po de cinco hasta catorce años). La caries dental en los centros ha sido di-
ferente:

ot" de personas con caries en lns ccntr<¡s.

Nombre del Centro total Grupo Grupo Caries/ por


1-4a. 5-14a. persona.
TutinEntsa 42,7v" 37,5v. b0,0"¿ 3,0 cariados
Mutintsa 36,0"¿ 11,1vo 32,6"n 2,7 cariados
San Pedro 30,6"/" 2O,Gq, 36,4w 2,8 cariados
Kuchantsa-Kamanchain 27 ,1 "r. 7 ,7 "r 42,2"t. 1 ,5 cariados

Santa Teresita 22,O,/" 0,Oo¡ 2O,4,h l,B cariados

4 personas con desgaste dental. 17 jóvenes con dentadura irregurar.


ocasionalmente los ancianos presentan una dentadura cubierta de una ca-
pa negruzca. Nota: por referencia conocemos que tienen esta capa negruz-
ca en la dentadura porque mastican la fruta de una planta llamada "nas-
humbi", para de esta menera conservar sus dientes.

Estómago: de 20 a 4o,n de los adultos se quejaron de un dolor gástrico no


específico (datos aproximados, no exactos)
A menudo había un típico dolor en ayunas, pero en muchos de es-
tos casos también un dolor contfnuo no dependiente de ra comida.
lntestínos: una frecuente enfermedad en los niños fue la diarrea (sin eva-
luación estadística). Casi siempre al mismo tiempo había una
infestación de parásitos.
Bazo, Hígado, Vesícula biliar:31 personas (2,b "/") tenían el hígado au-
mentado de tamaño, tres niños del grupo
de edad de 1 - 4 años presentaron al mismo tiempo agradamiento der híga-

24
do; fue preponderante en los niños de 1 - 4 años.
En los mayores de 25 años los cólicos biliares no sort raros, esto se
reduce por anamnesis o por lo que los pacientes suponen. En aquellos ca-
sos se diagnosticó "ex-juvantibus" por medio de una dosis de espasmolf-
ticos que hizo efecto (sin evaluar los casos estad ísticamente).

Piel: Las manchas descoloridas de diferentes tamaños (ninguna indicación


estadística) localizadas en su mayor parte en la cara y espalda fue-
ron los fenómenos más frecuentes. Los enfermos indicaron que estas man-
chas se hacían lentamente más grandes hasta tomar una fase estática (mi-
cosis).
25 personas (2,Ov"l tenían furúnculos, especialmente entre la edad de
1 - 4 años (8,0 "r). 27 personas (2,1 "nl sufrían de sarna.
Los lactantes muchas veces presentaron manchas mongólicas. Xero-
sis de la piel se encontró especialmente en los grupos mayores de edad:22
de los niños menores de quince años.
Aparato circulatorío.' Soplos del corazón, a parte de ruídos sistóticos acci-
dentales, tanto como ruídos sanguíneos, no fueron
auscultados, (fuera del grupo de investigación: 3 casos de endocard¡tis).
4 casos de varicosis en las piernas. Dos enfermos en el estado de post-apo-
plejía.
sistema urogenital: Dos mujeres con cistitis aguda, tres con adnexitis cró-
nrca.
'

Sistema muscular y esquelético.' Muchos indicaron dolores de la columna,


de vez en cuando combinados con sín-
dromes de ciática. Especialmente las mujeres se quejaron de molestias de
las espalda. Tres veces los restos de viejas fracturas eran palpables, l3 casos
de escoliosis, 2 casos de osteomielitis.
Endocrinologrb.' No se encontró ningún agrandamiento de la tiroides; un
caso avanzado de acromegalia.
sistema Linfático: Agrandamiento crónico de los glanglios linfáticos del
cuello en 6 personas (0,5 v.) en parte con viejas cicatri-
ces.

25
Nota: rc¡das estas personastenían una reacción tuberculinica marcada.
Malformacio es Genétr'cas.' Un caso de labio leporino, un caso de sordo-
mudez con6¡énita y uno de luxación coxal
congénita.
Enfermedades Tropicales.' 3 casos de Leishmaniasis mucocutánea (región
de Taisha) 4 casos sospechosos de p¡hta (ningu-
na confirmación bacteriológica).

3.1.2. Signos l'ísicos de Malnutrición.


Para obtener una est¡mación subletiva de la mal nutriciÓn colorico-
proteínica se tomó en cuenta la flojedad del abdomen (expresada en tres
grados). Los pliegues cutáneos palpados manualmente abajo del ombligo y
la impresión de una atrof¡a muscular hipotrofia general (tab. 13)'
según los resultados obtenidos, los signos de mal nutrición fueron
especialmente elevados en los centros más alejados (Tutin Entsa-Mutintsa).
Sobre todo los pre-escolares se encuentran mal nutr¡dos.
Los alumnos de los internados misionales estaban ventajosamente
mejor alimentados gue los niños de la escuela de los centros. (tab. 14).

3.1.3. La Epidemiología de la Tuberculosis.


Exámenes con PPD (RT 23 con Tween 80) fueron realizados con
894 personas de toda edad, con la técnica de Mantoux (0,1 cm ). Se eva-
luó positivamente induraciones de la piel de 1Omm y más de 1omm. La
tab. 15 indica los resultados.

Síntomas respíratorios patológicos. Véase "Afecciones del aparato respira-


torio".
Diagnóstico del esputo: De 161 esputos examinados 11 (6,8 or") tuvieron
bacilos de Koch. Resultados de los exámenes pos-
teriorr¡ente fuera de la primera investigación no defírieron mucho de este
porcentaje.

26
';i' Sf-

Casos anter¡ores: 6 personas de las poblaciones exam¡nadas fueron trata-


das por LEA en los años pasados. De 2 de ellas una tu-
berculosis act¡va fue determinada por medio del examen baciloscópico. A
otras 3 personas se les ha tratado un mes con remedios tuberculostát¡cos.,
diagnosticados solo cl fn icamente.
Tuberculosis Extrapulmonar: 6 de todos los examinados (0,5 v.) demos-
traron los signos clfnicos de tuberculosis
ganglionar act¡va del cuello; reacciones tuberculínicas positivas. Dos de e-
llas fueron ya tratadas durante unas semanas en los hospitales locales.

3.1.4. Mediciones Antropométricas :


De 1.038 personas de toda edad fue medida la talla, el peso y calcu-
lado los 3 intervalos de desnutrición (tab. 16,17 y graf. 3,4l.
Para el estudio del desarrollo del cuerpo de 172 niños en la edad de
0 a 5 años, fue calculado et cociente de los resultados de las medidas del
perfmetro torácico y de la cabeza. Tab. 18a. muestra el porcentaje de ni-
ños con un cociente toerax-cabeza menor de 1.
De los mismo 172 niños se midió el perímetro braquial y de los in-
tervalos de subdesarrollo (Tab. 18b.)

3.1.5. Exámenes de Sangre.


De 739 personas fue examinada la hemoglobina. El promedio fue
11,3 g vo. Las variaciones en las diferentes edades, excepto en los lactantes,
fueron mfnimas (Tab. 20). A causa del método inexacto de SAHLI, fue
imposible verificar diferencias significativas entre los sexos.
En los centros examinados con excepción de Tutin Entsa el prome-
dio de hemoglobina fue casi el mismo con 1 1,5 g v*
En 30 casos se analizó igualmente el número de los glóbulos rojos y
la hemoglobina. Resultó en promedio un contenido del erítrocito con he-
moglobina de 29,2 yy.
Las muestras de sangre y orina son enviadas al Instituto Nacional de
Nutrición (Jefe del laboratorio Dr. Raúl Castillo), para el análisis bioquí-

sl
mico de proteínas, albúmina, globulina, corotena, lipoida y vitamina A
(sangre) y creat¡n¡na (orina). Los resultados en tab. 20

3.1.6. Análisis de la comida:


Se ha hecho un análisis bioquímico del valor de la nutrición en el
Instituto Nacional de Nutrición con las muestras enviadas. Resultados de
los exámenes en otra publicación.

3.1.7 . Parasitismo Intestinal-


En los cinco centros shuaras indicados a352 personas de toda edad
se les examinó microscópicamente las heces (Tab.20) 261 (74,5 v") tenían
huevos de parásitos intestinales. La infestación con los parásitos en los di-
ferentes centros oscilaba entre 67v. (Kuchantsa - Kamanchain) y 85v.(Sta.
Teresita).
La infección con áscaris se encontró en 48"¡"de los examinados las
mas frecuente, luego trichuris (31,3 q"), amebas (19,6 v.), uncinaríasis
112,2 "t"1, tenia (0,14 "t"1. Enterobius vermicularis y estrogiloides se obser-
varon solo raras veces. 34,5 "h tenían una infección multiplicada. Cuanto
más avanzada era la edad, tanto mas frecuente era el parasitismo ftab.221.

La infección con áscaris y trichuris era alta en todos los centros:


Ascaris entre 38,6 oty ffi,7 "r., Trichuris entre 27,5 .r"y 31 ,7 oro. Pe-
ro por el contrario, la uncinariasis se encontraba con frecuencia diferente.
lnfección mínima en Tutin Entsa (1,97 uo ) y Mutintsafi6A "¿), infección
mínima en Kuchantsa (1,9 "1. En un centro con uncinariasis muy baja (Sta.
Teresita) se realizó en 30 casos la concentración de los huevos por medio
de solución salina concentrada. En este examen adicional, el porcentaje de
uncinariasis no aumentó.

Las personas con uncinariasis tenían en el promedio 11 ,4 g vo hemo-


globina (oscilación entre 7,8 y 15,1 g vJ.

28
3.2. Observaciones clínicas durante 2 años.

3.2.1. Exámenes Físicos :


Los resultados de la investigación básica son generalmente iguales
a los de las investigaciones posteriores. Siempre había una preferencia de
enfermedades Gastro-lntest¡nales y Pulmonares. Encontramos 4 casos más
de Pinta y 3 de Leishmanionis mucocutánea.
Durante dos años se presentaron 7 jovenes shuaras con osteomie-
litis hematogena. 2 shuaras de los alrededores de Sucúa tenían Ulcera Gas-
trica y fueron mandados a un hospital para la intervención quirurgica.

3.2.2. LaTuberculosis.
Durante un año y medio se ha encontrado en la población Shuar,
los siguientes datos sobre la tuberculosis:
34 Pacientes con tuberculosis pulmonar activa.
6 Pacientes con recaída de la tuberculosis.
10 Pacientes sin señales de actividad anteriormente tratados por LEA.
30 Pacientes con tuberculosis ganglionar.
4 Pacientes con osteomielitis tuberculosa.
1 Paciente sospechoso de meningitis tuberculosa.
17 Sospechosos de tuberculosis pulmonar, menores de 5 años, con la
prueba PPD positiva.

D. DISCUSION
Las siguientes informaciones básicas sobre la situación socio-e-
conómica y
el estado de salud y alimentación de la población shuar
pueden extraerse de los datos presentados.

l. ProblemasSocio-económicos

- Distribución de la edades.
-Tamaño de la Familia.
Entre los shuaras 53,3 ./.de la población eran menores de quince

29
años. Casi el mismo resultado en la encuesta de CESA (4): 55,1 eo rll€rlo¡€S
de quince años en una muestra de 1.439 shuaras. Este número es más alto
que en todo el Ecuador: 47,7 v" menores de quince años. El predominio de
la población infantil y juvenil, es decir de grupos de edad económicamente
muy poco productivos, significa una fuerte carga para las posibilidades de
producción de esta población. Las familias son numerosas. (Tasa de creci-
miento anual de la población shuar -3,7 ot de todo el Ecuador 3,4 "t.l2l.
No existe un equilibrio entre recursos económicos y el número de hijos.
Comparación del tamaño de las familias: población shuar 6,2 personas.
-
Población rural en una parroquia de la Provincia de Pichincha (341- 4,9
personas.
Entre la generación que está creciendo es costumbre ir a la escuela: 92,2 "/"
de todos los niños en las zonas investigadas entraron a la escuela antes de
los quince años.

Datos comperativos: La pobl*i&t de 6 años ,/ mas distríbuye en "r

Ecuador (15) Población Shuar


Analfabetos. .... ....26 ......37
Solocursaron hasta tercer grado. ..31 . .....37
'Complementaron la primaria. . .. ..23 . . ..23
Hicieron cursos especiales . .. .2 .. .... .2
Culminaron su etapa universitaria.. .1 .. .. .. .0

La poblacíón de l0 años y más

Ecuador (15) Población Shuar


Analfabetismo
Sector rural . .42 "t" 36 q"

Sectorurbano .....11v"
Total . .....30.r"
El grado de enseñanza medio con entradas al colegio o/a la Uni-
versidad es relativamente bajo en la población shuar, pero está actualmen-
te mejorándose.

30
2. Malnutrición y los riesgos que resultan.
Alta mortalidad de los niños de sarampión y diarrea.
Baja resistencia contra enfermedades infecciosas de toda clase. Ane-
mia por falta de protefnas e hjpovitaminosis como factore: adicionales de
complicación.
La mortalidad de los lactantes y pre+scolares es bastante alta en
comparación con la de los países industriales, pero algo más baja que en
poblaciones comparables de Africa.

