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Que “…(su) representado alegó en el libelo de demanda que él no podía ser destituido de su
cargo sin la previa calificación de despido autorizada por el Inspector del Trabajo competente por
gozar de fuero sindical, ya que (su) representado ejercía funciones de directivo sindical, violándose
con ello la norma constitucional del artículo 95 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, y según el (sic) artículo (sic) 8 y 453 de la Ley Orgánica del Trabajo vigente para esa fecha
y hoy lo recoge así el artículo 32 de la Ley del Estatuto de la Función Pública…”.
Así las cosas, alegado como ha sido en los enunciados términos, el vicio de incongruencia,
debe precisarse que el mismo consiste en la alteración o modificación, por el Juez que
conozca del asunto, del problema judicial debatido, ya sea porque no resuelva sólo sobre
lo alegado, o bien porque no decida sobre todo lo alegado, diferenciándose así lo que
doctrinaria y jurisprudencialmente se ha entendido como incongruencia positiva y
negativa.
(omissis)
En tal sentido, del análisis minucioso del fallo apelado, esta Corte no logra determinar en
qué oportunidad el Juez de Instancia se pronuncia al respecto del punto alegado, referido a
la sustanciación del expediente disciplinario, el cual –a (sic) decir de la parte querellante-
transcurrieron dos (2) años desde que se abrió la investigación hasta que se dictó la
medida de destitución, por cuanto, tal y como adujo la parte apelante en su escrito de
fundamentación a la apelación, el Juzgado Superior no consideró todos los argumentos
expuestos por la representación de la parte querellante en su escrito libelar.
Así las cosas, estima esta Sede (sic) Jurisdiccional (sic) que el fallo apelado no abrazó en
su análisis todos y cada uno de los alegatos propuestos por las partes en conflicto, lo cual
era una obligación ineludible para conferirle a su decisión plena validez de acuerdo a lo
estipulado en el artículo 243 del Código de Procedimiento Civil; encontrándose en
consecuencia viciado de incongruencia negativa conforme a las interpretaciones dadas por
el Máximo Tribunal a dicho artículo y, en virtud de las cuales, tal vicio se patenta cuando
el Órgano Jurisdiccional no resuelve sobre todo lo alegado por los sujetos del litigio.
En atención a lo anterior, esta Corte declara que el fallo dictado por el Juzgado Superior
en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Occidental de fecha 26 de marzo de
2008, que declaró sin lugar la querella incoada por el abogado Gabriel Arcángel Puche
Urdaneta, actuando en su carácter de apoderado judicial del ciudadano Héctor López,
contra el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT),
está viciado de incongruencia negativa, razón por la cual se declara con lugar el recurso
de apelación interpuesto y en consecuencia ANULA el mencionado fallo de conformidad
con el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil. Así se declara.
En virtud de lo anterior, resulta inoficioso pronunciarse sobre los demás fundamentos de la
apelación dado el vicio constatado. Así se declara.
Anulada como ha sido la sentencia apelada, en atención a lo señalado en el artículo 209
del Código de Procedimiento Civil pasa esta Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo a conocer del asunto en primer grado de Jurisdicción, y a tal efecto
aprecia:
Agregó, que su representado '(…) fue electo en el último proceso electoral para elegir las
Junta (sic) Directivas Sindicales, Miembro de la Junta Directiva del SINDICATO
UNITARIO NACIONAL DE EMPLEADOS PUBLICOS (sic) DEL MINISTERIO DE
HACIENDA, Seccional Zulia, en el cargo de SECRETARIUO (sic) DE PRENSA Y
PROPAGANDA, para el período 2001-2004'. (Mayúsculas del original).
Ante esto, esgrimió que su '(…) representado tiene derecho a la inamovilidad y no podía
ser destituido [sin] previa calificación de (sic) inspector (sic) del trabajo (sic), por ser una
garantía constitucional, en violación a las normativas constitucionales, a los Derechos
Humanos (…)'.
En virtud de lo anterior, esta Corte debe reiterar que el objeto del presente recurso lo
constituye la pretensión de nulidad de un acto administrativo de destitución, donde se
imputó al recurrente la causal prevista en el numeral 2 del artículo 62 de la Ley de Carrera
Administrativa.
Ahora bien, debe esta Corte señalar, que el hecho de que un acto administrativo sea
dictado con posterioridad al vencimiento del lapso legalmente establecido para ello, no lo
vicia necesariamente de nulidad. La obligación de resolver dentro de un lapso determinado
en la ley, tiene por objeto dar un tiempo prudencial para que el administrado obtenga una
decisión en relación al asunto conocido en sede administrativa. Sin embargo, esta Corte no
puede dejar de advertir que ello no exime a la Administración del pronunciamiento expreso
solicitado (Vid. sentencia Nº 00799 de la Sala Político-Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia del 11 de junio de 2002).
