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Sentencia nº 685 de Tribunal Supremo de Justicia - Sala Constitucional de 4 de Agosto de 2016

Sentencia Citas 12 Citado por Mapa de Precedentes Relacionados

Fecha de Resolución 4 de Agosto de 2016

Emisor Sala Constitucional

Ponente Luis Fernando Damiani Bustillos

Procedimiento Solicitud de Revisión

SALA CONSTITUCIONAL

Magistrado Ponente: L.F.D.B.

Expediente N° 16-0200

El 25 de febrero de 2016, el ciudadano P.J.D.Y., titular de la cédula de identidad N° 2.226.988, asistido por la abogada
A.d.S.C. de Domínguez, inscrita en el Instituto de Previsión del Abogado bajo el N° 32.936, interpuso ante esta Sala
solicitud de revisión constitucional de la decisión dictada el 28 de julio de 2015, por la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo, la cual conociendo en alzada revocó por razones de orden público la decisión dictada el 28 de junio de 2006,
por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital y, declaró inadmisible por
haber operado la caducidad respecto a la nulidad del acto administrativo de remoción del ciudadano P.J.D.Y., parcialmente
con lugar el recurso contencioso administrativo funcionarial, en consecuencia, nulo el acto de retiro N° 1.288 del 23 de
febrero de 2005, por lo que se ordenó al Gobierno del Distrito Capital realizar las gestiones para la reubicación del referido
ciudadano.

El 1° de marzo de 2016, se dio cuenta en Sala y se designó ponente al Magistrado Luis Fernando Damiani Bustillos, quien
con tal carácter suscribe el presente fallo.

Realizado el estudio individual de las actas que conforman el presente expediente, esta Sala Constitucional pasa a decidir
previas las siguientes consideraciones.

DE LA SOLICITUD DE REVISIÓN

El solicitante fundamentó su pretensión en los siguientes términos:

Que “(…) durante el período comprendido entre el dieciséis (16) de septiembre de dos mil dos (2002) hasta el once (11) de
marzo de dos mil cinco (2005), prest[ó] [sus] servicios a la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas, ejerciendo el
cargo de Secretario de la Jefatura Civil de la Parroquia Antímano. El cese de la relación funcionarial se produce a
consecuencia de sendos actos de retiro y remoción suscritos por el ciudadano P.M.C., actuando en su carácter de Director
General de Recursos Humanos de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas”.

Que “[l]os aludidos actos son los siguientes: El acto de remoción está contenido en la Resolución N° 0021 de fecha quince
(15) de diciembre de dos mil cuatro (2004), y mediante el mismo se me remueve del cargo de Secretario de la Jefatura Civil
de la parroquia Antímano; en tanto que el acto de retiro está contenido en el oficio N° 1288 de fecha veintitrés (23) de
febrero de dos mil cinco (2005), y mediante el mismo se manifiesta que las gestiones reubicatorias resultaron infructuosas y
en consecuencia se finaliza la relación funcionarial”.

Que “contra dichos actos se interpone querella funcionarial en fecha nueve (09) de junio de dos mil cinco (2005), alegando
fundamentalmente que los actos impugnados están viciados de falso supuesto y consecuencialmente de ausencia total y
absoluta de procedimiento; esto, debido a que se califica el cargo que ejercía como de libre nombramiento y remoción,
cuando la misma Administración querellada reconoce que se trata de un cargo de carrera y me brinda dicho trato al realizar
las gestiones reubicatorias luego de dictar el acto de remoción, situación está, propia de los funcionarios de carrera. Como
consecuencia de la querella interpuesta, y una vez sustanciado el proceso, el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la Región Capital, declaró parcialmente con lugar la querella funcionarial interpuesta
mediante sentencia de fecha veintiocho (28) de junio de dos mil seis (2006), tomando como fundamento la existencia de un
vicio de nulidad absoluta, al evidenciarse la incompetencia absoluta del Director General de Recursos Humanos de la
Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas para dictar los actos de retiro y remoción impugnados por carecer de la
autorización expresa del Alcalde Metropolitano”.

Que “contra la aludida decisión la representación de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas interpuso recurso
ordinario de apelación, el cual fue resuelto a través de la sentencia cuya revisión se solicita, y en la cual se declaró
parcialmente con lugar la querella interpuesta, con lugar la pretensión de nulidad del acto de retiro, sin lugar la pretensión
de nulidad del acto de remoción por haber operado, en opinión de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, la
caducidad”.

Que “en el caso de marras encontramos la presencia del vicio de incongruencia omisiva, por cuanto el Juzgador de la
segunda instancia no se pronuncia sobre los vicios que se le atribuyen al acto administrativo que [lo] removió del cargo que
ostentaba, del análisis de la sentencia cuya revisión se solicita, se observa que la misma no se pronuncia sobre los vicios
denunciados frente a los actos administrativos, a pesar de que la misma sentencia afirma que se ha revocado la sentencia
apelada y se entra a conocer el fondo de la controversia ”.

Que “ la sentencia cuya revisión se solicita, revoca la sentencia de primera instancia, asumiendo la Corte el conocimiento
del fondo de la controversia, pero solo se pronuncia en forma incidental acerca de los dos vicios denunciados contra los
actos administrativos que forman en centro de la pretensión planteada en la querella funcionarial e ignora pronunciarse
sobre las consecuencias de las constatación de los mismos, lo cual resulta desde toda óptica, como una afrenta al derecho
a la tutela judicial efectiva. En efecto, el que el juzgador emita una sentencia motivada y congruente, que resuelva todos los
puntos de la controversia y en suma, de respuesta a las pretensiones del justiciable no es algo optativo, es un deber y una
obligación”.

Que “del libelo de la demanda se infiere que contra los actos administrativos impugnados se formulan denuncias de vicios
de nulidad absoluta, tales como el falso supuesto de hecho derivado de la errónea calificación del cargo que ostenta como
de libre nombramiento y remoción cuando se trataba realmente de un cargo de carrera, y la incompetencia del funcionario
que dicto el acto al carecer de la autorización del Alcalde Metropolitano de Caracas. Tales vicios resultaban fundamentales
para la resolución de la controversia planteada, y eran uno de los elementos más relevantes del tema del debate, y pese a
haber sido planteados en el libelo de la demanda, y haber sido contestados por la representación de la querellada, la
recurrida no emite pronunciamiento directo alguno, sino que los analizo (sic) incidentalmente a los solos efectos de intentar
restituir la situación jurídica infringida, ignorando que estos vicios son el centro del debate y el argumentativo de todo el
proceso”.

Que “ la recurrida confunde dos situaciones similares pero diametralmente opuestas y les brinda tratamiento igual: Si en una
demanda se declara procedente una denuncia de un vicio de nulidad absoluta y consecuencialmente se declara la nulidad
del acto, el juzgador ciertamente puede encontrar inoficioso pronunciarse sobre los demás vicios alegados, porque el
resultado que buscaba el demandante ya se ha cumplido, y no es otro que obtener la nulidad del acto; más aún, no se
alteró el resultado por declarar procedente una denuncia de nulidad absoluta, o seis denuncias: El acto es nulo”.

Que “ el análisis del vicio del falso supuesto de hecho denunciado obligaba al Juzgador de Segunda instancia a verificar un
aspecto fundamental del proceso: ¿Es el cargo de Secretario de la Jefatura Civil un cargo de carrera como lo delata el
querellante y como lo deja entrever con sus actuaciones materiales la querellada? ¿Es un cargo de libre nombramiento y
remoción como lo señaló la defensa de la querellada en el proceso judicial? Este es un aspecto medular del proceso que
estaba controvertido y del cual colgaba la suerte de la querella interpuesta, y sin embargo, pese a que fue alegado por
ambas partes no fue resuelto como aspecto principal en la sentencia cuya revisión se solicita”.

Que “(…) ambas situaciones administrativas se les debe brindar un tratamiento totalmente distinto, tal como lo señalaron las
partes en el proceso: En el caso de los cargos de carrera, el desprendimiento del funcionario ocurre solo previa
sustanciación de un procedimiento administrativo acorde con la Ley y que respete los derechos del funcionario afectado.
Bien sea que se trate de un procedimiento administrativo disciplinario o de un procedimiento de reducción de personal, hay
una nota implícita: bebe haber un procedimiento administrativo previo, lo contrario implica nulidad absoluta sin posibilidades
de subsanación posterior (…)”.

Que “(…) el Juzgador de la actividad administrativa está obligado a verificar la naturaleza del cargo ocupado por el
querellante en casos como el que nos ocupa, pues si se trata realmente de un funcionario ocupando un cargo de carrera y
el mismo ha sido tratado como un funcionario de libre nombramiento y remoción y se le ha separado del cargo sin el
procedimiento correspondiente, se debe admitir que se está en presencia del vicio de prescindencia total y absoluta de
procedimiento, que entraña una violación a la Constitución por desarrollarse en contravención al principio de legalidad y en
violación al debido procedimiento administrativo, y que se reputa inexistente por mandato de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos. En el caso que nos ocupa se tiene que: a) Se delató la presencia de un falso supuesto de
hecho por cuanto la Administración trató a un funcionario en un cargo de carrera como si se tratase de un cargo de libre
nombramiento y remoción, y ello trajo como consecuencia la presencia de una prescindencia total y absoluta de
procedimiento administrativo; b) El argumento no solo fue planteado por el querellante, sino además contestado por la
querellada; c) El juzgador de la segunda instancia omite su valoración directa y pronunciamiento; d) El argumento no es una
simple defensa sino que representa el centro mismo de la pretensión deducida en la litis. En consecuencia, se tiene que la
sentencia cuya revisión se solicita efectivamente adolece del vicio de incongruencia omisiva, y a través de la misma se
vulnero (sic) [su] derecho a la tutela judicial efectiva, debiendo acotar que se trasgredió el criterio vinculante de esta Sala,
contenido en la sentencia N° 334 de fecha diez (10) de mayo de dos mil diez (2010), en virtud de lo cual solicito se declare
ha lugar la solicitud de revisión y se anule la sentencia emanada de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo”.

Que “[l]a Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, al dictar la sentencia objeto de revisión, realiza una ilógica y
perversa inversión del orden en el cual debía analizar los argumentos esgrimidos durante el curso del proceso, y con ello
lesionó el derecho a la tutela judicial efectiva y el principio de control universal de los actos del Poder Público. En efecto
(…), antes de pronunciarse sobre la caducidad, ha debido la Corte Primera verificar si era procedente o no la denuncia de
falso supuesto de hecho, y de encontrar procedente la denuncia, como efectivamente lo hizo, ha debido realizar un puente
argumentativo y cuando menos darse cuenta de que en el fondo del vicio de falso supuesto subyacía una prescindencia
absoluta de procedimiento. En segundo lugar ha debido analizar la incompetencia manifiesta y absoluta del funcionario que
dicto los actos administrativos de retiro y remoción, y una vez verificada esta, como en efecto hizo, declarar la nulidad de los
actos impugnados. La preeminencia de las declaraciones de los vicios alegados debían primar sobre el pronunciamiento
referente a la caducidad del acto de remoción, por cuanto lo que se discutía era la existencia de vicios de nulidad absoluta y
que entrañaban la violación a la Constitución, específicamente a los principio de legalidad y competencia, y la violación de
los derechos constitucionales del querellante, quien había sido víctima de los efectos lesivos de dos actos productos de la
prescindencia total y absoluta de procedimiento administrativo”.

Que “[p]ermitir que la actividad administrativa contraventora de la Constitución y de la Ley, y violatoria de derechos
constitucionales adquiera firmeza por el paso de tres (03) meses es cuando menos un exabrupto pues implica que tan breve
lapso de tiempo hace existente lo inexistente, constitucional lo inconstitucional, y en ese camino los Tribunales como la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo desintegran la Constitución y sus principios”.

Que “[l]a actuación de la Corte Primera de lo Contencioso además de censurable, denota una contradicción inexplicable con
su propia jurisprudencia, pues en presencia de una demanda de nulidad de un acto administrativo de efectos particulares
conjuntamente con amparo constitucional cautelar, la Corte entra directamente a pronunciarse sobre el amparo
constitucional cautelar, sin analizar las causales de inadmisibilidad, y ello tiene una razón de ser: Si se advierte la violación
de un derecho constitucional, la Corte está obligada a conceder el amparo constitucional cautelar y ordena la suspensión
del acto administrativo impugnado, pues no puede admitirse que la actividad administrativa lesione derechos
constitucionales y que esa lesión se haga irreparable por el trascurso del tiempo. Una consecuencia procesal se deriva de
este hecho: Si la Corte concede el amparo, remite el expediente al Juzgado de Sustanciación a fin de que se pronuncie
sobre las causales de inadmisibilidad de la demanda, con excepción de la caducidad, y aun constatándose la caducidad,
igual debe proseguirse con el proceso, pues no hay otra solución posible que rechazar que la actividad administrativa
violatoria de derechos constitucionales pueda surtir efectos, o más aun, adquirir firmeza”.

Que “[n]o se alcanza a comprender cómo es que la Corte Primera de lo Contencioso Administrativa (sic) constata que se
trata de un cargo de carrera, que hay efectivamente un vicio de falso supuesto de hecho, y aunado a ello verifica que se
brindó a un funcionario de carrera el trato de un funcionario de libre nombramiento y remoción, privándole del procedimiento
administrativo que por mandato constitucional le correspondía, y aun así insiste en que el acto de remoción que nace de la
inexistencia del procedimiento administrativo está firme por haberse materializado la caducidad”.

En virtud de las consideraciones anteriormente expuestas, solicitó “(…) Primero: Admita la presente solicitud extraordinaria
de revisión constitucional contra la sentencia N° 2015-1477, de fecha veintiocho (28) de julio de dos mil quince (2015),
dictada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo. Segundo: declare ha lugar la presente solicitud de revisión y
en consecuencia anule el fallo cuya revisión se solicita”.

II

DE LA DECISIÓN OBJETO DE REVISIÓN

La Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, fundamentó su decisión, en los siguientes términos:

El Juzgado A quo, declaró Parcialmente Con Lugar el recurso contencioso administrativo funcionarial al considerar que, ‘En
el presente caso bajo examen, se evidencia que el Alcalde Metropolitano delegó al Director General de Recursos Humanos
la competencia para remover, retirar al personal que labora en esa Alcaldía, previa autorización del Alcalde Metropolitano,
autorización que debe ser expresa, por lo que evidentemente se hace obligatorio para remover o retirar a un funcionario a
los efectos de la validez del acto dicha autorización, la cual lleva implícita la manifestación de voluntad del Alcalde,
manifestación, comprobación o demostración de la voluntad indudablemente esencial para la validez del acto de remoción y
posterior retiro. Ahora bien revisado como ha sido el acto impugnado y la totalidad de los elementos probatorios que cursan
en autos se evidencia la inexistencia de tal autorización. Visto que no existe tal autorización resulta evidente conforme a
Resolución citada que carece de facultad para emitir el acto administrativo de remoción y posterior retiro, en consecuencia
no pudiendo esta Juzgadora presumir tal autorización, si no consta de forma alguna en los autos del expediente judicial ni el
expediente administrativo, resulta forzoso para esta Juzgadora entender que el Director General de Recursos Humanos de
la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas actuó fuera del contexto legal y sin la habilitación debida ya que adolece de
la autorización del Alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas, antes señalado para tomar tal decisión, razón por la cual
procede la nulidad absoluta del acto administrativo de remoción y retiro contenidos en la Resolución N° 0021 del 15 de
diciembre de 2004, y el contenido en el Oficio N° 1288 de fecha 23 de febrero de 2005, a tenor del Artículo 19 numerales 1°
y 4° de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos por haber sido afectado por una autoridad manifiestamente
incompetente, y así se decide…’.

Dicho lo anterior, se observa que el Apoderado del Distrito Metropolitano de Caracas, expresó en su escrito de
fundamentación a la apelación que la sentencia apelada incurrió en el vicio de incongruencia del fallo, ello en virtud de no
apreciar, analizar y valorar de manera amplia los elementos alegados en el escrito de contestación y en el período
probatorio y en el vicio de falso supuesto, en razón de que se le dio credibilidad al argumento de la parte actora, cuando
expreso (sic) la violación del derecho a la defensa.

Ello así, esta Corte considera necesario -por razones de orden público- revisar de oficio el lapso caducidad en el presente
recurso contencioso administrativo funcionarial, para lo cual se debe hacer referencia a lo establecido en el artículo 94 de la
Ley del Estatuto de la Función Pública, el cual prevé lo siguiente:

Todo recurso con fundamento en esta Ley sólo podrá ser ejercido válidamente dentro de un lapso de tres meses contado a
partir del día en que se produjo el hecho que dio lugar a él, o desde el día en que el interesado fue notificado del acto…’.

La disposición antes transcrita, establece un lapso de caducidad de tres meses que no admite paralización, interrupción ni
suspensión, sino que el mismo transcurre fatalmente, y su vencimiento, por tanto, ocasiona la extinción de la acción, la cual
ha de ser interpuesta antes de su vencimiento, so pena de declararse inadmisible el recurso.

Así, la norma citada establece dos supuestos para la determinación de la caducidad, a saber, el día en que se produjo el
hecho que dio lugar al recurso, o a partir de la efectiva notificación del acto administrativo al interesado.

Con relación a la caducidad de la acción, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nº 727 de
fecha 8 de abril de 2003 (caso: O.E.G.D.), se pronunció de la siguiente manera:

‘En efecto, la finalidad del lapso de caducidad es la materialización de la seguridad jurídica y el aseguramiento, de esa
forma, de que tras el transcurso del lapso que preceptúa la ley, se extinga el derecho de toda persona al ejercicio de la
acción que el ordenamiento jurídico le proporcione; ello para evitar que acciones judiciales puedan proponerse
indefinidamente en el tiempo, lo cual, obviamente, incidiría negativamente en la seguridad jurídica.

El lapso de caducidad (…) transcurre fatalmente y no es susceptible de interrupción, ni suspensión. Sin duda alguna, la
caducidad es un lapso procesal y en relación con el carácter de éste, la Sala Constitucional se ha pronunciado y ha
establecido que los lapsos procesales establecidos en las leyes y aplicados jurisdiccionalmente no son formalidades que
puedan ser desaplicados con base en el artículo 257 de la Constitución. Al respecto, la Sala sostuvo:

‘…A todo evento, por demás, esta Sala no considera que los lapsos procesales legalmente fijados y jurisdiccionalmente
aplicados puedan considerarse ‘formalidades’ per se, sino que éstos son elementos temporales ordenadores del proceso,
esenciales al mismo y de eminente orden público, en el sentido de que son garantías del derecho de defensa de las partes
que por ellos se guían (debido proceso y seguridad jurídica)…’.

Atendiendo a las anteriores consideraciones, en el caso sub iudice se evidencia que en fecha 9 de junio de 2005, el actor
interpuso recurso contencioso administrativo funcionarial, por medio del cual solicitó la nulidad de los actos administrativos
de remoción y retiro, Nos 0021 y 1288 de fechas 15 de diciembre de 2004 y 23 de febrero de 2005, respectivamente, del
cargo de Secretario de la Jefatura Civil de la Parroquia de Antímano de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas
(folios 5 y 8 del expediente judicial).