Tabla de comparación:

mortalidad mortalidad mortalidad


infantil pre-escolar general
(1-4 años)
México1966(1)...- 62,9.to
Argentina 1967 (1).... 58,3 vo
Ecuador 1970 (2,44) - . . . . 91,0 v" 22,3 t 11,7 vo
Suaras 1971. . 141 ,5 "t, 17,5 .to
Shuaras promedio de los años
anter¡ores de 1971 (1 1). 112,O'h

La mortalidad de los preescolares (r-4 años de edad) en la población


shuar es significativamente alta, esto muestra un índice importante de mal-
nutrición (17,41,42). Además en una población malnutrida, et sarampión
y las diarreas son causas típicas de muerte (17,36). Hay investigaciones (es-
tudios durante diez años del lnstituto Nacional de Nutrición de centro
América y Panamá (35) que demostraron que por solo una alimentación
más rica en proteínas, sin cambios hígienicos, se pudo disminuir la fre-
cuencia de diarreas y la gravedad del sarampión. Mas que los tactantes (ali-
mentación con leche materna) y niños de edad escolar (resístencia más al-
ta) son los pre-escolares (1 - 4 años) los más expuestos a las consecuencias
de una mala nutrición.

3l
El 20,8 de lo niños de 1 - 4 años tenían una atrofia muscular,
11,2 "h de estr.grupo de edad mostraron signos clfnicos de malnutrición.
(Suma de los s' ¡nos de malnutrición Tab. 23).
Gráf. 5 y 6 muestra las diferencias la talla (resp. el peso) de lacgntes
y pre-escolares en la población Shuar y todo el Ecuador en comparación
con las normas de Harward (37). Es una pregunta ¡nteresante si la talla ba-
ja de los shuaras significa una adaptación al medio ambiente (hemeorresis)
(7t.
Sarampión tiene la cuarta posiciÓn entre la causas principales de la
mortalidad de los pre-escolares (Cap. c.7) V en el año 1971 la tercera posi-
ción (Cap. c. 8. ).
La alta mortal¡dad de los shuaras por causa de sarampión especial-
mente en la edad pre-escolar, es una señal de una alimentación deficiente'
un ejemplo es el descuido de la comidas durante la escuela. Los niños
llevan muy poco para comer (por ejem. un plátano) también si el camino
es muy duro sólo part¡c¡pan de la merienda en la casa. Especialmente en
este grupo de edad se puede encontrar los resultados de una mala alimen-
tación. Los alumnos internos en las misiones estaban meior alimentados
que los alumnos de las escuelas en los centros.
Es posible que también algunos factores culturales contribuyan a la
muerte frecuente por sarampión en centros alejados. Se informó que hay
fría o no les dan nada
madres que bañan a sus niños con fiebre en agua
para comer. Por estas manipulaciones algunos de los enfermos habían
muerto.

Anemia. El baio promedio de la hemoglobina (11,3 gv") normal 13,6,


16 gv. (9) con hemoglobina normal de un eritrocito (Hbe) significa una
cantidad deficiente de protefnas y hierro. La falta de protefnas y el para-
sitismo intestinal parece ser el factor más ¡mportante en la causa de la
anemia. El contenido de hierro en el cuerpo es suficiente para proveer de
hemoglobina a los glóbulos rojos formados en menor cantidad por falta de
proteínas. Los lactantes son los que sufrían de anemia, (promedio de

32
10,8 g. v" Hb). Porfarta de hierro ra embarazada no puede
il,:nar ros depó-
sitos de hierro en la criatura.

Hipovitaminosr.s. No existe una correlación fija entre


signos clínícos y las
condiciones de hipovitaminosis'(6), porque er sfntoma
siempre depende de influjos e¡<traños y adicionales. casi
no hay estigmas
patognomón icas segu ras para condiciones hipovitam
ín icas.

Falta de vitamina A en fi,9 v"de rosexaminados, por


ro menosco-
mo factor adicional en la enfermedad. signos de falta de riboflavina
en
1.9v" . signos de falta de vitamina c, niacina o vitamina
D no fueron en_
contrados.

Los exámenes bioquímicos del Instituto Nacional de


Nutrición mos-
traron la misma tendencia: deficiencia de Vit. A en 6 de los
3l muestras
examinadas.

Entre los adurtos, ras morestias por er aparato digestivo,.ra


gravedad
de enfermedades infecciosas (gripe etc.) y los sentimientos
de debilidad in-
dican que entre ellos el factor de malnutrición está también
latente.
Los resultados de ros exámenes clfnicos y ros datos de ra
mortaridad
de los niños y sus causs, indican que ra arimentación es uno
de ros probre_
mas más importantes para la sarud de la pobración
shuar. Hay que pensar
que solo a una minoría de los mal nutridos
alcanza el estado de la sintoma
tología clínica. (21 ).

3. Falta de higiene anbiental c.,no frctor causante de enfernedades.

Alta mortalidad infantir, especiarmente por diarrea y bronco-neu-


monia.
Protección insuficiente contra el frío.
Falta de aseo.
Consumo frecuente de agua no hervida.

33
Las enfermedades con diarrea fueron una de las causas más frecuen-
tes de muerte de los niños. Esto se deduce como un siqno de falta de higie-
ne.
ademá .le la leche materna
Desde tierna edad los lactantes reciben
alimentación complementaria, preparada sin ningún cuidado higienico.
Muchos niños de corta edad ya tenían una parasitosis intestinal (Tab.22l.
Eval uación comparativa :

Principales causas de mortalidad infantil en el Ecuad or (1.9G6\ (221.

"r de total de defunciones en este grupo de edad.


Ecuador Shuaras/años Shuaras 1971
(1966) anteriores (Cap. C7) (Cap. C8)
Enfermedades propias 32,4 5,2 12,9
de la infancia
Bronquitis, todasformas 15,6 28,O 30,6
Gastroenteiitis 15 9,1 13,4
Síntomas y estados mal 12,4 20,o 4,3
definidos
Tosferina 7,8 1 1,3 12,9
Sarampión 1,4 3,9 1 1,3

Estos datos indican que en todo el Ecuador como en la población


shuar las causas principales de la mortalidad infantil son enfermedades del
aparato respiratorio y digestivo y enfermedades de la primera infancia.
Los datos indican que las infecciones gastrointestinales (como un
índice de agua mala) actualmente son más frecuentes que anteriormente y
ya han logrado el porcentaje del Ecuador.
Estos resultados parecen mostrar que la situación del agua potable
se empeora cada vez más. Con la aglomeración de la población y el creci-
miento de la ganadería, es decir de los pastos, los arroyos y los rfos, se en-
sucian. De 76 comunidades shuaras visitadas, tenían solamente 8 una ver-

31
t¡ente con agua limpia.

El parasitismo intestinal. Alcanza un grado muy elevado (graf. 4 - B). En


los centros que tienen fuente de agua lodosa, en
donde mucha gente la utiliza tanto para lavarsb como también para el con-
sumo diario (por ejem. centro Mutintsa), la ascaridiasis y amebiasis fue
más elevada que en otros centros donde las familiasviven dispersas, t¡enen
fuentes de aguas propias y donde hay arroyos con fondo de piedra (por
ejem. centros Kuchantsa y Kamanchain). Esto ofrece una correlación entre
higiene, fuentes de agua, basureros y grado de infestación parasitaria.
La uncinariasis se encontró especialmente en las zonas de nivel bajo
y alta temperatura (por ejem, Tutin Entsa 19,7"t1mientras en los centros
de las zonas montañosas casi no había este parásito intestinal (Kuchantsa-
Kamanchain) 1,9 v").
Los valores de hemoglobina en las personas afectadas de uncinariasis
fueron entre: 7,8 g"t y 15,1 g"a El promedio de hemoglobina 11,4 muestra
que la enfermedad en muchos casos no fue tan grave. La escasa densidad
de los hab¡tantes y una relativa higiene del medio, parece aún limitar las
posibilidades de la propagación de la uncinariasis.
:.i:i
*:¡,t l,t

Datos comparativos enel Ecuador: l$cinariasis en poHaciones rura-


fes reconocidamente endémicas entre el 16ry 20 ry. (341. IT*e los habi-
tantes de Guayaquil tenían Trichuris según una investigación en er año
1.969 (33). Resultados de un laboratorio en la Provincia de Manabí: 48,g.¡
trichuris; 45,1or entomeba histolítica;40,8v0 áscaris; 17,4qo uncinariasis
(porcentaje sobre el total de examinados (31).

Las enfermedades del aparato respiratorio representan el problema


de salud más grave en la población shuar. Las lluvias diarias, ra necesidad
de pasar el día tras día ríos y o arroyos y el frío de la noche son causas
para la frecuencia de esta enfermedades.
Los shuaras no suele dar a sus hijos más de uno, o dos o tres vest¡-

35
dos. Frecuentemente no se cambian la ropa mojada, sino que la hacen
secar en su cuerpo. Las familias duermen en una casa abierta, muchas ve-
ces jun'os en una o dos camas de madera al máximo cubierto con una co-
bija del¡ada. La víeja costumbre de tener un fuego perenne en el centro de
la pieza ha ido perdiéndose a través del nuevo estilo para construir chozas.
Unicamente la puérpera según los ritos será dejada durante tres semanas en
la cocina cerca del fuego.
Esta falta de cuidado contra el frío y la humedad, así como también
el descuido con las enfermedades contagiosas parece ser un factor esencíal
para la extensa propagación de enfermedades del tracto respiratorio. Sola-
mente en los centros aislados existe todavía la antigua costumbre de pro-
hibir a huéspedes la entrada en la casa si tienen enfermedades contagiosas
o esconderse si en familias cercanas había una epidemia.

Las costras del cuero cabelludo de los niños, escabies y furunculosis


son porf o menos en parte causadas por la falta de aseo.
Sin embargo los números relativamente bajos demuestran que no se
tratan de los problemas de salud más importantes.
Al contrario de informaciones anteriores (3) el estado de los d¡entes
es bastante malo. Un cuarto de la población sufría de caries. Sin embargo
la dentadura de los Shuaras todavía esta relativamente buena en compara-
ción con los países europeos y norteamericanos donde se encuentra la ca-
ries en aproximadamente 99"r" de la población (49).

4. hoblemas de salud que resultan del ambiente eultural y geográfico.

Malf ormaciones congénitas.


Enfermedades tropi ca les.
Enfermedades de la civilización.

A causl de los frecuentes matrimonios entre parientes se podría es-


perar un gran número de malformaciones congénitas. Los shuaras suelen
matar despué del nacimiento a los niños deformados, por estas razones

36
estas deformaciones fueron encontradas muy raramente. (3 casos).
Las enfermedades tropicales no son un problema principal de salud
para la mayorfa de los Shuaras. En la parte caliente de la provincia se en-
contraron algunos casos de leishmaniasis cutanea y mucocutanea y de pin-
ta (carate) bacteriologicamente no comprobados. Malaria no fue nunca
diagnosticada. La oficina para la campaña ant¡malaria informó que el nú-
mero de los enfermos de paludismo es sumamente bajo.

Las enfermedades llamadas de la civilización son muy raras entre los


shuaras. En el examen clínico no se encontraron signos arterioescleroticos.
Fuera del grupo examinados dos casos de ulcusgátrico, y dos de colitis ul-
cerosa con los est¡gmas psicosomáticos.
Todos estos casos fueron diagnosticados en la zona de contacto con
la civilización.

D. La tuberculosis en la población Shuar.

Sobre la propagación de la tuberculos¡s en esta región existen sola-


mente vagas suposiciones, no hay ningún dato concreto. Fi.¡e necesaria
una obse¡vación de la situación epidemiológica; por esta razón fue realiza-
do un estudio piloto según las proposiciones de la OMS (45). Fue posible
obtener algunos datos sobre la propagación de la enfermedad por medio
de una vísta general de la situación actual.

5.1.Modelo Epidemiológico: (Modificación de (30):


Casos bacteriológicamente confirmados (1 1 personas)

No. Infectados Infectados Casos de recaída


(596 personas) (298 personas) (2 personas)

(Números de la investigación básica. Dentro de un año y medio se


ha encontrado 34 pacientes con tuberculosis pulmonar activa y además 6

37
pac¡entes con recaída de la enfermedad).

5.2. Indice de Infección.


(Expresado como propagación de la PPD reacción positiva).

Según MACIAS (29) el valor de este método está limitado por los
siguientes factores: Diferentes materiales de la vacuna y diferentes inter-
pretaciones de las reacciones de la piel. Reacciones no específicas. Ningu-
na relación f ísica entre la enfermedad y la reacción tuberculínica.
Análisis tuberculfnico en áreas donde ya existe la vacunación BCG,
o donde todavía no existe: Tab.24.
Las limitaciones indicadas disminuyen la comparación con otros re-
sultados.
Se puede estimar que la propagación de la tuberculosis en la pobla-
ción Shuar es más baja que en toda la población del Ecuador, pero más al-
ta que la distribución de la enfermedad en la parte semirural de la pobla-
ción de la cOsta (graf. 7). La Península Santa Elena tomada como un ejem-
plo para una zona semiurbana rural.
Las diferentes áreas de la región Shuar examinada muestran diferen-
tes fndices de infección:
Centros muy aislados, situados muy adentro en la selva (por eiem'
Tutin Entsa) estaban significativamente menos infectados que otros
centros que tienen un contacto regular con la colonización (gráf. 8).
Sorprendentemente altos fueron los índices de infección en las es-
cuelas de las misiones comparadas con un centro en la misma área (graf.
9). Una explicación puede ser el estrecho contacto de los niños en los
internados.

5.3. Indice de Morbilidad.


(descubrimiento de casos de tuberculosis por medio de la bacilosco-
pia directa).
Una separación entre prevalencia e incidencia es todavía imposible. &

38
No se puede estimar el número de los tuberculosos no diagnosticados. so-
lamente los pacientes con sfntomas y signos pulmonares patológicos die-
ron su esputo para el examen baciloscópico. Según HoLM (,|0) tienen sín-
tomas aproximadamente 66v" de los tuberculosos, según otras declaracio-
nes hasta un 95v" (46) un 50v" tiene la baciloscipia directa positiva. (10).
En esta investigación 15,7v" de las 70 personas sospechosas por el
síntoma de tos tenfan la tuberculosis, diagnosticada por baciloscopia
directa.
Exámenes de cultivo o de rayos X no fueron llevados a cabo.
Las posibilidades para comparar la morbilidad entre diferentes áreas
son reducidas según MACIAS (29), debido a los siguientes motívos: res-
pecto a la incidencia: intensidad diferente de la pesquisa de los casos. ca-
lidad diferente de los métodos diagnosticados.