En este sentido, esta Corte considera conveniente recordar que la actuación del órgano
administrativo en todo momento debe sujetarse no sólo a las normas jurídicas aplicables,
sino que, además debe orientarse a cumplir una serie de principios que constituyen una
pieza fundamental dentro de dicho procedimiento.
Acerca de los principios que rigen el procedimiento administrativo, Hildegard Rondón de
Sansó, en su obra 'Procedimiento Administrativo' expresó:
(omissis)
Como se advierte, la doctrina expuesta clasifica los principios reguladores del
procedimiento administrativo en tres grandes grupos: a) El principio de legalidad; b) Los
principios relativos a las garantías jurídicas de los administrados, como son los principios
de audire alteram partem o principio de contradictorio administrativo, de igualdad de los
participantes en el procedimiento, de publicidad de las actuaciones y de motivación del
acto administrativo; y, c) Los principios que garantizan la eficacia de la actuación
administrativa, tal es el caso de de (sic) los principios de: economía procedimental,
preclusividad, flexibilidad de los lapsos, de actuación de oficio o inquisitivo y de control
jerárquico. (…)
Ante esto, observa quien decide que la representación judicial de la parte querellada, para
el momento de la contestación al fondo de la querella, señaló que '(…) la administración
(sic) en el ejercicio de la potestad sancionadora actua (sic) para cuidar de los intereses
que titulariza y reintegra el ordenamiento jurídico administrativo. De allí que frente a una
infracción, constitutiva a su vez de un delito penal y de un ilícito administrativo, pueda
imponerse al autor una dualidad de sanciones quebrantando en apariencia el principio
‘NON BIS IN IDEM’ y [dijo] en apariencia, por cuanto aun siendo uno solo el hecho, de
el (sic) se derivan distintas infracciones, de naturaleza a su vez distintas.
Aprecia este Órgano Jurisdiccional, que la parte querellante en su escrito recursivo, alegó
que la Administración no '(…) DETERMINÓ LA RESPONSABILIDAD
ADMINISTRATIVA DE [SU] REPRESENTADO ‘STRICTU SENSU’ [aunado al hecho
de que] LA CAUSAL DE DESTITUCIÓN DEL ARTÍCULO 62, ordinal (sic) 2º de la
Ley de Carrera Administrativa NO ESTÁN (sic) PROBADAS' (sic). [Corchetes de esta
Corte]. (Mayúsculas del original).
Ante esto, adujo que 'No estando probado (sic) en autos plenamente la responsabilidad
administrativa de las causales invocadas por la administración (sic) para su actuación, así
como también quedó demostrado (sic) la justificación de la actuación de [su] poderdante,
en los hechos investigados, solicita[ron se declarara] la NULIDAD ABSOLUTA de (sic)
acto administrativo impugnado'. [Corchetes de esta Corte]. (Mayúsculas del original).
Así pues, esta Corte considera que en el caso de autos están dados los requisitos antes
señalados, los cuales fueron verificados precedentemente y constatados con las pruebas
que rielan en autos, los cuales evidencian que la conducta del funcionario investigado es
contraria a los principios de bondad, rectitud de ánimo, integridad y honradez y que tal
actuación es contraria al prestigio de la institución.
Dadas las consideraciones que anteceden, esta Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo desestima la denuncia realizada por la parte actora en cuanto a la no
determinación de falta de probidad del querellante mediante el procedimiento de
destitución. Así se decide.
Ante la situación irregular planteada, la Administración realizó un procedimiento
disciplinario, de acuerdo a lo señalado en los artículos 110 y siguientes del Reglamento
General de la Ley de Carrera Administrativa, el cual tuvo como resultado la determinación
de un comportamiento deshonesto por parte del actor, el cual fue configurado dentro del
supuesto de hecho del numeral 2 del artículo 62 de la entonces vigente Ley de Carrera
Administrativa, relativo a la falta de probidad de un funcionario en el ejercicio de un cargo
dentro de la Administración Pública.
Aunado a ello, se evidencia de la lectura del expediente disciplinario que riela en autos
que la parte actora tuvo oportunidad de participar en el procedimiento disciplinario
aperturado (sic) a tales efectos. En efecto se evidencia que el mismo fue notificado de los
cargos que se le imputaron (folio 72), dio contestación a los cargos formulados (folios 75 y
76), promovió pruebas (folio 78 al 83) y dispuso del tiempo y medios adecuados para
impugnar las decisiones que le afecten, lo cual conlleva a esta Corte a determinar el cabal
cumplimiento de todas las fases establecidas en el procedimiento disciplinario supra
citado, motivo por el cual esta Corte verifica que no fue violado el derecho al debido
proceso y a la Defensa consagrado en el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela. Así se decide.