Así, evidencia esta Corte que los actos administrativos de remoción y retiro fueron dictados en períodos diferentes y de
contenidos distintos (aun cuando el segundo sea consecuencia del primero); el de remoción, se encuentra dirigido a privar
al funcionario de la titularidad del cargo que venía desempeñando, mientras que el de retiro, puso fin a su relación de
empleo público en vista de la infructuosidad de las gestiones reubicatorias.
De tal manera, que el acto administrativo de remoción y el de posterior retiro de la Administración, constituyen actos
distintos y producen consecuencias jurídicas diferentes, verbigracia, puede haber operado la caducidad en relación al acto
de remoción y no del acto de retiro, pues al ser dictados en tiempos distintos, el cálculo para determinar la caducidad de
uno y otro es diferente, ya que mientras la remoción no pone fin a la relación de empleo público, el funcionario puede ser
reincorporado a un cargo de similar jerarquía y remuneración al que desempeñaba, mientras que el acto de retiro, sí implica
la culminación de dicha relación. Entonces, la declaratoria de nulidad del acto de retiro, no necesariamente acarrea la
nulidad del acto de remoción, por ser actos independientes entre sí.

Así las cosas, el cómputo del lapso de caducidad del acto de remoción debe efectuarse a partir de la notificación, en el caso
de autos se llevó a cabo el 4 de enero de 2005. En ese sentido, siendo que el recurso contencioso administrativo
funcionarial fue interpuesto en fecha 9 de junio de 2005, constata esta Corte que desde el 4 de noviembre de 2005 (fecha
de notificación del acto de remoción) al 9 de junio de 2005(fecha de interposición del recurso) transcurrió íntegramente el
lapso de caducidad de tres (3) meses previsto en el artículo 94 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, razón por la
cual el acto de remoción se encontraba caduco. Así se decide.

Con base en las consideraciones que anteceden, esta Corte REVOCA de oficio, por razones de orden público, el fallo
apelado, y en consecuencia, declara INADMISIBLE el recurso contencioso administrativo funcionarial interpuesto contra el
acto No 0021 de fecha 15 de diciembre de 2004, contentivo de la remoción de la parte actora, que fuera notificado el 4 de
enero de 2005 por el ciudadano P.J.D.Y., en virtud de haber operado la caducidad de la acción. Así se decide.

Revocado como ha sido el fallo dictado por el Juzgado de Primera Instancia, debe esta Corte entrar a conocer del fondo del
recurso contencioso administrativo funcionarial interpuesto, correspondiendo examinar únicamente la legalidad del acto
administrativo de retiro del querellante, para lo cual se observa lo siguiente:

El ciudadano P.J.D.Y., interpuso recurso contencioso administrativo funcionarial solicitando la nulidad de los actos
administrativos mediante los cuales se procedió a removerlo y retirarlo de la Administración Pública, alegando que ‘…se me
removió y retiró de mi cargo, resultan viciadas de Falso Supuesto, por la simple razón de que el cargo que desempeñaba
JAMAS (sic) PUEDE CONSIDERSE COMO DE ALTO NIVEL, sino que se trata de un cargo de carrera, el cual ser
encuentra amparado de la ESTABILIDAD (…) tanto el acto de remoción como del acto de retiro de que fui objeto,
contenidas ambas en los siguientes instrumentos: Resolución Administrativa No. 0021 de fecha 15 de Diciembre de 2004, la
cual aparece emanada del Alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas, pero suscrita por el Director General de Recursos
Humanos (E) P.M.C., por delegación…’. (Mayúsculas y negrillas de la cita).

Solicitó la nulidad del acto de retiro (Subrayado de esta Corte).

Determinado lo anterior, debe esta Corte proceder a verificar en primer lugar la competencia del funcionario que dictó el
acto administrativo de retiro, a tal efecto, resulta menester hacer referencia a la disposición contenida en el artículo 19,
numeral 4 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, la cual es del tenor siguiente:

‘Artículo 19: Los actos de la administración serán absolutamente nulos en los siguientes casos:

1. Cuando así este expresamente determinado por una norma constitucional o legal.

2. Cuando resuelvan un caso precedentemente decidido con carácter definitivo y que haya creado derechos particulares,
salvo autorización expresa de la ley.

3. Cuando su contenido sea de imposible o ilegal ejecución.

4. Cuando hubieren sido dictados por autoridades manifiestamente incompetentes, o con prescindencia total y absoluta del
procedimiento legalmente establecido…’.

Sobre el tema de la incompetencia del funcionario que dictó el acto administrativo, la Sala Político Administrativa del
Tribunal Supremo de Justicia, a través de su decisión Nº 00480 de fecha 22 de abril de 2009 (caso: Tecniauto, C.A vs
Municipio Sucre del estado Miranda), señaló:

‘La competencia administrativa ha sido definida tanto por la doctrina como por la jurisprudencia, como la esfera de
atribuciones de los entes y órganos, determinada por el derecho objetivo o el ordenamiento jurídico positivo; es decir, el
conjunto de facultades y obligaciones que un órgano puede y debe ejercer legítimamente. De allí que la competencia esté
caracterizada por ser: a) expresa: porque ella debe estar explícitamente prevista en la Constitución o las leyes y demás
actos normativos, por lo que, la competencia no se presume; y b) Improrrogable o indelegable: lo que quiere decir que el
órgano que tiene atribuida la competencia no puede disponer de ella, sino que debe limitarse a su ejercicio, en los términos
establecidos en la norma, y debe ser realizada directa y exclusivamente por el órgano que la tiene atribuida como propia,
salvo los casos de delegación, sustitución o avocación, previstos en la Ley. Así, la incompetencia como vicio de nulidad
absoluta del acto administrativo, de conformidad con lo dispuesto en el numeral 4 del artículo 19 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, se producirá cuando el funcionario actúe sin el respaldo de una disposición expresa que lo
autorice para ello, o bien, cuando aún teniendo el órgano la competencia expresa para actuar, el funcionario encargado de
ejercer esa competencia es un funcionario de hecho o un usurpador...’.

En virtud de lo señalado, entiende esta Corte que el vicio de incompetencia acarrea la nulidad absoluta del acto
administrativo, produciéndose el mismo cuando el acto haya sido dictado por funcionarios u órganos que no estaban debida
y legalmente autorizados para dictarlo, sea en virtud de que actuaron sin el respaldo de una norma atributiva o simplemente
actuaron en usurpación de autoridad o funciones.

En este sentido, esta Corte observa que riela al folio ocho (8) del expediente administrativo, el acto administrativo de retiro
Nº 1288 de fecha 23 de febrero de 2005, acto que fue suscrito por el ciudadano P.M.C., Director General de Recursos
Humanos de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas, de conformidad con la Resolución Nº 0194, de fecha 30 de
noviembre de 2004, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Metropolitano de Caracas Nº 0043, de fecha 30 de noviembre
de 2004.

Ahora bien, el artículo 5 de la Ley del Estatuto de la Función Pública establece de manera clara quienes son los encargados
de la gestión en materia de función pública y los competentes para decidir el retiro de los funcionarios, señalando lo
siguiente:

‘Artículo 5. La gestión de la función pública corresponderá a:

4. Los Alcaldes o Alcaldesas.’

Se destaca que corre inserto del folio cuarenta y cinco (45) al cuarenta y seis (46) de la primera pieza del expediente
judicial, la Resolución Nº 0194 de fecha 30 de noviembre de 2004, publicada en la Gaceta Oficial del Distrito Metropolitano
de Caracas Nº 0043, donde se evidencia que el Alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas, “delegó la firma de los actos
y documentos” en el ciudadano P.M.C., Director General de Recursos Humanos de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de
Caracas, referente a “…la tramitación y aprobación de movimientos de personal funcionarial, contratado y obrero, relativos
a: ingresos, reingresos, nombramientos, destituciones, remociones, retiros, ascensos, licencias, (…) previa autorización del
Alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas…’.

Con referencia a lo anterior, es necesario destacar que la delegación es una técnica organizativa mediante la cual un
órgano con un ámbito competencial determinado, desvía algunas de sus atribuciones, ya sea a un órgano de inferior
jerarquía, o bien al funcionario que ostente la titularidad de dicho órgano; en este segundo supuesto, como es de suponer,
la cesación en el cargo aparejaría el fin de la autorización. Esta técnica responde principalmente a criterios de eficiencia y
especialización en la gestión de las potestades públicas, lo que la ha hecho de frecuente utilización por la Administración
Pública venezolana.

Ello así, particularmente la encontramos en los actos mediante los cuales son designados los funcionarios de mayor
jerarquía de los entes públicos, en donde se incluye, por esta vía, una larga lista de atribuciones, las que, en caso de
sustitución del titular del cargo, vuelven a repetirse en el nuevo nombramiento sin cambio alguno.

Es por ello, que existen dos tipos de delegaciones: la delegación de atribuciones y la delegación de firmas. La delegación
de atribuciones o facultades es un acto jurídico general o individual, por medio del cual un órgano administrativo transmite
parte de sus poderes o facultades. Siendo, pues, a otro órgano que son transmitidas tanto la competencia como la
responsabilidad que trae aparejada su ejercicio, los actos dictados se estiman emanados del funcionario inferior delegado y
no del superior delegante. En consecuencia, tales actos son susceptibles de impugnación a través del recurso
administrativo de reconsideración por ante el mismo funcionario que los emitió y, una vez agotado dicho recurso, el
administrado tendrá a su disposición el recurso jerárquico ante el respectivo superior jerárquico.

La delegación de firma, en cambio, no es una transmisión de competencias en el sentido apuntado, ya que el inferior
delegado se limita a suscribir los documentos o actos señalados en la delegación, conservando el superior delegante la
competencia, la decisión y la responsabilidad sobre el acto en sí mismo considerado. Es por ello que, no siendo
responsables los delegados de la ilegalidad de los actos, los recursos de reconsideración deben interponerse ante el propio
superior delegante.
Respecto al tema, la Sala Político Administrativa ha emitido su opinión en otras oportunidades, y ha dejado sentado como
sigue:

‘En la delegación de firma, se transmite una sola facultad de naturaleza meramente instrumental que se concreta en la firma
de documentos. En este último supuesto, el órgano habilitado no puede tomar determinación decisiva alguna pues, como se
ha señalado, su actuación se limita a la suscripción de algunos documentos que, en todo caso, se entienden emitidos por el
delegante...’ (Vid. Sentencia de fecha 10 de agosto de 2000, caso: Rhone Poulenc Rorer de Venezuela, S.A.).

‘Al respecto, se observa que la delegación de firmas constituye un mecanismo por el cual, el delegante atribuye al delegado
la firma de los actos administrativos que son de su competencia, no así la competencia, siendo por tanto el funcionario
delegante responsable de la decisión.’ (Vid. Sentencia de fecha 18 de octubre de 2001, caso: L.d.V.M.d.L.)…

(Destacado de esta Alzada).

De modo pues, la delegación de atribuciones, opera cuando un órgano superior mediante un acto unilateral, de carácter
temporal, basada en una disposición expresa de la Ley, transfiere a un órgano inferior de la misma persona jurídica, el
ejercicio de competencias que le han sido asignadas previamente por un instrumento normativo, generalmente de rango
legal, siendo que los actos y efectos de los mismos dictados por el delegado se imputan al delegante, a tenor de lo previsto
en el artículo 35 de la Ley Orgánica de la Administración Pública; mientras que en la delegación de firmas, no se transfiere
en ningún caso al delegatario potestad alguna para decidir, sólo se le encomienda una actividad meramente material que
implica la suscripción de los documentos específicos señalados en el acto de delegación, en los que debe expresarse que
la decisión fue dictada por el superior delegante, quien continua teniendo la titularidad y ejercicio de todas sus competencias
y quien, en definitiva, asume la responsabilidad sobre el acto dictado que sólo fue suscrito por el inferior delegado.

En el caso de autos, se observa que en fecha 23 de febrero de 2005, el Director General de Recursos Humanos de la
Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas, notifica al querellante, según comunicación Nº 1288, sobre la infructuosidad
que arrojaron las gestiones reubicatorias, y en tal virtud se procedía a su retiro.

En ese sentido, esta Corte debe señalar que de la revisión exhaustiva al expediente judicial, no consta en autos la señalada
autorización por parte del Alcalde, requisito indispensable para que procediera la delegación de autoridad, en consecuencia,
en el caso de autos, se configura la incompetencia manifiesta del Director General de Recursos Humanos de la Alcaldía del
Distrito Metropolitano de Caracas, para dictar el acto administrativo de retiro, Nº 1288 de fecha 23 de febrero de 2005.

En virtud de lo anterior y siendo el vicio de incompetencia de orden público, considera esta Corte que resultaría innecesario
pronunciarse de los demás alegatos esgrimidos en la querella interpuesta, al comprobarse como lo fue, la incompetencia
del funcionario, que acarrea la nulidad del acto de retiro, Nº 1288 de fecha 23 de febrero de 2005 y que fuera notificado el
11 de marzo de 2005. Así se decide.

Ahora bien, considera necesario esta Alza.al Cargo ocupado por el ciudadano Pedro José Domínguez Yánez, a los fines de
determinar si le corresponden realizar las gestiones reubicatorias, ello así, verifica esta Corte que corre inserto al folio ocho
(8) de la primera pieza del expediente judicial, el acto de retiro donde se indicó ‘que no fue posible reubicarlo en un cargo de
carrera de igual o superior nivel al último que desempeñara antes de ser nombrado Secretario’, hecho que demuestra la
aceptación por parte de la Administración, de la cualidad del cargo ocupado por el citado ciudadano, siendo de esta manera
procedente realizar las mencionadas gestiones reubicatorias. Así se decide.

Igualmente, esta Corte deja constancia que el lapso comprendido del 11 de marzo de 2005, fecha en que fue notificado del
írrito retiro, hasta la fecha en que se ejecute el presente fallo, ambas inclusive, no será computable como antigüedad a favor
del querellante, salvo el mes que corresponda al período de disponibilidad que al efecto se ordena por esta decisión.
Asimismo, por cuanto el querellante solicitó el pago de sueldos dejados de percibir durante todo el tiempo que ha
transcurrido desde su retiro, esta Corte los declara improcedente en derecho, acordando sólo el que corresponda por el
mes de disponibilidad. Así se decide.

Finalmente, es necesario destacar que, en fecha 17 de octubre de 2011, se ordenó notificar a la ciudadana Procuradora
General de la República de la presente causa, en virtud de que fue publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela Nº 39.170, de fecha 4 de mayo de 2009, la Ley de Transferencia de los Recursos y Bienes
Administrados Transitoriamente por el Distrito Metropolitano de Caracas al Distrito Capital, que establece en su artículo 2, lo
siguiente:

‘Se declara la transferencia orgánica y administrativa y quedan adscritos al Distrito Capital las dependencias, entes,
servicios autónomos, demás formas de administración funcional y los recursos y bienes del Distrito Metropolitano de
Caracas que por su naturaleza permitirían el ejercicio de las competencias del extinto Distrito Federal.
Todos los recursos y bienes adquiridos en razón de la ejecución provisional y transitoria de esas competencias por parte del
Distrito Metropolitano de Caracas, quedan transferidos al Distrito Capital, a excepción de los que hayan sido transferidos al
Ejecutivo Nacional…’.

Asimismo, conforme a lo previsto en el artículo 21 de la Ley Especial sobre la Organización y Régimen del Distrito Capital,
publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 39.156 de fecha 13 de abril de 2009, en
concordancia con el artículo 4, numeral 3 de la Ley de Transferencia de los Recursos y Bienes Administrados
Transitoriamente por el Distrito Metropolitano de Caracas al Distrito Capital, se desprende la intervención de la Procuraduría
General de la República en todos los litigios relacionados con las competencias, bienes e ingresos administrados
transitoriamente por la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas, a los fines de representar y defender los intereses
patrimoniales del Distrito Capital. Dichas disposiciones legales establecen lo siguiente:

En tal sentido, la Ley Especial sobre la Organización y Régimen del Distrito Capital, establece en su artículo 21 lo siguiente:

‘Artículo 21. El Procurador o la Procuradora General de la República asesorará, defenderá, representará judicial y
extrajudicialmente los intereses patrimoniales del Distrito Capital, y será consultado para la aprobación de los contratos de
interés público del Distrito Capital…’.

Por su parte, la Ley Especial de Transferencia de los Recursos y Bienes Administrados Transitoriamente por el Distrito
Metropolitano de Caracas al Distrito Capital, establece en su artículo 4 lo siguiente:

‘Artículo 4. Las deudas y demás obligaciones pendientes de los entes, dependencias y servicios adscritos al Distrito
Metropolitano de Caracas y que se transfieren al Distrito Capital, serán liquidados de la forma siguiente:

3. Los litigios y procedimientos administrativos pendientes o eventuales relacionados con las competencias, bienes e
ingresos del extinto Distrito Federal y que eran administrados transitoriamente por la Alcaldía del Distrito Metropolitano de
Caracas, serán atendidos por la Procuraduría General de la República, previa entrega del inventario de los respectivos
casos…’.

Así las cosas, esta Corte considera oportuno aclarar que para la presente fecha el Ente encargado de la reincorporación del
querellante es el Gobierno del Distrito Capital, por tener éste competencia de los Organismos anteriormente adscritos al
Distrito Federal, en virtud de la entrada en vigencia de la Ley Especial de Transferencia de los Recursos y Bienes
Administrados Transitoriamente por el Distrito Metropolitano de Caracas al Distrito Capital, perdiendo cualquier sentido las
defensas alegadas por el Distrito Metropolitano de Caracas, en relación a que no le correspondía a dicho Ente, la
reincorporación del ciudadano Pedro José Domínguez Yánez, al cargo que desempeñaba de Secretario de la Jefatura Civil
de la Parroquia de Antímano.

En tal sentido, y encontrándose aclarado el punto sobre el Ente competente para la reincorporación del querellante al inicio
de este Capítulo, esta Corte determina que es Gobierno del Distrito Capital, conforme a la disposiciones de la Ley Especial
de Transferencia de los Recursos y Bienes Administrados Transitoriamente por el Distrito Metropolitano de Caracas al
Distrito Capital. Así se decide.

En virtud de los fundamentos fácticos y jurídicos precedentemente expuesto, esta Corte conociendo del fondo de la
controversia, declara PARCIALMENTE CON LUGAR el recurso contencioso administrativo funcionarial interpuesto y en
consecuencia se anula el acto de retiro, se ordena al Gobierno del Distrito Capital, conforme a la disposiciones de la Ley
Especial de Transferencia de los Recursos y Bienes Administrados Transitoriamente por el Distrito Metropolitano de
Caracas al Distrito Capital, proceda a realizar la gestión reubicatoria a favor del querellante, pagándole el sueldo que
corresponda por el mes de disponibilidad. Así se decide

III

DE LA COMPETENCIA

En primer lugar, debe esta Sala determinar su competencia para conocer la presente solicitud de revisión y al respecto
observa que conforme lo establece el numeral 10 del artículo 336 de la Constitución, la Sala Constitucional tiene atribuida la
potestad de “(…) revisar las sentencias definitivamente firmes de amparo constitucional y de control de constitucionalidad
de leyes o normas jurídicas dictadas por los tribunales de la República, en los términos establecidos por la ley orgánica
respectiva (…)”.
Por su parte, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela publicada en
Gaceta Oficial Extraordinaria N° 5.991 del 29 de julio de 2010, la cual fue reimpresa por error material en Gaceta Oficial N°
39.522 del 1 de octubre de 2010, en su artículo 25 numeral 10, dispone:

Artículo 25. Son competencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:

10. Revisar las sentencias definitivamente firmes que sean dictadas por los tribunales de la República, cuando hayan
desconocido algún precedente dictado por la Sala Constitucional; efectuado una indebida aplicación de una norma o
principio constitucional; o producido un error grave en su interpretación; o por falta de aplicación de algún principio o normas
constitucionales

Ahora bien, visto que en el caso de autos se pidió la revisión de la decisión dictada el 28 de julio de 2015, por la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo, esta Sala Constitucional declara su competencia para el conocimiento de la
misma, conforme lo supra expuesto. Así se decide.

