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Estudio Bíblico

En su presencia
Mateo 17:1-13

Detrás del texto

Autor: Mateo
Fecha: Mateo habría sido escrito a mediados del primer siglo, probablemente solo unas
décadas después de los eventos en la vida de Jesús y su ministerio, pero antes de la caída
de Jerusalén en el año 70 d. C.
Destinatario: Su propósito era probar, especialmente a los judíos, que Jesús es el
Mesías. Por eso comienza su Evangelio, llamándole “hijo de David” y dando su
genealogía
Contexto. ¿Cuándo y dónde ocurre el evento narrado?
La transfiguración de Jesús
Cuando: Seis días después de anunciar su muerte,
Donde: En Cesárea de Filipo (Mateo 16:13), en un monte alto (Mateo 17:1). El nombre
del monte es incierto.

En el texto
Análisis Composicional
• Biografía del Autor: Mateo, también llamado Leví. hijo de Alfeo, Un cobrador de
impuestos que se hizo discípulo de Jesús y lo escuchó durante los tres años que
enseño públicamente. Mateo 9:9
• Personajes involucrados en este relato:
- Jesús: Uno de los temas principales de Mateo es que Jesucristo vino para
establecer Su reino en la tierra. Mateo mencionó “el reino de los cielos” en
numerosas ocasiones, y es el único escritor de los evangelios que incluyó
enseñanzas de Jesús que mencionaban la “iglesia” Mateo 16:18; 18:17.
Mateo presenta la genealogía y el nacimiento de Jesucristo. Los Magos
buscan al Rey de los Judíos. Advertido en sueños, José lleva a María y al niño
Jesús a Egipto, y más adelante a Nazaret. Juan el Bautista predica el
Evangelio de arrepentimiento y bautiza a Jesucristo. Se tienta al Salvador
en el desierto. Comienza Su ministerio terrenal al enseñar y sanar, muerte
y resurrección.
- Pedro: El apóstol Pedro era de Betsaida, una aldea de pescadores cercana
a Capernaúm, situada a orillas del mar de Galilea (Juan 1:44). Pedro tenía
una casa en Capernaúm, en Galilea (Marcos 1:29). Algunos sugieren que su
residencia estaba en realidad en Capernaúm, y Betsaida sólo su pueblo
natal. El apóstol Pedro era hermano del apóstol Andrés, ambos eran
pescador de profesión. Es muy probable que su padre, Jonás, fuera también
pescador (Juan 1:42). El apóstol Pedro era un hombre casado debido a que
en una ocasión Jesús sanó a su suegra de una fiebre muy alta (Marcos 1:30).
Además, es muy probable que su esposa lo acompañara en los viajes
ministeriales de la iglesia primitiva (1 Corintios 9:5).
- Jacobo: Jacobo el hijo de Zebedeo, era un pescador de Galilea que fue
llamado para ser uno de los 12 apóstoles, al mismo tiempo que su hermano
Juan (Mat 4:21; Mar 1:19-20). Jacobo, Juan y Simón (Pedro), un trío que de
alguna manera alcanzó un lugar de primacía entre los discípulos, a menudo
se encuentra en medio de eventos importantes, por ejemplo: cuando la hija
de Jairo fue resucitada (Mar 5:37; Luc 8:51), en la Transfiguración (Mat 17:1;
Mar 9:2; Luc 9:28), en el monte de los Olivos (Mar 13:3), y en el jardín del
Getsemaní (Mat 26:37; Mar 14:33). Jacobo y Juan previamente habían
acompañado a Jesús al hogar de Simón y Andrés (Mar 1:29). Jesús
denominó a Jacobo y a Juan como Boanerges (hijos del trueno; Mar 3:17).
Ellos manifestaron cierta presunción y el ser un poco mal pensados (Mar
9:38; Mar 10:35 ss.; Luc 9:49-50, Luc 9:54; comparar Mat 20:20.)
- Juan: Uno de los Doce Apóstoles del Nuevo Testamento, hijo de Zebedeo y
hermano de Jacobo (Santiago). En los primeros años de su vida fue
pescador (Mar. 1:17–20). Probablemente haya sido el discípulo de Juan el
Bautista cuyo nombre no se menciona, y del que se hace referencia en Juan
1:40. Posteriormente recibió el llamamiento de discípulo de Jesucristo
(Mateo 4:21–22; Lucas 5:1–11). Escribió el Evangelio según Juan, tres
epístolas y el libro de El Apocalipsis. Fue uno de los tres escogidos que
estuvieron con el Señor cuando devolvió la vida a la hija de Jairo (Mar. 5:35–
42), en el monte de la Transfiguración (Mateo 17:1–9) y en Getsemaní
(Mateo 26:36–46). En sus propios escritos se refiere a sí mismo como “el
discípulo al cual Jesús amaba” (Juan 13:23; 21:20) y como “el otro discípulo”
(Juan 20:2–8). Jesús dio a él y a su hermano Jacobo el apellido de
Boanerges, que quiere decir “hijos del trueno” (Mar. 3:17).
- Elías: Elías era un profeta conocido por haber realizado grandes hazañas en
nombre del Señor. Elías vivió durante el reinado de Acab, y su historia se
cuenta en la Biblia en el primer libro de Reyes. De acuerdo a las escrituras,
por la acción del profeta cayó fuego del cielo. El profeta Elías vivió
aproximadamente en el siglo IX antes de Cristo, durante los reinados de
Acab y Ocozías, en el reino del norte. El ministerio del profeta Elías se
describe en la Biblia en los libros de 1 y 2 Reyes (1 Reyes 17 hasta 2 Reyes
2). Su ministerio comienza sin mucha presentación, y termina con la
descripción de su ascensión al cielo.
- Moisés: Moisés fue el hombre elegido por Dios para guiar al pueblo de Israel
en la liberación de la esclavitud de Egipto. Moisés recibió los Diez
Mandamientos de Dios y preparó a los hebreos para conquistar
Canaán. Además, Moisés escribió los primeros cinco libros de la Biblia como
lo son Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio. Moisés es uno
de los principales personajes del Antiguo Testamento. Él fue gobernador
del pueblo de Israel elegido por Dios y fue quien condujo a la nación a los
límites de la Tierra Prometida. De esta forma, fue Moisés quien con la ayuda
del Señor liberó a Israel de 430 años de esclavitud y lo introdujo en la tierra
prometida después de pasar 40 años en el desierto.