De igual forma señaló que, 'el procedimiento de calificación previa ante el Inspector del
Trabajo, en el caso concreto de los funcionarios sindicales, agrega una garantía adicional
a los funcionarios públicos, y por ello, en atención a la progresividad de los derechos
laborales consagrada en la Constitución (artículo 89 numeral 1), dicha calificación previa
debe proceder. La garantía adicional que agrega tal procedimiento no es otra que
materializar la autonomía sindical'.
(omissis)
Precisado lo anterior, pasa esta corte (sic) a verificar si en el caso de marras el querellante
se encontraba amparado de fuero sindical en el momento de su retiro tal como lo afirma la
parte querellante, y de ser cierta tal afirmación, se procederá a revisar si el Organismo
querellado cumplió o no con el procedimiento de calificación de despido conforme a lo
previsto en los artículos 449 y 453 de la Ley Orgánica del Trabajo, y a tal efecto observa:
De lo consignado por parte del recurrente, se observa que riela a los folios del veintitrés
(23) al treinta y uno (31) del expediente judicial, distintas comunicaciones, a saber oficio
O.R.S.F.P.Nº 040, de fecha 29 de enero de 2002, dirigida al ciudadano Jesús Ríos
Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Único de Empleados Públicos del
Ministerio de Hacienda, así como oficio sin numero (sic) de fecha 5 de noviembre 2001,
emanada del Director General de Relaciones Laborales del Ministerio de Hacienda,
dirigido al ciudadano Carlos Ramones Gerente de la Aduana de Maracaibo del Ministerio
de Finanzas Región Zulia, de donde se puede observar claramente, emanado del Secretario
General del Sindicato Unitario Nacional de Empleados Públicos del Ministerio de
Hacienda, que el ciudadano Héctor López, fungía como Secretario de Prensa y
Propaganda de la Seccional Región Zuliana del Sindicato Unitario de Empleados Públicos
del Ministerio de Hacienda, todo ello en copias simples las cuales serán tomadas como
fidedignas de acuerdo al artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, por no haber
sido impugnadas en ningún momento, por lo que no resulta un hecho controvertido para
este órgano jurisdiccional, ni como se indicó anteriormente para la parte querellada que el
recurrente para la fecha de su destitución ostentaba la condición de delegado sindical. Así
se declara.
Una vez determinado lo anterior, se evidencia con meridiana claridad, que al ciudadano
Héctor López, le era aplicable el procedimiento de desafuero previsto en los artículos 453
y siguientes de la Ley Orgánica del Trabajo, por encontrarse ocupando un cargo de
dirigente sindical tal como se determinó con anterioridad.
Así pues, en aplicación al presente caso de los criterios antes apuntados, observa la Corte
que la interpretación realizada por la Administración resulta contraria a todas las
consideraciones explanadas, pues negó que la garantía representada en el fuero sindical
pueda tener alguna virtualidad en el ámbito de la función pública; ello así pues, a juicio
del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT) el
querellante no estaba sometido más que [a] las normas que regulaban su condición de
funcionario de carrera, por lo que su condición de secretario de una organización sindical
no le otorgaba ningún estatus distinto al de los demás funcionarios públicos de carrera,
cuando es lo cierto, como se ha explicado, que al querellante le era aplicable también el
régimen relativo al derecho a la sindicación, previsto en la Ley Orgánica del Trabajo y su
Reglamento, incluyendo lo relativo al fuero sindical.
En virtud de lo expuesto, esta Corte señala que para que la Administración proceda a
destituir a un funcionario público amparado de fuero sindical, tendrá que proceder a
realizar el procedimiento disciplinario de destitución previsto en la Ley de Carrera
Administrativa -aplicable en razón del tiempo-, a los fines de imputarle los cargos que
ameriten la comisión de alguna de las causales de destitución consagradas por el artículo
62 ejusdem y darle la oportunidad al funcionario investigado de hacer valer sus derechos e
intereses en todo el procedimiento administrativo y, solicitar ante la Inspectoría del
Trabajo respectiva la calificación de despido que permita despojar al funcionario del fuero
sindical que lo ampara, de conformidad con lo previsto en los artículos 449 y 453 de la Ley
Orgánica del Trabajo.