IV

MOTIVACIONES PARA DECIDIR

Conoce la Sala de la solicitud de revisión constitucional interpuesta por el ciudadano P.J.D.Y., asistido por la abogada
A.d.S.C. de Domínguez, de la decisión dictada el 28 de julio de 2015, por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,
la cual conociendo en alzada revocó por razones de orden público la decisión dictada el 28 de junio de 2006, por el Juzgado
Superior Tercero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital, determinó inadmisible por haber operado la
caducidad la solicitud de nulidad del acto administrativo de remoción del mencionado ciudadano del cargo de Secretario de
la Jefatura Civil de la Parroquia Antímano y parcialmente con lugar el recurso contencioso administrativo funcionarial, en
consecuencia, nulo el acto de retiro N° 1.288 del 23 de febrero de 2005, por lo que se ordenó al Gobierno del Distrito Capital
realizar las gestiones para la reubicación del referido ciudadano.

Ahora bien, la Sala en su sentencia Nº 93 del 6 de febrero de 2001 (caso: “Corpoturismo”), señaló que la facultad de
revisión es “(…) una potestad estrictamente excepcional, extraordinaria y discrecional (…)”; por ello, “(…) en lo que respecta
a la admisibilidad de tales solicitudes de revisión extraordinaria esta Sala posee una potestad discrecional de admitir o no
admitir el recurso cuando así lo considere” y “(…) la Sala puede en cualquier caso desestimar la revisión ‘(…) sin motivación
alguna, cuando en su criterio, constate que la decisión que ha de revisarse, en nada contribuya a la uniformidad de la
interpretación de normas y principios constitucionales’ (…)”.

Al respecto, se ratifica, la discrecionalidad que se le atribuye a la solicitud de revisión constitucional, no debe entenderse
como una nueva instancia y, por lo tanto, la solicitud en cuestión se admitirá sólo a los fines de preservar la uniformidad de
la interpretación de normas y principios constitucionales o cuando exista una deliberada violación de preceptos de ese
rango, así como cuando se contraríen los criterios vinculantes de la Sala Constitucional del M.T., lo que será determinado
por la Sala en cada caso, siendo siempre facultativo de ésta su procedencia.

El solicitante aduce como fundamento de su pretensión que la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo incurrió en
incongruencia omisiva, toda vez que no se pronunció sobre los vicios que se le atribuyen a los actos administrativos “a
pesar de que la misma sentencia afirma que se ha revocado la sentencia apelada y (…) entra a conocer el fondo de la
controversia”. En tal sentido, expresó que “(…) la sentencia cuya revisión se solicita, revoca la sentencia de primera
instancia, asumiendo la Corte el conocimiento del fondo de la controversia, pero solo se pronuncia en forma incidental
acerca de los dos vicios denunciados contra los actos administrativos que forman en centro de la pretensión planteada en la
querella funcionarial e ignora pronunciarse sobre las consecuencias de las constatación de los mismos, lo cual resulta
desde toda óptica, como una afrenta al derecho a la tutela judicial efectiva”.

En este orden de ideas, refiere que “(…) del libelo de la demanda se infiere que contra los actos administrativos
impugnados se formulan denuncias de vicios de nulidad absoluta, tales como el falso supuesto de hecho derivado de la
errónea calificación del cargo que ostenta como de libre nombramiento y remoción cuando se trataba realmente de un cargo
de carrera, y la incompetencia del funcionario que dicto (sic) el acto al carecer de la autorización del Alcalde Metropolitano
de Caracas. Tales vicios resultaban fundamentales para la resolución de la controversia planteada, y eran uno de los
elementos más relevantes del tema del debate, y pese a haber sido planteados en el libelo de la demanda, y haber sido
contestados por la representación de la querellada, la recurrida no emite pronunciamiento directo alguno, sino que los
analizo (sic) incidentalmente a los solos efectos de intentar restituir la situación jurídica infringida, ignorando que estos vicios
son el centro del debate”.
En razón de ello, expresa que “[n]o se alcanza a comprender cómo es que la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativa constata que se trata de un cargo de carrera, que hay efectivamente un vicio de falso supuesto de hecho, y
aunado a ello verifica que se brindó a un funcionario de carrera el trato de un funcionario de libre nombramiento y remoción,
privándole del procedimiento administrativo que por mandato constitucional le correspondía, y aun así insiste en que el acto
de remoción que nace de la inexistencia del procedimiento administrativo está firme por haberse materializado la
caducidad”.

Establecido lo anterior, se observa que entre otros pronunciamientos, la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,
revocó por razones de orden público la sentencia dictada el 28 de junio de 2006, por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil
y Contencioso Administrativo de la Región Capital, al constatar que el recurso contencioso administrativo funcionarial
ejercido contra el acto administrativo de remoción dictado el 15 de diciembre de 2004, por el Director General de Recursos
Humanos de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas era inadmisible, toda vez que respecto al mismo transcurrió el
lapso de caducidad previsto en el artículo 94 de la Ley del Estatuto de la Función Pública.

En tal sentido, la Sala en su sentencia N° 727 del 8 de abril de 2003, caso: “O.E.G.D.”, estableció en cuanto a la relevancia
procesal del lapso de caducidad que “(…) es la materialización de la seguridad jurídica y el aseguramiento, de esa forma,
de que tras el transcurso del lapso que preceptúa la ley, se extinga el derecho de toda persona al ejercicio de la acción que
el ordenamiento jurídico le proporcione; ello para evitar que acciones judiciales puedan proponerse indefinidamente en el
tiempo, lo cual, obviamente, incidiría negativamente en la seguridad jurídica (…)”.

Al respecto, se estima que la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, actuó conforme a derecho, toda vez que al
verificar el transcurso del lapso de caducidad de tres meses, respecto al acto administrativo de remoción contenido en la
resolución N° 0021 del 15 de diciembre de 2004, no era necesario entrar a revisar los vicios delatados por la parte
accionante en el recurso contencioso administrativo funcionarial, aquí solicitante, en lo que se refiere a dicho acto de
remoción. Efectivamente, el asunto concerniente a la caducidad de la acción para impugnar un acto emanado de la
Administración, constituye un presupuesto inherente al ejercicio de algún derecho, que trasciende la parte procedimental,
pues restringe el ejercicio de los medios recursivos, por tal motivo, no existía, la obligación de parte de los juzgadores de
pronunciarse sobre los vicios denunciados, en este caso, en lo que respecta al acto administrativo caduco, es decir el de
remoción.

Ahora bien, la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, luego que revocó el fallo dictado por el Juzgado Superior
Tercero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Capital, entró a conocer el fondo del asunto (en lo que
concierne al acto administrativo de retiro el cual no se encontraba caduco) y, en tal sentido, declaró la nulidad del acto
administrativo N° 1.288 del 23 de febrero de 2005, mediante el cual se retiró al ciudadano Pedro José Domínguez Yánez,
del cargo de secretario que desempeñaba en la Jefatura Civil de la Parroquia Antímano, al constatar la incompetencia
manifiesta del ciudadano P.M.C., Director General de Recursos Humanos de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de
Caracas, para dictar el referido acto administrativo. En tal sentido, dicha Corte Primera, estableció que: “siendo el vicio de
incompetencia de orden público, considera esta Corte que resultaría innecesario pronunciarse de los demás alegatos
esgrimidos en la querella interpuesta, al comprobarse como lo fue, la incompetencia del funcionario, que acarrea la nulidad
del acto de retiro, N° 1288 de fecha 23 de febrero de 2004, y que fuera notificado el 11 de marzo de 2005”.

No obstante ello, se aprecia que la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, luego de efectuar el referido
pronunciamiento, expresó lo siguiente: “Ahora bien, considera necesario esta Alza.a.l.n.d. Cargo ocupado por el ciudadano
Pedro José Domínguez Yánez, a los fines de determinar si le corresponden realizar las gestiones reubicatorias, ello así,
verifica esta Corte que corre inserto al folio ocho (8) de la primera pieza del expediente judicial, el acto de retiro donde se
indicó ‘que no fue posible reubicarlo en un cargo de carrera de igual o superior nivel al último que desempeñara antes de
ser nombrado Secretario’, hecho que demuestra la aceptación por parte de la Administración, de la cualidad del cargo
ocupado por el citado ciudadano, siendo de esta manera procedente realizar las mencionadas gestiones reubicatorias. Así
se decide”.

En tal sentido, se observa que la Corte Primera, concluyó que el ciudadano Pedro José Domínguez Yánez, desempeñaba
un “cargo de carrera”, “antes de ser nombrado Secretario” y luego ordenó realizar las “gestiones reubicatorias”. Tal
actuación resulta a todas luces lesiva del debido proceso, pues al determinar la condición de funcionario de carrera del
referido ciudadano, debió establecer claramente, conforme a los elementos probatorios cursantes en autos, si el cargo
desempeñado para el momento de la remoción y posterior retiro, se trataba de uno de libre nombramiento y remoción, lo
cual omitió dicha Corte Primera. Efectivamente, siendo que los funcionarios de carrera, gozan de ciertos beneficios, entre
ellos, la estabilidad en el cargo, de lo que no son acreedores los funcionarios de libre nombramiento y remoción, quienes sí
pueden ser removidos de sus cargos, resulta fundamental establecer conforme a los alegado y probado por las partes la
naturaleza del cargo público.
Al respecto, del estudio de las actas procesales se advierte que la alegada condición de funcionario de carrera del
ciudadano Pedro José Domínguez Yánez y, en consecuencia, la presunta ilegalidad de los actos administrativos de
remoción y retiro dictados por la Administración Pública, en este caso, por el Director General de Recursos Humanos de la
Alcaldía del Distrito Metropolitano de Caracas, constituyó uno de los argumentos fundamentales de la querella funcionarial.
Efectivamente el solicitante expresó en su escrito recursivo del 9 de junio de 2005, lo siguiente: “(…) las decisiones por la
cuales se me removió y retiró de mi cargo, resultan viciadas de falso supuesto, por la simple razón de que el caro (sic) que
desempeñaba JAMAS (sic) PUEDE CONSIDERSE (sic) COMO DE ALTO NIVEL, sino que se trata de un cargo de carrera,
el cual se encuentra amparo de ESTABILIDAD”.

En criterio de esta Sala, tal vicio debió ser analizado a profundidad tanto por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y
Contencioso Administrativo de la Región Capital como por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, al ser un
punto medular de la pretensión, pues de configurarse el mismo, se produciría la nulidad del acto administrativo de retiro,
toda vez que se estaría aplicando un procedimiento administrativo propio de los funcionarios de libre nombramiento y
remoción a un funcionario de carrera, sin que se haya establecido que dicho funcionario de carrera ejercía para el momento
de su remoción y posterior retiro algún cargo de confianza, lo que sin lugar a dudas lesiona sus derechos constitucionales, a
la defensa y al debido proceso. Ciertamente, si el cargo desempeñado por el ciudadano Pedro José Domínguez Yánez, era
un cargo de carrera sin que el mismo sea considerara de libre nombramiento y remoción no le era aplicable el
procedimiento administrativo de remoción y posterior retiro, pues el mismo gozaba de estabilidad y solo podía ser retirado
de la Administración Pública por las causas taxativas legalmente establecidas.

Efectivamente, la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, determinó a priori que el ciudadano Pedro José
Domínguez Yánez, era un funcionario de carrera, no obstante, sin ningún elemento probatorio y sin la debida
argumentación jurídica, aplicó consecuencias jurídicas distintas a las derivadas de tal condición, pues ordenó la tramitación
del procedimiento (gestiones de reubicación) propio de los funcionarios de carrera de libre nombramiento y remoción, lo que
creó la incertidumbre respecto a la verdadera naturaleza del cargo administrativo (cargo de carrera o cargo de carrera de
libre nombramiento y remoción). Por lo cual resulta claro que en resguardo del debido proceso y la tutela judicial efectiva,
era imperativo que se determinara la naturaleza jurídica del cargo desempeñado por el referido ciudadano, teniendo en
cuenta para ello el criterio de esta Sala contenido en el fallo N° 1.176 del 23 de noviembre de 2010, caso: “Ramón José
Padrino Malpica”, el cual estableció los parámetros para determinar si un cargo es de carrera o de confianza.

Por último, advierte la Sala que la eventual declaratoria de nulidad del acto de administrativo retiro N° 1.288 del 23 de
febrero de 2005, por no ser el cargo de Secretario de la Jefatura Civil de la Parroquia Antímano, de libre nombramiento y
remoción, conllevaría necesariamente la nulidad del acto de remoción, pues al establecerse que el cargo desempeñado por
el ciudadano Pedro José Domínguez Yánez era de carrera, en resguardo del principio de estabilidad laboral, la decisión no
podría ser otra, que ordenar la reincorporación del mismo aun cargo igual o similar al que venía desempeñando dentro del
órgano administrativo que se trate.

En consecuencia, la Sala declara ha lugar la presente solicitud de revisión constitucional, por lo que se anula el fallo dictado
el 28 de julio de 2015, por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo y, en consecuencia, se ordenada a la Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo dictar nueva decisión, conforme a lo expuesto en el presente fallo. Así se decide.

DECISIÓN

Por las razones que anteceden, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala Constitucional, administrando justicia en
nombre de la República, por autoridad de la ley, declara HA LUGAR la solicitud de revisión constitucional presentada por el
ciudadano P.J.D.Y., asistido por la abogada A.d.S.C. de Domínguez, de la decisión dictada el 28 de julio de 2015, por la
Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, la cual conociendo en alzada revocó por razones de orden público la
decisión dictada el 28 de junio de 2006, por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y Contencioso Administrativo de la
Región Capital, inadmisible por haber operado la caducidad respecto a la nulidad del acto administrativo de remoción del
ciudadano P.J.D.Y., parcialmente con lugar el recurso contencioso administrativo funcionarial, en consecuencia, nulo el acto
de retiro N° 1.288 del 23 de febrero de 2005, por lo que se ordenó al Gobierno del Distrito Capital realizar las gestiones para
la reubicación del referido ciudadano. En consecuencia, se ANULA dicho fallo y, se ORDENA a la Corte Segunda de lo
Contencioso Administrativo dictar nueva decisión, conforme a lo expuesto en el presente fallo.

Publíquese y regístrese. Archívese el expediente. Remítase copia certificada de la presente decisión a las Cortes de lo
Contencioso Administrativo.

Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a
los (04) días del mes de agosto de dos mil dieciséis (2016). Años: 206º de la Independencia y 157º de la Federación.
Decisión nº 055 de Juzgado Superior Cuarto Agrario de Barinas, de 20 de Octubre de 2016

Sentencia Citas 27 Citado por Mapa de Precedentes Relacionados

Fecha de Resolución 20 de Octubre de 2016

Emisor Juzgado Superior Cuarto Agrario

Ponente Douglas Villamizar

Procedimiento Recurso Contencioso Administrativo De Nulidad

Barinas, 20 de Octubre de 2016.

206° y 157°

DE LAS PARTES Y SUS APODERADOS

De conformidad con lo establecido en el ordinal segundo (2°) del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, norma
adjetiva aplicable por remisión expresa del artículo 227 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, pasa este Tribunal a
señalar las partes y sus apoderados, a cuyo efecto establece:

DEMANDANTE: Sociedad “Inversiones Risza C.A.”, inscrita en el Registro Mercantil Primero de la Circunscripción Judicial
del Estado Lara, el día 01 de Octubre de 1976, bajo el Nº 27, folio 89 al 95 del libro de comercio Nº 4, según consta en el
poder autentificado en la Notaria Publica Primera de Barinas, el 07 de Abril de 2014,bajo el Nº 49, tomo 91

APODERADOS JUDICIALES: F.D.J., J.J.P., A.P.S., venezolanos, mayores de edad, titulares de la Cédula de Identidad
Nros. V-15.073.244, V- 2.601.399 y V-9.262.497, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 119.584, 6.356 y 39.296, en su
orden.

PARTE DEMANDADA: Instituto Nacional de Tierras.

APODERADOS JUDICIALES DE LA PARTE DEMANDADA: F.Z.Z., R.A.C.S. y Decxy Ávila, inscritos en el Inpreabogado
bajo los Nros. 52.677, 110.532 y 146.977, respectivamente.

MOTIVO: RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE NULIDAD.

EXPEDIENTE: 2015-1348.

II

DETERMINACIÓN PRELIMINAR DE LA PRESENTE CAUSA

En el procedimiento de Asunto Contencioso Administrativo de Nulidad, interpuesto conjuntamente con medida Cautelar de
Suspensión de Efectos del Acto Administrativo recurrido, por la sociedad “Inversiones Risza C.A.”, representada
judicialmente por los abogados en ejercicio F.D.J. y A.P.s. (antes identificados), contra el acto administrativo emanado por
el Directorio del INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, en sesión Nº 241-15, de fecha 07 de Mayo de 2.015, en deliberación
sobre el Punto de Cuenta N° 9, el cual acordó Acto Declaratorio de Tierras Ociosas y Orden de Apertura del Procedimiento
de Rescate.

III

NARRATIVA

Se inició la presente causa por libelo de demanda del Asunto Contencioso Administrativo de Nulidad, seguido por los
abogados F.D.J. Y A.P.S. (antes identificados), contra el acto administrativo Agrario de DECLARATORIO DE TIERRAS
OCIOSAS Y APERTURA DEL PROCEDIMIENTO DE RESCATE, emanado del órgano administrativo agrario Instituto
Nacional de Tierras, de fecha 7 de mayo de 2015, en sesión N° 241-15, deliberación sobre el punto de cuenta N° 9, sobre el
Predio LAS MERCEDES, ubicado en el sector boca de anaro, parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas,
alinderado de la siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río anaro; Sur: terreno ocupado por
antiguo Hato S.M. y c.g.; Este: Río anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy parcelamientos M.; y Oeste: terreno
ocupado por la familia Molina.

En fecha 07-08-2015, se recibió el presente expediente, se le dio entrada y el curso de ley correspondiente. Folios 110-111,
primera pieza.

En fecha 12-08-2015, se admitió el presente asunto, ordenando notificar al Instituto Nacional de Tierras (INTI), a la
Procuraduría General de la República, y/o a la Coordinación Integral Legal de Contencioso Administrativo de ese mismo
ente, y a la Fiscalía General de la República. Folios 112-129, primera pieza.

En fecha 13-08-2015, mediante diligencia el abogado A.P.S., recibió el cartel de Notificación librado a los terceros
interesados. Folio 130, primera pieza.

En fecha 13-08-2015, mediante diligencia el abogado A.P.S., solicito copias certificadas. Folio 131, primera pieza.

En fecha 18-09-2015, mediante escrito el abogado A.P.S., consignó la publicación del cartel de Notificación librado a los
terceros interesados. Folios 134-135, primera pieza.

En fecha 15-10-2015, mediante diligencia el abogado A.P.S., sustituyó poder al abogado J.J.P., reservando su ejercicio.
Folio 140, primera pieza.

En fecha 18-01-2016, mediante diligencia el abogado A.P.S. solicito , se oficie al Juzgado de Primera Instancia Agraria
(primero), del área metropolitana de caracas, requiriendo información sobre la comisión remitida mediante oficio Nº 189-15
del 12-08-2015.Folios 142, primera pieza.