• Análisis literario: Narrativo

• Análisis Gramatical: griego

• Análisis de versículos:

✓ Vers1. Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y
los llevó aparte a un monte alto;
Es muy probable que cuando ocurrió esto fuera de noche ya que Marcos nos dice que
los discípulos estaban rendidos de sueño: “Y Pedro y los que estaban con él estaban
rendidos de sueño; más permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los
dos varones que estaban con él”, (Marcos 9:32).
Jesús no invitó a todos sus discípulos sino solamente a estos tres. Quizás Jesús
hizo esto para prevenir el relato de este milagro increíble antes del tiempo
adecuado (Mateo 17:9). pues conocía sus corazones y el anhelo de servir a los
propósitos de Dios.
Seis días después: Lucas menciona como ocho días después de estas palabras
(Lucas 9:28) está basado en una manera griega el hablar y significa ‘como una
semana después’.
Los llevó aparte a un monte alto: Ha habido varias sugerencias para la
ubicación del Monte de Transfiguración.
✓ Vers2. y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y
sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
La transfiguración fue un vislumbre de la gloria del Rey (16.27, 28). Fue una revelación
especial de la divinidad de Jesús a tres de los discípulos y una ratificación divina de Dios
de todo lo que Jesús había realizado y estaba por realizar.
Transfiguración: del griego metamor fao = cambiar de forma) La
palabra transfiguró habla de transformación, no precisamente un cambio de apariencia
física. El efecto fue meramente llamativo; Jesús se hizo tan brillante en su apariencia que
era difícil de ver (como el sol). Puede ser que esta gloria brilló más adelante en el Jardín
del Getsemaní, cuando aquellos que lo arrestaron se cayeron para atrás cuando Jesús
dijo, “Yo soy.”
En primer lugar, entonces, la transfiguración cumple la función de confirmar lo que la
narrativa ha venido sugiriendo desde el principio: que Jesús es nada más y nada menos
que el Hijo de Dios, el Señor encarnado, la segunda persona de la Trinidad.
la transfiguración no solo confirma la identidad de Jesús; también nos da información
específica respecto a la razón de su venida, es decir, su misión.