De una revisión de las actas que conforman la presente causa, esta Corte constató que la
Administración Pública realizó únicamente el procedimiento disciplinario de destitución
previsto en el Reglamento General de la Ley de Carrera Administrativa, el cual fue
analizado previamente y se determinó que el mismo fue sustanciado conforme a la
mencionada disposición legal, donde se le respetó al accionante su oportunidad para
ejercer su derecho constitucional a la defensa, a los fines de que hiciera valer sus derechos
e intereses durante todo el procedimiento administrativo; por tanto, al verificarse que el
procedimiento administrativo realizado al recurrente fue debidamente tramitado por el
Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT); este
Órgano Jurisdiccional consideró válido y ajustado a derecho el acto administrativo de
destitución del hoy accionante, por lo que, produce los efectos legales correspondientes
que la ley le otorga, y así fue declarado ut supra.
Así las cosas, esta Corte evidencia que la Administración obvió la realización del
procedimiento contemplado por la Ley Orgánica del Trabajo para despojar a un
funcionario público que se encuentra amparado con fuero sindical previsto en la Sección
Sexta del Capítulo II Título VII de la Ley Orgánica del Trabajo, el cual 'debe entenderse
exclusivamente como un procedimiento para el ‘desafuero’ sindical no para su despido o
retiro', tal y como lo expresa la sentencia citada ut supra; por lo que este Órgano
Jurisdiccional entiende que dado (sic) esta circunstancia no se ha materializado el acto de
retiro del recurrente, lo cual se traduce en este caso en la desvinculación del funcionario
con la Administración, en consecuencia, se ordena al Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), que instaure de manera inmediata ante la
autoridad administrativa el respectivo procedimiento de calificación de despido.
En consecuencia, se ordena la reincorporación del ciudadano Héctor López en el cargo de
Técnico Tributario Grado 8, o en su defecto a uno de igual o superior jerarquía en el
referido Organismo, sólo a los fines de que la Administración cumpla con el mencionado
procedimiento contemplado por la Ley Orgánica del Trabajo; con la advertencia de que la
Administración puede hacer uso de las medidas cautelares administrativas consagradas en
el artículo 90 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, mientras se cumple con dicho
procedimiento, todo ello en virtud del estricto acatamiento del criterio sentado por la
sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia número 555 de fecha
28 de marzo de 2007 (caso: Adón de Jesús Díaz González), al conocer del recurso
extraordinario de revisión constitucional interpuesto contra el fallo dictado el 28 de marzo
de 2006 por esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, por lo que, sólo le
procederá el pago del sueldo correspondiente al período que dure el procedimiento de
desafuero. Así se declara.
Con relación a la solicitud del pago de todas las remuneraciones dejadas de percibir, desde
su ilegal destitución, hasta su definitiva reincorporación realizada por la parte querellante,
esta Corte advierte que procedería dicha pretensión en el caso [de] que el acto
administrativo de destitución del recurrente hubiera sido declarada (sic) nula (sic) por los
Órganos de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa y; visto que, de (sic) los
razonamientos de hecho y de derecho expuestos precedentemente declaran válido y
ajustado a derecho el mencionado acto, en consecuencia, resulta improcedente dicha
solicitud. Así se declara.
De esta manera, se reitera el criterio sentado por este Órgano Jurisdiccional en sentencia
Nº 2009-554, de fecha 6 de abril de 2009, (Caso PEDRO JOSÉ MODESTO SAM Vs.
ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LIBERTADOR DEL DISTRITO CAPITAL) mediante la cual
se estableció el procedimiento a cursar en caso de que haya sido destituido un funcionario
amparado por fuero sindical, sin haber llevado a cabo antes el procedimiento de
desafuero. Así se declara…”.
IV
Delimitada como ha sido la competencia para conocer de la presente revisión, esta Sala pasa a
decidir y, para ello, observa:
En efecto, la propia Sala dejó sentado en la sentencia N°1862 del 6 de febrero de 2001 (caso:
Corporación Turismo de Venezuela CORPOTURISMO), que la potestad de revisión consagrada en el
artículo 336, cardinal 10 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, puede ser
ejercida de manera discrecional; por lo tanto, la misma no debe ser entendida como una nueva
instancia, puesto que su procedencia está limitada a los casos de sentencias definitivamente firmes, esto
es, decisiones amparadas por el principio de la doble instancia judicial.