En fecha 04-03-16, se recibió comisión con oficio Nº 2016-119, procedente del Juzgado de Primera Instancia Agraria de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas Estado Miranda, y por auto separado se agregó al expediente.
Folios 145 al 162.

En fecha 13-06-2016, mediante escrito la abogada Decxy Ávila, actuando en su carácter de apoderada judicial del Instituto
Nacional de Tierras, estando en la oportunidad legal para la oposición y contestación al presente recurso contencioso
administrativo de nulidad agrario el cual acordó declaratoria de tierras ociosas e inicio de procedimiento administrativo de
rescate de tierras sobre el predio denominado “Hato Las Mercedes”, (antes identificado). Folios 163-178, primera pieza.

En fechas 16-06-2016 y 17-06-2016, los abogados F.D.J. y A.P.S., actuando en su condición de apoderados de la parte
demandante, y Dexcy Ávila, en su carácter de apoderado judicial de la parte demandada, presentaron escritos de pruebas;
los cuales se ordenaron agregar a los autos en fecha 20-06-2016. Folios 181-208; 209 y 210, primera pieza.

Mediante escrito presentado el 21-06-2016, el abogado R.C., actuando en su carácter de Apoderada Judicial de la parte
demandada, procedió a realizar oposición a las pruebas promovidas por la parte demandante. Folio 211, primera pieza.

En fecha 28-06-2016, mediante auto este Tribunal Superior se pronuncio de la admisión de los dos (02) escritos de pruebas
presentados, el primero en fecha 16/06/2016, por los abogados F.D.J. y A.P.S.; y el segundo de fecha 17/06/2016, por la
abogada Dexcy Ávila,. Folios 213-214, primera pieza.

En fecha 06-07-2016, mediante auto este Tribunal Superior fijó el tercer día de despacho siguiente a la fecha del auto, la
celebración de la audiencia oral de informes, de conformidad con lo establecido en el artículo 173 de la Ley de Reforma
Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Folio 215, primera pieza.

En fecha 11-07-2016, se llevó a cabo la audiencia oral de informes por ante este Juzgado Superior, y en fecha 18-07-2016,
de conformidad con lo dispuesto en el artículo 189 del Código de Procedimiento Civil, se agregó la trascripción textual del
acta, ninguna de las partes hizo oposición en su oportunidad legal, y la cual es del tenor siguiente: Folios 216 al 263,
primera pieza.

IV

SÍNTESIS DE LA CONTROVERSIA

Conoce la presente causa este Juzgado Superior Cuarto Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas, en
v.d.A.C.A.d.N., interpuesto por la sociedad “Inversiones Risza C.A”, representada judicialmente por los abogados F.D.J. y
A.P.S., contra el acto administrativo emanado del Directorio del INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, en sesión Nº 241-15,
de fecha 07 de Mayo de 2.015, en deliberación sobre el Punto de Cuenta N° 9, con relación al Predio LAS MERCEDES,
ubicado en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas, alinderado de la siguiente
manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río Anaro; Sur: terreno ocupado por antiguo Hato S.M. y c.g.; Este:
Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy parcelamiento S.M.; y Oeste: terreno ocupado por la familia Molina.

MOTIVOS DE HECHO Y DE DERECHO PARA DECIDIR

DE LA COMPETENCIA

Antes de emitir el pronunciamiento del merito del presente recurso de nulidad del acto administrativo agrario, estima este
Juzgador Agrario actuando en sede Contencioso Administrativo como Tribunal de Primera Instancia, pronunciarse acerca
de su competencia para conocer del presente asunto, y en tal sentido, observa lo siguiente:

El acto administrativo recurrido ha sido dictado por el Instituto Nacional de Tierras, que como ente agrario autónomo, se
encuentra adscrito al Ministerio del Poder Popular de Agricultura y Tierras, el cual cuenta con personalidad jurídica, así
como patrimonio propio, distinto e independiente de la República, el cual goza de las prerrogativas y privilegios que la ley le
otorga, cuyos actos están sometidos al control de los órganos del sistema jurisdiccional contencioso administrativo en
materia agraria. En este sentido, dispone el artículo 151 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, lo siguiente: “La jurisdicción agraria estará integrada por la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia y los demás tribunales señalados por la ley”. (Cursiva de este Tribunal Superior).

De igual forma, los artículos 156 y 157 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, disponen:

Artículo 156: “Son competentes para conocer de los recursos que se intenten contra cualquiera de los actos administrativos
agrarios:

1. Los Tribunales Superiores Regionales Agrarios competentes por la ubicación del inmueble, como Tribunales de
Primera Instancia”. (…). Artículo 157: “Las competencias atribuidas de conformidad con el artículo anterior comprenden el
conocimiento de todas las acciones que por cualquier causa, sean intentadas con ocasión a la actividad u omisión de los
órganos administrativos en materia agraria, incluyendo el régimen de los contratos administrativos, el régimen de las
expropiaciones, las demandas patrimoniales y demás acciones con arreglo al derecho común que sean interpuestas contra
cualesquiera de los órganos o los entes agrarios.”

(Cursiva de este Tribunal Superior)

Por su parte la disposición final segunda de la referida Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en
su segundo aparte, nos indica lo siguiente: (…). “Los Tribunales Superiores Regionales Agrarios, además de conocer en
alzada de los juicios ordinarios entre particulares en materia agraria, conocerán igualmente del contencioso administrativo y
demandas contra los entes agrarios, de conformidad con lo establecido Capítulo II del titulo V de la presente Ley”. (Cursiva
de este Tribunal Superior).

Asimismo, la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia del 14-12-2004, Exp. Nº 04-1483,
estableció lo siguiente:

(…) “Consta en autos que el supuesto agraviante, La Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas S.A. (LA CASA
S.A.), es una empresa del Estado con adscripción al Ministerio de Agricultura y Tierras. Por tanto, no existe duda de que la
parte demandada es un ente agrario cuya conducta debe, conforme al criterio orgánico, ser juzgada por un tribunal de la
jurisdicción agraria. Junto con lo precedente, en cuanto al criterio de afinidad, se encuentra que las denuncias guardan
relación o se produjeron en el marco de la actividad agrícola que desempeña la demandante, por lo que el asunto escapa
de la jurisdicción contencioso-administrativa general y se ubica en el Contencioso Administrativo especial Agrario.”

(Cursivas de este Tribunal)

Del estudio tanto del contenido normativo de las citadas disposiciones legales como el criterio vinculante establecido por la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, se verifica una competencia específica, que comprende el
conocimiento de los recursos o acciones que se intenten contra cualesquiera de los Actos Administrativos Agrarios dictados
por los órganos administrativos en materia agraria, incluyendo el régimen de los contratos administrativos, el régimen de las
expropiaciones, demandas patrimoniales y demás acciones con arreglo al derecho común, en consecuencia este Tribunal
Superior Cuarto Agrario de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas, se declara COMPETENTE para conocer del
presente Recurso de Nulidad. (ASÍ SE DECLARA).

FUNDAMENTOS DEL RECURSO

Se observa del estudio del libelo del presente asunto que la parte actora argumentó como base de su pretensión entre otras
consideraciones lo siguiente:

Primero

Que de conformidad con lo dispuesto por los Artículos 94, 151, 156 y 157 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario
interpone, Recurso Contencioso Administrativo Agrario de Anulación por ilegalidad del acto administrativo agrario de efectos
particulares, en contra del acto administrativo agrario declaratorio de tierras ociosas y que ordena la apertura del
procedimiento de rescate, emanado del órgano administrativo agrario Instituto Nacional de Tierra de fecha 07 de Mayo del
2015, en sesión Nº 241-15, con relación al HATO LAS MERCEDES, constante de una superficie de catorce mil ochocientas
doce hectáreas con cinco mil ochocientos diecisiete metros cuadrados (14.812 Has con 5.817 M2), propiedad de nuestra
representada, ubicado en el Sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas, alinderado de la
siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río Anaro; Sur: terreno ocupado por antiguo Hato S.M. y
c.G.; Este: Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy parcelamiento s.M.; y Oeste: terreno ocupado por la
familia Molina. Decisión que afecta concretamente sobre una superficie de siete mil setecientas setenta y siete hectáreas
con mil cuatrocientos treinta y cuatro metros cuadrados (7.777 has con 1.434 M2) del lote total antes señalado.

Segundo

De conformidad con lo dispuesto en el articulo 94 de la Ley de Tierra y Desarrollo Agrario, acudimos para presentar la
razones que por ilegalidad asisten a nuestra representada; que enervan las del ente administrativo y demuestran que el
acto impugnado (ACTO DECLARATORIO DE TIERRAS OCIOSAS Y ORDEN DE APERTRA DEL PROCEDIMIENTO DE
RESCATE), emanado del Instituto Nacional de Tierras de fecha 07 de Mayo del 2015, en sesión Nº 241-15, deliberación
sobre el punto de cuenta Nº 9, antes señalado es absolutamente nulo o en todo caso anulable, así como para presentar los
documentos y titulo suficiente en que se apoya aquellas.

Tercero

Nuestra representada tiene interés personal, legitimo y directo en impugnar el acto administrativo de que se trata el cual
mas adelante se describe, interés que es personal porque el acto a su impugnación puede incidir positiva o negativamente
sobre el patrimonio o la situación jurídica de mi representada; es legitimo, por cuanto ese interés personal deviene del
ordenamiento jurídico positivo que hace a mi patrocinada titular del mismo; y es directo, porque no se requiere del
complemento de otra persona distinta a mi representada para el ejercicio del derecho.

Cuarto

Esta Oficina Regional de Tierras decidió la apertura de la averiguación a que se contrae el artículo 35 de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, se dispuso la práctica de Inspecciones técnicas y se rendirá el informe respectivo, así como el auto de
emplazamiento. Efectuada la comparencia, mi representada presento en momento oportuno una serie de alegatos y
defensas, así como las pruebas pertinentes, relativa a defectos en la notificación, solicitud de perención del procedimiento
administrativo, estado de indefensión, inconsistencia, falsos supuestos, ilegalidad de las recomendaciones del ultimo
informe técnico, además de solicitud de certificación de finca productiva.

Quinto

Mi representada Inversiones Risza, C.A., es propietaria y poseedora de una sola unidad de producción que posee una
superficie de catorce mil ochocientas doce hectáreas con cinco mil ochocientos diecisiete metros cuadrados (14.812 Has
con 5.817 M2), que conforman el HATO LAS MERCEDES, ubicado en el Sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio
Pedraza del Estado Barinas, alinderado de la siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río Anaro;
Sur: terreno ocupado por antiguo Hato S.M. y c.G.; Este: Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy
parcelamiento s.M.; y Oeste: terreno ocupado por la familia Molina. El origen privado de la propiedad del fundo las
Mercedes fue reconocido por el Instituto Nacional de Tierras, mediante comunicación de consultaría Jurídica Nº C.J.D.C.
107 de fecha 15 de marzo de 2007.

Sexto
El articulo 19 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos señala que los actos de la administración serán
absolutamente nulos en los siguientes casos: cuando hubieren sido dictado por autoridades manifiestamente incompetente,
en tanto al articulo 26 de la Ley Orgánica de la Administración Publica Prescribe en su parte fina que “que toda actividad
realizada por un órgano o ente manifiestamente incompetente, o usurpada por quien carece de autoridad publica, es nula y
sus efectos se tendrán por inexistente” por otro lado, la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario establece en el articulo 82 que el
Instituto Nacional de Tierras, tiene derecho a rescatar las tierras de su propiedad o que estén bajo su disposición que se
encuentren ocupadas ilegal o ilícitamente.

Séptimo

se denuncia como infringido el articulo 12 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, donde se encuentra
consagrado el vicio de desviación de poder, norma jurídica que es de tenor siguiente: “aun cuando una disposición legal o
reglamentaria deje alguna medida o providencia deberá mantener la debida proporcionalidad y adecuación con el supuesto
de hecho y con los fines de la norma, y cumplir los tramites, requisitos y formalidades necesarios para su validez y eficacia.”

Octavo

se denuncia como infringido el articulo 2 y 62 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, en menoscabo del
derecho constitucional de petición de mi representada consagrado en el articulo 51 de la Constitución de la Republica,
además de los requisitos generales de los actos administrativos, la resolución que pone fin a un procedimiento
administrativo, ha de ser congruente con las peticiones de los interesados.

Del texto del acto administrativo recurrido, es claro determinar el incumplimiento del anterior requisito de legalidad formal,
puesto que al realizar el administrado recurrente, de manera oportuna, alegaciones o excepciones para ser consideradas
por el órgano administrativo en su decisión, el Directorio del Instituto Nacional de Tierras no las resolvió en la misma, lo que
configura el vicio señalado.

Noveno

el irrito acto administrativo hoy objeto de impugnación, es absolutamente nulo, pues como quedo demostrado, el órgano
emisor lo dicto con evidente abuso y desviación de poder y con supuestos de hechos falsos que claramente se comprueban
que no se adecuan a la realidad de la prueba apartada por la propia administración, lo que irremediablemente lo inficiona,
además de infringir los principios de exhaustividad y globalidad. El acto es injusto y se constituye en una inequívoca
obstrucción a la actividad agroalimentaria adelantada por nuestra representada. Por tanto las razones anteriormente
expuestas, solicitamos respetuosamente que previo el cumplimiento del procedimiento legal, se declare la nulidad del acto
administrativo agrario de efectos particulares que ordena la apertura del procedimiento de rescate, emanado del órgano
administrativo agrario Instituto Nacional de Tierras de fecha 7 de mayo de 2015, en sesión Nº 241-15.

ALEGATOS DEL INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS

Mediante escrito de fecha 13-06-2.016, la abogada Dexcy Avila, en su carácter de Apoderada Judicial del Instituto Nacional
de Tierras, alegó la improcedencia de las denuncias formuladas por el recurrente, de la siguiente manera:

… (omissis)… PRIMERO: se rechaza, tanto en los hechos como en el derecho el escrito contentivo del libelo de demanda
contentivo del recurso de nulidad del Acto Administrativo, por no asistirle la razón a la parte proponente, pues el acto
administrativo no viola derechos ni garantías constitucionales, dado que lo sometido a controversia es materia de examen
jurisdiccional, además que el recurrente no indica que al destinatario del recurso, cuales normas constitucionales o legales
se violaron o quebrantaron, y de que manera se pudo haber afectado su derecho, aunado a que el sedicente no desvirtúo la
circunstancia no controvertida, de que el lote de terreno que ocupa el fundo llamado “Hato las Mercedes” es propiedad del
Instituto Nacional de Tierra (INTI), y por ende de la Nación Venezolana. SEGUNDO: Que el INTI está facultado para
disponer de las tierras con vocación de uso agrario que se encuentren ociosas o incultas, sean baldías de la Nación;
pertenezcan al dominio privado de la República, Institutos Autónomos, Empresas del Estado, fundaciones o cualquier
entidad de carácter Público Nacional con el objeto de convertirlas en unidades económicas productivas cuando
especialísimas circunstancias lo impongan, por ello es que en el marco de las atribuciones del Instituto, puede que debe,
conforme a los artículos 82,83,84, de la Ley de Tierra y Desarrollo Agrario, efectuar la declaratoria pertinente cuando
existan los supuestos para ello mediante la instrumentación del debido procedimiento administrativo para llegar a tal
conclusión por razones de conveniencia de carácter excepcional, autónomo, como en el presente caso,. TERCERO: las
tierras del predio denominado “Hato las Mercedes”, como se dijo, se encuentran en los baldíos propiedad de la Nación. En
consecuencia los ocupantes de dicho predio, lo hicieron en detrimentos del principio de la función social, en este mismo
orden de ideas se ratifican en toda y cada una de sus partes el valor probatorio el expediente Administrativo que conoce la
parte demandante y que oportunamente se consignara, instrumento llevado por los funcionarios de la Oficina Regional de
Tierras Barinas qué y para el presente caso demostrara el procedimiento llevado conforme a la Ley especial de tierra, púes
él es: “el conjunto de actuaciones que están dirigidas a formar la voluntad administrativo y deviene en la prueba documental
que sustenta la decisión del ente agrario como lo es el INTI”, ante Usted respetuosamente ocurro para exponer y hacer los
siguientes alegatos jurídicos en los siguientes términos:

DE LA OPOSICIÓN AL RECURSO

Ha sido enfática tanto la doctrina como la jurisprudencia, en precisar que en el ejercicio de los poderes especiales que
posee el juez contencioso administrativo, y que lo separa categóricamente del juez civil, destaca la obligación de analizar en
cualquier estado y grado del proceso, las causales de inadmisibilidad del Recurso o Acción sometidas al conocimiento de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, que en materia agraria esta consagrada en el artículo 162 de la Ley de Tierra y
Desarrollo Agrario.

En tal sentido, ha sostenido y ratificado la Sala Político Administrativa decisión de fecha 04 de octubre del 2001; con
ponencia del Magistrado HADEL MOSTAFÁ PAOLINI; EXP. Nº 2001-0104; que “la revisión de las causales de
admisibilidad, proceden en cualquier estado y grado de la causa por ser dichas causales de orden público; aún cuando haya
sido admitida la demanda”;

Siendo así, es incuestionable que el Juez de la causa no podría pasar por alto el carácter de orden público implícito en las
causales de inadmisibilidad del Recurso, que le imponen al sentenciador su revisión en cualquier estado y grado del
proceso, so pena de incurrir en responsabilidad personal(…).

Ciudadano Juez, de la lectura del escrito recursivo se desprende que el recurrente se limitó a defender la presunta
propiedad privada de su representado sobre el lote de terreno en el cual recayó el acto administrativo bajo las siguientes
premisas:

A) Que existe falso supuesto de derecho por cuanto, y según su apreciación, la actuación administrativa que consagra la
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, es inaplicable al caso en cuestión pues da un tratamiento a las tierras objeto de litigio,
como si se hubiese dado el supuesto de una confiscación.

B) Que el acto administrativo adolece de nulidad, pues según su entender, viola la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, ya que su contenido es de imposible o ilegal ejecución, que viola el derecho a la propiedad consagrado en
la Constitución y desarrollado en el Código Civil, amen del derecho a la defensa y al debido proceso cobijado en el texto
fundamental de l Nación.

C) Que el Instituto le cerceno el derecho a la propiedad.

D) Violación del derecho de petición y a la defensa, violación del debido proceso y al principio de congruencia de la
actividad administrativa, vicio en la finalidad del acto y desviación de poder.

A todo evento, rechazó y contradijo los presuntos vicios denunciados. Lo que quiero es significar que la razón no le asiste al
recurrente, en cuanto a los vicios denunciados, porque no se le violó ninguna garantía o derecho constitucional, por ello es
que a todo evento rechazo esa argumentación de violación de derecho.

El recurrente consideró que el hecho de mencionar normas constitucionales y legales previstas en la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, es suficiente para que el Tribunal declare la nulidad del acto administrativo, cuando la lógica indica que
es al propio recurrente a quien le corresponde indicar porque el acto administrativo debe declararse nulo, señalar con
expresa claridad y precisión argumentos que evidencien su convicción de que forma fueron infringidas las normas legales y
constitucionales que invocaron, y no limitarse a hacer señalamientos genéricos, ya que no puede el recurrente pretender
que el juzgador le interprete lo que por ley le corresponde a él hacer en su escrito.