✓ Vers3. Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.


Moisés y Elías: Sorprendentemente, estas dos personas del Antiguo Testamento
aparecieron y hablaron con el Jesús transfigurado. Moisés había vivido unos 1400 años
antes; Elías algunos 900 años antes; sin embargo, estaban vivos en algún estado
resucitado y glorificado.
En la escena vemos a Moisés, por medio de quien Dios estableció el Antiguo Pacto, y
quien prometió que Dios levantaría a un profeta como él (Dt. 18:15-19; 34:10). Y
también vemos a Elías, el enigmático profeta que muchos años después denunció a
Israel por su infidelidad al pacto (1 Re. 18:18), y cuyo retorno Malaquías profetizó que
sucedería antes del día del Señor (Mal. 4:4–6). La escena está cargada de simbolismo
escatológico, es decir, del fin de los tiempos. ¿De qué se trataba su conversación? Lucas
nos dice que “hablaban de la partida de Jesús que Él estaba a punto de cumplir en
Jerusalén” (Lc. 9:31). Es justo pensar que estas dos personas particulares del Antiguo
Testamento aparecieron porque ellos representaban la Ley (Moisés) y los Profetas
(Elías). La suma de la revelación del Antiguo Testamento se unió a Jesús en el Monte de
Transfiguración.
✓ Vers4. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos
aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y
otra para Elías.
Es curioso ver que Pedro, Jacobo y Juan reconocieron a Moisés y Elías, aun cuando nunca
los habían visto en toda su vida, posiblemente al estar dentro de aquella gloriosa
presencia sus ojos y entendimiento espiritual fueron abiertos de manera sobrenatural.
Muchos toman este pasaje como una base para afirmar que en el cielo todos nos
conoceremos.

Marcos 9:6 y Lucas 9:33 indican que Pedro no sabía lo que estaba diciendo cuando dijo
esto. Aunque dijo este pensamiento sin pensarlo, los efectos de sus palabras pusieron a
Jesús en un nivel igual al de Moisés y Elías, construyendo altares iguales para cada uno
de ellos. Pedro quiso construir tres refugios para que aquellos tres hombres
sobresalientes se quedaran. Sin embargo, no era hora de actuar, sino de alabar y adorar.
Pedro quería prologar el momento, pero debía aprender y avanzar. Había percibido a
Cristo como igual a los demás, pero Cristo es infinitamente mayor y uno no puede
igualarlo con nadie.
En la Fiesta de Tabernáculos, el pueblo de Dios está instruido a hacer enramadas o
tabernáculos, que son habitaciones temporales (Levítico 23:33-43). En la tradición judía,
cada uno de los ocho días de celebración bajo la enramada (heb. Sucá), simbólicamente
se invitan a ciertos personajes bíblicos: Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y
David. Por eso, cuando Moisés y Elías se presentaron con Jesús, Pedro creyó que se
estaba realizando el cumplimiento profético de la Fiesta, y ofreció levantar una Sucá
para cada uno de ellos. Las enramadas (tabernáculos) (la palabra normalmente significa
‘carpas’) eran refugios temporales hechos de ramas, las cuales eran levantadas para la
Fiesta de los Tabernáculos

