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LA “MUTA DE CAZA”

Algunos antecedentes de la Organización Colaborativa


Desde que el homo sapiens sapiens apareció en la tierra, el ejercicio del trabajo conjunto se ha hecho
palpable en cada actividad humana.
Ya Elías Canetti – premio Nobel de Literatura en 1981 – ha hablado claramente en la que él mismo
considera su obra cumbre “Masa y Poder”, acerca de un concepto vital para la sobrevivencia de nuestra
especie, la Muta.
Después de trabajar arduamente durante 35 años, Canetti logró publicar finalmente su ambicioso libro,
integrando con éste el estudio antropológico y el ensayo histórico.
Son múltiples los conceptos que aporta en favor de la comprensión de diversos aspectos relacionados
con la naturaleza humana, intentando explicar el funcionamiento de individuos y grupos organizados
para fines específicos de sobrevivencia.
La Muta alude a un grupo humano primitivo reducido. Lo que diferencia a la Muta de una tribu, linaje,
clan u horda es que estos términos sociológicos tienen en común un factor estático; por el contrario, la
Muta es una unidad de acción que se manifiesta de manera muy concreta.
La palabra Muta proviene del bajo latín movita, que significa “movimiento”. El francés antiguo meute,
tiene un doble sentido, “alzamiento” y a la vez “partida de caza”. Reúne pues la Muta un espíritu antiguo
de unidad, convocada por una meta común, a la vez que suma la noción de actividad.
La Muta es una forma de excitación colectiva; en ella cualquier nuevo integrante supone un incremento
imprescindible en su composición, formando un círculo en torno a su propio fuego; por el movimiento
continuo que generan simulan ser muchos (en realidad son pocos), pero lo que les falta en densidad lo
suplen con intensidad.
Tiene la Muta dos componentes característicos básicos, uno es la imperturbabilidad de su “dirección”,
el otro es la “igualdad”, la cual se manifiesta en que todos están poseídos por el mismo objetivo, es por
ello que el sentimiento de la Muta misma es más fuerte que el sentimiento que cada cual tiene como
individuo cuando no actúa con su Muta. El sentimiento cuántico (energético) de la Muta es decisivo en
este nivel de convivencia humana y nada puede quebrantarlo.
Canetti desgaja este término y hace una clasificación en cuanto a la naturaleza de la Muta: Muta de
Guerra, Muta de Lamentación, Muta de Multiplicación y la más ancestral de todas, la Muta de Caza.

La Muta de Caza
Es esta la que mejor designa el carácter colectivo del movimiento apresurado y del objetivo concreto
que persigue. La Muta de Caza busca una presa y para alcanzarla deberá seguir sus huellas rápidamente
y sin desviarse, con astucia y constancia. La cacería se extiende sobre un espacio vasto y cambiante.
La concentración tras un objeto que siempre está en movimiento, que desaparece de la vista y luego
vuelve a aparecer, que se pierde con frecuencia y hay que volver a buscar, al que se persigue todo el
tiempo y por momentos parece inalcanzable, tal concentración la sienten todos juntos; el sentimiento
de unidad que irradia la Muta de Caza constituye el sentimiento más fuerte que sus integrantes pueden
experimentar.

PRODESO A.C. Asociación de Profesionales en Desarrollo Organizacional


Porfirio Díaz 65, Col. del Valle, Benito Juárez, 03100, CDMX. Tel: 5591314087
Muta y Liderazgo
Se sobrentiende que para que la Muta de Caza tenga éxito en su cometido, es necesario que de alguna
manera exista una estratificación o jerarquización en su interior, para que entre otras funciones, inspire
y mantenga la esperanza en el camino hacia su cometido.
La Muta necesita entonces de un personaje que la encabece, que motive a los demás a estar
cohesionados, que con sólo una mirada dé indicaciones claras en cuanto a qué y cómo hacer; que
bastando un gesto, señale el movimiento a seguir; que además sea un ejemplo de valor, que transmita
seguridad, arrojo, decisión; que comunique confianza, que sea el depositario de la expectativa de que
todo saldrá bien, y en caso de no ser así, haya la certeza que no se dejará a nadie a la deriva, sino que
por el contrario, los demás saldrán al auxilio.
Sin esta figura fuerte, ya sea por su físico o por su experiencia, la Muta difícilmente podría configurarse.
Y es en buena medida gracias a esta figura, que la Muta sale de Caza, concentrada, enfocada, energizada,
con los ojos bien abiertos, en absoluta vigilia consciente; sus integrantes conectados por la misma
necesidad convertida en su principal desafío inmediato, dispuestos a morir en el intento, sabedores que
en esta aventura va no sólo su vida de por medio, sino también la de sus familias; la Muta avanza en
medio de alaridos y gritos tribales que hacen hervir las sangre hasta las lágrimas; siguen caminando
hasta convertirse en menos que polvo y viento, porque así, ahora sigilosos, se transforman en invisibles.
Acechan a su presa, se acercan, la cercan y después de mucho esperar, la atrapan. La energía llega a su
clímax y todos juntos actúan como uno solo. Son rápidos, no escatiman ningún movimiento, no ahorran
energía, lo dan todo y aún más; utilizan su fuerza al máximo, su inteligencia y su habilidad actúan al
unísono. Se cubren unos a otros, se cuidan, se defienden. Lo que le sucede a uno le sucede al resto. No
hay lugar para distracciones; el miedo está presente pero se encuentra sujetado. Nadie piensa en
retirarse, ninguno desea abandonar.
Durante la Caza el liderazgo puede cambiar si el líder se ve trascendido, en ese momento cualquiera
puede asumir el mando al dar ejemplo de tozudez y evitar con ello que el ánimo colectivo decaiga. Pero
si el líder original se recompone, siempre gozará del reconocimiento y pleitesía de los demás; cada huella
del combate, cada herida y cicatriz son trofeos visibles a mostrar con orgullo.
El frenesí de la batalla es intenso, sofocante; algunos quedan abatidos y los que aún están de pie saben
que deben redoblar su esfuerzo. Nunca se dan por vencidos. El que parece ser el líder vuelve al ataque,
esta vez con más ímpetu; queda claro que nada se interpondrá entre él y la presa; con un segundo aire
insuflado, la Muta se levanta como un solo ente, como un solo cuerpo, con un mismo espíritu de
combate se abalanza y vence. Exhaustos, pero triunfantes, los miembros de la Muta levantan sus brazos
hacia el cielo.
Enseguida se da el proceso de reparto. La Ley del Reparto es la ley más antigua. Es el líder quien decide
cómo se llevará a cabo la repartición de la presa. Nadie apela a su decisión, él tiene un criterio manifiesto
y la Muta fluye con él. El logro solidifica la posición del líder y así la perpetúa hasta que éste falle o
perezca.
La Muta seguirá a quien demuestre – sin lugar a dudas – ser el más poderoso, hábil, férreo, valiente y
diestro. En este sentido, el liderazgo puede ser rotativo, pero la Muta es más estable en el tiempo.
La Muta como concepto es compleja debido a que aborda el componente de “igualdad” de forma
explícita, pero alberga el componente de “liderazgo” de manera tácita.
Provoca que todos sean iguales en cuanto a su función común, y da lugar a uno de sus participantes a
guiar la Caza. Bajo este concepto el liderazgo es siempre asistido, acompañado, soportado; será tal vez
debido a que en la base es “reconocido”.
PRODESO A.C. Asociación de Profesionales en Desarrollo Organizacional
Porfirio Díaz 65, Col. del Valle, Benito Juárez, 03100, CDMX. Tel: 5591314087

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