En síntesis, es el recurrente quien debe señalar cuáles son los presuntos vicios en que incurrió el acto impugnado,
fundamentarlo en ordenamiento jurídico vigente y no en presunciones fácticas, ya que debe estar fundamentado en razones
de hecho y de derecho pertinentes y útiles que hagan viable el alegato de nulidad, es decir, la relación que debe existir
entre el acto impugnado y el vicio del cual éste adolezca, y no alegar en su escrito la propiedad.

Así las cosas, el INTI conforme a la ley, es el encargado de la redistribución de las tierras y la regularización de la posesión
de las mismas, y por tanto competente para: adoptar todas las medidas pertinentes para la transformación de las tierras
ubicadas dentro de las poligonales rurales en unidades económicas productivas; otorgar, renovar y revocar los certificados
de finca productiva, finca mejorable o fincas ociosas; conocer, decidir y revocar la procedencia de la adjudicación
provisional de las tierras, otorgar los títulos de adjudicación permanente; iniciar y decidir los procesos de rescate de las
tierras de su propiedad que se encuentren ocupadas irregularmente y ordenar la apertura del procedimiento de expropiación
y solicitar la expropiación forzosa ante el respectivo tribunal, y como el presente caso, ejecutar rescates, cuando las
circunstancias del caso así lo aconsejen.

DE LA CONTESTACIÓN AL FONDO DEL RECURSO PROPUESTO

En otro orden de ideas, y para el supuesto negado que las razones inadmisibilidad invocadas sean desestimadas, a todo
evento y en este estado se procede de seguidas a dar contestación al presente Recurso Contencioso Administrativo de
Nulidad del Acto Administrativo de efectos particulares del 07 de Mayo de 2015, en su sesión N° 241-15, según punto de
cuenta 9, emanada del Directorio Nacional del Instituto Nacional de Tierras (INTI), en el cual se acordó PRIMERO:
declaratoria de tierras ociosas e inicio de procedimiento administrativo de rescate de tierra sobre el predio denominado “
Hato las Mercedes” ubicado en el sector boca de anaro, parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas, con una
superficie de catorce mil ochocientas doce hectáreas con cinco mil ochocientos diecisiete metros cuadrados (14.812 Has
con 5.817 M2),interpuesta por los ciudadanos F.D.J. y A.P.S., venezolanos, mayores de edad, titulares de la Cédula de
Identidad Nros. V-15.073.244 y V-9.262.497, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 119.584 y 39.296, en su orden.
Domiciliados en la ciudad de Barinas Estado Barinas, actuando en su carácter de apoderados de la sociedad
“INVERSIONES RISZA C.A.”, domiciliada en la ciudad de Barquisimeto Estado Lara e inscrita en el Registro Mercantil
Primero de la Circunscripción Judicial del Estado Lara, el 01 de Octubre de 1976, bajo el Nº 27, folio 89 al 95 del libro de
comercio Nº 4, según consta en el poder autentificado en la Notaria Publica Primera de Barinas, el 07 de Abril de 2014,bajo
el Nº 49, tomo 9.

En tal sentido, se rechaza, y contradice en todas y cada unas de sus partes lo vertido en el Recurso Contencioso
Administrativo de Nulidad, de la siguiente manera:

PRIMERO: Se rechaza tanto en los hechos como en el derecho el escrito contentivo del libelo de demanda contentivo del
Recurso de Nulidad del acto Administrativo, por no asistirle la razón a la parte proponente, pues el acto administrativo no
viola derechos ni garantías constitucionales, dado que lo sometido a controversia es materia de examen jurisdiccional,
además que el recurrente no indica al destinatario del recurso, cuales normas constitucionales o legales se violaron o
quebrantaron, y de que manera se pudo haber afectado su derecho, aunado a que el sedicente no desvirtuó la circunstancia
no controvertida, de que el lote de terreno que ocupa el fundo llamado “La Esperanza”, es propiedad del Instituto Nacional
de Tierras (INTI), y por ende de la Nación Venezolana.

SEGUNDO: Como se dijo precedentemente, el INTI está facultado para disponer de las tierras con vocación de uso agrario
que se encuentren ociosas o incultas, sean baldías de la Nación; pertenezcan al dominio privado de la República, Institutos
Autónomos, Empresas del Estado, fundaciones o cualquier entidad de carácter Público Nacional con el objeto de
convertirlas en unidades económicos productivas cuando espacialísimas circunstancias lo impongan. Por ello es que en el
marco de las atribuciones del Instituto, puede y debe, conforme a los artículos 82, 83, 84 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, efectuar la declaratoria pertinente cuando existan los supuestos para ello mediante la instrumentación del debido
procedimiento administrativo para llegar a tal conclusión por razones de conveniencia de carácter excepcional, autónomo,
como en el presente caso.

TERCERO: Las tierras del predio denominado “Las Mercedes”, como se dijo, se encuentran en los baldíos propiedad de la
Nación. En consecuencia los ocupantes de dicho predio, lo hicieron en detrimento del principio de la función social.

En este mismo orden de ideas se ratifican en todas y cada una de sus partes el valor probatorio del Expediente
Administrativo que conoce la parte demandante y que oportunamente se consignará, instrumento llevado por los
funcionarios de la Oficina Regional de Tierras Barinas qué y para el presente caso demostrara el procedimiento llevado
conforme a la Ley especial de tierras, pues él es: “el conjunto de actuaciones que están dirigidas a formar la voluntad
administrativa y deviene de la prueba documental que sustenta la decisión del ente agrario como lo es el INTI”.

Finalmente es necesario destacar, que en los juicios de nulidad de actos administrativos, lo que se demanda y discute al
fondo, es si el acto administrativo cumplió con todos los requisitos; si lo produjo un ente administrativo; si tenía facultad para
ello; si el acto administrativo violo o no derechos y garantías constitucionales; es decir, si se cumplió con el debido proceso.

En consecuencia y por último, si se observa el iter procesal administrativo recorrido por el acto administrativo, y el que
ahora transcurre en sede jurisdiccional, se tiene que bajo ningún concepto, ni en ningún momento, se cercenaron o
infligieron disposiciones legales o constitucionales, o peor, derechos o garantías del administrado que hagan presumir
ventaja para la administración con grave prejuicio para el justiciable, lo que obviamente conlleva a la declaratoria sin lugar
de la pretensión opuesta por los recurrentes.

PUNTO PREVIO
RESOLUCIÓN DE LAS CASUALES DE INADMISIBILIDAD ALEGADAS POR LA REPRESENTACIÓN DE LA PARTE
RECURRIDA (INTI)

Alega la representación judicial del Instituto Nacional de Tierras, que: “Ha sido enfática tanto la doctrina como la
jurisprudencia, en precisar que en el ejercicio de los poderes especiales que posee el juez contencioso administrativo, y que
lo separa categóricamente del juez civil, destaca la obligación de analizar en cualquier estado y grado del proceso, las
causales de inadmisibilidad del Recurso o Acción sometidas al conocimiento de la Jurisdicción Contencioso Administrativa,
que en materia agraria esta consagrada en el artículo 162 de la Ley de Tierra y Desarrollo Agrario.

En tal sentido, ha sostenido y ratificado la Sala Político Administrativa decisión de fecha 04 de octubre del 2001; con
ponencia del Magistrado HADEL MOSTAFÁ PAOLINI; EXP. Nº 2001-0104; que “la revisión de las causales de
admisibilidad, proceden en cualquier estado y grado de la causa por ser dichas causales de orden público; aún cuando haya
sido admitida la demanda”;

Siendo así, es incuestionable que el Juez de la causa no podría pasar por alto el carácter de orden público implícito en las
causales de inadmisibilidad del Recurso, que le imponen al sentenciador su revisión en cualquier estado y grado del
proceso, so pena de incurrir en responsabilidad personal

En virtud de lo alegado por la representación judicial de la parte demandada, considera necesario este juzgador, hacer
referencia que, el Recurso de Nulidad interpuesto se encuentra consagrado y regulado por la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, en la cual se establecen los supuestos para su interposición. Dispone esta Ley especial la procedencia del presente
recurso en contra de cualquier hecho, acto u omisión provenientes de los órganos de la administración pública originados
por diversas situaciones que se suscitan entre el ente agrario en contra de los administrados, grupos u organizaciones, que
hayan violado, violen o amenacen con violar cualquier etapa del procedimiento contencioso administrativo.

Bajo esa perspectiva, es oportuno delimitar, que el auto que se dicta en materia de admisión en el Contencioso
Administrativo, en principio no prejuzga sobre el fondo, sino que, constatado que se llenan los requisitos fundamentales y de
orden público para dar curso a las mismas, se ordena tramitarla, con el fin que en el fallo definitivo se analice y examine
todo lo referente a la acción instaurada, momento en el cual el juez contencioso administrativo en uso de sus poderes
conferidos por ley, sin menoscabo al análisis del artículo 160 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, podrá también de oficio o a petición de parte y antes del pronunciamiento de la sentencia de fondo, y dado su
estricto orden público a.l.r.d. admisibilidad, volviendo entonces a revisar el cumplimiento de estos pudiendo declarar la
demanda inadmisible de ser el caso.

De tal modo que, es fundamental aclarar, que el contencioso administrativo es una jurisdicción especial, diferente a la
ordinaria, por cuanto debido a la naturaleza jurídica de su mismo objeto arriba señalado que no es otro, que el de conocer y
resolver el mérito de anulación de actos administrativos, la declaratoria de la responsabilidad de la administración y el
restablecimiento de los derechos subjetivos lesionados por la actividad administrativa, esta doble función del contencioso
administrativo: por una parte, garantía de control, y por otra de justicia, elementos de una jurisdicción, a saber: Es una
jurisdicción plena y no una simple jurisdicción de revisión, de donde es posible deducir ante los Tribunales de tal jurisdicción
todas las pretensiones en relación con los actos de la Administración. Efectivamente es una verdadera instancia
jurisdiccional. Dado este carácter, no es de sorprender que el Juez Contencioso-Administrativo tenga plenos poderes, que
no están limitados, ni en su inicio, desenvolvimiento y resolución, constituyendo poderes bastante amplios, que le permiten
intervenir directamente en el juicio, controlar el procedimiento y sus actos y actuar de oficio, y dentro de los cuales
encontramos uno muy especial, del que adolece el Juez Civil, como lo es el de examinar de oficio, in limine litis, las
demandas y por consiguiente rechazarlas si observa que no se cumplen los presupuestos procesales o no se llenan los
requisitos de la acción.

Entonces, estamos en presencia de un poder muy particular, que en absoluto este sistema de admisibilidad de las
demandas en el Contencioso Administrativo no es ni remotamente similar del Procedimiento de derecho común, en donde,
la admisión de la demanda constituye una actuación de mero trámite. En materia civil el juez no tiene atribución alguna en lo
que se refiere a la admisibilidad de la demanda: toda la carga de alegación y las impugnaciones contra las faltas o defectos
de los presupuestos procesales, o de los requisitos constitutivos de la acción, están confiados a la iniciativa de la parte
demandada; no es el Juez Civil, quien tiene que revelar in limine los motivos de inadmisibilidad de una demanda, mientras
que el Juez agrario actuando en sede contenciosa si lo puede hacer.

De tal manera que la función de Justicia, del contencioso administrativo, consistente en procurar la seguridad jurídica
constitucional, la cual se constituye en la razón de ser de ese poder, y el respeto de la legalidad es el norte de la actuación
del Juez Contencioso Administrativo, es evidente que este Juez (El Contencioso Administrativo) tenga la facultad de
controlar el cumplimiento de aquellas normas, cuya inobservancia constituye una violación del principio de la legalidad que
él, está llamado a garantizar. Cumplimiento que está obligado a constatar desde el primer momento en que se le solicita su
intervención como Juez Contencioso Administrativo, lo cual ocurre al momento de someter a su consideración la admisión
de la acción que se propone, pues ningún sentido tendría llevar adelante un proceso en violación del orden legal; de allí el
llamado a pronunciarse sobre el cumplimiento de todas y cada una de las causales establecidas, evitando de ese modo la
tramitación de un proceso cuando no cumple con las causales de inadmisibilidad, desembarazando además a la Sala de
causas que serían en definitiva rechazadas por violación de la Ley.

Ahora bien, según los casos previstos en las leyes, el juez actuando en sede contenciosa administrativa, cuando recibe una
demanda debe examinar la admisibilidad de la misma, bien constatando el cumplimiento de requisitos generales conforme
al artículo 340 del Código de Procedimiento Civil, para el caso del derecho común, atinentes tanto al escrito (demanda)
como a la acción, igualmente los previstos en el artículo 341 ejusdem; o bien, si el actor cumplió formalidades especiales,
como por ejemplo las contempladas en los artículos 160 y 162 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, esto último para los casos de Recursos de Nulidad Contenciosos administrativos Agrarios, como es el
caso que nos ocupa. En esta etapa de preadmisión, no hay actividad permitida al actor, a quien si le niegan la admisión
podrá apelar del auto negativo como garantía el derecho a la defensa.

De conformidad con lo antes expuesto, y establecida la existencia de los poderes especiales del Juez contencioso
administrativo, siendo uno de ellos juzgar in limine las condiciones de admisibilidad de la acción que establece la Ley con el
objeto de evitar procesos inútiles, constituyéndose en una carga que lo obliga a desarrollar una actividad material de
constatación del cumplimiento de dichas condiciones de legalidad esenciales y por ende a prejuzgar sobre ellas, y como lo
ha señalado la jurisprudencia reiterada del Supremo Tribunal, la revisión de las causales de admisibilidad, procede en
cualquier estado y grado de la causa por ser dichas causales de orden público, a tal efecto, puede el Juez revisar si una
acción es admisible en cualquier momento, aún culminada la sustanciación de la causa en el momento de dictar sentencia
definitiva, en ese sentido, pasa este juzgador a examinar en el caso concreto el cumplimiento de los requisitos de
admisibilidad del presente asunto, interpuesto a luz del artículo 160 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario a cuyo efecto determina:

Establece el artículo 160 de la Ley de Reforma Parcial de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, los requisitos que deben
cumplir las acciones que se intenten, contra los Entes Agrarios, los cuales a criterio de este Juzgador, y aplicando
analógicamente el criterio establecido en sentencia Nº AA60-S-2007-001813, del 10 de febrero de 2.009, de la Sala
Especial Agraria de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, (caso: G.R.M.T.), para el caso de las
admisibilidades o inadmisibilidades, de los asuntos de Nulidad Contencioso Agrarios, en la cual se dejó sentado el criterio
de revisar o ser analizados uno a uno, los requisitos de admisibilidad, en los siguientes términos:

Omissis… Las acciones y recursos contemplados en el presente Título deberán interponerse por escrito por ante el Tribunal
competente, cumpliendo con los siguientes requisitos:

1.- Determinación del acto cuya nulidad se pretende.

2.- Acompañar copia simple o certificada del acto, actuación o contrato cuya nulidad se pretende, o señalamiento de la
Oficina Pública u organismo en que se encuentran, y los datos que lo identifiquen.

3.- Indicación de las disposiciones constitucionales o legales cuya violación se denuncia.

4.- Acompañar instrumento que demuestre el carácter con que se actúa. En caso de que tal carácter provenga de la
titularidad de un derecho real, identificará el inmueble, con expreso señalamiento de sus linderos y copia certificada de los
documentos o títulos que acreditan la titularidad aludida.

5.- Los documentos, instrumentos o cualquier otra prueba que se estime conveniente acompañar

(Cursivas de este Tribunal)

Pasa de seguidas quien aquí decide, a pronunciarse acerca de cada uno de los requisitos de admisibilidad en el presente
Asunto Contencioso Administrativo de Nulidad, observando particularmente lo siguiente:

En cuanto al primer requisito, relativo a la determinación del acto cuya nulidad se pretende, vale decir, el señalamiento
expreso por parte de los demandantes, de la providencia administrativa del ente agrario, que se pretende anular, en este
sentido, se observa que la parte demandante cumplió con el Primer requisito de admisibilidad del presente asunto
señalando en el escrito recursivo lo siguiente: “(…) ante usted acudimos de conformidad con lo dispuesto en los artículos
94, 151, 156 y 157 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario para interponer RECURSO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO DE NULIDAD POR ILEGALIDAD DEL ACTO ADMINISTRATIVO AGRARIO DE EFECTOS
PARTICULARES, en contra del ACTO ADMINISTRATIVO AGRARIO DECLARATORIO DE TIERRAS OCIOSAS Y QUE
ORDENA LA APERTURA DEL PROCEDIMIENTO DE RESCATE, emanado del órgano administrativo agrario Instituto
Nacional de Tierras de fecha 7 de Mayo de 2015, en sesión N° 241-15, deliberación sobre el punto de cuenta N° 9, ubicado
en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio Pedraza del estado Barinas, alinderado de la siguiente manera: Norte:
Terreno ocupado por L.F., río Suripá y río Anaro; Sur: Terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy Parcelamiento S.M. y
C.G.; Este: río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy Parcelamiento S.M.; y Oeste: Terreno ocupado por la
Familia Molina. (…)”. (Cursivas de este Tribunal). (ASÍ SE DECIDE).

En cuanto al segundo requisito, inherente a acompañar copia simple o certificada del acto, actuación o contrato cuya
nulidad se pretende, o señalamiento de la oficina publica u organismo en que se encuentra, y los datos que le identifiquen,
los demandantes acompañaron marcado como anexo “B”, que riela desde el folio treinta (30) al cincuenta ocho (58), copia
simple de la notificación hecha por el Instituto Nacional de Tierras, con ocasión de declaratoria de tierras ociosas o uso no
conforme, de un lote de terreno denominado “HATO LAS MERCEDES”, ubicado en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B.,
Municipio Pedraza del Estado Barinas, en el cual, consta con expreso señalamiento la identificación del acto recurrido por
vía de nulidad, así como, la identificación del Órgano Administrativo del cual emanó, con lo cual se evidencia del presente
expediente, el cumplimiento del segundo requisito. (ASÍ SE DECIDE).

En cuanto al tercer requisito, observa este juzgador, que en el libelo los recurrentes señalaron expresamente, las
disposiciones Constitucionales o legales cuya Violación se denuncia y señalan como vulneradas los artículos 19, 12, 2, 62,
de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, y 26 de la Ley Orgánica de la Administración Pública dando
cumplimiento de esta manera al tercer requisito. (ASÍ SE DECIDE).

En cuanto al cuarto requisito de admisibilidad, relativo a acompañar instrumento que demuestre el carácter con que se
actúa, en caso que tal carácter provenga de la titularidad de un derecho real, identificara el inmueble, con expreso
señalamiento de sus linderos y copia certificada de los documentos o títulos que acreditan la titularidad aludida.