En el caso de autos, el fallo judicial sometido a revisión de esta Sala es la sentencia dictada el 6
de octubre de 2010 por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, mediante la cual declaró
parcialmente con lugar el recurso de apelación ejercido por el apoderado judicial del ciudadano Héctor
López, contra la decisión emitida el 26 de marzo de 2008 por el Juzgado Superior en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la Región Occidental, que declaró sin lugar el recurso contencioso
funcionarial interpuesto contra el acto de destitución emanado del Servicio Nacional Integrado de
Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT).
En este sentido, es preciso reiterar que para proceder a la revisión de una sentencia, vale decir,
para que esta Sala Constitucional haga uso de la facultad que le confieren los artículos 336, cardinal 10
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el artículo 25, cardinales 10 y 11 de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, es menester no sólo el carácter definitivo de la
sentencia, sino que la misma incurra en alguno de los supuestos que esta Sala ha ido elaborando y
desarrollando, recogidos en los preceptos antes citados, a partir de la sentencia N° 93/2001 del 6 de
febrero (caso: Corpoturismo) y de lo que disponía el artículo 5, cardinales 4 y 16 de la derogada Ley
Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia (Vid. 1.103/2007, caso: Tommaso Puglisi Platana).
Así, la Sala ha sostenido que dicha facultad puede sólo ser ejercida de manera extraordinaria,
excepcional, restringida y discrecional. Asimismo, ha dejado establecido que ello se impone a los fines
de salvaguardar la garantía de la cosa juzgada judicial, cuya inmutabilidad es característica de la
sentencia. De tal manera que, para que prospere una solicitud de este tipo, es indispensable que el fallo
cuya revisión se solicita haya realizado un errado control de la constitucionalidad al aplicar
indebidamente la norma constitucional; o haya incurrido en un error grave en cuanto a la interpretación
de la Constitución, haya obviado por completo la interpretación de la norma constitucional o haya
violado de manera grotesca los derechos constitucionales.
Ahora bien, aprecia esta Sala luego de un cuidadoso análisis del escrito de revisión, que el
ejercicio de este excepcional medio constitucional va dirigido a cuestionar los fundamentos empleados
por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo para negar el pago de los salarios caídos y
demás conceptos requeridos en la querella funcionarial incoada por el hoy solicitante contra el Servicio
Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT), esgrimiendo al respecto la
existencia de una incorrecta valoración de los alegatos expuestos en el recurso contencioso funcionarial
interpuesto contra el acto de destitución emitido por el referido Organismo, los cuales, de haber sido
apreciados tal como él lo indicaba, hubiesen conducido a una decisión distinta a la hoy cuestionada.
Al respecto, estima esta Sala que el fallo objeto de revisión no contraría en modo alguno la
jurisprudencia de esta Sala Constitucional, ni evidencia algún grotesco error de interpretación de la
norma constitucional o que se hubiese sostenido un criterio contrario a una jurisprudencia previamente
establecida; por el contrario, la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo centró su actividad
jurisdiccional en analizar detenidamente cada uno de los alegatos esgrimidos por la parte actora en el
juicio de nulidad incoado, sustentando su razonamiento en argumentos válidos y perfectamente
admisibles en derecho; por lo tanto, siendo así, no puede el solicitante cuestionar la pertinencia y
validez de dichos argumentos por el simple hecho de no estar conforme con el análisis dado a los
argumentos por el planteados en su recurso de nulidad, más concretamente, en lo referido a la solicitud
de pago de los salarios caídos y demás conceptos requeridos en la querella funcionarial.
En este sentido, aprecia esta Sala Constitucional que no se puede afirmar que la decisión
judicial sometida a su consideración quebrante principios jurídicos fundamentales contenidos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, ni que fue dictada como consecuencia de un
error inexcusable, dolo, cohecho o prevaricación, ya que se aprecia claramente que dicha decisión,
dictada por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, analizó las denuncias expuestas por el
solicitante, y de forma motivada declaró parcialmente con lugar la acción de nulidad interpuesta, sin
evidenciarse que exista un grotesco error de interpretación de la norma constitucional que permita
definir que se sostuvo un criterio contrario a la jurisprudencia, previamente establecido por esta Sala, ni
se manifiestan violaciones de preceptos constitucionales; por lo tanto, se considera que la revisión
pedida no contribuiría a la uniformidad de la interpretación de las normas y principios constitucionales;
más bien, de los alegatos de la solicitante lo que se evidencia es una disconformidad con la decisión
impugnada, al ser ésta contraria a sus intereses, razón por la cual resulta forzoso para este órgano
jurisdiccional declarar que no ha lugar la revisión solicitada; y así se decide.
DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia,
administrando justicia en nombre de la República por autoridad de la Ley, declara que NO HA
LUGAR la solicitud de revisión presentada por el abogado Gabriel Arcángel Puche Urdaneta, actuando
con el carácter de apoderado judicial del ciudadano HÉCTOR LÓPEZ, ya identificados, de la
sentencia N° 2010-01342, dictada el 6 de octubre de 2010 por la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Audiencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, en Caracas, a los 14 días del mes de noviembre de dos mil doce (2012). Años: 202º de la
Independencia y 153º de la Federación.
La Presidenta,
El Vicepresidente,
Magistrado
Magistrada
Magistrado-Ponente
Magistrado
Magistrada
El Secretario,
Exp. 12-0791
ADR/
Quien suscribe, Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, de conformidad con el artículo 104 de la
Ley Orgánica que rige las funciones de este Alto Tribunal y 53 del Reglamento de Reuniones, presenta
voto salvado en la decisión dictada por esta Sala Constitucional en el expediente núm. 12-0791, que
declaró no ha lugar la revisión constitucional interpuesta por el ciudadano Héctor López contra la
de 2010.
hubiere sostenido un criterio contrario a una jurisprudencia previamente establecida; por el contrario,
detenidamente cada uno de los alegatos esgrimidos por la parte actora en el juicio de nulidad incoado,
del fuero sindical y no podía ser retirado de la Administración hasta tanto se llevara a cambio el
del título de bachillerato, lo que había ameritado en ese caso que se acordarse su destitución.
Debe advertirse que la sentencia dictada por esa Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo incurrió en un error al considerar que los funcionarios públicos cuentan con un doble
régimen de estabilidad cuando alguno de ellos se encuentran amparados adicionalmente por un fuero
especial (sindical, maternal, paternal, etc). Ha sido criterio de la Sala que los funcionarios públicos
sólo cuentan con su régimen especial de protección, sin que al mismo se le solapen las demás
Dicho caso fue considerado en sentencia n° 555 del 28 de marzo de 2007, (caso: “Adón Díaz”),
“(…) se aprecia que la relación entre los docentes de carrera que prestan sus funciones a la
Administración Pública, se rigen por una relación estatutaria. Dicha relación permanece
incluso cuando los mismos ejerzan una función sindical, ya que aun cuando gozan de
inamovilidad ello no implica que se modifica el régimen de estabilidad que los protege ni
las causales de retiro previstas en la ley estatutaria.
Dentro de este marco es importante señalar que el acto administrativo emanado del
Ministro de Educación Superior mediante el cual se “despide” al ciudadano Adón Díaz, lo
afecta no sólo en su condición de representante sindical sino también como funcionario
público o mejor dicho como docente de carrera, condición sobre la cual se ejerce la
potestad disciplinaria.
Observa la Sala, que el ciudadano Adón Díaz si bien goza de inamovilidad en su condición
de dirigente sindical, razón por la cual se le aplicó el procedimiento previsto para la
calificación de despido de los funcionarios que gozan de fuero sindical en la Ley Orgánica
del Trabajo, por gozar por otro lado de la estabilidad propia de todos los funcionarios al
servicio de la Administración Pública, ha debido también utilizarse el procedimiento de la
Ley del Estatuto de la Función Pública correspondiente a la destitución, o la normativa
prevista en la Ley Orgánica de Educación, ya que la aplicación del procedimiento
establecido en la Ley Orgánica del Trabajo no exime al órgano administrativo de la
aplicación del procedimiento previsto en la norma estatutaria, ya que todo funcionario
público al gozar de estabilidad, ésta debe ser considerada para su retiro, destitución o toma
de alguna decisión que afecte su esfera de derechos. Así se decide.
Debe insistirse en que no estamos en presencia de una doble estabilidad en sentido estricto.
Así como para el despido de un dirigente sindical del sector privado es necesario respetar
el fuero sindical, el cumplimiento de lo dispuesto en la Sección Sexta del Capítulo II Título
VII de la Ley Orgánica del Trabajo (referido al derecho colectivo del trabajo), no exime al
patrono de las obligaciones contenidas, por ejemplo, en el Título II, Capítulo VI eiusdem;
o en los decretos de inamovilidad laboral. Asimismo, si el dirigente tiene un régimen
laboral o funcionarial especial, debe respetarse adicionalmente la normativa pertinente para
la terminación de la relación de trabajo. En estos casos lo previsto en la citada Sección
Sexta del Capítulo II del Título VII debe entenderse exclusivamente como un
procedimiento para el ‘desafuero’ sindical no para su despido o retiro, cuando se trata de
un funcionario de carrera; y así se decide.