✓ Vers5. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz
desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a
él oíd.
Una nube de luz los cubrió: Esta es la nube de la gloria de Dios, llamada la shekinah en
el Antiguo Testamento. De esta nube de gloria, Dios el Padre habló. Cuando Dios se
acerca al hombre es absolutamente necesario que Su gloria sea cubierta. Ningún
hombre puede ver Su rostro y vivir. Por lo tanto la nube, en este instante, y en otros
casos.
Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd: El Padre, del cielo,
reprendió el intento de Pedro de poner a Jesús en el mismo nivel que Moisés y Elías – y
mientras el aun hablaba. Fue importante interrumpir a Pedro, para que todos supieran
que Jesús es único y el Hijo amado – Él merece nuestra atención especial, así que a él
oíd.
Jesús es más que un simple líder famoso, más que un buen ejemplo, una buena
influencia o un gran profeta. Él es nada menos que el Hijo de Dios. Cuando percibimos
esta verdad profunda, la única respuesta adecuada es la adoración. Cuando
comprendemos bien quién es Cristo, solo queremos obedecerle.
A Él oíd: SI nosotros debemos de escuchar a alguien debería de ser a Jesús. Pensaríamos
que una voz del cielo diría, “¡Escúchenme a mí!” Pero el Padre dijo, “A Él oíd” Todos
apuntan a Jesús.

✓ Vers6-8 Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran
temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. Y
alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo.
Se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor: No se postraron en sus rostros
cuando vieron a Jesús transfigurado; ni cuando su rostro resplandeció como el sol; ni
cuando sus vestiduras se hicieron como luz; ni cuando Moisés y Elías se aparecieron con
Él; ni cuando Moisés y Elías hablaron con Jesús; ni aun cuando la nube de gloria los
cubrió. Sino al oír esto, la voz del cielo, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran
temor.
Levantaos, y no temáis: Una vez más los discípulos estaban singularmente en asombre
de Jesús. Esto ayuda a explicar el propósito de la transfiguración: para reasegurar a los
discípulos que Jesús era el Mesías, aun si ciertamente seria crucificado como lo había
sorprendentemente revelado.
Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo: Es significante que su enfoque
entero estaba forzado sobre Jesús de nuevo. La nube ya no estaba, Moisés se había ido
y Elías había desaparecido.

✓ Vers9. Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a
nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.
No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos: Jesús
dijo a Pedro, Santiago y Juan que no debían contar lo que vieron hasta después de su
resurrección, porque sabía que no lo habían comprendido totalmente y en consecuencia
no lo podrían explicar. La resurrección fue la confirmación final de su ministerio y gloria;
hasta entonces, reportes de la transfiguración serían más para poner a prueba la fe de
aquellos que no la vieron en vez de fortalecer su fe.

✓ Vers10-12. Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues,


dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús,
les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo
que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que
quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?: Sus
preguntas indican que no habían comprendido. Sabían que era el Mesías, pero tenían
mucho más que aprender acerca del significado de su muerte y resurrección. Los
discípulos habían escuchado que Elías debe venir, de acuerdo con la promesa en
Malaquías 4:5: He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová,
grande y terrible.
A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas: Jesús les aseguró a sus
discípulos que ciertamente Elías vendría primero. Pero la primera venida de Jesús no
trajo el día de Jehová, grande y terrible. La venida de Elías en Malaquías 4:5
probablemente es mejor identificado con la aparición de los dos testigos de Apocalipsis
11:3-13, y después es la Segunda Venida de Jesús.
Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron: Sin embargo, había un sentido en el
cual Jesús con justa razón podría decir “Elías ya vino.” Elías había llegado en la obra de
Juan El Bautista, quien ministraba en el espíritu y poder de Elías (Lucas 1:17).