TASA DE LA INCIDENCIA DE TUBERCULOSIS PULMONAR

.958 Ecuador (26l' . . .|00.000


1 131,9 por hab¡tantes
1.969 Ecuador (26). . . . 53,0 por 100.000 habitantes
1.971 Prov. Chimborazo Q7l . . 25,5por 100.00d habitantes
1.971 Prov. Cotopaxi(27\ . . . 105,8 por 100.000 habitantes
1.971 Prov. Morona-santiago (271. . . . s4,z por r00.000 habitantes

Es todavía temprano para poder estimar la tasación de la morbilidad


de la tuberculosis en la población Shuar.
El porcentaje de la pruebas positivas del esputo (baciloscopia direc-
ta) depende del método para la elección de la pruebas, pero da también
una referencia del grado de la propagación de la tuberculosis.

Porcentaje de los Resultados positivos en la Baciloscipia directa

1.969 nota general de la OMS (47) 5,0vo


1.969 Corea (38). 2,4"t

39
1.968/69 Bolivia, (20). Yungas área ' ' ' '24,Ov'
1.971 Ecuador, área Shuar ' ' ' '6,8v"
( Propia Investigación)

5.4. Indice de mortalidad:

Una tasac¡ón es imposible.


La falta de los índices del aumento proporcional de la infección,
morbilidad y recaída impide una observación dinámica de la epidemia.
Por precaución (los PPD negativos son vacunados por BCG) y por
falta de recursos se podía nredir la "infección anual" de la tuberculosis
por medio de pruebas tuberculínicas repet¡das, solamente en dos centros
shuaras.

5.5. Tuberculosis extrapulmonar.

La tuberculosis ganglionar parece desempeñar un papel muy impor-


tante en la población shuar;6 casos fueron encontrados en la investigación
básica, 26 pacientes se presentaron de otros centros en un período de un
año y medio, con la misma enfermedad (Diagnósis a base del examen cli
nico y la positividad de la reacción tuberculínica). La tuberculosis intesti-
nal no fue diagnosticada probablemente en parte a causa de la falta de po'
sibilidades para hacer un diagnóstico.

NOTA: ya que la tuberculosis por microbacteriana t. hominis se transmite


fundamentalmente por vía aerea, la chicha no debe tener importancia en
la transm¡sión de la enfermedad. La chicha es la bebida fermentada por
medio de la saliva y tomada con cada comida por los shuaras.
La ganadería no ha sido hasta ahora somet¡da a un control veterina-
rio, pero solo algunos shuaras toman la leche regularmente.

l. v\ "-.

J: :r. lJi|t ,:ty


:
' :: i!,t-.

t.
r\&i; ,,t ! i;,i1.
40
E .RECOMENDACIONES PARA UN PROGRAMA DE SALUD EN LA
REGION DE LOS SHUARAS .

Para llevar a cabo la más ardua de salud, es necesario una con-


centración en los problemas claves. Estos problemas estriban como fue de'
mostrado anteri ormente, en :
1.- Cuestión de nutrición.
2.- Cuestión de vestirse.
3.- Cuestión de higiene de la alimentación y del aseo personal..
4.- Cuestión de la tuberculosis.
Para evitar una solución aparente se debe realizar una planificación
sanitaria a largo plazo.
La oferta de los alimentos debe ser enriquecida a través de nuevas
plantas: más que todo fré¡oles como ricos portadores de proteínas (13, 16,
22,23,35), zapallos, zanahoria como proveedores de carotina y otras. So-
lamente por medio de una instrucción práctica es posible conseguir éxito.
En los centros deberían crearse huertos comunales. Con los productos de
estos huertos se podría disminuir la deficienta de la alimentación de los
escolares. En los huertos experimentales se deben reunir experiencias agrÉ
colas. Los especialistas son indispensables para las consultas. La tarea más
importante sería primeramente la de suprimir la aversión hacia la leche, y
la de convencer a las familias a ordeñar sus vacas. Es necesario aconsejar a
las madres sobre una razonable alimentación de los lactantes y niños
pequeños ("Under - fives - care" 21,24).

Tambien el problema devestirse, en subtancia, es una cuestión de la


educaciónl, la cual todavía no está profundamente introducida en el pro-
grama de enseñanza de las escuelas. Debería ser aprobado un programa
con el siguiente tema: "A cada niño tres vestídos" "A cada persona su pro-
pia cobija". Las escuelas misionales podrían coser ropa para los bebes y ni-
ños oequeños, ropa que al fin del curso llevarían a la casa. Hay que empe-

mr--;mocuqrllllÑl 4l
I AUiA.TL
zar con una produoción de ponchos de pllbtico como una deftnsa contra
la lluvia.
Una eficaz lucha contra el parasitismo intestinal a través de una me-
dicina preventiva (educación saniuria) parece ilusoria en un futuro próxi-
mo a causa del gran número de medic de transpofte con los cuales los pa-
r&itos llevan al organismo. Pero serfa conveniente liberar de vez en cuan-
do la población de la gran carga de los parásitos mediante un tratamiento
en masa. Hay informes (25) que mediante una sola dosis de citrato de pi-
peracina la ascariasis fue disminuida después de cinco semanas de 90 a
28v.. Los centros con abastecimiento de agua y lugares de desperdicios po-
co sat¡sfactorios deberían ser persuadidos para mejorar estos sitios. En los
centros con parecidas estructuras de pueblo y con gran aglomeración de
familias, así como en las escuelas, la construcción de pozos para el abaste-
cimiento con agua potable debería ser propagada e iniciada. Hay que em-
pezar urgentemente con una campaña para letrinas comunales y familiares.

La amenaza de epidemia de tuberculosis debe ser combatida con la


Liga Ecuatoriana Antituberculosa (LEA) (271. lnterrumpir la cadena de
infección con la vacunación de los no-infectados; con el tratamiento de los
enfermos y la búsqueda entre los contactos. Es la primera necesidad el
programa de vacunación en los centros más alejados con poco contacto
con la tuberculosis y la búsqueda de los casos en la zona de colonización.

El tratamiento anbulante debe ser ampliamente llevado a cabo se-


gún las directivas de OMS (a5) v las normas de LEA (28). La condición
previa es buena para una educación sanitaria ya que en las zonas investiga-
das 92,2"t" de todos los niños hasta los catorce años entran a la escuela.

Para desarrollar todas estas act¡vidades a favor de la población Shuar


parece necesario centralizar las investigaciones y programaciones del fu-
turo en un centro de salud en la provincia de Morona Santiago.

t2
APENDICE
El actual grupo de trabajo ha entrenado 80 auxiliares de la comuni-
dad shuara. Estos "promotores de salud" realizan en sus centro y coopera-
tivas la educación sanitaria, control de la tuberculosis y poco a poco una
medicina simplificada. se les ha puesto a disposición un botiquín. Los pro-
motores de Salud son controlados por Auxiliares de enfermerfa que visi-
tan regularmente los centros de su área. En sus giras los auxiliares también
hacen pol ivacunaciones.

Luego de lograr que los problemas entren en el conocimiento de la


población podría iniciarse con la colaboración de especialistas un mejora-
miento de la agricultura y la construcción de pozos de agua potabte. Aso-
ciación independiente del Pueblo Shuar del oriente Ecuatoriano. En cola-
boración con la Federación de centros shuaras y las misiones, el grupo
de trabajo empezó campañas de vestido para ros niños, cobijas y ponchos
de plástico.

43
RESUMEN

En tres investigaciones y encuestas sistemáticas se ha evaluado


el es-
tado de salud y alimentación en la población indígena Shuar (Jívaros).
una alta mortalidad infantir y general y una alimentación insuficíente
fue
encontrada. La tuberculosis desempeña cada vez más con
el aumento de
la colonización blanca un papel importante en la morbilidad
de la pobla_
ción.

El análisis de los factores causantes de la morbilidad y malnutrición


puede dar fndices para las campañas necesarias
con el fin de evitar o com_
batir las enfermedades más propagadas. para facilitar un control contínuo
parece necesario centralizar la programación
en un centro de salud.

44
tablas A
éráfücos
Tabla 3.
La situación conyugal en la población Shuar

lnterrogados 1 mujer 2 mujeres 3 mujeres Divorciados Solteros Viudos


o separados con casa
propra
v"638,0 550,0 38,0 4,O 9,0 9,0 26,0
"r" 100,0 86,2 6,0 0,6 1,3 1,3 4,1

Tab. 20 B Promedio de consumo de calorías y Nutrientes por persona y


por día en tres familias Shuaras.
(Análisis por Dr. R. Castillo, INNE Quito).

( 6 personas) (10 personas) (6 personas)


familia I familia ll familia lll
calorías .....1690 19il 1689
Proteínaanimal ....0,00g 6,00g 3,00 g
Proteínavegetal. ....3,62g 13,77g 1 1,55 g

Proteínatotal . .....3,629 19,77g 14,55 g


Grasaanimal .... ..0,009 5,35g 2,67 g
Grasavegetal.... ...5,87g 8,60g 10,59 g
Grasa total. . . .5,87 g 13,9b g 13,25 g
Hidratos de carbono . . . .405,76 g 437,31 g 377,99 g
Calcio ...238,00mg 296,93mg 201,93m9
Fósforo . .564,94mg 693,14mg 557,20m9
Hierro ....28,18mg 34,11mg 26,13m9
Vitamina"A"animal ..... 0,001E 208,331E 104,1718
Vitamina "A"vegetal . .... .... 10,791E 11,331E 10,65rE
VitaminaAtotal .10,79tE 2'lg,66lE 1 14,83 lE
Tiamina .. .0,74mg 0,64mg 0,70m9
Riboflavina . .0,48mg 0,32mg 0,39m9
Vitamina "C" . . 295,40mg 232,60mg 163,00m9

46
Porcentaje de adecuación de la dieta promedio

Calorías (2.250 recomendada). . . . 75,11'/" 86,84"r" 75,06"r"

Proteína total (60,09 recom.) . . . . .6,03v" 32,95"/" 24,25q"

Calcio (4OOmg recomend.) 59,50q" 74,OOq" 50,25"n


Hierro (14 mg recomend.) ' 2O1 ,28"t" 243,64"/" 186,64v"
V¡t. "A" (1.300 lE recom.) . .0,83"r" 16,89v" 8,83"/"

Tiamina (1,0 mg recomend.) 74,OOq" 64,00"/" 70,00v"


Riboflavina (1 ,3 mg recom.) 36,92q" 24,61q" 30,00q"
Vit, C (60 mg recom.) ' ' -.492,33"t" 387 ,67 q" 271,67"t.

y
Las comidas eran coffipuestas de yuca (maniok), platano, camote chicha
pero
de yuca. En el día detexamen ninguna de las tres familias tenía carne
familia ll y lll cornieron huevos.

va&or nutritivo de bcor¡ida básieadeloe Shuar'


Tab.20 G El
(Análisis bioquímico del Dr. R' Castillo, INNE Ouito')
Familia I Familia lll Chicha
por 100 gramos de la comida'
Calorías. . .159 156 50
Proteína 1,20 S 1,01 s 0,38 g
Humedad. " '59,64 9 62,99 s 88,10 g
ExtractoEtéreo. .....0,159 O,24g 0,BB g
Carbohidratos total .38,25 g 35,06 s 10,14 s
Fibra. '..2,509 2,77 g 2,97 g
Ceniza . -O,77 g 0,70 g 0,49 g
Calcio .....16,77m9 14,27m9 18,20m9
Fósforo .....40,48m9 39,56m9 38,16m9
Hierro .1,63m9 2,39mg 1,87m9
Caroteno ....0,63m9 0,61ms 0,08ms
Tiamina "" 'o,o4mg 0,03m9 0,02m9
Riboflavina . . '0,o5mg 0,05m9 0,04m9
AcidoAscórbico '..17,25m9 11,50m9 12,00m9
La misma comida como en tab. 20 B' No se ha calculado los huevos
que comieron en familia lll.

47
Tab. 20 A análisis bioquímicos de la sangre de Bl Shuar

(El Dr. Raúl castillo, Instituto Nacional


de Nutrición ouito, hizo losexá-
menes de las muestras envíadasl.

Promedío desviación No. de las normal


estandard desviacio-
nes de la
norma
más -
menos -
Proteína totat g/100m1 9,2 0,52 16- 6,5-9,0 x
Albumina g/100m1 3,7 0,56 12- 3,5-b,5 xx
Globulina g/'l00ml 4,2 o,4g 31- 2,5-3,0 xx
Relación Alb/ct . 0,7 0,56 31_ 1,3-3,0 xx
Ouotient
Lípidos ms/100mt 790,9 28,40 9- 678-180 x
Colesterol mg/100m1 151,3 23,50 13- 1b0-250 xx
Carotena mg/100m1 ,123,4 43,40 18- 40-100 xxx
Vit. "A" mg/100m1 26,6 7,30 6- 20-50 xxx

x - según Heggrin, R.: Differentiardiagnose innere


Krankheiten, Tieme
Verlag 1966
xx- según Merck, Manuar der Diagnotik und rherapie,
r 1 ausg. sharp-
Dohme München 1969.
xxx- Según Dr. Raúl Castillo comunicación personal.