Planteó el solicitante que la sentencia cuya revisión se solicita infringió el derecho al
debido proceso, consagrado en el artículo 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, toda vez que el mismo debe aplicarse a todas las actuaciones
judiciales y administrativas y el hecho de que no se haya aplicado el procedimiento
previsto en la Ley del Estatuto de la Función Pública, ni la normativa prevista en la Ley
Orgánica de Educación, siendo dicha normativa aplicable de igual modo al caso planteado,
tal como se indicó, ello obliga a esta Sala a anular la sentencia dictada el 28 de marzo de
2006 por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo.
En consecuencia, en virtud de las anteriores consideraciones, esta Sala debe declarar ha
lugar la solicitud de revisión intentada por el ciudadano Adón Díaz (…)”.
En la mencionada decisión si bien puede aplicarse a los funcionarios públicos el procedimiento
para el desafuero, la vía única y exclusiva para acordar su remoción, retiro o destitución de la
Función Pública, por lo que al haberse cumplido con los mismos, no debe requerirse de otros
Administración incurrió en los términos de su propia decisión en una falla adicional al considerar que
el funcionario debía ser incorporado solamente mientras dure el procedimiento de desafuero para
obtener los pagos correspondientes a los salarios que pueda recibir mientras se complete ese
Quien disiente de la decisión debe recordar que de haber ocurrido un cese indebido del
a ese ingreso temporal o momentáneo en la Administración, sino de todo el periodo de tiempo que
estuvo fuera de la función pública, por lo que su reasunción trae consigo la obligación de cancelar la
totalidad de los sueldos dejados de percibir a modo de indemnización cuando se determine que no era
En casos como el presente, lo pertinente no es el pago del tiempo que pueda estar efectivamente
cuanto no es voluntad del trabajador haber sido desincorporado del cargo que le ha sido inherente.
Finalmente, quien disiente observa que la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo con
su decisión estableció una condición suspensiva temporal que estaría permitiendo la subsanación de
posibles vicios para luego proceder a la desincorporación del funcionario, cuando la única
consecuencia lógica de la decisión que puede dictarse como juez contencioso administrativo sería
anular el acto impugnado y declarar los efectos derivados de su inexistencia. Al dictarse una sentencia
decisión la obligación de declarar la nulidad del acto administrativo y generó con su desvío un daño al
querellante a quien se le está cercenando su derecho a una tutela judicial efectiva. La sola existencia de
La Presidenta,
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
Vicepresidente,
FRANCISCO A. CARRASQUERO LÓPEZ
Los Magistrados,
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
Disidente
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
Ponente
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
GLADYS M. GUTIÉRREZ ALVARADO
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
V.S.Exp.- 12-0791
CZdM/
Que “…la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, determinó que la administración
(sic) no cumplió con el procedimiento administrativo de calificación de despido ante la Inspectoría del
Trabajo de conformidad con el procedimiento previsto en los artículos 449 y 453 de la Ley Orgánica
del Trabajo, y reconoci(ó) el fuero sindical de (su) representado y el derecho a la inamovilidad ,
declar(ó) PARCIALMENTE con lugar la demanda, y orden(ó) la reincorporación de (su) representado
a los fines de que se solicit(ase) su desafuero ante la Inspectoría del Trabajo, pero no orden(ó) el pago
de los salarios caídos y demás conceptos solicitados en la querella funcionarial, a pesar de que se
violaron normas constitucionales y legales que amparan a (su) representado…”.
Que su poderdante “… fue destituido el día de hoy (sic) 22 de mayo de 2002 y hoy estamos en el
mes de junio de 2012, por lo cual (su) representado tiene más de 10 años fuera de su cargo, no ha
podido trabajar desde su destitución y hoy tiene más de 65 años de edad, por lo cual, es contrario al
PRINCIPIO DE TUTELA JUDICIAL EFECTIVA consagrado en el artículo 26 de (la) Constitución,
que se declare la nulidad de un acto administrativo de destitución que no respetó el fuero sindical, ni
cumplió con los procedimientos legalmente establecidos y que es nulo de nulidad absoluta a tenor de
lo previsto en los artículo 95 y 25 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y el
artículo 19 numeral 4 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos por violar los
procedimientos legalmente establecido (sic)…”.
Con fundamento en las anteriores consideraciones, solicitó se declare con lugar la revisión y, en
consecuencia, se anule la sentencia N° 2010-01342, dictada el 6 de octubre de 2010 por la Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo.
II
DE LA COMPETENCIA
Debe esta Sala determinar su competencia para conocer la presente solicitud de revisión y al
respecto observa que, conforme lo establece el cardinal 10 del artículo 336 de la Constitución, la Sala
Constitucional tiene atribuida la potestad de “revisar las sentencias definitivamente firmes de amparo
constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o normas jurídicas dictadas por los
tribunales de la República, en los términos establecidos por la ley orgánica respectiva”.