A este respecto éste Tribunal considera necesario, citar la decisión del 15 de abril de 2008, dictada por la Sala de Casación
Social del Tribunal Supremo de Justicia en sentencia Nº AA60-S-2007-000317, (caso: F.C.T.D.M.), mediante la cual
consideró lo siguiente:

(…) Conforme a lo expuesto previamente, se aprecia que no es documento indispensable para admitir el recurso de nulidad
propuesto, la presentación de copias certificadas de documento alguno que acredite la titularidad sobre el lote de terreno en
cuestión, por cuanto, por una parte con la presente acción de nulidad interpuesta no se está dilucidando la titularidad o no
de algún derecho por parte de la actora, y por la otra, de la notificación efectuada por el ente administrativo se evidencia,
que la Administración reconoció que el acto hoy impugnado pudiera afectar los derechos subjetivos o intereses legítimos del
particular a los fines de que puede ejercer su defensa ante los tribunales competentes. Y con respecto a la cadena titulativa
a la cual hace alusión el sentenciador de la primera instancia, tampoco es indispensable en el presente asunto a los efectos
de admitir la pretensión, en tanto y cuanto, el proceso tiene una fase probatoria que permite a las partes demostrar los
argumentos fácticos y jurídicos en que se sustenta o contradice el recurso de nulidad.Por consiguiente, se deberá declarar
con lugar la apelación ejercida, debiendo el Tribunal de la causa verificar los restantes requisitos de admisibilidad sobre los
cuales no se pronunció al dictar el fallo que se anulará, es decir, todos los establecidos en el artículo 173 de la Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario, por cuanto en la presente decisión no se prejuzga sobre la totalidad de estos, con excepción
del numeral 6° de la precitada norma, considerando que este requerimiento está cumplido. Así se resuelve

(Cursivas de este Tribunal).

Del análisis del criterio anterior, se evidencia, que basta con la identificación del bien sobre el cual recae la pretensión del
actor, cuando éste actúa en su propio nombre, para que se materialice el cumplimiento de este requisito, razón por la cual,
considera esta alzada, que el recurrente cumplió con el presente presupuesto legal, motivado ha que, de la lectura del libelo
se infiere que, expresamente identificaron tanto la cabida del terreno como su ubicación y linderos, aunado al hecho que,
los recurrentes alegan ser propietarios y poseedores del predio Las Mercedes, tal como consta de anexos marcados “C” y
“d”, insertos a los folios sesenta (60) al setenta y dos (72) del presente expediente. (ASÍ SE DECIDE).

Y finalmente en cuanto al quinto y último requisito relativo a los documentos, instrumentos o cualquier otra prueba que se
estime conveniente acompañar, se observa que el recurrente cumplió con el mismo al anexar otras documentales
presentadas en sede administrativa. (ASÍ SE DECIDE).

Revisadas como han sido las actas que conforman el presente expediente y por cuanto la representación judicial del
Instituto Nacional de Tierras en la oportunidad de ejercer oposición alegó las causales de inadmisibilidad como fundamento
de su defensa, tal y como lo permite la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario en su artículo 162 in fine cuando dispone que en
todo caso, los opositores podrán hacer valer, junto con las razones de fondo, los motivos por los cuales estimen la
inadmisibilidad del mismo; esta operadora de justicia pasa a resolver dicho aspecto como punto previo:

La parte recurrente en su escrito libelar señaló:

…ante usted acudimos de conformidad con lo dispuesto en los artículos 94, 151, 156 y 157 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario (LTDA) para interponer RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE NULIDAD POR ILEGALIDAD DEL
ACTO ADMINISTRATIVO AGRARIO DE EFECTOS PARTICULARES, en contra del ACTO ADMINISTRATIVO AGRARIO
DECLARATORIO DE TIERRAS OCIOSAS Y QUE ORDENA LA APERTURA DEL PROCEDIMIENTO DE RESCATE,
emanado del órgano administrativo agrario Instituto Nacional de Tierras de fecha 7 de mayo de 2015, en sesión N° 241-15,
deliberación sobre el punto de cuenta N° 9,…

Llegada la oportunidad procesal respectiva para ejercer el derecho a oponerse, la representación judicial del Instituto
Nacional de Tierras señaló:

…Ha sido enfática tanto la doctrina como la jurisprudencia, en precisar que en el ejercicio de los poderes especiales que
posee el juez contencioso administrativo, y que lo separa categóricamente del juez civil, destaca la obligación de analizar en
cualquier estado y grado del proceso, las causales de inadmisibilidad del Recurso o Acción sometidas al conocimiento de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa, que en materia agraria está consagrada en el artículo 162 de la Ley de Tierra y
Desarrollo Agrario.

En tal sentido, ha sostenido y ratificado la Sala Político Administrativa decisión de fecha 04 de octubre del 2001; con
ponencia del Magistrado HADEL MOSTAFÁ PAOLINI; EXP. Nº 2001-0104; que “la revisión de las causales de
admisibilidad, proceden en cualquier estado y grado de la causa por ser dichas causales de orden público; aún cuando haya
sido admitida la demanda”;

Siendo así, es incuestionable que el Juez de la causa no podría pasar por alto el carácter de orden público implícito en las
causales de inadmisibilidad del Recurso, que le imponen al sentenciador su revisión en cualquier estado y grado del
proceso, so pena de incurrir en responsabilidad personal (…)

En este sentido ha sido inveterada la jurisprudencia patria, en especial la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de
Justicia, en el sentido que solo serán revisables las causales de inadmisibilidad en la sentencia de mérito, si las mismas son
alegadas por la representación judicial del Ente demandado, ahora bien, conforme a lo antes expuesto, se desprende del
escrito de oposición y contestación al recurso de nulidad presentado por la apoderada judicial del Instituto Nacional de
Tierras abogada Dexcy Ávila, antes identificada, alegó las causales de inadmisibilidad para su revisión como punto previo al
mérito del asunto. En tal sentido, el artículo 162 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, dispone las causas por las cuales
un recurso contencioso administrativo agrario no es admisible, entre las cuales destacan:

…Artículo 162: Sólo podrán declararse inadmisibles las acciones y recursos interpuestos, por los siguientes motivos:

1. Cuando así lo disponga la ley.

2. Si el conocimiento de la acción o el recurso corresponde a otro organismo jurisdiccional, caso en el cual el Tribunal
declinará la causa en el Tribunal competente.

3. En caso de la caducidad del recurso por haber transcurrido los sesenta (60) días continuos desde la publicación del acto
en la Gaceta Oficial Agraria o de su notificación, o por la prescripción de la acción.

4. Cuando sea manifiesta la falta de cualidad o interés del accionante o recurrente.

5. Cuando se acumulen pretensiones que se excluyan mutuamente, o que sean contrarias entre si o cuyos procedimientos
sean incompatibles.

6. Cuando no se acompañen los documentos indispensables para verificar la admisibilidad de la demanda.

7. Cuando exista un recurso paralelo.

8. Cuando el correspondiente escrito resulte ininteligible o contradictorio que haga imposible su tramitación o contenga
conceptos ofensivos o irrespetuosos.
9. Cuando sea manifiesta la falta de representación que se atribuye el actor.

10. Cuando habiéndose recurrido en vía administrativa, no hayan transcurrido los lapsos para que ésta decida.

11. Cuando no se haya agotado el antejuicio administrativo de las demandas contra los entes agrarios.

12. Cuando no se haya agotado la instancia conciliatoria o de avenimiento que correspondan de conformidad con la ley.

13. Cuando la pretensión sea manifiestamente contraria a los fines de la presente Ley y de los preceptos constitucionales
que rigen la materia.

Contra la decisión que declare inadmisible el recurso podrá apelarse dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes.

No se admitirá apelación contra el auto que acuerde la admisión del recurso o acción principal. En todo caso, los opositores
podrán hacer valer, junto con las razones de fondo, los motivos por los cuales estimen la inadmisibilidad del mismo, los
cuales serán decididos, junto a los primeros, en la sentencia definitiva…

(Cursivas y negrillas de este Tribunal)

En relación al numeral PRIMERO: No existe disposición legal que determine la inadmisibilidad o prohíba la interposición del
RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO AGRARIO DE ANULACIÓN, contra el acto administrativo emanado por el
Directorio del INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, en sesión Nº 241-15, de fecha 07 de Mayo de 2.015, en deliberación
sobre el Punto de Cuenta N° 9, con relación al Predio Las MERCEDES, ubicado en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B.,
Municipio Pedraza del Estado Barinas, alinderado de la siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río
Anaro; Sur: terreno ocupado por antiguo Hato S.M. y c.G.; Este: Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy
parcelamiento s.M.; y Oeste: terreno ocupado por la familia Molina., agotando dicho acto la vía administrativa. (ASÍ SE
DECIDE).

En relación al numeral SEGUNDO: Conforme al artículo 156 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario resulta ser este
Tribunal competente para conocer del presente recurso conforme a las consideraciones antes establecidas. (ASÍ SE
DECIDE).

En relación al numeral TERCERO: Se observa que el presente Recurso Contencioso Administrativo Agrario de Anulación se
ejerce tempestivamente por cuanto el quejoso se dio por notificado mediante boleta firmada en fecha 10 de Junio de 2016,
por lo que, el lapso para interponer el respectivo recurso de nulidad inició el día siguiente, a saber, el 11 de Junio de 2015, y
no transcurrió desde esa fecha los 60 días a que refiere el numeral 3 del artículo 162 de la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario, por cuanto el recurso de nulidad fue interpuesto en fecha 07 de Agosto de 2015. (ASÍ SE DECIDE).

En relación al numeral CUARTO: El acto administrativo cuya anulación se persigue fue dictado en ejecución directa en
contra del presunto propietario y poseedor del Predio denominado “Las Mercedes”. (ASÍ SE DECIDE).

En relación al numeral QUINTO: De la revisión exhaustiva a las actas que conforman el presente expediente se observa
que no hay acumulación de pretensiones, sino que se demanda la nulidad de la resolución del Directorio del Instituto
Nacional de Tierras adoptada en sesión Nº 241-15, de fecha 07 de Mayo de 2.015, en deliberación sobre el Punto de
Cuenta N° 9, que acordó la DECLARATORIA DE TIERRAS OCIOSAS Y QUE ORDENA LA APERTURA DEL
PROCEDIMIENTO DE RESCATE, sobre el Predio Las Mercedes. (ASÍ SE DECIDE).

En relación al numeral SEXTO: El recurrente de autos cumplió con lo referido a consignar LAS PRUEBAS y LOS ANEXOS
del presente recurso. (ASÍ SE DECIDE).

En relación al numeral SÉPTIMO: No existe ningún otro recurso para enervar los efectos del acto impugnado. (ASÍ SE
DECIDE).

En relación al numeral OCTAVO: De la revisión minuciosa efectuadas al escrito recursivo se observa que no contiene en
ninguna de sus partes conceptos ofensivos e irrespetuosos; así como su contenido es inteligible y exento de
contradicciones para hacer posible su tramitación. (ASÍ SE DECIDE).

En relación al numeral NOVENO: El ejercicio de la presente acción ha sido efectuada directamente por el interesado, y
mediante asistencia de abogado. (ASÍ SE DECIDE).
En relación al numeral DÉCIMO: En relación a esta casual se observa que no existe recurso administrativo alguno en
trámite conforme a lo dispuesto en el artículo 129 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, siendo que el acto
administrativo impugnado fue dictado por el Directorio del Instituto Nacional de Tierras. (ASÍ SE DECIDE).

En relación al numeral DÉCIMO PRIMERO: No aplica al presente caso el antejuicio administrativo, por cuanto la demanda
no es de contenido patrimonial en contra del Instituto Nacional de Tierras. (ASÍ SE DECIDE)

En relación al numeral DÉCIMO SEGUNDO: No aplica al presente caso la conciliación por cuanto la misma procede en los
juicios de expropiación. (ASÍ SE DECIDE)

En relación al numeral DÉCIMO TERCERO: La pretensión de los recurrentes no es contraria al objeto de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, ni a las líneas constitucionales que rigen la materia contenidas en sus artículos 305, 306 y 307. (ASÍ SE
DECIDE)

Verificada como han sido las causales de admisibilidad e inadmisibilidad conforme a lo dispuesto en los artículos 160 y 162
respectivamente de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, éste Juzgador desestima las defensas argumentadas por la
representación judicial del INTI en cuanto a dichas causales. (ASÍ SE DECIDE).

MEDIOS DE PRUEBAS APORTADAS AL PROCESO

PARTE DEMANDANTE:

DOCUMENTALES:

.- Marcado “A”, copia fotostática simple de poder Especial, conferido a los abogados A.R.P.S., F.M.D.H. y F.E.D.J., inscritos
en el Inpreabogado bajo los Nros. 39.296, 14.216 y 119.584, respectivamente. Folios 27-29, primera pieza.

Observa este juzgador que se tratan de instrumento público, el cual no fue impugnado por la contraparte y sirve, para
probar el carácter con que actúan tanto la mandataria del recurrente, como la cualidad del representante legal de la
empresa Inversiones Risza C.A., y se valoran de conformidad con el artículo 1.357 del Código Civil. (ASÍ SE DECIDE).

.- Marcado “B”, copia fotostática simple de Boleta de Notificación, emitida por el Instituto Nacional de Tierras, dirigida a
Inversiones Risza S.A.,. Folios 30-59, primera pieza.

Observa este Juzgador, que se trata de un documento emanado del Instituto Nacional de Tierras, el cual está firmado y
sellado por un funcionario público; documento administrativo este que goza de presunción de veracidad, legitimidad y
autenticidad dada su naturaleza en la formación o autoría, previo cumplimiento de las formalidades legales exigidas, en el
artículo 18, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, con fuerza probatoria. Documento que se valora, de
conformidad con el artículo 429 segundo aparte del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE DECIDE).

.- Marcado “C”, título de propiedad del Predio LAS MERCEDES, protocolizado en la antigua Oficina Subalterna de Registro
de los Municipios Autónomos P.y.S.d. Estado Barinas, el 11 de marzo de 1996, bajo el N° 31, Protocolo Primero, Tomo IV,
folios 84 al 92. Folios 60-69.

Este Tribunal Superior evidencia que dicho instrumento fue consignado junto al recurso de nulidad y el mismo se encuadra
dentro del presupuesto establecido en el artículo 1357 de nuestro Código Civil, lo cual significa que cumple con todos los
requisitos protocolares para tomarlo en cuenta y a su vez que surta los efectos erga omnes que todo instrumento público
emana, en tal sentido quien aquí juzga le da pleno valor probatorio a dicho instrumento. (ASÍ SE DECIDE)

.- Marcado “D”, Informe Jurídico de la Unidad de Cadenas Titulativas adscrita a la Dirección de Consultoría Jurídica del
Instituto Nacional de Tierras, de fecha 15 de marzo de 2007, Nº C.J.D.C. Folios 70-73.

Este Tribunal Superior evidencia que dicho instrumento fue consignado junto al escrito de nulidad, que en efecto se trata de
instrumental que corresponde a actos administrativos de funcionarios públicos que obran dentro del ámbito de su
competencia, por lo que gozan de una presunción de certeza, por el Principio de Ejecutividad de los actos administrativos
establecido en el artículo 8° de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, por lo que se aprecia como prueba para
constatar que el referido Instituto Nacional de Tierras a través de la Unidad de Cadenas Titulativas adscrita a la Consultoría
Jurídica, establece que el lote de terreno perteneciente a Inversiones Risza C.A., es de Origen Privado. (ASÍ SE DECIDE).

.- Marcado “E”, Original de acta de consignación de documentos por ante la Oficina Regional de Tierras del Estado Barinas.
Folios 74-108.
Este Tribunal Superior evidencia que dicho instrumento fue consignado junto al escrito de nulidad, el cual permite
determinar que los recurrentes de auto acudieron al órgano administrativo con el objeto de ejercer su legítimo derecho a la
defensa, valoración que se otorga conforme a lo dispuesto en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE
DECIDE)

.- Marcado “F”, Levantamiento topográfico sobre el Predio Las Mercedes. Folio 109.

Con respecto al medio de prueba antes mencionado quien aquí decide no le otorga valor probatorio alguno por cuanto el
mismo no cumple con las formalidades esenciales de ley que rige la materia de Cartografía Nacional. (ASÍ SE DECIDE).

Mediante escrito presentado por ante este Tribunal Superior Agrario en fecha 16-06-2016, dentro del lapso de promoción de
pruebas, el abogado A.P., antes identificado, ofreció los siguientes medios probatorios: Folios 181-208.

* PRIMERO: Copias fotostáticas certificadas de la sentencia de fecha 07 de Abril del 2016, dictada por el Juzgado Tercero
de Primera Instancia Agraria de la Circunscripción Judicial del Estado Barinas.

Observa este Juzgador que se tratan de copias fotostáticas certificadas de documentos públicos, emanados de un órgano
jurisdiccional actuando dentro de su competencia. Valoración que se hace de conformidad con el artículo 1.357 y 1.360 del
Código Civil en concordancia con el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE DECIDE).

* SEGUNDO: Informe acompañado en copia simple previa confrontación con su original junto con el libelo de la demanda,
mediante la cual la administración publica, a través del Instituto Nacional de Tierras, consultaría jurídica Nº C.J.D.C. 107 de
fecha 15 de marzo de 2007.

Observa este Juzgador que esta prueba ya fue analizada y de conformidad con el principio de la comunidad de la prueba se
le confiere el mismo valor probatorio. (ASÍ SE DECIDE).

* TERCERO: Documento título de propiedad del HATO LAS MERCEDES, protocolizado en la antigua Oficina Subalterna de
Registro de los Municipios Autónomos P.y.S.d. Estado Barinas, el 11 de marzo de 1996, bajo el N° 31, Protocolo Primero,
Tomo IV, folios 84 al 92.

Observa este Juzgador que esta prueba ya fue analizada y de conformidad con el principio de la comunidad de la prueba se
le confiere el mismo valor probatorio. (ASÍ SE DECIDE).

* CUARTO: reproduzco el mérito favorable de autos, especial y detalladamente el acto administrativo impugnado, en cuanto
a que ordena afectar 7.777 has. Con 1.434M2 de las 14.712 has. Con 5817M2 propiedad de nuestra representada, sin
considerar que el área de reserva es de 5.256,39 has., por lo que prácticamente solo deja un poco mas de 1.600 has., para
la atención de casi ocho mil 8.000 animales destinados a la producción agropecuaria que actualmente cuenta el hato las
mercedes.

Observa este Juzgador, que se trata de un documento emanado del Instituto Nacional de Tierras, el cual está firmado y
sellado por un funcionario público; documento administrativo este que goza de presunción de veracidad, legitimidad y
autenticidad dada su naturaleza en la formación o autoría, previo cumplimiento de las formalidades legales exigidas, en el
artículo 18, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, con fuerza probatoria. Documento que se valora, de
conformidad con el artículo 429 segundo aparte del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE DECIDE).

* QUINTO: reproduzco el mérito favorable de autos, especial y detalladamente el acto administrativo impugnado, con
relación a la falta de pronunciamiento sobre las defensas de mi representada, concretamente el relativo a defectos en la
notificación, solicitud de perención del procedimiento administrativo, estado de indefensión, inconsistencias, falsos
supuestos, ilegalidad de las recomendaciones del ultimo informe técnico, además de solicitud de certificación de finca
productiva.

Observa este Juzgador, que se trata de un documento emanado del Instituto Nacional de Tierras, el cual está firmado y
sellado por un funcionario público; documento administrativo este que goza de presunción de veracidad, legitimidad y
autenticidad dada su naturaleza en la formación o autoría, previo cumplimiento de las formalidades legales exigidas, en el
artículo 18, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, con fuerza probatoria. Documento que se valora, de
conformidad con el artículo 429 segundo aparte del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE DECIDE).

* SEXTO: reproduzco el mérito favorable de autos, especial y detalladamente el acto administrativo impugnado, en cuanto a
la omisión absoluta de toda consideración sobre lo promovido con relación a las pruebas documentales de 309 folios, con
copias sobre la información general de las condiciones del predio en la que fue presentado un informe técnico e información
financiera de mi representada.
Observa este Juzgador, que se trata de un documento emanado del Instituto Nacional de Tierras, el cual está firmado y
sellado por un funcionario público; documento administrativo este que goza de presunción de veracidad, legitimidad y
autenticidad dada su naturaleza en la formación o autoría, previo cumplimiento de las formalidades legales exigidas, en el
artículo 18, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, con fuerza probatoria. Documento que se valora, de
conformidad con el artículo 429 segundo aparte del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE DECIDE).