48
6
o
=
J
(E
B
:)
-
a
v,
o.
z
LlJ
,"t'¿
+l //
+*/
lrl
o o
(o
,.t
i!
z
o
o t
F
¡ l
z rl,l É.
I(,
I

I
¡ ¡rr i x
x tU
I d
¡ ¡(
LU
E l
t a ',\r\
J d
+- ti t
x I
rfx.
I

É. s=cffrv $oi A'FU


o ,
o okI

6lTt^^-
l(J ¡
'r(
'1J
uJ
J
lu
-T-<r_
¡_ {¡*=
r> ,.,1r¡ trr¡t\
o-

4g
Mapa 2 La provincia de Morona Santiago y los centros shuaras ( a )

elegidos para la investigación básica.

\
\
¡-
I
o I
I-irnórr I
I
S/
.S/
o , at'

( lualar¡rriza
{7

50
(n
ul
cc
l¡J
-t
f,
E
(u
:t
a u,
UJ
E,
sr .5
()
d¡ (E

o \f6
r o-
(o

@€
(¡,
E
@'E
g
ii
9ñ¡ .F
(u
(9

U'
o)
o,
oo)cDo)oro)
o) o) o) o, cD o, o, o,
(o
E ot
(o
q¡ of of 6.r' of É' o,- c,-
ll)tf(Y)ñlFO)r+
o o
(0 aaoolr)otf)o
rf, sf (Il ñ¡

5l
.9^o
to;!
ónHg
g(ulct)
a
o
rc
x:o,
yv¿
o
aJ '(o
E

o
N
o)
OJ I
c(D I
i
o
F

F _L r\
¡n I

(o
(o
i.

P I
to
o) I

q
I
sf
o I

--T-
I

(f)
(¡)

.g C\I
at
(l.)

P
an
o o

(¡)
GI
(o
c
.o
C)
(o
o
L

o
(J
i-t-i- ,
I

---t- - --
i

at,
(E 1-r--f-
F
(o
r-- l-- -t-
I

ct
F
(g -l-
o i-r
ej
6(o
()o
n?,
E(¡,
(D-
f.o
E(J
>8 4
o
r, dl
a
s€
_b9
oo
fo
ú
Ft
v,
- f o
E.E ¡c
(o
c)3 a
-ccr tn
.(o
€E
so
E

o
sl

-ooooooooo
¡FOct@o(orl)st(YrN
F
.9^9
E€
bh,o'r
E g
h-r-'=

¡i
rl
-if

r\li
i ili I i
,

*.*l-l
Si'',]\:
I

51
1__ _ "¿"de_lqg ryñic¡s --__-_.--
30

18 -- /
/
Z\ t
t\
rl
\
16 -- --t,i rl
¡l
,, It
1(
al
I
it
I
\
6 t- I
T
I

03691215182124
Graf. 4 A Alimentación de los niños menores de 26 meses
al¡mentación adicional
- fin de la lactancia
---

55
Graf. 4 B Parasítosis íntestinal
Examen de 352 Shuar
7 4,5"t resu ltados positivos

34,S'tcon infestación multiPle

Graf. 4 C D¡stribución de los parásitos en


las 2&l pruebas Positivas

ASCARIS TR¡CHURIS

UNCINARIA

56
Graf. 5 Peso con relación a la edad: Harward standard (37) ......
Lactantes y preescolares en el Ecuaclor (40) --__
Escolares en Ouito fi2l' -.-.-. población Shuar, investig.

0123456 7 8 I 10 11 J2
anos
Graf. 6 Peso con relación a la edad. Los mismos grupos examinados
como en graf. 5
kg. 3

30
25

20
I
,r
,
:-4Tl u
15 .L"',¿

10

5 I2
I 10 11 12 años

57
1r:E?
q)
sa FUJ i
i

o O tr-
a. NE^
{ 'EfrH€P ."3E
ca cF C
:,EIEE Orl- (D


{-
Es I
ñ:d
=otr
€(!
EgiEeE E€S
9¿ 9'6
ü :EÑ
b-¡
ri: ; EÉ€i g :t(l)c
cE9
(t)>o
6f()
€J €8.
(!L
*o
ts Egi:.aE E5H
bá;
or|J
Q.(! :Ei¡Éi op6
3!S
EH
\(a É: t E H.E :BF
()-
H€ a,EÉ.9¡É. €8 o, f.=
A-a
!rc
SS o(o Éo2
c'S cT ü
.ols
5t 'Fl5
Ee e-t
*e sG<
€3. €Bg
1!- $É
.sl E
-l
sl Ea 5
s{
Fb
5!
g€
C)
o.!
i
(ot
|
trü
lc E6 |

d.3 EEJ
6
* C)
o oo
o)@
ooooooo
F(Orosr(llñl s
Q
(9 oe

58
F.gG ,p€
ó=p
N co)
oÉ g
--r- á -Ee
ó9E *8
bTi -¡C
c(5
(no.ó
-ci? :9+
Oeo Se
Ees
bF'E
s
lo
6-
o
s
o q)
oóo
ceo
o o €b
:;xct sF
E
6 E;
-f€
s
iE8
ó=o
E6E
L o;j (o
(o
.tl
(g
tn
c cq)
8E ñ (I)
P
6
(¡) u-¡
5 (u
üC¡c (¡) ,F 0)
o c'ó F E
3:F
660 a
+J f f
o-
at
o
lc
(u
€t
ülf
F ro

'lE ic)
.ó -¡ < o
(Y)

ges A
EEE
t,o,o-
l- I

= I
Eo r
Éc !
h:9r
9H I
-1
ro

trNl
o'=
c, |
t: o
ó-^
FEE
3e.¡¿
i
_l
@
,+-
o o
(o
o o
(,E lf
s

5g
lcC'
EóE
Éf;
.EE b
eg
-*="
.H€: áA
É*? f,{=(o<f
o?rqslÍ)
.5.s-

::ü rlrr
'tr6c r
9;
(oolJ(u
cri

Eü .:'=
EüT
8lJ qÉ
reáo tg
(J:6JtIJ(J ilE
=EB-r at,
o
tc

o
C9

ro
N

o
ñl

O) lo
F
L
(9 o

o
@
o O
(o o
ro
o
sr
o
(Y)
o
ñl
o

00
BIBLIOGRl\I.'IA
-1 ', i-: -'l¿:'É.' . .1 ,

1.- University of California 1969: Statistical (Abskasto) Latino Améri-


ca 1.968.
2.- Barrera, H.E.:Mortalidad y salud. Segundo Seminario Nacional de
Educación Médica. Ouito 1.9C8.
3,- Berrueco D.: El Vicariato de Méndez a los 75años. Editorial "Don
Bosco". Ouito 1.968.
4.- central Ecuatoriana de servicios Agrícolas (cESA):lnvestigación en
los centros shuaras. Morona Santiago .971. 'l

5.- Cremer, H. D.: Malnutrición. Móglichkeiten zur objektivierug vers


chiedener Formen von Malnutrition und ihrer Folgen, insbesondere
fur das Nervensystem. Med. u. Ernáhrung l1:249 (1.970).
6.- Darby, W.J. Mc. Sanity, W.J., Mc Laren, D.S., Paton,D., Alemn,A.
Z. and Medhen, A.M.G. Publ. Hlth. Rep. (Wash.l 75: 738 (1.960).
7.- Galván, R.:Efecto del ambiente sobre el crecimiento y desarrollo
f ísico. Bol. méd. Hosp. lnfant. (Mex.) 27:419 (1.970).
8.- Haegi, V.: Die Tuberkulinreaktion als diagnostische Methode. Inter-
nist: 428 (1.967).
9.- Hegglin, R.: Differentialdiagnose innerer Frankheiten. Georg Thie-
me, Stuttgart. 10 Aufl. 1.966.
10.- Holm, J.: Basic concepts in the fight against tuberculosis. WHO se-
minar on tuberculosis control Kabul 1.909.
11.- lleckova E., Kroeger A., Heyna H., y Pawelzing G.: lnforme prelimi-
nar sobre el estado de salud y nutrición en la población Shuar del
Ecuador, Sucúa, Agosto 1.971.
12.- Instituto Nacional de Nutrición del Ecuador, Boletín informativo
Vol. Ll 1 (1.961).
13.- Inst¡tuto Nacional de Nutrición: Tabla de composición de los ali-
mentos ecuatorianos. Ouito - Ecuador 1.965.
14.- Junta Nacional de Planificación y coordinación: Anuario de esta-
d ísticas vitales. 1 .968.

6l
15.- Junta Nacional de Planificación y Coordinación: Segundo censo de
población y primer censo de vivienda. 1.962.
15a.- Junta Nacional de Planificacíón y Coordinación: División Territorial
de la República del Ecuador. Ouito 1.971 y Ouito 1.972.
16.- Jelliffe, D. B.: Appreaches to village-level infant feeding. J. Trop.
Ped.: 46 (1.967).
17.- Jelliffe, D.B.: Evaluación del estado de nutrición de la comunidad
Organización Mundial de Salud. Serie de Monografías No. 53 Gi-
nebra 1.968.
18.- Jelliffe, D.B.: lnfant nutrition in the subtropics and tropics. VHO
Monograph Series No. 29. Genova 1.968.
19.- Kock, C.W. and W.W. Fox: Tuberculosis control program in the
Yungas área of Bolivia. Publication of the Bolivian Ministry of Pu-
blic Health /Peace Corps 1.969.
20.- Kock, C.W., W.W. Fox, M. Panteja, R. K. John y D.A. Daníelson:
Descripción general para el programa conjunto para el control de la
tuberculosis en Yungas. Prensa Médica 21 3 fi.969).
21.- King, M.: Medícal care in developing countries. Nairobi, Oxford U-
niversity Pres 1 .966.
22.- Krant, H.: Ernahrugsforschung und Entwicklungshilfe in Tanzania.
Mitteílungen aus d. Max-Planck-Gesellschaft 3: 166 (1.970).
23.- Kreysler, J. and C. Schlage: The nutrition situation in the Pangani
Basin. lnvestigations into Health and Nutrition in East Africa. Afri-
ca - Studien 42:82 (1.969.
24.- Kreysler, J. : Rational Develepment of an "under fives clinic" net-
work, J. trop. Ped. 16: 48 (1.970).
25.- Kreysler, J. : Der Erfolg ciner einmaligen Piperazinzitratbchandlung
bei endemischen Ascaris lumbricoides Befall in Urambara Tanzania.
Ztschr. Tropenmes. a. Parasiret 20: 351 (1.969).
26.- Liga Ecuatoriana Antituberculosa: Informe sobre las labores desa-
rrolladas por la Institución durante el año 1.969. Gúayaquil -
Ecuador 1.970.

62
27.- LigA Ecuatoriana Antitubercr,,osa: Informe sobre las labores desa-
rrolladas por la Institución durante el año 1.971. Guayaquil 1.972.
28.- Liga Ecuatorianan Antituberculosa: Programa de control de tuber-
culosis. Normas para el cumplimiento de las acciones del programa
y su registro. Guayaquil ' Ecuador 1.972.
29.- Macías, V.: Consideraciones sobre la tuberculosis en el Ecuador: Al'
gunas ideas para un enfoque práctico del problema. Trabajo presen-
tado en la Universidad de Sao Paulo. Sao Paulo - Brasil 1.969.
30.- Neumann, G.: Die Epidemiologie der Tuberculose. Med. Klin. 66:
67 (1.971).
31.- Ortí2, R.L.: lndice coproparasitario en la poblacion de Bahía de Ca'
ráquez y zonas aledañas. Prov. de Manabí. Rev. Ecuat. Hig. Med.
Trop. 26: 133 (1.969).
32.- Pérez, C.G. Características de la lucha antituberculosa en algunos
países de las Américas. Sal. Publ. de México 1 1 :455 (1.969).
33.- Rodríguez, J.: Lecciones de Parasitología humana.4 edición 1.969.
34.- Rodríguez, M.: Acción del phenylene-di-iso-thioeyanata (Yonit) en
casos de uncinariasis. Rw. Ecuat. Hig. Med. Trop.27:3 {1.970).
:

35.- Scrimshaw, N.S., Béhar, M., Guzman, M.A. and Gordon, J. E.: Nu-
trition and Infection. Field study in Guatemala villages, 1.959 -
1.964. lX. An evaluation of medical, socialand publichealth bene-
f¡ts. W¡th suggest¡ons for future field study. Arch. Environ. Health.
18: 51 (1.969).
36.- Scrimshaw, N.S., Béhar, M., Viteri, F,, Arroyawe, J. y Teiada C.: E'
pidemiología y prevención de la malnutrición proté¡ca severa
(Kwashioker) en la América Gentral. Bol. Ofic. San. Pan. 422 317
(1.957).
37.- Stuart, H.C. and Stevenson, S.S. : Physical grewth and develop-
ment. (1.959) En: Nelson, W, ed., Textbook of pediatrics,7. ed.,
Filadelfia, Saunders.
38.- Tac, J, C.: Trainig, supervition and mot¡vat¡on of personell XX.

