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MÁSTER EN URGENCIAS,
EMERGENCIAS Y CATÁSTROFES
Autoría:
DANIEL FERNÁNDEZ GARCÍA
BEATRIZ ORDÁS CAMPOS
INMACULADA PÉREZ GARCÍA
ISBN: 978-84-16861-71-2
AUTORÍA:
DANIEL FERNÁNDEZ GARCÍA
INMACULADA PÉREZ GARCÍA
BEATRIZ ORDÁS CAMPOS
SALUSPLAY editorial
CARRETERA BILBAO-PLENCIA 31, OFICINA 111
48950 ERANDIO, BIZKAIA, PAÍS VASCO
TEL.: +34 946522986
ISBN: 978-84-16861-71-2
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2. Identificación de la PCR
El niño en situación de PCR se identifica por la presencia de los siguientes tres signos
clínicos fundamentales:
- Inconsciencia.
3. Etiología de la PCR
La causa que con más frecuencia conduce a la PCR en el niño, es la insuficiencia
respiratoria, que suele instaurarse de manera gradual, mientras que, en el adulto, es
más frecuente consecuencia de una insuficiencia cardiovascular, que suele precipitarse
de manera brusca y, por tanto, es menos predecible que en niños.
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o Taquipnea y cianosis
o Taquicardia y taquipnea
o Disminución de diuresis
- Prevención de la PCR
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La secuencia de maniobras en RCP y soporte vital básico pediátrico (SVBP) (ver Fig. 2)
dependerá del nivel de entrenamiento del reanimador que le atienda: distinguiendo
entre aquellos completamente competentes en SVB pediátrica (que aplicarán el
algoritmo pediátrico básico de referencia) de aquellos entrenados únicamente en SVB
de adultos y los no entrenados (se considerarán reanimadores legos y serán asistidos
por operador telefónico).
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- mano, la otra mano se puede colocar para mantener una vía aérea abierta en
todo momento (o para estabilizar, a nivel del codo, el brazo que comprime).
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- En caso de que haya signos claros de vida, pero el niño permanece inconsciente
y no respira normalmente, continúe la ventilación a un ritmo apropiado para su
edad.
***Los pasos del algoritmo para la RCP pediátrica asistida por teleoperador son muy
similares al algoritmo de RCPB. Para disminuir el número de interrupciones, podría ser
preferible una relación compresiones/ventilaciones de 30:2. Si los transeúntes no
pueden proporcionar ventilaciones de rescate, deben proceder únicamente con
compresiones torácicas.
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- Si el niño está tosiendo de forma efectiva, hay que animar al niño a que tosa y
continuar vigilando su estado.
- Si la tos del niño está dejando de ser efectiva, ineficaz, dar golpes (5 o menos si
sale antes el objeto) en la espalda. Si los golpes en la espalda no solucionan la
OVACE, dar compresiones torácicas a los lactantes o compresiones abdominales
a los niños (maniobra de Heimlich). Si el cuerpo extraño no ha sido expulsado y
la víctima aún está consciente, continúe la secuencia de golpes en la espalda y
compresiones torácicas (para lactantes) o abdominales (para niños). No
abandonar al niño.
- Niño consciente con OVACE: Si el niño con OVACE está o pierde el conocimiento,
continúe de acuerdo con el algoritmo de SVB pediátrico. Los reanimadores
competentes deben considerar el uso de pinzas de Magill para extraer un cuerpo
extraño.
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Vía aérea
Ventilación y oxigenación
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Circulación
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1. RITMOS NO DESFIBRILABLES
Son los más frecuentes en los niños (bradicardia sin signos vitales, asistolia y AESP). El
tratamiento de los ritmos no desfibrilables se realizará fundamentalmente con
compresiones torácicas, ventilación y adrenalina (ver algoritmo).
2. RITMOS DESFIBRILABLES
La fibrilación ventricular (FV) y la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP) acontecen en
menos del 20% de los niños en PCR. El tratamiento de los ritmos desfibrilables se basa
en la desfibrilación eléctrica, las compresiones torácicas, ventilación, adrenalina y
antiarrítmicos. El algoritmo de tratamiento de los ritmos desfibrilables se resume en la
más abajo. Los desfibriladores manuales se utilizarán por personal experto en su manejo
y en el diagnóstico de arritmias:
3. FÁRMACOS
- Adrenalina. Tiene un papel esencial en ritmos desfibrilables y no desfibrilables.
Se administra a dosis de 10 µ/kg.
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2. CONTROL DE LA TEMPERATURA
Se da una especial relevancia a las medidas para evitar la fiebre, teniendo como objetivo
conseguir la normotermia o hipotermia ligera. Tras la recuperación de la circulación
espontanea se debe mantener un control estricto de la temperatura para evitar la
hipertermia (> 37,5 °C) y la hipotermia profunda (< 32 °C). Si el niño permanece en coma
tras la recuperación de la circulación espontanea, se puede valorar la inducción de
hipotermia terapéutica moderada (32-34 ºC) durante al menos 24 horas, con
monitorización y recalentamiento lento, aunque no hay evidencia de que la hipotermia
moderada sea superior a la normotermia.
3. CONTROL DE LA GLUCEMIA
Tanto la hipoglucemia cómo la hiperglucemia puede alterar el pronóstico de los niños
en estado crítico. Por ello, se debe monitorizar la glucemia y evitar tanto la
hiperglucemia cómo la hipoglucemia.
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BIBLIOGRAFÍA
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