* SÉPTIMO: Informe Jurídico emitido por el Instituto Nacional de Tierras, Oficina Regional de Tierras, de fecha 16 de junio
de 2016, Expediente Nº BNAS/ORT/RT/15/031.

Observa este Juzgador, que se trata de un documento emanado del Instituto Nacional de Tierras, el cual está firmado y
sellado por un funcionario público; documento administrativo este que goza de presunción de veracidad, legitimidad y
autenticidad dada su naturaleza en la formación o autoría, previo cumplimiento de las formalidades legales exigidas, en el
artículo 18, de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, con fuerza probatoria. Documento que se valora, de
conformidad con el artículo 429 segundo aparte del Código de Procedimiento Civil. (ASÍ SE DECIDE).

PRUEBAS APORTADAS POR LA REPRESENTACIÓN JUDICIAL

DE LA PARTE DEMANDADA

Mediante escrito presentado en fecha 17-06-2016, la abogada Dexcy Ávila, actuando en su carácter de Apoderado Judicial
de la parte demandada promovió las siguientes pruebas (Folio 209, primera pieza):

- Valor y mérito de los autos.

Se evidencia en auto de fecha 01-02-2016, que la anterior prueba no fue admitida, por cuanto la misma no tiene ningún
valor probatorio. Folio 340, primera pieza.

- Expediente administrativo.

Observa este Juzgado Superior, que el Ente Administrativo incurrió en la falta de consignación del expediente
administrativo, entendido, como el conjunto de actuaciones realizadas por la administración que sustenta la decisión de la
administración y que siendo prueba documental importante, es deber del mismo remitir los antecedentes administrativos a
objeto de incorpóralos en la presente causa llevada por este Tribunal Superior Agrario.

En este sentido, se insiste en que la remisión de los antecedentes administrativos es una carga procesal de la
Administración, cuya omisión puede acarrear consecuencias negativas para ésta como parte que es en el proceso, pues no
puede el juzgador apreciar en todo su valor el procedimiento administrativo, así como tampoco las razones de hecho y de
derecho que fundamentaron la decisión. (ASÍ SE DECIDE).

- Escrito de oposición y contestación al recurso de nulidad,

Se evidencia en auto de fecha 01-02-2016, que la anterior prueba no fue admitida, por cuanto la misma se refiere a las
alegaciones y excepciones de las partes en el proceso. Folio 177.

OPINIÓN DE LA FISCALÍA DEL MINISTERIO PÚBLICO

Corresponde a este Órgano garante de la legalidad y el debido proceso emitir opinión en el Recurso Contencioso
Administrativo de nulidad contra el acto administrativo emanado por el Directorio del Instituto Nacional de Tierra en sesión
número 241-2015, de fecha 07 de Mayo del 2015, punto de cuenta 09, en atención a ello y en base a las atribuciones en las
que me confieren el artículo 285 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela verificadas las actas que
conforman el expediente jurisdiccional verifica que el precitado recurso contencioso cumple con todos los requisitos
establecidos en el artículo 160 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, así mismo se verifica de una revisión de las actas
que el recurso no se encuentra incurso en ninguna de las causales de inadmisibilidad previsto en el artículo 162 de la Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario, así mismo se han verificado todas las etapas procesales correspondiente garantizando el
debido proceso en esta Instancia siendo completamente admisible es todo señor juez.

DE LOS VICIOS DENUNCIADOS, POR EL RECURRENTE PRESUNTAMENTE COMETIDOS EN SEDE


ADMINISTRATIVA

En la audiencia oral de informes celebrada en esta instancia, la representación judicial del recurrente ratificó lo señalado en
su escrito recursivo argumentando además la inconstitucionalidad del acto, Vicios de Forma, falsos supuestos de hecho,
violación al debido proceso y del derecho a la defensa, en la siguiente forma:
“el objeto de esta audiencia de informe es de tratar de demostrar como quedo entre en los alegatos y las pruebas aportadas
demostrar la nulidad del acto administrativo emitido por el Instituto Nacional de Tierra el 7 de Mayo del 2015, el que declaro
ociosa el predio denominado el Hato las Mercedes y que además ordena la apertura del procedimiento de rescate, la
infracción más clara y determinante la que queda evidenciada en todo su esplendor en este caso la nulidad absoluta del
acto, por una manifiesta incompetencia de Inti en atentar con la apertura del procedimiento de rescate, una nulidad que esta
sancionada y está declarada en el artículo 19 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su numeral 4 y en el
artículo 26 de la Ley Orgánica de la Administración Publica, porque afirmamos esta situación, de acuerdo con la Ley de
Tierras en el artículo 82 solamente puede ordenarse el rescate de la tierra cuando es propiedad del Inti, no se puede
ordenar un rescate el Inti no puede ordenar la apertura de un procedimiento de rescate cuando el predio es
reconocidamente privado tiene un origen privado, fíjense en el expediente consta en el momento de aportar las pruebas de
ofrecer los medios probatorios tanto el dictamen de la Consultoría Jurídica del Inti como el documento registrado en
originales donde fue el propio Estado quien se desprendió del Hato las Mercedes a través del fondo de las garantías de
protección de depósitos bancarios Fogade fue un procedimiento de ofertas pública, Inversiones Risza, mi representada
hace una oferta publica a un ente del Estado, que es a través de ese Ente del estado quien se desprende la propiedad de la
propiedad del predio, posteriormente la Consultoría Jurídica del Inti al examinar el procedimiento administrativo determina e
incluso hay un dictamen de la Consultoría Jurídica que también está consignado en copias simples en el expediente donde
reconocen el origen privado de las tierras además porque su tradición se desprende desde antes del 10 de abril 1810,
entonces una de las de estos hechos quedan palmariamente demostrados, si el Inti hubiese cumplido con la orden de
remitir los antecedentes administrativos, fíjese ciudadano Juez este es un dictamen de la propia Consultoría del Inti que
tiene fecha de 16 de junio del 2016, el 16 de junio del 2016, feneció el lapso de pruebas el ofrecimiento de las pruebas se
efectúo el mismo día el 16 de junio, por supuesto esto es una copia que está en el expediente administrativo y que no
pudimos consignar porque obviamente el lapso ya había fenecido si ese expediente administrativo hubiese, fuese sido
remitido por el Instituto Nacional de Tierras, este Informe que quiero consignarlo en copias simples ante el Tribunal, ya
estaría en el expediente donde la propia Consultaría Jurídica determina que siendo comprobadamente el origen privado de
la tierra mal podría iniciarse el procedimiento de rescate y lo dice el propio informe que le acabamos de consignar, en este
sentido invocamos la presunción desfavorecimiento que han reconocido la doctrina administrativa y particularmente la Sala
Político-administrativa, concretamente le puede citar dos sentencias la del 21 de Mayo del 2002, y la del 11 de Julio del
2007, donde ha señalado que hay una presunción favorable para el recurrente por la falta de remisión durante el expediente
administrativo, fíjese ciudadano Juez si esos antecedentes administrativos hubiesen sido remitido tal como se le fue
ordenado ese informe contara acá y perfectamente podría determinarse que el propio, la propia Consultaría Jurídica del Inti
ha reconocido que el procedimiento fue declarado, que el Inti no tienen competencia para hacerlo porque no puede ordenar
el rescate de tierra que tienen origen privado, eso determina la nulidad absoluta del acto que declaro ocioso el Hato las
Mercedes y ordena la apertura de rescate, en el caso que ciudadano Juez considere este Tribunal que la violación que la
incompetencia no es de manifiesta que daría lugar a una nulidad de tipo absoluto, no obstante sí queda evidenciado que
siendo subsidiariamente un alegato subsidiario, subsidiariamente pudiera considerarse entonces que es una nulidad de tipo
relativo, también el acto resulta nulo, de acuerdo de acuerdo con lo que establece el artículo 20 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativo, así la caso ciudadano Juez a pesar de que esto ya sería suficiente para declarar la nulidad
del acto, también hemos alegado y demostrado que el acto incurre en el vicio de desviación de poder por un razonamiento
que lo trato de resumir de esta manera, se ordena el rescate de 7.700 Has., en un predio que el propio informe del Inti a
reconocido que la mayor parte de las 14.800 que lo conforman es inundable, es decir, en estas épocas de lluvia el predio se
reduce a menos de la mitad para el pastoreo de los semoviente que allí conforman la unidad de producción, esto además
de eso, el propio informe del Inti reconoce que hay 5.200 Has., que forman parte de una reserva forestal donde hay están
prohibida la casa y conforman bosques naturales donde no hay ningún tipo de actividad, porque es un caso muy particular
de una zona protegida, eso significa según el propio informe del Inti que está consignado en el expediente tanto el y así
como el último informe del Inti que es de Julio del año pasado que también está consignado en el expediente que de
concederse al rescate de las 7.700Has., de lo que pida el Inti menos las 5.200, más perdón las 5.200Has., que conforman el
área de reserva aproximadamente un 35% del predio, eso significa que queda un poco más 1.600 Has., para el pastoreo de
8.000 animales porque por máximas experiencia el Tribunal sabe que eso es imposible tener una carga de animal con ese
número de animales, eso significa dicho en dos palabras el fin de la actividad productiva del Hato las Mercedes privándose
del derecho a los alimentos que tiene la población, en este caso la localidad Barinesa, de lo que significa la producción de
carne de bovino en la zona, fíjese ciudadano Juez porque decimos que es una desviación de poder, esas atribuciones del
Inti es una infracción de orden teleológico, esas atribuciones del Inti han sido utilizada con fines distintos a los cuales la Ley
lo autoriza actual, la Ley lo autoriza actuar para proteger la producción, para fomentar el derecho de los alimentos y el
derecho a la producción agropecuaria, no para decretar el fin de una actividad productiva como prácticamente ha venido
sucediendo, eso significa siendo el caso que ha sido reconocidamente privado el Hato las Mercedes un origen de tipo
privado, también que el acto del Inti incurre a lo que se llama a un falso supuesto de derecho, porque habiendo reconocido
la propiedad privada subsume esos hechos de reconocimiento de la propiedad de una norma errónea, es decir, en la norma
que autoriza la Ley de Tierras al Instituto Nacional de Tierra para ordenar el rescate de tierra que son solamente de las
tierras de su propiedad, además hicimos una denuncia y quedo debidamente comprobado que el acto del Inti infringe los
artículos 2 y 62 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, que se refiere a la globalidad de la decisión, el
derecho a todos de tener una respuesta oportuna que es de rango incluso constitucional que es lo que denominamos el
derecho a petición, en el procedimiento administrativo que se tramito ante el Instituto Nacional de Tierras se hicieron
cualquier serie de alegatos de perención, solicitud de certificación de finca productiva, ninguno de esos alegatos fueron
debidamente respondidos por el Instituto Nacional de Tierras, hizo prácticamente caso omiso a toda las solicitudes que se
les habían efectuado, lo cual obviamente constituye a una infracción correlativo al derecho de petición, además de eso,
debemos señalar que el acto del Inti incurre en una falta de motivación, por falta de análisis de pruebas, en el procedimiento
administrativos se presentaron documentos, informes técnicos relativos a la producción que si el Inti lo hubiese tomado en
consideración no hubiese podido jamás decretar que el predio era ocioso, esto infringió el derecho a la prueba, por una falta
de análisis de prueba en el procedimiento administrativo lo cual además fue determinante en el dispositivo de la resolución
por que el Inti no hubiese podido tenido tener otra conclusión que hay un rendimiento superior al 80%, en términos técnicos
y que no hay áreas aprovechable sin producción, al actuar de esa manera el Inti infringió el artículo 9 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, por cuanto silenció las pruebas que se le aportaron en la etapa de alegatos y
demostraciones del procedimiento administrativo, además de eso, ciudadano Juez el Inti infringe también al artículo 12 de la
Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos que configura el vicio de falso supuesto de hecho, fíjese en un detalle el
informe técnico del Instituto Nacional de Tierra señala que hay un área de reserva que equivale al 35% del predio, eso allí
que por su puesto en ese aspecto se cumple con el decreto correspondiente a las áreas de reserva que señala que cuando
el predio exceda de 1000 Has., debe tener por lo menos un 20% de áreas de reservas, el informe técnico dice que el área
de reserva equivale al 35% del predio, que incluso fue comprobado de una media protección que vamos hacer un
señalamiento más adelante, pero cuando el Inti dicta la resolución que declara ociosa la tierra dice que el área de reserva
no supera el 10% obviamente hay una tergiversación del informe técnico para buscar el efecto que desea, que es declarar
la tierra ociosa, obviamente allí hay también una infracción que el Tribunal debe examinar para proceder la nulidad del acto,
quiero ya para terminar referirme a la medida de protección a la producción agropecuaria que por dos años a partir de 7 de
abril del presente año y por 100 años en cuanto a una medida de protección forestal precisamente de esta área de reserva
de 5.200 Has., dicto el Tribunal Tercero Agrario de Primera Instancia con sede en Socopo, que ha verificado la producción
en el Hato las Mercedes, ciudadano Juez, todas estas situaciones que hemos señalado, este nos llevan a la conclusión de
que el acto o puede ser absolutamente nulo de acuerdo a lo que hemos enunciado por la falta manifiesta incompetencia del
Órgano que dicto el acto o es anulable de conformidad con todas las violaciones que le hemos señalado del artículo 9, 12, 2
y 62 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, eso es todo señor Juez muchas gracias. En este estado el
ciudadano Juez concede el derecho de palabra al apoderado Judicial del Instituto Nacional de Tierra abogado R.A.C.E.,
venezolano, mayor de edad, titular de la cedula de identidad Nº V- 14.800.196, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº
110.532, quien expuso: “Buenos días señor Juez, buenos días a todos los presentes, con todo respeto señor Juez el
Instituto Nacional de Tierras en el marco de sus funciones y conforme a los artículos 115 y 117 de la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario y de acuerdo a las características y uso particulares o propios de las tierras o de los suelos puede
disponer de ello de la manera que considere prudente, como todos sabemos señor Juez el Instituto Nacional de Tierras es
el Órgano encargado de la destitución de las tierras en el Estado Venezolano, refiriéndonos a las tierras con uso y vocación
agrícolas o agropecuario, es decir, las tierras rurales no las tierras urbanas, señor Juez el uso actual de las tierras en el
predio denominado Hato las Mercedes no es acorde a su vocación que quiere decir esto señor Juez, que estas tierras están
siendo infrautilizadas, es decir, que no se le está dando el uso conforme o el uso necesario de esas tierras, en tal sentido el
Instituto Nacional de Tierras y conforme al artículo 82 y siguiente de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario inicio un
procedimiento de rescate sobre el mencionado predio, todo esto para darle un sentido, todo esto para darle el uso acorde a
estas tierras, como todos sabemos señor Juez el Instituto Nacional de Tierra es el Órgano competente para adoptar las
medidas necesarias para transformar las tierras en unidades económicas productivas, es todo señor juez.”

(Cursivas de este Tribunal)

Igualmente los quejosos enunciaron que, en el acto administrativo aquí recurrido, que la reiterada jurisprudencia, afín a la
materia, ha precisado en otras oportunidades que la prescindencia total y absoluta del procedimiento legal establecido
conforme al numeral 4 del artículo 19 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, no se refiere a la violación de
un trámite, requisito o formalidad, o de varios de ellos, sino que el vicio denunciado sólo se justifica en los casos que no ha
habido procedimiento alguno o hayan sido violadas fases del mismo que constituyen garantías esenciales del administrado,
supuestos estos que se configuraron en el presente caso, al no existir un procedimiento agrario, que le permitiera a
nuestros representados recurrentes defender sus derechos, violándose de esa manera los principios constitucionales
fundamentales, el debido proceso y a la defensa, lo que afecta de nulidad absoluta el acto recurrido.

Estas denuncias generan en este juzgador la obligación de descender a las actas a los fines de revisar y estudiar el trámite
del expediente en sede administrativa, para verificar la existencia o no de los aludidos vicios.

1) En relación al Vicio de Falso Supuesto

Incursión en Falso Supuesto por parte del Instituto Nacional de Tierras.

Arguye la parte recurrente en su escrito de demanda de nulidad del acto administrativo y ratificado en la audiencia oral de
informes, lo siguiente:
El acto administrativo impugnado debe ser anulado, en virtud de que adolece del vicio que la doctrina y la jurisprudencia ha
denominado “falso supuesto de derecho”.

Como lo señala el acto impugnado, la Administración Pública admite el derecho de propiedad sobre el Fundo HATO LAS
MERCEDES, sobre lo cual se pronunció el Instituto Nacional de Tierras, mediante comunicación de Consultoría Jurídica N°
C.J.D.C. 107 de fecha 15 marzo de 2007. La titularidad privada consta en documento protocolizado en la antigua Oficina
Subalterna de Registro de los Municipios Autónomos P.y.S.d. Estado Barinas, el 11 de marzo de 1996, bajo el N° 31,
Protocolo Primero, Tomo IV, folios 84 al 92; el inmueble se identifica más adelante con expreso señalamiento de sus
linderos; el instrumento se acompaña en original.

Así las cosas, es entonces improcedente ordenar la apertura del procedimiento de rescate, toda vez que el procedimiento
previsto cuando se trata de tierras rurales privadas, a lo que la Ley dedica todo un capítulo y 14 artículos, es la expropiación
agraria, que requiere una resolución del directorio del INTI que así lo determine. En dicha resolución debe estar justificado
el inicio del procedimiento de expropiación, argumentando razones de necesidad para la ordenación sustentable de la tierra
objeto del procedimiento, así como la determinación precisa del área a expropiar.

El falso supuesto de derecho, en este caso particular, consiste en que la Administración admite en que los hechos que dan
origen a la decisión administrativa existen, se corresponden con lo acontecido y son verdaderos (propiedad privada del
HATO LAS MERCEDES), pero la Administración, al dictar el acto, no los subsume en la norma correcta sino que en su
lugar aplica el procedimiento de rescate, cuyo supuesto es solo para aquellos predios que no son particulares (privadas)
sino públicas, y el Estado los reclama con la finalidad de adjudicarlas, esto es, los artículos 82 al 96 de la Ley de Tierras y
Derecho Agrario.

La Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia del 18-09-2002 (Exp. 16312), señaló que el
vicio de falso supuesto de derecho se patentiza cuando la Administración, al dictar un acto administrativo, subsume los
verdaderos hechos en una norma errónea o inexistente en el universo normativo para fundamentar su decisión, lo cual
incide decisivamente en la esfera de los derechos subjetivos del administrado, lo cual acarrea la anulabilidad del acto.

Por lo tanto, esta otra razón por lo que el acto impugnado debe ser anulado, y así expresamente lo solicito.

En lo que respecta al vicio de falso supuesto, la jurisprudencia de la Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia ha venido resaltando, que éste se configura cuando la Administración atribuye la existencia en un instrumento o
acta del expediente de menciones que no contenga, o cuando de por demostrado un hecho con pruebas que no aparezcan
en el expediente, o cuando de por demostrado un hecho con pruebas cuya inexactitud resulta de actas e instrumentos del
expediente administrativo mismo.