03
conference lnternacional de la Tuberculose, New york l96g Bulle-
tin de l! unión Internacionale contre la Tubercurose. XLlll: 149
(1.970).
39.- Valfejo, L.: Encuesta nutricional de la parroquia ,'La Esperanza,,,
cantón Pedro Moncayo. Publicado por el Instituto Nacional de Nu-
trición. Ouito 1.967.
40.- Vallejo, L. y Troncoso, c.: Guía para la clasificación del estado nu-
tricional de lactantes y pre-escolares. publicado por el lnstituto Na-
cional de Nutrición. 1.970.
41'- vélez, R. E.: cociente de defunciones de 1 - 4 años/ 1 - ll meses
como indicador del estado nutricional. Rev. Ecuat. Hig. Med. Trop.
26: 115 (1.969).
42.- vélez R. E.: Mortalidad proporcional de 1 - 4 años, indicador del
problema de desnutrición. Rev. Ecuat. Hig. Med. Trop. 26: 12g
(1 .969).
43.- Yélez, R.E.: correlación entre disponibiridad de proteínas y tasas de
porcentajes de mortalidad de 1 - 4 años en países latinoamericanos.
Rev. Ecuat. Hig. Med. Trop. 26: 125 (1.969).
44.- Vélez, R.E.: Niveles de vida: Salud. Rev. Ecuat. Hig. Med. Trop.27:
19 (1.970.)
45.- wHo Expert committee en Tuberculos¡s. E¡ghth Report. Genove
1-964. WHO toch. {lep. Ser. 290. t.964.
6.- rtl{o Kabul *mri}.r on Túerficis cont¡ol.igrmmary .of ttre
Kabul seminar. Kabul 1.969.
47.- WHO Kabul on Tuberculosis csrtrol: A plan to combat tuberoutosr-s
in Africa. Kabül t.969.
48.- tAlHo: Nutriti<¡nal status of pqulations: A nr¡nud on anthrsoms
tric appraisal of trends. WHO/ Nutrition l29. 1.970.
49.- Naujoks, R.: Epidemiologie und prophylaxe der Zahnkaries. Med.
Klin.67: 145 (1.9721.
Dirección de los autores: grupo médico, Centro.de Salud,
Sucúa-Prov. de Morona Santiago / Ecuador.

64
a;péndice

EL CAMBIO EN LA CONSTRLCCION DE LA CASA SHUAR:

sus VENTAJAS y DESVENTAJAS EN EL ASPECTO HIGIENICO.

A. Kroeger y
R. Mashinkiash'

65
AN't'rrCIiDI,tN]'ES y JUS'|IFICACrON DI.)r,'t'R,\ri,\.Io

Los indígenas Shuar (Jívaros) pueblan desde siglos el sureste del


Ecuador. Existen varias publicaciones sobre su forma de vida. Harner
ofrece una extensa bibliograf ía sobre su identidad antropológica y su es-
tado de nutric¡ón y salud (2).
En los últimos 20 años se ha notado un cambio fundamental en el
estilo de vida, en la economía familiar y en el modo de pensar como con-
secuencia de un mayor contacto con los colonos que entran a esta zona
procedentes de distintas partes del país; como también por el sistema de e-
ducación que se ha venido manteniendo en los internados de las misiones.
El cambiocultural se refleja en una transformación total de la vivienda.

originalmente los shuar vivían en casas de forma casi elíptica con


paredes de palo de chonta (gullielma utilis), el techo de paja (toquilla o
campanaca) y el suelo de tierra. La casa tenía una división para separar la
parte de las mujeres con.la cocina ("eként") de la parte de los hombres y
huéspedes ("tankamásh"). Durante las últimas décadas se ha cambiado de
la siguiente manera: construcción rectangular con paredes de quincha, piso
elevado del mismo material y techo de paja. Recién se ha establecido una
nueva forma de la vivienda, que es una copia de la casa de los colonos: pa-
redes y piso de tabla y techo de zinc.

El objetivo de este estudio es analizar los aspectos positivos y nega-


tivos que vienen dados por el cambio del estilo que ha experimentado la
construcción de la casa Shuar con el fin de dar algunos consejos prácticos
para el futuro desarrollo.

MI.]TODOLOGIA
Por la extinción casi totar de ra tradicional casa shuar se ha examí-
nado la casa de los Achuar. Esta tribu mantiene todavía en nuestros días la

67
la misma forma de la antigua casa shuar aunque con una modificación: de
que no tienen paredes.
Durante el lapso comprendido entre septiembre y diciembre de
1973 los dos autores han medido 14 casas achuar,54 casas shuar del estilo
quincha/paja y 18 casas shuar del estilo tabla/zinc. Fue utilizado un cues-
tionario con las siguientes preguntas:
Fecha/lu garlinvesti gador/dueño de la casa examinada/cuántas personas vi-
ven en a casa/cuántos adultos/cuántos niños/ tamaño de la casa y equipo
f

doméstico: i. largo/ancholaltol 2. material de las paredes, del techo, del


piso/tiene tumbado 3. cuántos cuartos/ cuántas ventanas/ cuántas mesas/
cuántos armarios/cuántas camas 4. equipo de la cocina: material del techo,
del piso/fogón alto o bajo/cuántos estantes. Condiciones Climaticas: el día
del examen es caliente, fresco o lluvioso/ hora del examen/temoeratura a
la sombra afuera/temperatura en la casa 1.50m encima del piso/impresión
de fa ventilación en la casa (buena, más o menos, malal condiciones Hígíe-
nicas: lmpresión de suciedad o cuántos manos de basura en 4m2/cuántas
escobas hay/ cuántas cobijas. La pregunta:"Cuántos insectos por 4m2 en
la pared", se ha dejado a lado por la imposibilidad de lograr una suficiente
exactitud en la respuesta.

Las personas menores de aprox. 16 años fueron calificadas como


"niños". Se ha hecho 165 mediciones de la temperatura: 34 en la casas
Achuar, 91 en las casas de quincha /paja y 40 en las casas de tabla zinc.

Las casas de los Achuar fueron examinadas en la zona al este de


Taisha, las de los Shuar en diferentes partes del valle del río Upano. De
las visitas continuas a casi todas las comunidades Shuar durante los años
1971 - 73 se tiene conocimiento de que la casa quinchalpaja es común.
Los Achuar usan sin excepción su est¡lo tradicional.

Los datos metereológicos de Sucúa, como representativos para la


zona más fría del valle del río Upano, y de Taisha, como representativos

68
para la cal¡ente zona oriental - se han presentado en (2).
0
RESUI,I'ADOS
La casa de lob Achuar (fig. 1a.) tiene una sola pieza
de forma elípti_
ca con el techo de paja y er suero de tíerra apranada.
No hay paredes. La
cumbrera de techo tíene una artura de 6.50m como promedío
y ilega en
fos lados hasta aprox.1,rom; sobre el suelo con un
alero de I _ 2m. Las
otras medidas se encuentran en tab. 1. Las camas son
de quincha y tienen
paredes del mismo material y además
muchas veces una cortina. camas sin
paredes hay para ros huéspedes y para
er descanso der hombre en er día.
cada esposa der dueño de ra casa tiene su propia cama y
ar frente de esta
su candela en ef suero. La famiria tiene suficiente
espacio: r2,om2por per-
sona. La ventiración es óptima asÍ ra protección
contra er caror.der día.
En la noche y en caso de vientos fuertes se busca la
cama que está abriga_
da por sus paredes. El suelo de tierra apisonada es
fácil de limpiar con las
escobas caseras. Las mujeres barren por lo menos
dos veces al día elsuelo.
La tierra chupa rápidamente ros ríquidos regados, orina
de ros niños, sa-
liva etc. No se ha juzgado ninguna casa como .,sucia,,.

Entre los propios Achuar se ha encontrado soramente


casas con et
descrito esquema de la construcción.

La casa típica y originat de los Shuares descrita por


HARNER (l) y
slRo (6) y es muy simirar a ra de ros Achuar excepto sus paredes
de paro
de chonta. HARNER da los siguientes datos (sin
indicar el númerode las
camas medidas o estimadas): largo: 12-1gm,
ancho: 7,50m-.r1m. una ca-
sa típica tenfa: 13,50m x 8m y 4,50m de
altura. De esta casa se catcula
una extensión de 109m2. HARNER estima
en 1g56 un promedio de 9
habitantes por casa. Así se carcura para racasa
de referencia fi3,s0x gm)
en la que correspondería acada persona un promedío
de 12 mZ.

69
La casa shuar con piso y paredes de quíncha y el techo de paia (fig.
1b) (la lfamanos "casa quinchalpaia"l es generalmente rectangular. Este
tipo tiene normalmente una división entre la cocina con el suelo de tierra
y el piso alto de quincha. Tab. 1 ofrece las medidas. Se anota que no hay'
suficiente espacio para los habitantes 17,1 m2 por persona) y
para el jue-
go de los niños en los tiempos de lluvia. De las 54 casas examinadas sola-
mente 11 tenÍan una o más ventanas. Generalmente no entra mucha luz'
La ventilación se describió sin excepción como "buena". En tiempos llu-
viosos o fríos la casa es un tanto abrigada. En cambio en los días calientes
el techo de paja proteje contra el calor. Faltan cobijas para taparse en la
noche (0,4 promedio por persona) y las que hay son casi todas de mala
parte de la
calidad. El piso de quincha es dif ícil de limpiar pero una gran
basura (arena, líquidos regados etc.) cae por abajo. Los insectos tienen
la
generalmente
facilidad de vivir en los espacios. Para limpiar el piso se usan
las escobas caseras. No se puede lograr una limpieza total
por lo irregular
de la superficie. Con la medida muy relativa "manos llenas de basura" se
midió un promedio de 2 1/2 manos en4m2. El material del pisoeselásti-
co se puede caminar descalzos sin dificultad y los niños pueden caerse sin
golpearse.

La cocina tiene el piso de tierra, ofreciendo así la facilidad de poder


tener a candela en el suelo . La razon por que se mantiene el fuego en la
f

tierra es porque ofrece las siguientes ventajas: se pueden secar los pies; no
se necesita alzar mucho las ollas grandes para la preparaciÓn de la chicha;
no hay necesidad de rajar leña. Se puede tener continuamente la candela
prendida que sirve para la conservación y desinsectización del techo' Sin
embargo existen tambien ciertas desventajas como: el estrecho contacto
entre an¡males y comida; el peligro para los niños de quemarse en la cande-
la; la postura a cuclillas de la cocinera viene a afectar la columna vertebral
y causar cansancio muscular. No hay suficientes mesas' Este estilo de la
casa es común todas las comunidades shuar con pocas excepciones'

70
Habiendo preguntado qué razones han motivado el cambio en la
construcción de la casa, los dueñosindicaron que les han dicho que el piso
de quincha es menos húmedo y frfo que la pfopia tierra. Ademas la quin-
cha es más facil de trabaiar que la chonta.

La casade madera con el techo de zinc l"casa madera/zinc"). Los


colonos han dado un nuevo modelO de la casa para los Shqaras: una cons-
trucción rectangular con las paredes y el piso de madera y el techo de zinc.
Las medidas en tab. 1 muestran las misma estrechez del espacio como en
la casa de quincha/paja. Solamente en una de las casas examinadas se en'
contró un tumbado. 61 q" tenían la cocina aparte con suelo de tierrra por
no acostumbrarse al fogón alto. Las casas tenían en el promedio entre 2 y
3 cuartos entre 3 y 4 ventanas. Sin embargo se juzgaba en 8 de las 18 casas
a ventilación como "mala" o "más o menos". Las ventanas eran relativa-
f

mente pequeñas y no hay ninguna vent¡lación por la pared. Los habitantes


tenían contra el frío una buena protección. Si sube la temperatura por
más de 27oC. el calor en la casa se vuelve desagradable (fig. 2l.. El techo
de zinc es muy molestoso cuando llueve por el ruido que produce, mien-
tras que en los días de dol la casa parece un horno.

El tumbado es una notable barrera contra el calor pero parece que


no tiene la misma eficiencia como el techo de paja. Por la escasez de casas
shuaras con tumbado no se pudieron hacer suficientes medic.iones de tem-
peratura y mostrar los efectos en fig. 2. Muchas veces se ha observado gue
las familias viven en el día en la cocina que tiene el estilo qu¡nchalpaia
(véase arriba) y la casa de madera sirve para la recepción de los huéspedes.
El piso de madera es fácil de barrer, pero necesita mayor cuidado que el de
tierra o quincha. En la tabla queda toda la suciedad de los zapatos sobre
todo el lodo en los días lluviosos. Los líquidos que se riegan no pueden
caer abajo. El suelo es duro para los pies descalzos. En algunas de las casas
ya se usaba las escobas que se compran en los pr.reblos. Los insectos prefie'

7l
ren los lugares atrás de los pilares y entre las rendijas de las tablas. Faltan
cobijas.
Los dueñOs de estas casas son profesoreS shuar, lfderes de las orga-
nizaciones shuar, tenientes polfticos shuar u otras personas con suficientes
recursos económicos. Todos ellos viven en estrecho contacto con la colo-
nización.
Entre las razones para construir una casa de madera/zinc los dUeñoS ,
indicaron que es más elegante y más durable: que no hay paia cerca de su
comunidad; que la escuela y capilla tamb¡én son de madera con techo de
zinc. Este tipo de casa shuar está generatizándose ahora más y más en la
2

zona adyacente a la Carfetera'Macas - Limón y muy raro en la zona orien'


tal al este de la cordilléra del Kutukú.

CONCLUSIONES

Para juzgar el valor de los tres tipos se han adoptado los siguientes
criterios:
a) espacio para los hab¡tantes
b) facilidad de tener la casa limpia
c) condiciones clinuáticas {proteccifui úlntra el frfo y el calor)
d) ventilación
el luz
fl comodidad para los niños
gl comodidad e higiene de la cocina
h) adaptación al ambiente
Comparando en una v¡sta general los 3 estilos de la casa Shuar se lle-
ga a fa conclusión que la casa original {aqui se examina la casa de los A'
chuar) presenta la mejor adaptación al ambiente y ofrece las meiores ce
modidades a sus habitantes. En clima caliente es indispensable que una vi-
vienda tengO suficiente ventilación y un ambiente fresco. La zona achuar '
es más baja que Taisha donde se miden temperaturas alrededor de 26oC

72
como promed¡o anual (2). El piso de tierra y el techo de paja ofrece todas
las comodidades descritas. El único inconveniente lo constituye la candela
en el suelo.
Sería una tarea importante para el educador en saneamiento ambien-
tal lograr la conservación de este estilo de la casa y recomendar la cons-
trucción de fogones altos para la preparación de la comida diaria sin des-
cuidar el tipo tradicional.
La casa quíncha/paia se adapta bien a las condiciones climáticas pero de-
muestra deficiencias en el espacio para sus habitantes, no da suficiente luz
y es dif ícil de barrer.
El educador sanitario puede recomendar los siguientes cambios: fo-
gón alto a lado de la candela tradicional, mesa para preparar la comida, ar-
marios para guardar los alimentos, los platos y cub¡ertos; compra de mejo-
res cobijas.