Por su parte, en el fallo Nº 93/2001 del 6 de febrero (caso: Corpoturismo), esta Sala determinó
su potestad extraordinaria, excepcional, restringida y discrecional, de revisar las siguientes decisiones
judiciales:
“1. Las sentencias definitivamente firmes de amparo constitucional de cualquier
carácter, dictadas por las demás Salas del Tribunal Supremo de Justicia y por
cualquier juzgado o tribunal del país.
2. Las sentencias definitivamente firmes de control expreso de constitucionalidad
de leyes o normas jurídicas por los tribunales de la República o las demás Salas
del Tribunal Supremo de Justicia.
3. Las sentencias definitivamente firmes que hayan sido dictadas por las demás
Salas de este Tribunal o por los demás tribunales o juzgados del país apartándose
u obviando expresa o tácitamente alguna interpretación de la Constitución
contenida en alguna sentencia dictada por esta Sala con anterioridad al fallo
impugnado, realizando un errado control de constitucionalidad al aplicar
indebidamente la norma constitucional.
4. Las sentencias definitivamente firmes que hayan sido dictadas por las demás
Salas de este Tribunal o por los demás tribunales o juzgados del país que de
manera evidente hayan incurrido, según el criterio de la Sala, en un error
grotesco en cuanto a la interpretación de la Constitución o que sencillamente
hayan obviado por completo la interpretación de la norma constitucional. En
estos casos hay también un errado control constitucional”.
En este mismo orden de ideas, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia dispone en el
artículo 25, cardinal 10, lo siguiente:
Ahora bien, visto que en el caso de autos se solicitó la revisión de una sentencia definitivamente
firme emanada de la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, esta Sala se considera
competente para conocerla; y así se declara.
III
Expediente: 12-0791
El 13 de julio de 2012, se dio cuenta en Sala del expediente y se designó ponente al Magistrado
Arcadio Delgado Rosales, quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
DE LA SOLICITUD DE REVISIÓN
El apoderado judicial del solicitante esgrimió como fundamento de la solicitud de revisión, los
siguientes argumentos:
Que “…(su) representado laboró por espacio de veintitrés (23) años como funcionario de la
Administración Pública, a la orden del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y
Tributaria (SENIAT), llegando a ocupar el cargo de Técnico Tributario Grado 8, hasta el 22 de mayo
de 2002, cuando se le destituyó de su cargo supuestamente por la presentación de un título de bachiller
nulo, permitiendo que la administración (sic) diera por cierto un supuesto grado académico del cual
(su) representado no era acreedor…”.
Adujo que “…debido a la presunción de falsedad del título de bachiller de (su) representado se
inició un proceso penal por el delito de falsificación de título ante el Juzgado Cuarto de Control del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, siendo sobreseído en dicha averiguación penal, siendo
Juzgado dos (2) veces por la misma causa, ya que desde el punto de vista penal no se demostró que el
título de bachiller fuera falso, violándose el artículo 49, numeral 7 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela referencia (sic) al principio non bis in idem…” (destacado del escrito).
Que “…para el momento del retiro de (su) representado de la administración (sic) pública el
mismo gozaba de inamovilidad laboral por ser Miembro de la Junta Directiva del Sindicato Unitario
de Empleados Públicos del Ministerio de Finanzas, Seccional Zulia, en el cual ocupaba el cargo de
Secretario de Prensa y Propaganda, por lo cual el Superintendente del SENIAT, al dictar el acto de
destitución no respetó la inamovilidad que le brinda la Constitución a los directivos sindicales,
violando normas de rango Constitucional (sic), así como la Declaración Universal de los Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto de San José de Costa
Rica…”(destacado del escrito).
Señaló que “…se solicitó la nulidad del acto administrativo de la destitución de (su)
representado del (sic) SENIAT, la reincorporación a su cargo u otro de igual jerarquía y sueldo y el
pago de los salarios caídos, aumentos o incrementos salariales por decreto presidencial, por aumento
de la ley de presupuesto, aguinaldos, intereses sobre prestaciones sociales y jubilaciones, La (sic) Ley
de Política Habitacional, o cualquier otro que reciban los FUNCIONARIOS PÚBLICOS DEL
MINISTERIO DE HACIENDA O SENIAT, y cualquier otro beneficio socioeconómico inherente a su
condición de funcionario desde la fecha de su ilegal retiro hasta la fecha de su real y efectiva
reincorporación…”.