✓ Vers13. Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el
Bautista.
Basado en Mal 4:5-6 los maestros de la ley del Antiguo Testamento creían que Elías
debía aparecer antes que el Mesías. Jesús se refería a Juan el Bautista, no a Elías el
profeta del Antiguo Testamento. Juan el Bautista, asumiendo el rol profético de Elías,
confrontó en forma audaz el pecado y condujo a la gente hacia Dios. Malaquías mucho
antes había profetizado que un profeta similar a Elías vendría (Mal 4:5). 17.17 A los
discípulos se les había dado autoridad para sanar, pero no habían aprendido aún cómo
apropiarse del poder de Dios. La frustración de Jesús estaba dirigida a la generación
incrédula e indiferente. Sus discípulos, en esta instancia, eran un mero reflejo de esa
actitud. El propósito de Jesús no fue criticar a los discípulos sino estimularlos a que
ejercieran la fe.
Esto es evidente de la vida y la obra de ambos de Elías y Juan el Bautista.
· Elías era notado por tener un celo complete de Dios; también Juan el Bautista.
· Elías reprendía con audacia el pecado en lugares altos; también Juan el Bautista.
· Elías llamó a los pecadores y los conciliadores a una decisión de arrepentimiento;
también Juan el Bautista.
· Elías atraía a multitudes en su ministerio; también Juan el Bautista.
· Elías atrajo la atención y la furia del rey y su esposa; también Juan el Bautista.
· Elías era un hombre austero; también Juan el Bautista.
· Elías huyó al desierto; Juan el Bautista también vivía ahí.
· Elías vivía en un tiempo corrupto y fie usado para restaurar vidas espirituales que
habían fallado; esto también es cierto para Juan el Bautista.

¿Qué podemos concluir en vista de todo esto? Que Jesús es el mediador de un nuevo
pacto (ver He. 8; 10:1-14). Que estos personajes, Moisés y Elías, prefiguraron y
anunciaron de antemano la venida de Jesús (ver Lc. 24:25-27; 45-47). Y que Jesús había
venido a cumplir las promesas de Dios; el foco central de ellas sería lo que sucedería en
Jerusalén. En breve, la transfiguración indica que Jesús es el Mesías.
no podemos dejar de mencionar que la gloria de Jesús anticipada en la transfiguración
no es solo para Jesús. Por la misericordia inmensa y la gracia sublime de Dios, nosotros,
los que hemos puesto nuestra fe en Cristo, también seremos glorificados.
“Así es también la resurrección de los muertos. Se siembra un cuerpo corruptible, se
resucita un cuerpo incorruptible; se siembra en deshonra, se resucita en gloria… Así
también está escrito: ‘El primer hombre, Adán, fue hecho alma viviente’. El último Adán,
espíritu que da vida”, 1 Corintios 15:42–45.

“Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la


gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria,
como por el Señor, el Espíritu”, 2 Corintios 3:18.

“Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente


esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de nuestro
estado de humillación en conformidad al cuerpo de su gloria, por el ejercicio del poder
que tiene aún para sujetar todas las cosas a Él mismo”, Filipenses 3:20-21.

Después del texto.

Lucas nos dice que la transfiguración del Señor se llevó a cabo mientras oraba, por lo
que podemos concluir que Jesús y sus tres discípulos se retiraron a la cima de la montaña
para tener una comunión especial con Dios
La transfiguración nos debe llenar de gozo, ya que en ella vemos nuestra redención,
prometida y cumplida, y anticipamos nuestra gloria futura junto a Jesús, nuestro Señor
y Salvador. Unidos a Él por medio de la fe, nosotros también somos hijos de Dios, en
quienes el Padre se complace.
Jesús necesitaba orar. Esa experiencia de oración trajo la presencia de Dios a los
discípulos, ya que nunca la habían experimentado antes. La Transfiguración
inmediatamente fue después de la oración de Jesús. Nosotros, también, podemos
experimentar cambios impresionantes en nuestras vidas, si queremos orar como Jesús
oró.
Jesús nos envía a vivir vidas transformadas ante un mundo que observa. La misma
palabra para "transfigurado" se traduce "transformado" en Romanos 12:2. Los hombres
que viven en la oscuridad ven un reflejo de la presencia de Dios que mora en cada
cristiano transformado (2 Corintios 3:18; 4:6). Incluso ahora, tal como lo contemplamos
en Su Palabra, somos transformados de gloria en gloria.
El mundo sólo necesita escuchar a la voz de Jesucristo, el Hijo de Dios. La cultura del
mundo quiere tratar a Jesús, al lado de todos los demás. Al minimizar la gloria de Jesús
desfiguras lo que Él es. Hechos 4:12 es aún más claro. Jesucristo es el fundamento de la
fe salvadora. "Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo,
dado a los hombres, en que podamos ser salvos" (Hechos 4:12).

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