La casa tabla/zínc no es adaptada para las zonas calientes. En las regiones


más frías (valle del río upano etc.) esta casa es soportable si tiene un
tumbado y si se le construye más grande. La limpieza del suelo exige un
estricto cuidado que es dif ícil de mantener en la casa campesina. No fue
posible hacer un cálculo exacto y una comparación de la cant¡dad de los
¡nsectos en la casa quincha/pa ja y tablalzinc.

El educador en saneamiento ambiental puede dar los siguientes con-


sejos: ventanas suficientemente amplias, tumbado, un techo de tejas en
lugar de zinc, limpieza del suelo algunas veces al día y de vez en cuando
con diesel, fogón alto, engrandecimiento de la casa, más mesas, compra de
cobijas. No es recomendable construir casas de madera en la zona caliente
al este del Kutukú sino empujar el mejoramiento de la casa quincha/paja.
Hay que lucharcontra la tendencia de tener la casa como un,,símbo-
lo del estado social" y no buscar la mejor forma que se adapte al ambien-
te.

73
RESUMEN

Se ha reali)ado un estudio de 3 diferentes.t¡pos de construcción de


casas: que tienen los indígenas shuar (jivaros): la casa original (aquí fue e-
xaminada la de los Achuar) la casa de quincha con techo de paja y la nue-
va casa de madera con techo de zinc. Se estudiaron de 86 casas y se reali- :
zaton a la vez 165 mediciones de la temperatura en las casas.
Los resultados indican que el nuevo estilo tiene muchas desventajas
en comparación con el tradicional. Sin poder regresaral tipo original de la '
casa Shuar se ofrece algunos consejos prácticos para el mejoramiento del
estilo actual.

BIBLIOGRAFIA
1.- Harner, M.J.: The Jivaros. Natural History Press, Garden City, New
York 1972.
2.- Kroeger, A., lleóková, E., Heyna, H.y Pawelzig, G': La salud y ali-
mentación entre los indígenas Shuar de Ecuador. Rev. Ecuat. Hig.
Med. Trop. (en la imPrenta).
3.- Matson, G.A., Sutton, E. H., Swanson' J., Robinson A.R. y Santiana,
A: Distributior of hereditary blood groups among indiqns in South
America l: in Ecuador. Am. J. Physical Anthropology. Philadelphia
1 966.
4.- Naranjo, P.: Ayahuasca. lmprenta Universitaria. Ouito, Ecuador.
1971.
5.- Santiana, A.: Nuevo panorama ecuator¡ano del indio. Editorial Uni-
versitaria. Ouito 1 966.
6.- Pelizzaro, S.: Técnicas y estructuras familiares de los Shuar. Federa-
ción de centros Shuar 1973.
Dirección de los autores: Dr. A. Kroeger, Ohkamp 35, 2000 Hamburg 63
Alemania occidental. R. Mashinkiash, Federación Shuar, Sucúa/Ecuador.

7l
FlG. 1a. CASA ACHUAR (SINPAREDES)
PLANO HORIZONTAL

t-
I
16,20 m I

I
I

I
I
t
, F;
f/4.
il.ttj ol
(oi
I (o
t
\

1 CAMAS ABIERTAS
2 CAMAS CON PAREDES DE OUINCHA
3 CANDELAS
4 MESA PARA UN CAJON DE MADERA
5 BORDE DEL TECHO
6 ESCALERAS
7 PARED DE OUINCHA
8 PAREDES DE OUINCHA

75
CASA SHUAR TIPO OUINCHA/PAJA
PLANO HORlZONTAL

? ,1 c' .rEÉ
\ 1 6LL
It+
r:J
1
n
@¿ At
t\
A--r----l I
@

Ni I

tt
I

I
a l''@A

I Cocina (anteriormente el Eként) suelo de tierra


,,Tankamásh',) con suelo de quincha
l1 Sa|a (anteriormt' El
lll A veces un dormitorio

76
Fig.2 Diferencia de la temperatura en la casa en
comparación con la temperatura afuera

oc
+2,5
(U
t^
(E
+2 C)
(o

c(D
+ 1,5
(¡)
c
+t"./:::r-.r. .g
(!
()
ar,
\(!

r26 28\. 32 34 (oc)


-0,5 \ \ Temperatura
t \ afuera
\ iI
-1
\
\
-1,5 \ /\¡---1
tt- J'
-2
(u
v,
(t'
-2,5 o
g
oC c(l)
CASA ACHUAR o
CASA OU¡NCHA/PAJA F
L

. CASA TABLA/ZINC o
'(u

77
Co.9
9 EE .o
.:N nci
FE (DN
t59
EAA
(oE

o!
Éi ol o
6!
Í)
óacr
2 -- _
!9
<d fi,
@
N

U)
<ii
Z'ád
^EÉ
th
- :? * :? x9

a.i
o
¿E F
q
F

'l¿ GI I

t,
Eor¡ t! N
<t
gl

I P
<EÉ ;;
o
I
3d
6|lt
ó
ñ ole{
5E x Ri
U'
rON g|N
{lE o;E YN

¡¡

.É r' .r oE e¡ eE o
¡O
F Ñ *E
¡
A
ttt
É¡
|o¡t qE
A.
¡¡
e qr¡
:.E
:c *- c-
dll .€ oE { tE d

Er
2 ---
o qE qE
ú
o
q F
A o

id s oE (o 6¡á
3 EE "! :E ñE

ie tE o
A. € ó-
jC
ex $ o
ZA {)

g
<p
cP I
tr;
nfr u2i)t glet
78 <a <E€ <I¡6
o< 9ur-é o¿|'t
2¿ó s
E!fl
ü
; E ..:
s
!
z I

q¿8 €
e! ct?
*o lO @
9o¿
o. F n

F
E; ct?

NE
Kor
g.
9E g\¡
t'
o.

'98 o
ol
ss
.F"o
5 g;
€ i€ c¡q
o
rO

zg8
>&
Á.j;l
ZEEI
.* |

di
<<t << |
Q) É U)D:
< E';
c)c,2 at
dF..o
OÚJ

7g
80
ü
o)

q
c)
6
E
tt,
o
OJ
(\'.=
'óou
oq)
o'¡f,
*6
vo)
qrb
>'t
(u=
CC)
IE(o
(D-c
¡rr c
=.o
EH
O=
OP
c5
(u
.g.o
Ed,
LN
ctó
-!
9b
6
(¡) (!
oc
9f,o

8>
(o:
-o
(o
€Ev
)x
Gt
o,
o
qú,
(9(!
+)
-t

8l
It
,f0
!il
ül

82
,, 1,
ill.

ry/"'i

83
E
.o
'6
(o
.!

(o
(l)

tr
(¡)

(D
L
(l)
I
(¡,
E,
o
.2
o
o,
Pa;
(^
(E
ro(!
(o-
.'! o
X.t o)
=o-
-yO
Cul
'=o
tr-
Fh
L
(¡)

xo
.Y¡¡
C)L
=(U
Ho
(o i--
Ec
F.o
vEt
(!o

81

.A
(!
c)

o
tr
(¡)

o)

(D

;'6
o-
o
(¡)

6
ul

85
apéndice 2

Este estudlo del Dr. Axel Kroeger se publico


en lngles en el "Bulletln of the Pan American
Health Organizat. lonrt, Vol.16, n. 2, 1982.
LOS INDIGENAS SUDAMERICANOS ANTE UNA ALTERNATTVA:
-
SERVICIOS DE SALUD TRADTCTONALES O MOOEnruOS,
EN LAS ZONAS RURALES DE ECUADOR'

Axd Kroeger2

a uru encuesta sobre bs actitudes & roe indígenas ecuatoríanos con


respecb a los senticios de slud tradicionales y modemos (sín contar
el autotratarniento) mostró uru prcfercneia notabb por los seruicios
modemos, así corno utu marcada tendencb al empteo múltiple ite
difercntes métodos d,e atra, y farta dc confianza'en los nixa*
existentes. La ruzón principal aducida para no ugr los sr¿ruicios
modernos fue la falta de accetu cultural, financiero o geogrdfico
a ellos.

INTRODUCCION

"LoB senricios de salud deben estar en relación con las necesidades


dg safgd de la población". Esta afirmación sencilla y t"p"ua, con frecuen-
cia sólo tiene sentido si se han definido bien tos án"ipiü de necesidad
de salud y necesidad de servicios de salud, lo que J""áa" g"rr"á.
"o "r,
Pa¡ece existirun consenso general de que necesidad de salud .,es la
diferencia enüre la situagi_ó1 ponderada y lo -que r" á"
salud 'norzral' o aceptable" (r). tto ouitante, rott "áosiá* "igr"¿,
rios con que cada uno estima cuál es el grado áe salud-uy diuerros los crite
¡ie o;;;:
"""pt
. - Hay profesionales de la salud que basar¡ la estimación de las necesi-
dades no satisfechas en conceptos talés como:

- una proporción adecuada de personal en relación con la poblaci6n(2)s


- una lista de objetivos $9 salud que se desea alcanzar, tales como la
I reducción de la morbilidad o ei desarrolto adecuaáL ¿" r"s
menores de cinco años (3/; "iñós
- eüras de morbilidad y mortalidtd (4, 5):
- pnrebas de laboratorio y erámenes psicológicos
16);
- la opinión de un grupo de médicoo (Z-g).

19
En contraste con estas "estimaciones de las necesidades de salud ba-
sadas en opiniones de los profesionales", ottros investigadores evalúan las
percepcionós de las personas acerca de sus necesidades en relación con su
propio egtado de salud y las comparan con el uso real que esas pensonas
hacén de los sen¡icios Aé saUA ("estimaciones de las necesidades basadas
en el conzumidor" (10, 13).

Un exanen de la literatura sobre el tema revela que se han efectt¡ado


muy pocos esh¡dios basados en la comunidad o en los serviciog. (Ios que
se han realizado en Anérica Latina figUran en el cuadro 1.). &r consecuen-
cira, palece dudoso que los planes de salud se basen en las necesidades que
sieirñ h comunidado que al menos las tomen en cuenta, como lo señalan
las reuniones de Ministios de Salud de las América (21, 22). Si bien es
cierto que ningún pequeño esfuerzo puede resolver este problemg vale la
pena eiaminaiet úso rcal que hacen las personas de lgs seryicios de ¡alud
iradicionales y modemos, y de sus opiniones y actitudes hacia esos servi-
cioe. Esta fue la nzón del eshrdio que aquí se da a conocer.

PLAN DE ESfT'DIO

Se efecfiró una encuesta mediante entrevistas domiciliarias en cuatto


poblaciones indígenas de Ecuador. Dos defgq 4rupol ]tivían en los altos
iluros andinos (quictruas de la parroquia de Nabón y del cantón Saraguro)
y los otros dos,-indígenas del río Napo (quijos) y struar/achuar (achuar,
subgrupo de loé shuar¡, vivían en la región oriental de bosques de zona
lluviosa (freum 1).

La población completa de referencia era aprorimadamente de


41 000 póttotta" en ? 400 familias. Cincuenta y dos entrer¡istadores in-
-adiestrados
dígenas interrogaron a 727 jefeg de famtlia -con lo qttle se
ináuyó a una población &-4L70 personas. Como rezultado de los datog
inzuñóientes, no se pudo-tomar una muestra exclusivnmente al
aza¡. Sin embargo, fúe en gan parte posible evitar la selección y autory-
"*n*ies
Iección a¡bitra¡iás'de los eltrevistadu (ZS). Se habían estimado previa'
mente los distintos tipos de errores tanto de entrer¡istado¡es como de en-
bevistados y se trató de evitarlos todo lo posible. Se minimizaron las ba'
rrerÍrs culturales a causa de la amplia experiencia de campo del autor en
las zonas de estudio, y por medio'de la útilización de encüestadores indí-
genas, que pertenecían-a un gntpo socioeconómico sinila¡ al de los en-
cuestados.

Las preguntas acerca de la morbiüdad percibida pol la población y


de lo que hicían en caso de enfermedad constituVlrorr ta p,ark esencial
del cuóstionario. Guiados por una lista de 30 condiciones índice,' que

¡: ':
incluía una categoría mixta, se preguntó a los jefes de familia qué trastor-
nos de salud habían sufrido durante el período de dos semanas anteriores
a la entrevista, qué habían hecho al comenzar los síntomas y cómo habían
achrado si el primer tratamiento no tuvo éxito. (si la persóna experimen-
taba síntomas en el último período de dos semanas, nole tomaba-en cuen-
ta cuándo habían comenzado dichos síntomas). Además se preguntó a
los entrevistados cuál era el "curandero" que preferían si les fuera posible
escoger libremente y tuvieran acceso a su atención.