Así, entre otras decisiones proferidas al respecto, ha expresado la mencionada Sala que:

El falso supuesto (ahora suposición falsa) tiene como premisa el establecimiento por parte del Juez de un hecho positivo y
concreto, sin respaldo probatorio en el expediente (…) el falso supuesto consiste siempre en la afirmación o establecimiento
de un hecho por parte del juez, mediante una prueba inexistente, falsa o inexacta (...). Este criterio distintivo del falso
supuesto tiene en Venezuela, y en cuanto a la técnica del recurso en estos casos, una importancia capital, pues la
comprensión cabal del concepto expuesto sirve a una doble finalidad: por un lado, permite descubrir con un principio seguro
las situaciones de falso supuesto; y por el otro, sirve para diferenciar las categorías positiva y negativa del falso supuesto
(…) la doctrina sentada por nuestra casación en el punto, se caracteriza por un franco rechazo del falso supuesto negativo,
con lo cual se manifiesta en entera conformidad con el concepto de falso supuesto que ha establecido en numerosas
sentencias (Sentencia de la Sala de Casación Social de fecha 23 de noviembre de 2000). En consonancia con lo anterior,
este M.T., de manera constante, también ha expresado: ‘El falso supuesto ha dicho este Supremo Tribunal se configura
cuando el Juez afirma lo falso, es decir, cuando da por demostrado un hecho falso inexacto, más no en la situación
contraria, o sea, cuando el Juez niega lo verdadero (…) el sentenciador no está dando por sentado un hecho positivo y
concreto cuya falsedad o inexactitud surja de la verdad actuarial del proceso, sino que está, por el contrario, negando la
existencia de un hecho cuya veracidad es sostenida por el recurrente’ (Gaceta Forense No. 73, p. 241, reiterado en fechas
14-08-97 y 26-11-98, y acogido por la Sala de Casación Social en fecha 23-11-00)

En consonancia con la cita anterior, el falso supuesto constituye un vicio en los motivos del acto administrativo, que ocurre
cuando son inciertos los supuestos de hecho en que se basó el organismo administrativo para dictar su decisión.
El vicio de falso supuesto como vicio en la causa del acto administrativo, que da lugar a la anulabilidad es aquel que
consiste en la falsedad de los supuestos motivos en que se basó el funcionario que dictó el acto, que el acto está
fundamentado en motivos totalmente diferentes a los que debieron servir de fundamento a la decisión, que no fueron
tomados en cuenta o cuando existe una ausencia total de los supuestos que deben servir de sustento del acto. Igualmente,
este vicio consiste en una mala apreciación de los elementos materiales existentes en el procedimiento administrativo, de
manera que de haberse apreciado correctamente la decisión hubiere sido otra, para que se dé el falso supuesto como vicio
en la causa de los actos administrativos, es necesario demostrar que de no haberse incurrido en él, la decisión hubiera sido
otra distinta, sólo la inexistencia de los motivos "relevantes" que dan lugar al acto, conducen a la existencia del falso
supuesto.

La correcta apreciación de los hechos que fundamentan las decisiones administrativas constituye un factor esencial para la
legalidad y corrección de las mismas, y consecuentemente un medio adecuado para poder verificar su control judicial con
miras al mantenimiento de tales fines. En consecuencia, constituye una ilegalidad el que los órganos administrativos
apliquen las facultades que ejercen, a supuestos distintos de los expresamente previstos por las normas, o que distorsionen
la real ocurrencia de los hechos o el debido alcance de las disposiciones legales, para tratar de lograr determinados efectos
sobre la base de realidades distintas a las existentes o a las acreditadas en el respectivo expediente administrativo,
concreción del procedimiento destinado a la correcta creación del acto.

En tal sentido, en este orden de la revisión minuciosa de todas las actas que conforman el expediente cursa a los folios 30 -
59, el Acto Administrativo, cuya nulidad se pretende, el cual señala:

Folio 35:

“…en fecha 15 de marzo del año 2007 en oficio Nº C.J.D.C. – 107 la Consultoría Jurídica después de estudiar la cadena
titulativa determino el Origen Privado de la Propiedad de las tierras.

Folio 47:

…En cuanto a la tenencia de la tierra se pudo constatar mediante documento consignado en el cual la Consultoría Jurídica
de Instituto Nacional de Tierras determino que el origen de dichas tierras es Privado…

En sintonía con lo anterior cursa a los folios 70 al 73, Informe jurídico de la UNIDAD DE CADENAS TITULATIVAS
ADSCRITA A LA DIRECCIÓN DE CONSULTORÍA JURÍDICA DEL INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, que resolvió lo
siguiente:

“…Tengo el agrado de dirigirme a usted, en la oportunidad de saludarle cordialmente y a su vez informarle sobre la emisión
de la cadena titulativa del derecho real sobre la propiedad de las tierras y la certificación de las fincas productivas o
mejorables a los fines de atender las solicitudes de créditos que realizan los proponentes de proyectos antes los
organismos competentes.

En tal sentido, le comunico el estatus del estudio de la cadena titulativa del predio denominado:

FUNDO: Hato las Mercedes

UBICACIÓN: Sector la Mariñera (S.M.), Parroquia I.B., Municipio Pedraza, Estado Barinas.

LINDEROS: Norte: Rio Suripa; Sur: C.G. y Caño el Medio; Este: Rio Suripa y C.G.; y, Oeste: Terrenos ocupados por R.M.,
A.M., Sucesión Molina y Caño el Medio.

SUPERFICIE: Quince Mil Novecientas Ochenta y Siete Hectáreas con Trecientos Treinta y Dos Metros Cuadrados (15.987
has. Con 332m2).

Una vez finalizado el estudio de la cadena titulativa del fundo antes descrito, quedo determinado el origen PRIVADO de la
propiedad, en virtud de la existencia de un documento antiguo de fecha 27 de abril de 1810, mediante el cual el Marqués de
la Riberas de Boconó acusó las tierras baldías conocidas hoy como “BALANDRA” y “SANTA MARTA”, en jurisdicción de la
Provincia de Barinas, ante el Presidente y Ministros de la Junta Superior de Real Hacienda que residió en la Ciudad de
S.d.L.d.C.; dichas sabanas fueron mensuradas, con la tramitación de aquella época el 11 y 24 de marzo de 1809, dando un
resultado de: nueve leguas y seiscientas varas correspondientes a “BALANDRA” y diez y seis leguas y un cuarto de legua
correspondientes a “SANTA MARTA”, con un total de veinticinco leguas, un cuarto y seiscientas varas..”

Conforme a las citas antes efectuadas se desprende con meridiana precisión que el ente administrativo emisor del
Procedimiento de Rescate, señaló que el origen de las tierras son de DOMINIO PÚBLICO, tal como consta al folio 51 del
acto recurrido, en contraste a ello, el informe emitido por la Unidad de Cadenas Titulativas de la Consultoría Jurídica del
mismo ente emisor del Procedimiento de Rescate, certificó que los terrenos sobre el cual recayó el Procedimiento de
Rescate son de ORIGEN PRIVADO, en torno a lo antes señalado, se considera oportuno traer a colación decisión dictada
por la Sala Especial Agraria de la Sala de Casación Social del Tribunal Supremo de Justicia, caso: F.M.H.V.D.D.F.,
Jacqeline Di Febbo Hernández Y Yanny Di Febbo Hernández, contra el Instituto Nacional de Tierras, Ponencia del
Magistrado Doctor J.R.P.. Expediente Nº A.A N° AA60-S-2009-001345, el cual señalo:

…Puede también el referido ente agrario ordenar el rescate de tierras cuya titularidad se atribuye un particular o varios
particulares, si al materializar el análisis del tracto documental que haya sido solicitado a los que se atribuyen el derecho de
propiedad, no logre o no puedan demostrar la perfecta cadena titulativa del dominio y demás derechos alegados, desde que
haya habido el desprendimiento de esa porción de tierras, válidamente otorgado por la Nación venezolana, hasta el
correspondiente título debidamente protocolizado de adquisición por parte de quien o quienes alegan ser propietarios. Es
decir, y a efectos de garantizar el debido proceso, cuando el Instituto Nacional de Tierras procure iniciar un procedimiento
de rescate, debe requerir, el tracto sucesivo de las tierras al administrado que alega ser propietario, a efectos de verificar
que ha habido un desprendimiento válido de la Nación, porque de lo contrario, es decir, al no verificar este requerimiento, se
incumpliría con lo ordenado en el artículo 82 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, dando lugar a la nulidad del acto
administrativo que incumpla con tal requisito.

En este sentido, se observa del contenido íntegro del acto recurrido que el Instituto Nacional de Tierras no determinó que
las tierras afectadas por el mismo estén ocupadas de forma ilícita por la parte accionante, ni tampoco hubo un
requerimiento y posterior estudio de la cadena titulativa que determine el origen de la propiedad de la extensión de terreno
señalada en el acto impugnado, razón por la cual, y de conformidad con el numeral 4 del artículo 19 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, el acto recurrido es nulo.

Aunado a lo anterior, de los antecedentes administrativos traídos a esta Sala se determina (folio 420 y siguientes, pieza de
anexos) que el Instituto Nacional de Tierras, en sesión de fecha 30 de abril de 2009, declaró improcedente el rescate de las
tierras que conforman el lote de terreno denominado fundo

La Hermandad”, punto de cuenta 013, sesión Nº 108-09, lo que dice también de la nulidad del acto recurrido…”

Aunado a la anterior, conforme a lo dispuesto en el artículo 83 de la Ley de Tierras y Desarrollo, queda en evidencia, que el
lote de terreno tantas veces mencionado y sobre el que recayó la resolución administrativa cuestionada, no reviste el
carácter de ser una ocupación ilegal o ilícita de tierras de origen baldío, propiedad del Instituto Nacional de Tierras, de
fundos rústicos de dominio privado de la República, de Institutos Autónomos, Corporaciones o Empresas del Estado,
Fundaciones o cualquier entidad de carácter público nacional, incurriendo en tal modo la Administración en un falso
supuesto de hecho y de derecho, toda vez que el artículo 82 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario establece, que
ciertamente el INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS (INTI) tiene derecho a rescatar las tierras de su propiedad o que estén
bajo su disposición y que se encuentren ocupadas de forma ilegal o ilícita, situación por la que procederá bien de oficio o
por denuncia, el correspondiente procedimiento de rescate, pero tal y como se demuestra en autos, el lote de terreno sobre
el cual recae la decisión que nos ocupa, no se encuentra ocupado de forma ilegal o ilícita, como lo exige la norma contenida
en la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario a fin de proceder a efectuar el correspondiente Procedimiento de Rescate,
adicionando que los documentos contentivos y tendentes a demostrar la Cadena Titulativa, fueron objeto de estudio por
parte de la UNIDAD DE CADENAS TITULATIVAS ADSCRITA A LA DIRECCIÓN DE CONSULTORÍA JURÍDICA DEL
INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS, como consta a los folios 70 al 73, concluyendo que el lote de terreno objeto del
recurso de nulidad es de origen PRIVADO, conduciendo de este modo a afirmar, que el Acto Administrativo cuestionado
adolece en consecuencia del vicio de una errada interpretación y aplicación de lo preceptuado en la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario lo cual hace improcedente el procedimiento previamente indicado. (ASÍ SE ESTABLECE).

Revelándose así, que el Vicio de Falso Supuesto sobreviene en la situación bajo análisis, porque tales disposiciones
determinan, que el límite del ejercicio de derecho de rescate se circunscribe, cuando las tierras propias o que se encuentran
bajo esa disposición, se encuentran ocupadas de forma ilegal o ilícita, o bien cuando tal ocupación ocurra sobre tierras
baldías nacionales o fundos rústicos con vocación a.d.D.P. de la República, Instituto Autónomo, Corporaciones, Empresas
del Estado, Fundaciones o cualquier Entidad de carácter público nacional, supuestos que no son el caso del lote de terreno
denominado Hato Las Mercedes. Evidenciándose de este modo, que al dejarse de observar las disposiciones legales
contenidas en la ley que regula el procedimiento legalmente establecido para el rescate de las tierras y proceder a acordar
la consecuente medida cautelar de aseguramiento, se subvierte inclusive el procedimiento legalmente establecido y por lo
que, quien suscribe no puede dejar de advertir tal circunstancia y que en definitiva, acarrea la nulidad del acto administrativo
recurrido, por cuanto efectivamente en un Estado de Derecho, los procedimientos administrativos constituyen una garantía
a los particulares en el ejercicio y goce de sus derechos, y de allí se desprende el carácter de orden público de las normas
que lo consagra, hoy en día cobrando vigencia en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, con el que garantiza el derecho a la defensa y al debido proceso, el cual se obtiene, con la sustanciación del
debido procedimiento que se ve afectado, cuando el mismo se trasgrede o cuando la doctrina y la jurisprudencia
contenciosa administrativa progresivamente han delineado el contenido y alcance del referido vicio de Procedimiento
Administrativo, al permitir una valoración distinta de este vicio que afecta al acto administrativo en atención a la
trascendencia de las infracciones del procedimiento, situación fáctica por la que se hace inoficioso efectuar el consecuente
análisis del resto de las denuncias alegadas por la parte actora. (ASÍ SE ESTABLECE).

Por lo tanto, una vez verificado y constatado del estudio minucioso de las actas que integran y le d.v. al expediente y como
consecuencia del análisis y comprensión de los criterios legales, jurisprudenciales y doctrinales, concatenados con los
medios de pruebas que rielan en la causa, puede inferir este Tribunal que en la presente ocasión se materializó la violación
del Derecho al Debido Proceso y a la Propiedad Agraria, por ende, se incurrió en el Vicio de Falso Supuesto de Hecho y de
Derecho denunciado por el Recurrente, tomando en consideración que el Procedimiento Administrativo venezolano debe
ser a los efectos de nuestra Constitución Nacional de 1999, garantía de los Ciudadanos venezolanos en el ejercicio y
disfrute de sus derechos, para el establecimiento de un Estado Social de Derecho y de Justicia, por lo que en el
Procedimiento Administrativo llevado a cabo por el Ente Agrario, donde se declaró el Rescate de Tierras se vulneró el
procedimiento legalmente establecido, ya que al no cumplir con los supuestos de procedencia que establece la misma Ley
de Tierras y Desarrollo Agrario aunado al hecho que el Ente Agrario previamente había constatado el principio de la
Titularidad Suficiente, se puede establecer claramente que el Acto Administrativo recurrido se encuentra en su totalidad
viciado de nulidad siendo enteramente inoficioso para este Tribunal pronunciarse sobre los demás vicios delatados, por ello
este Sentenciador se ve forzado a declarar CON LUGAR, el presente Recurso Contencioso Administrativo de Nulidad
interpuesto por los Abogados F.D.J. y A.P.S., venezolanos, mayores de edad, titulares de la Cédula de Identidad Nros. V-
15.073.244 y V-9.262.497, inscritos en el Inpreabogado bajo los Nros. 119.584 y 39.296, en su orden, actuando en su
carácter de Apoderados Judiciales de la Sociedad Mercantil Inversiones Risza C.A., contra el Acto Administrativo emanado
del Directorio del INSTITUTO NACIONAL DE TIERRAS (I.N.Ti.), en sesión Nº 241-15, de fecha 07 de Mayo de 2.015, en
deliberación sobre el Punto de Cuenta N° 9, el cual acordó la Apertura del Procedimiento de Rescate, sobre el predio
denominado LAS MERCEDES, ubicado en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas,
alinderado de la siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río Anaro; Sur: terreno ocupado por
antiguo Hato S.M. y C.G.; Este: Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy parcelamiento S.M.; y Oeste:
terreno ocupado por la Familia Molina, y como corolario de ello se declara NULO y sin ningún efecto jurídico el acto
administrativo recurrido. (ASÍ SE ESTABLECE).

DISPOSITIVA

Por las razones antes expuestas este Juzgado Superior Agrario de la Circunscripción Judicial del estado Barinas,
Administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Autoridad de la Ley, declara:

PRIMERO

Se declara COMPETENTE, para conocer del presente Recurso Contencioso Administrativo de Nulidad.

SEGUNDO

CON LUGAR el RECURSO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE NULIDAD, interpuesto por los Abogados F.D.J. y
A.P.S., venezolanos, mayores de edad, titulares de la Cédula de Identidad Nros. V-15.073.244 y V-9.262.497, inscritos en el
Inpreabogado bajo los Nros. 119.584 y 39.296, en su orden, actuando en su carácter de Apoderados Judiciales de la
Sociedad Mercantil Inversiones Risza C.A., contra el Acto Administrativo emanado del Directorio del INSTITUTO
NACIONAL DE TIERRAS (I.N.Ti.), en sesión Nº 241-15, de fecha 07 de Mayo de 2.015, en deliberación sobre el Punto de
Cuenta N° 9, el cual acordó la Apertura del Procedimiento de Rescate, sobre el predio denominado HATO LAS
MERCEDES, ubicado en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas, alinderado de la
siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río Anaro; Sur: terreno ocupado por antiguo Hato S.M. y
C.G.; Este: Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy parcelamiento S.M.; y Oeste: terreno ocupado por la
Familia Molina. ASÍ SE DECIDE.

TERCERO

En consecuencia, se declara la NULIDAD ABSOLUTA del Acto Administrativo dictado por el Directorio del INSTITUTO
NACIONAL DE TIERRAS (I.N.TI.), en sesión Nº 241-15, de fecha 07 de Mayo de 2.015, en deliberación sobre el Punto de
Cuenta N° 9, el cual acordó la Apertura del Procedimiento de Rescate, sobre el predio denominado HATO LAS
MERCEDES, ubicado en el sector Boca de Anaro, Parroquia I.B., Municipio Pedraza del Estado Barinas, alinderado de la
siguiente manera: Norte: terreno ocupado por L.F., Río Suripa y Río Anaro; Sur: terreno ocupado por antiguo Hato S.M. y
C.G.; Este: Río Anaro y terreno ocupado por antiguo Hato S.M., hoy parcelamiento S.M.; y Oeste: terreno ocupado por la
Familia Molina. ASÍ SE DECIDE.

CUARTO
De conformidad con lo establecido en el artículo 98 del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Reforma Parcial del
Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, líbrese oficio a la Procuradora General de
la República Bolivariana de Venezuela junto con copia fotostática certificada de la presente decisión y, una vez conste en
autos la misma, déjese transcurrir el lapso de ocho (8) días de despacho que señala la norma en cuestión a los fines de su
notificación. Se concede como término de distancia para la notificación del Procurador General de la República Seis (06)
días continuos. Los lapsos de la presente notificación serán computados así: Una vez conste en autos la respectiva
notificación comenzará a correr el término de distancia, vencido el cual transcurrirá el lapso legal de ocho (8) días de
despacho indicado, y pasado éste se iniciará el lapso para la interposición del recurso de apelación. Se comisiona
suficientemente al Juzgado de Primera Instancia Agraria de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas
para la práctica de la notificación de la Procuraduría General.

QUINTO

Se hace del conocimiento de las partes intervinientes en la presente causa, que la sentencia, es publicada, dentro del
término legal de sesenta (60) días continuos, previsto para ello en el artículo 173 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario.

SEXTO

No se hace condenatoria en costas dada la naturaleza de la presente decisión.

Publíquese y Regístrese de conformidad con los artículos 247 y 248 del Código de Procedimiento Civil.

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Juzgado Superior Cuarto Agrario de la Circunscripción Judicial del
Estado Barinas, en Barinas, a Los veinte (20) días del mes de Octubre del año Dos Mil Dieciséis (2.016)

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