Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
UN CREADOR DE :\IUNDO
VII
PROLOGO
VIII
PROLOGO
IX
PROLOGO
X
PROLOGO
XI
PROLOGO
JI
EL CICLO HISTÓRICO
XII
PROLOGO
XIII
PROLOGO
XIV
PROLOGO
------
XV
PROLOGO
XVI
PROLOGO
----·
XVII
2
PROLOGO
XVIII
.,,,
PROLOGO
111
LA VISIÓN HISTÓRICA
XX
PROLOGO
XXI
bres descollantes y a la filosofía de los hechos." Por·
que Acevedo Díaz (que tenía en su familia notables
e1emplos de historiadores y cronistas) sabía perfec.
tamente que el dato histórico. por sí solo, poco dice,
que es su¡;;ceptible de ser tergiversado, que muchu
vece-. refleJ a sólo una parte (no "iiempre la más va·
liosa) de la realidad histórica. A pesar de que no
ahorró esfuerzos en sus reconstrucciones históricae; y
que persiguió infatigable hasta el menor documento
(su correspondencia privada lo demuestra), no tenía
la superstición del dato. Por otra parte, no es un fer-
vor pasatista, una nostalgia irredimible del pasado,
una necesidad de evasión, lo que lleva a Acevedo Díaz-
a evocar la historia de nuestra nacionalidad en eu
ciclo novelesco. Está demasiado bien plantado en la
realidad contemporánea, se ha comprometido siempre
demasiado hondamente con la acción política, pera
practicar esos juegos románticos con el tiempo. Co-
mo Scott (en la interpretación renovadora de Lukáez
que de1nuer,;tra lo poco romántico de la vjsión del no-
velista escocés). Acevedo Díaz busca desentrañar en
el pasado los signos profundos del presente y aún del
porvenir. Su visión histórica es pasión viva.
Por eso mismo. la preocupación histórica lle dobla
en Acevedo Díaz de una preocupación sociológica. Co-
mo dice en las cartas a su crítico y amigo, las sooie·
dades nuevas deben volver su mirada a los orígenm:.,
"a sus fuentes primitivas y a los documentos del tiem-
po pasado, en que aparece escrita con sus hechos: des-
de la vida del embrión hasta el último fenómeno de
la vida evolutiva. Posesionados del medio v de los
factores que en él actúan, impuesto5 de la ma~cha que
ha seguido la sociabilidad, de las causas determinan-
te::. de su desarrollo y del proceso de Jos mismos males
XXII
PROLOGO
IV
LA EXPERIENCIA VITAL
XXIV
PROLOGO
XXV
Esta experiencia vital explica (como han insistido
Espínola e Ibáñez) la naturaleza viva y apasionada
de su testimonio. Pero no lo agota. Porque en la mi..
rada de Acevedo Diaz hay otros elementos que ~i bien
no han sido suficientemente subrayados tienen seme·
jante, o aún mayor, importancia. Aunque gran co·
nocedor de nuestro campo, aunque amante de esta
tierra y sus costumbres, Acevedo Díaz no es un gaucho.
Es un intelectual, un ''dotor". Es un homhre de ciudad
que aporta al -campo, a esa naturaleza aún libre y a su
primitivo habitante, una mirada orientada y formada
por hbros y teorías. Ha leído a los soc1óloios del po·
sitivi'3mo, cree en el progreso, se nutre de una filo·
sofía evolucionista. Por eso, este joven que a los 19
años de5e1 ta las aulas y se compromete en la acción
política (participa en 1870 en la Revolución rle las
Lanzas. y en 1875 en la Revolución Tricolor) es y
si¡2;ue '3Íendo un intelectual, un futuro doctor. Esta
circunstancia -aunque menos der.,tacada por la crÍ·
tica- es de capital significación. El análisis de un
Pª'-'ªJe de ISMAEL permitirá advertir su¡;; alcance~.
El capítulo en que Acevedo Díaz presenta por pri·
mera vez al protagoni. . ta (el VIII) está elahorado de
acuerdo con un doble enfoque: narrativo (Ismael huye
y se interna en el monte 1 e hi'3tórico-sociológico (un
gaucho hu ve y se interna en un inontP). llna primera
señal del enfoque ambivalente se nota cuando al des~
cr1bir al protagonista dice Acevedo Díaz: "Había en
su frente ancha. horizonte para los p1ofundos anhelos
y sombríos ideales de la libertad salvaje''. El gauchito
concreto que es Ismael Velarde y sin el cual no fun-
cionaría la visión novelesca empieza ya a trasmutarse
en símbolo; el narrador toma distancia de su persa~
naje y cede la pluma al sociólogo. Casi a continuación
XXVI
PROLOGO
---------------------------
XXVII
PROLOGO
xxvm
PROLOGO
XXIX
PROLOGO
---------. ------
LA CREACIÓN NARRATIVA
XXX
1"',
PROLOGO
XXXI
PROLOGO
XXXII
PROLOGO
XXXIII
3
PROLOGO
XXXIV
PROLOGO
XXXV
PROLOGO
XXXVI
PROLOGO
----
XXXV]]
PROLOGO
--- -- ----------~
XXXVI!!
PROLOGO
XXXIX
PROLOGO
XL
- - - - - - - - - -PROLOGO
--------- -- -- -
XLI
•,
PROLOGO
XLII
PROLOGO
XLIII
PROLOGO
XLIV
PROLOGO
XLV
PROLOGO
XLVI
PROLOGO
VII
LA OTRA MITAD
XLVlll