RESULTADOS

Ia figura 2 muestra la frecuencia de utlización de los diferentes tipos


de sen¡icios de salud en las cuatro poblaciones del estudio. se puede obser-
var que el autofuatamiento en el hogar, sin recurir a los sen¡icios de salud
tradicionales o modernos, representó la fonna de atención más frecuente.
Los sen¡icios de salud modemos (es decir, médicos, enfermeras, auxilia-
res de enfermería o promotores de salud) constituyeron la segunda fuente
de atención mientras los boticarios y curanderos éran consultados mucho
m9nos. El qorcentaje de la primera y segunda consulta (si el primer trata-
miento_ era ineficaz) de los ser¡icios de salud era bastante simlar, excepto
los boticarios cuya utilización era aún menos frecuente en la segun daiez-

- - Tanto la figura 3 como la columna de "personal de salud preferiáo"


de la figura 2 indican que la mayoría de las peisonas preferían lós servicios
modernos de atención de salud y los curanderos antes que hatarse por sí
mismas o recurir a los boticarios.

sobre la base de estos datos, los planificadores de salud se inclinarán


a continua¡ con el sist¡ma habitual de distribución de los recursos con ob-
jeto de ampliar la cobertura proporcionada por los servicios de salud mo
demos ya existentes. sin embargo, esta descripción en exceso esüítica de
la utilización y elección de los servicios de salud disimula características
muy iJnportantes del comporüamiento de }as personas que solicitan la
atención de su salud. La figura 4, por ejempro, oirece una ñuestra del no-
table intrincamiento de la utilización múl le de los servicios de salud
e-n la9 cuatro poblaciones estudiadas. La información presentada se obtuvo
ag ¿19 pertonas que se autodiagnosticaron enfermedades con el síntoma
identificado como "dolor de cabeza" durante el período de dos semanas
t
previo. De ellas 68 recurrieron al curandero panr- sus afecciones; después
de esto, 10 no necesitaron o no utilizaron más tratamiento, 24 volviéron
{ a solicitar la atención de un curandero (no necesariameáte el mismo)
pie.ntras que 15 recr¡rrieron a un médico o auxiliar de salud, T fueron aí
boticario y 12 se autohataron en su casa. En general, el cambío de un tipo
a

de atención a otro rezultó parüicularmente frécuente en el caso de los bo-

9l
ticarios, menos frecuente en el de los curanderos o en el de los servicios
modemos de salud y del autotratamiento.

Los números de las¡flechas verticales de la figura 4 indican la conti-


nuidad de utilización de un determinado personal de salud, y pueden in-
terpretarse como un índice de la confianza de las personas en un determi
nado sewicio de salud. En consecuencia, constituyen una información
valiosa acetca del comportamiento de la población al enfermarse.

En general se vio que quienes sufrían "enfermedades infecciosas" y


"estados dolorosos" sistemáticamente preferían utiliza¡ los servicios de
salud modernos, mientras que los pacientes con "afecciones psicosomáti-
eas" o "enfermedades con nombres populares" recurrían a los curanderos
o al tratamiento casero. El cuadro 2 presenta dos ejemplos de esta conü'
nuidad relativa. Se puede obsen¡ar que, en el caso de "tos crónica", el au-
tohatamiento y los sen¡icios modernos de salud se utilizaron con mayor
continuidad; por eI contrario, se recurrió con mayor constancia al autotra-
tamiento y a los curanderos cuando se trataba de "debilidad y mareos".

Con respecto a cierto número de variables posibles, nuestros resulta-


dos indican que Ia edad del paciente, el sexo, la educación primaria y las
ventajas materiales no se asociaban de manera coherente con el uso de
los servicios de salud tradicionales o modernos, mientras que la educación
secundaria y la accesibilidad de sen¡icios modernos se correlacionaba di-
rectamente con el uso de esos servicios.

A pesar de la aparente continuidad en la utilización de los servicios,


como indican los datos de la figUra 2, de hecho había una marcada tenden-
cia a la conzulta múltiple de los düerentes sen¡icios para decidir qué servi'
cios utilizar. Las mismas dudas respecto a la elección de los servicios de
salud se pueden obsen¡ar en las cambia¡rtes actitr¡des de las personas hacia
los serviCios modemos y tradicionales. La ñgura 5 muestra una combina-
ción de actitudes positivas y negativas, que se estimó de acuerdo con una
serie de seis pregUntas referentes a la confiarrza o a la falta de confianza
"su tratamiento es
en esos dos tipos de servicios. Las respuestas fueron: ttcura
efrcaz"r t'nos conoce bien" (tto moderadamentett), todas las en-
fermedides", "nos visita" y "ie tenemos confianza". Se obsen¡a que sólo
una minoría de los 697 indígenas que nespondieron mostra¡on acütudes
constantemente positivas hacia los sen'icios de salud modernos o hacia los
hadicionales. Con el propósito de identiñcar los motivos que llevaron-a
las personas a elegir un sen¡icio de salud y rechazar otro,- empleamos la a
técnica de "enhevistas de comparaciones pareadas" (70, 19)- V preguntó
a los pacientes indígenas que habían recurido a los caranderos por qué
recurrieron a éstos y no a los sewicios modernos y se hicieron las pregUn-
tas inversas a los usuarios de estos últimos. El cuadro 3 muestra las tres

:92
respuestas más fr,ecuentes en una serie de nueve respuestas posibles"
Los
rezultados demuestran ctrue las barreras culturales--fii pd""; piensa que
el personal de salu_{_ es .tnuy estirado')-,. t*
y las económicas ("es demÁiado carott¡ nt"io""rasdgráñ&-a."rtiff;t l"d)
cauia" funrlarnentales
de que no se uülizaran los servicios modemos. por el contrario,
la ideonei-
dad limitada de los cu¡ande.ros, percibía h
rg,'de
laraz6n esencial de la no utilizacióñ
la ñbñtó",;""dü;
sus senricios.

cuando se les- preguntó su opinión aserqa de futuros servicios de


¡ 1te1ción primaria de salud, los 646 jefes de f"-ili, q,rá *po"dieron so
declararon e.n s'u
( salud de exhacción -gran maybría a favór ae ra capÁcitaiión-aé p""rorrriáá
indígéna de una mejor ol"¿ y de la
I "ci""r.ié"-á"
inco.rporació1 de los conocimientoc de la medicina tradicional a los cono-
gimis¡tos, prácticos del personal de los
dro 4).
senricios ¿e sarua m"d"m; (;;-
Menciona¡emos algunas diferencias observadas en los resultados
ob-
tenidos de los cuatro grupos indígenas estudiadoa y ros factores
subyacen-
ües que podrían explicar esas diferencias. En pti-",
r"g"r, er grupo indí-
de los quichuas de Nabón mostraba et graao más ércía¿o
_s_ena de morbi-
lidad percibida (z,z afecciones por pensona en un período
de dos semanas,
en conhste con (!,! de los Saragurq y 0,2 de lós
shuar v quijos). Comó
los quichuas de Nabón eran tamuién el gupo más
necesiL'ao y marginado
en términos de educaciór¡ frecuencia de empleo púbrico,
propiedad de ra
tierra v ohos bienes materiares, la situación a*;;;;"-áJ;er
consecuen-
cia de perturbaciones emocionales causadas por el
blecer una comparación, véanse referencias 241_27).
,t""r, ,o"i¿ (para esta-

- La mayor necesidad de sen¡icios de salud más modernos


precisamente por el,-fu-g fue
fa Frupo qu9 ya contaba con la mejor
h¡ra de estos sen¡icios, los quicÉuás ¿é s"i"g,rrq
"*o*G
cober-
avanzada adaptación cultr¡¡al a la sociedad- ññ;;;
T"l *;;;;, se deba a su
que sus "sewicios modemo6" eras prestad", ñü;; ñ;ü;;
xili¡ares de enfemería de origen indíüena. "ñü"itJñente por au_
Por último- la gerrte que vivía en las zolas alejadas,
ihuar/achuar, eipt úh miyor ;;;ú;. en partieular los
en los servicios de sarud moder-
nos ---a pesar de que en muy poc¿ls ocasiones
o ñ.u--i," recurido a
ellos- que con reipecto a lós-curanderos tradi"úA;-q,r;
"""""
ocurría lo conharió en.er caso ¿ri"r ñttot as que vivían ra atendían.
¡
vicios modemos: valoraban más la ateirci¿n-ae i;"i;;""* cerea de los ser_
a
cida en dichos servicios. urra probable que Ia ofre_
los. sen¡icios-qle se encontuaban ""n¡p".i* i*i" ri-piferencia por
qubnes suminist¡aban realmente "la -"yot-¿¡"t"o;;'üü;il"facción
¿
con
atánción ild" q,r";ü*des ex¡rec_

r93
tativas en relación con la medicina moderna, expresadas en las zonas ale-
jadas, hayan desaparecido gfadualmente con el incremento del uso de los
sewicios que ella presta.

CONCLUSIONES

- La preferencia de Ias personas por Ia autoatención de su salud (que


incluye el tratamiento casero tradicional) y por los servicios modemos (an-
tes que por la atención de curanderos y boticarios) rezultó ostensible y
concuerda con lo obsen¡ado en otros países (figUra 6). Sin embargo, para
evaluar la "peteepción de necesidades" de las personaf¡ en cuanto a sen¡i-
cios de salud, no basta la simple decripción de la utilización y demanda
reales. Es preciso tomar en cuenta también la elección de servicios de sa-
lud. En particular, el análisis de la continuidad de la utilización de deter-
minadoJ sewicios proporciona información imporüante acerca de variables
independientes que eiplican su comportamiento al solicitar atención de
salud.

El estudio mostró holgadamente que los sewicios de salud que s_e


-
suministran en la realidad, nó satisfacen las expectativas de la gente. Si
bien existía demanda general de un aumento de los servicios de salud mo-
demos (especialmente en el gnrpo que ha alcanzado un mayoT grado de
cultural y que recune con más frecuencia a la atención del per-
sonal de salud de oúgén indígena), es probable que una distribución geo-
"¿aptacün
gtáfr"" -á" equitaüvá intensiñcaá h tendencia a la utilización múltiple
áe diferentes brvicios. Esta opinión es confrrmada por el hecho de qtle
tu, p"oott"s que vivían cerca de los sen¡icios modernos apreciaban más
ta-afunción de los curanderos que aquellas que residían en zonas alejadas
y recunían a estos últimos.

La evidente relación entre las necesidades socioeconómicas y el


-
grado A" p"*ép"ión de las enfemedades sugiere gue una modificación
áe las condiciónes socioeconómicas probablemente tendría un efecto
¡¡uyot sobre la morbilidad percibida que los cambios en los sen¡icios de
salud.

- La causa fundamental de la no utilización de los servicios de salud


modemos fue su escasa accesibilidad cultural, geográfica y económica-
Esto implica que nosólo se requieren más servicioi dé salud sino que éstos
deben a¿aptarb específicamente A medio. No se necesitan "combinacio-
nes de seriicioS" ó "medicina cosmopolita" sino "microplanes" y servi-
cios de salud adaptados a las características culturales y ambientales es-
pecíficas de la población en cuestión.

94
RESI.'MEN

En 19?8 se efectuó una encuesta para examinar las actitudes de po-


blaciones indígenas hacia los servicios de salud modernos y tradicionales,
en zonasi rurales de Ecuador. El estudio de población comprendió cuatro
gnrpos de indígenas, dos de'los Andes y dos de las regiones orientales de
bosques de zona lluviosa. La encuesta abarcó 727 iefes de familia.

Los resultados mostraron una marcada preferencia por los servicios


a
de salud modemos y por la autoatención (incluyendo üratamientos caseros
tradicionales). Sin embargo, también mostralon una notable preferencia
por "investilar el mercado' antes de decidirse por un tipo de atención
de salud, así como un decidido fracaso de los servicios de salud existentes
¡
para satisfacer las expectativas de la gente. Enhe ottzs cosas, el estudio
mostró que los encuestados que vivían cerca de los sen¡icios modemos
estimaban más a los curanderos mientras que quienes dependían de los
curanderos tradicionales estimaban más a los servicios modernos.

En general las razones principales aducidas para no usar los servicios


modernos de salud fueron falta de accesibilidad cultural, geográfica y fi-
nanciera. Esto implica que no sólo se necesitan tales sen¡icios, sino que
deben adaptarse específicamente al meüo y a las condiciones culhrrales
de las poblaciones atendidas.

AGRADECIMIENTO
El autor agradece al Ministerio de Salud de Ecuador el respaldo ofi-
cial otorgado a este estudig y a la Asociación Alemana de Investigación
(RFA) su ayuda financiera, y a la Sra. Blessin su colaboración invaluable
durante el trabajo de carnpo. También expres¿r su agradecimiento al Co-
mité de Padres de Familia de Rañas, parroquia de Nabón; al Gmpo Fol-
clórico de Saraguro; a la Federación de Centros Shuar; a la Federación de
Organizaciones Indígenas del Río Napo y a la Unión de Nativos de la
Amazonía Ecuatoriana" quienes apoyaron la encuesta esperando contri-
buir así al mejoramiento de los sen¡icios de salud existentes.

95
NOT.AS

1 Se publica en inglés en el Bullet¡n of fño Psn Amor¡can Health Organization, Vol. 16, No. 2,
1982.

2 Institut für Tropenhyg¡ene und Offentliches Gesundheitwesen. Universidad de Heidelberg.


Neuenheimer Feld 324, D-69 Heidelberg. República Federal de Alemania.

3 Esta lista (que incluía expresiones populares y clasificaciones culturales específ icas de las en-
fermedades para algunas de ellasl recordaba al encuestado la menor dolencia, lorzaba al encues-
tador a usarla estríctamente, €vitaba la dependencia del oncuestado con respecto a su hab¡lidad
verbal, superaba el problema de las variaciones en las definiciones de esas enfermedades y es-
timulaba la voluntad de responder y hablar de sus dolencias.

4 Enfermedades con nombres populares o "enfermedades populares": las que son percibidas por
un s¡stema noeológico diferenta del de la medicina of ¡cial.

REFERENCHS

I Háró, A. S. Strategies tor Development of Health Indices. In: W. W. Holland, J'

2 Hall, T. L. Ee¡lth Menpower in Peru: A Case Study in Planning. The johns


Hopkins Monographs in International Health.

3 Parker, R. L., Murthy, A. K. S.y Bathia, J. C. Relating healü service to com-


munity needs. Indhn J Med Res 60:1835- 1848,1972.

4 Davis, S. y Kunitz, S. J. Hospital utilization and elective surgery on the Navajo


Indian reservation Soc Sci Med 12:263-2'12, 1978.

Okubagzi, G. S. Effect of health centre services on the health status of a com-


munity in Gonda¡ Region, Ethiopia. Ethiop Med J l6:99- 104, 1978.

Bygtren, L. O. Met and unmet needs for medical and social services. sc¡nd J
Soc Med 8 (st¡ppl.): l-134,1974.

7 Kalimo, E. y Sievers, K, The need for medical care: Estimation on the basis of
interview data. Med Cerc 6: I - 17, 1968.

8 Taylor, D. G., Aday, L. A. y Andersen, R. A social indicator of access to medical


care. J He¡lth Soc Behan 16:39'43,1975.

9 Anderson, R. Healt status indices and access to medical care. Am I h¡blic Health
68:458-463,1978.
a
l0 Pereda, C. Under and over demand and the use of personal health services: The
problem of differential accessibility. Ethics Sci Med 3(2):lO7-128, 1976.

ll Kalimo, E. Use of Healü Interview Surveys. In: Ma. PfTanzy E. Schach. eds.
crg¡$ Nation¡l socio-medical Research: concepts, Methods, Practice. Georg
Thigne. St"Tftt, 1976,pp. l0l- I0-7.
a ''! . ;1 t:
'
96
t2 Kohn, R. y White, K. L eds. Health Care: An Intern¡tional Study. Oxford
University Press, Londres, 197ó.

IJ Selwyn, B. J. Information for Appropriate Allocation of Ambulatory Services


in an Urban Area. Paper presented at the 2nd International Congress of the
World Federation of Public Health Associations. Halifax, Canadá, 1978.

t4 Teller, C. H. Access to medical care of migrants in a Honduran city. J Health


Soc Behav 14:214-226, 197 3.

l5 Woods, C. M. y Graves,T. D. The process of medical change in a hi8hland


Guatemalan town. In: Grollif, F. X. y Moley, H. B. eds. Medical Anthropology.
Mouton, LaHaya, 1976.

t6 Fromm, E. y MacCoby, M. Social character in a Mexican village. Prentice Hall,


Englewood Cliffs, I 970.

t7 DeWalt, K. M. The illnesses no longer understand: Changing concepts of health


and curing in a rural Mexican community. Medical Anthropology Newsletter
SMA. (Washington, D.C.) 8(2):5- ll, 1977.

l8 Fábrega, H. J. Perceived illness and its treatment: A naturalistic study in social


medicine. Br J Prev Soc Med 3l:213-219, 197"1 .

t9 Young, J. C. A model of illness treatment decisions in a Tarascan town. American


Ethonologist 7 :106- l3 I, 1980.

20 Erasmus, C. J. Changing folk beliefs and the relativity of empirical knowledge.


South-western Journal of Anthropology 8:41 l-428, 1952.

2l Organización Panamericana de la Salud. III Reunión Especial de Ministros de


Salud de las Américas (Santirgo, Chile, 2-9 octubre de 1972). Infom¡e Final.
Plan Decenal de Salud para las Américas. Documento Oficial I18. Washington,
D.C., 1973.

22 Organizacion Panamericana de la Salud. Extensión de la cobertura de servicios


de salud con las estrategias de atención primaria y participación de la comunidad.
ln: IV Reunión Especial de Ministro¡ de S¡lud de l¡s Améric¡c. Infome Final
y Documento de Referencia. Washington, D.C., 1977.

23 Kroeger, A. Health Care in the Cross Cultural Perspective. An Epidemiological


Study among Indian Populations in Ecuador. Tesis doctoral. Universidad de
Heidelberg. (Inédito).
( 24. Abramson, J. H. The Cornell Medical Index as an epidemiological tool. Am J
Public Helaü 56:287 -298,1966.
4

a 25 Croog, S. H. Ethnic origins, educational level, and responses to a health question-


nai¡e. IIum Organ 20:65-69,1961.

97
26 Culpan, R. H., B. M. Davies y Oppenheim, A.N. Incidente of psychiatric illness
fimong hospital outpatients: An application of the comell Medical Index. Br
MedJ l9:855-857,1960.

27 Scotch, N. A. y Geiger, H. L An index of symptom and disease in Zulu culture.


Hum Organ 22:3O4-31 1, 1963' 1964.

28 Belcher, D. W., Wurapa, F. K', Neumann, A. K. y Lourie, I' M. A household


morbidity zuwey in rural Africa. Int J Epidemiol 5: I l3- 120, 1976-

29 Nchinda, T. c. A houselhold study of illness prevalence and health care


preferences in a rural district of Cameron. Int J Epide¡niol 6:235'241,1977. ¡

30Colson,A.Thedifferentialuseofmedicalresourcesindevelopingcountries.
J Hedth Soc Behav 12:226-237,1971.

31 Pedersen, D., Coloma, c. y Baruffati, v. Hacia un abordaje sistemático de la


er.fe¡medad y comportamiento. En: Progtama de Antropología para el Ecuador.
Quito, 198 l.

:98
FIGURA 1- Mapa de Ecuador que muestra las zonas habitadas por los cuatro grupos
indígenas y los caminos principales de esas zonas.

Monañas Selva

l. Quichuas de N¿bón lll. Shuar.


ll. Quichuas de Saraguro. lV. Quiios.
Línea doble: caminos.

a.-,
"*
,],;,.r..
l. _.
Dar6a

:
t
a

99
FIGURA 2- Porcentaies de 3.670 síntomas de mala salud informados por sujetos
encuestados que usaban diferentes tipos de atención de salud en primero y en segundo
lugar (si el primer tratamiento fallaba), y tipos de atención que decían preferir.

Priñüo Scgunda
rlonc¡óo atrGión

!E
;t

!E

Ei

lüq.,.of r.b-¡rr r%m* -t-


€Hli:l Neo*".io
l--lo"-*to
FIGURA 3- La diferencia entre el porcentaie de sujetos que diieron que inícialmente
usaron determinado tipo de atención y el porcentaie de los que diieron que ellos pre'
ferían tal tipo de atencíón (véase figura 2).

¡
¡
t
¡
I

!¡t :.

tloo
FIGURA 4- Diagrama del tipo de servicios de salud (o autotratamiento) utilizado de
manera inicial y subsecuente por 4"lO pacientes que informaron dolor de cabeza, donde
se muestra la tendencia marcada a cambiar de un tipo a otro de atención.

Aritolrrtamionlo lon el
Porsonal de rslud hoga4

\
\
tat't\'

\
\. \r¡
-'{,t6\-'. \\.
22':-'rl
13.
Autotralamianto
(en sl hogar)

Curatr gro tradicional

Primen atención

Continuidad de la utilización
t a) Sujetos que no tuvieron necesidad
de tratamiento ulterior.

Utilización de diferentes b) Sujetos que cambiaron a


¡H¡i
rtr¡l tipos de personal de salud autotratam¡ento, incluidos algunos
que no necesitaron tratam¡ento
ulterior.
\i
a

r0l
FIGURA 5- Actitudes hacia el personal de salud tradiciond y moderno expresadas
pq 697 jefes de familia. A cada persona se le hicieron seis preguntas sobre cada tipo
de penonal (véase el texto) y su act¡tud fue determinada según las respuestas, en pro-
medio, eran positivas o negativas. En el aspecto "confianza", 60 por ciento contestó
que tenían confianza en el personal de salud modernoy 51 porciento, queconfiaban
en los curanderos.

Actitud hacia los Actitud hacia el personal


cunnderos tradicionales de salud moderno

51 Vo Confianza en el curandero 60% Confianza en el personal de


tradicional salud moderno

FIGURA Porcentaies de suietos estud¡ados (Belcher, Nchida y Young) o casos


6-
(Colson yKroeger) que requieren distintos tipos de personal de salud o que pr¿ct¡ca-
ban el autotratamiento en cinco países (en la parte superior se muestran los datos de
este estudio).

BELCHER et al (281. 1976.


Ghana rural (2.000 viv¡endas) re
NCHfNDA 1291. 1977.
Camerún rural (1.886 viviendas)
M
YOUNG (191. 1980. ¿ ." F#iHWtr%Z@
México {62 viviendasl

COLSOB (301. 1971. Malasia rural


(Estudio longitudinal de 1 I viviendas
@
y 520 episodios de enfermedadl

KROEGER,1978. f - ---V"W''w- t
Ecuador rural 1727 viviendasl.

[f@8@
ffi hñ- I ,!,
fr
ó

t02
ti
CUADRO

sde

Iotrata- n
Autor y'to.o sin
fue¡lsrmrento Comentarios

1 Teller4'SVo El patrón de utilización se rc-


(14) laciona con la gravedad de la
enfermedad y la condición
socioeconómica, y en menor
grado con la condición migra-
toria.

Woods %de los La probabilidad de traslado a


6r.nrjtos del los servicios médicos impor-
(lS1 diouti- tantes aumenta cuando persis
0n autG ten o se agravan los síntomas.
rmiento Los cambios en las creencias
están retrasados con respecto
a los cambios en las prácticas
médicas.

pro*olo se I¿ educación escolar aparta


yu""o¡rsideró a los aldeanos de las cos¡um.
(16) bres tradicionales.
¡d¡o
Arge
¡s Waío se Virtualmente todas las fami- ie"
( 17) tsiderí lias han sido atendidasporun
médico en alguna ocasión.
Existe una correlación nega- ín).
iónl
tiva entre la utilización de la
medicina tradicional y,la es
colaridad.

Fábrey'o se . Los mestizos presentaron más


(i,8)r$oero síntomas psicológicos durante
!
sus períodos de enfermedad
que los indígenas. Entre los
¡ mestizos existía una relación
entre la enfermedad y las pe-
nurias.

lt03
os que utilizan diversos tipos de
atención de salud

Autotrata-
rcros miento o sin
)rnos Boticarios tratamiento Comentarios

9% No se 49.37o Se analizan cuatro criterios de


consideróe decisión en cuanto a la utiliza- 1
ción: gravedad de la enferme-
dad, conocimientos acerca del
tipo de enfermedad, confian-
za en la curación y costo del
tratamiento. Los dos últimos
fueron los más importantes.

tW 6.4W se.7w Estudio diseñado para deter-


minar en qué medida era ade-
cuado cada servicio.

8% 12.9% so.r% Las cifras de distribuciones


6% 26.7%, ocultan la tendencia marcada
al cambio de atención, que es
un índice de los conflictos
entre el paciente y la fuente
de atención.

o se informó (por eiemplo, Erasmus, 2Ol. Se mencionan los estudios nac¡onales


ina y Santiago, Chilel.
asa en el texto la nota 3 de pie de páginal.

¡ que los resultados no pudieron ser reaiustados para incluirlos en este cuadro

a
CUADRO 2- Continuidad en el uso de diferentes tipos de atención de salud en 221
sujetos con tos crónica y 245 sujetos con debilidad o mareos.

Pacientes con debilidad


Pacientes con tos crónica o mareos que usaron
que usaron inicialmente inicialmente un tipo de
un tipo de atención y que atención y que
Tipo de atención continuaron usándolo continua¡on usándolo

% %
Curandero 27 39
Servicios modemos 6l 24
Boticario t2 24
Autotratamiento 64 5l
Promedio 5l 42

cuADRo 3- Razones aducidas por 233 pacientes de cunnderos para no utilizar


servicios modernos y por 394 u$arios de servicios modemos p"r. no utili.ar
a curan-
deros' Las razones consignadas son las tres seleccionadas con r"yor frecuencia
de las
siguientes: 1) referencias negativas, 2) falta de confianza, 3) et óurandero,
o sewicio
modemo, esta muy lejos,4) er problema de sarud noera lmportante,5) el curanderl
o servicio moderno, cura mejor, 6) no tenía dinero, 7) el cuiandero, o servicio
moder-
no, no estaba familiarizado con este t¡po de enfermedad, g) el cuándero, o servicio
moderno, era "muy estirado", y 9) el curandero no tenía tíempo.

Pacientes de Uzuarios de servicios


curanderos tradicionales: modernos: razón aducida
razón aducida p¡ua no para no consultar
Razones para no usar usar servicios modernos curanderos tradicionales
el servicio
7o %
El penonal de salud moderno
es "muy estirado" 60
El personal de salud moderno
está muy lejos 58
No tenía dinero para
una atención moderna 52
El curandero no cu¡a tan
bien como el personal
de salud modemo
76
Experiencia negativa con
el curandero
63
El curandero no estaba
familiarizado con ese
tipo de enfermedad
47

r05
CUADRO 4- Opinión de los encuestados sobre la importancia de las posibles medidas
a
futuns para promover la salud.

Opinión sobre las medidas

Muy Moderadamente No
importante importante importante
'/o % %

Educación en salud
("Todos deberíamos saber
más sobre enfermedades") 89 9 2

"Nuestros curanderos
necesitan más adie stramiento
para curar enfermedades" 54 3 I 15

"El personal de salud moderno '

necesita saber más sobre


medicina tradicional" 87 l0 3 3

"Es más importante adiestrar


a uno de nosotros" 91 7 2 2

"Es más importante tener


una enfermera de afuera" 36 48 16

a Ef porcentaiepromedioderespuestasaestaspreguntasparalosT2TjefesdefamiliafuedeES.9To

También podría gustarte